VASCO DE QUIROGA ORADORES. TATA VASCO, CONSTRUCTOR DE UNA SOCIEDAD EDUCADORA

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Mons. Jesús García Burillo (Alfamén, Zaragoza, 28 de mayo de 1942 obispo emérito de la Diócesis de Ávila, de la que fue residencial desde el 23 de febrero de 2003 hasta el 6 de noviembre de 2018. Gran canciller de la Universidad Católica de Ávila. Estudió Magisterio y reallizó sus estudios eclesiásticos en Valladolid, donde estudió filosofía, y teología por la Universidad Pontificia de Comillas. Fue ordenado sacerdote en Valladolid, el 25 de julio de 1971, incardinándose poco después en la Archidiócesis de Madrid. En la misma Universidad de Comillas obtuvo el doctorado en Teología Bíblica, con la tesis titulada “El ciento por uno. Historia de las interpretaciones y exégesis”. Fue profesor del Instituto de Teología a Distancia durante 21 años, hasta fue nombrado obispo en 1988. Al mismo tiempo fue profesor de Radio ECCA y coadjutor de la Parroquia de San Andrés de Villaverde, secretario y vicario episcopal de la Vicaría III, y posteriormente vicario de la VIII Vicaría. El 19 de junio de 1998, fue nombrado obispo titular de Basti y auxiliar de Orihuela-Alicante, donde recibió la ordenación episcopal el 19 de septiembre de ese mismo año. El 9 de enero de 2003, el papa Juan Pablo II lo nombró obispo de la diócesis de Ávila, sucediendo en el cargo a monseñor Adolfo González Montes. Su toma de posesión de esta diócesis tuvo lugar el 23 de febrero de ese mismo año, en una multitudinaria ceremonia en la catedral del Salvador. Dentro de la Diócesis de Ávila se encuentra Madrigal de las Altas Torres, lugar donde nacieron la reina Isabel la Católica y Don Vasco de Quiroga. 2


José de Jesús Castellanos López Estudió periodismo y comunicación colectiva en la UNAM. Tiene maestría en Desarrollo Humano por la Universidad Libre de las Américas y en Ciencia Política por la Universidad Vasco de Quiroga. Ha ejercido el periodismo en todos sus géneros desde 1968 en diversos medios de comunicación. Ha ejercido la docencia en la UNAM, la Universidad Intercontinental, la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla y la Universidad Vasco de Quiroga. Autor de El Derecho a la Información y las Relaciones Informativas, México Engañado, México ¿Siempre Fiel? Y ha publicado artículos en diversos libros de la Comisión Mexicana de Derechos Humanos y del IMDOSOC.

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TATA VASCO, CONSTRUCTOR DE UNA SOCIEDAD EDUCADORA José de Jesús Castellanos López “Dejar huella, Don Vasco dejó huella, la Universidad aspira a dejar huella, va dejando huella” Mons. Jesús García, obispo de Ávila; Sr. Rufino Rodríguez, Alcalde de Madrigal de las Altas Torres; ingeniero César Nava, Presidente de la Junta de Gobierno de esta Universidad; señor Rector, José de Jesús Zenil; distinguidos asistentes a esta cita anual en la que rendimos homenaje a esta figura, que conforme me invitan a hablar de ella, estudio más de ella, y la encuentro cada día más inconmensurable e inabarcable. Don Vasco de Quiroga, Tata Vasco, es para los hombres de esta región de Michoacán, un verdadero padre. Rendir homenaje a Tata Vasco es, a la vez, rendir homenaje a España y rendir homenaje a los indígenas que habitaban estas tierras, y que en ese encuentro maravilloso lograron “La Utopía”, el sueño de Tomás Moro, encarnado en tierras americanas de manera todavía inexplicable. 4


La incursión de Nuño de Guzmán, que diezmara estas tierras, vino a representar lo peor del hombre cristiano: sanguinario, conquistador, exterminador, sometedor. Fue ésta la terrible experiencia de la Primera Audiencia. Con la Segunda Audiencia llega Don Vasco, el jurista, un hombre, un abogado hecho en España, pero que podríamos decir que es en tierra americana donde florece y da fruto, a tal grado, que su memoria es inolvidable. Su Información en Derecho es una pieza digna de un “Vitoria”, de la escuela de los juristas españoles que rescatan la dignidad de los indígenas que habían sido dados en repartimientos, que habían sido perseguidos y sólo habían encontrado en la montaña el refugio para escapar del abuso de la esclavitud. Ya entrado en años, presumiblemente a los 60, Don Vasco, llega y aplica, en primer lugar, la virtud de la justicia. Una cualidad muy importante, porque nosotros no solo debemos hablar de valores, que si bien son disposiciones para realizar el bien, lo importante es realizarlo y transformarlo en virtudes, y Don Vasco vino, en primer lugar, a impartir justicia, y en ello se produjo su primer encuentro con los indígenas, que después de la ejecución del Caltzontzin no querían volver a ver y saber nada de los españoles. Pero con Don Vasco vino el bálsamo de la caridad, 5


el amor. Entonces, la justicia y la caridad pudieron lo que las armas no habían logrado. Es más, lo que las armas habían desfigurado, lo transforma Don Vasco, con servicio y entrega, en un encuentro que hiende la tierra y hace florecer verdaderamente la nueva, la nuestra, la cultura mexicana, en un mestizaje cultural que nos configura como nación. Hoy estamos ante un nuevo desafío cultural. La Universidad que cumple ya 30 años, tiene como lema “Educere in veritate”, “Educar en la Verdad”. Se escribe fácil, se dice fácil, pero resulta que estamos en un mundo que lo primero que niega es “La Verdad”, lo cual se convierte en un desafío frente a los nuevos bárbaros del siglo XXI, que niegan la verdad. Este reto no es menor que el que tenía Don Vasco cuando llega a estas tierras, y a quien hoy que rendimos homenaje. Yo quisiera recordar, aquí, una frase que Joaquín Antonio Peñaloza dijera en estas tierras, también al hablar de Don Vasco de Quiroga y su obra, y que hace referencia a una de las cualidades, entre las muchísimas que podríamos mencionar esta mañana, pero que para mí es, a la vez, el reflejo de lo que hizo y el reto que enfrentamos ahora. Porque rendir homenaje luctuoso a Don Vasco y su memoria vale, pero vale en tanto que sus virtudes las hagamos nuestras y las encarnemos. Dijo Joaquín Antonio 6


Peñaloza que “Don Vasco había logrado crear un medio social educador”, ¡un medio social educador! Efectivamente, a través de los pueblos- hospital, Don Vasco logró crear un medio social que transformara a las personas, en lo individual, en lo social, en lo productivo, en lo cultural, en la totalidad de las personas; logró cultivar a los hombres, porque eso es cultura, y su transformación en un sentido pleno de vida para alcanzar el culmen de lo que el Cardenal Bertone recordaba hace unos días en Querétaro: una cultura cristiana, porque la cultura es cristiana o no lo es, porque solo ella es integral, abarca a todo el hombre, a todos los hombres en su ser material y en su espíritu. Hoy, aquí, en Michoacán, estamos viviendo como en el resto de nuestra Nación, no la crisis económica, resultado de esa avaricia social como se le ha definido ya, sino una crisis cultural profunda. Hace unos meses, unas bombas estallaron en Morelia en las Fiestas Patrias. Son momentos en que uno no se explica qué está pasando, y oímos que se dice que en México hay 500,000 sicarios. Entonces nos preguntamos: ¿esto de qué es fruto? Y la respuesta aflora con el ejemplo de Don Vasco. Es fruto de lo que falta: “Un Medio Social Educador”. No nos extrañemos de lo que hoy hay, sobre todo 7


de esos jóvenes que no tienen sentido de la vida, que también son víctimas de la avaricia y que están dispuestos a todo. No se valoran a sí mismos, pero tampoco aprecian y respetan la vida del otro. Ellos saben a lo que se exponen y con tal de vivir aparentes delicias sensuales momentáneas, están dispuestos a jugárselo todo. ¿Qué nos ha fallado en México? Nos ha fallado lo que trajo Don Vasco, el reconocimiento de la dignidad de la persona. Don Vasco reconoció la dignidad de los naturales, y en su Información en Derecho defendió a los indios frente a los abusos en todas sus dimensiones. Pero no sólo habló, actuó. Pues muy bien, esta mañana estamos recordando esta figura, que ya debía estar en los altares, pero aún no está --ya llegará finalmente, estoy seguro--. Mientras tanto, permanece en la memoria de Michoacán y de México. No hay quién pueda discutir y destruir la huella que dejó, pues no es material, sino espiritual, está en los corazones del pueblo que le venera. ¿Qué significa esto para una Universidad?, ¿qué significa esto para Michoacán?, ¿qué significa esto para los mexicanos? Tenemos que retomar el ejemplo de Don Vasco en su amor, en su solidaridad, en su subsidiariedad, en su desarrollo pleno de la 8


persona, pero con acciones tales que dejen huella de transformación del medio social. Si un solo hombre fue capaz de hacerlo, ¿qué no debe lograr una Universidad?, ¿qué podría lograr una sociedad solidaria y organizada? Este es el desafío. Mucho se habla hoy de la participación social en el combate al tráfico de drogas, del lado del consumo de las mismas; mucho se habla de que la fuerza bruta no basta, aunque haya que reprimir la delincuencia. Hoy tenemos un desafío cultural, tenemos un desafío educativo, tenemos el desafío de conquistar a la juventud que hoy es capaz de entregarse a la delincuencia porque no tiene sentido su vida, porque no tiene esperanza al frente. Ése es el terreno en que hay que trabajar, la tierra que toca cultivar para sembrar la herencia preciosa, invaluable, que no solo basta recordar, hay que vivir. La Universidad Vasco de Quiroga ha aceptado este desafío en su lema y en ponerse precisamente bajo la inspiración de Tata Vasco. Pero no debe ser solo la Universidad, todos debemos ponernos en acción. Conviene aclarar que la cultura no es erudición. La cultura es, ante todo, sentido de la vida. Como dice Michelle Federico Sciacca, la verdadera cultura consiste en saber por qué y para qué vivimos. La 9


respuesta debemos de transmitirla, si, en las aulas, pero antes en los hogares, y llevarla a las instituciones políticas, a los ámbitos militares, a todos lados. Debemos empezar por dar sentido a nuestra vida. Que sea, pues, este ejemplo de Don Vasco de Quiroga, creando un medio social educador, el desafío que hoy asumamos frente a estas crisis con que iniciamos el siglo XXI, que no son materiales, aunque tengan su expresión material, que son culturales y por lo tanto espirituales. Esto es lo que yo hoy quiero recordar y recibir de este hombre que se realiza, que tiene su verdadero nacimiento a los 60 años, en este encuentro con las tierras americanas y que antes de ser obispo fue laico ejemplar, pero también fue Obispo Santo, hombre de servicio, de amor y de justicia, siempre defendiendo el derecho, la verdad. Éste es Don Vasco de Quiroga, brevemente presentado, porque su obra es profunda, rica. ¡Qué bueno que hoy tenemos aquí al Alcalde de Madrigal de la Altas Torres!, ese pueblo de Castilla donde también nació Isabel la Católica que tanto quiso a estas tierras y las dotó con sus Leyes de Indias, que quizá no eran perfectas, porque no conoció el terreno en que se aplicarían, pero que pudieron perfeccionarse con lo que la Segunda Audiencia hizo por México. ¡Qué bueno que está aquí también 10


el Obispo de Ávila!, porque Nuestro Obispo debía ser santo, insisto, pero la Iglesia ha sido lenta en promover su causa. Pero sobre todo, él ya está en los corazones de los Michoacanos, ya está en el corazón de los Mexicanos, y entonces, ¡si está en nosotros, debe vivir en nosotros y nosotros debemos de vivir como él!

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Don Vasco fue enviado por Dios en Tiempos de Transformaciones Eucaristía en la Catedral de Morelia. Mons. Jesús García Burillo, Homilía (13.3.09) “Recordad las maravillas que hizo el Señor” hemos repetido recitando el salmo 104. Las jornadas que estamos celebrando estos días en memoria del Siervo de Dios Vasco Quiroga y en el 30 aniversario de la fundación de la Universidad nos llevan a exclamar nuestra acción de gracias a Dios por las maravillas que nos ha otorgado. “Maravilla” es la vida y obra de don Vasco y “maravilla” puede considerarse también el regalo que Dios os ha hecho de poder llevar adelante una obra de educación tan importante como es vuestra Universidad de inspiración cristiana. Ante todo, deseo expresar mi gratitud por la invitación que, como Obispo de Ávila, junto con mi Canciller, nos habéis hecho para participar en estas Jornadas: al Sr. Arzobispo, Don Alberto Inda, junto con sus Obispos auxiliares, al Magnífico Sr. Rector y Junta de Gobierno de la Universidad, al claustro de profesores y alumnos, al personal administrativo y de servicios, a todos ustedes, hermanas y hermanos. Con gran gozo hemos aceptado vuestra invitación para unir el corazón de Ávila y Madrigal de las 12


Altas Torres al corazón de Morelia en la memoria agradecida que ahora celebramos. El actual Obispo de Ávila se siente muy honrado al poder participar en la memoria de otro Obispo, don Vasco de Quiroga, que también vino de Ávila, para entregar aquí su vida al servicio del Evangelio. Nos sentimos muy complacidos al participar en esta Memoria de un abulense insigne que colaboró en la promoción de la cultura, del desarrollo de los pueblos, de la paz social y del entendimiento entre los grupos sociales. Firme creyente en Jesucristo, con la conciencia de haber sido enviado por el Señor, puso su fe al servicio de la Evangelización de este pueblo; su ciencia humana como jurista al servicio del ordenamiento jurídico de nuevas poblaciones; sus dotes de prudencia, buen juicio, discernimiento, creatividad y sana pedagogía al servicio de la educación social, la relación y la unidad entre los pueblos; promotor de la concordia y de la paz, trabajador infatigable para aplicar grandes proyectos jurídicos, educativos y sociales con el fin de promover la convivencia entre las gentes. Estos días celebramos la memoria de un hombre de fe, hombre de comunión y apóstol de los pueblos. Nos sentimos muy felices compartiendo con Ustedes el gozo y la acción de gracias por la vida y obra de una personalidad tan rica, humana y espiritualmente, como fue la del Pastor y primer Obispo de Morelia. 13


El Santo Padre Juan Pablo II, a su regreso a Roma después de celebrar el V centenario de la Evangelización de América, recordaba este hecho singular para la Iglesia: “el doce de octubre de 1492 Cristobal Colón, que había partido de España hacia Occidente, descubrió aquel día un nuevo continente. En la isla que entonces fue llamada “Hispaniola” se plantó por primera vez la cruz, signo de la redención, y allí empezó la Evangelización”. En esta obra de Evangelización han participado innumerables sacerdotes, religiosos y laicos que han dado testimonio de su fe durante cinco siglos de historia de la Iglesia de América. La Evangelización es obra del amor de Cristo, que actúa a través de los hombres. La evangelización de América se llevó a cabo gracias a la obra de misioneros imbuidos de amor, cuya humildad y valentía, entrega y santidad, y a menudo ofrecimiento de su propia vida, dieron testimonio de Aquel que es Camino, Verdad y Vida – afirmaba el Papa a su regreso de Santo Domingo- Pues bien, el Tata Vasco fue uno de estos grandes hombres imbuidos de amor, valentía, entrega y santidad. También el Papa hizo en aquella peregrinación un acto de expiación ante la infinita santidad de Dios por todo lo que en estos siglos ha estado marcado por el 14


pecado, la injusticia y la violencia. Pero justamente éste no fue el camino recorrido por el Siervo de Dios Vasco de Quiroga. Un grupo de laicos, hace tres décadas, decidisteis crear una Universidad que siguiera los pasos de Vasco de Quiroga, su mismo espíritu. Hoy celebráis agradecidos esta conmemoración. Nosotros, invitados por Ustedes a participar en este evento, nos hemos querido sumar gozosamente, conocedores del valor que la educación superior tiene en la promoción humana y cristiana de las personas y de la sociedad. También la Diócesis de Ávila cuenta con una Universidad Católica, fundada por el hoy Cardenal Cañizares, de la que el Obispo que os habla es su Titular y Gran Canciller. Deseamos que nuestra presencia pueda contribuir a apoyar los esfuerzos a favor de la educación y formación de profesionales cristianos, en una época de hostilidad hacia lo católico. Junto con María la Madre de Dios –continuaba el Papa Juan Pablo al celebrar el V Centenario de la Evangelización- es necesario pronunciar las palabras de agradecimiento por las “maravillas” que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo han realizado a favor del continente americano mediante el ministerio de tantos mensajeros y administradores de los misterios de Dios. Y también con nuestra Madre la Virgen María nosotros, 15


reunidos en la Catedral de Morelia, queremos hoy dar gracias al Padre por la persona y la obra de don Vasco y por vuestra Universidad, obra educativa que sigue la estela del primer Obispo de la Diócesis. Por los innumerables acontecimientos habidos en estos siglos y en particular por estas dos realidades, nosotros confesamos, como lo hacía el Papa aquel día: “Ayer como hoy, Jesucristo es el mismo y lo será siempre” (Hb 13,8). Jesucristo es el principio y fundamento, el alfa y la Omega, el principio y el fin de todos nuestros actos. Todo cuanto hacemos lo hacemos por Él, con Él y en Él, y así lo entregamos al Padre. Aquí reside el sentido y la grandeza de todos nuestros actos. Considerando la Palabra de Dios que acabamos de escuchar, encontramos una cierta relación entre la vida del Siervo de Dios Vasco de Quiroga y la historia de José relatada en el libro del Génesis. La síntesis podría ser la siguiente: Creemos en la Providencia de Dios, creemos que Dios conduce los hilos de la historia. Aunque a veces no seamos conscientes de ello, la Providencia divina guía los proyectos de los seres humanos, conduciéndolos a su fin, que es Él mismo. En efecto, José, hijo de Jacob y de Raquel, formaba parte de una familia con doce hermanos; todos 16


se dedican a la agricultura y al pastoreo; los once hermanos de José pastoreaban en Siquem y allí fue enviado por su padre Jacob, con el fin de tener noticia de sus trabajos. Sin embargo, por el odio de sus hermanos, José fue vendido a los ismaelitas, quienes le transportaron a Egipto. Después de largas vicisitudes, los once hermanos acompañan a José hasta Egipto, instalándose allí y formando las doce tribus que permanecerían hasta el momento de su liberación por mano de Moisés. José, por tanto, sin pretenderlo y por caminos misteriosos, ha sido el instrumento de la Providencia, que enlaza a los patriarcas en Egipto con las tribus de Israel, que posteriormente habrían de ser liberadas. Desde el punto de vista de la fe, descubrimos aquí un proyecto escondido, que forma parte de la historia de salvación, y que Dios ha llevado a efecto por medio de su elegido José. Tata Vasco también aparece en México como un enviado de Dios en momentos de grandes transformaciones sociales: el descubrimiento, la conquista, la relación no siempre fácil entre dos pueblos, y los pecados cometidos, como escuchábamos al Papa. En esta situación, la Providencia de Dios se hace presente en Michoacán por la mano de don Vasco, que ofrece el mensaje del 17


Evangelio: la salvación humana y divina solamente está en Jesucristo. La propuesta que trae Tata Vasco consiste en conocer a Jesucristo y crear un mundo de hermanos. La dignidad humana, la fraternidad están firmemente fundamentadas en Cristo. En esta conmemoración del dies natalis de don Vasco y del aniversario de la creación de la Universidad, podemos también nosotros descubrir la presencia providencial de Dios que guía la historia por medio de sus enviados y profetas. Dios ha estado en medio de ustedes por medio de sus enviados. La Palabra de Dios en este viernes de cuaresma añade una nueva propuesta a nuestra consideración: es preciso acoger a Jesucristo, la “Piedra angular”. ¡Acojamos y sostengamos la Piedra angular que da consistencia a todo el edificio! En la arquitectura de las catedrales y de otros muchos edificios comprobamos que la piedra angular es el sostén de todo el edificio. Cuando se instala esta pieza, todo el edificio queda ensamblado; si esta pieza desaparece, todo el edificio se derrumba. En la parábola escuchada Jesús nos recuerda que Dios ha puesto en nuestras manos “una viña”; a esta viña Dios la ha enriquecido con toda suerte de recursos. 18


El dueño de la viña confiaba en obtener los frutos deseados, pero los labradores fueron egoístas y no devolvieron los frutos de sus cosechas. Ahora el Hijo, desechado por los arrendatarios, ha sido definitivamente instalado por el Padre como piedra angular del edificio. Cristo es la piedra angular que nos ofreció en su tiempo Tata Vasco y nos ofrece permanentemente la Iglesia: un sistema de vida según el Evangelio, unos principios, unos criterios y una moral cristiana. No sólo nos dispone para entrar un día en la Vida eterna; nos ofrece ya ahora la Vida eterna por la comunión de fe en Jesucristo, y como consecuencia de esta comunión con Cristo, nos propone una vida de fraternidad, de convivencia, de comunicación de bienes, de justicia humana y social. La base de este nuevo régimen de vida, los frutos de la viña que nos ha sido encomendada, se fundamenta en la comunión de los hombres con Jesucristo. Cristo da a nuestro edificio, es decir, a la Iglesia y a la Universidad como parte de este edificio, una consistencia y una solidez única. Él ha de ser la piedra angular de vuestra Universidad. Nuestra continua tentación consiste en desechar la piedra angular, rechazar a quienes la anuncian, a quienes la proclaman, a sus profetas, a sus mediadores. Israel ya rechazó al Hijo: así murió por 19


nosotros en la cruz. Nuestro proyecto de vida cristiana no puede ser otro que cultivar congruentemente la viña siguiendo los criterios del Hijo, sus principios, su metodología. Es decir, apoyándonos firmemente en el Evangelio, en el Magisterio de la Iglesia. Este fue el camino del Siervo de Dios Vasco de Quiroga. La Palabra de Dios en este tiempo de cuaresma nos llama a la conversión, al acercamiento de nuestros caminos al camino de Cristo. Cada uno de nosotros es portador del proyecto de Dios en la historia, somos sus mediadores. A nosotros nos ha confiado la edificación permanente del Reino de Dios, el cultivo esmerado de su viña, para que no cese de dar los frutos sazonados. Construyámoslo unidos, responsablemente, con fidelidad en lo esencial y creatividad en los modos de producción, como lo hizo don Vasco. Que la Santísima Virgen, Viña fecunda, nos ayude a entrar hondamente en comunión con la piedra angular por medio de esta Eucaristía. Cristo nos da a nosotros la fuerza y la sabiduría que ha dado a tantos profetas y enviados a lo largo de nuestra historia. Así sea.

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Don Vasco convirtió a Pátzcuaro en la Primer Ciudad Pluricultural del Mundo Alocución del Obispo de Ávila en la ceremonia luctuosa en homenaje a Don Vasco de Quiroga, primer Obispo de Michoacán (13.III.2009) Excelentísimas e Ilustrísimas Autoridades del Estado de México, de la Universidad Michoacana de San Nicolás Hidalgo, de la Universidad Intercultural Indígena, del Sector Educativo de esta Ciudad, del Ayuntamiento de Pátzcuaro, y de Madrigal de las Altas Torres de Ávila: Es para mí un gran honor representar a la Diócesis de Ávila en este homenaje al gran benefactor y Obispo Siervo de Dios Vasco de Quiroga, quien convirtió a Pátzcuaro en la primera ciudad pluricultural del Nuevo Mundo, cuyo legado continúa vigente en nuestros días, particularmente en los fieles católicos y en la Universidad que lleva su nombre. En esta región Tata Vasco promovió pueblos, hospitales y escuelas, centros de instrucción misional, artesanal y agraria, y albergues para viajeros. Organizó ciudades en actividades específicas: lacas, cueros, trabajos del cobre, herrería, alfarería, tejidos, bateas; promovió el cultivo del plátano e impulsó la actividad ganadera con ganado equino, porcino y lanar.

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Don Vasco creó en Michoacán un modelo social semejante al que imaginara Platón en “La República”, S. Agustín en su “Civitas Dei” o Tomás Moro en “La Utopía”. El modelo de convivencia entre los pueblos, Don Vasco lo plasmó de la Primera Comunidad cristiana de Jerusalén. Desde su llegada a esta tierra como Oidor de la Segunda Audiencia él y sus tres compañeros despertaron la admiración de todos. Así escribieron los frailes franciscanos al Rey de España: “Nos han espantado con su rectitud, bondad y santidad… estos cuatro oidores… a todos son ejemplo, a todos nos reprenden con su vida, a todos refrenan con su honestidad, a todos dan ley con su vivir”. Poco tiempo después, en 1535, el Consejo de Indias envió al Rey información de las cualidades del Licenciado Quiroga presentándolo como candidato para el nuevo obispado de Michoacán, asegurando que de él se tiene muy buena relación de vida y de ejemplo, porque ha sido y es muy inclinado a la conversión y buen tratamiento de los indios y a su instrucción en las cosas de nuestra fe”. Y después de ser nombrado obispo, Fray Juan Zumárraga elogia esta designación: “porque el amor visceral que este buen hombre muestra los indios, el cual prueba bien con las obras y beneficios que de antemano les hace 22


con tanto ánimo y perseverancia, que nos hace ventaja a los prelados de acá… Siendo oidor gasta cuanto su majestad le manda dar de salario a no tener un real y vender sus vestidos para proveer a… los hospitales”. Y el Ilmo. Sr. Arzobispo don Alberto Suárez Inda concluía de este modo su alocución en la ceremonia de apertura de la Causa: “con la apertura del proceso diocesano en orden a su anhelada beatificación, agradecemos inmensamente al Señor Jesús, buen pastor, nos haya dado a Don Vasco como fundador y padre de esta iglesia particular y le pedimos la gracia de tenerlo en los altares como modelo e intercesor”. Estas mismas palabras deseo hacerlas mías como homenaje a su persona y como deseo de la Diócesis de Ávila, que se une cordialmente a Michoacán en estos momentos. Muchas gracias.

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