Mis viajes de antes. Italia

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Francisco Clavijo Viรณzquez


Mis viajes de antes Cuando no los informatizaba

Italia Francisco Clavijo Viรณzquez


Antes de que las nuevas tecnologías de la información y la comunicación invadiesen todos los aspectos de nuestras vidas, yo ya viajaba. Y también disfrutaba mis viajes por triplicado: preparándolos, realizándolos y recordándolos, porque siempre me ha encantado viajar y siempre me he tomado mis viajes muy en serio. De algunos de ellos conservo los cuadernos de viaje que “artesanalmente” me preparaba; de otros, las fotos tomadas en ellos; y también hay algunos de los que sólo me queda el recuerdo. En estos cuadernos haré un breve recorrido por aquellos viajes que tuvieron lugar antes de que la curiosidad y la necesidad me introdujesen en publisher, facebook, blogger, issuu, flickr… Comenzaré por Italia. Febrero de 2017


Italia En julio de 2002 Juani y yo decidimos hacer un recorrido por Italia. ¡Era nuestro 25 aniversario de boda! Fue un viaje inolvidable. Conocimos Milán, Verona, Venecia, Padua, Ravena, Bolonia, Florencia, Pisa, San Giminiano, Siena, Florencia, Asís, Orvieto, Roma, Pompeya, Sorrento, Nápoles y la Isla de Capri. Por entonces no teníamos cámara digital, así que las fotos que pongo aquí son escaneadas y no tienen demasiada calidad. Lo que sí conservo de aquel viaje, además de los entrañables recuerdos, es un cuaderno lleno de recortes de planos, mapas, fotos, y notas relativas a monumentos pegados a él. Además de las anotaciones sobre lo que nos íbamos encontrando. Un cuaderno con encanto en él que me baso para traer a estas páginas retazos de aquel viaje.

Nuestro viaje comenzó en Milán y la impresión final fue que nos resultó más bonito de lo que esperábamos.


San Ambrosio

Pero su interior de cinco naves es precioso. Las vidrieras del ábside, gigantescas. Atención al Altar Mayor. A su izquierda, visto de frente, hay un enorme candelabro de bronce del s. XIII con siete brazos.

Milán

Trayecto a destacar: Plaza Scala, con el teatro alla Scala y monumento a Leonardo de Vinci. Galería Vittorio Emanuele. Plaza del Duomo, con la Catedral y el Palacio Real. Plaza Cordusio, Vía Dante, al fondo, el castillo Sforzesco, en una de sus salas “Pieta Rondanini” de Miguel Ángel. Atravesar el castillo, se llega a un gran parque y al fondo el Arco della Pace


En Sta. María delle Grazie nos encontramos una gran cola para ver “La Cena” Precio: 6 € Otro paseo interesante es el Corso Vittorio Emanuele hasta Santa Babila.

rco San Ma

En el trayecto hemos descansado en iglesias tranquilas y deliciosas: San Marco, San Vittore

En la salida de la Galería Victor Manuel a la Plaza del Duomo (izquierda conforme se sale) hay un servicio de paninis y repostería no demasiado caro, la cerveza sí lo es. Pero merece la pena tomarse algo mientras desde los grandes ventanales se observa el Duomo. Servicios subiendo escaleras de la derecha, último piso. (pagando, claro). En Duomo cuidado con hombros y piernas. Muchos vigilantes.


Verona

A través de bellos paisajes alpinos llegamos a la ciudad de Romeo y Julieta, Verona. Construida con mármol rosa y blanco tiene un especial matiz rosado que da la sensación de que el sol se está poniendo perpetuamente.

Pza. delle Erbe con sus terrazas, columna de San Marcos y la alta torre del Comune

Pza. dei Signori con el monumento a Dante y flanqueada de palacios.

En la bonita Plaza Bra se encuentra la Arena (Coliseo en pequeño). Un río de gente avanza y nos arrastra hacia la Casa de Julieta.

La casa de Julieta se encuentra cerca de la Piazza Erbe, una compacta casona medieval con su balcón incluido y llena de pintadas, chicles y chalados.


Loggia del Consiglio

ri ei Signo d a z z a i P

nastasia A a t n Sa

Paseo delicioso por Piazza dei Signori, Loggia del Consiglio, Tumbas de los Scaligeri, BasĂ­lica de Santa Anastasia hasta el rĂ­o, con el Castel San Pietro en la otra ribera. La vista es preciosa. La torre blanca es la de la Catedral.

Castel San Pietro

Porta Borsari, unas puertas romanas en buen estado.


Venecia

A Venecia llegamos en barco de noche. Fue impactante contemplar desde el barco la Plaza de San Marcos. La plaza estaba débilmente iluminada y casi desierta. Las notas de una orquesta en la terraza de un restaurante contribuyó a crear una atmósfera casi irreal. ¡Venecia de noche! ¡Venecia contigo!

Nos adentramos por callejuelas solitarias en penumbra, y en un escaparate Juani le echa la vista a un tapiz. Veremos a ver si mañana encontramos la tiendecita. Llegamos hasta San Zacarías y nos volvemos.


De día la Plaza de San Marcos Es un hormiguero humano. Largas colas para entrar en la Basílica, subir al Campanile, entrar en el Palacio de los Dux… ¡Con lo tranquilos que estábamos anoche!

La fachada de la Basílica de San Marcos luce todo su esplendor ya que ha sido restaurada recientemente. La impresión al entrar es que estás encerrado en un cofre de oro macizo. Paredes y techos están revestidos de mosaicos dorados. El suelo estaba ondulado, me imagino que de la humedad.

La Pala dÓro o “Retablo de Oro” es impresionante. Hay que pagar

Los caballos, originarios de Contastinopla se encuentran en el museo de la Basílica. Los del exterior son una copia.

La construcción de la Basílica se inició en el siglo XI y conserva la original planta de cruz griega, inspirada en la arquitectura bizantina. Cinco grandes cúpulas de estilo islámico incrementan la majestuosidad del templo.


También nos encontramos recién restaurado el Palacio de los Dux, obra maestra de la arquitectura gótica del siglo XIV

Juani suspira ante el Puente de los Suspiros.

Ha sido una gozada atravesar Venecia andando, desde la Plaza de San Marcos a la de Roma. Rincones preciosos, vueltas y más vueltas. Multitudes en el Puente de Rialto. Tranquilidad y soledad en en callejuelas perdidas. Campo de San Polo, Campo San Rocco, Santa María Gloriosa dei Frari… Una botellita de agua nos cuesta más que un capuchino, pero hace un calor húmedo y necesitamos beber. No me fío de las escasas fuentes que encontramos.


Puente de Rialto

Recorrimos el Gran Canal en el Vaporetto 1. Tiene varias paradas a lo largo del Gran Canal. Lo cogimos cerca de la Plaza Roma hasta San Marcos. Nos costรณ 3 euros y pico, pero nadie nos pidiรณ el billete.


Sta. MarĂ­a del la Salute


Puente de Ria lto

Puente de la Academia

Dux Palacio de los

Campo San Giovanni e Paolo


Sta. María dei Miracoli

Sta. María Glori osa dei Frari

Palazzo Cavalli-Franchetti

Ca d¨Oro

Palazzo Foscari Palazzo Rezzonico


Padua

Padua es la ciudad del Santo, la ciudad de San Antonio. Todo gira respecto a él. San Antonios por todos lados, velas por centenares. Inmensa la Plaza Prato della Valle, con su canal, su césped y multitud de estatuas.

La Basílica es muy llamativa,, de estilo románico-bizantino. Cola en la Capilla del Santo para tocar su tumba, en cambio los claustros son muy tranquilos. En la plaza de la Basílica, la estatua ecuestre de Gattamelata del gran Donatello. Foto obligada.


RĂĄvena

Y Ravena es la ciudad de los mosaicos. Llegamos a esta ciudad en un dĂ­a festivo y todo estaba cerrado. San Vital lo compensĂł todo: mosaicos maravillosos de los que no podĂ­a alejarme.


No podía imaginarme el Mausoleo de Gala Placidia tan perfecto y en tan buen estado. ¡Qué sensación de paz!

Pizza deliciosa en Vía Salar, creo.


Bolonia

Bolonia es la ciudad con más soportales y más motos que he visto. Curioso el terrazo del suelo de estos soportales.

El ambiente medieval predomina en su casco histórico, Plaza Maggiore y Plaza de Neptuno. Atravesamos calles estrechas y deliciosas hasta las Dos Torres, la más pequeña bastante inclinada.

La caminata a marchas forzadas le pasa factura a Juani con una vejiga.


Atravesamos los Apeninos, preciosos, todo cubierto de bosques. Una de las cosas que más me ha sorprendido de Italia es su vegetación. Todo está verde y hay gran cantidad de bosques. Debe llover a menudo porque muchos de los árboles tienen sus troncos cubiertos de enredaderas. Autopistas por todos lados, mucho tráfico, muchos puestos de peaje. Población muy dispersa. Mucha agua, muchos ríos, mucho maíz, muchos viveros. El paisaje es agradable a la vista, estos italianos viven en un paraíso.

Florencia

Florencia es… ¡un empacho de arte! ¡Preciosa! Ver del Duomo por primera vez es contemplar la perfección. El Campanile no tiene calificativos. Tenemos suerte, la fachada de la Catedral y el Campanile están recién remozados. Los andamios van por el ábside.


Recorrer la Vía Calzaioli, pasar junto al Orsanmichele y llegar a la Plaza de la Señoría es entrar en el túnel del tiempo y llegar a la Edad Media. Pero en Florencia no puedes estar solo. Por todos lados hay turistas.

Pintores, músicos, mimos en la Plaza de los Uffizi y cola larguísima para entrar en la Galería. Vista impresionante de la Torre del Palacio Viejo. Al fondo de la Plaza de los Uffizi se sale a la orilla del Arno, el Puente Viejo se ofrece a la vista.


El Ponte Vecchio está lleno de joyerías. Desde el centro del puente hay unas vistas magníficas.


Sta. MarĂ­a N ovella


Santa Croce

Palazzo Pitti

Palazzo Medici


Pisa

Pisa tiene un conjunto de monumentos de belleza singular en la Plaza de los Milagros. A pesar de tenerla mĂĄs que vista en fotos, no deja de impresionar. El Baptisterio, la Catedral y la inigualable Torre Inclinada que sigue desafiando la ley de la gravedad.

Tanto nos hemos entretenido en admirar los monumentos de esta plaza que no ha habido tiempo para mĂĄs. Colas para subir a la torre y colas para los servicios, que por cierto son carĂ­simos.


San Gimignano

El recorrido por la Toscana es muy agradable. Campos con suaves colinas pobladas por vides, frutales, cipreses… San Gimignano es la “Ciudad de las Torres”. Llegó a tener 72, de las que hoy quedan 15. Tras recorrer Vía San Giovanni, plaza de la Cisterna, plaza del Duomo y Vía San Matteo, merece la pena desviarse por las callejuelas paralelas a estas calles principales, las vistas son preciosas.



Siena

Siena ciudad artística, ciudad de cultura, ciudad del Palio, ciudad medieval, ciudad universitaria... Situada entre colinas toscanas, mantiene inalterado su aspecto: el tiempo en Siena parece haberse detenido en el siglo XIII, cuando la ciudad comenzó a enriquecerse con un patrimonio histórico y arquitectónico que la ha consagrado a la gloria.





Asís

Localizada en el centro de Italia, en la región de Umbría, Asís es una ciudad conocida a nivel mundial como importante destino turístico de peregrinación. Considerada un centro espiritual y de paz, Asís es conocida como el lugar en el que nacieron y murieron San Francisco y Santa Clara.


Piazza del Comune


Orvieto

Situada en una colina cortada a pico se sube a ella por un funicular, aunque en su parte contraria hay una sinuosa carretera. Es muy agradable pasear por sus calles pues sus fachadas están adornadas con flores y hay muchas tiendas de cerámica. Su parte medieval está muy cuidada: Piazza del Popolo, Piazza della República...

Su catedral, joya de la arquitectura gótica, es preciosa. Llaman la atención sus mosaicos y pilastras de mármol labrado.

Por cierto, en Orvieto me comí el mejor bocadillo de “Porchetta” (cerdo) que he probado en mi vida.


El interior no desmerece la belleza exterior, con su larga vidriera en el รกbside. Atenciรณn a la Capilla de la Madonna de San Brizio y una parte de las reliquias de la Sagrada Hostia del milagro de Bolsena

Palacio de los Papas

Piazza della Repubblica


Roma

La “Ciudad Eterna” ejerce una fascinación que se nota por sus incontables visitantes. Tiene una atmósfera única. En muy pocos lugares del mundo el visitante se enfrenta con el pasado de una manera tan inmediata y poderosa. Los monumentos de épocas antiguas y el esplendor del Barroco son el contexto del agitado zumbido de motos, coches, gritos y animados cafés.


Puente Sixto

Sta. María in Tra stévere

Llegamos a Roma ya anocheciendo y como era nuestro 25º aniversario de boda, decidimos hacer una visita nocturna al barrio más animado de Roma, el Trastévere. Recorrimos la orilla del Tíber y lo cruzamos por el Puente Sixto. Sin duda que durante la noche el Trastévere es el barrio más animado de Roma: muchísimos restaurantes con mesas al aire libre, acordeones, guitarras, teatro cómico en la Plaza de Santa María in Trastévere Teatro Marcello

Seguimos por la Vía della Lugaretta y volvimos a cruzar el Tíber por la Isla Tiberina, puentes Testio y Fabrizio. Pasamos ante la sinagoga y llegamos haste el Teatro Marcello.


Roma tiene dos vĂ­as de metro donde nadie paga, ni tampoco en los autobuses. Nosotros, por si acaso, sacamos los billetes el primer dĂ­a y con ellos en los bolsillos utilizamos los transportes sin tener que volver a pagar. Arco de Tito

ino Constant e d o c r A



edro BasĂ­lica de San P

Baldaquino

Piedad

Tumba de San Pedro


Capilla Sixtina


a Patio de la Piñ

Laocoonte

elo Castel Sant´Ang


Plaza de la Rotonda

PanteĂłn

Plaza Nabona

Plaza Minerva Plaza Colonna

Sta. MarĂ­a Sopra Minerva Fontana de Trevi


Plaza Barberini

Plaza de España

Vista desde Trinita dei Monti

Plaza del Pópolo

Vía Condotti

onti Trinita dei M

Vía del Corso

Santa María dei Miracoli y Santa María in Montesanto


Vittoriale

BasĂ­lica de S. Pablo Extramuros


Coliseo

Foro de Trajano

Campidoglio

Marco Aurelio

Sta. MarĂ­a in Araco li

Foro Romano


Foro Romano

Sta. MarĂ­a Maggiore

Monumento funerario al Papa Julio II en S. Pietro in Vincoli.

S. Giovanni in Laterano


S. Giovanni in Laterano

Templo de Vesta

Sta. María in Cosmedin. Bocca della Veritá en el pórtico de entrada.


S. Pietro in Montorio y vista de Roma desde ese lugar. Circo Máximo

El último día visitamos las Termas de Caracalla. Me abruma el tamaño. Imaginárselas recubiertas de mármoles, con sus columnas y estatuas impone.

eciano Termas de Diocl

Sta. María degli Angeli aprovecha para su construcción parte de las Termas de Diocleciano. Riqueza de mármoles. Los techos desnudos dan la impresión de que se encuentran a medio hacer.


Sorrento

Positano

Al salir de Roma tomamos dirección sur. Nos dejamos Nápoles a un lado y pasamos por las laderas del Vesubio que están cuajadas de construcciones. La autopista atraviesa capas de lava negra. Positano lo vemos desde las alturas, el autobús no puede bajar a sus calles. La carretera de Sorrento a Positano es espeluznante, circulamos por cornisas con caídas al mar que ponen los pelos de punta. No hay ni una sola playa, todo son acantilados. Italia sigue siendo verde.

Sorrento


Pompeya

Pompeya, la vida de la vieja Roma detenida. La visita de hora y media, guiada, me sabe a poco. Hubiera perdonado la comida por seguir recorriendo sus calles.

Desde Pompeya el Vesubio se lejano. Fueron los gases ardientes los que acabaron con su poblaciĂłn y las cenizas y lapilli las que enterraron la ciudad el 24 de agosto del aĂąo 79.


Poco antes de salir el autobĂşs me compro un libro sobre Pompeya y me doy cuenta de lo poco que hemos visto.


Capri

Capri es pura poesía. Tiene espectaculares vistas al mar, el mar más azul que uno pueda imaginarse y un olor a pino, laurel y limón que resulta embriagador. ¡Capri es bellísima!

Desde la Marina Grande, el mayor puerto de Capri, fuimos andando hasta la Marina Piccola, en la parte contraria de la isla. Esa zona es más tranquila y el paisaje es bellísimo. El mar entre las rocas tiene todas las gamas de verdes y azules.

Nos colamos en la terraza de un hotel “La Luna” que cuesta 1.000 € diarios la estancia. Parece que hemos entrado en el paraíso y aprovechamos para hacer fotos antes de que nos echen.


Nos metemos por la puerta enrejada de un antiguo monasterio y llegamos a un mirador de ensueño. Huele a pino y a laurel, cantan los pájaros, los farallones se ven allá abajo, estamos solos y nos besamos. Me gustaría plantar la tienda de campaña bajo los pinos y no moverme de aquí en todo el verano. ¡Jamás podré olvidar estos momentos! Me siento el hombre más feliz de la Tierra. ¡Lo tengo todo!

¡Qué contraste al volver a Marina Grande! Turistas a miles.


El paseo en barca por su litoral ha sido emocionante y agradable. Un descanso para la vista ahíta de tantos monumentos. Te vuelves a sentir pequeño bajo los acantilados y farallones de esta isla de ensueño. El piloto de la barca es un maestro, nos hace rozar los acantilados y nos mete en una cueva mágica, la “Gruta Azul”

Al pasar bajo ese arco de roca le di a Juani un beso, dicen que augura

“amor eterno”.


Nápoles

Desorden y suciedad es la primera impresión que sacamos de Nápoles. El tráfico es caótico y cruzar la calle es toda una aventura, aunque lo hagas por pasos de peatones y con los semáforos a favor. ¡Y yo que creía que exageraban! Pero si se contempla Nápoles desde las alturas próximas, el panorama cambia. La bahía es bellísima con el Castell dell´Ovo en medio y la doble silueta del Vesubio al fondo.


Plaza del Plebiscito

Palacio Real

Carlos III

En la Plaza del Plebisccito que quiere recordar algo a la de San Pedro en Roma, la Iglesia de San Francisco Paula y sus columnas están llenas de pintadas. La sensación de suciedad se acentúa al estar muchos edificios construidos con un tipo de roca de color oscuro, lava del Vesubio.


Castel Nuovo

La leyenda que hay encimo de la puerta comienza: “Alfonsus Rex Hispanus…” Entre las estatuas de los reyes del Palcio Real están Alfonso de Aragón, Carlos I y Carlos III.

Castel dell´Ovo


Las calles que subiendo por la izquierda dan a Vía Toledo, una de las principales calles de Nápoles, son… abigarradas, sucias, estrechas, coloridas… Da repelús meterse por ahí.

La Galería Umberto I es parecida a la Vittorio Emanuele de Milán


Una vez leí que el cuerpo puede regresar de un viaje antes que el alma. Creo que es verdad. La mía sigue vagando por las viejas calles de Siena, los intrincados canales de Venecia, entre las esculturas de Florencia y las desgastadas piedras del Foro Romano. Y si no… ¿por qué noche tras noche sueño que aún estoy en Italia?


Índice Italia Milán Verona Venecia Padua Rávena Bolonia Florencia Pisa San Gimignano Siena Asís Orvieto Roma Sorrento y Positano Pompeya Capri Nápoles

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