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La destrucción medioambiental tiene influencia directa en la salud humana. Hoy se conocen alrededor de 1400 agentes infecciosos para los seres humanos, y el 60% de ellos se relaciona con los animales.

Cambios de uso de tierra no regulados, agricultura y ganadería intensivas, el comercio ilegal de vida silvestre y el consumo de carne silvestre es lo que históricamente ha hecho posible el surgimiento de las enfermedades zoonóticas (zoonosis), causadas por virus que infectan a los animales y que pueden ser transmitidas en forma directa o indirecta a los humanos. Algunas de ellas son la malaria, el ébola, el hanta y, recientemente, Covid-19.

Cada ser vivo responde de diferente manera a los microbios: las llamas, por ejemplo, han sido estudiadas por su adn, que vence a la mayoría de los virus respiratorios. El quillay, el árbol del bosque esclerófilo chileno, es un ingrediente en las vacunas; siempre se ha usado como jabón, para limpiar y ahuyentar insectos. El conocimiento de las plantas y los animales entrega muchas de las soluciones médicas que ocupamos hoy.