Tiempo de sequía

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Bolet铆n #5 Diciembre / 2014

el salado


Junta Directiva Fundación Semana

María López Alejandro Santos

Elena Mesa

Alfonso Gómez

Roberto Pizarro

Felipe Vegalara

Rosario Córdoba

Soraya Montoya

Mario Pacheco

Equipo Fundación Semana Bogotá

Claudia García - Directora Ejecutiva Alejandro Bernal - Gerente Administrativo y Financiero Indira Mercado - Asistente Administrativa y Financiera Diana Páez - Asistente Administrativa y Financiera María Alejandra Cabal - Gerente de Proyectos María Luisa Montalvo - Área de Proyectos Luisa Fernanda Trujillo - Área de Proyectos Paola Rodríguez - Área de Proyectos Joaquín Salgado - Área de Proyectos Margarita Rosa Agudelo - Asistente Fundación Semana Rosario Arias - Coordinadora de Comunicaciones y Cultura Juan Alfonso Aguilera - Diseñador, Área de Comunicaciones Iliana Gutiérrez - Área de Comunicaciones Daniel Montoya - Área de Comunicaciones Reynaldo Urueta - Área de Comunicaciones Maribel Román - Apoyo oficina Equipo Fundación Semana El Salado

Humberto Vanegas - Director Técnico Carmen García - Coordinadora de Desarrollo Comunitario Martha Liliana Morales - Área de Desarrollo Comunitario Carmiña Pérez - Área de Desarrollo Comunitario Arley Ramos - Área de Desarrollo Comunitario Neida Narváez - Área de Desarrollo Comunitario Diego Suárez - Coordinador de Desarrollo Económico José Ricardo Ramírez - Área de Desarrollo Económico Yamileth Montilla - Área de Desarrollo Económico Santiago Pradilla - Área de Desarrollo Económico Rubiela Rubiano - Área de Educación Nancy Montes - Área de Educación Luis Torres - Área Retorno Jaqueline Cohen - Área de Cultura Leiner Ramos - Área de Cultura Gerardo Cepeda - Área de Cultura José Miguel Montero - Área Administrativa César Machado - Área Administrativa Rubén Ayola - Área Administrativa Mayolis Mena - Servicios Generales

Fundación Semana

Cra. 11A No. 93-67, oficina 201, Bogotá Teléfono 6468400. Extensión 7501 Coordinación Editorial

César Molinares Dueñas Información y Textos

María López César Molinares Dueñas Marta Ruiz Rosario Arias Iliana Gutiérrez Santiago Pradilla Fotos

Carlos Julio Martínez César Molinares Reynaldo Urueta Archivo Semana Santiago Pradilla Juan Alfonso Aguilera Rosario Arias Iliana Gutiérrez Helena Ortiz Álvaro Cardona Diseño

Juan Alfonso Aguilera Corrección de Estilo

Luis Silva


tiempo de sequĂ­a


TIEMPO DE SEQUÍA

la voz del

país invisible

Lo hecho en El Salado es el mejor ejemplo de que sí se pueden cerrar las heridas que ha dejado el conflicto armado en Colombia. Por María López

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stamos acostumbrados a ver noticias aterradoras en los medios de comunicación. Muertes, bombas, secuestros… hemos desarrollado como sociedad una anestesia colectiva. En Colombia hay dos realidades: la de las ciudades y la prosperidad en donde la guerra no se siente y la rural que está desconectada, tiene muchas necesidades básicas insatisfechas, no tiene presencia estatal y que pareciera estar detenida en el tiempo. Esta es la situación que la Fundación Semana quiere cambiar: unir estas dos realidades para reconstituirnos en un solo país. -4-

Así se comienza a construir una esperanza de futuro. No solo de suplir necesidades, sino de entender tristezas porque comprender las carencias y el dolor en las miradas de los jóvenes que presenciaron la masacre cuando eran niños, la de los hombres que vieron morir a sus esposas, madres y hermanas y la de las mujeres que pasaron horas encerradas sin poder enterrar a sus muertos era muy importante. Durante los diez años que habían pasado desde la masacre este entendimiento fue el punto de partida para la reconstrucción de un pueblo que no solo está hecho de ladri-


EL SALADO

llos y cemento. También es un corregimiento con alma. Por eso lo primero que debía atender la Fundación era la sanación de cada uno de sus habitantes. Así, la construcción de la metodología consistió en una inmersión profunda en la vida cotidiana para entender los sueños y las frustraciones, la idiosincrasia de una población que en medio de la tenacidad y resiliencia moría de hambre, abandonada en medio de una tierra fértil y productiva. Hoy han pasado cinco años desde que la Fundación llegó a El Salado y las ganancias son tantas como los retos, siendo uno de los mayores acortar esa brecha entre el campo y la ciudad y entender que frente a una expectativa de paz hay procesos clave como el de garantizarle al campesinado el acceso y tenencia de la tierra. No por nada la primera región que visitó el alto comisionado para la paz, Sergio Jaramillo, para explicar a sus pobladores su rol en el posconflicto fue los Montes de María. Hasta ahora, cada punto que ha sido aprobado en La Habana tocaría, de una u otra manera, este lugar: el primer punto, que trata sobre el desarrollo rural integral, contempla la creación de reservas campesinas tal como se ha propuesto en El Salado; el segundo punto, el de la participación política, considera que las regiones más afectadas por el conflicto tengan lugares en el congreso y finalmente el tercer punto, el relativo a drogas, toca a los Montes de María donde todavía hay una gran presencia de narcotráfico y microtráfico. Este trabajo de visibilización y reconocimiento es

importante porque si hay algo cierto es que lograr la reconstrucción de un pueblo tan golpeado por el conflicto armado como este, es lo que nos va a permitir obtener la llave para abrir la puerta de entrada al corazón del país que soñamos. Con esto en mente el proyecto más grande que ejecutó la fundación en 2014 fue la creación de una Hoja de Ruta que fuera una radiografía social de los montes de María. Para construir esta Hoja se recogió información de 16 municipios, 137 corregimientos se entrevistaron a más de 4000 líderes en la región. Además, en el proyecto participaron diversas organizaciones, 16 investigadores y seis expertos que coordinaron 90 talleres. De este trabajo surgió una base de datos con información sobre nueve ejes temáticos que son los que más afectan el desarrollo humano de la región: agua, tierras, salud, educación, desarrollo agropecuario y productivo, seguridad, cultura, medio ambiente y comunicación. En este momento estas son las necesidades que deben ser prioridad y que se pueden gestionar desde las mismas comunidades. Si algo nos han mostrado estos años en El Salado y sus veredas es que la fuerza comunitaria debe ser el centro de cualquier proyecto de reconciliación. Con esta Hoja de Ruta proponemos pensar en la región como un todo en donde las necesidades se aborden de manera colectiva sumando los pueblos, las veredas, la empresa privada y las organizaciones de base. El sueño de la Fundación Semana es demostrarles a los campesinos de la región y a Colombia entera que el trabajo mancomunado es la formula para lograr grandes transformaciones.

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la sequía puso a prueba el temple de el salado El intenso verano arreció, pero dejó una gran lección: hay que garantizarles el suministro de agua a las veredas y reforestar.

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n soleado día de octubre, a media mañana, a Yamil Orrellano, un campesino de El Bálsamo, no le quedó otra que regar con sus propias manos la media hectárea de tabaco que aún tenía en pie. A pocos kilómetros, en El Espiritano, Donaldo Torres recordaba que hace pocos años, justo los primeros días de mayo, para aprovechar las lluvias, todas las fincas de El Salado tenían lista la tierra para sembrar tabaco, yuca, maíz y ñame, porque si no lo hacían, seis meses después no podían recoger la cosecha. “Pero -6-

hoy ha sido poco lo que se ha salvado”, se lamenta Donaldo a la sombra de un caney del que no cuelga ni una sola hoja de tabaco. “El verano dañó hasta el campo de fútbol”, contó Yamil, quien ha pensado emigrar por temor a quedarse sin con qué alimentar a su familia. Este año ha sido crítico para los campesinos de El Salado, ya que el impacto de la sequía provocó pérdidas en casi el 70 por ciento de las veredas. La crisis, sin embargo, ha dejado grandes lecciones para la región, la institucionalidad y los que participan


EL SALADO

en la recuperación de los Montes de María. La más importante es que la falta de lluvia ha hecho que todos los esfuerzos se enfoquen en buscar soluciones a largo plazo que garanticen el suministro de agua, especialmente para la zona rural. El centro poblado del El Salado cuenta con un acueducto que les suministra agua a 207 familias, mientras que en las veredas la mayoría de los campesinos dependen exclusivamente de la lluvia, no solo para las cosechas sino también para el consumo humano. Por eso es que no son pocos los campesinos como Yamil los que hablan de llevar a sus mujeres y niños al El Carmen de Bolívar o el centro poblado, lejos de las fincas. En las veredas solo hay un pozo artesanal. En Santa Clara, por ejemplo, hace poco se abrió uno con el apoyo de Fundación Sura y Protección. Comúnmente, la temporada de lluvias o “invierno” comienza en abril y es ahí cuando los labradores aprovechan para adecuar las tierras y sembrar las semillas. Pero este año las lluvias nunca aparecieron. De hecho, unas cuantas precipitaciones cayeron a finales de septiembre y comienzos de octubre, pero ya era tarde para salvar las cosechas. Lo anterior provocó grandes pérdidas en la economía, ya que los agricultores no solo siembran para comercializar sus productos sino también para mantener a sus familias durante el año. La sequía, por ejemplo, hizo que la yuca se secara a tal punto que “parecía un icopor, cuando la echábamos al agua flotaba”, cuenta Wilfrido Miranda de El Bálsamo. Los campesinos que participaron en el proyecto del BID-Fomin, cuyo objetivo es recuperar la economía local, tampoco pudieron salvar sus cosechas a pesar de que habían adecuado 107 hectáreas entre 2013 y 2014. Lo mismo le sucedió a la Asociación de Jóvenes Productores de El Salado, cuyos miem-

bros habilitaron nueve hectáreas con ñame, plátano y frutales. “Solo nos quedó el cultivo de mango”, dice Gilberto Cohen. Precisamente por causa de las sequías los jagüeyes no se llenaron, algo esencial para proveer de agua a los animales y para el “trasteo”, o sea la que utilizan los campesinos para las labores domésticas. Tras esta situación, en Villa Amalia, La Emperatriz y Santa Clara se llegó al extremo de que muchas familias terminaron consumiendo el líquido de las represas comunitarias.

que no falte el agua

Como es natural, el intenso verano prendió las alarmas sobre cómo paliar el problema del agua que consumen los saladeros. La primera solución llegó de la mano de Ayuda en Acción y la Fundación Semana que adecuaron y le hicieron mantenimiento a cinco jagüeyes. El trabajo consistió en retirar los sedimentos, mejorar las paredes para resanar las fisuras y en algunos casos agrandarlos y cercarlos para que los animales no pasaran y contaminaran el agua. También se distribuyeron 25 tanques de dos mil litros cada uno donde la comunidad pudiera almacenar agua y la Policía contribuyó con un carrotanque para el llenado de las canecas dispuestas para tal fin. Cuando las lluvias, finalmente, hicieron su aparición en la segunda mitad de año, de inmediato la comunidad tomó medidas para evitar que la sequía la golpeara de nuevo: se aprovecharon todas las formas posibles para recolectar agua, como tener colectores y tanques en las escuelas y se continuó con el mantenimiento de los jagüeyes. Igualmente, con el apoyo de Ayuda en Acción, se dio comienzo a 28 estudios geoeléctricos en las seis veredas para ubicar posibles ojos de agua, pues buena parte de las aguas de pozos profundos que se encuentran en El Salado provienen del acuífero de Morroa, una fuente que abastece a varios municipios de Sucre y Córdoba, y que según análisis se podría convertir en surtidor para las veredas del corregimiento. Por tanto, este proyecto supone un nuevo reto, ya que si llegaran a encontrar fuentes de agua subterránea, habría que hallar la manera de bombearla a la superficie y no todas las veredas cuentan con energía eléctrica. Santa Clara ya superó esta problemática. Allí se perforó un pozo artesanal y con la ayuda de paneles de energía solar se logró -7-


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extraer agua subterránea apta para el consumo humano. Otra problemática que se comenta diariamente es que los campesinos ya empiezan a ver las consecuencias de la tala de árboles en las riberas de los pocos arroyos que aún existen en la región, como La Puente, en donde tradicionalmente se formaban tinas de agua, que hoy cada vez están más secas y con riesgo de desaparecer.

llamado a la lluvia

Pero si el agua para el consumo es la gran tarea por solucionar, también lo es para el riego. Como El Salado no posee fuentes en la superficie como ríos o lagos, tendrá que depender del ciclo de lluvias hasta que se encuentre una salida viable y sostenible para construir un sistema de riego. La solución inmediata para paliar los efectos del cambio climático se debe centrar en la reforestación, no solamente para conservar el agua sino también para que vuelva el ciclo de lluvias, así los bosques les darán sombra a los cultivos y humedad a la tierra. Por tanto, en algunas veredas se pusieron en marcha comités de defensa del líquido en los que han surgido propuestas como la de Edwin Navarro, quien tiene un proyecto para que las fincas de su vereda sean divididas en potreros, cultivos

los pozos abandonados

Hace más de una década, las autoridades de El Carmen de Bolívar iniciaron un proyecto en el que se suministraría agua desde El Salado a cambio de la construcción de la carretera principal. Se trataba de un acueducto de 17 kilómetros que bombearía el líquido desde tres pozos profundos que se

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transitorios y bosques. “Así garantizamos que los árboles llamen la lluvia”, dice. Por otra parte, en octubre se conocieron los avances de la consultoría contratada por el Departamento para la Prosperidad Social con la empresa PSA –a través de Fonade– para los estudios y diseños de la construcción del sistema de abastecimiento de agua y manejo de aguas residuales en las seis veredas que realizará el ministerio de Vivienda. Por ahora, el proceso, que comenzó en febrero de 2012, solo arroja que dos de los tres pozos profundos que se encuentran en el centro poblado tienen agua potable y que el flujo podría suministrar el líquido a las veredas. Es así que la consultora PSA se comprometió a entregar en cinco meses los diseños para la construcción del acueducto veredal al comité de aguas coordinado por la Fundación Semana y que está integrado por Aguas de Cartagena, Hybrytec, Colpozos, Pavco, la Gobernación de Bolívar, el ministerio de Vivienda y el DPS. Estas entidades tendrán que decidir cuál es la mejor solución para abastecer de agua a todos los habitantes de El Salado, que a su vez tendrán otra tarea pendiente para el 2015: organizarse para la operación y el mantenimiento de su acueducto.

encuentran en el centro poblado. Sin embargo, este quedó a mitad de camino por la arremetida paramilitar en el 2000. Los pozos, la infraestructura y parte de la tubería ya instalada tuvieron que ser abandonados y, por supuesto, con el tiempo desvalijados. Estos pozos, que son la primera opción para llevar el servicio a las veredas, los diseñó un ingeniero ruso, pero hasta el momento no se ha podido bombear ni una sola gota de agua para El Carmen ni para El Salado, pues uno de los principales problemas es que se desconoce quiénes son los propietarios de la tierra donde fueron construidos y quién el dueño de la maquinaria. En El Carmen aseguran que el alcalde de la época, Ramón Torres, se llevó todos los papeles del proyecto cuando terminó su período. En últimas, este municipio, después de varios intentos por llevar agua a su población de 60 mil habitantes, construyó otro acueducto aprovechando el acuífero de Morroa, desde Ovejitas, a 26 kilómetros de distancia, con el que abastece al 60 por ciento de la comunidad, pero solo seis horas al día. El Salado aún tiene la tarea pendiente.


EL SALADO

el poder integrador

de las veredas

Las seis veredas de El Salado viven un proceso de transformación en el que ha sido clave la integración comunitaria.

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l Salado tiene hoy seis veredas en las que el poder de la integración ha sido fundamental para que muchas familias regresen y empiecen a reconstruir sus proyectos de vida. Pero no es fácil, ya que después de años de violencia y estigmatización, muchos saladeros temían formar parte de las juntas de acción comunal o de las asociaciones de campesinos. Algo que actualmente es un asunto del pasado. Daniel Flórez y Jorge Narváez de la vereda Santa Clara recuerdan que eso fue lo que ocurrió en 2011, cuando un grupo de jóvenes quiso resucitar la junta de acción comunal para organizar un campeonato de fútbol. “Los vecinos no querían”, cuenta Daniel, pero su persistencia hizo que lo lograran a pesar de las prevenciones. “Los jóvenes fueron de casa en casa pidiendo el apoyo y lo logramos”, añade Jorge. Más allá de sobreponerse al temor, las 114 familias que hoy viven en Santa Clara, El Espiritano, La Emperatriz, Villa Amalia, El Bálsamo y El Danubio, dicen con orgullo que a pesar de que persistan las dificultades, la comunidad unida ha logrado, por ejemplo, que lleguen las ayudas para su proceso de retorno y

que se reconstruya el tejido social. Tanto que hoy varios líderes de las veredas conforman un comité de impulso. La tierra, los servicios públicos, el agua, una mejor vivienda, la reparación, la reivindicación de sus derechos y en general la recuperación de su territorio e identidad, son algunos de los temas que actualmente hacen de estas veredas una región emergente. Fundación Semana las recorrió para saber cómo los campesinos han logrado empoderarse y hacer suyo el proceso de recuperación de los Montes de María.

villa amalia lucha por la tierra

Carmen Edith Torres es vocal de la Asociación de Campesinos Agropecuarios de Villa Amalia, Asocava, que reúne a 42 familias que viven a solo cuatro kilómetros del centro poblado de El Salado. Ella es quien lleva la palabra en su casa. “Aprendió, es la patrona”, dice Felipe, su pareja, quien no duda en reconocer su liderazgo. Una de las cosas que más recuerda Carmen sobre el retorno al corregimiento es que “no existían asociaciones de campesinos porque de inmediato aparecían las amenazas”. Sin -9-


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embargo, poco a poco se fueron organizando. “Nos dimos cuenta de que uno solo no puede”, explica Carmen, hija de Eligio Torres, uno de los líderes históricos de El Salado. Así, tras volver y vencer los miedos, esta comunidad se unió en torno de la tierra, la reparación y los proyectos productivos. En Villa Amalia, sostiene Carmen, no se han quedado con los brazos cruzados esperando a que lleguen las ayudas. Hace poco hicieron una colecta para construir el rancho que hoy sirve de plantel educativo y para las reuniones de Asocava. “Fundación Semana nos ayudó con el cemento para el piso y la comunidad compró la piedra, la arena y el techo. Nosotros mismos nos encargamos de construirlo”, explica. También lograron atención para los niños a través del programa aeiotü con el apoyo de Ayuda en Acción, abrieron caminos y se pusieron de acuerdo para delimitar sus linderos, así cada familia sabe dónde está ubicada su parcela. Por eso es que para estos campesinos resulta vital que el ministerio de Agricultura traspase al Incoder la propiedad de 180 hectáreas donde siempre han tenido sus casas, para luego sí proceder a la titulación, ya que sin los títulos no pueden acceder a los programas del Estado. Mientras esto ocurre lograron que el Incoder, con el apoyo de la Fundación Semana, financie un proyecto en el que 12 familias campesinas y 14 desplazados recibirán un subsidio para desarrollo productivo, conocido como IPDR. En El Salado serán 100 familias favorecidas. Carmen sabe que su comunidad necesita solucionar los problemas que tiene de agua y energía, así como construir una escuela para que los niños no tengan que desplazarse hasta El Salado o El Carmen de Bolívar para poder estudiar. Sin embargo, dice que los anima que están más cada vez más integrados y que se comportan como una verdadera familia.

el voltaje de santa clara

La idea de organizar un campeonato de fútbol le devolvió a Santa Clara el impulso para revivir su junta de acción comunal. Al comienzo hubo temor, ya que durante la época de violencia cualquier forma de asociación fue proscrita, sin embargo, el empeño de los jóvenes rompió con los estigmas del pasado. “Al principio participaron 15 familias de las 35 que hay en la vereda,

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pero poco a poco se fueron sumando y aportando ideas”, cuenta Daniel Flórez, un joven desplazado que hoy es miembro de la Asociación de Campesinos de Santa Clara, Asocas, y de la Junta de Acción Comunal. Al ver que los jóvenes se estaban organizando, los viejos les empezaron a dar consejos, especialmente Reinaldo Restrepo, quien había participado en la antigua junta. Daniel cuenta que una de las primeras iniciativas fue la construcción de la escuela con la ayuda de Colombia Responde, ya que a los niños les tocaba desplazarse hasta El Salado o Canutalito. Otro de los proyectos que gestionaron se llama Alimentándonos para una vida mejor financiado por Fundación Sura y Protección, que incluyó la perforación de un pozo de agua dulce con bombeo solar para la comunidad. Y también hicieron una huerta comunitaria que ha sido vital en esta época de sequía en la que la mayoría perdieron sus cosechas. Ahora, el proyecto más importante que tienen entre manos es llevar energía eléctrica a todas las familias que viven en la vereda. Para lograrlo han empezado a ahorrar y esperan poder cofinanciar la compra de hasta 30 paneles solares. También siguen en su lucha por la restitución de tierras y porque el colegio sea una realidad.


EL SALADO

Carlos Bohórquez, presidente de la Junta de Acción Comunal, explica que están empeñados en solucionar el tema de la energía eléctrica para alentar a otros a que vuelvan y para que los que ya retornaron tengan la oportunidad de vivir con luz, agua, tierra y vivienda. “Si uno tuviera todo eso, viviría feliz”, agrega y destaca que su comunidad reconoce las bondades de asociarse, ya que se conocen más y tienen una relación especial.

un bálsamo para la dignidad

La vereda El Bálsamo es una de las más fortalecidas del El Salado. Pero el camino que han tenido que recorrer sus 43 familias no ha sido fácil. A este sector del corregimiento regresaron en 2004 los hombres de unas 30 familias y en 2005 crearon la Asociación de Productores Agropecuarios de El Bálsamo, entre otras cosas para que el Ejército, que hacía retenes, los reconociera y les dejara entrar las remesas que les enviaban sus familias. Pero también para que los actores armados les respetaran la vida. “Había muchos que solo iban y trabajaban la tierra mientras los niños se quedaban donde estuvieran desplazados”, cuenta Wilfredo Miranda. En la región se cultiva tabaco, maíz y yuca, pero el resto tenían que comprarlo y por eso los militares los revisaban. “Preguntaban para quién era el mercado, cuántos estaban en la finca y si teníamos esposa e hijos”, recuerda. Pese a estas penurias, la necesidad de asociarse también tuvo que ver con la urgencia que tenían estos hombres de que sus familias retornaran en condiciones dignas. Por eso, con trabajo duro han conseguido mejorar la vía de acceso a la vereda -que ellos mismos construyeron- y las viviendas de los que regresaron, así como construir una escuela. Hoy, casi nueve años después de que varios hombres se arriesgaran a retornar, Wilfredo asegura que la solidaridad y la familiaridad que han logrado como comunidad no tiene precio. “Cuando necesitamos ponernos de acuerdo en alguna decisión, participamos todos”, agrega. Su mayor reto es tener energía eléctrica, especialmente para que la escuela pueda funcionar normalmente ya que un rayo dañó la planta hace varios meses, por lo que dejaron de funcionar 11 computadores. Esta comunidad reclama que a la falta de luz se suma que los profesores no llegan a tiempo. “No podemos preparar a los niños en informática y eso es una desventaja con otras escuelas”, afirmó Wilfredo.

la fuerza de el espiritano, la emperatriz y el danubio

Si hay algo que ha unido a los habitantes de estas tres veredas es la lucha por la tierra. Ejemplos como el de la familia Torres -que regresó a las parcelas que heredaron de su padre cuando sabían que estaban infestadas de minas antipersonal y maleza- abundan. Ceris Torres, una de las mujeres de la casa, cuenta que cuando regresaron todo era monte y que ella y sus hermanos, armados con picos y palas, se encargaron de limpiar la trocha y de abrir terreno para poder sembrar. El primero en entrar fue Janer, quien pronto descubrió que todo estaba minado, por lo que pidieron ayuda a la Infantería de Marina. Pero no solo el desminado hizo que se asociaran. La carretera, que es una de las que se encuentra en peor estado en la región, también los obligó a buscar soluciones. “Hacíamos ollas comunitarias para arreglarla”, explica Ceris, quien reconoce que a pesar de los esfuerzos, si hoy se llegaran a enfrentar a un crudo invierno, sería “literalmente” imposible entrar o salir. La asociación de desplazados, que agrupa a estas tres veredas, congrega a 49 familias, incluyendo algunas que viven en El Respaldo, un sector aledaño. Con ella han logrado la construcción de un salón comunitario que hoy usan como colegio y participan en el piloto de reparación de El Salado y sus veredas que está implementando la Unidad de Víctimas. Sin embargo, reclaman que la intervención institucional no se ha hecho efectiva porque la mayoría de los predios que ocupan están en procesos de restitución de tierras.

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los predios de la emperatriz y villa amalia

aún en el limbo

Los campesinos que ocupan varias parcelas en estas veredas siguen a la espera de que les resuelvan su situación jurídica.

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l problema por las tierras de la vereda La Emperatriz, en zona rural de El Salado, sigue sin resolverse. En julio, el Tribunal de Restitución de Tierras de Bolívar le devolvió una parcela de 22 hectáreas a una familia que había sido adjudicataria del Incora en 1994, desplazada en 2000 y que le vendió a un precio muy bajo a Álvaro Ignacio Echeverría. Sin embargo, la historia es mucho más compleja ya que Echeverría les compró siete predios a igual número de parceleros desplazados, que suman más de 150 hectáreas, de las cuales vendió seis a Reforestadora del Caribe, una empresa del Grupo Argos. El predio que restituyó el Tribunal estaba a nombre de Echeverría, pero nada se solucionó con los otros seis y mucho menos con sus actuales ocupantes, que también viven en el predio que restituyó el Tribunal. Por eso es que hoy se encuentra en el limbo la situación de 14 familias que son las que ocupan esas tierras a las que llegaron desplazadas de varios municipios de Bolívar en 2001, -12-

después de los primeros ocupantes. Estas familias le han solicitado a la Unidad de Restitución de Tierras que les formalice la propiedad, incluyendo los seis predios que compró Reforestadora a Echeverría, porque se consideran poseedores legítimos tras haber vivido en esas tierras por más de 10 años. Lo mismo sucede con los primeros ocupantes. Estas parcelas, once en total, que formaban parte de la finca La Emperatriz, fueron adjudicadas en 1994 a igual número de parceleros por el Instituto Colombiano de la Reforma Agraria, Incora, hoy Incoder. De allí tuvieron que abandonar sus tierras tras la masacre de El Salado, ocurrida en 2000, y siete fueron los que le vendieron a Echeverría en 2007, que a su vez revendió en 2010 a la Reforestadora por casi diez veces más del valor que les pagó a los campesinos. Según el Tribunal, Echeverría, además de lucrarse indebidamente del desplazamiento de los labriegos, acumuló tierra de manera indebida ya que en los Montes de María se prohíbe


EL SALADO

comodato. Recientemente se conoció que habría otra opción que incluiría la donación de tierras. Sin embargo, no se ha oficializado.

una y otra vez, la titulación postergada

a una sola persona tener más de una Unidad Agrícola Familiar (UAF), que en este caso equivale a 23 hectáreas y él englobó 186, es decir, 8 UAF. Por tal motivo, Argos ha intentado buscar soluciones para que los segundos ocupantes no se vean obligados a abandonar, pero los campesinos rechazaron la propuesta inicial de un

La vereda Villa Amalia, conocida como El Gobierno, fue un predio de más de 300 hectáreas que Intabaco entregó al Incora en 1968, entidad que a su vez lo traspasó al Fondo Nacional Agrario para que lo titulara a un grupo de campesinos de la región. Sin embargo, su historia es la suma de errores institucionales ya que el Incora no registró la escritura ni el certificado de libertad y tradición del predio, por lo que nunca se pudo titular. Los campesinos, sin títulos, salieron desplazados en el 2000. Tres años después el Incora fue liquidado y el Incoder, entidad que lo reemplazó, tampoco recibió la propiedad, por lo que este predio quedó en poder del ministerio de Agricultura. Por eso es que hoy el principal problema que enfrentan las 40 familias que allí viven y que retornaron hace más de 10 años, es que al no tener títulos tampoco son beneficiarias de los proyectos que llegan a la región, ni de las ofertas institucionales tanto públicas como privadas, mucho menos, solicitar préstamos a entidades financieras, a pesar de ser los legítimos dueños. Al cierre de esta edición, conocimos que la resolución que desenreda todo este lío jurídico estaba lista para la firma del ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Aurelio Iragorri. Cuando esto ocurra, el predio formará parte del Fondo Nacional Agrario, que a su vez lo entregará al Incoder para, ahora sí, empezar a legalizarles las propiedades a cada uno de los campesinos que viven en Villa Amalia.

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el clamor de los campesinos de

los montes de maría

En agosto de 2014, habitantes de los Montes de María y de El Salado se sentaron con el jefe de la Misión para la Transformación del Campo, el exministro de Agricultura José Antonio Ocampo, para exponerle su visión del agro y el papel que esperan que cumpla el Estado para recuperarlo.

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ue una reunión franca. En la Casa del Pueblo se encontraron el economista y exministro José Antonio Ocampo y su equipo con decenas de líderes campesinos que llegaron de todos los rincones de los Montes de María. Argemiro Capella, con más de 60 años a cuestas, fue uno de los primeros que se levantó para decirle que es hora de que el Estado mire hacia el campo y respete los derechos de los agricultores. “Debemos alzar el rostro y decir orgullosamente que somos campesinos. En Colombia se habla de igualdad, de equidad, de derechos y aquí se violan los derechos”, dijo con firmeza. Ocampo es el jefe de un equipo de expertos que dará recomendaciones al Gobierno para reestructurar el actual modelo de economía campesina. Acudió al encuentro por invitación de la Fundación Semana no solo para conocer el proceso de reconstrucción de El Salado, sino también para recoger

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insumos que sirvan a una nueva política pública que se adapte a la realidad de los agricultores. Para Ocampo, la prioridad del Estado debe ser trabajar por la educación, la salud, el apoyo a la primera infancia, la nutrición, la vivienda, la protección social y el acceso al agua y al saneamiento básico. Y para los campesinos, una presencia estatal efectiva y sin ambages. Así lo expuso Miguel Miranda Zambrano, quien le dijo al ex ministro que la tarea más apremiante que tiene el Gobierno es articular a “los alcaldes, gobernadores y concejales en torno del desarrollo de la política (agraria). Ese debe ser el compromiso”. Para Neida Narváez, líder comunitaria de El Salado, acabar con la pobreza en el campo requiere apoyar las regiones con “proyectos productivos a corto plazo”, acompañados de acceso a la tecnología. Ocampo compartió esta visión y dijo que urge implementar una estrategia de asistencia técnica para los campesinos. También resaltó la importancia de respaldar iniciativas de pequeños productores, acompañar con planes la agricultura familiar y las asociaciones, para que así puedan progresar en el largo plazo. Los campesinos también reclamaron acceso a la tierra. Jairo Ortega, líder de la vereda El Danubio, lamentó que no sean titulares de sus predios a pesar de haberlos trabajado y habitado durante mucho tiempo, algo que para Ortega resulta fundamental, ya que solo cuando se resuelva esta problemática “empezará el desarrollo del agro”. Ocampo aprovechó para recordar que la reforma agraria es un tema “muy sensible” en todo el país, especialmente en los Montes de María. Dijo que, como Jairo, muchos cam-


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pesinos tienen esa expectativa y que la respuesta estaría en lo acordado en el primer punto de la agenda de negociación entre el Gobierno y las Farc, que plantea la creación de un fondo de tierras. Para este economista hay varias preguntas por resolver: ¿cómo se va a alimentar ese fondo?, ¿cuáles serán los mecanismos para entregar la tierra? y ¿cuál la prioridad para esa entrega? En este sentido, varios líderes le manifestaron al jefe de la Misión para la Transformación del Campo, que para lograr cambios se debe hacer una política pensada en los campesinos y que tenga en cuenta el medio ambiente. Por eso, Jacqueline Noguera, líder de San Onofre, cuestionó las empresas que han llegado a la región bajo la sombrilla de la reforestación. “Deforestaron los árboles que veníamos cuidando porque sabíamos que eran nativos y conservaban el agua en la región”, dijo y pidió mayores controles. Durante las tres horas que duró el encuentro, los habitantes expusieron con franqueza sus dudas e hicieron propuestas que esperan sean canalizadas por Ocampo ante el Gobierno nacional. El experto también hizo recomendaciones para el desarrollo del campo como explorar la posibilidad de financiar los proyectos a través de créditos con fondos rotatorios

Pedro Medina. “Tenemos que mirar cómo buscar que el salario mínimo aumente, que la gente gane lo suficiente para que pueda pagar el producto de un campesino a un precio mucho más justo, porque ellos (finalmente, en las ciudades) son quienes consumen”. Neida Narváez. “Le pido en pro de la comunidad saladera, que nosotros lo que necesitamos es desarrollo, porque éramos una comunidad campesina no de mototaxistas. Todos éramos campesinos y eso es lo que queremos ser”. Aremiro Carepa. “Los niños de El Bálsamo, gracias a Fundación Semana, han podido venir a estudiar, pero después fue una pelea con la administración municipal para que los alumnos consiguieran el transporte para venir a estudiar”. Jacqueline Suárez. “Se supone que somos una región ‘reforestada’, para colmo estamos padeciendo de agua y no hay estudios que revisen lo que está sucediendo”.

solidarios, que no solo sean otorgados por el Banco Agrario. También, que los productores sean quienes comercialicen sus productos para evitar la intermediación y que se proteja, sobre todo, el agua, un tema crítico en El Salado. El economista reconoció que el Ministerio de Agricultura se les debe acercar a los campesinos y que el Gobierno central, los departamentos y municipios tienen que buscar la forma de mejorar su relación con las pequeñas asociaciones y productores, partiendo de la base de que su trabajo surge de las alternativas que les da la propia tierra. También dijo que su grupo analiza la experiencia de los Programas de Desarrollo y Paz (PDP), por su apoyo al desarrollo de la institucionalidad, incluso en regiones donde se ha concentrado el conflicto armado como El Salado. Y puso de ejemplo el trabajo de la Fundación Semana, la cooperación internacional y a otras organizaciones solidarias. El mensaje final de Ocampo se centró en el futuro del desarrollo rural colombiano. “La clave está en poder trabajar articuladamente entre los organismos estatales y el campo colombiano, liderando procesos que dignifiquen al campesino en su trabajo”.

Jairo Ortega. “La restitución de tierras es otro problema. Nosotros no quisiéramos estar en ese escenario de que nos vamos a donde un juez, tras 30 años de vivir en nuestra tierra y que el juez falle en contra de nosotros. Seríamos nuevamente unos desplazados”. Roberto Pérez. “Hay que buscar plata, si en esta cosecha se perdió de pronto en la otra puede haber ganancia. Pero no se le puede cortar las alas al campesino con los créditos”. Edwin Navarro. “Nosotros vemos que estas empresas que han comprado miles de hectáreas reciben cuotas por oxigenación de hectárea, mientras el campesino no recibe ninguna ayuda”.

Haroldo Torres. “El Gobierno dijo que el modelo económico no estaba para negociar en La Habana, pero si seguimos con el mismo modelo, nosotros nunca vamos a sacar la cabeza como productores campesinos. El modelo colombiano es un modelo centralista, para las clases más favorecidas”. -15-


TIEMPO DE SEQUÍA

¿cuál es la agricultura que necesitamos? El cambio climático y la escasez de alimentos obliga a repensar una agricultura que regenere los suelos y conviva con el medio ambiente.

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ste año ha sido de grandes reflexiones para los saladeros. La principal es repensar el modelo de producción agrícola. Con la implementación del proyecto BIDFomin para la recuperación del desarrollo económico local, se han analizado diferentes opciones de rentabilidad y sostenibilidad. También se ha aportado a esta reflexión, lo que han aprendido cinco familias en el piloto de agricultura orgánica que apoya el Fondo Patrimonio Natural. La discusión se intensificó cuando el verano puso a prueba los modelos de producción agrícola. Y más ahora, que es necesario cultivar cuidando el suelo, dejar de lado los pesticidas o reemplazarlos por repelentes naturales como el ají. Pues bien, con el conocimiento del equipo técnico de la Fundación Semana, en algunas fincas se volvieron a usar viejas prácticas de siembra, en las que predomina la diversificación. Los campesinos aprendieron a manejar los costos de la producción y también a que en pequeñas extensiones de tierra pueden cultivar productos como el zucchini, la flor de jamaica y el tomate cherry, en vez de seguir sembrando cantidades enormes de maíz híbrido y corriente. -16-

Pero el maíz no se dejó de lado. Se descubrió que también se podían cultivar variedades como el negrito, el azulito y el huevito, que por ser diferentes tienen mayor valor en los mercados de las ciudades. A todo esto se sumaron cultivos permanentes como frutales y se plantaron variedades de fríjoles nativos como el cuarentano rojo, el diablito, el negro y el guandul, que tienen gran demanda en ciudades como Barranquilla, Bogotá y Cartagena, y se adaptan con facilidad al clima local. Cabe señalar que a pesar de que la primera siembra se perdió por el verano, algunos campesinos aprovecharon las lluvias de agosto y septiembre y cultivaron nuevamente, pero esta vez diversificando: al maíz y al ñame lo combinaron con melón, patilla, auyama, yuca, fríjol y guandul. “La yuca le da sombra al maíz, y la auyama y la patilla protegen el suelo del sol”, afirma Ricardo Romero, un campesino que tiene su finca en la vía a La Quimera. Igualmente, Carmen Torres, quien participa en el proyecto de Patrimonio Natural en Villa Amalia, está feliz porque mientras cultivan berenjenas, ají, fríjol, pepino, calabacín y tomate, también cuidan el bosque. “El suelo se protege al combinar el cul-


EL SALADO

tivo, pero hay que sembrar en orden. Primero el tomate, al lado el maíz y del otro lado la berenjena, con lo que se hace una barrera para el control de plagas. Eso no lo sabíamos, ya aprendí”, dice. Carmen también está aprendiendo a hacer abono orgánico, biopreparados y fertilizantes con insumos que consigue en su finca. Ahora los agricultores reconocen que la diversificación protege el suelo, no lo agota y evita que una sola plaga acabe con toda la producción, lo que a su vez reduce la necesidad de usar pesticidas. Igualmente identificaron la importancia de tener semillas nativas, primero porque no tienen que comprarlas y segundo, porque resisten más al calor en comparación con las híbridas. Felipe Macía, de Patrimonio Natural, dice que esta experiencia les ha servido a los campesinos para convertirlos en productores y guardianes de las semillas nativas. Por su parte, José Ricardo Ramírez, agrónomo de Fundación Semana, asegura que esta fórmula es una solución efectiva para que los labradores empiecen a producir con sus semillas y recursos. A los anteriores cambios se suma lo que ha venido haciendo el proyecto Paisajes de Conservación que está instalando corredores en las veredas en los que se combinan la conservación y la producción agrícola. Así, se rehabilitan los pocos arroyos, las cuencas y las crestas de los cerros. Esta es una forma de contener la sequía ya que se regenera el bosque que, a su vez, llama al agua. Por este motivo los resultados saltan a la vista. En las pocas zonas donde quedan árboles, el agua se quedó y no ero-

sionó el suelo, como ocurrió en la finca de Carmen. “Los que me visitan se asombran porque tengo árboles y un ojo de agua. Propuse que si alguien corta un árbol debe siembrar dos, es que esto se puede convertir en un desierto por culpa de la tala y las quemas”, reflexiona. Finalmente, los campesinos se han dado cuenta de los beneficios y las diferencias entre la agricultura tradicional y la orgánica. “Nosotros nunca habíamos sembrado así y resultó ser mejor que el tabaco. Además nos gusta consumir el fríjol verde, es más delicioso”, añade Carmen quien logró vender parte de su producción a buen precio en Bogotá, lo que la dejó aún más satisfecha.

permitido experimentar La Fundación Semana le apuesta a la agricultura orgánica y a la preservación del ecosistema madre en los Montes de María: el bosque seco tropical. Por eso su interés en proyectos que tengan gran impacto en la comunidad, pero que dejen la menor huella en el medio ambiente. En 2010, la comunidad recibió 14 millones de pesos por la venta del libro La Masacre de El Salado: esta guerra no era nuestra de Memoria Histórica. Ese dinero sirvió para invertirlo en una granja experimental que llamaron Parque Agroecológico El Salado y que todos conocen como “la granja”. Con el apoyo de la Fundación Alpina, los saladeros compraron y adecuaron un lote de siete hectáreas, que hoy es un espacio donde adultos, jóvenes y niños se pueden acercar al campo y aprender a ser amigables con el medio ambiente. Santiago Pradilla, de la Fundación Semana y Jhon Jairo Álvarez, un saladero que vive en la granja con su esposa e hijo, centraron su trabajo en recuperar semillas nativas para repoblar la región con variedades que antes usaban los campesinos y poco a poco fueron desapareciendo. La idea surgió porque a solo dos horas de El Salado queda el refugio indígena zenú de San Antonio de Palmito, donde existe un banco de semillas con más de 22 variedades de maíz, ñame, yuca y fríjol. La granja está replicando este

modelo que les permite a los campesinos pedir prestadas las semillas para luego reembolsarlas con un interés (también en semillas) que alimenta las reservas. La misión de la granja es hacer que los jóvenes se vuelvan a enamorar del campo, mostrarles que es viable sembrar y recibir un precio justo por sus productos. Igualmente sirve para que conozcan las bondades de la agricultura orgánica, como un agregado en sabor, aroma y valor nutricional. También es un complemento para la formación de los estudiantes de décimo y undécimo grados que asisten a ella, porque finalmente son certificados como técnicos agropecuarios del SENA. A comienzos de noviembre se construyó la Universidad del Campo, un rancho donde se llevan a cabo capacitaciones con expertos para que los jóvenes aprendan sobre técnicas agrícolas y nuevas especies. La idea es que puedan decidir cómo y qué aspiran a cosechar en su parcela. -17-


TIEMPO DE SEQUÍA

el abc para construir

su proyecto

¿Cómo hacer para que un proyecto productivo sea exitoso y no claudicar en el intento? Aquí le damos unos tips para lograr que su idea se convierta en realidad. Escriba su propuesta. Una vez llene los requisitos de ley escriba la propuesta. Algunas entidades exigen que el campesino pueda demostrar que con ese subsidio o crédito va a tener dos salarios mínimos legales vigentes cuando se haga efectivo. Esto quiere decir que el campesino o la asociación tiene que hacer un modelo financiero de lo que sería su cultivo: ¿Cuánto va a invertir? ¿Cuánto va a vender? Además de todos los cálculos o escenarios posibles para incluirlos en la propuesta.

Acuda a las páginas de internet de las instituciones estatales como el Banco Agrario (www.bancoagrario.gov.co) y el Incoder (www.incoder.gov.co) en donde aparecen las convocatorias. Busque y descargue los formularios con los requisitos.

Fíjese antes de presentar su propuesta si tiene deudas pendientes con entidades financieras. La mayoría de los campesinos propietarios de tierra y que pueden acceder a las convocatorias suelen tener deudas de la época del desplazamiento que todavía no se han saldado. Esa acumulación de intereses con las deudas significa que aún figuran como deudores morosos, lo que les impide que sean beneficiarios de un crédito o un subsidio.

Complete los formularios, debe demostrar la legalidad del predio, con el título o la tenencia de buena fe. No basta con tener los derechos herenciales sino que debe tener el Certificado de Libertad y Tradición.

Cerciórese de que sus papeles estén en orden. Puede que todo se encuentre en regla, y que cumpla con los requisitos y se haya hecho el plan de negocios, pero si faltó una firma original en una carta las entidades pueden devolver su propuesta. El difícil acceso a esa información, bien sea porque no hay conectividad a internet o contacto directo con las entidades, dificulta los procesos.

Defina si presentará su propuesta de manera individual, colectivos o a través de una organización o asociación de productores campesinos. Defina si presentará su propuesta de manera individual, colectiva o a través de una organización o asociación de productores campesinos. En este caso la organización debe estar constituida legalmente con Cámara de Comercio y temas tributarios al día.

Asesórese de una organización que lo ayude a escribir el proyecto o a financiar los estudios previos de los planes de negocios y demás. Muchas veces lo que falta es, precisamente, acompañamiento. Puede que los campesinos diseñen el proyecto y obtengan los recursos, pero a veces es fundamental que cuenten con apoyo profesional que les garantice el éxito de la propuesta y de su ejecución.

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EL SALADO

la voz de los

mayores

Lo que nació como un reclamo por la seguridad alimentaria del adulto mayor se convirtió en una asociación que hoy participa en la reconstrucción de El Salado.

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n agosto pasado, a Josefa Martínez y a María Castro, dos matronas de El Salado, invitadas de honor al Parque Cultural del Caribe, en Barranquilla, les preguntaron cuál era el secreto para saber cuándo estaba listo el ajonjolí para hacer la pasta de esta semilla, una receta legendaria de los Montes de María. Con la espontaneidad propia de las cocineras de antaño una de ellas solo dijo: “Antes de que se queme”. María y Josefa participaron en la III Cátedra Historia de la Cocina del Caribe junto a otros chefs internacionales en donde mostraron cómo se elaboran los platos de sus regiones. “Antes”, explica María, “se hacía el mote de guandú, el bollo de batata, el machucado de ají y tomate, la pava, la viuda de carne salada, el chirriao, mojamijo, la chicha de maíz y batata, el arroz de carauta, el mote de queso, el arroz de yuca y ají, y la mazamorra de maíz”. La idea de rescatar estas peculiares recetas surgió de una experiencia de trabajo colectivo que desde hace cinco años viven los adultos mayores en El Salado y que ha recibido el apoyo de las fundaciones Ramírez Moreno y Saldarriaga Concha. Cuando empezó la reconstrucción del corregimiento, varios de ellos decidieron que querían hacer su aporte. La razón, en el fondo, no era solo recuperar los platos de sus abuelas, sino sentirse activos en medio de una comunidad que los relegaba. Durante las primeras reuniones se dieron cuenta, por

ejemplo, que la alcaldía de El Carmen de Bolívar recaudaba fondos para los ancianos, pero no se sabía a dónde iban a parar. Incluso varios de ellos no recibían ayuda. Por lo anterior, el 19 de octubre de 2009, 20 ancianos marcharon y bailaron por las calles del corregimiento exigiendo el respeto a sus derechos y una mayor atención. A partir de entonces, organizaron una especie de veeduría con la idea de empezar a abrir puertas. “Queríamos participar en la reconstrucción del pueblo, recuperar lo perdido y que nos escucharan en cualquier parte”, cuenta Carmen Vizcaíno, otra de las abuelas del pueblo. El grupo, que luego llamaron Asociación de Adultos Mayores de El Salado, logró que le dieran en efectivo un subsidio de alimentación, que antes le entregaban mensualmente a través de mercados que escasamente duraban una semana. “Eran dos libras de arroz y una de lenteja”, entre otros productos, recuerda Carmen. Hoy, cada dos meses, 120 adultos mayores reciben 150 mil pesos. Pero no contentos con esa consecución, volvieron a marchar en 2010 y en 2011, esta vez en El Carmen de Bolívar, donde se les sumaron ancianos de San Jacinto, Córdoba y otros municipios cercanos. Su triunfo, en ese momento, fue conseguir que el actual alcalde, Francisco Vega, firmara un acta donde se comprometía a mejorar la atención a este sector de la población. Sin embargo, puntos como que el recaudo de la estampilla Proadulto Mayor se invertiría en alimentación y vivienda, no se han cumplido. Han pasado seis años y la Asociación ha tomado tanta fuerza que sus representantes han viajado y expuesto sus logros y necesidades en Bogotá, Barranquilla y otras ciudades. Su punto de encuentro es la Casa del Adulto Mayor, donada por la Fundación Ramírez Moreno, en donde una enfermera está pendiente de la salud de los ancianos. Además, todos los jueves el profesor Gerardo Cepeda les enseña a tocar instrumentos y a bailar. Mientras que los viernes ya son tradicionales los convites para rescatar sabores y saberes. Todo esto ha hecho que María y Carmen se sientan orgullosas de lo que su asociación, que hoy integran 70 ancianos, ha aportado para transformar sus vidas y la de El Salado, por lo que se ratifican en su decisión de quedarse. Por eso dicen: “ha sido un camino de hormigas”. -19-


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la reparación al tablero Después de tanto sufrimiento, la comunidad siente que el Estado empezó a pagar su deuda, aunque aún falta mucho por hacer.

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os saladeros comenzaron a retornar en 2002 y desde que inició el proceso de reparación a las víctimas de la violencia siguen a la espera de que el Estado lo haga con ellos. Desde 2008 construyeron, de la mano de la antigua Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación, el plan que finalmente le entregaron al presidente Juan Manuel Santos en 2011 y que empezó a ejecutarse con la llegada de la Unidad de Víctimas y el Centro Nacional de Memoria Histórica. Hoy, muchos reconocen avances, como el mejoramiento en la educación primaria que ha llegado a las veredas y en la secundaria, que ya tiene profesores de planta. También, el hecho de que ahora los adolescentes pueden cursar su bachillerato en el mismo corregimiento y no hacerlo en otras ciudades como sucedía en el pasado. Además, ya es una realidad la vía que comunica el pueblo con El Carmen de Bolívar, mejorada por el INVIAS y la gobernación de Bolívar. Sumado a lo anterior los saladeros también cuentan con un puesto de salud, médico, enfermera, promotora y odontólogos permanentes, así como con una ambulancia para atender emergencias. Las casas han sido reconstruidas. A muchas se les han mejorado las habitaciones, los baños y las cocinas, y este año comenzó la construcción de las 100 viviendas gratuitas que -20-

serán adjudicadas a familias sin techo del corregimiento. Por otra parte, Memoria Histórica anunció que pronto tendrá listo el libro que reunirá las biografías de los líderes de la comunidad y ya está en etapa de diseño el lugar que honrará la memoria de los saladeros que perdieron sus vidas por cuenta del conflicto armado. De todos modos y a pesar de los avances, hay quienes solicitan que se cumpla el Plan de Reparación propuesto por la comunidad. Por ejemplo, según Yirley Velasco, vecina de la comunidad, pide especialistas para atender a las personas que hoy sufren traumas por culpa de las secuelas del pasado. Así mismo, demandan que los estudiantes que desean seguir una carrera universitaria accedan a las becas de educación superior. Otros reclaman la reconstrucción de las iglesias y que se solucionen los problemas de titulación del cementerio los cuales han detenido su remodelación. Pero la mayor inconformidad tiene que ver con la reparación administrativa ya que solo les han pagado a 120 de las 297 familias que viven en el corregimiento, sin contar las 170 que no han retornado. Las familias reparadas recibieron cada una 16 millones de pesos, pero hay quienes se sienten insatisfechas porque esta suma se repartió por igual a los miembros registrados como víctimas, así hayan nacido después de que ocurrieron los hechos. A esto se suma de que algunos padres de familia con hijos menores de edad no pueden disponer del dinero hasta que estos cumplan la mayoría de edad. Rafael Imitola, integrante del Comité de Impulso, es uno de los que se siente perjudicado por las demoras en la repa-


EL SALADO

ración administrativa. “No podemos vivir de la espera. Soy papá de cinco hijos y cuando nos paguen nos tocarán solo 4 o 5 millones. Es difícil que pueda hacer algún negocio cuando toca repartir el dinero con toda la familia”, dijo. Rafael Urueta, quien perdió a un hermano y un tío en la masacre, se queja del imcumplimento por parte de la Unidad de Víctimas sobre una posible indemnización a los que no fueron reparados. “Nos anunciaron que en agosto iban a sacar el dinero, pero se terminó el año y nada”. Si bien hay inconformismo, algunos de los que ya recibieron la indemnización la han invertido en mejorar sus casas,

comprar electrodomésticos, motocicletas, animales e insumos agrícolas. Otros, como Rafael Torres, la tienen reservada para el estudio de sus hijos. “Es la mejor inversión que uno puede hacer”, dijo. Finalmente, en la lista siguen temas tan complejos como la restitución de tierras y que el proceso de recuperación económica y social sea una realidad a largo plazo. Élida Cabrera, maestra de aeioTÚ y también integrante del Comité de Impulso, aspira a que obras como la carretera, la casa de la cultura y la de los abuelos, den alas a la comunidad que aunque hoy respira otro aire, espera una mayor agilidad por parte del Estado.

cerrando heridas Doce familias podrán darles sepultura a las últimas víctimas de la masacre de El Salado. Durante 2014, varios campesinos estuvieron a la espera de que la Fiscalía les entregara los restos de 12 familiares que fueron enterrados en una fosa común por los paramilitares y que el organismo judicial exhumó e inhumó a los pocos días de la masacre en febrero de 2000. Desde esa época, los familiares de estas 12 personas vivieron con la angustia de que durante el desplazamiento, los paramilitares se hubieran llevado los restos, algo que la Fiscalía descartó tras una nueva exhumación que pidió la comunidad, la Unidad de Víctimas y el Centro Nacional de Memoria Histórica, y que, finalmente, se llevó a cabo en mayo de 2013. Luego de un largo y traumático proceso, un

fiscal de la Fiscalía Nacional Especializada de Justicia y Paz les anunció que había identificado plenamente a Néstor Tapia, José Manuel Tapia, Margoth Fernández, Víctor Arias Julio, Rosmira Torres, Luis Pablo Redondo, Éder Urueta Castaño, Fredy Montes, Justiniano Pedroza, Jairo Alvis Garrido, Euclides Torres Zabala y a Dora Judith Torres. Una vez la Fiscalía les entregue los restos, la comunidad tiene planeado hacer un entierro colectivo en el cementerio de El Salado, que será remodelado completamente. Luego continuará la discusión colectiva sobre la construcción de un lugar de memoria, que se edificará en el lugar donde fueron sepultados sus seres queridos. -21-


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así va el salado

En 2014 no nos hemos quedado quietos. Han sido muchos los proyectos que ya están andando y que hoy impactan a la comunidad.

sueldos campesinos

Hoy, 100 familias de El Salado y sus veredas son beneficiarias del proyecto IPDR (Implementación de Proyectos de Desarrollo Rural) del Incoder que se ejecuta a través de la Fundación Semana. Este busca desarrollar cultivos que al cabo de 10 años generen dos salarios mínimos mensuales a cada familia campesina.

más centros para la primera infancia

Desde que Ayuda en Acción llegó a El Salado, los niños han sido una de sus prioridades. Con su colaboración se construyó un centro de atención integral en la vereda Santa Clara y cinco ranchos comunitarios en cada una de las otras cinco veredas para pequeños de 0 a 5 años. En estos ranchos los niños son atendidos por las maestras viajeras de aeioTÚ

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de la Fundación Carulla, quienes los visitan cada dos semanas. Además, todos los viernes tienen encuentros comunitarios, donde con sus padres comparten con otras familias y asisten a talleres de desarrollo familiar.

a conservar el agua

Este año el verano puso a prueba el temple de los saladeros. Por eso, en las veredas, con el apoyo de Ayuda en Acción se realizó el mantenimiento de seis jagüeyes que estaban en precarias condiciones y hoy abastecen a los habitantes de la zona rural. También se hicieron talleres en hábitos, prácticas en salud y saneamiento básico.

conociendo el éxito

A lo largo del año varios grupos -apicultores, hamadoras, tejedoras, dobladoras, Asociación de Campesinos de Villa


EL SALADO

Amalia, Mujeres Unidas y Asojoprosfueron capacitados en cultura empresarial y emprendimiento con el propósito de mejorar la productividad en sus proyectos. Algunos efectuaron giras a otras regiones para conocer ejemplos que les sirvan como modelo.

adultos mayores productivos

Los abuelos también hicieron su aporte a la reconstrucción de El Salado. Por eso, a través de la unión entre las fundaciones Saldarriaga Concha y Semana se empezó a construir una propuesta de desarrollo económico y generación de ingresos en familias cuyas cabezas de hogar son los adultos mayores. La idea es promover la vida digna tanto de los abuelos como de quienes viven con ellos.

las hamadoras despegaron

La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito -Unodc- hizo un pedido de 100 hamadoras a Hamaescol, cuyas ganancias se utilizaron para comprar una nueva soldadora y una máquina de pintura, que les ayudó a mejorar su línea de producción. Además, los ocho socios se capacitaron en el SENA para poder utilizar de manera eficiente las nuevas máquinas.

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INFOGRAFÍA

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EL SALADO

INFOGRAFÍA

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todo un futuro por delante Socios y amigos de El Salado nos contaron cómo se imaginan a los Montes de María dentro de unos años.

1. ¿QUÉ SIGNIFICA EL SALADO PARA EL FUTURO DE LOS MONTES DE MARÍA? 2. ¿QUÉ HARÍA PARA CONSOLIDAR EL DESARROLLO Y LA PAZ DE LA REGIÓN?

martha muñoz - bid fomin

1. Una luz de esperanza que evidencia que el destino está en nuestras manos y que trabajando conjuntamente se puede llegar muy lejos. 2. Difundir las experiencias y lecciones para que se anuden más esfuerzos en torno de un desarrollo regional.

manuel chamorro - saladero

1. El Salado es un pueblo luchador, aquí somos luchadores, hemos sufrido, pero seguimos adelante. Lo que queremos es que este pueblo sea mejor y que eso sea compartido en los Montes de María, que sea un ejemplo. 2. El desarrollo y la paz de la región y de nuestro país es lo que anhelamos, vivir en paz, tranquilos y felices y que nuestros hijos se críen en condiciones diferentes a las nuestras, que todo el mundo viva tranquilo. Colombia está cansada y queremos la paz. El desarrollo y la paz se logra al compartir con todos, seguir luchando por los procesos que se están dando y que se están llevando a cabo con las diferentes mesas y organizaciones. El desarrollo es el avance del pueblo, que no se quede estancado sino que surja.

soraya bayuelo - colectivo de comunicaciones de los montes de maría

1. La esperanza, la resistencia, las ganas de volver a empezar de cero. Donde no quedó nada y donde se jugó la vida, ellos tienen la energía de volver a construir a pesar de las dificultades.

2. Seguir trabajando por la paz territorial desde la narración de la memoria. Hay que entregarle a la gente herramientas desde la comunicación para que puedan seguir sanando los dolores y sean un instrumento político de derechos. Así habrá una verdad, una justicia y una reparación de no repetición de los hechos que han pasado en el territorio. -26-


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peter natiello - usaid

1. El Salado es un ejemplo de lo que es posible lograr en siti0s que fueron afectados por la violencia en el país, es la esperanza de las comunidades de apoderarse de su propio futuro uniéndose para el progreso de todos. Se ve la participación de varios actores donde unidos logran superar los obstáculos al encontrar soluciones prácticas y participativas. A la vez, El Salado representa los retos que seguirán enfrentando las comunidades que de haber sido escenarios de violencia ahora que buscan la paz y el desarrollo verdadero. 2. Hay muchas cosas que se pueden hacer para ayudar a consolidar el desarrollo y la paz en la región, ya que cada actor pone su granito de arena para contribuir. Desde apoyar a la comunidad a planear y lograr su futuro, asegurando que los planes de desarrollo tengan financiamiento, consolidando procesos de titulación y restitución de tierras, hasta fortalecer procesos democráticos participativos, transparentes y de administración pública local.

arturo zea - director regional de la unidad de víctimas en bolívar

1. El Salado representa, por un lado, los extremos a los que llegó el conflicto armado. Pero, por otro, la comunidad montemariana ha enfrentado y resistido esa violencia, ha liderado el retorno en medio de la insistencia de los grupos armados ilegales. Además, representa la capacidad de organización y de reconstrucción del tejido social que quedó totalmente destruido. . 2. Se requiere que el Estado y la sociedad aprendan de las acciones que se han adoptado hasta hoy y de las que no, para que así se brinde un mayor apoyo económico, social y cultural a estos territorios que sufrieron de manera tan cruda el conflicto. Necesitamos que haya políticas públicas estructurales en el tema de tierras, desarrollo y promoción de la democracia. Una menos formal y clientelista que ayude a la región a combatir las acciones violentas y a los gobiernos corruptos que la han caracterizado, sobre todo, en el sector rural.

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unidos a la espera de tiempos mejores Los saladeros le apuestan a la asociatividad. Han aprendido de los beneficios y también de las dificultades de trabajar comunitariamente, lo que los ha hecho más fuertes para afrontar temas tan sensibles como la sequía y el duro proceso de comercializar sus productos.

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comienzos de octubre, los integrantes de la Asociación de Productores y Dobladoras de Tabaco de El Salado, Asoprosal, no se cambiaban por nadie. Durante tres días recorrieron junto a la Asociación de Tabacaleros de Bolívar, los campos donde se cultiva y produce el mejor tabaco del país. Estuvieron en San Gil, Piedecuesta, Villanueva y Girón, en Santander, llevados por Ayuda en Acción con la colaboración de la Asociación Colombiana de Exportadores de Tabaco, Asotabaco. “Fueron días bonitos”, confiesa Lilia Torres de Asoprosal, que agrupa desde hace dos años a varias mujeres en lo que hoy es -28-

la primera marca de tabacos saladeros. La idea, cuenta Diego Suárez, coordinador del área de desarrollo económico de la Fundación Semana en El Salado, era que las dos asociaciones conocieran experiencias exitosas del cultivo y la producción de tabaco. Por eso fueron a las instalaciones de Asotabaco, descubrieron cómo trabajan, recorrieron las fábricas, las cooperativas y las fincas productoras. Lilia fue con su hermana Claudina, Lenis Imitola, Gladys Pérez, Mariela Mena, Aydé Ortega, Elena Ponce y Galo Padilla, quienes a punta de esfuerzo han mantenido viva Asoprosal, una joven asociación que este año ha pasado por momentos duros producto de la sequía y la falta de clientes que compren sus productos. En julio pasado les hicieron su último pedido, 292 habanos, aún así, mantienen la esperanza de que vendrán tiempos mejores. “Lo más difícil es la comercialización, salir y mostrar el producto”, reconoce Lilia. A pesar de la mala hora, Lilia y sus compañeras decidieron comprar y reservar 100 kilos de tabaco negro a la espera de que lleguen nuevos compradores. Uno de ellos podría ser el cantante samario Carlos Vives, quien les prometió que cuando abriera una nueva tienda Gaira, les haría un pedido. “Debe estar ocupado en la gira”, dice con resignación Lenis, quien con sus compañeras también presentó un proyecto a la Umata de El Carmen de Bolívar para financiar un cultivo de hasta 2 hectáreas con el que se proveerían de la hoja. Como Asoprosal, son varias las asociaciones de productores que se han creado en El Salado como parte del proceso de recuperación del tejido social de una región que por años recibió los azotes de la violencia. Sin embargo, durante 2014, varias de ellas han sido puestas a prueba, ya que no solo la sequía golpeó los emprendimientos agrícolas y los obligó a replantear sus


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metas, sino que la escasez hizo que muchos buscaran otras entradas económicas.

las lecciones de la sequía

El clima es un factor determinante para muchos proyectos comunitarios de los saladeros. Por eso, para la Asociación de Jóvenes Productores de El Salado, Asojopros, el 2014 ha sido un año especialmente difícil. En diciembre de 2012, un grupo de 29 socios, apoyado por la Fundación Antioquia Presente y Argos, crearon su organización para demostrarle a la comunidad que los jóvenes podían contribuir no solo con la recuperación económica de sus familias, sino también con la del corregimiento. Hoy solo están activos nueve y la principal razón para la deserción provisional es que varios de los fundadores resultaron beneficiarios de un convenio regional de negocios inclusivos que en este caso incluye nueve hectáreas con frutales, yuca, ñame y teca. Si no era una cosa era la otra y así lo entendieron. Sin embargo, lo que parecía una muy buena noticia se convirtió en una preocupación por la falta de lluvias. “El plátano y el ñame fracasaron, pero estamos tratando de salvar el mango”, explica Gilberto Cohen, presidente de Asojopros. La sequía también obligó a otros cuantos a congelar su participación para buscar trabajo en el mototaxismo o la construcción. Para Cohen, formar una asociación y mantenerla en pie es un verdadero reto. Por una parte, porque, asegura, los jóvenes no están acostumbrados a pensar a largo plazo y también porque algunos se resisten a repartirse las pérdidas y las ganancias. “Son dos puntos en contra, por eso muchos se aburren”, agrega. Aún así, reconoce que formar parte de este tipo de iniciativas los ha ayudado a madurar y a recuperar el gen campesino que muchos perdieron cuando salieron huyendo de la violencia. También han tomado en cuenta las lecciones que les ha dejado el cambio climático. El grupo había ahorrado para los tiempos difíciles, lo que ahora les ha servido para financiar algunas actividades como la compra del azúcar con el que alimentan a las abejas de sus apiarios, un proyecto que lidera la Asociación de Jóvenes Apicultores de El Salado, Asjas, en la que también participan algunos socios de Asojopros. Todos se han visto afectados por la sequía. No obstante, estas asociaciones de jóvenes tienen la convicción de que los próximos años serán mejores. En el caso de Asojopros, ya compraron un casalote donde esperan instalar su sede. Por su parte, Leiner Ramos, uno de los socios de Asjas, cuenta que nacieron con el apoyo del SENA y del Programa de Desarrollo y Paz de los Montes de María y que luego se fueron

consolidando con la ayuda de la Fundación Semana. Hoy son 12 los asociados: María Margarita Mena, Emerson Ramos, Rodolfo y Edualcis Cárdenas Torres, Oleitis Chamorro Figueroa, Nairo Catalán, Alejandra Torres, Cristian Mena, Javier Fernández, Carlos Flórez, Iván René Restrepo y Leiner Ramos. Entre los mayores logros de Asjas está su miel que empieza a ser reconocida en la región y su comercialización se hace sin intermediarios. Así, cada asociado es responsable de su propia producción, con lo que se generan ingresos permanentes, incluida una cuota de mantenimiento destinada a la Asociación.

la armonía de las hamadoras

La idea de hacer una fusión entre las hamacas y las mecedoras, un diseño del arquitecto Simón Hosie, ya alzó vuelo en El Salado. En el patio de una casa cedida por una vecina, Nairo Catalán, Nilson Olivera, Blas Romero, Manuel Garrido, Xavier Mena y Alberto Padilla, embalan con esmero 100 hamadoras que les encargó Naciones Unidas, dentro de un proyecto de fortalecimiento de la asociación. Es el primer gran pedido para la Sociedad de Soldadores de Estructuras Metálicas y Hamadoras, Hamaescol, cuyos integrantes, además de capacitarse en el montaje de estas sillas –que ya se usan en hoteles y fincas– trabajan en un ambiente en el que nadie se siente jefe. “Lo más difícil fue juntar personas que no tienen el mismo carácter”, dice Nairo Catalán. Sin embargo, la camaradería les ha permitido corregir errores del diseño original y hasta planear comprar la casa que hoy comparten con una asociación de tejedoras. Actualmente, el gran reto que tiene Hamaescol es asumir la comercialización y de paso la sostenibilidad. Según Andreu Munné Ventura, quien los apoya en un proyecto piloto de comercialización que auspicia la Fundación Semana, este grupo ya ha demostrado su capacidad de trabajo, pero tiene que ganar protagonismo para lograr la independencia. Si todo sale como está planeado, Munné espera que este piloto se pueda replicar en otros emprendimientos que se están realizando en El Salado. -29-


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motomanía El Salado pasó del burro a la moto como medio de transporte.

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bel Montes, un saladero de 31 años, maneja moto desde que tenía 16 años y conoce de memoria las curvas que bordean los 19 kilómetros que separan a El Salado de El Carmen de Bolívar, ya que desde hace tres años los recorre a diario como mototaxista. Cuando comenzó en este oficio, recién había retornado de Barranquilla y el recorrido duraba hasta dos horas, ya que la vía estaba en pésimo estado y cualquier lluvia la hacía intransitable. Hoy, gracias a las mejoras en la carretera, el recorrido se puede hacer en media hora. Abel fue uno de los pioneros del mototaxismo en el corregimiento, aunque por las dificultades de la carretera, la mayoría de pobladores prefería los camperos que viajan hasta El Salado. Ahora las cosas han mejorado ostensiblemente, lo que ha hecho que cada vez más saladeros, en su mayoría jóvenes, se dediquen a este medio de transporte. Son más de 30 los que hoy prestan el servicio hacia y desde El Carmen, así como a las demás veredas del corregimiento. Pero tras el auge del mototaxismo surgen varios interrogantes: ¿por qué los jóvenes que recién se gradúan de bachilleres toman como opción esta labor?, ¿acaso este medio es la solución de transporte que no tienen los saladeros? A la primera, ellos mismos responden que es el camino más fácil para sostenerse

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mientras estudian, y a la segunda, que las motos son casi la única forma de movilizarse en la región. Cristian Mena, otro saladero que estudia ingeniería de sistemas en un programa a distancia de la Universidad de Cartagena, explica que la moto le sirve para pagar la matrícula, pero que aspira a conseguir un mejor trabajo cuando finalice sus estudios. Por su parte, Martín Zabala, un joven que se graduó de bachiller en 2013, aseguró que este trabajo solo es mientras se inscribe en un programa de enfermería. Los mototaxistas como Abel, que llevan varios años en el oficio, lo tienen como actividad principal, pero la combinan con otras tareas. En su caso, vende la miel que producen los apicultores del corregimiento. Otro de los conductores más conocidos y antiguos, Somer Padilla, dice que a pesar de la competencia, el mototaxismo es un trabajo estable que goza del aprecio y la confianza de los usuarios que los prefieren, incluso, por encima de los camperos que entran a El Salado.

crece la accidentalidad La llegada de estas motos, así como la pavimentación de la carretera, ha hecho que se incremente el número de accidentes por exceso de velocidad y falta de precaución. “La ausencia de controles por parte de las autoridades de tránsito en la vía incita a cometer imprudencias. La Policía en sus habituales requisas no exige licencia de conducción ni casco”, dice Abel Montes. Algunos mototaxistas explican que los pasajeros se rehúsan a utilizar los cascos de protección argumentando que son incómodos y antihigiénicos por aquello del sudor, sin medir el peligro que ocasiona el no portar este dispositivo de seguridad.


EL SALADO

música maestro Con motivo de los 100 años del nacimiento del maestro y compositor carmero Lucho Bermúdez, se inauguró en el Carmen de Bolívar la primera escuela de música que lleva su nombre, con la cual se busca devolverle el sabor y la alegría a la región.

C

on el apoyo de varios gestores culturales de los Montes de María, el ministerio de Cultura y la alcaldía de El Carmen de Bolívar, se hizo realidad la escuela de música Lucho Bermúdez, una suerte de piloto en la que jóvenes músicos y compositores podrán estudiar y dar rienda suelta a su creatividad. Se espera que este modelo se replique en todo el país, por lo que ya se construyeron otras escuelas en Guatavita, Cundinamarca, Yotoco en el Valle del Cauca. Por esta razón, Mincultura propuso que este modelo de escuela de música municipal se hiciera a través de alianzas público privadas, en la que participa la Fundación Semana como operador inicial. Además convocó a un concurso público para la construcción de una sede principal de 967 metros cuadrados, que ganó Espacio Colectivo Arquitectos de Cali. El edificio fue inaugurado el pasado 16 de julio por la ministra de Cultura, Mariana Garcés, el gobernador de Bolívar, Juan Carlos Gossaín, y el alcalde de El Carmen de Bolívar, Francisco Vega. Ese mismo día, en medio de la entrega de instrumentos musicales, Garcés dijo que espera que esta escuela se convierta en un ejemplo para el país. A su turno, el director de la institución, Alfonso Cárdenas, también músico, manifestó que el nuevo edificio, donde se espera que retumben tambores y gaitas, es “el oasis esperado por todos los músicos y cultores de la región de los Montes de María, en medio de la ausencia de oportunidades para los artistas”. La escuela tiene capacidad para 60 jóvenes músicos de la región y la idea es que, en asocio con la Alcaldía y la Gobernación, se estructure un modelo que permita su sostenibilidad. La Fundación Semana se involucró en el diseño y la planeación

de la escuela, así como en el proceso de selección del equipo de trabajo que ahora la administra. Las clases comenzaron el pasado mes de octubre con gran acogida entre los niños, jóvenes y adultos, quienes se inscribieron masivamente en programas de música tradicional como banda y coros, y también para aprender a tocar gaitas y acordeón. Las clases se ofrecen en los colegios de El Carmen, así como en la propia sede, pero no solo asisten los estudiantes de la cabecera municipal, sino también los de cuatro corregimientos: Caracolí, Santa Lucía, El Hobo y El Salado. Además se busca que los jóvenes del campo, que es en donde mayormente florecen las tradiciones culturales, también asistan. Cabe destacar que además de la escuela, el edificio posee el primer auditorio de los Montes de María que cuenta con todas las especificaciones técnicas para presentar musicales y en donde se espera que se den los primeros conciertos de los estudiantes. Por esto la programación cultural es eje fundamental del funcionamiento integral de este espacio, que tiene capacidad para 250 personas. De otro lado, los socios de este centro cultural, entre ellos la Escuela de Administración de Negocios, EAN, aspiran a que se convierta en una nueva oportunidad para promover la música y la cultura montemarianas, azotada por el conflicto armado que dispersó a las comunidades, rompió vínculos y destruyó la infraestructura. Lo anteriormente expuesto no pudo acabar con la alegría propia de los habitantes de la región, algo que les sirvió para resistir y luchar por la recuperación de espacios públicos y de entretenimiento. En definitiva: ¡Esperamos que la escuela se convierta en el corazón de la cultura montemariana! -31-


TIEMPO DE SEQUÍA

la hoja de ruta de los montes de maría Este proyecto promueve el diálogo social y la movilización ciudadana alrededor de los grandes temas para el desarrollo regional.

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urante 2014, la Fundación Semana hizo una exhaustiva radiografía sobre la situación social de la zona rural en los Montes de María. Desde marzo, nuestro equipo recorrió la región pasando por cada uno de los 16 municipios y los 137 corregimientos, del Atlántico al Magdalena. La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional de Cooperación Internacional, USAID, apoyó esta iniciativa que llamamos Hoja de Ruta Montes de María. Durante doce semanas, 16 investigadores, identificados como líderes en la región, llegaron hasta el último rincón en distintos medios de transporte: bus, lancha, moto, caballos, entre otros. Todo lo anterior con el propósito de conocer a cada comunidad. El equipo contó además con seis expertos en diferentes áreas de desarrollo que coordinaron 90 talleres. En total asistieron 4.100 personas entre afrodescendientes, indígenas y pobladores de la región, que identificaron las prioridades y acciones que hay que emprender para que el desarrollo sea posible. Con estas actividades, la Fundación promovió el diálogo social y la movilización ciudadana alrededor de los grandes temas para el desarrollo regional de los Montes de María. Así, se logró consolidar una gigantesca base de datos con información detallada en educación, salud, cultura, desarrollo comunitario y agropecuario, entre otros temas. El análisis de esta información nos llevó a grandes resultados. El agua, el desarrollo agropecuario, la salud y la educación son las necesidades más apremiantes de la población en este momento. El 45% de los corregimientos no cuenta con ninguna infraestructura de acueducto y aquellos que sí la tienen, el servicio es intermitente o el agua no es potable. Tampoco hay distritos de riego suficientes, las vías están en mal estado, la tecnificación es baja y proliferan los intermediarios en la comercialización, lo que dificulta el desarrollo agropecuario. -32-

También preocupa que gran parte de los habitantes de los Montes de María no tienen acceso a salud y educación. En 93 de los 137 corregimientos hay centros de salud, sin embargo, en 52 de estos corregimientos no funcionan o no cuentan con los más elementales artículos de primeros auxilios, además, se encuentran en mal estado. Así mismo, el personal médico no llega a muchos rincones. En 64 corregimientos no cuentan con profesionales ni enfermeras, lo que obliga a los habitantes de estos sitios recorrer grandes distancias, en busca de atención médica en otras poblaciones. En el tema educativo sucede algo similar. Aunque hay una cobertura en educación primaria del 95% en los corregimientos, la secundaria solo se presta en el 56%. Esto origina que los estudiantes se desplacen a otras poblaciones con mayor cubrimiento educativo, aumentando la deserción. Con base en esta información se construyeron nueve ejes temáticos en torno de los cuales el proyecto sentó sus bases: agua, tierras, salud, educación, desarrollo agropecuario y productivo, seguridad, cultura, medio ambiente y comunicación. Desde entonces, se han llevado a cabo 16 talleres municipales, uno en cada municipio de los Montes de María, con la activa participación de alcaldes, gabinetes y líderes comunitarios. Luego se elevó el debate municipal a uno de carácter regional que se realizó el pasado 29 de agosto, del que surgieron proyectos importantes. Finalmente y para cerrar la primera etapa de esta Hoja de Ruta, se realizará el Foro Regional de los Montes de María, con el que se buscará que todos los actores relevantes participen en la agenda de acciones para el desarrollo de la región. Es así que durante el foro y con el propósito de convertir en hechos concretos los puntos señalados, se instalarán mesas de trabajo para concluir la tarea.


EL SALADO

el momento para construir

la paz

El alto comisionado para la paz, Sergio Jaramillo, estuvo en los Montes de María para contarles a los campesinos su visión sobre el fin del conflicto armado.

M

ontes de María fue la primera región a la que el alto comisionado para la paz y negociador en La Habana, Sergio Jaramillo, viajó para reunirse con las comunidades para hablar de lo que significa la paz territorial. Durante un encuentro en Sincelejo propiciado por la Fundación Semana, la Red Prodepaz y la Fundación Ideas para la Paz, a finales de mayo, Jaramillo explicó qué pasará luego de que se firmen los acuerdos de paz entre el Gobierno colombiano y las Farc. Según Jaramillo, el proceso de La Habana, aunque culmine con éxito, no significará la paz, sino apenas el fin de un conflicto: el silenciamiento de los fusiles. Después seguirá una fase de transición y de construcción de la llamada paz territorial, la cual requiere no solo del concurso de todos los actores de la sociedad, sino de transformaciones sociales e institucionales. La paz territorial se basa en la participación. “Esa es su almendra”, dijo. Esto quiere decir que para implementar el punto uno de la agenda de La Habana, que trata de un desarrollo rural integral, se requiere que las comunidades imaginen el futuro de su territorio. Los acuerdos contemplan, por ejemplo, la constitución de zonas de reserva campesina, lo cual puede servir para darle viabilidad a la que se viene promoviendo en Montes de María. Lo mismo sucede con el segundo punto de la agenda de negociación, que versa sobre la participación política, y cuya

atención se ha centrado en la creación de circunscripciones especiales para que las regiones más afectadas por la guerra tengan representación en el Congreso. Son curules sobre las que podrán competir incluso las organizaciones sociales. Pero Jaramillo recordó que también hay puntos tan relevantes como que las inversiones de la región serán definidas de manera participativa. Esto podría, en el mediano plazo, romper la trampa del clientelismo que tanto daño les ha hecho a las zonas golpeadas por el conflicto. Y aunque en Montes de María no existen cultivos ilícitos, sí hay presencia, y fuerte, del narcotráfico, por eso el punto tres de la agenda, referido a la solución del problema de las drogas ilícitas, afectará al territorio ya que se supone que se hará un esfuerzo mayor para perseguir los bienes de los narcos que en buena medida, son cientos de hectáreas. El Alto Comisionado también recordó que aunque se firmen los acuerdos de paz con las Farc, de los cuales aún faltan temas cruciales como la reparación a las víctimas y la dejación de armas, su aplicación no será ni automática ni fácil. Primero se requiere de una refrendación en las urnas. “La implementación tendrá muchos obstáculos y oponentes, por lo que será crucial la organización de las comunidades en torno de la construcción de los acuerdos. Se trata de lograr una visión compartida del territorio entre todos los que viven y trabajan en él”. Fruto de ese primer encuentro con Jaramillo se constituyó un Grupo de Impulso de la Paz Territorial en Montes de María, en el que participan personas como Soraya Bayuelo, del Colectivo Línea 21; Gabriel Urbano, de CDS; Ricardo Esquivia, de Semillas de Paz; Claudia García, de la Fundación Semana, y Elvia Mejía, de la ESAP. Pero este no es el único esfuerzo de paz territorial en la región. La Red Prodepaz y la Fundación Montes de María están trabajando con sus redes y de la mano de la Oficina del Alto Comisionado para fortalecer a las comunidades y así afrontar los retos de la paz. Lo propio hacen instituciones del Gobierno y de la cooperación internacional como Colombia Responde. La paz no llegará prefabricada de La Habana, sino que tendrá que construirse colectivamente en los territorios, fue el mensaje de Jaramillo. Por eso, los acuerdos de paz entre el Gobierno y la guerrilla serán una oportunidad para darle un giro a la historia de la región. Montes de María tendrá que dibujar el boceto de la paz que quiere y luchar por ella a través del diálogo, la concertación y la participación. -33-


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TIEMPO DE SEQUÍA

ogros

TRANSPORTE ESCOLAR GRATUITO PARA LAS VEREDAS En marzo de 2014, el escritor Héctor Abad Facciolince contó en El Espectador la historia de Jéssica Flórez, una estudiante de la vereda Santa Clara que no podía ir a la escuela más cercana por falta de recursos. Ella no era la única, otros estudiantes de las seis veredas de El Salado tampoco tenían cómo terminar la secundaria. Pero gracias a la tutela de un ciudadano y a la juiciosa gestión de la Mesa de Educación del corregimiento, la alcaldía de El Carmen de Bolívar tuvo que contratar un transporte especial para que estos jóvenes pudieran asistir a clases. EL EMPODERAMIENTO DE LA MESA DE EDUCACIÓN Si algo han logrado los habitantes de El Salado es que su Mesa de Educación sea un ejemplo en la región. Este comité, compuesto por 23 personas, consiguió que la administración departamental nombrara a los docentes del colegio del casco urbano, de Villa Amalia y Santa Clara. También, que mejorara el suministro de alimentos para los niños de las veredas. LA COHESIÓN SOCIAL Con la preselección de los beneficiarios de las 100 casas gratis del ministerio de Vivienda, la Mesa de Infraestructura dio una gran lección de cómo los habitantes pueden gestionar y realizar un proceso con diligencia y transparencia, ya que su trabajo se basó en las necesidades reales de las familias. Los saladeros reconocen que su actuación se dio de cara a la comunidad. MÁS DE 100 FAMILIAS TRABAJANDO CON EL PROYECTO BID-FOMIN En abril de 2013, la Fundación Semana y el Banco Interamericano de Desarrollo firmaron un convenio con aportes del -34-

Fondo Multilateral de Inversiones, Fomin, para desarrollar un proyecto que busca la reconstrucción económica de El Salado. En el primer semestre de 2014, 107 campesinos de la región recibieron insumos y semillas que sembraron en sus tierras, donde implementaron lo aprendido en las capacitaciones que les dio el equipo de la Fundación. A pesar de la sequía y de que se perdió la primera cosecha, los campesinos continúan en su labor agropecuaria hasta alcanzar sus objetivos. COMENZÓ LA CONSTRUCCIÓN DE LAS CASAS GRATIS A comienzos de octubre, 100 familias de El Salado, que no cuentan con vivienda propia, empezaron a ver su sueño hecho realidad. La Fundación Carvajal, por encargo del ministerio de Vivienda, en asocio con el Banco Agrario, el Departamento de Prosperidad Social y la Fundación Semana –que donó un lote de 3,3 hectáreas–, comenzaron a ejecutar la construcción de las 100 casas gratis. Las viviendas, que se diseñaron teniendo en cuenta las casas tradicionales de la región, serán de 60 metros en lotes de 128 metros cuadrados, con dos cuartos, sala, comedor, terraza, baño, patio y cocina, así como un espacio para acceso de los animales. La urbanización tendrá parques, zonas verdes y contará con todos los servicios. EL ÚLTIMO ENVIÓN A LA CARRETERA Octubre fue de grandes obras para El Salado. Cementos Argos, con la presencia del presidente, Juan Manuel Santos, inició la pavimentación en concreto rígido de 14 kilómetros entre el corregimiento y El Carmen de Bolívar, que se espera estén listos en cinco meses. La comunidad y la Fundación Semana ya habían logrado, a través de Invías y la Gobernación de Bolívar, la construcción de varios tramos de placa huella. LA PRIMERA INFANCIA PARA LAS VEREDAS A través de la Fundación Semana y Ayuda en Acción, se consolidó una alianza con el programa aeioTU de Fundación Carulla y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, para brindarles atención integral a todos los niños y niñas de 0 a 5 años que viven en las seis veredas de El Salado. Con este programa, 101 niños ya cuentan con cinco maestros que van a atenderlos semanalmente en unos ranchos comunitarios que se construyeron con este propósito.


CUIDEMOS EL AGUA La sequía ha puesto a pensar a los saladeros sobre cómo proteger sus fuentes de agua. Una es creando comités para su protección, otra, el mantenimiento permanente de los aljibes que se encuentran en el pueblo para que no se conviertan en basureros. También es necesario que se sigan conservando los jagüeyes, que son la principal forma de almacenar agua en la zona rural. Las represas sirven para el aseo y para los animales, también para las personas, a pesar de que no es potable.

QUE LOS PROFESORES LLEGUEN A TIEMPO En 2014, los niños y adolescentes de El Salado sufrieron por el retraso en el nombramiento de los profesores. El de Santa Clara, por ejemplo, no fue nombrado, lo cual hizo que los padres se vieran obligados a enviar a sus hijos a estudiar a Canutal y a Canutalito. El próximo año se espera que la Secretaría de Educación departamental garantice que lleguen a tiempo para que los estudiantes puedan empezar sin contratiempos su año escolar.

¡A UTILIZAR LA BIBLIOTECA! Desde julio de 2012 y gracias a la Red Nacional de Bibliotecas, El Salado cuenta con una de las mejores de la región, que tiene en sus estantes más de 8.000 libros. Por eso, uno de los retos que tienen los saladeros es que los niños y también los adultos la utilicen y participen de los grupos de lectura, porque son muy pocos los que hoy la visitan. Los maestros y los padres de familia se deben unir en torno de esta tarea, igualmente, solicitarle a la alcaldía de El Carmen que contrate a un bibliotecario.

ESCUELAS PROPIAS A pesar de los avances que ha tenido El Salado en el tema de educación durante 2014, sigue siendo un desafío la titulación de los lotes en donde funcionan los salones para primaria y bachillerato, algo que es responsabilidad de la alcaldía de El Carmen de Bolívar. Sin la formalización de la propiedad no se podrá mejorar la infraestructura de los planteles educativos tanto en lo tecnológico como en lo logístico.

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EL SALADO

etos

PRESENCIA INSTITUCIONAL

El Salado necesita que la gobernación de Bolívar, así como la alcaldía de El Carmen, se comprometan con una presencia activa y una mayor gestión en el mejoramiento de la educación y la salud de sus habitantes.

LA DEUDA DEL GAS En 2012, el gobernador de Bolívar, Juan Carlos Gossaín, les prometió a los saladeros que antes de finalizar ese año tendrían gas. El compromiso lo reiteró el hoy vicepresidente, Germán Vargas Lleras, cuando anunció la construcción de 100 casas gratis. Y aunque el proyecto de las viviendas ya es realidad, los habitantes del corregimiento aún siguen a la espera de que les llegue el tan anhelado combustible.

PARTICIPACIÓN Y TRANSPARENCIA Con la construcción de las casas y la carretera se espera que todas las familias participen y haya transparencia en los procesos de selección y contratación de los más de 700 empleos directos que generarán estos proyectos.

VOTAR A CONCIENCIA En 2015 se realizarán las elecciones regionales. Los saladeros tienen que lograr que su voz sea escuchada por los candidatos elegidos y que sus necesidades sean incluidas en los planes de gobierno. Pero también, deben ser conscientes de que la participación política incluye la fiscalización y el control a los gobernantes de turno.

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LOS QUE SON Y LO QUE HACEN Coltabaco Además de liderar el proyecto más ambicioso en lo productivo -recuperar la siembra de tabaco en la zona-, financió la reconstrucción de la Casa de la Cultura.

Armada Nacional Acompaña de forma permanente a la comunidad y apoya a la alianza con logística y transporte de materiales.

Argos Ha apoyado a la Asociación de Jóvenes Productores de El Salado a través de varios proyectos. Además es parte de procesos que afectan la comunidad como la construcción de la Casa de la Cultura, la pavimentación de 14 kilómetros de la carretera entre el corregimiento y El Carmen y el estudio técnico del arroyo y tierras MDM.

USAID Ha apoyado a la alianza siendo un aliado estratégico para el proyecto de desarrollo económico local en regiones de posconflicto. Además ha hecho parte del proyecto Hoja de Ruta de los Montes de María.

Telefónica Conectó a El Salado con el mundo a través de una antena que permite que hoy tenga teléfono fijo, celular y conexión a internet por banda ancha. Será un aliado clave en los Montes de María. Pavco Hace parte del Comité de Agua de El Salado. Donó los diseños de alcantarillado y aportó materiales para el mejoramiento del acueducto de los hogares comunitarios y de la Casa de la Cultura. Fundación Carvajal Fundación Carvajal ha sido la gran cabeza detrás de los distintos proyectos que lidera la Fundación Semana. Uno de los proyectos que comenzó a ejecutar este año es la construcción de 100 casas gratis para los saladeros. OIM Creadores y líderes de la convocatoria ante el Incoder además de hacer contrapartidas a proyectos financiados por el sector privado. Bavaria Apoya los emprendimientos de El Salado y Palenque, ha sido el aliado principal de las campañas de comunciación de la alianza y apoyó el lanzamiento de la Casa del Pueblo.

L ib ertad

Presidencia de la República Ayuda gestionando la articulación del sector público. Así mismo, donará los recursos para la adecuación de una cancha de fútbol de El Salado.

y O rd e n

Fundación Alpina Alpina ha sido el corazón de la reconstrucción y lidera el proyecto de granja agroecológica.

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Colombia

Coca-Cola Femsa Ayuda a diseñar un plan de saneamiento básico y buscar soluciones de agua en El Salado y veredas. Dona bebidas para los eventos. Corona Además de donar materiales para los distintos proyectos, ha sido líder en el plan de infraestructura.

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La W Radio Con Julio Sánchez a la cabeza, La W ha sido el gran promotor de las campañas por los Montes de María. Caracol TV Gran patrocinador de varias causas durante el proceso y cofinanciador del documental La masacre de El Salado: los años que siguieron. Publicaciones Semana Principal creador del proyecto y promotor del mismo a través de sus distintas publicaciones. Financia el equipo de trabajo de Fundación Semana. Avianca Promueve el continuo acercamiento con la comunidad de El Salado y de San basilio de Palenque y apoya el transporte de productos. Fundación Suramericana Líder en las iniciativas de Seguridad Alimentaria de El Salado y sus veredas. Financió la construcción de un sistema de extracción de agua con energía solar para el patio productivo comunitario de la vereda Santa Clara y, en la actualidad, apoya al grupo de soldadores del corregimiento. DDB Han sido los autores de las campañas publicitarias y de imagen de Fundación Semana. Mazda Donó una camioneta para uso del proyecto. Prieto Carrizosa Apoya todas las actividades de Fundación Semana donando su asesoría legal. Mercedes Salazar Diseñó la manilla simbólica que muchos colombianos llevan en la muñeca para recordar lo que sucedió en El Salado. PACIFIC RUBIALES Cofinanció el lanzamiento de la Casa de la Cultura y financió el lote donde se construirá la cancha de fútbol. Apoyará la construcción del reservorio en La Quimera y La Conquista, cofinanciará el proyecto BID-Fomin y financiará la construcción de la escuela de la vereda La Emperatriz y el salón múltiple de deportes. En la actualidad apoya al proyecto Hoja de Ruta.


EL SALADO Chevron Financió un proyecto de energía solar para la Casa del Pueblo, los paneles solares no solo dan energía al centro del pueblo, también a la nevera de vacunas del centro de salud y la de alimentos del restaurante escolar. Ministerio de Transporte A través del programa de vías terciarias, aportó todos los recursos para el mejoramiento de la vía El Carmen de Bolívar – El Salado. Invías Realizó el diagnóstico y el diseño para el mejoramiento de la carretera y entregó los recursos a la Gobernación de Bolívar para comenzar el mejoramiento de la vía a El Salado.

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Eternit Han sido los líderes de la mesa de infraestructura y brindan tanto materiales como apoyo técnico a múltiples proyectos del pueblo. ICBF Lidera el proyecto Familias con Bienestar y cofinanciará junto con Aeiotü la operación de un programa para la primera infancia en las veredas de El Salado. Aeiotü Lidera el proyecto de atención integral de alta calidad para la primera infancia en El Salado y opera un programa para las veredas. Simón Hosie / Casa del Pueblo Donó los diseños de la Casa del Pueblo y Comunitarios y Hamadores. Syngenta Presta asistencia técnica a proyectos agrícolas y ha donado insumos para el proyecto de civilización de tierras. Será un aliado clave para el proyecto de desarrollo agrícola. Grupo Éxito Promueve la venta de hamadoras con sus aliados. DPS Ha sido la entidad líder del Estado para consolidar esta alianza. Además, aportó la financiación de la construcción del alcantarillado y los proyectos productivos de la Casa de la Cultura. También financiará los estudios para las soluciones de agua en las veredas. Constructora Bolívar Apoyó económicamente la construcción de la Casa de la Cultura y auxilia el área de infraestructura del proyecto de reconstrucción de El Salado. Electricaribe Ayudó a solucionar los problemas eléctricos de pueblo y expuso una muestra del Museo del Caribe en El Salado.

Fundación Restrepo Barco Apoya todas las iniciativas en salud. Unidad de Víctimas Apoya los procesos de reparación de El Salado y Palenque. Sena Está presente en El Salado y Palenque con cursos de artesanías, lácteos, mecánica, etc, incluyendo la implementación de la técnica agropecuaria en el colegio de El Salado. OEA - TRUST Apoyó la creación de un Centro Mi Llave en El Salado que está beneficiando a la comunidad y permitió el acceso a las TIC, disminuyendo así la brecha y brindando formación para el trabajo. Fundación Ideas para la Paz Acompaña, documentando, el proyecto de reconstrucción de El Salado. Gobernación de Bolívar Apoya a través de la oferta institucional los proyectos de El Salado y es el gran líder del plan Palenque 2015. Incoder Apoya a la Asociación de Campesinos de El Salado (Asocampes) a través del proyecto de reactivación económica Quimera y Conquista, ayuda a resolver los problemas de titulación en la región y apoya el proyecto PDR en El Salado y la alta montaña. Aviatur A través de su Fundación acompañó a un grupo de deportistas de El Salado y apoya logísticamente los eventos. Ministerio de Cultura Apoya la siniciativas culturales de El Salado y de Palenque, ayudó en la creación del plan de sostenibilidad para la Casa de la Cultura de ambos lugares y en la creación de la Escuela de Música Lucho Bermúdez en El Carmen de Bolívar. Hybrytec Es un gran aliado en la estrategia de agua y energía solar. Donó el mantenimiento de los paneles solares para la Casa de la Cultura. Es miembro activo del Comité de Agua. Policía Nacional Hace presencia en El Salado con una estación de Policía. Ministerio de Salud y Protección Social Supervisa y lidera el cubrimiento en el tema de salud para la comunidad.

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LOS QUE SON Y LO QUE HACEN De Cero a Siempre Es uno de los líderes de estrategias para la primera infancia. Ministerio de Agricultura Apoya el desarrollo de los campesinos de los Montes de María. DNP Apoya el diseño de las fichas para el levantamiento de la línea de base de las comunidades. Alcaldía de El Carmen de Bolívar Apoyó la construcción del nuevo restaurante escolar, y apoya la Escuela de Música Lucho Bermúdez.

Cine Colombia Apoya la estrategia de Cine Club en El Salado. Donó un proyector y un sistema de sonido para El Salado. Carlos Vives y La Provincia Carlos Vives apoyó a los niños tamboreros y gaiteros con el fin de producir junto a La Provincia el concierto que se llevó a cabo en la inauguración de la Casa del Pueblo de El Salado.

Aceral Donó la estructura metálica para la Casa de la Cultura.

Fundación Semana Coordina la alianza para la reconstrucción de El Salado y promueve el desarrollo económico local en la región de los Montes de María.

El Universal Apoya el proyecto cubriendo sucesos importantes en la región.

FANALCA Donó dos motos a la Fundación Semana para sus equipos de trabajo en el terreno.

Fundación Corona Apoya el fortalecimiento a madres y hogares comunitarios.

Fundación Ser Ejecutó varios proyectos de reactivación económica, de seguridad alimentaria y de grupos de ahorro.

Surtigas Apoya el área de Desarrollo Comunitario de El Salado.

Advantis Asesora emprendimientos en los Montes de María en modelos de negocios y estrategias de comercialización.

Colombia Responde Apoyó al grupo de apicultores de El Salado y a los campesinos de las veredas. Donó los materiales para la remodelación de la Escuela Primaria y la Granja Agroecológica.

Aluzian Asesora la creación y promoción de marca para productos de la región de Montes de María.

Ministerio de Justicia y del Derecho Financió la construcción para la Casa de la Memoria y, en la actualidad, Supervisa y lidera el cubrimiento en el tema de salud para la comunidad.

ANSPE Se ha articulado con la estrategia Unidos, que lidera el proyecto “Zona libre de pobreza extrema” y apoyo en la financiación del proyecto de las 100 viviendas.

Fundación Saldarriaga Concha Ha apoyado desde el comienzo a la alianza que lidera la Fundación Semana, dedicando especial atención a la población de adultos mayores y discapacitados.

Alberto Samudio Donó el diseño de las viviendas nuevas y de la plaza principla para San Basilio de Palenque y trabajará en el diseño de las que se construirán en El Salado.

Aguayuda Miembro principal del Comité de Agua de El Salado. Realizó una campaña de educación de uso y cuidado del agua y la implementación de filtros para agua Life Straws.

Ayuda en Acción Es un apoyo a largo plazo en la atención integral para la población de las veredas en temas de agua, desarrollo económico y primera infancia.

BID - Fomin Cree en la apuesta de la Fundación Semana para la reconciliación y apoya una estrategia de desarrollo integral para 1.000 familias campesinas de El Salado, Palenque y alta montaña. Su principal objetivo es crear un modelo de Desarrollo Económico Local en regiones de post-conflicto.

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Fundación Ramírez Moreno Es el gran aliado del grupo de adulto mayor de El Salado, financió la adecuación y funcionamiento de la Casa del Adulto Mayor.

Fundación John Ramírez Moreno Ha sido un gran aliado que se comprometió con el desarrollo de la Casa de la Cultura. Red Nacional de Bibliotecas Públicas Incluyó a la Biblioteca de El Salado en su red y la dotó de libros. Apoya el fortalecimiento de la Biblioteca de San Basilio de Palenque.


EL SALADO APC Fortalece las iniciativas de cooperación internacional. Banco Agrario de Colombia Han entregado créditos para el desarrollo rural de los campesinos y está estudiando la posibilidad de condonar los intereses generados a las deudas a raíz del desplazamiento. Bancolombia Apoya los emprendimientos de El Salado y Palenque a través de un acompañamiento socio empresarial permanente. Colectivo BTA Donará en cooperación con otros aliados el diseño para la Casa de la Memoria de El Salado. Unidad Administrativa para la Consolidación Territorial Financió el levantamiento de línea de base en El Salado y sus veredas y en la alta montaña. Apoya a la Fundación Semana desde su entrada a El Salado y a la comunidad a través de la coordinación de estrategias del Estado. Centro Nacional de Memoria Histórica Acompaña el Plan de Reparación Colectiva de El Salado. DUPONT Financiará la instalación de un sistema de energía solar para la escuela de San Basilio de Palenque. Fondo Patrimonio Natural Apoya la creación de un plan de manejo ambiental de los proyectos productivos. Además está en alianza con el BID en temas de producción y conservación. Fundación Mundial Ha sido un gran aliado en el área de infraestructura y ha aportado programas de pintura para obras viviendas en El Salado y Palenque. Hotel Charleston Santa Teresa Donó el alojamiento para Carlos Vives y su familia en el lanzamiento de la Casa de la Cultura y presta sus instalaciones para eventos del proyecto. Ministerio de Vivienda Apoya el retorno de la población desplazada, con la financiación de 100 viviendas nuevas para los saladeros y financiará las soluciones de agua para las veredas. MinTic Instaló un kiosco Vive Digital en El Salado. Protección Líderes en las iniciativas de Seguridad Alimentaria en El Salado y sus Veredas. Financiaron la construcción del rancho - comedor en la Casa del Adulto Mayor de El Salado.

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