Revista Virtual: Género y Equidad

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FUNDACIÓN ALAS A LA MUJER, INC.

1RA EDICIÓN / NOVIEMBRE 2020


EDITORIAL IN MEMORIAM -"Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte". Saludos a todas y todos los lectores, Con esta frase, la activista dominicana Minerva Mirabal respondía a principios de la década de los 60 a quienes le advertían de lo que entonces parecía un secreto a voces: el régimen del presidente Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961) iba a matarla. El 25 de noviembre de 1960, su cuerpo apareció destrozado en el fondo de un barranco, en el interior de un jeep junto con dos de sus hermanas, Patria y María Teresa, y el conductor del vehículo, Rufino de la Cruz. Desde 1981 la fecha de su muerte se convirtió en un día señalado en Latinoamérica para marcar la lucha de las mujeres contra la violencia, realizándose el primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe, en Bogotá (Colombia). En dicho encuentro las mujeres denunciaron los abusos de género que sufren en el nivel doméstico, así como la violación y el acoso sexual por parte de los Estados, incluyendo la tortura y la prisión por razones políticas.

La Fundación Alas a la Mujer estrena su primer número de la revista digital Género y Equidad y con ella hacemos visible la iniciativa de la Fundación; su proyecto el Observatorio de Género y Equidad. Lanzamos esta 1era. edición y la dedicamos en su totalidad al tema de la violencia contra las mujeres. La fecha del lanzamiento se enmarca en la conmemoración del 25 de noviembre, Día Internacional de No Más Violencia Contra las Mujeres. La revista Género y Equidad tiene como propósitos esenciales la educación, la investigación y la publicación de asuntos y temas en relación con el género y las mujeres como protagonistas de nuestras historias. Queremos visitar los viejos problemas que confrontamos las mujeres y lo queremos hacer con una mirada nueva. Siempre hay una posibilidad de reinterpretar los problemas que nos competen y todos los asuntos económicos, políticos y culturales que igualmente son asuntos de las mujeres.


EDITORIAL CONT. Queremos recordar a todas las mujeres que perdieron la vida a causa de la violencia doméstica, la violencia sexual, por razones políticas o por la tortura. Queremos expresar con nuestra revista que Alas a la Mujer no las olvida y que hemos hecho de nuestra misión educar a las nuevas generaciones en torno a la violencia de género porque estamos firmemente convencidas que debe haber otro modo de ser humano y libre, otro modo de ser. (1) En esta primera edición abordamos en 5 escritos el tema de la violencia de género. Primero describimos qué significa género para evitar que se repitan de forma errada mal interpretaciones del tema, con el artículo de la psicóloga Mercedes Rodríguez López, La violencia de género: un atraso para la humanidad ©. Luego pasamos a visitar el tema de la violencia doméstica en el escrito titulado La persona agresora siempre es culpable de la violencia doméstica©, a cargo de Odalis Reyes Prado, Directora de Programas en la Fundación Alas a la Mujer. Encadenamos a la violencia sexual con el artículo a cargo de Leila Cintrón, titulado Silencio ante la Violencia Sexual ©. La Dra. Luisa Hernández nos añade a la temática de la violencia de género con su ensayo La trata humana como violencia de género ©. La Dra. Jannette Z. Rivera Santiago tiene a su cargo aclararnos lo que significa género en su artículo Es prevenible, claro que es prevenible ©. Finalmente (2) el escrito de la sicóloga Úrsula Colon, Morales, que le da voz a la violencia domestica con su ensayo La Mujer que defiende su vida, ¿Victima o Asesina? ©. Esperamos que nos dejen saber su opinión y cuales temas les gustaría que atendiéramos. Queremos escuchar a todas y todos los que quieran trabajar para que el futuro sea mejor que el presente que vivimos. En el próximo número de Género y Equidad: Mujer, Trabajo y Familia en saludo al 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora. María Ortiz Rivera mortiz@fundacionalasalamujer.org Abogada y miembro de la Junta de Directoras de la Fundación Alas a la Mujer

1…"Debe haber otro modo que no se llame Safoni Mesalina ni María Egipciaca ni Magdalena ni Clemencia Isaura. Otro modo de ser humano y libre. Otro modo de ser. "Rosario Castellanos es considerada como la escritora mexicana mas importante del siglo 20. Nacida en la ciudad de México, el 25 de mayo de 1925, murió en Tel Aviv, Israel en 1974. 2 Las autoras de los artículos retienen los derechos de autoría por lo que está Prohibida la reproducción total o parcial de los artículos, sin el consentimiento de las autoras.


TABLA DE CONTENIDO 5

LA VIOLENCIA DE GÉNERO: UN ATRASO PARA LA HUMANIDAD

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"El instrumento para llegar a la igualdad es la equidad y esta se enseña mediante una educación desde una perspectiva de género que sea eco para una vida libre de violencia y se construya una cultura de paz."

"La violencia de género tiene como finalidad mantener controladas y subordinadas a las mujeres, perpetuando la devaluación de lo femenino. -Mercedes Rodríguez López

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LA PERSONA AGRESORA SIEMPRE ES CULPABLE DE LA VIOLENCIA DOMÉSTICA

– Dra. Janette Rivera

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"En ocasiones se cree que los asuntos de pareja son privados, pero ¿qué pasa cuando la violencia entre pareja surge?"

SILENCIO ANTE LA VIOLENCIA SEXUAL "Es necesario entender y conocer las múltiples formas de violencia sexual." – Leila Cintrón

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LA TRATA DE MUJERES: UNA FORMA DE VIOLENCIA DE GÉNERO EN PUERTO RICO "La violencia tiene múltiples manifestaciones empezando por lo más cruel y dramática como puede ser el crimen organizado que subsiste en una economía clandestina en nuestro país tanto como la violencia de género que cobra la vida de una mujer cada 15 días." – Dra. Luisa Hernández Angueira

LA MUJER QUE DEFIENDE SU VIDA, ¿VICTIMA O ASESINA? "Identificar las señales que se repiten en las relaciones donde hay violencia, es difícil para muchas mujeres cuyos esfuerzos están dirigidos hacia la evitación de la violencia y a la búsqueda de estrategias de sobrevivencia."

– Odalis Reyes Prado

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ES PREVENIBLE, CLARO QUE ES PREVENIBLE

– Úrsula Colón Morales

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TESTIMONIOS VÍCTIMAS/SOBREVIVIENTES DE VIOLENCIA DOMÉSTICA "Los episodios de violencia eran discusiones verbales, bofetadas y hasta mi padre bajo borracheras nos echaba a la calle."


La violencia de género: un atraso para la humanidad MERCEDES RODRÍGUEZ LÓPEZ

Algunas manifestaciones de la violencia de género o violencia machista son: incesto, violación, violencia doméstica o maltrato en relaciones de pareja, hostigamiento sexual, acoso y explotación sexual, prostitución, trata de mujeres y niñas, pornografía, esterilizaciones forzadas y otras formas de violencia obstétrica, feminicidios, matrimonios de niñas con hombres adultos y mutilación genital. Las manifestaciones de violencia pueden ser visibles y obvias o permanecer más ocultas o disimuladas. Pueden ser toleradas, trivializadas o incluso aceptadas bajo las normas, leyes, costumbres y tradiciones con las cuales nos criamos, educamos y relacionamos. La violencia de género, esa que subordina, excluye, amenaza, agrede, degrada y hasta les arranca la vida a las mujeres, justamente por razón de ser mujeres, es reconocida internacionalmente como una violación de derechos humanos. En el sistema patriarcal/machista en el que durante siglos hemos vivido y nos hemos socializado, ser mujer y “lo femenino” ha estado subordinado a ser hombre y “lo masculino”. Ser mujer y lo que la sociedad asocia con ser mujer, es decir el género, son los factores críticos de vulnerabilidad o riesgo que caracteriza este tipo de violencia.

"Las manifestaciones de violencia pueden ser visibles y obvias o permanecer más ocultas o disimuladas". Por ejemplo, el ejercicio de la autoridad y el control de los hombres sobre las mujeres, igual que los comportamientos de sumisión y obediencia de las mujeres frente a los hombres suelen presentarse como parte de los entendidos deseables de la vida, como inevitables o incluso, como algo esperado y “normal”. Que se espere que los hombres sean más agresivos que las mujeres y éstas más pasivas que los hombres, que las mujeres en todo el mundo sean proporcionalmente mucho más pobres que los hombres, que ganen menos por trabajos similares o comparables, que muchos más hombres ocupen posiciones de liderato político que las mujeres, que seamos las mujeres las típicas cuidadoras de la niñez, las personas enfermas y adultas mayores, y que también, seamos las víctimas más frecuentes de la violencia en relaciones de pareja, de violación,

La violencia de género tiene como finalidad mantener controladas y subordinadas a las mujeres, perpetuando la devaluación de lo femenino. Más allá de las manifestaciones particulares que asume la violencia de género en diferentes culturas, éstas tienden a estar normalizadas, de muchas maneras aceptadas y promovidas, por las mismas instituciones sociales donde nacemos, nos educamos, nos desarrollamos y morimos: hogar, trabajo, escuela, iglesia, universidades, medios de comunicación, instituciones culturales, escenarios de la política, etc. y pueden ocurrir en cualquier ámbito, público o privado.

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de hostigamiento sexual en el trabajo, los chistes sexistas, la sexualización de las niñas, los “piropos” y el acoso callejero… y el que la impunidad sea tanto más frecuente en los crímenes contra las mujeres, no es casualidad ni es algo que debería suceder “naturalmente” porque nacimos mujeres.

...el ejercicio de la autoridad y el control de los hombres sobre las mujeres,... suelen presentarse como parte de los entendidos deseables de la vida, como inevitables o incluso, como algo esperado y “normal”. Esas manifestaciones de violencia, lejos de ser “naturales” e inevitables, son el resultado, entre otras razones, de una construcción social perversa que convierte, en este caso, las diferencias de sexo-género en jerarquías, adjudicando superioridad a una persona por el hecho de ser hombre e inferioridad a “la otra” por el hecho de ser mujer.

La violencia por razón de sexo/género interactúa y se potencia con otras variables de poder como pueden ser: raza-etnia, origen nacional, identidad de género y orientación sexual, diversidad funcional, clase social, creencias-espiritualidad, edad, origen y condición social, educación, entre otras. El discrimen y la violencia de género siguen siendo un atraso para la humanidad. Aunque han formado parte de la cultura humana por siglos, hoy sabemos que la violencia se puede desaprender y prevenir. Sabemos que con una educación para la equidad podemos continuar transformando modos de relacionarnos que son injustos y opresivos. Respetando y abrazando la dignidad de nuestras diversidades, y el valor de todas las vidas, los seres humanos podemos aprender a vivir en justicia y paz.

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La persona agresora siempre es culpable de la violencia doméstica ODALIS REYES PRADO, MTS

Las personas entran en relaciones de pareja en ocasiones, por vínculos afectivos o en otras por presiones sociales. La realidad es que hay un constructo social, a veces un tanto romántico, de lo que son las parejas. En ocasiones se cree que los asuntos de pareja son privados, pero ¿qué pasa cuando la violencia entre pareja surge? La violencia entre pareja íntima, o más bien conocida como violencia doméstica, es un asunto de poder y control con fundamentos patriarcales y machistas que afecta mayoritariamente a las mujeres. ¿Qué significa patriarcado cuando hablamos de la violencia en las relaciones de pareja? Nos referimos al sistema social que ubica al hombre con mayor autoridad y reduce a las mujeres a asuntos domésticos e inferiores. Esto provoca la desigualdad entre hombres y mujeres, y que las personas reproduzcan esta sobrevalorización y privilegio del hombre, llevando así a conductas machistas. Por lo tanto, la internalización de estos discursos dominantes lleva a las personas a reproducirlo en las relaciones de pareja. Es por esto, que en muchas ocasiones las violencias en las relaciones de pareja tienen raíces en estos constructos sociales, así como la idea de que una de las personas es superior al otro u otra.

"Nos referimos al sistema social que ubica al hombre con mayor autoridad y reduce a las mujeres a asuntos domésticos e inferiores." Lo anteriormente expuesto deconstruye la idea de que la violencia surge por celos, por que la persona víctima provoca a la persona agresora o porque la parte agresora tiene alguna condición de salud mental, o abuso de alcohol o sustancias controladas. Cabe destacar, que la violencia doméstica no es exclusiva de parejas heterosexuales, ni tampoco es exclusiva hacia las mujeres. Sin embargo, históricamente la violencia entre pareja ha afectado y vulnera o la vida de muchas mujeres. Estas violencias pueden ser de índole físico, verbal, emocional, psicológico y sexual. La razón principal por la cual la mayoría de las víctimas son mujeres reside en que por cientos de años han experimentado rechazo, misoginia, inequidad, machismo, subordinación. Constantemente a las mujeres, en diferentes esferas y espacios sociales, se les trata como personas de segunda clase que sin importar lo que sea que digan, hagan o piensen, en la mayoría de los casos serán minusvaloradas y se antepondrán las habilidades e intelecto de los hombres ante las capacidades de cualquier mujer. Cada situación de violencia doméstica es distinta y guarda unas particularidades en cuanto a las manifestaciones e intensidad de violencia. No obstante, ninguna situación de violencia doméstica se debe menoscabar ni reducir, y es un hecho de que la violencia seguirá en aumento. A esto se le conoce como la escalada de la violencia.

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En ocasiones es difícil que las mujeres puedan identificar que están en una situación de violencia, ya que muchas conductas y verbalizaciones violentas han sido naturalizadas socialmente y se ven como normales. También la parte agresora puede utilizar manipulaciones y juegos mentales para confundir a la víctima/sobreviviente y que esta no se percate de que está viviendo el abuso.

Incluso, puede realizarlos en público para “evidenciar” que la mujer está “loca” y que es quien ejerce violencia. Todas estas estrategias pueden producir confusión y cuestionamientos por parte de la mujer e incluso familiares. Los agresores se caracterizan por ser manipuladores, por lo tanto, en muchas ocasiones la familia, el vecindario y las amistades, piensan que es una persona buena y admirable. Es ahí donde recae la importancia de observar las ramificaciones de la violencia para que se responsabilice al culpable.

"Es importante reconocer que siempre es responsable de la violencia la persona quien la ejerce."

La parte agresora también utiliza el aislamiento como estrategia para dejar a la mujer sin redes de apoyo. Es posible que utilice estrategias como celos, manipulaciones y exigencias para que la persona corte su relación con sus familiares, amistades, abandone universidad e incluso el trabajo. Entre el abuso económico, el aislamiento y el abuso emocional, las víctimas/sobrevivientes quedan con pocas posibilidades de abandonar la relación. Sin embargo, las mujeres resisten la violencia. Resultaría lógico pensar que nadie quiere ser maltratada y mucho menos busca que le maltraten. La dificultad para salir de la relación muchas veces está vinculada a factores económicos, manipulaciones a través de los/as hijos/as, familiares y amenazas de muerte.

La violencia doméstica puede incluir violencia física que va desde pellizcos, apretones y bofetadas, hasta intentos de estrangulación o asesinato. Este tipo de violencia es más fácil de reconocer porque podría dejar evidencia en el cuerpo, sin embargo, la parte agresora puede hacer sentir a la mujer como provocadora de la violencia. Es importante reconocer que siempre es responsable de la violencia la persona quien la ejerce. Además, la agresión sexual conyugal implica obligar a la pareja a incurrir en prácticas sexuales no deseadas e incluso la obligación de incorporar terceras personas. Cualquier conducta, acercamiento o verbalización sexual es violencia sexual, sin embargo, aún permanecen discursos normativos que refuerzan ideas sobre los cuerpos de las mujeres y supuestos deberes como esposas. Las mujeres nacen libres de hacer con su cuerpo y sexualidad lo que deseen.

Las mujeres que sufren de situaciones de violencia doméstica no son dóciles, masoquistas, ni pasivas. Son mujeres que necesitan políticas sociales con perspectiva de género que las protejan a ellas y sus hijos e hijas (si tienen). Requieren también de apoyos económicos para poder obtener vivienda, cuido de menores y oportunidades de trabajo con salarios dignos. Necesitan una infraestructura de apoyo económico, social, emocional, psicológico, entre otras, para cubrir las necesidades y heridas de la violencia machista. Es por esto por lo que, para realmente apoyar a las mujeres y personas que sufren de violencia doméstica se hace necesario el trabajo desde el gobierno y el colectivo.

Por otro lado, otras violencias de índole emocional y psicológico pueden constituir el uso de amenazas, intimidación, humillaciones, desvalorizar a la persona, negar y/o culparla de la violencia. Las personas agresoras utilizan muchos juegos mentales y engaños continuo, “gaslighting”, para que las mujeres duden de su memoria, percepción e incluso cordura. Es decir, la parte agresora puede cuestionar violentamente la memoria de la mujer, negar que pasó la situación, trivializar o reducir las emociones de la mujer y desviar la situación de forma que el agresor parezca la víctima.

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Silencio ante la Violencia Sexual LEILA NEGRÓN CINTRÓN, MS, MTS

Desde que tenía 4 años el hermano de su abuela “la tocaba”. La llamaba con la excusa de darle un dulce, la sentaba sobre sus piernas y le metía su mano debajo de su falda. Esto pasaba casi todas las semanas y en presencia de la familia. El hermano de su abuela no se escondía, todo ocurría a plena luz del día en la sala donde toda la familia se juntaba para ver la televisión o tomarse el café de las 3 de la tarde. A la familia le parecía muy “normal” que el hermano de la abuela sentara a Isabel sobre sus piernas. Él no tenía nietos y a la familia le parecía que desbordaba sus deseos de ser abuelo en la nieta de su hermana. Para Isabel era una tortura cada vez que su tío abuelo la llamaba para que se sentara en su falda, sufría en silencio. A Isabel le tomó años sentir la confianza necesaria para contar lo que estaba ocurriendo y fue en la escuela donde se encontró segura para poder hablar sobre lo que estaba viviendo ante el abuso sexual. Hasta que Isabel habló, nadie en su casa se percató que aquello que parecían caricias inofensivas, en realidad era abuso sexual. Son cientos de niñas y niños los que viven cada día con la tragedia de ser agredidos/as y abusados/as por parte de la gente que tienen más cerca y que su función principal es la de cuidar, amar y proteger.

La Organización Mundial de la Salud indica que en los Estados Unidos 8 de cada 10 casos de violación la mujer conocía a su agresor. Aproximadamente 80% de las víctimas de violación conocen al agresor en una cierta manera antes de la agresión. Esta es la realidad para la mayor parte de las víctimas. No es cierto que quienes agreden son personas extrañas en la mayoría de los casos. Con este mito rondándonos en la cabeza nos convertimos en adolescentes y vivimos el día a día pensando que el mayor peligro estaba en la calle. Llegamos a creer que andar en la calle solas era el mayor riesgo que enfrentaríamos a largo de nuestra adolescencia. Algunas nos preparamos para hacer frente a la posibilidad de una agresión sexual por parte de un individuo desconocido saliendo de un matorral o de un callejón a obscuras. Muchas crecimos siendo acosadas sexualmente por extraños mientras caminábamos por la calle teniendo que escuchar comentarios indeseados como: “Mami, que rica estás”, “Tanta curva y yo sin freno”, “Deja que te coja”, “Todo eso es tuyo”… Crecimos caminando por la calle con el miedo de ser atacadas sexualmente. Y aunque en Puerto Rico el acoso sexual callejero no es un delito, también en un tipo de violencia sexual con el que vivimos y al que la sociedad patriarcal justifica y valida constantemente. La sociedad machista y patriarcal casi nos exige dar las gracias porque el acoso verbal es considerado un piropo, es decir, un comentario inofensivo sobre lo apetecible que resulta ser nuestra cuerpa para el macho que nos observa al caminar por la calle.

"Aproximadamente 80% de las víctimas de violación conocen al agresor en una cierta manera antes de la agresión.". La mayoría de las agresiones sexuales son cometidas por extraños. Este es uno de los tantos mitos que hemos repetido hasta llegar a creer que es cierto. Se han educado a varias generaciones, haciéndoles creer, que de quienes deben cuidarse es de personas extrañas. “No te acerques a personas que no conozcas”, “No le habrás la puerta a nadie”, “No aceptes dulces de extraños”… ¿Quién no recuerda estas frases? Muchas de nosotras las escuchamos hasta el cansancio. Lo que no advirtieron nuestras familias es que la mayor parte de los ofensores sexuales no son extraños, son personas conocidas para las víctimas que viven y comparten en su entorno más intimo.

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"Crecimos caminando por la calle con el miedo de ser atacadas sexualmente.".

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Como ven la violencia sexual es un termino sombrilla que agrupa diversas manifestaciones de violencia que atentan contra nuestra integridad física, sexual, emocional y psicológica. Antes estas violencias el silencio suele imponerse. Muchas víctimas callan por vergüenza o por que advierten que nadie les va a creer. Otras callan ante el miedo que produce la amenaza del agresor.

Y lo que tendríamos que entender como sociedad, es que, el piropo no es un comentario inofensivo, es acoso. El acoso verbal es inofensivo, este es otro mito con el que tenemos que romper. Según la CEPAL, las jóvenes son las principales víctimas de acoso sexual callejero tanto en la calle, como en el transporte publico. Las formas o medios típicos para perpetrar dicha conducta de acoso van desde los actos de connotación sexual verbales, la captura de imágenes o videos, abordajes intimidantes y actos sin contacto físico como exhibicionismo, masturbación y persecución.

La tarea más importante que tenemos como sociedad ante la violencia sexual es creer. “YO TE CREO” debe seguir siendo nuestra consigna en apoyo a las víctimas, pero hay muchas otras cosas que siguen estando pendiente en la agenda en apoyo a los cientos de víctimas de violencia sexual que hay en nuestro país. Promover políticas públicas claras y contundentes de cero impunidad para los ofensores sexuales, investigaciones eficientes y procesos judiciales sin dilación, ofrecimiento de servicios comprensivos e integrales para víctimas desde una perspectiva de género, centrado en trauma y el reconocimiento de las intersecciones existentes. Aun nos queda pendiente en la agenda, entender y reconocer que las víctimas tienen derechos, pero sobre todo que merecen un trato digno, sensible y respetuoso por parte del Estado, las instituciones y de la sociedad.

Otro mito con el que hemos convivido es creer que la conducta sexual que no involucra agresión física, no afecta emocionalmente a la víctima. Inés llegó a pensar que la actividad sexual forzada a la que había estado sometida durante 12 años en su matrimonio no era agresión sexual porque su esposo nunca la golpeo o la agredió físicamente. Inés también sufría en silencio cada vez que tenía que responder a los “deseos sexuales” de su esposo sin importar sus propios deseos o sin dar su consentimiento. Ella creía que era su deber acceder ante la coacción, manipulación y el chantaje emocional de su esposo. Inés jamás imaginó que esta forma de violencia sexual iría socavando su autoestima y su autonomía. En nuestro imaginario, la conducta sexual que no se manifiesta con violencia no es agresión sexual y es por eso que cuesta tanto reconocer que también es violencia y que tiene un daño directo en las víctimas. Creemos que, porque no hay una marca visible en nuestras cuerpas, lo que pasó no tiene secuelas y no tiene efectos nocivos en nuestro ser. Se nos hace difícil reconocer que la conducta sexual abusiva, en cualesquiera de sus manifestaciones puede tener secuelas que impactan adversamente al ser humano. Y es necesario entender que donde no hay consentimiento o la capacidad para consentir un acto sexual debemos llamarlo violencia sexual.

Referencias Abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes Una guía para tomar acciones y proteger sus derechos https://www.unicef.org/argentina/sites/unicef.org.argentina/fi les/2018-04/proteccion- AbusoSexual_contra_NNyA2016.pdf Acoso sexual en el espacio público: la ciudad en deuda con los derechos de las mujeres https://oig.cepal.org/sites/default/files/acoso_callejero_nov_ 2015.pdf Violencia sexual: Comprender y abordar la violencia contra las mujeres https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/98821/WH O_RHR_12.37_spa.pdf?sequence=1

Es necesario entender y conocer las múltiples formas de violencia sexual. La Organización Mundial de la Salud indica que la violencia sexual comprende desde los actos que van desde el acoso verbal a la penetración forzada y una variedad de tipos de coacción, desde la presión social y la intimidación a la fuerza física.

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La Cultura de la atención integral: Una Guía para programas con servicios ante la agresión sexual https://www.nsvrc.org/sites/default/files/publications/201904/1801A-11%20Building%20Cultures%20Of%20Care%20%20SpanishFINAL508.pdf

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La trata de mujeres: una forma de violencia de género en Puerto Rico DRA. LUISA HERNÁNDEZ ANGUEIRA

La sociedad puertorriqueña está inmersa en una ola de violencia significativa que deteriora permanentemente la integridad de sus ciudadanos y ciudadanas y nos lacera como pueblo. La violencia tiene múltiples manifestaciones empezando por lo más cruel y dramática como puede ser el crimen organizado que subsiste en una economía clandestina en nuestro país tanto como la violencia de género que cobra la vida de una mujer cada 15 días. Igualmente, inmisericorde es la explotación de niñas y niños que via la trata humana en sus distintas manifestaciones acontece de manera casi invisible en nuestro país.

La trata de mujeres constituye una forma de violencia de género que se caracteriza, según el Protocolo de Palermo de 2000, por la captación de personas principalmente mujeres y niñas recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u a otras formas de coacción, fraude, el engaño, el abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad, o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga la autoridad sobre otra con fines de explotación (ONU, 2000). Esta explotación alcanza una multiplicidad de formas que van desde la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual como la pornografía, el turismo sexual, matrimonio comprado, mendicidad, y hasta venta de órganos. Incluye también los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud. Cabe destacar que el consentimiento dado por la víctima de la trata de personas a toda forma de explotación intencional es irrelevante. La trata de personas constituye la segunda empresa ilegal más importante, después de la venta de drogas y la venta de armas, generando más de 150 millones de dólares al año y afecta a más de 45 millones de personas en el mundo, donde el 90 por ciento de las víctimas son mujeres y niñas. Así mismo representa la más crasa violación de los derechos humanos, de la dignidad humana y de la igualdad de género, y se nutre de esa desigualdad de hombres y mujeres, usándola para captar mujeres y niñas valiéndose en la mayoría de los casos de la pobreza femenina.

"La violencia tiene múltiples manifestaciones empezando por lo más cruel y dramática como puede ser el crimen organizado que subsiste en una economía clandestina en nuestro país tanto como la violencia de género que cobra la vida de una mujer cada 15 días." La violencia es producto de la desigualdad, de la injusticia, de la falta de fiscalización adecuada por las autoridades pertinentes, pero sobretodo, por la falta de educación que cultiva unos contra valores en nuestras vidas y que fomentan la violencia. Una educación que no propicia los altos principios de equidad, respeto, tolerancia, igualdad y sobre todo una educación que parecería no garantizar los derechos a los que todos/as y todas tienen derecho, al decir de Hannah Arendt. Al amparo de un Estado benefactor que mantiene su hegemonía a base del clientelismo se suscitan actos desde la corrupción hasta los feminicidios que hacen permisible y casi normalizan estos actos de violencia. Partiendo de nuestras investigaciones sobre la violencia en nuestro país me propongo darle una mirada a la trata de mujeres, como una forma de violencia de género en la isla. 2020

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Aunque hay muchos factores que explican el fenómeno de la trata, como, por ejemplo, la pobreza, que hace vulnerable a un sin número de mujeres y niñas, el elemento que vertebra la trata como una forma de violencia en contra de las mujeres, se vincula directamente al patriarcado en cualquiera de sus manifestaciones, pero siempre basado en el dominio masculino sobre las mujeres. La trata de mujeres no es una excepción, como se ha demostrado en numerosas investigaciones a nivel global y nuestras investigaciones a nivel local.

En Puerto Rico el tema de la trata comenzó a tener cierta visibilidad a partir de 2010, cuando se publicó nuestra primera investigación (La trata de personas en Puerto Rico: un reto a la invisibilidad) y como consecuencia en el 2011 después de mucha presión se modificó el Código Penal, incorporando la trata de personas como un delito. Desde entonces se han redactado un número significativo de leyes encaminadas a la protección, prevenir y persecución de los tratantes. Sin duda, un avance fundamental contra esta lacra que sirve de instrumento a las fuerzas de seguridad, la fiscalía, la judicatura y a las Organizaciones No Gubernamentales. No obstante, todavía para las autoridades lo ven como delito mas que como una violación de los derechos humanos. Como consecuencia, no disponen recursos para trabajar con las víctimas.

Lamentablemente en nuestro país, donde la violencia de género está a la orden del día, este fenómeno, no se ha traducido en una mayor preocupación de los políticos. Las noticias de los últimos meses que aparecen en los medios corroboran estas declaraciones. Si bien el caso Yatea ha sido el más sonado de estos meses al que se le acusa al dueño de una empresa de yates, que, con promesas engañosas, invita a jóvenes y menores de edad de participar en el modelaje, con el fin de explotación sexual. Las menores supuestamente participaron en fiestas en la que circularon drogas, alcohol y sexo entre ellos. Poco tiempo después el caso salió a la luz, ya que una de las menores lo delató. Todavía el caso se encuentra bajo investigación.

"Existen factores como el sometimiento o la violencia doméstica que también generan situaciones de vulnerabilidad." Según los datos extraídos de nuestras investigaciones las víctimas de la trata suelen ser principalmente mujeres jóvenes y menores que provienen de entornos de exclusión social y hogares vulnerables. Aunque hay excepciones. Existen factores como el sometimiento o la violencia doméstica que también generan situaciones de vulnerabilidad. Independientemente de la clase social, según nuestras investigaciones en distintos albergues de protección a víctimas de violencia doméstica. Como hemos señalado, la pobreza en estos casos aumenta el riesgo, pero no es la causa en sí misma. Igualmente, nuestras investigaciones demostraron que en la isla existen espacios donde confluyen la trata con el tráfico de mujeres. Abundan las casas de masaje, los prostíbulos, hogares sustitutos y otros espacios como los puntos de drogas, donde el dinero que genera la venta de drogas se convierte en el imán que atrae a mujeres y menores convirtiéndoles en presa fácil para los depredadores. Son muchos los testimonios desgarradores de estas víctimas sobrevivientes que han sobrevivido el drama dantesco que supone la trata y el tráfico.

"Lamentablemente en nuestro país, donde la violencia de género está a la orden del día, este fenómeno, no se ha traducido en una mayor preocupación de los políticos."

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Es prevenible, claro que es prevenible DRA. JANETTE RIVERA Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la igualdad de género consiste en la igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades para todas las personas y es un derecho humano fundamental establecido en la Declaración Universal de Derechos Humanos. Refiere, además, que el género son los roles, las características y las oportunidades definidos por la sociedad que se consideran apropiados para los hombres, las mujeres, los niños, las niñas y las personas con identidades no binarias. En otras palabras, si los mismos son definidos por la sociedad, aquellas personas que hagan lo contrario y no persigan la continuidad de estos roles, características y oportunidades ya determinadas, serán blanco de discrimen, censura y condena por la misma sociedad que los educa y enseña.

con igualdad de género sin entender que la violencia de género es un grave problema de salud pública prevenible con efectos devastadores en las personas, familias y población en general. Sí, así mismo es; prevenible, claro que es prevenible.

"Las manifestaciones de violencia pueden ser visibles y obvias o permanecer más ocultas o disimuladas".

En las Naciones Unidas (UN), el mandato respecto a la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres está acordado universalmente por los Estados Miembros y engloba todos los ámbitos de la paz, el desarrollo y los derechos humanos. Los mandatos sobre la igualdad de género toman como base la Carta de las Naciones Unidas, la cual, reafirma la igualdad de derechos de mujeres y hombres.

Ya decía el novelista y poeta estadounidense J. G. Holland: God give every bird his food but he does not throw it into the nest (Dios le da a cada pájaro su comida, pero no la tira al nido). En otras palabras, la violencia de género no se resuelve por sí misma, no hay un remedio mágico y no va a desaparecer con el tiempo sin la intervención de personas que impulsen un genuino acto de voluntad para impedir que esta violación de derechos humanos continúe. Según Lamas (1996), una perspectiva de género desde la educación abarca desde libros de texto y programas no sexistas hasta el desarrollo de políticas de igualdad. Por otra parte, ayuda a erradicar las representaciones, imágenes y discursos que reafirman los estereotipos de género. La violencia se da a nivel individual o colectiva por ello, tiene que haber un cambio social e institucional con un esfuerzo coordinado, coherente y participativo, dándole voz y visibilidad a las víctimas de violencia de género aceptando que eses actos de terrorismo contra humanos tienen la única intención de controlar y dominar intencionalmente a la víctima con tácticas de poder y control mediante la amenaza. Como decía es escritor W.A. Ward; el pesimista se queja del viento, el optimista espera que cambie y el realista ajusta las velas. Y eso es lo que tenemos que enfrentar, la realidad de que la violencia de género es prevenible y una educación desde una perspectiva de género nos ayuda a ajustar las velas hacia una dirección de equidad para una vida sin discriminación y sin exclusión. Esto es prevenible, claro que es prevenible.

Por su parte la Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), considera que la educación es un derecho humano para todas las personas, a lo largo de toda la vida y que la misma transforma vidas respondiendo a los retos mediante la enseñanza con la igualdad de género como principio subyacente. Es a través de la educación que tenemos la oportunidad de llevar a cabo acciones preventivas contra el discrimen, la condena, la censura, el castigo, el rechazo y la crítica por parte de aquellas personas que demonizan la educación 2020

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La Mujer que defiende su vida, ¿Víctima o Asesina? ÚRSULA M. COLÓN MORALES

Mientras Laura compartía con sus hijos, y en presencia de ellos, surgió otro de los muchos conflictos que ella consistentemente intentaba evadir. Sin embargo, a diferencia de ocasiones previas, esta vez la violencia de su esposo culminó en una muerte que no se pudo evitar. Ante la desesperación y el peligro que representaba el coraje y la agresividad de Juan, Laura no tuvo opción que no fuera la de defender su vida y la vida de sus hijos. Espontáneamente y sin pensarlo, se protegió de la única manera que pudo. Tirando a ciegas mientras intentaba levantarse del piso, le introdujo el cuchillo que penetro el cuello de su atacante causándole un sangrado que le provocó la muerte. Luego de años de golpes, violaciones sexuales y amenazas, esa noche el terror que vivía Laura culminó, y tanto ella como sus hijos pudieron respirar. El caso de Laura es uno verídico que marcó su vida para siempre y que además estableció precedente legal en Puerto Rico, que hasta el presenta ha permitido explicar al Tribunal las razones por las cuales algunas mujeres pueden percibir el peligro del momento llevándolas a defender sus vidas.

Laura aprendió a enfrentar los golpes, con el propósito de conservar el matrimonio y no criar a sus dos hijos en ausencia de su padre. En esta ocasión el propósito de Juan fue exigir que Laura le entregara el dinero de la semana. El dinero que ella había conservado para pagar el alquiler de su vivienda y comprar los alimentos. El comportamiento agresivo de Juan continuó hasta ese día en que los golpes, las humillaciones y las amenazas llegaron a su fin. Temiendo que en esta ocasión, se cumplirían las amenazas, y ante la percepción de peligro inminente, Laura tomo acción y defendió su vida y la vida de sus hijos. Como resultado de esto, Laura fue acusada de Asesinato en Primer Grado y Posesión de un arma blanca, lo que resulto en la doble victimización por un sistema que no la protegió, y luego la condeno, a pesar de la evidencia existente. Los golpes que esta joven madre mostraba en su rostro y en su cuerpo no fueron prueba suficiente para probar ante las autoridades que ese día ella no tuvo opción que no fuera la de defender su vida. La magnitud de la violencia reflejada en el caso de Laura es un ejemplo verídico, representativo de lo que ocurre en muchos de los hogares donde existe violencia. Cada día se escuchan nuevos relatos de mujeres luchadoras que han sido atropelladas por los hombres en sus vidas. Describen su realidad a base de un vaivén que no pueden identificar y mucho menos explicar. Solo reconocen los matices oscuros de la ansiedad, la aprensión y la desesperación. Describen su vida como una sumergida en un abismo donde las negociaciones se convierten en el elemento fundamental dirigidos hacía la sobrevivencia psicológica, física y emocional. Viven en “un estado constante de aprensión” que no les permite reaccionar y que las lleva a negociar la propia esencia, dejando de ser, para adaptarse a las exigencias impuestas por un marido, cuyo propósito es controlar sus vidas.

"Los golpes que esta joven madre mostraba en su rostro y en su cuerpo no fueron prueba suficiente para probar ante las autoridades que ese día ella no tuvo opción que no fuera la de defender su vida.." Las exigencias de su marido eran continuas. Con frecuencia él solía llegar en horas de la madrugada a gritos de horror, exigiendo que Laura se levantara a servirle en lo que fuera su necesidad del momento. Luego la obligaba a sostener relaciones sexuales, aun cuando ella se negaba a participar. Ya complacido se acostaba a dormir.

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En ese proceso pierden lo más preciado, la existencia de su propio yo. Para algunas, evitar la destrucción propia se convierte en su único propósito de vida. A muchas se les dificulta responder efectivamente ante la violencia impredecible que amenaza su seguridad física y/o psicológica y que les provoca un gran sentido de impotencia, imposibilitándoles ver las opciones que puedan estar a su alcance. Al escuchar sus historias he podido entender, que las únicas faltas que estas víctimas han cometido han sido la de no haber podido defender sus ideas y haber defendido su derecho a la vida.

Tampoco pudo prevenir el aumento en la frecuencia de las agresiones y la intensidad de los golpes que les propinaba, hasta el momento en que se enfrentó a la decisión de proteger su vida, o exponerse a perderla. Luego de una intensa batalla legal para probar su inocencia, Laura fue absuelta de todos lo cargos. Debo señalar que la mayoría de las mujeres acusadas no corren la misma suerte. No todas las mujeres maltratadas matan a sus agresores. Incluso la evidencia apunta a que son pocas las que se atreven a enfrentarse a la agresividad de estos. Las investigaciones muestran que cuando una mujer ha pasado por el ciclo repetitivo de violencia desarrolla un sentido de impotencia e indefensión que no le permite actuar. Los estudios señalan que cuando toman la acción de protegerse, lo realizan de manera espontánea, ante la percepción de peligro inminente y ante el temor a la destrucción física y psicológica. Algunas mujeres que han pasado por la experiencia del abuso desarrollan un conjunto de características que frecuentemente les impide identificar alternativas que les permita escapar de la relación abusiva. Un sentido de impotencia que las hace vulnerable y las acorrala, aumentando el terror hasta percibir la amenaza que puede representar su destrucción física y psicológica. 1

A través de las expresiones de las mujeres entrevistadas se han podido identificar las diversas formas en que los hombres agresores reafirman su poder, hasta alcanzar niveles de peligrosidad que culminan en el asesinato, el suicidio o ambos. “No sirves, no puedes, que gorda, que fea, que bruta” fueron algunas de las palabras a las que recurría Juan para menospreciar a Laura. - Me agarraba por los brazos con mucho coraje y me tiraba contra la pared, -Me pegaba con los puños, me daba patadas, me dejaba moretones en los brazos y en la espalda, -Me agarró por el cuello, me iba a matar me tuve que defender, estas fueron algunas de las experiencias que entre lágrimas y sollozos describía Laura durante esa primera entrevista, y que han repetido mujeres quienes han pasado por experiencias de violencia a manos de sus parejas.

"Los estudios señalan que cuando toman la acción de protegerse, lo realizan de manera espontánea, ante la percepción de peligro inminente y ante el temor a la destrucción física y psicológica." En Puerto Rico somos testigos de la cantidad de mujeres que mueren anualmente a manos de sus esposos, compañeros o novios. Durante este año (noviembre, 2020) han fallecido 30 mujeres, asesinadas por los hombres en sus vidas. Sin embargo y a pesar de la alta incidencia de violencia doméstica, a las autoridades se les hace difícil entender la peligrosidad que representa vivir en un hogar donde permean los golpes y las amenazas. En el 83% de los casos de asesinato, son las mujeres las que pierden su vida. En los casos donde las mujeres se defienden, la mayoría son condenadas a pasar una vida encarceladas, sin poder ver a sus seres queridos.

Identificar las señales que se repiten en las relaciones donde hay violencia, es difícil para muchas mujeres cuyos esfuerzos están dirigidos hacia la evitación de la violencia y a la búsqueda de estrategias de sobrevivencia. A pesar de que Laura estaba consciente de la conducta violenta que había exhibido Juan a través del tiempo, nunca había logrado entender los niveles de peligrosidad que representaba para ella.

1 Pueblo V. González Román 1992, 129 D.P.R. 933 Prueba Pericial Sobre Síndrome de la Mujer Maltratada Como Incidental a Legítima Defensa. 2020

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No se puede justificar la violencia en ninguna de sus manifestaciones. Privar a otra persona de su vida, independientemente de situaciones que puedan ocurrir lastima lo más íntimo del ser humano consciente. Lo único que lo pudiese justificar es la defensa de la vida propia o la defensa de la vida de otro.

¿Ha sido Laura la víctima o la victimaria de sus circunstancias? Luego de todo lo mencionado y como resultado de la evidencia que se pudo revisar, desde mi perspectiva como especialista en el tema, he podido concluir que Laura no tuvo opción que fuera la de defender su vida. Que de no haberlo hecho sería hoy, ella la víctima de sus circunstancias. La violencia en las relaciones no es natural, defender tu vida ante cualquier peligro pudiera serlo. Sin embargo, lo saludable es evitar la violencia en todas sus manifestaciones mediante la concientización y la prevención. El abuso nunca debería ser parte de la relación de pareja. Las heridas que incita en sus víctimas pueden llegar a ser profundas y difíciles de sanar.

A través del tiempo algunos estudiosos han documentado la manera en que las mujeres han sido sobre representadas en las instituciones carcelarias y señalan la manera en que comúnmente mujeres acusadas reciben sentencias más severas que los hombres acusados de los mismos delitos. Esto se debe a la falta de entendimiento sobre lo que representa la violencia doméstica para la familia y la comunidad, la inequidad en la esencia de los sistemas, y como resultado de un sistema patriarcal que entiende que el hombre es quien dispone de la autoridad en el hogar; y que la violencia manifestada por la mujer va contra la naturaleza femenina. Por tal razón cuando la acusada es la mujer, los representantes legales prefieren recurrir a defensas tradicionales que cuestionan la salud mental de ella a cambio de presentar evidencia que sostenga la legítima defensa. Para evitar que sea juzgada como paciente mental y lograr un veredicto justo es imprescindible que se presente evidencia especializada y científicamente probada. Dicha evidencia permita ubicar la relación de los hechos dentro del contexto de la situación particular de la violencia doméstica, y educar al Tribunal haciéndole entender la razonabilidad de la respuesta emitida en el momento de los hechos.

"La violencia en las relaciones no es natural, defender tu vida ante cualquier peligro pudiera serlo."

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Relatos de Vida Testimonios de VÍctimas/Sobrevivientes de Violencia de Género

Soy sobreviviente de violencia de género y esta es mi historia. Un 27 de abril de 2005 jamás hubiera imaginado que ese sería el día en que mi vida cambiaría por completo. A mis once años ocurrió un evento lamentable en mi hogar: la pérdida de mi madre por causa de violencia doméstica, en manos de quien era mi padrastro. Una madre soltera con tres trabajos luchando día a día para poder sustentarnos vivió un ciclo de violencia doméstica. Como víctima secundaria presencié muchos momentos de insultos, peleas, discusiones y violencia física. Cada día escalaba la magnitud de la violencia y mi mamá intentó buscar ayuda, pero luego de un tiempo volvía a perdonar a mi padrastro. Hubo un sin número de incidentes donde pensaba que la perdía por completo, mi madre, mi todo. Aún siendo menor de edad sabía que lo estaba pasando no era bueno pero mi mamá, ella siempre lo justificaba y trataba de mantener la paz en el hogar. Mis hermanas y yo crecimos en este ambiente de violencia doméstica por muchos años y nos afectó a todas en gran manera. Hoy día daría cualquier cosa por abrazarla una vez más y que pudiera ver a sus hijas transformando sus vidas para alcanzar el éxito. En la actualidad cada una tomó un rumbo distinto; una es trabajadora social y brinda apoyo a víctimas de violencia de género, la otra es estudiante de justicia criminal y otra en formación para convertirse en Psicóloga. Han pasado 15 años desde su partida y siempre recordamos a mi madre como una mujer y madre luchadora, fuerte, amorosa y un espíritu de alegría.

Sobreviví la violencia doméstica Vengo de una familia de escasos recursos económicos. Mi padre trabajaba como obrero agrícola y mi madre en labores del hogar. Mi padre tenía un segundo grado de escuela y mi madre no aprendió a leer ni escribir. En mi casa se vivían episodios de violencia doméstica, pero para esa época todo se veía como algo normal. Pues el machismo dice que la mujer debe soportar todo y callarse. Los episodios de violencia eran discusiones verbales, bofetadas y hasta mi padre bajo borracheras nos echaba a la calle. Yo era la que me metía en medio de las discusiones para proteger a mami y mis hermanas. Como toda niña soñaba con casarme y tener una familia pues mi padre era muy amoroso conmigo y mis hermanas. Mami era más bien estricta, pero en medio de todo, yo era feliz. A la edad de 15 años, cansada de tantas vivencias y preocupaciones, me fui de la casa con un joven de 17 años. Nuevamente, salí de un patrón de violencia doméstica para entrar a otro. Al principio, él se portaba bien, pero cuando bebía se ponía violento. 2020

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Sobreviví la violencia doméstica (cont.) El patrón de violencia incluía desconfianza, prohibición y celos. Ese patrón de violencia crecía con los embarazos y cada vez que tenía un embarazo la situación empeoraba. A eso se añadía la escasez económica y la falta de una vivienda adecuada. Como me enseñaron que la mujer tenía que soportar al marido y como bien me dijo mi padre “Con la cuchara que busques con esa comes “’. En mi Iglesia no recibí apoyo porque, según la Biblia, la mujer tiene que estar sujeta al marido porque el hombre es cabeza de la mujer y el matrimonio es hasta que la muerte los separe. Con esas creencias me forjé y de niña me convertí en una mujer por las circunstancias de la vida. Esa relación duro 25 años y procreé 9 hijos teniendo, además, un aborto espontáneo. Me prohibieron relacionarme con mis padres y con mis amistades. Fui obligada a tener relaciones sexuales forzadas, embarazada año tras año por no poder usar a veces anticonceptivos porque él no quería que los usara. Con un octavo grado de escolaridad quería estudiar y él no me dejaba pues controlaba todo lo que hacía, decía pretendiendo trastocar mi mente. Cada vez que lo denunciaba, los policías se lo llevaban al cuartel y luego de algunas horas lo dejaban libre. Mis hijos sufrían y fueron maltratados. Una de las creencias erróneas que tenemos es que los hijos no deben separarse de los padres y la opción del divorcio no es una alternativa por nuestras creencias religiosas y culturales. Pero tarde me vine a percatar que mientras más rápido se comience a buscar ayuda y se salga de ese círculo de la violencia doméstica, más rápido se sana la mujer y rompe con ese patrón que afecta a los hijos. Después de 25 años de matrimonio, y como consecuencia del maltrato, él se encargó de abrirme la puerta iniciando el proceso de divorcio ya que se enamoró de una muchacha en la Iglesia que asistíamos. Luego de iniciar este trámite me manipulaba para que todos creyeran que él era un buen esposo y proveedor y que yo lo perdonara. Saqué fuerzas y por primera vez me revelé. El trámite de divorcio duro un año y pude demostrar que era víctima de violencia doméstica. En el año 2000, luego de culminar mi divorcio retomé mi vida y comencé de cero. Comencé a estudiar y completé un Bachillerato en Educación Temprana de Kindergarten a Tercer Grado y una Maestría en Educación con especialidad en Currículo y Enseñanza. He sufrido persecución por parte de mi exesposo y me casé nuevamente. Todavía tengo sueños por completar: quiero escribir un libro sobre la violencia y un poemario. Como sobreviviente de violencia doméstica me quedan todavía aportaciones de ideas, consejos y cualquier colaboración que pueda aportar para educar a las mujeres para que abran sus alas para volar y echar adelante sus hijos. 2020

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Servicios Apoyo psicosocial individual y grupal Acompañamientos psicosociales individuales Evaluación de peligrosidad y letalidad de las situaciones Elaboración de planes de seguridad y/o escape Apoyo con solicitud de Orden de Protección en línea Grupos de apoyo Coordinaciones de servicios Coordinación de servicios psicológicos, psiquiátricos, médicos, legales, albergue, vivienda transitoria, compra de alimentos, artículos de primera necesidad, ropero, apoyos económicos, entre otros. Servicios Legales Apoyo y orientación para solicitud de órdenes de protección por Ley 54 por intercesoras legales Representación legal por una abogada al momento de solicitar una orden de protección por Ley 54

¿Cómo puedes contactarnos? UTUADO SAN JUAN 787.894.8495

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