Siervoletín Siervos del Divino Amor
Seminario de San José Marzo 2018
Año VI
No. 55
EDITORIAL
HACIA LA PASCUA DE RESURRECCIÓN
En el camino cuaresmal de este año se nos presentan de nuevo las oportunidades de conversión y cambio verdadero a través del ayuno, la penitencia y lo que dice el Evangelio: las limosnas que significan la Caridad. En esta ocasión quisiera hacer una pequeña reflexión que nos ayude a profundizar en estos tres medios con vistas a la celebración de nuestra Solemnidad de la Pascua.
Sin embargo, Jesús nace precisamente por todo lo Cuando hablamos del ayuno nosituación sólo nosdereferimos a anterior, para transformar nuestra miseria en dejar esperanza de comerdivina, los alimentos por lasumañana para traernos paz anteolapor la noche, significa que, haciendo profunda convulsión y guerra en eluna mundo, nace reflexión de nuestro corazón, nos demos cuenta que estamos acostumbrados a buscar satisfactores todo el tiempo, si tengo hambre como, si deseo de placer, lo procuro, si ansío comodidad, me la doy, etc. Y si bien hay necesidades que debemos cubrir necesariamente como los alimentos y el agua, también es cierto que nos hemos creado muchas necesidades artificiales, como la diversión constante, el consumismo compulsivo, así como el dar satisfacción desordenada a nuestros impulsos, etc.
Es necesario que quitemos todo lo que nos estorba y nos obstaculiza para llegar a Dios. Y debemos empezar por buscar un equilibrio para satisfacer lo que es verdaderamente necesario y hacer un lado los excesos que tengamos.
Cuando hablamos de penitencia pensamos en pequeñas torturas físicas o grandes sacrificios corporales y en realidad lo que nos pide el Señor es dejar nuestro egoísmo y aceptar a los demás con verdadero amor. Valorar a los que nos rodean como un don precioso que Dios nos dio, con sus defectos, con sus errores y hasta con sus propios pecados, porque la penitencia y los sacrificios que agradan al Señor son la misericordia y el verdadero perdón.
Y por último hablemos de la Limosna que es la caridad como Amor y como servicio a los demás, no es dar de lo que nos sobra, no es sentir lástima y acallar mi conciencia dando un mendrugo a quien tiene hambre o unos centavos a quien me lo pida. Sino es interesarme verdaderamente en mi prójimo como el Buen Samaritano, que me acerco a todo el que tiene una necesidad, del tipo que sea sin esperar a que me requieran o me pidan, yo voy de salida, hacia ellos, como dice el Papa Francisco, a buscar a los marginados de la sociedad o a los menesterosos del alma.
De manera que los invito a vivir este camino hacia la Pascua de Resurrección, con alegría, con austeridad, con generosidad y con gran amor, Amor que nos viene de Nuestro Salvador.
María nos toma de la mano para hacer este recorrido hacia Cristo, su Hijo que nos espera Resucitado después que vivamos el verdadero camino de la Cruz. Dios es Amor.
P. Francisco Javier Rebollo León sda.
En esta ocasión quiero compartirles textualmente la riqueza de nuestra espiritualidad. Y que es muy adecuado al tiempo de Cuaresma el meditar sobre la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.
Hijitos míos: Han de saber que, encendido en llamas divinas, y abrasado con fuego de inmenso amor y caridad, me entregué voluntariamente a padecer por mis más crueles enemigos.
Me aprehendieron de noche como al más facineroso ladrón y al más sanguinario criminal, dándome golpes y empellones, me pusieron bajo sus pies. Cayendo boca abajo me ataron las manos atrás, apretaron tan fuerte que los lazos desollaron mis muñecas y empecé a sangrar. Al cuello me pusieron una gruesa cadena, tan pesada que me impedía la respiración, así fui llevado con gran rabia y gritería de tribunal a tribunal.
En la casa de Anás, un hijo ingrato levantó su mano armada con un guante de hierro y me dio terrible golpe, recia bofetada en el rostro que me derribó a tierra, la sangre corría por mis mejillas, ojos, nariz, boca y oídos. Caifás me trató de blasfemo, me escupió en el rostro, otros tiraron de mi barba y otros de los cabellos. Recibí pescozones, bofetadas, toda clase de oprobios.
Pilatos me mandó azotar como a vil y miserable. Fui desnudado y atado a la columna, donde recibí miles de azotes, con látigos y garfios que abrieron mi carne, la arrancaban a pedazos hasta llegarse a ver mis huesos, mis costillas descarnadas. Cuando cortaron los cordeles caí en el lago de mi sangre, sin aliento y casi sin vida, aún recibí puntapiés y más golpes.
DespuĂŠs me vistieron con un pedazo de jerga colorada, desecha y llena de basura, sentĂĄronme en una silla y con burlas me coronaron, apretando la corona reciamente con unos palos, de modo que entraban las agudas espinas hasta llegar a los huesos y otras rompiendo la carne salĂan por la frente y entre las cejas‌
…Así mi cabeza quedaba sangrante. Me pusieron por cetro una caña en la mano y me decían con gran burla y crueldad “¡Salve, Oh Rey de los judíos!” y toda clase de oprobios, me escupieron y daban puntillones, otros se quitaban los zapatos y me daban con la suela en la boca, otros me quitaban la caña y daban sobre la corona y la apretaban más
Lloré amargamente y derramé lágrimas, no de agua, sino de sangre y se mofaron al verme vestido de burlesque Rey, con las manos atadas. Una viva llaga era todo mi cuerpo, goteaba sangre de la corona y de todo, tan desfigurado que no tenía figura de hombre.
Después me ponen mi propia ropa y me cargan con un pedazo de madero muy pesado, pero que lo tomé con gran amor, a pesar del dolor que sentía, caminaba con las rodillas temblando, el cuerpo hinchado y se inclinaba con el peso de la cruz. La cabeza sentía que se despedazaba por tanta espina atravesándola, mi cabello se enredaba con la soga que llevaba en la garganta atada, de la soga tiraban con fuerza, mis pies descalzos y llagados.
En presencia de mi Madre me arrastraron por el suelo y para levantarme me dieron fuertes empellones y vi a mi Madre Santísima cómo se abría paso para ir a consolarme y, al acercarse ella, mis tormentos los sentía más crueles, pues no quería que ella me viera en ese estado, porque sabía que su corazón era atravesado por la espada del dolor.
Ella me abrazรณ y sus caricias me consolaban, porque las caricias de una madre son frescura. La arrancaron de mis brazos y ella se desmayรณ por el dolor.
Así fue como poco después un hombre llamado Cirineo me ayudó, más que por amor por fuerza, pero después sentí su compasión, así llegué al Calvario.
Desnudáronme con rabia y me arrancaron la túnica y con ella la carne que se había pegado a ella y así avergonzado por mi desnudez me recuestan sobre mi espalda llagada, sobre mi cruz amada. Con gran amor extendí mi brazo derecho y me descargaron fuertes martillazos que me hicieron estremecer.
Tiraron con gran fuerza para extender el otro brazo hasta descoyuntarme los huesos. Después fueron mis pies, voltearon mi cruz boca abajo para asegurar más los clavos. Lastimaron más mi boca con las turbas piedras, me levantaron en alto y me dejaron caer bruscamente en el hoyo de un peñasco.
Así mi cuerpo sangraba copiosamente y quedó con más de cinco mil heridas, sentí gran sed y pedí agua y me dieron hiel con vinagre. Cumplí con amor la obra de la redención del mundo. ¡Oh hijos míos! Cuán caro me habéis costado.
El dolor de mi Madre fue indescriptible, os pido que hagáis una novena de los dolores, os pido que cada viernes leáis frente a mi Sagrario y mi imagen de Jesús sacrificado:
(Esta jaculatoria es ya conocida.)
A San Juan Evangelista reveló mi Madre tres privilegios que he concedido a quien me imite en todo aquello que sea abrazar su cruz con amor, como Yo lo hice. Contrición verdadera de sus pecados. Asistencia de mi Madre en su última hora. Que mi Madre impetrase lo que pidiere para estas almas.
7 de abril de 1976, 2:00 p.m. Sagrado Corazón de Jesús En la Agencia Gayoso. Siervos del Divino Amor.
Recordamos el martirio de estas dos santas: Perpetua y Felicitas. Perpetua era una joven madre de 22 años, su hijo tenía apenas unos pocos meses, era de familia de clase social alta. Felicidad o Felicitas era una esclava, como muchas en ese tiempo, y estaba esperando un bebé. El emperador romano Severo, en el año 202 mandó que todos los cristianos serían metidos en la cárcel y si no cambiaban serían condenados a muerte. Por esta razón, en el año 203 ambas madres fueron metidas a la cárcel junto con dos diáconos, un catequista y otras personas más.
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Perpetua escribió un diario de lo mal que lo pasaban en la cárcel con su hijo y de cómo Felicitas dio a luz estando en prisión. Le rogó su papá a Perpetua que renunciara a ser Cristiana por él y por su hijo y ella se negó rotundamente. Fueron llevadas al circo romano, atacadas por una vaca salvaje y como sobrevivieron fueron decapitadas. Pidámosle a Perpetua y Felicitas que intercedan ante Dios para que podamos nosotros renunciar en esta vida a todos lo que nos estorbe para proclamar con valentía nuestra fe y amor por Cristo.
24 Seminarista Pablo Santoscoy Rebollo
1495 1550 Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios. laico consagrado a amar a los pobres y a los enfermos de Dios. «Haced bien por amor de Dios, hermanos míos». Revolucionó los hospitales para convertirlos en «lugares de acogida» para los pobres y enfermos mentales. ”El loco del amor", se dedicó a llevar "Medicina con Amor".
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En una ocasión asistió a la prédica del famoso Padre San Juan de Ávila que estaba de visita en Granada. En plena prédica, cuando hablaba contra la vida de pecado, San Juan se arrodilló y comenzó a gritar: . Salió gritando por las calles, pidiendo perdón a Dios. Tenía unos 40 años.
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Se confesó con San Juan de Ávila y se propuso como penitencia hacerse el loco para adquirir rechazos y humildad. Repartió todas sus posesiones entre los pobres. Deambulaba por las calles pidiendo misericordia a Dios por todos su pecados. La gente lo creyeron en efecto loco y lo trataban con gran desprecio. Hasta lo atacaban a pedradas y golpes. Al fin lo llevaron a un asilo para locos donde recibió fuertes palizas, tal como se acostumbrada a tratar a los locos. Sin embargo sus custodios notaban que Juan no se disgustaba por los azotes sino que lo ofrecía todo a Dios. Juan también corregía a los guardias y les llamaba la atención por el modo tan brutal de tratar a los demás enfermos.
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Cuando San Juan de Ávila volvió a la ciudad y supo que Juan estaba recluido en un asilo para locos, fue y logró sacarlo. Le aconsejó que no hiciera más la penitencia de hacerse el loco. En vez se debería dedicar a una verdadera "locura de amor":
Y así lo hizo… 28 Seminarista Enrique Martin Martin
«María, estaba desposada con José; pero, antes de empezar a estar juntos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, que era justo, pero no quería infamarla, resolvió dejarla en privado.» Mt 1, 18-19
Amigo lector, quisiera que te sumergieras en aquella noche oscura que fue testigo de un amor inmenso. La noche en que José, envuelto en lágrimas, pensaba en dejar en secreto a su esposa. Esa misma noche en la que el sueño de un hombre se convertía en el sueño de Dios. José oraba en el silencio de la noche… … las lágrimas corrían por sus mejillas hasta caer al suelo. Su rostro permanecía clavado en el césped frío… …en lo único que pensaba era en proteger a la mujer que tanto amaba: María, la dueña de su corazón.
La ley era clara y exigía una cosa: la lapidación. ¡No! Antes muerto que permitir que tocaran a María. José se estremecía con tan sólo pensar en ello. No tenía mucho tiempo, el embarazo de María era notorio. En el corazón de aquél hombre no había lugar para la sospecha.
María era inocente…
… Ella, la niña de sus ojos, había cautivado su corazón con su pureza radiante. ¿Era, acaso, posible pensar lo impensable? No, el amor no sabe de sospechas. José veía en María algo especial, lo miraba en sus ojos, que en ocasiones irradiaban fuego: era el Amor de Dios. Un pensamiento recorrió su mente…
…el Mesías prometido por Dios, anunciado por los profetas, nacería de una virgen….
… un sentimiento de profundo temor invadió su pecho. ¿Quién era él, un simple carpintero, para interponerse en los planes de Dios? Las lágrimas dejaron de correr. Sólo había una cosa por hacer: proteger a María. Diría que todo había sido culpa suya, que él había sido el responsable; asumiría el castigo en el lugar de ella, que en su caso sería la deshonra y la humillación. Hubiera dado la vida por María. Luego, se iría. José se incorporó del suelo y se puso de rodillas. Ahora se abandonaba en los brazos de su Dios…
…un letargo profundo se apoderó de él, y comenzó a soñar…
«José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer, porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.» Mt 1, 20-21
…Una vez que despertó del sueño, José hizo como el ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer…
Qué noche tan dichosa la que presenció tal acontecimiento. El silencio de esa noche se convertiría luego en el primer anuncio de la Palabra de Dios hecha carne: el Hijo del Hombre, el Hijo de José. «Aquella noche la nada de José estaba conteniendo el todo del Padre. Ahora José y el Padre son uno solo por mediación de Jesucristo», Dios es Padre por naturaleza, el hombre lo es por gracia. Cf. A. NAVARRO, San José misterio de silencio, 21.
Querido lector, que tu corazón se enternezca al oír el nombre de José, el hombre que más ha amado a Jesús y María en la faz de la tierra. Qué diferente a aquél primer matrimonio, donde Adán, siendo culpable, recargó toda la culpa en su mujer…
«Dijo el hombre: “La mujer que me diste por compañera me dio del árbol y comí”» Gn 3, 12
Adán no había aprendido aún a amar.
José no sólo no culpó a María, sino que, siendo inocente, asumió la “culpa” que ella tenía ante la Ley, cargando en sus hombros todo el peso del castigo. De manera que, aquel que desee amar con todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas a Jesús y a María, que recurra al hombre que así lo hizo.
Por la puerta misma que entró la muerte, ha vuelto la vida. La muerte entró al mundo a través de tres elementos: un matrimonio (Adán y Eva), un árbol y el fruto que pendía de él… Y la vida nos vino por otros tres: un matrimonio (José y María), un árbol (la Cruz) y el fruto pendiendo de ese árbol: Jesús clavado en la Cruz.
Seminarista Juan Bosco Sánchez Luna
El pasado 7 de febrero nos visitó nuestra Madre Santa María en su imagen de Nuestra Señora de Zapopan, es un gran privilegio tenerla en el seminario cada año sin falta, el párroco nos permite que pase la noche en este lugar. Le pedimos especialmente por nuestro seminario de San José, por vocaciones, por la Iglesia Universal, por nuestro amigos y bienhechores y por los laicos Siervos y sus familias, en fin, para que interceda por nosotros en este camino cuaresmal. 39
Todos los segundos sĂĄbados de mes nos reunimos los padres con el grupo de matrimonios laicos para prepararnos a la oraciĂłn, comentando lo que nos dice el Catecismo de la Iglesia y teniendo una Hora Santa con el SantĂsimo, esta ocasiĂłn nos hicieron el favor de recibirnos Salvador Castillo y su esposa Mago.
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El 18 de febrero tuvimos la visita de nuestros familiares, amigos y bienhechores compartimos como siempre la EucaristĂa y los alimentos con mucha alegrĂa y pudieron apreciar el avance en la construcciĂłn del seminario.
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Cada martes como el dĂa 20 de febrero, tuvimos la oportunidad de compartir un poco de despensa y ropa con nuestros hermanos mĂĄs necesitado. Les pedimos su ayuda y oraciones para poder atender a mĂĄs, pues hay mucha necesidad. 42
El segundo sábado de mes tenemos el COV más de 15 adolescentes se reúnen para tener una orientación vocacional y entre juegos y risas y uno que otro balonazo van surgiendo las vocaciones. El encargado de acompañar a estos pequeños es el seminarista Juan Bosco. 43
Cada sábado por las tardes el grupo de jóvenes se reúnen en el seminario para organizar distintos apostolados y conocer nuestra espiritualidad S.D.A. El pasado sábado 10 de febrero por la noche tuvieron la oportunidad de llevar un poco de comida y cobijas a nuestros hermanos necesitados en el centro de Guadalajara, asesorados por el seminarista Enrique, pidamos por la perseverancia de estos y otros jóvenes.
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Con mucha alegría tuvimos el retiro para matrimonios los días 24 y 25 de febrero en la casa de retiros de los Jesuitas en Puente grande Jalisco, asistieron ocho matrimonios, cuatro de Guadalajara y cuatro de Monterrey. Fue un encuentro con mucho fruto entre el silencio, las pláticas y debates y la oración, Dios nos permitió que estos matrimonios renovaran su compromiso de amor mutuo en el Señor. Esperamos tener muchos retiros más así.
Es el núcleo de la invitación que hizo el Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina. El mismo San Ignacio nos dice que paragonándolo al modo con que algunos amigos consuelan a los demás. Y, después, basta pensar en la mañana de la Resurrección en el Evangelio de Lucas cuando Jesús se aparece a los apóstoles y era tanta la alegría que no podían creerlo.
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La frase que más remarca el Papa en estas fechas es que seamos mendicantes, pero del consuelo de Dios. Hay dos maneras de dejar que Dios actué en nosotros; la primera es consolar a los otros, y la segunda dejarnos consolar por los otros, pero a veces no dejamos que nos consuelen los demás, es la amargura que se nos trae al no dejarnos consolar, lo expresa el papa así:
– explicó el Papa Bergoglio –
Para explicar esto el Pontífice puso dos ejemplos: y “cocinamos nuestros sentimientos” en el caldo del resentimiento, cuando hay , cuando nuestro tesoro es nuestra amargura. Su pensamiento fue al paralítico de la piscina de Siloé: 38 años con su amargura diciendo que cuando se movían las aguas, nadie lo ayudaba. “Para estos corazones es mejor lo amargo que lo dulce”. Tanta gente lo prefiere, notó Francisco: “Raíz amarga”, “que nos lleva con la memoria al pecado original. Y éste es precisamente un modo para no dejarse consolar.
Después está la amargura que siempre nos conduce a los hombres que se quejan ante Dios en lugar de alabarlo: quejas como música que acompaña la vida. El pensamiento del Papa se centró en Santa Teresa que decía: “Atención a la monja que dice: . Y después, aludió al profeta Jonás, a quien el Papa Francisco definió: “Premio Nobel de las quejas”. Huyó de Dios porque se lamentaba de que Dios le habría hecho algo. Después terminó ahogado y engullido por el pez y después volvió a la misión. Y en lugar de alegrarse por la conversión de la gente, se lamentaba porque Dios la salvaba.
Una de las soluciones que nos propone el papa ante cualquier problema de la vida sea, la amargura, el rencor, las quejas, la palabra de la Iglesia de hoy es el: En efecto, Isaías invita al coraje porque Dios – recordó Francisco – viene a salvarnos.
El Papa Francisco concluyó su homilía afirmando que el mensaje de la Liturgia del día es el de “dejarse consolar por el Señor”.
“Y no es fácil porque para dejarse consolar por el Señor debemos despojarnos de nuestros egoísmos, de aquellas cosas que son el propio tesoro, ya sea la amargura, o las quejas, o tantas cosas. Nos hará bien hoy, a cada uno de nosotros, hacer un examen de conciencia: ¿cómo es mi corazón? ¿Tengo alguna amargura allí? ¿Tengo alguna tristeza? ¿Cómo es mi lenguaje? ¿Es de alabanza a Dios, de belleza, o siempre de quejas?
Y pedir al Señor la gracia del coraje, porque en el coraje Él viene a consolarnos. Y decir:
Seminarista Francisco Javier Merlo Rodríguez
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O si te es más fácil aportar en efectivo ponte en contacto con nosotros Dios y María Santísima te lo van a agradecer. Recuerda esta obra es de Dios y para Dios
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Dios me los colme de gracias y bendiciones por sus generosos corazones. María Santísima los cubra siempre con su Manto.
SANTANDER Jesús Leonardo Rebollo León 60550481196 014320605504811963 5579 0700 2382 0924
55 Padre Jesús Leonardo Rebollo León
Ahora es el momento de que Tú Señor, en esta piedra, como le dijiste a Pedro que, sobre esta piedra fundabas tu Iglesia, con este recuerdo de la Verdad que eres Tú, te pedimos que tu bendición haga prosperar esta tu Obra, para que este lugar sea para darte gloria. Que el Corazón de María y Sr. San José nos ayuden a perseverar. Y así este lugar sea semillero de vocaciones santas, de que su deseo sea el Tuyo y su anhelo como el Tuyo, las almas sean su único deseo para darte gloria a Ti, Señor. Amén.
Antigua Carretera a Chapala No. 8005 A, Col. Insurgentes Sur, El Salto, Jalisco. C.P. 45690 Tel: (33) 36-89-02-35 MAIL: sda@siervosdeldivinoamor.com WEB: www.siervosdeldivinoamor.com BLOG:
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