ÍNDICE1 PRESENTACIÓN ¿QUÉ ESTAMOS OFRECIENDO? INTRODUCCIÓN: Teoría del conflicto social CAPÍTULO 1: El conflicto. Conceptos y tipologías.
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CAPÍTULO 2: Evolución y tipos de conflicto.
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CAPÍTULO 3: Modos de abordaje del conflicto (Poder, Derecho, Intereses y Necesidades). EPÍLOGO BIBLIOGRAFÍA
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1 Fuentes de este Manual: PrevCon “Manual Transformación democrática “Presidencia del Consejo de Ministros de Perú. Lima
2011 y Fundación Cambio Democrático —FCD—. Manual conflicto y desarrollo. Fundación Cambio Democrático —FCD— Bs As 2009
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Presentación de la Fundación Cambio Democrático Le ofrecemos una breve historia y evolución de la Fundación Cambio Democrático en un cuadernillo que adjuntamos y que deseamos motive e incite a la lectura de los manuales. ¿QUÉ ESTAMOS OFRECIENDO? Este es el primer volumen de una colección de cuatro manuales que la Fundación Cambio Democrático —FCD— ha elaborado con la finalidad de ofrecer el desarrollo de aquellos temas que hacen a la comprensión de sus fundamentos, valores y postura frente a la transformación de conflictos. A través de los años de trabajo, la FCD2 ha ido cambiando su concepción y visión sobre la resolución de conflictos. Como bien se sabe, hablar de transformación de conflictos sociales implica hablar de varios temas, imbricados en una red conceptual que nos permite identificar, analizar, diseñar, conducir procesos y evaluar aquellas situaciones que se presenten o sean vividas como conflictivas para un grupo, una comunidad o una sociedad. Es por ello que la FCD ha elaborado estos cuatro manuales que contienen los siguientes grandes tópicos temáticos que reflejan su pensamiento y sus formas de abordar la conflictividad social: Parte 1: EL PRIMER TELESCOPIO ‐ una aproximación a la temática -
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Teoría del conflicto social El conflicto. Conceptos y tipologías Evolución y tipos de conflicto Modos de abordaje del conflicto (Poder, Derecho, Intereses y Necesidades)
Ver Cuadernillo de presentación de la FCD
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Parte 2: UN SEGUNDO TELESCOPIO—Resolver ‐ transformar: procesos y roles— -
El marco de la Transformación de conflicto. Resolver‐transformar El poder y la interdependencia. Causas y niveles de cambio individual‐ relacional‐cultural‐estructural Ciclo del conflicto y Roles de Tercer Lado para su transformación (prevención, resolución, contención). Plataformas para la transformación La incidencia
Parte 3: EL MICRÓFONO Y LA LUPA— Herramientas generales
Comunicación Observación estratégica
Parte 4: LA BRUJULA —Procesos colaborativos—Diálogo—Herramientas— -
Procesos colaborativos —conceptos y principios — diferencias entre mediación y facilitación— Etapa 1 de los procesos colaborativos: evaluación inicial de la situación Etapa 2 de los procesos colaborativos: Diseño del Proceso – estrategias y plan Etapa 3 de los procesos colaborativos: Conducción del proceso Monitoreo de los resultados alcanzados
Esperamos que todo lo que aquí brindamos sea de utilidad y sirvan para seguir incrementando este paradigma de la transformación de conflictos en pos de sociedades más democráticas, más libres, más humanizadas, más sustentables y en paz. Comenzaremos con una introducción que contiene los fundamentos de la Teoría de Conflictos.
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INTRODUCCIÓN: Teoría del Conflicto El campo del trabajo analítico y práctico con conflictos en general y conflictos sociales en particular es relativamente joven aunque se reconoce deudor de distintas raíces epistemológicas. A lo largo de su historia, ha cosechado una variedad de aportes teóricos y conceptualizaciones que todavía no forman un cuerpo teórico unificado, y es probable que nunca lleguen a hacerlo porque en el debate que existe en su seno, coexisten perspectivas muy distintas sobre la vida en sociedad. Desde las teorizaciones sobre el conflicto, su definición, causas y dinámicas, hasta la identificación de estrategias para operar sobre el mismo han ofrecido una variedad de significados a los diferentes términos. Este desarrollo teórico diverso continúa y es posible ver como cada cultura, y dentro de ella cada institución que se especializa en estas artes aporta una nueva categorización, tipología o conjunto de términos preferidos para definir el campo social en el que trabaja con la conflictividad. En algunos casos las divergencias entre unos y otros serán meras cuestiones semánticas o terminológicas, pero en otros casos serán diferencias sustanciales en el modo de concebir los hechos sociales constitutivos de la conformación, evolución y tratamiento de los conflictos sociales.3 La búsqueda de la elaboración de un marco conceptual sobre conflictos sociales se encuentra con la dificultad en el profundo e histórico debate político en torno al concepto de conflicto, sus aspectos positivos y negativos así como respecto a su gestión adecuada. Este debate gira en torno a ¿Cómo organizar el poder social? ¿Concentrar o descentralizar el proceso de toma de decisiones?, y tantas otras cuestiones que conducen a la reflexión, al intercambio de ideas y opiniones y a definir un contexto teórico coherente con los principios y valores que se sustentan.
3 Así, uuna visión social construccionista concibe al conflicto como un producto de la creación de significado social, una visión marxista del conflicto concibe a éste a partir del concepto del materialismo histórico y la lucha de clases, que pone a la estructura económica y el control de los medios de producción como los determinantes primarios del conflicto social.
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Las respuestas son contradictorias en la función de su origen ideológico. Los modelos políticos conservadores, recomiendan concentrar el poder y fortalecer, especialmente, la autoridad del Ejecutivo, a la vez que se subordinan los derechos a las concepciones doctrinarias (ideológicas, religiosas) del bien común. Aquellos modelos políticos progresistas, por el contrario, procuran robustecer a la autoridad ciudadana, a la vez que se condicionaba el respeto por los derechos a los reclamos y necesidades de las mayorías (Gargarella 2008). Estos debates se han reflejado en la historia política de América Latina, en particular, durante el proceso de construcción del Estado. En este sentido, durante los distintos capítulos de esta historia, defensores de la concentración del poder y aquellos promotores de su descentralización intercambiaron argumentos y protagonizaron conflictos por la distribución del poder social. Estos conflictos ocasionalmente han dado lugar al diálogo y la concertación y con estos a un mayor entendimiento mutuo. En esos momentos de la historia, se lograron consensos básicos que posibilitaron, las siempre inestables, bases identitarias y normativas de nuestras sociedades. En otros momentos, la polarización ha sido tristemente grande y con el afloramiento irremediable de las diferencias, la conflictividad se tornaba violenta y por ende destructora con respecto al funcionamiento del sistema político. El problema irresuelto de la falta de una teoría unificada sobre los conflictos refleja una situación babélica, de multiplicación de nombres y acepciones que cruzan significantes y significados sobre la naturaleza, causas y evolución del conflicto social. Esta ausencia de un lenguaje compartido, como sostiene Frank Dukes (1996) 4 no solamente genera dificultades ente practicantes y académicos vinculados al campo, peor aún, deja a los actores protagónicos de la conflictividad social sin capacidad de entender las razones del conflicto, dificultando de esta manera, su abordaje transformador. Esta discusión es relevante ya que la manera en la que los actores perciben el conflicto condiciona la forma en que participaran en él. Como el mapa no es el territorio, las situaciones que surgen alrededor de un conflicto, no son el conflicto
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Dukes, Frank. Integration in Environmental Conflict. Conflict Resolution Quarterly. Volume 19. Fall 2001.
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en sí, sino las respuestas y actitudes que tenemos ante él. Es por eso que comprender la naturaleza del conflicto es el primer paso hacia un cambio constructivo. El propósito es facilitar un conjunto analítico de instrumentos para comprender mejor la conflictividad existente en torno a la distribución del poder en la sociedad y contribuir a políticas que permitan el establecimiento de marcos y procesos institucionales conducentes a su abordaje transformador de cara a la consolidación de un orden constitucional democrático. La efectividad y el impacto de dichas políticas públicas depende de conseguir “acciones coordinadas” entre aquellos que participaran de su formulación e implementación. Este marco entonces puede facilitar esta coordinación de acciones entre actores con responsabilidad pública pero ubicada en lugares distintos. Pasamos ahora a tratar todo lo relacionado con CONFLICTO.
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CAPÍTULO 1: El conflicto La palabra conflicto es un término flexible, ambiguo, dinámico. Puede comprender en su significado diferentes cosas según las personas y el contexto que refieran a él. El conflicto con el otro es parte de la “condición humana”. Está presente en toda la vida social y en las relaciones entre comunidades, pueblos y Estados. Usualmente se le otorga connotaciones negativas y se lo define con un valor opuesto a armonía, acuerdo o hasta paz. Hay múltiples definiciones de lo que es un conflicto y la forma en que se lo caracteriza, condicionadas en gran medida, por la forma en que este será abordado. Si al conflicto se lo concibe como una competencia donde solo puede prevalecer uno, las estrategias de las partes tenderán a fortalecerse, debilitando al otro. Para poder transformar el conflicto es necesario cambiar la mirada que tenemos sobre él. Genéricamente, se refiere a cualquier controversia organizada, un diferendo o desacuerdo de proporciones relativamente importantes, que a menudo abarca múltiples disputas. Disputas en torno a valores y a reclamos de acceso a condición, poder y recursos escasos; lucha, muchas veces se manifiesta en una situación donde los objetivos de los adversarios consisten en neutralizar, herir o eliminar a sus rivales (Coser. The Functions of Social Conflict. Free Press, New York, 1956). Otras veces, en base a identificar el conflicto con la violencia o crispación que existente entre sus integrantes, no es de extrañar que muchos identifiquen al conflicto como una fuerza destructiva que debe ser evitada, contenida o eliminada. Desde una perspectiva constructivista, conflicto significa “una divergencia de intereses percibida o la creencia de que las actuales aspiraciones de las partes no pueden lograrse simultáneamente”. (Pruitt, Dean y Jeff Rubin, Jeff. Social Conflict: Escalation, Stalemate, and Settlement. 2ed., McGraw Hill, New York, 1994).
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Un conflicto surge cuando dos o más actores, en una relación de interdependencia, no están de acuerdo sobre la distribución de recursos materiales o simbólicos y actúan basándose en estas incompatibilidades percibidas (Lederach 1996). 5 Desde esta perspectiva, el conflicto posee tres componentes distintivos:
1. Relación de interdependencia entre las partes. Es decir, ninguna parte tiene suficientes recursos como para alcanzar sus objetivos de forma unilateral. 2. Percepción de incompatibilidad de los objetivos de los actores involucrados, donde se hace énfasis en la subjetividad de las partes.6 3. Comportamiento agresivo aunque no necesariamente violento entre los actores involucrados. El conflicto implica la construcción de significados sobre hechos o eventos y la acción en función de esa construcción que realizan actores interdependientes: es decir para que exista un conflicto social estaremos frente a un asunto, que generará percepción, actitud ante esa percepción y comportamiento entre personas o grupos que están relacionados entre si. En esta misma línea, Galtung (1998) 7 propone entender el conflicto desde tres perspectivas concurrentes: la contradicción de objetivos existente entre las partes, la actitud con la que estas perciben la contradicción y el comportamiento con el que las partes interactúan.
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Lederach, Juan Pablo. Preparing for Peace. Conflict Transformation Across Cultures. Syracuse University Press, New York.
1996.
6 En sintonía con los desarrollos vinculados a la teoría de la narratividad y de la modalidad del pensamiento narrativo de Jerome Brunner(1997), la realidad se construye a través de narrativas. Desde esta perspectiva los conflictos a través de los cuales las personas experimentan los asuntos humanos toman la forma de las narraciones que usamos para contar cosas sobre ellos.
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Galtung, Johan. Conflict Transformation by Peaceful Means (The Transcend Method). UN, 2000.
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Ver Nota al pie
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Comportamiento: Por lo general hay una estrecha vinculación entre la actitud que tienen los actores que poseen los intereses o valores en contradicción y el comportamiento que estos desarrollan para resolver la situación. Los comportamientos pueden ser de confrontación violenta o no violenta así como de diálogo y cooperación. La confrontación violenta, supone una clara diferenciación entre “ellos” y “nosotros”, los canales de comunicación entre las partes se cortan y se comienzan a movilizar acciones mediáticas, legales o directas de agresión que buscan modificar las conductas o posiciones de la otra parte. La confrontación puede adquirir términos violentos, en principio de forma asilada o esporádica. Luego dicha violencia comienza a ser coordinada y cada parte responsabiliza al “otro lado” de generar las condiciones de la misma. Contradicciones: cuando los objetivos se perciben como incompatibles se evidencia una contradicción, entonces nace un “asunto” y se construyen creencias. Esta contradicción surgida de la interdependencia puede expresarse en fenómenos de injusticia estructural, tales como, por ejemplo: la concentración de tierras y el éxodo rural; la operación contaminante de una industria o la aplicación de una ley de promoción económica regional que desconoce a las sociedades locales que son promocionadas. 8
Gabriel Guerdeggueron Adaptación de Galtung
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Percepción/actitudes: cómo los actores desde sus marcos de interpretación distinguen la contradicción de intereses u objetivos. Si esta contradicción, no es percibida como anómala, deja latente el conflicto y conlleva una actitud de pasividad y un comportamiento adaptativo a la situación por aquellos perjudicados por la misma. Si por el contrario, alguno de los actores percibe la situación como injusta e identifican a otras partes como las responsables de la misma, comenzará a construir un discurso que eleve la conciencia de esta situación y enmarque conductas que produzcan un cambio frente a la contradicción. Si bien el conflicto ocurre cuando dos o más partes relacionadas (ya sea individuos, grupos, comunidades o estados‐nación) se encuentran divididas por causa de intereses u objetivos percibidos como incompatibles o como resultado de la competencia por el control de recursos escasos. (Avruch, Kevin. Conflict resolution, Encyclopedia of Cultural Anthropology, Vol.1 Henry Holt, New York, 1996) este surge a causa de cierta inestabilidad en el status quo y
percepción de injusticia en actores afectados. Así, el conflicto adquiere características más complejas, donde se presenta como fenómeno social directamente relacionado con procesos de cambio social. Al implicar intrínsecamente manifestaciones de cambio, los conflictos son dinámicos y tienen una energía que puede manifestarse en consecuencias negativas o positivas. La forma que adquiera esa energía dependerá de las decisiones que los actores puedan tomar en su curso. Es por esto que el conflicto en sí mismo es algo que contiene aspectos positivos y negativos a la vez. Es positivo ya que señala vitalidad en un grupo o una comunidad, asimismo da cuenta de injusticias y desequilibrios. Permite identificar la necesidad de cambios y orientar su dirección. Sin embargo, el conflicto también es negativo ya que trae consigo la semilla de la violencia, la intolerancia y el autoritarismo. Las diferencias y similitudes entre los actores a la hora de entender y evaluar al conflicto y sus causas es fundamental para explicar como este evolucionara
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(dinámica). También es fundamental para promover un abordaje tendiente al fortalecimiento de los procesos democráticos.9 El conflicto social El conflicto social, en la medida en que supone la tensión entre actores que establecen una relación social entre si, es demasiado abarcativo y puede incluir una gran cantidad de situaciones sociales que van desde un nivel interpersonal (por ejemplo: vecinos disputando por una medianera hasta conflictos binacionales que involucran actores armados). Es por esto que a fin de delimitar esta definición, la propuesta es hablar de conflictos sociales de interés público entendiéndolos como un subtipo de conflicto público. El conflicto público es una categoría más amplia que incluye disputas político institucional intra e inter burocrática, entre poderes públicos cuyos protagonistas centrales son aquellos que forman parte del marco institucional del Estado. Su escenario de acción es la arena política. Se dirime a través de distintos mecanismos político institucionales incluyendo vías administrativa, judicial, mediática etc. El Estado tiene un rol central y la disputa se centra en el proceso de toma de decisiones respecto al destino de recursos compartidos/públicos en temáticas que involucran intereses colectivos o difusos Un conflicto público puede ser caracterizado como de índole social, no sólo cuando involucra al Estado o a un proceso de decisión pública, sino también cuando incorpora como protagonista distintivo a actores de la sociedad civil. En este sentido el conflicto social posee las siguientes características específicas: •
El rol del Estado es protagónico de distintas maneras:
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Las situaciones que surgen alrededor de un conflicto, no son el conflicto en sí, sino las respuestas y actitudes que los actores tienen sobre el. Es por eso que comprender la naturaleza del conflicto es el primer paso hacia una transformación positiva. Para comprenderlo, es necesario saber que el conflicto es un proceso co-construido por las partes que tienen lugar en él y que las actitudes frente al conflicto surgen de nuestras creencias, supuestos y experiencias de vida. El conflicto no solo se construye por “lo que sucede” sino por el significado que los seres humanos atribuimos a “eso que sucede”. Y estos significados están basados en nuestra cultura, y en la base de experiencia y conocimiento que tenemos acumulado.
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1) Cuando el Estado es participe directo del conflicto (por acción u omisión); 2) cuando el Estado asume un rol de tercería en un conflicto de privados donde existe un interés colectivo en juego; 3) cuando el conflicto se manifiesta en el espacio público. •
Se conforman en torno a una compleja red de intereses que se traduce en la presencia de diversos grupos, organizaciones o individuos representando esos intereses con relaciones asimétricas de poder (Carpenter y Kennedy, 1998)10.
•
Existe disparidad entre las formas organizativas (y por ende estructuras jerárquicas y procesos de toma de decisiones) entre esos grupos.
•
Su emergente suele estar vinculado a un evento puntual o disputa (episodio),como por ejemplo movilización social en contra de una política gubernamental de características especificas, pero este suele descansar en un complejo entramado de causas estructurales (epicentro) que encuentran en dicha disputa, una vía para manifestarse.
Antes de continuar con la evolución de un conflicto recordemos algunas clasificaciones. Tipologías ¿Cuál es la utilidad de las tipologías? Un tipo ideal es un instrumento conceptual, usado en ciencias sociales para aprehender los rasgos esenciales de ciertos fenómenos sociales. Por la naturaleza polimorfa y multicausal de los conflictos sociales, cualquier intento de construcción tipológica esta condenado a ser controversial o al menos discutible. Los conflictos empiezan de una forma y terminan de otra. De cualquier manera, una tipología deriva de la priorización de ciertas dimensiones o variables que permiten construir el concepto y que estarán establecidos por un marco teórico ideológico particular. Esto es un elemento cierto para tanto el análisis como para el diseño de una intervención. El propósito de una tipología
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Carpenter, Susan. Managing Public Disputes. Jossey-Bass Publishers. San Francisco, 1988.
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El diseño y desarrollo de una tipología esta siempre en función del propósito con que se la aborda, y si el propósito no es claro, la tipología tampoco lo será. Si el propósito es académico, la tipología estará orientada a generar capacidad descriptiva explicativa, si el propósito es político o de transformación social, su orientación será servir como marco conceptual para generar respuestas adecuadas a los desafíos presentados por el contexto social. Una tipología se pueden construir tomando en encuentra diversas dimensiones o variables. Se puede tomar las causas del conflicto social, del objeto de la disputa, el tipo y cantidad de actores involucrados o por la legalidad o ilegalidad del comportamiento de aquellos. Tipos de conflictos Diversos autores han propuesto tipologías de conflictos, por tanto existe una variedad amplia en muchos casos dispersa. Existen clasificaciones de tipo único. A continuación un cuadro que las sintetiza formulado por Josep Redorta (2004)11 AUTOR
CRITERIO DE CLASIFICACIÓN
TIPO DE CONFLICTO
OBSERVACIONES
Woodhouse
Relaciones de Poder
Simétricos
La simetría equivale a
Asimétricos
igualdad en el poder
Funcional
Es funcional si potencia
Disfuncional
la
creatividad
Verticales
Se refiere al conflicto
Horizontales
entre iguales o en
Abebrese
Lederach
Funcionalidad
Relaciones de poder
innovación
y
la
jerarquía Galtung
Deutsch
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Nivel de visibilidad
Agresividad
Latente
El conflicto latente deja
Manifiesto
de serlo al manifestarse
Constructivo
Fuerte
Destructivo
ausencia de agresividad
aparición
Redorta, J. Como analizar conflictos. La tipología de conflictos como herramientas de mediación. Barcelona, Paidós, 2004.
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o
Burton
Hobbes
Coser
Violencia
Interés
Emocionalidad
Violentos
Ausencia o presencia de
No violentos
violencia
Apetito
Es
Aversión
repulsión
Real
Es irreal si existen
Irreal
muchas
la
atracción
y
emociones
implicadas
También existen tipologías complejas o multidimensionales, como la de Deutch que los clasifica en función de su nivel de realidad y manifestación. Algunas clasificaciones que estimamos útiles pueden ser la de Wright (1990)12 que distingue los conflictos en físicos o territoriales, políticos, ideológicos y legales. Como se ha mencionado anteriormente el conflicto social articula o condensa una conflictividad publica policromática en la que interactúan una diversidad de factores causales y dinamizadores de la misma; políticos, sociales, culturales y ambientales. Por esto, el conflicto social nunca se podrá explicar bien si su descripción se circunscribe a la disputa episódica. Una protesta gremial reprimida por las fuerzas de seguridad puede tener distintos causas y factores que la hacen posible. ¿Cuál es el contexto político y elementos específicos que explican la cobertura mediática de una movilización de un grupo social reclamando la suspensión de la resolución de un ministro? Todas estas cuestiones, una vez más nos contraponen los episodios conflictivos de los epicentros de conflictividad que los explican. En todo conflicto social siempre existe un episodio de disputa que opone a los actores involucrados y que se convierte en el principal clivaje o línea de ruptura y reagrupamiento, y un epicentro en donde se encuentran la “agenda de fondo” así como los datos de contexto en donde los hábitos grupales culturales, las asimetrías e interdependencia y las historias permiten profundizar la comprensión del conflicto y 12
Wright, Q. “The nature of conflict” en Burton, J. y Dukes, F. (comp). Readings in Management and Resolution. Nueva York, Saint Martin’s Press, 1990.
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desde donde las intervenciones pueden aspirar a promover posibilidades reales de transformación. Por lo general, los actores analizan los conflictos en base a los episodios y no a los epicentros, esto es, singularizándolos en función de aquello que se transforma en el objeto central de disputa. Ese objeto central de la disputa puede ser simbólico o tangible, puede estar en un cargo, en una norma como puede estar en una cuenca o en una especie. Es aquí donde una característica relevante a tomar en cuenta cuando se evalúa cuál debe ser la mejor tipología de conflictos para el diseño de una política de estado orientada a generar condiciones de gobernabilidad democrática a través de la prevención de la manifestación destructiva de los conflictos sociales. Que tipología sería más útil para establecer sistemas de alerta temprana para que aquellos actores y procesos involucrados y, en particular, aquellos que tienen responsabilidades públicas directas sobre ellas tomen decisiones que impacten positivamente en la evolución del conflicto, llevándolo a una situación de más justicia y paz entre los actores involucrados. Criterios para la construcción de clasificaciones y tipologías sobre conflictos Escala territorial Este primer criterio clasificador de distintos tipos de conflicto da cuenta de la escala de despliegue del disputas o de intervención. Cuando se da cuenta del nivel local, regional o nacional, se hace referencia a conflictos que se clasifican en base a su área territorial de reproducción. Cuando se habla de conflictos comunales o regionales, o bien se hace la diferencia de un conflicto nacionalizado con un conflicto que no lo es, se están haciendo jugar criterios de escala para clasificar el conflicto social. Intensidad Se puede construir una tipología en base al nivel de polarización existente, hacia la presencia o no de hechos de violencia o predominancia de actividades ilegales. Muchas veces, este criterio de clasificación permite identificar el tipo de respuesta de corto plazo que debería darse desde el Estado para prevenir la intensificación de la
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escalada. La intensidad del conflicto variará si se adoptan estrategias de prevención, resolución o contención. Modo de abordaje predominante Este criterio clasifica los conflictos en base al modo predominante de abordaje que del mismo tienen los actores involucrados. Si bien el conflicto nunca se dirime en base un modo exclusivo de relación entre los actores, sí hay una estrategia o modo que predomina: el poder de la fuerza, la utilización de procesos normativos sujetos a derecho o el dialogo explorando necesidades intereses subyacentes. Causas Se puede construir una tipología de conflictos en función de sus causas. Dependiendo de la teoría de cambio, las causas pueden variar. En América Latina se pueden identificar como causas de los conflictos, la falta de vigencia de los derechos humanos en un territorio, la existencia de redes criminales que sostienen acciones que provocan disturbios sociales, la falta de determinación en derechos de propiedad o soberanía, la aparición de una catástrofe u otras y lo que permite clasificar los conflictos con esta base. Este tipo de análisis induce a identificar cuáles son las políticas estratégicas direccionadas estratégicamente a remover dichas causas, a partir de intervenciones estratégicas. Objeto Finalmente, también la tipología puede construirse en base a las características del objeto de disputa. Este es el criterio que los distintos actores usan habitualmente para ubicarse. Su agrupamiento se define por la “agenda” del conflicto. A modo de ejemplo, los conflictos en torno al acceso al agua se diferencian de aquellos que giran en torno a la distribución de la renta minera o a la contaminación de una ribera. Este tipo de criterios de clasificación tiene la ventaja de permitir a muchos actores compartir la descripción Legalidad
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El criterio de legalidad distingue entre aquellos conflictos sociales centrados en prácticas tipificadas como delitos por parte del Estado de aquellos que se desenvuelven predominantemente en un marco de legalidad. Muchas veces este criterio es adoptado en relación con aquel que clasifica conflictos en base a la intensidad del mismo. Cada una de estos criterios así como muchos otros, son útiles para distintos fines. Un sistema de información sobre conflictividad social debería tener la capacidad de utilizarlos de forma complementaria, siendo útiles para fines específicos. Ahora si pasamos a la evolución de un conflicto.
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CAPÍTULO 2: Evolución de la conflictividad El análisis de la evolución de la conflictividad combina la evaluación de la intensidad que posee el conflicto a lo largo de un proceso temporal. Así, identifica los principales hitos o puntos de inflexión en la evolución del conflicto analizando cuales son los factores dinámicos que lo hacen escalar o desescalar.
Para poder identificar, analizar, abordar utilizando las mejores herramientas, un conflicto, deberíamos ubicarnos frente a él sabiendo a qué nivel pertenece. En general podemos identificar cuatro niveles, a saber: Nivel 1: Conflicto latente o problema social Nivel 2: Disputa o Controversia Pública Nivel 3: Crisis Nivel 4: Violencia Veamos cada uno. Nivel 1: Conflicto Latente o Problema social “Cuando el conflicto por estar latente, todavía es un problema social”. 19
Existe una situación de frustración o insatisfacción de necesidades o intereses de un grupo social, una contradicción de intereses o valores con otros grupos o el riesgo de daño colectivo provocado por acción u omisión por parte del Estado. Sin embargo esta no ha sido traducida en acción confrontativa por ninguno de los actores involucrados. El conflicto está latente ya que existen factores estructurales o contextuales que provoca dicha contradicción de intereses aunque sin embargo esta no se visibiliza de forma alguna en el espacio público. Nivel 2: Disputa o Controversia Pública “Cuando la manifestación del conflicto social se produce” Los actores sociales generan acciones públicas de promoción y rechazo de una decisión / omisión de parte del Estado y confrontan a través de procesos públicos (institucionales o espontáneos) en función de sus posiciones contradictorias. La contradicción o riesgo percibido por parte de un grupo de actores respecto de una situación dada lleva a que se manifiesten señales explícitas de malestar. Estos reivindican en el espacio público, sus intereses amparándose en los derechos que los resguardan. Identifican responsables de su malestar en terceros involucrados, usualmente invocando la rectificación de la situación por parte del Estado. Se producen debates en torno a la cuestión en el espacio público con un rol de gran relevancia por parte de los medios de comunicación. El antagonismo entre las partes es visible y se conforman coaliciones en torno a los clivajes que dividen las posiciones. Las controversias pueden sostenerse en el tiempo o ser coyunturales. Usualmente giran en torno a un tema central pero se desarrollan en el marco de una conflictividad contextual que involucra otros temas colaterales. Factores dinamizadores de la escalada hacia la crisis o violencia: 1) Polarización: Cuando a partir del análisis de las posiciones y estrategias de de los actores involucrados, predominan posiciones rígidas, narrativas excluyentes y comportamientos hostiles.
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2) Relaciones asimétricas: Cuando un lado (coalición) posee una efectividad considerablemente mayor que el otro en la incidencia sobre decisiones públicas. Esto genera o incentiva a el sector débil a tomar acciones drásticas con el propósito de “hacerse escuchar” por parte del decisor o inclinar la relación de poder a su favor. Nivel 3: Crisis La crisis ocurre cuando la conflictividad se desborda de los canales institucionales previstos normativamente para su tratamiento (constitución nacional, legislación vigente). Estas son generadas usualmente por una acción manifiesta sustantiva de un actor involucrado que polariza y dispara una aceleración de hechos orientada o conseguir un resultado favorable. Un disparador de la decisión que provoca la crisis puede ser la ocurrencia de un daño contextual que convierta el riesgo identificado en niveles anteriores en perjuicio concreto colectivo (una comunidad) o individual (a una persona) capaz de provocar una movilización de las coaliciones en pugna. La crisis suele presentar una situación de equilibrio dinámico de fuerzas que incentiva a los actores a avanzar en una salida negociada. Por el aumento de incertidumbre con los consecuentes costos vinculados a la búsqueda de seguridad unilateral por parte de los actores, el reclamo por parte de terceros, para que las partes se avengan a procesos negociados, se hace más intensa. Si bien la polarización provoca mayor dificultad hacia adentro de las coaliciones generadas, distintas voces que funcionan como terceros internos y externos suelen promover procesos institucionales que reencaucen el conflicto ejerciendo roles de tercer lado como árbitros o reguladores. Nivel 4 Violencia Las crisis pueden provocar inmediatamente o después de un tiempo, si no se contienen sus factores de escalada, una situación de violencia directa. Esta situación presenta usualmente la combinación de contextos de enfrentamiento físico entre los grupos en litigio y/o represión estatal sostenida. Por lo general, existe una suspensión de hecho o de derecho de las garantías constitucionales y suelen lesionarse de forma 21
sistemática los derechos humanos en aras de la búsqueda del restablecimiento del orden y la paz social. Llegado a este punto, cabe preguntarse: ¿Cuáles son las estrategias para abordar un conflicto? En el siguiente capítulo encontraremos algunas de ellas.
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CAPÍTULO 3: Estrategias de abordaje del Conflicto Existen al menos tres diferentes enfoques o modos para abordar un conflicto: 1. tratar de reconciliar los intereses en conflicto de cada una de las partes a través del diálogo (intereses y necesidades) 2. llevar el asunto a un tercero que determine los derechos de cada una de las partes (derecho) 3. definir el resultado sobre la base del ejercicio más o menos regulado de la fuerza (poder) ( Ury Brett y Goldberg 2000) .13 Modos de resolver el conflicto
Basado en W. Ury y R. Shonholtz‐ Mc.Cormack Estos tres enfoques o modos de abordaje, en la realidad suelen estar mezclados, aunque un proceso nunca deja de tener un modo predominante o hegemónico de las reglas del juego utilizadas. Esta es una tipología ideal que como fue planteado más arriba, siempre se cruzan sus componentes. La conflictividad de los procesos sociopolíticos es múltiple y por tanto es importante aceptar el hecho que todos estos modos se activan y desactivan de forma 13
Extractado de Ury, Brett y Goldberg, “Getting disputes resolved”, Jossey-Bass Publishers, London, 1989, pag. 19.
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interdependiente y compleja. Esto da cuenta a su vez de la complejidad que implica buscar ejercer una intencionalidad transformadora desde una perspectiva sistémica. Es muy difícil comprender la conflictividad social, en particular en la actualidad, ergo, los desafíos de la búsqueda de transformarla de forma democrática también se presentan tan dificultosos como urgentes. Incluso si el enfoque de la reconciliación de intereses es generalmente preferible, los enfoques de derechos y poder tienen un rol importante que cumplir, teniendo como premisa que son alternativas sólo en caso que el diálogo por sí no sea posible o no tenga éxito. Veamos brevemente, cada uno: Los Intereses y Necesidades De la confrontación a la negociación: Los actores involucraos participan en procesos y espacios institucionales o ad hoc de diálogo y búsqueda de consenso para resolver los problemas vinculados a los causales del conflicto. Estos espacios pueden ser meramente de diálogo a partir del intercambio de perspectivas e información o bien, donde se toman decisiones y por tanto se producen dinámicas de negociación para abordar conflictos puntuales. El dialogo se distingue de la negociación ya que el primero, refiere a un proceso conversacional que busca construir confianza, intercambiar impresiones sobre la problemática que enfrenta a las partes y generar condiciones para avanzar en la solución negociada de la disputa. Con negociación se entiende un proceso conversacional toma de decisiones en donde las partes intentan encontrar vías para resolver sus problemas comunes y satisfacer sus necesidades, intereses y objetivos a través de la construcción de consenso. Los procesos de negociación pueden ser más o menos adversariales aunque su denominador común es el hecho de que se utiliza la comunicación directa para llevarlos a cabo. Ejemplos de esta modalidad de abordaje de conflictos pueden ser: el dialogo democrático, la concertación política, los talleres de resolución de problemas sociales, la planificación participativa, los procesos de deliberación pública o el diálogo social. El Derecho
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El derecho introduce la consideración de la justicia a la hora de resolver el conflicto social y pone sobre la mesa el enfoque de un proceso objetivo que permite juzgar las acciones de los hombres en base a un marco normativo axiológico. Confrontación basada en el derecho: Los actores involucrados abordan este tipo de confrontación cuando se puede dar a partir de actuaciones administrativas, judiciales o políticas. Se puede hacer a través de reglas y procesos estructurados como un proceso judicial, electoral, legislativo o administrativo que busca dirimir la contraposición de los argumentos y derechos esgrimidos por cada parte sobre la base de criterios objetivos establecidos por la ley o la tradición. La conducción del proceso está en manos de un tercero que arbitra entre las partes definiendo quién tiene la ley o el criterio objetivo de su lado. El Poder Desde la perspectiva del sistema político, los procesos por los cuales se abordan los conflictos pueden estar basados u orientados por la lógica del poder. Poder significara aquí “la capacidad de hacer que otros hagan algo a pesar de sus intereses”14. A decir de Max Weber15 podemos dar ejemplo tales como: uso de la fuerza política, policíaca, social o militar (clausura de movilizaciones callejeras, cierres o bloqueos de calles, escaladas mediáticas, la violencia pública, el bloqueo económico, la huelga o la guerra. Desde una perspectiva estatal esto es muy importante, ya que el Estado detenta la exclusividad en el uso legitimo de la violencia. Esto quiere decir que el ejercicio del poder puede o no; ser legítimo, legal, democrático o transformador. La historia política de América Latina se destaca por los usos ilegítimos, ilegales, anti democráticos y autoritarios del poder. La legitimidad del poder descansa en el contrato social que regula el conflicto social. Allí donde surge el derecho como otro macro modo de abordar los conflictos.
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El Poder según Weber “es la posibilidad de que una persona o un número de personas realicen su propia voluntad, en una acción comunal, incluso contra la resistencia de otros que participan en la acción”(Economía y Sociedad pp16) 15 El Político y el Científico de Max Weber
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Confrontación basada en el poder: Los actores involucrados reclaman, de forma imperativa a sus contrapartes, atender sus demandas o satisfacer sus necesidades a través de vías de hecho. Así desarrollan estrategias coercitivas basadas en acción directa como bloqueos de carreteras, desobediencia civil, manifestaciones callejeras, amenazas directas, represión policial o parapolicial, violencia política. Este tipo de modo de abordaje del conflicto puede ser más o menos sujeto a derecho, dependiendo del nivel de polarización y violencia reinante. Otras modalidades Evitación: Los actores involucrados, a pesar de poseer intereses encontrados, encapsulan el conflicto y no realizan actividades ni expresan declaraciones públicas respecto a los problemas emergentes, como tampoco responde a los reclamos de sus contrapartes o participan en espacios avocados para abordar problemas asociados al conflicto. Un actor puede implementar estrategias diferenciales dependiendo de la relación con sus contrapartes. Mientras que en relación a cierto grupo, la estrategia de abordaje del conflicto puede basarse en el diálogo, con otro grupo de actores el abordaje será confrontativo o evitativo. Un actor puede tener una estrategia oscilante entre la confrontación y el diálogo, en particular cuando se atraviesan ciclos de conflictividad manifiesta. Para poder evaluar la mayor o menor eficacia de los procedimientos para abordar un conflicto, se puede orientar en base 4 criterios de selección: costos de la transacción, satisfacción con el resultado, efectos en la relación y recurrencia del conflicto. La idea es que muchas veces, cuando elegimos un procedimiento sin análisis de las consecuencias, no logramos resolver el conflicto sino que lo escalamos o lo volvemos recurrente. Por ejemplo, una persona indignada con su vecino puede decidir sin más trámite, recurrir a vías de hecho (violencia) o a enviar una carta documento. 26
No siempre ese procedimiento será el más eficaz, porque la escalada del conflicto terminará por generar más costos para su abordaje, dañará la relación involucrada, y la insatisfacción con el resultado podrá significar que el contrincante tome otra medida (por ejemplo, que contra‐ataque, inicie nuevas denuncias, etc.) Lo que la figura siguiente plantea es que no todos los conflictos se resuelven tomando en cuenta un método determinado. Idealmente, los conflictos que se resuelven teniendo en cuenta los intereses de las partes involucradas, tienden a ser mucho más efectivos y duraderos que aquellos que son consecuencia de una solución impuesta por un tercero Sin embargo, muchos sistemas promueven la utilización preferencial de mecanismos de abordaje basados en el poder, o inclusive en los derechos, aún cuando estos procesos requieren necesariamente de instalar dinámicas de confrontación. En función de la dinámica que promueven, podrían clasificarse los métodos del siguiente modo: SISTEMAS NO ADVERSARIALES
mediación
SISTEMAS ADVERSARIALES
juicio
negociación
arbitraje
procesos colaborativos
En los sistemas adversariales, el protagonismo lo tiene el juez o el árbitro, quien decidirá en base a las pruebas que presentan las partes, quién tiene razón. Las partes tratarán entonces, necesariamente y por todos los medios disponibles, de demostrar que ellos tienen la verdad y que el otro se equivoca. En estos procesos, las partes están obligadas a mirar hacia atrás, en la historia, para buscar elementos que le sirvan a su causa y no pueden reconocerse culpas recíprocas. Más allá de las instancias de apelación o queja, la balanza se inclinará hacia un lado o hacia otro y el resultado dejará ganadores y perdedores. 27
En los sistemas no adversariales, el protagonismo lo tienen ambos polos de conflicto, son ellos quienes decidirán sobre cómo resolverlo, aún en el caso de que convoquen a un tercero mediador o facilitador para asistirlos en el proceso de negociación. Pero este tercero mediador, no tiene poder para tomar las decisiones por ellos. Los acuerdos logrados mediante procesos basados en intereses, como la mediación y la negociación colaborativas, al ser co‐construidos por las partes, tienden a ser más perdurables en el tiempo, ya que todos se sienten responsables de su cumplimiento por haber sido protagonistas de la decisión acordada. Un buen acuerdo no tiene ganadores ni perdedores, sino que todos ganan, habiendo pasado por un proceso de reflexión y estando convencidos de que se satisfacen sus intereses prioritarios. Por lo tanto, los modelos piramidales dan cuenta de “sistemas frustrantes”, donde la mayor cantidad de situaciones se dirime por medio de procedimientos basados en el poder y la coacción. En cambio los “sistemas efectivos”, donde la mayor cantidad de conflictos se dirime mediante procedimientos basados en los intereses afectados, dejan sensaciones de transformación de la situación inicial y de dilución del problema Ciclo de vida de un conflicto John Paul Lederach, profesor y activista de la paz propone un análisis de la vida del conflicto y los posibles roles que podemos desplegar en cada etapa, basado en el trabajo del conciliador cuáquero Adam Curle en su libro Making Peace (1971). Curle propone una matriz para visualizar el camino desde las relaciones no pacificas hasta aquellas pacíficas tomando en cuenta los niveles de poder y los niveles de conciencia de que hay intereses y necesidades en conflicto. (Ver siguiente figura). La siguiente matriz es útil para ubicar dónde estamos en un conflicto dado y para sugerir las actividades potenciales que podríamos realizar en un tiempo dado. Hay por lo menos tres funciones claves en ese camino hacia el cambio, que son: la educación/concientización, la defensa (o promoción) y la negociación (que puede incluir mediación, es decir la participación de un tercero que asista de forma imparcial al proceso de negociación). 28
Los campos emergen en la medida en que seguimos un sendero típico del conflicto. De acuerdo con Curle, la educación o concientización es necesaria cuando el conflicto está oculto y la gente no está consciente de los desequilibrios y las injusticias. Está dirigida a borrar la ignorancia y elevar la conciencia sobre la naturaleza de las relaciones desiguales y la necesidad de atender y restaurar la equidad, tal como es vista, por supuesto, por aquellos experimentando las injusticias. La conciencia creciente de los asuntos, las necesidades y los intereses conducen a exigir el cambio de la situación. Estas demandas rara vez son atendidas de inmediato y, lo más probable es que no sean ni oídas ni tomadas en serio por aquellos que se benefician de la situación, que prefieren mantener las cosas como están. Este es el espacio para la incidencia y el activismo en la defensa de los derechos. Aquí se buscará promover un equilibrio de poder, esto es, un reconocimiento de la dependencia mutua al aumentar la voz de los menos poderosos y la legitimación de sus preocupaciones.
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Esto ocurre a través de algún tipo de confrontación que implica escoger entre mecanismos violentos o no violentos o una combinación de ambos. De ser exitosa, la confrontación aumentará la conciencia de interdependencia y el equilibrio de poder. La negociación resulta posible surgiendo así el papel de la mediación. Esencialmente, la negociación significa que las personas y/o los grupos involucrados reconocen que no pueden simplemente imponer su voluntad o eliminar al otro, sino que necesitan trabajar con los demás para conseguir sus metas. Las negociaciones y mediaciones exitosas conducen a una reestructuración de la relación y tratan preocupaciones sustantivas. Este resultado es lo que Curle llama un aumento de justicia o relaciones más pacíficas. Obviamente, en cualquier punto, el sendero del conflicto puede saltar o incluso circular entre varios de los cuadrantes durante diferentes períodos de tiempo. Dos conclusiones emergen de este esquema: • Primero, el esquema sugiere que la educación, promoción y mediación comparten la meta del cambio y la reestructuración de relaciones violentas, conflictivas, beligerantes. Comparten la visión de justicia, y de cambio sustantivo
y procedimental. Cuando la justicia deja de ser la meta, cualquier papel, actividad o estrategia particular deben ser cuestionados. • Segundo, señalamos que esas actividades de paz se superponen, complementan y, lo que es más importante, se apoyan mutuamente y son interdependientes la una de la otra. La negociación pasa a ser posible cuando se legitiman y articulan las necesidades y los intereses de todos aquellos involucrados y afectados por el conflicto. Este proceso se da más a menudo a través de la confrontación y la promoción que surgen de la concienciación de los intereses y las necesidades básicas Vale la pena resaltar dónde difieren esos papeles. La promoción, por ejemplo, escoge estar con un lado a fin de lograr la justicia. La mediación elige estar conectada con todos los lados para lograr la justicia. 30
La promoción no violenta, dadas las circunstancias, busca la confrontación al moverse para producir y aumentar la expresión abierta del conflicto, al tiempo que se procura reducir la violencia (incidencia colaborativa). A través del conflicto propone moverse del silencio y de la complacencia a la conciencia y el cambio. La mediación, que se construye sobre la base de una conciencia aguda del conflicto, se mueve para producir y aumentar la comprensión mutua mientras se reduce el antagonismo. En todo lo dicho subyace un supuesto, y es que el CONFLICTO no se ELIMINA ni se CONTROLA sino que se TRANSFORMA, esto hace referencia a su naturaleza dinámica y dialéctica. Se utiliza el concepto de transformación para enfatizar que los conflictos son vistos como procesos vitales en el desarrollo de las sociedades, con potencial destructivo o productivo. En ese sentido, el concepto se convierte en un esfuerzo para el logro de procesos y resultados constructivos y mutuamente beneficiosos.
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EPÍLOGO Hasta aquí, además de haber abordado temas tales como: conceptos sobre conflicto, conflicto social, resolución y transformación de conflictos; clasificación de conflictos; evolución de la conflictivilidad; estrategias de abordaje del conflicto; ciclo de vida de un conflicto; ciclo de vida de un conflicto pero, antes de despedirnos y proponerles pasar al Manual siguientes “UN SEGUNDO TELESCOPIO—Resolver ‐ transformar: procesos y roles— queremos dejarle nuestra síntesis, apretada pero síntesis sobre los conceptos trabajados. Transformar el conflicto en una oportunidad para el desarrollo democrático supone concentrarse no solo en la lucha visible, sino en las causas relacionales, institucionales, estructurales y culturales que contraponen a los actores. El concepto de transformación democrática de conflictos, por lo tanto, da cuenta de la potencialidad que es inherente al conflicto para ser transformado en oportunidad para el desarrollo democrático. El punto es poder apreciar sus contribuciones positivas para la democracia –al señalar una problemática social no atendida e introducir un sentido de urgencia pública para atenderla, o alerta temprana para crisis inminentes– y sus efectos negativos –crisis, violencia, fragmentación del tejido social– que deben ser contenidos y prevenidos. En ese sentido, el enfoque de la transformación democrática es capaz de aprovechar y reforzar a las primeras, del mismo modo que puede evitar, mitigar o, en el peor de los casos, contener las segundas, en el marco de la aplicación y vigencia del Estado de Derecho y de la normatividad de la vida democrática. Muchas gracias FCD
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