Cartas hacia la Eternidad

Page 1


Francisco Clavijo Viรณzquez


A Juani, mi mujer, que lo ha sido todo para mí. "Tu dulce sueño se hizo realidad y mi amor por ti aquí perdurará."


Mirarte Mirar tu cuerpo postrado, presas tus alas de seda. Mirar tu rostro dormido y ver tu grave belleza. Mirar tus ojos perdidos, ver tus labios sin respuesta. Se me nublan los sentidos, se me desgarra el alma, se me parte el corazón, se me desbordan las lágrimas. Ya sólo pienso en morir. Yo sin ti no sé vivir. 15/01/2014

Todo se acabó. 16/01/2014 4:10 h.


Tu ausencia. Tu ausencia me deja roto, partida el alma en pedazos. Huérfano de tu cariño, de tus mimos y cuidados, de sueños desvanecidos. Tu ausencia me trae recuerdos de besos apasionados, de frases de amor sincero, de cuerpos entrelazados. Caricias que ya se han ido. Tu ausencia me vuelve loco de pena, dolor y llanto, al ver tu ropa y tus fotos, al ver tus plantas llorando, al ver los planes perdidos. Tu ausencia me duele tanto que a gritos tu nombre llamo. Te busco en los aposentos, en tus balcones y patios. Sólo estás en mis sentidos. Tu ausencia me está matando de nostalgia y desaliento, y sólo encuentro consuelo en tu nombre y tu recuerdo, en los momentos vividos. 28/01/2014


"Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería. Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar. Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía. Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar. (Antonio Machado) "La muerte de mi mujer dejó mi espíritu desgarrado. Mi mujer era una criatura angelical segada por la muerte cruelmente. Yo tenía adoración por ella, pero sobre el amor está la piedad. Yo hubiese preferido mil veces morirme a verla morir. Hubiera dado mil vidas por la suya. No creo que haya nada extraordinario en este sentimiento mío. Algo inmortal hay en nosotros que quisiera morir con lo que muere..." (Carta de Antonio Machado a Miguel de Unamuno)

Siento exactamente lo que sintió el gran poeta. Dios sabe las veces que le he pedido cambiara mi vida por la tuya, pero... "se hizo su voluntad contra la mía". Y, cuando vuelva a retomar mis caminatas, seguramente pensaré en estos otros versos suyos: 29/01/2014 "...dame tu mano y paseemos. Por estos campos de la tierra mía, bordados de olivos polvorientos, voy caminando solo, triste, cansado, pensativo y viejo."


"...y cuando me acerqué a ella ya estaba muerta, que por la dicha herida se le había escapado la vida. Y tomándola en mis brazos apreteme a ella, que quería devolverle con mi cuerpo la calor que se le iba y un dolor inmenso atravesó mi ánima que no es cosa de poderse imaginar, y la llamaba locamente y la cubría de besos y lloraba muy amargamente. Y así fuéronse pasando las horas y de cuando en cuando tornaba en imaginar que aquello era un ensueño y que Zoraida estaba dormida y yo velaba su sueño y cuando despertara yo le contaría tal ensueño y los dos nos reiríamos juntos, y en esto besaba sus labios y ya estaban fríos y volvía el dolor aún más intenso y arrecié tanto en el llorar que ya no sé quien manara más, si la fuente fría y cristalina agua o mis ojos calientes y amargas lágrimas. Y esa noche no brillaban las estrellas, ni las flores me enviaban su perfume, ni cantó el ruiseñor en los zarzales y hasta el agua parescía guardar silencio... ...y allí caí de bruces y pedí a Dios nuestro Señor que dispusiese de mi ánima y cuerpo prontamente, que no quería seguir viviendo. Y esto hacía y pedía día tras día..." (La Fuente de los Amores. 1989) ¿Quién me iba a decir, Juani, que experimentaría en mis propias carnes estas palabras que surgieron de mi imaginación hace ya tantos años? La verdad es que me acerqué bastante a lo que ahora siento, pero... una cosa es imaginarlo y otra muy distinta es vivirlo. 3/02/2014


http://www.youtube.com/watch?v=gKlcuEdtGVo

"Debo ser fuerte y seguir mi camino porque sé que mi lugar no está aquí en el cielo." (Eric Clapton) Lo intento, pero cada día crece más el dolor y el vacío que siento. Cada día te echo más de menos y sólo me consuela el pensar que cada día me acerca más a ti. 4/02/2014 http://www.youtube.com/watch?v=r84IzQkftGI

"Ahora perteneces al cielo y las estrellas deletrean tu nombre." "Todas nuestras palabras no pueden expresar la alegría que nos diste a través de los años." (Elton John) Desgraciadamente para mí, ya no estás aquí. Sólo me queda el recuerdo de los años vividos junto a ti. 6/02/2014

"¡Qué días y qué noches! ¡Con cuánta lentitud las horas ruedan por encima del alma que está sola llorando en las tinieblas! Las sales de mis lágrimas amargan el pan que me alimenta; me cansa el movimiento, me pesan las faenas, la casa me entristece y he perdido el cariño de la hacienda. ¡Qué me importan los bienes si he perdido mi dulce compañera!" (Gabriel y Galán) 7/02/2014


Mi corazón y mi cabeza. Mil gracias a todos los que me estáis apoyando en los días más amargos de mi vida. Puede que penséis que soy un desagradecido al no contestar esos comentarios o no darle al pulgar levantado. No lo toméis a mal. Soy nuevo en esto del facebook y todavía ni sé dominarlo ni sé muy bien para lo que sirve. Me sorprende cuando un amigo me pide ser su amigo, y tengo algo de reticencia en husmear en las cosas de los demás. Mi objetivo era colocar "arriba" sentimientos y fotos "por si acaso". (Ya perdí un disco duro y todo su contenido por no haber hecho copias ni conocer inventos de estos). De verdad que os agradezco de todo corazón vuestro apoyo porque, a pesar de que a primera vista pueda parecer serio, frío y cerebral, en mi vida siempre ha primado el corazón sobre la cabeza. Excepto en una ocasión muy reciente que no voy aquí a relatar. Y aunque ahora mi cabeza me insinúa lo que todos me estáis diciendo: "Que hay que aceptar lo irremediable, que ella vive en mi recuerdo y le gustaría verme feliz, que la vida sigue y debo ser fuerte y seguir adelante..." Mi corazón no lo acepta. Para él la vida dejó de tener sentido la madrugada del 16 de enero. Su pasión, su ilusión, su dicha se marcharon con ella. Y se rebela: ¿Cómo es posible que mi Nazareno, al que siempre he considerado mi fiel amigo, mi hermano, me haya hecho esto? ¿Por qué no atendió a mis súplicas de salvarla, primero; y de cambiar su vida por la mía, después? Si Él sabe que ella es el eje de mi casa, que ella aquí es más necesaria que yo. Y a la vez que mi cabeza da gracias a Dios por haberla puesto en mi camino y haber compartido felizmente nuestras vidas durante más de treinta y seis años, mi corazón le reprocha la injusticia cometida. Si yo sólo aspiraba a vivir el día a día con ella, si yo sólo anhelaba saborear las pequeñas cosas de cada día con ella, si yo sólo deseaba envejecer con ella, juntos, cogidos de la mano... Y una y otra vez mi desesperado corazón se pregunta el porqué: ¿Por qué una enfermedad tan rara tuvo que cebarse en ella? ¿Por qué, si son tan contados los casos que ocurren, tuvo que tocarle a ella?


Y si mi cabeza me dice que hay un mañana por delante que hay que afrontar, mi corazón siente la futilidad de los planes y el futuro porque se ha dado cuenta de que no somos dueños del mañana y ha experimentado amargamente que el futuro no nos pertenece. Y mientras mi cabeza y mi corazón disputan tratando de encontrar sentido a este sinsentido, yo me refugio en mis recuerdos y, al igual que Machado, me siento "triste, cansado, pensativo y viejo". 8/02/2014

Mi cielo. Como quieres que no sufra si en el corazón te llevo, si son tuyos mis suspiros y tuyos mis pensamientos, si echo en falta cada día ver tus ojos hechiceros y ni un instante del alma se me borra tu recuerdo, pues sé que al pensar en ti estoy pensando en el cielo. Tu ausencia no la soporto, quiero seguir tu sendero, detrás de la tuya, mi alma segura tiene su vuelo pues al seguir tu camino sigo la senda del cielo. A Dios cada día pido me conceda este consuelo: volverme a reunir contigo, pues sé que estando a tu lado estaré en el mismo cielo. 10/02/2014


"Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido." (Pablo Neruda). Ya no encuentro mi ilusión ni las ganas de vivir. Vivir pensando en morir, ya está muerto el corazón. 14/02/2014 Trasteando en la red. Trasteando en la red, intentando matar el tiempo y pasar rápido este día, he encontrado esta canción, Juani. No es que sea muy buena pero refleja con bastante acierto nuestra separación, sobre todo en lo que a ti se refiere. Con la diferencia de que yo no tengo que imaginarme lo que tú piensas ya que nos lo dejaste escrito de tu puño y letra y guardo como mi tesoro más preciado. En cuanto a mí... yo no lo he aceptado con tanta resignación. Ojalá pudiera, como dice la canción, " hacer retroceder el tiempo para volver a abrazarte y nunca soltarte", pero... yo no comprendo el qué "llegase tu tiempo". Sigo preguntándome el porqué, sigo creyendo que ha sido una injusticia y continúo pensando que mi lugar está junto a ti. Ya sé que no es esto lo que tú deseas, pero te echo de menos a rabiar y ya te dije que sin ti no sabría vivir. "Nunca pensé que doliera tanto". Te quiero con toda mi alma. "Yo te extrañaré. Tercer Cielo." http://www.youtube.com/watch?v=7OCjne4LyCc

15/02/2014


Ya que a mí no me escuchó, pídeselo tú por mí: me devuelva mi ilusión que me lleve junto a ti. 16/02/2014

Paseo por Jaén. Hoy he estado en Jaén, Juani. Tenía que resolver algunos asuntos de la pesadilla burocrática. Al terminar, aunque el día no se prestaba a ello, he estado paseando por las calles que solíamos recorrer cuando íbamos "desahogados de tiempo". Todo me recordaba a ti: las callejuelas de las que siempre te quejabas, la plaza de la Catedral, donde ahora nada entorpece la vista del imponente edificio pero tan vacía como me siento yo ahora, los escaparates donde solías pararte, los comercios en los que entrabas, la cafetería donde reponíamos fuerzas... No he tenido ánimos para visitar al "Abuelo", como siempre hacíamos. Tengo mucho que aclarar con Él pero, por ahora, no tengo fuerzas ni ganas. "No estamos en sintonía". Los mismos lugares, aunque todo era diferente. Puede que fuese por la niebla y la lluvia; aunque yo sé que el motivo es la soledad que siento al faltarme tú. Todo lo hemos andado juntos. Todo me sabe a ti. 19/02/2014


Vuelvo a caminar. Mi primera caminata desde noviembre, Juani. No he llevado a Noa, todo está húmedo y ya sabes que prefiero el camino a la carretera, y el campo a través al camino. Sí, he dejado las zapatillas tras la puerta. A la fuerza estoy aprendiendo a ser un "amo de casa". Lo que sí he llevado es la cámara fotográfica, aunque no sé para qué ya que no he echado ni una sola foto. Me ha sido imposible meterme en el paisaje y disfrutarlo. Como tampoco he podido escuchar el canto de los pájaros y cazar (fotográficamente, ya sabes) al autor de la correspondiente melodía. Mi mente sólo te busca a ti y la única melodía que me llena es el recuerdo de tu voz. Sólo quería andar y andar, cansarme y volver agotado. 21/02/2014


"¡Cómo tendré yo el alma, que resbala sobre ella la dulce poesía de mis campos como el agua resbala por la piedra! Vuestra paz era imagen de mi vida, ¡oh campos de mi tierra! Pero la vida se me puso triste y su imagen de ahora ya no es esa: en mi casa, es el frío de mi alcoba, es el llanto vertido en sus tinieblas; en el campo, es el árido camino del barbecho sin fin que amarillea." (J. M. Gabriel y Galán


La huella de tu zapato. ¡Qué falta le hacía al coche un buen lavado, Juani! Más por no estar parado y pensando que por aprovechar el buen tiempo, me he ido a limpiarlo. En eso estaba cuando he visto en el interior de la puerta delantera derecha, la tuya, la huella de tu zapato. No he podido seguir limpiando. Sentado en tu asiento he revivido la conversación que tantas veces habíamos tenido: -La puerta no se abre con el pie. -te decía yo. A lo que tú contestabas: -Si no hubieras comprado el coche tan alto y con la puerta tan pesada... Tu huella me ha traído a la memoria una frase que leí hace ya tiempo y que venía a decir algo así como: "El alma buena nunca muere pues queda su huella". Y es verdad. Tu huella sigue presente en cada rincón de la casa. En la percha con tus chaquetones y pañuelos. A menudo a ellos me abrazo y al sentir tu perfume sueño que tengo hundida mi cabeza en tu cuello. Y acude el dolor intenso, y el dulce recuerdo, y me cuesta trabajo el dejarlos. En cada cuadro, pues cada uno tiene su historia. ¿Te acuerdas cuando te perdiste en Venecia, en esa misma plaza del tapiz que está a la subida de las escaleras? Y ese cuadro tan alegre, colocado al lado de la rinconera, me trae a la mente tu viaje favorito, el que hicimos a la Provenza. ¿Y qué decir de la pistola que se encuentra encima de la chimenea? ¡Cuántas veces nos hemos reído al recordar su peripecia! Todo me sabe a ti porque, más que por esas huellas físicas que me quedan, te llevo dentro de mí, por la huella que has dejado en mí. Te quiero no sólo por cómo has sido sino por cómo soy yo por haber estado contigo. Yo no sería yo si no te hubiera tenido a mi lado. Cuando te lo decía lo tomabas a broma pero te lo vuelvo a asegurar: Lo mejor que he hecho en mi vida fue casarme contigo. Se me ha ido un buen rato en el coche, recordando más que limpiando. Hasta Nieves me ha preguntado que por qué he tardado tanto. En cuanto a la huella de tu zapato, antes de limpiarla la he besado. 23/02/2014


Salir de compras. ¡Cómo le temo a salir de casa, Juani! ¡Cuántas vueltas le doy ir a la compra! Siempre me encuentro a alguien que, con toda su buena intención y buena fe, me pregunta que cómo me va, que cómo lo estoy llevando. "-Bueno..." respondo yo por decir algo. Y no saben que no hay día que no me duelan los recuerdos, que no hay día que no derrame lágrimas de pena, que no hay día que no me vuelva loco tu ausencia. "-¿Sigues con tus pájaros, verdad? ¡Tú, procura distraerte!" -me preguntan y aconsejan. Y no saben que el cuidado de mis pájaros ya no me distrae, ni su canto me consuela. Y aunque procuro pasar el día sin estarme quieto, o bien, escuchando música o leyendo; mi mente ya no está en lo que estoy haciendo, ni está en lo que estoy escuchando o leyendo. Mi mente sigue buscándote sin calma ni sosiego. "-Ánimo, Paco; ten mucha paciencia, el tiempo lo cura todo." -siempre terminan diciendo. Trato de sonreír y les doy las gracias. Y no saben que en mi interior siento que, como Hernando de Cárdenas en La Fuente de los Amores, pasaré mucho tiempo diciendo: "Y aunque el tiempo, dicen, todo lo borra y calma las penas, conmigo no ha tenido tal gentileza, que todavía lloro..." mi soledad, mi ilusión perdida, mi Juanita." 25/02/2014


La Piedad. Hoy he recibido un correo, Juani. Era del marmolista. En él responde al dibujo que le enviamos: Que no hay problema, que vale tanto, que sólo falta ajustar las proporciones. Como ya sabes, entre los tres hemos diseñado tu panteón, nuestra panteón. Una lápida de la que sobresale una cruz, y en la lápida una Piedad tallada sobre una frase que dejaste escrita. En la losa irá tu nombre, Juani, pues así te llamaba todo el mundo. Aunque para mí eras (eres) "mi Juanita". La hemos elegido en negro pues sabemos que así te gustaba. En cuanto a la talla, dudábamos entre el Nazareno y la Piedad. La dulzura de tu carácter nos decidió por la segunda pues en cuanto la vimos, la primera impresión que recibimos fue esa: "dulzura", "ternura". Dos palabras que podrían definirte perfectamente. Los tres coincidimos, seguro que te gustará. En ella la cabeza inerte de Jesús reposa sobre el pecho de una joven, dulce y serena María. La misma postura que yo adoptaba contigo cuando me sentía cansado o desanimado, ¿recuerdas? Las chiquillas decían que era un "sobón". Daría con gusto el resto de mi vida por volver a estar así, contigo. Aunque sólo fuera una tarde. 26/02/2014


Una santa. ¡Puedes estar orgullosa, Juani! Cuántas veces he oído decir en estos últimos tiempos: "¡Juani era muy buena!" "¡Una santa!" -me dicen mis tías al hablar con ellas. Y no lo dicen por halagarme, Juani; ni tampoco por consolarme, que se nota cuándo es el corazón quien habla. Ni necesito oírlo para convencerme de ello, eso la sabía yo desde hacía mucho tiempo, porque si lo primero que me atrajo de ti fueron tus ojos, a través de ellos descubrí tu alma y ya no se yo quién más me enamorara: si la hermosura de tus ojos o la grandeza de tu alma. Siempre has sido una persona bondadosa, Juani. ¡Si hasta el mismo Jesús te lo dijo! ¿Cuántas veces nos contaste tu sueño? "He soñado con Jesús y me ha dicho: Como has sido tan generosa..." -nos decías. Y nosotros te interrumpíamos y queríamos quitártelo de la cabeza porque lo considerábamos producto de una depresión. ¡Qué misteriosa es la vida, Juani! ¡Y cuánto lamento el no haberte creído en aquel momento! "¡Juani era una santa!" "¡Juani era muy buena!" Me duele cuando pienso en el "era", mas no me canso de oírlo, que el otro día dos gitanillos llamaron a la puerta. -"Maestro, lo sentimos." -nada más abrir me dijeron. -"¡Su mujer era mu buena!" -continuaron muy seriecitos, con sus morenas caritas de pena. Después ya sabía lo que venía: -"¿Puede darnos un euro que mi abuelo está mu malo y le falta pa las midicinas?" ¿Qué iba a hacer? Les di la moneda. Sabía que la gastarían en chucherías pero, ¿acaso no la merecían por el hecho de decir que eras buena? 27/02/2014


Huyendo. Me voy a pasar con Nieves unos días. No me encuentro bien, Juani. Nada físico. Estado depresivo diagnosticaría cualquiera. "Mal de amores" yo más bien diría. No me ha pillado de sorpresa, que ya hará un par de semanas Andrés Berzosa me lo advirtiera: "Paco, tú estás ahora en una nube pero más adelante hay más, lo peor está por llegar." ¡Cuánta razón tenía! ¡Claro, él ya ha pasado por esto! Creo que lo peor está llegando ahora, Juani. Me puede la nostalgia, el vacío crece y este dolor, lejos de calmarse, va en aumento. Tengo la sensación de que aquí yo ya he cumplido y, puesto que se me ha negado el disfrutar mi jubilación a tu lado, ya sólo quiero descansar contigo. Sí, tengo a nuestras hijas, tengo a mi padre, tengo mis aficiones y mis obligaciones, tengo tiempo, pero... no te tengo a ti y eso no puedo soportarlo. Sé que lo que tú querías para mí no es esto y estarás reprochando mis palabras en este momento. Sé que me estás ayudando, como tratan de ayudarme tantas personas dándome ánimos, entre ellas Grego. Ella también pasó por esto y me da consejos, pero me falta su fe. ¿Qué ha sido de la mía? Hay momentos en los que siento que la he perdido. No puedo quitarme de la cabeza que, cuando más lo necesitaba, me falló mi Amigo. O quizá yo estaba tan desesperado que no supe escucharle en aquel momento. Hasta mis oraciones se han reducido a dos: darle gracias por los años vividos a tu lado y pedirle que me lleve contigo. Dime si esto es mal de amores o estado depresivo. A pesar de todo, en el fondo, por ti no me he rendido. Hago lo que puedo por superar este desconsuelo, tú sabes que lo intento. Por eso me voy con Nieves, dice que allí apenas llueve, y espero que el aire y el paisaje de las Alpujarras me calmen por dentro. 2/03/20104


Paseo en las Alpujarras. Te hubiera gustado esto, Juani. Me paso el día fuera del piso. Por las mañanas andando y vagando por caminos serpenteantes y estrechas veredas. Ya sabes que doy de lado a las carreteras. Entre madreselvas en flor y amarillos jaramagos, limoneros y naranjos cuajados de redondas lucecitas, granados despertando y olivos extraños. Y subir y subir, dejando atrás los suelos alfombrados de verdes y amarillos, y entrar en el dominio del pino, la retama y la piedra. Y al echar la vista atrás, ver el pueblo con sus dos torres y su ermita descollando allá abajo; y un sin fin de casitas guardianas de humildes huertecillos extendidas por el valle; y un cielo de puro azul en lo alto, donde sólo algunas despistadas nubecillas quedan enganchadas en las cumbres nevadas. ¡Una sinfonía de colores entre moles imponentes! Parece ser que, bajo la mirada cegadora de la nieve, aquí ya ha llegado la primavera. ¡Qué palizas le estoy dando a Noa! No te preocupes, la mitad del tiempo me cuesta llevarla en brazos. Soy yo el que termino agotado, y eso es lo que busco para, por la noche, caer rendido. Por la tarde, con Nieves, visitando escondidos pueblecillos blancos que parecen estar escalando los profundos barrancos. ¡Si vieras qué carreteras! Sí, seguro que esto te gustaría. Desde que Nieves está aquí, ¿cuántas veces hemos dicho de venir a conocerlo? ¡Ni un solo día poder escaparnos! ¡Tú último año! El año en el que no viajamos. El año en el que no descansamos. El año en el que no soñamos. El año en el que fuimos esclavos. ¡Y qué cruel paradoja! ¡Yo, recién jubilado! ¡Cómo me hubiera gustado pasear por aquí contigo, Juani! Ahora, aunque acompañado de Noa, lo hago solo, "triste, cansado, pensativo y viejo". A veces, cierro los ojos e imagino que caminas a mi lado, mientras señalas, comentando, la deslumbrante nieve arriba, en los picos más altos y, a nuestros pies, el oscuro barranco. Hasta me parece oír tu clara voz decirme: "-¿Pero tú no tenías vértigo?" "-¡Ya ves, lo he dominado! ¡Cuando nada se tiene que perder...!" -te contesto yo en voz alta, e imagino el reproche asomar a tus hermosos ojos. Te veo detenerte, levantarte las gafas y mirar


esas florecillas malvas que tanto destacan. Seguramente pensando en cómo alegrarían el salón de nuestra casa. Y te escucho quejarte del viento. Por eso llevas el pañuelo puesto. 7/03/2014


Los narcisos del patio. Han comenzado a florecer los narcisos del patio, Juani. Una explosión de estrellitas blancas y amarillas iluminan el suelo. ¡Qué de luz cuando el sol los acaricia! ¡Con qué ilusión otros años he esperado este momento! El primero era siempre para ti, ¿recuerdas? Esa mañana me levantaba más temprano para ponerlo en la almohada, a tu lado, antes de que despertaras. Ahora, al levantarme, inconscientemente mis pasos me conducen al patio con la vana esperanza, seguramente, de encontrarte inclinada sobre ese manto de amarillo y blanco. ¡Con qué cuidado los cortabas! ¡Con qué mimo los arreglabas! ¡Con qué primor los colocabas! ¡Cómo alegraba la casa ese jarrón que ponías en la entrada! Contigo la casa estaba viva. Contigo la casa palpitaba. Contigo la casa era el dulce hogar donde mi espíritu reposaba. Pero bien se nota que ya no estás. Este año están los pobres abandonados, comidos de ortigas y malas hierbas. Ni tampoco hay jarrón en la entrada. ¡Si los narcisos pensaran! Seguramente se preguntarían que qué es lo que pasa, que dónde están aquellas pequeñas manos que los cuidaban. Hoy he cogido las tijeras para cortar un ramo. No he podido. Con lágrimas en los ojos y las tijeras en las manos me he quedado. A Nieves se lo he pedido. Lo hemos llevado donde tus restos reposan. Yo sólo he podido coger uno, el primero, el tuyo, el de la almohada. 9/03/2014


La fuente de Lanjarón. Hay en Lanjarón una fuente, Juani. Bueno, fuentes en Lanjarón debe haber muchas, pero la que te estoy refiriendo está en una plaza, enfrente del Ayuntamiento. Tres grandes bloques formando el dintel y las jambas de una puerta (la puerta de las Alpujarras, supongo) y cinco figuras de bronce: Tres niños jugando, dos encima del dintel y uno debajo, recogiendo agua en un vaso; y una pareja de viejecitos, él con sombrero, ella con pañuelo, sentados en el borde, mirándose a los ojos, cogidos de la mano. Nieves me echó una foto con ellos y, mientras posaba, un profundo dolor me desgarraba por dentro. Ellos representan lo que yo soñaba. En ellos el escultor plasmó (sin saberlo) la que era mi máxima ilusión, mi primordial anhelo: envejecer contigo, mirándote a los ojos, cogido de tu mano. Pero, "el hombre propone y Dios dispone", y Dios no ha querido que se cumplan mis planes. El porqué no lo sé. Todavía no puedo decir como Gabriel y Galán a la muerte de su esposa: "Dios lo ha querido así, bendito sea", porque aún no me he resignado a tu pérdida y sigo reprochándoselo. Más bien me vienen a la mente unos versos de otro poeta quizás menos conocido, Manuel Alcántara. ¿Recuerdas que yo los copiaba mientras tú me los dictabas en el paseo marítimo de Torre del Mar hace tres años? "Si otros no buscan a Dios yo no tengo más remedio: me debe una explicación." Nunca una fuente me hizo sentir tanto, Juani. La Fuente de Lanjarón. 12/03/2014


El Café Central. Ayer estuve en Baeza, Juani, con Reyes y Nieves. Celebran la "Ruta de la Tapa" y decidimos probar algunas. Tan contundentes eran que con tres estuvimos satisfechos. ¡Qué bonita es Baeza! ¡Y cómo a ti te gustaba! Baeza quedará en mi recuerdo como nuestra última escapada, ¿recuerdas? Dos días para nosotros solos. Los únicos en mucho tiempo. Era el puente de los Santos. Esta vez no he podido disfrutar de su belleza. Esté donde esté mis pensamientos vuelan hacia ti: "Aquí estuve con ella, en aquella mesa". "Por este lugar paseamos y en ese banco nos sentamos". "Con Juani estuve aquí...". "Con Juani estuve allí..." ¡Se me hace insoportable vivir sin ti! Y fíjate, Juani, que cuando creía conocer cada rincón y cada piedra de Baeza, ayer hice un nuevo descubrimiento: el Café Central. Reyes ya lo conocía pues suele asistir a los conciertos que programan en él todos los jueves. Nosotros habremos pasado por la puerta cientos de veces sin entrar en él. Claro, el café solíamos tomarlo en la Pastelería Martínez. Pues bien, el Café Central es una mezcla exótica de café retro con tetería morisca y los instrumentos de música que adornan las paredes le dan también un aire de local de jazz, con fotos de los músicos y grupos que han pasado por él. Hasta tiene un pequeño y coqueto patio con dos grandes jaulas antiguas, una de ellas con canarios. Si a esto unimos una iluminación de fantasía, un aroma a varitas de incienso y una envolvente y magnífica música de fondo, todo invita a sentarte allí saboreando un buen café, dejando vagar el pensamiento y abandonarse a la caricia del paso del tiempo. Todo, incluso la vida, lo hubiese dado por haber estado esa tarde allí, sentado contigo en el apartado morisco, o en ese rincón coqueto dándote un beso. ¡Qué pena, Juani, que ya no podamos disfrutar del Café Central! 16/03/2014


Dos meses vacíos ¿Recuerdas, Juani, cuando te decía que si a ti te ocurriese algo yo no duraría más de una semana? Y tú te reías. Dos meses hace ya que te marchaste y aquí sigo, sin ti, viviendo. ¡Si es que a esto se le puede llamar vida! Nada me consuela. Nada me ilusiona. Nada me motiva. No importa dónde me encuentre ni lo que esté haciendo. Me siento aturdido, dividido. Más que dividido, vacío, destrozado. Mi cuerpo sigue aquí, vegetando; mi mente, contigo; mi alma, perdida (en el sentido literal de la palabra). Creo que he bajado de la nube que Andrés me decía y voy siendo consciente de que te he perdido. Tu sabes que siempre he sido un "enamorado de la vida". Disfrutaba con cualquier cosa: el canto del pájaro, la flor al lado del camino... ¡Cuántas veces me habrás dicho: "Te distraes con naderías"! Disfrutaba cada estación del año, cada día de la semana, cada momento del día... Siempre tenía ilusiones y pasiones (obligadas o no) a las que no escatimaba tiempo ni esfuerzo: mis alumnos, mi Colegio, mi pueblo, mi Cofradía... En mi cabeza siempre bullían ideas y proyectos... Era un hombre ilusionado, era activo, era creativo, era feliz, tenía una confianza ciega en Él, te tenía a ti... lo tenía todo... Y todo lo he perdido, Juani. Todo se fue contigo. No es que tú me lo hayas arrebatado, no. Ocurrió, simplemente, que al estar tan unidos y tú marcharte, más que una separación, mi ser sufrió un "desgarro" y una parte de mí se fue contigo. Y, por lo que vengo comprobando, lo que se marchó tras de ti fueron mis ganas de vivir. Ahora sólo pienso, porque en ello sí encuentro consuelo, en el momento de volver a encontrarme contigo. Y ese deseo de anhelar que cada día que amanece sea el último, nadie ha podido expresarlo mejor que Santa Teresa en estos versos:


"Vivo sin vivir en mí, y de tal manera espero, que muero porque no muero. .

Porque si es dulce el amor, no lo es la esperanza larga: quíteme Dios esta carga, más pesada que el acero, que muero porque no muero. .

Mira que el amor es fuerte; vida, no me seas molesta, mira que sólo me resta, para ganarte perderte. Venga ya la dulce muerte, el morir venga ligero que muero porque no muero. Quiero muriendo alcanzarle, pues tanto a mi Amado quiero, que muero porque no muero." Sólo que ella pensaba en Él al escribirlos, y yo pienso en ti al leerlos. Incluso al hacerlo me he atrevido a tomarme la licencia de cambiar alguno: "Quiero muriendo alcanzarte, pues tanto a mi amada quiero, que muero porque no muero." Que Él me perdone por ello, Juani. Aunque sé que no me lo tendrá en cuenta porque pienso lo que pensaba Hernando de Cárdenas: "...que no me entraba en las mientes el que el mucho amar fuera pecado". Y digo lo que decía nuestro amigo Paco: "...ama y haz lo que quieras". 17/03/2014


Tus macetas. Hoy, Juani, además de amo de casa (he puesto una lavadora, barrido la puerta, limpiado la baranda, pasado la mopa... ¡con razón te quejabas!) también he sido jardinero. La primavera ha llegado y recuerdo que por estas fechas te multiplicabas. He podado, cambiado la tierra y abonado los geranios de tus macetas. No me ha sido nada fácil. No por el trabajo en sí, sino porque mi mente sigue contigo. Te veía plantarlos con la misma tierra que yo estaba utilizando (el saco estaba a medio). Te veía, una vez plantados, pasarles tu mano por encima, acariciándolos. Te veía enderezarte, echarte mano a los riñones, limpiarte la frente con la muñeca... Intentaré mantener el patio y los balcones como a ti te gustaban, con tus macetas. Conozco tu secreto para tenerlas bonitas: el cariño. Tú les hablabas. Aunque no te prometo nada, tu voz y tu carácter eran más dulces que lo que yo puedo ofrecerles. Seguro que te echarán de menos. Pero si lo que las plantas buscan es sentimiento, hoy no tendrán queja. Las he regado con mis lágrimas. 18/03/2014


Tu alianza. He encontrado tu alianza, Juani. Y lo curioso es que ha sido sin buscarla. Suponía que se encontraba en tu joyero que, por cierto, aún no he abierto. Sé que me esperará un mal rato cuando lo haga. Acudirán los recuerdos con cada collar, con cada pendiente, con cada pulsera... Y con los recuerdos vendrán sus inseparables compañeros: el dolor, la nostalgia, la desesperación, la tristeza, la amargura, las lágrimas... Hoy, cuando iba a depositar unos papeles en el cajón donde yo guardo mis cosas. Ese que está en el mueble de la habitación en la que yo trabajaba y tu llamabas mi "leonera", y yo te decía que era "mi desorden organizado". La que yo no quería que me limpiaras porque al ordenarla tú, yo ya no encontraba nada. Al abrir el cajón he reparado en una pequeña cajita de plástico azul, cuadrada. Dentro estaba tu alianza. He tenido que sentarme con ella en la mano y, mientras la besaba, un raudal de preguntas me han asaltado. ¿Cuándo te la quitaste? En el hospital ya no la llevabas. ¿Por qué te la quitaste si sólo ibas a hacerte una analítica? Claro, sólo tú sabías que tus días se acababan. Para nosotros era sólo una depresión, una visita rutinaria. Ni podíamos imaginar que te ingresarían ese día. ¿Por qué la pusiste ahí? Sólo se me ocurre pensar que tú querías que yo la encontrara. He intentado ponérmela en uno de mis dedos. Ni en el meñique he podido encajarla. ¡Tus manos eran tan pequeñas! La llevo colgada de mi cadena, con mi cruz, junto a mi pecho. Muy cerca del corazón. 20/03/2014


El Día del Padre. Hoy hemos celebrado el "Día del Padre", Juani. Al igual que otros años lo hemos atrasado al fin de semana para poder estar juntos. Esta vez faltabas tú y, a pesar de que siempre estarás con nosotros, ya nada será igual. Me resulta insoportable no tenerte a mi lado. Me atormenta la idea de no volver a ver más tus grandes ojos. Nos hemos ido a la Sierra de Segura. ¡Las veces que hemos estado por ahí de camping! Y hemos parado a comer en el restaurante "La Tiná", al lado de Cortijos Nuevos. ¿Recuerdas las veces que Reyes ha querido llevarnos a ese lugar en tu último año? Nunca podíamos. Teníamos nuestras obligaciones: tú con tu madre y yo con mi padre. La comida ha sido magnífica; el ambiente, muy agradable; el dueño, Luís, amabilísimo. En mi cabeza, siempre tú, y siempre pensando en lo mismo: "A Juani le hubiera gustado esto". De vuelta, en el coche, mientras mis ojos se distraían en el bonito paisaje, me ha venido a la cabeza una historia que, creo recordar, leí en un calendario del CEP de Úbeda, hace ya unos cuantos años. Hablaba de un matrimonio a quien el destino trató como a nosotros: una vida de felicidad rota por una muerte prematura, la de ella. Tras producirse el fatal desenlace, cuando el marido volvió a casa para buscar la última ropa que llevaría su mujer puesta, encontró un paquetito en la mesita de noche. Era un conjunto de lencería sin estrenar. Ella lo guardaba para una ocasión especial. ¿Recuerdas que te conté aquella historia y nos dijimos que a nosotros no nos pasaría lo mismo? ¿Te acuerdas que estábamos de acuerdo en vivir el día a día plenamente sin dejar nada para "luego"? ¡Qué ilusos éramos! ¿Qué nos sucedió en tu último año? El primer año de mi jubilación. Nos tomamos tan en serio nuestros "deberes" que no había tiempo para nosotros. Nos consolábamos el uno al otro diciéndonos: "Ya vendrán tiempos mejores. Ahora nos ha tocado vivir esta etapa. ¡Ya nos desquitaremos!" Incluso me hice a la idea de que mi verdadera jubilación comenzaría a los sesenta y cinco. Hasta llegamos a planear, para cuando fuésemos libres, un crucero para relajarnos, a pesar de que a ti no te hacían gracia los


barcos. Y ya ves, los abuelos siguen aquí y tú te has ido. ¡Qué injusta es a veces la vida! A pesar de que estábamos advertidos, cometimos el mismo error que cometió el matrimonio de esa historia: el esperar la "ocasión especial", que ya nunca llegará. Nunca volveré a hacer planes, Juani, nunca. 22/03/2014


Mi Colegio. ¡Qué bien me siento en el Colegio, Juani! Esta tarde he estado allí. La Directiva de la AMPA me había propuesto formar parte del Jurado para elegir el logotipo de la Asociación y, aunque iba medio anestesiado (he salido de la clínica dental cerca de las tres) no he querido faltar a la cita. Me encanta comprobar la inventiva de los alumnos. Y me gusta estar entre mis compañeros. Ha sido un verdadero bálsamo el sentir su apoyo. Hasta me han ofrecido diversas actividades que quizá con el tiempo acepte. Ahora es demasiado pronto, todavía no he asimilado tu pérdida y cualquier detalle, cualquier comentario, cualquier pensamiento me hacen desmoronarme y no puedo reprimir las lágrimas. ¡Tú y el Colegio estáis tan entremezclados y ligados a mí! Nos pusimos novios unos meses antes de aprobar las oposiciones. Aquí me ofrecieron la plaza y aquí me dieron la propiedad definitiva poco antes de casarnos. En el Colegio vivimos diez años y en el Colegio nacieron nuestras hijas. Toda mi vida profesional ha transcurrido en este Colegio y ahora puedo afirmar, sin lugar a dudas, que la época más feliz de mi vida tiene como protagonistas a ti, nuestras hijas y el Colegio. Con la jubilación quiso el destino que la vida se me pusiese triste, ya que todos mis proyectos se centraban en vivir el resto de mi existencia felizmente a tu lado. No pudo ser... Al regresar a casa no he podido evitar comparar el antes y el ahora. La ilusión con que antes volvía... ¡si se me alegraba el alma sólo con verte! Y la desesperanza con que retorno ahora... "que está el aire de casa cargado de tristeza." 24/03/2014



Amar o no amar. ¡Qué mal día estoy pasando hoy, Juani! En realidad esto comenzó ayer, o mejor dicho, empeoró ayer. Hasta hace poco esto era una pesadilla de la que, inconscientemente, esperaba algún día despertar. Parece que ha llegado ese despertar y ahora se ha convertido en un suplicio al ser consciente de que no te volveré a ver más. ¡No te puedes imaginar el sufrimiento, Juani! La desesperación de buscarte y no encontrarte. El vacío ten inmenso en el pecho que parece no quedar nada dentro. El deseo irrefrenable de querer irme contigo... Sí, ya lo sé. Reyes me ha buscado ayuda psicológica. Cómo tendré el alma, Juani, que hoy he rechazado asistir a la Asamblea Mensual del Colegio. ¡Yo, que tanto he disfrutado en ellas! Me habían invitado mis compañeros y la Directiva de la AMPA me ha llamado para que entregase un premio. No he podido, llevo demasiado dolor dentro. Temía transmitirlo. En lugar de eso me he puesto a podar la enredadera. Esa que trepa por el esqueleto de la acacia vieja. Estos "bajones" parecen volverme hiperactivo. No puedo permanecer quieto. Necesito moverme, desahogarme, cansarme hasta el agotamiento. Supongo que es un recurso de la mente para intentar superar el sufrimiento. Y ni aún así me sosiego. ¿Te imaginas podando y llorando al mismo tiempo? Este dolor, este sufrimiento... El otro día, en la sala de espera de la clínica dental, leí algo que me hizo pensar. Venía en una revista sobre viajes. Tú conoces mi pasión por viajar. En un artículo sobre Lumbini, ciudad de Nepal donde se cree nació Buda, además de la descripción del lugar y cómo ir, ofrecía un breve resumen de las enseñanzas de este excepcional personaje. Según él, el origen de todo sufrimiento está en el "apego" que sentimos hacia algo. El apego viene a ser (así lo entendí yo) como el "deseo" de algo. Yo, en mi estado, "apego" lo traduje como "amor". Sufro porque te amo. Saqué en consecuencia que el amor puede ser directamente proporcional al sufrimiento; es decir, mi amor tan inmenso hacia ti me está produciendo este dolor, también, tan inmenso. Inmediatamente me vino a la mente esta frase de San Agustín:


"Si no quieres sufrir, no ames, pero si no amas ¿para qué quieres vivir?" Y he aquí la cuestión: ¿Para vivir sin sufrir, conviene amar o no amar? Veamos. Tu amor me ha proporcionado cuarenta años de felicidad y, hasta ahora, tres meses de sufrimiento. Luego, pensándolo fríamente, compensa amar. La verdad es que cuarenta años a tu lado lo compensan todo, incluso el que tenga que pasar el resto de mis días sufriendo. Y pienso que será así, Juani, porque siento lo que mi admirado Bécquer dejó escrito en una de sus rimas: "Podrá nublarse el sol eternamente; podrá secarse en un instante el mar; podrá romperse el eje de la tierra como un débil cristal. ¡Todo sucederá! Podrá la muerte cubrirme con su fúnebre crespón; pero jamás en mí podrá apagarse la llama de tu amor." 28/0/2014


Añoranza. No sé si podré seguir resistiendo esto, Juani. Hubiera preferido mil veces morir yo, a verte morir en mis brazos. Nadie que no haya pasado por esto puede comprender tamaño sufrimiento. Cada lugar, cada objeto, cada fecha señalada, cada detalle... me hunde en los recuerdos, me encuentro perdido sin ti y sólo ansío irme contigo. El llanto me acompaña todos los días porque... cuando la lengua no es capaz de expresar una emoción, ya sólo pueden hablar los ojos. Aquí todo el mundo me dice lo mismo: que la vida continúa, que aún tengo mucho que dar... Y no saben que he perdido esa chispa que daba luz a mi vida y me hacía ser lo que era, que ya nada queda de aquel entusiasmo que ponía en mi trabajo, de aquella ilusión que me animaba en todo lo que emprendía... No saben que nada me queda ya por ofrecer. Y si, como también me dicen, esto ha sido una prueba para demostrar mi valía..., no la he superado ni nunca la superaré. No tengo fuerzas ni ganas de rehacer una vida que no me seduce vivirla sin tenerte a mi lado. Ni siquiera tengo ánimos para cumplir tu última voluntad. No puedo ser feliz sin ti. 30/03/2014


Paseo con Noa. Hoy he sacado de paseo a Noa, Juani. ¡Si vieras los saltos que daba! ¡Cómo caracoleaba! Y no es para menos, tres meses hacía que no salía a su habitual paseo la pobretilla. Hoy tocaba carretera: Cañada, Ayozar, San Benito y Villacarrillo, el recorrido que tantas veces hemos hecho. De vez en cuando se paraba y volvía su cabecita hacia atrás, igual que hacía cuando íbamos los tres y tú te quedabas rezagada. Seguro que se paraba a escuchar para comprobar si tú venías. He vivido esa situación tantas veces que hasta me ha parecido oír tu voz: "¡Mira como mi Noa me está esperando!" Le he dicho que tú ya no estabas y no sé si me habrá entendido pues ha seguido adelante con la cabeza gacha, como apesadumbrada, hasta que volvía a echarte de menos y se paraba. Y, es curioso, esto no lo hacía en las Alpujarras. A la altura de San Benito nos hemos cruzado con una señora que ha comenzado a piropearla. Ya sabes lo que hace cuando oye que una persona le habla amablemente, se ha dirigido hacia ella dando saltos sobre sus patitas traseras, como un pequeño canguro albino, aunque a la señora le ha parecido más una ovejita. -"¡Qué pena!" -ha dicho mientras la acariciaba. -"Parece como si la estuviera viendo, por aquí mismo, llevando a su perrita." Entonces me han acudido los recuerdos y no han faltado a su cita las lágrimas y, aunque llevaba puestas las gafas de sol y he tratado de disimularlo, algo habrá notado la señora porque me ha estado consolando: "Los palos que da la vida, que tenemos que aceptarlos, que ya hay otro ángel en el cielo, que desde allí me estarás cuidando, que por ser buena Dios te ha llamado a su lado..." Y me han asaltado las dudas y los "porqués", aunque no le he dicho nada. ¿Cómo decirle que yo te prefiero como esposa aquí en la tierra que como ángel en el cielo? ¿Cómo decirle que no me imagino a Dios tan egoísta y tan cruel como para llevarte a su lado, porque has sido buena, dejándome a mí aquí, tirado en la cuneta? ¿Cómo decirle que, si Dios es así, entonces, no es conveniente ser bueno? Le he dado las gracias por su amabilidad y he cambiado el


recorrido, dirigiéndome hacia el Pilarejo. El camino estaba desierto y allí, quitándome las gafas, he dado rienda suelta a mis lágrimas. 31/03/2014


Psicoterapia. Ayer tuve mi primera sesión de psicoterapia, Juani. La verdad es que no iba muy convencido pero he de reconocer que fue un buen sedante para mi espíritu atormentado. Noto que algo en mí ha cambiado, quizá en la forma de percibir esa mezcla de amor, dolor y desesperación. La psicóloga es un encanto. Supo sacarme el dolor que llevo dentro y reconducirlo hacia su aceptación sin miedos ni rechazos. Durante la conversación le enseñé tu foto, esa en la que me sonríes nada más tocar el móvil. Me comentó lo guapa que eras, y yo le dije que por dentro eras aún más bella. Su terapia de meditación me hizo abandonar la consulta mucho más sereno que lo estaba a mi llegada. Por supuesto que esto no lo tengo superado y me costará horrores dominarlo, pero al menos he sentido que puedo salir de este estado depresivo en el que me estoy hundiendo. ¡Ah, por cierto! ¿Tanto se me nota lo mucho que de ti estoy enamorado? 3/04/2014


La Fiesta del Nazareno. Esta tarde he asistido a la Fiesta del Nazareno, Juani. ¡Qué diferencia con otros años! He estado junto con los amigos, pero tú no estabas a mi lado. Tampoco estaban Ana y Rufino. Ella está ingresada en el hospital de Jaén, donde estuviste primero, allí donde empezó nuestro calvario. Ana no está bien, no merece lo que está sufriendo. Ni Rufino pasar por lo que yo estoy pasando. ¿Tú has visto alguna vez enfadada a Ana? Difícilmente podría encontrarse una persona más buena. Tú, que no estabas; Ana en el hospital, sufriendo; el Nazareno en el Altar, con la Esperanza y San Juan; D. Julio hablando del dolor de la separación y la esperanza en la resurrección... La situación ha podido conmigo y he estado llorando. ¡Las lágrimas que habré derramado en estos tres meses! ¡Bien me estoy desquitando de los diecisiete años en los que no he sabido lo que era llorar! Al Nazareno le he pedido con toda mi alma que la historia no se repita, que no se lleve la vida de Ana, que, si sirve de algo, disponga antes de la mía. Ya no anhelo la muerte con la ansiedad de antes, Juani; pero tampoco la temo y cuando llegue será bienvenida. Sé que esto no funciona así y que el Jefe no es amigo de tratos, pero, por si acaso, ahí queda. Yo me iría contigo y Ana se quedaría con Rufino. 5/04/2014


Noa. ¡Si vieras a Noa, Juani! Está como a ti te gusta. Ya no es perrita, ni ovejita. Es una osita de peluche, toda redonda. Un manojo de blanca y suave lana en el que sólo destaca su hociquito negro partido en dos. La muy pillina parece haber dominado el arte del camuflaje. Cuando no le conviene que se la encuentre, como es en el caso de darle esas gotas que no le gustan, se acuesta en la cama de Nieves o en la de la habitación de en medio. Allí, entre tanto peluche, hay que fijarse muy bien para descubrirla. Y como cuando la llamas se hace la sorda y no se mueve, puedes pasarte las horas buscándola. En cambio, no falta a la cita de la pastilla, ¡como se la doy camuflada en la morcilla blanca que tanto le gusta! Diferencia el sonido de las dos cajas, la de las gotas y la de las pastillas. Tampoco le gusta el baño. Hace unos días le tocaba y, cuando se dio cuenta de los preparativos, volvió a esconderse. Gracias a ella se me hacen más soportables las tardes interminables. Todos los días le hablo de ti y parece entenderme, mirándome sin verme, con su cabecita ladeada prestando atención, como esforzándose en comprender lo que le estoy diciendo. A veces le doy a oler uno de tus pañuelos y, tras hacerlo, saca su lengüecita para lamerlo. Acto seguido se marcha, la sigo y la veo deambular por la casa, entrando y saliendo de cada una de las habitaciones. Seguramente buscándote. Creo que te echa de menos tanto como yo. Cada día estoy más convencido de que los animales también tienen sentimientos. Hace unos días la sorprendí acostada sobre tus zapatillas que siguen al pie de la cama. No pude contenerme. La cogí en brazos y creo que los dos lloramos. 9/04/2014


Alguien tiene que hacerlo. Temo los días que se avecinan, Juani. ¡Qué cantidad de recuerdos me traen! ¡Cuánta ilusión!¡Cuánto trabajo! ¿Recuerdas las veces que hemos bajado, la noche del Jueves Santo, a adornar los pasos para la Madrugá? Al pasar delante del bar de la esquina, lleno a rebosar, nos mirábamos y tú me decías: "Alguien tiene que hacerlo". Y yo te contestaba: "El mundo funciona gracias a los tontos". Ahora, con la amargura dentro, no puedo eludir preguntarme: ¿Y de qué ha servido? No es que me arrepienta. No ha sido mi estilo el trabajar buscando recompensas. Simplemente, como tú decías: Alguien tiene que hacerlo. Y yo lo hacía con toda mi fe, con todo mi amor, con todo mi cariño. ¿Recuerdas estos versos de mi pregón? "Quiero llenar de claveles, la noche del Jueves Santo, el monte que vas pisando, y una vez éste alfombrado contemplarte embelesado. Y quiero enjugar tu rostro, y quiero ser tu cirineo. Soñar, mientras vas andando, y yo siguiendo tus pasos, con un mundo más honrado, más justo y más solidario."


En esa poesía final, de la que forman parte esos versos, le decía al Nazareno que, pasase lo que pasase, yo siempre le seguiría. "Aunque no quedase nada, sólo un corazón vacío, yo seguiría rezándote mi Jesús el Nazareno, mi Señor con el madero, mi buen amigo, mi hermano, mi Padre Dios hecho humano." ¿Cómo iba a imaginarme siquiera que esos dos primeros versos se cumplirían? ¡Vaya prueba por la que me está haciendo pasar mi buen amigo! Jamás pensé que esto sucedería. Pero no me queda más remedio que seguir rezándole, aunque sólo se me ocurre esa pequeña oración que mi amigo Baldomero puso en boca de Juan y que yo me tomo la libertad de cambiarla: "¡Señor, aquí está Paco... ya ves!" Ahora lo que más deseo, Juani, es que algún día se cumpla en mí el final de esa preciosa historia de Juan y su Manolita. Parece ser que algo de esa noche me ha quedado por costumbre, Juani. A tu foto siempre le acompañan una vela encendida y una flor de temporada, de esas que tú cultivabas: comenzaron los narcisos, les siguieron los jacintos, ahora son los tulipanes; las próximas, las rosas. En realidad no hacen falta para avivar tu memoria o pararme a contemplar tu retrato. Tú siempre estás conmigo, cada día, cada hora, cada minuto; ni un instante del alma se me borra tu recuerdo. 10/04/2014


Sigo huyendo. Tanto temo estos días, Juani, que las chiquillas están tratando de apartarme de ellos. Reyes me pidió que la llevase a Málaga. Tenía que coger allí un avión para Turquía. Ya sabes que nos ha salido "trotamundos". Parece ser que ha heredado de mí esos genes inquietos que buscan continuamente conocer lugares nuevos. Nos hemos ido unos días antes para aprovechar el viaje y saborear Málaga en estas fechas. Te hubiera gustado, Juani. ¡Cuántas veces habré dicho ya esta frase! Desde la última vez que allí estuvimos, Málaga ha cambiado, y lo ha hecho para mejorar. Ahora es más peatonal, más moderna, sin perder ese sabor añejo que tanto nos gustaba. ¡No hubieras conocido el puerto! Con Reyes por un lado y teniendo de anfitriona a Lola, seguro que algún kilo de más habré cogido. Sí, también he podido ver algunos de esos inmensos tronos navegar por la Alameda. Acabo de regresar y Nieves me ha dicho que no deshaga la maleta, que nos vamos a Baeza. Parece como si estuviera huyendo de aquí, pero no de ti. Contigo pasearé en Baeza. 14/04/2014


Esta Madrugada. Creo será la primera vez en mi vida que faltaré a la Madrugada, Juani. No tengo fuerzas ni ánimos para resistir otro brutal asalto de mis recuerdos. Si ya en la Fiesta del Nazareno no pude reprimir el llanto, si ya en cualquier Madrugada están a flor de piel mis sentimientos... ¿qué sería de mí esta Madrugada? Quizá vea otra madrugada, quizá le vea a Él con otro semblante, o quizá pase esas horas vagando sin rumbo por las viejas calles de Baeza, primeros testigos de mi tristeza. Lo que sí es seguro es que no podría pasar ese tiempo dormido, ni mucho menos pensando tendido. ¡Son ya muchas las Madrugadas, Juani! Este año se quedará mi túnica en el armario, y en la cabecera de la cama tu Medalla. Que aún llevo grabada en mi retina la última imagen que de ti conservo, Juani. Te fuiste con tu túnica ya que así nos lo pediste, con tus pequeñas manos entrelazadas, sujetando mi Medalla. El morado de tu hábito resaltaba tu fina y suave piel nacarada, sólo un leve rastro de color en tus labios. Jamás podré olvidar la belleza de tu rostro, en él se reflejaba la dulce paz que al fin alcanzabas. Estabas preciosa, mi mariposa de alas de seda, mi dulce compañera, bella hasta en la muerte. Pero tú habías dicho que querías irte discretamente, sin que nadie te observara. Por eso tu caja estuvo cerrada. Sí, pasearé solo, contigo en la mente. Y en ese deambular por la vieja Baeza, entraré en la iglesia más solitaria que encuentre. Y allí, en su rincón más oscuro, desahogaré mi llanto. Y volveré a darle gracias por haberte puesto en mi camino, por los años compartidos. Y no pediré nada, Juani, sólo musitaré esa pequeña y sencilla oración que todo lo muestra y todo lo dice. Pero no podría estar en nuestra Madrugada, Juani. No podría vestir la túnica, ni podría ir en las filas, ni siquiera desde fuera observarla. No esta Madrugada. Mi Madrugada más triste. 17/04/2014


Mi Madrugada. Sabía que estos días me pasarían factura, Juani. Me he dado cuenta de que cada nueva situación, cada fecha señalada me causa un dolor insoportable. La razón es bien sencilla: todo lo he vivido antes contigo. Mi psicóloga ya me lo había prevenido y seguro me dirá que he dado un paso atrás, pero nadie que no haya pasado por esto puede imaginarse este sufrimiento. ¡Cuánto temía a la Madrugada, Juani! No transcurrió como yo esperaba. Junto con Nieves vi salir a la Cofradía de la Vera Cruz de esa pequeña iglesia, la más antigua de Baeza, que hay en la plaza donde se encuentra el Instituto en el que Reyes trabaja y en el que yo me examinaba de Bachiller. ¿Recuerdas las veces que hemos estado en él? Un marco ideal para ver una Madrugada. ¡Cuánto me acordaba de la nuestra! Después, Nieves volvió al piso y yo comencé mi Madrugada particular, mi deambular por Baeza. Ni una iglesia abierta, Juani. Claro, a esas horas y repletas de Imágenes con todas sus galas... Volví a tropezarme con la Vera Cruz y reparé en la frase que llevaba grabada la Cruz de Guía y que antes me pasó desapercibida: "Coge tu cruz y sígueme". Pensé que ahora sí que me había caído una pesada cruz encima, mucho más que las que llevaban los penitentes que ante mí desfilaban. El Nazareno hizo una parada donde yo me encontraba y, a pesar de la escasa luz, tuve que recurrir a mis gafas de sol que ahora siempre llevo encima. Le pregunté que por qué me había hecho esto y, a pesar de lo que te dije que haría, con tu alianza en mi mano, le pedí desesperadamente que me llevara contigo. Perdóname, Juani, pero me salió del alma. Dejé la Procesión y me dirigí a esas callejuelas salidas del túnel del tiempo que hay tras la Catedral, esas por las que tanto nos gustaba pasear. Allí hice uno de los deberes que la psicóloga me había puesto: una carta escrita por ti y dirigida a mí; o mejor dicho, escrita por mí imaginando lo que tú me dirías. Me resultó fácil, ¡te conozco tan bien! ¡Menuda bronca me echaste! Allí estuve contigo, Juani, ¡te sentí tan cerca! Allí me calmaste. 20/04/2014



La historia se repite. Llevo unos días de fuertes emociones, Juani, pero ahora no puedo contártelas. Me faltan los ánimos. Tengo el alma dolorida y ya sabes el motivo. Ayer estuve en el hospital viendo a Ana. Estaba agonizando. Le di un beso de despedida y le pedí que te diese mil de mi parte en cuanto te viese. La historia se ha repetido, Juani, y ahora Ana ya está contigo. ¡Dos amigas en tan poco tiempo! ¿Quién, hace sólo unos meses, podría haber imaginado esto? Las dos tan buenas que no me extrañaría que tú te hubieses adelantado para prepararle a Ana el camino, o que Ana te haya seguido para hacerte compañía. Sé que eso son divagaciones de la mente y que sólo se ha cumplido la voluntad de Dios, pero dile al Jefe que cada vez le entiendo menos. Parece ser que los hechos dan la razón a aquella buena mujer que me estuvo hablando en San Benito y que Dios tiene prisa en reclamar a su lado a las personas buenas. Lo que me pregunto es si piensa en los que aquí quedamos. Bien sabe Él que hubiera querido ser yo el que hubiese hecho ese camino para ir a tu encuentro. Mientras llega ese momento, se ha ido contigo una buena amiga. 24/04/2014


La leña. Te decía, Juani, que llevo unos días de emociones intensas. Primero la Semana Santa con su carga de recuerdos; después, recién terminada, como todos los años por estas fechas, José trajo el remolque de leña. No pensaba que ese simple hecho me afectase tanto. ¿Recuerdas te decía que, para compensar el esfuerzo de entrarla, me imaginaba mientras lo hacía lo bien que vendría en los días fríos? ¿Recuerdas esas largas veladas de invierno sentados el uno junto al otro, con el fuego encendido? Cierro los ojos y puedo verte sentarte, tras acabar tus tareas, frotarte las manos con crema y decir mientras me miras: "¡Qué agustico!" ¡Qué acogedora era nuestra casa y qué bien me sentía en ella! Esta vez he entrado la leña como un autómata, sin ilusión alguna. Imaginando no ya los días fríos de invierno, "que está el aire de casa cargado de tristeza", sino que tu aparecerías en cualquier momento con un vaso de refresco en la mano para dármelo, como hacías todos los años. No era el hogar encendido lo que hacía acogedora nuestra casa, Juani, eras tú; tú y el amor que compartíamos. 27/04/2014


La Leyenda. Sigo contándote lo sucedido en estas últimas fechas, Juani. El mismo día que Ana Mari empeoraba estuve en el Colegio. Celebraban su Semana Cultural y tenía que contarle a los niños aquella leyenda que escribí hace tiempo: "La Fuente de los Amores". Ahora imagínate contándosela yo a los niños. Había preparado una presentación visual para hacérsela más atractiva, pero cuando llegué a la muerte de Zoraida la similitud de los sentimientos allí reflejados con los que yo atravieso me jugaron una mala pasada y la emoción me obligó varias veces a interrumpirla, aunque conseguí terminarla. ¿Cómo no iba a emocionarme si al escribirla, para poner sentimientos al protagonista cuando perdió a su amada, imaginé lo que yo sentiría si a ti te hubiese perdido? Me acerqué bastante, Juani, pero me quedé corto con lo que siento ahora. ¡Y tú me preguntabas que por qué escribía una historia tan triste! Y ahora te preguntarás que por qué accedí a contarla. Mi psicóloga me dice que mi dolor y mis recuerdos son míos, están ahí, forman parte de mí y debo aceptarlos sin huir de ellos, sin que me impidan seguir viviendo. Lo tomé como un reto. ¡Si vieras lo bien que se portaron los niños! Y eso que estaba toda Primaria. Los pobrecillos me aplaudían cuando notaban que mi voz se quebraba. Al terminar no pude quedarme, tenía una entrevista con el marmolista para pedirle explicaciones del por qué de la demora. Me dijo que tenía problemas para conseguir el tipo de mármol que encargamos, lo están acaparando los chinos. ¿...? Pero que el problema ya estaba resuelto y me aseguró que esta semana harían el panteón. Después me fui al cementerio, allí recibí la noticia sobre Ana. Ha sido revivir todo de nuevo, Juani: la impotencia en tu agonía, la desesperación en tu muerte, la nebulosa en tu velatorio, el desgarro en tu entierro... Tantas sensaciones en tan poco espacio de tiempo, más que tocado me han dejado deshecho. 28/04/2014


El cuaderno de viaje. ¿Recuerdas, Juani, aquel cuaderno de viaje que hice durante nuestra visita a la Provenza francesa? Ya hace tiempo lo llevé a encuadernar, junto con mi pregón de Semana Santa, en Linares. Lo cierto es que lo había olvidado y hoy, por fin, lo he recogido. ¡Si vieras lo bien que ha quedado! Bueno, ha salido algo más que un cuaderno. Cincuenta y ocho páginas de memorias. Sería un bonito recuerdo si lo pudiese compartir contigo. Al dármelo, cuando lo he abierto para comprobar el resultado, lo primero que he visto ha sido tu imagen. ¡No es de extrañar pues estás en el ochenta por ciento de las fotos! Pero la casualidad ha querido que lo abriese por uno de los momentos más felices del viaje. ¿Te acuerdas el día de nuestra llegada a Arles, en la terraza de aquel restaurante? ¿Cuándo Reyes llamó a aquel músico callejero que estaba cantando canciones españolas? Lo que nunca habíamos hecho en nuestra tierra, lo hicimos en Francia. Nos convertimos en la atracción de la terraza. Mirando el cuaderno he vuelto a revivir el viaje, ¡tu favorito! Al menos he revivido algo bueno. Volveré a viajar, Juani. Tú así lo querrías, nos lo dijiste bien claro. Pero tú viajarás conmigo. 30/04/2014


Las fechas y los hechos. ¡Cómo se confabulan las fechas y los hechos para echarte cada día más de menos! ¡Cuánto te añoro, Juani! Aún no me he recuperado de esa cadena de emociones que te contaba y ya me atropellan la Romería y el Día de la Madre y mil detalles en casa que me hablan de ti. La Romería la he pasado solo, en casa, limpiando sobre limpio, arreglando macetas y paseando con Noa. ¿Recuerdas cómo nos gustaba pasear por el pueblo desierto? Creo que ha sido la primera vez en mi vida, al igual que me pasó en la Madrugada, que no he ido a "esperar a la Virgen" al "Prao la Viña", pero es que aún no he aprendido a vivir sin ti lo ya vivido contigo. Además, no sabría qué decirle y menos entre multitudes. Ya no sé qué pensar, Juani. Ya sólo quiero creer para, algún día, reunirme contigo. En cuanto al Día de la Madre... Ayer fue uno de esos días en el que estuve inmerso en un vacío inmenso. No encontraba sosiego. Por dos veces estuve ante tu sepultura. Tras la primera me fui andar campo a través, sin paz y sin rumbo. ¡Fíjate que vi bastantes espárragos, de esos que a ti te gustaban para hacer vinagrillo, y no cogí ni uno! Lo que casi cogí fue una insolación. Durante la segunda me llegó la paz. Cuando allí, ante tu tumba, me invadía la desesperación al pensar que aquí ya no volvería a verte, respiré varias veces profundamente para anclarme en el presente (eso me dice la psicóloga) y pensé en lo felices que hemos sido, en que pocas personas tienen la oportunidad de vivir casi cuarenta años de felicidad, en que sería egoísta por mi parte pedir más... Y entonces el dolor fue dando paso a una dulce sensación que colma por dentro, difícil de explicar; una sensación, sin embargo, bien conocida por mí. Era amor, Juani. El amor que tú siempre me has infundido y me sigues inspirando. Aunque materialmente ya no estés conmigo. 5/05/2014


Sonrisas y lágrimas. ¡Y siguen las fuertes emociones, Juani! Y aunque intento recuperar parte de mi vida, digamos normal, no puedo evitar venirme abajo en determinadas situaciones, así como tampoco puedo evadir ese vacío que llevo dentro, que no pasa día que no derrame lágrimas añorando tu presencia. Y eso que estos días apenas he parado en casa. Se me han juntado la obra del panteón, la preparación del certamen de pintura en el que he tratado de contribuir, como otras veces, con mi granito de arena, y el que tu hermano se haya empeñado en tenerme de pinche para que vaya aprendiendo a cocinar. ¡Cuántas veces me habrás dicho que me metiese contigo en la cocina! Ahora lo hago con tu hermano, pero ya sabes que le gusta preparar platos tan elaborados que nos tiramos la mañana entera tras ellos. He descubierto que no tengo vocación de cocinero. ¡Eso de estar cuatro horas cocinando para comértelo en quince minutos...! Lo que más me ha afectado es tu panteón, por fin ya terminado. En él hemos hecho grabar esa frase que nos dejaste en tu carta de despedida. ¡Pero es tan difícil cumplirla...! ¡Es tan difícil intentar ser feliz sin ti...! Respecto al certamen, me ha tenido bastante entretenido; sin embargo, sufrí uno de esos "bajones" cuando ayer, tras el sellado de los soportes, volví a casa. Y es que todos los años ese era el momento de recogerte y salir a pasear por el pueblo, viendo cómo los pintores iban dando forma a sus obras. Ya no tuve ánimos para salir, ni siquiera para ver la exposición de los cuadros una vez terminados. De la postración contribuyeron a sacarme Rafa y Angu que con sus tres preciosas hijas vinieron a casa a saludarme, Juande y Toñi con quienes coincidí durante la entrega de premios y nuestro amigo Antonio, aunque sin Bárbara, que venía dispuesto a que recuperásemos las cervezas que teníamos pendientes desde hacía tanto tiempo. En fin, Juani, la vida tiende a transcurrir como el título de esa película que te gustaba tanto, entre "sonrisas y lágrimas"; aunque he de reconocer que con predominio de las segundas sobre las primeras y es que, como te decía al principio, no pasa día sin que no me duela


tu ausencia. Si este es el precio que he de pagar por haber estado tan unido a ti, pues bendito sea este dolor que me atenaza porque no me arrepiento de haberte querido y seguir queriĂŠndote tanto. 11/05/2014


El sueño. ¡Qué sueño más tonto he tenido esta noche, Juani! Por lo visto mi subconsciente aún no ha aceptado tu marcha y sigue soñando contigo en escenas cotidianas, como si nada hubiera ocurrido. En este sueño íbamos de boda. Tú, preciosa como siempre, con tu vestido blanco cuajado de lunares; yo, con mi traje nuevo, como se suele ir a las bodas. Sólo que esta boda era muy rara: autoservicio y un único plato, macarrones con tomate. Sí, ya sé que a mí no me hacen mucha gracia los macarrones, ni entiendo el porqué de ese menú, pero los sueños son así de caprichosos. Pues resulta que iba yo con mi plato de macarrones camino de la mesa donde tú estabas, cuando, por no pisar a Noa que se atravesó en mi camino, me detuve en seco. Tampoco sé qué hacía Noa en la boda, pero allí estaba. Parar y sentir un golpe en la espalda todo fue uno. Sote que venía detrás, al no poder esquivarme, me había estampado su plato de macarrones con tomate en mi chaqueta nueva. Sí, Sote el de Isa. Todo preocupado corrí a tu lado pues tú conoces muchos trucos sobre cómo quitar las manchas. Cuando me viste aparecer todo de colorado, tus ojos fueron un poema. Ni la cerveza ni el vino blanco conseguían aclarar el rojo del tomate y, mientras frotabas, decías: "Esto no lo arregla ni la superlimpieza, has echado a perder el traje nuevo." Me desperté en ese momento y mi primera reacción fue de alivio. ¡Todo había sido un sueño! Después vino la conciencia. Mi traje seguía en el armario, pero tú no estabas conmigo. ¡No te puedes imaginar el dolor tan intenso! Intenté volver a dormirme para regresar a tu lado. No lo conseguí, me había desvelado, y estuve pensando. Y pensé cuántas veces en mi vida habré hecho una montaña de un grano de arena. Cuántas veces me habré preocupado por lo que creía un gran problema. Problema fue el comprobar cómo, día a día, tu estado iba empeorando. Problema fue el de aquel día en el que fui consciente de que te perdía. Problema fue el sentirme impotente a tu lado cuando ya te habían desahuciado.


¡Y yo, en mi sueño, consideraba un problema el haber manchado mi traje nuevo! Y al pensar en ello, ¡cuántos problemas dejaron de ser problemas! ¡Cómo, a veces, nos complicamos la vida por minucias, Juani! ¿Recuerdas que cuándo nos surgía un problema, o lo que creíamos era un problema, siempre te decía que hay que fijarse en el lado positivo de la vida, que hay que verlo todo por el lado bueno? Pues benditos sean Sote y sus macarrones que me han permitido estar un rato contigo. 15/05/2014


La terraza del Mallorca. Ayer tuve sesión con la psicóloga, Juani. Me preguntó que a qué lugares o situaciones estaba dando de lado por temor al dolor que me producirían. Le dije que tu mesita de noche y tu parte del armario seguían tal y como los dejaste. En la conversación aún salió a relucir otro lugar: No podría sentarme en la Glorieta, Juani. En la Glorieta nos conocimos, en la Glorieta te declaré mi amor, en la Glorieta planificábamos nuestro futuro (¿recuerdas "nuestro banco"?) y, más recientemente, en la Glorieta gustábamos de sentarnos en las noches calurosas de verano. Pero más que todo eso, el motivo es más reciente, que la otra tarde, cuando regresaba con Noa de nuestra diaria caminata, pasé por la Glorieta y al reparar en las mesas de la terraza del Mallorca, una imagen y unos versos asaltaron mi mente. La imagen: la noche de un sábado de finales de verano, una mesa bajo el círculo interior de plátanos de sombra y dos parejas alrededor de ella sentadas, Ana Mari, Rufino y nosotros tomando unas cervezas, despreocupadamente conversando arrullados por el murmullo del agua de la fuente. ¡Qué lejos estábamos de sospechar la tragedia que se estaba gestando! Tres meses más tarde el mundo se hundiría para mí y Rufino comenzaría su calvario. ¡Con qué crueldad se ha portado el destino, Juani! Los versos son de Juan Ramón Jiménez: "Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando, y se quedará mi huerto con su verde árbol, y con su pozo blanco." Te fuiste, Juani, y aquí se quedó todo: tu familia, tus amigos, tus cosas, el banco en la Glorieta, aquella cala de Nerja, los caminos polvorientos, la terraza del Mallorca... Te fuiste como yo me iré en pos de ti cuando Él tenga a bien disponerlo. Y la vida seguirá fluyendo como el agua de la fuente, a veces turbulenta, a veces serena, ajena al dolor, indiferente al destino...


Pero antes debo responder a un reto que me ha lanzado la psicóloga: sentarme algún día en la Glorieta y ser capaz de soñar contigo despierto, sin desesperarme, sin sufrir, aceptando tu pérdida... Aunque sé que oiré tu voz entre el rumor del agua y tu risa fresca entre el agua clara, porque tú siempre estarás conmigo. 20/05/2014


La nota. Hace días que ya no escribo nada, Juani. Quizá tenga que ver este gran vacío que siento; o puede que sea reflejo de mi estado de ánimo, de esta falta de ilusión... Aunque más bien creo se deba a que todos los días visito tu sepultura y allí te hablo de lo que siento. No es que allí te sienta más cerca, porque todo me habla de ti: Tus lugares favoritos, tus cosas en casa, tu alianza en mi pecho... En realidad no necesito nada de eso como incentivo para evocar tu recuerdo. ¡Te llevo tan dentro de mí! Pero allí me siento a gusto, a solas, contigo... Y además, ya sabes lo mucho que me gustaba el atardecer en el campo, y tú siempre estabas conmigo. Y también puede que me haya animado a escribir esta nota que Isa me ha enviado por Whatsap. "Qué bonito sería traer de regreso a alguien del Cielo. ¿Te imaginas? Pasar un día con esa persona... Solamente un día... Una última vez... Darle un último abrazo, un último beso, escuchar su voz nuevamente... Tener otra oportunidad para decirle: ¡Te quiero! ¡Te extraño! ¡Te amo con toda el alma!" ¿¡Que si me imagino!? Si cada día ante tu tumba lo repito: El resto de mi vida daría por estar, aunque sólo fuera unos momentos, así contigo. 7/06/2014


El Señor pasa. Hace unos días encontré un papel que habían pasado por debajo de nuestra puerta, Juani. En él se me decía que este año la Procesión del Corpus marcha por nuestra calle, que es el Señor quien pasa. No pude evitar pensar que el Señor debía haber pasado por nuestra casa hace unos meses, cuando tanto lo llamaba. Hoy las vecinas me han dicho que habían pensado, si no me importaba, poner una "parada" en nuestra fachada, como en otras ocasiones se había hecho. Les he contestado que yo aceptaré lo que ellas decidan. Tengo la cabeza dividida, Juani. Por un lado me pide que huya, que evite el dolor que inevitablemente me traerán los recuerdos. Por otro, nunca he dado de lado al trabajo y, aunque sin ilusión alguna, sé que harán falta todos los brazos y más teniendo en cuenta la proporción de personas mayores que hay en nuestra calle. No sé qué hacer, Juani. Intuyo que el huir cerrará la herida en falso y que quedará un quiste que volverá a abrirse en otra ocasión. Quizá adopte una postura intermedia: me quedaré para el trabajo, pero no podré estar presente cuando el Señor se detenga en nuestra puerta. Sé que me vendría abajo. Sé que le reprocharía el haberme abandonado. 11/06/2014


Si pudieras... Ya sabes, Juani, que te estuve hablando sobre la nota que Isa me envío por Whatsap. Antes de recibirla ya había pensado en esa situación. Era mi "iluso sueño". ¡Cuántas veces te habré contado lo que daría y lo que haría si pudieras regresar un momento! Tantas vueltas le habré dado que han comenzado a rondar por mi cabeza estos "proyectos de versos": Cedería de mi vida el resto si pudieras regresar del Cielo, aunque fuera tan sólo un momento, para verme en tus ojos de nuevo y una vez más repetir que te amo. Reposar mi cabeza en tu pecho, envolverme en tu cálido abrazo y en tu aroma de dulce recuerdo. Y sentir en mi frente tu aliento, y bucear en tus ojos profundos, y besar con ternura tus labios, y decir sin palabras: ¡te quiero! Alcanzar mi ilusión y mi anhelo: revivir ese amor tan profundo. Y al llegar a su fin el momento, agotado ya el plazo cedido, abandonar la vida en tus brazos y muy juntos volar hacia el Cielo.

¡Sería maravilloso, Juani! ¡Lástima que sea sólo una ilusión, un sueño! No obstante, lo repetiré cada día ante tu sepultura, ¿quién sabe si alguna vez me escuche? 15/06/2014


El día de tu santo. Está comprobado que no me sientan bien las fechas señaladas, Juani. Cada una de ellas viene con su carga de recuerdos y en ellos siempre estás tú. El Corpus trajo los suyos, intensificados al pasar la procesión por nuestra calle. En su arreglo hice lo que pude, aunque sin la ilusión de otras veces. Cuando vi a las vecinas preparar la "parada" te imaginaba entre ellas, hasta que el dolor pudo más y tuve que refugiarme en casa a desahogar mi pena con mi llanto. No tuve alientos para asistir a la Eucaristía ni ver salir la procesión. Sólo sé que cuando el Señor se detuvo ante nuestra ventana, yo estaba dentro, arrodillado, llorando, con tu foto en mis manos. No hubo reproches, sólo un ¿por qué? salió de mi alma. Pasó el Corpus y hoy me encuentro con el "día de tu santo". ¡Felicidades! mi Mariposa de alas de seda. Ya sólo puedo regalarte mi recuerdo, mi amor y mis lágrimas. Y si de mí dependiera... hoy sería un buen día para reunirnos, que el tiempo no está cumpliendo lo que tanto me vaticinan: que su paso mitigaría mi pena, que él todo lo asienta. Hasta ahora se está esforzando en llevar la contraria, el transcurrir de los días sólo ha hecho incrementar mi añoranza, que no hay mayor dolor en el mundo que perder a la persona amada. 24/06/2014


Quisiera creer. Cuando estoy ante tu tumba, Juani, un sinfín de cosas pasan por mi cabeza: sentimientos que te cuento, peticiones que te hago, los recuerdos de otros tiempos... Ayer oíste cómo iba surgiendo este intento de oración: Quisiera creer, Señor. Creer como en el ayer. Volver la confianza en Vos, en tu palabra de amor. Quisiera creer, Señor. Creer en volverla a ver. Volver a mirar sus ojos, volver a escuchar su voz. Quisiera creer, Señor, para no desfallecer, para esperar el favor de reunirnos a los dos. Te lo suplico, Señor. Por lo que otrora te amé, por lo que ella te creyó. ¡Vuelve a escuchar esta voz! 12/07/2014


Aquellos periquitos. Seis meses, medio año sin ti, Juani. ¡Nunca creí que pudiera soportarlo! ¿Recuerdas aquella pareja de periquitos que tuvimos cuando vivíamos en el Grupo Escolar? ¡Cómo se querían! Siempre estaban acicalándose y dándose el pico el uno al otro. Hasta tenían su canción preferida, "Jardín prohibido" creo que se llamaba. Se volvían locos cantando y balanceándose cuando la ponías en el radiocasete. Tú decías que esa canción les gustaba tanto que se ponían a bailar y a besarse. ¿Recuerdas cuando, al cabo de unos años, murió la hembra? Al macho le entró tal tristeza que a los pocos días la siguió. Decías que había "muerto de amor". Luego, en una revista ornitológica leí que en esta especie se crean en la pareja tan fuertes vínculos que no pueden pasar el uno sin el otro, incluso hay un genero en esta familia que se les conoce como "inseparables". ¿Y, recuerdas lo que yo te contestaba cuando me asegurabas que tú morirías antes? Siempre te respondía que a mí me pasaría lo que a aquellos periquitos, que yo sin ti no sabría vivir, que no duraría ni tan siquiera una semana. ¡Y ya han pasado seis meses, Juani! Ciento ochenta y dos días sin que ni en uno solo de ellos no haya deseado y pedido irme contigo. He comprobado que la capacidad de aguantar el sufrimiento es mayor en nuestra especie que en la de esas aves. Por muy destrozado que te encuentres, por muy vacío que te sientas, por mucho que estés más allá del dolor, por mucho que desees la muerte... si amas de verdad y te respetas (tú me lo hiciste ver) estoy seguro de que nadie muere de amor. Ahora envidio la facultad que tienen esos periquitos: poder morir cuando consideras que la vida ya no merece ser vivida. 16/07/2014


El viaje. Mañana nos marchamos de viaje, Juani. Hace apenas un mes Reyes regresó de Inglaterra. (Ya sabes que se apunta a todos los programas de intercambio habidos y por haber. Creo que en el pasado curso han sido cinco o seis las veces que ha salido de España). Apenas volvió y ya tenía pensado el siguiente viaje: me propuso para este verano un crucero o conocer un país. No tenía los ánimos para el primero. El crucero me suena a relax, las visitas a las ciudades de escala son cortas y por muchas distracciones que pueda ofrecer el barco, no soportaría verme encerrado horas en él. Además, un crucero es lo que teníamos planeado realizar juntos, dando por descontada tu recuperación. Te extrañaría a cada momento. Yo necesito un viaje agotador, de esos en los que tienes que madrugar, no parar ni un momento del día y, al llegar la noche, caer agotado en la cama. Un viaje de los que a ti no te hacían mucha gracia, pero que los realizabas por mí. Así que nos decidimos por Croacia, la recorreremos de norte a sur. A Nieves no le atrae tanto ajetreo y ha preferido quedarse para hacer con sus amigos un recorrido por los "pueblos misteriosos de España". ¿? Pero no acaban ahí los planes de la "trotamundos" de Reyes. Acabábamos de hacer la reserva para Croacia y ya nos había metido en otra salida para agosto. En su viaje a Inglaterra ha conocido a una amiga que vive en un pueblo situado entre Londres y Oxford. La casualidad ha querido que ese pueblo sea Didcot, donde precisamente hace unos años pasé unos días allí de "Comenius". Esta amiga nos deja su casa mientras ella y su familia se van de vacaciones a Francia y a Reyes la ha faltado tiempo para aceptar. A éste sí se apunta Nieves, a ella le hace ilusión ver Londres y a mi volver a Oxford, guardo muy buenos recuerdos de esa ciudad y de los encantadores pueblecitos que la rodean. Así que, Juani, un verano al que temía, por obra y gracia de Reyes se ha convertido en un verano aventurero. Serán mis primeros viajes sin ti (sin ti físicamente, quiero decir), otro de los retos que me propone la psicóloga. Aunque, esté donde esté, vaya donde vaya, como ya te he dicho tantas veces, tú vives en mí y viajarás conmigo.


Precisamente hace unas noches soñé que te había convencido para que te vinieses a Croacia. 20/07/2014


Viajando contigo. Una vez leí que el cuerpo puede regresar de un viaje antes que el alma y siempre había creído que eso era verdad, Juani. Ya sabes que, a los pocos días de volver, te contaba que mi alma seguía vagando por los lugares visitados y que por eso soñaba con ellos todas las noches. Esta vez mi alma se ha apresurado a volver con la misma velocidad que mi cuerpo, seguramente porque no quiere alejarse de tu compañía y desde que he regresado he vuelto a soñar contigo. Durante los días de viaje me acostaba tan cansado que no recuerdo haber soñado. Y no es que no haya disfrutado del viaje, al contrario: ha sido intenso, agotador, hermoso y enriquecedor. Y, sobre todo, te he sentido a mi lado. He sentido cómo admirabas los mosaicos bizantinos de Porec y los comparabas con los que vimos en Ravena. Cómo sus palacios se parecían a los venecianos y cómo la torre de la Iglesia de Santa Eufemia de Rovinj te evocaba el Campanile de la veneciana Plaza de San Marcos. ¡Y es que el norte de Croacia se parece tanto a Italia! ¡Aquel viaje inolvidable por Italia en nuestro vigesimoquinto aniversario! ¿Recuerdas el paseo en barca alrededor de la isla de Capri, cuando nos besamos bajo aquel arco de roca? Decían que auguraba "amor eterno". Sentí cómo, durante el trayecto, te horrorizabas al contemplar las secuelas dejadas por el último conflicto en estas tierras y pensabas en lo absurdo de las guerras. Y sentí cómo disfrutabas en Pletvice, caminando por esos serpenteantes senderos entre cantarinas cascadas y lagos de color esmeralda. Cómo te sorprendió el bullicio de Zadar y cómo protestabas al desorientarme y multiplicar por tres el recorrido de vuelta, teniendo que volar más que correr. Y te oí comentar en las viejas calles de Sibenik, donde parece haberse detenido el tiempo, que unas macetas en los balcones y ventanas habrían hecho más acogedoras aquellas vetustas mansiones medievales. Percibí cómo sonreías cuando nos sentamos en aquellos escalones del Peristilo del Palacio Romano de Split, contemplando la imponente torre que teníamos delante, mientras saboreábamos un


café y un trozo de tarta de chocolate. Y cómo se escapaba un ¡oh! de tu garganta al entrar en el Mausoleo de Diocleciano, reconvertido en catedral. Y advertí cómo quedabas encantada al contemplar la joya del Adriático, la vieja Ragusa, la actual Dubrovnik. Cómo te gustaban esas calles estrechas y empinadas, con sus hileras de macetas, con sus decenas de escalones, lo que las hacía aún más encantadoras pero más laborioso su recorrido. Imaginé cómo te ponías el pañuelo en la cubierta de aquel barco que nos dejó en la isla de Lopud. Y cómo tus hermosos ojos se abrían espantados por aquella tormenta que nos sorprendió en la Plaza Gundiliceva. Te hubiera costado trabajo recorrer las imponentes y altas murallas de Dubrovnik y no habrías podido subir a todo lo alto de la Fortaleza de San Lorenzo desde donde se ve la ciudad vieja a vista de pájaro, demasiados y empinados escalones. Subiéndolos me vinieron a la mente aquellas palabras tuyas que tanto nos repetiste poco antes de tu muerte: "Quiero que vosotros disfrutéis y seáis felices. No os preocupéis, yo soy feliz porque he tenido un sueño en el que Jesús me ha dicho que pronto me llevará con Él. Yo sería un estorbo en vuestros viajes". ¡Bendito estorbo! Hubiera renunciado incluso a salir de casa con tal de que continuases a mi lado. No pudo ser, y ese pensar en nuestro gozo hasta el último momento te enaltece y me hace, si es que ello es posible, quererte más que te quería. 2/08/2014


De Inglaterra a las Fiestas del pueblo. ¡Qué mal lo he pasado estos días, Juani! Ni alientos he tenido para escribir. Un error de cálculo en la reserva de los vuelos nos ha hecho aterrizar en plenas Fiestas del pueblo, y me ha afectado más de lo que yo imaginaba. El viaje ha sido magnífico, mucho más agotador que el anterior, no hubieras aguantado el ritmo que nos impusimos. Dios sabe los kilómetros que habremos andado, o mejor dicho, no sé cuántas millas y yardas porque allí todo va al revés. Londres, en su inmensidad y grandeza, me pareció agobiante, aunque disfruté mucho en sus museos: el Británico es imponente y al visitarlo recordé con nostalgia el Louvre, sólo que allí te tenía a mi lado. Tuvimos que hacer una selección de lo que queríamos ver ya que si nos hubiésemos recorrido todas sus salas, habríamos necesitado días o incluso semanas. El de Historia Natural me pareció una catedral albergando multitud de tesoros naturales. Sé que te hubiera encantado el Victoria y Alberto, dedicado a las artes decorativas, con sus variopintas salas.


Oxford, la ciudad de las agujas de ensueño, ya me enamoró hace años y ahora tampoco me ha defraudado. No sabría qué destacar en ella pues todo me pareció encantador, pero, sin duda, me quedaría con la Boldeian Library, una enorme y vieja biblioteca, soberbia en su continente y su contenido. Fue una verdadera gozada su visita. A ti seguro que te hubiera gustado más Bath, recostada en el valle del río Avon y rodeada de verdes colinas. Habrías admirado su cuidado y precioso parque a orillas del río. Te habrías quedado deslumbrada por el retablo de luz de su Abadía, y te hubiera sorprendido The Circus, una plaza circular con edificios iguales que te hubiesen traído a la mente aquella serie que tanto te gustaba: "Arriba y abajo".


¿Y qué decir de esos encantadores pueblos de la campiña inglesa? En Didcot, donde estábamos alojados, no hay mucho que ver, pero me hizo mucha ilusión volver a encontrarme con la pequeña iglesia de Todos los Santos, guardiana de su viejo cementerio. El lugar sigue siendo fascinador, tal y como yo lo recordaba, excepto su centenario tejo que lo encontré más reducido en su tamaño; seguro que la vejez tiene que ver con ello, Reyes dice que leyó se trata del segundo árbol más longevo de Inglaterra. Eché en falta la niebla. Hace años, cuando la vi por primera vez, fue un gris y brumoso atardecer. Aquella atmósfera daba al lugar un aspecto mágico. Lástima que la iglesia estuviese cerrada, quería musitar en ella una oración por ti, aunque no fuese un templo católico. Wantage me sedujo con sus viejas casitas medievales, su vieja iglesia con su inevitable viejo cementerio, sus viejos pubs, su cuidado parque, sus tiendecitas de toda clase de objetos de segunda mano, su vieja y abarrotada librería, llena de volúmenes también rancios y usados. Todo tan acogedor, todo tan inglés.


En este como en todos nuestros viajes, nos atuvimos a ese refrán que dice: "Allá donde fueres haz lo que vieres". Casita inglesa (parecen hechas para hobbits), comida inglesa, pintas inglesas y horarios ingleses. Hasta cumplimos con la tradición del "té de las cinco", estuviésemos donde estuviésemos, en esos adornados, acogedores y silenciosos locales que parecen estar llamándote de puro acicalados. Siempre recordaré aquel té acompañado del Sally Lunn Bun que nos tomamos en la casita más antigua de Bath. O aquel otro con scones en Old Parsonage, ese vetusto y acogedor hotel de Oxford. Y, cómo no, del contundente desayuno inglés que nos comimos en Golden Cross, la añeja cafetería del pequeño patio de la Commarket Street, también en Oxford: huevos revueltos, bacon, salchichas, patatas, tomate y champiñones, con té, por supuesto. En Inglaterra todo lo más bonito es viejo, pequeño, recargado y acogedor.


Ya lo habrás podido imaginar, el viaje a pesar de lo ajetreado y movidito ha sido un bálsamo para mi espíritu. Lo peor ha venido después, al regreso. La música de la verbena colándose por la ventana del dormitorio, el despertar al son del pasacalles de la banda de música, los cohetes anunciando el encierro, las parejas cogidas de la mano... todo me hablaba de ti. No he tenido valor para salir, sólo una noche estuve con Bárbara y Antonio tomando unas cervezas, y les pedí que fuese en uno de los bares apartados del centro. Temía encontrarme con las mesas bajo los árboles de la Glorieta, donde cada noche quedábamos con Ana Marí y Rufino y nos reuníamos los amigos... El dolor, la nostalgia y la búsqueda del sosiego me llevan al cementerio. Todas las tardes visito la tumba de Ana Mari, después me siento ante la tuya y dejo transcurrir el tiempo hasta que los últimos rayos de sol arrancan destellos dorados en el relieve tallado en ella. Esa luz hasta parece hacer sonreír a María... ¡Cuánto te extraño, Juani! ¡Cuánto te echo de menos! ¡Cuánto te quiero! 22/08/2014


Los sueños. ¡Qué extraño y misterioso es el mundo de los sueños, Juani! ¿Recuerdas aquel que te conté, el de los macarrones con tomate? Pues medio se cumplió en un restaurante londinense, justo el que se encuentra en la esquina que hay frente al Big Ben. No, no llevaba el traje nuevo sino mi camiseta más cómoda que para más inri era blanca. Ni tuve yo la culpa, fue una camarera que perdió el control de los platos cuando pasaba tras de mí y me alcanzó precisamente el que llevaba kétchup. La pobre, que por cierto era española, se deshizo en disculpas e intentó, empeorándolo, enmendar el desaguisado. Le dije que ese problema tenía arreglo y, efectivamente, Reyes buscó uno de esos trucos en Internet y me la ha dejado nueva. Pero esa tarde me estuve paseando por Londres con una cuchillada en la espalda, pues realmente parecía que me habían apuñalado. Pero no es por eso, que al fin y al cabo pudo haber sido simple casualidad el que coincidiese con aquel sueño, el calificativo de "extraños y misteriosos", sino por otros dos sueños que he tenido últimamente. En el primero estábamos bailando en el patio de Antonio, quizá porque allí fue donde bailé contigo por primera vez, ¿recuerdas? Bailábamos un bolero del que sólo me suena su primera frase y al que nunca había llegado a prestar atención. Vamos, que ya ni recuerdo cuándo lo escuché por última vez y siempre me he centrado más en las melodías que en las letras. Intrigado lo he buscado en You Tube y su letra me ha dado más que pensar. Su compositor debió haber pasado por una experiencia similar a la mía. ¿Por qué bailábamos esa canción precisamente y no una de nuestras favoritas? Parece como si mi subconsciente te buscase en situaciones cotidianas, pero en el fondo sabe que, aunque vivas en mí, físicamente "ya no estás más a mi lado, corazón". El segundo sueño es más inquietante, ya te lo contaré en otra ocasión. Parece ser que desde que te marchaste sueño con más frecuencia, aunque seguramente se deba a que he perdido ese sueño relajado, largo y tranquilo, y ahora me despierto varias veces durante la


noche, recordando así lo soñado. Y casi siempre eres tú la protagonista de mis sueños. Una y otra vez me reúno contigo en ese mundo de los sueños para que, una y otra vez, me seas cruelmente arrebatada en cada amargo despertar. Y es que en mí, amor y dolor ya están indisolublemente unidos. Lo verdaderamente curioso es que toda esta pesadilla comenzó con un sueño, tu sueño, aquel en el que Jesús te reclamaba. Descansa y sé feliz, mi mariposa de alas de seda, "tu dulce sueño se hizo realidad, y mi amor por ti aquí perdurará". http://www.youtube.com/watch?v=P6ZKW3xzK7I

7/09/2014


El diagnóstico. Mal día para contarte el sueño del que te hablaba, Juani. ¿Y por qué no? Al fin y al cabo no podría tener otro cumpleaños más triste. Te sorprenderá que sepa en qué día estamos, cuando eras tú siempre la que me le recordabas. ¡Si me preguntases ahora...! El tiempo ya no tiene significado para mí, una monótona sucesión de días en los que sobresalen aquellos que traen consigo la asociación de momentos felices vividos junto a ti. Su transcurrir lo percibo como una lenta cuenta atrás y es que, como dice un viejo dicho: "No es el tiempo el que pasa, pasamos nosotros". Pues sobre mi paso viene a hablarme este sueño, uno de esos sueños que parecen ser vividos realmente, de esos que además de recordarlos en cada detalle te dan en qué pensar. Sí, como el de los macarrones con tomate o el del baile... pero muy diferente. Resulta que me había hecho la analítica rutinaria que solemos hacernos cada año. Ya sé que no me toca hasta noviembre pero parece ser que en los sueños poco importan las fechas. Además, y dicho sea de paso, no tengo intención de volver a hacérmela, el pasado noviembre a los dos nos salieron bien los resultados y ya ves... Volviendo al sueño, cuando fui a recoger los resultados, el doctor (que por cierto era Jareño) me comunicaba muy apesadumbrado que me habían detectado un cáncer y que, por lo tanto, debía iniciar rápidamente el tratamiento. El doctor, o mejor dicho, el sueño no me ha aclarado dónde, aunque estando Jareño de por medio ya me lo imagino. Lo absurdo es que, por el hecho de tener cáncer, debía vestir de forma especial, con prendas de color amarillo. Se ve que por un resquicio del sueño se ha colado el "sambenito" de los condenados por la Inquisición. Lo curioso, Juani, es que yo recibía esta noticia sin trauma ni preocupación alguna, muy al contrario, me sentía contento. No te puedes imaginar la cara que puso el doctor cuando, tras darme la fatal noticia, mi respuesta fue: -¡Por fin!- como si me hubiese tocado la lotería. Después le dije que no quería someterme a tratamiento alguno. Y ahora figúrate la de Gabriel (el de Águeda)


cuando al venir a casa lo he recibido diciéndole: -¡Gabriel, ya tengo el pasaje para irme con Juani!- Venía a traerme una camisa y un jersey amarillos. Decía que los guardaba "por si acaso" pero que al enterarse de la noticia había pensado que a mí me harían más falta. ¡Lo que es la vida, Juani! Este sueño me ha demostrado que todo en ella se ve "según el color del cristal con que se mira". Algo (o más bien mucho) de mis sentimientos ha dejado traslucir este sueño porque, cuando me desperté, no sentí ningún alivio. 11/09/2014


Sam Smith - Stay With Me. (Quédate conmigo). http://www.youtube.com/watch?v=pB-5XG-DbAA

"Quédate conmigo". Su título lo dice todo. Pero ya no hay vuelta atrás. Al oírlo suena en mí: "Llévame contigo". 17/09/2014

Francis Cabrel - Je t'aimais, je t'aime et je t'aimerai https://www.youtube.com/watch?v=tLZmiYK7z5w

"Como una primavera en mi camino. Un diamante caído de un cofre." "Para esta vida y la de después serás mi único proyecto." "Te amé, te amo y te amaré." 25/09/2014


"Loado seas, mi Señor, por quienes perdonan por tu amor y soportan enfermedad y tribulación. Bienaventurados los que sufren en paz, pues de Ti, Altísimo, coronados serán." (S. Francisco de Asís) Gracias a todos, pero ya nada es igual. Tristeza. Tristes las noches llegan. Triste clarea el alba. Tristes las horas pasan. Tristeza colma mi alma. 5/10/2014


El año maldito La noche del sábado, mientras velaba a mi padre, debí quedarme en algún momento dormido y una vez más volví a soñar contigo, Juani. Estabas a mi lado, sentada en el sofá donde yo estaba recostado, y tú me mirabas y me sonreías. Después paseábamos por el campo, cogidos de la mano y tú me decías: -"¿Ves lo fácil que ha sido? Ya siempre estaremos juntos." Y como tantas otras veces me ha ocurrido, el amargo despertar trajo consigo la triste realidad. No había campo, tú ya no estabas, mi padre quejándose, delirando, consumiéndose en su cama; el reloj marcaba algo más de las cuatro, fuera llovía... El contraste fue tan brutal que no pude soportarlo y estuve llorando. ¡Con lo feliz que habría sido paseando contigo! Algo ha debido escapárseme en este sueño, puede que no lo haya comprendido o quizá habías venido a consolarme porque no he sido yo el que se ha ido, sino mi padre. Aciago recuerdo el de este año que me arrebató a mi Juani, que se llevó a Ana Mari, que consumió a mi tía, que me quitó a mi padre. 11/11/2014


El abrazo. Buscando un cuento de Paulo Coelho me he topado con esta frase suya:: "Nunca desistas de un sueño. Sólo trata de ver las señales que te lleven a él." Y parecer ser, Juani, que mi mente no desiste en soñarte y creo que las señales que me llevan a esos sueños son el amor, la añoranza, el recuerdo... Anoche volví a soñar contigo. Yo estaba con mis pájaros y tú venías del patio trasero, el de los rosales, el de los narcisos. Llevabas ese jersey negro, bordado en lila que tanto me gustaba. Ibas, como casi siempre, apresurada. El caso es que yo pensé: "Debo estar soñando porque no puede ser, ella ya no está...". Corrí hacia ti y te abracé. ¡Fue tan real, Juani! Percibí ese aroma tuyo, ese suave perfume que aún impregna tus ropas, y te sentí en mis brazos tan viva, tan tangible, tan... tan real... Tú me decías que no podías entretenerte que tenías cosas importantes por hacer, que tenías que ir a casa de tu madre... Yo acallaba tus protestas con mis besos y te respondía que nada en el mundo había más importante que ese momento, que temía perderte, que nunca te soltaría... ¡Iluso de mí! Mientras te abrazaba me despertaba y por enésima vez sentía cómo me eras arrebatada. Mis brazos seguían manteniendo la posición del abrazo, pero estaban vacíos... al igual que ese inmenso vacío que llevo dentro. En esto no puedo estar de acuerdo con mi admirado Antonio Machado cuando decía: "Si es bueno vivir, todavía es mejor soñar, y lo mejor de todo, despertar." Pero sí con quien apuntó: "El sueño y la esperanza son los dos calmantes que la naturaleza concede al hombre." Soñar contigo y la esperanza de reunirme contigo son mis calmantes. 2/12/2014



Se acerca la Navidad. Hace algunos años mi compañera y amiga Alicia me comentaba, por estas fechas, que no le gustaba nada la Navidad, que la entristecía. Yo no podía comprenderlo, la Navidad era mi época preferida, la más hogareña, la de las largas veladas al amor de la lumbre, la de los adornos verdes y rojos, la de la ilusión de la lotería, la de las copas y dulces, la de los regalos de Reyes, la del Nacimiento con sus pastores, su río y sus montañas, la de los villancicos, la de la familia reunida... ¿Recuerdas, Juani, aquella noche de Navidad en la que apagamos la tele y las luces del salón y sólo quedó el fuego de la chimenea y las lucecitas de los adornos del patio? Parecía que un centenar de estrellas habían descendido para iluminarnos tenuemente, mientras que en el equipo de música sonaba "El lago de los cisnes". Nos cogimos de la mano y no hicieron falta palabras. Tuvimos que haber repetido en más ocasiones aquel instante, pero..., claro, esos momentos no se buscan, se encuentran. Son momentos mágicos en los que sientes cómo se funden dos almas. ¿Y recuerdas todas las madrugadas del Día de Reyes, cuando las chiquillas nos subían los regalos a la cama? ¡Siempre terminábamos envueltos en bolsas y papeles! Porque, eso sí, por muy insignificante que fuese el regalo, siempre venía generosamente envuelto en su brillante y colorido papel. Ahora comprendo perfectamente a mi amiga Alicia. La Navidad ya nunca más será la misma. Este año no hay lucecitas en el patio, ni siquiera los dos acebos se han vestido con sus bolitas rojas. Sí hay adornos en la casa, Reyes y Nieves los pusieron, pero siento como que me resbalan. He perdido el "espíritu navideño" a pesar de que todos están haciendo lo que pueden para que lo encuentre. La AMPA me pidió formase parte del Jurado en el concurso de cuentos navideños que convocó en el Colegio, cosa que les agradezco profundamente. Ya sabes que siempre me han encantado los cuentos de ambiente navideño y disfruté mucho leyéndolos.


La "trotamundos" ya nos ha organizado dos viajes en estos días que se avecinan. Tu hermano quiere que pasemos Nochebuena y Nochevieja en su casa. Temo amargar las cenas si me asaltan los recuerdos. Y "las Reyes" (sí, Reyes y Nieves) se han portado generosamente: tele nueva "inteligente", móvil nuevo "inteligente", una entrada al musical con más éxito de los últimos tiempos... Pero me falta lo que nadie puede regalarme. ¡Dios mío, Juani! Te quiero tanto... Te echo tanto de menos que siento cómo me duele el alma. 20/12/2014


Mi primera fiebre sin ti. Pasaron las Navidades y los Reyes, lo estaba deseando, Juani. A pesar de que estos días han sido bastante ajetreados, los recuerdos se han abierto camino y me ha costado controlar los sentimientos que traen consigo. Creía que tras su paso todo se calmaría, pero parece ser que el estado febril potencia la añoranza, la melancolía, la pesadumbre y el recuerdo. Puede que se deba al instinto de protección que llevamos dentro. Sí, tengo fiebre, Juani. Un resfriado o una gripe, supongo. Creo que aquel médico llevaba razón cuando me decía que el estado de ánimo influye en las defensas, las mías deben estar por los suelos. "A perro flaco todo son pulgas". Años hacía que mi cuerpo no experimentaba la fiebre y en las pocas ocasiones en las que la he sentido tú también la tenías. ¡Hasta en eso nos compenetrábamos! Aunque no es de extrañar, sabíamos que si uno de los dos pillaba una gripe o un resfriado, el otro le seguiría en breve. ¿Por qué sería? Ahora, más que tus mimos y cuidados lo que echo mucho de menos es recostar mi cabeza en tu pecho. ¿Recuerdas? Sí, como la talla que hay en tu sepultura. "Y sentir en mi frente tu aliento, y bucear en tus ojos profundos, y besar con ternura tus labios, y decir sin palabras: ¡te quiero!" Y es que tu sola presencia era mi mejor medicina. Esta vez tengo que superarla sin tu ayuda, Juani. Mi primera fiebre sin ti. 9/01/2015


Tu pérdida y su abandono. Hace exactamente un año anoté sólo cuatro palabras en mi diario: "Todo se ha acabado". Y creo que esas palabras lo resumen todo, Juani. La vida, tal y como yo la concebía, se acabó aquel 16 de enero a las cuatro y diez de la madrugada. Hasta aquel entonces, aunque el diagnóstico se complicaba, aún me quedaban esperanzas. Tenía fe y tenía una confianza ciega en Él, Juani. Era mi Amigo, mi Hermano... Durante más de media vida lo primero que hacía todos los días, antes de acostarme y al levantarme, era darle gracias por todo: por mi vida, por mi familia, por mi profesión y, sobre todo, por haberte puesto en mi camino. Eras lo mejor que me había pasado en la vida. Luego, un hecho hizo que ampliase mi oración diaria. ¿Recuerdas aquella boda, hace pocos años, en la que coincidimos en la misma mesa con Salvador? ¡Cómo no recordarlo si fue a su bar al que primero entramos como novios! Siempre habíamos dicho que era el mejor barman que ha pasado por nuestro pueblo. ¡Hacía tanto tiempo que no le veíamos! Estuvimos hablando de aquella época y... ¿te acuerdas que, al acabar la comida, cuando comenzó la música se le saltaron las lágrimas? Le pregunté si le pasaba algo y todavía recuerdo perfectamente sus palabras: "Si estuviera aquí mi mujer ya estaría tirando de mí para bailar ¡Le encantaba el baile!" Me contó que hacía poco la había perdido y fue tal la tristeza que vi en sus ojos que, a partir de entonces, todos los días, después de darle gracias le pedía a mi Amigo, a mi Hermano, que no me hiciera pasar por esa prueba, que yo no lo soportaría. ¡Y qué cerca lo tenía, Juani! El pasado 3 de enero, cuando al fin se descubrió tu enfermedad y fuimos conscientes de tu gravedad, día tras día me iba a la Capilla del hospital y allí, de rodillas, llorando, le pedía que te salvara, que me llevase a mí en tu lugar. De nada sirvió. Comencé a perder la confianza en Él. No podía creer que cuando más lo había necesitado me hubiese fallado mi Amigo, y ya no sé qué me duele más, si tu pérdida o su abandono


Luego llegó lo de Ana Mari y volví a pedirle con todas mis fuerzas, con toda mi alma que, ya que había hecho trizas mi vida, no rompiese también la de Rufino. En mi desesperación le propuse cambiar mi vida por la de Ana. Todo fue inútil. Y comencé a cuestionarme el sentido de esas palabras suyas: "Pedid y se os dará". Por lo visto yo no lo merecía y eso que dudo que alguien haya pedido algo con más fervor, con más convicción, con más dolor, con más humildad, con más sinceridad que yo lo hice en esas dos ocasiones. ¿Cómo comprender que en tan poco espacio de tiempo se llevara a las dos amigas, a dos de las personas más buenas que han pasado por mi vida? ¿Cómo comprender que si Él busca nuestro bien, el mío haya de pasar por tu muerte? Algo se rompió dentro de mí aquel día. Ahora nada entiendo, me encuentro perdido y ya ni me esfuerzo por comprender. Todo lo que siento podría resumirse en este fragmento de aquella oración que surgió un atardecer de verano, sentado junto a tu sepultura: "Quisiera creer, Señor, para no desfallecer, para esperar el favor de reunirnos a los dos." Eso y la felicidad de nuestras hijas son las únicas ilusiones que me quedan. Es lo único que ya le pido y tengo que reconocer que lo hago sin convicción. Sé que al final hará lo que... lo que Él crea conveniente, sin que al parecer tenga muy en cuenta nuestros deseos y sentimientos. Sé que me estarás reprochando estas palabras y las considerarás fruto del dolor, pero es lo que siento, lo que llevo un año sintiendo. ¡Qué frágil y voluble es la naturaleza humana, Juani! ¿Quién me iba a decir a mí que mi fe se tambalearía? Creo que he perdido esa fe acomodadiza, conformista y resignada. Si encontramos respuesta a nuestras peticiones y todo nos va bien es porque se han oído nuestras plegarias y, en el fondo, creemos nos lo merecemos... "Porque yo soy bueno y Él es justo". Y si no... o es un castigo o


son sus "renglones torcidos", esos renglones que nunca he comprendido. 16/01/2015


No se valoran los pequeños momentos hasta que se convierten en grandes recuerdos. Feliz día, mi amor. "Buscaré la estrella que brillaba en tus ojos, le daré mi mano y le pediré que su luz me lleve a ti." 14/02/2015


La herida abierta. "No hay mayor dolor que recordar los tiempos felices desde la tristeza". No sé dónde leí esto, Juani, pero sé que la frase es de Dante y sé que es una gran verdad, ayer pude comprobarlo una vez más. Estuve en la Fiesta del Nazareno donde coincidí con Rufino. Ana Mari fue nombrada entre los hermanos fallecidos y Rufino se mostró más sereno que yo el pasado año cuando oí pronunciar tu nombre. Pero sé que la "procesión" la lleva por dentro. Después nos fuimos a tomar unas cervezas con los amigos y quiso la casualidad que en el bar ocupásemos la misma mesa donde tenemos una foto en la que estamos todos, tu última foto con los amigos y, también, la última de Ana Mari. Intenté alternar con normalidad pero no podía dejar de imaginarte, como entonces, a mi lado, mientras las lágrimas pugnaban por aflorar a mis ojos. Tuve que recurrir a las técnicas que me ha enseñado la psicóloga para dominar mis emociones. A pesar de todo fue una velada agradable, pero tuvieron que notarme extraño. Aún no estoy preparado para recordarte desde la serenidad y la aceptación. Aún tengo abierta la herida en el alma. 15/03/2015


Primavera. El patio ha vuelto a vestirse de amarillo, Juani. Este año sí tengo cuidados a los narcisos, hay tantos que dan para iluminar el patio, la casa, tu panteón... Aunque últimamente las plantas se me están desmadrando, el tiempo se ha echado encima y preludia una primavera que en nada me seduce. ¡Esta falta de ilusión! La psicóloga me dice que nuestras vidas también pasan por estaciones que no tienen por qué coincidir con las meteorológicas y que yo estoy en el "invierno de mi vida", un invierno largo y gris, pero que detrás de todo invierno llega una primavera. Yo no sé cuándo llegará mi primavera, Juani, lo que sí sé es que cuando llegue será muy diferente a las ya vividas, le faltará su flor más hermosa. Aún no me he acostumbrado a tu ausencia y puede que jamás me habitúe. Pensándolo bien, creo que va a ser verdad eso de las estaciones pues mi vida a tu lado fue una radiante primavera. No hubo tiempo ni ocasión para que la agostase el tórrido verano ni la marchitase el frío invernal. Fuiste, al igual que dice la canción: "Como una primavera en mi camino, un diamante caído de un cofre." Espero que, algún día, vuelva a brillar la claridad que antes había en el cielo de mi interior. Por ahora sigo en mi invierno pero me alienta la esperanza de gozar una eterna primavera junto a ti. "Sólo "tu"luz podría..." "Te amé, te amo y te amaré." 19/03/2015


El retrato. He visto en el retrato de mi amada reflejado el amor que le profeso, el divino don en su rostro impreso, su dulzura aflorando en su mirada. 28/04/2015

Su verdadera belleza estaba en su interior.


Por qué, Señor. ¿Recuerdas, Juani, esas palabras que estos días iban saliendo de mí estando ante tu sepultura? Las he "afinado" un poco y ha salido esta queja, este lamento que aunque ya no sirva para nada "lo hago por desahogar mi ánima, que cada palabra aquí asentada me sale della." Sé que no te gustará y me estarás diciendo que hubieras preferido verme en la Romería o paseando entre las Cruces de Mayo de Baeza, como hacíamos otros años, en lugar de en el cementerio. Pero no puedo, Juani, es superior a mis fuerzas. Parece ser que este dolor aumenta en proporción a las fiestas. Me siento incapaz de cumplir tu última voluntad. Tú nos uniste, Señor. Nuestros caminos cruzaste. Si en los dos triunfó tu amor, ¿por qué, Dios, te la llevaste? Si éramos uno, Señor, si a los dos nos atrapaste, si eras parte de ese amor, ¿por qué me la arrebataste? No te comprendo, Señor. ¿Qué es lo que conmigo has hecho? ¿Qué me has hecho, mi Señor? A pesar de este dolor, de derramar tanto llanto, no me arrepiento, Señor, de haberla querido tanto. 5/05/2015


Felicidades. Felicidades, mi amor. No es cierto que el primer año es el peor. También lo es el segundo. 24/06/2015

"Buscaré la estrella que brillaba en tus ojos,

le daré mi mano y le pediré que su luz me lleve a ti."


Vacaciones. Mañana, o mejor dicho, ya hoy he de enfrentarme a uno de mis mayores retos, Juani, una de mis asignaturas pendientes: veranear donde veraneábamos, bañarme donde nos bañábamos, pasear por donde paseábamos... ¿Qué le diré a Antonio, el de las tumbonas, cuando pregunte por "mi señora"? ¿Cómo decirle a la belga del Papagayo que la "mujer guapa", como siempre te llamaba, ya no volverá a sentarse junto a la mesa bajo el ficus? Y en esos paseos matutinos, cuando todo está en calma y sólo se oye el ir y venir del mar, ¿volveré a encontrarme en La Torrecilla a aquel viejo con su caña, ese al que siempre preguntabas si ese día picaban bien los peces? Y ya de vuelta al hotel, a prepararnos para irnos a la playa, ¿podré entrar en aquella cafetería y ocupar la mesa que tanto te gustaba, la del balcón, al fondo, la que parece estar colgada sobre Calahonda? ¿Me atreveré a internarme por ese laberinto de rocas buscando la calita minúscula donde nos gustaba bañarnos, la cuarta, la de la roca sobresaliendo en medio? ¿Qué sentiré cuando me sumerja en sus aguas y mis ojos te busquen para animarte a seguirme? Y tras las cervezas y la cena, en esas noches serenas, paseando bajo el Balcón entre rumor de olas y brisa marinera, echaré de menos el brillo de tus ojos, ese que hacía palidecer las estrellas. Sé que te encontraré en todos y cada uno de esos lugares, porque aunque hace ya año y medio te fuiste, siempre estarás conmigo. 6/07/2015


Orfeo y Eurídice. ¿Recuerdas, Juani, lo que te decía un mes antes de tu ida, cuando todos creíamos que lo que atravesabas era una simple y pasajera depresión? "Cuando llegue el verano -te decía- y estemos en una isla griega, sentados en una terraza de pura cal, con puertas y ventanas pintadas de azul, bajo la sombra de una parra, tomándonos unas cervezas mirando el mar a lo lejos, nos reiremos recordando estos momentos." Dentro de unos días buscaré esa terraza, me sentaré en ella con Reyes y Nieves y tú estarás a mi lado con esa camiseta azul y blanca que yo te decía que no era simétrica, e imaginaré cómo tus ojos reflejan tanto azul y tanto blanco. No, no es el crucero que teníamos proyectado, creo que jamás podría embarcarme en un crucero. Es uno de esos viajes que cada año planea Reyes y este le ha tocado a Grecia. La recorreremos por entero, incluidas algunas de sus islas. Sí, uno de esos viajes agotadores que tanto me gustan. Pensarás que no es el momento adecuado para visitar ese país. ¡Pues si supieras dónde quería llevarnos Reyes! Al final se ha impuesto la sensatez (o el miedo) de Nieves y al menos en Grecia estaremos a salvo del peor de los males: el radicalismo religioso. En realidad, todos los radicalismos son malos ya que el que es radical no ve más allá de sus propias ideas y se cree poseedor de la verdad absoluta y, por tanto, de la razón; los demás, como están equivocados, o comparten sus ideas o hay que eliminarlos, bien mediante campañas de desprestigio o por la fuerza. La historia, antigua o reciente, está llena de ejemplos de este tipo. Con lo bien que iría el mundo si cada uno creyese lo que quiera creer y respetase lo que quisieran creer los demás. Bueno, parece que ya se me ha contagiado el viejo espíritu griego y me he puesto a filosofar. Nada nuevo, ya me conoces. Siempre he preferido pensar a hablar y esa tendencia se ha acentuado desde que te marchaste.


Por otra parte, resultará interesante conocer de primera mano lo que está sucediendo en ese país. Colaboraremos con nuestro granito de arena en su recuperación, dejándonos allí nuestras provisiones de euros y, dejando a un lado la parte trágica, la inestabilidad política y económica por la que atraviesa le dará al viaje su toque de aventura. Además y sobre todo, me hace ilusión pisar en vivo y en directo esos lugares con los que soñaba cuando los estudiaba en los libros de texto. Grecia, el país de la mitología, donde nació la tragedia y la comedia, la democracia, el amor a la sabiduría, nuestra cultura, nuestra forma de pensar, nuestro ideal de belleza. Y esto último me lleva a pensar que, quizá, a esa forma de ver las cosas que nos transmitió la cultura griega, deba el que me enamorase de ti. ¿Recuerdas aquel piropo que a menudo te decía? Grecia, con sus mitos y leyendas, sus templos y palacios, sus dioses y sus héroes, el país en el que la historia, la leyenda y la literatura aparecen mágicamente confundidos, el país donde soñar despierto debe ser fácil. Si pudiera trasladarme a ese mundo griego en el que los hombres compartían mesa con los dioses, trataría de imitar (salvo en tocar la lira) al enamorado Orfeo y haría lo que él hizo: aventurarse en el inframundo para tratar de resucitar y recatar a su querida esposa Eurídice. Casi lo consigue, pero al final terminó perdiéndola definitivamente. La historia no podía acabar de otra manera, y es que es inútil tratar de remediar lo irremediable. Hasta en el mundo de los mitos y leyendas se nos enseña que es absurdo rebelarse contra la fatalidad del destino. Una lección que, al igual que Orfeo, aún no he aprendido. 5/08/2015


Azul y blanco. El viaje a Grecia, Juani, ha sido uno de los más agotadores que hemos realizado hasta ahora. No por la turbulenta situación del país, ya que todo funcionaba con absoluta normalidad, sino por la cantidad de kilómetros recorridos y lo poco que hemos dormido. A pesar de eso, ha merecido la pena. He podido pisar los lugares con los que soñaba, comenzando por la antigua Micenas. Allí, donde ahora se amontonan las piedras desgastadas por el tiempo, imaginé cómo en el mégaron, o salón del trono, cobraba de nuevo vida el soberano Agamenón, promotor de la guerra de Troya. El mismo escenario donde su esposa Clitemnestra y su hijo Orestes cometieron los crímenes que llevaron a escena Esquilo y Eurípides. En su Puerta de los Leones dejé pasar la muchedumbre que disparaba sin cesar sus cámaras y móviles y acaricié con disimulo las enormes y viejas piedras de su muralla ciclópea. He contemplado el mítico monte Parnaso, hogar de las musas. De sus faldas cuelga el Santuario de Delfos donde templos, gimnasios, teatro y estadio trepan por una pendiente imposible, mientras quinientos metros más abajo un río plateado de olivos va camino del mar. Pasé junto al ónfalos, la piedra que marca el ombligo del mundo, el punto donde se encontraron las dos águilas que Zeus mandó desde los dos extremos del mundo. Alcancé, caminando por la Vía Sacra, el templo de Apolo y sus escasas columnas me recordaron aquellas máximas que cuentan estaban escritas en él y aún no he olvidado: "Nada en exceso" y "Conócete a ti mismo". Imaginé en su interior la pitonisa, mascando hojas de laurel, entrando en trance y balbuceando frases ininteligibles que decidieron destinos, alianzas y guerras.


Pero en ningún otro sitio de Grecia un paraje humano hunde sus raíces en el mito con tanta contundencia como en Olimpia, donde tenían lugar las competiciones en honor a Zeus. Su templo hoy es un montón de tambores de columnas desmontadas, pero en sus tiempos aparecían erguidas e imponentes y albergaban una de las siete maravillas del mundo antiguo: la estatua del dios, obra, cómo no, del genial Fidias. Rodeado de ruinas, pálido reflejo de su magnificencia, si prestas atención aún puedes oír el clamor del público animando a sus atletas favoritos y el silbido de discos y jabalinas surcando el viento. Y sentí cómo casi tres mil años de historia me recibían al atravesar los Propileos, la monumental entrada a la Acrópolis ateniense. Allí me encontré con la armonía transformada en piedra. Ni los estragos del tiempo y de la historia han podido restar la inefable belleza del poderoso Partenón, la antigua morada de Atenea la Virgen, o el delicado Erecteión con sus preciosas cariátides sosteniendo el pórtico sur. ¿Cómo tamañas maravillas han podido salir de la mano del hombre? Lo que me demuestra la versatilidad del ser humano que es capaz de realizar las mayores heroicidades y, también, de cometer las más atroces vilezas.


¿Y el Egeo? Imagínate un mar de azul perfecto en el que se mira un cielo del mismo color. Y ese mar está plagado de una constelación de islas con nombres de resonancias mitológicas. Mira Delos, la del gran santuario, donde nacieron Artemis y Apolo, los dioses de la Luna y el Sol. Allí está Naxos, donde cuenta la leyenda que el dios Dionisios regaló a su amada Ariadna un collar de estrellas que lanzó al cielo cuando ésta murió. Y esa otra es Paros, un gran bloque de mármol en medio del mar. Con esa piedra dura y blanca se esculpieron maravillas como la Venus de Milo y la Victoria de Samotracia. ¿Recuerdas que las vimos en el Louvre parisino? Y en esas islas se ve un rosario de casitas de blanco inmaculado donde destacan los recuadros azules de puertas y ventanas. Y entre esas casas de pura cal asoma una pequeña y blanca iglesia coronada por una cúpula añil, para no desentonar con ese mar azul cobalto. Los griegos supieron elegir bien los colores de su bandera: azul y blanco.


Pero hay lugares donde te he echado terriblemente de menos: Sentado en lo alto de las gradas del teatro de Epidauro te imaginaba allá abajo, en la escena, oyéndote decir, gracias a su perfecta acústica, que no subías tan empinadas escaleras. Puede que su perfección me trajera asociada tu imagen. Encaramado en el monasterio de Varlaam, allá en las Meteoras, donde la singular belleza de la naturaleza unida al misticismo de sus conventos inspiran el éxtasis. Allí musite una oración en tu nombre. Lástima que fuera imposible estar solo. Y deseé estar a tu lado en esa larga (para Nieves) puesta de sol en Thera, donde me escabullí para entrar en la catedral ortodoxa y encender una vela para ti. Y mientras contemplábamos la caldera de Santorini donde las casas trepan por el borde del acantilado entre un encantador laberinto de calles empedradas, te oí quejarte diciendo que en Grecia todo eran escaleras, escaleras blancas hacia el cielo.


Pero, sin lugar a dudas, donde el dolor me traspasó el alma fue sentado en la puerta de la casita del hotel de Mikonos. Pensé que, ya que no se nos había concedido gozar juntos ese momento, eras tú la que debía estar allí sentada, admirando el azul del mar y los blancos molinos a lo lejos. Y yo en tu recuerdo. No encontré la terraza de mis sueños, Juani. Terrazas las había a centenares pero ninguna se parecía a la que yo me había imaginado contigo. Quizá exista en alguna isla apartada. Y me viene a la mente lo que el gran escritor griego, Nikos Kazantzakis, el mismo que dijo que Grecia era luz, escribió: "Dichoso el hombre al que antes de morir le haya sido dado navegar por las egeas aguas". He navegado por el Egeo y me he bañado en sus aguas, pero no por eso me siento dichoso. Desde mi particular visión de la realidad me permito cambiar sus palabras y digo: "Dichoso yo que me ha sido dado el haber podido caminar a tu lado." 20/08/2015


Muchísimas gracias a todos. Perdonad si no os correspondo como merecéis. Ahora todas las fiestas, todas las fechas señaladas son invadidas por recuerdos. "¿Por qué volvéis a la memoria mía, tristes recuerdos del placer perdido...?" (José de Espronceda). Pero yo no sería yo sin mis recuerdos. Por otra parte, si los recuerdos son una forma de amar, Juani, te estoy amando. 11/09/2015


Feliz cumpleaños. Feliz cumpleaños. mi amor. ¡Qué triste y monótono pasa el tiempo sin ti! Hace tiempo que nada escribo, Juani. Creo que he entrado en una fase de pasiva resignación sin que aún haya asimilado, ni siquiera admitido tu pérdida. Además, sería volver a escribir hasta la saciedad lo mucho que te extraño, lo mucho que te quiero, lo mucho que anhelo volver a encontrarnos. "Que aunque el tiempo, dicen, todo lo borra y calma las penas, conmigo no ha tenido tal gentileza..." No te preocupes, físicamente me encuentro bien, sólo con esa especie de vacío permanente que llevo en el pecho, como si me hubiesen arrancado, y de hecho así ha sido, una parte de mi corazón. Tampoco siento que esté deprimido, al menos hasta el punto de interferir seriamente en mi vida diaria; ni siento ansiedad ni nada de eso. Es sólo que... sigo enamorado de ti, sigo amándote con toda mi alma y no consigo acostumbrarme a tu ausencia. Como puedes deducir no es el cuerpo lo que me duele, me duele el alma. Si a esto unes los entrañables y al mismo tiempo dolorosos recuerdos que me han traído las fechas pasadas y los amargos que arrastrarán las venideras... comprenderás que no hay bálsamo que pueda curar la herida que llevo en el alma. Buscando una distracción y, sobre todo, buscando eso que hace ya tiempo perdí, la ilusión, me metí en la obra que teníamos planeado llevar a cabo el mismo año de tu muerte, aunque sabía que al finalizarla llegaría uno de esos "bajones". Creo que lo que tú querías lo hemos conseguido con creces, seguro que te gustaría el resultado. Lástima que no estés físicamente a mi lado para disfrutarla. Entretenido sí que he estado, Juani. Tras la obra vino la limpieza y no te puedes imaginar la paliza que nos hemos dado Reyes, Nieves y yo. Poniendo orden en el desbarajuste que toda obra trae, reparé en aquel archivador de cartas que te regalé cuando, siendo novios,


tuve que irme dos semanas a Jaén para hacer aquel cursillo tras las oposiciones. Eran otros tiempos: no había buenas combinaciones, no teníamos teléfono fijo y los móviles no estaban ni en la imaginación. A veces echo de menos aquellos tiempos en los que las cartas eran el único medio de estar en contacto. Con esa sensación de impotencia y dolor que siento cada vez que tengo en mis manos algo tuyo, lo abrí. En él guardabas todas las cartas que te escribí durante nuestra forzada separación. No he tenido el valor de leerlas, me detuve en la primera: una postal un tanto cursi en la que un novio levanta en volandas a su pareja. No es eso lo que me llamó la atención, sino las tres líneas que había escritas en su reverso:

"Más allá de los dos, toda la eternidad, vivirá nuestro amor." Fueron mis primeras palabras de amor escritas para ti y no las había olvidado. ¿Recuerdas que te las susurraba una y otra vez al oído cuando agonizabas? En honor a la verdad esas palabras no son mías, las cogí de una vieja canción de la que todavía recuerdo algunos fragmentos que quizá estén distorsionados por el tiempo transcurrido. He estado tentado de buscar su letra en Internet pero he desistido, prefiero conservar esos fragmentos tal y como los tengo en mi memoria, y ahora al escribirlos observo que cobran en mí un especial y trágico significado:

"Te amo con la voz y en silencio, te amo donde quiera que estés, llegan a los mundos lejanos ecos de infinito querer." Pues bien, he decidido que esas mis primeras palabras de amor que te escribí sean también las últimas. Pediré a nuestras hijas que, cuando yo me vaya, las hagan grabar bajo mi nombre.


Sé que se reirán de mí y me dirán que no es momento de pensar en eso, pero es que hay dos cosas que han quedado grabadas a fuego en mi mente tras tu muerte: La primera es no dejar nada para mañana porque el mañana no nos pertenece ya que no somos dueños de nuestro futuro y en cualquier instante puede llegar el momento de nuestra partida. La segunda es que tengo el convencimiento y la certeza de que cuando llegue esa hora para mí, partiré contento, ilusionado y feliz pensando que voy a tu encuentro.

"Eternidad hay en mi corazón al presentir un edén junto a ti, con mi amor que estará más allá de los dos, más allá del vivir."

Más allá de los dos, toda la eternidad, vivirá nuestro amor. 9/01/2016


"Salí, la puerta entorné, y con la mirada incierta, volviendo a cerrar la puerta, preso de dolor lloré. Allí dentro se quedaba toda mi ilusión, mi vida, mi felicidad perdida, la mujer que yo adoraba." Madrugada del 16 de enero de 2014.

Desapareciste de mis ojos, pero nunca de mi corazón. 16/01/2016


Me pregunto. Me pregunto si allá donde estás la noche sucede al día, si allí afloran los sentimientos, si transcurre el día a día... Y si así fuese... me pregunto si aparezco por la noche en tus sueños y de día en tus recuerdos; si añoras mi voz como yo la tuya añoro, si extrañas mis besos como los tuyos yo extraño. Me pregunto si una parte de mí se fue contigo, al igual que una parte de ti quedó conmigo; si tus labios aún me llaman, si tus ojos aún me observan. Me pregunto si me comprendes cuando me siento hundido, cuando todo mi ser ansía tenerte conmigo, cuando con desesperación mi alma desea reunirse contigo, y si tú deseas lo mismo me pregunto. Me pregunto si me escuchas cuando la soledad me oprime el corazón y allí, ante tu sepultura, hablo contigo; si te invade la tristeza cuando me atenaza a mí la melancolía, si derramas tus lágrimas al ver cómo fluyen las mías, si se regocija tu alma al ver cuánto amor hay en la mía; si sufres cuando yo sufro, si gozas cuando yo gozo, si sonríes cuando yo sonrío me pregunto. Me pregunto... ¡tantas cosas me pregunto! 21/03/2016


¿Y qué es rezar?

Me reprochan los amigos, Juani, que apenas se me ve por la iglesia, que doy de lado a las fiestas, que ni me he asomado por la romería, que ante la Capilla ya no rezo, que salir me distraería, que rezar me ayudaría... Y es verdad, Juani, que me aparto de las fiestas. En ellas los recuerdos son más intensos y tras ellos llega su cortejo: el dolor, la desesperación, la impotencia... Pero salir sí que salgo, bien es verdad que la mayoría de las veces prefiero hacerlo solo, apartado del bullicio. No sé si me entenderás, es una forma especial de soledad, es estar solo sin sentirme solo, o como dijo Byron en uno de sus poemas: eso no es soledad, es más bien comulgar, sumergirse en la magia de la naturaleza. Pero no te preocupes, no me voy a convertir en un misántropo, entre las reuniones y actividades de las asociaciones en las que aún estoy y los viajes en los que me enrola Reyes... hay días en los que echo de menos la soledad. También es cierto que ya no rezo... como casi todos los demás rezan. A pesar de la frecuencia con que voy, nunca se me ha ocurrido rezar ante tu sepultura, ni ante la imagen reflejada en tus retratos... porque nunca se me ha ocurrido pensar que, para descansar en paz, necesitases de rezos. Si tú precisases de oraciones... entonces, la mayoría necesitaríamos no de novenas, sino de centenas. A Dios le va a ser difícil encontrar otro corazón tan generoso, sencillo y puro como el tuyo. Y bien sabe Él que no digo estas palabras porque haya idealizado tu recuerdo o me ciegue el amor que te profeso. Siempre te he admirado además de amado porque siempre he sido consciente del valor que atesorabas. Me sentía tan afortunado que todos los días daba gracias por tenerte a mi lado, Él es testigo. "Cómo una primavera en mi camino, un diamante caído de un cofre..." Por otra parte, mi amarga experiencia me ha enseñado que no por mucho rezar se va a conseguir lo que se pide. Al final Él hará lo que crea conveniente, luego... ¿para qué cansosearle? Desde aquello


recurro a esa oración que me enseñó Baldomero, en tres palabras lo expreso todo. Si Él ya sabe de qué pie cojeo y lo que yo deseo... Él sabrá lo que tiene que hacer, aunque yo no lo comprenda, así que... No, Juani, ya no rezo como casi todo el mundo reza. Cuántas veces al rezar he perdido la noción del tiempo. Cuántas veces, al recobrarla allá por la vigésima o trigésima “Ave María”, me he dado cuenta de que quienes rezaban eran mis labios. Y cuántas veces me he preguntado: ¿De qué valen las palabras si no salen del corazón? ¿De qué valen las palabras si se quedan en lo que son? Palabras... palabras. ¿Recuerdas? Y en definitiva: ¿qué es rezar? "Y es oración, con la cabeza gacha, después de un desamor gemir “¡qué pena!”. Cualquier sincero suspirar del alma, cualquier contarle a Dios nuestras tristezas, cualquier poner en Él nuestra confianza... -y esta vida está llena de “cualquieras”-, todo tierno decir a nuestro Padre... todo es rezar... -¡y hay gente que no reza!" "¡Cualquier... sincero... suspirar... del alma!" Si eso es rezar, Juani,... a todas horas rezo. ¿Y qué importa dónde rezo? 11/05/2016


¡Feliz aniversario, mi amor! Bendito aquel día en el que unimos nuestras vidas. Podrá nublarse el sol eternamente; podrá secarse en un instante el mar; podrá romperse el eje de la tierra como un débil cristal. ¡Todo sucederá! Podrá la muerte cubrirme con su fúnebre crespón; pero jamás en mí podrá apagarse la llama de tu amor. (Gustavo Adolfo Bécquer)

26/07/2016


Un largo viaje Dentro de unas horas, Juani, salimos hacia un destino que, de estar tú, seguramente nos lo hubieses quitado de la cabeza. Y es que Japón no está precisamente a la vuelta de la esquina. Ya sabes que siempre, antes de emprender un viaje, me gusta documentarme sobre el lugar que voy a visitar. Es la mejor forma de prepararme para entender su arte y sus monumentos, comprender su cultura y su forma de ser. Y eso es lo que he estado intentado hacer como preludio a nuestro periplo por el "País del Sol Naciente". He leído algo de Kawabata y Murakami y al final he llegado a la conclusión de que no puedo ni quiero comprender una cultura tan dispar a nuestra manera de concebir el mundo. Me conformaré con ser un mero espectador de un mundo diferente. Observar, curiosear y ver pasar ante mí paisajes, edificios, tipos y situaciones que no podré entender pero sí respetar, admirar y disfrutar. También como parte de esa "preparación" he visto alguna que otra película de tema japonés, entre ellas "47 Ronin". Una película que si quitamos sus adornos fantásticos y esos saltos imposibles, tan del gusto oriental, está inspirada en un hecho histórico trascurrido en el Japón de principios del siglo XVIII y constituye la leyenda japonesa más famosa sobre el código de honor samurái: el Bushidö. Pero no ha sido ni su acción ni su mensaje sobre ese código de honor, al que ya conocía, lo que me ha impactado de esa película, sino una de sus escenas finales cuando uno de los ronin, o samurái sin señor, se despide de su amada antes de someterse al ritual de suicidio con honor, el Seppuku, más conocido por nosotros como "Hara-kiri". Y pensando en esto, también yo, Juani, si creyese en la transmigración de las almas y tuviese que vivir mil vidas, en las mil te buscaría, y sé que tú me estarías esperando en cada una de ellas. 30/07/2016


Quince días no son nada para pretender entender a este pueblo, Juani. Ni siquiera viviendo una vida entre ellos llegaría a lograr comprenderlos. Pero quince días si son suficientes para captar que el japonés es un pueblo fascinante que merece mi admiración y respeto. Mucho hemos visto y mucho nos ha quedado por ver. Hemos conocido a gentes, visitado lugares y vivido situaciones que han colmado mis sentidos, pero en ningún lugar experimenté lo que llegué a sentir en el Zojo-ji, ese templo de Tokio situado a unos trescientos metros del hotel en el que nos alojábamos y que descubrimos por casualidad una noche en la que nos encaminábamos hacia la Torre de Tokio. No es el templo más grande ni el más bonito de los que hemos visto, pero me sorprendió encontrar ese oasis de tranquilidad en el centro de tan descomunal urbe. El templo y los jardines que le rodean permanecen por la noche en total oscuridad, sólo lo iluminan las luces multicolores de la cercana torre y la luz de la luna cuando está en lo alto. Desde entonces, siempre que estábamos en la ciudad me acercaba a él antes de acostarme y me sentaba en la plataforma de madera que hay al subir las escaleras, en su parte posterior, la que mira a la torre. Y te imaginaba a mi lado, allí sentada, cogidos de la mano, bañados por el resplandor que la Torre de Tokio entre los árboles filtraba. ¡Cómo olvidar aquella paz, aquella soledad... y aquel brillo en tus ojos! Y cómo olvidar aquella noche cuando a eso de las doce las luces de la torre se apagaron. ¡Viste cómo entonces la luna dejaba prendidos en ella sus rayos de plata! En ese mágico instante, mientras mis lágrimas se derramaban, soñé que te besaba.

16/08/2016


Tres años sin ti. ¡Y parece que fue ayer!

"Sin ti, ni el pan ni el vino, ni la vida, ni el hambre, ni el jugoso color de la mañana tienen ningún sentido ni para nada sirven.” (Antonio Gala)


Árbol Viejo Llévame a perderme donde esté junto a ti... Caminando sobre las hojas tan sólo el recuerdo me queda. El anhelo de mirarte cuando tan sólo soñarte puedo... Ya nada me inspira. Me quedaré junto al viejo árbol, donde grabé un día tu nombre, donde me abrazo llorando a sus ramas tristes, porque no estás... Déjala volver, sin ella no podré vivir, su falta me pesará mientras yo pueda recordarla. El anhelo de mirarte cuando tan sólo soñarte puedo hoy... Mi vida ya no la quiero. Me quedaré junto al viejo árbol, donde grabé un día tu nombre, donde me abrazo llorando a sus ramas tristes, porque no estás... Coge mis dedos fríos mientras camino hacia el olvido, donde duerme tu alma... (Amadeus)

Más allá de los dos, toda la eternidad vivirá nuestro amor


Tu carta de despedida la encontré el día posterior a tu entierro en el bolsillo de mi chándal. ¡No puedes imaginar lo que sentí! Supongo que el rápido avance de tu enfermedad te impidió entregársela a Sonia. Ella no pudo leérnosla, estaba en Irlanda. Lo hizo Puri en tu Funeral.

"Sonia, redáctalo tú, no puedo hacerlo mejor, y léelo a mi muerte. Mi muerte va a ser como un sueño. Dile a mi marido y a mis hijas que aquí les estaré esperando. Les quiero muchísimo. Gracias a Dios ni mi madre ni mi suegro se han enterado. Sonia, da las gracias a mi familia de mi parte. Han hecho todo lo posible por ocultármelo, pero lo sé porque tuve un sueño muy bonito con Jesús y soy feliz. Que ellos también lo sean ahí. Ayudadlos toda la familia. Me reúno con mi padre y mi suegra. Tengo una nueva familia. Besos a todos mis amigos y familia. Soy feliz. No he sufrido nada. Gracias, Jesús. Besos. Aquí nos veremos otra vez de nuevo."



Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.