Cusmuy

cusmuy

redescubriendo nuestro origen

Fotografía e Historia 2017-1 Andrés Felipe Sarmiento Saavedra David villalobos lascano Santiago Alberto Valencia Vásquez jhojan Stiven Sanchez Rozo

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cusmuy

redescubriendo nuestro origen

Andrés Felipe Sarmiento Saavedra David Villalobos Lascano Santiago Alberto valencia Vázques Jhojan Stiven Sanchez Rozo Fotografía e Historia 2017-1

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INTRODUCCIÓN

Tuvimos la oportunidad de encontrarnos con la naturaleza y espiritualidad ancestral indígena. Tanto Guatavita como Sesquilé son dos lugares propicios para este encuentro, donde hay espacios que emanan historia y tradición propia de su región, el primero considerado lugar sacro para los rituales Muiscas, presentes en la cotidianidad de esta cultura la cual idolatraba la belleza geográfica del lugar y la aprovechaba para hacer aún más místicas sus prácticas sagradas y la segunda, Sesquilé, un municipio ubicado en una zona privilegiada del altiplano cundiboyacense, donde paramos, cerros y la laguna de Guatavita le dan un paisaje único, además de la carga histórica dada por los grupos indígenas que se asentaron en este lugar.

Sin tener en cuenta la trascendencia histórica del lugar, nos dispusimos a iniciar nuestro recorrido por la laguna, rico en flora y fauna característica de la zona, a medida que íbamos avanzando en nuestra travesía y con el conocimiento transitado a nosotros por medio de los guías este espacio en el que nos encontrába-

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mos iba cada vez cobrando más y más sentido en la historia nuevos habían contado.

Fue casi como teoría y práctica la que dividido nuestra jornada visitando estos maravillosos lugares, en la mañana tuvimos un acercamiento con la naturaleza local, acompañado de las palabras del guía el cual justificaba varios de los detalles que podíamos apreciar a cada lado del camino dándole consistencia a nuestra visita y poder ir pensando cómo sacarle provecho a la información que se tornaba cada vez más interesante.

También aparte de la importancia mística del lugar estaba la injerencia de las plantas y el clima en la vida cotidiana de los Muiscas. Algo que nos llamó poderosamente la atención fue la desmitificación del pensamiento preconcebido que varios teníamos acerca del “indígena” típico con taparrabo, el cual se hace presente en múltiples libros de texto y en la cultura popular, aprendiendo que los indígenas nativos de esta región tejían y lucían sus propias ruanas par mantenerse calientes en una zona que a pesar de ser actualmente algo templada históricamente se ha caracterizado por sus climas fríos, desmintiendo así el mito del taparrabo, promovido por los españoles para justificar

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su causa en base a la “incivilidad” de nuestros ancestros indígenas.

Después de oír múltiples historias acerca del lugar nos dirigimos a Sesquilé, donde guiados por un nativo el cual nos conto acerca de su comunidad en la actualidad, el uso de algunas plantas y su cosmovisión.

Para llevarnos a la practica el guía nos llevó a una casa ceremonial donde acompañados de un taita realizamos dos rituales, el del algodón y el del tabaco, los cuales eran para la sanar espiritualmente, esto nos permitió conectarnos más con la cultura indígena expiando nuestras cargas emocionales más profundas y curándolas en un momento intimo con nosotros mismos.

La laguna de Guatavita, donde múltiples rituales espirituales fueron llevados a cabo, toma su coloración verde debido las alPie de foto gas que se hayan sumergidas. En este lugar los españoles en Ipsape velis pliquae sus accabor sequiae sit eiusape vez de encontrar oro se toparon con piezas hechas de tumbago, llest, omni od et et omni dit quia que nonet ommolla combinación entre oro y cobre. Foto por: David Villalobos borrum faccae nimi, sit qui tem volorerum ipitis Foto: Daniela Romero

Capítulo 1 Guatavita

La laguna de Guatavita se encuentra ubicada en la cordillera oriental del Colombia, en el municipio de Sesquilé. hace parte de un ritual milenario donde por medio de ofrendas de oro y piedras preciosas se realizaba la investidura del nuevo Zipa (cacique), quien se cubría completamente de oro en polvo y dejaba caer al centro del lago diferentes piedras preciosas, cerámicas y figuras hechas en oro.

Aun hoy en día en el municipio de Sesquilé se pueden evidenciar algunos edificios con herencia de la era colonial en Colombia, uniformidad en colores y ventanas amplias, no obstante, Guatavita es un pueblo que atravesó por una modernización reciente donde edificios con este estilo arquitectónico no se hacen tan evidentes.

foto por: Santiago Valencia.

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foto por: Andrés Sarmiento.

El camino era dominado por la naturaleza, a medida que avanzábamos los guías nos daban lecciones sobre las plantas que los muiscas usaban o rendían culto como lo es al borrachero. También nos hacían reflexiones ambientales para preservar la flora y fauna del lugar.

Pie de foto Ipsape velis pliquae sus accabor sequiae sit eiusape llest, omni od et et omni dit quia que nonet ommolla borrum faccae nimi, sit qui tem volorerum ipitis earumquia dolores adis estibusant, omni

Foto: Daniela Romero

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Guatavita paso de ser un lugar sagrado a simplemente un lugar para ir de paso y baĂąarse en la laguna, causando daĂąos que solo se pudieron reparar declarando el lugar reserva forestal y cerrando sus puertas al pĂşblico de 1999 a 2005, esta reserva es considerada santuario muisca.

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El cusmuy un lugar muy importante para la cultura muisca es donde tienen lugar varios rituales indĂ­genas tales como el de los cinco fuegos, el cual se lleva a cabo en cinco diferentes fechas del aĂąo, las cuales coinciden con equinoxios, solsticios y lunas nuevas.

foto tomada por: Santiago Valencia.

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foto tomada por: AndrĂŠs Sarmiento

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En la construcciĂłn de un tramo del camino despuĂŠs de pasar la laguna un trabajador encontrĂł en una vasija cuatro piezas de oro en 2006, Estas piezas fueron llevadas para exhibirse en el museo nacional y posteriormente a Londres con una red de museos para ser mostradas en todo el mundo.

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El frailejón además de ser un emblema nacional y salir en la moneda de 100 pesos es una de las plantas sostenedoras del ecosistema, es considerada por los muiscas como un guardián del territorito. Un frailejón suele crecer un centímetro por año.

foto tomada por: David Villalobos

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foto tomada por: David villalobos.

Por el camino pudimos apreciar la prominente belleza de la flora que decora esta regiรณn, a pesar de tener vegetaciรณn por tramos uniforme, hay colores que resaltan y armonizan con el ambiente.

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ffoto tomada or: AndrĂŠs Sarmiento

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Al final del recorrido en Guatavita, pudimos ver que los habitantes del sector aprovechaban la concurrencia de turistas para lucrarse fuera de la reserva, mediante la venta de artesanĂ­as y comida.

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FOTO TOMADA POR: David Villalobos.

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Sesquilé Municipio de Cundinamarca, conocido por su cercanía con Guatavita y su trascendencia histórica para la cultura muisca, esta fue la segunda parte de nuestra travesía donde contextualizamos lo aprendido en la visita a la laguna e hicimos un contacto más directo con la comunidad indígena de Sesquilé, donde había preparado un íntimo encuentro de curación espiritual y donde además pudimos hacer contacto con la cosmovisión de este pueblo y posición actual frente a la protección el cuidado de sus tierras.

ción artística de los muiscas, como otras colombinas, se centró en el trabajo de la nde muchas de sus piezas son reflejo o y fisionomía, es esta una de los legaentes de los muiscas.

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foto tomada por: Santiago Valencia Humildad y Sencillez son dos adjetivos que describen muy bien a la parte rural de SesquilĂŠ, poblados pintorescos desde sus viviendas hasta sus residentes.

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Los caminos que conducen al centro ceremonial indígena de Sesquilé están acompañados de una abundante y llamativa vegetación que solo se ve interrumpida por los senderos que están ya marcados por el pasar de la gente.

foto tomada por: David Villalobos

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En SesquilĂŠ se evidencia un tipo de fauna que resalta la vida del campo y el encuentro con animales que en la ciudad no aparecen frecuentemente. Este encuentro nos permite darnos cuenta de la unicidad del espacio en el que nos encontramos.

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foto tomada por- Santoago Valencia.

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foto tomada por: Santiago Valencia.

Una de las actividades muiscas tales como el mambeo de las hojas de coca, para el cual se emplea el uso de una pieza artesanal precolombina como lo es el poporo

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Aparte de las creencias de sus dioses que los indígenas representaban por medio de la pintura, también se pueden ver características que tienen mucho peso en su cultura, como por ejemplo el cabello largo en los hombres el cual denotaba fuerza y equilibrio espiritual ya que este emulaba a las raíces de un árbol, entre más largo más firme.

foto tomada por: Santiago valencia

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Para los muiscas el conocimiento de la tierra y plantas propias de sus regiones les permite saber que pueden utilizar para hacer curaciones o simplemente para su consumo cotidiano.

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foto tomada por: AndrĂŠs Sarmiento.

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Por tradiciĂłn en la cultura indĂ­gena Muisca se representan sus creencias por medio de la pintura, en la creaciĂłn de estas obras participan todos los miembros de esta comunidad

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conclusiones Teniendo en cuenta nuestra experiencia tanto en la laguna de Guatavita como en Sesquilé, y haciendo el símil de teoría y práctica, teoría para lo aprendido en Guatavita, donde mucha información nos enriqueció de contexto histórico y práctica, la cual tuvimos en Sesquilé a cuenta de un repaso sobre la forma en que los muiscas entienden el mundo y un ritual de purificación que se llevo a cabo en una casa ceremonial indígena. Una vez todos estábamos adentrados en los aposentos sagrados del fuego, él guía indígena y el taita nos fueron explicando acerca de que se iba a tratar este ritual el cual estuvo divido en dos partes, la primera, donde se nos entregó un pedazo de algodón el cual rompimos a la mitad y sostuvimos un pedazo en cada mano, luego de cargar diferentes energías en cada pedazo de algodón los arrojamos al fuego. La segunda parte consistió en recibir a manos del taita un poco de tabaco en cada fosa nasal, está según él es la cura para sanar el dolor causado por esas energías tan fuertes dejadas en los pedazos de algodón.

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Este momento de inhalación desencadenó una serie de estornudos desenfrenados en quienes decidimos aceptarla, pues esta parte del ritual era opcional y si alguien no le apetecía hacerlo estaba en todo su derecho.

Para nosotros contar este ritual hace parte de la conclusión en la medida de que lo pudimos realizar mientras se ponía el sol y no sólo representó el final de la jornada, sino que también un momento de reflexión acompañado de las palabras del taita donde nuestra cotidianidad citadina pasó a un segundo plano gracias al fuerte significado que los indígenas le dan alas cosas desde una perspectiva mucho más espiritual que material.

Para finalizar, habiendo vivido una experiencia tanto agitada como enriquecedora, está más que claro que se debe admirar a una cultura como los muiscas no solo por su trascendencia en la histórica sino también porque a pesar de su accidentada historia, a raíz de la inquisición y los maltratos perpetrados contra estas comunidades, estos pueblos como los muiscas aún están vigentes y siguen en la lucha por sus tierras y la preservación de la naturaleza, este ejemplo de prexistencia a través del tiempo es un legado con el que ojala algún día nos sintamos identificados todos los colombianos.

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FotografĂ­a e Historia 2017-2