CONTRALUZ Roberto Barahona - Percepción multisensorial
El 3 de julio, a las 7:30 pm tendrá lugar la inauguración de la exposición Contraluz, obra actual de Roberto Barahona; en Paseo Cayalá. Sabemos que nuestra percepción del mundo está guiada por la capacidad de sentir y de movernos dentro del espacio que nos rodea. Al hacerlo, nuestro cerebro almacena información y sentimientos. Esta combinación nos impulsa a crear paisajes con identidad, porque hacemos nuestras las características geográficas de las regiones que admiramos. Las reinventamos y las almacenamos en nuestro imaginario. Pero la geografía no es paisaje. La primera es una ciencia que describe los aspectos físicos de la superficie de la tierra, como el relieve y la vegetación. El paisaje contiene una carga simbólica que lo hace único e insustituible.
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Hay artistas que pintan paisajes y tienen esa capacidad de trasladar al papel o al lienzo el conjunto de los sentimientos guardados en nuestro imaginario, que contienen nuestro concepto de paisaje. Son artistas que descubren los estímulos multisensoriales de la naturaleza. Su retina interpreta la energía de la luz que da identidad a los paisajes. Así es Roberto Barahona, cuya obra presentamos durante julio y agosto en nuestro espacio Cultural de Cayalá.
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Para ser expuesta, la elaboración de colección ha requerido cerca de 6 meses de inmersión del artista en los mundos de agua y clorofila de las Verapaces, su lugar de origen. Esta filiación nos descubre atmósferas verdes y azules que se han vuelto un símbolo para los guatemaltecos. Desde sus inicios, Barahona ha destacado por su dedicación y fidelidad al tema.
Juan B. Juárez, recordado crítico de arte, escribió en el Diario La Hora, un comentario titulado Barahona y el paisaje bajo otras luces, cuya sinopsis presentamos a continuación. Barahona y el paisaje bajo otras luces Originario de San Cristóbal Verapaz, Alta Verapaz, Roberto Barahona pinta paisajes desde los siete años, y como parte de su formación autodidacta ha seguido a los paisajistas que lo antecedieron por toda la región del paisaje: el occidente del país, incluyendo el altiplano, las ciudades de Antigua y Chichicastenango y el infaltable lago de Atitlán. Sus paisajes, sus versiones pictóricas de esos lugares tienen, sin embargo, el distintivo inconfundible de la luminosidad que aporta su mirada, formada originalmente en su pueblo natal, en medio de una naturaleza que es más exuberante, más cercana y acogedora y también más vitalmente ineludible. A sus 33 años, dueño ya de un oficio exigente, consciente de su mirada original y de una paleta consecuente con ella, así como de las particularidades lumínicas y naturales de su entorno y de la problemática estética y filosófica implícita en el ejercicio del paisaje, Barahona ha emprendido el proyecto de “redescubrir” el paisaje de Las Verapaces. No solo son los nuevos parajes y sus inéditas atmósferas naturales y humanas que vendrían a ampliar la tradición
y espontánea, un equilibrio vital y una armonía que resulta vivificante para la imaginación y el pensamiento que se sienten allí cálidamente acogidos. Pero no es tanto en el resguardo y la belleza de la naturaleza en los que radica el valor artístico de sus creaciones: es sobre todo el concepto del paisaje como experiencia vivencial lo que le da a la obra entera de Roberto Barahona su pertinencia existencial, su vigencia expresiva y su actualidad temática, precisamente en esta época en la que la humanidad pareciera estar perdiendo el espíritu entre las maravillas tecnológicas y los espejismos que el consumismo no cesa de producir. 3
Desde otro punto de vista, el gestor independiente, Jose Mario Maza Ponce, escribió: paisajística, sino sobre todo una nueva actitud a la hora de pintar, marcada sobre todo por la autenticidad de los sentimientos y la fidelidad y el respeto a la “visión paisajística” que se trata de expresar. Aunque técnicamente bien construidas, las imágenes que Barahona rescata y resguarda en sus cuadros tienen algo de frágil y fugaz que se relaciona más con las preocupaciones ecológicas de nuestra época que con las sutilezas del impresionismo: una vivacidad muy fresca
“Matices con la luz en contra Una firme y delicada pincelada que entremete tonalidades de luz en fríos parajes, nos transporta a espacios ya vividos en los que recrea memorias, un juego de tiempo y espacio en donde reconocemos la riqueza de nuestra propia historia y su legado. Contraluz documenta, a través de una refinada técnica, el valor del oficio alcanzado en la pintura, una excusa a detalle tanto en las trasparencias del agua y cielo, como en el juego de verdes
que a estos encierra. Nos invita al viaje dentro de un universo paralelo y traslada sensaciones en sus juegos de luz: viento fresco, brillo de hojas, juegos de sombras en tierra mojada los que nos permite ser parte y convivir con la obra.
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Roberto traslada su pasión en la pintura capturando el amor al paisaje rural, propio de su infancia, un reto académico en el juego de colores que se producen en el día y su constante variación de luz, su afán de capturarlos se suma el valor romántico vivido, reconociendo parajes y paisajes propios. Su pensamiento crítico acompaña a la obra desde su concepción hasta la exhibición, un análisis de espacios con retos de formas, estudios de composición y presencia en sus cambios constantes, en donde captura las imágenes que se alteran con la luz ante la acuciosa mirada de su creador y su posición contra ella. El amor en el registro del paisaje, pintura al aire libre, nos ofrece ese gusto de tradición con el que nos acomodamos, reflejamos e identificamos sintiéndonos propios de él, un atractivo más de su oferta. Barahona confirma en esta muestra individual la proyección de su perfil analítico, una interminable conversación e interacción que se denota al detalle de las hojas u oleaje de las aguas así como en sus juegos con la luz y en su contra. Presenta en su obra un exigente pensamiento que documenta los paisajes
y su alma en cada detalle, cada trazo y en cada pincelada. La presteza de su producción es resultado de su propia constancia, un juego de investigación y recreación en tiempos, volúmenes, sombras y texturas, su obra rescata parajes cotidianos su principal fuente de inspiración que comparte en esta oportunidad y permite ser parte de ellos”. Jose Rozas-Botrán Presidente Fundación Rozas-Botrán
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Laguna Chichoj 120 x 50 cm Óleo s/tela $ 2,100.00
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Riachuelo en Carchรก 40 x 50 cm ร leo s/tela $ 790.00
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Agua Escondida 40 x 50 cm Óleo s/tela $ 790.00
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San Juan La Laguna 30 x 70 cm Óleo s/tela $ 920.00
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San Cristรณbal Totonicapรกn 50 x 70 cm ร leo s/tela $ 1,185.00
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San Cristรณbal Verapaz 30 x 40 cm ร leo s/tela $ 525.00
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San Lucas Tolimรกn 30 x 70 cm ร leo s/tela $ 920.00
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Sacmoc 40 x 50 cm Óleo s/tela $ 790.00
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Cola de Mico 40 x 50 cm Ă“leo s/tela $ 790.00
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Tactic 30 x 70 cm Óleo s/tela $ 920.00
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Laguna Magdalena 30 x 40 cm Ă“leo s/tela $ 525.00
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Sierra de las Minas 40 x 50 cm Ă“leo s/tela $ 790.00
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Chiquilajรก 30 x 70 cm ร leo s/tela $ 920.00
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Panajachel 30 x 40 cm Ă“leo s/tela $ 525.00
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Salcajรก 50 x 70 cm ร leo s/tela $ 1,185.00
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San Ramรณn 30 x 70 cm ร leo s/tela $ 920.00
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Atitlรกn 30 x 40 cm ร leo s/tela $ 525.00
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Laguna Magdalena 60 x 82 cm Ă“leo s/tela $ 1,580.00
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Semuc Champey 40 x 50 cm Óleo s/tela $ 920.00
COMITÉ ORGANIZADOR Jose Rozas-Botrán Mariana Solórzano Thelma Castillo María de Botrán Alma Hernández Aroldo Fuentes Ana Aquil Oscar Lotan Diseño Gráfico: Ma. Teresa Fernández Museografía galería: David Urbina © Fundación Rozas-Botrán Guatemala, 2019
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