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¡Paramos! Memorias del paro nacional – primer semestre de 2021 PROYECTO COLABORATIVO – asignatura fotografía APOYA: historia de colombia



¡Paramos! Memorias del paro nacional – primer semestre de 2021 PROYECTO COLABORATIVO – asignatura fotografía APOYA: historia de colombia



¡Paramos! Memorias del paro nacional – primer semestre de 2021 PROYECTO COLABORATIVO – asignatura fotografía APOYA: historia de colombia

Profesores Fotografía Víctor Barrera Rodríguez Jairo Iván Orozco Arias Gabriel Rojas Manjarrez Profesor Historia de Colombia Wilson Pabón Quintero Estudiantes de segundo semestre 2021-I Ana María Barrera Sandoval Ana María Sarmiento Marín Angie Sofía Gómez Ortiz Cristian Andrés Coronado Castro Cristina Dorado Suaza Daniel Felipe Corredor Cruz Daniel Santiago Rodríguez Vergara Daniela Alejandra Hernández Zapata David Camilo Plazas Vargas David Santiago León Bernal Érika Juliana Rincón Rodríguez Felipe Lozano Luna Gabriela María Espriella Fernández Hannah Cecilia Botero Valenzuela Isabella Wilches Torres Javier Esteban Trujillo Gaviria Jorge Alejandro Suárez Rodríguez Juan José Toro Rincón Laura Camila Calvo Flórez

Laura Juliana Villalba Jaramillo Laura Sofía Amaya Sandoval Laura Sofía Romero Uribe Luisa Fernanda Castillo Rodríguez Luisa María Choachí Gómez Manuel Alejandro Uribe Afanador María Alejandra Rico Beltrán María Alejandra Vela Morales María Camila Gamba Cárdenas María Camila Poveda Pineda María Del Mar Álvarez Ovalle, María José Grandas Cárdenas María Lucía Chaves Rojas Mariana Neira Nieto Mateo Alejandro Rodríguez Pacheco Nelson Smith Murillo Rey Nicolai Cano Fajardo Paula Valentina Ariza Moreno Samuel Esteban Lagos Rodríguez Santiago Castro Barreto Santiago Rodríguez Mayorga Santiago Rodríguez Morales Sara Lucía Rubiano Rico Sara Lucía Vargas Hernández Sergio Andrés Parra Castro Shalom Melissa Castellanos Ruge Sofía Cifuentes Vaca Valentina Torralba Pinilla Yudy Fernanda Martínez Páez


Gabriela Espriella


Unión es lo que está pasando en Colombia Por: Daniela Alejandra Hernández Zapata

El aire puro de la montaña que se extiende por toda Colombia ha estado infestado de olor a sangre y muerte, el canto de las aves ha sido espantado por el fuerte estallido de los cañones que apuntan al pueblo, que matan a quien habla y amenaza a quien respira. En Colombia podemos declarar que nadie o nada se ha salvado, ni las ideas, opiniones o creencias, porque hasta eso ha sido pretendido de exterminio, bajo el miedo y la represión. El país que a gritos ha sufrido, en silencio se ha construido y quien osó romperlo, no está para contarlo. La realidad colombiana es de idiosincrasia violenta, represiva y repetitiva, una maldición hecha tradición que nos persigue hace más de 400 años, maldición del temido infierno imaginario que aquí se instaló en la realidad. Un infierno donde las personas aúllan de hambre y necesidad, sollozan el lamento del dolor, esperan a su desaparecido o claman justicia. Este infierno no pudo ser imaginado por Dante, porque posee menos círculos que fosas comunes, lugares a dónde se llega sin cometer pecados, el infierno por donde corren furiosos e inmensos ríos arrastrando y desapareciendo cuerpos. Esta tierra sí come personas. Aunque católico, el país ha estado bajo las manos de un diablo, no el mismo que señaló la iglesia, uno peor, que fue el que venía a su lado. Un diablo de clase opresora y burguesa que nos convenció de atrasados, dando la mano derecha para salvarnos, pero la salvación es condena. Esta condena perpetua ha agotado a todos, el olor de las flores ya no puede ocultar el fétido hedor a masacres con impunidad y el estallido de las armas al disparar ya no es tan fuerte como las voces que cantan y gritan en las calles, no será suficiente la pintura blanca que pretenda ocultar lo que hoy expresan las paredes, los carteles, las banderas. No son tan creíbles los medios para dictar que “somos el país más feliz del mundo” mientras somos víctimas de abusos, violaciones y perfilamientos. Hoy los colombianos no son los exiliados, son los que exiliaron el miedo, los que abrieron los ojos y no frente a una mira para disparar, sino frente a un lienzo para con colores expresar, decir, reclamar e inmortalizar. Hoy cambiamos la división por la unión y la violencia por arte. Cantos, bailes, trajes, graffitis y carteles son las violentas armas con las que se ataca al gobierno y sus lacayos violadores, asesinos y cómplices. Hoy los colombianos se detienen, paran para reflexionar, aportar y soñar, paran para avanzar. Hoy el ruido que exige, reclama e impone, está en las calles, en las gargantas y no en las balas, en las armas o en la muerte. Hoy el ruido está en la incomodidad que causa una pared, un cartel, una persona gritando una verdad. Nos están matando en Colombia y no solo desde el 28 de abril, una fecha de grito de libertad que puso a temblar a los armados, a los cómodos, a los fanáticos de la desigualdad. Cargados de todo este dolor tenemos la fortaleza de salir con una sonrisa hecha de esperanza para cambiar a Colombia, el paro es nuestro evento familiar más importante, nos vestimos y preparamos con la mayor meticulosidad, nadie se queda fuera, ni los que tienen hambre, sed o frío.



Desde el 28 de abril de 2021 el pueblo colombiano ha acudido a las calles de múltiples ciudades y municipios del país, reclamando por justicia social, equidad y por le cumplimiento de acuerdos pasados. Las siguientes fotos son testigo de la protesta en las calles.


Colombia: que el dolor ya no sea cultura popular Por: Gabriela Espriella

Colombia está viviendo una situación de extrema tensión y lucha en estos momentos. El país necesita cambios estructurales, por lo que el pueblo se ha tomado las calles y llevamos casi un mes en paro nacional. Lo que no teníamos previsto era la respuesta tan maligna y violenta por parte del estado y la fuerza pública. Como dice Charly García: nos siguen pegando abajo. Nosotros no esperábamos que silenciaran nuestras voces tan descaradamente y ellos no esperaban que resistiéramos tanto y con tanta fuerza. La nuestra es una patria doliente, maltratada, vengativa. Aquí se respira dolor e inconformidad y la cultura popular lo demuestra; pero ya no queremos ser ni seguir viviendo así. Las nuevas generaciones sabemos que se puede vivir mejor y estamos dispuestos a pelear con uñas y dientes por ello, a sabiendas de que es una decisión tortuosa y los resultados pueden verse a largo plazo. Muchos -sobre todo los jóvenes- no sabemos cómo reaccionar ante tanto caos e injusticias; no nos brindaron esas herramientas en casa y en el colegio a duras penas aprendimos a diferencias valores de antivalores, mi proyecto está dedicado a mostrar esa cara de la moneda. Si bien es nuestro deber mantenernos informados y actuar desde donde podamos, debemos admitir que entrar a redes sociales es como abrir la caja de pandora; la sobreinformación y el contenido violento desbloquearon en nosotros nuevos niveles de estrés, ansiedad y desesperanza. Lo más triste esa es la única forma de obtener información verídica ante unos medios de comunicación corruptos y desconectados de las masas, por más irónico que suene. Algunos nos refugiamos en los vicios, los amigos y todo aquello que nos haga sentir bien, como una mascota. Coyunturas como esta no hacen más que exacerbar nuestros males, junto las carencias que nos acompañan al nacer en una nación desfragmentada como lo es Colombia. El estado nos falla y en la cultura popular hay un descontento; es una nación doliente, maltratada, vengativa. Los que deberían cuidarnos, -la policía- son quienes nos agreden. Ahora vivimos bajo una dictadura modesta. Prendemos una vela por los que el estado se llevó y por días mejores, marchamos para que no perecieran en vano, lloramos al recordar, nos tomamos un vino para olvidar y un tinto en la mañana para afrontarlo todo. Ahora más que nunca debemos ser como el fénix.


Paula Ariza


Daniel Corredor


Daniel Corredor


Ana María Barrera Sandoval


Luisa María Choachí Gómez


Nicolai Cano Fajardo

@ungabrielmas


Alejandra Vela


Jairo Orozco


Jairo Orozco



Valentina Torralba Pinilla


Luisa María Choachí Gómez


Daniel Corredor


David León

Cristian Coronado


Ana María Barrera Sandoval


Daniel Rodríguez


Nicolai Cano Fajardo


Paula Ariza


Paula Ariza


María Camila Poveda


Ana María Barrera Sandoval


@ungabrielmas



Juan José Toro

Ana María Barrera Sandoval


Paula Ariza


María Lucía Chaves


Cristina Dorado Suaza


Manuel Uribe


Manuel Uribe



Cristian Coronado - David León


Retrato de las mujeres en resistencia Por: Laura Sofía Amaya

Durante años las mujeres fuimos subyugadas a una humanidad de segunda categoría, nos hicieron creer que estabamos condenadas a una vida cuyo único propósito era ser sumisas permanecer calladas. Las que no encajamos en ese rol, somos juzgadas como brujas, histéricas, y exageradas. Y no, no somos histéricas, somos históricas, solo que siempre han querido ocultar nuestros rostros. Ahora, más que nunca, las mujeres sabemos que somos sujetas políticas, merecedoras de lo que se nos ha negado. Alzamos la voz por las que ya no están y por las que vienen. No nos unimos a la lucha, nosotras mismas la gestamos y la organizamos, la revolución es más nuestra que de nadie, si nosotras paramos se para el mundo. Somos un rostro colectivo que reclama lo que nos pertenece, somos en esencia fuerza y valentía, nuestros ojos son la prueba y nuestras voces y manos las herramientas. Estamos como siempre en pie de lucha, viviendo una vida de opresión, pero de esperanza. Creemos firmemente en que el mundo puede mejorar, creemos en la utopía y compartimos un mismo ideal, la libertad. Estamos en todos los frentes, en la calle, en la academia y en el arte, insurrectas y disruptivas. Venceremos, a pesar de los dolores y temores, pues es el amor y la furia lo que nos inspira y es la sororidad lo que nos une en un eterno clamor de justicia. Y dejamos claro que todo lo rompemos y lo incendiamos, no nos rendiremos hasta derrumbar sistema patriarcal. Cultivaron miedo y ahora cosechan nuestra rebeldía. Las mujeres de esta tierra somos diversas, pero sabemos que en la sangre todas llevamos el fuego de nuestras ancestras. Gritamos por las que han sido maltratadas, violadas y asesinadas. Nuestros cuerpos no son territorio de guerra ni de debate, son nuestros y solo nuestros. Nos quieren callar, pero nunca más tendrán la comodidad de nuestro silencio, el día y la noche nos pertenecen. Exigimos justicia y dignidad para todas.


María Lucía Chaves


María Lucía Cháves


Cristina Dorado Suaza



@ungabrielmas


Luisa María Choachí Gómez


Manuel Uribe


Fernanda Martínez Páez


Fernanda Martínez Páez


@ungabrielmas


@ungabrielmas


@ungabrielmas


Daniel Rodríguez


Daniel Rodríguez


Daniela Hernández

Daniela Hernández


María José Grandas Cárdenas


María José Grandas Cárdenas

María José Grandas Cárdenas


María José Grandas Cárdenas



Sara Vargas


Sara Vargas


Camila Gamba


Alejandra Vela

Camila Gamba


S O R S O L DE


S O R T S O R A P L E Las voces de protesta provienen de varios actores: artistas, madres, estudiantes, colectivos sociales y minorías, entre otros. Les presentamos algunos de ellos.


Arte como forma de revolución Por: Felipe Lozano Luna

Cuando pensamos en actos revolucionarios, no se piensa mucho en el arte, ya que se considera a este campo como separado de alguna causa social o política. Pero lo que muchos no saben o ignoran es que en estos días, se han manifestado grandes agrupaciones para realizar su correspondiente protesta como ellos saben hacerlo: por medio del arte. Y es que, en Colombia, tenemos como precedente a aquel o aquella que vive de hacer malabares, tocar guitarra en Transmilenio o cualquiera de estas actividades como una persona vaga que nunca pudo adaptarse al sistema “formal” de una empresa o negocio. Vivimos creyendo esto hasta olvidarnos de que ellos también son personas que se buscan el dinero para poder subsistir, sólo que de una manera muy diferente a la acostumbrada. Cirqueros, equilibristras, trapecistas, músicos informales y formales, malabaristas, entre otros, también salieron a apoderarse de las calles por las que, la mayoría de estos, obtienen sus ingresos, sólo para poder sacar a la luz su inconformismo con el gobierno dirigido por el presidente Ivan Duque. Aquellos que son tildados de “vandalos” y “delincuentes” según los grandes medios de comunicación estaban levantando su voz por medio de actos artisticos y grandes piezas de arte de cualquier indole. Mi invitación siempre será a que podamos reconocer a todas las personas que se buscan la vida de una manera ‘atipica’ a la nuestra como lo que son: seres humanos con igualdad de derechos que los nuestros. A veces, no tenemos en cuenta de que ellos la hayan pasado mucho peor que nosotros, sólo por escoger un estilo de vida que los hacía sentir felices y realizados.


Luisa María Choachí Gómez


Daniela Hernández

Daniela Hernández


María José Grandas Cárdenas

Luisa María Choachí Gómez


Luisa María Choachí Gómez


Daniel Rodríguez


Cristian Coronado

David León


Cristian Coronado

David León

Escanee este código para conocer las opiniones de estas personas frente al Paro Nacional.


Jairo Orozco


Jairo Orozco

Jairo Orozco


Manuel Uribe

Nicolai Cano Fajardo


María del Mar Álvarez

Isabella Wilches Torres


Luisa María Choachí Gómez


Nosotros cambiaremos la guerra por la paz Por: Manuel Uribe

Colombia es un país con una historia llena de dolor y violencia, desde la misma época colonial hemos vivido diferentes épocas llenas de sangre. En el contexto actual de Colombia, la violencia no falta, a diario mueren lideres sociales, personas trans, mujeres, personas de la comunidad LGBTQ. Soy un fiel creyente que los cambios no se hacen con revoluciones pacíficas, ni con velatones, ni chocolatadas, ni dándole besos a nuestros opresores. Aún así, los espacios revolucionarios pacíficos existen, y es esto lo que he notado, el arte no es apolítico, el arte es critico y revolucionario. Desde actos de danza al son del fuego como el mero hecho de hacer malabarismo con antorchas, todo esto buscando ser escuchados en un país en el cual lamentablemente el arte, tiene un valor mínimo. Aquellos que sus vidas fueron cobradas por la situación actual del país, también fueron seres revolucionarios y valientes. Tal vez no todos estaban luchando, muchos de ellos no merecían morir, pero sus vidas no se van a ir en vano, los contextos de estas fotografías se dan en un mismo lugar, desde 2 formas de protesta completamente distintas, pero ambas con la singularidad de ser muy políticas y fuertes a su vez. Los muertos no se olvidan, no solo los muertos que ha dejado el marco del paro nacional y el abuso por parte de la policía, aquellos que durante tantos años también han muerto por culpa de nuestras distintas épocas de violencia tampoco se olvidan, no podemos olvidar a aquellos campesinos que murieron a manos de las guerrillas y los paramilitares, no podemos olvidar todos aquellos que murieron defendiéndose ante los policías de Colombia, quienes aunque deberían abogar por nuestra salud y bienestar, solo abusan del supuesto poder que un uniforme les da. Todos nosotros tenemos derecho a la vida, queremos vivir en un país mejor, acabar con los años de violencia que nuestros padres tuvieron que vivir y que lamentablemente hoy en día nosotros también vivimos. Buscamos la paz, y luchamos por ella. Existen muchas formas de luchar, de buscar el fin de esta supuesta guerra en la cual nos han hecho entrar. Queremos una revolución, porque somos aquellos que peleamos con el arte, con velas y ganamos, porque somos aquellos que mostramos nuestra inconformidad y nos hacemos escuchar. Colombia es un país lleno de violencia, y nuestro contexto actual no esta separado de esta violencia. Aún así luchamos por acabar con esta violencia. Nosotros somos la generación que cambiará la guerra por la paz.



Laura Sofía Amaya



Laura Sofía Amaya


Cristina Dorado Suaza


María Lucía Chaves


Valentina Torralba Pinilla


Sofía Cifuentes


Sara Rubiano

Juan José Toro


Luisa María Choachí Gómez


María del Mar Álvarez

Juan José Toro

María del Mar Álvarez


@ungabrielmas


@ungabrielmas


Manuel Uribe


@ungabrielmas


@ungabrielmas

@ungabrielmas


@ungabrielmas

Jairo Orozco


Jairo Orozco

Jairo Orozco


Valentina Torralba Pinilla


Valentina Torralba Pinilla

Valentina Torralba Pinilla


Valentina Torralba Pinilla

Valentina Torralba Pinilla


Valentina Torralba Pinilla

Juan José Toro


@ungabrielmas


@ungabrielmas

@ungabrielmas


S A R T E L ER F I C O V


S S E T N A R Pancartas, carteles, murales, graffitis y mensajes gráficos inspirados por la cultura popular también fueron protagonistas durante el paro nacional.


Crisálida

Por: Shalom Melissa Catellanos Ruge Colombia experimenta una etapa coyuntural. Cansada de ser explotada, violentada, asumiendo las consecuencias de la corrupción de sus gobernantes, despierta en un grito de desespero y se levanta decidida a poner un punto final, a traer esperanza a su pueblo y emprende una marcha sin fecha de retorno. Acciones como derribar monumentos de sus próceres, expresan su deseo por iniciar una verdadera independencia, en donde los derechos humanos sean su foco, acompañado con el reconocimiento de sus labores agropecuarias y la importancia de su diversidad biológica, étnica, cultural y geográfica. Colombia debe ser un país de oportunidades en donde la calidad de vida exige ser prioritaria. El servicio de salud y educación debe cambiar rotundamente y elevarse para alcanzar estándares superiores a nivel global. Ha sido importante notar como los diferentes gremios se unen todos los días a las protestas expresando su inconformidad desde los diferentes departamentos. Muestras artísticas, folclóricas, pintura, bandas, teatro, y otras son maneras en las que se ha expresado la protesta. Vemos como protagonistas a los jóvenes que manifiestan querer permanecer en Colombia para desarrollar su proyecto de vida con excelentes garantías para sus familias, no quieren seguir pensando en que deben salir del país para lograrlo. Aprovechando esta conmoción, la violencia ha dejado una mancha oscura de tristeza y perdidas, noches de terror en algunas ciudades importantes del país, pérdidas humanas y materiales, han traído una profunda tristeza al corazón de los colombianos, sumado al exceso de fuerza de la policía y el esmad, el cierre de vías principales ha afectado la economía, escasean los alimentos, suben los precios y no hay oxígeno para suministrar a las clínicas que atienden a pacientes con covid. En medio de la metamorfosis de un país golpeado por tan variadas violencias, resalta el corazón valiente de los colombianos, su amabilidad, el ser carismáticos, luchadores, que se deben formar bajo una ética incorruptible que permita tener presentes y futuros gobernantes que estén dispuestos a liderar desde un servicio sin egoísmo, sin esperar llenarse las manos y sacar tajada, desde la honestidad de un suelo que produce las más lindas flores, café y aguacate tipo exportación, mujeres en la nasa, deportistas de alto rendimiento representándonos a nivel internacional, una Amazonía que provee oxígeno, de los grandes generadores de agua, los páramos, montañas imponentes que dan prueba de nuestra gran riqueza. Sin pretender haber alcanzado el triunfo, Colombia deberá extenderse a lo que está delante, a pequeñas batallas que conquistarán diferentes frentes que entretejidos prosperarán una sociedad que merece experimentar paz, seguridad, confianza, justicia y equidad.


Valentina Torralba Pinilla


Nicolai Cano


María José Grandas

Javier Trujillo


Daniela Hernández Cristian Coronado


David León


Cristian Coronado



Santiago Castro

Camila Gamba

Camila Gamba

Cristina Dorado Suaza


Camila Gamba

David León



Jairo Orozco


Luisa María Choachí Gómez


David León


Juan José Toro


David León

@ungabrielmas

Juan José Toro


Alejandra Vela

Érika Juliana Rincón Rodríguez

Luisa María Choachí Gómez

Daniela Hernández


Cristian Coronado

Luisa María Choachí Gómez

Javier Trujillo

Juan José Toro


Alejandra Vela



@ungabrielmas

@ungabrielmas

Jairo Orozco


@ungabrielmas


@ungabrielmas


@ungabrielmas


N I

P S O R T


N Ó I C C

E P

Aunque no todos pudimos participar activamente de las marchas, no estamos alejados del sentir del pueblo colombiano. En estas fotos exponemos nuestro sentir a través de expresiones artísticas y una exploración instrospectiva.


Mas allá de la ficción

Por: Laura Camila Calvo Flórez Catalogado como el país más feliz del mundo: el de las fiestas, el de los bailes, el de las celebraciones extravagantes; el de las sonrisas de sus habitantes a pesar de las adversidades, el que porta de manera patriótica y sagrada la camisa de la selección, el exportador de café y el de la gente echada pa lante, no es nada más ni nada menos que un imaginario de lo que es Colombia. Un imaginario bastante particular que se ha construido gracias a los discursos presentados en los medios de comunicación. Aquéllos que se supone deben encarnar la libertad de opinión, la búsqueda de los hechos verídicos porta la voz a favor del pueblo, y sobre todo servir de puente entre lo que no vemos ni conocemos de la realidad para que sea entendido y cercano a nosotros. Dicho de esta forma, un medio de comunicación representa poder. El poder controlar la realidad: lo que se ve, lo que se sabe, lo que se escucha, lo que se cree y se deja de creer. Y digo controlar, por la sutil e incluso teatral forma en que son presentadas las noticias a diario. Así, por ejemplo, no importa que seamos el país con mayor desigualdad social en América latina, aunque sea verídico y más que comprobable la falta de empleo, de oportunidades laborales y económicas llamando a la vuelta de la esquina. Para los medios de comunicación, estos hechos pasan a segundo plano, pues la noticia es la valentía y la alegría con que los colombianos afrontan su situación. ¿Dónde queda la exhaustiva búsqueda de la información? Aquella que no justifica las condiciones precarias del colombiano de a pie ni lo pretende hacer pasar como un héroe, sino que, por el contrario, demuestra la deficiencia del sistema político y económico en el que nos encontramos. Y es que los medios de comunicación no se salvan del famoso “del dicho al hecho hay mucho trecho”. Se espera la transparencia, la democracia, la búsqueda de la verdad, la postura crítica, pero se obtiene todo lo contrario. Desinformación, ausencia, sesgos y censura. Es como si se estuviera en presencia del “Gran hermano” aquel mítico personaje de la novela de Orwell capaz de manipular el pasado para controlar el presente y futuro. Y hago esta comparación porque en Colombia, los medios de comunicación solo son el telón que utilizan las grandes elites, para encubrir al gran hermano: gobiernos y entramados políticos presentes desde el inicio de nuestra historia. La coyuntura actual que atraviesa el país no es más que un escenario para que los medios presenten su obra magistral: los muertos y los desaparecidos como actores que no existieron; las balas que silencian la verdad en manos de la fuerza pública, el marchante y la protesta pacifica bajo el nombre de terrorismo desmedido, y finalmente el himno nacional de fondo amparando la violencia que con tanta sed desean presentar. Colombia es el país donde la realidad hace mucho sobrepaso la ficción, y realmente si hay riesgo si te quieres quedar. Aun en medio de tanta ficción, han surgió a la sombra medios alternativos que con una mano adelante y la otra atrás, han tratado de hacerse un camino en medio de los escombros que ha quedado del periodismo. No es en vano el fenómeno histórico que se vive, y a través del siguiente trabajo se pretende mostrar un país que se canso de los medios tradiciones de siempre y pide a gritos un despertar bajo la resistencia.


Laura Camila Calvo Flórez


Laura Camila Calvo Flórez


Laura Camila Calvo Flórez

Isabella Wilches Torres


Laura Camila Calvo Flórez


Laura Camila Calvo Flórez



Ana María Barrera Sandoval



Paula Ariza



Mateo Alejandro Rodríguez Pacheco


Mariana Neira Nieto


Alejandra Rico

Escanee este código para ver una animación stop motion con las fotografías de Alejandra Rico.


Laura Camila Calvo Flórez


Laura Romero


Santiago Rodríguez Mayorga

Santiago Rodríguez Morales


Paula Ariza


Ana Sarmiento


Laura Camila Calvo Flórez

Hannah Botero

Laura Villalba Jaramillo

Ana Sarmiento

Juan José Toro


Ana Sarmiento


Ana Sarmiento


Sofía Gómez

Isabella Wilches Torres

Sofía Gómez


Luisa Castillo


Samuel Lagos

Gabriela Espriella


Samuel Lagos


V S A R T O E D


S E C O V PARO L E No todas las voces provienen directamente de las movilizaciones. Hay otras historias, otros espacios y otros momentos afectados por el paro, pero de forma indirecta. En estas imágenes exploramos algunos de ellos.


Colombia renace Por: Paula Ariza

Durante décadas los colombianos han sido excesivamente oprimidos por la violencia, tanto que nuestros padres y abuelos normalizaron viles actos como: el destierro, el secuestro, la violación, la muerte y el más peligroso de todos, un estado ausente. El vigente paro nacional es solo una clara prueba de todo el dolor acumulado de un país que viste de sangre día a día, donde los que juraron proteger al pueblo, solo encubren a la oligarquía, ese mismo país que los silenció por tantos años y los obligó a dejar de creer en el poder de su voto; muchos se encargaron de enterrar el pasado y otros tuvieron que seguir viviéndolo desde lo rural, donde la presencia mediática era casi inexistente; pero este 2021 la mal llamada generación de cristal decidió no soportar ningún tipo de vulneración humana, no están dispuestos a callar ni un segundo más. La diferencia entre las actuales movilizaciones comparadas con las pasadas es que no era concebible ver tantos sectores de la sociedad colombiana representados en una iniciativa, dando como resultado que la empatía este a flor de piel como nunca. La valentía que poseen aquellos que salen a marchar aun sabiendo que hay más de 40 muertos y cientos de desaparecidos desde el pasado 28 de abril, solo nos dice que están cansados, hartos de que su vida sea condicionada por salir a exigir lo mínimo, de manera que asumen el riesgo de perder la vida para salvar el futuro de los otros, porque sueñan con una Colombia, libre, digna y segura. La juventud que lidera estos movimientos, son una sola voz, que sale y lucha, sin armas ni protección, cantan, bailan, gritan; sueñan con niños estudiando, familias con viviendas, pacientes con salud gratuita que no mueren en una línea de espera y por encima de todo, con una Colombia que sana, pero no olvida. Nos hacemos llamar el país más alegre del mundo, y es porque a pesar de todo, seguimos en pie, soñando y trabajando, sin perder la esperanza, pero persistiendo como clase obrera, estudiante o privilegiada, porque al final del día en nuestras manos está ser el cambio que ya despertó y repercutirá en esta Colombia que renace.


Santiago Castro


David Camilo Plazas


David Camilo Plazas

David Camilo Plazas

David Camilo Plazas


Nelson Murillo


En un pequeño taller Por: Nelson Murillo

Augusto Rey creció en San Martín, un pequeño pueblo en el departamento del Meta, lugar en donde se dedicaba a la ganadería y al cultivo. Sin embargo, hace 40 años llegó a Bogotá junto a su familia buscando la posibilidad de obtener una mejor calidad de vida. Desde entonces “Don Augus” lleva trabajando en un pequeño taller de carros en la localidad de Bosa. Usualmente, es común verlo sentado afuera de su taller aguardando por algún cliente que necesite sus servicios. Para el, la situación no ha cambiado demasiado desde que inició la pandemia, pues, considera que la ubicación de su taller no es demasiado estratégica. Existen días en los que literalmente la “situación esta tan difícil” que al finalizar su jornada laboral, no puede llevar dinero a su casa. A pesar de la difícil situación económica que vive, Augusto es una persona que a sus 73 años sigue manteniéndose positivo respecto a la vida. Cree que de nada vale quejarse de las dificultades, sino, que tenemos que ver las cosas positivas e incluso buscar soluciones a nuestros problemas. Considera que cualquier “pesito” que logre ganarse es demasiado valioso para él y su familia. Algunos a su edad ya no estarían trabajando, se encontrarían en el hogar haciendo una actividad distinta o simplemente disfrutando de su vejez, pero eso es algo que él no puede permitirse gracias a la desigual sociedad en la que vive. Es agradecido con los pocos clientes que ingresan a su local, frecuentemente ofrece un excelente servicio con el objetivo de que vuelvan a él. No le importa tener que tirarse al suelo o embarrarse a pesar de ya no tener la energía de una persona de 20 años. Cada vez que finaliza un trabajo no puede ocultar su felicidad, siente que los desgastes que realiza han valido totalmente la pena y esto lo anima a seguir sacrificándose por sus seres queridos. Nelson Murillo


Gabriela Espriella


@ungabrielmas



@ungabrielmas


@ungabrielmas


@ungabrielmas


María del Mar Álvarez


María del Mar Álvarez



Alejandro Suárez



Alejandro Suárez



Alejandro Suárez


@ungabrielmas



Víctor Barrera


Víctor Barrera


Víctor Barrera


Víctor Barrera


Atrapado

Por: Samuel Lagos Estoy atrapado en un país en el que la corrupción es el factor principal de las desgracias del pueblo. Atrapado en una sociedad desigual y poco empática, donde “la gente de bien” asesina, y la gente del común es catalogada como “vándalos” por luchar por un mejor país; se lucha por una mejor educación, un mejor sistema económico, de salud y vivienda. Un país en el que la avaricia, la sed de poder y el egoísmo sean nulos, un país en el que la empatía, el diálogo y la solidaridad deberían ser los valores predominantes de toda la sociedad. Vivo atrapado en mis pensamientos y en estas 4 paredes donde no puedo salir a marchar y apoyar el paro nacional, atrapado en el dolor e impotencia que cada vez se alimenta más al ver todos los actos violentos cometidos por parte de la fuerza pública a mis hermanos colombianos; los que se supone deberían defendernos, están en contra de nosotros y apoyando ideologías corruptas de los altos mandos, que lo único que quieren es cada vez robar más al pueblo y seguir teniendo las riendas de nuestra nación. Quiero verte libre Colombia, libre de pobreza, de desigualdad, de odio, de violencia. Quiero sentir que en verdad somos uno de los países más alegres del mundo, sentir el calor de las personas, la empatía que tanto necesitamos para mejorar. No todo puede ser bueno, pero estoy seguro que si las cadenas de la maldad, la avaricia, la corrupción y el egoísmo se rompen, creceremos y avanzaremos como sociedad, como nación, como personas. Quiero ver un país unido, en el que la justicia y la verdad predomine sobre todo; aun así, es un proceso largo y arduo, pero no imposible. Hay que soltar y construir un nuevo país, hay que quitarnos la venda del silencio solo por el miedo a que pasara, hay que ser fuertes y sobre todo amar a nuestro hermoso país.


Luisa Castillo


¡Paramos! Memorias del paro nacional – primer semestre de 2021 PROYECTO COLABORATIVO – asignatura fotografía APOYA: historia de colombia


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