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D I V I N O
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Seminario de San José
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MES DE MARÍA MADRE DE LA ESPERANZA EDITORIAL
El mes de mayo de este año 2020 lo iniciamos con muchas incógnitas para la humanidad, esta pandemia que nos ha tomado por sorpresa nos ha obligado a vivir un aislamiento social que no tiene precedente en la historia de la humanidad. Para nosotros los católicos ha sido especialmente difícil por el cierre de las Iglesias y nos ha obligado a recurrir a los medios electrónicos para acceder a la Eucaristía de manera remota, sin embargo hemos comprobado que la Palabra de Dios, la oración, meditación y la misma celebración Eucarística se han multiplicado en los hogares y muchas personas que asistían a misa sólo los domingos y a veces ni los domingos, hoy acudan a sus computadoras y tabletas y celulares a presenciar la Misa diario o casi diario
EDITORIAL Esto me hace reflexionar cómo actúa Nuestro Señor que se hace presente de otra manera en nuestras vidas, ahora temerosas por el contagio y nos da la oportunidad de vivirlo muy cercano en medio de las familias y los hogares, Y no puede faltar la presencia de nuestra Madre María quien intercede por nosotros ante su Hijo como en las bodas de Canaán y ahora le dice:” Hijo ya no tienen tu presencia “ y Jesús transforma los templos cerrados y hace de cada hogar un templo donde lo tengamos a El mas cercano. Acudamos en estos momentos a María que es Madre de Esperanza y nos cuida y nos ama para que volteemos hacia Dios. Dios es Amor P. Francisco León sda
Javier
Rebollo
Sedientos del Amor de Dios
“Dios es Amor” (1 Jn. 4:8). Y, “Dios creo al hombre a su imagen y semejanza” (Gn. 1,27) y, si Dios es Amor y nosotros hemos sido creados a su imagen y semejanza, entonces, nosotros, como imagen de Dios que es Amor, somos también amor. Si, aunque parezca mentira, en un mundo tan lleno de violencia, de envidias, de guerras fratricidas y de falta de amor, seguimos siendo amor. En la misma carta de Juan encontramos la respuesta: “Queridos hermanos, debemos amarnos unos a otros, porque El Amor viene de Dios. Todo el que ama es hijo de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios porque Dios es Amor”. (1Jn.4, 7-8). En el mundo, lo que hace falta es conocer al que Es Amor, porque solo conociendo a Dios podremos llegar a ser verdaderamente su imagen aquí en la tierra.
Y no existe nadie que conozca mejor a Dios que María y que, por lo mismo sea la mejor imagen del Amor. A ella que es Hija, Madre y Esposa de Dios es quien mejor nos puede ayudar a conocer a Dios que es Amor. Pidámosle, en este mes dedicado a Ella que nos muestre al Padre, a su Hijo y al Espíritu Santo para que así, seamos fiel imagen de Dios y reine El Amor en el mundo como Dios quiere que sea. Como hemos sido hechos a imagen y semejanza de Dios mientras no tengamos a Dios estaremos sedientos de este Amor, es por eso por lo que si no nos llenamos de este Amor nuestra sed de amor la buscaremos saciar con lo que no es el Verdadero Amor y nos dejaremos engañar de las cosas falsas que constantemente nos ofrece el Demonio, el mundo y la carne. Veamos que nos dice la Santísima Virgen María, cuando estamos sedientos de ese Amor y no acudimos a Él:
“Yo, les veo sedientos del Amor.”
Yo soy la Madre de Dios por quien se vive. Yo les veo sedientos del Amor y les digo: sólo el Amor de Jesús es el que les quitará esa sed, porque en Él está La Verdadera Fuente. El que lo busca lo encuentra y jamás tendrá sed. Yo les digo: busquen y traten de llenarse de la Verdad que es Él. Yo les digo: el mundo muere sin Amor. Sean ustedes esa fuente que lleve esta agua que es Vida. Que sean ustedes la luz que es Cristo Mi Hijo; El, que ha dado La Vida Eterna, al que tome el Sacramento, su Cuerpo y su Sangre, vivirá eternamente. Yo los bendigo pequeñitos míos. De nuestra Espiritualidad. 1 de mayo de 2014 13:10 p.m. Santísima Virgen María. Siervos del Divino Amor
Pidámosle a Nuestra Santísima Madre, en este mes de mayo que, a ejemplo suyo, seamos imagen de quien es todo Amor. Y así seamos semillas del Amor de un mundo tan sediento de Amor. Si nosotros estamos sedientos del Amor de Dios, Jesús está más sediento de nuestro amor, no le neguemos nuestras almas. “Tengo sed” (Jn.19,28). Dios es Amor. El Amor Divino esté con nosotros.
LA VOZ DEL PAPA Dios no se cansa de tendernos la mano para levantarnos de nuestras caídas. Dios no quiere la muerte del pecador, sino que se arrepienta y viva. Es lo que Dios quiere en este tiempo, ya, de nosotros, que seamos misericordiosos con todos, con los de casa, nuestros conocidos, amigos, pero sobre todo con los demás, con los más necesitados de la divina misericordia de Dios. El papa lo dice de este modo: Él quiere que lo veamos así, no como un patrón con quien tenemos que ajustar cuentas, sino como nuestro Papá, que nos levanta siempre. Que veamos en estos tiempos; como todos estamos faltos de esa misericordia de Dios. Sin él no podemos hacer nada. Es por eso, que él, primero nos invita a compartir nuestro ser, a los demás. Puede ser que a veces no se pueda demostrar ese amor, pero en este tiempo Dios nos abre el corazón a los demás, para ver verdaderamente con los ojos de la fe. Hoy los médicos y especialistas en medicina nos ponen el ejemplo, dando incluso sus vidas por amor a sus semejantes. Dice el papa: La mano que siempre nos levanta es la misericordia. Y tú puedes objetar: “¡Pero yo sigo siempre cayendo!”. El Señor lo sabe y siempre está dispuesto a levantarnos. Él no quiere que pensemos continuamente en nuestras caídas, sino que lo miremos a Él, que en nuestras caídas ve a hijos a los que tiene que levantar y en nuestras miserias ve a hijos a los que tiene que amar con misericordia. Debemos arrepentirnos en esa misericordia de nuestros pecados para que así sean reparados los pecados que hacemos a nuestro maestro de misericordia, Jesús. Él espera al pecador para que se arrepienta y cambie de vida, eso lo debemos de meditar estos días en nuestros corazones. Hay que ver nuestras miserias dice el papa en la misericordia que Jesús le dijo a santa Faustina: «Yo soy el amor y la misericordia misma; no existe miseria que pueda medirse con mi misericordia». Jesús no nos da sermones en estos tiempos, pero si nos ve con esa tristeza ante el pecado que ha pasado límites de la misericordia de Dios. Dice el papa: Jesús, fue a encontrarse con sus discípulos, y les mostró sus propias llagas, para que amemos al que es amor, pero todavía no entendemos.
Nosotros debemos creer en esa Misericordia, pero no abusar de ella. Debemos de hacer en estos tiempos, dice el papa la confesión de fe de Tomàs que es más sencilla y hermosa, cuando viene del corazón arrepentido: «¡Señor mío y Dios mío!» (v. 28). Allí dice el papa: se disipan las dudas, allí Dios se convierte en mi Dios, allí volvemos a aceptarnos a nosotros mismos y a amar la propia vida. Nos recuerda el papa que hoy ante lo que estamos viviendo, también nosotros, como Tomás, con nuestros temores y nuestras dudas, nos reconocemos frágiles. Necesitamos al Señor, que ve en nosotros, más allá de nuestra fragilidad, una belleza perdurable, cuando nos arrepentimos de verdad. Dice el papa: Ese es el motivo para alegrarse, como nos dijo la Carta de Pedro, «alegraos de ello, aunque ahora sea preciso padecer un poco en pruebas diversas» (1 P 1,6). También nos recalca que el anuncio más hermoso se da a través del discípulo que llegó más tarde. Sólo él faltaba, Tomás, pero el Señor lo esperó. La misericordia no abandona, para quien está verdaderamente arrepentido.
Ahora, mientras pensamos en una lenta y ardua recuperación de la pandemia, se insinúa justamente este peligro: olvidar al que se quedó atrás. El riesgo es que nos golpee un virus todavía peor, el del egoísmo indiferente, que se transmite al pensar que la vida mejora si me va mejor a mí. No seamos indiferentes ante el sufrimiento, y hay que ayudar a los otros en lo que se pueda. En una palabra, de aliento, despensas, comida lo que se pueda. Dice el papa: Aprendamos de la primera comunidad cristiana, que se describe en el libro de los Hechos de los Apóstoles. Había recibido misericordia y vivía con misericordia: «Los creyentes vivían todos unidos y tenían todo en común; vendían posesiones y bienes y los repartían entre todos, según la necesidad de cada uno» (Hch 2,44-45). No es ideología, es cristianismo. Como pone de ejemplo el papa los escritos y actividades de Santa Faustina: «En un alma que sufre debemos ver a Jesús crucificado y no un parásito y una carga… [Señor], nos ofreces la oportunidad de ejercitarnos en las obras de misericordia y nosotros nos ejercitamos en los juicios» (Diario, 6 septiembre 1937). Pero un día, ella misma le presentó sus quejas a Jesús, porque: ser misericordiosos implica pasar por ingenuos. Le dijo: «Señor, a menudo abusan de mi bondad», y Jesús le respondió: «No importa, hija mía, no te fijes en eso, tú sé siempre misericordiosa con todos» (24 diciembre 1937). Con todos, no pensemos sólo en nuestros intereses, en intereses particulares. Aprovechemos esta prueba como una oportunidad para preparar el mañana de todos, sin descartar a ninguno: de todos. Porque sin una visión de conjunto nadie tendrá futuro. Es por eso, que el papa nos exhorta a que seamos santuarios de misericordia, que seamos otros Cristos en esta pandemia, dando ejemplo en obediencia a nuestras autoridades para salvar a nuestros hermanos, y no contagiar y contagiar lo menos posible.
3 de mayo Fiesta de la Santa Cruz En varias partes del mundo se celebra esta fiesta el 14 de septiembre, pero en México y América Latina se celebra el día de la Santa Cruz el 3 de mayo. Esto debido a dos razones: en primer lugar, a que, por Tradición de la iglesia; fue el día en que se encontró la Cruz donde fue clavado Cristo. En el siglo IV, el 3 de mayo de 332 d.C, cuando Santa Elena y otras personas, localizaron la Cruz, gracias a un milagro de Dios concedido a una persona enferma que se curó al tocarla. En segundo lugar, porque en México esta muy unida esta fiesta con el área de la construcción. Por costumbre de religiosidad popular, los albañiles colocan una cruz de madera en las obras, encomendándole la misma a Nuestro Señor para que los cuide y lleve a buen término sus proyectos. La Cruz la vemos en muchas partes: algunos la traen colgando del cuello, otros la tienen en las paredes de sus casas, en fin, en varias partes y en diferentes ambientes. Es momento de recordar que la Cruz es el signo mayor del amor de Dios que pueda existir. Porque es la forma en que Cristo nos consiguió nuestra salvación y redención, nos demostró su infinito amor al dar su vida por nosotros y muriendo de la peor forma, clavado en la cruz como el peor criminal, acusado injustamente siendo inocente, golpeado, ultrajado, derramando hasta la última gota de su preciosísima sangre. Dios nos ayude a todos a participar de la Cruz de Cristo, con nuestras pruebas que tenemos de cada día y sobre todo en los momentos difíciles, ayudando a los demás y sabiendo que Jesús está siempre a nuestro lado ,con la firme esperanza de que después participaremos en plenitud de la felicidad eterna de la Resurrección de Jesucristo. “El día de mi muerte, Satanás no tendrá poder sobre mí, porque el día de la Santa Cruz dije mil veces: Jesús, Jesús…” Diácono: Pablo Santoscoy Rebollo.
13 de mayo Nuestra Señora de Fátima
El 13 de mayo de 1917, en Cova de Iría, esto en Portugal; tuvo a bien aparecerse la Santísima Virgen María, por primera vez de seis ocasiones; a tres pastorcitos: Lucía, de diez años, su primo Francisco de ocho años y Jacinta; la hermana menor de Francisco, con apenas siete años. El recado principal de la Madre del cielo fue: que dejemos de ofender a su Hijo Jesucristo que es ya bastante ofendido, la urgencia de la oración por la conversión de todos nosotros los pecadores, especialmente con el rezo del Santo Rosario, y la necesidad de la penitencia en favor de la salvación de tantas almas para que no se pierdan al no haber alguien que pida por ellas. Al principio, los pastorcitos contaron con mucha oposición, debido a la incredulidad de varias personas escépticas en un principio, pero que con el tiempo descubrieron y se convencieron de la veracidad de las palabras de estos niños campesinos, contando con señales milagrosas como el sol en movimiento y muchas conversiones. Dios nos conceda, por intercesión de su Santísima Madre en la advocación de Nuestra Señora de Fátima, una sincera conversión y contrición de nuestros pecados. Que, mediante el Rezo del Santo Rosario, nuestras obras de penitencia y caridad, todo esto unido a los méritos de la Pasión de Cristo y al Inmaculado Corazón de María; conceda la salvación de muchas almas y conforte a muchos abatidos, por los problemas que estamos pasando en el mundo entero.
"Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman".
Diácono: Pablo Santoscoy Rebollo.
APOYANDO A NUESTRO SEMINARIO SAN JOSE DE LOS SIERVOS DEL DIVINO AMOR. Para que Nuestro Seminario pueda seguir ayudando a los que menos tienen. (Que son muchos en nuestra colonia). Indudablemente todos estamos conscientes de que la situación que estamos viviendo por la contingencia sanitaria. El no poder salir de casa pudiera parecer como un tiempo de descanso, pero no, hay miles de personas que comen hoy gracias a lo que ganaron trabajando ayer y, saben que, si hoy no pudieron salir a trabajar no tendrán la alimentación de sus familias para mañana. Sabemos que la ayuda en despensas que da el Seminario semanalmente para las familias pobres de las colonias circundantes es poco, pero, en estos momentos se vuelve más necesaria que nunca, pues para muchas de ellas significa el alimentar a sus familias o seguir en la incertidumbre del “qué comeremos”. Sabemos que la situación está siendo difícil para todos, pero tampoco podemos olvidar a los que menos tienen. Recuerda que “Lo que hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron Conmigo”. (Mt 25, 31-46) Ayúdanos a seguir apoyando a la gente necesitada aportando con tu ayuda en esta cuenta: Cuenta bancaria: Banamex: Jesús Leonardo Rebollo León Suc. 4140 cta. 41400007495 Clabe Bancaria 002320414000074957 Depósitos en el Oxxo 5204 1672 1687 8496 Dios te lo pague y María Santísima te Cubra con Su Manto.
Hagámos oración para pedirle a Nuestro Señor que tenga Misericordia sobre todo de la gente que está sufriendo las consecuencias de esta pandemia: “Los que se quedan sin trabajo, Señor, te pedimos los socorras, los ayudes y no los abandones. Los que no tienen qué comer acércales el pan de cada día así como Tú mismo nos das Tu Cuerpo y Tu Sangre para que nos alimentemos, no los dejes Señor, no nos dejes que muramos de hambre. Te pedimos de un modo muy especial por todos los enfermitos y lo que están muriendo por esta pandemia. Te pedimos por los que están en los hospitals así como por los doctores y enfermeros y enfermeras, por los gobernantes y por todos los que estan al servicio de todos para salir adelante de esta pandemia, fortalécelos y no los dejes Señor de Tu Mano. Y sobre todo y ante todo te pedimos por nuestra urgente conversión, donde nos podamos ver todos como hermanos perdonándonos unos a otros y ayudándonos mutuamente, pues es el momento de adentrarnos más que en nuestras casas, es en el interior de nuestros corazones donde Tú nos estas esperando para llenarnos de Tus dulsuras de Tu Amante Corazón. Ten Misericordia de nosotros y del mundo entero te lo pedimos por intercesión de todos los santos de un modo muy especial por las lagrimas de Tu Santísima Madre. Amén, amen, amén”.
SOPA DE LETRAS
La Santa Cruz.
Esperanza.
Conversiรณn.
Fรกtima.
Salvaciรณn.
Amor.
Virgen.
Martirio.
Caridad.
Penitencia.
Fe.
Madre.
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