A.·.L.·.G.·.D.·. G.·.A.·.D.·. U.·. B.·.R.·.L.·.S.·. Unión Escocesa Nº 152 Fundada el 7 de julio de 1977 E.·.V.·. en el Vall.·. de Lima Incorporada a la Gran Logia de AA.·. LL.·. y AA.·. Masones de la República del Perú R.·.E.·.A.·.y A.·. el 20 de Mayo de 1988
“La Tolerancia”
M.·.M.·. Q.·.H.·. Luis A. Espinoza León
LA TOLERANCIA I.
DEFINICIÓN
El Diccionario Etimológico General de la Lengua Castellana dice que la palabra Tolerar viene del latín tolerare, que quiere decir soportar, sufrir, aguantar, padecer. El escritor Masón Lorenzo Frau Abrines, en su Diccionario Enciclopédico de la Masonería, conceptúa sobre la tolerancia de la siguiente manera: Tolerantismo- Hábito de respetar las opiniones en cualquier materia, opinión de los que creen que debe permitirse en cualquier estado el ejercicio libre de todo culto religioso, y respetarse la opinión y manifestación de todas las ideas político-sociales. El Masón Francois Marie Arouet le Jeune, más conocido como Voltaire, en su “Tratado sobre la Tolerancia” dice:, “La Tolerancia es un sentimiento que surge con motivo de las diferencias morales de los individuos, pero además es uno de los más nobles sentimientos, ya que significa procurar comprender, en la medida que nos sea posible, las ideas, los sentimientos y los actos ajenos; respetando aún aquellos actos, sentimientos e ideas que no podamos comprender o compartir, siempre que no tengamos motivos para que ellos nos parezcan francamente malos y no tiendan a imponernos indebidamente ni en los juicios ni en los sentimientos ni en la acción”. La tolerancia si es entendida como respeto y consideración hacia la diferencia, como una disposición a admitir en los demás una manera de ser y de obrar distinta a la propia, es a todas luces una virtud de enorme importancia. II.
TOLERANCIA Y MASONERÍA
En Masonería, donde se fomenta y práctica las virtudes, la tolerancia es una garantía de convivencia entre seres humanos libres e iguales y de tan distintas formas de pensar, sentir y actuar en lo político, lo religioso, lo social, etc. Se exige como una obligación “voluntaria” para quien escucha las posiciones del otro, a fin de comprender sus conceptos y entablar -por ejemplo- un debate razonado, de altura, exponiendo al mismo tiempo los propios, de todo lo cual todos buscamos extraer, como individuos y como logia, siempre conclusiones positivas. La tolerancia en Masonería ha de ser un medio de equilibrio natural, de modo que el "tolerado" sea responsable de sus actos, y no abuse de la tolerancia de la que puede ser objeto. De esta forma, el "Tolerado" ejercerá su derecho inalienable a expresarse libremente y al mismo tiempo su obligación de hacerlo de manera respetuosa y fraternal; por su parte, el "Tolerante" ejercerá su derecho de ser respetado en cuanto a sus principios por el "tolerado" teniendo a su vez la obligación de escuchar con serenidad y atención los conceptos de éste, según lo señalado en el punto anterior. Tolerancia y Respeto a la diversidad de ideas son principios inalterables de la Masonería, que admite en su seno a individuos de todas las razas, religiones, costumbres, posturas filosóficas y credos políticos como muestras de esa amplia gama del pensar y sentir humano a cuyo desarrollo ha orientado históricamente sus objetivos. La Francmasonería tiene por principios la tolerancia mutua, el respeto a los otros y a uno mismo y la libertad absoluta de conciencia. Se rehúsa a efectuar afirmaciones dogmáticas, no para limitar la libertad de pensamiento y de conciencia de sus miembros; sino al contrario, para garantizarla y fomentarla en un ambiente cordial y de convivencia constructiva. La Masonería se basa en el respeto a las ideas y decisiones de
todos los hombres. No es un sistema basado en el dogma, ni en el sectarismo, mas una organización donde el respeto a la expresión de la Conciencia individual es absoluto; donde la Libertad es un principio convertido en hechos cada día y donde la Igualdad es un ideal continuamente renovado con la práctica cotidiana. La Tolerancia se describe con claridad, se interpreta con elocuencia, pero de práctica difícil. No obstante, cabe decir que esta "dificultad" en la práctica de la tolerancia es propia de la práctica de cualquier virtud o cualidad humana. Cuando hablamos sobre tolerancia, los masones expresamos todo aquello que en teoría hemos aprendido dentro de la Orden, en cuanto a lo que debiera ser su ejercicio. Sin embargo, podemos ver que muchos HH:. son cada día más intolerantes con los demás y sobre todo con sus iguales, especialmente en el campo de las ideas filosóficas que defendemos individual o colectivamente. Muchas de las divergencias o discrepancias que se producen en nuestras Logias y Obediencias provienen de la intolerancia hacia los pensamientos expresados por otros HH:., llegando a presentar actitudes hostiles hacia aquellos que no opinan como nosotros. El origen de nuestros males proviene de una sociedad donde impera un estado permanente de alienación a un sistema social que arrincona los valores humanísticos, que releva la comunicación franca y personal, que llena de desconfianza y desinterés por los demás, en fin, que produce a la postre una desestimación de sí mismo. Cuando se llega a la masonería y se encuentra un ambiente de compromiso con la idea de la fraternidad, el ego se desata, intenta sobreponerse a la situación en la sociedad, y muchas veces cae en la vana sensación de superioridad frente a sus hermanos. Se confunde la humildad de los HH:. con debilidad; la discreción con la ignorancia; el gesto afectuoso con la adulación. Muchos se pierden en ese camino. De ahí que nuestro ideal de Tolerancia se ve confrontado cada vez más a la intolerancia real de aquellos que en un diálogo de sordos, defienden sus posturas y ni son escuchados ni escuchan a los demás. Esa es una de las cuestiones que provocan la separación entre las Logias y las Obediencias entre sí. Esto tal vez quiera decir que hay cada vez más personas que no obstante haber sido recibidas en la Francmasonería no han dejado, ni pretenden dejar, su condición profana. Pero esto no solo no menosprecia la Tolerancia como un valor primordial del ser humano, cultivado y mantenido por nuestra Orden, sino que la exalta aun más y nos lleva a poner manos, mente y corazón a la Obra, a fin de defenderla con todavía mayor fuerza y vigor para ser ejercitada como una forma de vivir pensar y actuar, dentro y fuera de la Orden. Para concluir RR:. y QQ:. HH:., en ningún momento la tolerancia significa aceptar los errores del otro, San Agustín decía: "perdonad a los que yerran; combatid, dadle muerte a los errores". Preparado M:.M:. Q:.H:. Luis A. Espinoza León Bibliografía: Gran Log:. Sob:.de Libres y Aceptados Masones de Venezuela.