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Seminario de San José
EDITORIAL EL INFINITO AMOR DE DIOS Estamos viviendo tiempos inéditos en la historia de la humanidad, con esta pandemia que ha traído confusión, miedo, división, incredulidad y zozobra entre muchas tribulaciones más. Se da en un momento en que nos pensábamos libres y soberanos de hacer y deshacer de nuestras vidas y de las de los demás con la violencia, el aborto, la explotación de los más débiles, la lucha por el poder, la acumulación de fortunas inmensas, de la descomposición del tejido social y la cultura de la muerte en su máxima expresión. Y nos vemos como atrapados en este desconcierto mundial inesperado y causado por un virus que nos mantiene encerrados en casa y a otros con una gran incredulidad, creyendo en todo y sin creer en nada, como si el no creer nos hiciera inmunes. En este contexto muchos volteamos a ver a Dios como el ladrón en la Cruz esperando la misericordia del Señor y otros siguen esperanzados en el puro saber humano para vencer nuestros temores de muerte.
Y sin embargo se hace presente el infinito Amor que Dios tiene por nosotros, puesto que nos viene a rescatar de nuestros errores y de la perdida de rumbo que teníamos antes de la pandemia como humanidad. El actúa para que cambiemos y lo hace como un Padre amoroso que corrige a su hijo amado para que no se pierda y siga envileciendo su vida como el hijo pródigo en medio del chiquero que recuerda la casa y el amor paterno.
Este Amor infinito de Dios por nosotros nos urge a cambiar nuestro corazón y transformarlo, a semejanza de Sagrado Corazón de Jesús, en un corazón de carne que seamos capaces de amar a los demás, que abandonemos como humanidad el egoísmo tan grande que nos ha traído muerte y sólo muerte. Es tiempo hermanos, todavía es tiempo de cambiar y desde el amor infinito de Dios resurgir como una nueva creación dónde Reinen los Corazones de Jesús y de María, depende de nuestra voluntad de conversión, con la ayuda de Dios. Dios es Amor Permanecemos unidos en la oración. P. Francisco Javier Rebollo León sda
NUESTRA ESPIRITUALIDAD. “He venido a prender fuego a la tierra, ¡y cuánto deseo que ya esté ardiendo!” Un afectuoso saludo virtual desde la “sana distancia”. Las circunstancias actuales nos obligan a re-educarnos socialmente y, se habla de una vida adaptada a la “nueva normalidad”.
Esa ha sido la Historia de la Humanidad: una serie de cambios y adaptación a nuestro medio, no debe darnos miedo si es para nuestro bien. Pero hay otras cosas que, “jamás cambiarán”.
Es un virus el que nos está cambiando la vida en todo el mundo y le llamamos Coronavirus. Pero, detrás de éste se encuentra la pandemia del egoísmo, de la envidia, del desamor y eso es ir en contra de nuestra misma esencia, pues fuimos creados a imagen de Dios y Dios es amor. Nos hemos olvidado de nuestra naturaleza espiritual y, el mundo nos lo está reprochando. Es tiempo de volver la vista a Nuestro Padre Dios. Y enmendar nuestras vidas cada uno y pedir por la conversión del mundo entero. Pudiéramos pensar que la penitencia y la oración han pasado de moda que ya no tienen cabida en este mundo tan avanzado tecnológicamente, pero, Jesús y María nos recuerdan que lo más importante sigue siendo la Salvación de las Almas. Y, la forma de hacerlo, contribuyendo con el misterio de la Salvación de Jesús en la Cruz es haciendo oración y penitencia por nuestros pecados y los del mundo entero.
Recurrimos a los escritos de nuestra espiritualidad para ahondar más en el tema actual, profundizando en mes del Sagrado Corazón de Jesús:
Salvación de las Almas. “Yo les digo mi venida está cerca y dichosos serán los que oyeron mi voz y la cumplieron porque Yo soy amor y misericordia, que nada les detenga porque mis palabras se cumplirán. Yo les digo: todo pasará mas mis palabras jamás. Yo les pido ayuno y lo ofrezcan por la salvación de las almas pues, como dijo mi Madre, no hay quien haga penitencia ni oración, por esto se pierden muchas almas. Tengan por seguro que si me ofrecen todos los actos de vuestra vida, unidos a mis méritos, tendrán grandes méritos. Yo sé que me aman mas no solo me lo digan de palabra pues Yo os tomaré en cuenta vuestras obras, no palabras huecas que salgan de vuestros labios.
Yo soy amor y por amor he venido a habitar entre los hombres y mis delicias las tengo en aquellos que oyéndome me aman y Yo conozco a mis ovejas y ellas conocen mi voz porque Yo las amé desde la eternidad, y les pido solo amor porque es lo único de lo que Yo les pediré́ cuentas. Yo les pido entrega total y que este amor que Yo les doy sea cumpliendo mis mandamientos, pero mas que nada os pide mi Corazón: ámense como Yo los amo, así ́ os deseo encontrar en vuestro corazón solo amor, amando solo por Mi. Yo los bendigo y María mi Madre, uníos a ella y les pido oración, amor, caridad porque así ́ es mi Corazón y el de ella. Yo os amo y con este amor os deseo que os améis, os lo vuelvo a decir: mi Corazón solo amor os da. “Señor, por tu preciosísima Sangre y tu Divina Misericordia, ¡Salva las almas, sálvalas Señor!” <<He venido a prender fuego a la tierra, ¡y cuánto deseo que ya esté ardiendo! Con un bautismo tengo que ser bautizado, ¡y qué angustia sufro hasta que se cumpla!>> Lucas (12, 4950)
Tomado de nuestra Espiritualidad. Siervos del Divino Amor. 23 de diciembre de 1983,1:36 a.m. Sagrado Corazón de Jesús.
Voz del Papa La relación con Dios es la grandeza del hombre. Dice el papa que mientras más nos asemejemos a Dios, seremos verdaderas imágenes del Creador. Para que haya una mejor semejanza con Dios, está claro que nos debemos comunicar con él, a través de la oración. La oración ilumina nuestra vida, es la que hace que tengamos energía y alegría; valor ante las tribulaciones; la que nos hace tener el verdadero amor a Dios. Nos lo dice el papa así: “Si la trama de la vida, con todas sus amarguras, corre a veces el riesgo de ahogar en nosotros el don de la oración, basta con contemplar un cielo estrellado, una puesta de sol, una flor…, para reavivar la chispa de la acción de gracias”.
Una verdadera oración, es la que se hace mirando siempre al cielo; para que Dios nos oiga. A través de ella, hablamos con nuestro padre y nos adherimos a él en la creación. El papa en ello nos menciona un salmo: “Al ver tu cielo, hechura de tus dedos, la luna y las estrellas que fijaste tú, ¿qué es el hombre para que de él te acuerdes, el hijo de Adán, para que de él te cuides?”. (vv. 4-5).
Una oración bien hecha es la que te lleva a Dios y no al hombre; que ya si se ve al hombre corre el riesgo de quedarse en mera soberbia del mismo hombre, como lo dice el papa: “Una oración dirigida a Dios te ilumina: te ilumina el alma, te ilumina el corazón y te ilumina el rostro. Incluso en los tiempos más oscuros, incluso en los tiempos de dolor más grande”. La oración nos lleva a una verdadera alegría, y por lo mismo, debemos de trasmitirla; con el verdadero mensaje de Dios. Pero no siempre estaremos en situaciones de alegría; en aquellas, nosotros debemos tener un rayo de esperanza, que pasaran, y que también son un momento de purificación de nuestras almas; por eso si nos debemos de alegrar de eso, y pedirle a Dios que nos ayude a superar las pruebas con paciencia. En referencia a la esperanza en las pruebas el papa nos dice: La oración es la primera fuerza de la esperanza. Tú rezas a Dios, y la esperanza crece, avanza. Yo diría que la oración abre la puerta a la esperanza. La esperanza está ahí, pero con mi oración le abro la puerta. Como lo dice el papa: “Alabemos a Dios, contentos simplemente de existir”.
13 DE JUNIO SAN ANTONIO DE PADUA San Antonio de Padua nació en Lisboa, Portugal, el 15 de agosto de 1195. Sus padres, que eran descendientes de la nobleza, le pusieron el nombre de Fernando Martins; sería más adelante cuando se cambiara el nombre por Antonio. Tuvo una excelente preparación con los agustinos y en 1212 ingresó a la orden franciscana. En 1220 se ordenó de sacerdote. Era su deseo ir a Marruecos para morir mártir, por lo cual se embarcó junto con otros franciscanos, pero las malas condiciones climáticas los llevaron providencialmente a Sicilia. Por invitación del Provincial participó de un capítulo en Asís, donde se quedó a predicar del año 1222 al 1224, mostrando una gran elocuencia en sus predicaciones y una gran espiritualidad. Defendió la fe contra las herejías que prevalecían en su tiempo. En 1227 se le nombró provincial, siendo maestro en Teología en Italia, Francia y en Padua. Tenía ese deseo en su corazón de que los demás hombres se convirtieran y todos en Padua querían escucharlo. En cierta ocasión, se reunió la gente de un poblado, para ver qué ocurría después de dejar a una mula sin comida tres días y estando el santo en un extremo con el el Santísimo y la comida fresca en el otro extremo. La mula como era de esperarse salió corriendo, pero primero hizo una reverencia al Santísimo Sacramento y después fue por la comida. Dios lo permitió para aumento de fe de las personas que dudaban de su presencia real en la Eucaristía, convirtiéndose mucha gente por este hecho milagroso.
Se le nombra patrono de las cosas perdidas porque, un novicio le llegó a robar un libro de salmos que tenía en mucha estima San Antonio, por lo que, le pidió a Dios y finalmente la persona culpable acabó devolviéndolo, arrepentida. El santo falleció camino a Padua, un viernes 13 de junio en el año de 1231. Dios nos conceda por intercesión de San Antonio de Padua, la gracia de nuestra conversión, para que nos enamoremos cada vez más y estemos ciertos de la presencia real y verdadera de Jesús en la Eucaristía. Que escuchemos la Palabra de Dios con un corazón sincero y la llevemos a la práctica, desenado ardorosamente que todos se salven (Juan 3,15) y lleguen a conocer el amor y las ternuras infinitas del Sagrado Corazón de Jesús y de María Santísima. “Oh Dios, que te dignaste escoger a San Antonio como modelo de todas las virtudes para la bendición de toda la humanidad, y has convertido a muchas almas a través de sus sermones y buen ejemplo, concédeme que por sus méritos e intercesión pueda real y verdaderamente convertirme, renunciar al pecado y a todo deseo de pecar, y hacerme cada vez más y más del agrado de Dios por la práctica de la verdadera virtud. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén”. Diácono: Pablo Santoscoy
29 DE JUNIO SAN PEDRO Y SAN PABLO APÓSTOLES Este día es llamado de Solemnidad porque festejamos a dos grandes santos y apóstoles de la Iglesia, siendo ambos pilares de esta: San Pedro y San Pablo. Simón por sobrenombre Pedro, es hermano de San Andrés apóstol (Mc 1,16). Originario de Betsaida (Jn 1, 44), lugar que significa en hebreo: casa o lugar de la pesca; haciendo alusión a su oficio, ya que él era pescador. Siendo llamado por Jesús a ser “pescador de hombres” (Mt 4,19). Pedro significa: piedra en griego y en arameo roca. Es el primero de los apóstoles en reconocer a Jesús como el Hijo de Dios vivo (Mt 16,16) y es al que Cristo le dice: “tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia…a ti te daré las llaves del Reino de los Cielos” (Mt 16,17-19). San Pedro es el primer Obispo de Roma o Sumo Pontífice de la Iglesia Católica Apostólica y Romana; el Vicario de Cristo, es decir su representante aquí en la tierra y con la tarea de apacentar el rebaño de Jesucristo (Jn 21,17). Dejando unas cartas dirigidas a las comunidades de Roma.
San Pablo se llamaba Saulo antes de su conversión, ya que era perseguidor público de la Iglesia de Cristo y cuando se encontró con Jesús camino a Damasco se convirtió. Pablo es el apóstol de los gentiles y testigo de la muerte y Resurrección de Jesucristo (Hch 9, 3-19); haciendo múltiples viajes y escribiendo varias cartas a distintas comunidades. Pablo significa débil o pequeño, haciendo honor a su nombre ya que se consideraba el último y el más pequeño entre los apóstoles (1 Co 15,9); diciendo que presumía de sus debilidades, y que tomaba a Cristo como su fortaleza (1 Co 12,9-10). Ambos derramaron su sangre por la causa de Cristo en Roma: Pedro, en el año 64 crucificado boca abajo y Pablo, en el 67, decapitado. Dios nos ayude a tener esa valentía en nuestros tiempos de ser testigos de ese gran amor que Jesús nos tiene y que nos demostró al morir y resucitar por nuestra salvación. Que cumplamos nuestra misión que Dios nos tiene encomendada, siendo aquellos pilares en nuestros hogares, sabiendo que, aunque seamos pequeños, si dejamos que Dios actúe en nosotros, hará grandes cosas y será Cristo el que viva y actúe en nosotros (Gal 2,20). San Pedro y San Pablo apóstoles…rueguen por nosotros. Diácono: Pablo Santoscoy Rebollo
PEDIMOS TU APOYO PARA SEGUIR AYUDANDO Y CONTINUAR LA OBRA DE JESÚS: EL SEMINARIO PARA FORMAR SACERDOTES SANTOS.
Quienes han visitado alguna vez Nuestro Seminario, se habrán dado cuenta, que a los alrededores la gran mayoría de los vecinos tienen una gran necesidad material. Desde hace ya muchos años el seminario les ha tratado de apoyar con despensas, y cada martes por las tardes se entregan unas 30-35 despensas. Últimamente, se nos ha complicado un poco y por tal motivo recurrimos a su generosidad, para que con su apoyo, no dejemos a estas familias en el olvido, quienes algunas de ellas es lo único que reciben para su alimentación familiar, debido a que por la pandemia no pueden salir a trabajar, o simplemente se han quedado sin trabajo. Algunos se ayudaban juntando materiales de reciclaje para venderlos, pero ahora están cerrados esos negocios por no ser de prioridad. Por ello, ponemos el número de cuenta en donde pueden hacer su aportación. “Os aseguro que todo lo que hicisteis por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, por mí lo hicisteis”. (MATEO 25:40)
También les damos una buena noticia qué gracias a que los gobiernos están permitiendo más la movilidad, vamos a poder continuar con la construcción del seminario, claro con las recomendaciones estrictas para no propagar el contagio, y queremos encomendarnos a sus oraciones, aunque sabemos que son tiempos difíciles para apoyar, pero sabemos que el mejor donativo que pueden dar es su oración, lo cual lo vamos comprobando cada vez más, ya que Dios se encargará de qué su obra del seminario continué para la formación de futuros sacerdotes. Y si Dios te socorre, no dudes en colaborar con alguna aportación, Dios te lo multiplicará. De la mano de María Santísima nos tomamos para seguir adelante en esta hermosa obra. Nos encomendamos mucho a sus oraciones, y cuenten con las nuestras. Los invito a que promuevan la cuenta y sean muchos los que se animen a cooperar, para seguir con alegría los planes de Dios que se llevarán a cabo para la salvación de las almas. Pidan por mas vocaciones, sabiendo que la formación de un sacerdote empieza desde la oración que hacemos por ellos, y muchos jóvenes escucharán el llamado que Dios les hace hoy.
Oración para pedir por la construcción del Seminario de San José de los Siervos del Divino Amor. “Ahora es el momento de que Tu Señor, en esta piedra, como le dijiste a Pedro: que sobre esta piedra fundabas Tu Iglesia, con este recuerdo de La Verdad que Eres Tú, te pedimos que tu bendición haga prospera esta Tu Obra, para que este lugar sea para darte Gloria, que el Corazon de María, Señor San José nos ayuden a perseverar, y así este lugar sea semillero de vocaciones santas, de que su deseo sea El Tuyo y su Anhelo como el Tuyo, las almas sean su único deseo para darte Gloria a Ti Señor. Amén.” Para tus donativos tenemos esta cuenta bancaria: BANCO: SANTANDER Jesús Leonardo Rebollo León Cuenta: 60550481196 CLABE BANCARIA PARA TRANSFERENCIAS: 014320605504811963 Depósitos en OXXO: 5579 0700 9014 3192 “Dios bendice más al que da que al que recibe.”( HECHOS 20:35)
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