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Guayaquil es un mundo cargado de historias
from Revista Cúpula
IGOR GARCÍA
Los dos libertadores de la América hispana se reunieron aquí, en Guayaquil, en 1822, para sellar la historia de nuestro continente. Este hecho enaltece a la ciudad del puerto fluvial, a la creadora de su “encebollado” tradicional y a la chispa del latinoamericano meridional que surge de su seno.
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A Guayaquil se le conoce como tierra de libertad. Fue aquí donde se escuchó el grito perpetuo de clamor independentista para encender el fuego contra la dominación española, en la Real Audiencia de Quito, y la que armó y acompañó a los ejércitos de Bolívar y Sucre en la liberación de Quito, de Lima y todo el Alto Perú, bautizado luego como Bolivia en honor al héroe venezolano. Quien pasea por la calle 10 de agosto, en la parroquia Rocafuerte, suele toparse con el monumento conmemorativo de la entrevista entre José de San Martín y Simón Bolívar, de su fraterno abrazo. La Plaza Cívica, como se le llama, resume los acontecimientos que conllevarán a la conmemoración del bicentenario de ese primer movimiento libertario en 1820, cuyo resultado fue la incorporación del territorio a la naciente Colombia, y en 1830 a la creación de la República del Ecuador. LA FRAGUA DE VULCANO Como en casi todo el territorio hispano en América, los francmasones tuvieron en Guayaquil una participación relevante en los movimientos independentistas. Todo se concretó en una fiesta el 1 de octubre, urdida por la señorita Isabela, hija de Pedro Morlás, quienes se había sumado a una conspiración pro libertad encabezada por José de Antepara, José de Villamil, José Joaquín de Olmedo, León de Febres Cordero, Miguel de Letamendi y Luis Urdaneta, estos tres últimos oriundos de Venezuela. Todos ellos pertenecientes a la logia La Fragua de Vulcano.
Qué mejor ocasión que un jolgorio en Guayaquil, ciudad de fiesta cuasi permanente del siglo XIX. Juntar allí a posibles adeptos a la causa, agasajarlos con los preparados típicos de los cangrejos, la chicha resbaladera, la sota, caballo y rey y hasta el “encebollado” para los que osaran amanecer.
La joven se dedicó a preparar las bebidas y los alimentos; escogió los mejores crustáceos para la cangrejada, los mejores granos para la menestra, la carne para asar y el arroz más blanco, de la “sota, caballo y rey”; la mejor chicha, el vino llegados desde Europa en los barcos arribados al puerto y cuidó que no faltara la botella de ron proveniente del Caribe.
Muchos se sumaron y el objetivo se cumplió la madrugada del 9 de octubre, cuando, casi sin enfrentamientos, son apresadas las autoridades españolas y neutralizadas sus tropas por la acción de una planificación secreta y una campaña de captación que ganó como adeptos a la mayor parte de los oficiales realistas y a los personajes de la ciudad de mayor relevancia. "Qué mejor ocasión que un jolgorio en Guayaquil, ciudad de fiesta"
CIUDAD GASTRONÓMICA Y TURÍSTICA A Guayaquil se le conoce como La Perla del Pacífico. El río Guayas y el mar se juntan, no como un enfrentamiento, sino en una simbiosis de amistad y entendimiento de siglos para albergar a una población alegre, sociable, acogedora, que tiene los brazos abiertos para recibir a los viajeros que deambulan los caminos del mar.
Su malecón Simón Bolívar, ahora llamado Malecón 2000, reúne al centro comercial, con hoteles boutiques, parques infantiles, el monumento al famoso encuentro entre Bolívar y San Martín y una recién inaugurada rueda moscovita, descrita como la más grande de Sudamérica. Tiene, además, atracciones como el Museo en Miniatura Guayaquil en la Historia y el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo.
Todo está unido a esta tierra del centro del mundo, cuyas características son especiales desde el ángulo que quiera verlo. El calor humano lo espera, también lo aguarda la bonhomía de su gente, el sabor de su comida, lo relumbrante de sus tradiciones y un mundo cargado de historias que no dejan de asombrar a quien las escucha.