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ÁGORA XVI FESTIVAL DE CUENTOS Y CUENTEROS DE BOGOTÁ LABORATORIO DE NARRACIÓN ORAL 2020

MANUEL AUGUSTO MARÍN CERÓN DIRECTOR FUNDACIÓN FRANCISCA RADKE JUAN CARLOS GRISALES CASTAÑO COORDINADOR GENERAL ÁGORA 2020 – EDITOR LINA MARÍA OROZCO CÁRDENAS PRODUCTORA GENERAL ÁGORA 2020 PAULA RUIZ ASISTENTE GENERAL PAOLA SARMIENTO GESTORA COMUNITARIA HANNA CUENCA, ALEJANDRO CAMPOS, FERNANDO RODRÍGUEZ Y PACHO CENTENO FORMADORES EN TALLERES DE NARRACIÓN ORAL PAOLA DÍAZ Y PAULA RUIZ INVESTIGADORAS CÉSAR CORTÉS ASESOR EDITORIAL ELIZABETH BECERRA OROZCO MODELO FOTO IMAGEN DEL FESTIVAL ANDRÉS HERNÁNDEZ DISEÑADOR GRÁFICO

EL FESTIVAL ÁGORA ES POSIBLE MEDIANTE EL APOYO CONCERTADO CON LA GERENCIA DE ARTE DRAMÁTICO DEL INSTITUTO DISTRITAL DE LAS ARTES – IDARTES.

TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS A LOS AUTORES. ÁGORA XVI FESTIVAL DE CUENTOS Y CUENTEROS DE BOGOTÁ 2020.



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INTRODUCCIÓN Este 2020 ha sido un año de cambios, algunos inician y otros se concretan. Mientras el mundo se instala, al parecer de plano, en la virtualidad por la pandemia, los procesos artísticos se pusieron a prueba. El confinamiento trajo consigo un cierre inesperado de los escenarios teatrales que obligó a los grupos y creadores escénicos en general, a concebir obras contingentes en formas inéditas, antes descartadas por la preeminencia de la presencia del público. Antes del confinamiento el teatro sin público presente era ciertamente una tontería. Ahora hemos entendido el valor de los medios virtuales que internet proporciona. Para el Festival ÁGORA el resultado ha sido prolífico. El proyecto, cuyo énfasis es el Laboratorio de Narración Oral, se cumplió en todos sus componentes como se concibió en 2019 pero en la virtualidad. La duda de aceptación por parte de los artistas de la Cuentería se resolvió con una participación más que satisfactoria. Por ejemplo: esperábamos contar con 10 artistas en el Laboratorio; se inscribieron 23 y culminaron el proceso 22, de los cuales 15 escribieron un proyecto de creación de obra de Narración Oral y 2 fueron beneficiados con Beca de Producción, Abel Julián Carrillo y John Yara. Dimos continuidad a la convocatoria Cuentos de Barrios, con gestión comunitaria de Paola Sarmiento, y talleres de Narración Oral guiados por Hanna Cuenca, Alejandro Campos y Fernando Rodríguez. En dichos talleres se prepararon los participantes de las localidades de Bogotá para las eliminatorias de las que fueron ganadores Ángela Andrade, Marco Figueroa y Julián López. La muestra final del festival contó con la participación especial de Carolina Rueda, Hanna Cuenca, Oscar Soto y Wendy Aldana. La grabación de las 10 obras fue posible gracias al aporte del teatro Hilos Mágicos dirigido por el maestro Ciro Gómez con coordinación de Henry Liberato. Como recorrido investigativo Paola Díaz y Paula Ruiz adelantaron la Sistematización de Experiencia que encabeza esta publicación. Finalmente, la Revista Digital Cuentería #3, diseñada por Andrés Hernández, le permite al lector conocer las conclusiones de investigación y disfrutar de los cuentos de los participantes que decidieron publicar. Además de las personas ya mencionadas, se publican textos de Noel Ospina, Julián Meneses y David Gutiérrez. Queremos agradecer al aporte asignado por la Alcaldía Mayor de Bogotá mediante Apoyo Concertado con la Gerencia de Arte Dramático del Instituto Distrital de las Artes – IDARTES. Igualmente, la Fundación Francisca Radke dirigida por el doctor Manuel Augusto Marín Cerón dio continuidad al proyecto, con lo cual sigue su aporte a la Narración Oral en Colombia. Les invitamos a disfrutar la lectura de Cuentería #3 y a que pasen la voz enviando la revista a sus amigos. Lina María Orozco Cárdenas y Juan Carlos Grisales Castaño Directores Grupo Luna Nueva


EL ARTE DE LA CUENTERÍA EN PANDEMIA: SISTEMATIZACIÓN DE EXPERIENCIAS DEL PROYECTO ÁGORA XVI FESTIVAL DE CUENTOS Y CUENTEROS EN BOGOTÁ 2020 Paola Andrea Díaz Ramírez y Paula Andrea Ruiz Álvarez


EL ARTE DE LA CUENTERÍA EN PANDEMIA: SISTEMATIZACIÓN DE EXPERIENCIAS DEL PROYECTO ÁGORA XVI FESTIVAL DE CUENTOS Y CUENTEROS EN BOGOTÁ 2020

Paola Andrea Díaz Ramírez Psicóloga con experiencia clínica en intervención individual y familiar en los diferentes momentos del ciclo vital, tiene experiencia investigativa en temas relacionados con la interculturalidad y los fenómenos sociales. En la actualidad es asistente de investigación de tesis doctoral, asistente general y la investigadora principal en el proceso ÁGORA Festival de cuentos y cuenteros del año 2020. Reseñas acerca de las investigadoras

Resumen A través de la herramienta de sistematización

de experiencias se busca dar a conocer desde un análisis descriptivo el desarrollo del proyecto ÁGORA Festival de cuentos y cuenteros en Bogotá 2020 (ÁGORA 2020), se destaca la comprensión de la narración oral en escenarios de conectividad remota, lo cual implicó el desarrollo de entrevistas y grupos focales con los diferentes actores (formadores, artistas y participantes) que hicieron posible la realización del festival en el marco de una pandemia. Palabras clave: narración oral, formación, artística, relatos.

Introducción El proyecto ÁGORA 2020 se desarrolló en el

marco de una emergencia sanitaria que desde principios de este año vive el mundo, lo cual ocasionó que pese a esa situación el mismo arte de narrar se haya reinventado a través de escenarios de conectividad remota. El

presente artículo da a conocer en qué consistió el proyecto. Para destacar aquellos elementos críticos que favorecieron la comprensión del arte de la narración oral como una acción transformadora tanto de la realidad como en nosotros mismos, se tuvo en cuenta la sistematización de experiencias que implica la recuperación de lo vivido por parte de quienes intervinieron en la ejecución del proyecto. ÁGORA es el primer festival de cuentería que se realiza en la ciudad de Bogotá en el marco de una pandemia, dado que los organizadores no consideraron la pantalla como una barrera para desarrollar el Laboratorio de Narración Oral. ÁGORA 2020 tuvo entre sus derroteros; visibilizar la importancia de preservar la memoria a través de la magia de la palabra. El proceso muestra a la Narración Oral como una ocupación que permite construcciones comunitarias, pero además como un arte que implica una formación. Para ello, el proyecto basó su Paula Andrea Ruiz Álvarez Psicóloga vinculada a procesos de acompañamiento psicosocial y de investigación psicopolítica, con experiencia en temáticas sobre interculturalidad, culturas de paz a través del arte, violencias basadas en género, resistencia comunitaria y transformación de conflictos. Actualmente trabaja como contratista en la Jurisdicción Especial para la Paz, y ha participado como asistente general y de investigación en el desarrollo de ÁGORA Festival de Cuentos y Cuenteros en los eventos de 2018 y 2020. Reseñas acerca de las investigadoras


desarrollo en cuatro componentes: “investigación- creación” correspondiente al laboratorio de narración oral; “formación y apropiación” vinculado con las acciones de talleres y jornadas eliminatorias; “circulación” desarrollado transversalmente en la muestra final del festival mediante los procesos de difusión; “divulgación” con la publicación digital de la Revista Cuentería # 3; y, por último, el componente de “investigación” representado en la sistematización de experiencia del proyecto.

Antecedentes y contexto Desde una mirada histórica, la tradición oral es un ejercicio colectivo que se constituye en la transmisión de conocimientos culturales a través del tiempo por medio de la palabra, lo cual se manifiesta como una forma de resistencia cultural en los grupos étnicos tras la necesidad de fortalecer los relatos desde las propias particularidades de la comunidad y en la relación con otras, ya que se tienen en cuenta aspectos del contexto referentes a la cosmovisión desde la memoria oral (Álvarez, 2012). De tal forma, quien cumple con el ejercicio de narrar tiene un sentido social. En

la Antigua Grecia era destacado el papel de la mujer, el rol de lo femenino estaba relacionado en la lírica porque cumplía la función de acompañar la oralidad a través del canto, por medio del cual se transmitían conocimientos sobre la mitología griega, la sociedad y la naturaleza de la vida humana (Guzmán, Rueda y Sanfilippo, 2017). Por otro lado, a través de la poesía épica se contaban historias acompañadas de elementos mitológicos, identificándose una estrecha relación entre la oralidad y la escritura, ya que se reconoce la repetición de palabras o de la misma historia como una forma diferente de narrar realidades (Center for Hellenic Studies, s.f.). En relación con otras características relacionadas con el ejercicio de relatar, se

“La narración oral es una conducta expresivo-comunicadora del ser humano que puede ser dimensionada hasta convertirse en un arte, y que tiene su origen en la característica humana, necesaria e imprescindible, de comunicarse; en la práctica tan cercana de la conversación que contiene al acto no artístico de narrar oralmente; y en el ámbito íntimo que propicia y define a las conversaciones” (Garzón, F., s.f.).


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identifica que en la Edad Media la actividad de narrar tiene una conexión con el entretenimiento y la divulgación de noticias respecto a decisiones o acontecimientos políticos, siendo estos expresados en las plazas de mercado o en las ágoras (Revista de Artes, 2012). En Colombia la narración oral, tal como se conoce ahora, surge en 1981 con Misael Torres, George Perla y Jean Marie Binoche (Torres, s.f.), quienes realizaron talleres de narración oral incorporando, entre otros, conocimientos africanos, lo cual influyó en el arte de contar. Además, se observa que el teatro también influyó mediante la creación escénica de festivales y de espacios de narración oral tales como “Martes de cuentería” realizado por el Teatro Popular de Bogotá. Se reconoce así que la narración oral tomó un gran auge en la ciudad de Bogotá mediante el movimiento universitario de cuenteros desarrollado en espacios de instituciones como las Universidades Javeriana, Nacional, Pedagógica, Distrital, Externado y de Los Andes, entre otras, en donde se reconoce tal forma de arte con la necesidad de “romper silencios” (Grisales, J. s.f.) respecto a situaciones y realidades sociopolíticas.

“La narración oral artística es el arte del cuentero de todos los tiempos, desde el cuentero de la tribu al cuentero campesino, suburbano o urbano, desde el cuentero que cuenta con toda la comunidad hasta el cuentero familiar” (Garzón, F., s.f.). “no se narra oralmente para el otro sino con el otro o para/con el otro” (Garzón, F., citado por Barba, M. (2012). Surgieron espacios asequibles para la narración, uno de ellos es La Perola (ubicada en la Universidad Nacional) que se ha constituido en un sitio de interrelación con el público, al punto de convertirse en un lugar abierto en el que toda persona que quiera contar historias puede hacerlo (Corredor, O, 1999). Se observa entonces que la narración oral vista desde una perspectiva artística se encuentra vinculada con el contexto social en el cual el narrador está inmerso (Lozano, 2017); un ejemplo de esto es el relato en comunidad donde a través del canto se retratan historias acerca del conflicto armado en Colombia. Debe resaltarse el papel de la mujer en la narración oral y la cuentería en Colombia,

pues según Dávila (2015) los espacios de cuentería han sido lugares que históricamente tienen una mayor presencia masculina; sin embargo, se identifican mujeres colombianas como Carolina Rueda, Nelly Pardo, Mayerlis Beltrán, Hanna Cuenca, Leslie Arbeláez, Verónica Sandoval y Ana María Dávila, entre otras. Se han desarrollado diferentes proyectos que apuestan a un trabajo continuo de formación y visibilización de la cuentería desde una perspectiva artística. Por ejemplo, el proyecto Ágora Festival de Cuentos y Cuenteros en sus distintas versiones —conocido inicialmente como Pura Palabra desde el 2005— manifiesta la necesidad de visibilizar tanto nacional como internacionalmente el arte de narrar en Colombia, con el fin de impulsar la participación del gremio en ello: “es la invitación a reconstruir


activa de narradores/ras profesionales, mujeres y hombres de las localidades de la ciudad, en un proceso de inclusión artística metropolitana. El festival realizado en 2017 incluyó la propuesta “Cuentos de Barrios” como una forma de creación comunitaria, distinguiendo la formación de cuenteros y cuenteras desde otra visión estética de la oralidad (Grisales, 2019).

Categorías de análisis Narración oral La conceptualización de la narración oral ha sido debatida dentro del arte al ser considerada por algunos artistas y autores como performer (Bajo, 2016) en que se desarrolla una acción transmitiendo un mensaje, y donde la relación narrador - público es un elemento clave pues “los relatos cobran vida en la imaginación de los que escuchan” (Carrasco, 2018). De tal manera, la narración oral es un sistema simbólico de expresión, de representación y de concretización a partir de lo que el público imagina (Álvarez citado por Carrasco, 2018).

Memoria oral Como concepto la memoria oral integra una serie de elementos relacionados con la mutabilidad del ser humano a través del tiempo, pues ha posibilitado la transmisión de diferentes narrativas en la sociedad como memoria colectiva que favorece la constitución de identidades a partir de la verbalización de recuerdos y de experiencias pasadas (Peppino, s.f.). En ese sentido, la subjetividad se encuentra presente ya que las narrativas reconstruyen vivencias personales, pues la forma en que se cuenta la historia cambia según lo experimentado.

Laboratorio teatral El laboratorio teatral como concepto se ha visto relacionado con el término teatro pobre establecido por Jerzy Grotowski en 1962, quien reconoce el papel de la libertad dentro de los procesos de formación, ya que estos implican acciones de transformación a través de la corresponsabilidad del cuerpo y la mente del/de la artista (Grotowski, 1980). Por lo tanto, el laboratorio teatral trae consigo la experimentación constante de la creatividad y de la investigación (Teatro Rabinal, 2011) al considerar que el papel desempeñado por cada artista posibilita un trabajo introspectivo y relacional.


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Narrador/a oral

Bogotá y la narración oral

Se perciben varias perspectivas a la hora de definir qué es un narrador oral. Hay quienes destacan que las vivencias e historias son insumos para el entendimiento del papel del narrador, al ser quien confronta lo existente en la sociedad a partir de la palabra (Sanfilippo, 2007). Así mismo se destaca que el narrador se encuentra inmerso en un contexto que connota su rol (Ruiz, 2018), siendo las tradiciones familiares y los acontecimientos vivenciados, componentes que consolidan transmisiones locales, contextuales y globales, que influyen en la formación misma del narrador oral (Sanfilippo, 2007).

Bogotá ha vivido y presenciado el arte de narrar, que es una técnica en que se puede gestar la construcción de ciudadanía a partir de la literatura, en particular tras la creación constante de obras que dan cuenta de que “los lugares se viven, pero también cuentan” (Fundación Plagio y Santiago en 100 palabras, 2001). Por tanto, también ha sido escenario de acciones que han llevado a la realización de eventos, festivales y actividades de narración oral tales como los Festivales Ágora, que han posibilitado fortalecer la incidencia de este oficio en la ciudad, su director, Juan Carlos Grisales, señala que “Bogotá, es una ciudad de cuentos y cuenteros” (El Espectador, 2016).

Obra de arte

Metodología: recuperación del proceso vivido

En la cotidianidad un artista es reconocido por su dedicación al arte (Capital del arte, 2008), de tal manera la obra de arte constituye “un objeto elaborado empleando técnicas artísticas y con un propósito estético o social” (Raffino, 2020) donde el ejercicio artístico contribuye al desarrollo de posturas gnoseológicas al cuestionar el sentido de lo humano desde la subjetividad, al reconocer también aspectos históricos y simbólicos. Se entiende así que la evolución de procesos de creación involucra cambios y transformaciones inesperadas, que llegan a mutar en diferentes perspectivas frente a lo que se considera que es una obra de arte (Pares, 2011).

El proceso de sistematización de experiencia se cumple teniendo en cuenta el plan de acción del proyecto ÁGORA 2020, con el fin de hacer una utilización adecuada de las técnicas e instrumentos metodológicos establecidos.

Técnicas metodológicas Observación participante. La técnica de observación participante se aplicó a lo largo de todo el proyecto, esto permitió el planteamiento de focos específicos, teniendo en cuenta los tiempos en que se desarrolló la totalidad el proyecto ÁGORA 2020. Como instrumentos de apoyo fueron considerados los diarios de campo y la matriz de


Grupos focales. Durante el proceso de ejecución del proyecto ÁGORA 2020 se desarrollaron tres grupos focales: con los participantes del laboratorio de narración oral, los participantes del Festival, y los formadores –del laboratorio y los talleres–. Los temas analizados en cada grupo focal fueron: ¿qué es la narración oral?, ¿cómo significan la memoria oral?, ¿en qué consiste un laboratorio teatral?, ¿qué es un narrador oral?, ¿qué es lo que distingue al artista de una persona que gusta del arte?, ¿por qué contar cuentos en Bogotá? Al igual que en la técnica de observación participante, los diarios de campo fueron utilizados como instrumentos de apoyo, también se hicieron grabaciones conforme al previo consentimiento de quienes participaron. Entrevistas semiestructuradas. Se efectuaron tres entrevistas semiestructuradas (con los finalistas del laboratorio de narración oral, con los finalistas del Festival Ágora XVI, y con el director del proyecto), estas conversaciones posibilitaron recolectar información puntual sobre la experiencia de cada participante en el desarrollo del proyecto ÁGORA 2020. Las preguntas orientadoras fueron: ¿qué le motivó a participar en el Festival?, ¿cómo describiría la experiencia de participar en el Festival?, ¿qué efecto le generó la participación en el Festival?, ¿cómo la virtualidad puede ser un recurso en el ejercicio


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de contar? Las grabaciones y los diarios de campo fueron los instrumentos que apoyaron el desarrollo de estas entrevistas. Análisis de la información Con base en la aplicación de las diferentes técnicas y a partir de un análisis descriptivo se recogieron las distintas narrativas de los participantes mediante la triangulación de la información

Tabla 1. Matriz de triangulación de la información. recolectada según se muestra en la matriz. Se pudieron identificar algunas reflexiones de fondo expresadas por los actores participantes: La narración oral “abarca la distinción de que uno puede hablar mucho, pero comunicar poco" y que, por tanto, se puede describir como una “vocación de vida”, como una “herramienta para salir de lo cotidiano” como “revolución" y “como el motor que nos hace ser nosotros”, que en relación con la memoria permite que “no olvidemos lo que somos” ya que desde la oralidad “primero fue la palabra y luego la historia”.

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Para fortalecer este arte narrativo se advierte la necesidad de una formación, es por eso que el proyecto incluyó el desarrollo de un laboratorio de narración oral donde, entre otras, se destacaron expresiones como “toda formación implica la voz propia” y que por tanto “se vive el acto narrativo a partir de la preparación y la planeación”. En ese sentido se destaca que "el narrador tiene responsabilidad", tras el reconocimiento de la particularidad que implica entablar una relación con el público, porque “pararse en la escena contribuye a pararse en la vida", pues “el cuentero es en sí mismo el cuento que narra”.


De modo que en los escenarios de conectividad remota y de virtualidad se identifica el papel que tienen las mujeres y los hombres narradores orales, que “no solo es el de alimentar un proceso de contar cuentos sino la transformación cognitiva que genera en esas personas que están escuchando, esa motivación emocional”. En el desarrollo del proyecto ÁGORA 2020 se comprobó que la pandemia no impidió seguir considerando " la narración oral como un acto natural que permite denunciar y fortalecer la identidad de quien cuenta. Es una forma de darle vida al pasado. Es una práctica para la vida".

Conclusiones Los espacios artísticos se vinculan con el concepto de “ágora”, porque permiten el encuentro entre diferentes puntos de vista, reconociendo la necesidad de ver nuevas sendas para fortalecer la narración oral, que es señalada en el marco del proyecto ÁGORA 2020, como “un encuentro consigo mismo y con el otro. Es una puerta que nos permite entrar en el universo de otros y de otras" (participante del proyecto), de modo que identifican que las vías de comunicación son un recurso tras la creación de vínculos entre el narrador oral y el público, ya que la historia está compuesta por la racionalidad y la emocionalidad de la estructuración del relato, y asimismo por la corporalidad y el lenguaje.

De tal manera se percibe que los escenarios de conectividad remota y la virtualidad impactan el ejercicio de la narración oral tras la búsqueda de adaptar la vivencia del relato, entonces los elementos audiovisuales constituyen aquí una herramienta que se intensifica escénicamente a la hora de proyectar la intención comunicativa acompañada de fondos, sonidos, silencios e iluminaciones, con el fin de lograr la significación de la pantalla que ya no se ve como una barrera para quien escucha y para quien narra. Lo anterior, contribuye al sentido de “romper esquemas” en el relato, pues el cuentero tiene la posibilidad de reinventarse y de “moldear” la historia que desea interpretar, ya que según los participantes el objetivo es “desafiar lo que normalmente no se ve”. Así, mediante la deconstrucción de lo “normal”, se permite la construcción de comunidad y ciudadanía desde nuevos lugares y significaciones, al recrear un escenario, en este caso el proyecto ÁGORA 2020, el cual a través de la palabra buscó que se siga destacando el hecho de que “por medio de las historias logramos construir convivencia y paz”.


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- Garzón C., F. (s.f.) Definiciones de la narración oral. Colección


NOEL OSPINA

Textos participantes Cuentos de Barrios Noel de Jesús Ospina

Participante Laboratorio de Narración Oral ÁGORA 2020

El taller fue interesante porque consistía no solo en contar bien un cuento escogido, sino que los narradores orales participantes nos enfrentamos al reto de hacer montaje, algo investigativo, lo que no es muy usual en los talleres de Narración Oral. Algo así como la dramaturgia para un montaje de narración oral, había que construir algo basado en nuestros cuentos escogidos, involucrarlos en una estructura, perfeccionar, hilar varias historias de manera coherente. Fue un ejercicio de escritura pero también de oralidad al mostrar nuestros avances con virtudes y defectos en ejercicios de improvisación ante la vista de nuestros compañeros, quienes nos aportaron con sus apreciaciones. Este nuevo camino de la virtualidad nos planteó nuevos retos tales como: el acomodarnos ante una cámara, exponernos a la falla de la red, del micrófono, de nuestra expresión reducida en una pantalla. Magnífica la dirección del maestro Juan Carlos Grisales que nos orientó para no perder el rumbo en la investigación y sacar el mejor provecho de las capacidades individuales y colectivas, con trabajo teórico y práctico. Gracias a él, a la Fundación Francisca Radke y a los compañeros que con un espíritu constructivo caracterizado por la colaboración sincera, logramos avanzar entre todos.


Diana Noel de Jesús Ospina Cuentero participante ÁGORA 2020

Hoy es un día para escuchar canciones tristes. Estaba fastidiado con tanta alegría y tanto bullicio, quería que la nostalgia me envolviera, ¿cómo afrontaría la vida de ahora en adelante?, ¿Qué hacer? Salí a la calle, hice una pausa para oír en mi celular a Led Zeppelin: Stairway to heaven “Escalera al cielo”. Conecté los audífonos, no quería fastidiar con mi música a los extraños. Estaba claro para mí que dentro de poco todo cambiaría. Mis amigos de antes ya no lo eran; procuraba pensar de forma diferente. Estaba sano pero faltaba una fuerza interior, un motivo que me llevara a luchar como un animal herido, no lo tenía, así que cada esfuerzo que hacía, se quedaba en la mitad. Ni siquiera el pasar por la casa donde viví mis años en la infancia, caminar por la vieja escuela, nada de eso me dio una razón. Caminé por calles cristalinas, mil espejos se rompían, un eco lejano vomitaba amor por todos lados, lo buscaba desesperadamente, algo tendría que redimirme de mi vida pasada, mis ojos como aves de presa se posaron en la lejanía, de repente como un balazo en el espíritu, un fuego encendió mi alma, miré mis manos y brillaban, estaba encandilado, volar como el viento, escupir al cielo. Mis brazos como alas elevaron mi cuerpo, volé, ese

nuevo ser que me habitaba se llevó al hombre ausente, al muerto que deambulaba. La multitud me miraba asombrada, todos se abrían a mi paso, gritaban anhelantes, porque percibieron el cambio que se produjo en mí. Sonreí, bajé mis alas y posé mis pies en el suelo, toqué a todos los que se acercaron, el corazón se les detuvo por un instante, cuando volvieron en sí, me vieron partir, no iba solo, una mano sostenía el celular con la música de Led Zeppelin y mis audífonos, la otra se aferraba a Diana, ambos elevamos nuestras alas y volamos juntos hasta desaparecer.


MARCO FIGUEROA

El escuadrón de la muerte Marco Antonio Figueroa Pardo Ganador Cuentos de Barrios 2020

Los incendios arden alrededor mío, y veo las olas de humo ascender al cielo. Tengo mi fusil en la mano y espero mis órdenes. Hombres y mujeres caminan hacia la fosa que hay más adelante, caminan temiendo por sus vidas y orando a Dios. En la fosa yacen cuerpos desnudos y hechos pedazos, algunos han perdido sus cabezas y las mujeres sangran por sus piernas. El olor es insoportable, apesta a lo que solo puede ser descrito como una tostada quemada. La mayoría de las cosas huelen así, cuando llegan a ese estado. No es algo que ustedes puedan reconocer, para ustedes, son simplemente quemados. El fuego proviene en su mayoría de los cuerpos ya sepultados. Las zanjas no son lo suficientemente grandes para sostener todo el mundo, por lo que están reservadas para los campesinos que no tenían nada que ver con nada. Por simpatía barata. Los soldados de verdad optan por la vía rápida al infierno. Nuestros hombres dicen que se lo merecen, que son los demonios de verdad, pero yo no he visto nada de ellos que lo demuestre. Sólo sus desesperadas súplicas de perdón que no son respondidas. Nos encontramos en una colina donde no crece nada. Los incendios arden brillantemente, como si quisieran que todos los vieran. Los campesinos delante de mí saben que no deben acercarse, se


quedan en el interior y esperan a que mis acompañantes lleguen. Ellos caminan con bolsas y hablan de fútbol y de mujeres. Asombrados de lo buenos que son robando a los pobres. Nadie los detiene, los campesinos lloran, cuando ellos los golpean y se llevan a sus niños. Sólo hay casas vacías... Los hombres no quieren irse con las manos vacías. En la cima de la colina, espero mis órdenes. Los hombres y mujeres frente a la zanja me piden misericordia, y yo los ignoro. No hay nada que pueda hacer por ellos, tengo que hacer lo que me piden que haga. Con el escuadrón de la muerte, o estás con ellos o contra ellos. Yo prefiero seguir vivo. Mi comandante aparece. Camina con pasos largos. Con un cigarro en la mano, y una pistola en la otra, mira a la zanja y se ríe. Mátalos —dice— están tomando nuestro aire. Levanto mi fusil y apunto. Las palmas de mis manos sudan, mi corazón se acelera. Aguanto la respiración, y con la palabra de mi comandante, aprieto el gatillo. Un disparo sacude la colina, y nadie se da cuenta. Esto ha seguido sucediendo durante toda la noche, lo he estado haciendo todo el día. Aprieto el gatillo otra vez y otro cuerpo cae en la zanja. Luego otro, y otro. El siguiente hombre en la línea mira con horror cómo la gente de su pueblo muere y se

encuentra sin poder hacer nada mientras espera su turno para golpear el suelo. Yo les disparo en la cabeza para que no sientan dolor. Mis amigos dicen que estoy desperdiciando mis balas cuando un machete funciona igual de bien. Ellos arrancan sus miembros y se los dan de comer a los perros. Para ellos no hay mucho para comer por aquí así que eso es alimento. Yo les replico que un tiro en la cabeza es más eficaz y rápido. Hay muchos por delante, y no tenemos toda la noche. ¡Bang, bang!, ellos caen. Ellos caen. Cabeza sobre los talones, de punta a punta. Caen en la zanja y los cubren. En un montículo de tierra se convierten. Nosotros les damos sus ritos, y cantamos sus oraciones. Se han ido ya y sabemos a dónde van. No es por ellos, es para aquellos que necesitan garantías de que esto es correcto. Para que podamos descansar y dormir y hacer todo esto de nuevo mañana. Porque esto no es una cosa de una vez, esto es para siempre. Una conquista, una campaña. Una y otra vez, hasta que el último hombre caiga... Hasta que el mundo sepa quiénes somos, y conozca el mal que respira a través de nuestras almas.


El fantasma ÁNGELA ANDRADE

mordido

Ángela Katherine Andrade Ariza Ganadora Cuentos de Barrios 2020

Vivo en una casa antigua en el suroccidente de la ciudad. Actualmente el barrio está lleno de construcciones y comercio, sin embargo, sus orígenes estaban en el marco de la ruralidad. Había grandes espacios verdes que se fueron eliminando conforme se iba integrando la urbanización en la zona. Dicen que la casa fue construida a mediados del siglo XX. Las primeras personas que vivieron ahí eran: una mujer, su esposo y una niña de aproximadamente 8 años. Cuando mi familia compró la casa se encontraron con una fotografía bien conservada en donde aparecían ellos. Se ve a la mujer usando un largo vestido, una mantilla recubriendo sus hombros y un sombrero campesino; el hombre al igual que ella, vestía con una manta rayada sobre sus hombros, un pantalón oscuro y sombrero; la niña llevaba falda negra y blusón blanco. Contaban que la casa había sido testigo de un hecho trágico: El asesinato de la familia completa. En el barrio se decía que la niña había sido enterrada en el patio trasero de la casa y que de los padres no se sabía nada. Así, innumerables historias se tejían en torno de la casa. Cuando nuestra mudanza fue posible; el miedo y la sugestión pudieron conmigo. Una vez mamá me dejó sola con mis hermanos, eran aproximadamente las 5 p.m. y decidí que era


hora de que ellos tomaran una siesta. También hice lo mismo, pero me recosté en la sala de estar. Me estaba quedando dormida y la luz de la tarde poco a poco se iba opacando. De repente, vi la vaga figura de una mujer que se introducía en la casa vestida de luto: cabello suelto, túnica y falda de cáñamo. Se dirigió a las habitaciones interiores. Al principio, creí que era una vecina que había entrado para ver si estábamos bien; después reflexioné: — ¿Cómo se atrevería a entrar en nuestra casa con semejante vestimenta y aparte, mamá por qué no me comentó que le había dado nuestras llaves? Mientras permanecía sumergida en la perplejidad, la mujer se devolvió y llegó a la sala de estar, fingí dormir. Y con los ojos entreabiertos visualicé que la mujer tendría unos treinta años; el matiz amarillento de su piel, su rostro hinchado y su mirada sombría le daban un aspecto terrible. Iba y venía por la sala como buscando a alguien, aparentemente sin intención ninguna de abandonar el lugar; incluso se acercaba al sofá, pero allí era cuando analizaba más lo que ella hacía. De pronto, ella se levantó un poco la falda y saltó al sofá, sentándose en mis piernas; parecía pesar tres mil libras. Conservé por completo la lucidez, pero cuando quise levantar mi mano la sentí encadenada; cuando quise mover un pie, lo tenía

paralizado. Sobrecogida de terror, traté de gritar, pero, desgraciadamente, no era dueña de mi voz. La mujer, mientras tanto, me olfateaba la cara, las mejillas, la nariz, las cejas, la frente. En toda mi cara sentí su aliento, cuyo soplo helado me llegaba hasta los huesos. Imaginé una hazaña para librarme de aquella angustia: cuando ella llegara al mentón, yo trataría de morderla. Poco después ella se inclinó para olerme la barbilla. Así que, sentí la oportunidad de morderla con todas mis fuerzas, tanto que los dientes penetraron en su carne. Bajo la impresión del dolor, la mujer se tiró al suelo, debatiéndose y lamentándose, mientras yo apretaba las mandíbulas con más energía. La sangre resbalaba por mi barbilla e inundaba la almohada que tenía debajo de mí. En medio de esta lucha encarnizada escuché el sonido de la puerta principal y la voz de mi madre diciendo: ¡Ya llegué, hija! ¡Un fantasma! — grité enseguida. Pero apenas abrí la boca para gritar, el monstruo se había desvanecido, como un suspiro. Mi madre corrió rápidamente hacia donde estaba; no vio nada y lo que me dijo después de haber gritado, fue que la angustia había sido causada —según ella— por una pesadilla. Pero le insistí que había sido real y, como prueba evidente, le enseñé la mancha de sangre: parecía agua que había traspasado por una fisura del techo y empapado la almohada y parte del sofá. En ese momento acerqué mi cara a la mancha y respiré una emanación pútrida; me sentí presa de un violento acceso de vómitos, y durante muchos días tuve la sensación nauseabunda del espectro.


DAVID GUTIÉRREZ

El miedo

de los niños David Ricardo Gutiérrez Ramírez Ganador Cuentos de Barrios ÁGORA 2019

…Y en ese entonces los niños le teníamos miedo a las niñas. Por supuesto estamos hablando por allá de 1995, cuando los niños aún guardaban su ternura, específicamente en el barrio La Guaca, que fue como llamaron a esas cuatro manzanas que quedan entre Ciudad Montes, Villa Mayor, Sauces y Santa Rita. Mi cuadra era la “calle de la unión”, le pusieron así porque en diciembre los vecinos se reunían para decorar con luces navideñas toda la calle, pero hasta ahí llegaba su unión. Jugábamos stop, ponchados, trompo, rejo quemado, escondidas en cualquier variante (chinas, americanas, judías y alemanas), se montaba bici, se jugaba microfútbol con balón de fútbol en canchitas de piedra medidas a cuatro pasos y definiendo por “pica – pala” o el noble “piedra, papel o tijera” para ver quien inicia el encuentro. Nuestra sociedad ya estaba establecida, con una especie de “líder”, que era Albertico, el niño que más rápido corría y por otro lado estaba Marita, que era la niña más bonita que tenía esas colitas de Hello Kitty, esos ojos azules y ese olor a Johnson Baby. En ese entonces los niños le teníamos miedo a las


niñas y Albertico no era la excepción, él siempre andaba huyendo de Marita, quien lo atormentaba persiguiéndolo, diciéndole esas cosas diabólicas como “buenos días”, “muy linda tu bici”, “que lindas canicas”, “muy lindo tu gol” etc… Un día, por esas cosas de la calle, de la unión, los papás de Marita invitaron a toda la familia de Albertico a almorzar en la casa. Huirle en la calle del barrio o en el parque a Marita era una cosa sencilla, pero ¿huirle en su propia casa? Eso sería una cosa más complicada. Albertico y su familia llegaron a la casa de Marita. Una casa grande de dos pisos con terraza y un patio enorme. Se sentaron en el comedor, almorzaron junto con la familia de Marita (es decir su madre, su padre y sus dos hermanas mayores que miraban a Albertico con picardía y a Marita con complicidad). Almorzaron tranquilamente, eso sí, con una que otra mirada de Marita hacia Albertico seguido de una leve sonrisa casi invisible al ojo humano pero no al ojo paranoico de Albertico. Se acabó la comida, el postre y demás, y entonces fue cuando de repente sonó una voz chillona y malvada que provino de una sombra, una sombra con dos colitas de ‘Hello Kitty’ diciendo: “ven vamos a jugar”. Albertico rápido volteó la mirada a Marita que le sonrió, quedando él inerme y expuesto a tan terrible desafió y para colmo el papá lo miró con el ceño fruncido y algo enojado por su comportamiento tan asocial. Ya era sentencia, no una dulce invitación de Marita, sino una orden directa de su papá, pero ¡Ni modos!, hay momentos en los que uno debe ser hombre y enfrentarse a todo y este era el momento para Albertico. ¿Jugamos a las escondidas? dijo la hermana mayor. Mientras la niña contaba mil uno, mil dos, mil tres, mil cuatro hasta llegar a mil treinta y anunciando bajo la orden de —“ni por delante, ni por detrás, ni por un lado, ni por el otro, listos o no, ya voy”. Albertico salió a correr olvidando que estaba en

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casa ajena, corrió rápido por las escaleras buscando lo que él creía que era el mejor escondite, detrás de una puerta entreabierta. Inmóvil, y tratando de no hacer ruido escuchó unos pasos etéreos que se acercaron, con unas colitas de “Hello Kitty” y un olor a “Johnson Baby”, Marita se asomó y le dijo: –ven, este es el mejor escondite—. Lo tomó de la mano y lo llevó corriendo hasta la terraza. En medio del trote él se dejó guiar para luego darse cuenta de que estaba escondido detrás de un lavadero en la terraza, acurrucado al lado de ella que lo miraba fijamente. De pronto, Albertico entendió lo que tanto le habían dicho en el colegio, que las niñas se desarrollan más rápido que los hombres, porque en ese momento a Marita le creció la cabeza un poquito…y otro poquito… y otro poquito hasta que el horizonte era nada más que su cara que estaba por atraparlo, y como entre sueños sintió que sus labios se apoyaron contra los de él sigilosamente; ella, sin dejar de mirar a Albertico, se acercó de una forma peligrosa hacia él. Pronto la distancia que los separaba era virtualmente nula; a él le empezaron a zumbar los oídos, se le nubló la vista, perdió la noción del tiempo y no pudo dejar de sentir hormigueo en sus labios. Después de eso, el miedo fue vencido y sin soltarse de la mano, Marita y Albertico duraron toda la tarde hablando, escuchando, riendo y besando… besando cada cuatro o tres palabras. …Y en ese entonces los niños le teníamos miedo a las niñas porque nuestra inocencia nos enseñaba, estúpidamente, a temer a todo lo que no entendíamos o lo que no conocíamos.


ÁNGELA ANDRADE

Helam, el lugar

perdido

Ángela Katherine Andrade Ariza Ganadora Cuentos de Barrios ÁGORA 2020

La historia es inconmensurable y ha dejado rastros de lugares mágicos que hoy en día son el refugio de aquellos que se ven inmersos en los oscuros límites de la imaginación. Hay momentos de la historia que podemos recordar y están escritos en los libros más antiguos, y otros que se perdieron en la memoria de los que jamás se mostraron al mundo, lugares maravillosos y personajes importantes se convirtieron en simples leyendas. Este fue el caso del pequeño poblado de Helam, un lugar ubicado en los espacios menos recorridos por el hombre, y de una organización tan estructurada que se podía observar la paz desde los tiempos de su fundación. Bastián, ocupaba un lugar especial en el poblado, pues, pertenecía al linaje de una de las familias que gobernaron el reino durante 800 años. Sus dictámenes en el condado, restablecían la tranquilidad de las personas, pues la filosofía del pueblo se basaba en la libertad, la paz y las oportunidades económicas. En un pequeño castillo ubicado en lo más alto del pueblo habitaba una doncella que también gobernaba el reino. Sus largos y abombados vestidos le daban prestigio e infundía respeto al pueblo. Los padres de la doncella, anteriores reyes, le habían llamado Annya. Una joven pelirroja que llevaba su melena hasta el suelo, dándole vitalidad y fuerza a un rostro seguro sin muestra de sufrimientos y dolor. Ella hacía parte de otra


familia que gobernaba junto a la línea del rey Bastián, pero no era frecuente que se reunieran ella y el rey para tratar asuntos del reino. Todas las mañanas, el rey observaba la vida desmesurada y serena del río, en los límites del reino. Su rostro y su conducta demostraban la vida genuina de un pequeño infante, quien libre de toda corrupción traía la armonía que no era observable en otros rincones del mundo. Ahí, en ese punto y siempre de manera imprevista, se encontraban con Annya, quien habitaba en el otro lado del río. Se cruzaban miradas y una veneración de cada uno, demostraba el respeto, pero también ciertos sentimientos que se percibían en el aire. Sin embargo, algo conmocionó la quietud de ambos ante un hecho que marcó la historia de Helam. A orillas del río se encontraban partes de un cuerpo que estaba en los inicios de la descomposición. Bastián, observó detenidamente la escena, y vio en el brazo una marca específica que identificaba el cadáver. Su rostro se descompuso al ver que esa marca era de Theo, su hermano y príncipe, un caballero de gran magnificencia que acompañaba a Bastián en las decisiones del pueblo y su gobernabilidad. Llamaron a varias personas para recoger los restos del cuerpo de Theo, y se observó el rostro desolado de Bastián ante el panorama. Recordaba la mañana en la cual su hermano se había preparado para ir de caza, diciendo que no era necesaria su compañía para iniciar el viaje. Su agitación lo llevó a pensar en quién había osado cometer tal acto. Después del levantamiento, comenzaron con las exequias del cuerpo y destinaron su alma a la eternidad junto a Dios, el padre de todos los hombres. Cada día, en el encierro de su habitación, Bastián observaba el alba alzarse en las alturas y se preguntaba mirando por la gran ventana cómo la vida del hombre podía ser tan corta para disfrutarla. No obstante, el tiempo se convirtió para él en vacío, después de verse sin la compañía de quien compartía su sangre y sus aventuras.

El pueblo se levantó ante los sucesos acaecidos y pidieron a los reyes una justa medida para la protección de las familias que habitaban en el reino, pues era probable que alguien externo, hubiera irrumpido la tranquilidad que por siglos había mantenido Helam. Bastián, reunió e instauró una junta para dar con el responsable del asesinato de Theo. Annya, acompañaba las largas reuniones, pero su rostro se observaba frío y de una serenidad vacilante. Las personas observaban en ella un símbolo de belleza, pero más aún, cierto misticismo por la mirada penetrante y profundamente vacía. Ella era una mujer solitaria, que habitaba el primer castillo construido en el poblado, era la actual reina. Sus padres habían abandonado el mundo desde que ella tenía 13 años de edad, producto de una enfermedad. La infancia de Annya, estaba llena de misterios, pues se decía que era la única en el reino que había descubierto civilización más allá de los límites de Helam y, por lo tanto, había conocido la maldad en su cuadro más perfecto. No obstante, nadie conocía su sombría vida antes de Helam, y solo veían que su humanidad se iba perdiendo con el tiempo. Así, iniciaron la búsqueda de los responsables del asesinato. Interrogaron a cada mujer, hombre, joven y niño, sin encontrar algún rastro o siquiera indicio. Una de las esperanzas que encontraba Bastián para sobrellevar el impúdico acto hacia su hermano, era entregar sus pensamientos y plegarias al dios que por siglos había adorado su pueblo, para eliminar así el dolor y la soledad. Habían pasado varios días y Bastián, en una noche de luna diferente de todas las noches, con pocas ilusiones, decidió arrodillarse en medio de la llanura cerca del castillo pidiendo en oración que fuera iluminado por la luz de la verdad. Tanto tiempo quedó tendido en el suelo para recibir revelación que quedó profundamente dormido y entonces, en su mente, lejos de la realidad, unas figuras se dibujaron en sus sueños. Era Annya que recorría tan serena y con tanta delicadeza todo Helam, su sonrisa era frívola y su piel tan pálida


que aparentaba el color de la luna de aquella noche. En el sueño ella se acercaba y perturbaba su tranquilidad con gestos y movimientos paranormales. Aquella presencia era temible, y lo único que deseaba Bastián en ese momento era poder despertar de la ensoñación y olvidar esa fantasía que su cerebro había recreado. Cuando abrió los ojos, observó que se aproximaba Annya hacia él, con un vestido tan largo que se arrastraba por los suelos, el cabello completamente suelto y tan rojizo como un eclipse de luna. Con el mismo semblante frívolo que en el sueño, ella extendió el brazo para que Bastián pudiera observar lo que le atormentaba por tanto tiempo. En ese momento vio, en un pequeño lapso de tiempo, la visión de la vida de la doncella antes de Helam. Se presentó ante sus ojos Ella, con su espíritu combativo luchando junto a ejércitos de reinos lejanos y su mente perturbada por la sangre derramada de las guerras a través de los siglos. Bastián comprendió por primera vez, que su cuerpo estaba pagando el castigo más grande de todos: La eternidad. Sintió toda la tristeza y soledad que inundaba a Annya, así como el odio hacia sí misma cuando derramaba la sangre de soldados inocentes y, lo que menos esperaba Bastián, el momento en que con sus propias manos arrancó la vida de Theo, sin ninguna causa ni muestra de remordimiento. Como resultado, Bastián gritó tan fuerte que sus pulmones lo dejaron sin aliento. No podía creer lo que sus ojos habían visto. Por lo cual, se causaba dolor para saber que lo que estaba viviendo solo era el producto de una terrible pesadilla, pero no despertaba. Ella lo seguía observando con su mirada penetrante que no dejaba ver rastro de humanidad, con todo el vacío de la eternidad. En un instante ella se arrodilló junto a él en el silencio de la noche, acercó sus labios y sintió después de siglos de tortura el amor y la calidez humana. Fue el acto más puro y noble que su corazón eterno había realizado. De repente, un viento fuerte envolvió el cuerpo de la doncella

haciendo que se alzara por los cielos y desapareciera para siempre en un intervalo de segundo. Bastián cayó inconsciente. A la mañana siguiente despertó justo cuando el sol desprendía fuertes rayos de luz en su rostro. Se vio rodeado de naturaleza y lejos de Helam. La maldición ahora se había apoderado de él, la eternidad lo acompañaría y era su deber mantenerse lejos de los límites de la locura.


Que lo dejen bien muerto Julián Meneses

Cuentero Ganador Cuentos de Barrios 2019 Isaac Ceballos fue un viejo cascarrabias, escéptico de todas las cosas y buen conversador que tuvo una buena vida hasta los 96 años. Tras su muerte, dejó instrucciones precisas a sus hijos y a su viuda sobre la disposición de sus bienes y otros asuntos: pidió que la mitad de sus libros se donara a la biblioteca pública de su pueblo y que la otra mitad se repartiera entre sus nietos, dejó dicho además que quedaba prohibido por tres generaciones vender la finca en tierra caliente y, por último, exigió que por nada del mundo en sus honras fúnebres se celebraran ritos religiosos. Creyendo tenerlo todo controlado en el mundo terrenal, el viejo Isaac se murió tranquilo y jamás se preparó para lo que sucedería con él mismo en el mundo de los muertos. Isaac Ceballos disimuló su sorpresa con una sonora carcajada cuándo abrió sus ojos en el más allá, miró con sorpresa para todo lado y se dirigió hasta la recepción del lugar: un mesón blanco de piedra pulida, en donde un grupo de nueve señoritas sonrientes en tono amable daban la bienvenida a la vida eterna y confirmaban los datos de los recién llegados. Una vez confirmados los datos, a cada recién llegado se le indicaba el lugar al que debía dirigirse. A Isaac Ceballos, según le informaron, le correspondió la sala 9A ubicada en el tercer piso, al fondo del primer pasillo que encontraría a mano derecha apenas terminaban las escaleras.

JULIÁN MENESES


internacional europeo, y mientras seguía con atención los avisos informativos y las pantallas que lo guiaban sin pérdida a través de un entramado de escaleras eléctricas y ascensores hasta la sala 9A; no dejó de maravillarse por la blancura de las paredes y la brillantez de los pisos que parecían de mármol. En la entrada de la sala 9A había una recepción más pequeña, atendida por una sola persona, frente a ella había una fila de unas diez personajes en la que Isaac aún sonriente y deslumbrado por la elegancia del lugar decidió formarse sin preguntar nada. Isaac, notó el nerviosismo de algunos de los que estaban en la fila, pero a pesar de todo él se sentía confiado, al fin y al cabo, se dijo a sí mismo, de Dios se decía que era misericordioso y con seguridad después de una charla sincera, sabría perdonarle su ateísmo. -Fíjese usted- le dijo Isaac a la señora junto a la que se sentó en la sala de espera, y que resultó ser agnóstica -Hay unos que mandan para la sala de la izquierda y otros para las sala de la derecha, ¡Qué raro! Hablaron por largo rato, además de tratar de entender la organización del lugar, conversaron de lo curioso que era que todas las almas hablaran español. Se distrajeron haciendo chistes el uno al otro, sobre la suerte que correrían una vez salieran de aquella sala. -Seguro que esta noche estaremos veraneando en el infierno -- le dijo Isaac a su nueva amiga entre carcajadas. Pero pasaron las horas y la espera se hizo larga, pronto empezaron los silencios incómodos y la impaciencia porque sus turnos aún no eran llamados. Isaac motivado por la impaciencia, se levantó de su silla y se dirigió hasta una oficinita que había dentro de la sala y que tenía la puerta entreabierta; allí una jovencita de rostro adusto, digitaba en un computador el contenido de una pila de papeles que tenía sobre el escritorio. Con seguridad, pensó Isaac, ella podría explicarle la razón de la demora, pero la jovencita no le prestó mucha atención y con respuestas evasivas, le indicó que debía tener paciencia, le informó que en algún momento sería llamado a lo que ella denominó “la charla introductoria a la vida eterna”, en donde le darían indicaciones precisas y le resolverían cada

una de sus dudas. Insatisfecho con la respuesta Isaac insistió, y se atrevió a lanzarle la pregunta que rondaba su cabeza desde que había descubierto la existencia de la vida eterna: ¿En qué momento podría él hablar con Dios? Sólo hasta que escuchó esa pregunta, la jovencita dejó lo que estaba haciendo en el computador, se quitó las gafas y contestó Mire Don Isaac, mire la sala en la que nos encontramos, está llena de gente, y así es todos los días. ¿Usted en serio cree que Dios tiene tiempo de atenderlos a todos en privado? Isaac se quedó en silencio, la respuesta le pareció razonable, al fin y al cabo él había sido ateo y había negado a Dios toda la vida, así que era entendible que no quisiera atenderlo a él o a ninguno de los que estaban en aquella sala. Agradeció con cordialidad a la señorita y cuando se disponía a salir de la oficina, una nueva duda lo asaltó: -Señorita, pero Dios, ¿atiende al menos a los creyentes?, preguntó Isaac. La respuesta a aquella pregunta exacerbó el ánimo de Isaac, y ante la mirada atónita de todas las demás almas en la sala, Isaac empezó a gritar a todo pulmón que Dios era negligente y descarado, y vociferando para que todos en la sala lo escucharan, Isaac afirmó que él podía entender muy bien que Dios no quisiera atenderlo a él por haber sido ateo, pero que no tenía presentación alguna que ni siquiera tuviera tiempo para atender a los creyentes -Esas pobres almas- afirmó Isaac -Creyeron en él toda la vida y este señor ni siquiera saca un tiempo para atenderlos, ¿en qué anda Dios acaso?, ¿salvando del hambre a los niños en África?. La jovencita viendo a Isaac tan enojado y exaltado, pidió apoyo por radio al área de seguridad, y en lo que dura un parpadeo dos tipos grandes aparecieron en la sala para llevar a rastras a Isaac, aún vociferante, a lo largo de un pasillo hasta un cuartico pequeño en el que solo había un par de sillas una frente a otra. Los guardias lo sentaron en la silla que miraba hacía la puerta, y le pidieron calma indicando que en unos minutos alguien vendría para atenderlo.


Cinco minutos después entró un hombre bien vestido, con traje, camisa, zapatos y corbata muy blancos. El hombre de ademanes amables y finos dijo llamarse Gabriel, se sentó frente a Isaac y le preguntó de forma directa por lo ocurrido en la sala. Isaac se despachó con una perorata que Gabriel escuchó con paciencia y mucha atención durante casi diez minutos. Ni siquiera se mostró alterado o sorprendido cuando Isaac llamó a Dios, negligente, perezoso, misógino o descarado. Acabada la perorata Gabriel sonrió. Con voz calmada y pausada le informó a Isaac que su petición para hablar con Dios era imposible de cumplir. Le explicó que, dado su ateísmo, no estaba en posición de exigir mucho y le quedaban dos opciones: la primera seguir insistiendo en su ateísmo, en cuyo caso ese misma noche un bus vendría a recogerlo para llevarlo directo a una condena eterna y dolorosa en el infierno, y la segunda, que Gabriel con mucho respeto le recomendó a Isaac Ceballos; consistía en que de rodillas debería reconocer que su ateísmo había sido un error, y debería clamar por el perdón de Dios, en cuyo caso, sería trasladado esa misma noche a una temporada en el purgatorio, en donde tendría tiempo para reflexionar y entrenarse en los asuntos religiosos que en vida nunca le habían interesado. - ¡Espere un momento! - gritó Isaac Ceballos tan pronto Gabriel terminó la explicación - ¡Ustedes planean juzgarme a mí bajo la jurisdicción del Dios de los cristianos, pero permítame informarle señor Gabriel, que yo en vida, no solo fui ateo al Dios de los cristianos sino a todos los demás dioses: Krishna, Elohim, Alá, Shiva, Govinda, Zeus, Osiris, Ganesh, Baco, Apolo, Mitra, Thor o Ahura Mazda…! ¡Solo por nombrar a unos cuantos! Gabriel quedó en silencio, no pudo ocultar la sorpresa de su rostro, se aflojó un poco la corbata, tartamudeó intentando encontrar palabras para responder, pero Isaac aprovechó esos segundos de duda para rematar su reclamo -Así Don Gabriel, que si planean juzgarme y condenarme por ateo, todos los dioses, cuántos sean y como se llamen, tienen jurisdicción en el asunto de mi juzgamiento

-Gabriel se puso tan blanco, como el color del traje que llevaba, se aflojó más la corbata y desabrochó el primer botón de la camisa, exhaló hondo y miró con angustia a los guardias que estaban en la puerta y mientras se levantaba de la silla les dijo casi entre susurros -¡Ahora tenemos un problema señores! Isaac se quedó sentado, confundido y sin entender lo que ocurría, intentó preguntar qué pasaba, pero los dos guardias le pidieron quedarse sentado y esperar un momento. Gabriel y los guardias salieron de la sala dejando solo a Isaac sentado mirando hacia la puerta. Pasaron varios minutos, Isaac miraba por todo lado tratando de distraerse pero al cabo de un rato, cansado del silencio y de la espera miró hacia la ventanita de la puerta, viendo que los guardias no estaban, con sigilo, se levantó de la silla y abrió un poco la puerta para mirar hacia el pasillo. A la mitad del pasillo estaba Gabriel, con un cigarrillo en la mano izquierda y con la bocina de un teléfono público en la derecha, se veía nervioso, los movimientos de sus manos y el andar de lado a lado, indicaban que su interlocutor al otro lado del teléfono no entendía lo que Gabriel intentaba explicarle. Unos metros más adelante de él, de espaldas a la puerta a la que estaba asomado Isaac,


que había sido Isaac quién los había invocado. Interesado al haber escuchado su nombre, Isaac abrió más la puerta haciendo ruido con las bisagras. Gabriel, alarmado, tan pronto lo vio, cubrió la bocina del teléfono con la mano en la que sostenía el cigarrillo y con sonrisa fingida pidió a los guardias que llevaran a Isaac de regreso a la sala, cuando pasó Isaac por su lado Gabriel le pidió esperarlo allí mientras consultaba un asunto. Desde aquel momento Isaac Ceballos lleva diez días en la Sala 9A viendo desfilar a diario almas que van y vienen, esperando a que alguien le diga algo sobre el asunto de su juzgamiento en la vida eterna, pero según le han informado, su caso no es nada sencillo.

creyentes, y a cambio de cortas o benévolas condenas le han llegado a ofrecer cincuenta vírgenes y hasta la contemplación eterna; pero nada de eso ha logrado convencer al viejo Isaac Ceballos; él, con paciencia y vehemencia a todos les explica que ese asunto de la vida eterna a él lo tiene sin cuidado, y que lo único que pide, es que de una vez por todas lo dejen descansar y que lo dejen bien muerto.

La jovencita con quien discutió la tarde que llegó a la vida eterna le confesó que cuando Isaac apeló a la jurisdicción de los demás dioses, abrió un boquete jurídico sin precedentes en la historia de los cielos, por lo que ahora ni los dioses ni sus abogados se ponen de acuerdo sobre la legislación aplicable en su juzgamiento. A lo largo de esos diez días por aquella sala de la vida eterna se ha visto desfilar a casi todos los abogados de los dioses para conversar con Isaac, aunque algunos llegan con tono de amenaza, al final terminan mostrándose conciliadores; amenazantes o conciliadores, en esencia todos le piden a Isaac Ceballos lo mismo: que se acoja a la jurisdicción de la deidad a la que representan para poder llevar a cabo el juzgamiento, pero todos se han encontrado con la vehemencia y terquedad de Isaac, quien se ha negado una y otra vez a acogerse a la jurisdicción de alguna deidad, afirmando que su condición de ateo le impide tener preferencia por alguna deidad en particular. El desespero de los abogados por convencer a Isaac ha hecho que algunos le ofrezcan beneficios para la vida eterna que antes eran exclusivos para los


Sabor a ti Abel Julián Carrillo Villarraga Ganador Laboratorio de Narración Oral 2020

Esta historia habla de un lobo, todos conocen a los lobos ¿verdad?, de pelo gris, blanco, negro, de orejas y colmillos; varios lobos forman la jauría; en la jauría se tienen diferentes tareas y roles a cumplir, cada uno cumple un oficio, hay un jefe de la manada, hay otros que ayudan a las tareas de la jauría con los más pequeños con los más viejos y las hembras, otros son los cazadores y además existen quienes son los de avanzada que van e indagan y luego retornan para avisar lo que ven más adelante: si hay peligros y dónde hay comida. Él es un lobo de avanzada y esa mañana sale a buscar comida, camina durante unos minutos por la estepa y se interna en el bosque, mientras se profundiza en él, mientras avanza rastreando, olfatea algo hay un olor de comida, de carne, deliciosa carne, y de pronto ve que en contravía va un coyote espantado que “corre como alma que lleva el diablo”, un enemigo natural, pero no para que al verlo salga huyendo, luego a lo lejos ve un oso grizzly, un animal de casi 400kg de pelo marrón y grandes garras que también huye… Pero el lobo, cuidándose, sigue avanzando puesto que es de avanzada, es valiente y olfatea muy bien y no son hombres quienes los hacen huir, no presta atención ni intenta saber de qué o de dónde ellos

ABEL CARRILLO


escapan, después de avanzar sale a una pastada y con sigilo se adentra y entre la gran pastada de la estepa ve a lo lejos un rebaño de ovejas… Ovejas, deliciosa carne, están recién esquiladas y se ve un lomo provocativo y unas piernas muy llamativas… mientras avanza advierte que hay una oveja aislada del rebaño, es la oportunidad de que caiga entre sus fauces, se aproxima con sigilo y se da cuenta de que es una presa fácil. Se acerca a donde está la oveja y cuando va a saltar sobre su presa, ésta gira y se queda mirándole, él muestra sus colmillos y dientes, su gruñir hace que se paralice, en ese momento la oveja saluda: — ¡Hola, eres un lobo!, ¡Waoooo un lobo! —, yo soy la presa de una delas máquinas más mortales de la naturaleza, de las más eficaces, y — ¿me piensas comer? ¿Verdad? El lobo mira y gruñe, pero ella le dice, — Creo que en este momento, antes de que llegue mi muerte, debo preguntar muchas cosas, antes de que me comas… — Se acerca sin miedo y le coge la boca con la pezuña — El lobo le mira y le dice: ¿puedo? El lobo frena y dice: —Ok, si llegas a berrear y escapas no dudaré en darte un zarpazo y de una sola mordida morirás, pregunta antes de que me arrepienta, pregunta. La oveja se sienta, lo mira y pregunta, — ¿qué se siente ser lobo?, ¿qué pasa cuando una víctima queda sin vida en sus fauces? ¿Qué se siente tener la vida de alguien en la boca? De pronto se ve como la oveja comienza a seducir al lobo mostrando la piernita, picándole el ojo, y acercándose al lobo, el lobo siente que ella lo idolatra y se cree interesante. Ella cumple la función de seducirlo y el lobo comienza a sentir que es atractivo y que ella, la oveja, es muy atractiva. Y comienzan a charlar de gustos, de praderas, de

caminos, de bebidas y el lobo percibe que tienen muchas cosas en común con la presa, entonces ella le dice que si quiere mojar la palabra, eso genera en él tanta familiaridad que le cuenta su vida, (una técnica infalible es crear tanta confianza que cuente sobre los sucesos de la vida de cada quien y exaltarlo de tal manera que se sienta único) y ella cuenta muy poco de su vida, entonces detrás de un matorral saca un canasto donde tiene vino y le sirve al lobo, en un par de copas se sirve ella y a esas alturas él ya le ha perdonado la vida, ella le explica que fue un canasto que dejó una pareja de humanos y tenían un par de sándwich que si quiere ella le cede el jamón de cordero. Claro, no hay nada más que genere amor a primera vista que alguien se preocupe por la comida de uno y él quedó “matado” y al darse cuenta de que la tarde caía y el tiempo se había pasado tan rápido le dice a ella que volverá, y mientras sale de la pradera y pasa el bosque piensa en los ojos tan encantadores de aquella oveja. Cuando llega a la manada le preguntan que si encontró comida o peligros alrededor de donde están ellos y mintiendo dice que no que no encontró nada; otro de los de avanzada cuenta que ha visto un rebaño de ovejas y el jefe de la manada da la orden de que al salir el sol los lobos cazadores vayan por el rebaño de ovejas. Entonces el lobo pide al jefe que lo deje ir y este se niega diciendo que deberá quedarse con la manada. Al día siguiente los cazadores salen temprano, pasan las horas y no regresan. Pasó un día y no llegaron, entonces manda a otros cazadores y tampoco vuelven, entonces manda a exploradores y lo envían a él. Al día siguiente salió muy temprano, corre que te corre con el afán que trae el amor y la


desesperanza, la urgencia de la perdida; atravesó el bosque sin el sigilo de las amenazas lo único que le preocupaba era encontrar a su oveja sana y salva, aunque él sabía que quizás no encontraría nada, entró a la planicie de la sabana sin estrategia y cuando menos pensó se encontró con el abrazo de la oveja, con sus palabras dulces le dijo que lo había extrañado mucho; él le preguntó que si todo estaba bien, mientras la miraba de arriba abajo, tanto la miraba de arriba abajo que ella le preguntó sobre si todo estaba bien y le contó que el día anterior habían pasado por allí unos humanos que habían hecho un asado y dejaron muchas cosas tiradas, entre esas carne que había guardado en una canasta y que como ella era una buena oveja había pensado en él porque sabía que volvería a verla. Vea, no hay nada más que enamore a un macho que una hembra que le dé comida y que además se preocupe por la alimentación de la familia de él, esa hembra tiene mil puntos con ese macho que la corteja; entonces el lobo respiró y siguieron conversando. Cuando ella le preguntó si tenía hambre le daba de esa carnecita y una cosa lleva a la otra él dice que sí, ella dice que si lo acompaña de un vino él no se hace de rogar, ella le sirve la carne como si estuviesen en una mesa elegante y vino en un par de copas: una para ella y otra para él; mientras come un filete de punta de anca le parece exquisita; la conversación sigue, vino va vino viene y esa charla se torna más directa pregunta por cosas intimas del lobo, él pregunta por cosas sexys de la oveja y se acaba el vino; el licor cumple con su función, sube la tensión arterial, ella dice que le trae la canasta con la demás carne que ella no la necesita y le deja dos canastas una donde saco el

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filete y otra donde ella dice tiene más carne y toma la botella del vino y dice que detrás de un matorral tiene otra botella. Él, emocionado, asiente con la cabeza y ve como aquella oveja camina de manera sexy detrás del matorral. Emocionado mira la primera canasta que está llena de carne, filetes jugosos y abre la segunda canasta, entonces queda aterrado porque en ella están las cabezas de los lobos cazadores que salieron en los días anteriores, se asusta y levanta la mirada y observa a la oveja que sostiene una botella de vino en una de sus pezuñas y en la otra las copas y le dice: lo único que falta aquí es el sabor a ti.


LA ABSOLUCIÓN

JOHN YARA

Ganador Lab Narración Oral

John Velásquez Yara

Ganador Laboratorio de Narración Oral 2020

Son varias las motivaciones para realizar esta propuesta, la primera nace de las palabras de Tornero (2012), “Me gusta pensar que los narradores nos dedicamos a descubrir historias olvidadas que descansan en los libros” es aquí donde surge la idea de Intertextualizar dos corrientes narrativas como lo son el poema, en este caso “la Divina Comedia” y las leyendas de tradición oral latinoamericana”, logrando con esto un diálogo coherente entre ellas que pueda ser llevado a la escena, buscando así la identidad entre las historias que se tejen en cada una de ellas, consintiendo así narrar la vida misma, usando relatos que nos pasan a todos pero que pocos cuentan. La segunda es aprovechar los aprendizajes del laboratorio de narración oral Ágora 2020, para realizar una propuesta que vuelva a lo básico y esencial de la narración oral, que es el narrador o cuentero y la palabra, “La palabra viva, con todas las cualidades mensurables de la voz, tono, timbre, amplitud, registro... y los gestos, son los instrumentos del narrador oral para la comunicación con su público".


Taller de formulación y gestión de proyectos de Narración Oral Francisco "Pacho" Centeno Cuentero y Gestor Cultural

La concepción de ideas es inherente a los seres humanos, con mayor razón a quienes se desempeñan en el campo de las artes, personas creativas por naturaleza. Pero la idea no es suficiente para materializar lo que ésta plantea. Se requiere que la idea haga tránsito a una forma mucho más estructurada, a la que solemos denominar “proyecto”, lo que obliga al conocimiento de herramientas de formulación. Si tenemos un proyecto bien formulado, podemos tener una exitosa gestión de los recursos que se requieren para que la idea se concrete en acciones que generen resultados satisfactorios. Este taller creativo propone el análisis de dos tipos de proyectos que se entrecruzan necesariamente en el trabajo del artista: -

El proyecto creativo El proyecto de gestión

El proyecto creativo es la manera como concretamos la idea creativa, la obra de arte, el espectáculo, el festival, el trabajo comunitario artístico, o cualquier otra forma que tenga la idea que surgió de nuestra sensibilidad. El proyecto de gestión es la manera como hacemos del proyecto creativo un acontecimiento trascendente para aquellos que lo inspiraron, por lo general, el público y el propio artista.

Francisco "Pacho" Centeno


HANNA CUENCA Invitada Especial

Invitados Especiales Hanna Paola Cuenca Hanna nunca imaginó que lo que más hacía cuando pequeña sería su don para toda la vida: hablar. Narradora oral desde 1996, una puerta que abrió varios caminos que llevaron a esta Comunicadora Social de la Universidad Javeriana, a espacios nuevos y desconocidos, a inventarse formas para hacer del cuento una forma de vida. Con sus siete espectáculos de narración oral y sus 48 cuentos en repertorio, Ha participado en Festivales y Giras en más de 60 ciudades en España, Argentina, Alemania, Chile, Venezuela, Costa Rica, Cuba, Perú, Uruguay y por supuesto, Colombia Como gestora fue fundadora de la Corporación Gaia, Lúdica y Cultura, dirigió 7 versiones del Festival Internacional de Cuenteros Quiero Cuento, gerente de arte dramático de IDARTES y Coordinadora de Teatro y Circo del Ministerio de Cultura. En su última etapa creativa se ha direccionado a incorporar las artes escénicas en procesos de innovación social, trabajando los contenidos y metodologías para organizaciones sociales y culturales.


Invitados Especiales Las muertes Óscar Soto Para Óscar Soto, el jazz, la poesía y los cuentos representan una inmensa posibilidad de evocación. Es así como, en este montaje, recorre distintos hechos de su vida y evoca a los muertos que, incluso, no conoció, pero que ahora son suyos. Paradójicamente, este es un espectáculo sobre la importancia de vivir, basado en textos de Clarice Lispector, Mircea Cartarescu y Roberto Juarroz. Óscar Soto, Nació en Altamira Huila, en 1999. Es Profesional en Estudios Literarios, con énfasis en Escrituras Creativas, de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá. Durante más de dos años, se desempeñó como monitor de ALCUMA, el grupo institucional de narración oral de su universidad y, en 2018, obtuvo el tercer puesto en el Festival Regional Universitario de Narración Oral ASCUN. Es fundador y director del Festival Nacional de Narración Oral “Alma del cuento”, evento llevado a cabo en cuatro municipios del centro del Huila. Su tesis para optar por el título de profesional en Estudios Literarios consistió en una esquematización y teorización de un montaje de narración oral y le mereció una Mención de Honor al Trabajo de Grado, por su calidad investigativa y escritural. Ha recorrido diversos escenarios en los departamentos del Huila, Cauca, Valle del Cauca y en Bogotá.

OSCAR SOTO

Invitado Especial


JUAN C GRISALES Invitado Especial

Invitados Especiales Elucubraciones Juan C Grisales Elucubrar es decir y volver a decir, lo que vine a decir. En divagaciones propias del soliloquio el Cuentero encuentra los relatos justos para cada ocasión. En esta oportunidad dos cuentos medievales de la tradición oral italiana se toman el escenario, entre telas coloridas, ambientes de incienso y personajes propios del mercado persa se desarrolla la historia de cómo el hombre adinerado cede ante el ingenio del infortunado hombre de la calle. Juan Carlos Grisales Castaño Cuentero con trayectoria de 28 años. Gestor y director del festival ÁGORA de cuentos y cuenteros de Bogotá. Autor de 16 obras escénicas con base en la Narración Oral. Crea Elucubraciones como homenaje a la juglaría y el cuento medieval.


Invitados Especiales El olvido de Suacha Wendy Aldana Es un montaje que se empezó a materializar en medio de la cuarentena. Soacha es un lugar que ha sido invisibilizado, estigmatizado y usado, y hace falta que la gente conozca su historia para que entienda, respete y comprenda el valor histórico y simbólico del territorio. La propuesta tiene una duración de 20 a 30 minutos y se desarrolla a partir de tres encuentros que justifican los diálogos que se crea con el personaje central del relato; estos se tejen a partir de 5 cuentos que agrupan experiencias personales, experiencias prestadas, creaciones propias y adaptaciones literarias. Suacha… Única, utópica y útil. Wendy Aldana Cervera Es docente de español y tiene 25 años; estudió Licenciatura en Lingüística y Literatura en la Universidad La Gran Colombia y en la actualidad se encuentra en proceso de grado. Ha participado en varios eventos literarios, por ejemplo: La zoociedad de los escritores soachunos (2019), y El Bogotazo en la literatura (2018). Ha publicado dos cuentos cortos en la revista El Grafógrafo de su Universidad: El recorrido (2018) y Ricaurte (marzo- 2020). Así mismo, en septiembre de 2020 fue publicado su

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cuento Suacha, 08 de septiembre del 2020. 6:48 p.m, en el Fanzine No tengan miedo, liderado por escritores y artistas de Soacha. En 2016, hizo un montaje artístico con la adaptación de capítulos del libro “Opio en las Nubes”, de Rafael Chaparro; ese monólogo fue presentado en bares, instituciones educativas y en el Teatro México bajo el nombre de Polifonías (Trabajo en conjunto con David Reyes). En 2017 lideró el evento De la literatura al teatro, que fue presentado en la Fundación Cultural Seminaré. Durante ese mismo año intervino en la obra El reloj, dirigida y escrita por Freddy Ayala, presentada en instituciones educativas y en el Aula Máxima de la Universidad La Gran Colombia. En agosto del presente año (2020) participó como invitada en la Narratón Cuentos de Barrio, allí narró Ricaurte, también hizo parte del Laboratorio de Narración oral liderado por Ágora, allí adquirió herramientas para materializar su más reciente montaje: El olvido de Suacha.

WENDY ALDANA Invitada Especial


Carolina Rueda La narradora dice: “Soy de naturaleza viajera, el viaje con sus exigencias, sus cuidados, sus peligros y sus hallazgos. Desde hace 30 años trabajo en la narración oral promoviendo básicamente dos aspectos: Su aspecto artístico y de posicionamiento nacional e internacional; y su carácter de instrumento de gestión y herramienta en ámbitos educativos, políticos, empresariales y así mismo, artísticos. Me gradué en Literatura y tal vez por eso la búsqueda constante por contar lo que leo”.

CAROLINA RUEDA Invitada Especial

Invitados Especiales Soy Personajes y Suspenso Carolina Rueda Contada vertiginosa con Carolina Rueda Nos metemos como narradores a compartir el tiempo con gente de verdad y con gente inventada que en ocasiones nos da más pistas de la vida que los tangibles. Vamos a contar algunas vidas de gente que por algún motivo trata con el crimen… como todos. Autores que son jardines para crear un mundo fantástico donde la vida se manifiesta con intensidad, pastaré en Bradbury, en Roald Dahl, en Dickens, autores que como alimento ayudan a comprendernos un poquito más. Todo como la vida pero repintado. El tempo, el tiempo y el tiemblo, ese será el camino para explorar la nueva ley de la selva. Lejanos lugares, misteriosos, ésta es una invitación para caminar en el crepúsculo. ¤


Formador Ágora 2020 Luis Alejandro Campos Actor, escritor, comediante, narrador oral y docente

26 años contando historias. Actor, escritor, comediante y docente. Participante en múltiples festivales de narración oral dentro y fuera del país. Sus trabajos como narrador van desde la tradición oral hasta las historias propias, pasando por cuentos de autores de reconocimiento mundial. En 2009 Gana la Beca de Creación Bogotá de cuento por su trabajo Crónicas de los héroes olvidados. En 2014 publica con MOEDICIONES su novela “Aquí a veces llueve todo el tiempo” y desde 2015 se desempeña como docente de teatro, escritura creativa y narración oral de la Universidad Santo Tomás. Actualmente pertenece al grupo de narración oral escénica Jano.

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LUIS CAMPOS


Fernando Rodríguez Roa

Formador Ágora 2020 Fernando Rodríguez Roa Narrador oral, actor y pedagogo. Licenciado en Educación Básica, con Énfasis en Educación Artística. Se inició como narrador Oral en la Universidad Nacional de Colombia, en el año 1989. Ha sido invitado a diferentes eventos nacionales de Narración Oral y Teatro, no solo como narrador, sino también como jurado y tallerista. Su trabajo en el ámbito de las artes escénicas lo ha llevado a dirigir diferentes grupos artísticos en universidades como: Católica de Colombia, Externado, La Sabana, donde también condujo el de narración oral. Se ha desempeñado como director de grupos de narración oral en la Universidad Incca, la Universidad Nacional, la Escuela Colombiana de Ingeniería y la Escuela Superior de Administración Pública. También ha tenido un recorrido importante en el campo de la improvisación teatral desde el 2010, dirigiendo diversos grupos y creando formatos de espectáculos de improvisación. Como docente, además de las universidades citadas, ha trabajado en el Colegio Colsubsidio Ciudadela, el Colegio Emilio Valenzuela, las escuelas de teatro de Zipacón y Nocaima. En la actualidad es docente de la Secretaría de Educación de Bogotá. ¤


agora_cuentos

ÁGORA Festival de Cuentos y Cuenteros ¤¤ de Bogotá

Fundación Francisca Radke

Pura.Palabra.


ORGANIZA:

APOYO CONCERTADO:


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