EXPOSICIÓN TEMPORAL Castillo Gala Dalí de Púbol
Púbol de Gala. Ilusión y realidad 03
Las formas de Gala LUCIA15MONI
MONTSE AGUER TEIXIDOR
El Castillo Gala Dalí o Púbol de Gala, una casa-museo y un retrato singular 09
JORDI ARTIGAS CADENA
El amor por Italia como telón de fondo del Castillo de Púbol 25
BEA CRESPO
El punto de partida de esta exposición, creada con rigor científico, pero también con voluntad poética, es Gala. Gala, y Púbol como imagen de Gala. La dama del castillo, la mujer visible, misteriosa e intelectual. La mujer libre, la mujer que declara que con el tiempo se convertirá en una leyenda y a la que Dalí lleva con los ojos vendados a Púbol para ofrecerle el castillo como regalo. Ella lo acepta con una única condición: solo podrá visitarla por invitación escrita.
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M
Púbol de Gala. Ilusión y realidad
e gustaría, en este breve texto, adentrarme y compartir las diferentes líneas argumentales y de investigación que nos han llevado a definir la exposición que presentamos en Púbol: Púbol de Gala, título que nos da el propio Dalí en uno de los pergaminos que componen la mesita-lucerna de la Sala del Piano del castillo.
MONTSE AGUER TEIXIDOR, DIRECTORA DE LOS MUSEOS DALÍ
En esta exposición hemos partido de un retrato de Gala, un retrato enigmático sobre cobre, un cobre que le otorga una luminosidad diferente a la de la tela. Esta pintura, de alrededor de 1976, se presenta por primera vez en la Galerie André François Petit de Paris en 1977. Un año más tarde, en una exposición en el museo Guggenheim de Nueva York, el Retrato de Gala se muestra con un marco suntuoso, estilo Luis XV, con sus característicos filos y doraduras [Fig. 1]. A Dalí le gustaba escoger los marcos para algunas de sus pinturas. Tenemos ejemplos destacados en el Teatro Museo Dalí de Figueres, como Autorretrato, 1921, o El espectro del sex appeal, c. 1934. Para esta exposición hemos buscado un marco que singulariza la pieza y le otorga especial identidad.
Si nos adentramos en el retrato, vemos a una Gala con un vestido estampado rojo, de reminiscencias rusas, en el que el dorado también está presente. Una Gala dandi, a la moda, con un vestido de Elizabeth Arden New York y un collar de bisutería con imitación de turquesas, el mismo que
Fig. 1 Gala ante el Retrato de Gala en el museo Guggenheim de Nueva York, 1978. Fundació Gala Salvador Dalí, Figueres
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REALIDAD 4
En un segundo estadio, investigando el suplemento del periódico The American Weekly para el cual Dalí elabora una serie de portadas singulares , en el ejemplar del domingo 9 de enero de 1938, en el artículo «Social Life», Dalí presenta una obra secuencial, casi cinematográfica, con diferentes escenas [Fig. 2]. En la parte superior izquierda, representa un castillo, un castillo como de cuento que, visto desde el momento actual, es interesante por la mención que hace en el texto que acompaña a la portada, donde Dalí parece hacer una premonición del Castillo de Púbol, de la promesa que le hace a Gala en Italia: un castillo para los amantes, y para la dama, que busca de manera obsesiva la soledad y también la Enlibertad.elmismo periódico, en el artículo «The American City Night and Day by Dalí» de un número anterior, del 31 de marzo de 1935, consta una declaración que resulta significativa a la hora de diseñar esta muestra en Púbol: «[Dalí] Declara que su obra se asemeja a la de los locos y los médiums. La diferencia entre un loco y un superrealista es que el loco
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lleva en la fotografía de 1978. Una combinación cromática que llama la atención y es elegante a la vez. Un vestido representativo que Gala repite en ocasiones que ella considera especiales, como el día de la inauguración del Teatro Museo Dalí de Figueres, el 28 de setiembre de 1974. No es, sin embargo, la Gala soñada, ni idealizada, es una Gala real, casi hiperreal, una Gala que el artista representa de acuerdo con una de las fotografías que Marc Lacroix tomó en Púbol en 1971.
El retrato, que precisa de una larga contemplación, se impregna del trompe l’œil, el juego visual, óptico, tan presente en la obra de Dalí, y en especial en Púbol. La realidad es una y otra a la vez. Gala está pintada en un lienzo, un lienzo no real, sino pintado, que tiene como soporte un cobre, un cobre que confiere una transparencia única al retrato en general y, a las texturas y a los colores cálidos y brillantes del vestido en particular. Dalí muestra una representación dentro de otra distinta, del lienzo reproducido al cobre corpóreo. Y, además, como hace normalmente en Púbol, utiliza el trompe l’œil en el fondo, un fondo con una pared desconchada que seguramente alude al castillo.
Fig. 2 The American Weekly, 9/01/1938, Nueva York Fundació Gala Salvador Dalí, Figueres
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confunde dos mundos: ilusión y realidad, mientras el superrealista conoce la diferencia». Precisamente, esta diferencia entre ilusión y realidad, tan daliniana, tan surrealista, es la que nos lleva a crear dos ámbitos bien diferenciados en la exposición, así como a incluir unos minutos de
En la primera parte de la muestra, entrando a mano derecha, la que definimos como la de «la ilusión», exponemos dibujos relacionados con Púbol, el castillo proyectado por Gala y Dalí. En algunos de ellos, que no se habían expuesto nunca antes, aparece Gala, una Gala idealizada o esbozada en la glorieta, en el jardín o con un ciprés y el símbolo heráldico y real de la flor de lis. Una Gala que contempla las rosas, que nos remiten a las rosas de su infancia en Crimea, una Gala que se integra con la obra como en los proyectos para el techo del castillo o una Gala rodeada de trompe l’œils, que tan bien definen Púbol y esta dicotomía ilusión/realidad, que envuelve siempre al binomio Gala/Dalí. Una Gala, con su icónico lazo, una Gala que remite a la dama de un fresco conocido como Il gioco della palla (El juego de la pelota) del Palazzo Borromeo de Milán, datado probablemente entre 1445 y 1450 [Fig. 3]. La misma dama/Gala que protagoniza este estudio y que nos recuerda la influencia de los palazzi italianos y los châteaux franceses a la hora de concebir Púbol.
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proyección del documental El refugio de la mujer visible (1982 1989), dirigido por David Pujol y producido por la Fundació Gala-Salvador Dalí, en el que se profundiza en Púbol y en Gala y Dalí.
En el segundo ámbito, a la izquierda, en la vitrina, se muestra «la realidad», a la que hemos aludido al principio del texto, con el retrato de Gala sobre cobre, acompañado del vestido y del collar, y de la foto con incisiones que sirvió de modelo para la pintura y que nos acerca al proceso creativo de Dalí. Un retrato de una Gala real, encuadrada en una tela que es una ilusión óptica con un fondo trompe l’œil, que podría ser Púbol, que nos mira y mira el ineludible paso del tiempo. Púbol, Púbol de Gala en este caso, es el espacio más escenográfico de los Dalí y muy ligado a Gala y a su fuerza vital. Es también el lugar donde se hace más evidente la participación de Gala, tanto en su concepción como en su proyección, ya que para ella es un lugar muy deseado. En este sentido, en una carta a Emilio Puignau, constructor y amigo de los Dalí, el 17 de febrero de 1970, Gala escribe: «Como ya se habrá dado cuenta, Púbol es mi “caballo de batalla”; el nuestro, mejor dicho. Me cautivan las posibilidades que esta casa en ruinas puede ofrecer, aunque de ella puede
salir también un monstruo. Hasta ahora, trabajando los dos siempre hemos triunfado en Portlligat. Esta pequeña casa se ha vuelto famosa, se ve reproducida por todas partes, todavía hoy. Por lo tanto, tenemos una gran responsabilidad de un nuevo y grandioso éxito, usted y yo.» 1
Esperemos que esta muestra permita al visitante acercarse a un mundo particular, mítico y real, poético, que nos habla de Gala y de Dalí, y de un universo creativo y vital propio, singular, escenográfico. Gala vista por Dalí, vista por nosotros, y vista por si misma o tal como ella quería que la viésemos, entre la ilusión de ser y la realidad de existir.
1 Carta de Gala a Emilio Puignau, autógrafa, 17/02/1970 (Figueres, Centro de Estudios Dalinianos, Fundació Gala Salvador Dalí, ID. 40617).
Y REALIDAD 8
Fig. 3 Il gioco della palla, c. 1445 1450, Palazzo Borromeo, Milán
DE
PÚBOL GALA. ILUSIÓN
La casa es el lugar donde el habitante sitúa su vida para crear un hogar». 1 Es decir, el habitante toma posesión de un espacio separado del mundo exterior por una caja de muros, lo manipula y lo utiliza para adecuarlo a su modo de vida y, finalmente, lo dota de significado. Son sitios concretos, personales e íntimos. Lugares en los que
1
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«
Gustau Gili Galfetti, Mi Casa, mi paraíso. La construcción del universo doméstico ideal, Gustavo Gili, Barcelona, 1999, p. 7.
El Castillo Gala Dalí o Púbol de Gala, una casa-museo y un retrato singular
JORDI ARTIGAS CADENA, COORDINADOR DE LAS CASAS-MUSEO DE PÚBOL Y PORTLLIGAT
EL CASTILLO GALA DALÍ O PÚBOL DE GALA, UNA CASA-MUSEO Y UN RETRATO SINGULAR 10
quién habita tiene plena potestad para plasmar su propia concepción del Elmundo.grado de implicación del habitante en la construcción de su hogar determina su singularidad o rareza con relación a otros hogares; pero, sobre todo, muestra una forma de ser concreta. Así, incluso cuando la implicación parece ser mínima, pensemos por ejemplo en el caso de un habitante estándar que se instala en un apartamento estándar, la personalización de los espacios es suficientemente significativa para poder captar su personalidad: colores de pared, disposición de muebles, tipos de muebles y de iluminación, espacios de servicios y su relación con el resto de las estancias, etc.
Fotografías de Gala y lámpara modernista de Émile Gallé. Biblioteca del Castillo Gala Dalí de Púbol
3 Véase la valoración del hecho arquitectónico que se hace en: Isabella Palumbo, Michèle Caroline Heck, Christophe Morin et al., « Lieu architectural », en Jean Gribenski, Véronique Meyer, Solange Vernois, La maison de l’artiste: construction d’un espace de représentations entre réalité et imaginaire (XVIIe XXe siègles), Presses Universitaire de Rennes, Rennes, 2007, p.13 105.4
Pero la casa también es un espacio simbólico en el que confluyen las relaciones de su habitante con el mundo exterior 2 y el lugar donde han acontecido los hechos de una vida concreta, de un momento histórico concreto, con sus valores, sus necesidades, sus contradicciones y sus proyecciones hacia el pasado y el futuro.
Cit. supra, n. 2, p.38 39
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En cualquier caso, los elementos básicos que determinan la conversión en museo de una casa privada giran en torno a varios ejes, por un lado, el vínculo inseparable con una construcción arquitectónica 3 y un lugar geográfico concretos que tienen una significación específica, esencial, en el caso de Salvador Dalí; por otro lado, existe la capacidad de ofrecer al visitante una experiencia de sugestiones que, favorecida por la curiosidad hacia la intimidad ajena y la contextualización de los objetos, genere emociones y deseo de conocimiento. En este punto es primordial la idea romántica de genio, personificación de unos valores y cualidades que todo el mundo reconoce o admira, que convierte al personaje y lo que le rodea en un todo extraordinario. En el caso de las casas de artista, debe tenerse en cuenta también la idea tradicional que divide el proceso creativo entre la concepción, la ejecución y la obra de arte final que eclosiona en el taller. 4 La principal especificidad de una casa de artista radica, de forma genérica, en la posibilidad de mostrar/interpretar el proceso creativo y disfrutar de la obra de arte; dos hechos que pueden generar niveles de lectura muy
Por tanto, las casas de la vida de una persona pueden ser una base documental e instrumental para convertirse en herramientas de conocimiento y divulgación multidisciplinar. Es en este punto donde entra en juego el concepto de casa museo para una sociedad del siglo XXI.
2 Veáse Pascal Griener, « Prendre la distance: Le Musée d’Artiste et les défis du XXIe siècle » en Yves Bergeron, Octave Debary, François Mairesse, Ecrire l’histoire des musées à travers celle de ses acteurs, ICOFOM, París, 2019, p. 35 42.
En el caso de Salvador Dalí, la implicación personal en la concepción y la construcción de los espacios arquitectónicos es tan importante como para leer la casa como una obra de arte en sí misma, un acto de creación finalizado, más allá de un continente de objetos personales o un espacio de habitación. La aproximación del visitante a las casas de Salvador Dalí puede comportar un disfrute o un rechazo estético, pero, además, también puede generar un proceso de reflexión en torno a las propuestas intelectuales del artista y su repercusión desde su época hasta nuestros
La sede de Púbol de los Museos Dalí, la casa museo Castillo Gala Dalí, presenta todos los elementos mencionados con una serie de recursos interpretativos entre los que destaca la exposición temporal. Desde su puesta en marcha, el espacio expositivo temporal se ha consolidado como uno de los recursos de interpretación más eficientes: permite consolidar el discurso de la propia casa museo sin alterar la obra escenográfica de Dalí, pone en valor su colección, muestra al visitante los resultados de diferentes líneas de investigación del Centro de Estudios Dalinianos, y es un observatorio para valorar la incidencia en el visitante de las diferentes temáticas tratadas.
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elemento de las casas museo que las hace especialmente atractivas es su capacidad, casi intrínseca, de trasladar el protagonismo del curador a la mirada del observador; un hecho que permite al visitante ver lo que tiene alguna razón para ser visto, lo que cree que va a ver. 6
«Vemos aquello que tenemos motivos para ver, por encima de todo, aquello que tenemos el convencimiento que veremos» Salvador Dalí, «Total camouflage for total war», Esquire, Nueva York, vol. XVIII, núm. 2, 08/1942, p. 130. Traducido en: Obra completa, vol. IV, Ensayos I, Destino, Fundació Gala Salvador Dalí, Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, Barcelona, Figueres, Madrid, 2005, p. 503.
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5 Laura Castro, « Demeures d’artistes et ateliers, une muséalisation paradoxale : une réflexion sur quelques cas au Portugal », Culture & Musées, núm. 34, 2019, p. 171 198 Enlace: https://doi.org/10.4000/culturemusees.4064 [fecha consulta: 22/04/2022]
diversos según el objetivo de la musealización y la forma de transmitir la memoria del artista. 5
Otrodías.
Salvador Dalí, Proyecto para la Sala del Piano y el baño de Gala, c. 1969. Fundació Gala Salvador Dalí, Figueres
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La exposición Púbol de Gala es un ejemplo paradigmático. Por un lado, refuerza la narrativa propia del castillo centrada en la idiosincrasia y los deseos de Gala: el castillo como reflejo de una personalidad amante de su independencia que, pese a la discreción pública y los miedos íntimos, tiene una clara voluntad de ser protagonista de su existencia, un convencido deseo de compartir un proyecto vital con Salvador Dalí y una determinación firme de potenciar el genio del artista. Asimismo, muestra las evidencias documentales de la toma de posesión de un espacio arquitectónico medieval para dotarlo de un nuevo significado en función del ideario vital de la pareja Gala Dalí. El visitante ve de primera mano el papel de Salvador Dalí como autor de un singular proyecto arquitectónico y de interiorismo en un momento de su vida en el que Gala tendrá que compartir protagonismo y dedicación con el Teatro Museo Dalí de PorFigueres.último, el planteamiento expositivo, estructurado a partir de la idea de que lo expuesto fotografías, documentos, indumentaria y dibujos nos sitúa ante la dualidad ilusión/realidad, es una incitación, en un momento ya muy avanzado en el recorrido, a reiniciar la visita por la sala 1 de la casa museo. Volver a visitar el castillo después de ver la exposición permite, en una experiencia lúdica, descifrar una realidad, sugestionar la memoria inmediata y verificar sobre el terreno lo que Dalí proyectó desde su estudio. Paralelamente, la imagen de Gala de los dibujos, la musa ideal en su torre de marfil de Púbol, y el retrato hiperrealista nos hablan de la ilusión del tiempo que emana de todos los recursos decorativos del castillo. Cada uno de los dibujos refuerza la sensación de que la casa-castillo de Púbol, a diferencia de la casa taller de Portlligat, es una habitación propia para Gala donde el tiempo se detiene y se reencuentra.
La exposición Púbol de Gala es un recurso que estimula la capacidad de descubrimiento y observación de lo que cada uno quiere o puede ver a través de la casa-museo del Castillo de Púbol. Es una propuesta para experimentar la ilusión de la realidad a través de los juegos ópticos y la imaginación creativa. Es una forma de poner énfasis en la perseverancia de Salvador Dalí a la hora de crear una obra exclusivamente para Gala.
BEA CRESPO, CENTRO DE ESTUDIOS DALINIANOS
1 Traducido de: Cheri Gaulke, «Acting Like Women: Performance Art of the Women’s Building», High Performance 3, 3 4, otoño 1980.
E
n un juego de máscaras al infinito, Gala es muchas Galas. Es musa y creadora, esposa abnegada y femme fatale, dandi y gestora. Es la mujer que inspira los versos más cautivadores y oscuros de Paul Éluard y la Belle jardinière de las pinturas murales de Max Ernst en Eaubonne. Es la mirada que atraviesa las fotografías de Man Ray, la inteligencia que deslumbra a Giorgio de Chirico y la manzana de la discordia entre los surrealistas. Y es, por encima de todo, Gala Gradiva,
Cheri Gaulke, artista visual
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Las formas de Gala
«Performance no es un concepto difícil para nosotras. Estamos en escena cada momento de nuestras vidas, actuando como mujeres.» 1
2 Dedicatoria de Salvador Dalí a Gala. Salvador Dalí, The Secret Life of Salvador Dalí, Dial Press, Nueva York, 1942.
En palabras de Estrella de Diego, cuando Gala hace de modelo actúa como una performer, participa en la construcción de su imagen. Según la autora, Gala es una suerte de dandi que hace de sí misma su propia obra de arte. 3 Por lo tanto, nos encontramos ante una modelo que es dueña de su cuerpo y que decide activamente quién la representa y cómo. Quiere pasar a la historia como una leyenda 4 pero a diferencia de Salvador Dalí, en apariencia eminentemente exhibicionista, la intención de Gala es permanecer secreta dentro de su secreto y dejar que las imágenes hablen por ella. Así queda manifiesto en una de las contadas declaraciones que concede a la prensa y donde se refiere a tres pinturas de Salvador Dalí que la definen: «Yo soy el retrato de mí misma. Yo soy la Vu de dos desnuda. Soy la Apoteosis de Homero, y soy La cesta de pan.» 5
3 Estrella de Diego, Gala Salvador Dalí. Una habitación propia en Púbol, Museu Nacional d’Art de Catalunya, Barcelona, 2018, p. 150.
Podríamos decir que Gala se entrega a los seres que ama y que le aman y que, en este darse, lleva a cabo su cometido más personal e intransferible: la creación de su propio mito. Se entiende aquí el verbo «amar» en el más amplio de los sentidos, no sólo en su vertiente romántica. Algunos la veneran con el cuerpo, otros con el alma, unos con la pluma y otros con el pincel o el objetivo de una cámara. Pero sólo uno, Salvador Dalí, amará a Gala de todas las formas posibles y será capaz de inventar otras nuevas. Lo importante, en cualquier caso, es que la fascinación, la curiosidad, el apasionamiento, sean bidireccionales. Y que, en ese «maravillarse» mutuo, todas las partes alcancen la excelencia.
4 «Quiero pasar a la historia como una leyenda. Cuando todo termine, cuando todo lo que ahora es turbio esté limpio, cuando pase el tiempo, se hablará de mí, bien o mal, pero ahora no quiero que se hable de nada.» Víctor Samaniego, «Gala», Garbo, Barcelona, Madrid, 05/09/1964, p. 44.
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celle qui avance, 2 la influencia decisiva que impulsará a Salvador Dalí a convertirse en el artista consagrado que está predestinado a ser.
5 Salvador Dalí, «The Vernissage of Gala Salvador Dali’s Exhibition at the Bignou Gallery is taking place now», Dali News, Nueva York, 20/11/1945, p. 4. Traducido en: Obra completa, vol.
IV, Ensayos I, Destino, Fundació Gala Salvador Dalí, Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, Barcelona, Figueres, Madrid, 2003, p. 555.
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Son muchas las creaciones dalinianas en las que Gala figura de forma más o menos evidente: a veces es el destello que da origen a una obra, otras es el motivo principal, y muy a menudo es la destinataria. 6 Y en ocasiones, como sucede en Púbol, Gala no solo está presente en todas estas formas, sino que participa también en su concepción. 7 Como si se tratara del escenario de su última representación, Gala, la actriz protagonista, habita casi todos los espacios del castillo y del jardín. Real e imaginada, se aparece en forma de golondrina [Fig. 1], molusco, siempreviva, trébol, flor de lis,
6 No olvidemos que Gala es, en cierto modo, la coleccionista de la obra daliniana por excelencia. Desde el inicio de su relación con el artista, se encarga de separar de la venta algunas obras esenciales que conformarán una parte de lo que hoy conocemos como la colección del legado
7Dalí.La
implicación de Gala en el proyecto del Castillo de Púbol es absoluta, supervisando y gestionando todo el proceso de rehabilitación, tal y como queda patente en la correspondencia que intercambia con el constructor y amigo, Emilio Puignau. Además, le encargará a Dalí una serie de elementos para la decoración interior. Véase: Salvador Dalí, « Vogué : Numéro du cinquantenaire 1921/1972 réalisé par Salvador Dalí », Vogue, París, núm. 522, 1971/1972, p. 175.
Fig. 1 Salvador Dalí, Hirondelle de ciel, 1971. Fundació Gala Salvador Dalí, Figueres
Fig. 2 Salvador Dalí, Proyecto para el jardín del Castillo Gala Dalí de Púbol, c. 1970. Fundació Gala Salvador Dalí, Figueres
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corona de leche, ángel protector, estandarte, anfitriona y dama [Fig. 2] Pero de todas las Galas que salen a nuestro encuentro en Púbol o que, sin estar, nos interpelan, hay una que merece especial atención.
Se trata de la Gala que aparece en Retrato de Gala (c. 1976) [Fig. 3] y que ahora, gracias a la exposición, participa temporalmente del recorrido del castillo. La pintura en cuestión nace de una fotografía de Gala que forma parte de un reportaje más amplio realizado por Marc Lacroix, por encargo del artista, que quiere presentar el castillo de Púbol y su soberana al mundo en un número especial de la revista francesa Vogue que diseña en su totalidad. 8 Gala, consciente de la transcendencia que tendrá la publicación, decide en todo momento sobre su imagen 9 y escoge con cuidado el
Fig.3 Salvador Dalí, Retrato de Gala, c. 1976. Fundació Gala Salvador Dalí, Figueres
8 Cit. supra, n. 7
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9 Sabemos que es ella quién elige a Marc Lacroix para que realice el reportaje y quién decidirá finalmente qué imágenes se publicarán. Dalí, Lacroix, Gala: el privilegio de la intimidad, Fundación Eugenio Granell, Santiago de Compostela, 2000, p. 56, 68
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Gala recurre a este look en momentos muy destacados de la biografía daliniana como, por ejemplo, la inauguración del Teatro Museo Dalí de Figueres, el 28 de septiembre de 1974, y el nombramiento de Dalí como miembro asociado extranjero de la Académie des beaux arts del Institut de France, el 9 de mayo de 1979.
Fig. 4 Vestido prêt à porter de Elizabeth Arden New York y collar de bisutería, década de 1970. Fundació Gala Salvador Dalí, Figueres
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vestuario con el que quiere ser inmortalizada en su château. El diseño prêt à-porter de la casa Elizabeth Arden New York, acompañado del collar de bisutería con piedras de color turquesa, se convertirá en uno de sus looks más icónicos de los setenta [Fig. 4]. 10
La combinación tiene un aire orientalizante y aristocrático que enlaza muy bien con lo que Púbol representa para Gala: es el refugio donde confluyen sus recuerdos felices de Rusia y el castillo que la legitima simbólicamente como reina, por fin, de un espacio propio. En la pintura, sin embargo, a pesar del vestido y los adornos, Gala se nos ofrece más vulnerable y desnuda que nunca. Observamos un verismo poco habitual en el artista, que suele sublimar e idealizar a Gala en sus obras. 11 Como si se tratara del retrato de Dorian Gray, a la musa se le han echado todos los años y los pecados encima. La poética de las ruinas que se deja sentir con fuerza en Púbol y que embellece los dibujos y proyectos de decoración del castillo [Figs. 5 y 6] parece girarse también en contra de Gala. Los desprendimientos de la pared del fondo y la sombra que avanza sobre ella confieren al retrato un cariz dramático que evidencia el ineludible paso del
tiempo.11Enlaobra
Fig. 5 Salvador Dalí, Proyecto para el jardín del Castillo Gala Dalí de Púbol, c. 1970. Fundació Gala Salvador Dalí, Figueres
Retrato de Gala (1975 1979), muy cercana en lo que se refiere a la iconografía y al momento de creación, la representación de Gala es mucho más amable, pese a la enigmática expresión del rostro que remite a su vez a El retrato de Ginebra de Benci (1474 1476) de Leonardo da Vinci.
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Fig. 6 Salvador Dalí, Proyecto para la Sala de los Escudos del Castillo Gala Dalí de Púbol, c. 1970. Fundació Gala-Salvador Dalí, Figueres
No es la primera vez que algo se rasga o se quiebra en una pintura que representa a Gala. Pensemos, por ejemplo, en el vestido y el vientre desgarrados de Gradiva (1931), en el huevo del cual brota la flor en Metamorfosis de Narciso (1937), en el esmalte descascarillado de la uña de Galarina (1945) o en el rostro que estalla en Galatea de las esferas (1952). Las fisuras que dejan pasar la luz o la oscuridad, según se mire nos acercan a una Gala más real, la que descubrimos en sus escritos autobiográficos: «Sí, se piensa que soy una fortaleza bien defendida, perfectamente organizada, cuando a lo más podría ser una pequeña torre vacilante que, por pudor, trata de cubrirse de yedra y esconder sus ya deterioradas paredes y encontrar algo de soledad.» 12 [Fig. 7]
En cierto modo, la misma Gala nos da la clave para leer la pintura. A menudo lo que llegamos a conocer de ella es sólo una pequeña parte o bien una ilusión, un trompe l’œil. Púbol, como si se tratase de una extensión de Gala, parece empaparse de esta idea y juega constantemente a generar confusión en el visitante a través de aperturas que no conducen a ninguna parte, mamparas pintadas que representan justamente lo que quieren ocultar, techos que se abren al cielo, mesas que son claraboyas o elementos arquitectónicos que imitan ruinas. También el óleo que nos ocupa tiene alma de trompe l’œil. Representa un lienzo, pero se trata en realidad de un cobre. Lo que debería ser un retrato es el retrato de un retrato, un simulacro. Aún más, es probable que la obra nos hable del creador más que de la modelo. 13 Quizás al mirarse en Gala su gemela, como Dalí la llama el artista toma conciencia, como nunca antes, de su propia vejez.
12 Escrito autógrafo de Gala, década de 1970 (Figueres, Centro de Estudios Dalinianos, Fundació Gala Salvador Dalí, ID. 54715).
13 «Ella [Gala] y sólo ella era la realidad; y todo lo que mis ojos eran capaces de ver era «ella», y era el retrato de ella lo que sería mi obra, mi idea, mi realidad.» Salvador Dalí, La vida secreta de Salvador Dalí (1942) en Obra completa, vol. I, Textos autobiográficos 1, Destino, Fundació Gala Salvador Dalí, Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, Barcelona, Figueres, Madrid, 2003, p. 893.
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Fig. 7 Manuscrito autógrafo de Gala, década de 1970. Fundació Gala Salvador Dalí, Figueres
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DE ESTUDIOS DALINIANOS
LUCIAPúbolMONI,CENTRO
El amor por Italia como telón de fondo del Castillo de
anto para Dalí como para Gala, la fascinación por Italia es una constante a lo largo de su vida. De hecho, en 1935 el artista emprende el primer viaje hacia este país impulsado por ella, tal como rememora en Vida secreta: «Gala empezaba a despertar mi interés en un viaje a Italia. La arquitectura del Renacimiento, Palladio y Bramante, me impresionaba cada vez más, como la asombrosa y perfecta realización
2 Ibidem, p. 912.
Este entusiasmo por sus «estéticos viajes a Italia» 2 se puede percibir también en unas postales que escribe desde Roma y Módena a su amigo, el poeta y ensayista J. V. Foix, en las que resalta que la posibilidad de recorrer este país en coche le «permite penetrar en todos los “rincones
Fig. 1 Gala, Salvador Dalí y Edward James en Roma, c. 1936. Fundació Gala Salvador Dalí, Figueres
1 Salvador Dalí, La vida secreta de Salvador Dalí (1942) en Obra completa, vol. I, Textos autobiográficos 1, Destino, Fundació Gala Salvador Dalí, Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, Barcelona, Figueres, Madrid, 2003, p. 840 841.
EL AMOR POR ITALIA COMO TELÓN DE FONDO DEL CASTILLO DE PÚBOL 26
del espíritu humano en el reino de la estética, y empezaba a sentir el deseo de ir a ver y tocar esos fenómenos únicos.» 1 [Fig. 1]
Postal de Salvador Dalí a J. V. Foix, Módena, 4 de octubre de 1935 y carta de Salvador Dalí a J. V. Foix, Roma, 7 de octubre de 1935 en Salvador Dalí, Rafael Santos Torroella, Salvador Dalí corresponsal de J. V. Foix, 1932 1936, Mediterrània, Barcelona, 1986, p. 148 151.
Este deseo de visitar Italia, Gala lo cumplirá en distintas ocasiones, ya sea como acompañante de Dalí en los diferentes proyectos que lleva a cabo en este país a lo largo de su vida, o bien emprendiendo viajes en solitario. 8
Cit. supra, n.1, p. 760.
surrealistas” y desconocidos por los turistas» y «descubrir constantemente cosas insospechadas.» 3 Si, por una vez, tuviera la posibilidad de sustituir el coche por una diligencia y retroceder en el tiempo, quizás Dalí escogería románticamente este medio, dado que en Vida secreta elogia los viajes de Stendhal y Goethe por Italia y aquella época en que «“contaban” aún las distancias, y daban tiempo a la inteligencia para que pudiera medir todos los espacios y todas las formas, y todos los estados del alma y del paisaje y de la arquitectura.» 4 Dalí sigue los pasos de Stendhal, pasea por Roma con un volumen del escritor en la mano y se indigna al ver cómo la Roma antigua se está transformando adaptándose a las necesidades de una ciudad moderna. 5 Este maravillarse por las ruinas, por los edificios decadentes, por la contemplación de un pasado lejano, también lo comparte con Gala.
Gala había viajado a Roma en 1923 junto con Paul Éluard para visitar al pintor Giorgio de Chirico. 6 O incluso podría haber viajado a Italia antes de aquella fecha. En Vida secreta, Dalí hace un relato de una Gala muy joven, apasionada y melancólica en Moscú que, de retorno de un corto viaje a Florencia con su padre, lleva consigo una cajita de cerillas con la imagen de la catedral y que «cada vez que quería consolarse de su hiperestésico deseo de volver a Italia, encendía una de sus preciosas cerillas.» 7
6
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5
Cit. supra, n.1, p. 328.
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Para más información sobre los viajes de Gala y Dalí, véase: Bea Crespo, Clara Silvestre, «Gala: la cronología» en Estrella de Diego, Gala Salvador Dalí. Una habitación propia en Púbol, Museu
Cit. supra, n. 1, p. 857.
4
Louis Aragon, Papiers inédits, de Dada au surréalisme : 1917 1931, Gallimard, París, p. 194.
11
Nacional d’Art de Catalunya, Barcelona, 2018, p. 208 239; Rosa Maria Maurell, Lucia Moni, «Salvador Dalí in Italia» en Dalí un artista un genio, Skira, Milán, 2012, p. 227 263.
12 Salvador Dalí, André Parinaud, Confesiones inconfesables (1973), en Obra completa, vol. II, Textos autobiográficos 2, Destino, Fundació Gala Salvador Dalí, Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales Barcelona, Figueres, Madrid, 2003, p. 694.
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9 Postales de Gala a Salvador Dalí, s. d. (Figueres, Centro de Estudios Dalinianos, Fundació Gala Salvador Dalí, ID. 41555, 41557, 41542).
Stendhal, Vie de Henry Brulard, Émile Paul, París, 1950. Este volumen pertenece a la biblioteca personal del artista, conservada en el Centro de Estudios Dalinianos.
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Escrito autógrafo de Gala, década de 1970 (Figueres, Centro de Estudios Dalinianos, Fundació Gala Salvador Dalí, ID. 54715).
Italia tiene un poder de atracción tan grande para ella que, en unas postales dirigidas a su «Petit Daris», le escribe que ha descubierto un lugar muy poético para los dos en Sicilia que le encantaría enseñárselo si consiguiera el pasaporte y pudiera reencontrarse con ella allí. En otra postal, posiblemente del mismo viaje, le explica que está recorriendo Roma y todo le recuerda a él. Estamos ante una Gala apasionada y decidida que no ve el momento de volver porque quiere acabar su tour por Italia visitando un pequeño pueblo cercano a Milán y las ciudades de Cremona y Brescia. 9 Gala, como Dalí, se deja seducir por Italia, lee a Stendhal y lo admira en sus viajes contemplativos de unos vestigios pasados. En un manuscrito, probablemente de los años setenta, Gala revela que le habría gustado volver a Roma, ciudad adorada de la cual desearía conocer cada rincón, con el mismo equilibrio y sabiduría que tenía el escritor francés durante su estancia en la ciudad en 1832.Con estas palabras Gala hace referencia al primer capítulo de la autobiografía que Stendhal escribe bajo el título de Vie de Henry Brulard. 10 El escritor está contemplando un lugar único en el mundo, la Roma antigua con sus ruinas, y se da cuenta de que, a punto de cumplir los cincuenta años, está contento de vivir. Gala, en cambio, nos desvela que vuelve a Roma lacerada, invadida por la angustia, con un espíritu confuso, atormentada. 11 Gala anhela silencio y paz, necesita un lugar donde permanecer secreta. Dalí conoce muy bien sus inquietudes y decide regalarle «un estuche más solemnemente digno de nuestro amor», 12 un castillo. Ha llegado el
Fig. 2 Salvador Dalí en los jardines de Bomarzo, 1948. Fundació Gala Salvador Dalí, Figueres
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13Empordà.A.Marín,«Dalí
momento en que Gala debe volver «a ser la reina que es, y yo voy a hacer todo lo posible para ser invitado a ese castillo.» 13 Parece ser que Dalí, durante un viaje a Italia en los años treinta, prometió a Gala un castillo en la Toscana. 14 Este deseo se concretará treinta años más tarde en el Baix
prepara su propio museo en Figueras», ABC, Madrid, 22/03/1970, p. 46.
14 Antonio Pitxot, Josep Playà, El Camino de Púbol, Fundació Gala Salvador Dalí, Editorial Escudo de oro, Figueres, Barcelona, 1997. p. 4.
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16 Irene Brin, «Bomarzo, de moda», Goya, Madrid, 30/09/1958, p. 115.
17 Carlo Mazzarella, Incontri, Arti e scienze. Cronache di attualità, 1959, Rai Teche (entrevista
18televisiva).Estetrompe l’œil inspira Dalí para la creación del techo para el Palacete Albéniz de Barcelona, La hora real, en torno a 1969. De hecho, en la biblioteca del artista encontramos el volumen de
Esta fascinación compartida por Italia se ve reflejada en Púbol, tanto en los exteriores como en los interiores. Paseando por el jardín admiramos los elefantes con patas largas, que Dalí retoma y transforma partiendo del elefante con obelisco de Bernini, y que forman un bosque de piedra que nos recuerda al Parco dei Mostri de Bomarzo, cerca de Roma. Dalí se enamoró de este lugar y de sus esculturas durante una estancia en Italia en 1948, 15 hasta el punto de llegar incluso a expresar su deseo de comprarlo. 16 [Fig. 2] Además, en los jardines el artista concibe espacios secretos en los cuales la dama del castillo puede jugar a perderse, espacios con falsas perspectivas. Tal como había hecho el arquitecto Francesco Borromini en 1653, en la Colonnata ilusionista de Palazzo Spada, Dalí proyecta una perspectiva en uno de los caminos del jardín utilizando los árboles en lugar de las columnas. El artista conoce este lugar en el que, en 1959, el periodista Carlo Mazzarella le hace una entrevista justo ante esta galería que se percibe como una larga columnata. En esta ocasión Dalí habla también de Palladio, como «el arquitecto de la belleza suprema, […] el arquetipo de lo daliniano por sus falsas perspectivas y Dalí constantemente, de una manera casi perenne, vive en falsa perspectiva.» 17
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15 Dalí colabora con Luchino Visconti como escenógrafo y realizador del vestuario para la obra Rosalinda o Come vi Piace de William Shakespeare que se representa en el Teatro Eliseo de Roma en 1948.
AMOR
En el interior también podemos dejarnos seducir por las falsas perspectivas del castillo. Sirviéndose de un juego de trompe-l’œil que se manifiesta en los tapa radiadores, las puertas o el techo, se crea en el visitante la sensación de estar en un castillo encantado que esconde espacios misteriosos y nuevas realidades. Las influencias de Italia se eternizan en el techo de la Sala de los Escudos, que retoma la idea del óculo de la Camera degli Sposi del Palazzo Ducale de Mantua, realizado por Mantegna. 18 Así
Joseph Fattorusso, Wonders of Italy, Florencia, 1937, intervenido por el artista en la página donde se reproduce el fresco de la Camera degli Sposi
mismo, tanto el techo del Castillo de Púbol como el del Palacio del Viento del Teatro-Museo de Figueres guardan relación con los techos de los palacios barrocos italianos. Pensemos, por ejemplo, en los frescos de la bóveda central de la iglesia de San Ignacio de Loyola en Roma, en los que Andrea Pozzo ilustra la Gloria di Sant’Ignazio sostenido por los ángeles e invadido por una luz mística que se dirige hacia cuatro figuras alegóricas que simbolizan los cuatro continentes, representación de la cual Dalí poseía algunas fotografías. En los dos plafones centrales de Figueres y de Púbol, vemos dos versiones muy similares de la misma escena, con personajes y ángeles que emergen
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Fig. 3 Salvador Dalí, Proyecto para el techo de El palacio del viento, 1970. Fundació Gala Salvador Dalí, Figueres (detalle)
Fig. 4 Salvador Dalí, El palacio del viento, 1970 73. Fundació Gala Salvador Dalí, Figueres (detalle)
de las nubes, una gran luna luminosa y estallidos de fuego, una figura femenina que parece llevar un lazo (el mismo que Gala luce en esta época), caballos que tiran del carro de Apolo (más evidente en el primer esbozo que Dalí realiza para el Palacio del Viento) y que pueden remitirnos a una escena mitológica como la de los frescos de la Aurora de Guido Reni, en el Palacio Pallavicini de Roma, que Dalí tanto admiraba. 19 Decorando el techo del Castillo de Púbol, el artista quiere complacer a su reina y hacerse presente en dicho lugar. Tal como él mismo escribe: «Me he contentado con decorar sus techos para que, al levantar los ojos, me encuentre siempre en su cielo.» 20 [Figs. 3, 4, 5 y 6]
20 Cit. supra, n.12, p. 694.
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19 Dalí había organizado la rueda de prensa de su primera exposición retrospectiva en Italia, en 1954, bajo los frescos de la Aurora de Guido Reni, en el Palacio Pallavicini de Roma, frescos que tanto admira y que escoge para representar simbólicamente su Renacimiento tras cumplir cincuenta años.
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Fig. 5 Salvador Dalí, Proyecto para el techo de la Sala de los Escudos del Castillo Gala Dalí de Púbol, c. 1970. Fundació Gala Salvador Dalí, Figueres
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21 Salvador Dalí, « Vogué : Numéro du cinquantenaire 1921/1972 réalisé par Salvador Dalí », Vogue, París, núm 522, 1971/1972, p. 175. Cit. supra, n. 15.
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Fig. 6 Salvador Dalí, Techo de la Sala de los Escu dos del Castillo Gala Dalí de Púbol, c. 1971. Fundació Gala Salvador Dalí, Figueres (detalle)
Bajo este cielo mediterráneo, bajo este agujero nocturno, 21 aparece Gala, la dama del castillo, un ser etéreo, celestial, suspendido en una masa nebulosa, como el personaje de Himen en la obra teatral Como gustéis, de Shakespeare, 22 que baja de una nube para sellar el amor de las cuatro parejas. Una Gala anfitriona que acoge a sus invitados pero que al mismo tiempo, por su ubicación encima de la puerta, vigila y protege su refugio de las miradas indiscretas, recordándonos que accedemos a sus estancias privadas. En la mano sostiene un bastón símbolo de autoridad, una varita mágica o una especie de bate para jugar a pelota, como el que sostiene la dama protagonista en la representación original de Il Gioco della Palla (El
23 Antonio D. Olano, «Dalí habla de Dalí», Gaceta Ilustrada, Barcelona, Año XIV, núm. 685, 23/11/1969, p. 62.
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juego de la pelota) de los frescos del Ciclo dei Giochi del Palazzo Borromeo de Milán. En este ciclo decorativo aparecen los miembros de la familia Borromeo en momentos lúdicos; la riqueza de sus peinados y las vestimentas exhiben la posición social adquirida por la familia. Dalí retoma la misma postura y el mismo vestido para su Gala, pero cambia el color de la mantellina y escoge el rojo fuego, que destaca sobre el vestido ligero y plisado de color claro [Figs. 7 y 8]. Es una dama de rasgos modernos, atrevida y apasionada, y a la vez romántica y misteriosa. Como el mismo castillo, un lugar donde ella puede disfrutar y pasar momentos de ocio, donde «va cuando en Port Lligat [sic] hay demasiada gente. Vive secretamente, con flores... A veces me invita a ir con ella…» 23 Estas palabras de Dalí remiten al juego del amor cortés y a la idea de que la
Fig. 7 Salvador Dalí, Gala, c. 1970. Fundació Gala Salvador Dalí, Figueres
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24 Cit. supra, n.21.
intimidad hace disminuir la pasión mientras que las distancias la hacen aumentar. Dalí recuerda en la revista Vogue que, durante un viaje a Italia, en una visita a la Pinacoteca de Brera, extasiados ante Los desposorios de la Virgen del admirado y divino Rafael, Gala dejó ir un suspiro y exclamó: «Qué honor no conocer nunca ningún miembro de la familia de Rafael. Imagínate qué catástrofe, ser presentado a la tía de Rafael, aunque fuese lejana.» 24
Fig. 8 Salvador Dalí, Proyecto para el techo de la Sala de los Escudos del Castillo Gala Dalí de Púbol, c. 1970. Fundació Gala Salvador Dalí, Figueres (detalle)
De los textos de Gala y Salvador Dalí: ©Salvador Dalí, Fundació Gala Salvador Dalí, Figueres, De2022.los textos de este catálogo: Sus autores
Comisaria adjunta Bea Crespo
Conservación preventiva Elisenda Aragonés, Irene Civil, Laura Feliz, Josep Maria Guillamet
Roger Ferré, Ferran Ortega Registro Rosa Aguer
FTraduccionesrancés:Marielle Lemarchand Inglés: Graham Thomson Catalán: Sus autores Castellano: Jordi Artigas, Bea Crespo, Lucia Moni, Clara Silvestre
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Corrección de textos Catalán y castellano: Rosa M. Maurell
De las obras de Salvador Dalí: © Salvador Dalí, Fundació Gala Salvador Dalí, Figueres, De2022.laimagen
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Junio de 2022
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©Storiadimilano, di Paulo Colussi e Mariagrazia Tolfo, 2022 (p. 8).