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“¡EL DELFÍN YA ESTÁ A SALVO!, ¡AHORA HAY QUE SALVAR EL ATÚN!”

Alvin Delgado M. - FUNDATUN - 09 de mayo de 2024

INTRODUCCIÓN

La frase se refiere a un eslogan incorporado a un folleto informativo que elaboró el Servicio Autónomo de los Recursos Pesqueros y Acuícolas (SARPA) de Venezuela en 1998; mismo que fue ideado por el Director de ese organismo a la fecha, el Dr. Carlos E. Giménez.

El pertinente eslogan ya hacía referencia a los logros alcanzados a la fecha por el Acuerdo para la Conservación de Delfines (mejor conocido como “Acuerdo de La Jolla); el cual fuera un programa multilateral específico establecido en 1992 para la reducción de la mortalidad y protección de los delfines asociados a una de las metodologías de pesca de cerco dirigida principalmente a la captura de Aleta Amarilla (Thunnus albacares) adulto en el Océano Pacífico Oriental (OPO). Esta metodología de pesca aprovecha un fenómeno de asociación, que la ciencia no ha podido descifrar con exactitud, entre ese atún adulto y ciertas especies de delfines; fenómeno en el cual los atunes adultos se mueven bajo los grupos de delfines, en fechas y periodos prolongados, haciendo suponer que la asociación es de carácter estable, recurrente y universal. Los barcos cerqueros se han aprovechado esto para capturar atunes Aleta Amarilla adultos desde inicios de los años 60 y, en el marco de la Convención de 1949 que estableció la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT), ya desde 1978 se había aprobado un programa para vigilar la magnitud de las poblaciones y la mortalidad incidental de delfines en esa pesca, mediante la recolección de datos a bordo de embarcaciones atuneras de cerco.

EL ACIERTO CON LOS DELFINES

El Acuerdo de La Jolla surge como una respuesta positiva a las exigencias de ciertos sectores que presionaban por establecer una moratoria de la pesca de atún asociada a delfines por cinco años; que lo más probable se hubiese mantenido en el tiempo y no hubiese permitido más esa pesquería. Este Acuerdo voluntario empezó a operar en 1993, apuntando a la reducción gradual de la mortalidad incidental de delfines asociados a esta pesquería; comenzando una mortalidad incidental permitida de hasta 19.500 delfines en 1993 y reducirla por debajo de 5.000 delfines para 1999. El límite de mortalidad incidental permitida fue establecido en función a una evaluación poblacional de los delfines y fue establecida en un valor por debajo del 10% de la mejor estimación de la población de delfines manchados, tornillos, y comunes. La mortalidad reportada se situó en 3.601 delfines al final del primer año de entrada en vigor (1993), un número menor al cual se debía llegar en el último año de ese Acuerdo, gracias a la colaboración de los tripulantes, los capitanes y los gobiernos.

En los años restantes del Acuerdo de La Jolla, la mortalidad en ningún momento rebasó ni se acercó al límite de los 5.000 delfines; la cual era la cifra que se aspiraba alcanzar en el último año. En víspera de su finalización, se convino en reforzar el trabajo voluntario adelantado en este Acuerdo; ampliando ese ordenamiento previo, adoptando nuevas medidas y formalizándolo en acuerdo multilateral jurídicamente vinculante para la protección de los delfines en las pesquerías atuneras en el área del acuerdo.

En 1998 se aprobó formalmente el Acuerdo sobre el Programa Internacional para la Conservación de los Delfines (APICD); el cual se convirtió en la culminación de años de trabajo para resolver las preocupaciones con respecto a la mortalidad de los delfines en las pesquerías atuneras de cerco en el Océano Pacífico Oriental (OPO).

Los logros tan formidables en la reducción de la mortalidad incidental de delfines, a una cifra que no representaría un factor de riesgo para las diferentes poblaciones de delfines involucradas, lo convirtieron en uno de los instrumentos más exitosos en cuanto a la conservación de un recurso; razón por la que le fuera otorgada al APICD en 2005, la máxima distinción que otorga la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Premio Margarita Lizárraga en reconocimiento de sus “iniciativas exhaustivas, sostenibles y catalíticas” en apoyo del Código de Conducta para la Pesca Responsable.

Estos logros se pueden constatar de forma directa, ya que desde el Acuerdo de La Jolla se exigía a todas las embarcaciones cerqueras de más de 363 toneladas de acarreo llevar un observador a bordo; es decir una cobertura de 100%. Adicionalmente todo capitán de pesca que quisiera pescar en el área del OPO, debería realizar un seminario para capitanes calificados dictado por el personal de la CIAT, donde se le explicaba cuáles eran las mejores maniobras, técnicas y recomendaciones para disminuir y evitar la mortalidad incidental de delfines. También se establecieron una serie de resoluciones que son de obligatorio cumplimiento y cuyo incumplimiento acarrea al capitán, a la embarcación, al armador y/o a la tripulación sanciones y/o suspensiones para poder pescar en el OPO. Adicionalmente habría restricciones a la venta del atún proveniente de lances sobre delfines si ocurría muerte incidental o intento de herir a los delfines.

Desde el mismo 2011 hasta la fecha la mortalidad incidental de delfines en las pesquerías de cerco se ha mantenido consistentemente en menos de 1.000 ejemplares al año (menos del 20% del límite permitido) y el número de lances asociados a delfines con mortalidad cero se sitúa entre un 94,0% a un 96,5%; estos logros le han valido el reconocimiento de muchas Organizaciones No Gubernamentales (ONG´s) ambientalistas, que en un inicio adversaban esta pesquería y que ahora se convirtieron en aliados. Un aspecto adicional remarcable de esta pesquería de túnidos es que el tiempo ha demostrado que es ecológicamente la más eficiente; ya que la gran mayoría de las capturas son individuos maduros sexualmente y que han realizado un número significativo de desoves, adicional a que la captura de especies “no objetivo” mantiene números insignificantes.

La experticia y visión del Dr. Carlos E. Giménez en la materia atunera atinaba en afirmar en la parte del eslogan que exclamaba “¡EL DELFÍN YA ESTÁ A SALVO!”, visión que mantiene hasta hoy día; sin embargo, su instinto visionario avizoraba que si no se tomaban medidas precautorias sobre algunos métodos de pesca de túnidos, especialmente sobre los Dispositivos Concentradores de Peces (DCP - comúnmente llamados plantados o FAD´s, las siglas en inglés), los recursos atuneros pudiesen verse afectados en el tiempo; ya que, aunque objetivo principal de esta pesquería su eran los atunes Barrilete (Katsuwonus pelamis), tenía capturas incidentales significativas de juveniles de Patudo (Thunnus obesus) y Aleta Amarilla (Thunnus albacares).

SITUACIÓN DE LAS PESQUERÍAS DE CERCO TRADICIONALES: SOBRE CARDÚMENES PUROS Y SOBRE DELFINES

Las pesquerías de red de cerco que realizan sus los lances sobre cardúmenes puros de atún (atunes no asociados) muestran un declive en su actividad, pues el número de lances se han mantenido a la baja desde el 2007 cuando se llegaron a realizar 12.691 lances. Para el año 2022 se contabilizaron un total de 4.764 lances sobre cardúmenes puros, una disminución cercana al 62,46% en el número de lances respecto a 2007, y en 2023 siguió la tendencia a la disminución, registrándose el número más bajo desde esa fecha, al contabilizarse unos 4.273 lances. En cuanto a las capturas, los últimos años han estado fluctuando; sin embargo, en 2022 se registró el menor volumen de captura (76.679 ton), las cuales se incrementaron ligeramente en 2023 (84.874 ton).

Para el caso de los que realizan cercos de atunes asociados a delfines, el número de lances se ha mantenido estable entre los 9 mil y los 11 lances; siendo que en el 2007 se registraron unos 8.871 lances, en el 2010 se registró el mayor número de lances con 11.646 lances, disminuyendo en los dos últimos años (2022 y 2023) sucesivamente hasta los 10.614 lances y los 10.328 lances respectivamente. En cuanto a las capturas de Aleta Amarilla, objetivo principal de esta pesquería, las mismas se situaron en las 97.075 ton en el 2007, las 178.366 ton en el 2022 y las 198.608 ton en 2023 siendo las capturas mayores; mostrando que se han incrementado las capturas pese a la disminución en el número de lances.

PREOCUPACIÓN CON LOS ATUNES: LOS DISPOSITIVOS CONCENTRADORES DE PECES (DCP)

La pesquería de cerco sobre Dispositivos Concentradores de Peces (DCP) comenzó a intensificarse con la incorporación tecnologías de última generación como las balizas satelitales, para una ubicación efectiva y exacta en el mar, y con la incorporación de sonares, para detectar la cantidad de peces debajo y alrededor del objeto flotante; lo cual conllevo a un incremento significativo de las capturas de túnidos. Estas facilidades tecnológicas, para ubicar y determinar el volumen presente de atunes, hizo el esfuerzo pesquero más selectivo y la pesquería más eficiente.

En el 2012 se alcanzó la cantidad de 10.677 lances sobre estos objetos flotantes, con capturas ubicadas en las 177.055 tonelada de Barrilete, 37.487 ton de Aleta Amarilla y 65.035 ton de Patudo; que, en el caso de las dos últimas especies, en su gran mayoría eran individuos de talla pequeña que no han llegado a desovar por primera vez. El aumento sostenido en el número de lances de red de cerco sobre objetos flotantes motivó al personal científico de la CIAT a solicitar, entre sus recomendaciones para la “Conservación de los atunes tropicales: aleta amarilla, patudo, y barrilete” del 2020 (IATTC-95-01), limitar ese número de lances al promedio registrado entre los años 2017 a 2019; el cual equivalía a un máximo de 15.987 lances. Este valor no fue superado durante los años 2020 (12.151 lances) y 2021 (15.169 lances), años de las restricciones más fuertes por la Pandemia de Coronavirus (COVID-19); sin embargo, el número de lances registrados en 2022 se ubicó en 17.699, un 10,71% por encima de la recomendación (estatus quo), y aunque al año siguiente (2023) el número de lances disminuyó ligeramente a 17.255, aún se mantuvo un 7,93% por encima de lo recomendado.

PREOCUPACIÓN CON LOS ATUNES: VALORES DE CAPTURA POR ESPECIE EN LANCES SOBRE DCP

Las capturas de Patudo en 2020 alcanzaron el nivel histórico más alto en esta pesquería con plantados, alcanzando las 78.208 ton, a pesar que el personal científico de la CIAT manifestó que, por los efectos de la Pandemia de Coronavirus (COVID-19), no se habían podido realizar los muestreos normales en los desembarcos y se consideraba que estos números no eran confiables; sin embargo, algunos científicos y gestores si encontraron elementos para considerar que hubo una captura inusual de esta especie, corroborando los datos de los observadores. En los años subsiguientes las capturas de esta especie han disminuido drásticamente, ubicándose en 46.736 ton en 2022 y en 42.021 ton en 2023; los menores reportes de captura desde el año 2000. La disminución también se ha visto reflejada en las capturas de esta especie por la flota palangrera que opera en el OPO; disminuyendo significativamente a los niveles más bajos los registrados en 2021, 2022 y 2023, con capturas de 21.970, 20.684 y 20.610 respectivamente.

Para el 2022 las capturas en la pesca con plantados fueron récord para el Barrilete (241.851 ton), muy por encima de lo capturado del trienio 2017-2019. En 2023 se volvió a romper récord al capturarse 319.533 ton de Barrilete, 32% más que el 2022 y por consiguiente muy por encima del recomendado. En el caso del Aleta Amarilla, en 2022 las capturas se ubicaron en 90.128 ton, 35% más de lo recomendado por el personal científico de la CIAT, y al año siguiente (2023), pese a estar por debajo de las capturas del año anterior, se situaron en unas 74.423 ton; 19,94% por encima de lo recomendado por el personal científico. Para la flota palangrera, las capturas de Aleta Amarilla del año 2022 fueron las más baja desde el año 2000.

PREOCUPACIÓN CON LOS ATUNES: COMPOSICIÓN DE TALLAS Y PROYECCIÓN DE LAS CAPTURAS

Las capturas totales en todos los tipos de lance (sobre cardúmenes puros, sobre delfines, sobre objetos flotantes) para Barrilete se ubicaron en las 388.464 ton para el 2023, el nivel histórico más alto desde que comenzó la pesquería de túnidos en el OPO por parte de la flota cerquera. Sin embargo, se debe considerar que la composición por peso para esta especie en 2023 se ubicó en 1,9 kg, el menor valor de peso individual de los últimos años, y los mayores volúmenes de las capturas se realizaron sobre individuos en el rango de 40-50 centímetros; siendo que la talla de la madurez reproductiva se ubica en el rango de los 40-45 cm. (Froese & Pauly, 2024). Según el reporte semanal de capturas hasta el 28 de abril, para lo que va del 2024 preliminarmente ya se han alcanzado las 231.783 ton, lo que representa 72,09% más que el mismo periodo del año pasado (134.686 ton); lo que indica que, de seguir a este ritmo, las capturas pudieran alcanzar más del doble que las del año 2023, que fue récord en la pesca para esta especie.

Para el caso del Aleta Amarilla, las capturas se situaron en las 298.180 ton en 2023, el nivel de captura más alto de los últimos tiempos; con excepción de los años con una captura inusual registrada en el período 2001-2003 y cuyos valores superaron las 383.000 ton (promediando unas 393.167 ton). En cuanto a la composición por peso, en 2023 se situó en los 9,5 Kg; siendo solo superado por el valor de 2020, que se ubicó en los 10,5 Kg y luego de dos años previos con tendencia a la baja (2021 en 7,9 Kg y 2022 en 6,5 Kg). Adicionalmente, la mayoría de las capturas se situaron entre los 80 y 140 cm, cuando en 2022 las mayores capturas estuvieron entre los 40 y 70 cm. Esta situación nos indica que las mayores capturas estuvieron dirigidas hacia los grandes reproductores; los cuales hay que proteger. Para el reporte de captura del 28 de abril del 2024, preliminarmente ya se han alcanzado las 97.225 ton; lo que las ubica un 12,43% por debajo de la captura del mismo periodo del año pasado (111.026 ton).

PREOCUPACIÓN CON LOS ATUNES: PERCEPCIÓN DE ACTORES PESQUEROS

En las conversaciones sostenidas con armadores, capitanes y observadores, hay coincidencia en el planteamiento de que, en los lances sobre plantados, no se está observando la misma cantidad de Aleta Amarilla que anteriormente se observaba; siendo que esta percepción era aún menor y para el caso del Patudo. En el caso de los que pescan con lances sobre delfines, señalan que el 2023, y lo que va del 2024, los atunes Aleta Amarilla capturados están en longitudes entre los 80 - 100 cm, no observando atunes más pequeños; lo que sería preocupante, porque pareciera ser que no se observan suficientes individuos de menos de 80 cm para la renovación de la población (stock).

PREOCUPACIÓN CON LOS ATUNES: LOS RESULTADOS DE LOS ESTUDIOS

La situación más preocupante pudiera estar ocurriendo con la población de Patudo; ya que el último análisis de riesgo, basado en los resultados de 44 ejecuciones de un complejo modelaje presentado en 2020 (SAC-11-06),  indican una probabilidad de 50% de que se haya rebasado la Mortalidad por Pesca correspondiente al Rendimiento Máximo Sostenible (FRMS) y un 53% de que este por debajo de la Biomasa de la población Reproductora correspondiente al Rendimiento Máximo Sostenible (SRMS).

Al detallar el Diagrama de Kobe, resultante de ese análisis de riesgo, se observa un patrón bimodal que indican que su condición está “sobrepescado y sobreexplotado” (zona roja - pesimista) o está “ni sobrepescado y ni sobreexplotado” (zona verde - optimista); es decir, el recurso está en dos posiciones contrarias para la toma o no de medidas de conservación. La única medida adoptada fue limitar las capturas Patudo a los barcos que más pescaban esta especie; so pena de, que si capturaban más de los niveles establecidos, adicionarles más días de veda. No hay certeza que esta medida por si sola haya sido suficiente para lograr la disminución de las capturas; por lo que, si los datos del 2020 sobre las capturas de Patudo son ciertos, se incurrió en la sobrepesca de este recurso. A esto hay que adicionar que, según los datos del personal científico de La Comisión, en 2022 se registró la talla menor de captura para el patudo (4,0 kilogramos), junto a que los mayores volúmenes de capturas se realizaron sobre ejemplares entre los 30 y 50 cm, con otro gran pico ente 50 y 70 cm; por lo que, conociendo que su talla de madures sexual es alrededor de los 100 cm, casi la totalidad de las capturas de esta especie se realizaron sobre tallas donde no han alcanzado su madurez sexual (sobreexplotación) y lo ideal es que las especies logren reproducirse al menos una vez para mantener las poblaciones saludables. Aunque en el 2023 hubo una ligera mejora en esos últimos indicadores (el peso promedio se situó en 4,4 Kg junto a que las mayores capturas se situaron en un pico entre los 40 y 60 cm, con otro entre los 70 y 80 cm) hay indicios que apuntan a que no se observan suficientes atunes como en el pasado.

PREOCUPACIÓN CON LOS ATUNES: ¿HACIA DÓNDE VAMOS?

La visión del Dr. Giménez, que dio origen al eslogan, en ese momento estaba enfocada al Océano Pacífico Oriental (OPO), que era donde Venezuela tenía una flota significativa de barcos operando. Hay concordancia con el enfoque de su preocupación, ya que los recursos atuneros del OPO tienen un grado de incertidumbre tal que, sumado a las altas capturas principalmente de juveniles, se pudiese estar poniendo en peligro estas poblaciones de peces. El pensar de los gestores y administradores gubernamentales de los países debe apuntar a velar no solo por los pescadores e industriales propios, sino que también tienen la responsabilidad de velar por la salud de los recursos; para garantizarle a las próximas generaciones su posibilidad de pescarlos.

En algún momento se señaló que “Los barcos tienen propela y, cuando ya no le es rentable la pesca, se trasladan a otro sitio”; lo cual se asocia a que entre los años 2001 y 2003 se tuvo una pesca más abundante de lo normal y se capturó lo que más que se pudo, principalmente el Aleta Amarilla; lo cual condujo a que los precios se derrumbaran. En esa situación, muchos barcos descartaban el Barrilete porque no les era rentable, pues el precio estaba demasiado bajo; en esos años se pescó: entre 383.279 y 412.286 ton de Aleta Amarilla, entre 143.165 y 272.968 ton de Barrilete, y entre 53.052 y 60.518 ton de Patudo. En los años siguientes disminuyeron las capturas de Aleta Amarilla significativamente. Si bien existe mucha incertidumbre al presente, hay que esperar los resultados de las nuevas evaluaciones. Lo que sí es preocupante es la carrera por pescar no importando la talla de captura; lo cual no es la forma de aprovechar responsablemente un recurso, por muy grande que sea su tasa de reproducción.

Los recursos pesqueros se están viendo afectados por los efectos asociados al Cambio Climático; principalmente el calentamiento de los océanos y la acidificación de los mares, entre otros. Estudios preliminares, realizados en el Laboratorio de Achotines de la CIAT (Panamá), se encontraron que los niveles de acidificación de los mares no están afectando las estructuras de los huevos significativamente; pero otros estudios han demostrado que, si aumenta la acidificación, los daños en ciertos órganos de las larvas de atunes pueden ser significativos, a tal grado de afectar su supervivencia. A la situación que afecta directamente a los recursos, se suman otras que lo hacen de forma indirecta, como lo es la disminución de ciertos predadores (como los tiburones) que se encargan de eliminar individuos enfermos; pudiendo afectar a un cardumen, en particular, al no ser tan efectiva la remoción de estos individuos y aumentar los riesgos de propagarse una enfermedad entre ellos. Otros estudios brindan indicios de que las poblaciones de atunes asociados a objetos flotantes no son tan saludables como las capturadas sobre los cardúmenes puros libres o las asociadas con delfines. No solo se debe abordar los estudios desde la óptica del aumento de la mortalidad natural de las especies; pues también pudiese ser que el aumento de la temperatura aumente las tasas de reproducción de especies de atún, como el Barrilete. Mientras las incertidumbres estén sin resolverse de manera clara, una medida precautoria podría ser limitar las tallas de captura y con esto pudiese aumentar los niveles de captura en toneladas, al capturar animales más grandes en consecuencia.

En la primera lámina de la exposición “Respuestas del personal a las solicitudes”, presentada en la 101ª Reunión de la CIAT (Victoria, Canadá) y donde se muestran los números estimados de individuos capturados por la flota atunera que pesca atunes con plantados, se detalla que se estima haber capturado unos 25 millones de individuos de Aleta Amarilla para 2016, lo cual pareció que era un número muy alto en esa reunión; sin embargo, en 2022, la estimación está por encima de los 32 millones de individuos capturados, lo cual es excesivamente alto. Para las otras pesquerías (cardúmenes puros y asociados a delfines), el número estimado de individuos de la especie se mantienen estables; especificando que para la asociada a delfines se estima está alrededor de los 8 millones de individuos en el período 2016-2022 y, para el caso de cardúmenes puros, se estima el valor ronda los 5 millones de individuos, para el mismo período.

Sin duda es hora de tomar iniciativas que nos garanticen la estabilidad de las diferentes poblaciones de atunes que están siendo aprovechadas, para que las próximas generaciones lo puedan disfrutar; por lo que el eslogan “¡EL DELFÍN YA ESTÁ A SALVO!, ¡AHORA HAY QUE SALVAR EL ATÚN!” está más vigente que nunca.

REFLEXIÓN FINAL

El presente artículo no quiere de ninguna manera satanizar la pesquería con plantados, solo se quiere que, como se hizo con la pesquería asociada con delfines, apuntar a la elaboración de un plan de reducción de la mortalidad de atunes juveniles, presentar alternativas o técnicas para reducir las captura de ejemplares pequeños; ya que de lo contrario, con el aumento de los lances sobre estos dispositivos y el número cada día mayor de plantados en el mar, se verá afectadas las poblaciones de túnidos tropicales en el OPO y otros océanos. A diferencia de las pesquerías de cerco que capturan cardúmenes puros o asociado a delfines, donde los atunes están en constante movimiento, en éstas de plantados los cardúmenes de atún están más o menos estáticos alrededor del dispositivo; por lo que urge desarrollar tecnologías que puedan discriminar las especies y el tamaño, para que cuando los dispositivos reporten atún pequeño en grandes cantidades no se les realicen actividades de pesca.

Con el establecimiento del Acuerdo para la Conservación de Delfines (Acuerdo de La Jolla), los armadores y capitanes tuvieron que realizar grandes esfuerzos para disminuir la mortalidad en la forma que lo hicieron. Tuvieron que hacer modificaciones en la forma de pescar, adaptaciones a los aparejos de pesca, aceptar las penalizaciones, asumir los costos (elevados) y riesgos (altos) de incluir el uso de helicópteros en las faenas; pero lo más fuerte fue lidiar con las exigencias de los mercados que no querían el atún proveniente de pesca asociada delfines. Pese a las dificultades que ello planteó se logró salir adelante y el actual Acuerdo sobre el Programa Internacional para la Conservación de los Delfines (APICD) puede exhibir los logros alcanzados. Con ello se quiere plantear que es la hora de que la pesca con plantados realice esfuerzos significativos para evitar capturar atunes pequeños que, si no son capturados habrá más disponibilidad de atunes en el futuro cercano. Las Organizaciones Regionales de Ordenamiento Pesquero (OROP´s) atuneras deben jugar un rol importante fijando límites de captura de atunes juveniles y los barcos que lleguen a los límites de captura no puedan seguir pescando; es una decisión drástica pero, como se hizo con los que pescaban atún asociado a delfines, deben ahora hacerse las adaptaciones necesarias con las flotas que pescan asociado atún a plantados.

FUENTES DE INFORMACIÓN:

CIAT (2020). “Documento SAC-11-06: El Atún Patudo en el Océano Pacífico Oriental, 2019: evaluación de referencia”. 11ª Reunión del Comité Científico Asesor. La Jolla, California (EE. UU) del 11 al 15 de mayo de 2020. https://tinyurl.com/y42pv9be

CIAT (2020). “Documento SAC-11-15: Recomendaciones del personal de la Comisión sobre la ordenación y la recolección de datos, 2020”. 11ª Reunión del Comité Científico Asesor. La Jolla, California (EE. UU) del 11 al 15 de mayo de 2020. https://tinyurl.com/j67kskvd

CIAT (2021). “Documento SAC-12-16: Recomendaciones del personal de la Comisión sobre la ordenación y la recolección de datos, 2021”. 12ª Reunión del Comité Científico Asesor. Reunión Virtual del 10 al 14 de mayo 2021. https://tinyurl.com/ybuezmba

CIAT (2023). “Documento IATTC-101-01: La pesquería atunera en el Océano Pacífico Oriental en 2022”. 101 ª Reunión de la CIAT. Victoria, B.C. (Canadá) del 7 al 11 de agosto de 2023. https://tinyurl.com/mrrktk8k

CIAT (2023). “Documento IATTC-101-PRES: Respuestas del Personal de la Comisión a los requerimientos de las CPC” 101 ª Reunión de la CIAT. Victoria, B.C. (Canadá) del 7 al 11 de agosto de 2023. https://tinyurl.com/mryh9kvf

CIAT (2023). “Documento SAC-14-03: La pesquería atunera en el Océano Pacífico Oriental en 2022”. 14ª Reunión de Comité Científico Asesor. La Jolla, California (EE. UU) del 15 al 19 de mayo de 2023. https://tinyurl.com/st3ns3eu

CIAT (2024).”Documento SAC-15-01: : La pesquería atunera en el Océano Pacífico Oriental en 2023”. 15ª Reunión del Comité Científico Asesor. La Jolla, California (EE. UU) del 10 al 14 de junio 2024.  https://tinyurl.com/tnuvmafc

CIAT (2024). “captura estimada por buques de cerco en el Océano Pacífico Oriental: 01 enero - 31 marzo 2024”. https://www.iattc.org/es-es/Data/GetPDFCatch?year=2024&month=3

Froese R. & D. Pauly (2024). “FishBase: Katsuwonus pelamis (Linnaeus, 1758) Skipjack tuna”. https://www.fishbase.se/summary/Katsuwonus-pelamis.html.

Servicio Autónomo de los Recursos Pesqueros y Acuícolas – SARPA (1998) “El Delfín está a salvo ahora hay que salvar el Atún”. Ministerio de Agricultura y Tierra. Tríptico. Caracas – Venezuela.

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