Agsi la revista. Numero 01

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número: número

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REVISTA FOTOGRÁFICA

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Si julio 2013

issn: 98 457 87 1 - junio 2013

anabel ángel-- daniel daniel comeche - raúl elvirayvila comeche - jiménez mario cuenca rubio mª josé amador borrego y angel rocío gonzález paz - anabel


EDITORIAL

La Asociación Fotográfica AGSI es una asociación cultural sin animo de lucro constituida por un grupo heterogéneo de fotógrafos y abierto a las diferencias propias de la variedad. Lo que nos une, por encima de todo, es la pasión por la fotografía. En la filosofía de la asociación está la voluntad de integrar y compatibilizar la diversidad de puntos de vista. Ahora, con la revista, pretendemos poner el acento en los fotógrafos y en su obra con independencia del estilo de fotografía o de que se trate de fotógrafos consagrados o no. Intentamos contar historias visuales y nuestro compromiso no es ni será con las cámaras ni la técnica, sino con los fotógrafos y su obra, nuestro interés es y será involucrar a una comunidad de artistas y trabajar con un alto nivel de calidad y atención a los detalles. Estaremos encantados de recibir y publicar trabajos hechos por fotógrafos teniendo en cuenta, exclusivamente, la calidad del trabajo en cuestión atendiendo a diferentes tradiciones culturales y estilos en la creación de la imagen. También nos interesan reflexiones de fotógrafos, críticos y estudiosos del arte fotográfico y por esta razón, intentaremos involucrar en el proyecto a galerías, museos, editoriales, asociaciones de fotógrafos y cualquier otra entidad de las que forman parte del proceso de creación artística. Queremos que sea una revista abierta en un doble sentido: abierta a nuevas propuestas fotográficas y a quien ofrezca propuestas interesantes. Y sobre todo está abierta para quien quiera verla en su pantalla. Al hacerla abierta aprovechamos la ubicuidad que ofrece Internet , lo que nos permite una gran libertad para tomar riesgos e iniciativas que no pueden tomar galerías, museos y revistas comerciales que están obligados a dar cuenta de los recursos, públicos o privados, que tienen a su disposición. Finalmente, debemos agradecer el esfuerzo de quienes hasta ahora y a partir de ahora han confiado en nosotros poniendo su obra a nuestra disposición para iniciar esta aventura que llamamos AGSI, LA REVISTA.


The AGSI Photographic Association is a cultural association nonprofit formed by a diverse group of photographers, and open to differences of the variety, which unites us above all is a passion for photography. In the philosophy of the association is the will to integrate and reconcile the diversity of views. Now, with the magazine, we want to emphasize in the photographers and theirs work regardless of the style of photography or photographers involved consecrated or not. We try to visual storytelling and our commitment is not relatived to the cameras or technique, but with photographers and their work. Our interest is and will involve a community of artists and we will work with a high level of quality and attention to the details . We are happy to receive and publish work done by photographers considering exclusively the quality of work concerned to differents cultural traditions and styles in the creation of the image. We are also interested to show the reflections of photographers, critics and scholars of photographic art and for this reason, we will try to involve in our project to galleries, museums, publishers, photographers associations and any other entity of which they are part of the process of artistic creation. We want to be an open magazine in two ways: open to new forms of photography and to whom we can offer interesting proposals. And especially is open to whoever wants to see on his/her screen. If the magazine has been created in a digital open format, we are able to take the ubiquity of the Internet, which allows us to have freedom to take risks and initiatives that cannot be taken by galleries, museums and trade magazines that are required to account for their resources to a public or private entity. Finally, we must acknowledge the efforts of those so far and will now rely on us making their work available to us to start this adventure we call AGSI, THE MAGAZINE.


la revista número 1

REDACCIÓN Eva S. Benítez, Angel Caraballo, Anabel Mera, Stela Roibás. MAQUETACIÓN José Naveiras García FOTÓGRAFOS INVITADOS Elvira Mira Daniel Comeche Mario Rubio Rocío González Paz EDITA Asociación fotográfica AgSi Editado y publicado en Madrid, España FOTO PORTADA Angel Caraballo ISSN las fotografías aquí reproducidas son propiedad de los autores referidos. Está totalmente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos aquí publicados sin el expreso consentimiento de los autores o autoras de los mismos. La asociación AgSi no se hace responsable de plagios o copias del material publicado.


Sumario

INMENSIDAD Elvira Vila

página 6

EN TRÁNSITO Daniel Comeche

página 24

VUELOS NOCTURNOS Mario Rubio

página 36

CAMINOS Anabel y Angel

página 52

LA VISIÓN PERDIDA Rocío González Paz

página 70

VIAJE A TRAVÉS DE LAS ARTES DECORATIVAS Amaya Morera

página 82


INMENSIDAD Elvira Vila


Rostros que son mi propia imagen, mi yo convertido en reto. Un viaje a Nepal en el que, como un mantra interminable, busco, y tal vez hallo, mi íntimo conocimiento. Para muchos viajeros es un destino más, para mi es el paraíso terrenal. Con su cordón montañoso del Himalaya y las húmedas junglas es una tierra de yaks y yetis, de monasterios y meditación, de magia y misterio. Su habitantes viven con enorme intensidad y el tiempo pasa despacio. La vida para ellos es un privilegio y no un derecho según un aforismo budista. Allí se vive. Esta diminuta nación entre India y China tiene tu personalidad propia. No me extraña que muchos se pasen la vida explorando sus senderos y evocando en sus templos. A mi me ha faltado tiempo y espero poder volver a por más.


INMENSIDAD Elvira Vila


INMENSIDAD Elvira Vila


INMENSIDAD Elvira Vila


INMENSIDAD Elvira Vila


INMENSIDAD Elvira Vila


INMENSIDAD Elvira Vila


INMENSIDAD Elvira Vila


INMENSIDAD Elvira Vila


INMENSIDAD Elvira Vila


INMENSIDAD Elvira Vila


INMENSIDAD Elvira Vila


INMENSIDAD Elvira Vila


INMENSIDAD Elvira Vila


INMENSIDAD Elvira Vila


INMENSIDAD Elvira Vila


INMENSIDAD Elvira Vila


EN TRĂ NSITO Daniel Comeche


El proyecto “En tránsito” representa el vacío interior y personal provocado por el trayecto diario entre el hogar y el lugar de trabajo, como parte ineludible de la rutina en las grandes ciudades. “En tránsito” habla de la soledad de estos pasajeros, en un momento en el que se comparten espacios pero no sentimientos o emociones. Sus cuerpos están presentes, pero sus mentes están apagadas, inmersas en un viaje que solo termina cuando el trabajo comienza.

Sobre el Autor Mi nombre es Daniel Comeche, nací en Madrid en 1979. Mi interés por la fotografia surge de la mano de mi padre. Con el tiempo decidí descubrir por mí mismo los secretos de ese mundo, quedando poco a poco cautivado por una pasión que hoy en día da sentido a buena parte de mi vida.


EN TRĂ NSITO Daniel Comeche


EN TRĂ NSITO Daniel Comeche


EN TRĂ NSITO Daniel Comeche


EN TRĂ NSITO Daniel Comeche


EN TRĂ NSITO Daniel Comeche


EN TRĂ NSITO Daniel Comeche


EN TRĂ NSITO Daniel Comeche


EN TRĂ NSITO Daniel Comeche


EN TRĂ NSITO Daniel Comeche


EN TRĂ NSITO Daniel Comeche


VUELOS NOCTURNOS Mario Rubio


El mundo de la aviación, sin duda, suscita mucho interés tanto en el mundo de los aficionados a la fotografía como en los aficionados a la aeronáutica en general. El Museo del Aire de Madrid, establecido en la base aérea de Cuatro Vientos, cuenta con una de las mayores superficies que albergan aviones de todo el mundo. Desde maquetas de los primeros aeroplanos hasta reactores que han combatido en distintas guerras, la visita al museo es un imperativo si se está interesado en la historia de la aviación. He de reconocer que no es fácil tener acceso a todo este material cuando cae el sol, sin embargo, fui afortunado al encargarme de ilustrar el calendario que el Ejercito del Aire editó en 2012. Un total de 8.000 ejemplares fueros repartidos en varios países con lo que la fotografía nocturna ha marcado un nuevo punto de vista de las aeronaves pues hasta la fecha parece ser que nadie había hecho nada similar. Si bien es cierto que las fotografías, a ojos digamos no fotográficos, pueden llevar al engaño sobre si son imágenes tratadas con programa de retoque digital, puedo afirmar y afirmo que todas y cada una de ellas comulgan con las corrientes puristas ONLY RAW. De esta forma, únicamente se han establecido algunos recortes ya que, por encontrarse los aviones rodeados de muchos elementos no significativos, se hacía imposible hacer una composición sintetizada del sujeto principal. Todas las fotografías están pintadas con luz. Para ello se trabajó en equipo. Fuimos dos las personas que nos encargamos de hacer este trabajo. Con la ayuda de un par de linternas, un flash y un trigger realizamos el total del trabajo. Fueron momentos de intenso trabajo ya que comenzábamos en cuanto caía la noche para terminar de madrugada. Debemos tener en cuenta que son 100km los que distan entre nuestra casa y el museo con lo que el viaje de vuelta y el madrugón posterior para seguir trabajando a las 8 de la mañana, exigían dar la talla mientras estábamos frente a las aeronaves. Fueron sin duda aquellas que estaban en hangares las fotografías más difíciles de realizar. La oscuridad absoluta que hay en un lugar cerrado y con las luces apagadas abruma y allí donde se enciende una luz, el sensor de la cámara enseguida lo captará con lo que el margen de error es prácticamente mínimo. Si unimos esto a que los aviones son, simplemente gigantes, hay que tener máxima precisión para iluminar y pintar con luz si no se quiere errar constantemente. Por otro lado, las fotografías hechas al aire libre, en la mayoría de los casos, contaron unos cielos dramáticos, cargados de simbolismo con nubes a la fuga que acompañaban perfectamente los encuadres realizados. Al final, más de 40 aviones junto a otros vehículos como tanques, camiones y alguna ambulancia del ejército fueron fotografiados. El personal del museo eligió las fotografías que formarían el calendario. Consideremos que el sector de aficionados a la fotografía nocturna de España tuvo un grado de aceptación muy alto a esta serie por lo que con la satisfacción de haber realizado un reportaje fotográfico de “altos vuelos” hoy es un placer compartirlo aquí con todos vosotros.


VUELOS NOCTURNOS Mario Rubio


VUELOS NOCTURNOS Mario Rubio


VUELOS NOCTURNOS Mario Rubio


VUELOS NOCTURNOS Mario Rubio


VUELOS NOCTURNOS Mario Rubio


VUELOS NOCTURNOS Mario Rubio


VUELOS NOCTURNOS Mario Rubio


VUELOS NOCTURNOS Mario Rubio


VUELOS NOCTURNOS Mario Rubio


VUELOS NOCTURNOS Mario Rubio


VUELOS NOCTURNOS Mario Rubio


VUELOS NOCTURNOS Mario Rubio


VUELOS NOCTURNOS Mario Rubio


VUELOS NOCTURNOS Mario Rubio


fotógrafos

CAMINOS Anabel y Angel Un camino, no es sólo la distancia entre dos puntos…un camino es cada paso que dás en él, son latidos de tu corazón, respiraciones, imágenes diferentes e irrepetibles grabadas en tu retina. Pon atención al recorrido y pasión por lo que haces y tendrás, sin duda, una recompensa. Déjate llevar por el camino, deja que te cautive y el mundo en torno a tí se desvanecerá y paso a paso aprenderás la auténtica dimensión del camino y el sentido de tu caminar En el camino hay alegría, emoción, caminantes como tú, hay un paisaje, lluvia, nieve, sol, hojas de árbol, el fluir de la vida y la emoción de cada encuentro y cada episodio. El camino es el primer medio de comunicación entre los hombres, en un principio construyeron caminos elementales apenas con la huella de su paso, más tarde el hombre alcanzó niveles muy elevados en la técnica de construcción de caminos y carreteras, que poco a poco fueron permitiendo el paso de máquinas cada vez más veloces, de modo que ahora es posible recorrer cientos de kilómetros en apenas un rato Lo importante es recorrer el camino que se nos presenta cada mañana.


Caminante no hay camino, se hace camino al andar...


CAMINOS Anabel y Angel

El coraz贸n viaja despacio, la velocidad que alcanza es apenas la que confunde los latidos con los pasos del caminante.


CAMINOS Anabel y Angel


CAMINOS Anabel y Angel


CAMINOS Anabel y Angel

Una resaca de recuerdos se va estrellando contra el suelo, algunos duelen, otros, me arrancan una sonrisa. Al entrar en el camino elegiste y ya no tiene remedio, s贸lo hay que mirar hacia delante.


CAMINOS Anabel y Angel

Cuando la vida carece de espacio y tiempo, s贸lo hay un camino. Nos vamos.


CAMINOS Anabel y Angel


CAMINOS Anabel y Angel

Una maĂąana mojada viajamos a bosques de mil colores en cinco continentes, hacemos planes de amistad eterna. AhĂ­ fuera en el camino, llueve.


CAMINOS Anabel y Angel


CAMINOS Anabel y Angel


CAMINOS Anabel y Angel

Ha llovido. Un duende enreda con los recuerdos y los moja con nostalgia, pero la vida está aquí y el precio de ser pájaro es la esclavitud del viento. si me metieran en una jaula me consumiría, ante mí hay un camino.


CAMINOS Anabel y Angel


CAMINOS Anabel y Angel

El camino puede ser breve como un “te quiero” o eterno como un “adiós”, Pero, siempre, la experiencia de recorrerlo te hará más sabio…


CAMINOS Anabel y Angel


CAMINOS Anabel y Angel

Elegiste la libertad como compa単era de viaje y el camino no sabe de ternura y soledades.


CAMINOS Anabel y Angel


CAMINOS Anabel y Angel

No sé si el camino tiene un final, pero vas agotando etapas; culminar cada una es una cuestión de esfuerzo y amor, de sacrificio y honor, es una lucha que cobra sentido si encuentras un punto de luz, una referencia para continuar…


LA VISIÓN PERDIDA Rocío González Paz


Éste, es un paseo por la luz. Un paseo inspirado por las pinturas de la serie “Nenúfares” que pintó Monet entre 1915 y su muerte en 1926, cuando padecía graves problemas de visión. Si fuéramos capaces de aislar la angustia que produce perder la vista ¿percibiríamos como bello aquello que captan nuestros ojos? ¿Podríamos encontrar belleza entre formas desdibujadas y colores que se mezclan o transforman? Yo creo que Monet consiguió precisamente eso. En su empeño por reflejar en el lienzo aquello que veía con sus ojos enfermos, logró mostrar algo que muchos, a lo largo de los años, hemos coincidido en reconocer como bello. Tal como Monet eligió Giverny como objeto de su serie final, yo he elegido los reflejos del lago artificial, conocido como “El mar”, en los Jardines de La Granja de San Ildefonso (Segovia).


LA VISIÓN PERDIDA Rocío González Paz


LA VISIÓN PERDIDA Rocío González Paz


LA VISIÓN PERDIDA Rocío González Paz


LA VISIÓN PERDIDA Rocío González Paz


LA VISIÓN PERDIDA Rocío González Paz


LA VISIÓN PERDIDA Rocío González Paz


LA VISIÓN PERDIDA Rocío González Paz


LA VISIÓN PERDIDA Rocío González Paz


LA VISIÓN PERDIDA Rocío González Paz


LA VISIÓN PERDIDA Rocío González Paz


VIAJE A TRAVÉS DE LAS ARTES DECORATIVAS


Amaya Morera


Todo viaje es una búsqueda y una fascinación para el universo de los sentidos. Viajar a través de las Artes Decorativas supone emprender un recorrido por nuestra Historia; vincular el ayer con el hoy y el mañana experimentando, y deleitándonos en objetos suntuarios, que, como tales objetos, encierran “ingenio, elección, una cultura”1. Se trata pues de un recorrido que conlleva una “elección cultural”, según la cual las piezas de cerámica, plata, porcelana o vidrio; textiles, tapices y muebles reflejan la creciente satisfacción de nuestras necesidades cotidianas. En su mayoría son enseres de enorme belleza y delicada manufactura, fruto de la creatividad de grandes artesanos, que han de entenderse como interlocutores de la evolución del gusto de cada época y de las preferencias en materia de estética. Al mismo tiempo, participan con naturalidad en la vida cotidiana como testimonio de civilización y fuente básica para el conocimiento de nuestra historia. Objetos, por tanto, que muestran cómo el sentido y el interés por la belleza del entorno han acompañado al hombre desde la Edad Media contribuyendo cada uno de ellos a su manera al desarrollo del ámbito doméstico. En España la afición por la vida refinada se inicia en los reinados de Juan II (1406/1454) y de Enrique IV (1454/1474) acentuándose el lujo y la ostentación en el último cuarto del S XV, tal vez por influencia del Ducado de Borgoña, de gran pujanza en Europa entre 1364 y 1477. Durante el reinado de los Reyes Católicos (1474/1516) numerosos nobles e hidalgos establecieron sus viviendas en las ciudades contribuyendo a la prolongación del arte gótico, patrocinado por los más altos estamentos, mientras se incrementaba la presencia de lo que podría calificarse como incipiente clase media: los gremios y cofradías de oficios, que adquirieron carta de naturaleza en este entorno urbano. Fueron estos sectores, todavía minoritarios, los responsables de la producción de objetos suntuarios que demandaban la Realeza y la Nobleza. El carácter itinerante de la Corte generó algunos rasgos específicos, como el incremento de los tejidos que adornaron los ambientes multifuncionales y que se presentan no ya sólo como elementos decorativos sino también como aislantes del frío y, sobre todo, como separadores de ambientes. Tapices (Foto 1), cortinas, reposteros y alfombras eran tan versátiles como de fácil traslado y por ello adecuados para la vida itinerante de la realeza castellana medieval. El mobiliario será muy escaso en tipologías debido a la falta de asentamiento; limitándose a arcas (Foto 2), arquetas, jamugas, mesas y bancos que, sin embargo, contrastan con la variedad y suntuosidad de los fácilmente transportables objetos decorativos. Tal es el caso de las piezas de orfebrería tanto de uso profano como religioso, que experimentaron un enorme auge y que realizadas en plata y oro, aderezadas con esmaltes y piedras preciosas (Foto 3) se convierten en referentes del poderío de sus dueños al tiempo que sirven de ejemplo para la cerámica donde, por ejemplo, el llamado “reflejo dorado” de la producción de Manises (Foto 4) intentó embellecer mediante sus técnicas decorativas un material más bien escaso en los círculos cortesanos pero muy extendido entre las clases menos favorecidas. Este panorama sufre una profunda metamorfosis a lo largo del S XVI. El Renacimiento transforma la mentalidad del hombre de la época, las estructuras sociales y, por lo que a nosotros concierne, las manifestaciones artísticas que fueron renovadas en todos los campos, especialmente en lo relativo al palacio y su equipamiento interno. Los nuevos repertorios tomados de la Antigüedad Clásica se mezclan con motivos inspirados en su arquitectura y ornamentación. El “príncipe del Renacimiento” tiene afán por conocer. 1

DAGOGNET, F: Éloge de l´objet. Pour une philosophie de la merchandise. París, 1989. Página 12.


La imprenta difunde diseños. El Imperio amplia fronteras y se alza con el monopolio de la via orientalis. Consecuentemente, los miembros de la Corte y las élites ampliaron su horizonte vital, artístico y cultural. El cosmopolitismo de la nobleza se ponía de manifiesto en las “casas muy sumptuosamente labradas”. Por primera vez, se intenta llevar una vida doméstica ordenada y, en general, las Artes Decorativas reflejan el avance del vocabulario renacentista y se erigen en referentes de ostentación y de status social. Felipe II abandona Toledo y “toma casa” en el madrileño Alcázar. La Nobleza construye paulatinamente sus palacios alrededor del Monarca dotándolo de una decoración estable consecuencia del asentamiento de la Corte. Asistimos a una cierta multiplicación en lo que a modelos mobiliarios se refiere con la aparición y consolidación del escritorio (Foto 5) y del bufete. Decorados con piedras duras de vistosos colores (Foto 6) o ejecutados en nobles maderas, muchos testimonios hablan de una producción “masiva” de muebles de plata; metal que se consolida para la ornamentación y el servicio de mesa, mientras que el cristal es aplaudido unánimemente, y desde el lejano Oriente irrumpe el gusto por la porcelana (Foto 7), las sedas, los abanicos y las lacas que permiten multiplicar la ostentación no sólo a través del palacio, sino muy especialmente mediante la presentación exterior del señor que usa y abusa de fastuosos ropajes y exquisitas alhajas (Foto 8). Los objetos suntuarios buscan combinar simbólicamente la Antigüedad clásica de la vieja Europa con el exotismo de los nuevos mundos, como una afirmación visual del poder de sus propietarios, de sus refinados gustos, de su influencia y hegemonía dentro del imperio y de la red familiar, por lo que, en innumerables ocasiones, esas valiosas piezas se destinaron a formar parte de las cámaras de maravillas que la cultura renacentista impuso entre los príncipes y magnates europeos y donde artificialia y naturalia cohabitaban por igual, Estancias, ricamente decoradas con costosísimos textiles, esculturas, cristales de roca, gemas y manuscritos, deliberadamente colocados al lado de porcelanas chinas, piedras bezoares (Foto 9), corales, perlas, marfiles, pinturas y retratos de familia; escogidos para combinar los modos de coleccionismo borgoñón, habsbúrgico y castellano donde la acumulación, pero, sobre todo, la exposición de objetos era cuidadosamente seleccionada. Una ostentación que, lejos de perecer, se acrecienta durante los reinados de Felipe III (1598/1621), Felipe IV (1621/1665) y Carlos II (1665/1700). España iniciaba una progresiva decadencia económica que, sin embargo, no pareció afectar a las clases privilegiadas que, emulando a sus Monarcas, gastaban mucho más de lo que tenían sin el menor ánimo previsor porque ante todo primaba la apariencia y, desde luego, vivían para aparentar. Ese afán de ostentación no se produjo exclusivamente “de caras afuera”, sino que penetró en el ámbito doméstico donde la disposición de objetos era cuidadosamente seleccionada según un severo código de estricta observancia. La pintura, así como las descripciones de nuestros literatos o moralistas y los relatos de viajeros extranjeros hablan de estancias de gran altura, techos artesonados (Foto 10), paredes encaladas repletas de cuadros y tapices con sólo pequeños vanos de luz natural, suelos de barro y un mobiliario siempre arrimado contra la pared, manteniendo diáfano el centro de la estancia, “of little use but to be walked through” a decir de York2. Como adornos destaca la abundancia de imágenes devocionales en sus escaparates, acordes con la religiosidad del momento, sin pasar por alto objetos suntuarios pro-

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LUCIE SMITH, E: Furniture. A concise History. Londres, 1987. Página 93


fanos, tanto de producción nacional, como europea o procedentes de ultramar (Foto 11). Y es que en España conviven en ese momento los productos autóctonos con los de importación, sobre todo los de los centros adscritos a la Corona, fundamentalmente Flandes e Italia, pero también los objetos exóticos que traían los galeones desde América y Oriente. Continúa la importación masiva de porcelana, seda, lacas y abanicos, que competirán con objetos decorados a base de concha de tortuga que procedente de Méjico, cubrirá un sinfín de piezas de la época con su tonalidad carmesí (Foto 12). El repertorio mobiliario se amplía, adquiere nuevas soluciones técnicas y ornamentales, al tiempo que atiende a un nuevo concepto de calidad material y elegancia formal. Entre las propuestas, destaca el mueble “de guardar” en forma de escritorios más ampulosos y exuberantes que antaño y de armarios (Foto 13) que responden a las nuevas tendencias con su gusto por lo asombroso y su tendencia a sorprender. Dotados frecuentemente de secretos, presentan una combinación de maderas, materiales singulares y metales que enaltecen su apariencia fomentando los juegos lumínicos que tanto aprecia la estética barroca. Junto a ellos cabe destacar la cama “de múltiples cabeceras” ejecutada fundamentalmente en maderas exóticas, y caracterizada por sus torneados y frecuentes aplicaciones de metal dorado donde la inversión económica deviene del simbolismo de la cama como pieza en la que se completa el ciclo vital desde el nacimiento hasta la muerte (Foto 14). Todo ello sin pasar por alto los nuevos asientos, representados por el sillón de brazos que con su asiento y respaldo de cuero o costoso terciopelo bordado en hilos de oro y plata clavados “al aire” se erige en la silla tradicional española de uso eminentemente masculino. Para la mujer, lo más frecuente fue su disposición sobre los estrados, término con el que se denomina la parte de la sala situada sobre una tarima, y cubierta por una estera en verano y una alfombra en invierno, enmarcada por un ruedo realizado a juego con el ocasional dosel y un sinfín de almohadones de ricos textiles o cordobanes sobre los que se asienta la dama española. Empleado como reducto femenino donde disfrutar del día a día y departir con las amigas en torno al brasero será uno de los emplazamientos donde más se invierta por tratarse de un espacio de recepción. Sobre los estrados se dispone un mobiliario “en miniatura” consistente en escritorillos, arquetas, escaparates de “alhajas”, bufetillos, biombos, tocadores y piezas semejantes y alguna silla baja para aquellos hombres a los que por un especial favor se permitía el acceso a estos “cotos de honor” de la mujer (Foto 15). Este panorama cambiará radicalmente tras la entronización de Felipe V. El 1 de Noviembre de 1700 fallece Carlos II y por expreso deseo del Monarca se encomienda la Corona de España a una nueva dinastía. El joven Borbón había crecido en un entorno donde las Artes Decorativas, “costoso y magnífico instrumento del prestigio político” habían alcanzado un notable éxito gracias a las manufacturas reales que protegiera Luis XIV y que convirtieron a Francia en referente de buen gusto3. Tanto Felipe V (1700/1746) como sus sucesores Fernando VI (1746/1759) y Carlos III (1759/1788) fundamentalmente, siguieron el ejemplo del Rey Sol protegiendo y fomentando el establecimiento de centros de producción amparados por la Corona. De este modo, se impulsa la creación de las Reales Fábricas de Tapices y Paños de Guadalajara en 1717; la de Tapices de Santa Bárbara de Madrid en 1720, de Paños de Segovia en 1723 y de Vidrios y Cristales de la Granja en 1727. Con posterioridad, inauguró Fernando VI la Real Fábrica de Tejidos de Seda de Talavera en 1748 y Carlos III la Real Escuela

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BOTTINEAU, Y.: El Arte Cortesano de la España de Felipe V (1700/1746). Madrid, 1986. Página 129.


de Platería “Martínez” en 1778, la Real Fábrica de Relojes 1788 y, sobre todo, la Real Fábrica de Porcelana de Buen Retiro en 1759; todas ellas amparadas por la Hacienda Real. Con ello se intentaba evitar la importación masiva de objetos suntuarios desde el extranjero fomentando la industria nacional. Porque, desde luego, “lo moderno” se imponía. Sin gran simpatía hacia Francia, lo cierto es que la Nobleza Castellana quedó impactada por la imagen de suntuosidad que presentaban los nuevos Monarcas, de manera que absorbieron de buena gana las nuevas propuestas decorativas y estéticas que ellos plantearon y que en la medida de sus posibilidades intentaban paulatinamente implementar los Monarcas en los Reales Palacios del Alcázar y de Buen Retiro. La quema del primero en la Nochebuena de 1734, con la desgracia que ello supone, plantea sin embargo la necesidad de su reconstrucción y la posibilidad de adecuar sus ambientes a las novedosas tendencias que arrastran los nuevos conceptos domésticos que ahora imperan: la “comodidad” y la “intimidad”, según los cuales los espacios se diferencian en función de su mayor o menor grado de “publicidad”. Desde los apartamentos de parada hasta los apartamentos privados pasando por los de sociedad, las habitaciones serán dispuestas en función de su uso “cara al público” y frente a los de mera representación, ocuparán un lugar destacado los más íntimos, destinados a desarrollar la vida privada de la persona en todos sus aspectos. Consecuencia de ello fue la necesidad de adecuar cada uno de estos ambientes según sus necesidades, pero también según las propuestas “de la moda” que llegaban desde Francia, Italia e Inglaterra. El Siglo XVIII se conoce como el Siglo de las Luces debido al movimiento ilustrado que templó el fanatismo religioso de los siglos anteriores, presentando la religiosidad como una experiencia privada. Sin embargo, dicha denominación es perfectamente extensible a los interiores domésticos porque si en algo se caracteriza esta época, es por la incorporación de la luz, tanto en lo que a inmensas cristaleras se refiere como a cuanto a arañas de cristal afecta que proveyeron los ambientes de una claridad que chocaba frontalmente con la penumbra de los palacios barrocos que “parecían dormir”4 (Foto 16). Una luz que fomenta el colorido de las nuevas estancias, con paredes rematadas de frisos de madera policromada, tapices ornamentales, sedas multicolores o papeles pintados donde los muebles se emplazan, no ya siguiendo el estricto código anterior, sino en función de las necesidades de quienes allí se reunieran creando gracias a su nuevo amueblamiento y decoración una coherencia estética antaño desconocida. Ello acarrea consecuentemente la plena aceptación de las novedades mobiliarias que, fruto del genio innovador de ebanistas franceses e ingleses, llegaban a España. Gracias a ello, asistiremos a una multiplicación de modelos de asientos que fomentan la comodidad de sus propietarios, pero que también facilitan la interrelación genérica mediante piezas que, como el canapé, no sólo sirven para acomodar a más de una persona, sino ahora ya a hombres y mujeres por igual. Del mismo modo, quedará desbancado el tradicional bufete español por todo tipo de mesas; desde las que sirven como mero apoyo, entre las que brilla con luz propia la consola, hasta las de comer, pasando por las de juego, de café o de escritura (Foto 17). Las camas de múltiples cabeceras se sustituirán por las imperiales o de enorme cabecero recortado, mientras que nuestros tradicionales escritorios se verán suplantados por la tipología mobiliaria que históricamente suele vincularse con esta época y que no es otra que la cómoda con sus múltiples variantes (Foto 18). Muebles que se irán adaptando a

MORÁN TURINA, A.: “Reinterpretando a Velázquez: Carreño y el Retrato de Carlos II” en Cortes del Barroco. De Bernini y Velázquez a Luca Giordano. Madrid, Aranjuez, Octubre 2002 a Enero 2004. Página 72. 4


las sucesivas propuestas estéticas del Siglo XVIII, que abarcan los estilos del barroco hasta el neoclasicismo pasando por la curvatura del rococó. Cambio en el mobiliario y también en lo que a la decoración de ambientes se refiere. Las imágenes religiosas quedan relegadas a los espacios privados donde orar en la intimidad, mientras los aposentos en general sucumben a relojes de bronce de complejos mecanismos y, fundamentalmente, a los “vidriados” en su doble naturaleza; porcelana y vidrio o cristal. En 1706 se alzó la fábrica sajona con el “secreto de la porcelana” celosamente guardado durante siglos por los alfareros orientales. A Meissen le siguieron rápidamente otras manufacturas europeas que suministraron a las Cortes europeas de estas delicadezas de “oro blanco” sin cuya presencia no se concibe el espacio dieciochesco5 (Foto 19). Situadas sobre ménsulas doradas colgadas de la pared, bajo fanales de cristal o a plena vista completan el colorido de la decoración, pero también el servicio de mesa compuesto por un sinfín de piezas que se emplean en este momento para agasajar a propios y extraños. Una porcelana que competirá con los objetos de vidrio y de cristal que, procedentes de la Real Fábrica de Cristales de la Granja colman las necesidades de la Corte desde que en 1727, Ventura Sit obtuviera el beneplácito real para su instalación en el Sitio de San Ildefonso. Cristal grabado, dorado y esmaltado sin olvidar la delicada producción de vidrio lattimo cuya composición procuraba a los objetos así tratados una apariencia semejante a la porcelana, pero a un coste sensiblemente inferior (Foto 20). Todo ello refleja la evolución de las modas y la relajación de los ambientes. España quiso estar a la altura de las demás cortes europeas y experimenta un considerable desarrollo que culmina con la inauguración del Palacio Nuevo en 1764, treinta años después de la quema del Alcázar. En tiempos de Carlos IV (1788/1808) asistimos a la extensión del Neoclasicismo y primeras influencias del Estilo Imperio que se consolida plenamente en tiempos de Fernando VII (1808/1833) cuando la sobriedad, la geometría y el predominio de líneas rectas y superficies planas del Neoclasicismo se vean parcialmente interrumpidas por un repertorio ornamental de inspiración egipcia (Foto 21). Sin embargo, por encima de ello, las Artes Decorativas del Siglo XIX se erigen en fiel reflejo de las convulsiones políticas y sociales que azotan esa centuria y, muy fundamentalmente, acusan el avance de la burguesía frente a los usos del Antiguo Régimen, lo que conlleva además de la mera evolución de estilos del siglo anterior, la recuperación y coexistencia de vivencias nostálgicas del pasado, con las consiguientes recreaciones “historicistas” de gustos, teóricamente superados, pero que se reinterpretan en este momento. De este modo, se observa desde el primer tercio del XIX un revivir de propuestas medievales, renacentistas y barrocas que convivirán con los logros de la industrialización y consiguiente producción seriada de objetos, pero también con la revalorización de los trabajos artesanos originando un eclecticismo de estilos que invade el espacio doméstico con el propósito, sin embargo, de conseguir una coherencia estética donde prima la decoración integral. Los ambientes burgueses se ordenan claramente diferenciando entre los de recepción en los que agasajar a los invitados con cenas y bailes de gala y aquellos de uso eminentemente familiar, observándose en estos últimos una desmedida afición por “sobrepoblar” las estancias combinando piezas de diferentes gustos y tendencias consolidando la especialización de habitaciones que propusiera el Siglo XVIII y que la ABAD ZARDOYA, C.: La casa y los objetos. Espacio doméstico y cultura material en la Zaragoza de la primera mitad del Siglo XVIII. Página 60 5


burguesía se apropia rápidamente. Si bien continúan las influencias extranjeras, las propuestas no dejan de ser reinterpretaciones de modelos previos que ahora circulan más rápidamente debido a las Exposiciones Universales que sirven de escaparate para la producción nacional de los países que en ellas participan. La industrialización conlleva una ágil y rápida producción de enseres, una oportunidad clara de extensión y mecanización que permite satisfacer la creciente demanda de la burguesía. Artistas como Thonet (1796/1870), creador vienés de una muy emblemática industria de muebles (Foto 22), logra un gran éxito de producción en serie, al igual que ocurre con Charles Pickman (1808/1888) y su loza estampada de “La Cartuja de Sevilla” (Foto 23). Jean Zuber & Cia propone desde su fundación en 1791 a su vez una producción seriada de papeles pintados muy demandados para la decoración de interiores. Sin embargo, la gran renovación de las Artes Decorativas tendrá lugar en el último tercio del Siglo XIX en Inglaterra. Allí, John Ruskin (1819/1900) defendió el trabajo artesano frente a la máquina y, junto a él, William Morris (1834/1896) propuso nuevas soluciones para una vivienda de tipo medio, agradable, sencilla y cómoda (Foto 24). Su propuesta de conseguir interiores unitarios recibió la máxima atención por parte de decoradores y arquitectos. En igual línea trabajó Owen Jones (1806/1889) intentando conseguir que los objetos cotidianos fueran a su vez fuente de uso sin renunciar por ello al placer estético. Un clima que se extiende desde Inglaterra al resto de Europa, según lo cual la utilidad y la belleza debían estar estrechamente vinculadas. Francia, por su parte, aporta desde 1900 a través de la Escuela de Nancy grandes innovaciones que fueron seguidas de cerca en España por industriales catalanes de la talla de Françesc Vidal o la Familia Masriera. Hasta cierto punto es precisamente el Modernismo o Art Nouveau el responsables de consolidar las pretensiones del S XIX respecto a una “casa total” (Foto 25). Tras ella, los estilos de vanguardia se erigen en defensores de la plena libertad creadora, propiciando una nueva estética donde prime lo geométrico y el diseño, que culminará en los movimientos cubista, expresionista, futurista y abstracto (Foto 26); todo un repertorio de propuestas diversas que conviven con la tradición, nos acercan al estudio de la vida cotidiana, gestada a lo largo de siglos de historia de cultura material y nos permiten entender que “cada época construye mentalmente su propia representación”.


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