DEL PASADO AL PRESENTE
Integrantes: Ángel Torres Quiroz Karol Hernandez Peña Karen Moreno Rodríguez Grupo: 402K
Juan Hernández y Mercedes Montaña le heredaron a su hijo, Gustavo, una casa ubicada en el barrio El paraíso en Villavicencio, Meta. Gustavo extendió la casa, volviéndola un negocio familiar entero, esta casa se convirtió en el hogar de las futuras generaciones, las cuales la bautizaron "El paraíso", allí Gustavo vivió hasta el último de sus días y la heredó a sus hijos. Hoy en día lo único que ha cambiado en la casa, es el color de la pintura.
Única fotografía de Juan y Mercedes, la cual se encuentra hasta el día de hoy en la casa.
Allí fue donde Gustavo Hernández y Rita Rojas de Hernández, tuvieron sus seis hijos y, así mismo, sus 14 nietos, todos vivieron en algún momento en El Paraíso.
Rita conoció solamente a seis de sus nietos, pues murió en el año 1995. Gustavo murió 21 años después y, como él lo quiso toda la vida, fue sepultado junto a su esposa.
La casa ocupa toda una cuadra junto a los locales del primer piso, pero esta es su entrada principal.
Mi padre, Hernán Hernández, uno de los hijos de Rita y Gustavo, en el cuarto de su padre. Hoy en día no hay sillas guardadas, sino el caminador que acompañó a Gustavo en sus últimos días de vida y una maleta, la cual guarda unas pocas pertenencias que conservamos de él.
Además, la casa guarda intacta los símbolos llaneros, infaltables en la vestimenta de Gustavo Hernández, además, su bastón, evidencia de lo que fueron sus últimos de vida.
Mi madre, Judith Peña, vivió allí junto a mi padre y mi hermana.
Aunque la casa fue anfitriona de grandes reuniones familiares, hoy en dĂa es muy poco frecuentada, pero no dejo de ser epicentro de la dicha gracias a la pandemia del presente aĂąo 2020, de la cual toda la familia debe cuidarse el doble
porque aparte de heredar la casa, la mayorĂa heredĂł la enfermedad del asma, sino por las discusiones familiares debido a bienes materiales.
Desde la muerte de Gustavo, no hubo mĂĄs reuniones, ni festejos, solamente quedan pequeĂąos lugares convertidos en dormitorios improvisados.
Mi tía, Esperanza Hernández, es quien vive en El paraíso actualmente, para ella, los años no han pasado en este casa, su rutina sigue siendo la misma de hace de hace 20 años.
El menor de los Hernรกndez, Juan David, vive en esta casa como es la tradiciรณn.
La casa está en venta desde la muerte de Gustavo, el día que eso suceda, pasarán a manos de otras personas la historia de esta casa, que más que un hogar, fue en algún momento para todos, EL PARAÍSO. Espero volvernos a reunir, dejar las diferencias a un lado y actualizar este cuadro colocado en la casa, en donde estamos todos
La familia siempre está ahí, de alguna u otra manera, cuando te caes por primera vez o cuando te cae tu primer diente, está cuando logras tus sueños más deseados y cuando fracasas, mi familia ha vivido en muchos lugares como Bucaramanga, Cáchira, Ortega, Cúcuta e incluso Caracas, pero si hablamos de un lugar en donde todos sabemos que nos podemos encontrar es en Bogotá, esa es la ciudad en donde toda mi familia sabe que se encuentra nuestro hogar y que pese a que pasen los años será nuestro referente.
Los rascacielos de Bogotá son llamativos y atrapantes, no hay mejor plan en la ciudad que ir un domingo junto con toda la familia a caminar por toda la ciclovía de la 26 con rumbo al centro donde se puede recorrer la famosa séptima, viendo los balcones, que fueron testigos de los múltiples viajes que hacia el tranvía en los cuarenta. No hay nada como terminar en la plaza esa que fue testigo de revueltas, como la del 20 de julio, de marchas, como la marcha del silencio o las del paro nacional, la plaza que fue testigo de como se tomaron el palacio de justicia, es hermoso recorrer y recordar la historia que guarda Bogotá.
En Bogotá se encuentra una tranquilidad y estabilidad económica que no se encuentra en todos lados, mi madre nació en Santander y mi padre en Tolima, pero siempre me han dicho que esta ciudad tiene una magia que logra atrapar a cualquiera, será por eso que ellos ya llevan 17 años llevando al parque Simón Bolívar a pasar los domingos en familia, quizás ese mismo encanto fue el que hizo que dos de sus hijos mayores se quedaran a vivir aquí y ahora tiene dos nietos rolos, así como se les dice en Cucúta.
Esta ciudad nos ha dado la unidad como familia que siempre nos ha caracterizado, ya que sabemos que estรก siempre serรก nuestra ciudad, de alguna u otra manera hay algo nuevo que conocer o nuevas direcciones que buscar, siempre hay una nueva ruta de Transmilenio que probar y un nuevo centro comercial al que ir.
En BogotĂĄ se puede hacer de todo y es un perfecto lugar para aprender de nuestra historia y tiene los mejores lugares turĂsticos para visitar como Monserrate., se puede ir a la plaza de mercado de la perseverancia o a la plaza de toros.
Ahora que en esta pandemia no estábamos de la manera en la que convivíamos el año pasado, sólo espero que podamos hacer muchísimos más paseos por la séptima, que podemos ir una vez más por Monserrate y espero que Bogotá siga siendo ese punto de encuentro que trae recuerdos.
La ganadería es una actividad económica que consiste en la crianza de animales para el consumo humano, siendo una de las actividades del sector primario. Esta, en conjunto con la agricultura son actividades que el hombre ha venido ejerciendo desde tiempos antiguos. Las familias se basan en tradiciones, las cuales permiten desarrollar labores y enseñarlas a las nuevas generaciones. Este es el caso de la familia Torres, una familia la cual ha enseñado a tres generaciones la grandiosa labor de la ganadería.