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H I S C H A REGIÓN FÉRTIL PARA LA CONSERVACIÓN INDÍGENA.

Dylan Andrés Osorio Suárez Geraldine Andrea Londoño Gaitán Fotografía e Historia de Colombia 2017- II

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H I S C H A REGIÓN FÉRTIL PARA LA CONSERVACIÓN INDÍGENA.

Dylan Andrés Osorio Suárez Geraldine Andrea Londoño Gaitán Fotografía e Historia de Colombia 2017- II 3

INTRODUCCIÓN Colombia es una nación que goza de una gran diversidad de lugares turísticos y de gran importancia histórica, que dan cuenta de las diferentes vertientes culturales en las que se refleja la identidad del país. Es así como se puede entender el acontecer colombiano, desde perspectivas como el arte, la música, la literatura o la manera de percibir la realidad según los sucesos narrados por los entornos icónicos que adornan la región.

Muchos son los pueblos que a partir de sus tradiciones culturales se convierten en los exponentes idóneos en los que es sencillo percibir la identidad colombiana como en el caso del municipio de Sesquilé o el de Guatavita. O eso es lo que a simple vista se podía percibir al recorrer paso por paso los espacios cargados de alto grado histórico que se podían apreciar a medida que avanzaba el trayecto por estos territorios, perspectivas que iban siendo sustentadas con las pláticas de los guías, que con sus conocimientos iban aclarando el panorama de un entorno netamente natural que se convirtió en la prueba irrefutable de la permanencia actual de las tradiciones de una cultura que pareciera se refugia en el olvido, y no precisamente por decisión propia.

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La visita por los alrededores de Sesquilé y Guatavita da inicio con el avizoramiento con mirada exhausta de un sendero que se desliza desde lo más alto de una montaña, la cual escondía entre sus altos árboles y frondosa vegetación una serie de rincones con alto significado para algunos indígenas pertenecientes a la cultura Muisca, situación que generaba intriga y definitiva motivación para emprender el camino hacia la cima.

Comenzando el recorrido fue posible entender la relevancia histórica del lugar, pues con tan solo unos minutos ya se podía percibir en la naturaleza las valiosas tradiciones ancestrales que en el pasado fueron útiles para la cultura indígena y que hoy en día continúan siendo significativas para los indígenas que habitan allí. Era cuestión de tan solo mirar alrededor y percatarse de que estábamos en medio de una gran farmacia natural, al estar rodeados de plantas, hojas y flores que, según el saber Muisca, se podían utilizar para brindar solución a una gran variedad de enfermedades y asuntos relacionados a la salud. El ambiente por su parte colmado de sosiego provocaba envidia frente a las personas que estaban asentadas en el sector, que con absoluta serenidad llevan a cabo su diario vivir en pequeñas casas coloridas que decoraban aún más el paisaje.

Un poco más avanzado el trayecto, a medida que nos adentrábamos más en la vegetación, se intensificaba el contenido relacionado con la comunidad Muisca, pues por donde pasáramos se podía observar alguna construcción o simples símbolos pertenecientes a esta cultura, hasta el

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punto de transitar por lugares significativos espiritualmente debido a los rituales que se ejercían ahí, los cuales no eran eventos exclusivos para los indígenas sino que cualquier persona dispuesta a limpiar y renovar su alma era apta para ser partícipe de estos. Hasta que luego de varios minutos, como recompensa al agotamiento, conseguimos llegar al resguardo indígena, un sector escondido entre lo alto de la montaña, en el que se resumía todo lo visto por el camino: plantas medicinales, la identidad Muisca en forma de tejidos y pequeñas construcciones, el apartado espiritual con los rastros y marcas dejadas por los rituales que se desarrollaban en el lugar, además de los cantos y sonidos que en determinado momento armonizaron el ambiente; en sí un entorno en el que nos alejábamos lentamente de nuestra realidad para aferrarnos más a la de ellos.

Para finalizar nuestra visita decidimos dirigirnos de camino a la reserva de Guatavita, en donde nos vimos en la necesidad de volver a subir por un extenso sendero para poder alcanzar nuestro objetivo; parecía que los lugares representativos de la región se refugiaran entre lo alto de la naturaleza, siendo únicamente accesibles a aquellos que con extenuación demostraran su interés por ellos. Pero nada de esto importó, pues con lo recorrido pudimos conocer no solo una cultura, sino una nueva realidad, que a pesar de estar alejada de la nuestra sin lugar a duda hace parte de nuestra identidad como país.

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EL RESGUARDO

Camino a lo sagrado En esta montaña, ubicada en la cordillera oriental de Colombia, se ubica el resguardo indígena mhuysqa (muisca) de Sesquilé, aunque los muiscas se han transformado, no han desaparecido, permanecen y cada vez luchan más por conservar sus tradiciones.

Foto: Geraldine Londoño

Foto: Geraldine Londoño

Residentes Al ver a su abuela salir de su casa esta niña decidió repetir su acción y asomarse para descubrír de quiénes eran las voces que provenían de afuera.

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Foto: Dylan Osorio

Agricultura sesquileña La tierra fría de la región de Sesquilé es propicia para la agricultura y cultivo de alimentos tales como la papa, la lechuga, la zanahoria; siendo uno de los territorios agricolas más amplios de la provincia.

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Arboleda Altos y frondosos se encuentran los diferentes ĂĄrboles que se encargan de cubrir el sendero que conduce al resguardo indigena.

Foto: Geraldine LondoĂąo

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Foto: Geraldine Londoño

Esposa espiritual En la tradición Muísca el Poporo es considerado como la esposa espiritual y el diario personal de cada indígena.

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Poporo Ancestralmente el Poporo era elaborado en oro, actualemente es hecho a base de materiales naturales; por medio de la saliva, la hoja de coca y la bara de madera cada indigena escribe sus historias.

Foto: Geraldine LondoĂąo

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Foto: Dylan Osorio

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Digitalis Purpurea Esta planta, tambien conocida como Dedalera tuvo alta importancia medicinal, pero con el tiempo se conociĂł su alto riesgo para la salud, al considerarse venenosa.

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Conexión a la

HISCHA Pintura que representa la conexión entre la mujer y la tierra, la flecha en posición vertical expresa el periodo de la mujer entregado a su verdadera madre.

Foto: Geraldine Londoño

Cuca Estas construcciones son usadas por la comunidad Muisca para realizar rituales para la limpieza del espiritu.

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Foto: Geraldine Londoño

Foto: Dylan Osorio

Sua(Sol) Representación humana del sol antes de convertirse en la estrella ancestral Muísca.

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Inmersión natural El resguardo Muísca se encuentra literalmente resguardado entre la naturaleza, por lo que se pueden encontrar pequeñas construcciones generalemente de madera y piedra en medio de un entorno repleto de vegetación.

Foto: Dylan Osorio

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LA RESERVA

Conservación natural Siendo la naturaleza uno de los factores más relevantes de la región, fue importante establecer políticas que fueran útiles para la preservación del componente natural Guatavitense Foto: Dylan Osorio

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Foto: Dylan Osorio

Artificialmente natural En medio de un camino frĂ­o y verde se encuentra esta pequeĂąa casa que resalta por su hermoso color azul combinandose con el cielo y asombrando con su minimalista belleza.

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Para el transporte La carreta es impulsada por vacas y tiene el fin de ayudar a los agricultores a transportar deiferentes viveres. AĂşn con sus ruedas pesadas y su poca rapidez la carreta es escencial para la ayuda de los residentes.

Foto: Geraldine LondoĂąo

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Propiedad privada Esta pequeña casa en medio del camino cuenta con un amplio terreno a su alrededor. En ella sus propietarios prohíben el ingreso a personas que no hayan pedido una previa autorización.

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Foto: Geraldine Londoño

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Adaptación contextual La cultura indígena que aún prevalece en la región se ha tenido que adaptar al progreso social del país, por lo que se ve una transformación en apartados como las formas de vestir, la arquitectura, entre otros aspectos que atienden a una actualizanción cultural.

Foto: Dylan Osorio

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Ruralidad urbana Al rededor del municipio se puede observar la presencia del caracter urbano dentro del vasto verde rural, con pequeĂąas residencias que con visos de color gris quebrantan el prominente color de las montaĂąas.

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Foto: Dylan Osorio

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CONCLUSIONES

A medida que avanza nuestra historia como país se van constituyendo diferentes panoramas que van creando de manera paulatina nuestra identidad nacional, esto gracias al constante avance de una sociedad que se desenvuelve en pleno siglo XXI, en el cual hay un crecimiento masivo de nuevas tecnologías que terminaron por definir a los territorios según su grado de avance en esta variable. Pero esta situación conlleva únicamente a caer en el grave error de optar por el olvido, favoreciendo los acontecimientos y surgimientos culturales que se dan en el presente para adoptarlos como únicos aspectos relevantes en la construcción de identidad nacional, dejando de lado los sucesos históricos y sobre todo la cultura tradicional colombiana.

A partir de la experiencia vivida en este recorrido

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por los municipios de Sesquilé y Guatavita, nos pudimos dar cuenta de dos cosas: por un lado la increíble riqueza cultural que Colombia tiene vigente con la presencia actual de comunidades como la de los muiscas, los cuales a pesar de las condiciones cambiantes de la sociedad contemporánea persisten y resisten, preservando sus tradiciones culturales y promoviendo el conocimiento de las mismas entre la población que en algunos casos carecen de conocimiento sobre estas comunidades. Pero por otro lado es evidente el olvido por parte de no solo el Estado sino también de gran parte del pueblo colombiano, siendo ese olvido traducido en la falta de reconocimiento de esas comunidades ancestrales, de su labor como vitales constructores de la historia del país y de la cantidad de aportes culturales que tienen para ofrecer a la región.

Es entendible el hecho de pensar que nuestro carácter identitario se forja a partir de los sucesos actuales, que de cierta manera amplían el reconocimiento de la nación ante una mirada internacional, debido a que en efecto sitúan al país en el mapa con algo de prestigio; pero no por eso se pueden olvidar las raíces, la historia, y lo que ella y todos sus participantes contribuyeron en la constitución de Colombia como lo es hoy en día.

Por esta razón es imprescindible considerar to-

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dos los elementos que con tan solo mirarlos den cuenta de lo que es Colombia: las comunidades indĂ­genas, las creaciones culturales del pasado, el componente artesanal, las tradiciones ancestrales, junto con lo que ocurre en el contexto actual, debido a que solo de esa manera es posible edificar una verdadera identidad colombiana.

Porque a veces todo tiempo pasado fue mejor.

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FotografĂ­a e Historia de Colombia 2017-II

Foto: Geraldine LondoĂąo