El Teléfono en las comunicaciones
GABRIEL ALFONSO ARÉVALO CAMELO
DEL MÓVIL AL ORDENADOR La movilidad es parte esencial del futuro de las TIC y de la Web móvil (el acceso a la Web por móvil), una de sus áreas de mayor crecimiento. Es también un espacio extremadamente abierto por el que compiten Apple, Microsoft, Google y todos los fabricantes de teléfonos móviles del mundo. Nokia tiene un centro de investigación en Palo Alto. Se trata de una ubicación casi en territorio enemigo si se considera que la zona está dominada por la cultura de las computadoras y de la Web. El director del centro, tras ocho años en Intel, John Shen prefiere definir este espacio como de "convergencia" de los PC (computadoras personales) y los CP (cell phones o teléfonos celulares). Pero tales aparatos no existen solos. Los sostienen una tela, una estructura: "Internet en el caso de los PC y las redes celulares en el caso de los CP", explica. "Esas dos estructuras", prosigue, "se están juntando: en el iPhone, por ejemplo". Pero dicha convergencia también es la colisión de dos culturas muy diferentes. "La de Internet y la del PC es totalmente no regulada y abierta, mientras que la de las redes celulares y de los CP tiende a ser propietaria y cerrada, por lo menos hasta hace poco". EL TELÉFONO - TALLER CINCO CENTRO DE DISEÑO - EL TÉLEFONO
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"Hoy día las cosas tienden a ser más confusas. Apple está pasando del ordenador al móvil", explica. "Nosotros en Nokia decimos de los teléfonos inteligentes que son computadoras multimedia. Los operadores ahora quieren ofrecer servicios de Internet, mientras que Google y Microsoft se interesan en la movilidad". Es el gran tema de los próximos 5 o 10 años, y lo más interesante es que no hay un poder dominante. De ahí la presencia de este centro de investigación de una empresa que fabrica teléfonos, en el corazón de una zona de donde provinieron los primeros ordenadores y donde despegó la Web. Un ordenador para Shen puede ser un aparato portátil, pero sólo el teléfono es auténticamente móvil. "Puedo usar mi móvil mientras camino, no mi portátil. Esto cambia el tipo de aplicación que quiero. Comparto mi portátil con mis hijos, pero no mi móvil. Es mucho más personal. Nos concentramos en aplicaciones y servicios para aparatos verdaderamente móviles". El Centro de Investigación de Nokia en Palo Alto organiza sus investigaciones en varias direcciones, tres de las cuales ilustran particularmente bien el interés de tener un pie en Silicon Valley. Francis Pisani / El País de España
DEL TELÉFONO PÚBLICO Y EL CELULAR El celular lo ha invadido todo. Jubiló agendas telefónicas, despertadores y calculadoras. Con la aparición de los teléfonos móviles todo se modificó todo en la sociedad, desde el paisaje urbano hasta las costumbres en los hogares. Panorama del cambio celular que vivimos. La Plaza de Bolívar en Bogotá, el cuadrante histórico que enmarcan la Catedral Mayor, el Congreso, la Alcaldía Mayor y el Palacio de Justicia, el emblema político, social y religioso del país, solo tiene dos teléfonos públicos. Están sobre la carrera octava, en el cruce de la Calle Florián y la Calle Miguel. Están allí, inertes como imágenes del pasado, al igual que las líneas del tranvía y la estatua del Libertador bañada en caca de paloma. Decir que nadie utiliza estos aparatos sería algo atrevido. Lo cierto es que a pleno mediodía de un viernes de fin de mes, una jornada en la que la plaza se inunda de EL TELÉFONO - TALLER CINCO CENTRO DE DISEÑO - EL TÉLEFONO
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estudiantes universitarios que salen de clase, ejecutivos en busca de almuerzo barato, turistas con la cámara escondida y desempleados mirando las nubes, nadie hace fila para levantar sus auriculares. Tienen tono, funcionan con tarjeta prepago, pero nadie los usa. Han sido olvidados, abandonados en los cajones de la memoria. En contraste, en cada esquina de la plaza hay cerca de ocho personas que venden minutos a celular. Se ven ocupados, con un cliente detrás de otro, con dos o tres equipos en las manos; algunos están tan bien organizados que tienen un equipo para cada operador. Son los llamados 'chalequeros', personas que con carteles colgados al pecho o letreros que levantan sobre sus cabezas ofrecen 60 segundos de conversación a cambio de 200 pesos. Tarifa que se cobra así la llamada se desvíe al buzón del destinatario. Es un negocio rentable. Ellos se niegan a hablar de cifras concretas de ganancias, dicen que apenas consiguen lo del día, que la competencia está dura y que la vida está cara. Sin embargo, ya a finales del 2004 por culpa de este sector informal la entonces empresa Colombia Telecomunicaciones S.A. (Telecom) dijo que su tráfico de llamadas había disminuido entre 30 y 40 por ciento y la Asociación de Telecentros de Colombia (Atelco), que reúne cerca de 3.000 locales con cabinas telefónicas, reconoció que había perdido el 70 por ciento de sus ventas. Con el tiempo, además, vender minutos de celular en la calle se convirtió en un negocio manejado por carteles. En el 2007, la concejal Lariza Pizano denunció que había mafias compuestas por familias y comerciantes que arrendaban el espacio público para permitir que los 'chalequeros' ofrecieran minutos. El costo de un andén, dependiendo del sector en la ciudad, podía llegar a 300 mil pesos al mes. Nada de esto se calculó hace 15 años cuando irrumpió el teléfono celular en Colombia. "El teléfono celular nació como un lujo, como un objeto de deseo", comentó Hans González, gerente de ingeniería de Motorola Colombia. El experto recuerda cómo el Dynatac, el primer celular comercial, costaba cerca de 4.000 dólares y en la actualidad se consiguen equipos por 30 dólares. "Dónde estás era una pregunta absurda en aquella época. La movilidad era un concepto incipiente. El celular lo trastocó todo", comentó González. Es verdad. Mire a su alrededor, hoy ese aparato tiene el don de la ubicuidad que solo poseían los dioses. Hablar por hablar Cuatro años antes de la llegada del celular al país, en 1990, la ETB invirtió cerca de 73 millones de pesos de esa época para adecuar 14.000 teléfonos públicos para EL TELÉFONO - TALLER CINCO CENTRO DE DISEÑO - EL TÉLEFONO
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que pudieran recibir las monedas de cinco, diez, veinte y cincuenta pesos. Por aquellos tiempos hacer una llamada desde un teléfono público era una tarea que requería paciencia. Primero había que conseguir monedas, varias por si el aparato se las 'comía'; luego rezar que la línea tuviera tono, que el auricular funcionara y que la rendija de las monedas no estuviera atascada por un chicle. Después hacer fila y mirar para el techo. Generalmente los teléfonos callejeros que servían eran acaparados por celadores, muchachas de servicio y amantes furtivos para manifestar su amor al ser que estaba al otro lado de la línea. Eran personajes que al no poder usar una línea fija de un teléfono casero, ya fuera por ausencia o infidelidad, convertían a los teléfonos públicos en sus mejores cómplices y llegaban cargados de monedas que ponían sobre la caja del aparato y depositaban con paciencia a lo largo de la llamada que duraba unos buenos minutos. Hoy se volteó la torta. Llamar a alguien toma tres segundos, ni siquiera hay que recordar su número telefónico, y para ser infiel ya no es posible inventar una excusa pendeja como decir que usted no pudo llamar, porque ay de usted si no contesta el celular cuando su esposa o esposo le marque. "Los teléfonos públicos han quedado para dibujarles grafitis", sostuvo González. Pero el celular no solo modificó las costumbres en las calles. De puertas para adentro, en los hogares de cada uno de nosotros, aniquiló la tiranía del teléfono de la casa. Ese aparato que por lo general estaba en la sala, en un lugar público y a los oídos de todos, el cual estaba fiscalizado por padres quienes cronometraban la duración de las conversaciones ha perdido vigencia. Ahora cada integrante de la familia tiene su propio teléfono celular, lo que ha hecho que cuidar la virginidad de la niña de la casa sea una tarea más compleja para papás y mamás. Existe todavía el teléfono fijo, pero las líneas son digitales, llegan por el mismo cable que transporta Internet y televisión y ofrece suficientes minutos, incluso hay planes ilimitados, que hacen que usar el teléfono sea una cuestión de hablar por hablar sin cargo de conciencia en el alma y en el bolsillo. Invasión a todo nivel Hace 15 años cuando apareció el celular en Colombia pocos pensaron, no faltó el tildado de loco que sí lo hizo, que a través de ese aparato usted podría pagar el recibo de luz, hacerle una transferencia bancaria a su hermano en otra ciudad, leer el periódico, ver televisión en vivo y recibir correos electrónicos con un beep. El teléfono celular lo ha invadido todo. Jubiló agendas telefónicas, relojes despertadores y calculadoras. Amenaza con aniquilar cámaras de fotografía y de video y los teléfonos inteligentes le roban usuarios a los computadores portátiles. No ha respetado ni a las billeteras. En los McDonalds de Japón ya se emplean para comprar las hamburguesas y en Alemania para pagar el bus. Según la firma de EL TELÉFONO - TALLER CINCO CENTRO DE DISEÑO - EL TÉLEFONO
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investigación de mercados Consultancy Strategy Analytics, los pagos a través de los celulares para 2011 será un negocio que mueva 36.000 millones de dólares. En poco tiempo los teléfonos celulares se convertirán hasta en los pasabordos requeridos para subir a un avión. En el aeropuerto Côte d'Azur de Niza (Francia) ya se desarrolla un proyecto que permite viajar a París con solo presentar un documento de identificación y el celular. El plan piloto se llama Pass&Fly y propone precisamente eso, que el usuario pase el teléfono y vuele. "El negocio celular seguirá evolucionando porque atrás quedarán los minutos para darle paso al volumen de datos", dijo González, de Motorola. Por ello cree que la voz sobre IP tarde o temprano se masificará en los equipos móviles y servicios como Skype y otras aplicaciones enfocadas a aprovechar Internet será algo común en los dispositivos del futuro. Esta evolución, en algún momento, relegará a los 'chalequeros' de la Plaza de Bolívar y el emblema político, social y religioso del país volverá a ser de la estatua del Libertador; sin embargo, los teléfonos públicos de la carrera octava tal vez sigan allí, como una cicatriz del pasado, como pruebas de aluminio del cambio celular que empezó hace 15 años. Por Gonzalo Piñeros Redacción Tecnología ElTiempo. Sept. 17/2009
EL INVENTO DEL SIGLO Debe ser emocionante inventar algo que guste a 3.300 millones de personas. Martin Cooper lo hizo y vive para contarlo. El 3 de abril de 1973, el ingeniero de Motorola Martin Cooper, de pie en una esquina de Nueva York, realizó la primera llamada de la historia desde un teléfono celular. Él es el inventor de este aparato, el más extendido actualmente en el mundo y tal vez el invento más influyente, después de la computación, en los últimos 100 años. Lo concibió tras conocer el concepto en un clásico de la ciencia ficción -Star Trek- en donde vio al capitán Kirk hablar a través del communicator y le pareció que era una magnífica idea. Cooper es un hombre de buen humor; prueba de ello es que hizo la primera llamada a su colega de la compañía rival AT&T, Joel Engel, quien también llevaba años persiguiendo la misma idea. "A que no sabes desde dónde te llamo", fue la primera lapidaria frase pronunciada desde el terminal que pesaba un kilo y que sería comercializado más adelante por Motorola bajo el nombre de DynaTAC. Tardó más de dos décadas en popularizarse y le tomó a la industria mucho esfuerzo conseguir dispositivos de precio económico y tamaño razonable para que EL TELÉFONO - TALLER CINCO CENTRO DE DISEÑO - EL TÉLEFONO
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realmente soportaran el concepto de movilidad. Las primeras 'panelas' que llegaron al país costaban más de un millón de pesos hace 15 años y hoy se fabrican teléfonos celulares por menos de 10 dólares. A sus 79 años, Martin Cooper, quien dirige hoy su propia compañía, considera que su sueño de un mundo completamente dominado por las comunicaciones inalámbricas aún está sin cumplir. "Nuestro sueño era que algún día nadie hablara por un fijo; todo el mundo usaría el móvil", dijo a la prensa hace algún tiempo para explicar su insatisfacción con la actitud extremadamente conservadora de la gente, que se resiste a adoptar las tecnologías inalámbricas en todos los actos de su vida. "Sólo lo hemos logrado por ahora con la voz", dice. El siguiente sueño de Cooper, en el que trabaja incansablemente, es que los teléfonos estén literalmente insertados en el cuerpo humano y puedan detectar las enfermedades y transmitir la información a los médicos. Calcula 15 años para que algo parecido esté listo para las primeras pruebas. Entretanto, el móvil se erige como el más extendido de los inventos sobre la tierra. Tres mil trescientos millones de abonados a la telefonía celular en el mundo y 1.200 millones de nuevos terminales fabricados cada año hacen del teléfono de Cooper todo un acontecimiento en la cultura y la economía.La telefonía ha cambiado radicalmente en los últimos cinco años. Hay más móviles que fijos en el mundo, es más barato llamar desde un celular y prácticamente el resto de ciudadanos del planeta que todavía no tienen un teléfono móvil tampoco tienen los ingresos mínimos para sobrevivir; es decir, están bajo la línea de pobreza, así que no habrá una expansión significativa en el número de usuarios, pero sí una explosión del consumo de datos: Internet, descargas de música, televisión, chat y computación desde el móvil. Hasta el computador, el rey de la revolución tecnológica del siglo XX, se siente amenazado por el invento de Martin Cooper. Semana, Abril 2008
TECNOLOGÍA Y COSTUMBRES En días pasados fue revelado un estudio hecho por científicos de la Universidad de Stirling, en Escocia, que revela hasta qué punto han cambiado las costumbres tras el desarrollo de la tecnología y de Internet. Los resultados dejan en claro que en un futuro muy cercano, quien no sepa enviar un archivo adjunto por correo electrónico o quien no sepa reservar un vuelo en la página de una aerolínea enfrentará grandes dificultades de comunicación.
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Es innegable que la red ha venido desplazando a servicios como el correo postal y el teléfono fijo, que parecían estar destinados a acompañarnos para siempre. En poco tiempo, escribir una carta, pegarle una estampilla y depositarla en un buzón en la calle será considerada una actividad tan arcaica como lacrar el sobre con cera y enviarlo con un estafeta a caballo. Las nuevas tecnologías, como siempre ha pasado en la Historia, le dan un vuelco a la forma de hacer negocios, de socializar, de comprar y de acceder a la información. Lo poderoso de Internet es que su capacidad de transformación es, al mismo tiempo, más veloz, más expansiva y más penetrante que anteriores avances, como la televisión, la aviación comercial o los computadores. Sin embargo, la tecnología también muestra su otra cara. Según el estudio, el buscador de Google está deteriorando la memoria de sus millones de usuarios al ofrecer al instante datos de cualquier naturaleza. Además, la vieja costumbre de escuchar discos completos de una banda está siendo desplazada por la descarga de unas pocas canciones por compacto directamente al programa de reproducción del computador. La renovación anual del directorio telefónico repartido de casa en casa, el acceso restringido a revistas o a videos pornográficos -o la costumbre adolescente de ojearlas subrepticiamente para evitar la vergüenza-, el revelado de los rollos de fotografías y su almacenamiento en álbumes y la memorización de números telefónicos son hoy en día costumbres en vías de extinción. Quizás no esté lejos el día en que la consulta de libros en las bibliotecas y la memorización de datos históricos sean también anacrónicas debido a la facilidad de rastrear datos en la red. Los efectos del rápido cambio tecnológico son inevitables, así como inexorable la sustitución de unas costumbres, oficios y actividades por otras más modernas y ajustadas a los nuevos tiempos. editorial@eltiempo.com.co Septiembre 15 de 2009
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