El SÍ de los motes de maria

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EL SÍ DE LOS MONTES DE MARÍA MONTES DE MARÍA

Diciembre / 2016 4.


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EL SÍ DE LOS MONTES DE MARÍA Esta publicación fue posible gracias al apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo y el Fondo Multilateral de Inversiones (BID-Fomin). El contenido de esta publicación es responsabilidad de la Fundación Semana y no reflejan necesariamente las opiniones del BID-Fomin.

2.

Fondo Multilateral de Inversiones Miembro del Grupo BID

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FUNDACIÓN SEMANA

BANDERA

BANDERA Junta Directiva Fundación Semana

María López, Alejandro Santos, Elena Mesa, Sandra Suárez, Mario Pacheco, Soraya Montoya, Alfonso Gómez, Roberto Pizarro, Judith Pinedo, Rosario Córdoba

Equipo Fundación Semana Bogotá

Claudia Garcia Directora Ejecutiva María Alejandra Cabal Gerente General Edgar Galvis Gerente Administrativo y Financiero María Luisa Montalvo Gerente de Proyectos Daniel Vallejo Coordinador Unidad de Agua Juan Alfonso Aguilera Coordinador Área de Comunicaciones Rosario Arias Coordinadora Área de Cultura Nidia Claudia Rodríguez Peñuela Contadora Indira Mercado Asistente Administrativa y Financiera Diana Páez Asistente Administrativa y Financiera Margarita Rosa Agudelo Asistente Fundación Semana Daniela Rojas Unidad de Agua

Sonia Monroy Área de Proyectos Maribel Román Apoyo oficina

Equipo Fundación Semana Montes de María

Alfonso Henriquez Director Agencia de Desarrollo Regional Inés Maldonado Coordinadora Operativa Andreu Munné Coordinador de Competitividad Luz Stella Angulo Asesora Área Empresarial César Machado Asesor Legal Nancy Montes Asesora de Gobernanza Luis Torres Asesor Retorno Jacqueline Cohen Asistente Administrativa Óscar Medina Asesor Desarrollo Rural Yirlei Velazco Asesora Desarrollo Comunitario y Género Kristian Mena Asesor en Desarrollo de Capacidades y Tics María Magdalena Padilla Asesora Vínculo Solidario

Diego Rodríguez Asesor Unidad de Agua Paula Navarro Asesora Unidad de Agua Adriana Bonfante Asesora Social – Unidad de Agua Rubén Ayola Apoyo Logístico

06.

Las enseñanzas de una región

08.

El sí de Montes de María

10.

La paz se hace desde el territorio

44.

El agua, clave para la región

14.

Fortalecer Instituciones: el gran

48.

Hecho en los Montes de María

desafío en el posconflicto

52.

Las palenqueras cogen vuelo

16.

“Queremos convertir al campesino

54.

Tendiendo puentes

bolivarense en un empresario del campo”

58.

El sombrero de la tierra

18.

“Tenemos que desterrar la violencia”

60.

En El Bálsamo, el fútbol se lo gozan las mujeres

20.

La tierra, el reto mayor

64.

Al son de Lucho Bermúdez

24.

Liderazgos que inspiran

66.

Lo que hemos aprendido

28.

Soraya y la memoria de Montes de María

76.

¡El Salado tiene cancha!

30.

Salvando vidas

77.

Una granja para crear

32.

La zona de reserva que sueña José Macareno

78.

Voluntariado sobre ruedas

34.

Pinceles y memoria

80.

Una educación incluyente

38.

La reintegración, vital para el posconflicto

82.

Nuestros aliados

40.

Fundación Crecer en Paz ayudará a los campesinos de los Montes de Maríaz

SUMARIO

Coordinación Editorial César Molinares Dueñas

Textos Claudia Garcia, César Molinares Dueñas, Marta Ruiz, David Lara, Inés Cavelier Corrección de Estilo Leo Felipe Campos Fotos Carlos Julio Martínez, César Molinares, David Lara, Camilo Rozo, León Darío Peláez, Archivo Fundación Semana, Archivo Semana, Equipo Hoja de Ruta. Diseño Juan Alfonso Aguilera, Jimena Loaiza Preprensa Semana Impresión Printer Colombiana S.A. .5


FUNDACIÓN SEMANA

EL SÍ DE LOS MONTES DE MARÍA

Las enseñanzas de una región Hoy, el principal reto que tiene la región es construir una paz en la que participen todos, en una alianza entre sectores de la sociedad civil, el Estado y la empresa privada, que revierta la pobreza y el atraso que dejó la guerra.

foto: carlos julio martínez

por claudia garcia, directora de la fundación semana.

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espués de ocho años de trabajo en la región de los Montes de María, la Fundación Semana ha recogido múltiples aprendizajes: que el desarrollo significa administrar desde lo más pequeño, donde suelen encontrarse las marañas de los procesos; que legalizar un lote para que el Estado pueda invertir en una cancha de fútbol o en un colegio, por ejemplo, o aportar un diseño para lograr un acueducto o un alcan6.

tarillado, o conseguir aliados comerciales para impulsar un proyecto productivo, son esfuerzos que parten de allá, de lo pequeño, y para el éxito de los cuales es fundamental entender cada problemática en su contexto, antes de tratar de replicar un modelo igual para todo. Aprendimos que lo importante es fundamentar procesos más que proyectos; saber que esos procesos dependen de las comunidades mismas, y que nuestro papel está en

ayudar a articular distintos actores públicos y privados alrededor de ellos. Con estos aprendizajes, la junta directiva de la Fundación Semana decidió escalar su trabajo a toda la región de los Montes de María, y convertir esta alianza público-privada en una herramienta al servicio de la región y no solo de unos pocos corregimientos. Fue así como se hizo el proyecto de la Hoja de Ruta hace dos años, que comprendió

conocer el territorio desde su ruralidad, bajo la claridad de que nuestro radio de acción serían los 16 municipios y 137 corregimientos de los Montes de María, aquella zona enclavada entre los departamentos de Sucre y de Bolívar, cuyas poblaciones, en muchos casos, son de difícil acceso. El objetivo era entender las problemáticas, pero a la vez las oportunidades que permitieran ver un camino posible de trabajo conjunto. Y eso arrojó, después de un año de labores, algunas conclusiones consensuadas, como que el problema más complejo en la región tiene que ver con el agua. El 95% de las poblaciones rurales de la región no tiene acceso al agua de consumo; su manera de acceder a ella es a través de jagüeyes o reservorios de donde también beben los animales. Los habitantes deben disputarse el acceso al agua con los animales y el ganado. El agua de riego, a su vez, o la falta de ella, también configura uno de los problemas centrales. Menos del 5% de los campesinos tiene riego adecuado para sus cultivos. Dentro del diagnóstico, detectamos la falta de vías terciarias como otro de los factores a resolver. La mayoría de estas comunidades tienen grandes problemas para acceder a sus pueblos, sacar sus productos al mercado, facilitar accesos a médicos y profesores, y conectarse con su propia región. Aparte de la escasez del agua y las pocas vías de acceso, el tercer aspecto susceptible de mejorar tiene que ver con el desarrollo productivo. Aunque es una región rica en productividad, un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) encontró que hay siete eslabones de intermediación entre el productor y el comprador final, con lo cual se hace imposible que un campesino adquiera una rentabilidad mínima sobre los productos que cultiva: el transporte, la falta de información sobre precios y comercios, la falta de conectividad, de agua y de asistencia técnica, lo vuelve poco competitivo. Para ciudades de la zona, como Cartagena o Sincelejo, termina siendo más rentable importar productos de otras ciudades, antes que obtenerlos de la región que tienen a la vuelta de la esquina. Los Montes de María podría ser la despensa de muchas ciudades caribeñas. Su potencial es inmenso, pero la carencia de unos factores básicos no han permitido, a la fecha, que ello suceda. Las políticas publicas en Colombia han estado enfocadas más hacia las ciudades que hacia las zonas apartadas del país.

Un campesino puede tener carné de salud, pero si necesita tomar un jeep Willys y pagar 30 mil pesos para que lo vea un médico, y luego pagar otro tanto para ir a otro lugar a que le entreguen la medicina, su situación se vuelve imposible. Los niños pueden tener cupo en un colegio, pero si un estudiante debe caminar tres horas para asistir a clases, sus padres prefieren no enviarlo. Por eso, este esfuerzo colectivo debe coincidir en maneras innovadoras de aterrizar políticas públicas y encontrar maneras de que funcionen para las poblaciones rurales apartadas. La nueva estrategia de la Fundación Semana pretende articular esfuerzos públicos, privados, de cooperación y de comunidades en torno a estos grandes temas y, probablemente, el reto más grande y el que hemos asumido con mayores energías, tiene que ver con el agua. Por eso creamos una mesa de agua con las distintas entidades que tienen información en la materia: desde el Ministerio de Agricultura hasta el Ideam. Recopilamos información de diversa procedencia: desde análisis de los fenómenos de El Niño y de La Niña en la región, hasta los niveles de precipitación y los acuíferos que existen, y a partir de ese compendio diseñamos una ruta de solución. Una de ellas fue la creación, con profesionales, de una unidad de agua, y la división del uso entre consumo y riego, con el objetivo de generar pilotos que ayuden a encontrar soluciones concretas, sostenibles y replicables.

tintos: cómo volver viable a esa mitad de la población colombiana que vive en el campo. Cómo hacer que lo jóvenes se queden en el campo, pero no a la antigua manera de sus padres o abuelos, a punta de azadón y caminando grandes distancias, sino con tecnología, con información y con la expectativa de ser empresarios del campo. La Fundación Semana lleva ocho años trabajando en la región de los Montes de María con un buen saldo de aprendizajes y lecciones aprendidas, y en medio de la coyuntura más importante para el país, esa que tiene que ver con la paz y el reto del posconflicto. Estar en el territorio de Montes de María nos ha ayudado a comprender que la paz no depende de plebiscitos, porque en esta región comenzó hace mucho: estar presentes en la zona nos ha permitido ser testigos de la valiente resistencia de las comunidades que han sufrido los horrores de la guerra, y su voluntad pacífica; hemos aprendido lo que significa el liderazgo, pero no solo el de las movilizaciones políticas, sino el de profesores de colegios que trabajan para hacer que más niños de zonas dispersas tengan educación; jóvenes que, sin recibir nada a cambio, trabajan por convertir los deportes en un camino sano y seguro; mujeres que crean empresas con un emprendimiento ejemplar. Y también, por supuesto, actores políticos que no entienden su oficio como una

LA FUNDACIÓN SEMANA LLEVA 8 AÑOS TRABAJANDO EN LA REGIÓN DE LOS MONTES DE MARÍA CON UN BUEN SALDO DE APRENDIZAJES. Por lo anterior se está cristalizando la idea de abrir una agencia de desarrollo para la región, en la sede de Corpoica de El Carmen de Bolívar, con tres objetivos: articular entes públicos y privados alrededor del desarrollo de la región; crear un epicentro de gestión del conocimiento que centralice toda la información para tomar mejores decisiones; y fundar un lugar en donde se fortalezcan las cadenas productivas de la región que hoy existen, pero que atraviesan enormes dificultades: cómo convertir la producción de miel, ñame, cacao o tabaco negro en oportunidades rentables para las familias campesinas. El reto, al final, es acercar esos “dos países” que pertenecen a siglos tan dis-

transacción de votos, sino como una manera de influir, de construir una sociedad civil sólida. En ese sentido, el espacio creado hace unos años con el apoyo de líderes de la zona como Juan Pablo Lederach y Ricardo Esquivia, ha pretendido crear diálogos entre improbables y articular procesos distintos en pro de un mismo objetivo: ponernos de acuerdo en lo elemental, en el desarrollo de un mismo territorio en el que confluyan agendas y pensamientos distintos, que seamos capaces de constatar que esta región, donde en el pasado primó la violencia, se ha convertido hoy en un símbolo de construcción de paz. .7


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fotos: carlos julio martínez

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El SÍ de Montes de María La región ratificó en el plebiscito que su futuro es el de la reconciliación, y que sus comunidades se niegan al regreso del conflicto. por marta ruiz.

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or fortuna, la paz no se decreta ni es un episodio milagroso que surge de la firma de un acuerdo o de una votación masiva. La paz es un proceso social, una construcción colectiva que surge de la voluntad de las comunidades. Eso es lo que ha demostrado Montes de María a lo largo de casi una década. Desde hace una década, esta zona ha estado alimentando la reconciliación de diversas maneras. Con los retornos, por un lado; con la restitución de tierras, con la reparación individual y colectiva; con la memoria y, por supuesto, con los procesos sociales de desarrollo rural y de resistencia a la violencia. 8.

Muchas manos se han unido para ir tejiendo poco a poco esa esperanza de paz montemariana. La de las comunidades y organizaciones, en primer lugar; la de las oenegés y los cooperantes internacionales; la de la empresa privada y, por supuesto, la paz de los gobiernos locales y nacionales. Para nadie ha sido fácil. Unos y otros han cometido errores. Porque no es fácil superar el pasado, máxime cuando este fue de guerra, lo que implica dolores, desconfianzas, culpas compartidas y conflicto de intereses. Pero también ha habido aciertos y aprendizajes. Algunos de ellos han sido: la imperiosa necesidad de un diálogo abierto

y sincero; la necesidad de mirar hacia un futuro compartido; y la paciencia, porque nada se hace de un día para otro. La paz y la reconciliación de Montes de María, por tanto, no dependen del acuerdo que se firmó en Cartagena el 26 de septiembre, ni del firmado el 23 de noviembre en Bogotá. Sin embargo, el acuerdo de La Habana era un catalizador para ese proceso. Significaba respaldo, ayuda, empatía con esa idea. Hacía menos difícil de lo que ha sido hasta ahora ese proceso, y lo hacía más incluyente y más democrático. Por eso, que ganara el No en el plebiscito fue un golpe duro para una región que

votó mayoritariamente por el Sí. Porque el acuerdo había sido entendido como una oportunidad para los Montes de María, en especial para quienes más han sufrido a causa de la guerra. Desde que empezaron los diálogos de La Habana, en el territorio empezó a crecer la expectativa de un futuro mejor. Para entonces, ya en la región había menguado casi en su totalidad el conflicto armado. Las Farc, prácticamente, habían desaparecido como grupo insurgente en la región; los paramilitares se había desmovilizado y aunque habías secuelas de su violencia, no tenían la magnitud de otros tiempos; y la fuerza pública había cambiado su actitud bélica hacia una más constructiva con las comunidades. Posiblemente, en esta parte del país, un acuerdo como el del cese al fuego tendría menos impacto. Sin embargo, otros puntos de los acuerdos podrían tener un gran potencial transformador. El agrario, sin duda, máxime si se tiene en cuenta que Montes de María estaba considerada como una de las posibles regiones para aplicar los Programas de Desarrollo Rural con Enfoque Territorial. También porque ha sido una zona de histórico despojo de tierras, y por tanto la titulación de 7 millones de hectáreas y la entrega de 3 millones a quienes no las tienen, podría aliviar la pobreza que se vive. La apertura democrática también traía esperanza. Después de vivir con tanta fuer-

za fenómenos como el de la parapolítica, la región está preparándose para un mayor pluralismo y para el surgimiento de nuevos liderazgos. Por eso la promesa de una democracia más participativa y la posibilidad de tener una representación campesina en el Congreso, a través de las curules especiales, era un buen principio. Respecto al punto de las víctimas, para la región había una posibilidad real de justicia y del cierre definitivo a través de la reconciliación. A pesar de que en el proceso de Justicia y Paz que se ha aplicado para los paramilitares durante los últimos diez años, la verdad ha sido esquiva. Las masacres siguen sin esclarecerse y, sobre todo, el problema de la tierra. Hay miles de desaparecidos por encontrar y la reparación a las víctimas, de las minas antipersonal y de los menores reclutados no da espera. En cuanto al fin del conflicto, la reincorporación de los guerrilleros y de sus garantías de seguridad tendrán un gran impacto en la región. Muchos combatientes volverán a sus hogares vivos, otros, tristemente, serán recuperados ya sin vida. Y se activarán mecanismos de protección para contener y frenar a los grupos criminales que tienden a crecer en algunos municipios de la región, alimentados por mafias propias y foráneas, y por la excesiva exclusión de una juventud sin oportunidades laborales ni académicas.

La región se movilizó para consolidar la paz en el territorio.

Con el triunfo del No, muchos sueños han quedado en la incertidumbre o han sido aplazados, quién sabe por cuánto tiempo. El país entró en una encrucijada política que tendrá implicaciones y que de todos modos anuncia una implementación nada fácil. Esto, sin embargo, no quiere decir que Montes de María ponga en riesgo lo logrado hasta ahora en materia de reconciliación. Todo lo contrario. La región es un ejemplo de construcción de paz desde la base para todo el país. También ha demostrado cómo se complementan los esfuerzos del desarrollo rural con la convivencia, y ha sido un laboratorio para que las víctimas se conviertan en protagonistas de su propio destino. Construir paz sobre la base de la verdad, la justicia social y la tolerancia, como se dijo antes, es una tarea de largo plazo, que requiere de gran voluntad y decisión. Una voluntad y decisión que ya están sembradas en la región y que, por tanto, no desaparecerán por los avatares de la política. Los caminos de Montes de María no han estado exentos de dificultades. Esta es una más, y quién sabe si a la postre no se convierta en una oportunidad para hacer más sólidas las bases de una reconciliación que ya está en marcha. .9


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La paz se hace desde el territorio Desde hace dos años en los Montes de María, la sociedad civil tomó la decisión de dar el primer paso para lograr la reconciliación y construir la paz.

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ajo la sombra de un quiosco de palma, en el patio de un caserón de la Fundación Sembrando Paz, en Carmen de Bolívar, Ricardo Esquivia, su director, impone el orden. Como un maestro de escuela severo, da la palabra y hace cumplir los tiempos. Sentados en círculo, medio centenar de personas, entre los que se cuentan

directora del Colectivo de Comunicaciones de los Montes de María. La dinámica —explica Amylkar Rocha, un líder afro de San Jacinto— es que cuando se encuentran, se escuchan propuestas e ideas, y a partir de ellas se logran acuerdos y consensos, regidos bajo un principio: la diferencia del otro no lo hace mi enemigo. “Yo acepto tu opinión y

LA VOZ DE LEDERACH

EL PRINCIPAL LOGRO DEL ESPACIO HA SIDO VISIBILIZAR EL TERRITORIO COMO UN ESPACIO DE PAZ. líderes sociales, desplazados, políticos, profesores, periodistas, mujeres, campesinos y sindicalistas, se reunen cada primer sábado del mes en una especie de ritual para hablar de la paz y los principales problemas del territorio. Esquivia sigue al pie de la letra el orden del día: el plebiscito por la paz. Fredy, un líder campesino, pregunta desde una esquina: “¿Cuál va a ser el impacto del proceso en el campo?”. En otra orilla, a José, un docente, le preocupa la polarización que ha generado la oposición al proceso de paz. Así, a lo largo de la mañana, unos y otros discuten, proponen temas, estrategias y campañas para que haya un mejor ambiente de paz en la región. Algunos alzan la voz, pero al final Esquivia modera y apacigua. “La idea es que todos puedan hablar y exponer sus puntos de vista. Algunas veces discutimos con vehemencia, pero siempre reconociendo al otro”, explica Soraya Bayuelo, 10 .

tú la mía, siempre que no me perjudique. Se entiende que en el territorio hay muchos puntos de vista, pero ante todo somos iguales en el desencuentro”, agrega. La idea de crear este espacio nació en 2012, después de un foro en Sincelejo que organizaron la Oficina del Alto Comisionado para la Paz y la Fundación Semana, en el que se le propuso a Esquivia y a otros líderes de la región que, a partir de las diferentes experiencias de paz y reconciliación en los Montes de María, se convocara a organizaciones y líderes para aportar ideas y visiones de cómo construir paz en el territorio. Diego Bautista, quien en ese entonces era gerente del proyecto Hoja de Ruta de la Fundación Semana, dice que a partir de ese foro fue que la Oficina del Alto Comisionado para la Paz empezó a hablar y a proyectar la estrategia de paz desde las regiones. “Eso no ha dejado

Cada sábado, decenas de líderes y dirigentes de los Montes de María se reúnen para hablar de paz y reconciliación.

de crecer. Fue una especie de piloto que se abrió a otras regiones y el aprendizaje ha sido importante para encontrar espacios de diálogo entre diferentes sectores. Falta incluir a otros actores, como empresarios o políticos”, comenta Bautista, hoy asesor de paz territorial del Gobierno Nacional. Jhon Paul Lederach es profesor de la Universidad de Notre Damme y experto en construcción de paz, él los ha asesorado en todo el camino. Con su guía se conformó un pequeño comité al que se fueron sumando líderes y dirigentes de la

región. Pero en la medida en que se ampliaba el diálogo fue necesario pensar en convocar lo que Lederach ha denominado los “quienes estratégicos”, es decir, personas clave como empresarios, políticos, universidades y oenegés que ayudaran a diseñar una agenda propia de paz. También se hizo necesario incluir a personas y empresas de diferentes ámbitos. “Antes de crear [el espacio] había una polarización en la región”, cuenta Juana Ruiz, quien ha sido líder del proceso de reparación colectiva de las víctimas de Mampuján, y participa activamente en este escenario. Ella reconoce que esas tensiones disminuyeron cuando empezaron a encontrarse y escucharse unos y otros. “La cosa no ha sido fácil”, asegura Amylkar, y agrega que han aprendido a

anteponer los intereses de la región a los personales. “La guerra comenzó por los mismos habitantes de los montes de María. Esa diferencia entre tú y yo la aprovechaban los grupos armados para fortalecerse”, agrega. Fueron sumando ideas, proyectos y opiniones, y en esa medida establecieron una agenda de tres ejes: construcción de paz, diálogo con improbables y reconciliación. Fue un trabajo en equipo, basado en la recuperación de la confianza perdida por el conflicto. A partir de esas premisas lograron sentar a la mesa a personas que se consideraban en orillas extremas, como los empresarios y los militares, y con ellos pudieron debatir y escuchar los argumentos de las comunidades campesinas o de las víctimas.

Jhon Paul Lederach es un profesor norteamericano de la Universidad de Notre Dame, en Indiana, que ha escrito al menos 20 libros sobre reconciliación, construcción de paz y resolución de conflictos. A lo largo de su carrera, como académico y facilitador de paz, Lederach ha asesorado a gobiernos y organizaciones de la sociedad civil en países como Colombia, Nepal y Filipinas, y en la resolución de conflictos en África. En Colombia, ha acompañado el proceso del Espacio de Construcción de Paz de los Montes de María y ha asesorado a la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, a lo largo de la negociación del acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC en La Habana, Cuba. El profesor Lederach es actualmente director de la Matriz de Acuerdos de Paz que construyó el Instituto Krok de la Universidad de Notre Dame, una amplia base de datos sobre la implementación de acuerdos de paz en todo el mundo.

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También empezaron a trabajar sobre la incidencia política en las instituciones y entidades públicas y privadas que hacen presencia en la región. “A veces pensamos cosas maravillosas, pero cada quien por su lado. Cada quien hace su paz a su modo, desde su lugar. Pero si lo

LA IDEA DE CONSTRUIR UN ESPACIO REGIONAL SE HIZO SOBRE TRES EJES: CONSTRUCCIÓN DE PAZ, DIÁLOGO CON IMPROBABLES Y RECONCILIACIÓN. hacemos juntos salen cosas mejores”, comenta Juana, quien está convencida de que para aprender es necesario escuchar a los otros. Para ella este espacio ha ayudado a la dirigencia montemariana: “Ha servido para hacer muchas reflexiones que son difíciles hacerlas uno solo. La región ha consolidado un espacio democrático que se ha hecho fuerte, porque un cordón de tres dobleces no se rompe fácil”, recalca. Para Soraya Bayuelo, el espacio “no es la panacea”, pero lo considera como uno de los mayores pasos que ha dado la región para conseguir la reconciliación, la paz y el desarrollo. “Sin perder la autonomía, hemos construido una agenda común, desde la identidad montemariana. Un territorio con pensamiento; dinámico y con vocación agrícola, diferente a lo que han querido imponer desde el centro o desde La Habana”. Amylkar, por su parte, sostiene que el principal logro de cuatro años de trabajo ha sido visibilizar a Montes de María como territorio de paz. “Podemos convivir unos con otros, hay varios procesos de reservas campesinas, afros e indígenas que conviven sin causar conflictos. No es peleando que se logran las cosas, no es peleando entre los colombianos que Colombia se va a desarrollar”. Así, luego de vivir todo el rigor del conflicto armado y ser una de las regiones más golpeadas, los habitantes de Montes Ricardo Esquivia ha liderado desde el 2013 el Espacio de Construcción de Paz.

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En las reuniones todos tienen la oportunidad de opinar y debatir.

de María le tomaron la delantera a la paz. El 15 de marzo de 2016, 35 organizaciones de toda índole firmaron en Carmen de Bolívar una manta tejida por las artesanas de Mampuján, con la que se comprometieron con una agenda para el posconflicto. En esta proclama el Espacio Territorial para la Construcción de Paz asumió como suya la promoción y defensa de la pedagogía para la paz, la restitución de

tierras, la lucha por la autonomía territorial, el acompañamiento psicosocial para las víctimas, la inversión social en la región y el fortalecimiento de las organizaciones de base. El resultado, como lo describe Edwin Uribe, coordinador de la oficina del PNUD en Córdoba y quien ha acompañado el proceso desde el inicio, es que este espacio es hoy un referente nacional. “Se ha ido a otros escenarios y regiones, para mostrarles lo que se está haciendo en asuntos como construcción de paz y diálogos con improbables. Esto no se ve en muchas partes”.

UN ESPACIO PARA LA DIVERSIDAD Estas son algunas de las personas que integran el Espacio de Construcción de Paz: Yarlis Salgado Salgado - Junta de Acción Comunal de Pichilín, Yusnerys - Narrar para Vivir, Francisco Narvaez - Cabildo Indígena Sucre, Merlis Guzmán - Cabildeo Indígena la Pista, Juana Ruiz - Mujeres tejiendo sueños y sabores de paz de Mampuján, Jesús “Chucho” Pérez, Alfredis Tovar - Agenda Rural Agraria, Serbio Macareno - Mesa Municipal de Victimas, Jose Macareno - Zona de reserva campesina de los Montes de María, Carmelo Márquez Legia - Asociación de Campesinos retornados de Ovejas, Medardo Martinez Moisés Morales - ANUC, Luz Marina Meza - AMUCOL, Yolyz Correa - Asociación Campesino San Isidrio, Claudia Cuetos Torres - NegriUma - Mesa de Victimas, Miguel Miranda Cortezano - Asociación Asociación Municipal de Usuarios Campesinos de Zambrano, Jorge Mendoza Vergara - Red de Jóvenes, Guadith Vital - ASVIDAS Guamaral, Nohemi Salcedo Castro - Comité de Mujeres Acción la Fe, Angelina González - Voces y Sonidos, Jorge Pérez Castro - Movmiento Alta Montaña, Edgardo Flores - Mesa de Víctimas, Aura Esther Camargo - Mercado Dejusticia, Hector Gazabón - Periodista, Gabriel Carmona - Asociación Campesina del Guamo, Catalina Pérez, Alfredo Julio Castro - Libertad, Rosemberg Barón, Olegario Meléndez y Damaris Tamara - Playa Mar Stereo - Emisora Comunitaria, Alejandrina Pacheco - Corporación Nueva Esperanza, Doris Tejeda - Red Montemariana, Norvy Murillo, Daissy Guerrero - ASVIDAS Zambrano,

Claudia García - Fundación Semana, Diego Correa - PNUD, Edwin Uribe - PNUD, Guido Buelvas - Comité de Impulso Zona de Reserva Campesina, Jessica Buller - Fundación Sembrando Paz, Guillermo Vargas - Fundación Montes de María, Julia Cogollo Cabarcas - MPDL, Margarita Domínguez - Red de Comités de Desarrollo Comunitario en Montes de María, Ricardo Esquivia - Fundación Sembrando Paz, Rosa Jiménez - Universidad de Cartagena, Soraya Bayuelo - Colectivo de Comunicaciones de los Montes de María-Línea XXI, Gabriel Urbano - Corporación de Desarrollo Solidario, Amilkar Rocha - Asociación de Concejos Comunitarios, Francisco González - Concejos Comunitarios- Paraíso, Wilmer Vanegas - Mesa de Interlocución y Concertació, Fidel Cerpa Lora - Ruta por la Vida - Asopalma, Mayerlis Angarita - Narrar para Vivir, Ingrid Vergara - MOVICE, Jairo Barreto - Red de líderes, Dunia Fajardo - Ruta pacífica de Mujeres, Mariela Arroyo - Organización Supérate, Eduardo Díaz - Agencia integral de lucha contra las drogas, Jose Francisco Restrepo - Consolidación, Amparo Rosa Salas, Maribel Romero - DPS, Diego Bautista - Asesor Oficina Alto Comisionado para la Paz, Ivonne Díaz - Defensoría Bolívar , Irina Junieles - Defensoría Bolívar, Alexandra Guerra, Anulfo Cardosi Concejos Comunitarios - Níspero, Arturo Zea - Unidad de Víctimas Bolívar, Judith Pinedo - Universidad San Buenaventura, Eduardo Porras - MAPP-OEA, Pablo Abitbol - Universidad Tecnológica de Bolívar.

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Fortalecer las instituciones: el gran desafío en el posconflicto

fotos: carlos julio martínez

Uno de los mayores retos del postconflicto es que el Estado empiece a funcionar en las zonas que sufrieron por la violencia.

E

n Ovejas, Sucre, hay dos monumentos al abandono del Estado. Al frente de la plaza principal, el centenario edificio que albergaba la alcaldía se tambalea agrietado. Y a una cuadra de allí, en el centro de salud, una ambulancia se oxida a la intemperie. El gobernador de Sucre, Édgar Martínez, dice que muchas de estas poblaciones de los Montes de María han sufrido tanto por la violencia como por la corrupción. Hoy, muchos municipios como Ovejas, en los que se centrará la implementación de los acuerdos de paz en la región, no tienen que esforzarse para recordar que son cascarones con poco presupuesto y limitado poder de ejecución. La violencia que se vivió en los Montes de María por más de tres décadas dejó 14 .

huellas de las que difícilmente se han podido recuperar sus 438 mil habitantes. A partir de 1996, cuando se recrudeció la guerra, los grupos armados cometieron más de medio centenar de masacres, cuatro mil asesinatos y provocaron 250 mil desplazamientos. Hoy, cuando se necesita que las autoridades locales se comprometan con la superación del conflicto, el país se enfrenta a una dura realidad: alcaldías débiles y sin ningún tipo de planeación de cara a las necesidades de las víctimas, en particular a las de los desplazados que necesitan que el Estado les brinde garantías para retornar a sus tierras. “El Gobierno Nacional les exigió a los municipios que incluyeran en sus planes de desarrollo iniciativas para el postconflicto, pero hubo resistencia por parte de los alcaldes porque no tienen

La sede de la alcaldía de Los Palmitos es un monumento a la desidia en el departamento de Sucre. Se necesita transparencia y control en la ejecución de obras para recuperar los Montes de María.

recursos y, si no cumplen, entonces son rajados en las evaluaciones que hace Planeación Nacional”, explica Felipe Amaya, líder comunitario de la Red Montemariana que ha trabajado en la revisión de planes territoriales. Otro líder campesino que prefirió el anonimato cuestiona que los entes territoriales no tengan una política de retorno clara. “Se han mejorado algunas carreteras, pero el campesino se encuentra con que no hay suficientes vías, puestos de salud y escuelas. A eso se suma que los que intentan regresar no tienen

tierras donde trabajar”, explica refiriéndose a la situación que viven miles de campesinos despojados en la región. Un estudio revelado por el ministerio de Agricultura en 2011, sobre los 15 municipios que componen la región, mostró que por lo menos 40 mil hectáreas de tierras que eran de campesinos hoy están en poder de terratenientes y empresas. Este estudio también evidenció 1.600 irregularidades en los registros y ventas de al menos 250 predios. Además, según un informe de la Unidad de Restitución de Tierras en Bolívar, en la región de los Montes de María se han presentado 970 demandas de restitución, de las cuales se han restituido 2.500 hectáreas. Estos líderes coinciden en que las autoridades locales han sido lentas en la atención de sus poblaciones, así como en la ejecución de obras necesarias para que, por ejemplo, los campesinos regresen a los territorios de donde fueron desplazados. “Al final, no regresa más gente porque no hay condiciones y el Estado no invierte porque no genera un mayor impacto”, dice Fabián Herrera, funcionario de la oficina de Consolidación Territorial del DPS, refiriéndose a la forma en la que se malgastan recursos que no inciden en la recuperación del territorio. Se trata, en últimas, de un círculo vicioso: alcaldías que no generan condiciones para los retornos y campesinos que no lo hacen porque no hay una oferta institucional que garantice su regreso. De ahí la importancia de que en esta etapa de construcción de paz se fortalezcan las instituciones en la región, también golpeadas por décadas de violencia, corrupción y centralismo. Por lo general, los alcaldes dependen de las transferencias de la Nación (que solo se pueden invertir en salud, educación y saneamiento básico) y no generan recursos propios, lo que limita su accionar. “El campesino se pregunta: ¿regresar para qué? Si no tienen servicios. O cuando regresan, la institucionalidad no puede entrar a ofrecerles programas porque no son propietarios de sus tierras”, agrega Amaya. Un estudio realizado por la Mesa de Interlocución de los Montes de María en los municipios de Maria La Baja, El Carmen, San Jacinto y Ovejas, en 2014, reveló que el 62 % de sus habitantes son familias tenedoras o arrendatarias de tierras, mientras que solo el 32 % son propietarias. Estas cifras evidencian el impacto que tuvo la violencia sobre la tenencia y propiedad de la tierra, un tema que se espera empezar a solucionar

con la implementación de los acuerdos de La Habana. Otro cuestionamiento que se le hace a las alcaldías de la región es que siendo municipios campesinos no tengan un enfoque rural en sus programas. Amaya, que ha asesorado a varias administraciones en la formulación de sus planes de desarrollo, sostiene que temas como desarrollo rural, institucional y social están en el último escalón de las inversiones municipales. “Los gobiernos no se han preparado para eso porque no son temas de interés, a pesar de que la región ha sido impactada por la violencia. Si uno evalúa los planes pasados no han incluido temas como derechos humanos, reconciliación, participación democrática. Lo hacen por protocolo, pero no como una apuesta política institucional”, dice. “Hay una deuda con la zona rural, en especial en donde se vivió el conflicto. Muchas veredas no tienen puesto de salud, agua o distritos de riego”, dice otro dirigente de la región. “Entonces, nos preguntamos: ¿cuándo se reparará a la población rural? En las poblaciones donde se radicaron los desplazados se ha generado una descomposición social, los jóvenes están desamparados o son mototaxistas”. La corrupción y los compromisos políticos también impiden que estas administraciones enfoquen sus esfuerzos en la atención de sus comunidades. “Los alcaldes

El abandono y la desidia son los principales males de muchos pueblos de los Montes de María.

tienen que cumplir con los compromisos políticos. Hoy en los Montes de María puede que haya alcaldes jóvenes con ganas, pero dependen de las relaciones con los políticos y de su gestión”, dice otro líder comunitario que pidió la reserva de su nombre. Prueba de la debilidad institucional que hoy campea en la región es que muchas de las 15 alcaldías que componen los Montes de María han sido desertificadas por Planeación Nacional por haber incumplido sus compromisos. Incluso, a mediados de 2016, el DNP decidió congelar la asignación de recursos para los proyectos presentados con recursos de regalías a municipios como Los Palmitos, Palmito, Chalán, Ovejas, en Sucre; y El Carmen y Zambrano, en Bolívar. Por último, hay que hacerle un llamado a la sociedad civil montemariana, duramente golpeada por los actores armados y que ahora está recuperando el vigor y la combatividad que siempre la caracterizó, para que haga control político y veeduría a las administraciones locales, que serán claves para que la región pueda superar décadas de abandono y violencia. . 15


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EL SÍ DE LOS MONTES DE MARÍA

“Queremos convertir al campesino bolivarense en un empresario del campo”

San Jancinto, El Guamo, María la Baja, San Juan de Nepomuceno y Zambrano, en Bolívar.

El gobernador de Bolívar, Dumek Turbay, está convencido de que la única oportunidad de recuperar a los Montes de María del conflicto es invertir en el agro, mejorar los servicios y construir vías para impulsar el desarrollo de la región. Entrevista

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cas del Caribe colombiano. También que la violencia rompió con su desarrollo y su tejido social, y que el escenario que vive el país es el propicio para su recuperación. Gracias a la firma del Contrato Plan de los Montes de María, realizada en abril de 2016, una figura creada bajo el Plan Nacional de Desarrollo y bajo la tutoría del Departamento Nacional de Planeación, el gobernado confía en que ahora

existe una oportunidad real para recuperar, invertir y hacer una transformación positiva del territorio. Este contrato plantea invertir 2,3 billones de pesos en la región, la mitad de estos recursos serán para proyectos en los municipios de El Carmen, Córdoba, Dumek Turbay, gobernador de Bolívar. foto: carlos julio martínez

l Gobernador de Bolívar, Dumek Turbay, nació en El Carmen de Bolívar y, por tanto, conoce la deuda que tiene el Estado con su región. Uno de los compromisos de su gestión es recuperar los Montes de María, lo que considera clave para la seguridad alimentaria de la Costa Atlántica, del país y del Caribe. Turbay entiende que los Montes de María es una de las regiones más estratégi-

¿Cómo recuperar los Montes de María después de 30 años de violencia? Conocí la región cuando era próspera. Vi lo duro que fue la llegada de las FARC y luego de las Autodefensas. Las primeras entraron en los noventa, aprovechando el abandono del Estado. Yo era concejal y renuncié por la difícil situación. Los fusiles destruyeron el tejido social, nos dejaron sin oportunidades y dañaron la lógica económica de una región pujante. Lo mismo ocurrió con las Autodefensas. Fue tanta la sangre, la desesperanza, que muchas veces se asumió que los montemarianos éramos así. Luego vivimos la etapa de la pacificación: la salida de las FARC, la muerte de Martín Caballero, la entrega y desmovilización de las Autodefensas. Hoy nos enfrentamos al reto más importante de todos, que es el posconflicto. Sabemos que lo que le conviene a Bolívar es la paz y queremos recuperar el tiempo perdido, pero para lograrlo necesitamos un gobierno de aciertos, de resultados, de lucha contra la desigualdad, la injusticia, la pobreza y el hambre. Necesitamos que el Estado nos dé el tratamiento que nos merecemos y que las autoridades departamentales y municipales estén a la altura del compromiso. La corrupción, la falta de planeación y los gobiernos mediocres no tienen cabida en esta nueva etapa de los Montes de María. Aspiramos a que cuando las FARC entren a la civilidad, tengamos la capacidad de gobernar bien nuestra región, a que el Estado, que lamentablemente es centralista, nos entregue responsabilidades. La paz duradera se va a construir en los campos, los corregimientos y las veredas de nuestro país. ¿Cuáles son los ejes para recuperar la región? La única manera de que haya construcción de paz es que la ciudadanía se apodere de ella, y eso es lo que viene sucediendo en los Montes de María, con gran presencia de la dirigencia cívica, ciudadana y social. La región tiene que ofrecerse como epicentro de la seguridad alimentaria del país y del Caribe, y cuando hablo del Caribe me refiero a toda la franja del Caribe. Montes de María tiene una enorme riqueza en su clima, en sus tierras. Si queremos desarrollo rural necesitamos que la paz se cons-

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truya con vías rurales. Si queremos empleo necesitamos educar a nuestros campesinos y emprender proyectos agroindustriales. Por su cercanía al río Magdalena, a Cartagena, al golfo de Morrosquillo, a Barranquilla y a Medellín, esta es una zona ideal para que exista una terminal de contenedores, un puerto seco, un clúster tecnológico y de salud. Esto incluye a Bolívar y Sucre, lo que compromete a 400 mil habitantes. El Contrato Plan para Montes de María es una realidad. ¿En qué se va a invertir? Hay muchos esfuerzos, pero dispersos, por eso estamos arrancando desde cero. La gran apuesta es mejorar el servicio de agua, y un saneamiento básico para las cabeceras municipales y para la zona rural. La otra apuesta es un plan vial que compromete a los municipios Sucre y Bolívar, con un costo aproximado de 500 mil mi-

En el Plan de Desarrollo nos hemos propuesto convertir al campesino bolivarense en un empresario del campo. Eso quiere decir que cuando hablamos de desarrollo agroindustrial, de tecnificación, lo hacemos de la mano del campesino. No vamos a promover la llegada de multinacionales o grandes compañías. La única manera de que haya tranquilidad y desarrollo en el campo bolivarense es que sea con el mismo campesino. Por eso insisto en que la gran ventaja de los Montes de María es su dirigencia cívica, ciudadana y campesina, que tiene el propósito de desarrollarse de manera integral, y con ello es que vamos a trabajar. ¿Cómo va a ser el trabajo con el departamento de Sucre? Hay una sinergia, no solo en Montes de María, sino también en la Mojana. Los dos equipos están trabajando en la integración

“LA GRAN VENTAJA DE LOS MONTES DE MARÍA ES SU DIRIGENCIA CÍVICA, CIUDADANA Y CAMPESINA”. llones de pesos. El campesino montemariano está dispuesto a trabajar, a asumir su propio rol. El Estado, entonces, debe hacer vías terciarias y secundarias, utilizar un pavimento de mejor calidad, etc., para que el campesino pueda desarrollarse no solo en su trabajo, sino en la vida diaria. ¿Cómo revertir la concentración en pocas manos de la riqueza y de las tierras en la región? Al principio de la década del 2000, cuando mejoró la seguridad, llegó otra amenaza: la tierra fue adquirida a bajo precio y eso llevó a que quedara en pocas manos. La Unidad de Restitución ha venido trabajando en ello, y aunque los fallos son lentos, creemos que la tierra volverá a los campesinos y que, con la implementación de los acuerdos de paz, habrá una apuesta del Gobierno Nacional para darle tierras a los que no la tienen. Y si la tierra vuelve al campesino debe ir acompañada de lo más importante, que es asistencia técnica, desarrollo agroindustrial, agua para consumo y cultivos. ¿Cómo reconciliar la agroindustria con el proceso campesino?

y en la planeación de la región. Si bien Sucre tiene más municipios en Montes que Bolívar, existe la misma disposición. Si nuestros recursos le apuntan a la misma estrategia lograrán el mismo impacto. Con los antecedentes de corrupción y desgobierno, ¿qué institucionalidad esperan que se consolide en la región? Es un desafío clave. Si queremos paz y desarrollo, no solo es que las FARC hagan política sin armas. Es que los gobiernos sirvan, que los funcionarios trabajen, que las acciones sean eficaces, que lo público sea un aporte importante para la gente. Cuando se habla del fast track, del desarrollo legislativo de los acuerdos de paz y de la aprobación del plebiscito, hay que sumarle que los administradores de lo público deben prepararse para ello. Y cómo logramos que los gobernantes hagan bien su tarea: fortaleciendo la ciudadanía, la comunidad, los mecanismos de participación, los de control social. Las comunidades a veces desconocen todas las responsabilidades y derechos que les asisten. . 17


foto: carlos julio martínez

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sacar del atraso a este departamento? Hay un liderazgo reconocido del Gobierno Nacional y del gobernador. Nosotros estamos reuniéndonos constantemente con los alcaldes, señalándoles que hay que hacer las cosas bien. También tenemos un contralor departamental combatiendo la corrupción. Esos son los ejemplos que tienen que destacar en Sucre y en buena parte de la Costa Caribe. Y hemos avanzado, vemos a unos alcaldes comprometidos a no repetir las cosas del pasado.

con su vecino. Aquí la Unidad de Víctimas y de Tierras funciona. Siendo optimistas, el futuro puede ser halagüeño, pero no ha sido fácil quitarle las tierras a los que se han apropiado de ellas de manera ilegal. ¿Qué papel tendrán la sociedad civil, los políticos, los desmovilizados y las organizaciones campesinas en el posconflicto? Desde el comienzo de mi administración hemos venido acompañando los proce-

“EL CONTRATO PLAN ES UNA OPORTUNIDAD PARA QUE HAYA VÍAS TRANSVERSALES QUE COMUNIQUEN TODOS LOS MUNICIPIOS DE MONTES DE MARÍA”

“Tenemos que desterrar la violencia” Reactivar los Montes de María, ponerle freno a la corrupción y recuperar la credibilidad en las instituciones, son los retos que tiene el gobernador de Sucre, Édgar Martínez. Entrevista

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n 2015, Édgar Martínez fue elegido gracias a un voto alejado de las maquinarias políticas tradicionales. Este veterano dirigente sabe que sobre él pesa la expectativa de romper con décadas de corrupción y atraso. En abril de 2016 suscribió con la Gobernación de Bolívar un acuerdo para echar a andar el Contrato Plan de Montes de María, que incluye a Corozal y Sincelejo y también a los municipios sucreños de Chalán, Colosó, Ovejas, Los Palmitos, 18 .

San Onofre, Morroa, San Antonio de Palmito y Toluviejo. La expectativa es grande. Se trata de una inversión de más de un 1,5 billones de pesos en escuelas, vías, acueductos y alcantarillados para estas poblaciones. Martínez reconoce que los ojos del país están puestos sobre Sucre y que el mayor desafío para las autoridades locales es garantizar que este dinero sea realmente invertido y que haya transparencia tanto en su adjudicación como en su ejecución.

¿Cuál es la oportunidad que tendrán los Montes de María en el posconflicto? Es una oportunidad única para Bolívar, Sucre y gran parte de Córdoba, que siempre han estado alejados de la inversión nacional y local. Cuando se desmovilizó la Corriente de Renovación Socialista (1994), no quedó ninguna inversión, ni un informe en el que se dijera que se hizo una reunión, una escuela o un hospital en Flor del Monte. Por eso, cuando se co-

Édgar Martínez, gobernador de Sucre.

menzó a hablar de la recuperación de los Montes de María, la gente se mostró esceptica. “Va a ser lo mismo”, dijeron. Pero el Presidente Juan Manuel Santos ha liderado un proceso espectacular en la región, en el que nos embarcamos con el gobernador (Dumek) Turbay. El gobierno ha sido elástico e incluyó a Sincelejo y Corozal, que no pertenecen a los Montes de María, pero son las ciudades que más han recibido desplazados de toda la Costa Caribe. Sincelejo, por ejemplo, tiene entre 160 mil y 170 mil desplazados. El Contrato Plan es una oportunidad para que haya vías transversales que comuniquen todos los municipios de Montes de María, para que agricultores y ganaderos puedan sacar sus productos al mercado y para que haya escuelas y hospitales dignos. Nuestra campaña para la gobernación fue la transparencia. Los dineros van a rendir y los vamos a vigilar con el acompañamiento del Gobierno Nacional y de la sociedad civil de los Montes. Al recorrer la región es evidente el rezago. ¿Cómo y dónde invertir para

¿En qué sectores se van a centralizar las ejecuciones del Contrato Plan? Tenemos que desterrar la violencia, que es lo que más duro le ha pegado a la región. Esta es una zona rica, productora de grandes cultivos agrícolas y ganaderos, pero la violencia de la guerrilla y del paramilitarismo hizo que la gente se desplazara. El lema de nuestro gobierno es: Sucre progresa en paz. Hoy, cuando muchos empiezan a regresar, si no les damos apoyo para que crezcan, si no hay agua potable para la gente y para el riego, no tendremos futuro y no tendremos paz. Estoy seguro de que con ese doble componente saldremos adelante, no solo los Montes de María, sino también la región de la Mojana, donde tenemos el Fondo de Adaptación. Si logramos integrar estas dos regiones productoras, tendremos a Tolú como el sitio para exportar la gran producción que se va a dar. Muchos de los que regresan no encuentran institucionalidad ni servicios públicos. También se topan con que otros buscan aprovecharse de su situación. ¿Cómoentrentar estos desafíos? Necesitamos el acompañamiento internacional y del Gobierno Nacional, porque los principales problemas en el mundo son por la tierra. Mañana serán por el agua. Cualquier persona que corra una cerca va a tener un conflicto

sos de la sociedad civil, trabajando con la Asociación de Usuarios Campesinos, con comunidades como la de Chalán, auspiciando espacios para que haya gobiernos transparentes, tanto en la gobernación como en los municipios. Si damos muestras de administrar con transparencia, la ciudadanía va a percibir un cambio, se empezarán a generar otros procesos y se formará un bola de nieve. Hemos convocado a grandes empresas, como Argos, a petroleras como Hocol, que trabaja en San Pedro, y a las empresas privadas que funcionan en Sincelejo, para que se metan en el proceso y ayuden a financiar el Plan Departamental. Con la firma del acuerdo de paz con las FARC y una vez se expidan las leyes para la implementación, estaremos todos unidos para salir adelante. ¿Cómo articular entidades como la gobernación y Planeación Nacional para convertir a los Montes de María en una gran región? Cuando fui gobernador por primera vez no se dio esa unión. Hoy hay gobernadores peleando por inversión, por equidad, por justicia, para combatir la pobreza y cerrar esas brechas. Con el gobernador Turbay y su equipo hay gran empatía. Vemos que hay un momento único para que esta zona tan rica esté unida y busque el desarrollo. Si el Contrato Plan se firma, empezaremos a ver esas obras que siempre han esperado nuestros departamentos. . 19


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fotos: carlos julio martínez

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La tierra, el reto mayor Cuatro líderes de restitución de los Montes de María relatan cómo vivieron la violencia, el desplazamiento y el despojo de sus comunidades, y mencionan los retos que tiene la región para superar la problemática de la tenencia de la tierra.

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odos tuvieron que salir de sus tierras por cuenta de la violencia que sufrieron los Montes de María por más de tres décadas. Todos se reconocen como campesinos y no han dejado de luchar por lo que consideran que es suyo. Algunos han podido retornar a sus terruños, mientras que otros aún siguen esperando que la justicia les devuelva lo que han perdido. Luis Alfredo Vásquez, Miguel Miranda, Dieder Meza y Wilmer Vanegas representan a diferentes organizaciones de campesinos, afrodescendientes e indígenas, que fueron desplazados y despojados en San Jacinto, María La Baja y Zambrano, en Bolívar, y San Bernardo del Viento, en Córdoba. 20 .

En esta entrevista colectiva, estos líderes nos cuentan las dificultades del acceso y la restitución de tierras, pero también cuáles son los retos y las soluciones que proponen para que el Estado logre ponerle punto final a uno de los principales problemas del conflicto y del postconflicto en esta región. Luis Alfredo Vásquez nació y creció en una finca en San Jacinto, Bolívar. A raíz de la violencia y después de la desmovilización de los paramilitares se convirtió en representante de la Asociación de Familias Desplazadas de los Montes de María. En la actualidad es testigo en el proceso de Justicia y Paz, y también reclamante de tierras.

Si no se mejoran las condiciones de las veredas en servicios y educación, será muy difícil recuperar el campo y ayudar a las comunidades afectadas por la violencia.

tirse en líder de su comunidad de la vereda Pueblo Nuevo de María La Baja hace 15 años, esta es una vereda de 320 familias que fueron beneficiadas con parcelas por el extinto Incora y que fueron desplazadas por el paramilitarismo. ¿Cuál fue el efecto de la violencia sobre su comunidad? Miguel MiranDa: El efecto de la violencia fue sobre toda la población rural. Después del conflicto no había oportunidad de retornar al campo, ya que las víctimas no tuvimos apoyo del Estado, a pesar de las leyes 387 (Prevención del Desplazamiento) y 975 (Justicia y Paz). Al no haber apoyo departamental o nacional, los campesinos fueron sometidos a una venta masiva de sus tierras, entre 2007 y 2010. Muchas de esas parcelas, de unas 300 familias, cayeron en manos de los terratenientes y compradores de tierras, lo que dejó al municipio sin ruralidad. Eso ha causado un efecto negativo, por eso estamos rescatando la ruralidad. Lamentablemente, no ha sido a través de la restitución de tierras, porque están negando el acceso al derecho a la restitución. También lamentamos el poco acompañamiento de los organismos de control. Hoy subsistimos gracias al trabajo en los playones. Zambrano tie-

ne zonas de playones y tierra firme, los playones son los que tienen la dinámica de los cultivos de pancoger. luis alfreDo Vásquez: Al igual que en todo el territorio y en la mayor parte de los Montes de María, la propiedad de la tierra es uno de los factores que ha tenido impacto en la economía de la región. Hoy tenemos una gran cantidad de campesinos que son trabajadores de las empresas que han llegado al territorio con los megaproyectos. Ha sido nefasto para los campesinos la acumulación de parcelas, violando la ley 160 de 1994. Otro aspecto negativo es la permisividad de los entes de control, que formaron un grupo criminal, en el que personeros, alcaldes, inspectores de policía, notarios, registradores públicos y funcionarios del Incoder se confabularon e hicieron trámites, a pesar de las ilegalidades, para registrar grandes cantidades de tierras, a nombre de personas que se aprovecharon de los campesinos. Hay investigaciones, pero no prosperan, lo que es nefasto para la economía campesina, ya que muchos llevaban quince o veinte años y no les habían legalizado los predios, pero a los que llegaron a acumular les aprobaron todo en menos de una semana. WilMer Vanegas: De Pueblo Nuevo hemos sufrido dos desplazamientos. El primero en 1997, cuando hubo una primera incursión paramilitar, nos dijeron que teníamos que salir porque esas tierras habían sido conseguidas con la ayuda de la guerrilla. Luego hubo una tensa calma, nosotros regresamos y en

2003 sufrimos un nuevo desplazamiento por amenazas, de allí muchos salieron a Cartagena y a Barranquilla. DieDer MiranDa: El pueblo zenú tiene su asentamiento en San Andrés de Sotavento, donde está el cacique. Nosotros tuvimos que huir porque para quitarnos las tierras, los grupos subversivos nos obligaron a desplazarnos hacia el departamento de Bolívar, entre 1998 y 1999. Hemos sufrido todos los flagelos, desde los gubernamentales hasta los que están al margen de la ley. ¿Qué encontraron al regresar? M.M.: Regresamos en 2006 y el primer inconveniente fue las minas antipersonales, intentamos entrar a las fincas en el sector de Bongal, pero la zona estaba minada. Es uno de los sectores más minados y aún está la infantería de Marina haciendo desactivaciones, porque hay unas dieciséis en toda la zona. En las fincas Cachipay y Callao, fronterizas con Córdoba y El Carmen, toda esa zona está minada. Entonces no es seguro caminar en los quince municipios, el tema de las minas no ha sido resuelto. Nosotros tuvimos la visita del entonces vicepresidente Angelino Garzón, quien dijo que Zambrano ya era una zona libre de minas. Pero había muchos intereses, entre esos los del exalcalde Sebastián Cañas, que quería esa declaratoria para que llegara inversión al municipio. Al final, De izquierda a derecha Dieder Meza, Luis Alfredo Vásquez y Wilmer Vanegas, líderes de restitución de tierras.

Miguel Miranda es hijo de un líder histórico de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos en Zambrano, además hace parte de las Organizaciones de Población Desplazada de los Montes de María (OPDS) y participó en la Mesa de Interlocución. Dieder Meza es de San Bernardo del Viento, pero debido a la violencia, tanto paramilitar como guerrillera, tuvo que desplazarse a María La Baja, donde hace parte y representa a las víctimas y desplazados del cabildo indígena Nuevo Porvenir de Retiro Nuevo. Wilmer Vanegas es un campesino que por cuenta de la violencia debió conver. 21


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y las fuerzas militares. Las organizaciones sociales hemos subsistido, pero sabemos que todo está manipulado por las instituciones y los políticos de turno. ¿Cuáles son las principales dificultades para acceder a sus tierras? M.M.: Tenemos problemas por las invasiones. Para demostrar que eran nuestras tierras tuvimos que probarlo. Pero habíamos perdido muchos documentos de las adjudicaciones. Ante las invasiones, iniciamos el proceso ante la Unidad de Restitución, lo que nos ha traído amenazas. Cuando puse la demanda, me tocó enfrentarme a Alberto Uribe Múnera en 2010, ya que tuve amenazas de él y de los invasores. También tuve amenazas en 2014 por un exalcalde de Zambrano. La primera dificultad es la justicia, en todos los aspectos, y la necesidad de la creación de un ente que responda a las necesidades del campo, que vele por la comunidad rural, que logre que los programas sean bien dirigidos. Siempre ha habido beneficios para el terrateniente, para el finquero, para el amigo del político, pero para la gente más necesitada no existe. J.A.V.: Acá trasega la impunidad, la injusticia. En Canutal, hay una sentencia que establece el retorno de una familia campesina, pero el opositor dijo que si alguien se metía lo mataba. No importó que fueran con la fuerza pública, al final todo el mundo se fue y dejaron a los campesinos solos ahí, no han podido entregar la tierra. El acceso a la justicia es otro problema. Si en Colombia el 97% de las investigacio-

Los campesinos no solo esperan que el Estado los restituya sino que también mejore las condiciones del campo después de décadas de violencia.

foto: carlos julio martínez

eso no tuvo ningún efecto porque no hay campesinos en la región. Tampoco tuvimos acompañamiento del Estado, solo hace un año llegó el programa Familias en su tierra, del DPS. Lo único ha sido el trabajo de las organizaciones campesinas. Por eso ya nadie cree en los políticos o en los programas del Estado, porque todos son manipulados. Hemos dicho que para construir paz y desarrollo se debe trabajar en las comunidades rurales, pero no con la institucionalidad pública, que no está empoderada y comprometida. W.V.: A nosotros nos habían adjudicado una finca de 285 hectáreas, en común y proindiviso. Éramos dieciséis titulares, pero se beneficiaba toda la comunidad. Cuando regresamos, nos habían matado a los líderes Máximo Ariza, Jairo Gómez, Miguel Cortés y Robinson Cortés, y desaparecieron dos jóvenes. Encontramos el tejido social destruido y las parcelas abandonadas. Las tierras perdieron toda la mecanización, estaban enmontadas, y las casas destruidas. La mayor dificultad fue la falta de Estado, no hubo un apoyo para poder retornar. D.M.: Como grupo étnico no hemos regresado ni queremos regresar, ya que en el resguardo, por el despojo, no cabe toda la población, las tierras están decreciendo. Queremos que en el territorio donde nos encontremos se dé todo el proceso de reparación. Ahora estamos en el cabildo Nuevo Porvenir, del corregimiento de Retiro Nuevo en María La Baja. No hay garantías reales para que volvamos. La extensión que tenía el resguardo era de 82 mil hectáreas, hoy tiene 15 mil hectáreas. En vista de que se ha dado esto, el resguardo está rodeado por grandes empresas como Urrá y Cerro Matoso, que nos han quitado espacio. Acá estamos desde hace tanto tiempo que hay personas que se han adaptado a las culturas de este territorio, estamos en vía de extinción de cultura, usos y costumbres. L.A.V.: No he podido regresar a las tierras. En el predio Rincón, en San Jacinto, todavía hay fosas comunes y elementos sin explotar. Hemos tratado de hacer visible eso, pero el equipo de desminado ha dicho que no van por una o dos minas, sino donde haya muchas. Estamos tratando de hacer exhumaciones en varias fosas en una finca donde hubo un campamento de la guerrilla. Eso muestra que a nosotros nos atacó todo el mundo: la guerrilla, los paramilitares

las que hemos emprendido proyectos de seguridad alimentaria, pero sin el acompañamiento del Estado en los retornos que voluntariamente están haciendo las familias. Otra dificultad es la falta de confianza; el tejido social que se perdió, que aun no se ha recuperado. Esas tierras están en manos de los campesinos, algunos

“ESTO SE HA CONVERTIDO EN UN LABORATORIO DE EXPERIMENTACIONES: IMPLEMENTAN LAS LEYES A VER QUÉ SUCEDE”. nes están en la impunidad, es el segundo país en Latinoamérica, entonces, ¿qué se puede esperar? Nosotros nos hemos blindado con denuncias para que a la gente se les respeten los derechos vulnerados. Pero, lamentablemente, el 30% de los reclamantes se nos han muerto con traumas sicológicos por falta de oportunidades. W.V.: La mayor problemática es la falta de acompañamiento por parte del Gobierno, no llega a las comunidades. Hemos sobrevivido gracias al apoyo de la cooperación internacional y de fundaciones, con

vecinos vendieron y están sembrados en palma. D.M.: En el caso de nosotros se hace más difícil porque no tenemos tierras fuera de nuestro territorio, del que nos desplazamos. Estamos en Bolívar apenas iniciando el proceso de resguardo. No hemos recibido ayuda ni de las oenegés ni de las entidades del Estado. Subsistimos por fuerza propia, por el derecho a la vida, por mantenernos. ¿Qué solución tienen para la problemática de la tierra?

M.M.: Un organismo del Estado que vele por los derechos de los campesinos y que garantice el acceso a la tierra de las comunidades campesinas, afro e indígenas. A través de la OPDS hicimos una investigación sobre las 200 sentencias que han sido emitidas por los jueces de tierras en el Carmen de Bolívar, y en ese informe los que tienen sentencia a su favor no han podido retornar a sus tierras por las amenazas. Porque el que está de segundo ocupante no los deja o no tiene garantías. Con los segundos ocupantes las entidades no estaban preparadas para lo que iba a suceder. Hay un ensayo de las instituciones públicas que no saben cómo garantizar el derecho a la tierra y, sobre todo, el derecho a la vida de las víctimas del conflicto. Ahora, qué va a pasar con los desmovilizados de las FARC y el territorio de los Montes de María, sobre los que creemos que vendrán a buscar las garantías del acceso a la tierra. Y por último, no se han tocado diferentes tipos de despojo que comenzaron a hacer a través del Incoder, de titulaciones sobre tierras que ya habían sido asignadas. Hoy hay personas que acumularon tierras, también hubo un desorden institucional. Si no tenemos una garantía estatal,

bien sea por la Unidad de Restitución o la Agencia Nacional de Tierras, que garantice lo que se dice en la ley, el acceso a las tierras va a estar condicionado y los campesinos tendremos problemas para entrar en un territorio en paz, con desarrollo rural y nuevas oportunidades. L.A.V.: Esto se ha convertido en un laboratorio para implementar las leyes a ver qué sucede. Hay algo nefasto que estamos descubriendo, se confabularon diferentes funcionarios y hay sentencias en las que les dieron a las personas la posesión, violando la protección que había sobre las tierras. Las reformas y acciones se deben hacer teniendo en cuenta a las comunidades campesinas. Hay una deuda social, moral y económica con el campesino. Nosotros somos víctimas de la violencia. No conozco el primer campesino que esté pensionado o afiliado al seguro social, estamos condenados a trabajar sin ninguna protección del Estado. Debe haber un ente que trabaje con las personas del territorio. Han invertido infinidad de recursos y no hay una capacidad instalada, y a los que hemos trabajado para salir adelante siempre nos atacan.

W.V.: Hemos tratado de articular un espacio regional, que es el OPD Montes de María, y la Mesa de Interlocución, para conversar y construir propuestas conjuntas. Tenemos un plan de desarrollo alternativo, allí planteamos que la política pública de desarrollo rural debe ser construida por y desde las comunidades. Hay una ventana que se abre con los acuerdos de paz, porque el punto uno es el de desarrollo rural integral. Tenemos algunas experiencias positivas que le apostamos a la seguridad alimentaria, a la producción diversificada y a la transformación de los productos, y eso no se hace sin el acompañamiento del Gobierno. Otro problema es el del recurso hídrico, que está afectado y se está concentrando en pocas manos. María La Baja tiene dos sectores, el bajo, que tiene el privilegio de tener un distrito de riego que baña 19 mil hectáreas, y el alto, que depende del factor climático, es decir, que si llueve podemos producir y si no, pues no lo hacemos. Hay un gran problema de interlocución entre lo que está haciendo el campesino y lo que hace la institucionalidad. No tenemos una Umata que haga acompañamiento técnico o un ministerio de Agricultura que vaya y viva las experiencias de lo que estamos produciendo. Nosotros tenemos una red frutícola que está comprando la fruta a los campesinos, que cultiva de forma agroecológica y se está haciendo transformación de esa fruta en pulpa, mermelada, bocadillo. Este modelo pareciera que puede coexistir con la gran agroindustria. Lo que estamos planteando es cómo esos dos modelos se juntan y buscamos la permanencia digna de las comunidades en el territorio. D.M.: A nosotros se nos dificulta por la no tenencia de la tierra. El principal factor es obtención de tierras. Cómo lo planteamos después de que existan unos fondos y agencias de tierras, pero resulta que la planeación choca entre los que no tenemos nada y los que ya tienen. Esa es una desventaja, porque en María La Baja hay una concentración de tierras absoluta y los baldíos están ocupados por personas que lo hicieron de una manera fraudulenta, el Estado se hace el ciego, sordo y mudo. . 23


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Merlys Guzmán.

Gabriel Pulido.

Líderazgos que inspiran La dirigencia cívica y social de los Montes de María ha recuperado su ímpetu y varias de sus voces lideran los cambios en el territorio.

GABRIEL PULIDO MAMPUJÁN Mampuján es una comunidad ubicada en la zona rural de Marialabaja, que sufrió el desplazamiento de toda su población por parte de los paramilitares el 11 de marzo del 2000. Desde entonces, Gabriel Pulido comenzó a ejercer un rol de liderazgo para incidir en favor de las víctimas del conflicto armado. “Me convertí como en un puente entre la comunidad y la institucionalidad”, afirma. 24 .

Aun recuerda que, antes del desplazamiento, era un campesino que sembraba maíz, yuca y ñame. Cuando los paramilitares obligaron a su comunidad a salirse de sus tierras, este hecho cambió su vida: “Los campesinos no manejan las leyes y las instituciones”, dice. Él espera que las comunidades vuelvan a lo que eran antes, con autonomía y confianza: “El desarrollo que se logre se debe dar bajo las costumbres y tradiciones de los pueblos”.

foto: carlos julio martínez

foto: carlos julio martínez

foto:archivo semana

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El reto que ahora tiene en el postconflicto, tanto él como las víctimas que representa, es mantener su papel activo, que las propuestas de la sociedad civil estén presentes para construir su territorio. “La institucionalidad debe entender y estimular esa participación, sin atropellar lo que se viene construyendo, con la articulación entre comunidad e instituciones del Estado, para transformar la región según nuestra visión del territorio”.

MERLYS GUZMÁN COMUNIDADES INDÍGENAS Merlys es asesora del cabildo zenú de La Pista. Se define como una trabajadora por las víctimas de su cabildo en San Pablo, María La Baja. Dice que, en conjunto con jóvenes y autoridades indígenas de su cabildo, su principal trabajo es el rescate de las plantas y la medicina tradicional, que se está perdiendo en medio de la proliferación de los monocultivos y la tala de bosques. También ha trabajado con 60 familias víctimas de su etnia para que declaren ante las autoridades del Estado los diferentes crímeness por los que fueron desplazados de sus territorios ancestrales, ubicados en Córdoba y Sucre. En 2014, por su gestión, diferentes organismos como la Fiscalía y la Unidad de Víctimas tomaron las declaraciones de los indígenas, y hoy esos testimonios hacen parte de las investigaciones que se adelantan contra miembros de los grupos armados ilegales. También han servido para que se inicie el proceso de reparación tanto individual como colectiva.

Alfonso Henríquez

Merlys afirma que su vocación de líder comenzó desde muy joven, “cuando estaba en el colegio”. De allí pasó a diferentes organizaciones como juntas de acción comunal, brigadas cívicas y grupos juveniles. En esos grupos logró visibilizar a su comunidad. “La gente se dio cuenta de que había indígenas, ya que para muchas entidades no había”, señala. A partir de esa visibilización, el mayor reto que tienen ella y sus compañeros es conseguir tierras para constituir el cabildo indígena. “A través del proceso de paz, queremos conseguir predios para el resguardo, y que estas familias se ubiquen, ya que estamos viviendo en fincas o en arriendo”, sentencia. ALFONSO HENRÍQUEZ FUNDACIÓN SEMANA Lleva 35 años en la región, pero es samario. Llegó huyendo de la violencia generada por la bonanza marimbera y al llegar a los Montes de María se encontró con otra realidad y otra guerra, la de los grupos armados que sometían, asesinaban y desplazaban a las poblaciones de la región. “En Sincelejo creamos la fundación Hijos de la Sierra Flor, que es un referente en la re-

gión, en unos sectores muy populares con unos curas franciscanos”, recuerda. Con esa entidad trabajó durante 25 años y llegó a ser su director. También laboró en la Fundación Desarrollo y Paz de los Montes de María. Con la Fundación Semana se conectó cuando participó en el proyecto de la Hoja de Ruta en el que las comunidades contaron sus principales necesidades. De allí surgió que una de las mas sentidas era que los niños y jóvenes tomaban agua de mala calidad en las escuelas. “La solución era muy sencilla: cosechar agua de lluvia”. Cree que el reto de las comunidades ha sido uno: tener mejores condiciones para lograr una vida mucho más digna. Además, ese reto es institucional, ya que considera que en la región ha habido entidades estatales de espaldas al desarrollo, que deben ponerse a la altura de lo que viene. Considera que los acuerdos de paz establecen una serie de compromisos para la institucionalidad y estas no están preparadas. Entonces, la pregunta es cómo se preparan, a lo que responde que la planea. 25


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foto:archivo semana

Lucho Torres

JUANA RUIZ TEJEDORAS DE MAMPUJÁN A través de la asociación para la Vida Digna y Solidaria (Asvidas) y su iniciativa Mujeres Tejiendo Sueños y Sabores de Paz de Mampuján, Juana Ruiz, una de sus líderes, ha logrado que un grupo de mujeres, víctimas de la violencia, haya consolidado el proceso de recuperación de su dignidad y de la de sus familias. Fueron 245 familias que se desplazaron en el año 2000 por presiones de un grupo de paramilitares. Todas ellas, con 26 .

una voluntad que roza lo heroico, decidieron volver y tejer sus recuerdos. Así se empeñaron en cerrar las heridas que les había dejado la violencia, para que Colombia conociera lo que habían padecido. Estas mujeres empezaron a tejer tras realizar un taller de costura con la pastora norteamericana Teresa Geiser, con quien nació la idea de hacer tapices que relataran el dolor y desarraigo de su comunidad. Fue una suerte de catarsis mezclada con una búsqueda de encontrar soluciones productivas para muchas madres cabeza de familia. Esta iniciativa fue reconocida en el año 2015 con el premio nacional de Paz. Gracias a eso se resaltó el papel que han tenido Asvidas y Juana Ruiz en el retorno a Mampuján, que se ha enfocado en transmitir sus experiencias a otras mujeres víctimas del conflicto armado, con mecanismos pacíficos que buscan la resiliencia, el perdón y la reconciliación. LUCHO TORRES EL RESISTENTE Desde que regresó a El Salado en el 2011, Lucho Torres sabe que no hay vuelta atrás. Había salido desplazado con su familia tras la violencia que desataron los actores armados en los Montes de María, pero supo que su destino seguía conectado a su tierra.

Junto con otros líderes encabezó un grupo de campesinos que abrió la trocha que comunicaba El Carmen con El Salado, levantó casas y guió el proceso de reparación colectiva para las víctimas de la violencia, y con su ejemplo llenó de coraje y valor a otros que le siguieron los pasos. Lucho conoce a cada uno de los saladeros que regresaron, a quienes ha acompañado y apoyado en su empeño de traer el progreso a la región. También ha visto nacer a nuevas generaciones que hoy han aprendido de sus padres y abuelos el valor del agro, con el que le han devuelto la vida a sus campos; para ellos, su liderazgo es una fuente de inspiración y sabiduría. Se puede decir que Lucho Torres es el alma de la resistencia de El Salado y que gracias a su labor silenciosa ha permitido devolverle la dignidad a un pueblo sobre el que se ensañaron los violentos, sobre una región que es hoy ejemplo para el país de la reconciliación y la construcción de paz. La mayor satisfacción que ha vivido Lucho en estos últimos siete años —así lo cuenta— es haber retornado, porque eso le ha permitido desplegar su trabajo social para ver El Salado repoblado de nuevo, como en las épocas de antaño, y con el anhelo de progreso en las sonrisas de sus gentes.

foto:archivo semana

ción en materia estatal es muy débil. “Si uno mira lo que están haciendo con el Contrato Plan es muy diciente de cómo funcionan las cosas acá. Hay unos recursos por más de dos billones de pesos; Bolívar toma su parte y Sucre la suya, y algo que debió servir para avanzar en temas estratégicos regionales, como el agua y las vías, no van a dejar que funcione”. Lo ideal era haber tomado esos recursos para dos o tres estrategias que permitieran resolver el tema regional, afirma Henríquez. Siente que a pesar de que existe un tejido social reconstruido, aún se impone el peso de años de violencia. La sociedad civil está en una encrucijada, dice, y hay líderes nuevos y renovados, pero hay que abrir el espacio de la institucionalidad para que los escuchen.

Juana Ruiz.

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FUNDACIÓN SEMANA

Soraya y la memoria de los Montes de María

fotos: archivo fundación semana

Durante dos décadas a la cabeza del Colectivo de Comunicaciones Línea 21 esta comunicadora ha llevado un mensaje de reconciliación, memoria y construcción de paz.

S

oraya Bayuelo Castelar aún recuerda las huellas que la guerra dejó en su familia. En menos de dos años fueron asesinados en el Carmen de Bolívar su hermano Milton (en mayo de 1998), y su sobrina de 13 años: Angélica (agosto del año 2000). En 1999, ella había fundado, junto con su socia Beatriz Ochoa y un grupo de periodistas y líderes de los Montes de Ma28 .

ría, el Colectivo de Comunicaciones Línea 21. Pero al poco tiempo le tocó irse de su pueblo natal después de que la amenazaran. Sin embargo, la muerte de su sobrina y la violencia, que tanto la afectaron a ella y a sus familiares, le impusieron la obligación de regresar. De Cartagena, a donde había ido a refugiarse, esta ganadora del premio nacional de Paz en 2003 volvió para hacerle

Soraya Bayuelo, Directora del Colectivo de Comunicaciones Línea 21.

resistencia a los violentos, que en ese momento convertían a sus Montes de María en un campo de guerra. “Decidimos trabajar por los jóvenes”, cuenta Soraya antes de explicar la estrategia con la que enfrentaron la realidad de

que muchos de ellos estaban siendo reclutados por los grupos armados legales e ilegales: “La guerra le metió miedo a la gente. Y lo que más me afectó fue ver morir a muchos de mis amigos”. El Colectivo y sus diferentes productos fueron un bálsamo que alivió a una región que se ha pavoneado a lo largo de su historia de ser progresista, pacífica, altiva y democrática, pero que cayó en un limbo que le dejó más de 250 mil desplazados en dos décadas, miles de muertos y desaparecidos, y unos campos arrasados. Soraya recuerda con tristeza que esos pueblos y montañas de a poco se fueron apagando por los combates, las bombas, los asesinatos a mansalva y el terror de las masacres. La gente ya no se sentaba en las terrazas, y no había bailes por las noches. Había un toque de queda implícito. Para romper ese miedo, en la peor época de los Montes de María, el Colectivo llevó películas a los pueblos sumidos en la oscuridad del conflicto gracias a un cineclub itinerante llamado La rosa púrpura del Cairo. “Una de las secuelas de la guerra es que no había tranquilidad y garantías para volver. Eso no impidió que la gente se juntara”. De la Rosa Púrpura nació Cinta de Sueños, otra iniciativa en la que participan jóvenes, mujeres, campesinos y medios alternativos de comunicación, en un proceso pedagógico comunicacional que da cuenta de cómo se narra la vida de la región desde sus mismos pobladores. A lo largo de esos años, aunque reconoce que muchos se autocensuraron para salvar la vida, Soraya y el Colectivo se ingeniaron formas para hacerle el esguince a los violentos y poder promover, a través de la cultura y la resistencia pacífica. Para muchos jóvenes que pasaron por la casona del colectivo en la plaza principal del Carmen, ese espacio sirvió como refugio para aprender sobre comunicación, periodismo, cine, música y fotografía. Después de años de resistencia pacífica y temor, los Montes de María han empezado a recuperar su brío. Soraya nunca ha dejado de ser la voz que le muestre a propios y extraños las maravillas que esconden esas montañas, tampoco ha dejado de ayudar a muchas víctimas a tener un instante de sosiego con sus ruedas de sanación. El Colectivo de Comunicaciones Línea 21 es hoy uno de los motores de la región. Sigue siendo un refugio de jóvenes dispuestos a contar las historias bue-

nas y malas que no han podido apagar el espíritu de sus gentes. “Estamos insistiendo en construir colectivos de la memoria, semilleros de investigación para que se narre y se cuente”, dice. En ese sentido, teniendo como certeza que el territorio está viviendo una fase de resurgimiento, cree que esta es una oportunidad para construir nuevos espacios de paz y entendimiento. “Para que haya puntos en común tenemos que sentarnos a dialogar con los que están en el territorio. Veo un crecimiento de transformación en la región y de

hoy hace parte de la iniciativa de museos del Centro Nacional de Memoria Histórica. Se hizo como una alternativa para narrar el territorio y un ejercicio de búsqueda de la verdad. El Mochuelo es el producto de años de trabajo comunitario promovido por el colectivo como un homenaje a sus víctimas y un reconocimiento al trabajo realizado para el registro de la memoria colectiva y el esclarecimiento de la verdad. Detrás de esta iniciativa hay una intención de unir una región dividida. “El

EL COLECTIVO ES EL REFUGIO DE JÓVENES DISPUESTOS A CONTAR LAS HISTORIAS BUENAS Y MALAS DE LA REGIÓN. su sociedad civil. Me gusta porque es consecuente, civilista, enemigo de empuñar las armas”. Soraya cree que el diálogo con la guerrilla de las FARC es una gran oportunidad para el país, para que empiece a enfrentar problemas que considera más graves para el desarrollo y la democracia de la región como la corrupción. Mientras, el colectivo se ha renovado y piensa en hacer su aporte para la memoria y las víctimas de la región, en especial para los jóvenes. Ese espíritu fue la base para diseñar el museo itinerante de El Mochuelo, que

Mochuelo es un reencuentro y recoge en cada lugar lo que las comunidades tienen para contar”, sostiene Soraya. Además, lo concibieron como un espacio cultural para educar a la población de una manera segura: “Es una apuesta personal, no queremos que nadie viva la guerra”.

Soraya sigue recorriendo los rincones de los Montes llevando su mensaje de reconciliación.

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EL SÍ DE LOS MONTES DE MARÍA

Salvando vidas Bajo la tutela del Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad, Julia Cogollo ha ayudado a varias comunidades y líderes de los Montes de María a sortear el conflicto y recuperar el acceso a los derechos perdidos por la violencia.

foto: carlos julio martínez

30 .

Julia Cogollo es psicóloga social comunitaria, integrante del Proceso de Comunidades Negras (PCN ) y labora en la organización española Movimiento por la Paz (MPDL).

foto: césar molinaes

N

o fue fácil para esta mujer menuda y de sonrisa permanente regresar a su tierra en diciembre de 2007. Después de de ocho años de haber sido amenazada y desplazada de su natal Turbaco, de donde salió en el año 2000, decidió volver porque tenía una deuda con su región y con las víctimas de la violencia. “Al principio estaba insegura. Estaba acostumbrada a andar por el agua y acá todo es por tierra”, dice la psicóloga Julia Cogollo, refiriéndose a las travesías que hizo durante cuatro años por los ríos y las costas del Valle y el Cauca, en el Pacífico colombiano, donde trabajó con el Comité Andino de Servicios y con el Proceso de Comunidades Negras, entidades con las que conoció lo peor del conflicto armado en esa región, y con las que tuvo la oportunidad de atender a víctimas de masacres como la de El Naya. Cuando retornó se incorporó con el Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad, una oenegé española que había llegado a Colombia en 1991, invitada a colaborar en la desmovilización del M19. Esta entidad fue clave en la atención humanitaria de las víctimas del recrudecimiento de la violencia paramilitar en Bolívar. “A finales de los noventa, trajeron a un equipo para atender a los desplazados y prestar ayuda humanitaria, en especial a los sobrevivientes de masacres como las de Chengue, Chalán y El Salado”, cuenta Julia.

Pero a raíz del proceso de desmovilización de los paramilitares, el Movimiento cambió el objetivo de su misión en Colombia y se enfocó en apoyar a las comunidades en el reconocimiento de sus derechos, en la reparación y la autoprotección. Para hacerlo, se aliaron con el Colectivo de Comunicaciones, la Universidad Javeriana y la Corporación de Desarrollo Solidario, entidades con las que empezaron a pensar en una intervención integral en los Montes de María. En esta alianza, el Colectivo se enfocó en la memoria y la comunicación para el cambio social. La CDS en el tema productivo, la Javeriana empezó a formar líderes, y el Movimiento a prestar atención sicosocial y de acceso a derechos. El principal problema que enfrentaron, recuerda Julia, fue que los líderes estaban apagados. “Ellos venían afectados por el conflicto, con muchos miedos. Sin embargo, logramos despertarlos”, agrega. Bajo la tutela de estas organizaciones no solo se despertaron asociaciones sociales y campesinas que habían estado inactivas por la violencia, sino que también lograron fortalecer organizaciones de víctimas, mesas de interlocución, de mujeres y de población desplazadas, que fueron las que iniciaron los procesos para

la restitución de tierras y la reparación individual y colectiva. Sin embargo, al empezar a darse estas reclamaciones, buena parte de los líderes fueron amenazados, lo que obligó a que se estableciera una línea de trabajo que promoviera la autoprotección, un tema del que Julia fue una de sus promotoras. La estrategia consistió en capacitar a las comunidades y personas a identificar los riesgos, y que a partir de allí tendieran puentes con las entidades estatales y organismos que hacen presencia en la región para comprometerlas a garantizar su vida y su seguridad. Julia llevaba a los campesinos o víctimas amenazadas a hablar con funcionarios en Bogotá, para que conocieran por lo que estaban atravesando. “Esto le sirvió a los líderes a conectarse con las entidades y funcionarios a nivel nacional”, dice. Después del contacto con entidades como la Defensoría del Pueblo, que se convirtió en una de las mayores aliadas en este tema de autoprotección, se logró que se publicara un primer informe de riesgo de la región en 2012, en el que se incluyó a las víctimas de bandas criminales. Fue un logro —cuenta Julia— ya que no se había publicado un informe de esta naturaleza sobre los Montes de María durante sie-

La unión de las mujeres ha sido clave en la estrategia de autoprotección.

te años. “Tocar el tema de autoprotección era para los líderes muy miedoso —explica— porque era meterse en la fibra del actor armado y de la gente. Me costó trabajo hacerles entender que ese era el camino”. Después de regresar, Julia Cogollo ha sido una pieza clave en el resurgimiento de la sociedad civil montemariana. De ella el mayor aprendizaje que le ha quedado es que se pueden construir soluciones a partir de las necesidades de la población. “No se puede llegar a ninguna comunidad o población pensando que el conocimiento que uno tiene es el único, hay muchas maneras de aprender, dar y recibir. No es un trabajo rimbombante, pero cala en lo subterráneo, ha transformado y salvado vidas. Lo que he hecho es por la necesidad de la gente y porque no he estado por encima de la gente, sino detrás para poderlas impulsar.” Además, precisa que en el actual contexto de los Montes de María, donde el conflicto fue grave y se mantiene latente, no se puede dejar de lado el componente sicosocial y de autoprotección: “Las instituciones no se hacen solas, sino con las personas que trabajan con ellas”. . 31


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La zona de reserva que sueña José Macareno Un resistente representa la lucha de la tierra para los campesinos de los Montes de María.

J

osé Macareno quedó huerfano cuando tenía once años. Esa es su justificación para que siendo apenas un niño tuviera que dejar el colegio para coger un azadón. También para involucrarse con el movimiento campesino, y que su vida es32 .

tuviera marcada por la necesidad de tener un pedazo de tierra. Desde muy joven participó en la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC), en su natal Sabana de Pedro, un corregimiento de Palmito. Bajo

el liderazgo de esta organización, en Sucre se dieron, entre los setenta y ochenta, cientos de tomas de tierras baldías y otras en poder de terratenientes. Según VerdadAbierta.com, solo en 1971 ocurrieron unas cien tomas, cuenta Ramiro Chamorro, quien fue presidente de la ANUC en Sucre por varios años en la década de los ochenta. Los campesinos se metieron a los más grandes latifundios, a las fincas de José Badel, a las de Urbano Olmos. Entre 1970 y mediados de los ochenta los campesinos lograron que el Incora les titulara unas 546 fincas que, juntas, sumaban entre 118 y 122 mil hectáreas de tierra a unas 5.000 familias: “Por eso creo que la dirigencia no le perdonó al campesino que le quitara las haciendas. Lo que ocurrió con la llegada del paramilitarismo a mediados de los noventa en los Montes de María fue una especie de contrarreforma agraria”, afirma Macareno. Acá la tierra significa poder. Según él, esa resistencia del establecimiento es la responsable de la división y de la pobreza que se viven en Sucre. Macareno conoce como ninguno los diferentes conflictos y procesos que ha vivido la región en los últimos treinta años. Participó del proceso de reinserción de la Corriente de Renovación Socialista del ELN en 1994 y también trabajó en la Corporación Nuevo Arco Iris. Pero desde el 2009 volvió a la dirigencia campesina impulsando la zona de reserva de los Montes de María. El proyecto nació en el 2010, cuando se hicieron varios foros en Sincelejo, Bogotá y Cali, en los que el gobierno de Santos convocó a los campesinos de la región y les planteó la posibilidad de crear dos zonas en los Montes de María.

Desde entonces, cientos de organizaciones sociales empezaron a reunirse en las diferentes veredas y poblaciones del territorio, en las que se consolidó una agenda que incluía temas como fomentar la pequeña propiedad rural, teniendo como base las políticas de conservación del medio ambiente y los recursos naturales renovables, los criterios de ordenamiento territorial y de la propiedad rural, la efectividad de los derechos sociales, económicos y culturales de los campesinos, así como su participación en las instancias de planificación y decisión regionales. Macareno reconoce que fue el padre Rafael Castillo quien tendió los puentes con la institucionalidad para que se pudiera plantear la propuesta de la zona de reserva. “Hicimos un comité de impulso con otras organizaciones y le presentamos el proyecto al Incoder, que lo tuvo congelado por tres años, porque se tenía que hacer una consulta previa con afros e indígenas”, comenta.

La zona que comprende 254 mil hectáreas en una primera etapa —explica Macareno— propone áreas interétnicas e in-

el 100% de María la Baja, el 24,46% de Toluviejo, el 90 % de San Onofre, y una segunda en la que se involucrarán 46,295

ORGANIZACIONES SOCIALES EMPEZARON A REUNIRSE PARA CONSOLIDAR UNA AGENDA CENTRADA EN FOMENTAR LA PROPIEDAD RURAL Y LA CONSERVACIÓN DEL MEDIO AMBIENTE. terculturales, además plantea sustraer para la conservación ambiental los santuarios de la Serranía de Corozal y de los Colorados, así como descontaminar la ciénaga de María La Baja, frenar la expansión maderera, formalizar la tierra para los campesinos y facilitar la restitución de tierras. Esta primera etapa comprende el 100% de Chalán, el 98% de Colosó, el 100% de Morroa, el 95% de Ovejas, el 65% del Carmen de Bolívar, el 100% de Los Palmitos, el 47,53% de San Jacinto, el 43,65% de San Juan Nepomuceno,

hectáreas, de las cuales Córdoba tiene el 28,45%, el Guamo el 47.57%, y Zambrano el 38,35%. “Siempre respetando la idiosincracia y la soberanía campesina”, recalca Macareno. Para él, la única forma de que el campesino regrese, no se dará solo consolidando proyectos como las zonas de reserva. Lo principal es formalizarles las tierras a los campesinos y, a partir de allí, facilitarles créditos para que puedan producir, además de construir vías y generar incentivos para que esa producción tenga sentido.

José Macareno.

El proyecto de zona de reserva nació tras un foro entre campesinos y el gobierno de Juan Manuel Santos.

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Pinceles y memoria

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l 15 de marzo de 2012, la policía de Bolívar anunció ante los medios de comunicación que había logrado la captura de ocho miembros de una banda que se hacía llamar la “ley del monte”. Tras una investigación coordinada con la Fiscalía y con Medicina Legal se denunció que estas personas se dedicaban al hurto de ganado y el robo de fincas en la zona rural de los municipios San Juan, Marialabaja, Arjona y los corregimientos de Sincerin, Malagana y San Cayetano. En ese entonces, según contó la policía, los sujetos también habían violado a once mujeres que estaban solas en sus casas, y después las obligaron a desplazarse junto a sus familias bajo amenzas de represalias. A raíz de esta investigación no solo se logró condenar a una persona por delitos como abuso sexual, secuestro y desplazamiento, sino que también se pudo documentar que fueron 39 mujeres las que habían sido violadas por este grupo. El caso se convirtió en emblemático en la región porque un auto de la Corte Constitucional dispuso que se incluyera a estas mujeres en el registro de víctimas del conflicto armado y fueran indemnizadas; aparte, el Estado les debe brindar garantías para la protección de sus derechos. Este caso se logró documentar y judicializar gracias a un proyecto conjunto que iniciaron en 2012 el Movimiento de Paz y la Defensoría del Pueblo en varias pobla34 .

ciones de Bolívar para que las mujeres víctimas de violencia sexual conocieran sus derechos y se atrevieran a denunciar. La campaña de capacitación de estas comunidades comenzó con tres componentes. El primer paso fue hacer una escuela con mujeres para que “conocieran e hicieran valer sus derechos sexuales y reproductivos”, explica Irina Junieles, Defensora del Pueblo en Bolívar. A esos talleres asistieron inicialmente unas treinta mujeres y diez hombres. Una de las principales conclusiones a las que han llegado diferentes organizaciones defensoras de derechos humanos y fundaciones como la Defensoría y el Movimiento de Paz es que las mujeres

foto: césar molinares

Un proyecto de capacitación en derechos sexuales y reproductivos ha logrado ser un ejercicio de sanación para cientos de víctimas a través del arte. A la vez, ha conseguido que las autoridades policiales y judiciales de Bolívar se comprometan a perseguir a quienes violentan a las mujeres.

A partir de la información que se recogió en los diferentes municipios de los Montes de María se hicieron dos informes de riesgo por parte de la Defensoría, lo

MUJERES DE TODOS LOS RINCONES DE LOS MONTES DE MARÍA MOSTRARON A TRAVÉS DE SUS MURALES LA HISTORIA DE VIOLENCIA QUE SUFRIÓ LA REGIÓN. aún conservan una gran desconfianza en las autoridades para interponer denuncias. Por eso, para recuperarla, estas dos entidades empezaron a construir una ruta de acceso a las autoridades y a la justicia, en compañía de las víctimas, para que de llegar a presentarse algún riesgo, ellas y sus familias conocieran a qué autoridad o institución debían acudir.

que obligó a que las instituciones del departamento, la Fiscalía y la Fuerza Pública, se involucraran. “Se estableció una ruta de acceso a la justicia y contra la impunidad”, explica la defensora de Bolívar. Gracias a esta estrategia se logró que las autoridades identificaran y persiguieran a esta banda que tenía azotadas a mujeres en la zona. Hasta el momento solo ha

habido una condena de 18 años de cárcel por violencia sexual. El Estado ha indemnizado a 26 mujeres y la Corte las involucró en autos que les garantizan el acceso a la justicia. Esta decisión hizo que se designara a un fiscal que adelantó el caso, documentó los hechos y le imputó a la banda delitos como secuestro y desplazamiento forzado. Julia Cogollo cuenta que a partir de esta decisión constitucional ha peleado por garantizar el acompañamiento sicosocial a las víctimas: “Los abogados y jueces no dejaban que una sicóloga estuviera en las audiencias porque no era parte del proceso. En algunos casos, las mujeres, con su victimario al lado, se derrumbaban. Logramos que alguien estuviera acompañándolas, dándoles fortaleza”. Así, lo que ha intentado hacer esta iniciativa es romper con el silencio que hay alrededor de la violencia sexual y comprometer a las autoridades a combatir a los

grupos que abusan de las mujeres. “Era un tema minimizado, pero cuando una se atreve, las otras le siguen”, cuenta Julia. En este sentido, reconoce que en la confianza que ha resurgido en las víctimas ha influido el acercamiento que ha hecho la Defensoría. Según el Movimiento para la Paz, en el proceso de Justicia y Paz con los paramilitares que delinquieron en Bolívar se han identificado 148 casos, dos de esos de la Fuerza Pública. Sin embargo, hoy persiste el temor por denunciar a los miembros de la Fuerza Pública. PINTAR PARA SANAR Más allá del tema judicial, este proyecto ha promovido una catarsis a través del arte para varias poblaciones, en especial para las mujeres que han sufrido el rigor de la violencia de género. En una esquina de la plaza principal de María La Baja, Beatriz muestra con orgullo

Este mural en San Onofre fue el ganador del concurso de murales que organizaron el Movimiento por la Paz y la Red de Empoderamiento.

el mural que pintó un grupo de ocho mujeres en el que también ayudaron algunos de sus sobrinos e hijos de los corregimientos de Flamenco, El Playón y San Pablo. Está al lado de la iglesia de la Inmaculada Concepción. Es el primer mural que visita una comisión de jurados de la que hacen parte la defensora Irina Junieles, Julia Cogollo y Manuela Arvilla, de la Red de Empoderamiento de Mujeres de Cartagena y Bolívar, quienes son las encargadas de premiar el mejor mural de un concurso en el que participan grupos de mujeres víctimas de varios municipios de la región. La idea de este concurso es que las víctimas de violencia sexual expresen . 35


FUNDACIÓN SEMANA

lo que sufrieron, integrando memoria, arte y sensibilidad para mostrar de una forma creativa las rutas de acceso a la institucionalidad y a la justicia. Los murales fueron pintados en vías por las que pasan muchas personas, con la intención de sensibilizar a la población de un crimen y una realidad que sigue siendo un tabú en la Costa Caribe colombiana. “Muchas mujeres se han recuperado y se han atrevido a contar lo que les sucedió”, sostiene Beatriz, una campesina que se desplazó de una vereda de María La Baja, aunque advierte que también hay otras que lo han hecho y han perdido sus hogares: “En una región machista, como el Caribe, la violación es aún asimilada como una deshonra para algunos hombres”. En los murales las mujeres plasmaron lo que vivieron en los peores años de la guerra en los Montes de María.

fotos: césar molinares

EL SÍ DE LOS MONTES DE MARÍA

La idea de este concurso es que las mujeres víctimas de violencia sexual expresen lo que sufrieron, integrando memoria, arte y sensibilidad.

Emir, otra de las mujeres que participó en la obra, cuenta que cuando pintaban algunos vecinos se les acercaban y les cuestionaban el significado de ese mural. “A algunos les inquietaba que las mujeres aparecieran sin cabezas. Nosotros les respondimos que eso significa que había mujeres que no querían recordar ni que sus hijos se enteraran, pero que anhelan una nueva vida. Hay vergüenza, a pesar de que ellas no tuvieron culpa en lo que les pasó”, explica. Pero no todo fue indiferencia. Cuentan que un día, pintando, se acer36 .

có un joven de Flamenco y le preguntó por qué colocaban mujeres de su corregimiento. “Le contamos todo lo que había ocurrido, él no sabía nada, entonces les sugirió que fueran y le contaran a todos lo que pasó”; cuenta Emir. Manuela Arvilla, de Red de Empoderamiento, dice que este experimento ha servido como un ejercicio de sanación. “Es una forma de contar la historia que muchos, simplemente, quisieran olvidar”. . 37


FUNDACIÓN SEMANA

foto: león darío peláez

Hay gran expectativa de cómo será la reincorporación de los guerrilleros de las FARC .

La reintegración, vital para el postconflicto La región ha sido testigo de varias desmovilizaciones. Ahora que se firmó el acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC, hay una gran expectativa sobre cómo se integrarán a la vida civil. por: david lara ramos

L

a Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR), creada en 2011, es el resultado de hechos históricos que fueron moldeando una política estatal en medio del conflicto. Busca, esencialmente, que guerrilleros o paramilitares entreguen las armas, abandonen el grupo armado ilegal al que pertenecen y se reincorporen a la vida civil. Los procesos de reintegración tienen un referente imprescindible: el proceso de paz con el movimiento guerrillero M-19, que durante el período del presidente Virgilio Barco firmó su desmovilización el 9 de marzo de 1990. Se convirtió en el primer grupo arma38 .

do en firmar un acuerdo de paz, entregar las armas y organizarse como fuerza política, cuyos líderes estuvieron en la redacción de la Constitución de 1991, que hoy nos rige. Más allá de los aciertos o fracasos en el proceso de paz con el M-19, tales como los asesinatos de algunos de sus miembros que creyeron en el proceso de reinserción, llamado así en ese instante, están las experiencias positivas que concibieron los programas que se siguen implementando hasta la fecha. Durante los últimos 25 años del conflicto, el Gobierno ha incentivado y promovido la desmovilización voluntaria a través de estrategias en medios de comunicación masiva,

sin embargo, han sido las desmovilizaciones masivas, como la de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) las que siguen generando análisis y debates. En el proceso con las AUC fueron desvinculados más de 34 mil combatientes, una cifra que dejó ver las carencias del programa ofrecido por el Gobierno, pero posibilitó verdaderos ajustes, en especial ahora que se espera la reincorporación de unos 17 mil miembros de las FARC —entre milicianos y guerrilleros, según cifras de la Presidencia—, y cumplir con los pactos establecidos en el acuerdo firmado en Cartagena y Bogotá.

Samir Puertas es consultor en temas de desarrollo territorial y postconflicto, asesora a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), un organismo de Naciones Unidas que ha acompañado al Gobierno en procesos de reintegración. Resume la desmovilización de las AUC como un “gran aprendizaje”. Subraya sus debilidades, pero reitera que las fortalezas de hoy son absolutas. Uno de los primeros desafíos será el futuro de los desmovilizados de las FARC, ya que si bien hay coincidencias, la naturaleza de uno y otro actor armado son diferentes. Por ejemplo, mientras los paramilitares eran más urbanos, se prevé que muchos exguerrilleros pretendían regresar al campo. “La desmovilización de las AUC fue muy urbana —reitera Puertas—, y eso planteó un esfuerzo en términos de empleo. Los indicadores para la época alcanzaron tazas entre un 15%, y 19% en algunas ciudades, a pesar de ello se generaron asociaciones urbano-rurales de cultivos de cacao, ají y recuperación de cultivos tradicionales en el sur del país. Las iniciativas de cadena de valor en el comercio fueron trascendentales. La reintegración ha de ser diferenciada, por contexto de territorios y por personas, de acuerdo a sus zonas de origen”. Para este experto, los esfuerzos de la reintegración de las FARC se concentrarán en la zona rural. “Los estudios y los organismos internacionales plantean que, para tener una paz sostenible, hay que pensar en el desarrollo del agro, vías, navegabilidad por el río Magdalena, una interconectividad que integre el campo. Hay muchas dudas que han de resolverse con el tiempo, pero lo que no puede suceder es el abandono del Estado, que en muchas regiones fue asumida por las FARC. Hoy el sinsabor que tienen las comunidades en las zonas donde las FARC van a dejar las armas es quién va a ejercer la autoridad cuando se vayan, eso será un reto”, concluye Puertas. Adicionalmente, la reincorporación de los excombatientes a la vida civil tiene otros componentes como educación, apoyo económico provisional, acompañamiento sicosocial, y asesoría en la generación de ingresos a través de emprendimientos y negocios, este último fundamental para que un desmovilizado encuentre una nueva vida. En la actualidad, sin distingo del grupo ilegal al que haya pertenecido, una reinsertado recibe, según datos suministrado por la ACR, un subsidio mensual de hasta 480 mil

pesos, cifra que depende del nivel de cumplimiento (90% de las actividades) de los compromisos adquiridos, valorados por los tutores del proceso. A ese estipendio mensual se le suma un aporte único al finalizar la formación, destinado para iniciar un negocio que asegure la independencia económica del individuo. Si fue miembro de las AUC ese incentivo es de hasta dos millones de pesos, si perteneció a una fuerza guerrillera ese monto podrá ser de hasta ocho millones. Álvaro González, coordinador de la ofi-

Al terminar las Zonas Veredales Transitorias de Normalización (después de 180 días), cada miembro recibirá, durante dos años, el 90% del salario mínimo (unos 620 mil pesos, hoy) siempre y cuando no tengan un empleo formal. Además, dos millones de pesos como Asignación Única de Normalización. Sin contar los pagos de salud y pensión durante 24 meses, si no se encuentra laborando. Igualmente, se le entregarán ocho millones de pesos por única vez para el inicio de una empresa productiva que garantice la sostenibilidad. Estas

EN BOLÍVAR HAY 1.200 PERSONAS EN PROGRAMAS DE REINTEGRACIÓN, DE LOS CUALES UN 76% (912), SE MANTIENEN EN LA LEGALIDAD Y CUMPLEN SUS COMPROMISOS. cina de la ACR; Bolívar, destaca que la reintegración trabaja al individuo, y cada persona desarrolla sus competencias sin distinguir el grupo de procedencia. “Antes hablábamos de procesos de reinserción —explica González—, que eran de corto plazo, se les entregaba un beneficio económico, ayudas básicas y nada más. Luego se pasó a intervenciones de largo plazo, con un acompañamiento permanente, que buscan transformaciones en las personas, las familias y la comunidad, un proceso que puede durar hasta seis años y medio, dependiendo del grado educativo en que se encuentren”. En Bolívar hay 1.200 personas en programas de reintegración, de los cuales un 76% (912), se mantienen en la legalidad y cumplen sus compromisos. Al indagar por ese 24% restante, González asegura que está dividido entre los que incumplen el proceso: un 14% (168), los cuales deja de asistir a la escuela, al SENA, o a las tutorías pactadas, y también están los que delinquen, que puede ser un 10% (120), pero son cifras que fluctúan en el tiempo. Hoy, según datos de ACR, reintegrar a una persona tiene un costo aproximado de seis millones de pesos al año. Además están los acompañamientos profesionales de sicólogos, trabajadores sociales y profesionales en distintas áreas, que representan un gran valor. Son quienes velan porque el proceso termine de manera exitosa. En los acuerdos de La Habana, en los numerales 3.2.2.6, Identificación de necesidades del proceso de reincorporación económica y social, y 3.2.2.7, Garantías para una reincorporación económica y social sostenible, se definen los respaldos económicos del Estado para la reintegración de los miembros de las FARC.

ayudas serán entregadas siempre y cuando la persona que comienza el proceso cumpla con las metas trazadas en materia de educación, capacitación y cumplimiento de los acuerdos. Álvaro González considera que lo establecido en los acuerdos de paz guarda similitudes con lo que se ha venido implementando, incluso en lo relacionado al modelo económico, pero advierte que en el papel no hay una referencia explícita sobre cómo será la reincorporación de las FARC, más allá de las referencias a la mesa nacional de reincorporación y mesas territoriales. Está convencido de que lo más importante es el desarrollo de habilidades que le permita a un excombatiente integrarse a la comunidad de manera honesta, legal y productiva. “Para uno —concluye— lo importante es que estas personas están pensando en rehacer sus vidas, y lo están haciendo de una manera correcta, desde sus habilidades, buscando un trabajo, un negocio, o la combinación de las dos cosas, para mantener a su familia. Cuando uno mira que están en ese nivel, ya uno sabe que hemos cumplido con la tarea. Ha habido atentados, asesinatos, pero la gran amenaza que ellos tienen es la misma sociedad que los estigmatiza, y eso no solo pasa en Bolívar, sino en todo el país”. El modelo de reintegración que hoy ofrece el Estado cumple 13 años, y esa experiencia señaló el camino, en líneas generales, de lo que se acordó con las FARC en La Habana, que es apenas uno de los tantos pasos que se darán para que en el territorio los nuevos desmovilizados contribuyan al desarrollo de sus regiones, como actores legales, honestos y productivos. . 39


FUNDACIÓN SEMANA

EL SÍ DE LOS MONTES DE MARÍA

Fundación Crecer en Paz ayudará a los campesinos de los Montes de María Se generarán empleos gracias a las nuevas empresas y proyectos productivos que se creen con las asociaciones y los campesinos de Ovejas y El Carmen de Bolívar. Cuando estas iniciativas estén andando, serán entregados los predios en la región para ayudar a las víctimas sin tierras.

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foto: camilo rozo

no de los principales cuellos de botella para la recuperación económica y social de los Montes de María es la falta de acceso a la tierra y a proyectos pro-

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ductivos. Por eso la fundación Crecer en Paz definió una estrategia con la que ayudará a que los campesinos de la región se asocien y consoliden proyectos productivos que tengan un

alto impacto, tanto en sus finanzas personales como en la economía de la región. Cuando se consoliden estos procesos productivos en Ovejas (Sucre) y en El Car-

men de Bolívar, la Fundación donará cerca de 6.600 hectáreas a las asociaciones conformadas por campesinos sin tierra y víctimas de la violencia. Las tierras que estén en procesos de restitución no harán parte de esta donación, y se entregarán a cada uno de los reclamantes a medida que se expidan los fallos correspondientes. Hasta ahora se han sumado cerca de doscientas familias a los proyectos productivos, y se espera poder vincular al menos a cuatrocientas más, que serán escogidas de acuerdo a varios criterios: que sean jóvenes, madres cabeza de familia, víctimas de la violencia o campesinos que no posean tierras, y que tengan cercanía a la zona de influencia. Con todas esas personas se promoverán asociaciones que a su vez serán desarrolladas mediante una alianza con la fundación Crecer en Paz. Desde el año 2015 y hasta el 2030, esta fundación recibe de Argos tres mil millones de pesos anuales para su funcionamiento, además del sostenimiento de 1.100 hectáreas reforestadas en teca para cofinanciar las apuestas productivas. A largo plazo, esta iniciativa busca que los campesinos logren crear empresas exitosas. “Se trata de armar asociaciones que definan

proyectos, con mecanismos eficientes de capacitación, de productividad”, explicó Sergio Osorio, vicepresidente del grupo Argos y miembro de la junta directiva de Crecer en Paz. El directivo de Argos recalcó la decisión de la fundación de devolver las propiedades que están en proceso de restitución “mientras el reclamante sea reconocido por la Unidad de Tierras”. Actualmente, esta fundación es titular de los derechos fiduciarios sobre el fideicomiso que, en virtud de las sentencias proferidas por los tribunales superiores y por la sala de Restitución de Tierras de Cúcuta y de Cali, restituyó dos predios solicitados por reclamantes del municipio de El Carmen de Bolívar. Según Argos, los dos fallos de los tribunales concluyeron que el despojo de los predios se concretó con la celebración de contratos inexistentes por ausencia de consentimiento. “La declaración de la inexistencia de los contratos de compraventa mediante los cuales los vendedores adquirieron los predios, y la consiguiente declaración de nulidad de las escrituras públicas de transferencia al fideicomiso, cuyo titular es hoy la fundación Crecer en Paz, implica la obligación de los vendedores de reembolsarle al

fideicomiso el valor que les fue pagado, a valor presente, por la adquisición de los predios y el derecho correlativo de la fundación o bien del fideicomiso del cual es titular, de solicitar dicho valor mediante una acción civil”, sostiene Argos. Hoy se encuentran 1.990 hectáreas en proceso administrativo de restitución. Según Osorio, una vez que la Unidad de Tierras ratifique que hay mérito para presentar la solicitud ante la jurisdicción especial, Argos desistirá de presentar oposición y devolverá la propiedad al reclamante. “Esta decisión se hizo para agilizar la entrega material a los campesinos que han solicitado su restitución”, añadió. Crecer en Paz también se comprometió a que los campesinos restituidos se convertirán en beneficiarios de los programas que la fundación está ejecutando en el territorio y podrán hacer parte, si lo quieren, de las asociaciones que se conformen bajo esta iniciativa. Y aunque aún no se ha definido cómo se manejarán estas asociaciones, la intención es que sean los campesinos, víctimas y jóvenes quienes las gobiernen con autonomía, pero con el acompañamiento de la fundación. “En una sociedad debe haber mecanismos colegiados de gobierno, el campesino debe dejarse ayudar y la fundación debe garantizar ser más incluyente”, explicó Osorio. De esta donación también harán parte las 1.100 hectáreas sembradas con teca en los municipios de El Carmen y San Jacinto. Con esto, Argos entregará de manera definitiva estas tierras a los campesinos de la región. Según Osorio, la multinacional no tiene interés en que estos terrenos retornen a su poder ni esperan retribuciones económicas. La directiva de la fundación está compuesta por su presidente, el padre Rafael Castillo, director del Programa de Desarrollo y Paz del Canal del Dique; Roxana Segovia, rectora de la Universidad Tadeo Lozano en Cartagena; Claudia García, de la fundación Semana; Soraya Montoya, directora de la fundación Saldarriaga Concha; el abogado Martín Carrizosa; Roberto Pizano, expresidente de la fundación Carvajal; y Edgardo Flórez, líder de Osorio y el Carmen de Bolívar por parte del Grupo Argos.

Crecer en Paz organizará un programa productivo en el que involucrará a víctimas, madres cabeza de familia y jóvenes.

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Hamadoras hechas por Hamaescol.

Tabacos hechos por Asoprosal.

xxxxx, jfblhaj bnfiuajd c.

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Aretes y mochilas hechas por Asocoste.

Miel producida por Asojopros.

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FUNDACIÓN SEMANA

EL SÍ DE LOS MONTES DE MARÍA

foto: carlos julio martínez

El agua, clave para la región Solucionar el suministro y abastecimiento de agua potable es la prioridad número uno de los Montes de María. Con ingenio en algunas poblaciones ya se están dando pasos para lograrlo.

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l timbre del recreo repica en el colegio de Pueblecito, en San Antonio de Palmito, y un enjambre de niños sale corriendo de los salones. El profesor y rector de este plantel, Santiago Contreras, intenta que los más pequeños hagan una fila para recibir el almuerzo: un plato de sopa, uno de arroz, ensalada, yuca y una pequeña porción de pollo, con un vaso de jugo de guayaba. 44 .

“Son más de 300 niños, la mayoría indígenas. A los más pequeños se les da el desayuno y el almuerzo, a los más grandes solo el almuerzo”, explica el rector Martínez, quien ha trabajado en este colegio desde hace más de quince años. Esta escena muestra que algo está cambiando en poblaciones como esta, en su mayoría indígena, en las que hasta hace no mucho los niños no podían almorzar en la escuela.

Esto hace parte del proyecto que lideró la fundación Semana para encontrar soluciones a la escases de agua que vive la región. Más del 90% no tienen acceso a agua de consumo, con lo que se dificulta tareas tan básicas como cocinar alimentos. Amelia es la cocinera del colegio Algodoncillo, ubicado en otra vereda indígena pegada a San Antonio. Hoy recuerda que cada tres días iba a un jagüey cercano,

recogía agua y la dejaba reposar por otros días para prepararle los alimentos a los pequeños, entre los que se contaba su nieta. Además le tocaba comprar de su bolsillo el cloro para purificarla. Pero todo esto ha cambiado desde que en este plantel empezaron a cosechar agua a través de un sistema de recolección que aprovecha los techos y que es guardada en tanques de 50 mil litros. Este sistema les permite a cinco colegios de San Antonio tener reservas hasta por cuatro meses. “Incluso le damos agua a los hogares de bienestar del corregimiento”, comenta Daniel Vallejo, director de la Unidad de Agua de la Fundación SEMANA. Tener agua en estas escuelas ha significado una mejora en la calidad de vida de los estudiantes, que antes la tomaban de los jagüeyes y las albercas. “Les daba diarrea y dolor de estómago”, recuerda Amelia, mientras le sirve a una multitud de niños de segundo de primaria. Pero este corregimiento, que cuenta con más 1.500 habitantes, no ha solucionado su problema de escasez del agua. Según el resultado de la investigación y análisis que hizo el proyecto Hoja de Ruta en los Montes de María hay una necesidad apremiante por garantizar el agua potable para la región. Es necesario construir una política pública que “se traduzca en la construcción de acueductos rurales sostenibles para el abastecimiento y la calidad del agua, con soluciones innovadoras que permitan generar beneficio de abastecimiento para el consumo de agua potable para la comunidad”, como lo dice el ingeniero Vallejo. Las comunidades y el cabildo indígena zenú de la zona, ante los resultados del proyecto, han pedido a las autoridades locales y departamentales que apoyen e implementen este tipo de iniciativas para toda la comunidad. Incluso algunos, por su cuenta, han empezado a adecuar sus techos y han instalado tanques más pequeños para tener su propia cosecha de agua. Por ahora, la Fundación Semana, en cooperación con la Fundación Corona y la corporación Suna Hisca, construyó y puso en funcionamiento estos cinco sistemas de cosecha de agua en los colegios de San Antonio de Palmito, y recientemente realizó el diseño para replicar esta expe-

foto: cesar molinares

En cinco planteles educativos de San Antonio de Palmito se construyeron sistemas de cosecha de agua.

riencia en otras diez escuelas ubicadas en Carmen de Bolívar, Córdoba, El Guamo y Zambrano, en Bolívar, y en Colosó y Ovejas, en Sucre. En la solución a la problemática del agua para Consumo, ha sido importante el rol que ha jugado la Agencia Presidencial para la Cooperación(APC). Esta entidad patrocinó la puesta en marcha de la Unidad de Agua que ha apoyado en los diseños de 10 sistemas en la región. También con financiación de APC se están construyendo 2 sistemas de consumo en las escuelas de El Bálsamo y Santa Clara, además de dos sistemas de riego con ayuda de Patrimonio Natural (en las veredas de Santa Clara y Espiritano en El Salado). AGUA PARA LAS VEREDAS Las escuelas no han sido las únicas donde se ha puesto en marcha esta iniciativa. En los últimos meses, los vecinos de veredas como Villa Amalia, La Emperatriz y Santa Clara, en El Salado, también han empezado a beneficiarse de la construcción de gigantescos tanques que pueden cosechar hasta 50 mil litros de agua de lluvia, en un proyecto en asociación con Ayuda en Acción.

Los niños son los principales beneficados de tener acceso al agua potable.

Augusto Cárdenas Torres es un campesino de 66 años. Regresó a su parcela en Villa Amalia, a mitad de camino entre El Salado y El Carmen de Bolívar, cuando los Montes de María empezaron a recuperar la tranquilidad. Recuerda que para conseguir el líquido antes tenían que caminar varios kilómetros hasta un ojo de agua salobre o a los jagüeyes de agua empozada. Como él, 34 familias del corregimiento regresaron a cultivar la tierra, pero se enfrentaron a la realidad: el fenómeno climático El Niño secó, literalmente, los pocos reservorios de los alrededores y acabó con varias cosechas. Además de El Niño, la principal barrera para el retorno de miles de campesinos desplazados y para la consolidación de muchas veredas de los Montes de María es la falta de agua para el consumo humano. Esta es la realidad de la zona, donde cualquier citadino pudiera pensar que es asombroso que niños, campesinos . 45


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muestra que seguirán insistiendo, a pesar de las dificultades que enfrentan por los fenómenos climáticos. En la vereda de Santa Clara se está bombeando con energía solar el agua co-

HOY CINCO ESCUELAS DE SAN ANTONIO DE PALMITO CUENTAN CON SISTEMAS DE AGUA PARA CONSUMO. agua subterránea por medio de perforaciones de pozos profundos, y la construcción de jagüeyes más grandes para tener una mayor capacidad de recoger agua lluvia. De esta manera, se pueden soportar las sequías durante el verano. Hasta ahora, en este lugar también se han construido estructuras de captación de lluvia, que recolectan el líquido a través de los techos de las viviendas y ranchos de los campesinos. “Ahora con los tanques de 50 mil litros podemos soportar un año”, calcula Eligio Ramos, otro campesino residente en Villa Amalia. “A nosotros lo que nos interesa es la tierra, a pesar de la falta de agua”, con lo que

sechada en la escuela a unos tanques para que puedan consumirla y usarla para cocinar. En esta vereda ya se cuenta con un sistema de bombeo solar que almacena, potabiliza y lleva agua a la escuela. En la Emperatriz, otra vereda de El Salado, se hizo un proyecto que consiste en sacar agua del jagüey mediante paneles solares para llevarla a la escuela, pero debido a la cantidad de materia orgánica fue imposible garantizar que el líquido fuera apto para el consumo humano. Sin embargo, se instalará un sistema de cosecha de agua para esta escuela. Ya se realizaron los diseños para instalar otro sistema de cosecha de agua en la vereda, con el cual se espera

beneficiar a ocho familias. Para lograr la financiación y ejecución de todos estos proyectos la Fundación Semana convocó a varias empresas y organizaciones con las que conformó un Círculo del Agua (ver recuadro) integrado por profesionales que están estructurando pilotos sostenibles de consumo y riego, que se espera replicar por toda la región. SOSTENIBILIDAD DEL ACUEDUCTO DE EL SALADO Después de muchos ires y venires, el acueducto de El Salado viene cogiendo forma. A mediados de año empezaron las obras para la construcción de una estación de bombeo que será impulsada con energía solar en el centro poblado. Lo primero que se hizo fue mejorar las redes, y se dividió en dos sectores, Barrio Alto y Barrio medio y bajo, para reducir los costos de bombeo y almacenamiento. Además, se tendrá un sistema de tratamiento que mejorará la calidad del agua que consumen los saladeros. Para eso también se construirán dos tanques, uno elevado y otro en el suelo, en los que se almacenará el líquido antes de distribuirlo a las casas. Con esto se busca que el centro po-

CÍRCULO DEL AGUA La Fundación Semana conformó el 27 de abril de 2016 un equipo de trabajo para apoyar a las mesas técnicas del Agua en los Montes de María. Para poner en marcha este equipo, se convocó a un grupo de empresas, a las que se les llamo el Círculo de Donantes del Agua, para que respaldara la ejecución y proyectos que se realizan en la región. Estas son las empresas que conforman esta iniciativa.

foto: cesar molinares

y adultos mayores se hayan acostumbrado a tomar agua de jagüeyes, la misma en la que los animales se sumergen. Las posibles soluciones que hay para estas problemáticas son la extracción de

El 95% de la escuelas no tiene acceso a

blado pueda tener el suministro todos los días. Adicionalmente, se modificó la estructura de la Junta del Agua, que será la encargada de administrar el acueducto, con lo que esta será la que haga el mantenimiento, administre el sistema y cobre la cuota que pagarán todos los saladeros para garantizar el funcionamiento y la sostenibilidad del sistema. Todo esto se ha hecho de la mano de la Red de Acueductos Comunitarios del Caribe (RACC), que capacitó a los miembros de la Junta para que puedan administrar el acueducto y calcular la tarifa, teniendo en cuenta que de allí saldrá el dinero para hacer el mantenimiento. EL RIEGO, SEGUNDO GRAN RETO Desde la Fundación Semana, mediante diferentes alianzas público-privadas, y la Mesa Técnica de Agua para Riego, se dividió la solución a la escasez de agua entre consumo y riego. Menos del 5% de los campesinos tienen soluciones de riego adecuadas para sus cultivos. Por esto, se le está apostando a dos frentes: nuevos sistemas de pequeña y mediana escala y la rehabilitación de ‘mini-distritos’ en lugares específicos de toda

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agua de consumo. la región. La estrategia de ‘mini- distritos’ se trata de sacar agua de un lago e inyectarla en un distrito de riego para transportarla a cada planta de los cultivos. El “mini” vie- de Montes de María, la Fundación Semane de la cantidad de usuarios y hectáreas a na invitó a entidades como los ministerios los cuales se les va a proveer el servicio. El de Agricultura y Desarrollo Rural, Vivienextinto Incoder inició la rehabilitación de da y Ambiente (así como a Coltabaco, Intres de ellos. coder, CCI, Patrimonio Natural, IGAC, En ese sentido, la Fundación Semana IDEAM, UPRA, Corpoica y USAID) a realizó un estudio técnico para rehabili- participar en la primera Mesa Técnica de tar el minidistrito de San Rafael, en Ove- Agua para Riego. jas-Sucre, y se lo pasó al Incoder, que alHasta el momento, la Mesa se está canzó a implementarlo antes de que este constituyendo a partir de un mapeo geinstituto fuera liquidado. Sin embargo, neral de la zona para encontrar cuáles son quedó pendiente una segunda etapa que los puntos clave con respecto al agua: las busca ampliarlo para que pueda beneficiar posibles soluciones a gran escala con la a más parcelas campesinas. Se hará con el rehabilitación de ‘mini-distritos’ de riego apoyo de la Usaid. en la región, en vez de continuar trabajanLa Fundación también presentó al mi- do en localidades específicas. nisterio de Agricultura dos diseños para En el futuro se involucrará a líderes la realización de sendos distritos de riego comunitarios. También se realizó un anáen el corregimiento de Almagra, ubicado lisis de precipitación en la zona, enfocaen Ovejas, Sucre, y en el corregimiento do en apaciguar los efectos que generan El Hobo, en El Carmen de Bolívar, con allí los fenómenos de El Niño y La Niña, lo que se busca irrigar 75 y 160 hectáreas, además lo importante es que a partir de respectivamente. estas iniciativas se empiece a buscar otras Adicionalmente, para tener más cono- soluciones para la escasez del agua en cimiento sobre los demás corregimientos la región.

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EL SÍ DE LOS MONTES DE MARÍA

Hecho en los Montes de María

fotos: carlos julio martínez

Varias asociaciones de campesinos y artesanos de los Montes de María están logrando que sus productos lleguen a las vitrinas de las grandes tiendas de cadena y de los mejores restaurantes del país. Y lo mejor es que les están pagando bien por ellos. Así se está logrando conectar el mundo urbano y el campesino.

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dilberto Angulo, Luz Marina Quiñonez y Danny Luz Acosta viven a un costado de la transversal de los Montes de María, en lo que se conoce como la Alta Montaña. Es media mañana de un viernes caliente de agosto. En la plaza cen48 .

tral de El Carmen de Bolívar un puñado de campesinos, venidos de todos los rincones de la región, atienden a una multitud de carmelos, como se les conoce a los oriundos de esta población, que literalmente les arrebatan manojos de plátano, ñame, aguacate y ají.

“Nadie regatea”, dice con una sonrisa Danny mientras cuenta el dinero de una venta. A su lado, Edilberto lamenta no haber traído otro bulto de ñame espino, uno de los alimentos más preciados en la región. En solo cuatro horas, más de cien campesi-

nos, auspiciados por autoridades estatales y varias oneges, vaciaron sus puestos. “Los plátanos se vendieron en media hora”, cuenta Rosario de Macayepo. Esto se dio porque los labriegos vendieron al mismo precio que lo hacen habitualmente a los acaparadores de productos campesinos que pululan en el 21, el sector donde se dan la mayoría de negocios agrícolas de la región. Solo por revender a grandes compradores de Medellín, Barranquilla o Montería, estos acaparadores del 21 se quedan con una parte jugosa del negocio de los alimentos de la zona. Para compradores como Matilde, una ama de casa de El Carmen, todo esto es una ganga. Sugiere realizar este tipo de mercados todos los meses, no solo para darle la oportunidad a los campesinos de vender directamente sus alimentos y ganar más, sino también para que las familias de la región se beneficien con unos mejores precios. Ingrid, otra campesina que hizo parte de este experimento y que estaba en El Carmen vendiendo sus mochilas sanjacinteras, comenta que el intermediario muchas veces se queda con las ganancias que deberían ir a los bolsillos de los artesanos. “Uno se demora una semana haciendo una mochila, gasto 17 mil pesos en materiales y la pagan a 30 mil pesos”, explica. Es decir, se gana 13 mil pesos por una semana de trabajo. En momentos en los que los campesinos de los Montes de María empiezan a regresar a sus parcelas y la región comienza a recuperar su ritmo productivo perdido por tres décadas de conflicto armado, también es notoria la necesidad de que los pequeños productores del campo tengan mejores ingresos. Jairo Mercado Ospino, un líder campesino, representante de la Asociación de Campesinos de Caña Panelera de El Hobo, un corregimiento de la Alta Montaña, recuerda que en su comunidad, antes de que salieran desplazados por las amenazas de los paramilitares, producían panela que vendían en Macayepo, Ovejas y Colosó. “Había 27 estancias, y cuando teníamos el producto para sacarla nos demorábamos hasta tres días en burro”, recuerda. Aun así el cultivo de caña de azúcar les daba empleo a 177 familias. Hoy, de esas familias solo 30 han regresado a su terruño y han puesto a andar un viejo ingenio, el único que les quedó en pie después de que salieran por la violencia. “Tenemos que recuperar los trapiches y las tierras, los que nos tenemos que poner las pilas somos los campesinos”, sentencia Jairo, quien dice con orgullo que muchos productos de su asociación son exportados a Estados Unidos e Israel. “Eso nunca lo habíamos visto”.

Mientras los intermediarios obtienen ventaja, a los campesinos les faltan contactos que les permitan vender sus productos directamente, y que esta sea una fórmula para recuperar sus maltrechas economías y la de una región que empieza a salir del ostracismo. LOS COMPRADORES SON LA CLAVE En una mesa del restaurante Harry Sassón del hotel Santa Teresa, José Caballero, agente comercial de Asopraduse, saca una muestra de dulces de su maleta. “Estos son de coco con maracuyá, pruébelos”, le insiste a Santiago Romero, jefe de la cocina del restaurante Harry Sassón, quien desenrolla el celofán del que sale una bolita café. El chef también degusta un dulce de ajonjolí. “¿Podrían hacerlos más pequeños?”, le pregunta, en un tono de franca aprobación, y prácticamente da por cerrado el negocio. Caballero le cuenta que estos dulces son hechos por cooperativas de dulceras de Palenque, que son apoyadas por los ministerios de Cultura y el de Industria y Comercio. El chef afirma que estaría encantado de comprar los dulces no solo por su sabor, sino porque cuentan una historia de responsabilidad social que ellos están dispuestos a respaldar. “No queremos caridad, sino que vean a los campesinos, apicultores y artesanos como proveedores de productos de calidad”, interviene Andreu Munné, un catalán que es el responsable del área de desarrollo económico de la Fundación Semana, y que ofrece asesorías para este tipo de emprendimientos. Y este no es el único producto salido de los Montes de María que se ha logrado colocar en restaurantes y almacenes de cadena. “La idea, explica Munné, es conectar al productor montemariano con este tipo de negocios, y

El fríjol cuarentano de los Montes de María está en las barras de ensaladas de la cadena de restaurantes Crepes & Waffles.

que vean que pueden producir con calidad y responder a las exigencias del mercado”. Andreu revela que la estrategia comercial no solo consiste en vender el producto, sino en contar una historia de responsabilidad social, y que los productores tengan una relación directa con el cliente. “Calidad, cumplimiento y el trato, son las claves”, resume. El principal problema que se ha identificado en los Montes de María es que el campesino o el artesano malvenden sus productos. “El campo de batalla es acercar a las cadenas o a las tiendas a estos productores”, añade Munné. Y a partir de allí, que estos campesinos y artesanos ganen lo que se merecen por sus productos. En la actualidad, la Asociación de Soldadores del Salado tiene dos grandes clientes: Artesanías de Colombia y Tugó, tiendas de cadena que compran a un buen precio, cubriendo tanto el trabajo de los asociados como los insumos, y a su vez revenden las hamadoras. Además de vender a estos almacenes, las hamadoras han sido comercializadas en hoteles, fincas y casas de campo. Algo que ha sido clave para la comercialización es que estos pequeños empresarios están mostrando sus hamadoras a través de Facebook o de otras aplicaciones en sus celulares. “Nairo tiene un celular con el que se relaciona con los clientes, y les envía fotos, también le hacen pedidos a través de su correo electrónico”, explica Muneé. En la misma vía está la Asociación de Jóvenes Apicultores de El Salado (ASJAS). Además de reactivar la producción de miel, . 49


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El reto de los campesinos y productores de los Montes de María es conectarse directamente con los compradores en las grandes ciudades, como lo han hecho los productores de miel de El Salado.

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El trabajo de los artesanos ya se puede encontrar en hoteles y casas de campo, como se puede ver con las Hamadoras.

Allí les pidieron muestras de miel y les pusieron condiciones, como que debía ser envasada en frascos nuevos y con una fecha de vencimiento. Para las muestras de fríjol les pidieron que estuviera limpios y en costales nuevos.

Entonces aprendieron que si a sus productos les dan una mejor manipulación, serán mejor remunerados. Desde entonces les han hecho varios pedidos y los han felicitado por los resultados. “Les han hecho pruebas de laboratorio para verificar la ca-

fotos: carlos julio martínez

Crepes & Waffles y los campesinos de El Salado fue cuando estos les contaron su historia, cómo vivieron la violencia y el desplazamiento de sus tierras. “En cierta manera sensibilizamos a los trabajadores que han visto la guerra a través de los noticieros. Logramos reconocer que somos y vivimos realidades distintas, pero que podemos aportar y trabajar juntos”, agrega. Desde ese momento se selló una alianza comercial que logró, en palabras de Macía, conectar estos dos mundos, el urbano y el rural, reconociendo las diferencias culturales a partir de una alta dosis de tolerancia. “Tuvimos que entender que la realidad y cultura comercial de estas comunidades es muy distinta, ellos hacen negocios de una manera informal, y al mundo empresarial le toca ser flexible y entender que los campesinos tiene que entrar poco a poco al mundo formal. Pero el campesino debe entender los estándares de calidad por las repercusiones, por ejemplo, frente a la posibilidad de que un producto mal manejado pueda intoxicar a alguien”, explica.

fotos: cortesía restaurante mila

sus integrantes empezaron a vender el producto a restaurantes como Harry Sassón y Crepes & Waffles, y lo hacen a través de la Asociación de Jóvenes Productores de El Salado (Asoprojos). “Nuestra miel —dice Nayro Catalán Gracia— tiene varias ventajas: proviene de una variedad de flora, es orgánica, y se produce en un ambiente con poca contaminación”. Aparte de estas características, los chefs de los restaurantes han encontrado que este producto tiene un bajo porcentaje de agua que lo hace más apetecible. Nayro explica que para posicionar la miel se diseñaron unas etiquetas que dicen que es 100% de El Salado, como una especie de certificado de origen, con lo que le recuerda a los compradores que además de adquirir un producto de excelente calidad, se está apoyando a jóvenes productores que apostaron por regresar al campo y reconstruir el tejido social. Es una forma de romper con un círculo de pobreza, afirma Munné, ya que los jóvenes se han capacitado para cosechar este producto, y cada 15 días le dedican una tarde al mantenimiento de los apiarios, con lo que pueden aprovechar el tiempo para realizar otras actividades del campo. Además de producir, se requería que estos pequeños empresarios entendieran a qué se estaban enfrentando: las exigencias de calidad y presentación de sus productos, y que los pedidos llegaran a tiempo. Gilberto Cohen, otro socio de Asojopros, recuerda que en 2015 fueron a la planta de procesamiento de Crepes & Waffles, y allí les mostraron cómo manejaban sus productos. Esa experiencia también les permitió conectarse con el mundo urbano. “Fue empezar a tejer una relación de confianza, juntar dos mundos, la ciudad y el campo, que muy pocas veces se pueden encontrar, conocer la realidad del otro”, cuenta Felipe Macía, coordinador de Agricultura de la empresa de restaurantes. “El objetivo es que entiendan la cadena de valor y la realidad de las empresas, que se familiaricen con el proceso de transformación, que sepan cuál es el concepto de calidad que exigimos a nuestros proveedores, que conozcan Crepes & Waffles”, añade. Para Macía, la parte más emocionante del encuentro entre los trabajadores de

lidad”, dice orgulloso Gilberto, ya que con lo vendido han podido cercar las parcelas en donde tienen los cultivos y los apiarios, comprar azúcar para las colmenas y sostener la asociación. En El Salado existe otro ejemplo de la reactivación agrícola de la región: los cultivadores de tabaco también entraron en la dinámica de vender directamente a tabacaleras productos específicos, como el tabaco negro. Este es un producto que tradicionalmente daba empleo a hombres y mujeres. Pero, al igual que otras actividades en la región, decayó por la guerra. Sin embargo, a partir de un viaje que hicieron varios cultivadores a San Gil, en donde se encuentran las mayores maquiladoras del país, se dieron cuenta de que el tabaco negro que ellos vendían a los intermediarios a 1.500 pesos el kilo, era revendido a esas empresas a 17 mil pesos el kilo. “Lo único que hacían eran alisar el tabaco”,

Pero además de reactivar y mejorar los estándares de la producción agrícola de la región, también se ha trabajado en la formalización de las actividades de los campesinos, productores y sus asociaciones. Uno de los mayores tropiezos para hacer negocios y acceder a las ayudas y subsidios de entidades estatales, oenegés y agencias de cooperación, era que no tenían organizaciones formales, cuentas bancarias o números de identificación tributaria, conocido como RUT. “Para tener una relación comercial nos pedían además del RUT y una cuenta de ahorros, registro de cámara de comercio, para un campesino eso es nuevo, nos tocó empezar a tenerlos”, dice Gilberto. Estos proyectos, que cuentan con el apoyo económico y técnico de entidades el Banco Interamericano de Desarrollo-Fomin, y en el que han participado Naciones Unidas y el Departamento para la Prosperidad Social, se han realizado sobre cuatro ejes. El primero es que se debe construir

LA ESTRATEGIA NO SOLO CONSISTE EN VENDER EL PRODUCTO, SINO EN CONTAR UNA HISTORIA DE RESPONSABILIDAD, Y QUE LOS PRODUCTORES SE RELACIONEN CON EL CLIENTE. cuenta Gladis Pérez, quien toda su vida ha tenido siembras de este producto, junto a su esposo. “Nos sentimos estafados, porque el trabajo de cultivar es muy duro”. Entonces, sin dejar de sembrar y vender a los intermediarios, varias familias se propusieron tecnificar sus procesos y vender directamente a las empresas ubicadas en Santander. Incluso, trajeron semillas de una variedad que da un tipo de hoja más grande que sirve para enrollar la picadura. Ahora 78 familias siembran tabaco, lo secan y lo alisan, mientras que una asociación se encarga de comercializarlo. “Ahora tenemos los cultivos divididos en dos, uno que vendemos acá en El Carmen y otro que reservamos para Santander”, explica Gladis. También, con el apoyo de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) y el DPS, comenzaron un proyecto para crear sus propios tabacos, que ya venden en algunas cavas de Cartagena y Bogotá. En el restaurante Mila en Cartagena, ya se venden los tabacos hechos en El Salado.

confianza entre el sector empresarial y vincular a la población de los Montes de María con el objetivo de superar la pobreza, en particular la que trajo el conflicto armado, a través de iniciativas que les garanticen la generación de ingresos. Como segundo eje, la Fundación Semana ha ayudado a identificar empresas con un sentido social, es decir, que ayuden a los campesinos que han sufrido el rigor de la guerra a recuperarse, con actividades que tengan un impacto económico en la comunidad. Lo tercero es que el campesino adquiera autonomía y se empodere de sus negocios de manera sostenida, no solo en la producción: que aprenda a conectarse con los compradores y mantenga con ellos una comunicación fluida. Por último, es trascendental que campesinos y productores se enamoren de nuevo de su campo y de actividades como la producción de miel, dulces y artesanías, y que empiecen a constatar que lo que hacen tiene resultados positivos, capaces de beneficiar a comunidades afectadas por la violencia, y que les ayuden, de alguna manera, a superar esa página, a ser cada vez más productivos. . 51


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EL SÍ DE LOS MONTES DE MARÍA

Las palenqueras cogen vuelo Mujeres de San Basilio dejaron de recorrer las calles del Caribe y ahora se dedican a preparar sus dulces tradicionales, como cocadas y alegrías, que son vendidos en restaurantes y aeropuertos. fotos y texto por david lara ramos.

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ientras redondea pequeñas bolas de ajonjolí entre sus manos, Faustina Herrera cuenta cómo era hacer cocadas para luego venderlas en el mercado y las playas de Cartagena. “Por allá en los años 60. Eso era camina’o y grita’o”, dice con el acento melodioso propio de los palenqueros de San Basilio. Su voz es tenue y sus recuerdos diáfanos: “Tenía 17 años, eso hace un buen rato que

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pasoó”... Alarga la última sílaba. Faustina Herrera tiene 65 años. Mucho tiempo atrás —recuerda— se levantaba a las tres de la mañana. Organizaba la ponchera con sus productos para embarcarse en el bus de Palenque a Cartagena. Y cuando llegaba al mercado público, en el sitio donde hoy queda el Centro de Convenciones, comenzaba una caminata bajo el sol en busca de compradores.

“Arrancaba de ese mercado a tirá pata — cuenta—, me metía por los barrios del Centro, volteaba pa’ la playa, subía pa’ Bocagrande, El

Las palenqueras pasaron de caminar kilómetros vendiendo sus dulces y alegrías, a formar una pequeña empresa que vende a hoteles y restaurantes.

Laguito. En la tarde, otra vez pa’ el mercado, a pie, a conseguir los cocos, la yuca, la piña para hacer las cocadas, los enyucados, coger el bus otra vez pa’ Palenque, y otra vez ponerse a rallá el coco, picá la panela, tostá el millo, hacé las alegrías, llená otra vez la ponchera y otra vez al día siguiente pa’ Cartagena, con la ponchera en la cabeza”. Así describe Faustina Herrera, con impulso y gracia, su rutina por más de cuarenta años: el que ha sido su único trabajo. “Gracias a Dios que me retiré de eso, porque ya no estoy pa’ andar tirando pata (caminar) bajo el sol”. Así es, hace dos años Faustina Herrera dejó el trajín diario de viajar a Cartagena, al vincularse a la Asociación de Productoras de Dulce (Asopraduse) en su natal Palenque, lugar donde la asociación tiene el centro de producción. Allí Faustina trabaja en la elaboración de una variedad de dulces, pero ya no tiene que salir a venderlos a Cartagena. “Es un descanso. Me puedo encargar de cuidar a mi mamá, Manuela, que ya tiene más de 80 años y fue la que me enseñó este arte”, agrega Faustina con una sonrisa de satisfacción. Asopraduse es una microempresa de palenqueras, que se encarga de la producción de cocadas, alegrías, bolas de tamarindo, enyucados y toda clase de dulces tradicionales. Fue apoyada por el Departamento para la Prosperidad Social (DPS), entidad del gobierno que trabaja por la inclusión y el desarrollo económico de comunidades como la que integran las mujeres de Palenque. El pasado 2 de septiembre, el trabajo de Asopraduse recibió el premio Banca Comunal y Asociativa, entregado por el Citibank. Se valoraron 214 proyectos de todo el país y fueron reconocidos ocho de ellos. El premio incluyó un aporte de 20 millones de pesos, que servirá para posicionar la marca en la región y en el exterior. En la sede de Asopraduse cuentan con lo necesario. Hay una cocina grande con una estufa industrial y dos mesones. Tienen además un cuarto destinado al empaque de los postres, uno con nevera para almacenar las frutas, y otro en el que guardan el azúcar y la panela. Como las casas en el Caribe, cuenta con un patio amplio, donde tienen semilleros de berenjena, ají y frutales, que luego trasplantan en sus casas o en las rozas cercanas. Por consenso, las asociadas desarrollaron una marca propia a la que no fue difícil llegar: La Palenquera, imagen con la que se sienten identificadas y orgullosas. Es una mujer afro con un vestido de colores

vivos y una ponchera en su cabeza. “Eso es lo que somos —dice Benita Herrera, otra de las asociadas— lo llevamos en la sangre, esta ha sido la tradición de nuestras abuelas, bisabuelas, de nuestros ancestros esclavos”. Benita ha vendido cocadas desde los 11 años. En la plazoleta de Telecom, en Cartagena, tuvo un puesto de frutas y alegrías por más de 25 años. Hoy, a sus 67, recuerda los días duros en el barrio Kennedy de Lorica, a donde viajaba por temporadas. Es, junto a Faustina, la más experimentada de la asociación. Ambas se empeñan en conservar esos sabores ancestrales: estas mulatas usan las mismas prácticas que sus abuelas y madres les enseñaron. Benita no ha vuelto a salir a vender y eso le produce enorme alivio: “Así me estaba acabando era rápido, esas caminatas me dejaban cansá (cansada), y en la noche: llegar a la casa a cocinar, a cuidar a los pelaos (hijos); ahora no, ahora solo preparamos los dulces, los empacamos y luego se van rápido para donde vuelan”. Se refiere al aeropuerto, uno de los lugares donde La Palenquera ofrece sus productos, gracias a una estrategia de venta y comercialización impulsada por José Caballero, experto en iniciativas productivas, que logró en pocos meses que las ventas se triplicaran. Caballero trabaja en el posicionamiento de la marca y la búsqueda de nuevos mercados, pero aclara que los resultados positivos se deben a la calidad del producto. “Eso es lo que le interesa a los clientes: ofrecer

La calidad y presentación de los productos son clave en el nuevo escenario comercial de las palenqueras de San Basilio.

Nadine Vera nació en Majagual, es la propietaria de un local donde venden La Palenquera, y también reconoce la calidad del producto: “Se vende solo, me siento a gusto de venderlos. Son mujeres de la región que se empeñan, trabajan con calidad, aman su tradición, esa

LAS ASOCIADAS CREARON SU PROPIA MARCA: LA PALENQUERA, CON LA QUE SE IDENTIFICAN Y SIENTEN ORGULLO. algo bueno. Ellas saben que tienen un buen producto y hay mucha historia y tradición detrás de La Palenquera”, apunta. En el aeropuerto es el lugar donde las cocadas vuelan, como asegura Benita. Cesar Mejía es un comerciante nacido en Pereira, pero lleva 36 años viviendo en Cartagena. Dos de sus locales en el aeropuerto Rafael Núñez venden los dulces que fabrica Asopraduse. Reconoce la exquisitez del producto y destaca la organización de sus asociadas. “El dulce es una tradición de Cartagena y eso le encanta a los turistas, quieren llevar algo típico. Es un producto artesanal, con sabor casero, eso es un gran atractivo, es autóctono y un regalo ideal para llevar a los amigos”, asegura Mejía.

originalidad le encanta al turista”. En 2017, La Palenquera tiene como objetivo llevar su tradición a mercados de China, México y Estados Unidos, con el respaldo de Procolombia, entidad adscrita al Ministerio de Comercio, que promueve iniciativas como Asopraduse. Dorina Hernández, quien tuvo la idea de crear la asociación hace siete años, sabe que la sostenibilidad económica de estas mujeres es vital, por eso diversifica las acciones con otras iniciativas, como el etnoturismo y la promoción de la cocina palenquera, todo en beneficio de mujeres como Benita y Faustina, quienes llevan con orgullo los saberes ancestrales de su pueblo. . 53


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fotos: archivo fundación semana

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Tendiendo puentes Muy pronto los campesinos de Bolívar contarán con una Agencia de Desarrollo, apoyada por el BID - Fomin, que será el centro de innovación en el que las empresas pública y privada prestarán servicios variados para el desarrollo rural. 54 .

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rindar nuevas oportunidades a los campesinos y a sus asociaciones en los Montes de María, de la mano de la innovación, será el eje central de la Agencia de Desarrollo, un proyecto que está siendo apoyado por la Fundación Semana, la Gobernación y la Cámara de Comercio de Bolívar, y Corpoica, que será el epicentro de articulación y gestión de diferentes proyectos para la región, con la dirección de los actores del territorio y el que confluirán

y participarán diferentes organizaciones de la sociedad civil, la institucionalidad y otras agencias de desarrollo. Se trata de ofrecer apoyo técnico, educativo y comercial a sus habitantes y que se convierta en un centro pionero para el desarrollo rural. Las instalaciones de este nuevo proyecto estarán ubicadas en la sede de Corpoica, a un costado de la carretera que conduce de El Carmen de Bolívar a Plato. Allí se adecuarán oficinas, un centro de información, un auditorio y un espacio experimental, en el que los campesinos podrán aprender a innovar con nuevas técnicas de cultivos adaptadas a las exigencias del mercado. La idea es que técnicos y campesinos pongan en funcionamiento parcelas demostrativas de productos de la región como ajonjolí, cacao, tabaco, y también de árboles de bosque seco, y que se trabaje en temas como el agua: para consumo y para riego. Todo esto le permitirá a las comunidades obtener plántulas para que puedan reforestar, ya que en los Montes de María se ha perdido un 85% del bosque. Este centro de innovación será un nodo de información que conectará a mercados, empresas, almacenes y ciudades del país y del mundo con el sector

Habrá espacios para la capacitación. En ellos tendrán sus sedes algunas entidades del Estado, para el servicio de la comunidad de los Montes de María.

agrícola de los Montes de María. Este espacio será el epicentro de gobernanza y participación ciudadana en la región, con esto se cubrirían los 3 ejes estratégicos: desarrollo productivo, gestión del conocimiento y gobernanza. Allí, tendrán presencia entidades como universidades, agencia estatales, oneges, gremios y entidades públicas y privadas que tienen interés en el desarrollo integral de la región. También estará el primer punto Vive Digital del país dedicado al campo, con una biblioteca real y otra virtual, en las que sus usuarios podrán acceder a todo tipo de información de los mercados agrícolas de los Montes de María, así como documentos, investigaciones y estudios sobre el campo en la región. “Lo que se busca es generar sistemas territoriales de innovación que conecten con la producción que se da en la región. Así, el campesino será un eslabón clave en la cadena de producción”, explica Jorge Cadena, de Corpoica. También se buscará identifi. 55


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fotos: archivo fundación semana

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La Agencia de Desarrollo buscará identificar oportunidades de emprendimiento, capacitación y aplicación de tecnologías enfocadas al desarrollo del territorio.

car oportunidades de emprendimiento, capacitación y aplicación de tecnologías enfocadas al desarrollo del territorio. Cualquier campesino o asociación de la región tendrá acceso a este centro. “El gran reto es que sea del territorio, que sea una articulación entre muchos, con base en las comunidades, sostenible”, dice Claudia García, directora de la Fundación Semana. Para consolidarlo, los socios de esta iniciativa han invitado a diferentes organizaciones para que se integren y aporten no solo con recursos económicos, sino también conocimiento Este centro prestará sus servicios de 8 de la mañana a 5 de la tarde y contará con un equipo interdisciplinario que trabajará directamente en el territorio, ayudando a los campesinos a solucionar problemas que dificulten su productividad y apoyándolos en la formulación de proyectos o capacitación. En el análisis del ámbito del desarrollo económico del territorio, se encontró que éste no cuenta con una infraestructura adecuada que permita mejorar las dinámicas económicas de la región; existen encadenamientos productivos 56 .

promisorios como: aguacate, cacao, dulces, ñame, tabaco, ganadería, entre otros, en los que se observa oportunidades de mejoramiento en temas empresariales, asistencia técnica, acceso a la tecnología apropiada y acceso a mercados; los mer-

parte de la ganancia. Por otro lado, las comunidades gastan gran parte de sus recursos y su tiempo en tener acceso a los servicios básicos de salud y educación y las entidades que ofrecen servicios relacionados al medio ambiente y a

ESTE CENTRO DE INNOVACIÓN SERÁ UN NODO DE INFORMACIÓN QUE CONECTARÁ MERCADOS, EMPRESAS, ALMACENES Y CIUDADES, CON EL SECTOR AGRÍCOLA DE LOS MONTES DE MARÍA. cados especializados demandan calidades específicas en algunos productos, lo que refiere un proceso de certificación. Además, los pequeños productores tienen dificultades para acceder a servicios de financiación del Estado o del sector privado. Por lo anterior, se puede observar que la comunidad se enfrenta a diferentes obstáculos para sacar sus productos al mercado, asumiendo altos costos de transporte y pérdidas por manipulación. La situación se agrava por los bajos rendimientos en la producción primaria, y sus productos ocasionalmente son rechazados en el mercado por su baja calidad. Los productores no logran concretar negocios con grandes superficies y pierden oportunidades de mercado. Los intermediarios se quedan con buena

las actividades culturales no siempre logran conectarse de forma adecuada con el territorio, debido a la carencia en vías y comunicaciones. Esto se soporta en el estudio de mercado elaborado por el proyecto de Recuperación del desarrollo económico local en regiones de post conflicto con el Banco Interamericano de Desarrollo. “Es una concentración de esfuerzos de toda la región”, añade la directora de la Fundación Semana, quien sueña con que este proyecto sirva de puente para cualquiera que quiera invertir o hacer negocios con la región. “Si una persona o un empresario quiere saber qué es lo que se produce, o si necesita información sobre lo que pasa con el cacao, el ñame o el aguacate, podrá ir y encontrar estudios y contactos con los productores de los Montes de María”. . 57


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El sombrero de la Tierra

El fútbol ha vuelto a ser un aliciente para los saladeros. Foto David Lara

Los bosques son esenciales para los sembrados, el agua y la supervivencia de los campesinos.

foto: carlos julio martínez

La subdirectora técnica del Fondo Patrimonio Natural reflexiona sobre el deterioro del bosque seco tropical en los Montes de María y cómo es posible recuperarlo.

por inés cavelier

D

on Eliécer avanza lentamente, buscando una senda entre los troncos. El sonido de aves e insectos de tempranas horas acompaña el crujido de la alfombra de hojas secas bajo sus pies. Una espesura de ramas aligera el intenso calor del mes de enero. Él sabe que todavía faltan varios meses para las primeras lluvias, pero está tranquilo, pues el bosque resguarda con su frescura su finca, al cubrir la parte alta, cañadas y rondas de los arroyos, ayudando a conservar sus aguas aun en verano. Otra parte de su parcela tiene robles que en esta época muestran su floración rosada. Estos árboles se fueron sembrando solos, a partir de otro que cuidaba de su abuelo, y la familia los protegió del ganado y el maltrato. Hoy son su reserva para la educación de los hijos. Tiene palmas amargas entremezcladas con los cultivos y los árboles frutales nativos de la zona, para renovar su amplio techo que aloja la vida cotidiana con su frescura. Otros campesinos como don Eliécer nos han mostrado lo que sucede cuando la gente se relaciona con la naturaleza desde el respeto. Si bien en los Montes de María aún existen parches de este bosque, intercalados con cultivos y pastos de ganadería, una gran parte se ha perdido, afectando la base de la vida: el suelo y el agua. Algo parecido o peor se vive en el resto de la región Caribe, donde antes existía la mayor extensión de los 8.8 millones de hectáreas del bosque seco tropical que tenía Colombia y que ha sido deforestado en un 92%, quedando apenas unas 700.000 hectáreas en todo el país. 58 .

Muchos de los habitantes del bosque seco tropical han sacado provecho de sus fértiles suelos, al mantener alguna parte. Muchos otros han sido inclementes en la tala, y han labrado su propia destrucción: cuando se corta, más de la mitad de estas áreas deforestadas se degradan rápidamente, volviéndose desiertos estériles. Los campesinos del Caribe sufrieron recientemente los extremos de la sequía que produjo el fenómeno El Niño, y que les recordaron los pronósticos del cambio climático: en los próximos treinta años, la temperatura aumentará, calcinando suelos, evaporando el agua y haciendo imposible la producción en áreas que no tengan alguna protección de los árboles. Esto puede traer graves consecuencias sociales de desplazamiento, esta vez ocasionado por una inconsciente violencia contra los bosques protectores. Esta situación empezó a cambiar en zonas de los Montes de María, como en El Salado. Una alianza entre la Fundación Semana y Patrimonio Natural, con el apoyo de la USAID, ha buscado una mejora de las condiciones de vida para las familias a partir del encuentro entre la producción agropecuaria y la conservación de la naturaleza, en un modelo que promete convertirse en la solución para las comunidades que habitan el bosque seco tropical en el Caribe y similares territorios. Desde la región de los Montes de María, este modelo puede constituir un invaluable laboratorio y ejemplo para el país. De la mano de la gente se trazaron corredores de producción y conservación, y

caminos de recuperación de los arroyos y los bosques como ejes vitales. La finca de don Antonio, al lado del arroyo Morrocoy, es la muestra del compromiso de más de 200 familias que ya aplican prácticas amigables con el ambien-

te. Antes, la época de verano era dura para el ganado, que enflaquecía o, incluso, podía morir por la escasez de agua y alimentos. Desde hace unos 16 meses, los campesinos aprendieron una técnica que consiste en entender la finca como un gran techo que

recibe las lluvias y mantiene el agua en esta “casa” que es el suelo. Para lograr esto en áreas de pastos o zonas degradadas por deforestación, se hacen una serie de zanjas poco profundas, trazadas a nivel, siguiendo los contornos del terreno. Durante las épocas húmedas, estas zanjas recogen el agua de lluvia y permiten que el suelo la absorba lentamente, sin ocasionar erosión. Al lado, se siembran árboles, pastos o cultivos, los cuales crecen al amparo de esta humedad resguardada en el suelo. Además se plantaron forrajeras como el botón de oro, morera, leucaena, uvito, guácimo, totumo, mataratón y jobo, así como pastos de corte, cubriendo el potrero. En los duros meses de la prolongada sequía del

Esta alianza con el sector privado se refrendó al invitar a los campesinos a conocer los restaurantes y plantas de producción, para llamar la atención de sus empleados sobre la importancia que tienen quienes siembran nuestros alimentos. Así, todos vieron la necesidad de establecer estos mercados justos que mejoran la economía campesina, al entender y ajustarse a los tiempos y volúmenes característicos de esta producción. Un niño montado en su burro, cargando tanques de agua, nos mostró el difícil recorrido para obtener agua, de, a veces, unos cinco kilómetros desde sus viviendas. Con el apoyo de técnicos se diseñó y construyó el primer reservorio en una de las veredas, donde además se aprovechó para que los promotores locales aprendieran y pudieran replicar el ejercicio, que seguirá desarrollándose con este nuevo conocimiento local. Para seguir estableciendo los corredores

EL CARIBE TENÍA LA MAYOR EXTENSIÓN DE LOS 8.8 MILLONES DE HECTÁREAS DEL BOSQUE SECO TROPICAL QUE HABÍA EN COLOMBIA. 2015, don Antonio logró mantener sus animales y hoy es un convencido del sistema, pues le permite alimentar más animales en un área limitada y resistir el verano, haciendo su finca más productiva. Hasta las vacas, bajo la sombra de un totumo, mueven la cabeza afirmando su bienestar. La gente también sufrió por la sequía. Después de perder varias siembras por la falta de lluvia, el desespero se asomaba en todas las familias. Entonces pedimos ayuda a la Red de Semillas del Caribe, una organización indígena dedicada a recuperar y cuidar las semillas nativas y criollas que generan nuestros alimentos. Don Heriberto, el guardián de las semillas, lideró el intercambio, para el cual cada uno llevó lo que tenía y compartió su conocimiento sobre los cuidados para la siembra y la cosecha. Sencillos fríjoles fueron la salvación, pues son los llamados “cuarentanos”, unas semillas que en solo cuarenta días desde su siembra, y con poca agua, permiten recoger cosecha. Además de contribuir a una mejor nutrición de las familias, esta experiencia fue el inicio de un incentivo de mercado en conjunto con la empresa Crepes & Waffles, que apoyó a los campesinos comprando esta producción orgánica para sus restaurantes.

de conservación y producción, promotores como Javier y Gilberto, apoyando a un grupo de campesinos, han participado en capacitaciones para mejorar la fertilidad del suelo con micro-organismos de la montaña, preparados a partir de materiales obtenidos en los bosques y de aportes orgánicos de la misma finca. Otras pequeñas y laboriosas amigas también han contribuido a una mejor economía familiar: las abejas, tomando el néctar de los árboles nativos y de algunos cultivos, producen miel que se obtiene de colmenas comunitarias y familiares. El valor del bosque es clave para tener este dulce resultado, pues se ha visto que a lo largo del año diferentes árboles alimentan a las abejas con su floración; además, así no se necesita alimentar artificialmente a las abejas, ahorrando recursos, y ellas no abandonan su colmena por la falta de alimento. Como retoños reverdeciendo con las primeras lluvias, estas son algunas de las historias de esperanza logradas por familias que un día decidieron hacer la paz con la naturaleza, crecer con las semillas de la innovación y el conocimiento, sembrar de nuevo el bosque, y al ponerle así el sombrero a la tierra, tener otra oportunidad. . 59


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En El Bálsamo, el fútbol se lo gozan las mujeres Gracias a Ayuda en Acción el balón ha vuelto a rodar en esta vereda de El Salado, donde los goles y las celebraciones se habían apagado por culpa de la guerra. fotos y texto por david lara ramos.

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arcelina Bernuil tiene 76 años y reconoce que la vereda El Bálsamo no es posible sin una cancha de fútbol. “Es que vea —me explica— esa es la diversión de todos, pero más para las mujeres que tienen su buen equipo. En mis tiempos eso no se veía. Ahora son las muchachas las que se la pasan pateando balón, eso ha traído la felicidad a El Bálsamo, después de tanto golpe y sufrimiento”. El Bálsamo es una vereda de El Carmen de Bolívar, en la vía que conduce a El Salado. Tiene unas treinta familias agricultoras que se dedican a cultivar maíz, plátano y yuca. Hoy están a punto de cortar la primera cosecha de tabaco del año, que ven-

drá limpia y generosa, gracias a las lluvias que han caído desde marzo, luego de tres años de una sequía intensa que provocó el desplazamiento y abandono de la tierra, como en las peores épocas de la violencia en Montes de María. Cuando Marcelina Bernuil llegó a El Bálsamo, en 1973, todos cultivaban ñame y yuca. Las matas se extendían desde donde está la cancha de fútbol hasta un viejo palo de jobo, en una vuelta del camino que anuncia la entrada a la vereda. La afición al fútbol llevó a los hombres a raspar con sus machetes un rectángulo de unos cuarenta por sesenta metros. Luego pisaron la tierra con sus abarcas. Con mazos de madera deshicieron morros y nudos

El fútbol ha vuelto a ser un aliciente para los saladeros.

hasta dejarla nivelada para que el balón rodara sin tropiezos. Por último, con varas de roble y palma hicieron los dos arcos para tener una cancha de fútbol que es admirada por los equipos de otras veredas. En aquellos años setenta, luego de terminar las extenuantes jornadas agrícolas, el balón iba y venía hasta que el sol se ocultaba, en medio de barras y gritos de la comunidad que animaba a los jugadores. Las tardes eran sólo de fútbol. Rafael Capella es el marido de Marcelina Bernuil, uno de los que raspó la tierra para . 61


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Nadie se quiere perder los partidos de fútbol en las tardes, después de un largo día de trabajo.

hacer la cancha, y en la actualidad uno de los líderes de la vereda. Cuenta que cuando la guerrilla de las FARC comenzó a transitar por allí y a imponer sus leyes en los noventa, por lo que la gente dejó de jugar. “Uno estaba pateando su balón tranquilo y, de pronto, veía esos helicópteros que pasaban bajito, y ¡Dios mío!, to’ el mundo corría a protegerse. A veces escuchaba usted las ráfagas de metralla, el peligro estaba por todos lados y se dejó de jugar. Cuando llegaron los paramilitares y la guerra se puso peor, el fútbol desapareció de esta región”, recuerda. Rafael Capella relata que luego de la masacre de El Salado, en febrero del 2000, las familias se desplazaron. Las tierras quedaron abandonadas. “Vea —me explica— aquí no quedó nadie, la gente se fue para donde pudo, El Carmen, Ovejas, San Jacinto, Cartagena. Esta cancha se fue llenando de escobilla babosa, hierba cocuyo, pringamoza, maleza, y todo se echó a perder”, dice negando con la cabeza y apretando sus labios con fuerza. El retorno a El Bálsamo se dio entre 2007 y 2010. Los retornados comenzaron a levantar sus ranchos, hacer el corral para sus animales y sembrar la tierra. A comienzos del 2011 limpiaron la maleza, cortaron los árboles de aromo que habían crecido en la mitad de la cancha y vieron resurgir ese espacio de diversión que siempre les había pertenecido. Desde ese momento, las mujeres han hecho del fútbol su afición, con compromiso y orgullo. Entre diciembre del 2015 y enero del 2016, la comunidad organizó el primer campeonato interveredal de fútbol, en el que participan los equipos femeninos de El Espiritano, Borrachera, El Respaldo, San Pedrito, Emperatriz, Berdún, El Salado y El Carmen de Bolívar, que fue el conjunto campeón. ¿Y el subcampeón?, pregunto inocente. “Eso ni se pregunta”, responde con ímpetu Yuranis de la Hoz, la mediocampista del equipo. “Quién más que nosotras, las de El Bálsamo, este es un equipo aguerrido, si no ganamos, empatamos, porque esa es siempre la meta, ser las mejores”. Yuranis de la Hoz tiene 27 años y dos hijas pequeñas, vive con su marido. Cuando comenzó a practicar fútbol, hace cuatro años, su pareja se opuso porque le decía que se le iban a desarrollar las piernas. “Que me iba a parecer a un hombre —re62 .

cuerda— pero se ha tenido que resignar porque yo el fútbol no lo dejo por nada, así se me ponga las piernas gruesas”. Asegura que una mediocampista debe ser como la misma vida, luchadora, entregada, apoyar a las compañeras. Si una perdió el balón, salir a buscarlo. Si está en la delantera apoyar a la que está en mejor posición para meter el gol. Además debe tener carácter, sin hacer daño o cometer una falta, y tener toda entrega para aportar al equipo en la cancha. Yuranis de la Hoz estudia técnica en producción agropecuaria en el Sena, le gustan la cría y el cuidado de los animales, y ahora esas son dos de sus dedicaciones en el campo. Todos los domingos va a una escuela de belleza en El Carmen de Bolívar, porque sueña con ser una estilista profesional, pero asegura que seguirá jugando hasta que esté mayor. Joeis Capella es una de las delanteras del equipo. “La goleadora”, me rectifica. Posee una sonrisa rápida y un hablar es-

pontáneo. Tiene 18 años, comenzó a jugar micro en el colegio Promoción Social en El Carmen de Bolívar, pero el fútbol-once lo aprendió en El Bálsamo, cuando se armó el equipo femenino. “Esto ha sido algo contagioso, que ha ido creciendo, al comienzo éramos apenas cinco las que jugábamos, entonces comenzamos a invitar a las señoras que ya estaban casadas y a sus hijas mayores. Los maridos a veces no las dejaban, pero poco a poco se fueron dando cuenta de que el futbol era una forma de distraer la mente, porque es que el fútbol pone contento a cualquiera”, dice Joeis con una sonrisa pegajosa. Nayibis es una de las defensas, tiene 37 años y comenzó a jugar hace cuatro. Para ella, su posición es la de más responsabilidad: “Porque si el balón se pasa, hay gol, por eso se debe estar concentrada y así tener a la portera tranquila”. Olivia Quiroz es la arquera del equipo. Está en esa posición no porque le guste, sino porque mide 1.70 metros de estatura,

es la más alta del grupo. Es consciente de que cuando se trabaja en equipo no se trata de lo que a ella le guste, sino de lo que pueda hacer por sus compañeras. “A mí me gusta ser defensa, pero por mi estatura me pidieron que fuera la arquera, porque no hay más, aquí la mayoría son pequeñas, entonces me toca. Lo hago por el bien del equipo, y porque uno debe apartarse de lo que uno quiere y pensar en que somos once, y que cada una deber hacer lo mejor para ganar siempre, que es lo que queremos todas”. Ella y su marido han sembrado este año varias hectáreas de tabaco. La semana pasada cortó las primeras matas, y ha comenzado a ensartar las hojas para luego venderlas a las empresas de El Carmen de Bolívar. “Eso será una bendición, porque después de tanta escasez y sufrimiento que nos dejó la sequía, ya es hora de que vengan la alegría y haya una buena fiesta en el pueblo”. Además se declara admiradora de Sebastián Viera, portero del Junior de Barranquilla, y de David Ospina, de la selección Colombia. Son

sus referentes, porque muestran seriedad en la cancha, concentración y agilidad mental. Luego, suelta una frase a modo de susurro: “Y además, están bien buenos los dos”. Esta picardía hace brotar las carcajadas del resto

tre doce y catorce años. Si bien puede ser una gran esperanza para ellas, lo más importante es la tranquilidad con que hoy se vive en la zona. Tener la posibilidad de salir a jugar todas las tardes

AL RETORNAR LIMPIARON LA MALEZA, CORTARON LOS ÁRBOLES QUE HABÍAN CRECIDO EN LA CANCHA Y VIERON RESURGIR ESE ESPACIO QUE SIEMPRE LES HABÍA PERTENECIDO. de las mujeres reunidas debajo de un caney, donde la señora Marcelina Bernuil cocina yuca y prepara café negro. Todas, allí reunidas, desconocían que en octubre pasado se hizo el lanzamiento de la Liga Profesional Femenina de Fútbol, planteada para comenzar en febrero del 2017. Joeis asegura que de El Bálsamo podrán surgir nuevos talentos, en especial las niñas que están comenzando y que hoy tienen en-

sin estar pendiente de los actores armados o de que pase un helicóptero disparando, como sucedió antes. El fútbol en El Bálsamo ha servido para integrar las veredas, porque con la guerra no se podía salir, caminar y conocer la región. Había mucho miedo en todas partes. Ahora las comunidades y los equipos femeninos están felices, siempre a la espera del grito de gol y del abrazo de la celebración. . 63


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Al son de Lucho Bermúdez

La banda de música nació en el 2014, y ahora lleva sus sones por todos los Montes de María.

paralela se involucran otras expresiones artísticas como el teatro, la danza, la literatura. “La escuela —agrega— es la viva representación de lo que un proceso social puede generar. Lo que está logrando es histórico. En estos dos años conformamos la banda municipal, que es la base para la orquesta sinfónica, un proyecto que estamos pensando para los próximos dos años. Tenemos grupos de gaitas magníficos que han obtenido reconocimientos en festivales de la región. Vamos hacia delante con el respaldo de amigos y padrinos, pero sobre todo de los padres de los niños, que son el apoyo definitivo en esta propuesta”. La cobertura de la escuela de música también ha ido aumentando. Estudiantes de 10 colegios públicos del Carmen de Bolívar son beneficiarios del proyecto, y, como una forma de cubrir otras zonas del

Dos años después de fundada, esta escuela de música continúa transformando la vida de cientos de jóvenes de la región.

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de dos años ese sueño comienza a ser una realidad. En Montes de María ocurrieron 56 masacres y más de 1.500 familias fueron desplazadas, unas frías cifras que se quedan cortas en comparación con los relatos de violencia y barbarie que aún se escuchan en lugares como El Salado, Chalán, Guamanga, Ovejas, Macayepo, Morroa, Chengue, El Piñal, o San Jacinto. Esos mismos nombres evocan músicas de acordeón, gaitas, tamboras, clarinetes y nombres como Andrés Landero, Lucho Bermúdez, Toño Fernández, Eulalia González, Félix Contreras, Petrona Martínez o Rodrigo Rodríguez, quienes con sus cantos y composiciones siguen legando a las nuevas generaciones un patrimonio musical tan diverso como original. Alfonso Cárdenas es el director de la escuela desde que abrió sus puertas a la comunidad. Músico y guitarrista consagrado, nacido en el Carmen de Bolívar, cuyo entusiasmo se irradia en las acciones y propósitos de la escuela. “Cuando me llamaron para comentarme la idea, estaba en Nueva York, y pensé: esta es la oportunidad de hacer algo por mi tierra, volver a mi lugar de infancia. Puse de inmediato mi experiencia y gestión para sacar el proyecto adelante. Luego de dos años, me siento feliz de trabajar por acrecentar la riqueza musical de los Montes de María y formar nuevos músicos que ya muestran su talento”, asegura Alfonso con una vitalidad contagiosa. La Escuela de Música Lucho Bermúdez tiene el respaldo del Ministerio de Cultura. Es un modelo de formación musical en Colombia, que ha comenzado a mostrar su impacto en pueblos y veredas de Montes de María. El maestro Alfonso reconoce que el enfoque es la música, pero de manera

LA ESCUELA ES UN MODELO DE FORMACIÓN MUSICAL EN COLOMBIA, QUE HA COMENZADO A MOSTRAR SU IMPACTO EN PUEBLOS Y VEREDAS DE LOS MONTES DE MARÍA.

foto: carlos julio martínez

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finales de agosto, la escuela de música Lucho Bermúdez, en El Carmen de Bolívar, convocó a expertos en cantos de vaquería. “Una vieja tradición que está a punto de desaparecer”, según advierte Raúl Numerao González, quien vino desde Villavicencio a cantar y contar las historias de los vaqueros de los Llanos Orientales. “El ganado ya no se arrea, ahora se lleva en camiones, pero estos cantos los hacían nuestros abuelos, y de ahí surgen las músicas de muchas regiones del país”. Esta tradición la corrobora Julio Cárdenas, nativo del Carmen de Bolívar, uno de los decimeros y repentistas más originales del Caribe: “Cuando el corralero arreaba las vacas, iba cantando coplas, era la forma de comunicarse con el animal. Se improvisaban versos con el nombre de la vaca, el caballo, esos cantos se hicieron canciones, se les puso gaita, acordeón, caña e’ millo, y apareció la música”. Esos relatos y experiencias se comparten con estudiantes de las escuelas públicas del Carmen de Bolívar, reunidos en el acogedor auditorio de la escuela, con capacidad para 200 personas, en el que también estuvieron los cantadores Francisco Macea y Juan Month. Desde su inauguración, el 16 de julio de 2014, la escuela de música Lucho Bermúdez se trazó un objetivo: fomentar las prácticas culturales en una región de enorme vocación festiva y musical, que sufrió desde los años sesenta los estragos y horrores del conflicto armado. El 5 de octubre de 2014 comenzaron las clases de manera formal, y gaitas, acordeones, tambores y cantos sonaron por primera vez en los salones acondicionados para impartir las clases. Ese día, rememora Alfonso, soñó con ver la región llena de melodías. Hoy, con orgullo y sin protagonismos, sabe que luego

Iván Andrés Novoa, tiene diez años. Vive con sus padres en el barrio Bureche del Carmen de Bolívar. Cursa quinto de primaria y lleva apenas una semana en clases de acordeón. Su dedicación es reconocida por su maestro, que lo ve como un ejemplo. Iván Andrés se deslumbra por la forma en la que tocan acordeoneros como Iván Zuleta o Egidio Cuadrado. “Ese ha sido siempre mi sueño, tocar bien, ser un acordeonero importante, de los buenos, por eso estoy en la escuela. Es muy buena porque en una semana he aprendido bastante, ahora imagínese en un mes, voy a saber más”, dice Iván con madurez y serenidad. Su gran sueño es tener su acordeón para practicar y aprender los ejercicios que le dejan de tarea. Su papá vende guineo en una carretilla por las calles del Carmen y su mamá está desempleada. Por esa razón, Iván sabe que será muy difícil tener su instrumento. “Por eso me pongo a practicar en la escuela, para aprovechar el

territorio, los instructores se trasladan a corregimientos como El Salado, El Hobo, Caracolí, y San Isidro, en donde trabajan en la formación de nuevos talentos y la conformación de grupos musicales. Para el futuro se planea la implementación de escuelas satélites con profesores permanentes en esos corregimientos. Otros alumnos vienen de municipios como San Jacinto, San Juan y Ovejas, o veredas como Arroyo Hondo. Todos entusiasmados por el deseo de aprender a cantar o a tocar instrumentos como la gaita, el acordeón, la caja, el piano, la guitarra o la tambora. “En corto tiempo la escuela se nos ha quedado pequeña. En estos momentos estamos atendiendo a 250 estudiantes fijos en esta sede, 200 que vienen de instituciones educativas de El Carmen, y 100 más en los corregimientos cercanos. Es un esfuerzo de un gran equipo de maestros y del personal administrativo que mostramos con orgullo, sabemos del talento y la riqueza musical de la gente Montemariana, y esa es nuestra verdadera inspiración”, destaca el maestro Cárdenas.

tiempo y que el profesor me ponga otros ejercicios. Lo que más quiero es ser acordeonero”, insiste con seguridad. La escuela es gratuita. Tiene diseñado un plan para que particulares y entidades apadrinen a niños como Iván, con lo que se subvenciona la compra de sus instrumentos y los gastos de transporte. “Hay gente que apoya a aquel que no tiene, nosotros mismos aquí tenemos ahijados, y a los muchachos que tienen talento los apoyamos, porque esa es nuestra alegría, verlos crecer musicalmente, como seres humanos formados en la tradición de nuestro folclor”, asegura Alfonso Cárdenas, con satisfacción. La atención de la escuela no solo se concentra en lo musical. Por estar en una zona que sufrió la violencia y el desplazamiento, los estudiantes cuentan con un sicólogo que atiende a los niños y a las familias víctimas del conflicto armado. La escuela de música Lucho Bermúdez es el mejor ejemplo de la transformación y cohesión comunitaria, en las que el talento y la creatividad y la cultura siguen transformando los territorios. . 65


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Lo que hemos aprendido A lo largo de siete años en los Montes de María hacemos un balance de los principales proyectos que el equipo de la Fundación Semana ha ejecutado en la región y todo lo que hemos aprendido de sus gentes.

LA CASA DEL PUEBLO »Estado: se ejecutó el proyecto. »Impacto: beneficia a la comunidad porque allí se pueden hacer reuniones. Se crean jornadas culturales, funciona la biblioteca pública, se imparten cursos de iniciación en TIC, se hacen actividades pedagógicas del SENA para niños. Tiene una alianza con la red de bibliotecas públicas. Fundación Alpina donó equipos y libros. Se va a lanzar Mi Llave, una serie de capacitaciones en informática en un nivel básico, para las organizaciones sociales del territorio. »Dificultades: la alcaldía de El Carmen de Bolívar tiene un convenio firmado para contratar a la bibliotecaria e invertir en el mantenimiento de la infraestructura. La contratación de la empleada se hace en mayo, por lo general. La alcaldía

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no es constante en el mantenimiento. La estructura del techo está dañada, le falta el cielo raso. Los páneles solares están deteriorados. »Tareas a futuro: no se ha hecho entrega de los proyectos a nadie, no se sabe quién tendrá la responsabilidad del mantenimiento. No se han hecho rendiciones de cuentas. Se hacían, pero se dejaron de hacer. Deben entregar los manuales de los diferentes elementos que tiene la biblioteca. El rol que debe jugar la institucionalidad. No son claras las responsabilidades que tendrán la Junta de Acción Comunal y de sus comités. »Responsables: actualmente, el mantenimiento, el pago de los servicios y el nombramiento del personal está a cargo de la alcaldía de El Carmen de Bolívar.

100 CASAS »Estado: se construyeron y entregaron a cien familias de El Salado. Impacto: 400 saladeros tienen casa propia en la actualidad. Se mejoró la calidad de vida de las familias, muchas de ellas vivían hacinadas o no tenían casas propias. Hoy cuentan con escrituras. »Dificultades: hay casas que no están habitadas, a pesar de que se entregaron. Unos dieciocho beneficiarios prefirieron arrendarlas. El servicio de agua es intermitente y hay problemas con las tuberías. Los techos de algunas casas se han rajado. Algunas viviendas tienen goteras cuando llueve. »Tareas a futuro: Reactivar el comité de vecinos para trabajar comunitariamente, mantener las zonas comunes y adecuarlas, entre ellas, el parque. Quedó pendiente dentro las obras de servicios públicos la instalación del gas natural. »Responsables: La comunidad y el comité de veeduría de Villa Beatriz.

VÍA CÁRMEN DE BOLÍVAR EL SALADO

»Estado: la empresa Argos construyó una vía de pavimento de 16 kilómetros en el 2015. Esta se empalmó con varios tramos en placa huella que ya existían. »Impacto: se mejoró la movilidad de la población de El Salado. Esto fue un factor para reactivar la economía de las familias campesinas que han retornado al territorio. »Dificultades: algunos tramos de la vía se han rajado por la inestabilidad del suelo. Argos ha dicho que hará una reparación de las partes agrietadas, pero es necesario establecer qué institución se hará cargo del mantenimiento a largo plazo. »Tareas a futuro: reparar la vía en los tramos afectados. Establecer dolientes del mantenimiento. Se necesita mejorar el estado de las vías terciarias que comunican a las veredas con la principal. »Responsables: Argos, Mesa de Infraestructura y alcaldía de El Carmen de Bolívar.

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AGUA PARA CONSUMO EN ESCUELAS DE SAN ANTONIO DE PALMITO »Estado: se entregaron cinco tan-

SISTEMA DE COSECHA DE AGUA PARA LA VEREDA VILLA AMALIA »Estado: se entregaron ocho tanques con sistema de captación y almacenamiento de 30 a 50 metros cúbicos de agua, para doce familias, en octubre del 2016. »Impacto: le permite a cincuenta habitantes de esta vereda de El Salado tener disponibilidad diaria de 40 litros de agua por persona. En caso de que hubiera una sequía, los tanques podrían abastecer del líquido por tres meses. 68 .

El hecho de tener los tanques cerca de los hogares les evita ir a varios kilómetros a recoger agua de jagüeyes u ojos de agua. Tiene un sistema de primeras aguas que evita que las aguas sucias lleguen al tanque de almacenamiento. Se dejó capacidad instalada en las regiones para el diseño y la construcción de estos sistemas. Desde que se pusieron en funcionamiento, no tienen que comprar agua a los carrotanques, ni usar la insalubre de los jagüeyes. »Tareas a futuro: la comunidad debe hacer el mantenimiento al sistema. »Responsables: la comunidad debe establecer el mantenimiento del sistema y del uso apropiado del agua.

ques con todo su sistema de captación, tratamiento, distribución y tanques elevados, a igual número de colegios en Pisiguay, Martillo, Algondocillo, Pueblo Nuevo y Pueblecito, en la zona rural de San Antonio. »Impacto: más de 1.300 alumnos de estos planteles estatales tienen agua para el consumo y la preparación de sus alimentos de forma permanente. En caso de que hubiera una sequía, los tanques podrían abastecer de agua a la población por tres meses. Desde que se pusieron en funcionamiento los planteles no tienen que comprar agua a los carrotanques, ni usar la insalubre de los jagüeyes. Aunque no se ha hecho un estudio, versiones de los profesores aseguran que gracias a una mejor calidad del agua ha mejorado la salud de los estudiantes. En algunas escuelas, los sobrantes se están distribuyendo a hogares de Bienestar Familiar o a instituciones educativas de otros niveles. Se dejó capacidad instalada en las regiones para el diseño y construcción de estos sistemas. »Dificultades: a pesar de que es notable el impacto de estos sistemas alternativos de cosecha de agua, las autoridades locales no se han apersonado para su implementación. A veces, personas sin autorización sacan agua de los tanques, que son de uso exclusivo de las escuelas. »Tareas a futuro: la comunidad debe hacer el mantenimiento al sistema. La escuela, en especial profesores y alumnos, deben responsabilizarse por la limpieza de los techos. »Responsables: la alcaldía, a través de su secretaría de educación.

HAMADORAS »Estado: inicialmente, se creó en el 2012 un proyecto productivo con artesanos a través de una asociación. Ese mismo proyecto se transformó en el 2014 en la empresa Hamaescol SAS. »Impacto: hubo cursos de capacitación en soldadura, tejido, doblado de metal y pintura para un grupo de nueve artesanos. Además se creó una empresa a través de la cual fabrican y comercializan diferentes productos, entre ellos la conocida Hamadora. Después de tener en comodato el sitio donde producían las hamadoras, estos artesanos lograron arrendar otro local

por su propia cuenta. Se conectaron y vendieron a grandes tiendas de cadenas como Tugo, Artesanías de Colombia y Éxito, además de hoteles y fincas de recreo. También hicieron giras comerciales por varias ciudades del país. Actualmente, han logrado tener canales de atención al cliente vía redes sociales. »Dificultades: al principio no hubo claridad en los costos de intermediación, lo que redujo las ganancias de la sociedad. Tampoco tenían canales de distribución y transporte. Les costó trabajo entender las lógicas de

SISTEMA DE ALCANTARILLADO »Es tado: el 90 % de las familias están conectadas al servicio, su funcionamiento es bueno. »Impacto: la mayoría de la población disfruta del servicio; sin embargo, la planta de tratamiento está dañada y arroja aguas contaminadas, generando un impacto negativo. »Dificultades: el principal problema es el mantenimiento. Por ejemplo, hay registros que están por donde pasa el arroyo.

entrega y las exigencias de las grandes tiendas. No todos los miembros originales del grupo continuan en la actualidad. »Tareas a futuro: deben mejorar las líneas directas de atención y venta a clientes. »Responsables: socios de Hamaescol

Se le entregó a la junta del Agua, pero no se ha capacitado. El mantenimiento no está contemplado para cobrar. No se conectó a toda la población. No hubo una campaña efectiva para crear conciencia en la comunidad sobre el uso del alcantarillado. »Tareas a futuro: se necesita un mantenimiento preventivo. Se necesita una capacitación a la comunidad sobre el uso del alcantarillado. Cobrar para el mantenimiento. »Responsables: la junta del agua.

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ETAPA 1 Y 2 BID - FOMIN »Estado: Es un convenio que se realizó entre 2013 y 2016, con la Fundación Crecer en Paz, Patrimonio Natural, Fundación Semana y BID-FOMIN »Impacto: La reducción de la frontera agropecuaria para proteger el bosque seco tropical. Se logró la tecnificación de la actividad agropecuaria en la que estuvieron involucradas 88 familias de ocho veredas del area rural de El Salado. El aumento en la productividad en las actividades agrícolas, logrando convenios entre agricultores y restaurantes y tiendas de cadena. Se consolidó un corredor que conecta parches de bosques de 25 kilómetros.

BID

En una finca de 29 hectáreas en la vereda El Bálsamo se acordó proteger 23 hectáreas de bosques y se adaptaron 3 hectáreas para el pastoreo de ganado, que se convirtió en modelo de alimentación para sus reses protegiendo el bosque. »Dificultades: Convencer a las familias que implementen un sistema que no conocen y que cambien sus formas tradicionales de producción agropecuaria. El verano fue más prolongado por lo que fue más demorado el establecimiento de los potreros. »Tareas a futuro: Los campesinos tienen que hacerle mantenimiento al sistema y hacer una ampliación en otras zonas. »Responsables: La familia de cada uno de los predios involucrados.

CORREDORES DE CONSERVACIÓN Y PRODUCCIÓN AGROPECUARIA »Estado: se han beneficiado 200 familias.

»Impacto: ha tenido tres fases, en la

AEIOTU »Estado: se instaló un centro de primera infancia en El Salado. Además, hay una articulación con cinco veredas en una modalidad familiar: las maestras van a las veredas y atienden a los niños de lo que se conoce como primera infancia, es decir, de cero a cinco años. »Impacto: en la actualidad, 179 niños de cero a cinco años, todos los días de la semana (en El Salado) y tres veces a la semana en las veredas, tienen alimenta-

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ción y acompañamiento pedagógico. También se le entrega a las mujeres en estado de embarazo un mercado mensual para su nutrición y la de su bebé. »Dificultades: la infraestructura es un comodato y la comunidad pretende que los centros sean propios. Si bien la comunidad considera necesario construir un centro más grande, el actual aeioTU ha sido construido de acuerdo con la normatividad y el contexto de la región.

En 2016, se presentaron demoras en el inicio del comienzo del año escolar por el cambio en el sistema de contratación estatal. »Tareas a futuro: construir el centro de primera infancia. Darle estabilidad a las maestras. Titular los lotes en los que están los centros de atención de Aeiotu. »Responsables: ICBF, alcaldía, Fundación Carulla y Mesa de Educación.

primera participaron cien familias; en la segunda estuvieron otras cien; y en la última se está trabajando con siete organizaciones. Se sembraron de manera orgánica y se conservaron corredores de árboles para evitar la deforestación de lomas y pendientes. Se mejoraron los sistemas productivos de cada familia. Se incentivó la competitividad del territorio porque se establecieron canales de distribución en frijol y miel. Se mejoró la productividad en ganado bovino, gracias a la implementación de sistemas silvopastoriles en rotación. »Dificultades: El fenómeno de El Niño provocó la muerte de cultivos durante el primer año, y obligó a que la cosecha fuera baja en el segundo año. Se sembraron algunas semillas transgénicas que no sirvieron para el ecosistema de bosque seco. »Tareas a futuro: seguir con las técnicas orgánicas. Continuar con los sistemas productivos y de transferencia de tecnología.

Mejorar la calidad del producto y los canales de comercialización, para que el producto tenga un valor agregado en el mercado. Mejorar el impacto económico y social en los productores.

»Responsables: las organizaciones Asojopros, Asjas y Hamaescol, en el Salado; Mesa de Etnoturismo y Asopraduse, en Palenque; Asocampa, Asopagro y Asopasbol, en Alta Montaña.

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LA QUIMERA Y LA CONQUISTA »Estado: son 63 familias en 300 hectáreas de tierra, que trabajan proyectos productivos como ganado y agricultura. Impacto: la Caja Agraria les construyó viviendas rurales a 55 familias. La Unidad de Víctimas les entregó una maquinaria a su asociación Asocampes. Tienen un proyecto de un reservorio que fue construido por CCI. Están sembrando patilla, ahuyama y melón. »Dificultades: el clima les ha afectado algunos cultivos como el ñame. Tienen fracturas en la organización, es necesario que exista una mejor comunicación entre ellos. No todos los beneficiarios van a trabajar la tierra. »Tareas a futuro: Les falta mejorar su organización para el recaudo de fondos, para el mantenimiento y para que se hagan cortes de cuentas en la comunidad. »Responsables: Ascompes.

ESCUELA DE MÚSICA DE EL SALADO

HOJA DE RUTA »Estado: se hicieron más de 137 talleres en comunidades, veredas, corregimientos y municipios de todas las quince poblaciones de Montes de María, en los que participaron hasta cuatro mil personas. Se hicieron tres documentos, una hoja de ruta por corregimiento y otra por municipio, y el documento final que abarca toda la región y que tiene siete ejes: infraestructura, desarrollo comunitario y económico, salud, educación, cultura y seguridad. Impacto: Se logró reactivar la dirigencia cívica y social de los Montes de María. A través de las diferentes reuniones se consiguió que la vieja y la nueva dirigencia de la región tuvieran un diálogo. La ciudadanía fue la que identificó y expuso el grueso del contenido de la Hoja de Ruta. Fue un espacio en el que los diferentes sectores de la región planearon y priorizaron los ejes del desarrollo que quieren que se implementen en los Montes de María. Se logró una investigación que ha servido de guía para la intervención de las entidades públicas y privadas en la región.

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El trabajo investigativo fue realizado por habitantes de los Montes de María, en especial participaron los jóvenes. Se hicieron varias mesas temáticas en Bogotá y en diferentes veredas para divulgar los resultados de la investigación, en la que participaron funcionarios de diferentes entidades estatales y organismos de cooperación. También se realizó un foro regional en el que se logró un diálogo entre la dirigencia de la región y directivos de entidades públicas y privadas, lo que impactó en las diferentes acciones y políticas públicas. De alguna manera, la Hoja de Ruta definió la agenda de inversión e intervención en la región. A partir de la Hoja de Ruta, la Fundación Semana, las gobernaciones de Sucre y Bolívar, Corpoica, BID, Umatas, cámaras de comercio y empresas privadas, diseñaron y empezaron a crear una Agencia de Desarrollo Territorial. »Dificultades: fue lento y costoso por las dificultades de acceso a las diferentes veredas y corregimientos, con lo que se comprobó el atraso en infraestructura. Las comunidades vieron en la realización de

la investigación la posibilidad de una intervención tanto del sector privado como del Estado. No se ha podido divulgar ni socializar la Hoja de Ruta en toda la región. El producto final no fue utilizado por algunos de los alcaldes en la elaboración de sus planes de desarrollo, porque también falló la divulgación. En otros casos, no hubo interés por parte de los funcionarios. »Tareas a futuro: que la dirigencia social y política utilice la Hoja de Ruta como herramienta de planeación y priorización de sus actividades e inversiones. Mejorar la divulgación de este proyecto, realizando cartillas para que se conozca en las alcaldías, asociaciones, gremios, sindicatos y entidades locales como Umatas, secretarías municipales, gobernaciones, alcaldías, cámaras de comercio y entidades privadas como oenegés que hacen presencia en la región. »Responsables: Las mesas temáticas de los municipios y departamentos, alcaldías, gobernaciones, organizaciones de base, y entidades públicas y privadas.

»Estado: se creó la corporación cultural de El Salado, que administra la Escuela, que presta e imparte clases de música tradicional y bandas. »Impacto: en la actualidad hay alrededor de 100 estudiantes inscritos, en su mayoría niños y jóvenes. La escuela ofrece cursos de música tradicional en gaitas, tambores y banda, que se dictan en su sede en el centro poblado, y en las veredas de El Salado. Se ha convertido en el epicentro cultural y artístico de la población, debido a que ensayan para después participar en eventos culturales tanto del corregimiento como en las poblaciones vecinas. La banda conformada por los jóvenes más experimentados ha participado en concursos y festivales en la región, como el de Tambores de Palenque. El espíritu de los jóvenes y profesores que hacen parte de la Escuela ha llamado la atención de artistas de renombre como Maia y Carlos Vives, que han hecho presentaciones y productos con los músicos saladeros. Gracias al proyecto Homenaje a José Ba-

rros se logró adquirir la sede donde funciona la Escuela. »Dificultades: el proyecto ha sido financiado por diferentes aliados privados, y hasta la fecha no se ha logrado que sea autosostenible. El crecimiento de la escuela ha significado un mayor presupuesto, y existe la pregunta sobre la voluntad y el apoyo que deben tener entidades como la alcaldía y la gobernación. Ha sido gradual la apropiación y el reconocimiento de la escuela, en especial en los primeros años de funcionamiento. »Tareas a futuro: La Corporación deberá buscar generar sus propios proyectos que logren que la escuela sea sostenible en el futuro. Convertir la escuela en un referente y un modelo a replicar en otras poblaciones de los Montes de María. Es imperioso que los estudiantes de la Escuela comiencen a proyectarse como los nuevos maestros de la Escuela y con esto se dé un relevo generacional. »Responsables: La asociación de padres, la corporación y los estudiantes y exalumnos.

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PALENQUE

PANELES SOLARES PARA LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA AGROPECUARIA BENKOS BIOJÓ »Estado: se construyeron en el 2013 y actualmente suministra energía a las salas de sistemas de la escuela. » Impacto: permite que en la jornada escolar, los estudiantes puedan tener a su disposición 120 computadores portátiles y 900 tabletas, además de la conexión a internet y aires acondicionados. Se han fortalecido los procesos de enseñanza a través de nuevas tecnologías y el acceso a la información a través de internet. »Dificultades: ha habido problemas en el mantenimiento. »Tareas a futuro: se podría replicar el proyecto en otras actividades, como las granjas escolares y espacios como parques y canchas. »Responsables: el instituto educativo, la junta de Padres de Familia, la secretaría de Educación de Mahates.

CASA CAMPESINA EN LA BONGA » Estado: se entregó en el 2015 y sigue en funcionamiento. » Impacto: sirve como centro de acopio y lugar de reposo de las 53 familias que se benefician del proyecto. Ha permitido el retorno laboral de lo desplazados en el 2002.

Permite mejorar la comercialización de los productos que se siembran en esa vereda. » Dificultades: no se ha mejorado la vía de acceso a la zona, lo que dificulta el ingreso en los meses de invierno. » Tareas a futuro: generar nuevas di-

námicas agrícolas y aprovechar de una mejor forma la infraestructura. Diseñar nuevos productos y valores agregados desde la vereda. » Responsables: la Fundación Semana y el Comité Administrativo de La Bonga.

PLANTA DE TRATAMIENTO DE AGUAS RESIDUALES Estado: se construyó en el 2014 y actualmente sigue en funcionamiento. Impacto: El 90% de las familias están conectadas. El manejo adecuado de aguas residuales y excretas ha generado un mejoramiento en la salubridad de la población. Es uno de los proyectos que mayor impacto ha generado en la población, que paga cumplidamente sus facturas. Dificultades: Es uno de los proyectos que

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ha tenido menos problemas en su operación y mantenimiento. Ampliar la cobertura al 10% restante de la población que no tiene cubrimiento. Tareas a futuro: Se debe continuar con la capacitación del personal para que siga de manera eficiente su mantenimiento y administración. Continuar con la pedagogía del pago y buen uso de la red. Responsables: Junta del Agua.

ACUEDUCTO »Estado: el acueducto fue entregado a la comunidad por el Plan Palenque 2015, desde entonces es administrado por la Junta de Palenque. En la actualidad suministra agua siete días a la semana, 18 horas diarias. »Impacto: el 95% de las familias están conectadas a la red, es decir, unas 700.

Aunque no es 100% potable, mejoró los niveles de potabilidad. »Dificultades: hay debilidades en la administración de los recursos, en especial en el pago del servicio de energía, lo que ocasionó que el acueducto estuviera tres meses sin funcionar por el incumplimiento en el pago.

»Tareas a futuro: fortalecer la junta para que pueda mejorar la administración y el mantenimiento. Es necesaria la capacitación para mejorar la organización. »Responsables: Junta del Agua, Aguas de Bolívar y la Red de Acueductos del Caribe.

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Una granja para crear

E ¡El Salado tiene cancha! El 28 de septiembre pasado, los gobernadores de Bolívar, Dumek Turbay; de Sucre, Édgar Martínez; de Atlántico, Eduardo Verano; la directora de la Fundación Semana, Claudia García; y Carlos Eduardo Correa, alto consejero para las regiones de la Presidencia de la República, realizaron

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el saque de honor con el que oficialmente se inauguró la cancha de fútbol de El Salado, que tuvo un valor de 1.200 millones de pesos y fue construida con recursos de la Presidencia-Fondo Paz. Luego del protocolo, los saladeros pudieron disfrutar del primer partido que

enfrentó a las reservas del Real Cartagena con la selección de El Salado, que quedó 2 goles a 0 a favor de los cartageneros. La cancha, de césped artificial y con alumbrado, sin duda será el epicentro de los torneos en los que se congregarán los mejores equipos de la región.

n octubre pasado, el presidente de Alpina, Ernesto Fajardo, directivos de la empresa y la directora de la Fundación Alpina, Constanza Alarcón, visitaron las instalaciones del parque agroecológico de El Salado, que fue adquirido por la comunidad con lo producido por la venta del libro de Memoria Histórica, en donde los jóvenes de El Salado ya se están capacitando en diferentes técnicas de producción agropecuaria. Con el apoyo de Alpina, que compró y donó un terreno aledaño a la granja, se construirá en el próximo año la escuela de la comunidad, en donde los jóvenes se podrán graduar de bachillerato técnico agropecuario. Para lograr armonizar la escuela con el parque agroecológico, se adecuó el programa escolar para que los estudiantes pudieran sacar el mayor provecho de este espacio. Esta experiencia, que ha dado frutos a la comunidad saladera con proyectos productivos y un sistema de riego propio, será replicada en San Basilio de Palenque y El Carmen de Bolívar.

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XXXX Un voluntario de la Fundación Chevrolet pinta la fachada de una casa en San Basilio de Palenque.

fotos: cortesía fundación chevrolet

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Voluntariado sobre ruedas Voluntarios de la fundación Chevrolet donan una semana de su tiempo al año, cuando están de vacaciones, para hacer trabajo comunitario en los Montes de María. 78 .

atalina Rocha vive en el barrio El Quintal de Bogotá, tiene 32 años y es ingeniera industrial. El pasado 13 de noviembre llegó a Palenque como voluntaria, alentada por la idea de servir y trabajar por el bien de la comunidad. Ella hace parte de un grupo de empleados de Chevrolet que desde hace diez años ofrece su tiempo de descanso para realizar actividades en barrios pobres de Bogotá, que son coordinados por la fundación de esta empresa en la capital. Pero además del trabajo de voluntariado que se realiza en Bogotá, desde hace dos años la fundación Chevrolet, en alianza con la fundación Semana, realiza una actividad en la que los mejores voluntarios donan una semana de sus vacaciones para realizar trabajo social en comunidades de la región de Montes de María. En 2015 estuvieron en el corregimiento de El Salado y en la vereda de Lázaro, de El Carmen de Bolívar. En esa ocasión, 21 voluntarios ayudaron a mejorar y a adecuar la granja comunitaria. Allí donaron 100 árboles frutales, que plantaron durante una jornada. También hicieron trabajos de refacción en el colegio: le cambiaron el cielo raso y le instalaron una nueva iluminación. De la granja pasaron a Lázaro. Allí construyeron el centro comunitario en el que hoy la comunidad se reúne a debatir sus problemas y celebrar sus triunfos. Para 2016, en San Basilio de Palenque, con el respaldo de la comunidad, organizaron la llamada ruta etnoturística, que contará con diez paradores donde los visitantes podrán recibir información sobre la historia de Palenque, su lengua y sus tradiciones festivas y musical, entre otros aspectos. Los voluntarios también repararon las fachadas de las casas ubicadas en la calle principal y en la plaza, pintaron los muros y borraron las pintas de propaganda política de años pasados, además arreglaron el parque de los niños y sembraron 70 árboles de Caracolí en las afueras del pueblo. Para Javier Uribe, director de la fundación Chevrolet Colombia, el modelo

Estos son los integrantes del equipo de voluntarios de la Fundación Chevrolet.

de voluntariado empresarial es pionero en la región: “Durante el año se realizan jornadas de fin de semana en barrios de Bogotá, cada voluntario va acumulando horas de servicio. Hace dos años, como una especie de premio, organizamos la actividad en Montes de María, luego de una alianza con la fundación Semana.

LOS VOLUNTARIOS DE LA FUNDACIÓN CHEVROLET DONAN UNA SEMANA DE SUS VACACIONES PARA TRABAJAR EN COMUNIDADES DE LA REGIÓN DE MONTES DE MARÍA. xxxxx

“Aquellos que llegaron hasta El Salado y Palenque son los mejores. La actividad muestra la calidad humana de las personas que integran el voluntariado, y es una actividad que pensamos replicar en países como Chile, Brasil, Ecuador, donde Chevrolet tiene filiales”, dice Uribe. Uribe, quien ha estado en las dos jornadas realizadas en Montes de María, sostiene que todas las personas involucradas aprenden y se benefician con la experiencia. Los voluntarios realizan una actividad que les satisface. Además descubren y conocen a fondo la cultura de la región. En Palenque recibieron talleres sobre cómo hacer cocadas, enyucados y alegrías, entre otros productos. Y otro sobre cómo se hace y se toca el tambor. “Está, además, el valor de hacer parte de una empresa que se preocupa por la gente y trabaja por ella; no solo decimos, sino que tomamos la decisión de hacer, eso también ayuda al ambiente laboral y que todos los empleados, sin importar su rango o su posición en la compañía, realizan acciones en equipo solo por la vocación de servir”, cuenta Uribe. Los días que Catalina Rocha pasó en Palenque fueron un reto. “Es realmente

duro. Cambiar las comodidades por las incomodidades lo pone a uno a pensar, pero lo asumimos como parte de nuestra experiencia de vida. Por ejemplo, ver cómo aprovechan estas comunidades el agua, cómo la cuidan, la usan, la reutilizan o conservan, es algo ejemplar, que valoro y que le llevo a mi hijo como enseñanza de este viaje”, asegura Rocha. Las experiencias que se cuentan sobre esa semana vivida en El Salado y Palenque motivan hoy a más trabajadores

Una de las tareas fue mejorar los parques de la comunidad.

hacia el servicio social y la búsqueda de nuevos espacios donde propagar su vocación de ayuda. Catalina siente que más que las anécdotas de viaje o el relato de las dificultades, hay un mensaje claro y es que otras empresas deberían emprender acciones similares para construir un mejor país. . 79


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EL SÍ DE LOS MONTES DE MARÍA

Una educación incluyente

fotos: cortesía fundación saldarriaga concha

La fundación Saldarriaga Concha asesora a varios municipios y a la gobernación de Sucre en el mejoramiento de la educación en la región, con un objetivo claro: que la inclusión de personas con discapacidad tenga un papel fundamental.

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esde el 2013, esta fundación, que asesora y desarrolla varios proyectos en los Montes de María para mejorar las condiciones de vida, las oportunidades de participación y la inclusión social de las personas con discapacidad y

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de las personas mayores, ha desarrollado varios proyectos para que estos objetivos empiecen a materializarse en sus programas educativos y emprendimientos productivos. Este año, con el apoyo de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo In-

ternacional (USAID), se creó el proyecto Inclusión para el Desarrollo Comunitario, en el que se brindó asesoría en nueve municipios de los Montes de María: Carmen y San Jacinto en Bolívar; y Palmitos, Morroa, Colosó, Chalán, Ovejas,

Tolúviejo y San Onofre, en Sucre, y en el que fueron beneficiadas 1.100 familias víctimas del conflicto y personas en condición de discapacidad. En este proyecto, la fundación logró, en alianza con Prosperidad Social, que estas familias aprendieran y reclamaran sus derechos, en especial que las familias y los niños con discapacidad pudieran acceder a las escuelas en igualdad de condiciones. La segunda etapa de esta iniciativa consistió en trabajar con los funcionarios públicos de cada municipio para que garantizaran el acceso a los derechos de las comunidades víctimas y mejoraran el acceso físico a las entidades públicas, entre otras instituciones. La fundación lanzó y puso en marcha la campaña #Enmodoinenlosmontesdemaria. También creó, junto a las comunidades, programas de radio en las que participaron activamente sus habitantes. En total se realizaron 36 programas que fueron difundidos por perifoneo y por emisoras comunitarias y del Estado. En otra iniciativa, en alianza con la gobernación de Sucre, se implementó el proyecto de educación inclusiva con el que se busca que todos los niños, sin importar su condición, tengan acceso a la educación.

También se capacitó a los rectores y funcionarios para que se adaptaran y entendieran las políticas de inclusión. Para lograrlo, se hicieron talleres en los que se asesoró a las distintas instancias

A la par, la fundación se encuentra acompañando a las entidades educativas para que puedan enseñar a otros docentes y replicar el modelo. Este debe tener en cuenta la participación de familias, estu-

LA FUNDACIÓN HA LOGRADO QUE LOS NIÑOS CON DISCAPACIDAD PUEDAN ACCEDER A LAS ESCUELAS EN IGUALDAD DE CONDICIONES. regionales del sector público de la educación, con el objetivo de que los funcionarios tengan claras las acciones que deben establecer para atender a la población con discapacidad. Para complementar este proyecto se formaron 110 docentes, a quienes se les instruyó para que su enseñanza tuviera siempre presente la diversidad de sus estudiantes. Esta estrategia se basa en el Diseño Universal para el Aprendizaje, que estimula a los docentes a enseñar usando herramientas auditivas o visuales que permitan que cada estudiante exprese lo aprendido de diferentes formas, y motiven la participación.

diantes, rectores, funcionarios y docentes, para que se pueda avanzar en políticas incluyentes. Por último, comenzaron el proyecto Team, financiado por USAID y operado por Visión Mundial, el Instituto Roosevelt y la Fundación del Centro Integral de Rehabilitación de Colombia (Cirec), para fortalecer y eliminar barreras en los servicios de rehabilitación en el corto y mediano de plazo para personas con discapacidad, y para incrementar las oportunidades económicas de estas personas. Esta iniciativa consiste en apoyar emprendimientos y dar herramientas a personas con discapacidad. . 81


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EL SÍ DE LOS MONTES DE MARÍA

NUESTROS ALIADOS

Carlos Vives apoyó a los niños tamboreros y gaiteros con el fin de producir junto a La Provincia el concierto que se llevó a cabo en la inauguración de la Casa del Pueblo de El Salado.

Acompaña el Plan de Reparación Colectiva de El Salado.

Además de liderar el proyecto más ambicioso en lo productivo - recuperar la siembra de tabaco en la zona - financió la reconstrucción de la casa de la cultura y hoy apoya los procesos de liderazgo y género en las veredas de El Salado

Además de donar materiales para los distintos proyectos, es uno de los aliados líderes en infraestructura. Financió el piloto de abastecimiento de agua en escuelas rurales en San Antonio de Palmito.

Es aliado clave de la agencia de desarrollo regional de Montes de María. Aporta su conocimiento para la capacitación de los agricultores de la región y le ha cedido a Fundación Semana el uso de dos instalaciones en su sede del Carmen de Bolívar.

Es un actor clave en la región de Montes de María. Apoya a los pequeños productores y hace parte del proyecto de agencia de desarrollo regional de los Montes de María.

Apoyó la campaña de aretes y compra los productos orgánicos cosechados en El Salado.

Es uno de los líderes de estrategias para la primera infancia.

Apoya el círculo del agua.

Apoya los emprendimientos de El Salado y Palenque, ha sido el aliado principal de las campañas de comunicacion de la alianza y apoyó el lanzamiento de la Casa de la Cultura y el fortalecimiento a tenderos.

Apoya el diseño de las fichas para el levantamiento de la línea de base de las comunidades.

Ha sido la entidad lider del Estado para consolidar esta alianza. Además, aportó la financiación de la construcción del alcantarillado y los proyectos productivos de la Casa de la Cultura. También financió los estudios para las soluciones de agua en las veredas.

La Escuela de Administración y Negocios apoya el diseño e implementación del plan de sostenibilidad de la Escuela de Música Lucho Bermúdez del Carmen de Bolívar.

Gran patrocinador de varias causas durante el procesos y cofinancidor del documental: “La Masacre de El Salado: Los años que siguieron”

Apoya el proyecto cubriendo sucesos importantes en la región.

Apoya la unidad de agua. Es el financiador de la ampliación y mejoramiento del sistema de acueducto en El Salado.

Es un aliado clave de Fundación Semana. Apoya todas las iniciativas relativas al desarrollo integral en la región, incluyendo educación, infraestructura y Agua

Es el corazón de la primera infancia en El Salado y las veredas, a través de su centro de desarrollo infantil.

Donó el diseño de las viviendas nuevas y de la plaza principal para San Basilio de Palenque y trabajará en el diseño de las que se construirán en El Salado. Trabajó durante 2016 en el diseño de las adecuaciones del auditorio y el centro vive digital para la sede de la agencia de desarrollo regional.

Es un aliado clave del desarrollo de la región y pieza principal para el funcionamiento de la Escuela de Música Lucho Bermudez.

Apoya el círculo del agua.

Es una de las entidades fundadoras del círculo del agua.

Fortalece las iniciativas de cooperación internacional.

Ha apoyado a la Asociación de Jóvenes productores de El Salado a través de varios proyectos. Es parte de procesos trascendentales para la comunidad como la pavimentación de la vía de acceso, la reconstucción de la casa de la cultura en El Salado Además, apoya los esfuerzos de la Unidad de Agua y la Agencia de Desarrollo Regional.

Acompaña de forma permanente a la comunidad y apoya a la alianza con logística y transporte de materiales.

Promueve el continuo acercamiento con la comunidad de El Salado y de San Basilio de Palenque y apoya el transporte de productos. Apoya también la Unidad de Agua y su objeto de buscar soluciones innovadoras para el acceso al agua.

A través de su Fundación acompañó a un grupo de deportistas de El Salado y apoya logísticamente los eventos.

Es un apoyo a largo plazo en la atención integral para la población de las veredas en temas de agua, desarrollo económico y primera infancia.

Cree en la apuesta de la Fundación Semana para la reconciliación y apoya una estrategia de desarrollo integral para 1.000 familias campesinas de El Salado, Palenque y alta montaña. Su principal objetivo es crear un modelo de Desarrollo Económico Local en regiones de post-conflicto.

Cree en el desarrollo empresarial de la región. Apoyará el proyecto de agencia de desarrollo regional.


FUNDACIÓN SEMANA

EL SÍ DE LOS MONTES DE MARÍA

Unidad administrativa de ConsolidaCión territorial

Apoya la creación de un plan de manejo ambiental de los proyectos productivos. Además está en alianza con el BID en temas de producción y conservación.

Alpina ha sido un aliado clave en la reconstrucción de El Salado, la implementación de granjas demostrativas y ahora apoya también la Unidad de Agua, encargada de buscar soluciones de abastecimiento y riego para familias de la zona rural de Montes de María.

Fundación Carvajal ha sido la gran cabeza detrás de varios de los proyectos que lidera la Fundación Semana, entre ellos, fue la entidad encargada de construir las 100 viviendas de El salado.

Asesora la creación y promoción de marca para productos de la región de Montes de María.

Es un aliado clave de Fundación Semana. Promueve, a través de su programa de voluntarios, el desarrollo integral de la región.

Apoya el fortalecimiento a madres y hogares comunitarios y el desarrollo de sistemas innovadores de agua.

Ha sido un gran aliado que se comprometió con el desarrollo de la Casa de la Cultura.

Financió la instalación de un sistema de energía solar para la escuela de San Basilio de Palenque.

Ha sido un gran aliado en el área de infraestructura y ha aportado programas de pintura para obras viviendas en El Salado y Palenque.

Apoya el desarrollo de la educación en San Basilio de Palenque a través del programa de fortalecimiento de la institución educativa y etnoeducación.

Es el gran aliado del grupo de adulto mayor de El Salado, financió la adecuación y funcionamiento de la Casa del Adulto Mayor.

Ha apoyado desde el comienzo a la alianza que lidera la Fundación Semana, dedicando especial atención a la población de adultos. mayores y discapacitados. Apadrina la mesa de salud de los Montes de María.

Han entregado créditos para el desarrollo rural de los campesinos y está estudiando la posibilidad de condonar los intereses generados a las deudas a raíz del desplazamiento.

Financió el levantamiento de línea de base en El Salado y sus veredas y en la alta montaña. Apoya a la Fundación Semana desde su entrada a El Salado y a la comunidad a través de la coordinación de estrategias del Estado.

Apoya la comercialización de los productos de las microempresas de El Salado y San Basilio de Palenque. Promovió el viaje de dos artesanos de la región a Europa para promover sus productos.

Apoya a la escuela del fútbol de El Salado, ha promovido dos viajes de las niñas de la escuela de fútbol a Alemania.

Es un aliado clave del área de salud y apoya el círculo del agua.

Líder en las iniciativas de Seguridad Alimentaria de El Salado y sus veredas. Financió la construcción de un sistema de extracción de agua con energía solar para el patio productivo comunitario de la vereda Santa Clara. Apoyó al grupo de soldadores de El Salado.

Es aliado clave de la Escuela de Música Lucho Bermúdez

Han sido los autores de las campañas publicitarias y de imagen de Fundación Semana.

Ayudó a solucionar los problemas eléctricos de pueblo y expuso una muestra del Museo del Caribe en El Salado.

Apoya todas las iniciativas en salud.

Apoya el área de gestión de conocimiento a través de la búsqueda de indicadores de paz en las comunidades y su uso para la evaluación en esfuerzos de paz.

Apoya los procesos de desarrollo de Montes de María. Apoyará la implementación de una solución de agua para Chengue.

Apoya el círculo del agua.

Coordina la alianza para la reconstrucción de El Salado y promueve el desarrollo económico local en la región de los Montes de María.

Ejecutó varios proyectos de reactivación económica, de seguridad alimentaria y de grupos de ahorro.

Asesora emprendimientos en los Montes de María en modelos de negocios y estrategias de comercialización.

Apoya a través de la oferta institucional los proyectos de la región. Le ha apostado a la creación de una agencia de desarrollo regional en Montes de María.

Apoya el proyecto Hoja de Ruta. Promueve la venta de hamadoras con sus aliados


FUNDACIÓN SEMANA

EL SÍ DE LOS MONTES DE MARÍA

Es un gran aliado en la estrategia de agua y energía solar. Donó el mantenimiento de los paneles solares para la Casa de la Cultura. Es miembro activo del Comité de Agua.

Fue aliado clave del proyecto Hoja de Ruta de los Montes de María. Dio en comodato dos instalaciones para la agencia de desarrollo regional en la sede de El Carmen de Bolívar.

Lideró el proyecto Familias con Bienestar y cofinancia junto con AEIOTU la operación del programa de primera infancia en El Salado y las veredas del corregimiento.

Es un actor clave en la región de Montes de María. Apoyará la gestión de conocimiento en el marco de la agencia de desarrollo regional.

Hace presencia en El Salado con una estación de Policía.

Apoya a los productores de Mango de la región. Es uno de los aliados claves del círculo del agua.

Miembro clave de la Mesa de Agua, ha aportado información clave para el desarrollo es estos proyectos.

Realizó el diagnóstico y diseño para el mejoramiento de la carretera de El Salado. Estudió los 12 ramales críticos de vías en la región de Montes de María y realizó diseños y presupuestos para su arreglo.

Con Julio Sánchez a la cabeza, la W ha sido el gran promotor de las campañas por los Montes de María.

Ayuda gestionando la articulación del sector público, y donó los recursos para la adecuación de la cancha de fútbol de El Salado, única en la zona.

Apoya todas las actividades de Fundación Semana donando su asesoría legal, incluyendo los esfuerzos para el acceso al agua.

Líderes en las iniciativas de Seguridad Alimentaria en El Salado y sus veredas. Financiaron la construcción del rancho - comedor en la Casa del Adulto Mayor de El Salado.

Principal creador del proyecto y promotor del mismo a través de sus distintas publicaciones. Financia el equipo de trabajo de Fundación Semana.

Incluyó a la biblioteca de El Salado en su red y la dotó de libros. Apoya el fortalecimiento de la Biblioteca de San Basilio de Palenque.

Apoya el círculo del agua.

Está presente en la región con cursos de artesanías, lácteos y mecánica, etc, incluyendo la implementación de la técnica agropecuaria en el colegio de El Salado.

Donó los diseños de la casa de la cultura de El Salado, las hamadoras y los comunitarios.

Presta asistencia técnica a proyectos agrícolas y ha donado insumos para algunos proyectos en El Salado.

Conectó a El Salado con el mundo a través de la instalación de una antena que permite que hoy tenga teléfono fijo, celular y conexión a internet por banda ancha. Es un aliado clave de los Montes de María y apoya los esfuerzos de la unidad de agua para el diseño y la implementación de soluciones innovadoras para abastecimiento y riego.

Apoya el área de Desarrollo Comunitario de El Salado.

Diseñó la manilla simbólica que muchos colombianos llevan en la muñeca para recordar lo que sucedió en El Salado.

Apoya el desarrollo de los campesinos de los Montes de María.

Apoya las iniciativas culturales de El Salado y de Palenque, ayudó en la creación del plan de sostenibilidad para la Casa de la Cultura de ambos lugares y en la creación de la Escuela de Música Lucho Bermúdez en El Carmen de Bolívar.

Financió la construcción para la Casa de la Memoria y, en la actualidad, supervisa y lidera el cubrimiento en el tema de salud para la comunidad.

Apoya la salud del territorio de Montes de María, y está buscando la implementación de un piloto de salud desde lo rural.

A través del programa de vías terciarias, aportó recursos para el mejoramiento de la vía Carmen de Bolívar - El Salado.

Apoya el retorno de la población desplazada, con la financiación de 100 viviendas nuevas para los saladeros y financiará las soluciones de agua para las veredas.

Creadores y líderes de la convocatoria ante el Incoder además de hacer contrapartidas a proyectos financiados por el sector privado.

Instaló un kiosco Vive Digital en El Salado y apoyará la instalación del primer centro vive digital para población campesina en la sede de Corpoica del Carmen de Bolívar.

Cofinanció el lanzamiento de la Casa de la Cultura y financió el lote donde se construyó la cancha de fútbol. Aportó la construcción de un salón múltiple para la escuela de fútbol de El Salado y la construcción de una escuela para la veredea La Emperatriz.

Apoyó la creación de un centro Mi Llave en El Salado que está beneficiando a la comunidad y permitió el acceso a las TIC, disminuyendo así la brecha y brindando formación para el trabajo.

Donó los diseños del alcantarillado y aportó materiales para el mejoramiento del acueducto de los hogares comunitarios y de la Casa de la Cultura.

Apoya el círculo del agua.

Apoya a la JAC y a la Casa de la Cultura de El Salado a través de su maestria de Gerencia y Práctica del Desarrollo. Apoya el área de gestión de conocimiento.

Ha apoyado a la alianza siendo un aliado estratégico para el proyecto de desarrollo económico local en regiones de post conflicto. Fue la entidad líder del proyecto hoja de ruta de Montes de María, apoya a la unidad de agua y los procesos transversales al desarrollo de toda la región de montes de maría.

Apoya los procesos de reparación de la región.

Fortaleció al grupo de soldadores de El Salado con asesoría empresarial, compra de maquinaria e insumos para la fabricación de hamadoras.


Foto: Álvaro Sierra

MONTES DE MARÍA


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