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UNA IMAGEN UN MENSAJE

Abelardo A. Riera F. Marzo 2019

Se realiza una composición con el título del artículo de opinión de Cristian Silva Potellá, aparecido en Tal Cual el 23 de Marzo y titulado “QUE NO MUERA LA ACADEMIA”, con una imagen capturada por el entonces bachiller Alejandro Rincón del entonces funcional buque oceanográfico Guaiquerí II, a propósito de la campaña oceanográfica de la Línea Base Ambiental de los Bloques Urumaco (2008). Dicha composición, sumada a los recientes acontecimientos de sustracción de equipos y daños a las infraestructuras que han sufrido las instalaciones del Instituto Oceanográfico de Oriente de la Universidad de Oriente en el presente año, busca llamar la atención sobre el deterioro de las instituciones de investigación marina en el país. En el artículo se señala que, producto de la delincuencia desatada, “ya son solo chatarras los laboratorios de ciencias, química, biología, de donde han sido sustraídos costosísimos equipos científicos; todos los cables, tuberías de agua, cobre, conexiones y todo tipo de material con algún valor económico” (incluidas las unidades de aire acondicionado) dejando inactivo no solo la institución sino a todo “este centro de educación superior”. No todo pasa por un problema de inseguridad, sino que se suma un “menguado presupuesto que ni siquiera alcanza para los elementales costos de operación” (cosa que no es novedosa, sino que con el correr de los años se ha acrecentado), la desidia de actuación de las autoridades políticas (locales-regionales-nacionales) muchas de las cuales pasaron por esta institución, aunada a una diáspora estudiantil y profesional por la angustia, zozobra y desesperación de la situación económica nacional. La situación se refleja de igual manera en todas las casas superiores de estudio (UCV, USB, UC, ULA, UNELLEZ, etc.), al igual que en todos los otros niveles de educación. Sin instituciones que formen científicos no hay ciencia y sin esta no hay avances para la sociedad.

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