FUNDATED NEWS La Guatemala que quiero…
Edición no. 18
CONTENIDO
Carta del Editor
Fundated News
Hacia la utopía
Kelly Jaco
Realidad Guatemalteca
(Participante de la 22° fase de SPOR)
Edgar Montenegro (Equipo FUNDATED)
Jorge Mario Sosa (Escritor Fundated News) La Guatemala que quiero
Ana Silvia García (Participante 22° fase de SPOR) Antonio Oxlaj
(Escritor Fundated News)
Nátaly Molina (Ex – participante del Programa SPOR)
Quiero
Un cambio para Guatemala Un solo Corazón
Damaris Tujal (Equipo FUNDATED)
Roberto Acosta (Participante de la 22° fase de SPOR)
Heidy Reyes (Participante de la 22° fase de SPOR)
Hablar sobre el país en el cual a todos nos gustaría poder vivir; un país en donde se pueda convivir (y no sobrevivir) sin temor a ser víctima de la violencia social imperante; un país en donde la Democracia sea una realidad y no una bandera política; un país en donde se asegure que nuestros hijos van a poder tener las oportunidades de vivir en forma civilizada; un país en donde no exista injusticia y discriminación; un país sin corrupción; un país sin desnutrición; un país con acceso a educación de primer nivel; un país humanamente habitable en todo el esplendor de la palabra, se ha convertido en el caso de los guatemaltecos, en toda una aventura; aventura que va atravesando cada día por distintos tropiezos que hacen ver a la Guatemala que todos queremos como un sueño que raya en lo imposible. El país de la eterna primavera; la sociedad rica en cultura y tradiciones; la naturaleza envidiable por su gama de riquezas y ecosistemas; la nación con gente amable y cálida que hace al turista siempre tener ese sentimiento de ser bienvenido; todo lo que nos caracterizaba se ha ido evaporando a través de los tiempos gracias a la preocupación que los guatemaltecos tenemos cada día por tratar de recobrar lo que alguna vez tuvimos o por lo menos soñamos tener. Las condiciones actuales del país, nos obligan más que nunca a luchar contra esas cadenas que nos atan; que nos hacen olvidar quiénes somos y lo mucho que valemos. La Guatemala que todos queremos se ha transformado en más que un sueño, en una obsesión! La cicatrización social se vuelve indispensable. Debemos aprender a perdonar y a no olvidar un pasado que se ha ido convirtiendo más que en nuestro presente, en nuestro futuro. Evidentemente, el ser guatemalteco nos coloca en una posición obligatoria por aportar a la creación de esa sociedad que todos soñamos. El sólo soñar con ella no es suficiente, debemos empezar por cambiar lo malo que cada uno sabe que tiene. No importa si estamos dentro del país o fuera de él. El nacer como guatemaltecos nos obliga a ser de éste el lugar en donde realmente nos gustaría siempre estar porque nos provee lo necesario para vivir dignamente a nosotros y a los nuestros. Malas acciones, malas decisiones, falsas esperanzas, falta de motivación personal…..un sin fin de cosas que hemos dejado de hacer o aportar influyen inevitablemente en la sociedad que todos hemos creado. Somos en consecuencia, los únicos responsables del lugar en donde vivimos y del lugar en donde vivirán nuestras generaciones futuras. No debemos olvidar que el Gobierno, a quien siempre responsabilizamos de lo malo que está nuestra sociedad, es el reflejo de lo que somos en realidad. Muchos dirán que no es así si comparan las malas decisiones y actuaciones de nuestras autoridades con su dinámica familiar; sin embargo, encontrarán mucho de parecido si lo comparan con el rol que cada uno de nosotros tiene en las decisiones que tomamos o que no asumimos como convivientes del mismo entorno. Por quien votar, que leyes hay, ignorar cuales son mis obligaciones como ciudadano, la falta de empatía social, el creer que la violencia ya es normal en nuestro día a día, etc., son acciones u omisiones de las cuales somos igualmente responsables y que van
Carta del Editor
“La Guatemala que quiero”
construyendo con nuestro actuar en lo que podríamos denominar nuestra “dinámica social guatemalteca”. Sin embargo, la Guatemala que todos queremos no es imposible de alcanzar. Aún siguen existiendo en nuestro país más aspectos a favor que en contra para poder construir esa nueva Guatemala que todos anhelamos. Las noticias que contaminan cada día a los guatemaltecos son solamente aquellas que se publican pero no son las que más nos representan como nación. Somos más los guatemaltecos que afrontamos positivamente el reto de transformar nuestra sociedad en un espacio de oportunidades para todos en forma justa y en donde los principios y valores deben de ser la base de esa nueva construcción social. Tal vez, lo que haga falta sea solamente encontrar de nuevo el adhesivo que una a todos en un solo bloque de tal manera que sea imposible poderlo fragmentar de nuevo. Desde Fundated News queremos motivar a cada uno de los guatemaltecos comprometidos con su país a sumarse a éste movimiento que busca crear un frente unido que siente las bases de la construcción del país que todos anhelamos, el de la Guatemala que todos queremos!
HACIA LA UTOPÍA “La utopía es el principio de todo progreso y el diseño de un futuro mejor.” Anatole France
Por: Kelly Jaco Debemos dar por seguro la inexistencia de un país perfecto. Tanto el propio como alrededor del globo, no hay siquiera uno exento de grandes o de pequeños defectos dentro de su estructura política o social. Aunque hay países que pueden destacar por brindar a sus habitantes un grado de bienestar, desarrollo y ciertas oportunidades individuales, también hay otros como es el caso de Guatemala que lleva una línea de desarrollo un tanto lenta y nos hace pensar en un futuro muy incierto; sin embargo, esto no nos impide pensar o soñar en una nueva Guatemala. La Guatemala con la que sueño para esta y para generaciones venideras es aquella que descanse en una base en la que predomine la educación, el diálogo, la igualdad, el desarrollo y las oportunidades. De una década hacia el presente, realmente se ha notado el desinterés y la falta de participación dentro de la política por parte de la población en general; quizá el grupo que más preocupación causa por la apatía y conformidad muestra ante nuestra realidad es la de los jóvenes. Es realmente un pequeño sector de dicha población la que realmente desea un cambio dentro de nuestra sociedad. Realmente el deseo de una población joven con un criterio propio, crítico y analítico es muy profundo, pues desde allí se comienza con una generación consciente de la realidad en que vivimos y enfocada en objetivos para lograr cambios a largo plazo. Comenzando por la educación de nuestra actual generación, yo visualizaría no por una educación enfocada al individualismo sino a una que integre el trabajo en equipo, sin métodos pedagógicos tan ortodoxos que matan la curiosidad y criterio del estudiante. Para mí eso sería una educación realmente de calidad, una educación que no excluya a aquel cuyos recursos son pocos y que vele por desarrollar las capacidades intelectuales de nuestra juventud. Una Guatemala justa sería aquella en la que tanto pobres como ricos tengan acceso a la justicia, en la que ni uno tenga la justicia como un privilegio y otro la vea inalcanzable o inclinada al mejor postor, una donde tanto hombres como mujeres conozcan los derechos que, como miembros de esta nación, adquieren desde el día de su concepción.
Una Guatemala de ensueño sería aquella en la que el que tiene mucho sea consciente que de lo mucho que tiene puede dar una mínima parte a quien está desprovisto, y donde el desprovisto no se aproveche de sus carencias para ser un individuo que se victimiza y no se esfuerza por mejorar su situación o brindarle oportunidades de empleo dignas para su pleno desarrollo. Una sociedad pluricultural y multiétnica y que en su mayoría se compone por indígenas, es diariamente golpeada por situaciones discriminatorias y de desigualdad. Que diferente sería si como sociedad progresáramos hacia el diálogo y la revaloración de la identidad indígena; imaginar una sociedad en la que se respetan esas diferencias culturales y donde no se le empuja al indígena a una “ladinización” que pretende acabar con su identidad y costumbres que nos dejaría como un pueblo sin cultura y sin pasado. Un pueblo consciente de su diversidad es un pueblo que se desarrolla como sociedad y que da igualdad de oportunidades a cada uno de sus individuos. El hecho de soñar o pensar que cambios como estos son utópicos nos hace pensar que somos impotentes y que nada se puede hacer para cambiar la situación que enfrentamos a nivel nación. No toda la culpa recae en nuestros gobernantes, pues si alguna vez nos hemos preguntado ¿Qué hemos hecho por mejorar nuestro país?, la pregunta sería olvidada y posiblemente se quede sin respuesta. Es difícil comprender a una sociedad realmente dividida, y en una sociedad dividida ganan aquellos que se aprovechan de dichas debilidades. Es realmente ofensivo conocer las cifras que se manejan cada año con actividad política debido al proceso electoral y aún más molesto, el saber que ni siquiera aquellos que se supone deben velar porque la población acate las leyes y reglas impuestas, rompan dichas reglas, aprovechándose de la ignorancia que la mayoría de guatemaltecos mantenemos respecto al tema. Llegar a un puesto público o burocrático dentro del gobierno, no por capacidades, sino por camaradería y consanguinidad nos hace conformarnos con la idea que somos y seremos siempre un país corrupto, con gobernantes que cada cuatro años nos prometen miles de cambios y que hasta ahora no se ha visto uno realmente claro. Un país seguro no se combate con más armas, con más cárceles; se combate con oportunidades educativas, laborales, retomando los valores y la educación en nuestro núcleo familiar, pues de nada sirve un sistema educativo de calidad, cuando la familia no se integra a dicho sistema, las escuelas no tiene por qué imponer los valores que nunca se han aprendido en casa, porque simplemente no se puede enseñar algo que en casa nunca se puso en práctica.
No todo es utopía, pues de esas mismas ideas utópicas han nacido cambios en otras sociedades como la nuestra; todo es cuestión de no solo soñar, sino de entrar en acción, teniendo en claro de donde somos, de dónde venimos y que queremos ser, dejando de desear pertenecer a naciones lejanas o dejándonos absorber por otras culturas a las cuales no pertenecemos. Hay que reconstruir nuestra identidad, dejar de lado todos aquellos ideales criollos y discriminatorios que desde época de la colonia nos hemos ido formando como individuos, dejar las ideas conformistas que nos hacen pensar que no vale la pena intentar algo, que será inútil tener ganas si no hay unidad. El cambio de toda esta ideología sumisa, en la que permitimos muchas veces que nos pasen por encima debe terminar y visualizar una Guatemala ideal y trabajar poco a poco, pero sin descanso por una Guatemala, para muchos utópica o imposible. Para mí una Guatemala que si es posible si se logra generar una unidad entre cada uno de sus individuos, volviéndonos colectivos. Y tú, ¿Qué tipo de Guatemala quieres que sea? ¿Qué estás dispuesto a hacer para que esto cambie?
REALIDAD GUATEMALTECA
Por: Edgar Montenegro El ambiente en que se vive en el país de la Eterna Primavera, no es más ni menos que el de la violencia, que tiene entre otros los siguiente orígenes: la creciente delincuencia común, la actividad incontrolable de maras y pandillas, las estructuras del crimen organizado y la narcoactividad, la acción de grupos privados que reprimen con la violencia movimientos sociales, particularmente a indígenas y campesinos, la acción de grupos que con o sin apoyo de aparatos y/o agentes estatales se encargan de eliminar a personas indeseables por la sociedad. Causa impresión la cantidad de expertos en seguridad que han surgido presentando un programa completo para mejorarla, saben cómo manejar el Ministerio de Gobernación, saben cómo mejorar la Policía, saben cómo mejorar las cárceles, saben cómo mejorar la justicia, y así en cada una de las cuestiones que impiden la seguridad de la población. Para el pueblo de Guatemala es evidente que el tema de la seguridad ha sido un fracaso. La administración de justicia da como resultado impunidad y más impunidad, reflejada en la ausencia de castigo penal por la gran mayoría de crímenes que se cometen. A todo esto se le suma la angustia económica generada por la falta de empleo por los efectos de la crisis mundial. La ciudad de Guatemala está llena de una multitud de personas con apariencia de pertenecer a la clase media baja, personas que sus niveles de ingreso son de supervivencia y que va en crecimiento cada vez más, y la gran cantidad de mendicidad en todas partes sube continuamente, algunas veces de apariencia. Para encontrar solución a esta situación crítica estructural que avanza, es necesario: Superar la debilidad histórica del conflicto armado interno. Realizar programas y proyectos que atiendan a niños y jóvenes formando una nueva generación que provoque cambios en el país. La capacitación y la educación son necesarias en las nuevas generaciones.
La ineficacia en el sistema de justicia. Es necesario que exista una verdadera voluntad política para cambiar esta situación. Enseñar a la población sobre sus derechos humanos y sus formas de defenderlos es fundamental. La infiltración del crimen organizado y el narcotráfico dentro de la estructura gubernamental. Esta situación no es nada aislada, por lo que los países centroamericanos deben unirse y aplicar medidas necesarias para evitar ese mal. Solo así podemos pedir y desear una Guatemala prospera y fecunda, donde exista paz, justica y bienestar de todos los guatemaltecos. Donde exista educación, respeto y amor al prójimo.
LA GUATEMALA QUE QUIERO
Por: Jorge Mario Sosa
C
uando busco respuesta a la interrogante
¿Cuál es la Guatemala que quiero?, vienen a mi mente un sinfín de imágenes donde no aparece la sombra de la maldad del hombre, veo un país libre de racismo, de violencia, de corrupción, sin delincuencia alguna, donde se consagra lo que alguna persona quiso en su momento llamar a la reflexión con la conocida letra del Himno a la Alegría y que gracias a la magistral habilidad de Ludwig von Beethoven, hoy es un anhelo más, sobre todo cuando literalmente dice “vive soñando el nuevo sol, en que los hombres volverán a ser hermanos” La Guatemala que deseo es aquella en la cual se tome consciencia de nuestros recursos naturales, que son los pulmones de nuestro mundo, el cual es tan frágil y que sin pensarlo lo seguimos deteriorando a pasos agigantados, como si fuera un cáncer. Aunque claro está, esto conlleva a otro deseo… la educación. Un país sin educación es un país arcaico tratando de subsistir en esta era contemporánea y que algunos le llaman, la era de las redes. Pero, cómo lograrlo si el año 2013 nos trajo malas noticias. Según fuentes periodísticas, algunos de los números nos dejan fríos en el recién pasado año y es que apenas se obtuvo un 3.5% de crecimiento económico. Otro dato alarmante es que un 40% de la población vive en pobreza y un 13% en pobreza extrema. A lo anterior sumemos que de cada 10 niños, 5 padecen desnutrición crónica. Guatemala fue ubicado en el primer lugar de Centroamérica en corrupción, mientras que en desarrollo humano, nuestro país presentó un rezago posicionándose en el puesto 133 de 183 países evaluados. Un país donde solo
un 20% de nuestros jóvenes graduados, encuentra un empleo. ( Fuente: Quetzalteco)
Diario El
Así de difíciles son los sueños… pero ¿quién dijo que lo bueno era fácil? YO quiero a mi GUATE, como un país donde se practican los buenos valores en cada uno de los hogares que le conforman; veo a jóvenes con empleo, dando su talento y energía, encausados en la búsqueda del desarrollo en nuestras comunidades. Veo a mi GUATE como un país en hermandad, donde se trata y respeta por igual, donde la tolerancia es parte del actuar y en la que el cielo azul nos recuerde siempre que Guatemala es el país de la eterna primavera. Este anhelo, sumado a los miles de sueños de los guatemaltecos de querer tener un país en paz, será más fuerte, siempre y cuando sea nuestro objetivo y lo demostremos con nuestro actuar en el día a día. Porque somos los que marcamos la diferencia de ahora en adelante. TE AMO GUATE!
LA GUATEMALA QUE QUIERO
Por: Ana Silvia Marín
“Los buenos somos más”. ¿Pero y entonces? ¿Por qué estamos tan mal? ¿Por qué vivimos en un país donde las minorías que tienen el poder se aprovechan del resto del país? ¿Por qué lo permitimos? Es lamentable decir que cada día aumenta el creciente empobrecimiento de la mayoría de la población, el incremento de violencia, la degradación de los valores humanos, la destrucción del medio ambiente. Es por ello que se busca un lugar en donde la política solo sea un complemento de toda una sociedad; de nada sirve si colaboramos para que este sistema siga siendo malicioso y manipulador. Este sistema que responde a las necesidades de funcionarios que solo entienden de poder y no de hacer el bien. Se requiere tener opiniones propias, sueños cumplidos por la propia labor y el esfuerzo del trabajo, no del regalo de un gobierno de turno, de gente de paso; se buscan pensadores y que tengan verdadera cultura, verdadero respeto; necesitamos luchar por un desarrollo integral para nuestro país. Pensar, en vez de resignarnos. Se buscan líderes que nos guíen sin campaña, sin comprar a la gente, con el único interés de que seamos mejores personas. Tenemos la libertad de expresarnos, de crecer, de sentirnos vivos, que nos quede claro que la unión es lo único que nos dará fuerza.
Que exista gente que piense, que ame, que entienda que todos los días deben luchar por sus sueños, escalando acuerdos y amistad a pesar de ser contrarios, teniendo entendimiento y menos violencia. Quiero una Guatemala libre y llena de oportunidades. Debemos tomar conciencia que cada uno es responsable de la Guatemala que va formando; es por ello que nos debemos involucrar y dejar la indiferencia; es tiempo ya que formemos un equipo y ya no seamos solo un grupo. Debemos comprender que nuestro sistema será funcional solo si todas las partes de su estructuran funcionan de una manera correcta. Recordar siempre que las diferencias serán virtudes para otros, no discriminar por el tamaño, por la cultura, por la lengua, por el color de la tez, por la ideología, por la religión etc. Lo importante es siempre respetar y ser parte de un mismo país donde el objetivo en común sea tener una Guatemala sin violencia, con educación, donde todas las personas tengan una vivienda digna donde vivir, donde no exista corrupción y donde la igualdad y el cumplimiento de derechos y obligaciones ya no sea un conflicto. ¿Cuál será tu aporte?
LA GUATEMALA QUE QUIERO
Por: Antonio Oxlaj Como Maya K’iche. El País que Queremos much@s, es un lugar donde quepamos tod@s. Para esto tenemos que seguir luchando, ya que desde la llegada de los invasores a nuestros territorios lo único que han hecho es saquear nuestros territorios, aprovecharse de nosotr@s, llevando a nuestra gente a trabajar para ellos en sus fincas, para sus empresas con un sueldo mediocre… El país que queremos es un lugar donde tod@s tengamos los mismos derechos, derecho en tener y velar por lo que nuestr@s abuelos y abuelas nos han heredado de generación a generación, nuestros territorios, bienes naturales, nuestras costumbres, derecho a salud, educación, seguridad, justicia, nuestra autodeterminación en todos los aspectos de nuestra existencia. Una Educación acorde a los pensamientos de nuestros abuelos, acoplar el sistema occidental a lo nuestro, no como la que existe ahora donde nos imponen ideas, donde la educación es individualista, egoísta…etc. En Salud lo mismo; en nuestras comunidades existen todas las especialidades, que haya más prioridad por lo nuestro que por lo del occidente. Que cada País que existe en este Territorio pueda decidir cómo quiere su Buen Vivir. En otro término, no a la explotación de nuestros territorios (recursos naturales). No a los Megaproyectos (Minería-Hidroeléctrica-Monocultivos y otros) que intentan contra nuestra Existencia. Por el bien de nosotros y de las generaciones que vendrán…No a las empresas transnacionales… Que seamos Personas Solidarias…Consecuentes con las luchas que han empezado nuestr@s abuel@s...que no nos vendamos por una bolsa con productos chatarra que brinda la oligarquía…que cada un@ sea consciente de nuestra realidad y luchar.
LA GUATEMALA QUE QUIERO
Por: Nátaly Molina El ser humano nace en un lugar y una familia que no elige. Nadie te pregunta antes de llegar al mundo en qué lugar te gustaría nacer y vivir. Naces en un lugar donde existen reglas y una sociedad ya estructurada; de hecho con el solo hecho de nacer en el planeta tierra ya llegas a un mundo que se encuentra estructurado de tal manera que al que le toque verte nacer lo llamara País. Es así como funciona; vienes y te vuelves parte de un país que aprendes a amar y a respetar, ese lugar se vuelve tuyo y forma parte de tu identidad, pero si nos detenemos a pensar por un momento, nunca tuvimos la oportunidad de elegir el país que sería nuestro. Es algo que en realidad nunca estuvo como posibilidad elegir, pero cuando tienes una vida, empiezas a gozar de esa capacidad de elegir, de decir, de proponer, de opinar; a eso se le llama libertad. El tema de la libertad es complejo, por supuesto, porque a pesar de que sea tu derecho nato, a muchas personas les es vedada; sin embargo, a muchas otras no y simplemente no la utilizan. ¿A qué me refiero? A que tendemos a vivir muchas veces pensando en lo que tenemos, en lo que podemos, pero no en lo que queremos. Querer, poder y tener son tres cosas muy distintas. Nos acostumbramos a vivir con lo que tenemos y a hacer lo que podemos, dejando de lado lo que queremos, y al hablar de cosas que queremos, nos limitamos a pensar únicamente en cosas materiales o muy básicas: ¿Qué quieres comer? ¿Qué color quieres vestir hoy? ¿Qué película quieres ver? ¿Qué libro quieres leer? Siempre cosas muy rutinarias las que nos ponemos a pensar que queremos. Tal vez porque nos acomodamos a que nos pregunten únicamente que queremos en ese tipo de cosas, pero no crees que sería bueno darnos cuenta que podemos decir que queremos con respeto a todo, sin necesidad de esperar que alguien te empuje con la pregunta. ¿Qué pasaría si alguien te pregunta el titulo de este artículo? ¿Tú que Guatemala quieres? No cual tienes, o en cual puedes vivir, sólo cual quieres. Guatemala es mi país, yo no lo elegí, como bien expuse en el primer párrafo. Me enviaron aquí, Dios, el destino, el universo, el amor o quién sabe quién. El asunto es que no me preguntaron, pero llegué a este lugar porque así tenía que ser, estoy segura. Para mi suerte, resulta que mi país me encanta, mi Guatemala es un divino tesoro natural escondidito entre dos océanos enormes.
Es un lugar bello, lleno de tanto potencial y lleno de gente linda. Amo a mi país, pero también hay algunas cosas que no me gustan, hay ciertos males que lo enferman y le hacen mal. Al hablar de la Guatemala que quiero, debe aclararse que no es que la que tengo no sea buena y la quiera cambiar por otra, no, la que tengo es mía y la amo. Es ahí donde surge la posibilidad de querer algo más, porque cuando amas a alguien o algo, quieres que siempre sea mejor, que crezca más, que tenga cambios que le hagan bien y lo vuelvan mejor y feliz. Es eso a lo que me refiero cuando hablo de la Guatemala que quiero. Quiero que los males que la achacan se vayan, que esté sana otra vez. Quiero una Guatemala con una sociedad más humana y un sistema más justo. Una Guatemala donde la belleza de los corazones de su gente sea lo que más brille, no los males, no lo feo. Una Guatemala donde la gente trabajadora salga tranquila de su casa sin miedo a perder todo por lo que ha trabajado, o la vida, una Guatemala con líderes reales y auténticos, líderes que busquen hacer un lugar mejor para todos, no solo para ellos, un lugar donde los Guatemaltecos vivamos en un marco de respeto y armonía entre nosotros mismos y con el mundo. Quiero una Guatemala libre, quiero una Guatemala donde su gente viva feliz, donde se pueda vivir en paz, que se aniquile la plaga del crimen organizado, donde exista equidad y justicia. Quiero una Guatemala donde se note que las buenas personas son mas, donde las cosas positivas hagan más ruido que las cosas negativas. Quiero una Guatemala que luche día tras día como lo hace, pero que sí vea los frutos de su esfuerzo. Quiero que la belleza de nuestros paisajes sea proporcional a la belleza del guatemalteco; una Guatemala unida, integrada, multicultural y tolerante. Quiero que mi Guatelinda sea feliz. Esto suena utópico e irreal, pero es lo que quiero. Es importante decir lo que quieres, que lo tengas claro primero, organiza lo que quieres para después poder trabajar para conseguirlo. Este es el primer paso, no se te olvide. Debes recordar siempre que es solo el primero y aquí no termina, que si lograste ya identificar lo que quieres, no te sientes y te quedes esperando a que un milagro te lo traiga, levántate con tu lista de lo que quieres y empieza a moverte para alcanzar eso que tú quieres. Comienza por un quiero y transfórmalo en puedo para que al final puedas decir “lo tengo”.
QUIERO
Por: Damaris Tujal
Quiero un país con justicia, equidad, igualdad, donde podamos salir a las calles sin tener terror, sin tenerle miedo al que vea pasar, donde la gente tenga confianza entre sus vecinos, un país con libertad de expresión, un país unido sin divisiones porque uno tenga más que otro o porque sea indígena o no indígena, quiero un país con un gobierno que gobierne. Para ello, Guatemala necesita ciudadanos comprometidos a aportar a ese país que quiero, donde ya no se culpe a nadie por los problemas sociales, sino que nos veamos frente al espejo y aprendamos a asumir las consecuencias de nuestras decisiones y que éstas nos ayuden a ser mejores constructores de un mejor país y aprendamos a aprender. Reconociendo siempre que para lograr estos cambios significativos para el país que queremos, es necesaria la participación activa de todos y todas, niños, niñas, jóvenes, mujeres y hombres, indígenas y no indígenas sin distinción, sabiendo que cada uno de nosotros y nosotras jugamos un papel muy importante en la sociedad guatemalteca. Es necesario que tomemos la decisión de sumarnos al proceso del cambio para lograr el país que queremos. Guatemala es un país rico, multicultural, multilingüe capaz de rescatar valores que hemos dejado a un lado y no le hemos dado importancia, haciéndose necesario que nos eduquemos para que impulsemos ese motor del cambio, no olvidando que tenemos el derecho, los medios, el espacio y la oportunidad, quizá en muchas ocasiones, escasas oportunidades.
Sin embargo, es necesario formar parte de esas acciones encaminadas a construir una mejor sociedad y por ende un mejor país. “Querer es poder”… es una famosa frase que muchos sin duda alguna utilizamos diciéndole a alguien más o simplemente para nosotras y nosotros mismos, y si queremos un país desarrollado, con justicia, con equidad, con igualdad, un país íntegro, entonces “Si se Puede”. Es solo querer para poder actuar y yo… “Si Quiero”.
UN CAMBIO PARA GUATEMALA
Por: Roberto Acosta En la actualidad Guatemala está viviendo una ola de violencia y delincuencia, que está afectando gravemente a la población. Es cierto que se necesitan medidas urgentes para frenar esta ola, pero de que nos servirá pensar en formas de detenerlo, si no se piensa en la causa del problema, solo se piensa en las consecuencias. Desde la familia se inicia un proceso de aprendizaje acerca de los valores fundamentales para llevar una vida plena, así que se debe iniciar un proceso de ayuda a las familias más necesitadas. Esto es una opinión personal del problema que afecta a Guatemala. Si desde la infancia se le crean ideas erróneas al niño, este crecerá y se convertirá en lo que aprendió. El cambio en Guatemala inicia cuando se crea una buena educación familiar. Una educación que contenga valores cívicos, morales, religiosos, entre otros, que ayuden al niño a desarrollarse en un entorno de buenas decisiones. Es posible que no cuente con las oportunidades necesarias para desarrollarse en una vida plena, una vida que cuente con todos los servicios básicos o necesarios. Es ahí donde debe entrar el apoyo del Gobierno, preocuparse por brindar todas estas oportunidades a todos los pobladores del país. Un cambio es necesario para mejorar el país, pero de que servirá si las personas no cambiamos nuestra forma de pensar, se puede dejar de pensar que dialogar es imponer mis ideas ante un grupo de personas, se puede dejar de pensar que la unión hace la fuerza sea tomada como una frase trillada, es posible pensar en una Guatemala donde los habitantes piensen en apoyarse unos a otros sin pensar en beneficiarse en el proceso. Un cambio en Guatemala es posible, si somos tan “chispudos”. Por qué pensar que somos mejores unos de otros, por qué avergonzarnos de nuestra diversidad cultural. Una Guatemala mejor, para mi es posible, trabajando en conjunto,
dejando las diferencias a un lado, tratando de llevar una vida plena, todos los habitantes. Si esto se llevara a cabo, la gente podría darse cuenta de que Guatemala cuenta con todos los recursos necesarios para ser una sociedad desarrollada. Como ciudadanos, debemos preguntarnos, ¿Cuál va a ser el legado que dejemos a nuestros hijos? Pensamos dejar una sociedad con problemas, una sociedad con corrupción. Estos son problemas muy graves que están afectando en la actualidad, y a la población se le es muy fácil quedarse callada y aceptar todas estas injusticias. Es hora de realizar un cambio en la forma de pensar, es tiempo de hacerle entender a la población que tienen derechos y que no deben quedarse callados ante todas las injusticias que están pasando. Hay que demostrarles que “Todos dependemos de Todos”; no debemos sentirnos superiores por las diferencias que existen, debemos trabajar para que exista una convivencia pacífica entre todas las culturas. Se puede soñar que estos cambios pueden realizarse, o se puede tener el valor de iniciar una nueva causa que esté a favor de un desarrollo sostenible para todos. Al principio no se verá un cambio notable, pero esto moverá a las personas que estén dispuestas a cambiar la cosmovisión de su país. Se puede soñar con cambios que sean para beneficio de todas las personas de Guatemala, pero es solo una pequeña cantidad de personas las que se atreven a cambiar lo que les rodea para tener una Guatemala igualitaria para todos. Si todos necesitamos de todos, debemos empezar a realizar cambios desde las personas más cercanas, hasta brindar ayuda a diferentes organizaciones que se encarguen de brindar apoyo a todos los problemas que existen en Guatemala.
UN SOLO CORAZÓN
Por: Heidy Reyes Algo que hace a los hermanos ser inseparables es su unión, su lealtad, esa sangre que corre por sus venas y que los convierte en familia, en uno solo. Porque de eso se trata ser hermanos, o por lo menos ese es el concepto que tenemos acerca de la hermandad. Pero también es aquello que nos une sin importar la cultura, el color de piel, la posición económica, o en qué familia hayamos nacido. La hermandad va más allá de todo eso. Podemos ser hermanos de sangre, de familia, pero también podemos ser hermanos de corazón, tener un solo corazón. Como dirían algunas personas “… no somos hermanos de sangre, pero sí de corazón”, y yo me pregunto ¿Existirá acaso la hermandad de un solo corazón?, y luego de mucho pensar, llegué a la conclusión de que si existe; quizás es muy poca, ya que nosotros no estamos acostumbrados a ser hermanos, nos hacemos llamar hermanos solo cuando creemos que es conveniente y después lo olvidamos. Una hermandad de corazón es la que no discrimina, la que ama sin medida, es aquella que nos hace estar unidos en todo momento, en la situación en la que nos encontremos. Tenemos un solo corazón cuando oímos y escuchamos a los demás antes de hablar, cuando aceptamos nuestras diferencias y ante todo tenemos un solo corazón al luchar por cambiar y hacer de nuestro entorno un mejor lugar. Busquemos ser hermanos de un solo corazón; recordemos que necesitamos el apoyo mutuo, así lograremos cambios a nuestro alrededor. Durante varios años nos hemos pasado el tiempo criticado a los demás, buscamos defectos y olvidamos vernos al espejo y darnos cuenta que más que los demás, nosotros también nos equivocamos. Como diría una frase célebre: “Es de humanos equivocarse, pero de sabios reconocer el error”. No perdamos el tiempo viendo a los demás, busquemos soluciones, se los dice la voz de la experiencia, que en varias ocasiones solo ha visto el error de los demás y se ha olvidado de los de ella. No lograremos avanzar si cada vez somos como los cangrejos en la cubeta, vemos que alguien triunfa y rápidamente lo jalamos para que vuelva a caer. No nacimos en una misma familia, ni en el mismo país, ni todos tenemos los mismos apellidos, pero si nacimos en un mismo planeta, y esa es la razón por la cual somos hermanos de un mismo corazón. Cambiemos la mentalidad de que
alguien es mejor por las diferencias; esas diferencias deberían unirnos pues nos hacen ser un planeta diverso. Que mal hubiera sido si todos pensáramos igual, no habría ningún avance en la tecnología, ni tendríamos todo aquello que hoy tenemos, porque todos nos dedicaríamos a hacer lo mismo, a pensar igual. Como lo dice la siguiente frase: “No creo en la llamada de la sangre”. La sangre no hace hermanos ni hijos. Conozco hermanos de sangre y padres e hijos que no se hablan o no se respetan, y también conozco gente que sin tener la misma sangre pareciera que son hermanos o hijos. Hagamos que nuestra mentalidad sea distinta, que no sea la misma que tuvieron nuestros padres o abuelos, porque ellos ya vivieron y conocen mucho. Usemos sus consejos para mejorar el nuestro, no para hacer una copia de lo que ellos ya vivieron, porque también ellos pasaron tiempos malos y les aseguro que no quisieran que los pasáramos nosotros. Todos merecemos oportunidades, ser felices y lograr el desarrollo. Unamos nuestro corazón y recordemos nuestra hermandad, porque desde el día en que nacimos hasta que morimos, perteneceremos a la misma familia, y seremos siempre hermanos de un solo corazón. Empecemos con nosotros, en nuestra familia y luego vayamos transmitiendo ese sentimiento de hermandad en los medios más cercanos. El cambio no se hace de la noche a la mañana, y eso me hace recordar a un buen amigo que un día me dijo: “Que no te llene ser como alguien, que te llene superarlo. Ser igual a alguien no te hace mejor, te hace igual. Uno tiene que ser diferente; la diferencia no es necesario que alguien la note, lo más importante es que uno lo sienta.” He tratado de recordarlo siempre. Bien dicen que lo más difícil de aprender son las cosas buenas mientras, que las cosas malas se nos impregnan tan rápido, es difícil sacarlas de la mente. No soy nadie para decir aquello que la gente debe hacer, solo trato de escribir lo que para mí significa tener un mismo corazón, porque de eso he tratado de escribirles ahora. Busco que con pocas palabras, mi mensaje llegue a varias personas; solo quisiera que todos entendiéramos lo importante que es ser hermanos y tener un solo corazón, por qué debemos hacer de menos a los demás, todos nacimos en un mismo planeta. Está bien ser diferentes, y de eso se trata la vida. Miramos con los ojos humanos y no con los ojos del alma, encontramos diferencias insignificantes, cosas sin sentido. Tenemos los mismos derechos y las mismas responsabilidades. Quizás existan algunas personas que tengan más responsabilidades que otras, pero eso es camino de cada uno, camino que forja con el tiempo. Dime acaso, por qué no puedo valer lo mismo que los demás. Una razón que sea verídica y comprobable, solo así sabré que es verdad.
Quiero finalizar escribiéndoles que por mucho tiempo pensé y me sentí inferior, no porque me hayan mostrado discriminación. Tal vez en algún momento, pero fue en mínima parte, me sentía inferior porque no entendía el valor que como persona tenia. Creía que eso de las diferencias me hacían ser menor que las demás personas, que ellas eran mejores que yo, y no digo que yo lo sea, solo pienso que durante tanto tiempo yo misma me hice esclava de una idea errónea, una idea sin fundamento. Valorémonos como personas y valoremos a los demás, porque tarde o temprano necesitaremos unos de otros y sería fatal si en esos momentos no nos uniéramos y viviéramos nuestra hermandad. Somos uno solo, tenemos un solo corazón… espero no lo olvidemos y más que escrito en papel pueda ser puesto en práctica.