Violencia ubicua, atemporal y proteica Analía Villamayor
En el presente, en la sociedad que conocemos, el ejercicio de la violencia es afrontado de modo contradictorio. Por un lado, la violencia es aborrecida, considerada un mal moral y un crimen; pero por otro, se la chas veces naturalizada, otras sin tener conciencia de ello. Mencionaré dos ejemplos de una serie no menor. El primero de ellos, los videojuegos y deportes que permiten ubicar regocijo o diversión en la violencia. El segundo nos remite a cuando la violencia es considerada una necesidad y esto legitima que se ejerza justicia por mano propia. Continuar emplea para actos de intensidad y sentido diferente. se han multiplicado. Una de ellas surge de su conjunción con el adjetivo “contemporánea”. Recorto este atributo que me interroga, dado que los fenómenos de violencia tienen la edad del hombre. Recurriendo a la que denomina “interiorización física de la violencia”, llamando así a uno de los desplazamientos fundamentales de la misma. La sociedad griega sancionaba la violencia física, incluso la tortura, na, no solo se ejecutaba, sino que además se exhibía. Se la aceptaba como un destino y hasta se la consideraba un alivio para el alma pues permitía exteriorizar el sufrimiento. Siglos después, en Roma, la lucha de gladiadores y las más crueles ejecuciones no eran en absoluto