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FACTORES GENERALES QUE INCIDEN EN LA FORMACIÓN DE LOS PRECIOS DE PRODUCTOS PESQUEROS

Rubén D. Baloa - FUNDATUN -- 22 de Julio de 2024

LOS PRECIOS

En ocasiones, el hablar de los “precios” puede ser un tema de conversación complejo y delicado; motivo por el cual conviene tener algunas referencias esenciales. Se puede afirmar, en líneas generales, que el precio es el valor que se le asigna a un producto o servicio disponibles para su intercambio por otro bien o servicio deseado; caso en el que se utiliza el dinero como medio de pago, unidad de cuenta y depósito de valor. La formación del precio depende de las necesidades y percepciones humanas; ya que la persona que ofrece un producto en venta (oferta) puede tener una percepción del precio distinta a la de la persona que desea adquirirlo (demanda), de tal manera que el precio debería terminar siendo un valor acordado entre las partes involucradas en la transacción de oferta y demanda. En fin, el precio es el punto de equilibrio donde el vendedor y el comprador están de acuerdo con el valor asignado al producto.

Sin embargo, la formación de los precios no es un proceso tan sencillo, puesto que se debe tomar en cuenta que en la actualidad la formación de los precios es un proceso dinámico e interrelacionado, influenciado por una variedad de factores tanto internos como externos. Si bien la ley de la oferta y la demanda sigue siendo un principio fundamental, otros elementos como la globalización, la tecnología, las regulaciones gubernamentales y las percepciones de los consumidores han agregado capas de complejidad a este mecanismo. Comprender estos factores es esencial para que los consumidores, los productores, las empresas y los gobiernos puedan tomar decisiones más adecuadas y adaptarse a un entorno económico en constante evolución.

LOS PRECIOS ¿POR QUÉ CAMBIAN LOS PRECIOS?

Si bien se piensa que el precio debería reflejar un único punto de equilibrio entre la oferta y la demanda, la dinámica de ambas fuerzas están en constante evolución y cambio; puesto que están influenciadas por una variedad de factores naturales, sociales, económicos y políticos. El precio puede verse afectado si, por alguna razón y como consecuencia de alguno de los factores mencionados anteriormente: (a) varía la disponibilidad del producto que las personas estarían dispuestas a ofrecer en el mercado, o (b) si las personas que demandan el producto modifican su necesidad de consumo.

La cantidad de producto que se ofrece no está relacionada directamente a la cantidad que se produce; ya que puede ser alterada por múltiples decisiones o factores que van desde la propia producción hasta las que pasan por toda la cadena de valor (transporte, almacenaje, transformación, etc.) para llegar al consumidor. En el caso de un alimento perecedero, como los productos pesqueros, por ejemplo: el productor (pescador) puede decidir dejar de pescar alguna especie por su bajo precio, o a nivel de la cadena de valor, se puede decidir almacenar un producto pesquero procesado hasta que el precio suba. De igual manera, la demanda no es igual a la cantidad que quisiera comprar el público; ya que esta disposición puede verse afectada por el propio precio al que es ofertado el producto, por alternativas equivalentes de menor costo o inclusive por decisiones de cumplir con una dieta saludable.

La compleja dinámica para la formación de los precios que se ha desarrollado en el caso de los productos pesqueros hace conveniente revisar, de forma breve y sencilla, los variados detalles de los factores económicos, sociales, políticos y ambientales que la afectan.

FACTORES NATURALES

La cantidad y calidad de un recurso pesquero disponible para consumo está estrechamente relacionada a las características biológicas propias del recurso, sus interacciones con el entorno ambiental donde está y a los impactos externos que puedan enfrentar ambos; principalmente las alteraciones causadas por la actividad humana. También hay que considerar las dos dinámicas principales del obtención del producto para consumo humano; sea por extracción directa del medio ambiente (pesca) o por cultivo en áreas confinadas o restringidas (acuicultura). En el primero de los casos se genera una mayor variabilidad de las cantidades producidas; ya que los volúmenes de captura son susceptibles a las características propias del recurso y la variabilidad de su entorno ambiental. En el segundo caso se permite obtener cantidades más predecibles (estables o regulares) de producto; sin embargo, los recursos deben poseer características propias que le permitan ser “cultivados” en entornos con ambientes controlados. Estas consideraciones iniciales ya hacen prever que la relación con los precios que pueden llegar a alcanzar es compleja y multifacética.

1.- Características biológicas de los recursos: La producción de un recurso pesquero para consumo suele estar limitada a un tamaño mínimo a partir del cual puede ser extraído para su consumo, preferencia dictada por los consumidores o por las normas legales que pesen sobre el recurso (nacionales o internacionales), generalmente asociadas a sus patrones de reproducción; entendiendo adicionalmente que es común en la naturaleza que a mayor tamaño menor es el número de individuos de esa talla. Ese tamaño mínimo, asociado frecuentemente a una etapa de su ciclo de vida (juvenil) es relevante, porque la mayoría de organismos acuáticos comerciales aprovechan áreas diferentes para su reproducción, cría o desarrollo (salvo ciertos organismos sin locomoción propia o con patrones de reproducción particulares), determinando donde se encuentran (abundancia espacial) y hasta en que época u horarios son más abundantes (abundancia temporal); en estas distribuciones también intervienen una variedad de elementos importantes relacionados a la competencia entre individuos y entre especies por uso del espacio (p.e.: por sitios de protección contra depredadores, por mejores lugares de alimentación, entre otras). Los hábitos de vida también cobran relevancia en la producción, puesto que organismos de hábitos gregarios (agrupado) suelen permitir tener producciones más abundantes que aquellos organismos de hábitos individuales y/o territoriales. Desde la óptica de las capturas esto tendrá un impacto importante en las artes y método de pesca empleados, los esfuerzos de captura a realizar y los volúmenes finales capturados. Desde el punto de vista de la acuicultura es necesario conocer todos estos aspecto biológicos para saber si la especie se puede adaptar a condiciones de cautiverio, en altas densidades y en espacios reducidos, sin afectar las tasas de crecimiento hasta el tamaño comercial; pues implica costos de estadía y alimentación importantes. Desde el punto de vista de la demanda generalmente lo relevante es conocer su valor nutritivo y aceptación al gusto del consumidor (palatabilidad).

2.- Condiciones climáticas y oceanográficas: Cada recurso pesquero particular requiere de condiciones ambientales específicas que favorezcan sus necesidades para un adecuado desarrollo en cada una de sus etapas de vida; dado que estamos hablando de organismos hidrobiológicos, el agua juega un papel crucial, ya que su composición (elementos químicos constituyentes), salinidad, temperatura, penetración de luz, gases disueltos, pH, nutrientes y algunas de las propiedades asociadas a la profundidad (p.e.: densidad, presión, calor específico y transparencia) entre otras, definen el espacio habitable necesario para cada recurso. En condiciones normales la circulación de los vientos, las mareas producidas por la atracción de los astros más cercanos (principalmente sol y luna), así como las corrientes de gradiente térmico y rotacional mantienen y definen los movimientos de las masas de aguas en el planeta. Sin embargo hay fenómenos extremos oceanográficos-atmosféricos que recurrentemente alteran esa normal circulación de las masas de aguas, produciendo efectos en la abundancia de los recursos pesqueros; algunas favorables (p.e.: aumento, concentración) y otras desfavorables (p.e.: desplazamiento de área, escasez, decesos). Los fenómenos con menor tiempo de duración (horas a días) que alteran la composición y el movimiento de las masas de aguas, generando alteraciones negativas de la abundancia y limitando el acceso a la obtención de los recursos pesqueros, pueden ser de tipo climático, como los huracanes y las tormentas, o de tipo oceanográfico, como las marejadas, el oleaje extremo y los Tsunamis. Los de mayor tiempo de duración (semanas a meses), que alteran principalmente la composición del agua pero no limitan el acceso a los recursos están relacionados a eventos oceanográficos como las surgencias, que enriquecen las aguas y favorecen la producción, o a complejas interacciones oceanográficas-atmosféricas como “El Niño” o “La Niña”, con efectos opuestos en la abundancia de los recursos pesqueros que son afectados.

3.- Impactos de las actividades humanas: Son de muy varada índole las alteraciones resultantes de la actividad humana que están alterando el entorno acuático natural y que influyen directamente en la disponibilidad, calidad y, por ende, en el costo de los productos pesqueros. En la actualidad, algunos de los modificadores más relevantes de la abundancia de los recursos y/o del ambiente, producto de la actividad humana, tienen que ver con: (a) el agotamiento de las poblaciones sometidas al aprovechamiento por capturas que exceden la capacidad de renovación de la abundancia de esa población específica, reduciendo las capturas de la especie objetivo, aumentando los costos de producción y elevado los precios para el consumidor; (b) la pérdida de los hábitat de las especies por alteración, deterioro o destrucción de áreas importantes para sus ciclos de vida (manglares, arrecifes de coral, estuarios y otros ecosistemas costeros), con la consiguiente reducción de la abundancia, la biodiversidad y afectando la reproducción de muchas de esas especies de interés comercial; (c) la contaminación de las aguas por actividades industriales, agrícolas y domésticas puede deteriorar las áreas de acceso a los recursos (zona de pesca o granja acuícola), reduciendo su cantidad o su calidad y pudiendo generar una disminución (escasez) del producto que aumente los precios; (d) adicionalmente, de forma natural o asociada a la contaminación, pueden ocurrir proliferaciones de organismos capaces de producir toxinas que, al ser ingeridos por las especies de interés comercial, ponen en peligro la salud de los consumidores, obligando a desechar el producto resultante e induciendo al cierre temporal de los sitios de acceso al recurso; (e) la llegada o introducción de especies exóticas capaces de multiplicarse en la nueva área (invasoras) y competir con las especies comerciales nativas, pueden producir efectos adversos a la abundancia y disponibilidad de estas últimas; (f) el Cambio Climático, el cual está generando aumento de la temperatura del mar, acidificación de los océanos y aumento del nivel medio del mar, están alterando los ecosistemas marinos, afectando la distribución y abundancia de las especies pesqueras.

FACTORES SOCIALES

Estos está relacionados a aspectos relevantes externos provenientes de la interacción que se da entre las personas (actores), que afectan las decisiones (tendencias) de consumo de los productos pesqueros y que se reflejan en el proceso de formación de los precios de esos productos. Uno de los principales indicadores para conocer esas tendencias es conocido como el consumo per cápita; el cual no es más que la relación entre el total de lo que se consume, en este caso productos pesqueros, y el número de habitantes de un país o región durante un lapso de tiempo determinado. De manera general, atendiendo a la Ley de Oferta y Demanda, podría llevar a pensar que un alto consumo per cápita de un producto pesquero llevaría a un aumento en sus precios, debido a la mayor demanda; sin embargo, la relación entre el consumo y los precios del pescado es más compleja y está influenciada por una serie de factores interrelacionados. En algunos casos, se puede establecer una relación inversa entre ambas variables en la que a medida que los precios aumentan, el consumo tiende a disminuir. Sin embargo, la relación no siempre es lineal ni directa y pueden existir excepciones y factores que la modifiquen, entre los que se pueden mencionar:

1.- Elasticidad de la demanda: La sensibilidad del consumo ante variaciones en el precio es un factor clave. Si la demanda de pescado es elástica, es decir, muy sensible a los cambios de precio, un pequeño aumento en el precio puede provocar una gran disminución en el consumo. Por el contrario, si la demanda es inelástica, los cambios de precio tendrán un menor impacto en el consumo.

2.- Preferencias del consumidor: La preferencia del consumidor es un factor determinante en el consumo de pescado a nivel global. Esta preferencia está determinada por una compleja interacción de elementos como los que se detallan a continuación:

a. Elementos Socioeconómicos:

i. El poder adquisitivo (porción del ingreso disponible para comprar) juega un papel fundamental en la elección de especies más o menos costosas. En períodos de crisis económica o con altos niveles de inflación, los consumidores priorizan la adquisición de bienes básicos, reduciendo o despriorizando el consumo de productos pesqueros, con lo que reduce la demanda.

ii. El nivel sociocultural del consumidor determina en buena parte la cantidad de información disponible para una mejor elección y acceso a mayores opciones de selección; ejemplo de ello son las afirmaciones de que “un mayor nivel educativo suele estar asociado a una mayor conciencia sobre los beneficios nutricionales del pescado” y que “los habitantes de zonas urbanas suelen tener un acceso más fácil a una variedad de pescados, mientras que en zonas rurales las opciones pueden ser más limitadas”.

iii. La disponibilidad de productos sustitutos equivalentes más baratos, como la carne de pollo o la carne de res, puede moderar la disminución del consumo de pescado ante aumentos en sus precios

b. Elementos Psicológicos también llegan a influenciar las decisiones de selección de los productos pesqueros. Entre los más comunes se encuentran:

 i. La percepción de la calidad del producto hace que los consumidores estén dispuestos a pagar más por productos frescos, de alta calidad y con algún tipo de certificación (respaldo de una marca, de origen sostenible, entre otras).

ii. La selección del producto a consumir suele tener un elevado componente de la tradición, transmitida de generación en generación, sobre los beneficios o idoneidad de determinados productos pesqueros (especies) o pueden ser influenciadas por el entorno de personas alrededor en el que se encuentre el consumidor (p.e. circulo social).

iii. La disponibilidad de tiempo para el tipo de preparación seleccionada (parrilla, horno, frito) suele tener una importante influencia en la elección del tipo de producto pesquero (especie, tamaño, presentación) a consumir.

c. Hábitos alimentarios y culturales de una población pueden influir de manera determinante en la demanda de productos pesqueros. Ejemplo de ello tenemos en que:

i. Las comunidades costeras o ribereñas suelen disponer de una alta y variada oferta cotidiana de productos frescos, por lo que suelen caracterizarse por un alto consumo de pescado; manteniendo una demanda que suele ser más estable y ser menos sensible a los cambios de precio de los productos (principalmente frescos).

ii. Algunas celebraciones culturales de tipo religiosas o estacionales suelen ser disparadores de la demanda de productos pesqueros específicos o de preparaciones que se asocian a esas festividades y/o épocas del año; por ejemplo, las poblaciones cristianas romanas aumentan la demanda de productos pesqueros en la temporada de celebración de la Semana Santa (Semana Mayor) ante la restricción del consumo de carnes rojas.

iii. Algunas modas alimenticias basadas en la adopción de tradiciones culinarias de otros países o regiones, como la comida japonesa (Sushi) o la dieta mediterránea, también suelen convertirse en disparadores de la demanda pesquera.

Comprender las tendencias de consumo, su efecto en los precios y los factores que la modifican (influenciabilidad del consumidor, proporción entre oferta y demanda) es fundamental para los productores, distribuidores y comercializadores de este producto; ya que esta información les permite:

a.- Ajustar la producción a la demanda y a las fluctuaciones de los precios.

b.- Eficientizar la distribución para garantizar que el producto llegue al consumidor en óptimas condiciones.

c.- Diversificar la oferta de productos y presentaciones para satisfacer las diferentes necesidades y preferencias de los consumidores.

d.- Optimizar la cadena de suministro (distribución y comercialización) de los productos pesqueros para reducir costos y mantener precios competitivos.

e.- Desarrollar nuevos productos que se adapten a las tendencias del mercado y a las preferencias de los consumidores.

f.- Desarrollar campañas de promoción y publicidad efectivas, para promover el consumo de algún producto pesquero, destacando los atributos que son más valorados por los consumidores y que pueden influir en la demanda, incluso en momentos de precios elevados y/o baja demanda.

g.- Adelantar campañas de educación del consumidor sobre los beneficios nutricionales del pescado y las diferentes formas de prepararlo.

En resumen, las preferencias del consumidor son un factor dinámico que evoluciona con el tiempo y que está sujeto a múltiples influencias; las cuales tienen importante repercusiones en los precios. Las empresas pesqueras y los gobiernos deben estar atentos a estos cambios para garantizar la sostenibilidad del sector y satisfacer las necesidades de los consumidores.

FACTORES ECONÓMICOS

En una economía de libre mercado, la oferta y la demanda son las fuerzas que determinan cuánto pueden cobrar los negocios por sus productos y cuánto necesitan producir; sin embargo ambas fuerzas están en constante fluctuación, esto quiere decir que el precio de venta también puede fluctuar en función de distintos factores económicos como:

1.- La estructura de costos: Los costos de producción representan el conjunto de desembolsos en los que debe incurrir un productor para fabricar o adquirir bienes y servicios; lo que ya fue abordado en un artículo anterior (Baloa, 2023). La estructura de costos en el sector pesquero es compleja, pero su compresión es fundamental para determinar el precio de venta, evaluar la rentabilidad y tomar decisiones estratégicas. Generalmente, los aumentos en estos costos se trasladan a los precios finales, afectando la accesibilidad del producto. Sin embargo, cuando hay alternativas similares con precios competitivos disponibles, el trasladar esos costos al precio final puede ser una decisión que afecte la demanda del producto; por lo que una alternativa factible sería pensar en sacrificar algo de la rentabilidad obtenida (ganancia) para no quedar fuera del mercado.

2.- La logística y distribución: La logística en el mercado de los productos pesqueros es un proceso complejo y delicado que requiere una atención especial debido a la naturaleza perecedera de la materia prima. Desde la captura hasta el consumo, los productos pesqueros deben mantener una cadena de frío ininterrumpida para garantizar su calidad y la seguridad sanitaria para convertirse en un producto alimenticio seguro. Adicionalmente, para minimizar costos logísticos y garantizar la calidad del producto, es muy importante la eficiencia de las infraestructuras pesqueras (puertos, lugares de almacenamiento y transformación) y de los canales de transporte. Deficiencias en estas áreas pueden traducirse en precios más elevados para el consumidor. Los desafíos claves en la logística de los productos pesqueros se centran en elementos como:

a. Perecibilidad de producto: Los productos pesqueros, en general, tienen tiempos cortos para empezar a degradarse y perder sus propiedades nutritivas; lo que exige tiempos de transporte y almacenamiento muy cortos.

b. Clasificación del producto: Ante las diferencias en los tiempos de perecebilidad entre diferentes productos pesqueros, es importante tener un eficiente y eficaz sistema de clasificación de los productos, de acuerdo a sus características particulares; el cual evite la mezcla de los productos (especies, lugar de origen, fecha de producción) que adicionalmente facilite su posterior distribución y/o tratamiento hasta llegar al consumidor.

c. Cadena de frío: El principal desafío es mantener la temperatura adecuada durante todo el proceso, desde la embarcación hasta el mostrador del minorista. Cualquier interrupción puede provocar la proliferación de bacterias y la pérdida de calidad del producto.

d. Distancias: En general, suele existir una gran separación en distancia entre los centros de producción de los productos pesqueros y los principales centros de consumo; lo cual requiere de eficientes cadenas de transporte para ofrecer un producto pesquero final de alta calidad.

e. Proyección de la demanda: Otro importante desafío asociado a la logística y distribución es el de poder adelantarse a la demanda de los productos, para tener los productos en el lugar adecuado en el tiempo indicado (planificación de la demanda) y adecuar los requerimientos de producción. Esto último se dificulta en el caso de las capturas por pesca, pues las cantidades de un producto especifico varían según las condiciones climáticas y la temporada; por el contrario, en el caso de la acuicultura se hace más sencillo mantener un suministro más regular y adecuado.

3.- La competencia: Un aumento en el número de proveedores de productos pesqueros similares o de otros productos alternativos de similares características; incidirán en la consecución de precios más accesibles al consumidor final.

FACTORES POLÍTICOS

Las políticas pesqueras y socioeconómicas tradicionalmente han ejercido una influencia significativa en la fluctuación de los precios del pescado, formando un mercado complejo y dinámico. Las mismas deberían estar orientadas a incentivar las inversiones en el sector, a la creación de empleos y brindar accesibilidad de los productos pesqueros a los consumidores, sin generar desequilibrios entre la oferta y la demanda; lo que constituye en una difícil tarea de equilibrio para que no ocurra desaliento a la producción o el consumo. Las políticas no suelen ser integrales, pues en unos casos privilegian lo social y en otros lo económico, y se orientan a una intervención que normalmente distorsionan el libre desempeño de la oferta y la demanda. A continuación, se exploran algunos de los factores políticos más relevantes:

1.- Políticas pesqueras: Las preocupaciones por los recursos pesqueros genera políticas de ordenamiento de los recursos generalmente orientadas a la limitación del acceso a los recursos (permisología, limitación de tamaño de captura/extracción, vedas de espacios y/o tiempo) o de los volúmenes de producción (cuotas de capturas o límites de extracción/producción); las cuales afectan la disponibilidad de producto con su efecto derivado en los precios.

2.- Políticas de precios: La visión que tienen los tomadores de decisiones (políticos y reguladores) está fuertemente influida por su preocupación por la evolución de los precios, privilegiando el objetivo de garantizar la accesibilidad de los alimentos para la población. A tal fin se establecen los controles de precios, mecanismo por el cual se impone montos (máximos o mínimos) o rangos determinados para el precio de los productos; sin embargo, estos controles suelen recurrir a fuertes compromisos económicos o a prohibiciones que pueden generar desincentivos para la producción y distribución, lo que a su vez puede llevar a escasez y/o el surgimiento de mercados paralelos u ocultos (mercado negro).

3.- Políticas de subsidios: Los subsidios a la producción o distribución de los productos pesqueros suelen estar orientados influir en una disminución de los precios al consumidor, al reducir los costos para los productores o comercializadores; sin embargo, la sostenibilidad de estos subsidios a largo plazo puede ser cuestionable.

4.- Políticas derivadas de las Relaciones Internacionales: En un mundo cada vez más globalizado el acceso a recursos pesqueros con amplias distribuciones, que son patrimonio de la humanidad y/o de propiedad compartida entre países (altamente migratorios y/o transzonales), así como su comercialización responden cada vez más a acuerdos o convenios internacionales; los cuales dictan normas o regulaciones que van desde la extracción hasta la comercialización, los cuales de igual manera contemplan mecanismos para generar sanciones que impidan el acceso a la extracción, limiten el acceso a insumos y tecnologías necesarias e inclusive pongan trabas a la comercialización (importación o exportación) de la producción a quienes no los cumplan a cabalidad.

5.- Políticas de control: En países donde se presentan desajustes económicos que derivan en inflación y pérdida de valor de su moneda, se requiere del establecimiento de mecanismos orientados a estabilizar los precios, moderar la inflación e impulsar el crecimiento económico; en este caso particular, del sector de los productos pesqueros. Algunos de los mecanismos frecuentemente empleados son:

a. Control por tributo: La imposición o eliminación de un tributo se orienta a un impacto rápido en los precios, a través de la estructura de costos de los productos. Su eliminación va a dinamizar la producción nacional, por una reducción de los costos que se debería traducir en una disminución de los precios; pero también puede favorecer el ingreso de productos importados similares con menores costos de producción, llegando a comprometer la producción nacional. Su empleo debe hacerse de forma inteligente para que ayude a restaurar la estabilidad de precios y amortigüe el impacto de la crisis del costo de vida en los más vulnerables.

b. Control cambiario: El establecimiento de un control de cambio puede generar una serie de impacto negativos como: limitar la disponibilidad de divisas para la importación de insumos, equipos y tecnologías necesarias para la producción pesquera, impactando los costos de producción; causar desincentivo a la inversión a largo plazo en el sector pesquero, tanto por parte de productores como de empresas procesadoras, si adicionalmente hay una alta volatilidad de la tasa de cambio; reducir la demanda de productos pesqueros y afectar la rentabilidad de los productores ante la erosión de los ingresos reales de los consumidores asociados a la devaluación de la moneda y la inflación consecuente; adicionalmente a darle una fuerte orientación hacia las exportaciones de los productos, ante las expectativas de mayores ganancias, que hacen que el sector pesquero sea vulnerable a las fluctuaciones de los precios internacionales y a las políticas comerciales de otros países. Sin embargo, una tasa de cambio competitiva puede: proteger a los productores nacionales de la competencia de productos importados, al hacerlos relativamente más baratos en el mercado interno; incentivar la producción y la inversión en el sector al aumentar los ingresos de los productores pesqueros al momento de exportar sus productos; e impulsar la sustitución de importaciones de productos pesqueros, fortaleciendo la producción nacional y reduciendo la dependencia del exterior.

6.- Desempeño institucional: una implementación de políticas claras, transparentes y de forma eficiente evitan las inestabilidades que puede generar incertidumbre en los precios; afectando la producción, distribución y consumo de pescado. Por el contrario, una implementación ineficiente que permita la corrupción, el abuso de autoridad, la evasión de las normas y la coerción, afectara negativamente desde la producción hasta la disponibilidad y precio final al consumidor.

CONCLUSIÓN

Los diferentes aspectos que afectan la formación de los precios no actúan de forma única o exclusiva; son una mezcla compleja, de diferentes intensidades y en diferentes momentos. Lograr el entendimiento y la comprensión de esa interacción entre todos estos factores en la formación de los precios de los productos pesqueros, así como su impacto en el equilibrio entre la oferta y la demanda, es fundamental para el desarrollo de políticas de manejo pesquero sostenible que permitan garantizar la seguridad alimentaria de la población; sobre todo del sector más vulnerable.

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