MEDIOS IMPRESOS

Page 1

Medios Impresos Gabriel Alfonso Arévalo Camelo

MEDIOS IMPRESOS I – MEDIOS IMPRESOS I – MEDIOS IMPRESOS I

1


¿SE ACABAN LOS PERIÓDICOS? Un artículo en 'The New York Times' vuelve a poner sobre el tapete el antiguo dilema de si les está llegando el fin a las publicaciones impresas, como periódicos y revistas.

No obstante, en una reciente reunión de la Asociación Técnica de Diarios Latinoamericanos (ATDL) se dijo que no es que se estén acabando, sino que hay algunos mercados, como el de Estados Unidos, que están saturados y por ello se han estancado. Según Miguel Ángel Pérez, presidente de la ATDL, "mercados emergentes como la India y China, y muchos países de Europa Oriental, presentan oportunidades de crecimiento de la industria de la impresión de revistas y periódicos”. Pérez agrega que incluso en América Latina se ve un crecimiento importante en el comercio de prensas rotativas, insertadoras de folletos comerciales, prensas de flexografía, apiladoras de periódico o 'stackers', y otros equipos."Estados Unidos no está creciendo tanto. Lo que allí se observa son ampliaciones de las rotativas; por ejemplo, más unidades de color, torres de impresión, etc., o sistemas de automatización para las prensas y los equipos ya existentes", explica el experto. Otras autoridades en la materia y personalidades de los medios opinan que no es que se vayan a acabar los periódicos o las revistas, sino que las empresas de medios deben diversificar sus productos. Tal es el caso de compañías como Casa Editorial EL TIEMPO, que en previsión a que su sustento y permanencia en el mercado no podían depender del periódico impreso, desde hace más de una década comenzó a lanzar un número cada vez mayor de títulos de publicaciones impresas (revistas y periódicos).Y hace unos tres años la empresa empezó un proceso de convergencia en el cual, más que seguir siendo un periódico, se convirtió en una compañía de medios que no solo publica información en productos impresos sino que tiene una fuerte operación en Internet (eltiempo.com, Portafolio.com.co, Motor.com.co, etc.) y en televisión, a través del canal Citytv. Otros medios en Colombia siguen en menor o mayor proporción ese ejemplo y también mantienen presencia en diferentes plataformas para llevar información a sus audiencias.

Google y las editoriales, un ejemplo El motivo que llevó a 'The New York Times' a escribir sobre el tema del futuro de los impresos tiene que ver con el final 'feliz' al que llegó la gigante Google con dos de las editoriales más importantes de Estados Unidos respecto a una demanda que


le habían impuesto a Google por publicar fragmentos de libros en línea, caso en el cual las empresas alegaban violaciones a los derechos de autor. El feliz acuerdo llegó cuando el dueño del motor de búsqueda más usado de Internet dijo que pagaría una multa de 125 millones de dólares, lo cual sugiere que las editoriales ven que no se puede pelear de frente con un gigante de la talla de Google y que, por el contrario, en la Red hay una excepcional oportunidad de crecer el negocio. Por lo pronto, Google seguirá ofreciendo gratis fragmentos de las obras de esas editoriales en línea y se fortalecerá la venta de esos mismos libros. En el artículo del diario neoyorquino también les preocupa algunas cifras citadas por ellos respecto a reducciones de la planta de personal de algunas empresas del mundo editorial impreso.Por ejemplo, la publicación 'The Christian Science Monitor' anunció que ya no publicaría más su periódico semanal, tras 100 años de hacerlo en forma ininterrumpida. Por su parte, cita 'The New York Times' que la firma Time Inc., dueña de revistas como 'Time', 'Fortune', 'People' y 'Sports Illustrated', anunció despidos de unos 600 empleados para "reorganizar la planta de personal". Dice el diario que Gannett, la editorial más grande de ese país, también recortará su número de empleados en 10 por ciento y dejará sin empleo a unas 3.000 personas. Y los ejemplos que cita el periódico estadounidense continúan: la firma Tribune Company, dueña de 'The Los Angeles Times', 'hará redundantes' a 75 personas; el The Star-Ledger, de Newark, estuvo a punto de cerrar sus puertas pero decidió seguir en el mercado tras sacar de sus filas a 40 personas. Otras publicaciones, como 'TV Guide', decidieron bajar el precio de su producto a niveles que ni siquiera alcanzan a cubrir los costos de la producción: un dólar por cada copia que se venda en los puestos de revistas.

Cuestión de audiencias

Según el artículo de 'The New York Times', los periódicos y las revistas no tienen problemas de audiencias pero sí tienen un problema de consumidores. Lo que ello significa es que, debido a que muchas de esas publicaciones -si no todas- cuentan con sitios web en los cuales el contenido es devorado por sus audiencias, lo cual de cierta manera hace que se presente canibalización de contenido dentro de la misma empresa. El diario de Nueva York cita estudios que dicen que una gran minoría lee ese contenido en el impreso, mientras que la gran masa lo hace en medios electrónicos, como el teléfono celular o el computador portátil o de escritorio, mediante servicios de correo, 'feeds', alertas electrónicas u otras formas de acceder a la noticia. De esto se desprende una conclusión y es que la información es la información, no importa en qué medio se lea, y que la gente tradicional tiene la tendencia a leer impresos, mientras que la nueva generación prefiere los medios electrónicos. No obstante, dice la nota que en Estados Unidos el 90 por ciento de los ingresos de las compañías de medios provienen de los productos impresos y agrega que un solo anuncio de periódico cuesta varios miles


de dólares, mientras que un aviso publicitario en Internet le trae a la empresa unos 20 dólares por cada 1.000 cibernautas que lo ven. En cuanto al contenido, hay un hecho qué analizar y es que si llegaran a acabarse los periodistas de los medios impresos, probablemente gran parte de la información disponible en la Red quedaría en manos de una nueva fuente de información, como los 'reporteros' ciudadanos y los bloggers, quienes muchas veces no son los más confiables. Mauricio Romero / Editor Portafolio.com.co / Octubre 31 de 2008

LA AVALANCHA DIGITAL Nadie lo diría por la cantidad de camiones que ayer descargaban en la Feria de Francfort toneladas de esa mezcla de pasta de celulosa y tinta que ha formado nuestro mundo y que llamamos libros. Pero nunca hasta ahora el mundo digital ha tenido tanta importancia. La principal feria del libro del mundo, que se inauguró oficialmente anoche y que hoy abre sus puertas a los negocios durante cinco días, arrancó bajo la sombra de una encuesta a 1.000 profesionales del sector de 30 países cuya principal conclusión es que, dentro de una década, en 2018, los libros electrónicos en cualquiera de los formatos imaginables superarán en volumen de negocio a los herederos de la galaxia Gutenberg. Por lo pronto, en la edición de este año de la feria, la 60ª, que cuenta con Turquía como país invitado y a la que tienen previsto asistir 7.000 expositores de 101 países y cerca de 1.000 autores -una cifra prácticamente idéntica a la del año pasado-, los libros clásicos no representan ya más que el 42% del volumen total frente a la avalancha de sus parientes digitales, DVD, audiolibros y los nuevos reproductores, con el Kindle de amazon.com y el lector de Sony a la cabeza. El escritor brasileño Paulo Coelho, uno de los autores más populares, que recibirá hoy un homenaje en Francfort tras superar los 100 millones de ejemplares vendidos, aseguró en la inauguración de la feria que había empezado a predicar con el ejemplo y que colgó de su página web una copia gratuita de su libro más famoso, El alquimista, dado que, de todos modos, circulaba pirata por la Red. "El primer año, las ventas pasaron de 1.000 a 10.000 copias. El segundo, subieron hasta las 100.000. Hasta el día de hoy, he vendido 10 millones de libros en Rusia", señaló. "Durante 15 siglos, el libro tradicional ha demostrado ser insuperable. Pero los libros digitales están reclamando su espacio y todo indica que llegará un momento en que lo digital superará al papel. Pero se necesitan todavía unos cuantos años, lo que nos da -a los editores, autores y escritores- un tiempo precioso antes de que la Red nos alcance", prosiguió el autor.


Las cuatro principales conclusiones de la macroencuesta encargada por la feria revelan que los editores comparten el optimismo de Coelho, esto es, que la industria puede sobrevivir a la avalancha digital, aunque el cambio de escenario será brutal: la influencia de China en la edición digital se multiplicará por tres en los próximos años (actualmente, EE UU domina el mercado); los consumidores, Google y Amazon impulsarán el cambio digital; los e-libros superarán a los libros tradicionales en 2018 (según la opinión de un 40% de los encuestados, frente a un 30% que considera que esto nunca ocurrirá) y la venta de libros por Internet ha sido escogido el acontecimiento más importante en el mundo de la edición en los últimos 60 años, los mismos que cumple ahora la feria. Sin embargo, la misma encuesta demuestra que todavía queda un largo camino antes de llegar a un industrial y voluntario Fahrenheit 451: el 60% de los editores no utiliza todavía libros digitales ni los nuevos soportes, y casi nadie (un 7%) cree que los e-libros serán su principal fuente de ingresos dentro de cinco años. Por lo pronto, los preparativos de la feria ofrecían ayer por la mañana una imagen surrealista: tres operarios descargaban con dificultad hacia el pabellón que ocupaba Alemania una linotipia, la misma imagen del pasado en una feria que se lanza hacia otra era y que en promoción empieza a cambiar la coletilla Book Fair por la de Media Fair. Pero muchos editores compartían una preocupación mucho más terrenal: ¿En qué medida la crisis global puede llegar a afectar al sector del libro? De momento, algunos editores españoles consultados aseguraban que empezaban a notar una ligera bajada de ventas en los títulos de pequeña tirada, aunque la de los grandes nombres se mantenía. Por lo pronto, el director de la Feria del Libro, Juergen Boos, se mostró todo lo tranquilizador que pudo. "El sector del libro sigue sus propias reglas, incluso frente a una crisis financiera internacional", señaló. "Esto ha sido demostrado en un estudio de las principales editoriales alemanas. Aunque había tantos pesimistas como optimistas entre los que respondieron, la opinión mayoritaria era que la situación económica de los editores seguirá siendo consistente. Los libros parece que son muy resistentes a los ciclos económicos negativos, lo que deja claro el hecho de que son bienes necesarios, no de lujo". Las cifras, una vez más, juegan a favor de Boos: el número de títulos expuestos (402.284) y el de nuevas publicaciones (123.496) es claramente superior a la pasada edición de la Feria de Francfort. En papel o en bit, la cosa aguanta. EL PAIS DE ESPAÑA. OCTUBRE 15 DE 2008


INTERNET NO SUPONDRA LA MUERTE DE EL PERIODISMO Al principio, la escritura parecía algo mágico: era lógico que el dios egipcio Thot, que había regalado la escritura a los humanos fuera también el dios de la magia. La sustitución del oído por el ojo como sentido de percepción lingüística cambió radicalmente la forma de entender el mundo al conseguir fijar el conocimiento y asegurar su trasmisión. La segunda gran revolución en la gestión de la información es la invención de la Imprenta, pero desde que Gutenberg publicara la Biblia en 1456 hasta que se edita la Encyclopédie (1751-1765) transcurren tres siglos. Se trata pues de una revolución lenta, si es que la lentitud es predicable de la revolución. Ahora, todo sucede muy deprisa, la tecnología evoluciona rápidamente y su presencia es tan penetrante, produciendo cambios fundamentales en la forma de funcionar de la sociedad, que la historia contextual queda olvidada, y cuando se examina no todo encaja en el ya viejo paradigma de la Ilustración. De todas estas tecnologías, Internet es la estrella, y se está convirtiendo en la nueva sede del conocimiento, pero también es un lugar para el entretenimiento y para el negocio. No es propiamente un medio de comunicación, es una plataforma de comunicación en la que cabe todo, la información, el ocio, el trabajo, el comercio, la educación, el conocimiento. Su característica principal es el haber sido construido entre todos desde abajo hacia arriba y sin una autoridad central que la gobierne y establezca prioridades. Es en este caos y complejidad donde reside su fuerza creadora y atractivo, y en donde los jóvenes que tienen expectativas diferentes a sus progenitores, encuentran las respuestas. ¿En qué modo puede transformar a la sociedad la explosión de las tecnologías de la información? ¿Cómo serán los periódicos? Nadie lo sabe. Milagros Pérez Oliva, la defensora del lector de este diario (EL PAIS. 26/07/09) afirma que el futuro es digital. Reconoce que gracias a Internet, los diarios tienen ahora una audiencia más amplia y extendida que nunca, pero también encuentran grandes dificultades para rentabilizar el trabajo periodístico y nos contaba cómo han iniciado ya la transición hacia un nuevo modelo que ha de convertirles en proveedores de contenidos en múltiples soportes y formas, lo que supone la configuración de una redacción multimedia.


En efecto, la prensa se ha convertido, ya sin lugar a dudas, en una más de esas industrias víctimas de la falta de adaptación al nuevo entorno definido por la red. Hablamos del negocio, de cómo hacer para que los periódicos vuelvan a ser rentables, sin que la edición digital se convierta en un lastre y sin que la prensa abandone su función de contrapoder. Esto de entrada nos lleva a renunciar a cualquier maniobra de salvamento con dinero público pues tendría un efecto perverso para la democracia, seria reinventar la prensa oficial. Antes de tomar ninguna decisión, es preciso conocer como el nuevo marco tecnológico ha variado los comportamientos de los lectores. Por lo pronto no tienen que esperar a la mañana siguiente para leer las noticias de ayer, no están tan fidelizados a una cabecera en concreto como los lectores tradicionales, tampoco leen los periódicos enteros, son lectores de noticias, saltando de un medio a otro, incluidos los blogs y agregadores: periodismo a la carta. Incluso el lector de prensa tradicional generalmente fidelizado a una cabecera la actualiza online y la contrasta. Al final del siglo XVIII la esfera pública estaba en plena expansión, y la llamada prensa de calidad tuvo que compartir espacio con los temidos periódicos populares y los panfletos en Francia previamente y en Inglaterra hasta mediados del Siglo XIX en que desaparecieron las llamadas "tasas del conocimiento", (un impuesto sobre el papel y el timbre, mediante el cual se controlaba a los medios sin necesidad de censura). Se inicio, así un proceso de ajuste que traería importantes cambios con el despertar del "periodismo de masas". Muchos de los calificados como periódicos de calidad cayeron. En Francia se impusieron los Journaux, como Le Petit Jounal (1863), que vendía un cuarto de millón de ejemplares diarios. Le siguieron, Le Petit Parisien en 1876, Le Matin en 1882 y Le Journal en 1889. En Inglaterra incluso el emblemático The Times, descrito en 1871 como el "mayor periódico que el mundo haya conocido jamás" a raíz de la abolición de las tasas sobre el papel, (1833-1861) pasó dificultades. De hecho no resurgió sino hasta que bajó los precios e invirtió en tecnología. Mientras tanto, los periódicos a penique, como el Manchester Guardian, o el Daily Telegraph, que rebajó su precio de tres peniques a uno, crecieron espectacularmente y entraron en esa categoría de prensa de calidad. Ahora asistimos a un nuevo despertar en el ciberespacio, en donde los blogs, el periodismo ciudadano, Google-News, los agregadores como Meneame o Digg, o las redes sociales tipo Twitter también forman parte de esa realidad tan compleja como es la comunicación actual. E.Dans, en un interesante artículo publicado en su blog, nos daba la clave del proceso: adaptación y selección, al decir que "Internet no debería suponer la muerte del periodismo, sólo de ese periodismo que no supiese adaptarse".


Los ciberlectores, no son piratas, ni las noticias son propiedad de nadie, simplemente son acontecimientos que pasan y los periódicos narran. Saben que un periodismo de calidad genera gastos que la publicidad no cubre y que terminaran repercutiéndoles, y lo asumen. Pero temen que se vuelvan a cometer los errores de otras industrias como la discográfica, que se empeña en vender discos cuando la gente quiere canciones. Por eso, no están dispuestos a tener que suscribirse a tres, cinco, siete o diez periódicos, cuando lo que consumen es una ínfima parte de los contenidos de cada uno de ellos, ni por otra parte están dispuestos a fidelizarse a un único periódico renunciando a lo que es la esencia de Internet, navegar buscando y contrastando información. Cerrar las ediciones digitales, en todo o en parte, haciéndolos asequibles sólo para suscriptores parece que no funcionara. El micropago: "Cada uno paga lo que consume" y "allí donde se lo sirven" es equilibrado y justo, pero tiene la dificultad de articular el pago de pequeñas cantidades, tan sólo unos céntimos. Esto sería viable si los lectores pudieran adquirir un bono de puntos que posteriormente canjearan por noticias en los distintos medios. Pero esto exige un acuerdo previo entre los editores. Por otra parte, los enlaces y agregadores no deberían ser ningún obstáculo siempre que la publicidad que se muestre en la ventana sea la que acompaña a la noticia, pues así se ampliaría su difusión. Un acuerdo de esta naturaleza y una nueva gestión de la publicidad siempre será mejor que una declaración de guerra contra el futuro. Internet, en su breve pero intensa historia, nos ha demostrado que sólo han triunfado los que han sabido adaptarse y han contribuido a su desarrollo. Microsoft con el Explorer y Google son un claro ejemplo. Y, otra cosa más, en el ciberespacio el pez grande no se come al chico, sino el rápido al lento. El País. Tribuna. Pedro Martínez. 16/09/2009

ORTOGRAFÍA: MALA COMUNICACIÓN No es lo mismo revólver que revolver. Pero eso a los jóvenes de hoy, a la hora de escribir, parece tenerlos sin cuidado. Hay consenso entre los padres de familia, los profesores y expertos en la lengua acerca del desprecio de la juventud por la ortografía. El problema no se limita a las tildes, que para muchos alumnos son "una mamera", sino a la confusión con la C, la S y la Z, y el uso de la H. "Escriben cosas como 'eso no se ase' o 'ay situaciones', lo cual es terrible en un


universitario", señala la docente Marina Camargo. El problema continúa cuando empiezan a trabajar como profesionales. "Pueden tener un MBA y todavía no saben qué es una palabra aguda o esdrújula", afirma Fernando Ávila, autor de Gramática para Dummies. "Algunos escriben todo en mayúscula para no tener que poner las tildes", algo que se usaba en los tiempos de la máquina de escribir, pero que hoy está mandado a recoger. La mayoría cree que este problema ha sido ocasionado por el chat, el mensaje de texto y el e-mail, medios con los cuales los jóvenes abrevian palabras: escriben 'k' en lugar de 'que' y emplean símbolos como TKM para decir 'te quiero mucho'. No obstante, los expertos consultados opinan que la red no es la culpable, aunque algo puede incidir. Para ellos, los jóvenes saben reconocer el contexto en el que hablan y ajustan el código a cada situación, de la misma manera en que una persona de hace 50 años escribía un telegrama diferente a una carta. Además, señalan que esa forma de escribir los diferencia de los adultos. "Por eso no debería alarmarnos la manera como escriben por Internet. Lo preocupante sería que presentaran un texto formal de la misma manera en que escriben un chat", dice María Bernarda Espejo, docente e investigadora del Instituto Caro y Cuervo. Las nuevas tecnologías influyen pero de otra manera. Una es el mal uso del corrector de ortografía del procesador de palabras, herramienta en la que se recuesta hoy casi todo el mundo para corregir un texto. Ávila señala que esta ayuda es maravillosa en ciertos casos, por ejemplo, cuando la persona escribe 'ilución' y no 'ilusión'. Pero en otros, puede pasar por alto una tilde que cambia el sentido de toda la frase, porque reconoce el vocablo como correcto (como en el caso de 'médico' y 'medicó'). Lo mismo sucede con palabras homófonas que se escriben diferente, como 'casa' y 'caza' (en español americano). Una investigación del Ministerio de Educación en la que tomaron una muestra de los relatos suministrados por estudiantes a un concurso de cuento mostró que "los estudiantes dejan la revisión de sus textos al computador, por lo cual incurren en errores de contexto que distorsionan el sentido", afirma Mónica López, directora de calidad del Ministerio de Educación. Aunque hay una correlación entre la mala ortografía y no leer, el problema de los estudiantes de hoy tampoco se debe sólo a la falta de lectura porque "para una correcta ortografía se necesita también tener memoria gráfica. Hay muchos que no la tienen y son buenos lectores", enfatiza el profesor Cleóbulo Sabogal, jefe de información y divulgación de la Academia Colombiana de la Lengua.


Tal vez lo que más ha incidido en la mala ortografía de hoy es que la enseñanza de las normas ya no se hace de manera tan insistente como en épocas pasadas. Según Rosa Julia Guzmán, directora de la maestría en pedagogía de la Universidad de la Sabana, con la metodología constructivista, mediante la cual el sujeto construye el conocimiento, se forjó "una tendencia a no enseñarla porque el profesor, erróneamente, supone que el niño la va a aprender solo", afirma Guzmán. Agrega que los docentes no saben cómo se enseña el tema. "Lo único cierto es que no es un asunto de simple repetición", explica. Por último, el estudio del Ministerio de Educación mostró que la escritura se está viendo como un producto final y no como un proceso, lo que implica que los jóvenes de hoy no revisan sus textos para reescribirlos sino que los entregan de una vez. Según López, los resultados del estudio del concurso de cuento servirán para poner correctivos y poner más énfasis en el aula de clase, pues el estudiante debe conocer los límites de las herramientas de corrección de las nuevas tecnologías. Y entender que, más que un irrespeto con el lector, el problema de no escribir con las normas ortográficas es que el sentido del mensaje que quieren enviar podría tergiversarse y ponerlos en aprietos. Revista Semana 21 de Febrero de 2012

Kmo les va? + o -? Kmo les va? My bn o no? Kmo da d preza escrbr largo vdd o no? Le ? pra sbr. No s pk se scrbe ahra así. S k así s scrbe + o - + rpdo. Est s apnas un ejm d lo mal que s scrb hoy. Textos como este no son extraños en la comunicación de los jóvenes y de algunos adultos de ahora. La buena ortografía, algo de lo que uno se sentía orgulloso no hace muchos años, se está acabando con el uso de algunas funcionalidades que ofrece Internet, como las herramientas sociales, los chats y otras. También por los mensajes de texto en los celulares. La gente joven, para que le rinda escribir mensajes a sus amigos por las herramientas mencionadas, ha transformando el español y también otros idiomas, en algo que muchas veces se hace difícil de leer y entender, a menos que se esté en esa onda.


Por esta razón, el Ministerio de Educación debe obligar a los colegios a reforzar las clases de ortografía. De lo contrario, la buena ortografía se va a perder y no será extraño que en el futuro muchos jóvenes cometan tremendos errores de escritura en sus hojas de vida, cerrándose, por supuesto, posibles puertas de empleo. Porque, la verdad sea dicha, no hay nada más horrible y desagradable que leer algo mal escrito o con mala ortografía. Se podría entender que para ser más eficiente en el uso de muchas de las nuevas formas de comunicación que han nacido gracias a Internet y las tecnologías móviles se haga necesario usar palabras abreviadas o pésimamente escritas, pero la columna vertebral que representa la buena ortografía en la vida de un buen profesional nunca se debe confundir con estos nuevos dialectos de comunicación. La globalización que se está generando por Internet y sus nuevas funcionalidades han hecho que muchas de las reglas de antes estén cambiando radicalmente. Las murallas personales de privacidad se están reduciendo mucho. Esto se demuestra con lo que sucede en Facebook y otras redes sociales. Muchas veces, aunque no se quiera, se la vulneran a terceros ya que les publican fotos sin su autorización; igualmente, suministran en el ciberespacio datos que violan su privacidad. Todo esto está haciendo que la gente cambie. Se está perdiendo la forma de ser de las personas. No importa qué tanto se navegue por Internet ni cuántas redes sociales se usen o se accedan, es importante siempre recordar quién es uno, dónde nació y cómo es su forma de ser. Esos son factores que hacen que las personas de distintos países sean así, diferentes. Estos son rasgos que no se deben perder. La buena ortografía tampoco. Dicho lo anterior, m dspdo de uds sprnd que td sto cmbe. Bna smna.

Guillermo Santos Calderón Diciembre 6 de 2010


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.