BOGOTÁ SIEMPRE VIVA
Sarah Medina l Natalia Medina l Nina Gutiérrez
INTRODUCCIÓN
V
Bogotá-Colombia, ciudad de todos y de nadie a la vez. Sus edificios, casas y calles han visto a millones de personas dentro y fuera del país llegar a la metrópolis llenas de sueños y metas. La comunidad bogotana ya no es simplemente rola, es caleña, es paisa, es pastusa, es boyacense, es costeña: Bogotá es el distrito de la diversidad. La capital ha acogido a muchos para que, desde sus barrios y localidades, familias enteras florezcan y escriban una de tantas historias que hay en esta ciudad de más de 480 años.
La construcción de una memoria histórica colectiva recae en aquellos “nómadas”que se asentaron en Bogotá. Nos contaron sus experiencias, sus anécdotas y su vida alrededor de estas calles y avenidas. Recuerdan su llegada, su recorrido y ahora en 2020, en tiempos de pandemia, el final parece incierto. La soledad de la ciudad paró todo, menos a las familias que, dentro de casa, viven del recuerdo de esos tiempos pasados; cuando el corazón de la capital latía a toda marcha y el movimiento desenfrenado era parte de la cotidianidad. Familias como las nuestras se han visto obligadas a cambiar sus dinámicas, replantearse sus relaciones y sobre todo anhelar el estar afuera por una vez más. Sin embargo, Bogotá aún con cuarentena, pandemia e incertidumbre: sigue viva, y vive para contarnos este momento histórico.
CONCLUSIONES
Le damos gracias a esta ciudad, ciudad que sirvió de refugio a aquellos que huían de la guerra, a los que llegaron en busca de nuevas oportunidades y a los que simplemente deseaban estar en la ciudad que nunca duerme; la de las calles mágicas, 2600 metros más cerca de las estrellas. Esta es la capital en la que nada para, en la que el tiempo vuela; una ciudad que agobia, pero que también hace feliz. Desafortunadamente desde que comenzó la pandemia del COVID-19 creemos que la alegría de estas calles se esfumó, y que es más la angustia que la felicidad. No hay empleos, no hay hogares, no hay oportunidades.
Pero Bogotá sigue viva y vivirá mientras su gente también lo haga: quienes se arman de esperanza y luchan por la capital de los sueños. Ahora las calles nos esperan, desean vernos reunidos en cada esquina, con nuestros parceros, tomandonos una pola y haciendo tertulia; somos la alegría, somos el motor. Nuestra ciudad es mucho más que rascacielos e infraestructura, Bogotá es memorias, es vivencias, es relaciones; cosas que ni con la pandemia se pudieron parar. Por ahora sólo nos queda añorar la ciudad que conocimos y agradecer el estar aquí, para que, en algún momento salgamos de nuevo y nos podamos vestir de alegría. estaremos afuera, sobreviviremos y todo podrá ser gracias a que Bogotá es siempre viva.
Nina Gutiérrez
Natalia Medina
Sarah Medina
Natalia Medina
Nina Gutiérrez
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Sarah Medina
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Natalia Medina
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Natalia Medina
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Natalia Medina
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