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Cómo bañar a tu perro?

Sabemos que bañar un perro en casa es toda una odisea, y que la magnitud de la tragedia aumenta proporcionalmente al tamaño de tu mascota. Lamentablemente no existe casi ninguna posibili- dad de que no acabes tan mojado como él cada vez que se sacuda, pero sí podemos darte unos truqui- tos para que el resultado final sea de peluquería. e aconseja bañar a un perro aproximadamente una vez cada tres semanas, tiempo suficiente- mente espaciado para respetar la grasa y defensas naturales del pelaje y evitar así problemas de sequedad de la piel como descamaciones e incluso complicaciones más graves; y suficientemente a menudo como para que su higiene para la convi- vencia en familia sea la adecuada. De todas formas, es vital cepillarlo a menudo, cada dos días más o menos, para deshacerse del polvo y la su- ciedad, y así poder mantener el pelaje sano y cuidado. Recomendamos un buen paseo antes del baño, esto hará que esté relajado y receptivo (y tenga menos ganas de saltar de la bañera).

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Pasos a seguir

Un resultado óptimo en el baño es fácil: la calidad de los productos, un minucioso aclarado y un secado exhaustivo serán las claves de un acabado perfecto.

Lo primero que debemos hacer es cepillar enérgicamente el pelaje para liberarlo de polvo y pelo muerto. Elegir el cepillo apropiado para cada pelaje es muy importante: usaremos cepillos de goma para perros de pelo corto y una carda de puntas finas para desenredar el pelo largo. Mojaremos al perro con abundante agua tibia. El agua debe penetrar hasta la piel, hay que poner especial atención en perros de pelaje muy espeso o de pelaje impermeable como el Husky Siberiano, ya que hay que mojarlo mucho para que el agua penetre en todas las capas. Aplicaremos el champú específico a cada pelaje, masajeando la piel para que a la vez de efectivo, el lavado les produzca una sensación relajante y placentera. Como no queremos dejar ciega a nuestra mascota, es evidente que tendremos mucho cuidado con los ojos y los oídos. Es aconsejable dejar la cabeza para el final, ya que es lo que menos les gusta. Enjuagaremos con abundante agua, es imprescindible quitar cualquier resto de champú para que al secar no le dé un efecto mate y sin vida; y acto seguido, si la raza lo requiere, le aplicaremos una mascarilla hidratante para aportar más brillo. El secado es primordial; un mal secado puede derivar en posteriores problemas de piel como eccemas húmedos, así que secaremos desde la raíz, cepillando y secando hasta que no quede ni rastro de humedad. Pondremos especial atención en los pliegues de la piel. Cepillaremos y daremos el secado final en el sentido del pelo para evitar rizos y ondas. El toque final para un acabado profesional será aplicar una nube de abrillantador en spray y el perfume especial para perro que más os guste.

Después de este protocolo no habrá excusa para no dejarle subirse esta noche al sofá!

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