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EDITORIAL
30 AÑOS DE EVOLUCIÓN DEL SECTOR DE LOS RCD EN ESPAÑA
Entre 25 y 30 años se estima que en España comenzó el interés por los residuos de construcción y demolición, un material de desecho que hasta entonces nunca había significado un problema, depositándose en vertederos municipales o simplemente tirándose en el campo o en cualquier cuneta, algo que hoy en día sigue ocurriendo con más frecuencia de lo debido y esperado.
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Actualmente, los RCD tienen hasta una definición: Cualquier sustancia u objeto que, cumpliendo la definición de “residuo”, se genere en una obra de construcción o demolición. En la práctica, todo material sobrante en una obra de demolición, construcción y/o rehabilitación que no puede ser utilizado, dividiéndose en RCD pétreos, donde se incluyen la tabiquería, azulejos, baldosas, soleras y estructuras de hormigón, asfalto, ladrillos, etc. Por su parte, también se incluyen los RCD no pétreos, como el papel, cartón, plástico, madera, metales, estructuras de yeso, voluminoso, etc., así como los residuos peligrosos, que también aparecen con frecuencia, como son los botes de pinturas, las siliconas, amiantos, etc.
Acompañando a las definiciones aparecieron las normas, como el Real Decreto 105/2008, la Ley 7/2022, el Real Decreto 553/2020, el Plan Estatal Marco de Gestión de Residuos PEMAR 2016-2022, la Orden APM/1007/2017 o la Guía para la rehabilitación de huecos mineros con RCD. A todas estas hay que sumar la legislación autonómica propia de un país como España dividida y gestionada por 17 Reinos de Taifas.
La Unión Europea ha sido la que verdaderamente ha potenciado la reutilización de los residuos de construcción y demolición y se ha volcado en obligar a darles una segunda vida como áridos reciclados. Aunque la valorización de RCD llevara en España muchos años, siempre se iba a la cola de Europa y ha tenido que ser la UE quien, a través del concepto Economía Circular, diera el empujón definitivo para entender a este residuo como una oportunidad en el sector constructivo. De hecho, el 30 de mayo de 2018 lanzó la Directiva (EU) 2018/851 del Parlamento Europeo y del Consejo, donde se revisan algunos artículos de la Directiva Marco de residuos con el objetivo de avanzar en la economía circular, armonizar, mejorar la información y trazabilidad de los residuos y reforzar la gobernanza en este ámbito de todos los países que conforman la Unión Europea. RCD Asociación y el anterior Gremio de Entidades del Reciclaje de Derribos (GERD) también han tenido mucho que ver en la evolución de este sector en España, contando actualmente muchas comunidades con su propia asociación de recicladores y valorizadores de RCD que luchan por sus intereses en la región en la cual están instalados.
Sin embargo, queda mucho que hacer. España sigue a la cola en Europa respecto a la trazabilidad de sus RCD. Los vertidos ilegales siguen siendo habituales y mucha parte del problema se debe a que las diferentes administraciones ni se implican como deberían ni cuentan con medios para ello. Sin embargo, desde que Europa ha marcado la senda, todos los países deben adaptar sus normativas y quehaceres a sus dictados, lo que está empezando a corregir algo este control inicial de los residuos generados en las demoliciones, obras, rehabilitaciones, vaciados o desmantelamientos.
El siguiente problema es la segunda vida que deberían tener estos residuos con idea de reducir las extracciones, minimizar los vertidos y alargar la vida útil de los distintos materiales todo lo que sea técnicamente posible. Diferentes estudios y guías se han publicado desde hace unos años hasta ahora, siendo quizás las más conocida la Guía Española de Áridos Reciclados Procedentes de RCD del GERD, la Guía sobre Gestión de Residuos de Construcción y Demolición de AEDED, la Asociación Española de Empresarios de Demolición, o el manual Usos de Áridos Reciclados Mixtos Procedentes de Residuos de Construcción y Demolición del Ihobe, entre otros muchos.
La utilización de los áridos reciclados en las diferentes obras, tanto de tipo público como privado, es ya una realidad en alguna comunidad española. El problema es que mientras algunas ya tienen regulaciones incluso para esto, otras se encuentran todavía en parihuelas, no contando ni con ordenanzas para el control de residuos y menos para su reutilización en las diferentes obras y aplicaciones.
En definitiva, el sector se mueve en España impulsado por Europa aunque a diferentes velocidades en función de las distintas comunidades. En general, mucho más lento de lo esperable, pero de una forma más interesada y activa que hace una década. Habrá que esperar una década más para alcanzar la media europea.
LA UTILIZACIÓN DE LOS ÁRIDOS RECICLADOS EN LAS DIFERENTES OBRAS, TANTO DE TIPO PÚBLICO COMO PRIVADO, ES YA UNA REALIDAD EN ALGUNA COMUNIDAD ESPAÑOLA. EL PROBLEMA ES QUE MIENTRAS ALGUNAS YA TIENEN REGULACIONES INCLUSO PARA ESTO, OTRAS SE ENCUENTRAN TODAVÍA EN PARIHUELAS, NO CONTANDO NI CON ORDENANZAS PARA EL CONTROL DE RESIDUOS Y MENOS PARA SU REUTILIZACIÓN EN LAS DIFERENTES OBRAS Y APLICACIONES
EDITORIAL
/ Nº 102 / JULIO - SEPTIEMBRE 2022 DEMOLICIÓN & RECICLAJE