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“La campaña acabará antes que nunca”
porcentaje de calibres pequeños en el mes de junio. Entre otras razones, por las restricciones hídricas en una fase crítica de desarrollo del producto. Esto unido a un adelanto de la cosecha ha supuesto un solape con otras zonas productoras como Murcia en su etapa final.
Este solapamiento de las zonas productoras y los calibres pequeños han provocado una bajada sostenida y regular de los precios durante el transcurso curso de cada semana. Se ha dado en todas las categorías: melocotón, nectarina y paraguayo. Este último está teniendo por primera vez y durante toda la campaña un precio más bajo que las otras frutas. Se suma a ello que se ha producido un gran acúmulo de calibres pequeños en las cámaras frigoríficas. El resultado final han sido unos precios muy bajos.
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Ustedes han pasado por las vicisitudes más extremas desde la sequía y las restricciones de agua a importantes episodios de lluvia. ¿Cómo se han conjugado estos factores finalmente en la actual campaña?
Sí, efectivamente hemos contado con todo tipo de inclemencias: altas temperaturas en la fase de desarrollo de la fruta más temprana y una sequía extrema en la que pensamos que incluso perderíamos hasta los propios árboles. Afortunadamente, este susto se ha pasado por las lluvias posteriores, pero el resultado final de la combinación de estos factores ha sido un excesivo
¿Ha sido la tónica general o algunas empresas han podido salvar esta situación?
Ha sido una tónica generalizada, pero existen muchas líneas de comercialización y algunas se han man- tenido muy bien como por ejemplo los mayores calibres. Con todo y con ello, durante el mes de junio, en las centrales hemos trabajado al 100% porque los pedidos no nos han faltado. Fluidez ha habido, menos en paraguayo.
¿Cree que la situación se va a reconducir?
Tenemos la previsión y la esperanza de que a finales de julio y agosto este panorama cambie. Creemos que el producto se va a revalorizar e incluso podría faltar fruta y ya experimentamos como las nuevas variedades que entran en producción tienen calibres mayores.
¿En qué se basa para hacer tales afirmaciones?
En primer lugar, porque estamos más avanzados que nunca y los picos de producción se van a pasar más rápido y segundo porque la afectación de las inundaciones de la Emilia Romagna se notará más en julio y en agosto. De hecho, ya empezamos a notar una estabilización de precios. Creemos que ya hemos pasado las cinco o seis semanas de calibres pequeños.
¿Han intentado desviar producto tal y como está previsto hacia beneficencia?
Sí, por supuesto se ha desviado producto a entidades benéficas, pero en este momento están saturadas de producto en fresco y por ese motivo solicitamos al Ministerio habilitar una de las diferentes vías de retirada con la que nos faculta la OCM de frutas y hortalizas. Las retiradas son mecanismos de gestión autónoma de crisis en las que cada empresa OPFH puede decidir si su fruta va al banco de alimentos en fresco, al compostaje, a la alimentación animal o a energía. Las vías de retirada son decisiones que cada OPFH decide y no necesita el aval ni el permiso de nadie. Solo existe una vía para la que se necesita la autorización del Ministerio, que otorga un cupo y es la vía de transformación en zumo para el banco de alimentos, mediante el mecanismo de pago en especie. Es decir, se pagan los costes industriales con parte del producto que se entrega al industrial. Es una directiva de la Unión Europea, pero en la normativa española es la única para la que se necesita autorización. Hemos realizado dos solicitudes por escrito al Ministerio y no han sido atendidas.
En estos momentos los bancos de alimentos están llenos de producto en fresco, no pueden admitir más porque muchos de ellos tampoco están preparados porque no disponen de cámaras. Lo que nos demandan es producto transformado y no podemos ejecutar esta vía.
¿Pero hay alguna esperanza de que puedan ser concedida esta vía o es una negativa plena?
El Ministerio nos ha dicho que es incompatible con las ayudas de la sequía, aunque nosotros consideramos que son dos aspectos diferentes, uno es un tema de mercado y el otro es la propia sequía. Además, arguyen otros dos motivos como que la media de precios de años anteriores fue más baja y que las retiradas hasta inicios de junio habían sido menores que las de los últimos años. Una absoluta incongruencia porque hasta principios de junio había una gran fluidez comercial y no eran necesarias las retiradas. El problema surgió entonces. Nosotros cuando detectamos algo, lo detectamos rápidamente y enseguida vemos que puede ir a peor, pero el Ministerio trabaja con cifras a toro pasado, y con cierto “delay”, en un subsector en el que las cosas pueden canbiar en dos días.
¿Se ha dado algún problema específico esta campaña que no sea el relacionado con la producción?
El principal escollo que hemos tenido ha sido la falta de mano de obra en el sistema y de forma generalizada. Regularmente a cada empresa le pueden faltar quince, veinte o treinta personas, pero en esta campaña ha sido algo superior porque ha sido una temporada de producción plena en la que, además este perfil de calibres singulares necesitaba más mano de obra. Ha sido un denominador común en casi todas las empresas.
Finalmente, ¿se atreve a darme una conclusión final de esta campaña?
Creo que será una campaña difícil de evaluar, sin un resultado global que sirva para todo el mundo. Irá por regiones, por ejemplo, para Murcia el resultado será positivo, pero en Cataluña y Aragón, el análisis se tendrá que hacer a nivel de cada agricultor y cada central hortofrutícola. Haciendo un examen más pormenorizado, donde haya habido mermas altas y porcentaje de calibres pequeños, el resultado será negativo, pero hay zonas en las que los calibres no han sido tan pequeños y las mermas tampoco abundantes, entonces la situación cambia y será positiva.