La Nueva “Normalidad”
Valentina Torralba Pinilla
Introducción
Si me preguntarán ¿Cómo me he sentido respecto a la situación actual? diría que es algo tan difícil de explicar, porque para mí, cosas que eran tan cotidianas como salir con amigos, ir a un restaurante, ir a la universidad, hacer deporte o hasta estar en casa se han visto modificadas en la realidad actual, o como decidí llamarla “La nueva normalidad”. Una normalidad en la que nosotros, los seres humanos dependemos del autocuidado, del lavado de manos, el uso del tapabocas y ya si tú quieres cuidarte de más te encargas de llevar gel antibacterial y alcohol a todo lado, es decir, nosotros mismos somos los responsables de mantenernos con vida. Espero que esta situación no solo sea impactante para mí, sino que, para ustedes, quienes estén leyendo esta introducción, también, pues es bastante duro ver como en menos de un año nuestras vidas cambiaron por completo. Por eso, este fotolibro muestra la perspectiva de una estudiante que, con tan solo 18 años, quiso analizar “la nueva normalidad” que tanto nos venden, mediante fotos de su diario vivir.
En esta nueva “normalidad” que tanto llaman, el tapabocas, el alcohol, el antibacterial y el lavado de manos pasaron a ser los protagonistas de esta historia, que digo protagonistas, más bien nuestros mejores amigos, pues a donde salgamos llevamos sin falta estos elementos porque sino corremos el riesgo de contraer este bicho raro, que llegó a cambiarnos la vida por completo.
La última vez que salí con mis amigos pude ver como hay algunos que se cuidan tanto que a la hora de comer nisiquiera desean quitarse el tapabocas, o estan los que medio se cuidan, como mi amiga que cada 5 minutos se rociaba alcohol o claro, el amigo que nunca falta, el que se cree inmune a esta enfermedad, pues siempre se quita el tapabocas, y eso, ni sabemos si lo carga.
!Lo que faltaba! Aparte de que cada vez que salgo tengo que empacar en mi maleta alcohol y antibacterial, ahora también quiero que el tapabocas combine con mi outfit, siempre linda, nunca inlinda.
Hasta salir a comer se volvió todo un protocolo, cuando voy con mi familia a algún restaurante veo como todos tienen su tababocas, ya sea en el menton, cubriendo su nariz y boca, y la que más he visto, colgando de su oreja, pero bueno...digamos que lo tienen puesto.
Bueno, al menos hay algunas personas que son tan precavidas que hasta almuerzan con su alcohol al lado del plato, mejor que la comida sepa a alcohol a que entre el virus ¿No?
Ay por Dios, como si no fuera suficiente, hasta para salir a montar bici también debemos tener estos cuidados, porque a pesar de que salgamos con nuestros conocidos y sean muy saludables, no sabemos quien puede traer el virus, para eso necesitariamos un radar. ¡Ciencia porfavor créalo!
La hermosa etapa universitaria... otra cosa que el coronavirus obligó a reinventarse, la época más esperada por algunas personas se vió arruinada por este virus, pues les contaré como ha sido mi experiencia yendo a la universidad de manera remota y estudiando desde mi casa de manera virtual, experiencia que muchos adolecentes estan viviendo en este momento, no solo yo.
Los pocos días que vamos a la universidad, debemos estar todo el tiempo con el tapabocas, y claro, como no si es nuestro deber cuidarnos y cuidar a los demás. A veces da un poco de nostalgia recordar los viejos tiempos en los que se podía estar al lado de nuestros compañeros, pero... en esta nueva normalidad a penas entramos al salón, nos tenemos que separar cada uno por mesas.
A la hora de almorzar, pasamos a estar solos y tristes, a dos metros de distancia que nos separan de nuestros grandes amigos, como olvidar, cuando antes solíamos comer en un sola mesa, un gran grupo con el que intercambiabamos risas, carcajadas y comida...
Pero no crean, de las clases virtuales tampoco nos hemos salvado, ya me acostumbre a que sean las 2 de la tarde y las siga viendo en pijamada, bien arrunchada.
Con decirles que hasta la vida en casa cambio, no hay santo día en el que lleguemos a nuestro hogar y no nos lavemos las manos, a llenar el tapabocas de alcohol y si ya los hemos usado mucho pues lo lavamos, al igual que la ropa. ¡Ropa que se usa para salir, ropa que se llega a lavar!
Conclusión Finalmente, el coronavirus nos invita a reeplantearnos la idea de que no somos la raza más fuerte que existe en el planeta, pues nos demuestra como un virus que se creía que no era letal, puede llegar a matarnos, detener la economía, nuestra vida social y nuestra manera de relacionarnos con los demás. Por eso, quise hacer mi diario sobre la realidad de la que ningún ser humano pudo escapar, porque nuevamente el mundo esta viviendo cuarentenas, confinamientos por días, quizás semanas, y aunque digan que uno se acostumbra y quieran llamarla “la nueva normalidad” para que suene lindo, es algo que en un futuro no muy lejano a muchos nos afectará.