Programas y Propuestas

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Fundación para la Democracia Alternativa y Debate A. C. Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano Presidente Víctor García Zapata Director Jorge Linares Ortíz Coordinador académico Ivonne G. Villalón Pérez Coordinadora de Edición, Publicaciones y Divulgación Montserrat Castillo Portillo Logística y Administración Consejo Consultivo: Alicia Ziccardi, Carlos Lavore, Dolores González Saravia, Félix Hernández Gamundi, Javier Esguevillas, Jorge CadenaRoa, Sergio Benito Osorio Romero, Eduardo Vázquez Martín

Diseño: Fernanda Arnaut Fundación para la Democracia, Alternativa y Debate A. C. Diego Rivera 140, Col. Guadalupe Inn, Del. Álvaro Obregón 01060, Ciudad de México Teléfono: 6553 2261 www. fundaciondemocracia. org Impreso y hecho en México

Fundación para la Democracia, Alternativa y Debate A. C. Desde su nacimiento en México en 1995, la Fundación para la Democracia es una asociación civil dedicada al fortalecimiento del pensamiento progresista, mediante el fomento al debate, la formación y la divulgación de las políticas públicas y los procesos sociales que impulsan el mejoramiento de la calidad de vida, la soberanía, la democracia, la igualdad y el progreso en México, en América Latina y el mundo. Desarrolla sus actividades con la convicción de que es necesario promover entre los jóvenes y los diversos sectores de la sociedad los valores de la libertad, la independencia, la solidaridad entre los individuos, y entre los pueblos, el trabajo, el progreso, el bienestar, el derecho a un desarrollo ambientalmente sustentable, la democracia, la tolerancia, la justicia, la paz, el rechazo y combate a todo tipo de explotación, así como al uso de la fuerza para resolver controversias entre naciones e individuos, anteponiendo los intereses colectivos a los individuales en el ejercicio de la acción pública.


Índice Presentación...........................................................13 Programa y Llamamiento del Movimiento de Liberación Nacional..............................................15 Introducción............................................................................16 Antecedentes...................................................................16 Desarrollo de la asamblea................................................17 Organización y acción.....................................................18 Soberanía nacional.................................................................19 i. Soberanía interna.........................................................20 ii. Soberanía externa........................................................22 Lucha contra el imperialismo..........................................23 Lucha contra el colonialismo...........................................25 Libertad de los presos políticos........................................26 Solidaridad con Cuba......................................................28 Emancipación Económica.....................................................30 Principios generales........................................................30 Nacionalización...............................................................32 Reforma agraria...............................................................35 Industrialización.............................................................41 Financiamiento del desarrollo económico nacional.........45 Comercio exterior y balanza de pagos.............................51 Elevación del nivel de vida del pueblo.............................54 Cultura y educación...............................................................57 Enseñanza elemental y media.........................................57 Enseñanza profesional y subprofesional..........................58 Investigación científica....................................................59 Defensa de la cultura nacional........................................59 Educación indígena.........................................................61 Lucha por la paz y la cooperación internacional...............63 Llamamiento al pueblo mexicano........................................66 Por el comité nacional.....................................................72 Delegaciones estatales ....................................................73


Propuesta democrática por una Nación independiente, justa, libre y productiva............77 Propuesta democrática..........................................................78 i. El Estado democrático y el poder ciudadano.................85 1. Garantizar el sufragio efectivo....................................87 2. Defender los derechos ciudadanos...............................87 3. Fortalecer los partidos.................................................88 4. Democratizar la comunicación....................................88 5. Equilibrar los poderes..................................................88 6. Procurar justicia..........................................................89 7. Renovar el federalismo................................................89 8. Municipalizar el Distrito Federal...............................89 9. Establecer el Servicio Civil..........................................90 10. Desterrar la corrupción.............................................90 11. Respetar los derechos de las minorías........................90 12. Reconocer y promover las autonomías......................91 ii. El rescate de la nación.......................................................92 13. Detener la sangría financiera....................................93 14. Recuperar la soberanía económica.............................94 15. Frenar la penetración extranjera...............................94 16. Fortalecer nuestra identidad.....................................95 17. Replantear las relaciones con los Estados Unidos.....95 18. Proteger a los mexicanos en el exterior.....................95 19. Defender la autodeterminación en Centroamérica....96 20. Promover la comunidad latinoamericana..................96 21. Incorporarnos al no alineamiento..............................96 22. Diversificar nuestras relaciones................................97 23. Impulsar las negociaciones económicas.....................97 24. Recuperar la vanguardia internacional.....................97 iii. La preservación de nuestro patrimonio........................98 25. Erradicar la miseria.................................................100 26. Garantizar la salud..................................................100 27. Asegurar la vivienda digna.....................................100 28. Regular los fenómenos demográficos.......................101 29. Descentralizar la vida nacional...............................101 30. Democratizar el desarrollo urbano..........................101 31. Racionalizar el aprovechamiento de los recursos....102

32. Recuperar la naturaleza..........................................102 33. Consumar la reforma agraria..................................102 34. Ordenar la transición energética.............................103 35. Revisar la política nuclear.......................................103 36. Regenerar el medio ambiente...................................103 iv. La sociedad solidaria .....................................................104 37. Combatir la marginalidad.......................................106 38. Mejorar la nutrición................................................106 39. Proteger a la niñez...................................................106 40. Garantizar la educación básica................................107 41. Reformar el sistema educativo.................................107 42. Elevar y democratizar la educación superior..........107 43. Apoyar a la juventud...............................................108 44. Impulsar el ascenso de la mujer..............................108 45. Dignificar el trabajo................................................108 46. Universalizar la seguridad social............................109 47. Estimular la creación...............................................109 48. Fomentar la pluralidad............................................109 v. La recuperación del desarrollo....................................... 111 49. Frenar la inflación...................................................113 50. Reactivar la economía..............................................113 51. Fomentar el empleo..................................................114 52. Fortalecer el salario y el consumo............................114 53. Redistribuir el ingreso.............................................114 54. Promover la productividad y la innovación............115 55. Asegurar la autosuficiencia alimentaria................115 56. Integrar la industria................................................116 57. Reconstruir la economía pública.............................116 58. Financiar el desarrollo.............................................116 59. Reducir la dependencia............................................117 60. Concertar el desarrollo............................................117 Mexicanos:.............................................................................118


Presentación En esta publicación se reeditan dos documentos que conservan actualidad y son al mismo tiempo antecedentes de las luchas y los planteamientos programáticos de los grupos progresistas y democráticos de hoy: el Programa del Movimiento de Liberación Nacional, de 1961, y la Propuesta Democrática de la Corriente Democrática, de 1986. Al reproducir estos documentos, la Fundación por la Democracia -alternativa y debate- contribuye con ellos a la formulación del proyecto de nación que pueda constituirse en guía programática y para la definición de estrategias en las luchas actuales del pueblo mexicano por el rescate del pleno ejercicio de su soberanía, la ampliación y consolidación de su construcción democrática y su acercamiento con los pueblos hermanos para avanzar en la integración política y económica de América Latina. Cuauhtémoc Cárdenas. México, D. F. , 18 de marzo del 2015.


Programa y Llamamiento del Movimiento de Liberaci贸n Nacional M茅xico 1961

Movimiento de Liberaci贸n Nacional

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Introducción “En esta reunión, a la que se han servido invitarme -expresó el general Lázaro Cárdenas al inaugurarse el 4 de los corrientes la primera Asamblea Nacional por la Soberanía, la Emancipación Económica y la Paz-, mis palabras vienen a sumarse a las manifestaciones de los patriotas y progresistas de México y de todos los pueblos latinoamericanos… que, a pesar de las presiones internas y exteriores, están seguros de sí mismos, convencidos de sus derechos y dispuestos a defenderlos”. “Todos los pueblos de América han tenido que luchar desde su independencia contra intereses conservadores y retardatarios. Ni en la lucha por la Independencia, ni en la Reforma, ni en la Revolución de 1910 se habían confabulado las fuerzas y las oligarquías dominantes, las del clero político y del imperialismo norteamericano, como sucede hoy”. “Ante esta innoble campaña provocativa, México, como todos los demás países de América Latina, tiene que organizarse, unirse para la defensa conjunta de sus intereses; a esto tiende la asamblea que ustedes celebran”. “Su organización -dijo al finalizar su intervención el general Cárdenas-, es lícita; no lesiona los principios establecidos en la Constitución que rige la vida del país. Será un organismo que contribuya a la realización de los postulados de la Revolución mexicana, consagrados en nuestra Constitución Política”.

Antecedentes Desde que terminó la Conferencia Latinoamericana por la Soberanía Nacional, la Emancipación Económica y la Paz, celebrada con gran éxito en la Ciudad de México el pasado mes de marzo, los mexicanos que más activamente participaron en su organización empezaron a trabajar con el objeto de examinar la mejor manera de llevar adelante las

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Programa y llamamiento

resoluciones de dicha conferencia. El 12 de abril se decidió elaborar un programa de actividad de alcance nacional y un mes más tarde se aprobó el plan de trabajo inmediato, conviniéndose en crear el Comité (provisional) por la Soberanía Nacional y la Emancipación Económica, y auspiciar la formación de varios grupos que tendrían a su cargo tareas específicas, tales como la defensa de la reforma agraria, el impulso de la solidaridad con Cuba, la promoción y la defensa de la cultura nacional, la lucha por la paz y por la libertad de los presos políticos. En esa misma ocasión se acordó preparar una asamblea nacional interna para principios de agosto, con el fin de lograr en ella nuevos acuerdos que sirvieran como base para la organización y acción conjunta de los sectores democráticos dispuestos a luchar por el desarrollo independiente del país, en torno a un programa nacional contra el imperialismo extranjero y en defensa de los intereses del pueblo mexicano. Entre mayo y junio se trabajó intensamente en la preparación de la asamblea, aceptándose desde un principio que, dados los objetivos que en ella se perseguían, debía ser una reunión de trabajo ampliamente representativa y, a la vez, con un número relativamente pequeño de participantes, pues sólo así podría aspirarse a obtener resultados verdaderamente positivos.

Desarrollo de la asamblea El 4 de agosto, a las 10 de la mañana, se marcaron las labores de la Asamblea con asistencia de 180 delegados procedentes de 24 entidades de la República y de numerosas organizaciones campesinas, obreras, estudiantiles, femeniles, cívicas y culturales. La declaratoria de apertura correspondió al General Heriberto Jara, viejo y limpio revolucionario, quien subrayó la importancia de la reunión. A continuación el general Cárdenas dirigió un saludo -al que corresponden los párrafos iniciales de esta nota- y posteriormente el licenciado Alonso Aguilar informó sobre los trabajos realizados desde marzo y señaló que los objetivos principales de la asamblea eran: aprobar un programa nacional de lucha por la soberanía, la emancipación económica y la paz, definir las bases de la organización que habría de crear, convenir en un programa de acción y formular un llamamiento a las fuerzas democráticas del país. Movimiento de Liberación Nacional

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La primera sesión plenaria concluyó aprobando las reglas generales de funcionamiento de la asamblea y, después de un breve receso, se instalaron tres comisiones de trabajo: de programa, organización y acción, entre las que se distribuyeron los delegados. En la sesión plenaria de clausura se aprobaron por unanimidad las resoluciones propuestas por las comisiones de trabajo. A iniciativa de la delegación de Jalisco, se eligió enseguida por unanimidad, de acuerdo con las bases de organización, a 26 miembros del Comité Nacional. El doctor Mateo Sáenz, de la delegación de Nuevo León, tomó la protesta a dichas personas y la declaratoria de clausura estuvo a cargo del licenciado Ignacio García Téllez, quien instó a los delegados a cumplir con entusiasmo los compromisos contraídos y a luchar sin descanso por el bien de México.

Organización y acción El Movimiento de Liberación Nacional ha empezado ya a organizarse de acuerdo con las bases aprobadas en la asamblea nacional. En estos momentos, además de varios comités que tienen a su cargo tareas específicas, cuenta ya con alrededor de 40 comités locales, con numerosos grupos que trabajan en la formación de nuevos comités locales y con el apoyo de múltiples organizaciones campesinas, obreras, estudiantiles, de profesionistas e intelectuales, de mujeres, etc. El Movimiento de Liberación Nacional proyecta una gran conferencia para marzo de 1962. El Movimiento de Liberación Nacional tiene asimismo un vasto plan de actividad que incluye una intensa labor de difusión, actos públicos, mesas redondas, conferencias regionales, encuentros de sectores populares, estudios de problemas nacionales y celebraciones y exposiciones. El plan empezará a ser puesto en marcha de inmediato, a fin de cumplir con el programa aprobado en la asamblea nacional. En la presente publicación se recogen el texto de ese programa y el llamamiento del Movimiento de Liberación Nacional al pueblo de México.

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Soberanía nacional Considerando: Que la existencia soberana del Estado mexicano está fundada en un régimen constitucional o de derecho, producto de la voluntad del pueblo mexicano expresada en el Congreso Constituyente de Querétaro en 1917. Que de acuerdo con el artículo 39 de la Constitución de la República, “la soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder político dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno”. Que tradicionalmente la soberanía ha sido violada por enemigos extranjeros -el imperialismo, no sólo territorialmente considerado, sino sobre todo desde el punto de vista económico-político-, y por enemigos internos -las fuerzas antipopulares y reaccionarias directamente relacionadas con aquél. Que el pueblo mexicano tiene el derecho inalienable, como todos los pueblos, de alcanzar su plena soberanía nacional -libre de toda tutela extranjera- y de defenderla por todos los medios posibles. Que una de las formas de reivindicación y ejercicio de la soberanía son las leyes que el propio pueblo se va dando en ejercicio de la misma. Que esas leyes han cristalizado en nuestras constituciones políticas, como es el caso de la Ley Fundamental de 1917. Que en dicha Constitución se encuentran los medios, tanto individuales como sociales, para luchar por la reivindicación y afianzamiento de la soberanía nacional y popular. Que en la lucha por conquistar la emancipación de México Movimiento de Liberación Nacional

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de la dependencia extranjera, el pueblo mexicano se apoya también en el principio e inviolable derecho de autodeterminación. Que la soberanía nacional está íntimamente vinculada a la plena democracia, no formal sino real, es decir, una democracia en que las fuerzas populares mayoritarias sean los factores determinantes en el progreso histórico de México, dado que la lucha por la democratización del régimen político es una de las necesidades fundamentales del país y que dicha democratización debe expresarse en la participación en el gobierno de las fuerzas populares, únicas capaces de realizar una política de emancipación económica. Que en ejercicio de su soberanía nacional, el pueblo tiene el derecho indiscutible de rescatar y explotar para su beneficio todos los recursos y riquezas naturales en manos de extranjeros. Que el pleno ejercicio de la soberanía nacional cubre dos aspectos: uno, interno o nacional y otro, exterior. El Movimiento de Liberación Nacional resuelve:

i. Soberanía interna l. Exigir el absoluto cumplimiento de la Constitución Política. 2. Luchar, de acuerdo con el artículo 19 constitucional, por sostener en su plena vigencia las garantías individuales y sociales consignadas en la propia Constitución de la República, que constantemente son violadas. 3. Pugnar, de acuerdo con los principios anteriores, por el respeto efectivo a la soberanía de los estados que integran la Federación y por una auténtica autonomía municipal. 4. Luchar por el respeto absoluto del sufragio universal directo y secreto, y por la instauración del sistema de representación proporcional. 5. Asegurar por este medio una política democrática que, originándose en el cabildo municipal y pasando por las legislaturas locales y federales, realice la teoría constitucional y los anhelos populares de independencia municipal y estatal, así como la independencia y el equilibrio entre el poder ejecutivo, el legislativo y el judicial.

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Programa y llamamiento

6. Obtener el respeto a la autonomía del municipio y a la soberanía de los estados, eliminando la centralización política y el caciquismo, y hacer efectivos los Poderes de la Unión, condición indispensable para el progreso democrático y el fortalecimiento de la soberanía nacional. 7. Luchar porque el Poder Judicial goce de cabal independencia respecto de los otros poderes, y porque la justicia en México sea expedita y eficaz, aplicando las leyes con un sentido progresista y defensor de las clases populares. 8. Luchar contra la corrupción que se manifiesta en todos los sectores de la vida política y administrativa, así como en la aplicación de la justicia. 9. Exigir la expedición de una nueva ley electoral, de acuerdo con las condiciones políticas del país, que, estableciendo la representación proporcional, garantice el respeto al sufragio y termine con las limitaciones al registro de los partidos políticos y con el monopolio electoral del partido oficial. 10. Pugnar porque los trabajadores aseguren la plena democracia sindical y campesina, eliminando los vicios que actualmente imperan en sus organizaciones. 11. Exigir el respeto de los preceptos constitucionales que garantizan los derechos de asociación, de reunión, de pensamiento, de contratación colectiva y de escalafón. 12. Afirmar la independencia absoluta para el régimen sindical interno, tanto respecto del Estado como de los patrones. 13. Obtener la plena libertad de afiliación política de los miembros de los sindicatos. 14. Reafirmar el derecho de huelga y las demás garantías sindicales. 15. Luchar porque los jóvenes gocen de enseñanza gratuita en todos los grados, tengan derecho al trabajo y a la tierra, participen en la vida cívica y política del país y se desarrollen espiritual y materialmente en un clima de libertad efectiva. 16. Pugnar porque la mujer mexicana disfrute efectivamente de sus derechos constitucionales y participe en la vida cívica y política del país en igualdad de condiciones con el hombre. 17. Pugnar por la igualdad real de derechos de las masas indígenas con el resto de la población mexicana, así como por Movimiento de Liberación Nacional

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el respeto a la elección de sus autoridades y el fortalecimiento de la propiedad comunal y, además, por su mejoría integral y su elevación cultural. 18. Luchar por la desaparición del artículo 145 del Código Penal, es decir, del llamado delito de “disolución social”, violatorio de las garantías individuales y sociales consagradas en nuestra Constitución. 19. Exigir la disolución de los servicios e instrumentos policíacos, como la Dirección Federal de Seguridad, policías secretas de las distintas instituciones oficiales que actúan al margen de la Constitución, así como de toda clase de policías privadas. 20. Demandar que se prohíba el empleo del Ejército nacional y de los cuerpos de policía en los conflictos laborales y condenar el uso de los mismos como medios de represión contra los trabajadores.

ii. Soberanía externa Considerando: Que el principio de la igualdad jurídica de los Estados es un principio de derecho universalmente aceptado en la comunidad internacional de las naciones. Que el principio de autodeterminación de los pueblos para darse la forma de gobierno que deseen es un derecho emanado directamente del ejercicio de la soberanía nacional. Que como derecho correlativo del anterior surge el principio de no intervención por parte de cualquier potencia o grupo de Estados en la vida de los gobiernos que los pueblos, en uso de sus derechos soberanos, se van dando. Que del respeto y estricto cumplimiento de los principios anteriormente expresados depende la vida pacífica y ordenada de la comunidad internacional. El Movimiento de Liberación Nacional resuelve: l. Fundar sus acciones en los principios de igualdad política de los Estados, de autodeterminación y de no intervención a fin de preservar la paz en el mundo y, consecuentemente, exigir la anulación de todos los tratados, convenios

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Programa y llamamiento

y acuerdos que menoscaben la soberanía nacional de México. 2. Pugnar por el fortalecimiento de una política de unidad latinoamericana en todos los sentidos, es decir, política, económica y culturalmente, no sólo con el primordial objeto de acercarse a la realización de los ideales bolivarianos, sino de protegernos colectivamente de las cotidianas agresiones del imperialismo norteamericano.

Lucha contra el imperialismo Considerando: Que el imperialismo norteamericano es la principal fuerza que detiene y altera el desarrollo progresivo de nuestro pueblo; que explota sus riquezas naturales y su fuerza de trabajo; se apodera de las ramas principales de la economía nacional, controla el comercio exterior, reprime las luchas populares, ejerce presiones por medio de las actividades de su representación diplomática, la cual dirige las maniobras de las fuerzas más reaccionarias y antipatrióticas –enmascaradas bajo el disfraz del anticomunismo– e influye también en aspectos fundamentales de la orientación cultural y el desarrollo técnico del país. El Movimiento de Liberación Nacional considera que es un deber y un derecho del pueblo mexicano: 1. Luchar organizadamente y en forma sistemática por la liberación del país del imperialismo norteamericano. 2. Rescatar, de acuerdo con el artículo 27 constitucional, las riquezas nacionales que se encuentran en manos de monopolios extranjeros. 3. Luchar por la anulación de los tratados, convenios y pactos bilaterales o multilaterales, como el de Río de Janeiro, las resoluciones de las IX y X Conferencias Interamericanas -Bogotá y Caracas, respectivamente- y los acuerdos de la Conferencia de Cancilleres de San José de Costa Rica, que intentan revivir la Doctrina Monroe. 4. Exigir la supresión de la “rastreadora” norteamericana de satélites instalada en Guaymas, Sonora. 5. Oponerse terminantemente a la Junta Interamericana de Movimiento de Liberación Nacional

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Defensa y a la Comisión Militar México-Americana de Defensa Conjunta, y reclamar la desaparición y la salida de México de estos organismos destinados a encadenar a nuestro pueblo a los fines bélicos del gobierno norteamericano. 6. Oponerse a los diversos instrumentos al servicio de los monopolios estadounidenses en el campo económico, técnico, cultural, del periodismo y del movimiento sindical, como el punto IV de la Doctrina Truman, la “Alianza para el Progreso” de Kennedy, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y la Organización Regional Interamericana del Trabajo (ORIT). 7. Luchar porque la política exterior de México, en su colaboración con la ONU y otros organismos internacionales, obedezca exclusivamente a los intereses del pueblo, sea independiente, se pronuncie activamente en favor de la paz y la liberación de los pueblos. La soberanía nacional, de acuerdo con lo anterior, deberá expresarse categóricamente en la actitud de la representación mexicana ante la ONU y otras asambleas internacionales. 8. Demandar la desaparición de la Organización de Estados Americanos (OEA) y pugnar por la denuncia, por parte del gobierno de México, del pacto que constituyó este instrumento de penetración del imperialismo norteamericano en América Latina. Esto conduciría a sustituir la política panamericanista que caracteriza a la OEA por una asociación de gobiernos libres y populares, genuinamente democráticos, de América Latina. 9. Condenar el anticomunismo como un instrumento de penetración y división al servicio del imperialismo norteamericano, dirigido abiertamente contra toda acción democrática y popular, contra la lucha patriótica del pueblo mexicano para conquistar su total emancipación económica y su plena soberanía. 10. Luchar por rescatar las partes del territorio nacional ocupadas por los Estados Unidos. Por la reintegración a la soberanía nacional de la zona del Chamizal, abiertamente retenida por los Estados Unidos, pese a los laudos internacionales que le reconocen a México pleno dominio sobre dicha zona. 11. Rescatar para la nación las propiedades extranjeras que violando la Constitución existen a lo largo de las fronteras y costas del país, así como luchar contra la violación de

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las aguas territoriales y el saqueo de las riquezas pesqueras por piratas extranjeros. 12. Pugnar por el respeto al espacio aéreo del país, con frecuencia violado, sobre todo en la zona fronteriza del Norte, por los Estados Unidos. 13. Oponerse a la construcción del canal interoceánico de Tehuantepec, que, además de no responder en la presente etapa a las necesidades nacionales, sería otro instrumento de subordinación de México al imperialismo. Oponerse también a la construcción de gasoductos para el transporte de gas extranjero a través del territorio nacional. 14. Exigir la salida del país de los agentes de la FBI y de otros organismos policíacos y de espionaje del imperialismo que, en flagrante violación a la soberanía nacional, actúan con las policías nacionales como instrumento de control y represión contra las fuerzas democráticas y populares. 15. Rechazar toda forma de asociación y de alianza de México con las fuerzas agresivas del imperialismo y el colonialismo. 16. Condenar la discriminación racial, en particular la que sufren los trabajadores mexicanos en Estados Unidos. 17. Estimular la solidaridad de los trabajadores mexicanos con los asalariados de otros países que luchan también por su emancipación económica y su liberación definitiva.

Lucha contra el colonialismo Considerando: Que el sistema colonial entraña una de las formas más oprobiosas de esclavitud y vasallaje de un país por la clase dominante de una potencia extranjera. El Movimiento de Liberación Nacional resuelve: 1. Rechazar toda forma de colonialismo por anacrónica y atentatoria a los más elementales derechos de los pueblos. 2. Exigir por todos los medios al alcance del pueblo mexicano la supresión de todo el poder colonialista en todo el territorio latinoamericano, asiático y africano. 3. Denunciar como una nueva modalidad del colonialisMovimiento de Liberación Nacional

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mo la forma de “Estado asociado” y expresar la solidaridad del pueblo de México con el pueblo de Puerto Rico en su lucha por la independencia nacional. 4. Declarar que la lucha contra las fuerzas coloniales es una e indivisible y que el pueblo de México no es ajeno a ella. 5. Hacer llegar a todos los pueblos y gobiernos que pugnan por su independencia del colonialismo y el imperialismo el testimonio de adhesión y solidaridad de nuestro pueblo. 6. Solidarizarse calurosamente con los gobiernos que, en el seno de la ONU y en la acción diaria, respaldan la lucha de los pueblos contra el régimen colonial. 7. Apoyar cualquier acción que los pueblos latinoamericanos y afroasiáticos emprendan en contra del imperialismo y el colonialismo, y mantenernos en estrecha relación con ellos, de manera de intercambiar experiencias y datos de una lucha que persigue objetivos comunes, es decir, el afianzamiento y la ampliación de la soberanía nacional. 8. Respaldar y difundir la resolución de la XV Asamblea General de la ONU (1960) en contra del colonialismo.

Libertad de los presos políticos Considerando: Que con flagrante violación de las garantías individuales, particularmente aquellas consignadas en los artículos 6, 7, 9 y 14 de nuestra Constitución, y los correspondientes preceptos de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, promulgada por las Naciones Unidas y adoptada oficialmente por México, han venido instaurándose procesos penales contra dirigentes políticos y sindicales, periodistas, viejos revolucionarios y aun precursores de la Revolución de 1910, con un claro propósito de represión política. Que el instrumento seudolegal específico para lograr esos objetivos, a que recurren tanto las autoridades federales como estatales, lo constituyen los llamados “delitos de disolución social” previstos por el artículo 145 del Código Penal para el Distrito y Territorios Federales, en materia del fuero

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común, y para toda la República, en materia federal. Que esto es así porque el texto de esa norma vuelve directamente nugatorias no sólo las garantías de referencia, sino otros derechos constitucionales (de huelga, de actividades políticas y sindicales, etc. ), además de que su vaguedad y profusión de términos permite que se aplique caprichosamente contra cualquier persona. Que estos atentados anticonstitucionales y contra los derechos del hombre afectan a sectores cada vez más amplios de la sociedad mexicana. Que la represión política señalada es precisamente la que perturba la paz y el orden públicos que la legislación sobre “delitos de disolución social” pretende preservar. Que los actuales presos políticos, en su gran mayoría, han permanecido más de dos años en las prisiones sin que se hayan dictado los fallos definitivos a que obliga nuestra Carta Magna en el plazo de un año, además de que son objeto de un trato ilegal e inhumano por sus carceleros. Que la represión antidemocrática y concretamente el empleo de los “delitos de disolución social” sirven a los intereses de los enemigos internos y externos de nuestro pueblo. El Movimiento de Liberación Nacional resuelve: 1. Crear un Comité Nacional por la libertad de los presos políticos. 2. Coadyuvar a la lucha por la libertad de los presos políticos y demandar la derogación del artículo 145 del Código Penal para el Distrito y Territorios Federales, en materia de fuero común, y para toda la República, en materia federal, así como de aquellos preceptos análogos que existan en las leyes estatales. 3. Luchar contra la aplicación con fines políticos represivos de toda otra disposición legal y de las prácticas anticonstitucionales que atacan las libertades fundamentales del hombre.

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Solidaridad con Cuba Considerando: Que por haber acumulado las grandes potencias armamento atómico suficiente para destruir toda forma de vida sobre la Tierra, la violación al principio de autodeterminación de los pueblos es en nuestros días no sólo incompatible con el derecho internacional, con la Carta de las Naciones Unidas y con la paz mundial, sino que constituye una amenaza real y concreta para toda la humanidad. Que por tener América Latina raíces históricas, étnicas y culturales semejantes, por tener problemas socioeconómicos análogos, por tener idénticos objetivos de soberanía y desarrollo, la intervención directa o indirecta de un país cualquiera en perjuicio de un gobierno constituido de América Latina, como en el caso del gobierno revolucionario de Cuba, aparte de contrariar el derecho internacional, deforma el desarrollo económico, político, social y cultural de los demás países latinoamericanos, lesiona su soberanía y ofende la dignidad de sus pueblos. Que por ser México, un país de vieja cultura en el continente y una nación gravemente dañada por el imperialismo de los Estados Unidos, a los mexicanos corresponde una responsabilidad histórica y continental cuando el imperialismo norteamericano amenaza el desarrollo y la paz de América Latina. Que por concordar las realizaciones de la Revolución cubana con las aspiraciones y luchas del pueblo mexicano en favor de la reforma agraria, de la diversificación del comercio exterior, de la alfabetización y de la educación, en defensa de la cultura nacional, en contra del imperialismo, de las fuerzas antinacionales y de las fuerzas de la reacción, interesa a todos los mexicanos conocer y defender a la Revolución cubana. El Movimiento de Liberación Nacional resuelve: 1. Apoyar decididamente al pueblo y al gobierno revolucionarios de Cuba creando, al efecto, un comité nacional de solidaridad con Cuba. 2. Promover la creación de comités de defensa de la Revolución cubana, de solidaridad con Cuba o simplemente de respeto a Cuba.

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3. Estimular y ayudar las actividades de solidaridad con la Revolución cubana que ya existen en el país, además de coordinar éstas entre sí y con las del Comité del Movimiento de Liberación Nacional. 4. Dar a conocer en el país, con la mayor amplitud social y geográfica, la trayectoria, las realizaciones y los objetivos de la Revolución cubana, y denunciar las maniobras económicas, diplomáticas o militares que se enderecen contra Cuba. 5. Mostrar a los católicos mexicanos que la Revolución cubana busca la superación material y espiritual de su pueblo, y respeta toda creencia religiosa. 6. Velar porque nuestro gobierno, en todo asunto internacional relacionado con Cuba, mantenga inalterados los principios de no intervención y de autodeterminación sostenidos hasta ahora; otorgue un trato respetuoso y democrático a todos los viajeros que van o vienen de Cuba, y respete la inviolabilidad de la correspondencia consagrada en nuestra Constitución. 7. Pugnar porque nuestro gobierno mantenga y amplíe las relaciones comerciales con Cuba, que durante los dos últimos años han descendido notablemente, en especial para la exportación de nuestros combustibles.

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Emancipación Económica Principios generales Considerando: Que los objetivos de un verdadero desarrollo económico deben ser elevar el nivel de vida de las grandes masas populares y fortalecer la independencia económica de la nación. Que dado el rápido crecimiento de la población mexicana es indispensable acelerar el ritmo de aumento de la producción nacional. Que la velocidad del proceso de desarrollo no sólo depende del volumen y canalización de la inversión pública y privada, sino de la medida en que se logre transformar la economía del país y superar los obstáculos de diversa naturaleza que entorpecen el progreso económico y social. Que la política económica seguida durante los últimos años ha hecho recaer desproporcionadamente sobre los trabajadores del campo y la ciudad el peso del desarrollo económico. Que en las actuales condiciones del país no es posible ni conveniente hacer descansar el ritmo y la proyección social del desarrollo económico en las actividades que los particulares realizan con fines de lucro, y que sólo la acción decidida del Estado puede acelerar el crecimiento en favor de las mayorías y afirmar la independencia económica nacional. Que para elevar el nivel de vida del pueblo es indispensable lograr un reparto justo del ingreso nacional y, en general, de la riqueza social. Que la independencia económica es condición indispensa-

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ble para la independencia política de la nación y que sólo ha de lograrse a través de una lucha de todas las fuerzas democráticas y patrióticas contra el imperialismo. Que el imperialismo no sólo opera desde el exterior, sino que cuenta con poderosos aliados dentro de la República. El Movimiento de Liberación Nacional resuelve luchar porque: 1. El Estado adopte una activa política de promoción del desarrollo económico regional y nacional, que descanse en los principios siguientes: a. Racionalizar la explotación de los recursos naturales. b. Reivindicar los recursos y actividades que se hallan en poder de monopolios nacionales y extranjeros. c. Realizar una reforma agraria integral. d. Acelerar el progreso técnico, sobre todo en las actividades más atrasadas. e. Aprovechar al máximo y en bien del país los recursos financieros disponibles. f. Diversificar la producción, coordinar el desarrollo de las diversas actividades económicas y mejorar la organización de los productores pequeños y medianos. g. Acelerar la industrialización y prestar una creciente atención al fomento de industrias básicas. h. Ampliar las fuentes de trabajo productivas y lograr un mejor reparto del ingreso nacional. i. Corregir los sistemas de abasto, combatir eficazmente la especulación con alimentos, productos y servicios básicos para el pueblo e implantar un sistema de sanciones positivamente eficaz, que impida aumentos injustificados en los precios de estos artículos y servicios. j. Evitar disparidades y desequilibrios geográficos, económicos y sociales en el proceso de desarrollo. k. Tomar medidas adecuadas para desalentar la emigración permanente de mexicanos a los Estados Unidos, que según informaciones de este país alcanza volúmenes muy importantes. 2. El Estado formule programas de desarrollo a corto y largo plazo, a los cuales se ajuste la política económica nacional y se sujete obligatoriamente la inversión pública. Movimiento de Liberación Nacional

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3. El Estado intervenga, directa e indirectamente, en todos aquellos campos de la economía en que su participación sea útil o necesaria para lograr el mayor bienestar general. 4. El Estado regule, oriente y defina los cauces generales de la inversión privada, a fin de que ésta satisfaga las necesidades nacionales. 5. La política económica del Estado sea verdaderamente democrática, es decir, que atienda a las necesidades y responda a los intereses del pueblo. 6. La política económica internacional de México se sujete estrictamente a la Constitución de la República, a los principios de respeto y cooperación establecidos en la Carta de las Naciones Unidas y al propósito de contribuir al mantenimiento de la paz y al bienestar de la comunidad internacional.

Nacionalización Considerando: Que el control y el pleno disfrute de los recursos naturales y de las actividades de mayor importancia económica y social son esenciales para el logro de un desarrollo nacional independiente. Que muchos de tales recursos y actividades se encuentran en poder de empresas y monopolios extranjeros, cuya penetración es creciente. Que los intereses de los monopolios internacionales son contrarios al anhelo de independencia económica, al progreso social y al desarrollo democrático de nuestro país. Que el funcionamiento de las empresas nacionalizadas ha sido desvirtuado con frecuencia, subordinándolo a intereses particulares y desvinculándolo del resto de la política económica. El Movimiento de Liberación Nacional decide luchar por una política que responda a los propósitos siguientes: 1. Garantizar el desarrollo y la integridad de la industria nacionalizada del petróleo, incluyendo, desde luego, la petroquímica básica. Para este fin debe respetarse íntegramente la legislación petrolera en las disposiciones reglamentarias o administrativas subsecuentes.

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2. Proceder, cuando así lo aconsejen los intereses generales, a la expropiación por causa de utilidad pública, de los bienes que ilícita· mente se hallen en poder de extranjeros o empresas mercantiles o de monopolios internacionales que operan en la República. 3. Prohibir la reinversión de las sumas que se cubran por indemnización o compra de empresas extranjeras, en el mismo o en otros sectores de nuestra economía, que sean de especial interés para la nación. 4. Decretar la nacionalización de los recursos y actividades que se hallen en manos de monopolios extranjeros, que por su naturaleza e importancia, como plantas de beneficio, concentración o fundición de minerales, la producción de ácidos y álcalis industriales, fertilizantes e insecticidas, la publicidad y otras más, deben quedar bajo el control de la nación. 5. Cancelar las concesiones y contratos para la explotación del azufre y de otros recursos minerales en peligro de ser agotados o cuya exportación actual puede comprometer el desarrollo futuro del país y pugnar porque no se renueven las concesiones mineras en vigor a empresas extranjeras, aun cuando se suponga a estas últimas asociadas en minoría con el capital nacional, asociación que casi siempre oculta la subordinación completa al capital extranjero o es simplemente ficticia, así como declarar la caducidad de las concesiones en casos de incumplimiento de parte de los titulares de las mismas. 6. Evitar toda asociación con el capital extranjero, que constituya una forma de penetración del imperialismo en la economía mexicana. 7. Prohibir el otorgamiento de concesiones para la explotación de recursos básicos por parte de extranjeros en las industrias nacionalizadas y, en los términos de la ley reglamentaria del artículo 27 constitucional en materia de petróleo, limitar la contratación con particulares en estas industrias a la realización de obras y a la prestación de servicios auxiliares. 8. Rescatar las propiedades que se hallan en poder de extranjeros a lo largo de los litorales y las fronteras, en contra de lo dispuesto por la Constitución de la República. 9. Asegurar la explotación del mar territorial y de la plaMovimiento de Liberación Nacional

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taforma continental de la nación exclusivamente por mexicanos, y combatir y sancionar toda forma de piratería o de aprovechamiento de los mismos por parte de extranjeros. La explotación de la industria petrolera nacionalizada debe abarcar la plataforma continental. 10. Combatir la tesis conforme a la cual los buenos negocios deben quedar en manos de particulares y las inversiones ruinosas deben ser absorbidas por el Estado, a costa de los intereses generales del pueblo. 11. Lograr que las empresas nacionalizadas se sujeten a los principios siguientes: a. Subordinar su funcionamiento al interés general. b. Prevenir y sancionar severamente la deshonestidad administrativa, y suprimir los elevados sueldos y gratificaciones, así como los gastos dispendiosos de los altos funcionarios. c. Evitar la burocratización. d. Asegurar que la designación de funcionarios a los cargos directivos se haga de acuerdo con su capacidad y experiencia técnica, y no por consideraciones políticas circunstanciales. e. Alcanzar los más altos niveles de organización, eficiencia técnica y productividad. f. Abastecerse de preferencia en el mercado nacional, en particular en las propias empresas estatales. g. Mejorar la calidad de la producción. h. Fijar precios razonables a sus productos que les permitan operar costeablemente y obtener los recursos indispensables para hacer frente a sus necesidades reales de capitalización. i. Respetar la autonomía y la libertad de los sindicatos a que pertenezcan sus trabajadores, y mantener una política de altos salarios. j. Asegurar en los consejos de administración la representación de sus trabajadores. k. Defender resuelta y lealmente el patrimonio de la nación.

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Reforma agraria Considerando: Que México no podrá alcanzar el pleno goce de sus libertades ni el nivel de vida humano a que tiene derecho, de acuerdo con los progresos de la ciencia, sin la realización previa de una reforma agraria integral. Que la reforma agraria para ser integral requiere primordialmente la distribución equitativa de toda la tierra agrícola entre quienes la trabajan, así como la organización, la asistencia técnica y financiera a la producción, su distribución y consumo, asegurando el beneficio del trabajo a quienes lo realizan afirmando una continua elevación de sus niveles de vida. Que para llevar a cabo dicha forma es fundamental que el campesino goce de libertad y determine su propio destino. Que la reforma agraria en nuestro país no sólo es el fruto de la lucha de los campesinos por poseer la tierra que cultivan, sino una exigencia política surgida del ideario de la Revolución de 1910, un principio elevado a la categoría constitucional desde 1917 y un requisito básico de la transformación económica, social y política de la República. Que esta misma reforma agraria no ha llegado hasta ahora a consumarse, ni menos a ser integral, y que exige la defensa de lo que hasta ahora se ha logrado y la de los campesinos que aún carecen de tierra donde aplicar su fuerza de trabajo. Que las resoluciones de la Conferencia Latinoamericana por la Soberanía Nacional, la Emancipación Económica y la Paz destacan la importancia de la implantación de una reforma agraria integral y que ésta es esencialmente un proceso condicionado por factores económicos, sociales y políticos, cuya realización depende de la independencia, organización y responsabilidad, de la iniciativa y combatividad de la propia clase campesina, y del apoyo que ésta encuentre en la clase obrera y en los demás grupos trabajadores y progresistas. El Movimiento de Liberación Nacional resuelve luchar por los siguientes objetivos: 1. Crear la Liga de Defensa Agraria.

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2. Llevar adelante la reforma agraria, haciéndola integral, con el propósito de acabar definitivamente con los latifundios y demás formas de concentración de la tierra que impidan dicha reforma, distribuyéndolos en ejidos entre los campesinos carentes de tierra o que la tengan en cantidad insuficiente, adoptando las medidas convenientes para hacer del ejido una unidad productiva, que satisfaga las necesidades de la población campesina y contribuya eficientemente al desenvolvimiento de la economía nacional. 3. Para lograr lo anterior, el Movimiento de Liberación Nacional considera indispensable: a. Restablecer el texto del artículo 27 constitucional vigente hasta diciembre de 1946 y derogar el artículo 104 del Código Agrario en vigor, conservando únicamente su fracción i, con el objeto de que a través del estudio posterior de las características y particularidades de cada zona del país, se limite en ellas la pequeña propiedad a la extensión de tierra que asegure el trabajo y niveles de vida satisfactorios en el campo. b. Propugnar la modificación del artículo 27 constitucional, eliminando de su texto el derecho de amparo en materia de inafectabilidad de la propiedad rural afectable. c. Pugnar por la derogación de las disposiciones sobre inafectabilidad de las propiedades para efectos de restitución y dotación de ejidos. d. Perseguir de oficio hasta terminar los fraccionamientos simulados y de todas las formas de concentración de la tierra, que se han realizado o se realicen a través de arrendamientos, aparcerías, permutas, falsos contratos de crédito o por cualquier otro procedimiento que frene el cumplimiento de la reforma agraria integral. e. Pugnar porque la restitución, dotación y ampliación de tierras y agua se conceda de oficio a todos los núcleos de población que tengan derecho a ellas y, en todo caso, presentar la solicitud correspondiente a nombre de los campesinos de esos poblados. f. Modificar las leyes de riegos y de colonización vigentes, con el objeto de restablecer el régimen de expropiación de los terrenos mejorados con obras que construya el go-

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bierno federal, en la proporción en que aumente el valor de las mismas como consecuencia de dichas obras, y destinar esos terrenos exclusivamente para los campesinos que carezcan de tierra o la tengan en cantidad insuficiente, por la vía ejidal. g. Pugnar porque se dé solución definitiva, para beneficio de la población campesina y de la economía nacional, a los problemas de grandes regiones como la henequenera, las algodoneras, cañeras, cafetaleras, etcétera, que exigen enfoques y planteamientos especiales, con el fin de corregir graves situaciones de detención y retroceso de la reforma agraria. h. Sostener la igualdad de la mujer en el derecho a la tierra, n iguales prerrogativas a las de los hombres y su incorporación a las organizaciones agrarias y sindicales, con los mismos derechos políticos, económicos, sociales y sindicales. i. Promover la modificación de las modificaciones estatales que impiden el desenvolvimiento de la reforma agraria integral. j. Luchar porque se restituya a las comunidades indígenas la tierra de que han sido o vienen siendo despojadas, porque se aliente la tenencia y explotación comunal de sus terrenos y porque se regularicen los límites y derechos de ellas, con el propósito de que la explotación de sus bienes se organice colectivamente, con la asistencia técnica y el crédito del Estado, eliminando interferencias de intereses que perturben su organización y el pleno disfrute de sus recursos. k. Pugnar por la implantación de una auténtica democracia en el gobierno de los ejidos y comunidades indígenas, a fin de que elijan sus representantes libremente y administren sus economías sin injerencias extrañas. l. Luchar porque se conceda el crédito necesario de avío, refaccionario, inmobiliario y comercial a los núcleos ejidales. m Tender a la estructuración de los bancos regionales de crédito ejidal y agrícola, con la genuina y directa participación de los campesinos en el gobierno, organización y administración de esas instituciones. n. Exigir a los bancos oficiales la liquidación oportuna a los Movimiento de Liberación Nacional

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campesinos que operan con ellos al terminar cada ciclo agrícola. o. Combatir la inmoralidad de los funcionarios y empleados de las instituciones o empresas del Estado que intervienen en la organización ejidal y exigir el cumplimiento de las sanciones a que se hagan acreedores. 4. Enfrentarse en actitud objetiva y científica al estudio del problema de la tenencia de la tierra y la organización de una agricultura moderna altamente productiva y racionalmente industrializada con base en su diversificación, así como para el desarrollo y fomento del mercado interno y la elevación de los niveles de vida de los sectores populares. Para ello se recomienda: a. Pugnar porque los campesinos, ejidatarios y genuinos pequeños propietarios se organicen en forma cooperativa para producir, concentrar y almacenar sus cosechas, elaborar o industrializar sus productos y venderlos en el mercado interior y exterior. b. Promover el reagrupamiento de parcelas ejidales o de ejidos y de las muy pequeñas propiedades donde exista el minifundismo, para constituir unidades productivas y lograr la unificación de los intereses de los campesinos. 5. Estudiar y revisar toda la legislación agropecuaria y forestal vigente, a fin de que se adapte a las condiciones que actualmente privan en el país, y a que dicha legislación sea un instrumento cada vez más eficaz para lograr los propósitos siguientes: a. Implantar planes de producción agropecuaria y forestal para cada región, que tengan como propósito principal el desarrollo de estas actividades en todos sus aspectos, aprovechando al máximo los recursos productivos disponibles. Con esta finalidad, estudiar regionalmente el territorio para ampliar las posibilidades de desarrollo. b. Eliminar la intermediación de los grandes consorcios internacionales en la explotación y comercio de los productos agropecuarios como el algodón, café y otros artículos, y sostener las ventajas de vender a todos los países, así como concertar operaciones de intercambio para la adquisición de maquinaria, implementos agrícolas, fertilizantes, insecticidas, etc.

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c. Proscribir la política de indemnización en efectivo por dotaciones o restituciones de tierras en poder de extranjeros o empresas mercantiles, que se encuentren en las zonas costeras y fronterizas que la Constitución previene, evitando toda discriminación con los nacionales. d. Fijar precios de garantía justos y remunerativos para la producción agrícola, interviniendo el Estado de manera directa y permanente a fin de eliminar intermediarios innecesarios y todas las formas de especulación que encarecen los productos agrícolas y reducen los ingresos de los agricultores, promoviendo la creación de cooperativas de compraventa, interior y exterior. e. Fortalecer la cooperación obrero-campesina, como fuerza decisiva para lograr la consolidación económica de la estructura agraria creada por la reforma, el bienestar social de los campesinos y el desarrollo general del país. 6. Considerar como inseparables de una reforma agraria integral los siguientes propósitos: a. Establecer un sistema de educación rural, que restablezca los propósitos de la escuela rural mexicana y de las escuelas regionales campesinas, así como sostener la conveniencia de que las superiores de agricultura y los centros de experimentación agrícola que organicen y funcionen en beneficio preferente de los campesinos, eliminando la influencia imperialista en los programas de promoción agrícola. b. Extender y perfeccionar el Seguro Social en el campo, con objeto de garantizar a la familia la asistencia en los casos de enfermedad, invalidez, cesantía, vejez y muerte. c. Generalizar y perfeccionar el seguro agrícola que verdaderamente garantice a los campesinos sus inversiones y el fruto de su trabajo, y en el que las utilidades se reinviertan en beneficio de ellos mismos, complementando la seguridad agrícola oficial con mutualidades de seguro agrícola integral, propiedad de los campesinos. d. Encauzar la acción oficial y de las cooperativas para la construcción y mejoramiento de viviendas y servicios para los campesinos. e. Establecer tiendas populares, cooperativas de consumo y Movimiento de Liberación Nacional

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almacenes locales y regionales de los campesinos para evitar la especulación y el encarecimiento del costo de la vida en las zonas rurales, así como sistemas directos de distribución de los productos agrícolas a los centros de consumo. f. Fomentar en el medio rural el establecimiento de industrias que complementen la actividad agrícola y que transformen la producción del campo. g. Mejorar, de preferencia, los sistemas de comunicación y transporte de las zonas agrícolas y construir caminos vecinales en conexión con las vías ferroviarias y las carreteras. h. Pugnar por la abolición de las alcabalas, la revisión y modificación de la tributación fiscal, de manera que ésta fomente y complemente el desarrollo económico general sin lesionar los intereses de los campesinos. i. Organizar el mercado regional y nacional de productos agrícolas, crear lonjas o bolsas y establecer sistemas de información pública en beneficio de los campesinos y agricultores. j. Crear en cada región agrícola estaciones pesadoras y clasificadoras de los productos rurales que se venden a los intermediarios de todo tipo, incluyendo dependencias oficiales, con la intervención de los agricultores y operadas por personal bien calificado y honesto. k. Elevar el monto de los créditos de habilitación y avío por hectárea que otorguen los bancos agrícolas oficiales, en todos aquellos cultivos en los que los topes actuales son insuficientes, en especial a los campesinos pobres, y ampliar los programas de crédito refaccionario otros a plazos medio y largo. l. Intensificar, de acuerdo con las posibilidades de cada región, el aprovechamiento de todos los recursos hidráulicos -presas, ríos, arroyos, jagüeyes, estanques, etc. -, mediante el desarrollo de programas de piscicultura rural que eleven el ingreso de los campesinos y contribuyan a mejorar su alimentación. m.Ampliar las instalaciones de almacenes, frigoríficos y plantas de congelación de acuerdo con las condiciones de cada región del país, que permitan conservar los productos agrícolas y regular su oferta.

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7. Dar a conocer al campesino mexicano, de manera objetiva, las realizaciones de la reforma agraria en Cuba, con el objeto de que pueda impulsar su lucha por una reforma agraria integral en México. 8. Rechazar el plan norteamericano conocido como “Alianza para el Progreso”, en particular el llamado “Plan de alimentos para la paz”, que a pretexto de aliviar el hambre de los pueblos latinoamericanos sólo retardará la reforma agraria integral que sostenemos.

Industrialización Considerando: Que el desarrollo industrial debe ser el medio para aprovechar y beneficiar las materias primas producidas por la agricultura, la pesca, la industria petrolera y la minería nacionales, y alcanzar grados mayores de integración económica. Que la industrialización auténticamente nacional permitirá consolidar la independencia económica del país, obtener términos más satisfactorios en el intercambio comercial con otras naciones y reducir el efecto de las fluctuaciones impuestas por las potencias imperialistas la demanda y los precios de nuestros productos de exportación. Que el desarrollo industrial debe ser el medio principal para elevar el volumen de ocupación, aumentar los salarios y prestaciones de las masas trabajadoras y diversificar e incrementar la producción nacional. Que el incipiente crecimiento industrial de México se debe en primer término al sacrificio impuesto al pueblo trabajador y, en segundo lugar, a la intervención del Estado que produce directamente bienes y servicios fundamentales, y fomenta y financia nuevas actividades con recursos del pueblo. Que además de la peligrosa y creciente inversión de empresas extranjeras en la industria, la subordinación técnica de las empresas mexicanas comprende inclusive a las industrias nacionalizadas. Que la falta de una auténtica política de desarrollo indusMovimiento de Liberación Nacional

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trial ha dado lugar a la creación de industrias innecesarias, a la aparición de grandes plantas junto a pequeñas empresas, a la falta de inversiones en campos fundamentales, al despilfarro de recursos y a la concentración de industrias en unas cuantas regiones. El Movimiento de Liberación Nacional resuelve luchar por los siguientes objetivos: 1. Acelerar la industrialización principalmente sobre la base de inversiones del Estado, dando preferencia a las industrias que deben ser consideradas como fundamentales, tanto porque son indispensables para el desarrollo de las demás plantas industriales, como porque permiten sustituir importaciones innecesarias y porque son especialmente importantes para el mejoramiento del nivel de vida del pueblo. 2. Impulsar y proteger especialmente las inversiones del Estado en las industrias siderúrgica, de maquinaria, motores, útiles, herramientas, refacciones y partes de repuesto, química básica, combustibles, fertilizantes, insecticidas, energía eléctrica, medicamentos básicos, elementos prefabricados para la construcción de viviendas, escuelas, hospitales y plantas industriales; industrias rurales, material rodante para ferrocarriles, camiones, remolques, tractores, materias primas y otros bienes de producción. 3. Depurar y reorganizar a fondo las empresas industriales del Estado, castigar a los malversadores y asegurar la libre organización de los trabajadores y la libre elección de sus dirigentes. 4. Reestructurar la política de crédito a la industria, aplicar recursos crecientes al fomento de necesarias y fincar el desarrollo industrial en condiciones equitativas para los trabajadores. 5. Establecer las bases para un desarrollo técnico independiente, iniciando e impulsando en las industrias nacionalizadas la investigación científica y tecnológica en las materias correspondientes. 6. Acelerar la integración de la industria petrolera, sobre la base principalmente de recursos mexicanos, incrementando en particular la exploración en las regiones de mayores perspectivas, la producción de derivados en las zonas del país donde aún se importan y la producción petroquímica de mayor significación para la agricultura y la industria nacionales. 7. Reorganizar a fondo la industria eléctrica nacionaliza-

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da, para que las empresas gubernamentales dejen de ser sociedades mercantiles y centralizar su administración para reducir costos administrativos, así como interconectar sistemas existentes y lograr mayor eficiencia, reducir costos de generación, transmisión y distribución, bajar tarifas a las capas más amplias del pueblo; acelerar la electrificación rural y alentar el crecimiento industrial en zonas que carecen de fluido eléctrico barato. 8. Reorientar la política vial para reducir los costos de transporte de materias primas y artículos terminados mediante la mayor coordinación de los ferrocarriles con el autotransporte y otros medios de comunicación, para asegurar la más adecuada comunicación de zonas con perspectivas mineras e industriales que no pueden desarrollarse, entre otras cosas, por falta de estos medios. 9. Reestructurar la industria de la construcción para reducir costos, abolir el sistema de contratos mediante la creación de empresas constructoras del Estado, especializadas y eficientes técnicamente, que permitan aplicar las utilidades actuales de los grandes contratistas de obras públicas a la construcción de nuevas obras de beneficio para la nación. 10. Fomentar la integración de la minería con la construcción de nuevas plantas de beneficio, concentración o fundición y el desarrollo de las industrias que procesen crecientemente los actuales minerales de exportación, y reducir dichas exportaciones al mínimo requerido para cubrir importaciones indispensables. Asegurar que la mayor parte posible de dichas exportaciones sirva para financiar empresas industriales que beneficien los minerales. 11. Propiciar y vigilar el desarrollo de las industrias que elaboren los productos de la agricultura, la ganadería, la silvicultura y la pesca, que abaraten la alimentación, el vestido y la habitación del pueblo, y que al mismo tiempo proporcionen nuevas y crecientes fuentes de trabajo bien remunerado. 12. Fomentar la industrialización en todas las regiones del país, no sólo en aquéllas que por disponer de mayores mercados de consumo, recursos de crédito, energía y combustibles, transportes y otros servicios indispensables -como ocurre particularmente en el Valle de México-, dan lugar a concentraciones Movimiento de Liberación Nacional

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desproporcionadas, a la localización antieconómica de nuevas plantas industriales y al establecimiento de empresas de magnitud ineficiente, todo ello en detrimento del desarrollo económico, especialmente de la provincia. 13. Acabar radicalmente con los monopolios -de acuerdo con el artículo 28 constitucional- que sólo actúan en favor de pequeñas minorías y de grandes empresas, que emanan de verdaderos privilegios arancelarios, crediticios y fiscales, así como de los bajos salarios prevalecientes. 14. Proteger a los pequeños y medianos industriales, en particular a los de tipo rural, sobre la base de proporcionarles los medios para incrementar su eficiencia, reducir costos y precios y alentar la modernización de sus instalaciones. 15. Reducir aquellos aranceles, subsidios y permisos de importación en vigor que, junto con los bajos salarios imperantes, permitan la subsistencia de plantas ineficientes cuya operación sólo beneficia a los empresarios que producen a costos bajos y venden a precios elevados, que dan lugar a utilidades extraordinarias en detrimento del pueblo, que favorecen al contrabando y son un estímulo más a los inversionistas extranjeros. Cancelar subsidios y exenciones de empresas que no han cumplido las condiciones por las que fueron otorgados. 16. Alentar la formación de auténticas cooperativas industriales de trabajadores, especialmente en industrias rurales, así como en las artesanías y en aquellas actividades que descansan en el trabajo a domicilio. 17. Asegurar que los programas de integración industrial y de sustitución de importaciones se realicen sólo con el interés de proteger y alentar a la industria auténticamente nacional, sin contemplaciones ni concesiones a inversionistas extranjeros, importadores y empresarios nacionales ineficientes, como ocurre hasta ahora. 18. Impedir las importaciones del gobierno y sus empresas, de artículos terminados, materias primas y partes que ya son producidas en México, y extender firmemente este control a las importaciones privadas. 19. Regular de acuerdo con los intereses generales del país el establecimiento de nuevas industrias, evitando la crea-

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ción de aquéllas que sean antieconómicas o redundantes. 20. Revisar y redefinir de acuerdo con los intereses generales del país los objetivos de la política del Estado en materia de industrialización. 21. Combatir los programas patronales de aumento de la productividad industrial, que sólo tienden a aumentar la explotación del trabajador. 22. Intensificar y reorganizar los programas oficiales de investigación tecnológica, de cuantificación de los recursos naturales y de exploración geológica en todo el territorio nacional. 23. Demandar el estricto cumplimiento de las disposiciones legales sobre normas de calidad y de procesos industriales, a fin de evitar adulteraciones, abusos y violaciones en perjuicio del público.

Financiamiento del desarrollo económico nacional Considerando: Que para acelerar el desarrollo económico de México es preciso aumentar sustancialmente el monto absoluto y relativo de la inversión nacional. Que el aumento de la inversión no debe traducirse en la reducción de la capacidad de consumo ni en el abatimiento de los ya muy bajos niveles de vida de los sectores populares. Que la aceleración del desarrollo económico y, en particular, el incremento de los recursos destinados a fines socialmente productivos deben descansar en la redistribución de la riqueza y el ingreso nacionales, a través de medidas que reduzcan el consumo suntuario o superfluo de las minorías que viven en condiciones privilegiadas. Que la utilización de recursos financieros internacionales debe ser complementaria a la movilización y al mejor aprovechamiento de los recursos internos, y que los empréstitos e inversiones del exterior sólo deben admitirse cuando realmente contribuyan al progreso económico y social del país y no entrañen limitaciones o presiones de cualquier naturaleza. Que para lograr lo anterior y asegurar un desarrollo ecoMovimiento de Liberación Nacional

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nómico más rápido e independiente es preciso formular una política financiera que, además de asegurar un mejor aprovechamiento de los recursos disponibles, responda cabalmente a los intereses de la nación. El Movimiento de Liberación Nacional resuelve luchar por los siguientes objetivos: 1. Aumentar la inversión y destinar a renglones básicos de la producción una parte creciente de la renta nacional. 2. Aumentar en particular la inversión pública y abandonar la tesis según la cual el Estado debe ir a la zaga y limitarse a suplir las deficiencias o a estimular a los inversionistas privados. 3. Reconocer que el Estado tiene la obligación de intervenir, directa e indirectamente, en todos aquellos campos de la economía en que su participación sea útil o necesaria para lograr el mayor bienestar general. 4. Pugnar porque la inversión pública se canalice hacia actividades de alta productividad económica y social, en particular hacia industrias básicas o fundamentales. 5. Oponerse a toda medida de carácter monetario, fiscal o financiero que, directa o indirectamente, contribuya a deprimir los niveles de vida de los sectores populares. 6. Adoptar una política fiscal y para el manejo de la deuda pública que responda a los siguientes principios fundamentales: a. Acelerar el desarrollo y afirmar la independencia económica de la nación. b. Lograr un mejor reparto del ingreso nacional y de la riqueza social. c. Hacer depender crecientemente los ingresos del Estado del aumento de impuestos directos que graven a los sectores sociales cuyos niveles de vida son más altos. d. Liberar de gravámenes a los asalariados o pequeños productores independientes, cuyos ingresos apenas les permiten satisfacer sus necesidades más apremiantes. · e. Decretar altos impuestos al consumo de artículos suntuarios. f. Combatir y sancionar enérgicamente la evasión en el pago de los tributos, así como la inmoralidad en la administración fiscal. g. Lograr una más justa y adecuada distribución de los in-

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gresos fiscales entre el gobierno federal, los estados y los municipios. h. Abandonar el otorgamiento de exenciones y subsidios que se traduzcan en ventajas o privilegios injustificados para ciertos empresarios o inversionistas y abolir toda exención a empresas extranjeras. i. Esforzarse para que los programas de obras y servicios públicos se financien, en la mayor medida posible, a través del sistema tributario. j. Manejar la deuda del gobierno de manera que la colocación de los valores del Estado no se traduzca en presiones inflacionarias que influyan desfavorablemente sobre los precios y el nivel de vida del pueblo. k. Obligar a los bancos, las instituciones de seguros y fianzas y otros inversionistas a absorber mayores inversiones en valores públicos y a estimular el desarrollo del mercado de valores. l. Aplicar los ingresos públicos exclusivamente en obras y servicios del mayor interés general, eliminando todos aquéllos de carácter suntuario o no necesarios para la comunidad. m. Mejorar los sistemas de elaboración y control del presupuesto del gobierno federal, a fin de que la política financiera del Estado contribuya más eficazmente al desarrollo económico del país. 7. Adoptar una política monetaria sujeta a los principios siguientes: a. Mantener absoluta independencia respecto al Fondo Monetario Internacional y no aceptar ninguna recomendación o presión del mismo, que pueda lesionar en cualquier forma los intereses del país. b. Regular el volumen de moneda y otros medios de pago de acuerdo con las condiciones económicas y financieras, las necesidades de carácter general y, en su caso, la conveniencia de financiar actividades fundamentales. c. Evitar las devaluaciones dictando oportunamente medidas de diversa naturaleza tendientes a estimular la industrialización, revisar la política fiscal, de distribución y precios, y equilibrar la balanza de pagos. Movimiento de Liberación Nacional

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d. Reorganizar el Banco de México a fin de que su política contribuya eficazmente al mejor aprovechamiento de las divisas disponibles y a la canalización del crédito bancario hacia las actividades de mayor importancia para el desarrollo de la economía del país y la elevación del nivel de vida del pueblo. e. Prevenir y sancionar con energía cualquier especulación que pueda afectar la estabilidad de la moneda. f. Hacer efectiva la prohibición de usar monedas extranjeras en lugar de la moneda nacional, especialmente en la frontera norte del país. 8. La política de crédito debe ajustarse a las siguientes exigencias: a. Reorganizar y extender el radio de acción de las instituciones controladas por el Estado. b. Coordinar la acción de los bancos oficiales, a fin de que el crédito público se destine a las actividades fundamentales para el desarrollo, integración y diversificación de la economía mexicana y se distribuya en la forma más amplia posible. c. Nacionalizar los grandes bancos comerciales del país, a través de los cuales se concentra y moviliza buena parte de los ahorros de la comunidad o, por lo menos, introducir reformas fundamentales a las leyes bancarias a fin de asegurar que la mayor proporción de los recursos financieros se canalicen hacia las actividades de mayor importancia económica y social. d. Prohibir a los bancos toda clase de operaciones que alienten la especulación o sólo se traduzcan en el enriquecimiento de unos cuantos. e. Combatir el crédito de agiotistas o intermediarios que operan en las condiciones más onerosas o con el único interés de explotar a los productores y consumidores. f. Someter a un control estricto la contratación de crédito en el extranjero, por parte de instituciones que integran el sistema bancario. g. Regular y limitar el importe del crédito que los bancos del país puedan otorgar a empresas extranjeras y no avalar obligaciones de dichas empresas.

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h. Regular el crédito que se destine a facilitar las compras en abonos de artículos de consumo y evitar que dicho crédito entrañe abusos que perjudiquen a los consumidores o a los productores. i Pugnar porque el crédito, sobre todo el que se destina a productores de escasos recursos, se conceda a tipos bajos de interés, con la debida oportunidad, a plazos satisfactorios y sin la participación de intermediarios o especuladores. j Reorganizar los sistemas de financiamiento de la producción, a fin de que todas aquellas ramas de actividad que sean fundamentales puedan obtener créditos a plazos largos para instalaciones, maquinaria y equipo, obras de mejoramiento permanente y, en general, para inversiones que requieran plazos amplios para su amortización. k. Impedir que el crédito de la banca, el sistema de seguros, fianzas y otras instituciones se destine a financiar fraccionamientos urbanos, construcciones residenciales de lujo o edificios comerciales no indispensables o que se hagan con fines especulativos y lograr, en cambio, que estos recursos se dediquen en proporciones mayores a la construcción de viviendas baratas y otras obras de interés para el pueblo. l Regular la proporción de recursos bancarios que deben invertirse en las propias regiones en que se obtienen. 9. La política sobre inversiones y empréstitos extranjeros debe ajustarse a los siguientes principios: Por lo que hace a las inversiones privadas directas: a. Respetar nuestra soberanía nacional, acatando plenamente las leyes y las decisiones de los tribunales mexicanos. b. Realizarse conforme a los principios de cooperación establecidos en la Carta de las Naciones Unidas. c. Subordinarse a la política económica y a las exigencias de nuestro desarrollo económico y social. d. No formar parte de consorcios o monopolios. e. No desplazar ni competir desfavorable o ruinosamente con el capital nacional. f. No permitir su asociación con capitales mexicanos, públicos o privados en aquellos campos en que, por razones de interés nacional, deban prohibirse las inversiones extranjeras. Movimiento de Liberación Nacional

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g. Contribuir al aumento de la producción y al equilibrio de la balanza de pagos. h. Adaptarse a las necesidades de integración de la economía mexicana, canalizándose hacia actividades que no impliquen simples procesos finales de ensamble, preparación o envase. i. Entregar al Estado los estudios que realicen sobre los recursos naturales del país. j. Utilizar preferentemente los servicios de técnicos nacionales y obligar a las empresas a adiestrar a dichos técnicos en todos los procesos tecnológicos utilizados. k. Regular y controlar los movimientos por utilidades, regalías intereses, etcétera, así como la afluencia de nuevos capitales o la reinversión de los mismos en el país. l. Aplicar estrictamente las disposiciones legales en vigor que afectan a los capitales extranjeros, tales como el decreto de junio de 1944 y el acuerdo que creó la Comisión Intersecretarial de Inversiones Extranjeras de 1947. m. Reglamentar en forma completa y amplia las inversiones extranjeras, con el objeto de dar unidad a la política del Estado y establecer los campos y condiciones en los que, de acuerdo con los intereses generales del país y el propósito de lograr la plena independencia económica nacional, hayan de permitirse y, en su caso, prohibirse las inversiones del exterior y evitar que mediante sociedades anónimas con acciones al portador oculten su nacionalidad. n. Prevenir violaciones a la ley por parte de los inversionistas extranjeros y aplicarles severas sanciones en caso de incumplimiento. o. Expropiar, por causa de utilidad pública, las propiedades de extranjeros que ilegalmente se encuentran en manos de prestanombres mexicanos. Por lo que se refiere a los empréstitos y créditos extranjeros: a. Que la contratación de los mismos, por el Estado y los organismos descentralizados se ajuste estrictamente a lo dispuesto por la Constitución y se aprobada, por lo tanto, en el Congreso de la República. b. Que el monto de las operaciones a largo plazo no esté ex-

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puesto a súbitas y violentas fluctuaciones que afecten desfavorablemente nuestra balanza de pagos. c. Que principalmente consistan en transacciones gubernamentales. d. Que se contraten con los países que ofrezcan las condiciones más ventajosas. e. Que su plazo de vencimiento sea el más amplio posible, los tipos de interés bajos y su amortización adecuada en razón de la naturaleza y productividad de las inversiones a que se destinen, prefiriendo aquellos susceptibles de ser pagados con productos nacionales de exportación, sobre la base de las cotizaciones más elevadas en el mercado internacional. f. Que no limiten a nuestro país a gastar su importe total en el país acreditante. g. Que en los casos de préstamos de fomento los acreditantes permitan el empleo de una parte de su importe en gastos de moneda nacional. h. Que los recursos que de ellos se obtengan se canalicen exclusivamente al desarrollo de industrias y actividades fundamentales controladas por el Estado o por el capital nacional. i. Que para obtener créditos en las mejores condiciones se examinen todas las posibilidades y se den a conocer públicamente los términos de las operaciones y las razones por las cuales las haya preferido el gobierno federal o, en su caso, las entidades u organismos descentralizados.

Comercio exterior y balanza de pagos Considerando: Que el comercio exterior puede y debe ser un factor de estímulo al desarrollo económico nacional. Que los desequilibrios de la balanza comercial y de pagos obedecen a balanzas estructurales de la economía mexicana y, sobre todo, a la presión que el imperialismo norteamericano ejerce sobre nuestro país. Movimiento de Liberación Nacional

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Que a fin de que el comercio exterior contribuya a acelerar el desarrollo económico de México, es preciso adoptar una política independiente que amplíe al máximo las posibilidades de diversificación de productos y mercados y haga posible el mejoramiento de las relaciones del intercambio. · Que la creciente y anárquica salida de capitales nacionales y de utilidades de empresas extranjeras retarda el desarrollo económico nacional da lugar a graves desajustes en la balanza de pagos y es factor decisivo de las devaluaciones monetarias. El Movimiento de Liberación Nacional resuelve: 1. Luchar por la adopción de una política de comercio exterior que responda a los intereses de la nación y que se sujete a los principios siguientes: a. Contrarrestar el déficit de la balanza comercial, limitando y eliminando las importaciones no indispensables o necesarias, sustituyendo aquéllas que puedan producirse en el país y fomentando la exportación de productos excedentes, que tengan el mayor grado posible de elaboración. b. Implantar un control de cambios que regule el uso de las divisas disponibles, a fin de lograr su mejor aprovechamiento desde el punto de vista económico y social. c. Prevenir y sancionar la fuga de capitales nacionales al extranjero y regular el gasto de mexicanos en el exterior, así como la salida de las utilidades de empresas extranjeras. d. Fijar el monto de las importaciones de acuerdo con la capacidad de pago y las necesidades reales del país. e. Prohibir la importación de artículos suntuarios y sancionar enérgicamente su introducción ilegal a la República, así como toda clase de contrabandos. f. Restringir, reorganizar y, en su caso, acabar con las zonas y perímetros libres, a fin de ampliar el mercado a disposición de los productores nacionales. g. Modificar la política arancelaria para que sin menoscabo de una protección legítima de los productores nacionales, dicha política no resulte en beneficios o privilegios que lesionen el interés general. h. Eliminar a los intermediarios extranjeros que intervienen en el financiamiento, distribución o venta de productos

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mexicanos que se destinan al comercio exterior (algodón, café, legumbres, frutas, ganado vacuno, minerales, etc. ) y que especialmente explotan a los productores pequeños y medianos en la agricultura, la ganadería, la pesca y la minería. i. Incrementar el establecimiento de relaciones comerciales directas con todos los países sobre bases recíprocamente ventajosas y eliminar a los intermediarios, sobre todo norteamericanos, cuya intervención es perjudicial para nuestro país. j Pugnar por el mejoramiento de las relaciones de intercambio. fundamentalmente a través de la adopción de una política que resuelta sistemática y patrióticamente denuncie y rechace las maniobras de los países imperialistas. k. Reducir la dependencia comercial respecto de Estados Unidos e intensificar el comercio con todas las naciones, en particular con los países socialistas y las democracias populares, que hasta ahora han sido discriminados en el comercio exterior de México. l. Evitar que la participación de México en la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio se traduzca en ventajas para el capital extranjero, en particular para el capital norteamericano que opera en los países miembros de dicha asociación. m. Fomentar el intercambio con los países subdesarrollados de América Latina, Asia y África, y establecer con ellos acuerdos y formas de cooperación que tiendan a mejorar su posición competitiva, a obtener precios razonables, a unificar sus ofertas y demandas y a romper la hegemonía comercial de las grandes potencias. n. Intensificar las relaciones comerciales con Cuba, en condiciones mutuamente ventajosas, que contribuyan a diversificar el intercambio de México y a contrarrestar el boicot con que el imperialismo norteamericano ha tratado de destruir la Revolución cubana. o. Pugnar porque el fomento del turismo extranjero tenga un claro sentido de defensa de la cultura nacional y porque las empresas de servicio al turismo estén controladas por mexicanos.

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Elevación del nivel de vida del pueblo Considerando: Que los sectores populares siguen viviendo en México en condiciones precarias y a menudo verdaderamente miserables. Que la elevación del nivel de vida de los campesinos, obreros y amplios grupos de la clase media no sólo se justifica en atención a razones sociales y humanitarias, sino que es indispensable para ampliar los cauces del progreso económico de la nación. Que la tesis según la cual no es posible el rápido aumento en el nivel de vida de las masas es una tesis falsa, reaccionaria y antipatriótica. Que para elevar el nivel de vida del pueblo es menester revisar a fondo toda la política económica nacional, respetar inflexiblemente los derechos de los trabajadores y ampliar las prestaciones a favor de los mismos. Que los servicios sociales, prestaciones y seguros deben integrarse en un solo sistema nacional que abarque a todo el pueblo, absorbiendo los diferentes organismos que operan en forma fraccionada para grupos específicos de la población y reservando la acción asistencial para aquellos grupos que no hayan alcanzado todavía derechos contractuales. El Movimiento de Liberación Nacional resuelve luchar por los objetivos siguientes: 1. Acabar con los sindicatos “blancos”, sanear el movimiento sindical del país, a fin de que las organizaciones de los trabajadores sean instrumentos eficaces en la defensa de sus intereses y garantizar su independencia, autonomía y libertad, repudiando toda forma de intervención en ellos del gobierno y los patrones. 2. Promover y depurar, con el mismo propósito, la organización de los campesinos, en particular de los ejidatarios. 3. Pugnar por la creación de verdaderas cooperativas de producción y consumo, así como por la liquidación de aquéllas que sólo lo son de membrete y que operan al margen de la ley. 4. Combatir todas las formas de inmoralidad y corrupción que directa o indirectamente afectan a la población trabajadora, empezando con los tribunales de trabajo y las institu-

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ciones más relacionadas con los campesinos. 5. Vigilar el estricto cumplimiento de los artículos 4, 5 y 123 de la Constitución, así como de las leyes secundarias que otorguen beneficios a los trabajadores. 6. Combatir el desempleo y el subempleo en el campo y las ciudades, abriendo nuevas fuentes de ocupación. Es de importancia inmediata lograr que todas las obras públicas que lo permitan se realicen con mano de obra. 7. Pugnar porque los salarios se eleven en la misma escala en que aumente la productividad del trabajo y, en su caso, el costo de la vida, así como esforzarse porque los salarios mínimos que se fijen correspondan a lo estatuido por la Constitución. 8. Alentar la organización sindical de los empleados de la banca y el comercio, de los campesinos y obreros rurales no organizados y de los trabajadores a domicilio, procurando extender los beneficios del Estatuto Jurídico y de los servicios sociales de los empleados federales, a lo trabajadores de la Federación que aún no los reciben y a los empleados oficiales de los estados y municipios. 9. Mejorar los sistemas de distribución de los artículos de consumo indispensables, eliminando intermediarios nocivos, y reducir sus precios, así como prevenir y sancionar enérgicamente la especulación con, esos artículos. En particular, combatir a los monopolios. 10. Evitar y sancionar la discriminación de las mujeres trabajadoras, tanto en los salarios como en las oportunidades de ocupar puestos directivos, hacer cumplir las disposiciones legales que protegen a la madres trabajadoras y extender los servicios de guarderías infantiles y jardines de niños en poblados, fábricas, oficinas y barriadas populares. 11. Castigar severamente la explotación del trabajo de menores de edad. 12. Proteger eficazmente a los braceros agrícolas. 13. Unificar y ampliar considerablemente los programas de construcción y mejoramiento de viviendas rurales y urbanas; acabar con las vecindades y tugurios; proporcionar medios para la construcción o terminación de las casas iniciadas por los propios campesinos y trabajadores urbanos; impedir el aumento a Movimiento de Liberación Nacional

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los alquileres y rebajar los que pagan los sectores de bajos ingresos, no protegidos por la congelación de arrendamientos. Implantar topes estrictos a los precios de los terrenos urbanos e impuestos elevados sobre terrenos baldíos, para frenar la especulación. 14. Integrar un sistema único de seguridad social que en forma progresiva comprenda a todos los sectores de la población, especialmente a los campesinos, dentro del cual la asistencia se imparta en forma obligatoria, como un complemento del sistema de seguros sociales. 15. Definir y ampliar la política de salud pública para que cumpla la responsabilidad constitucional de preservar las condiciones generales de higiene, salubridad y prevención de enfermedades, sin dispersarse en campos distintos de su acción específica. 16. Intensificar los programas de introducción de agua potable en los poblados y zonas urbanas que carecen de ella y mejorar estos servicios sobre la base de tarifas justas. 17. Reforzar la lucha contra toda clase de enfermedades endémicas o epidémicas. 18. A segurar la rápida elevación del nivel higiénico del país, en los establecimientos de servicio público, en la producción y distribución de alimentos, en los lugares de trabajo y en los hogares. 19. Combatir la desnutrición, mediante la ampliación del consumo de alimentos básicos e intensificar la venta de alimentos que forman parte reducida en la dieta actual del pueblo de México, como los productos marítimos, haciéndolos llegar a los consumidores a bajo precio, regularmente y con una calidad adecuada. 20. Proteger a los pequeños comerciantes y productores que desempeñen una función útil, ampliando el crédito a su disposición y facilitando su organización. 21. Asegurar que las comunidades indígenas ejerzan todos sus derechos e impulsar la organización para la producción y distribución de sus productos. 22. Promover la unidad y la estrecha alianza de los trabajadores entre sí y con las demás fuerzas democráticas y populares del país.

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Cultura y educación Considerando: Que el desenvolvimiento educativo y cultural de nuestro pueblo es indispensable para lograr la soberanía nacional y la emancipación económica. Que el bajo nivel de vida de los sectores populares y la condición social de los mismos impide el acceso a la educación. Que el fanatismo y el imperialismo son dos grandes obstáculos a la elevación del nivel cultural del pueblo. Que la penetración imperialista y la acción de fuerzas retardatarias empeñadas en mantener su hegemonía económica, y la pretensión del clero político de volver las cosas en el país a la situación liquidada por la Reforma son factores fundamentales que deforman y desvían la educación nacional. El Movimiento de Liberación Nacional resuelve: Auspiciar la creación de un comité de promoción y defensa de la cultura nacional y la educación popular.

Enseñanza elemental y media 1. Luchar porque el sistema educativo tenga una orientación nacional que forme en los educandos una conciencia de los intereses y los problemas del pueblo mexicano, así como un espíritu de fraternidad hacia los pueblos del mundo y, de manera especial, hacia los pueblos latinoamericanos. 2. Pugnar porque se aplique estrictamente el artículo 3 constitucional; porque se supriman todos los subsidios que se otorgan a los colegios particulares y se canalicen estos fondos hacia la enseñanza impartida por el Estado; porque se vigile la Movimiento de Liberación Nacional

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actividad que realizan dichos colegios y se les obligue a ajustarse a los programas en vigor; y porque se apliquen las disposiciones que obligan a los institutos de seguridad social y la fracción xii del artículo 123 de la Constitución para que las empresas establezcan y mantengan escuelas para los hijos de los trabajadores. 3. Lograr la multiplicación del número de escuelas primarias hasta satisfacer plenamente las necesidades de toda la población escolar y promover el mejoramiento de la enseñanza en todos sus aspectos. 4. Pugnar por planes de asistencia social que faciliten la concurrencia a la escuela de todos los niños, otorgando los servicios que sean necesarios para ese fin. 5. Considerar como impositiva la tarea de alfabetizar a toda la población que no sabe leer ni escribir y que en esa labor participen todos los que sí saben leer y escribir. 6. Lograr que se incremente el sistema de becas, internados y otros servicios necesarios para evitar la pérdida que significa para la nación que jóvenes bien dotados no puedan estudiar por falta de recursos. 7. Fomentar la formación de los maestros necesarios para atender las crecientes necesidades de las enseñanzas primarias y secundarias. 8. Luchar porque se garantice la libertad ideológica y la libertad de opinión que deben caracterizar el ambiente en el que se desarrolle toda la enseñanza y exigir una retribución económica que permita a los maestros cumplir con sus difíciles tareas. 9. Pugnar porque se amplíe el presupuesto dedicado a la educación, de acuerdo a las necesidades del país, a efecto de eliminar sus insuficiencias y desviaciones, generadas, en parte, merced a las aportaciones económicas privadas que imponen criterios antinacionales y anticientíficos a la enseñanza.

Enseñanza profesional y subprofesional 1. Luchar porque la educación subprofesional y profesional proporcione a los estudiantes una comprensión certera de los principios científicos y de los principales problemas sociales

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económicos e históricos nacionales. 2. Pugnar porque las universidades y las escuelas técnicas revisen sus planes de estudios para que estén acordes con la revolución científica y técnica actual y con la realidad nacional. 3. Estimular al máximo el intercambio de información entre todas las instituciones y con todos los países del mundo, por todos los medios, así como el intercambio nacional e internacional y una absoluta libertad subprofesional y profesional. 4. Reorganizar y ampliar los servicios sociales que prestan los estudiantes al término de sus carreras.

Investigación científica 1. Impulsar la investigación científica planeándola y coordinándola de acuerdo con las necesidades del país. 2. Sostener que la investigación científica debe tener una estrecha colaboración con los centros docentes y la actividad productiva. 3. Promover el intercambio científico internacional, especialmente con los países de América Latina. 4. Rechazar la intromisión del imperialismo extranjero en cualquier actividad científica o técnica, cuyos fines sean subordinar la investigación nacional a sus intereses. 5. Luchar porque se reconozca la importancia de la investigación científica y porque se estimule, proteja y respete la personalidad y los derechos del trabajador de la ciencia en todos los aspectos.

Defensa de la cultura nacional 1. Sostener como principio fundamental la defensa y el desarrollo de la cultura nacional, oponiéndose a cualquier tentativa de menoscabarla o envilecerla, desvirtuando nuestras tradiciones y costumbres útiles para nuestro progreso. 2. Propiciar los más amplios intercambios culturales con todos los pueblos para enriquecer así el propio caudal y facilitar Movimiento de Liberación Nacional

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el mayor conocimiento, comprensión y amistad como factores de solidaridad y para la salvaguarda de la paz. 3. Defender la libertad de creación y expresión artística y literaria de todas sus manifestaciones, y denunciar todas las formas de censura y todos los atentados que contra ella se realicen. 4. Pugnar porque las grandes mayorías tengan acceso a todas las auténticas manifestaciones culturales y artísticas, en especial aquéllas cuyo contenido sea de un alto sentido nacional y que reflejen la esencia de nuestra personalidad. 5. Repudiar y combatir toda mixtificación del arte y de la cultura nacionales en cualquiera de sus manifestaciones. 6. Denunciar y luchar firmemente y con todos los medios posibles en contra de la penetración imperialista en el ámbito de la cultura y de las artes nacionales, que está prostituyendo las expresiones artísticas y la sensibilidad del pueblo mexicano. 7. Luchar para que los medios de difusión no sean utilizados con fines antinacionales y antipopulares, principalmente con los siguientes objetivos: a. Desenmascarar y combatir por todos los medios la acción desorientadora y antinacional de la prensa pro imperialista y de las agencias extranjeras que nutren sus servicios informativos; apoyar, en cambio, todo esfuerzo en favor de una prensa veraz y al servicio de los intereses populares. b. Propugnar que se reglamente la actividad de la radio y la televisión y porque los programas tengan un contenido educativo y despierten el interés por los valores auténticos del arte y el saber nacionales. c. Combatir la nociva difusión de las llamadas “tiras cómicas” y “cuadernos de muñequitos”, así como en general de la caricatura política y todas las expresiones plásticas aplicadas a la prensa y a la publicidad que tengan un carácter belicista, pro imperialista, antipopular o estupidizante y que tiendan a deformar la mentalidad pública. d. Luchar porque la cinematografía nacional contenga el mensaje de arte y cultura que despierte el interés y contribuya a formar en el público de otros países la imagen real del pueblo mexicano. e. Ampliar la acción de todos los medios de difusión para

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que sirvan como vehículos de comprensión y acercamiento entre todos los habitantes del país. 8. Contrarrestar la influencia del imperialismo y la consecuente corrupción y el envilecimiento de la cultura nacional, sobre todo en la región fronteriza con los Estados Unidos y en las localidades que reciben una corriente mayor de turismo. 9. Preservar del saqueo y la destrucción el patrimonio artístico y arqueológico de México y fomentar la función de colecciones artísticas y arqueológicas debidamente reglamentadas. 10. Estimular el auténtico folklore nacional y repudiar en cambio, su mixtificación y comercialización. 11. Propiciar el acercamiento, el intercambio de experiencias y la organización de los artistas e intelectuales, sobre la base de defender sus intereses comunes y de impulsar y multiplicar las obras de creación, respetando las ideas estéticas y las concepciones de cada quien y su derecho a expresarlas. 12. Luchar para que se cumplan los reglamentos orgánicos de los institutos nacionales de Bellas Artes, de Antropología e Historia, y de la Investigación Científica, en cuanto garanticen la preservación y el desarrollo de la cultura nacional. 13. Pugnar porque el Estado organice una red de escuelas de arte y actividades culturales y formule un sistema de becas que abarque a la mayoría de aquellas personas que manifiesten talento artístico.

Educación indígena 1. Estudiar los problemas económicos y sociales que afectan a los indígenas a fin de encauzarlos y ayudar a resolverlos, respetando las expresiones culturales propias de dichas comunidades. Para ello se requiere conocer: a. Las condiciones geográficas y económicas en que viven. b. Las formas de vida política propias: costumbres, relaciones sociales, producción artística, artesanía, comercio, tradiciones, historia, etc. c. La organización del trabajo y formas de explotación que sufren. Movimiento de Liberación Nacional

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2. Atraer antropólogos, etnólogos y otros especialistas al Movimiento de Liberación Nacional para que orienten los planes de preservación y fomento de las culturas indígenas.

Lucha por la paz y la cooperación internacional Considerando: Que los grandes conflictos internacionales, tanto los de carácter mundial como las llamadas guerras localizadas, especialmente la de Corea, han contribuido a crear una situación política lesiva a México, a elevar vertiginosamente el costo de la vida y a congelar los salarios, así como a incrementar la especulación en todas sus formas, en perjuicio del pueblo, a deformar la economía nacional, a agudizar la dependencia económica, política, técnica y cultural de nuestro país, así como a desviar el desarrollo en beneficio de pequeñas minorías de nacionales y extranjeros. Que la guerra fría consolida y agudiza las condiciones anteriores y daña gravemente a nuestro país, porque provoca en su contra agresivas presiones de los Estados Unidos de América en nombre del anticomunismo, mero disfraz para perseguir y reprimir a personas y organizaciones nacionales que defienden los intereses de nuestro pueblo y que luchan por la paz. Que la guerra fría perturba y deforma nuestras relaciones con todos los países porque el imperialismo norteamericano aspira a determinar en su propia conveniencia nuestras relaciones comerciales y culturales. Que la guerra fría se ha recrudecido y que no es remoto el peligro de que al estallar un conflicto mundial o regional México se viera arrastrado en interés de otros a entrar en una lucha cuyo saldo sería la muerte de cientos de miles de mexicanos, incalculable destrucción de sus bienes y tremendo retroceso en todos los órdenes. Que la guerra fría ha penetrado en nuestro país y en Latinoamérica, sobre todo a partir de la agresión económica y militar a Cuba por el gobierno de los Estados Unidos.

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Que los avances logrados en el camino de la negociación pacífica entre los países, la creciente influencia de los países no comprometidos y las llamadas reuniones en la cumbre responden a los intereses del pueblo de México y corresponden a su tradición pacifista. El Movimiento de Liberación Nacional resuelve: 1. Luchar contra toda forma de propaganda belicista, alertando al pueblo sobre las técnicas del imperialismo, que provoca conflictos y nos quiere arrastrar al campo de las acciones guerreristas y hacerle entender que la paz puede conquistarse mediante la movilización popular en favor de la cooperación y el entendimiento entre los pueblos. 2. Explicar y demostrar al pueblo que las campañas anticomunistas y la tensión internacional son una consecuencia de la política de guerra fría. 3. Luchar por la prohibición de los experimentos nucleares -especialmente los que afectan nuestros litorales y fronteras-, por el desarme y contra las bases militares, y porque la energía atómica sólo sea empleada para usos científicos y de bienestar humano. 4. Organizar campañas contra las compras de material bélico impuestas a México por presión extranjera; contra la estación rastreadora de Guaymas, que puede comprometer gravemente a nuestro país, contra el establecimiento de bases de cualquier tipo y bajo cualquier disfraz, que puedan aparejar iguales peligros contra el funcionamiento de la Comisión Militar México-Americana de Defensa Conjunta, contra los acuerdos, tratados, convenios y pactos del sistema interamericano que comprometan a nuestro país y contra cualquier otra forma de acción bilateral o multilateral que pueda contribuir a poner en peligro la independencia y la seguridad de México. 5. Vigilar que la política internacional de México responda sin vacilaciones a las necesidades e intereses del pueblo y porque la posición de nuestro país en el seno de las Naciones Unidas y en todas las conferencias internacionales a las que concurra, tienda firmemente al arreglo pacífico de los conflictos entre las naciones y a la creación de condiciones de cooperación internacional que sustituyan a las actuales y graves tensiones.

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6. Exigir que nuestro país no forme parte de la política de bloques belicistas y que se solidarice firmemente con los países que sostengan principios de negociación pacífica y luchen denodadamente contra todas las formas el colonialismo. 7. Denunciar los peligros que entrañan para la vida de nuestro pueblo conflictos aparentemente lejanos y sin importancia directa para México que comprometen gravemente la paz mundial. 8. Denunciar y combatir en defensa de la paz del continente la política provocadora y agresiva de los Estados Unidos contra Cuba. 9. Pugnar porque México establezca relaciones diplomáticas con la República Popular China y porque se admita su reconocimiento en las Naciones Unidas, toda vez que su ausencia no sólo es injustificada, sino que entraña un peligro para la seguridad y la paz mundiales. 10. Organizar campañas a favor del desarme general y controlado, y de la proscripción de las bombas nucleares y de todos los instrumentos de genocidio.

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Llamamiento al pueblo mexicano La lucha del pueblo mexicano por su libertad y su bienestar dista mucho de haber concluido. Ahora es más urgente que nunca llevarla adelante. Con base en los compromisos contraídos solemnemente por los 2,000 mexicanos que en representación de un gran número de compatriotas asistieron a la Conferencia Latinoamericana por la Soberanía Nacional, la Emancipación Económica y la Paz, celebrada en México en el mes de marzo último, hemos resuelto constituir el Movimiento de Liberación Nacional. En ejercicio de un irrenunciable derecho ciudadano creamos este indispensable instrumento de acción y unidad de las fuerzas democráticas que en poco tiempo tendrá un alcance verdaderamente nacional. Los motivos y las metas de nuestro esfuerzo son claros y patrióticos. Defendemos la soberanía nacional y luchamos por nuestra emancipación del imperialismo, porque México mantenga con firmeza los principios de autodeterminación y no intervención, porque rechace resueltamente todo lo que pueda comprometer nuestra integridad. Estamos con todos los ciudadanos que defienden las garantías individuales y sociales que la Constitución consagra. Estamos con los presos políticos, cuyo único crimen ha sido expresar sus convicciones y defender a los trabajadores; pedimos su libertad y la derogación del delito de disolución social. Estamos con los obreros que pugnan por convertir en realidad la autonomía sindical, por liberarse del dominio de dirigentes impuestos y venales, de líderes que trafican con sus intereses y roban sus cuotas, por ejercer el derecho de huelga sin ilícitas declaraciones de inexistencia y otorgarse un régi-

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men sindical honesto y comprometido únicamente con las aspiraciones de la clase obrera. Estamos con los campesinos que luchan por una reforma agraria que mejore rápidamente su nivel de vida, elimine a los voraces intermediarios, restituya a los ejidos las tierras usufructuadas por grupos privilegiados de neolatifundistas y asegure a los campesinos semillas, abono, maquinaria, crédito honradamente administrado, escuela, habitación decorosa, asistencia médica y garantía en los precios de producción y consumo. Sostenemos que sólo una reforma agraria integral, a fondo, que se realice sin temor a herir los intereses creados en el campo, puede llevar el bienestar a la masa rural y permitir el verdadero desarrollo industrial de México. Estamos con todos los grupos indígenas que luchan por la restitución de sus tierras, por la igualdad efectiva de sus derechos con el resto de los mexicanos, por su mejoría integral y por su elevación cultural. Estamos con los jóvenes de México, para que gocen de enseñanza gratuita en todos los grados, para que tengan derecho al trabajo y a la tierra, para que participen en la vida cívica y política del país, para que la juventud se desarrolle espiritual y materialmente en un clima de libertad. Estamos con todos los universitarios que defienden la libertad de cátedra conquistada a través de luchas enérgicas y defendemos la libertad de expresión de acuerdo con los principios consagrados en la Constitución. Es un derecho y un deber de los universitarios servir al pueblo de México, estudiar sus problemas, proponer soluciones y solidarizarse con todos los pueblos del mundo que luchan por su libertad. Estamos con los empleados del gobierno, de la banca, de la industria y el comercio, que aspiran a ejercer sin restricciones su derecho a organizarse, a crear y a mantener sindicatos que defiendan con lealtad sus intereses. Estamos con los industriales nacionalistas que claman porque la industria mexicana sea genuina y realmente mexicana, y no un mero apéndice y una fuente de grandes ganancias de los consorcios internacionales. Estamos con todo el pueblo para que todo el pueblo disfruMovimiento de Liberación Nacional

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te de los recursos naturales que se hallan en poder de monopolios extranjeros y minorías del país, y para que todo el pueblo sea el beneficiario de una industrialización que aproveche racionalmente las grandes riquezas dormidas de México. Estamos con todos los patriotas con los que desean legar a sus hijos una nación libre y próspera, dueña de sus riquezas y del fruto de su trabajo. Sostenemos, por ello, que es inaplazable proteger al país frente a las inversiones extranjeras que año con año retiran enormes ganancias y empobrecen a los mexicanos. Sostenemos, por ello, que es necesario impedir que esas inversiones penetren en la industria petroquímica. Sostenemos la necesidad de una política comercial que tienda a la diversificación inmediata de productos y mercados. Sostenemos que todos nuestros recursos -bosques y minas, tierras, aguas, costas e industrias- deben estar en manos de mexicanos y producir al máximo sólo en beneficio de los mexicanos. Ningún mexicano puede permanecer indiferente ante los graves problemas del país. Por eso luchamos. Luchamos contigo, campesino, para que obtengas tierra si no la tienes o te sea devuelta si te fue arrebatada. Luchamos contigo para que tu tierra produzca más, para que puedas tener un par de zapatos, una habitación decente para tu familia, precios seguros para tus cosechas y una escuela para tus hijos. Luchamos contigo, obrero, para que conquistes la democracia sindical y líderes auténticos defiendan tus intereses, para que obtengas mejores condiciones de trabajo que garanticen a tus hijos una vida mejor. Luchamos contigo, maestro, para que mejores tus condiciones de vida y encauces a los niños hacia una conciencia patriótica y un porvenir para México. Luchamos contigo, estudiante, para que conozcas los pro­ blemas de tu patria y alcances las técnicas y la sabiduría del único profesionista libre: el que resuelve con la máxima eficacia los problemas reales del pueblo. Éste es, sin cortapisas, tu privilegio y tu obligación. Luchamos contigo, intelectual, para que estudies los grandes problemas de tu pueblo y contribuyas a su solución; contigo, artista, para que te expreses en un clima de libertad y de respeto.

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Luchamos todos juntos pacífica pero tenazmente porque estamos seguros de que los graves problemas del pueblo mexicano ya no se pueden aplazar. Luchamos todos juntos seguros de que en la organización patriótica y en la estrecha unidad de las fuerzas mayoritarias de México está la clave para exigir y aplicar democráticamente las soluciones que la miseria, la enfermedad y el analfabetismo, pero también la esperanza de nuestro pueblo, reclaman. Luchamos en un momento de la mayor gravedad, en un momento en que las minorías ricas y conservadoras de México se vuelven cada vez más agresivas contra la vida institucional del país, en su vano intento de frustrar las conquistas sociales e impedir la lucha de nuestro pueblo por su liberación definitiva. La derrota del imperialismo norteamericano en Cuba ha provocado el desconcierto, el temor y la ira de los agresores y de quienes los defienden. La triunfante Revolución cubana, hoy más fuerte que nunca, ha devuelto a Latinoamérica la dignidad, la confianza y la fe inquebrantable en su destino. Los grupos que en cada una de las luchas decisivas de la historia de México han defendido los intereses, los privilegios y los abusos de una minoría, están actuando abiertamente otra vez. Si ayer esos grupos fueron los aliados de la Corona española, de los invasores franceses y de las expediciones punitivas yanquis, hoy son los aliados del gobierno norteamericano y de las compañías extranjeras. Pero también han encontrado un aliado en las rectificaciones, titubeos y claudicaciones en la política de los últimos gobiernos. La opresión de los Estados Unidos sobre México está a la vista. El imperialismo norteamericano obtiene su riqueza del dominio de los productos -metales, algodón, café, azúcar­que nosotros vendemos barato y que producen nuestros mineros, campesinos y obreros mal pagados. Para defender su riqueza alientan a los grupos nacionales que comparten las ganancias con ellos. Las pretensiones de esos grupos reaccionarios son cada vez más desmedidas e ilegítimas. Frente a quienes aconsejan el uso de la violencia contra movimientos patrióticos que expresan legítimas inquietudes y demandas del pueblo, creemos que lo único procedente, consMovimiento de Liberación Nacional

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tructivo y eficaz es satisfacer esas justas demandas populares. Frente a quienes sostienen que la unidad nacional y la colaboración incondicional de todos los mexicanos con el gobierno son indispensables para sortear la crisis y defender la soberanía nacional, nosotros estamos convencidos de que sólo una lucha enérgica e intransigente de todas las fuerzas democráticas contra los enemigos de la nación podrá garantizar el progreso social y la plena independencia económica y política de nuestra patria. México no se ha forjado al margen de la lucha, sino en medio de la lucha. La independencia no se conquistó contemporizando con la metrópoli española, sino mediante la insurgencia revolucionaria. La Reforma no fue el resultado de la alianza entre los liberales y los conservadores, sino del triunfo aplastante de los hombres de Juárez sobre los hombres de Maximiliano. La Revolución no se abrió paso transigiendo con sus enemigos, sino en una lucha a muerte con ellos. Campesinos, obreros, maestros, estudiantes, intelectuales, nuestra tarea es muy grande. Los peligros y obstáculos que habremos de encontrar son numerosos. Con la participación de todos los sectores democráticos confiamos firmemente en las posibilidades de triunfo. La Conferencia Latinoamericana por la Soberanía Nacional, la Emancipación Económica y la Paz demostró lo que pueden hacer las fuerzas populares, democráticas y progresistas del país si luchan juntas para lograr objetivos concretos y bien delimitados. Ahora es preciso seguir adelante, mejorar la organización, sistematizar el trabajo, adelantar la participación y estimular la iniciativa de las grandes mayorías de México y conjugar con más eficacia nuestros esfuerzos. Llamamos a todos los sectores democráticos a cerrar filas, a sumar sus fuerzas, a superar las diferencias que obstaculicen la acción común, a participar en una lucha diaria, amplia y democrática en bien de México. Las perspectivas son alentadoras, pero sólo trabajando con entusiasmo, con responsabilidad, con espíritu de sacrificio y sin descanso, podremos convertir en realidad las exigencias del pueblo de México: • Plena vigencia de la Constitución • Libertad para los presos ·políticos • Justicia independiente, recta y democrática

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Programa y llamamiento

• • • • • • • • • • • •

Libre expresión de las ideas Reforma agraria integral Autonomía y democracia sindical y ejidal Dominio mexicano de todos nuestros recursos Industrialización nacional sin hipotecas extranjeras Reparto justo de la riqueza nacional Independencia, dignidad y cooperación internacionales Solidaridad con Cuba Comercio con todos los países Democracia, honradez y bienestar Pan y libertad Soberanía y paz

Movimiento de Liberación Nacional

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Delegaciones estatales

Por el comité nacional Alonso Aguilar M. Ignacio Aguirre Clementina B. de Bassols Narciso Bassols Batalla Martha Bórquez Enrique Cabrera Guillermo Calderón Cuauhtémoc Cárdenas Jorge Carrión Fernando Carmona Heberto Castillo José Chávez Morado Carlos Fuentes Ignacio García Téllez Enrique González Pedrero

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Programa y llamamiento

Eli de Gortari Mario H. Hernández Jacinto López Francisco López Cámara Braulio Maldonado Manuel Marcué Pardillas Manuel Mesa A. Guillermo Montaño Arturo Orona Rafael Ruiz Harrel Calos Sánchez Cárdenas José Siurob Manuel Terrazas Adelina Zendejas

Baja California: Baja California: Dr. Ramiro Bermúdez Alegría, Eliseo Hernández Abarca, Antonio Salvatierra, J. Sosa Castro. Campeche: Enrique Anglí, Andrés Poot Pérez, Francisco Soto, Pablo Salinas. Coahuila: Manuel Cantú Olvera, Roberto Gutiérrez Pastor, Marciano Ruiz Vargas, Celia Cárdenas de Frausto, José Frausto Campa, Victoriano Flores Ramos, Enrique Sada Quiroga. Colima: Ernesto Enríquez Zámano. Chihuahua: Jesús Gurrola. Distrito Federal: Vicente Lombardo Toledano, Ignacio Acosta, Arturo Bonilla, Guillermo Bonfil, Eduardo Botas Santos, Juan Brom, Isabel Carvajal, Henrique González Casanova, Julio Carmona, Leonel Durán, Víctor Flores Olea, Eugenio Martínez Bravo, Fernando Paz Sánchez, Mercedes Quevedo, Mathilde Rodríguez Cabo, Gerardo Unzueta, Miguel Velasco, Lorenzo Zelaya, Ángel Bassols Batalla, Alicia Castañeda de Aroche, Luis Córdova, Alfonso Magallón, Luis Prieto Reyes, Mario Rivera, Roberto Robles Garnica, Raquel Tibol, Adriana Lombardo, Jorge Mancera, Celia Ramos, Arnoldo Martínez Verdugo, Edmundo Valdés García, Leocadio Zapata, Francisca Acosta, Eulalia Guzmán, Ana Mayés, Guillermo Montaño, Janitzio Mújica, José Ma. Suárez Téllez, Angélica Arenal de Siqueiros, Eduardo Azuara, Jorge Ballesteros, Alfredo Barrera, Dolores Bravo, Bertha de los Ríos de Carmona, Norma Carrasco, Ma. Antonieta Domínguez, Ignacio García Téllez Madrazo, Carlos González, Germán List Arzubide, Alejandro Martínez Camberos, Salvador Obregón, Pablo O’Higgins, Ramón Ramírez G. , Valentín Rincón, Ma. de la Luz Rodríguez, Boris Rosen, Alfredo Sánchez Islas, Jorge Tamayo López, Horacio Tenorio, Rubén Vargas. Guerrero: Emeterio Deloya, Nicolás Román. Hidalgo: Antonio Martínez B. Jalisco: Alfonso Partida Labra, Lola Vidrio, José Zuno Arce. México: Armando Bolaños Gutiérrez, Máximo Moreno Ortega, Guadalupe Neri, Samuel Peña, Celia Torres Chavarría, José Talladares. Michoacán: José de Jesús Álvarez, Marco Antonio Aviña, José Luis Alba Fernández, Pedro Elorga Aguilar, Pablo Margáin, Eulogio Márquez, Salvador Pérez García, Rogelio Ríos Valles, Rafael Ruiz Béjar, Eduardo Limón, Rafael López Rangel, José de Jesús Aguinaga, Roberto Movimiento de Liberación Nacional

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A. Aguinaga, Antonio Alfaro B. , Blas Baines, Luis Cortés C. , José de Jesús Estrada E. , Francisco García, Rafael Hernández, Juan Ortiz, Salvador Sotelo, Guillermo Villa, Reinaldo Villa, Vicente Villa. Nayarit: Ezequiel Moreno Pérez. Nuevo León: Mario H. Curzio, Elíseo Chávez B. , Tomás González de Luna, Mateo Sáenz, Eduardo Blackaller. San Luis Potosí: J. C. Rodríguez. Sinaloa: Arnaldo Romano Garay, Simón Jiménez, Agustín Torres. Tabasco: Dr. Juan Beauregard. Tamaulipas: Cándido Alonso, Ramón Gómez Mendoza, Hilario Gómez Saldaña, Jesús Hinojosa García, Julián Jáuregui, Samuel Zamarripa. Veracruz: Heriberto Jara, Manuel Aguas Franco, Ernesto Cruz Betanzes, Norberto Martínez. Yucatán: Juan Duch Colel. Zacatecas: J. Carmen Solís.

Organizaciones Frente Revolucionario Jacobo Gutiérrez, Mazatlán, Sinaloa; Felipe Camarena. Frente Unificador Campesino Coahuilense General Pedro Rodríguez Triana, Torreón, Coahuila; Enrique Garza, Aniceto Ramírez, Pedro Rodríguez Levi, Manuel Rodríguez Olguín, Mateo Rojas. Frente Zapatista de México, Alfonso Méndez, Salvador Molina. Liga Agraria del Edo. de Baja California, Ignacio Sánchez, Florentina H. Silva. Liga Agraria Independiente de Veracruz, José Martínez Cuervo, Rubén Flores, Raúl Gorán, Carlos Hernández, Alonso Mendoza, Alberto Segura M. Movimiento Campesino Independiente, Fernando Cortés, Domingo Esquivel, Antonio Morín. Unión de Sociedades Ejidales de la Comarca Lagunera, Manuel Amaya, Alberto Loera. Consejo Nacional Ferrocarrilero, Trinidad Hernández, Aurelio Muñiz, Alfonso Muriedas. Movimiento Revolucionario del Magisterio, Rubelio Fernández, Lino Medina Salazar, Manuel Ontiveros Balcázar. Federación Estudiantil Universitaria, Humberto Herrero. Sociedad de Alumnos de la Escuela Nacional de Maestros (Nocturna), Adrián Juárez Abad. Sociedad de Alumnos de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, Roger Bartra Muria, Ernesto Olvera. Sociedad de Alumnos de la Escuela Nacional de Filosofía y Letras, Lauro Bonilla, Carlos Pereyra, Renato Ravelo. Sociedad de Alumnos de la Escuela Nacional de Economía, Eliezer Morales, Eduardo Pascual. Sociedad de Alumnos de la Escuela Nacional de Ciencias Políticas y Sociales, Guillermo Castro

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Programa y llamamiento

Gálaz, Crisóforo Loza. Juventud Comunista, Zoilo Ramírez, Augusto Salinas. Grupo Patricio Lumumba, Francisca Calvo Zapata, José López Bosch. Vanguardia de la Mujer Mexicana, María Luisa Sevilla. Unión Democrática de Mujeres Mexicanas, Paula Medrano. Comité Permanente pro Congresos Latinoamericanos de Mujeres, Martha López Portillo, Aurelia Bassols. Instituto de Estudios Latinoamericanos, Asociación del Rito Primitivo Progresista, José Mainero. Asociación Nacional de Egresados de las Escuelas para hijos de trabajadores, Benjamín Ramírez Victoria. Círculo de Estudios Mexicanos, Jorge L. Tamayo. Taller de Gráfica Popular, Ángel Bracho. Frente Nacional de Artes Plásticas, Rosendo Soto. Revista Política. Comité de Orientación Campesina, Alfonso Salgado Antúnez. Frente Revolucionario de Liberación Nacional, Andrés Rosas Flores. Frente Revolucionario Veracruzano “Emiliano Zapata”, Gustavo Bautista Bandala. Grupo Espartaco de la Escuela Nacional de Ciencias Políticas y Sociales, Alfonso Vera Vélez. Sociedad José Martí, de Ciudad Madero, Tamaulipas, Octavio Magaña Ruiz. Aprobado por unanimidad en la asamblea nacional celebrada en la Ciudad de México los días 4 y 5 de agosto de 1961.

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Propuesta democrática por una Nación independiente, justa, libre y productiva México, septiembre de 1987 Corriente Democrática

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Propuesta democrática México vive hoy uno de los momentos más tensos y definitivos de su historia, agobiado por las presiones externas y por el enorme peso de sus deudas, injusticias y rezagos. Una ciudadanía ignorada y un pueblo sojuzgado que mantienen pese a todo su espíritu combativo y comienzan políticamente a rebelarse frente a un sistema sostenido cada vez más en la manipulación y el entreguismo. Hoy, como hace ochenta años, los mexicanos luchan por romper las inercias del despotismo y abrir espacios democráticos a las mayorías. Entonces bajo la bandera común de la Constitución de 1857 y en nuestros días reivindicando la de 1917; ambas suplantadas por el predominio abrumador de reglas no escritas. Sometimientos consentidos y silencios obligados habían generado, a principios de siglo, un régimen político aparentemente inconmovible que fundaba su poder tanto en el cinismo de los dirigentes como en la impotencia de los explotados. La “ciencia” había sido exaltada a razón de Estado, el desprecio al pueblo convertido en norma de gobierno y el ideal republicano abandonado en aras de un proyecto modernizante. La distancia entre la mentira oficial y la realidad era reflejo del abismo existente entre dos países distintos: el del peonaje rural y la postración urbana por una parte y el de los resplandores cosmopolitas y el rendimiento al extranjero por la otra. La dependencia creciente hacia las metrópolis sostenida en la feudalidad interna. A pesar de las reformas implantadas y de los profundos cambios ocurridos desde entonces, el país ha recaído en la gravitación colonial de su pasado. Hoy prevalece nuevamente un diseño político sustentado en el empobrecimiento de las mayo-

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rías, el predominio del capital especulativo y la subordinación nacional a intereses ajenos. México se encuentra inmerso en una crisis internacional que lesiona a los países en desarrollo y sujeto a las acechanzas que derivan de su posición estratégica y de una vecindad geográfica inexorable. A estos severos desafíos no se ha respondido con la determinación patriótica ni la congruencia histórica que hubiesen permitido fortalecer la defensa del patrimonio colectivo. Al comenzar esta década, estábamos todavía lejos de saldar atrasos seculares. A pesar de evidentes contradicciones, errores y desviaciones, el país marchaba hacia adelante y perseveraba en su lucha por ser independiente. Ahora nuestro proyecto constitucional ha sido abandonado y nos dirigimos en sentido opuesto al de la libertad, la autonomía y la justicia. Durante estos años hemos presenciado la conversión de una crisis financiera en desastre nacional. El mal que padecíamos, traumático pero limitado, se ha extendido a todos los ámbitos del cuerpo social, causando el desplome de la economía, de la política, de la convivencia humana y de la moral pública. El empeño de servir una deuda impagable y la miopía tecnocrática han exaltado la acumulación de divisas a primera prioridad nacional. Todo lo demás se considera residual o secundario, así se trate de la soberanía, el crecimiento económico, el hambre del pueblo o la dignidad ciudadana. A una sociedad debilitada hasta la anemia se le ha recetado una sangría inacabable de recursos hacia el extranjero, y a una economía desfalleciente se le ha impuesto el combate abierto contra una implacable competencia internacional. La sumisión al vínculo financiero a costa del genocidio interno. El orden de las prioridades nacionales ha sido radicalmente trastocado. En vez de una economía orientada al aprovechamiento de nuestras capacidades y riquezas en beneficio de la población, se ha instaurado una política especulativa que ahonda las desigualdades, desvaloriza el trabajo, paraliza la planta industrial, estrecha los mercados internos y cancela expectativas a las nuevas generaciones. La carestía se ha vuelto programa del gobierno, que finge combatir la inflación mientras la estimula sistemáticamente. Las Corriente Democrática

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altas tasas de interés encarecen el dinero, disparan los precios, desalientan al productor, restringen la oferta y desfinancian el sector público, que a su vez cobra cada vez más por bienes y servicios, alimentando una espiral interminable. Hemos dejado de invertir estos cinco años una cifra equivalente a la mitad de nuestra deuda externa, provocando -junto al deterioro de la infraestructura- un desplome sin precedente de la producción, del empleo y del consumo de bienes indispensables. Ha sido contraída una deuda mucho más grave que la internacional: la deuda social con el pueblo mexicano, al que se han sustraído los recursos indispensables para su desarrollo. El país ha iniciado una franca involución histórica. La progresiva concentración del ingreso y el abatimiento irracional de la productividad y de la calidad de la vida de los mexicanos. Cada día es mayor el número de compatriotas sometidos a la desocupación y la pobreza, y más alarmante el de quienes han sido confinados a una miseria sin horizontes. Los trabajadores de menores ingresos han perdido la mitad de su poder de compra en sólo cinco años, mientras un grupo reducido de familias ha incrementado sus disponibilidades financieras y posee una capacidad prácticamente ilimitada de gasto y acumulación de riquezas. A ese grado se han distorsionado los objetivos de la Revolución. No basta todo el ingreso de una familia pobre para satisfacer su dieta mínima. La desnutrición es la más grave de las enfermedades sociales y la de mayores efectos degenerativos. Los alimentos de que dispone la mayoría delos niños mexicanos son apenas suficientes para sostener la actividad física, pero no para el desarrollo intelectual y para una vida sana. Asistimos a una implacable degradación biológica del hombre y la naturaleza. El hacinamiento urbano, el abandono rural, la depredación de los recursos naturales y la contaminación del aire, las aguas y los suelos son parte de un círculo vicioso estimulado por el profundo menoscabo de las condiciones de vida y de la conciencia cívica de los mexicanos. Cuanto más derechos sociales se consagran en los códigos, menos se aseguran en la práctica. Compensación verbal del deterioro comunitario que, en materia de empleo, salud y habita-

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ción, acusa extremos graves. El entorno insano y la debilidad física de las grandes mayorías hace reaparecer enfermedades endémicas, incrementa la mortalidad infantil y disminuye las defensas contra la adversidad. A pesar de su continua expansión y de innumerables proyectos, casi siempre frustrados, el sistema educativo ha entrado en peligrosa decadencia. A más de un siglo de haber sido declarada obligatoria y gratuita la escuela primaria por la Ley Juárez, apenas ahora alcanzamos a cubrir su demanda. La falta de voluntad política, la restricción de recursos y la ausencia de estímulos lesiona la calidad de la enseñanza en todos los niveles y socavan en sus fundamentos la integridad y el futuro de la nación. Los abismos entre clases y estratos sociales inciden ya en una recomposición étnica y cultural del país que lo aproxima al modelo colonial de las castas y las segregaciones. La pauperización de las grandes masas y las limitaciones impuestas a su desarrollo y participación democrática, prefiguran el restablecimiento de un régimen de explotación del trabajo tras el disfraz de la economía exportadora. La estructura agraria del país ha evolucionado hacia un neolatifundismo que acosa y debilita al ejido, propicia la corrupción, concentra la propiedad y disminuye la productividad en el campo. Las formas de organización social promovidas por el impulso reivindicador de la Revolución han sido agredidas u olvidadas en favor de intereses contrarios al ascenso de las mayorías. La escasa representatividad de las asociaciones gremiales las convierte a menudo en apéndices del gobierno o instrumentos para la satisfacción de intereses personales. Muchos sindicatos han venido perdiendo su carácter de organizaciones de resistencia por la mediatización de sus dirigentes y la cancelación de la democracia interna, lo que favorece la violación de las leyes del trabajo y auspicia agudos desequilibrios entre los factores de la producción. Se está operando en verdad un cambio estructural. Los objetivos de integración económica y social han sido reemplazados por los de marginalidad creciente y multiplicación de enclaves transnacional. El país igualitario y productivo que procurábamos como vía de auténtica modernidad se fractura Corriente Democrática

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hoy por el remate de la mano de obra y los recursos naturales. El estímulo a la actividad económica se busca en el exterior de nuestras fronteras y se ha extraviado la determinación histórica de salvaguardar el patrimonio común para beneficio de los mexicanos. Mientras el país se descapitaliza y la dolarización se extiende, la confianza se evapora por la pérdida del consenso social y la desarticulación de las alianzas que sustentaban nuestro proyecto de desarrollo independiente. La devaluación permanente de la moneda deprime el valor de nuestras riquezas nacionales y de las economías personales. Más se depende de productos importados y de patrones ajenos de consumo, mayor es el esfuerzo que se requiere para vivir en niveles cada vez más bajos de bienestar. El derrumbe del peso se traduce ya en depreciación del país y de la existencia cotidiana. Se nos convierte en una sociedad tributaria. Mediante la explotación del trabajo y deterioro de las nuevas generaciones, se acumulan recursos para transferirlos al extranjero, al tiempo que perdemos soberanía alimentaria y capacidad de satisfacer las necesidades elementales de la población. La dependencia tecnológica se incrementa y la inventiva de los mexicanos se degrada en economías subterráneas mientras se acelera la migración en búsqueda de medios para subsistir. La supeditación financiera y las exigencias del proceso de integración hacia el norte en que se nos ha embarcado cohíben el ejercicio pleno de nuestra voluntad soberana. Así, la recia tradición de nuestra política exterior se ha ido extraviando en una diplomacia incierta y discursiva, que en ocasiones defiende principios inviolables y en otras los compromete. Al instaurarse en el país un proyecto neocolonial incurrimos en evidente complicidad con las estrategias del hegemonismo y perdemos, sin librarlas, numerosas batallas en el frente de la autonomía. Al fallar la solidaridad con el pueblo y con sus luchas se deroga el concepto de interés nacional. En los años recientes se ha perdido la dimensión creadora del quehacer político e instalado, en su lugar, la arbitrariedad y el oportunismo. Se ha olvidado que la fortaleza de la autoridad reside en su capacidad moral de convocatoria y en su aptitud

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para movilizar las energías sociales conforme a metas y objetivos libremente convenidos con el pueblo. La crisis rebasa las instituciones que con incontables esfuerzos había edificado el pueblo mexicano. Al retraerse el sector público y adelgazarse sin medida ni concierto, en razón de acuerdos con el exterior, el Estado atenta contra su legitimidad revolucionaria, reduce su capacidad de acción y pone en peligro su autonomía. El centralismo administrativo ahoga la iniciativa ciudadana, entorpece la pluralidad económica y fomenta la macrocefalia que dice combatir. La lucha por la democracia y por el respeto al sufragio se ha vuelto así en muchas partes, a más de reivindicación de la dignidad personal y la identidad local, defensa del federalismo conculcado. No obstante las reformas legales emprendidas, cada vez es menor la confianza ciudadana en los procesos electorales. El abstencionismo va en aumento en tanto se estrecha correlativamente el respaldo popular a las instituciones. La supeditación de los poderes Legislativo y Judicial al Ejecutivo violenta el esquema constitucional y es origen de constantes agravios y responsabilidades incumplidas. El sistema de partidos es frágil todavía y la oposición se halla confinada por regla a los espacios parlamentarios donde su capacidad decisoria es casi nula. El Partido de la Revolución, que surgió con el compromiso de encabezar las causas populares y promover la evolución democrática del país, se ha vuelto reducto de creciente autoritarismo y funge más como medio de encuadramiento y control de las bases que como portavoz de sus reclamos y aspiraciones. La concentración burocrática y la ausencia de genuinos equilibrios políticos propician la más caprichosa aplicación de las leyes. En aras del pragmatismo se entierran los principios y la congruencia se esfuma en los vaivenes sexenales, mientras los estilos personales de los gobernantes definen los programas nacionales, ante la anuencia interesada de algunos y la tolerancia de los más. El ejercicio del poder como patrimonio propio suplanta el espíritu de servicio y tiende a convertir todo acto de autoridad en fuente potencial de enriquecimiento indebido. Pese a la Corriente Democrática

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honradez de nuestro pueblo se han perpetuado desviaciones políticas y marañas burocráticas que están en el origen de la corrupción y hacen del favoritismo, el arribismo y la impunidad causa y efecto de la ineficiencia. El país no puede disolverse entre las manos porque lo sostienen la imaginación, la perseverancia y el trabajo de los mexicanos. Lo que se está evaporando es la credibilidad de la ciudadanía en los métodos prevalecientes, en la capacidad de liderazgo y en la viabilidad de los programas en curso para resolver los problemas nacionales y preservar nuestra independencia. Un Estado cada vez más vació de pueblo puede conducirnos a una nación sin Estado y finalmente a la pérdida de aquélla. Ese es el objetivo en que están empeñados los intereses dominantes del exterior y al que se han vinculado sus aliados internos. Esos son los espacios desertados que estamos obligados a recuperar los mexicanos. La política del abuso y la inequidad que ahora predomina resulta subversiva porque nos coloca en los linderos de la violencia. Es menester, por el contrario, encontrar en la participación democrática, la solidaridad humana y la concertación económica, la vía de una nueva y duradera estabilidad interna en la que se asiente la seguridad del país. Los tiempos exigen rescatar en plenitud el valor de la lucha cívica como instrumento invencible del cambio social. Hemos ido· al encuentro de numerosos compatriotas que tienen la firme determinación de librar una batalla histórica por la democratización política y económica del país, por la reconquista de su soberanía y por la construcción de un proyecto de nación que beneficie a todos con justicia. A través de la República hemos recogido las indignaciones, reclamos y esperanzas de la población, a la par que estimulado la confrontación de las ideas y de las experiencias, el análisis de las realidades y la armonización de los propósitos. Con ellos hemos elaborado un conjunto integrado de propuestas fundamentales que sometemos al debate público y a la consideración de nuestros compañeros y de todos los ciudadanos dispuestos a comprometerse con nosotros en la acción política.

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i. El Estado democrático y el poder ciudadano El sistema republicano de gobierno delineado por la Constitución se funda en la participación de los ciudadanos, la representación popular, la división de poderes, la soberanía de los estados y el municipio libre. Equilibrio de instituciones y derechos concebidos para garantizar la unidad del país y el ejercicio democrático del poder, evitando su indebida concentración. El Estado mexicano es fruto de una larga evolución. Se inspira en las luchas por la independencia, la defensa de nuestra integridad y en las victorias del pensamiento y de las armas liberales que establecieron la autonomía de la autoridad civil y consagraron los derechos del hombre. Es consecuencia de una profunda revolución que otorgó al poder público el mando supremo de velar por el bienestar de las mayorías y ejercer la soberanía sobre los recursos y decisiones nacionales. El Estado tiene el deber de garantizar el disfrute de los derechos ciudadanos e impedir que ninguna clase social oprima a las demás ni sobreponga sus intereses a los del país. Está dotado de los instrumentos jurídicos necesarios para el cumplimiento de esos fines y de un programa ideológico definido en la Constitución. Apartarse de esa legalidad y de los propósitos para los que fue instituido sería traicionar su origen y poner en entredicho su legitimidad histórica. El desarrollo político del país se ha rezagado respecto de su progreso material y de los cambios sociales ocurridos. México transitó de la dictadura al caudillismo y de éste al régimen de las instituciones, que se han alejado del ideal revolucionario y son cada vez menos representativas de la ciudadanía. Para rescatar nuestro proyecto constitucional hoy es preciso instauCorriente Democrática

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rar un sistema de vida plenamente democrático. La sociedad mexicana se ha modificado substancialmente en unas cuantas décadas. De una estructura ancestralmente rural emergieron una sociedad y una cultura urbanas, cuyo actor central es el ciudadano, pleno de aspiraciones y potencialidades, que se resiste a la mediatización y al anonimato y reclama cada vez más la vigencia real de los principios democráticos. Se profundiza sin embargo el carácter dual de la sociedad. Por una parte, los sectores incorporados al proceso de modernización, conscientes de sus avances y retrocesos y en busca de forma de expresión política que correspondan a su nivel de evolución. Por otra, vastos grupos humanos excluidos y desmovilizados dependientes de medidas aleatorias y sometidos los abusos de caciquismos remanentes y de burocracias insensibles. Ambos enfrentan severas restricciones al ejercicio de sus derechos por efecto de la manipulación y la progresiva prevalencia de las cúpulas dirigentes sobre la voluntad popular. Una institucionalidad mal entendida y la primacía de los consuetudinarios sobre lo legal supeditan los contenidos a las formas y propician sistemas corporativos que concentran piramidalmente el poder y la riqueza. Se ha olvidado que la legitimidad del Estado descansa en la fortaleza de la sociedad y en el acatamiento de los principios. Los mexicanos aspiramos hoy a una auténtica democracia que rescate el impulso de la sociedad civil en la definición, ejecución y supervisión de los actos de gobierno; que restablezca la autoridad del Estado y el equilibrio necesario entre los poderes y niveles que lo componen; que exprese la pluralidad del país y atenúe las desigualdades, sea causa de orgullo nacional y fuente de dignidad ciudadana. La seguridad del país y la de sus habitantes se verían acrecentadas con la democratización del Estado y de la sociedad. Los espacios indebidamente ocupados por la prepotencia económica, el abuso político y la injerencia extranjera serían devueltos a la acción del pueblo y de sus organizaciones. La descentralización del poder se convertiría nuevamente en reconquista de la autodeterminación individual y colectiva.

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La democratización es también un fenómeno cultural. Exige un nuevo concepto de autoridad y una regeneración de las relaciones sociales comenzando por la familia y la escuela, madurez en el lenguaje y en la conducta cívica, tolerancia y respeto al derecho ajeno, autenticidad de los liderazgos y transferencia de responsabilidades a las personas, las comunidades y los centros productivos. Es la única vía posible de la modernidad y el requisito ineludible para el desarrollo. Al respecto proponemos:

1. Garantizar el sufragio efectivo Emprender las modificaciones legales necesarias para asegurar en los ámbitos federal y estatal la plena efectividad del sufragio. Establecer organismos electorales dotados de la autonomía y autoridad necesarios para garantizar el respeto a los derechos de todos los contendientes, la transparencia y limpieza de los comicios y la aplicación en su caso de sanciones que correspondan a la trascendencia de las violaciones. Estimular en todos los niveles y organizaciones las prácticas democráticas y el respeto al voto y fomentar por la educación el hábito de la libre participación y de la representatividad política.

2. Defender los derechos ciudadanos Promover el pleno ejercicio de las garantías individuales y sociales, ofreciendo seguridades específicas para el ejercicio de las libertades de asociación, de opinión y de expresión. Abolir todas las formas de represión a la actividad ciudadana, suprimir la tortura y los tratos inhumanos y rendir cuentas claras sobre desaparecidos. Hacer efectivo el recurso de amparo para todos los mexicanos que lo requieran y establecer a ese efecto asesoría jurídica gratuita. Promover en todos los órdenes la supremacía de las leyes sobre las reglas no escritas que las contravienen.

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3. Fortalecer los partidos

6. Procurar justicia

Asegurar el cumplimiento de los preceptos constitucionales en materia de partidos políticos. Favorecer su creación y desarrollo por el restablecimiento del registro condicionado y el acceso equitativo a los medios de comunicación y a los recursos públicos. Establecer normas legales que aseguren la autonomía de los partidos respecto del gobierno, la afiliación voluntaria de sus miembros y el ejercicio interno de la democracia. Facilitar la formación de partidos políticos a nivel estatal y regional.

Proceder a una profunda reforma de la legislación vigente y de los poderes judiciales de la Federación y de los estados, a fin de garantizar el respeto a los derechos ciudadanos y eliminar la arbitrariedad. Emprender la unificación, codificación y simplificación de las leyes a efecto de aumentar su congruencia, facilitar su comprensión y evitar la discrecionalidad en su aplicación. Dignificar la función judicial, erradicando prácticas viciadas y volviendo expeditos, imparciales y oportunos sus procedimientos y decisiones.

4. Democratizar la comunicación Garantizar la promoción de los principios nacionalis­tas y democráticos definidos por la Constitución en el uso de las concesiones de radio y televisión. Prohibir la concentración monopólica de esos medios, descentralizar sus servicios, acrecentar la responsabilidad del Estado en su sostenimiento y asegurar la participación de los partidos políticos, las instituciones educativas y las comunidades científica, artística e intelectual en su gestión. Hacer efectivo el derecho a la información y fomentar la independencia de la prensa escrita respecto del gobierno y el poder económico.

5. Equilibrar los poderes Hacer efectiva la división de poderes fortaleciendo la independencia y el pleno funcionamiento de cada uno. Ampliar la proporcionalidad en la integración de la Cámara de Diputados e instituirla en la de Senadores, dotando a los representantes populares de los medios técnicos y políticos necesarios para el debido cumplimiento de sus responsabilidades. Restituir a las legislaturas de los Estados y al Congreso de la Unión sus facultades de designación de los ministros de la Suprema Corte, conforme al principio original de la Constitución de 1917.

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7. Renovar el federalismo Respetar el ámbito constitucional reservado a los Estados y revisar el régimen de distribución de competencias para robustecer el federalismo. Revisar las fracciones V y VI del artículo 76 de la Constitución y proscribir toda injerencia indebida en la política interna de las entidades. Descentralizar la administración de los servicios y propiciar el desarrollo equitativo de los estados, equilibrando el acceso a las fuentes de ingreso y la distribución de los recursos federales mediante convenciones nacionales fiscales. Garantizar la plena autonomía y democratización de los municipios, por la segundad de sus arbitrios, el fomento a la gestión comunitaria, la representación plural en los cabildos y la participación directa del pueblo.

8. Municipalizar el Distrito Federal Restablecer la organización municipal en el Distrito Federal y restituir la plena ciudadanía a sus habitantes, conforme al propósito original de la Constitución. So­meter a consulta nacional la conveniencia del traslado de los poderes federales a una localización idónea y la reconversión consecuente de Distrito Federal en estado. Introducir en nuestro sistema constitucional el referéndum como método de consulta a los ciudadanos sobre Corriente Democrática

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cuestiones fundamentales, sin detrimento de las competencias del Poder Legislativo

9. Establecer el Servicio Civil Atacar a fondo los problemas de la administración pública y establecer el servicio civil de carrera, independiente de los cambios de gobierno, fundado en el mérito, la honorabilidad y la eficiencia. Crear un organismo de Estado responsable de la reforma administrativa, el mejoramiento y coordinación de los sistemas y la formación y capacitación de empleados y funcionarios. Revisar y fortalecer el servicio diplomático y otorgar a los servicios del Ejército y la Armada los apoyos necesarios, procurando su más estrecha vinculación a las necesidades sociales del país.

10. Desterrar la corrupción

otra forma de coerción y de marginación políticas. Alentar en particular la democratización y representatividad de los sindicatos, los ejidos y las cooperativas y hacer valer el carácter voluntario del derecho de asociación en las organizaciones corporativas y gremiales.

12. Reconocer y promover las autonomías Asegurar el mayor respeto a la organización autónoma de los grupos étnicos y hacer compatibles sus formas de gobierno con la legalidad de la República. Defender la igualdad de sus derechos y de su representación política respecto a otros grupos de la población. Auspiciar en la vida de todas las comunidades y en las unidades económicas la práctica de la autogestión y la participación responsable de sus integrantes en la toma de decisiones, en especial la de los trabajadores en la vida de las empresas.

Promover los equilibrios políticos y las regulaciones jurídicas y administrativas que combatan la corrupción en sus causas. Alentar la acción ciudadana en la denuncia de faltas de las funcionarios y aplicar con rigor las disposiciones constitucionales y legales en la materia, incluyendo el juicio político, así como las normas destinadas a impedir el abuso derivado de la posición económica y social. Suprimir la Secretaría de la Contraloría de la Federación y fortalecer en cambio la Contaduría Mayor, dependiente de la Cámara de Diputados y las facultades de supervisión del Poder Legislativo sobre los actos de la Administración.

11. Respetar los derechos de las minorías Pugnar, a través de medidas legales y acciones consistentes, porque la vida interna de todas las organizaciones se rija de acuerdo a procedimientos democráticos y se respeten invariablemente la pluralidad y los derechos de las minorías. Eliminar los cacicazgos, las dirigencias arbitrarias, la falsa unanimidad y cualquier

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ii. El rescate de la nación La historia de México es una hazaña de sucesivas generaciones por la cabal descolonización del país. Ésa es la razón última del Estado nacional y el mandato primordial de nuestros gobernantes, el objetivo que justifica la sociedad política y el propósito esencial al que debe dirigirse nuestro esfuerzo por el desarrollo. La independencia es a las naciones lo que la libertad a los hombres. Sin ellas no halla existencia digna ni auténtica realización personal o colectiva. La autodeterminación del país y la de sus habitantes se condicionan y enriquecen mutuamente. Mientras más equidad haya entre los pueblos mejores serán las posibilidades de justicia entre los individuos. La soberanía nacional reside en el pueblo y se instituye para su beneficio. Este conserva la potestad de modificar en todo tiempo la forma de su gobierno y decidir por tanto, en plena libertad, el proyecto de sociedad al que aspira, las normas que han de regirlo y los medios para lograrlo. Hemos consagrado y defendido, en la esfera internacional, tanto el derecho a la autodeterminación de los pueblos como la igualdad jurídica entre los estados y la prohibición de intervenir en sus asuntos internos. Hemos conquistado además la facultad de disponer de nuestros propios recursos y determinar sin limitaciones la estructura y el rumbo de nuestra economía. El nacionalismo mexicano es un cuerpo integrado de experiencias, leyes y doctrinas que no admiten interpretaciones arbitrarias. No es la modernidad condición previa para una independencia diferida. Preservar nuestras libertades exige el ejercicio consecuente de los derechos soberanos en toda acción política o programa económico. La voluntad de ser determina el modo de ser.

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La autonomía política descansa en la independencia económica y en la participación democrática. El desarrollo de las facultades creadoras y de las fuerzas productivas internas, así como la cohesión social acrecentada por la justa distribución de los frutos del progreso, son la base perdurable de la soberanía. Cualquier medida que restrinja la capacidad del pueblo para determinar libremente su futuro atenta contra la soberanía. Cualquier decisión que menoscabe la dignidad de los mexicanos frente al extranjero, comprometa nuestros derechos fundamentales, diluya nuestra identidad nacional o enajene nuestras riquezas es violatoria del pacto constitucional. Es urgente revertir las tendencias antinacionales instauradas por las oligarquías. Es imprescindible rescatar mediante un proyecto coherente de inspiración democrática y popular, el pleno dominio sobre nuestros procesos políticos, económicos, sociales y culturales a fin de impulsar firmemente la integración y la autonomía del país. La política exterior y la interna han de ser partes inseparables de un mismo propósito. Ambas exigen un vigoroso consenso ciudadano y una articulación efectiva de programas e instrumentos orientados a reducir nuestra vulnerabilidad y garantizar el desarrollo y la seguridad de la nación. Al defender causas justas reivindicamos nuestra historia y protegemos nuestro futuro. La solidaridad que promovamos entre los pueblos sentará las bases morales para una convivencia más armónica entre los mexicanos y el régimen de libertades que afirmemos en lo interno fortalecerá nuestra autoridad para luchar por la democratización de la comunidad internacional. Al respecto proponemos:

13. Detener la sangría financiera Enfrentar en términos políticos, conforme a nuestra decisión soberana y con apoyo en la solidaridad inter­nacional, la cuestión de la deuda externa. Suspender el pago de su servicio en tanto no se logre una justa reducción, en base al interés nacional, a la corresponsabilidad de los acreedores y a su valor real Corriente Democrática

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en los mercados. Establecer en todo caso un límite a nuestros pagos y la disminución sustantiva de las tasas de interés a fin de liberar los recursos necesarios para el desarrollo.

14. Recuperar la soberanía económica Hacer respetar las disposiciones constitucionales en materia de empréstitos internacionales e iniciar las reformas legislativas necesarias a efecto de que el Congreso de la Unión establezca las bases de su contratación, las apruebe en cada caso, disponga su pago y exija las responsabilidades correspondientes. Proscribir las cartas de intención a todo arreglo que comprometa directa o indirectamente la soberanía del país. Promover las modificaciones legales que procedan para regular la venta de recursos naturales al exterior, reducir substancialmente la de hidrocarburos y otras materias estratégicas, y prohibirla cuando su uso se estime contrario al interés nacional.

15. Frenar la penetración extranjera Aplicar rigurosamente la ley de inversiones extranjeras, a fin de evitar su autorización indiscriminada y proteger en todos los casos el interés nacional; revisar con ese mismo objeto las disposiciones sobre patentes, marcas y transferencia de tecnología. Detener la venta de activos de las empresas mexicanas a cambio de pasivos financieros internacionales y fomentar la recuperación de espacios económicos por los productores nacionales. Abrogar las disposiciones que permitan la adquisición por extranjeros de territorios fronterizos y costeros. Retirar del país a todos los agentes de seguridad extranjeros y exigir plena reciprocidad en los acuerdos internacionales para el combate al narcotráfico.

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16. Fortalecer nuestra identidad Conceder la más alta prioridad al fortalecimiento de la identidad nacional en los términos del artículo tercero de la Constitución. Fomentar por la creatividad y la innovación el desarrollo de nuestras capacidades y la defensa de nuestros valores y tradiciones étnicas, populares y regionales, sustituyendo la imitación servil por el intercambio fecundo con otras culturas. Reorientar el sistema educativo , la promoción de la cultura y los medios de comunicación social conforme a esos propósitos.

17. Replantear las relaciones con los Estados Unidos Mantener con firmeza la validez del derecho, los principios y las resoluciones internacionales en nuestro trato con los Estados Unidos a efecto de contrarrestar la asimetría y las tendencias de dominación. Hacer valer nuestras propias posiciones e intereses en la esfera regional y a escala mundial y fundar en la equidad y el respeto recíproco la negociación de los problemas derivados de la vecindad. Coordinar los variados aspectos de la relación y los diversos sectores que en ella intervienen dentro de de una política nacional unitaria y multiplicar el diálogo y la presencia mexicana en todos los ámbitos de la sociedad norteamericana.

18. Proteger a los mexicanos en el exterior Asumir plenamente la responsabilidad del Estado en la protección de los derechos humanos, laborales y culturales de los mexicanos en el extranjero, promoviendo al respecto la celebración de convenios y tratados internacionales, de carácter bilateral y multilateral. Fomentar además vínculos de solidaridad y cooperación entre nuestros compatriotas y los descendientes de mexicanos, cualquiera que sea su nacionalidad, así como el acercamiento y la comprensión entre todas las comunidades de nuestro origen.

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19. Defender la autodeterminación en Centroamérica

22. Diversificar nuestras relaciones

Exigir resueltamente la no intervención en los asuntos internos en todos los estados y solidarizarse sin titubeos con los pueblos agredidos. Apoyar con acciones concretas el derecho a la autodeterminación de Nicaragua y demandar el retiro de las fuerzas extranjeras del istmo centroamericano, así como el despliegue de la cooperación internacional, a efecto de que todos los países de la región puedan ejercer pacífica y democráticamente sus soberanías.

Incrementar y fortalecer sistemáticamente nuestros vínculos políticos, económicos y culturales con diversos países y regiones, aprovechando las oportunidades que ofrecen la competencia internacional y la dinámica de los cambios en el escenario mundial. Establecer un programa prioritario de cooperación con los países en desarrollo, dotado de instrumentos eficaces, que comprometa la voluntad del Estado y de los agentes sociales y productivos.

20. Promover la comunidad latinoamericana

23. Impulsar las negociaciones económicas

Promover la comunidad latinoamericana, dotada de órganos ejecutivos y legislativos propios, así como de instituciones multilaterales de cooperación, gubernamentales y no gubernamentales, como vía para no armonizar las soberanías, fortalecer la unidad política y propiciar la integración económica, social y cultural de la región. Otorgar prioridad a nuestras relaciones con los países del Caribe y restituir a los indolatinos la nacionalidad privilegiada que les concedió el constituyente de 1917.

Demandar la aplicación de los compromisos multilaterales en materia de cooperación y nuevo orden económico. Proponer la creación de un organismo negociador de los países en desarrollo al más alto nivel capaz de reactivar el diálogo Norte-Sur y de promover el consenso necesarios para reformar el sistema financiero y monetario internacional, resolver en definitiva el problema de la deuda externa y asegurar la expansión de la economía mundial con criterios de interdependencia y beneficio mutuo.

21. Incorporarnos al no alineamiento

24. Recuperar la vanguardia internacional

Incorporar a México como miembro de pleno derecho en el Movimiento de Países No Alineados. Ingresar en la Organización de Países Exportadores de Petróleo y participar activamente en todo foro o asociación internacional que busque la coordinación de esfuerzos o la defensa de intereses semejantes o compatibles con los nuestros, sin menoscabo alguno de nuestra soberanía y como método para combatir el hegemonismo, aumentar nuestra capacidad de negociación y fomentar la cooperación entre los Estados.

Retomar la posición de vanguardia que caracterizó a México en el ámbito regional y mundial, a fin de robustecer nuestra independencia y contribuir efectivamente al logro de la paz y la solidaridad entre los pueblos. Rechazar categóricamente las presiones que se ejercen para que modifiquemos nuestra participación en la búsqueda de soluciones a la cuestión del desarme, los conflictos bélicos, las amenazas a la seguridad colectiva, la descolonización, la creciente injerencia extranjera, los derechos humanos y la injusticia en las relaciones internacionales.

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iii. La preservación de nuestro patrimonio El dominio imprescriptible de la nación sobre las tierras, la aguas y los recursos naturales es definición toral de la Constitución. Lo es también el propósito de cuidar de su conservación, procurar la distribución equitativa de la riqueza pública, lograr el desarrollo equilibrado del país y el mejoramiento de las condiciones de vida de la población. Tales principios fueron establecidos para evitar que la explotación irracional del hombre y la naturaleza prolongara el modelo colonial. Son conquistas democráticas en contra de la apropiación irrestricta del territorio, la exacción de nuestros recursos por el extranjero, la acumulación desproporcionada de bienes y la inadmisible degradación del esfuerzo humano. Las tendencias prevalecientes contravienen radicalmente ese proyecto. La progresiva enajenación del país a objetivos y estilos ajenos, el excesivo centralismo de las decisiones, la cohabitación del derroche y la miseria, el predominio de la codicia sobre la necesidad colectiva y los extremos de la ignorancia y la desigualdad están dilapidando el patrimonio que heredarán nuestros hijos. Se trasladan al extranjero porciones de la corteza terrestre para obtener divisas con las cuales se continúa la depredación; mientras que por necesidad de sobrevivencia, devoramos los espacios biológicos y contaminamos el medio que a su vez nos contamina. El hombre es parte integrante de la naturaleza. Al modificarla nos modificamos a nosotros mismos y al destruirla o empobrecerla, destruimos o empobrecemos también nuestro futuro. Es deber de cada generación preservar y regenerar las bases naturales de la vida. La salud de la sociedad y de su entorno han

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de ser propósitos fundamentales de la acción política. Es necesario hacer prevalecer el interés histórico de la comunidad nacional sobre los intereses particulares, como lo señala el mandato constitucional. Es preciso reorientar el desarrollo conforme a criterios cualitativos e inducir cambios de mentalidad y de comportamiento que eviten los excesos del industrialismo, eliminen la violencia sobre la naturaleza y restauren el respeto hacia todas las formas de vida. La preservación del medio ambiente no ha de interpretarse como la búsqueda de paraísos perdidos ni menos como la cancelación del progreso material. Implica, por el contrario, un nivel más alto de racionalidad y un mayor dominio del hombre sobre si mismo y sobre sus instrumentos. Es una cultura de la previsión que hace del porvenir la preocupación más importante de hoy y nos obliga a repensar nuestras decisiones en función de sus consecuencias futuras. El cuidado del entorno biológico y físico supone un nuevo sentido de responsabilidad para el poseedor y el productor y modalidades de la organización social que confíen las decisiones a las comunidades regionales y locales y fomentar la autogestión en todos los niveles. Exige al mismo tiempo una política descentralizadora del poder y la riqueza y un concepto del crecimiento que privilegie los recursos endógenos y proteja los ciclos naturales. Se trata de reemplazar una economía extractiva por otra auténticamente productiva y de convertir los programas de desarrollo en proyecto de vida, adaptando la técnica a las necesidades humanas y no a la inversa. Se trata igualmente, de suprimir el consumismo y cualquier otra forma de imposición económica, a efecto de instaurar el diálogo democrático sobre las opciones básicas de la sociedad. Es imprescindible que recuperemos los equilibrios entre el campo y la ciudad, dignifiquemos los asentamientos humanos y rescatemos la convivencia rural; que preservemos los arraigos, los saberes y las identidades de los mexicanos y con ellas la heterogeneidad del país, el derecho de todos los grupos para autodeterminarse y el de los ciudadanos a gobernar el desarrollo.

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Al respecto proponemos:

25. Erradicar la miseria Erradicar en plazos perentorios las manifestaciones extremas de la miseria, mediante programas coordinados de salud pública, asistencia social, capacitación intensiva, generación de empleos, trabajos comunitarios y talleres nacionales. Promover acciones de amplia cooperación a fin de combatir consistentemente diversas formas de degradación humana, las conductas antisociales, el alcoholismo y la drogadicción.

26. Garantizar la salud

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28. Regular los fenómenos demográficos Proveer los medios y apoyos previstos por la ley a fin de asegurar el ejercicio pleno del derecho de los padres a determinar libre y responsablemente la conformación de las familias. Acrecentar la conciencia pública sobre los problemas demográficos y la participación de la comunidad en sus soluciones. Impulsar programas coherentes que reduzcan las migraciones anárquicas, fomenten el arraigo y eviten las concentraciones desmedidas de población.

29. Descentralizar la vida nacional

Promover la salud y el mejoramiento de las condiciones de vida de todos los habitantes en tanto garantía constitucional. Procurar decididamente el mejoramiento de la nutrición, la protección de la maternidad y la infancia, el saneamiento del medio físico, el acceso a los satisfactores básicos y la prevención de la enfermedad. Fomentar la utilización de saberes y recursos curativos tradicionales, así como la participación del Estado en la innovación, la producción y el abasto de medicamentos básicos.

Asumir la descentralización como una reforma social y cultural, tendiente a restituir a todas las comunidades su autonomía y su capacidad de desarrollo endógeno, desconcentrar el poder y la riqueza, revalorar la provincia y reconstruir nuestra independencia desde sus raíces. Orientar con ese criterio la planeación nacional, la dotación de infraestructura, la asignación de los recursos y las decisiones políticas fundamentales. Trasladar sistemáticamente al interior del país servicios y actividades y promover la distribución equilibrada de los habitantes sobre el territorio.

27. Asegurar la vivienda digna

30. Democratizar el desarrollo urbano

Garantizar a todas las familias los medios y apoyos necesarios para la construcción ampliación o regeneración de sus viviendas, mediante el acceso equitativo al suelo urbano, el abaratamiento del crédito, la integración y descentralización de los servicios existentes, el fomento a la iniciativa de los beneficiarios y la asistencia técnica eficaz. La Federación, los estados y los municipios deberán proveer con carácter prioritario la infraestructura física y de servicios necesaria a esos fines y evitar toda forma de especulación la tierra y los materiales destinados a la vivienda. Deberán igualmente procurar debida protección inquilinaria.

Establecer sistemas efectivos de planeación y desarrollo urbano, mediante la participación democrática y la autogestión que promuevan cooperación y garanticen el interés ciudadano. Precisar y hacer respetar los usos del suelo, regular la expansión y determinar las reservas indispensables, combatir la contaminación en todas sus formas, multiplicar las áreas verdes, fomentar la cultura urbana y el espíritu comunitario, socializar el transporte y procurar la mayor racionalidad y eficiencia de los servicios.

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31. Racionalizar el aprovechamiento de los recursos

34. Ordenar la transición energética

Dictar las medidas que procedan para la estricta observancia del artículo 27 constitucional, a fin de que el aprovechamiento del suelo, subsuelo, los bosques, selvas tropicales, mares, aguas internas y demás riquezas naturales obedezca a criterios racionales orientados a la preservación y regeneración del medio ambiente, la salvaguarda de la soberanía, el incremento de nuestro patrimonio y la satisfacción de las necesidades populares. Fomentar decididamente una cultura de respeto a la naturaleza así como la investigación científica y la tecnológica orientada a esos propósitos.

Asegurar la autosuficiencia energética y la preservación de nuestros recursos en el largo plazo mediante la utilización racional de las fuentes disponibles y la sustitución programada de las tradicionales y agotables por las nuevas y renovables. Reducir gradualmente el empleo de los hidrocarburos y reorientar su utilización hacia la petroquímica. Promover la innovación científica y tecnológica y proveer los estímulos necesarios para el desarrollo de energías no contaminantes, la descentralización de su producción y abastecimiento y la democratización de su uso.

32. Recuperar la naturaleza

35. Revisar la política nuclear

Reordenar el desarrollo territorial a fin de evitar la excesiva expansión de las áreas urbanas, restaurar el campo e incorporar nuevos espacios a la vida humana. Reorientar el crecimiento con objeto de privilegiar los procesos naturales sobre los industriales, establecer las fronteras entre los aprovechamientos agrícolas, pecuarios y forestales, proteger y fomentar la flora y la fauna silvestres, combatir la erosión y la desertificación, desarrollar armoniosamente las costas y promover el debido aprovechamiento de los recursos marítimos.

Analizar objetivamente la conveniencia de incluir el componente nuclear dentro del Plan Energético Nacional, tomando en cuenta nuestras potencialidades naturales, la evolución previsible del conocimiento y la voluntad informada de la población. En caso afirmativo determinar claramente las metas económicas, las opciones políticas, los procedimientos técnicos y los sistemas de consulta democrática. Suspender la puesta en operación de la planta de Laguna Verde en tanto no se llegue a esas definiciones y se efectúe una evaluación satisfactoria y pública del proyecto.

33. Consumar la reforma agraria

36. Regenerar el medio ambiente

Terminar con los latifundios y con toda forma directa o indirecta de acaparamiento de la tierra y de sus productos e incorporar al reparto agrario las tierras ociosas o indebidamente acumuladas. Impedir la manipulación del amparo agrario y de las concesiones ganaderas y forestales, restituir a las comunidades indígenas las tierras que les corresponden y otorgan plena seguridad jurídica al ejidatario, al comunero y al auténtico pequeño propietario. Reconstruir la economía y la democracia ejidales abatiendo la corrupción y el intermediarismo y promover la cooperación entre todos los productores.

Emprender un combate a fondo contra la contaminación y en favor de la reconstrucción del medio físico. Expedir la legislación y ejecutar las reconversiones económicas y técnicas que se requieran para fundar la alimentación popular en la preservación de los ecosistemas, fomentar la diversidad genética restaurar la vi­talidad y la capacidad productiva de lo elementos naturales, asegurar el reciclaje de los desechos urbanos e industriales, proscribir toda conducta económica o social atentatoria contra el ambiente y alentar el esfuerzo de cada individuo y comunidad en el mejoramiento de su entorno.

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iv. La sociedad solidaria El sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo que la Constitución define como objetivo nacional no depende tan sólo de la estructura jurídica o del régimen político que nos hemos dado. Supone la plena participación democrática de los ciudadanos y el establecimiento de una cultura de la solidaridad entre los mexicanos. El compromiso de garantizar condiciones de justicia y libertad para todos es el núcleo mismo del pacto constitucional. El disfrute de una vida digna no es sólo aspiración individual, sino responsabilidad colectiva y fin obligado de la acción política. Es el nuestro un Estado social concebido para generalizar el bienestar, corregir los desequilibrios entre grupos y regiones y asegurar el máximo posible de igualdad en las oportunidades. Las doctrinas y prácticas neoliberales hoy en boga son contradictorias a la filosofía de nuestro movimiento revolucionario. Lo es también el conservadurismo político en el ejercicio del poder y el creciente abandono de los deberes que éste tiene con las mayorías. Propiciar la desigualdad en vez de combatirla y ahondar las diferencias sociales como política de gobierno equivale a derogar la vigencia del orden constitucional. Es urgente restaurar la orientación distributiva de nuestro desarrollo y devolver su carácter solidario a nuestras instituciones. Es preciso asumir como propio el destino de todos nuestros compatriotas y compartir las responsabilidades y las cargas de una política igualitaria. La libertad de los demás es límite y condición para el ejercicio de la propia y en la medida que la comunidad se libera de servidumbres y temores, se afirma la garantía de su ejercicio.

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La sociedad tiene el deber de combatir los extremos del privilegio y la marginación que hacen peligrar su cohesión y supervivencia. La acumulación irrestricta de riquezas, el uso del poder sin frenos ni contrapesos, la apropiación arbitraria del fruto del esfuerzo ajeno y la superioridad por el origen como sistema, contravienen nuestros principios democráticos. Los ofende también la sobreexplotación y humillante exclusión social de la que son víctimas millones de mexicanos. El desarrollo no es el incremento de los bienes sino la evolución de los hombres. La auténtica modernización de un país reside en el mejoramiento de las capacidades y de las condiciones de vida de sus habitantes. Los avances materiales no representan verdadero progreso en tanto no se disfrutan con justicia ni contribuyen a perfeccionar la convivencia humana. Reconocer la primacía del hombre sobre las cosas significa otorgar al trabajo un papel central en el proceso económico y en la organización social. El respeto al ser humano se expresa en el estímulo a su esfuerzo y en la consideración de su obra como motor de la historia y fuente legítima de los satisfactores necesarios para una existencia decorosa y fructífera. La transformación de las relaciones sociales y la lucha contra la injusticia y la desigualdad exigen una actitud moral de la comunidad, así como una política coherente cuyos ejes son el empleo y la educación. Ambos han de vincularse estrechamente en el propósito primordial de acrecentar las facultades del individuo para lograr su plena realización y contribuir al bienestar de la sociedad. Es México un país heterogéneo, cuyas etnias, culturas y tradiciones sustentan su riqueza espiritual y sus posibilidades creadoras. Para progresar no es preciso destruir nuestra identidad, sino alentar por el contrario la expresión de cada grupo y el talento de cada individuo para incorporarlos a la tarea común. El respeto a las singularidades es condición de libertad y requisito para una justicia verdadera. El orden de prioridades nacionales que propugnamos demanda colocar la agenda de las necesidades sociales en el primer plano de nuestra acción cotidiana. La conquista de la igualdad resulta de numerosas batallas, concretas y permanentes, casi Corriente Democrática

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siempre contra nuestras propias debilidades y atavismos. Exige una genuina mutación cultural y un compromiso relevante con las nuevas generaciones.

grupos mediante sostenimiento comunitario, desarrollando programas de atención materno-infantil para toda la población.

Al respecto proponemos:

40. Garantizar la educación básica

Atacar la marginalidad urbana y rural en sus manifestaciones y causas como objetivo central de los programas de desarrollo. Determinar los niveles mínimos de alimentación, salud, educación, vivienda y remuneración al trabajo, acordes con la dignidad del individuo e indispensables para el desenvolvimiento de la familia, a efecto de garantizarlos a todos los mexicanos, a través de un pacto social explícito que movilice las energías nacionales en torno a metas de cumplimiento obligatorio.

Volver obligatoria por mandato constitucional la educación básica de diez grados y proveer los medios que se requieran para garantizar la escolaridad de todo lo niños mexicanos cuando menos hasta la edad de dieciséis años tanto en las áreas urbanas como en las rurales. Asegurar a la población joven y adulta los servicios necesarios para cubrir esos mismos grados con el apoyo de las organizaciones sociales, los centros de trabajo y la colaboración ciudadana. Favorecer por medios pedagógicos y servicios asistenciales, el ascenso democrático de los alumnos en el sistema educativo, independiente del nivel de ingreso de sus familias.

38. Mejorar la nutrición

41. Reformar el sistema educativo

En base a la autosuficiencia alimentaria del país organizar una política integral de nutrición que asegure el mejoramiento substancial de la dieta popular. El Estado deberá promover la cooperación de los productores y de los sistemas de comunicación y comercialización e intervenir directamente cuando sea necesario para modificar los hábitos de consumo, incrementar la calidad de la oferta y garantizar el acceso a la canasta básica de alimentos a precios compatibles con los ingresos mínimos.

Emprender una profunda reforma de los contenidos, los métodos y la organización del sistema educativo. Desterrar el burocratismo y completar la descentralización de los servicios, promoviendo la responsabilidad de las comunidades en su gestión, así como la vinculación de la escuela con la familia y el medio económico y social. Alentar la innovación pedagógica, la dignificación del magisterio y la evaluación de sus esfuerzos para asegurar la constante mejoría de la calidad de la enseñanza y el fomento de una cultura nacional humanista y productiva.

37. Combatir la marginalidad

39. Proteger a la niñez Asegurar la protección integral de la niñez con fundamento en la solidaridad social y la coordinación de las instituciones públicas a todos los niveles. Restablecer los desayunos escolares en el sistema de educación pública, hacer efectivo el derecho a guarderías para los hijos de madres trabajadores y extenderlos a otros

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42. Elevar y democratizar la educación superior Enfrentar los problemas de la educación superior, universitaria y técnica, conforme a los requerimientos de nuestro progreso democrático. Asegurar a las instituciones públicas los medios necesarios para la satisfacción de sus fines y acrecentar en éstas Corriente Democrática

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su responsabilidad hacia el país. Fomentar el pleno ejercicio de su autonomía por el estímulo a la libertad académica, el pensamiento crítico y la participación y fortalecer su contribución al desarrollo nacional y regional por la orientación y mejoramiento de la investigación y la docencia, así como por su mayor incidencia en la definición de los valores y de las opciones nacionales.

43. Apoyar a la juventud Atender las necesidades de la juventud como sector diferenciado y mayoritario de la población. Promover el pleno ejercicio de sus derechos políticos y laborales, fomentando su organización autónoma y su participación en la toma de decisiones. Coordinar las acciones públicas y comunitarias que favorezcan su educación, capacitación, acceso al empleo, práctica del deporte y actividades recreativas. transformar el servicio militar en servicio social que aliente en los jóvenes la solidaridad y el patriotismo.

44. Impulsar el ascenso de la mujer Promover consistentemente las medidas que aseguren la plena igualdad entre el varón y la mujer y liberen a ésta del atraso y la discriminación. Propiciar el ascenso de la mujer en el sistema educativo, las oportunidades de trabajo, las funciones creativas, las responsabilidades políticas y los cargos de mando. Aligerar la carga de las mujeres trabajadoras, favorecen la democratización de las relaciones familiares y garantizar el derecho a la maternidad responsable.

45. Dignificar el trabajo Promover las innovaciones tecnológicas y los acuerdos laborales que dignifiquen al trabajo como fuente de realización personal y de progreso social. Humanizar las condiciones de trabajo, proscribir las faenas degradantes, asegurar la capacitación para

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el ascenso y el cambio, y fomentar el aprovechamiento fecundo del tiempo libre. Ofrecer a los jubilados nuevas oportunidades productivas y de cooperación que aprovechen su experiencia y estimulan la solidaridad entre generaciones.

46. Universalizar la seguridad social Extender la seguridad social a todos los habitantes del país en un plazo no mayor de diez años, mediante la integración de los servicios actuales y el establecimiento del sistema nacional de salud, financiado equitativamente con cargo al empleador y al gasto público. Multiplicar la atención a los campesinos con apoyo en la cooperación de la comunidad. Garantizar la cobertura efectiva de los riesgos del trabajo, incluyendo la pensión suficiente y nunca inferior al salario mínimo, así como el seguro de desempleo.

47. Estimular la creación Estimular la creación artística y cultural en todas sus manifestaciones, así como la democratización de su disfrute. Alentar en la niñez y la juventud las aptitudes creativas y comprometer al sistema educativo los me­dios de comunicación y las instituciones económicas y sociales en la promoción de una cultura participativa que fomente el hábito de la lectura y de la discusión, las actividades estéticas y el intercambio de obras y conocimientos a efecto de contribuir al robustecimiento de nuestra identidad y a la más amplia realización de nuestros talentos.

48. Fomentar la pluralidad Reconocer constitucionalmente el carácter multiétnico y pluricultural de la nación y reorientar en ese sentido los programas educativos y las políticas de desarrollo. Fundar en la diversidad social y la heterogeneidad histórica la genuina integración del país, así como su defensa frente a la penetración Corriente Democrática

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extranjera. Fomentar el respeto a los derechos, los sistemas de vida y los valores de las comunidades indígenas y favorecer la enseñanza y difusión de todas las lenguas y tradiciones que conforman nuestra cultura.

v. La recuperación del desarrollo México se ha propuesto, desde sus orígenes como nación, liberarse de la dominación extranjera y reducir las desigualdades sociales. El colonialismo externo y el interno se apoyan y condicionan recíprocamente. Cuanto más se vincula nuestra economía a los intereses del exterior, mayor es la concentración de la riqueza y menor la participación de los mexicanos en la construcción del país y en el disfrute del bienestar. El Estado que diseño el constituyente de 1917 tiene como mandatos primordiales asegurar la soberanía y la integridad física, económica y moral del país, mediante una política decididamente nacionalista y distributiva que impulse el desarrollo de nuestras fuerzas productivas, corrija las disparidades y desequilibrios internos, y satisfaga las necesidades fundamentales de la población en la libertad, la responsabilidad compartida y la justicia. Recientes reformas constitucionales han precisado la función rectora del Estado sobre la economía nacional y sus facultades para planearla, conducirla, coordinarla y orientarla. Para ello puede y debe regular y fomentar todas las actividades que beneficien a la población, con el consenso de los sectores privado y social: combatir los monopolios, el acaparamiento y los abusos, asegurar de modo exclusivo el desarrollo de las áreas estratégicas, intervenir en aquellas que estime prioritarias y sujetar la propiedad a las modalidades que dicte el interés público. La política económica seguida estos años se apartó notoriamente de los propósitos incluidos en la ley suprema. No se han logrado compatibilizar el reformismo constitucional, la estructura formal de la planeación y el discurso de la igualdad, con las medidas de ajuste, el empirismo financiero y la supeditación a la dinámica externa.

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El país ha transitado de la imprevisión y el derroche a la recesión, en abandono del proyecto patriótico y equilibrado de desarrollo que demandan los mexicanos. Nuestra vulnerabilidad económica se ha incrementado y nuestra capacidad productiva ha sido lesionada por el manejo inadecuado de la deuda pública y la adopción de un proyecto neocolonial, tendiente a incorporarnos a la economía norteamericana. La escalada de la inflación, el privilegio especulativo y la voluntad deliberada de sacrificar el crecimiento, el empleo, el salario y el ingreso de las mayorías han enriquecido más a los poseedores, extremado la pobreza y cercenado expectativas de ascenso a las clases medias. Así se han desarticulado las relaciones entre los grupos sociales y se ha dañado, en lo profundo, la confianza de los productores, los trabajadores y los ciudadanos en la palabra y en la conducta de los dirigentes. La modernización que el país reclama no ha de ser pretexto para justificar un proyecto desnacionalizador que refuerza la desigualdad. A la modernidad se accede por el equilibrio dinámico entre los diversos sectores que integran una comunidad, no por la implantación mecánica de modelos y saberes ajenos. Se llega por el mejoramiento coherente y simultáneo de nuestras capacidades en todos los estratos, actividades y regiones, particularmente en aquellos que por el atraso y la explotación han desaprovechado sus potencialidades. México requiere redefinir y regular su inserción en la economía mundial y reordenar sus prioridades internas a efecto de recuperar su autonomía y revertir los términos del desarrollo en favor de las mayorías. Necesitamos restablecer nuestra capacidad de inversión y crecimiento e imprimirles una dirección cualitativa que privilegie la satisfacción de las necesidades fundamentales de la población y el incremento general de la eficiencia, la distribución equitativa del producto y la integración económica y social del país. Una sociedad democrática supone y propicia una economía democrática. El orden de relaciones patriótico, solidario y participativo que debe presidir la vida política ha de normar también la actividad económica. El Estado asume su rectoría porque representa el interés histórico del país y ha de velar

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por su independencia y equilibrio, pero está obligado a fomentar la iniciativa de todos, a descentralizar las decisiones y a promover un nuevo entendimiento nacional sobre objetivos compartidos por los mexicanos. La confianza que debemos auspiciar es la que se funda en la certidumbre de nuestra viabilidad nacional, no es la efímera seguridad de ganancias desmesuradas para unos cuantos. Nuestro compromiso es con el futuro de nuestros hijos y no con el de los pocos privilegiados. Ése es el pacto que el país demanda y es el único proyecto realista y deseable de desarrollo; el actual resulta quimérico por insostenible. Al respecto proponemos:

49. Frenar la inflación Detener el proceso inflacionario mediante una política enérgica y combinada que aumente substancialmente la oferta de productos básicos, reduzca los costos financieros por el abatimiento de las tasas de interés, modere y espacie el alza de los precios y tarifas del sector público y reduzca gradualmente el deslizamiento del peso. Restablecer el control de precios de la canasta de bienes indispensables y emprender una profunda reforma del sistema de abasto y comercialización que restrinja la intermediación innecesaria y proteja al productor y al consumidor.

50. Reactivar la economía Canalizar hacia la inversión productiva los recursos liberados por la disminución del pago de la deuda externa a través de un programa de reconstrucción nacional y de un fondo específico para restaurar la capacidad de las empresas más dañadas por la crisis. Reorientar el desarrollo conforme a las prioridades de la integración nacional y la genuina modernización, alcanzando tasas de crecimiento sostenidas y proporciona­das a la capacidad instalada, a la disponibilidad de Corriente Democrática

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la fuerza de trabajo y a la expansión no inflacionaria de la infraestructura.

51. Fomentar el empleo Hacer efectivo el derecho constitucional al empleo mediante programas concertados por rama de actividad, destinados a multiplicar las fuentes de trabajo a la medida de la demanda y mejorar las existentes. Equilibrar las inversiones de alto rendimiento con aquellas que generan mayor ocupación, como la pequeña y mediana empresa. Coordinar estrechamente el sistema de educación y la planta productiva y establecer un sistema nacional de mano de obra responsable de la capacitación, que facilite a la par el avance tecnológico y el desplazamiento laboral.

52. Fortalecer el salario y el consumo Recuperar el poder adquisitivo del salario a su nivel histórico más alto (1976) con apoyo en la reducción de los precios y en aumentos programados de los ingresos que incentiven la productividad y activen la demanda. Mantener invariablemente los salarios por encima de los aumentos de precios y asegurar su carácter justo y remunerador. Ajustar automáticamente los mínimos a fin de que cumplan su objetivo constitucional. Fortalecer el consumo de los sectores mayoritarios por el fomento a las organizaciones de consumidores la ampliación del crédito y la reorientación de las líneas de producción conforme a las necesidades reales.

53. Redistribuir el ingreso

acentuada desigualdad por grupos y regiones. Desgravar los ingresos del trabajo y el consumo popular y ampliar el reparto de utilidades. Establecer legalmente la obligación del Ejecutivo de rendir un informe anual sobre la distribución del ingreso, que transparente el origen de la recaudación fiscal y el destino del gasto público, así como las políticas de precios, utilidades, empleo, salarios y consumos.

54. Promover la productividad y la innovación Mejorar sistemáticamente la productividad de la ad­ministración, las empresas y la economía mediante la racionalización y descentralización de los procesos, la elevación de las capacidades, el estímulo al mérito y a la competencia y el fomento a la organización y la dirección participativa. Desarrollar una estructura tecno-científica propia que aliente y aproveche la innovación en todos los niveles y reduzca la penetración excesiva de tecnologías extranjeras, con apoyo en un sistema nacional de investigación científica que involucre a todas las instituciones competentes.

55. Asegurar la autosuficiencia alimentaria Lograr en un plazo perentorio la autosuficiencia alimentaria, impulsando la producción agropecuaria, pes­quera y agroindustrial y convirtiéndolas en actividades de alta productividad que permitan abastecer los mercados, mejorar el ingreso del sector rural y dignificar la vida campesina. Suspender los privilegios a la exportación de alimentos y su transnacionalización y alentar la oferta para el consumo nacional, así como la organización de los productores. Asegurar a estos precios remuneradores y proporcionarles los medios crediticios y técnicos necesarios.

Orientar la estrategia de recuperación hacia el mejoramiento substancial de la distribución del ingreso y la ampliación del mercado interno y los consumos sociales, aplicando las medidas correctivas que sean necesarias para contrarrestar la

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56. Integrar la industria Establecer un plan de desarrollo industrial en función de las necesidades y la dotación de factores del país que articule racionalmente la investigación, la ingeniería y la producción, tanto como la oferta y demanda de bienes de consumo final, intermedio y de capital. Disminuir la dependencia de insumos importados y promover la exportación de manufacturas con apoyo en la expansión del mercado interno. Replantear la reconversión industrial para extender sus beneficios al resto de la economía y propiciar el avance de la tecnología mexicana.

57. Reconstruir la economía pública Detener el desmantelamiento del sector paraestatal convenido con el extranjero y hacer públicos los criterios y condiciones de la venta de empresas. Recuperar la función constitucional de la economía pública y su carácter de base material de la soberanía. Fortalecer las áreas estratégicas y establecer legalmente los criterios para la definición de las prioritarias. Ampliar la participación de los técnicos y trabajadores en la planeación del sector, democratizar su gestión, promover la iniciativa de Estado y municipios, apoyar su financiamiento en recursos propios y en la emisión de bonos y obligaciones y asegurar altos rendimientos económicos y sociales.

58. Financiar el desarrollo

sus facultades, abaratar el crédito e impedir la monopolización de los flujos financieros en el mercado de valores.

59. Reducir la dependencia Reducir la vulnerabilidad y dependencia de nuestra economía frente al extranjero, por una regulación nacionalista y eficaz de las políticas comercial, financiera y cambiaria que defienda el valor de nuestra moneda, proteja la industria mexicana y promueva su auténtica modernización. Es indispensable establecer un sistema flexible y eficiente de control de cambios, utilizar los aranceles para modular la apertura económica, revisar la política turística y la de maquila, y emplear las divisas que percibe el país para impulsar nuestro proyecto de desarrollo, destinando sólo una pequeña proporción al servicio de la deuda.

60. Concertar el desarrollo Instaurar un verdadero sistema de planeación democrática, fundado en el diálogo y la participación de todos los sectores sociales y actores económicos y en el funcionamiento efectivo del federalismo. Una entidad autónoma y representativa será responsable de la elaboración y difusión del plan nacional de desarrollo y el Congreso de la Unión verificará su apego al proyecto constitucional, lo sancionará y revisará periódicamente su cumplimiento. El poder ciudadano será garante de este nuevo pacto de concertación nacional.

Financiar el desarrollo primordialmente con recursos internos y no incurrir en nuevos endeudamientos internacionales carentes de respaldo en el excedente del sector externo. Fomentar el ahorro nacional y canalizar el del sector público que ahora se destina al pago de intereses hacia la inversión productiva; aumentar la eficiencia y la equidad del sistema fiscal y gravar las ganancias especulativas y las transferencias de capital al extranjero. Reconstruir el sistema bancario nacionalizado, devolviéndole

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Mexicanos: Éstas son las conclusiones esenciales que resultan de nuestra experiencia y convicción. Éste es el fruto de innumerables jornadas en las que hemos compartido los ideales, preocupaciones y demandas de nuestros compatriotas. No es sin embargo un texto final, ni podría serlo. Es sólo una propuesta para la reflexión colectiva y para la acción política consecuente. Una aportación responsable al debate nacional sobre el presente y el futuro. Invitamos a todos nuestros compañeros de partido, trabajadores del campo y de la ciudad, jóvenes y mujeres, para que ejerzan en plenitud sus derechos de militantes y se sumen a este esfuerzo contra el autoritarismo, por el rescate de la soberanía y la reconstrucción del país. Invitamos a todas las fuerzas democráticas y progresistas de la República para que unan sus voluntades en torno a una alianza patriótica capaz de frenar la contrarrevolución y la supeditación del país a intereses extranjeros. Invitamos a todos los ciudadanos, cualquiera que sea su credo, partido o ideología, para que asuman su responsabilidad con la democracia y se convierta, cada uno, en promotor de los cambios que México reclama. No cederemos ante la prepotencia ni fallaremos a la confianza que muchos han depositado en nosotros. Conocemos la madurez cívica del pueblo, su repudio a la arbitrariedad y a la injusticia, y su capacidad de compromiso en las horas definitivas para la nación. A esta generación corresponde el irrenunciable deber de salvaguardar con hechos la vigencia de la Constitución y derrotar políticamente a los grupos y alianzas que la socavan. A esta generación toca optar entre la vía de la sumisión a intereses ajenos y la de una cabal liberación de las energías nacio-

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nales para la reconquista de nuestra independencia y dignidad. A esta generación compete terminar con la simulación e instaurar en el país, junto con el respeto a la efectividad del sufragio, la edad de la democracia, en el disfrute irrestricto de los derechos ciudadanos y el cumplimiento de las responsabilidades sociales. México, país con historia de lucha, no podría dejarse vencer por la complicidad y el conformismo. México, país de jóvenes, no podría perdurar en el envejecimiento de sus estructuras políticas y la decadencia de la moral pública. Vayamos todos al combate cívico. La política es el vínculo entre el proyecto y la realidad; es la rebeldía de la razón frente a la supuesta fatalidad de los hechos y la afirmación de la voluntad sobre el curso de la historia. Construyamos entre todos un movimiento nacional contra la imposición y el continuismo. No permitamos que nadie, a ningún título, usurpe nuestro porvenir. Por la democracia y la justicia social sin claudicaciones.

Corriente Democrática Partido Revolucionario Institucional

México, a 9 de septiembre de 1987.

Movimiento de Liberación Nacional

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