1
L
A MIGRAÑA
2
Revista de análisis político Año 1
/ Nº5 / diciembrre 2012
LA MIGRAÑA Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia Jach´a Marrka Sullka Irpataùa Utt´a Taqi Markana Kamachi Wakichana Tamtachawi Utt´a
Š Š
Ă‘awra Kawsaypura suyuta sullk´a Kamana Rimanakuy u-mallina suyu kamana 7sWDW JXDVX MXYLFKD MDĹ?NXHULJXD MHPELDSRD 7sWDJXDVXLxRPERDW MXYLFKD MHPELDSRD DepĂłsito legal: La Paz – Bolivia Concejo editorial +HFWRU 5DPLUH] *RQ]DOR *RVDOYH] $ULHO ,EDxH] :DUD *RGR\ 0DUWtQ 0RUHLUD \ *DEULHO /LPDFKH ColaboraciĂłn ĂˆOYDUR *DUFtD /LQHUD $WLOLR %RUyQ *DEULHO 9DUJDV /R]DQR ,PQXHO Wallerstein, Carlos Macusaya Cruz, Sol MarĂa ChĂĄvez LeĂłn, Sergio 6DOD]DU $OLDJD 9DOHULD 6LOYD *X]PiQ \ -XDQ -RVp &DEUHUD 5LYHUR.
EdiciĂłn y correcciĂłn: *RQ]DOR *RVDOYH] *DEULHO /LPDFKH (QULTXH 3DUUD DiseĂąo MartĂn Moreira CoordinaciĂłn Gonzalo Gosalvez *DEULHO /LPDFKH Enrique Parra Yaskara Miranda Doris Luna MartĂn Moreira IlustraciĂłn Tapa Rosmery Mamani Ventura Artes Rosmery Mamani Ventura
La tierra sin mal Fotos Martin Moreira Agradecimientos especiales al equipo de JĂłvenes Voluntarios 'LVWULEXFLyQ JUDWXLWD Impreso en Bolivia 'LFLHPEUH GH
3
CONTENIDO Rosmery Mamani - “Lagrimas de sabiduria”
I SECCIÓN: PARA SEGUIR PENSANDO EL MUNDO DESDE BOLIVIA
4
Pág: 10
La guerra como única opción sensata del Imperialismo norteamericano (A TILIO B ORON )
Pág: 16
Nueve Tesis sobre el capitalismo y la comunidad universal (ÁLVARO GARCÍA LINERA)
Pág: 22
Karl Marx, ¿cómo leer a un clásico desde nuestro tiempo? (GABRIEL VARGAS LOZANO)
Pág: 36
Del anochecer del imperio al alba de los pueblos nuestra América Martiana como respuesta a la crisis capitalista (LUCIANO VASAPOLLO Y RITA MARTUFI)
II SECCIÓN: PROYECTO HISTÓRICO Y COMUNIDAD
Pág: 48
El Indianismo de Fausto Reinaga (CARLOS MACUSAYA CRUZ)
Pág: 54
Gestos para repensar una crítica alterna al fetichismo del capital (SOL M. CHÁVEZ LEÓN)
Pág: 58
Una mercancía: Coca y cocaína en Bolivia (SERGIO SALAZAR ALIAGA)
III SECCIÓN: CULTURAS Y CIUDADANÍA
Rosmery Mamani “Anciana”
Pág: 66
El Leviatán: una percepción desde la imagen (VALERIA SILVA GUZMÁN)
Pág: 72
La propaganda nazi y la utilización de los medios de comunicación (JUAN JOSÉ CABRERA RIVERO)
Pág: 82
COLECCIÓN: LAS 15 NOVELAS FUNDAMENTALES. MINISTERIO DE CULTURAS DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA
OJO LECTOR
Nota 1: Invitamos a colaborar con la revista La Migraña enviando sus artículos al siguiente correo electrónico: lamigrana@vicepresidencia.gob.bo Así como también enviar las obras plásticas que desearían difundir, tomando contacto con el teléfono: 2142608. Nota 2: Todo el contenido de los artículos ofrecidos en esta publicación no son de responsabilidad de la revista La Migraña. Concejo Editorial
Rosmery Mamani - “Horizontes”
5
PresentaciĂłn
6
L
a MigraĂąa es una publicaciĂłn imprescindible para la construcciĂłn del Estado Plurinacional, puesto que la ConstituciĂłn asĂ como la normativa que son las directrices para la misma, ha sido propuestas, son elaboradas y van siendo diseĂąadas por el conjunto de la sociedad, organizaciones y movimientos sociales, ciudadanos y ciudadanas, son los protagonistas fundamentales de esta tarea, que a WUDYpV GHO GHEDWH OD UHĂ H[LyQ ODV SURSXHVWDV H LQLFLDtivas, plasman el horizonte de un proyectos histĂłrico. Es gracias al aporte de analistas, escritores, activistas, intelectuales, tanto bolivianos como del exterior, que La MigraĂąa toma cuerpo. Pero tambiĂŠn es un espacio para la difusiĂłn de la producciĂłn artĂstica de nuestros maestros de la plĂĄstica para que la misma pueda ser re-conocida por los bolivianos y bolivianas. Por eso nuestro inmenso agradecimiento a toda esta colaboraciĂłn comprometida.
HĂŠctor RamĂrez SantiestĂŠban Secretario General Vicepresidencia del Estado Plurinacional
LA MIGRAĂ‘A Editorial L
D GHQVLÂżFDFLyQ GH OD VLWXDFLyQ SROtWLFD PXQGLDO REOLJD HQ FXDOTXLHU HVWDdo a pensar la polĂtica tomando como elemento fundamental el contexto internacional. No solamente porque es necesario el debate para un enriquecimiento del intercambio de saberes e informaciĂłn con otras regiones del mundo, sino porque en estas circunstancias, es de una utilidad estratĂŠgica hacer un seguimiento a la situaciĂłn polĂtica internacional y a las opiniones que emergen a partir de esta realidad.
Pero ahora, en tiempos de Evo y de la reconquista de la soberanĂa en AmĂŠrica Latina, cuando se habla de la situaciĂłn polĂtica internacional vemos que la referencia de contexto internacional no solamente estĂĄ asentada en el desarrollo de las acciones de las potencias imperialistas, como cuando parecĂa que la historia transitaba por los rieles de su capitalismo. Ahora para tomar en cuenta la polĂtica internacional se debe asumir lo que sucede en medio oriente, lo que sucede con otros nĂşcleos de poder alternos que se han generado como son los BRICS o la integraciĂłn asiĂĄtica. Y un hecho que resulta novedoso y es lo que sucede con la integraciĂłn latinoamericana puesto que se ha convertido en un elemento bĂĄsico para comprender la crisis y la estrategia imperialista, pero lo mĂĄs importante, porque VH KD YXHOWR XQ Q~FOHR SROtWLFR GH SRVLELOLGDG \ WUDQVIRUPDFLyQ HVWR VLJQLÂżFD XQ nĂşcleo de alternativas polĂticas a una crisis de decadencia civilizatoria. /DV UHĂ€H[LRQHV TXH QRV OOHJDQ GHVGH $PpULFD /DWLQD H LQFOXVR GHVGH (XURSD D OD revista, tienen justamente esta orientaciĂłn: resaltar la importancia de la constituciĂłn de una nueva realidad polĂtica en LatinoamĂŠrica en una situaciĂłn de profunda crisis de lo que el sistema habĂa instituido como, –supuestamente– “el principal referente o eje de la historia universal y la humanidadâ€?, la civilizaciĂłn occidental. (VWDV UHĂ€H[LRQHV DGHPiV GH DSRUWDU FRQ DOJXQRV HOHPHQWRV GH DQiOLVLV H[SUHVDQdo una radicalizaciĂłn de la conciencia internacional, son tambiĂŠn un aliento de afuera para la continuaciĂłn de nuestros procesos. Otro elemento para destacar es el reconocimiento de la dignidad del hermano Presidente Evo Morales en la lucha de los pueblos contra el capitalismo. En La MigraĂąa, al mismo tiempo se intenta que los instrumentos y herramientas teĂłricas que se aportan, puedan ser insumos que ayuden a convertir en voluntad de acciĂłn las convicciones colectivas de los pueblos. Cada paĂs, cada regiĂłn, es
7
Rosmery Mamani - “Kurmi-Musa de ĂŠbanoâ€?
la cristalizaciĂłn de la historia de sus pueblos y sus luchas, por eso es que en Bolivia la perspectiva de emancipaciĂłn liderada por Evo Morales es portadora de la historia de los pueblos indĂgenas. El pilar que sostiene este Proceso de cambio es justamente la memoria histĂłrica heredada, los saberes ancestrales, la forma de organizaciĂłn polĂtica, las tecnologĂas armoniosas, pero tambiĂŠn, la conciencia polĂtica del indianismo y del indigenismo son fuerzas comunitarias muy importantes que sostienen las luchas.
8
/D GLJQLÂżFDFLyQ LQGLDQLVWD GH OD KLVWRULD QR VROR QRV KDEOD GH RWUR DQiOLVLV VLQR GHO protagonismo de nuevos sujetos que asumen la historia, junto a este sentir tambiĂŠn es incesante la inquietud rebelde de la juventud en relaciĂłn al aporte que van realizando en la construcciĂłn del nuevo estado. Lo mĂĄs curioso, es cĂłmo justamente estas fuerzas que vienen de atrĂĄs y se vuelven energĂa comunitaria, son el Ăşnico camino para la modernizaciĂłn del estado en sentido amplio, una modernizaciĂłn social. Esto no lo pudieron hacer ni lo harĂĄn los grupos polĂticos conservadores, esa “casta seĂąorialâ€? incapaz y parasitaria puesto que su perspectiva individual o grupal es totalmente conservadora y vendepatria, ni siquiera con sus discursos extranjerizantes y modernizantes tienen la perspectiva o el proyecto de desarrollar el paĂs. Esta modernizaciĂłn que impulsan las fuerzas comunitarias del paĂs, no es parte del proyecto modernizador de un capitalismo decadente y en plena crisis civilizatoria, sino todo lo contrario, es la acciĂłn efectiva y transformadora, a travĂŠs de una transiciĂłn, de la movilizaciĂłn del sujeto histĂłrico que se hace cargo de su destino. La inclusiĂłn, la democratizaciĂłn de la riqueza y los derechos, la soberaQtD HQ ORV HVSDFLRV JHRJUiÂżFR SROtWLFR \ HFRQyPLFR VH LQVFULEHQ HQ XQ SUR\HFWR histĂłrico opuesto al capitalismo colonial. Este proyecto estĂĄ delineado en la nueva ConstituciĂłn PolĂtica. Con todas estas variaciones en la situaciĂłn, todas estas posibilidades, retos y taUHDV FRQ WRGDV HVWDV GLÂżFXOWDGHV VH QRV SUHVHQWD GHODQWH SURYRFDGRUD \ HQLJmĂĄtica, la historia. Para mirarla a los ojos, de entre muchos elegimos un hecho indiscutible del que podemos aferrarnos hoy mĂĄs que nunca: “ahora es nuestro tiempoâ€?, ahora es tiempo de las bolivianas y bolivianos.
9
Rosmery Mamani
10
Rosmery Mamani - “Habitante de la ciudad�
En la fase terminal los imperios, se vuelven mĂĄs agresivos y sumamente violentos
La crisis de Estados 1 Unidos Ante ese escenario de crisis econĂłmica en que vemos a Europa de rodilla y la creciente presencia internacional tan visible de China ÂżHacia dĂłnde giran los ojos de los norteamericanos? Hacia nosotros (AmĂŠrica Latina), hacia lo que dirĂa el Che Guevara apropiadamente: “La retaguardia estratĂŠgica de Estados Unidosâ€?.
Atilio BorĂłn
N
os encontramos, de manera general, en la lenta descomposiciĂłn del imperialismo norteamericanoâ€?, ĂŠste fue un argumento de la izquierda en AmĂŠrica Latina cuando este argumento tenĂa muy poca credibilidad. Pero ahora, ĂŠsta misma interpretaciĂłn la hacen los propios intelectuales GH OD GHUHFKD QRUWHDPHULFDQD TXH DĂ€UPDQ HQ cada momento, que Estados Unidos tendrĂĄ que convivir en un mundo menos manejable, e inclusive cuando uno examina los documentos del pentĂĄgono, ellos permanentemente describen escenarios mundiales y regionales de la siguiente manera: “el mundo que nos tocarĂĄ vivir en los prĂłximos 20 o 25 aĂąos no tendrĂĄ ninguna semejanza con el mundo que hemos conocido en los 50 aĂąos posteriores a la segunda guerra mundialâ€? –y agregan– “el poderĂo de los Estados Unidos
en materia polĂtica, econĂłmica, cultural y, por supuesto, militar, se tornarĂĄ irrealizable, debido a que ahora, aparecerĂĄn nuevos centros de poderĂo internacional, por ejemplo, China, mientras que los demĂĄs aliados de Washington actualPHQWH PH UHĂ€HUR D OD 8QLyQ (XURSHD WHQGUiQ una actitud oportunista para seguir apoyando a Estados Unidosâ€?. Por lo tanto, la conclusiĂłn que sacan es que: “tenemos que alistarnos para larJRV DxRV GH FRQĂ LFWRVÂľ \ SRU HVD UD]yQ HO IRUtalecimiento actual del poderĂo militar, pues es su Ăşnica polĂtica “sensataâ€?. Estas previsiones las hacen los autores que estĂĄn mezclados en el tanque de pensamiento mĂĄs importante de la derecha norteamericana que se llama Proyecto para el Nuevo Siglo Norteamericano (Project for the New $PHULFDQ &HQWXU\ R 31$& FRQ PD\RU R PHnor matiz, todos coinciden en que el futuro de
11
Atilio BorĂłn
12
las decisiones de los Estados Unidos toman ese camino. Entonces hay que entender que cuando W. Busch proclama La Doctrina de la Guerra InÀQLWD, una guerra interminable, es contra quien VHD H LGHQWLÀFDGR FRPR HQHPLJR /D GHFDGHQFLD del imperio no debiera inmovilizarnos a nosotros los latinoamericanos, a tener un pensamiento conformista y tranquilo porque hay algo que demostró la historia: es que en la fase terminal de los imperios, se vuelven mås agresivos y sumamente violentos. Entonces, la idea de que el imperio estå en una fase de decadencia no sigQLÀFD TXH QRV HVWDPRV DFHUFDQGR D ´XQ PXQGR PiV SDFLÀFR¾ VLQR WRGR OR FRQWUDULR TXH YDPRV a entrar a una fase mås salvaje.
Rasgos de la decadencia En primer lugar si analizamos la mirada econĂłmica, no hay que dudar de que los Estados Unidos, sigue siendo un poderĂo econĂłmico inmenso, pero ahora no tiene condiciones para ordenar la economĂa mundial, cosa que sĂ hizo en los 50 aĂąos posteriores de la II Guerra mundial. Porque no tiene el control de la red de poderes que le permite organizar las instituciones como: el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional o la OrganizaciĂłn Mundial del Comercio. Hoy en dĂa ya no puede ordenar esa red para sus beneĂ€FLRV HVWH HV XQ VLJQR GH GHELOLGDG $ HVWR VH VXPD VX GpĂ€FLW FUyQLFR HQ OD EDODQ]D FRPHUFLDO \ HO FUHFLPLHQWR LQFRQWHQLEOH GHO GpĂ€FLW Ă€VFDO ItMHQVH TXH HQ HO DxR HO SUHVLGHQWH 2EDPD
Es autor de varios libros de ciencia VRFLDO \ Ă€ORVRItD FRQ RULHQWDFLyQ marxista y con una apuesta polĂtica clara de compromiso con el socialismo para AmĂŠrica Latina. Actualmente es profesor de TeorĂa PolĂtica y Social, en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires desde 1986, investigador superior del CONICET y director del PLED (Programa Latinoamericano de EducaciĂłn a Distancia en Ciencias 6RFLDOHV 7DPELpQ KDFH DxRV HV Secretario Ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales &/$&62 GH D (Q le fue conferido el Premio de Ensayo Ezequiel MartĂnez Estrada de la Casa de las AmĂŠricas, instituciĂłn creada en el contexto del rĂŠgimen comunista de Fidel Castro, en La Habana , Cuba, por su libro Imperio & Imperialismo. En 2009 fue galardonado por la Unesco con el Premio Internacional JosĂŠ MartĂ por su contribuciĂłn a la unidad e integraciĂłn de los paĂses de AmĂŠrica Latina y el Caribe.
13
Rosmery Mamani “España”
tuvo que hacer toda clase de piruetas para lograr que el Congreso norteamericano le autorizara la elevaciĂłn del lĂmite de la deuda pĂşblica que es mĂĄs o menos el 98% de su PIB, es decir, que el tamaĂąo de su deuda es igual al tamaĂąo de todo lo que produce en un aĂąo siendo asĂ el mayor deudor del mundo. Contrariamente a lo que dice nuestra propia prensa local que: “LatinoamĂŠrica QR SDJDED OD GHXGD H[WHUQD D ODV HQWLGDGHV Ă€nancieras internacionalesâ€?, pero en realidad es que el conjunto de los paĂses del tercer mundo son responsables apenas del 10 % de la deuda mundial, luego vienen Europa y JapĂłn juntos FRQ HO \ HQ SULPHU OXJDU HVWi (VWDGRV 8QLdos que es el mayor deudor con mĂĄs del 50 %.
14
Es decir, nos encontramos ante un imperio que contrariamente a lo que ocurriĂł en el pasado, en otras historias de los imperios en donde estos centros imperiales eran los acreedores del planeta, por ejemplo el caso mĂĄs reciente y mĂĄs cercano es el de Inglaterra, con el papel de la ciudad de Londres en donde se hallaba el cenWUR Ă€QDQFLHUR SHUR (VWDGRV 8QLGRV HV HO FHQWUR del imperio que estĂĄ viviendo de prĂŠstamo, sus colocaciones de los bonos de tesoro se miden en cifras de billones de dĂłlares en los que los principales acreedores son China, Corea del Sur, Rusia y otros paĂses. AdemĂĄs para el colmo se convierte en el centro del estallido de la crisis econĂłmica mundial que arrancĂł el 2008 y nos acompaĂąarĂĄ por algunos cuantos aĂąos mĂĄs. Y no es una crisis de la que vamos a salir en poco tiempo, porque basta echarle una mirada comparativa a las crisis econĂłmicas generales del capitalismo anteULRUHV FRPR SRU HMHPSOR OD GH TXH Ă€QDOL]y FRQ OD ,, *XHUUD PXQGLDO HQ \ OD RWUD GHSUHsiĂłn comparable a la actual que fue 1873-1896, en cada una de estas dos etapas su duraciĂłn fue una dĂŠcada y de manera directa o de indirecta terminaron en guerras mundiales. Esto nos puede explicar la conciencia que tiene estas crisis y que puede terminar en una guerra mundial por el desorientado avance del proceso armamentĂstico de los Estados Unidos. Hace apenas 20 aĂąos, cuando ocurriĂł la caĂda de la URSS, el presupuesto militar de los Estados Unidos equivalĂa a la suma del gasto de los 12 paĂses que le seguĂan en presupuesto militar, en la actualidad el presupuesto militar es superior a la suma del presupuesto de todos los paĂses del planeta juntos, es decir en 20 aĂąos hubo un
crecimiento exponencial del presupuesto militar y esto responde a la percepciĂłn que tiene el imperio sobre su futuro: que se va a jugar su destino con las armas. Esta estrategia de expansiĂłn incontenible en gasto militar es lo que produce situaciones como las que estamos viviendo en el mundo, en las que el imperio pone su posiciĂłn a la fuerza en los paĂses por la importancia decisiva para el sostenimiento de los intereses del imperio. Por lo tanto, tenemos el cuadro de un imperio en decadencia debilitado econĂłmicamente y debilitado polĂticamente por el sistema de alianzas que no le garantiza el orden mundial el cual se aprovechĂł durante medio siglo, y pongo un ejemplo muy actual: Estados Unidos no puede revertir la insurgencia de los paĂses del norte de Ă frica, del mundo ĂĄrabe, lo que le pasĂł fue que perdiĂł a un aliado absolutamente crucial que era IrĂĄn, ya tenĂa un problema muy serio cuando hubo una revuelta popular en los 70`s que acaba con el rĂŠgimen aliado a ĂŠl de IrĂĄn pues el trĂpode se asentaba en Israel, Egipto e IrĂĄn, ese era el predominio de Estados Unidos en la regiĂłn mĂĄs rica del mundo en tĂŠrminos del petrĂłleo. Entonces se tuvo que realizar un equilibrio entre Egipto e Israel forzando una negociaciĂłn de paz entre ellos para seguir garantizando su presencia. Pero recientemente ya perdieron el apoyo de Egipto, se encuentran en debilidad en una ĂĄrea tan estratĂŠgica por los mismos sujetos econĂłmicos, polĂticos que han sido creados por ellos mismos, por ejemplo Alcaheda y el Fundamentalismo IslĂĄmico. Ellos se estĂĄn insubordinĂĄndose contra las monarquĂas retrogradas del golfo pĂŠrsico, entre ellas Arabia Saudita, que se mantiene gobernando a punta de metralleta contra una poblaciĂłn crecientemente hostil y crecientemente movilizada por el fundamentalismo islĂĄmico, por el motivo que el rĂŠgimen monĂĄrquico saudĂ concediĂł dos bases militares a Estados Unidos en tierra santa, pues en Arabia Saudita estĂĄ la Meca y Medina que son las dos grandes ciudades de peregrinaciĂłn. El suelo sacro para los fundamentalistas ha sido invadido por los occidentales. Entonces existe una situaciĂłn de retirada en medio oriente y de fracaso en Irak, despuĂŠs de 8 aĂąos de guerra, sus estimaciones de sacar por dĂa de 2 a 3 millones de barriles no pudieron ser realizadas, no logran sacar ni la quinta parte y ademĂĄs estĂĄn dejando un rĂŠgimen totalmente
anti norteamericano. Ante ese escenario de crisis econĂłmica en que vemos a Europa de rodillas y la creciente presencia internacional tan visible de China ÂżHacia dĂłnde giran los ojos de los norWHDPHULFDQRV" +DFLD QRVRWURV $PpULFD /DWLQD hacia lo que dirĂa el Che Guevara apropiadamente: “La retaguardia estratĂŠgica de Estados Unidosâ€?. En muchos casos las evidencias del miramiento del imperio hacia acĂĄ es escondido por la prensa local, en muchas ocasiones salen entrevistas al aire en las que ĂŠstos medios entrevistan a algĂşn funcionario norteamericano diciendo en un libreto reiterativo: “AmĂŠrica Latina no es importante, porque AmĂŠrica latina ocupa un lugar muy inferior en la escala de prioridades de Estados Unidosâ€?. Esa es una estrategia tradicional que adoptado El Departamento de Estado en Casa Blanca que consiste en disminuir, en menospreciar la importancia estratĂŠgica fundamental que tiene AmĂŠrica Latina para Estados Unidos, a modo de facilitar las negociaciones o algĂşn acuerdo. /D *XHUUD ,QĂ€QLWD QR HV OD JXHUUD FRQWUD XQ paĂs, sino, mĂĄs bien, es una guerra contra los pueblos que luchan por su emancipaciĂłn; ellos lo que quieren, como lo dice Chomsky2, es la guerra por el control excluyente del acceso de los recursos que permiten sostener la supremacĂa norteamericana y el modo americano de vida, ellos van a establecer una base ideolĂłgica para apoderarse de nuestros recursos.
Acuerdos peligrosos de Estados Unidos con AmĂŠrica Latina Sobre el tema de los convenios con Estados Unidos, se puede decir que el ALCA fracasĂł en su totalidad, pero el imperio recurriĂł al second best FRPR HOORV GLFHQ OD PHMRU VHJXQGD RSFLyQ HV decir, no es la mejor opciĂłn en te caso el ALCA, sino es la segunda mejor opciĂłn que fue el TLC para los paĂses como MĂŠxico. Relacionado con este tema he escuchado a algunos analistas decir que: “existe continuidad en algunas polĂticas neoliberales los gobiernos de izquierdaâ€?, en principio yo no suscribirĂa esa tesis en que hay un continuismo entre SĂĄnchez de Lozada y Evo, ha existido cambios muy grandes pero hay tambiĂŠn elementos permanentes que no se cambian R QR VH UHJXODQ IiFLOPHQWH DO Ă€Q \ DO FDER VH HVWi luchando contra un imperio y los cambios que se
hagan en materia social son golpes a la persistencia de ĂŠste.
Sobre desarrollo y naturaleza &UHR TXH HQ HO FRQĂ LFWR GHO 7,31,6 QR WHQJR WRGD la informaciĂłn del asunto, no conozco los detalles, pero les cuento lo que una vez hizo Fidel Castro en una situaciĂłn parecida. En el momento en que se desplomaba la URSS y en Cuba no habĂa un pedazo de pan se armĂł una tremenda movilizaciĂłn que ocupo las calles. Fidel decidio ir hablar personalmente con la gente y ordena a su seguridad replegarse, lo que sucediĂł fue que Fidel se quedo hablando mĂĄs de 3 horas con la gente explicando lo que estaban haciendo para solucionar el problema, aquello que podrĂa haber terminado en un desastre se calmo totalmente y el rĂŠgimen cubano siguiĂł funcionando con el empuje de la gente en momentos muy difĂciles3. $KRUD KD\ FRQĂ LFWRV GH YDORUHV TXH D YHFHV VRQ insolubles, por ejemplo en MĂŠxico en una experiencia zapatista que tuve, uno de los grandes debates era la preservaciĂłn de la selva Lacandona en Chiapas, las posturas variaban mucho pero una de las caracterĂsticas fue que variaban en funciĂłn al gĂŠnero. Los hombres decĂan que: “Hay que preservar la intangibilidad de la selvaâ€? pero las comandantas alegaban que: “Cuando los chicos se enferman se nos mueren porque es imposible salir de la selva para darles atenciĂłn mĂŠdica, entonces nosotras creemos que se puede tener una carretera respetando a Lacandonaâ€?. Se abriĂł un gran debate entre comandantes y comandantas, en donde las posiciones de las mujeres eran por la preservaciĂłn de la vida de los niĂąos, lo que sucede es que estos problemas son muy difĂciles, ya que se puede estar a favor de los dos valores. Por un lado estoy a favor de no atacar a la naturaleza porque nosotros somos parte de la naturaleza y es como atacarnos a nosotros mismos, pero resulta que para que nosotros sigamos siendo seres de la naturaleza de repente hay que hacer algunas actividades que deforman a la naturaleza, entonces creo que lo importante en este debate es intentar no hacerlo de un modo capitalista, por ejemplo en la minerĂa de cielo abierto en Argentina que separa el oro de los escombros usando cianuro ÂżEs inevitable usar el cianuro que contamina bastante? No es asĂ, solo que es mĂĄs redituable para las empresas
15
porque ya se utilizan otros medios para evitar utilizar cianuro, pero claro que el tratamiento es mĂĄs costoso y el resultado es la disminuciĂłn de la tasa de ganancia de las empresas mineras. AhĂ viene el tema de la correlaciĂłn de fuerzas, es un tema muy complicado y acudo a una distinciĂłn marxista que una cosa muy distinta es el gobierno y otra cosa muy distinta es el poder, a YHFHV OD H[SHULHQFLD GHO JRELHUQR QR VLJQLĂ€FD OD construcciĂłn de una relaciĂłn de poder que pueda avanzar con un programa fuerte. Por lo tanto los nuevos gobiernos populares tienen que canalizar la insurgencia social que existe actualmente a logrado iniciar un nuevo ciclo de protestas fuertes en Colombia, MĂŠxico, PerĂş y en Chile y si ustedes miran el itinerario histĂłrico estas protestas comenzaron mĂĄs o menos hace dos aĂąo porque se dieron despuĂŠs de la gran derrota del imperialismo en mar del plata con el ALCA en el KXER XQ UHĂ XMR HQ ORV PRYLPLHQWRV VRFLDOHV y ahora como en Colombia que hay una movilizaciĂłn inĂŠdita en su historia, como tambiĂŠn es la movilizaciĂłn de los estudiantes chilenos.
16
El capitalismo en China El Ăşltimo tema que quisiera tocar es el papel de China, que yo a veces observo en compaĂąeros de izquierda que tienen unos diagnĂłsticos muy acelerados sobre el capitalismo tajantemente en China, evidentemente existe mucho capitalismo, pero tengo muchas dudas para decir que es una economĂa totalmente capitalista y doy 2 datos importantĂsimo: La primera diferencia, la relaciĂłn entre las empresas y El Estado en China es totalmente diferente a los paĂses de capitalismo avanzado, como en Estados Unidos o como en Europa, en donde las empresas son las que deciden el obrar a la larga de Obama o de Sarkozy. En China el que decide es el partido mediante la asamblea popular del pueblo Chino y esto no es una diferencia menor sino fundamental. La segunda diferencia de China con Estados Unidos y Europa en donde la pobreza crece cada aĂąo, es que los chinos sacaron de la pobreza a 500 millones de personas, entonces decir que es lo mismo que los otros capitalismos es muy indignante.
La tercera diferencia es que el rĂŠgimen tributario Chino es sumamente pensado para las grandes empresas, es un rĂŠgimen muy progresivo que ha SHUPLWLGR Ă€QDQFLDU HO SURJUDPD TXH KD SRGLGR sacar de la pobreza a la gran cantidad de su poblaciĂłn Y por Ăşltimo, si en China existen empresas extranjeras estas no pueden comprar la tierra y sumado a estos reglamentos e instrucciones en caso que los pobladores cercanos quieran utilizar la tierra para otra actividad productiva. El poder polĂtico es tan grande que las empresas tienen que aceptar las disposiciones de los pobladores chinos porque estĂĄn tratando con el Estado mĂĄs poderoso del planeta por lo menos en lo polĂtico. La economĂa China anda actualmente en una expansiĂłn econĂłmica sin lugar a dudas, entonces es razonable que quiera buscar recursos naturales en el mundo, en este caso en Latinoamerica, ojo que es muy diferente negociar tratados con ellos que con los Estados Unidos. Y alguna vez en media expansiĂłn China a la UniĂłn Europea se le ocurriĂł preguntar si es que &KLQD WHQtD HO FXHUSR VXĂ€FLHQWH SDUD HQWUDU DO FRmercio internacional, a lo que respondiĂł uno de los polĂticos chinos que: “Si estamos comerciando hace mĂĄs de 5000 aĂąos Âżusted cree que vamos a dejar de comerciar en este momento?â€?
1 Seminario debate organizado por la Vicepresidencia, realizado en La Paz-Bolivia el 17 de diciembre del 2011 en el auditorio Siglo XXI del MUSEF. $YUDP 1RDP &KRPVN\ 1DFLy HQ )LODGHOĂ€D (VWDGRV 8QLGRV GH GLFLHPEUH GH HV XQ OLQJ LVWD Ă€OyVRIR \ DFWLYLVWD HVWDGRXQLGHQVH (V SURIHVRU HPpULWR GH /LQJ tVWLFD HQ HO 0,7 ,QVWLWXWR 7HFQROyJLFR GH 0DVVDFKXVHWWV \ XQD GH ODV Ă€JXUDV PiV GHVWDFDGDV GH OD OLQJ tVWLFD GHO VLJOR ;; JUDFLDV D VXV WUDEDMRV HQ WHRUtD OLQJ tVWLFD \ FLHQcia cognitiva. Es, asimismo, reconocido por su activismo polĂtico, caracterizado por una fuerte crĂtica del capitalismo contemporĂĄneo y de la polĂtica exterior de los Estados Unidos. Ha sido seĂąalado por el New York Times como “el mĂĄs importante de los pensadores contemporĂĄneosâ€? 3 Atilio BorĂłn no poseĂa la informaciĂłn de que el 21 de octubre del 2011el Presidente Evo Morales saliĂł a la plaza Murillo con un megĂĄfono a saludar a los marchistas de la 8va Marcha diciendo: “Vengo a saludarles con mucho cariĂąo hermanos y hermanasâ€?. Por otra parte, siempre hubo XQ GLiORJR Ă XLGR GHO 3UHVLGHQWH 0RUDOHV FRQ OD PD\RU proporciĂłn de Corregidores del Tipnis. DespuĂŠs se conoFLy TXH OD GLULJHQFLD GH OD QD 0DUFKD Ă€UPy DFXHUGRV FRQ la gobernaciĂłn de Santa Cruz quienes protagonizaron un intento de golpe de estado al presidente Morales.
Nueve Tesis
El capitalismo y la 1 comunidad universal “…para preservar sus estructuras comunitarias tienen que luchar por un comunitarismo ampliado y universalizante, lo que las lleva a convertirse en una fuerza productiva de la comunidad universal, del socialismo y del comunismo”.
Álvaro García Linera
Primera tesis. El capitalismo de fines del siglo XX como medida geopolítica planetaria absoluta Inicialmente, en el siglo XIX, el mercado capitaOLVWD VH PXQGLDOL]y ²WDO FRPR UHÁH[LRQy 0DU[ HQ 1850– gracias a la apertura de la ruta comercial California-China. En el siglo XX, después de la caída del muro de Berlín, el circuito de la econoPtD ÀQDQFLHUD WDPELpQ DGTXLULy XQD LUUDGLDFLyQ planetaria. Pero lo que es más importante, ya en el siglo XXI, la propia producción, el propio proceso de trabajo inmediato capitalista, predomina en todos los países del globo y el mismo
mundo ha devenido en un gigante taller de trabajo planetario, en donde se elaboran cada uno GH ORV SURGXFWRV TXH FRQVXPLPRV (VWR VLJQLÀFD que hoy ya no existen más mercancías “made in Estados Unidos” o “made in China” exclusivamente, sino “made in world”, “fabricadas en el mundo”.
Segunda tesis. La acumulación primitiva perpetua Esta acelerada mundialización de la producción ha dado lugar a la subsunción formal, externa, de los procesos de trabajo agrarios comunales, no
17
Ă lvaro GarcĂa Linera MatemĂĄtico. Docente investigador GH OD &DUUHUD GH 6RFLRORJtD 806$ actualmente es Vicepresidente del Estado Plurinacional y Presidente de la Asamblea Legislativa Plurinacional. Autor de De demonios escondidos y momentos de revoluciĂłn ReproletarizaciĂłn La condiciĂłn obrera La potencia Plebeya. AcciĂłn colectiva e identidades indĂgenas, obreras y populares en Bolivia Forma Valor y forma comunidad Tensiones Creativas de la RevoluciĂłn GeopolĂtica de la Amazonia
18 capitalistas o pre-capitalistas, bajo el mando de la acumulaciĂłn capitalista que se ha reproducido de manera continua –como un tipo de acumulaciĂłn primitiva perpetua–, empujando de forma explosiva a las naciones y clases indĂgenas de Ă frica, AmĂŠrica Latina y Asia, a ser forzosamente naciones, clases y saberes en el capitalismo, aunque no sean naciones, clases y saberes del capitalismo. El indianismo polĂtico estatal en Bolivia, el indianismo resistente en MĂŠxico o en Brasil y las luchas campesinas e indĂgenas en otras partes del mundo, son una visibilizaciĂłn activa de este pilar y contradicciĂłn de la nueva etapa del capitalismo.
Rosmery Mamani “Identidades”
Tercera tesis. La apropiación capitalista de una fuerza productiva comunitaria universal: el conocimiento Simultáneamente a la subordinación de la sociedad planetaria al capital, estamos asistiendo a la subsunción real del conocimiento humano mundial, de las capacidades cognitivas o fuerzas intelectivas, a la propia producción del capital. La producción moderna se sostiene cada vez más en la ciencia aplicada al procesamiento de materias primas, pero además las propias ciencias como la física, las matemáticas, la biotecnología, la ingeniería de sistemas, etc., son en sí mismas industrias de punta que generan incluso más valor agregado que la extracción de materias primas o los servicios. (VR VLJQLÀFD TXH HO FDSLWDOLVPR VH KD DSRGHUDGR de una fuerza productiva ilimitada: el conocimiento humano, y al hacerlo ha hecho emerger dos contradicciones fundamentales. La primera, que al estar subsumiendo una capacidad humana de fundamento comunitario-universal –pues
la ciencia ya no es el producto de genios individuales sino cada vez más un producto colectivo universal–, a la larga se está socavando la base de la apropiación privada capitalista que se hace de esta fuerza productiva comunitaria. Y la segunda, que se crea y se escinde a la clase obrera mundial: una vinculada más a las ciencias, al conocimiento y la tecnología en las metrópolis del mundo capitalista, y la otra ligada más al esfuerzo rutinario y a la asociatividad en las extremidades del cuerpo capitalista planetario. Estamos pues, entonces, ante el surgimiento de una nueva condición obrera planetaria expandida en todo el mundo, difusa y distinta a la que dio lugar al Estado de bienestar, la vida sindical y los partidos del siglo XX.
Cuarta tesis. La subsunción real del sistema integral de la vida natural del planeta al capital La subordinación técnica de la ciencia a la ganancia ha desatado una subsunción formal y de manera creciente una subsunción real de los pro-
19
Rosmery Mamani “Identidades�
20
cesos metabĂłlicos de la naturaleza a la acumuODFLyQ FDSLWDOLVWD /D ELRWHFQRORJtD TXH PRGLĂ€FD los cĂłdigos y la arquitectura de la vida a nivel micro, la devastaciĂłn capitalista de los bosques y rĂos, la desenfrenada explotaciĂłn de los minerales, hidrocarburos, aguas subterrĂĄneas y la extinciĂłn de miles de especies naturales por obra del ser humano, estĂĄn transformando irreversiblemente el sistema integral de la vida natural del planeta, poniendo en riesgo la existencia de la vida misma, de la naturaleza y del ser humano FRPR SDUWH GH OD SURSLD QDWXUDOH]D (VWR GD OXgar a una paradoja histĂłrica: la propia expansiĂłn ilimitada del capitalismo lo estĂĄ convirtiendo en naturalmente imposible a futuro porque no existe naturaleza ni materias primas capaces de sostener la producciĂłn de todos los productos que hoy vemos en los escaparates para las personas de todo el mundo.
Quinta tesis. Fuerzas productivas que devienen en destructivas de la naturaleza y el hombre
Dentro del modo de desarrollo capitalista, las fuerzas productivas de la sociedad no sólo son cada vez mås unilaterales y contradictorias –usando los conceptos de Lenin–, sino que tambiÊn estån deviniendo cada vez mås en fuerzas destructivas de la propia humanidad. Cuando hablamos de fuerzas productivas nos HVWDPRV UHÀULHQGR D OD WHFQRORJtD R ODV IXHU]DV productivas objetivas, las fuerzas productivas intelectivas como la ciencia, las fuerzas productivas asociativas, las fuerzas productivas subjetivas FRPR OD SDVLyQ HO GHVHR ODV IXHU]DV SURGXFWLYDV simbólicas (como el lenguaje, la festividad comuQDO \ HQ JHQHUDO D WRGDV ODV DFFLRQHV TXH GDQ OXgar a la producción de nueva riqueza social. En la actualidad, el capitalismo mundial estå priorizando las fuerzas productivas tÊcnicas y las intelectuales, en detrimento de las asociativas, subjetivas y simbólicas; pero ademås, de una manera contradictoria, es decir, priorizando fuerzas productivas tÊcnicas que para generar JDQDQFLD OD ~QLFD ÀQDOLGDG GHO FDSLWDOLVWD SURducen consecuencias nocivas para la vida huma-
na y destructivas del sistema metabĂłlico de la naturaleza.
Sexta tesis. Nuevos ejes movilizadores de las clases en antagonismo revolucionario La constituciĂłn de las luchas de las clases sociales, tanto del capitalismo como en el capitalismo del siglo XXI, ha de estar determinada por tres fuentes de antagonismos planetarios: La acumulaciĂłn primitiva permanente, que en distintos lugares del mundo estĂĄ dando lugar a la emergencia de luchas indĂgenas y agrarias que buscan resistir la expoliaciĂłn capitalista de su organizaciĂłn tradicional de vida, colocando a sus naciones frente a la situaciĂłn de que para preservar sus estructuras comunitarias tienen que luchar por un comunitarismo ampliado y universalizante, lo que las lleva a convertirse en una fuerza productiva de la comunidad universal, del socialismo y del comunismo. La subsunciĂłn tĂŠcnica del metabolismo de la naturaleza a la acumulaciĂłn capitalista y la inminencia de una catĂĄstrofe medioambiental, que convierte a las luchas por la defensa de la Madre Tierra –un bien comĂşn de todos los seres vivos–, en luchas comunes a todos los seres humanos, es decir, en fuerza productiva del socialismo y del comunismo. Y la condiciĂłn obrera, resultante de la subsunciĂłn mundial de la ciencia a la ganancia empresarial, que estĂĄ dando lugar a clases obreras mĂĄs fragmentadas regionalmente, mĂĄs difusas socialmente, pero tambiĂŠn mĂĄs expandidas, lo que las convierte en la Ăşnica fuerza productiva verdaderamente global capaz de cimentar con sus luchas un nuevo modo social de producciĂłn post-capitalista, que obligatoriamente tendrĂĄ que ser planetario pues ĂŠsa es la base territorial del capitalismo que se busca superar. De esta manera, es posible advertir que los ejes movilizadores de las clases en antagonismo revolucionario tienden a estar vinculados a las temĂĄticas de: el control y uso del excedente econĂłmico (salario, seguridad social, salud, HGXFDFLyQ OD GHIHQVD R DPSOLDFLyQ GH ODV QHFHVLGDGHV YLWDOHV DJXD WLHUUD OD SUHVHUYDFLyQ GH los recursos comunes estatales y no estatales, la
preservaciĂłn de las identidades nacionales indĂgenas y la defensa de la Madre Tierra y de la ecologĂa.
SĂŠptima tesis. Nuevas formas de movilizaciĂłn de las clases sociales subalternas Estamos asistiendo a una mutaciĂłn de los sistemas de movilizaciĂłn clasistas de los sectores subalternos. La forma sindicato, anclada en el centro de trabajo, tiende a ser complementada o sustituida por otras dos formas de acciĂłn colectiva: la forma comunidad, en el caso de las sociedades con amplia base agraria comunitaria, y la forma multitud. La forma comunidad es el modo polĂtico en el que la propiedad comĂşn de la tierra y la cultura organizativa indĂgena se movilizan como autodeterminaciĂłn. La forma multitud es XQD PDQHUD Ă H[LEOH GH DUWLFXODFLyQ GH YDULDV clases sociales donde el nĂşcleo dirigente no estĂĄ establecido de antemano, sino es contingente y depende del curso de la propia movilizaciĂłn.
Octava tesis. La lucha por el poder del Estado como forma de emancipaciĂłn La emancipaciĂłn de las clases subalternas de y en el capitalismo pasa necesariamente por la lucha por el poder del Estado. El Estado tiene FRPR Ă€QDOLGDG KLVWyULFD PRQRSROL]DU H LPSRQHU el sentido comĂşn de lo que es comĂşn a toda una sociedad, el sentido de lo universal que es propio de una comunidad existente. El Estado monopoliza la materia y la creencia de casi todo aquello que hace vivir a una sociedad como parte integrante de una comunidad territorial con un destino compartido. Y hasta hoy, la administraciĂłn de esa materialidad y de esas creencias ha estado dirigida u organizada desde el punto de vista y desde los intereses de las clases capitalistas. HabrĂĄ algĂşn momento en que lo comĂşn y lo universal de la sociedad vendrĂĄ, directamente y sin mediaciĂłn, de la propia actividad laboral de las personas que trabajan con medios universales. Sin embargo, los movimientos sociales, clases obreras, naciones indĂgenas, intelectuales, activistas, sindicatos, no pueden renunciar ahora a la batalla de ser ellos los que conduzcan y articulen el sentido de lo universal, el sentido de comunidad polĂtica de un paĂs.
21
Esa voluntad material de administrar y conducir lo comĂşn, lo universal de una sociedad, es la lucha por el poder del Estado que consiste, sobre todo, en un asunto de hegemonĂa en el sentido gramsciano, es decir, se trata de una construcciĂłn polĂtico-cultural y no de una simple ocupaciĂłn del poder estatal por la clase capitalista.
Novena tesis. La potencialidad del devenir de las fuerzas comunitarias tĂŠcnicas y organizativas en un comunitarismo planetario
moral de las naciones y clases subalternas, pero únicamente como potencia, tendencia y posibilidad material. Para que esa potencia devenga en insurgencia social se requiere un largo y sistemåtico activismo molecular con voluntad de poder, capaz de tejer voluntades crecientes y materialmente sustentadas de luchas por el poder, SULPHUR QDFLRQDOHV OXHJR FRQWLQHQWDOHV \ ÀQDOmente planetarias, para que gatillen el cúmulo de fuerzas comunitarias constreùidas y ahogaGDV SRU HO FDSLWDOLVPR $O ÀQDO OD FRPXQLGDG real serå universal o no serå nada.
DetrĂĄs del resquebrajado poderĂo de un capitalismo planetario triunfante estĂĄ el poderĂo latente de un comunitarismo tĂŠcnico, organizativo y
1 Vicepresidente del Estado Plurinacional Ă lvaro GarcĂa /LQHUD 3UHVHQWDFLyQ VREUH WHPDV Ă€ORVyĂ€FRV \ SROtWLFRV HQ el Foro de izquierda de Nueva York.
22
Tierra sin mal “Manos�
Gabriel Vargas Lozano Es profesor e investigador del Departamento de FilosofĂa de la Universidad AutĂłnoma Metropolitana (UAM-Unidad ,]WDSDODSD \ SURIHVRU GHĂ€QLWLYR de la cĂĄtedra de FilosofĂa de la Historia en la Facultad de FilosofĂa y Letras de la Universidad $XWyQRPD GH 0p[LFR 81$0 Fundador y director de la prestigiada revista DialĂŠctica de la BUAP. Miembro del ComitĂŠ &LHQWtĂ€FR GH +LVWRULFK .ULWLVFKHV wĂśrterbuch des marxismus con sede en BerlĂn, Alemania. Miembro de consejos editoriales de revistas nacionales (Plural, CrĂtica, 0HPRULD H LQWHUQDFLRQDOHV FRPR Revista Internacional de FilosofĂa 3ROtWLFD (VSDxD 0p[LFR 5HYLVWD GH +LVSDQLVPR )LORVyĂ€FD (VSDxD \ 8WRStDV 9HQH]XHOD )XH MXUDGR del concurso literario ÂŤPremio Casa de las AmĂŠricasâ€? (La Habana, &XED
Gabriel Vargas Lozano
E
n primer lugar, a la forma en que se fue conociendo su obra: primero aparece como economista y polĂtico; luego, con la publicaciĂłn, en los aĂąos treinta del siglo pasado de los Manuscritos econĂłmico- filosĂłficos de 1844 FRPR XQ LPSRUWDQWH Ă€OyVRIR luego, al conocerse los escritos preparatorios para El Capital (los llamados Grundrisse HQ OD GpFDGD GH ORV VHVHQWD VH PRGLĂ€Fy OD SHUFHSFLyQ GH RWURV DVSHFWRV GH VX WHRUtD \ Ă€QDOPHQWH KDVWD que en los Ăşltimos aĂąos se ha empezado a publicar la obra completa conocida como los MEGA 0DU[ (QJHOV *HVDPWDXVJDEH VH WHQGUi XQD imagen mĂĄs precisa de sus planteamientos. Por cierto, considero que emerge una nueva forma de entender su obra, a la que nos referiremos mĂĄs adelante. En segundo lugar, la obra de Marx y Engels fue distorsionada por sus enemigos para poder atacarla mĂĄs fĂĄcilmente y por quienes se decĂan sus seguidores, como ocurriĂł con la interpretaciĂłn stalinista.
23
La lectura e interpretaciĂłn del pensamiento de Marx ha estado sujeta a diversas vicisitudes
Karl Marx ÂżcĂłmo leer a un clĂĄsico desde 1 nuestro tiempo?
24
La obra de Marx, justamente por su carĂĄcter inacabado y no doctrinario, suscitĂł en este siglo y medio, una serie de polĂŠmicas en todos los ĂĄmbitos y entre sus seguidores o sus enemigos. Con frecuencia estas polĂŠmicas han tendido una espesa y obscura nube, de tal forma que muchas veces se ha perdido el sentido original de sus planteamientos.
En tercer lugar, la obra de Marx tratĂł de ser enterrada, a partir del derrumbe del llamado “socialismo realmente existenteâ€? ya que se le juzgĂł como causante del desarrollo de un tipo de VRFLHGDG EXURFUiWLFD TXH Ă€QDOPHQWH HUD DMHQD D sus planteamientos, a pesar de que se hubieran hecho en su nombre2. El derrumbe del llamado “socialismo realmente existenteâ€? en Europa del Este y la URSS fue, como se sabe, un impresionante golpe psicolĂłgico, ideolĂłgico y polĂtico que produjo tal confu-
siĂłn que llevĂł a muchos que se autodenominaban PDU[LVWDV D OD SDUiOLVLV OD GHFHSFLyQ R Ă€QDOPHQte, el abandono de dicha concepciĂłn. Recuerdo que muchos perdieron la brĂşjula y ya no sabĂan dĂłnde estaba la izquierda o la derecha3. Muchos de estos ex-marxistas aceptaron, sin mayor anĂĄlisis, lo absurdo: TXH HQ HO SHQVDPLHQWR GH 0DU[ VH HQFRQWUDED HQ JHUPHQ HO JXODJ FRPR GHFtDQ ORV ´QXHYRV Ă€lĂłsofosâ€? que vinieron a MĂŠxico traĂdos por Tele-
visa y que cuando se presentaron en la UNAM, no pudieron exponer sus ideas por el rechazo estudiantil ;
mencionĂł que la meta era el socialismo aunque despuĂŠs desapareciĂł el tĂŠrmino y cobrĂł auge el de autonomĂa.
TXH HO SHQVDPLHQWR GH 0DU[ HUD HFRQRPLFLVWD determinista, teolĂłgico y totalitario. Posiciones completamente falsas para el que quiera hacer un anĂĄlisis serio de sus textos5;
Hoy nos encontramos en plena crisis de las polĂticas neoliberales ya que en lugar de permitir un paso adelante en las condiciones econĂłmicas y sociales de la poblaciĂłn ha provocado una brutal concentraciĂłn de la riqueza en el ĂĄmbito global y nacional. Y puesto que el marxismo ha abogado por una interrelaciĂłn entre teorĂa y praxis, el problema entonces es doble: por un lado, ÂżcĂłmo recuperar el potencial teĂłrico-crĂtico de Marx y de un marxismo creador? Y por otro, ÂżcĂłmo puede incidir el legado de Marx y del marxismo en los actuales movimientos sociales por una alternativa al capitalismo? DarĂŠ una respuesta rĂĄpida: recuperando el sentido autĂŠntico de la obra de Marx; las aportaciones de un marxismo crĂtico y profundizando en el anĂĄlisis de los nuevos problemas que han aparecido en la sociedad y que HO PDU[LVPR QR GHVDUUROOy VXĂ€FLHQWHPHQWH 8QD pequeĂąa historia: las vicisitudes de la ediciĂłn de la obra de Marx y Engels. Empecemos entonces con una pequeĂąa historia. La historia de las vicisitudes de la ediciĂłn y conocimiento de la obra de Marx y Engels.
TXH HO ´VRFLDOLVPR UHDOPHQWH H[LVWHQWHÂľ HUD HO tipo de sociedad que se derivaba del pensamienWR GH 0DU[ \ Ă€QDOPHQWH TXH HO GHUUXPEH GHO OODPDGR VRFLDOLVPR UHDO VLJQLĂ€FDED TXH QR KDEtD otra alternativa al capitalismo y que la Ăşnica salida era la democracia, como si este concepto fuera unĂvoco6. El derrumbe del llamado “socialismo realâ€? y las LQWHUSUHWDFLRQHV GH ´HO Ă€Q GH OD KLVWRULDÂľ SHUPLtieron al neoliberalismo, en su dimensiĂłn internacional y nacional, barrer del campo ideolĂłgico al marxismo que junto al nacionalismo se opoQtDQ \ VH RSRQHQ D VXV DIDQHV SULYDWL]DGRUHV Lo que ocurriĂł, al paso del tiempo, es que al asentarse el polvo del “derrumbe del Muro de BerlĂnâ€? se descubriĂł que, como decĂa el escritor Augusto Monterroso en el cuento mĂĄs corto del mundo: “cuando despertĂł, el dinosaurio todavĂa se encontraba allĂâ€?. Es decir, todo lo que habĂa analizado Marx en sus textos y criticado: la abismal diferencia entre ricos y pobres; la desigualdad; la enajenaciĂłn; la explotaciĂłn pero elevados a un nivel insospechado para el autor de El Capital, seguĂa allĂ avanzando en forma incontenible. Lo que se habĂa derrumbado era, en realidad, una vĂa no capitalista y autoritaria hacia la industrializaciĂłn revestida de algunos aspectos procedentes del socialismo. La esperanza que alentaron muchos marxistas revolucionarios era que pudiera presentarse en aquellos paĂses, un proceso de reforma que los recondujera a un autĂŠntico socialismo. Por cierto, los mejores anĂĄlisis crĂticos de aquellas sociedades se encontraban justamente dentro del campo marxista empezando con los estudios de ClaudĂn, SacristĂĄn, Bettelheim, Schaff, Marcuse, Bahro, SĂĄnchez VĂĄzquez, Enrique Semo y muchos otros. En MĂŠxico, el neoliberalismo tuvo una primera respuesta de alcances mundiales mediante la reEHOLyQ QHR ]DSDWLVWD GH HQ &KLDSDV VLQ HPbargo, en las proclamas, del EZLN o en los textos del sub-comandante Marcos, tampoco apareciĂł el marxismo y solo en su primera declaraciĂłn, se
ÂżQuĂŠ ocurriĂł con su obra? A su muerte en 1883, Marx lega su obra a su entraĂąable amigo Federico Engels. Como se sabe, Engels busca complementar y ampliar las concepciones de Marx. Los estudios que se han hecho, como los de Alfred Schmidt y otros investigadores demuestran que Marx se concentrĂł en el campo histĂłrico7, sin embargo, Engels busca UHĂ H[LRQDU VREUH RWURV DVSHFWRV FRPR OD IRUma en que habĂan recibido la obra de Hegel y los hegelianos en Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofĂa clĂĄsica alemana; sobre la diferenFLD HQWUH HO VRFLDOLVPR XWySLFR \ HO FLHQWtĂ€FR HQ Del socialismo utĂłpico al socialismo cientĂfico y sobre la concepciĂłn integral del materialismo en El Anti-DĂźhring. Como se sabe, Engels, prosigue el trabajo de ediciĂłn de las obras de Marx, al publicar el Tomo II de El Capital en 1885 y el 7RPR ,,, HQ 6HJ~Q VH VDEH (QJHOV WXYR HQ la ediciĂłn de estos dos volĂşmenes, cerca de 5000 intervenciones. Engels tambiĂŠn busca extender el programa del materialismo histĂłrico a las ciencias naturales
25
26 Rosmery Mamani “Mirada al pasado�
y es por ello que escribe una serie de materiales que al publicarse en forma pĂłstuma se les llamĂł: DialĂŠctica de la naturaleza. Como saEHPRV HVWH WH[WR IXH SUHVHQWDGR FRPR GHĂ€QLtivo cuando era sĂłlo tentativo. A su muerte, en (QJHOV OHJD D $XJXVWR %HEHO \ (GZDUG %HUQVWHLQ VX REUD TXH VH conserva en el SPD (Partido social-demĂłcrata DOHPiQ )UDQ] 0HKULQJ SXEOLFD DOJXQRV Escritos InĂŠditos de Marx y Engels entre 1841 y 1850. No hay que olvidar que Engels le escribe D 0HKULQJ HO GH MXOLR GH DPSOLDQGR HQ forma compleja el papel de las ideas y haciĂŠndose una autocrĂtica, Engels le dice:
“Falta, ademĂĄs, un solo punto, en el que, por lo general, ni Marx ni yo hemos hecho bastante hincapiĂŠ en nuestros escritos, por lo que la culpa nos corresponde a todos por igual. En lo que nosotros mĂĄs insistĂamos –y no podĂamos por menos de hacerlo asĂ– era en derivar de los hechos econĂłmicos bĂĄsicos las ideas polĂticas, jurĂdicas, etc., y los actos condicionados por ellas. Y al proceder de esta manera, el contenido nos hacĂa olvidar la forma, es decir, el proceso de gĂŠnesis de estas ideas, etc. Con ello proporcionamos a nuestros adversarios un buen pretexto para sus errores y tergiversacionesâ€?8.
En 1906, F.A. Sorge, quien fuera dirigente de la Internacional, publica la correspondencia entre Marx y Engels. Mientras que Karl Kautsky SXEOLFD HQWUH \ Historia crĂtica de las teorĂas de la plusvalĂa. Bebel y Bernstein publican la Correspondencia de los clĂĄsicos HQ YRO~PHQHV HQ $TXt TXLVLHUD mencionar que Bernstein formĂł parte del movimiento revisionista sobre todo en su libro de 1899. Los prerequisitos del socialismo y las tareas de la socialdemocracia al que se opone Rosa Luxemburgo en su obra ÂżReforma o revoluciĂłn? de 1900. De igual manera, Kautsky se opone a la construcciĂłn del socialismo en Rusia a travĂŠs de su obra, La dictadura del proletariado que fue rechazada por Lenin en La dictadura del proletariado y el renegado Kautsky. Una lectura actual de esas obras puede ser interesante en el presente para el debate sobre el cambio histĂłrico y el papel de la democracia9.
ÂżQuĂŠ es lo que se quiere decir aquĂ? Que ya desde un inicio, la obra de Marx y Engels, por la forma en que fue escrita, dio origen a una serie de malinterpretaciones y por otro lado, que ĂŠstas estuvieron condicionadas desde el punto de vista polĂtico e ideolĂłgico por los problemas que surgieron en el plano prĂĄctico. A raĂz del triunfo de la RevoluciĂłn rusa, en 1921, el gran revolucioQDULR \ Ă€OyORJR 'DYLG 5LD]DQRY 'DYLG =LPNKH =HOPDQ %HURY *ROGHQEDFK IXQGD HO “Instituto Marx-Engelsâ€? en MoscĂş y emprende la importante tarea de publicar la primera MEGA: Marx, Engels, Gesamtausgabe. 5LD]DQRY IXH XQD Ă€JXUD IXHUD GH VHULH 8QD H[SRVLFLyQ GH VX YLGD OD HQFRQWUDPRV HQ Ă LHJHFRMRQHUD EORJVSRW FRP HQ GRQGH VH GD OD QRWLFLD de como Riazanov, quien participa en la RevoluciĂłn rusa; tiene una conferencia en enero de 1911 con Max Adler, Ruldolf Hilferding, Karl Reener y Otto Bauer para iniciar la ediciĂłn de las obras de Marx y Engels; publica serie de libros y forma una biblioteca de socialismo que alcanza ORV YRO~PHQHV 5LD]DQRY GD D FRQRFHU OD famosa carta de Marx a Vera Zasulich pero en 6WDOLQ RUGHQD VX FRQĂ€QDPLHQWR HQ XQ OHMDno pueblo y en 1937 es fusilado. /D 0(*$ HVWDED SODQHDGD HQ YRO~PHQHV TXH FRPSUHQGtDQ HFRQRPtD Ă€ORVRItD KLVWRULD \ SROtWLFD (O &DSLWDO FRUUHVSRQGHQFLD \ Ăndices.
% A partir de 1930 VĂctor Adoratsky publica 6 volĂşmenes de la MEGA en parte preparados por Riazanov. % Para 1935 se habĂan publicado en la URSS 13 YRO~PHQHV GH ORV SUHYLVWRV )LQDO GHO IRUmulario % En los aĂąos treinta rompen el PCUS y el SPD. Se interrumpe la MEGA. % El Instituto Marx-Engels, publica en 1932, los Manuscritos econĂłmico-filosĂłficos de 1844 y la IdeologĂa Alemana que, como dice Manfred Neuhaus, en su colaboraciĂłn al libro Tras las huellas de un fantasma10, fue presentado como si fuera una elaboraciĂłn del materialismo histĂłrico cuando en realidad era una colecciĂłn de textos independientes. La primera obra produce una revoluciĂłn en el FDPSR GH OD Ă€ORVRItD PDU[LVWD DO FRQVLGHUDU ORV problemas de la praxis, esencia humana, enajenaciĂłn, comunismo, la interrelaciĂłn entre econoPtD Ă€ORVRItD \ SROtWLFD \ VX SRVLFLyQ FRQ UHVSHFto a la dialĂŠctica hegeliana. La segunda plantea, a pesar de su carĂĄcter fragmentario, una serie de nuevos conceptos como los de fuerzas productivas, relaciones de producciĂłn, modo de producciĂłn, clases sociales y en especial, establece las bases de una teorĂa de las ideologĂas. 'H D VH SXEOLFDQ ORV Grundrisse der kritik der politischen Ăśkonomie, manuscritos preparatorios de El Capital. En estos textos se encuentra la “IntroducciĂłn general de 1857â€? que VRQ ODV UHĂ H[LRQHV PHWRGROyJLFDV GH 0DU[ SDUD la conformaciĂłn de El Capital y los “Formenâ€? (“Formaciones econĂłmicas pre-capitalistasÂľ HQ donde se desmiente que Marx hubiera sostenido una concepciĂłn lineal de la historia. % Los originales de la obra de M y E, se trasladan a Amsterdam. % Tras la muerte de Stalin en 1953, la URSS y la RDA relanzan la MEGA Prevista en 170 volĂşPHQHV HQWUH \ DSDUHFHQ YRO~PHnes traducciĂłn al espaĂąol. % En espaĂąol el Manifiesto Comunista aparece en MĂŠxico en 1870. % En EspaĂąa se inicia la traducciĂłn de El Capital de la ediciĂłn en francĂŠs. % En 1898, Juan Bautista Justo, en Argentina, publica El Capital. % En 1931 lo traduce Manuel Pedroso. % Wenceslao Roces inicia una biblioteca en 10 vo-
27
lĂşmenes en la Editorial Cenit. % (Q OD UHLQLFLD HQ 0p[LFR HQ HO )RQGR GH Cultura EconĂłmica. % Manuel SacristĂĄn publica tambiĂŠn una traducciĂłn de la obra completa. % SacristĂĄn y Pedro Ribas, traducen los escritos de Marx y Engels sobre EspaĂąa. % En 1982, Roces inicia la publicaciĂłn de la MarxEngels Werke en el FCE. % Finalmente en Siglo XXI publica, en 1975, una nueva ediciĂłn de El Capital, traducida por un equipo encabezado por Pedro EscarĂłn.
La nueva ĂŠpoca /D 0DU[ (QJHOV *HVDPWDXVJDEH 0(*$ VH reinicia en 1998. Manfred Neuhauss es el director del grupo de investigaciĂłn de la MEGA de la “Berlin-Bradenburgischen Akademie der Wissenschaftenâ€? y secretario de la “Marx- Engels Stiftungâ€?.
28
En 1990, es decir, un aĂąo despuĂŠs del derrumbe del socialismo en la RDA, se crea el “Marx-Engels Stiftungâ€? y en 1992, la MEGA fue sometida a una revisiĂłn colocĂĄndose bajo los auspicios de la Akademie Verlag. La nueva ediciĂłn estĂĄ SUHYLVWD HQ YRO~PHQHV HQ WRPRV GH ORV cuĂĄles se han publicado 53; 35 estĂĄn en preparaciĂłn. Uno de los Ăşltimos que acaban de aparecer es el IV/12 que comprende las lecturas de Marx desde septiembre de 1853 a 1855. En este libro se recogen los escritos de Marx sobre EspaĂąa. La MEGA 2 estĂĄ dividida en cuatro secciones: D 2EUDV DUWtFXORV HVER]RV E (O &DSLWDO \ WUDEDMRV SUHSDUDWRULRV F &RUUHVSRQGHQFLD G ([WUDFWRV DSXQWHV DQRWDFLRQHV (VWD QXHYD LQYHVWLJDFLyQ SRQH GH PDQLĂ€HVWR TXH existĂan muchos textos inĂŠditos; material importante para la comprensiĂłn de otros y la necesidad de hacer ediciones crĂticas que permitieran establecer las variantes en obras como El Capital, que fueron editadas varias veces en alemĂĄn, inglĂŠs o francĂŠs en las cuĂĄles Marx realizĂł diverVDV PRGLĂ€FDFLRQHV Un ejemplo de estas omisiones fueron los artĂculos publicados por Marx y Engels en el New York Daily Tribune DUWtFXORV \ ERUUDGRUHV
TambiĂŠn escribieron 500 artĂculos, la mitad de los cuĂĄles fueron publicados bajo el nombre de Charles Dana, el autor de la Enciclopedia en la que Marx escribiĂł un texto impresentable sobre SimĂłn BolĂvar. Gustavo Vargas (investigador colombiano residente en MĂŠxico lamentablemente IDOOHFLGR HQ XQ OLEUR H[SOLFy11, en forma precisa, las causas de las equivocaciones de Marx. (Q HO YROXPHQ , VH DJUHJDURQ WH[WRV QXHvos. En el I/31 publicado en 2002, se arroja nueva luz sobre Engels. Por ejemplo, hay un artĂculo sobre dos siglos de la polĂtica exterior rusa cuya publicaciĂłn fue prohibida por Stalin. Se conoce tambiĂŠn la documentaciĂłn de la confrontaciĂłn entre Marx y el poeta alemĂĄn Ferdinand FreiliJUDWK
Otras novedades son, por ejemplo, la ediciĂłn de La IdeologĂa Alemana (que apareciera en I/5 GH OD 0(*$ HQ \ TXH RIUHFHUi SDUWHV GHO manuscrito atribuidos a Moses Hess; la parte de Feuerbach y San Bruno y que no implicaban un todo como se ha presentado. Son siete textos independientes ordenados cronolĂłgicamente. Un apĂŠndice escrito entre Marx y Joseph Weidemeyer. Se establecen, en suma, bases para la invesWLJDFLyQ FLHQWtĂ€FD GH 0DU[ HO 0DU[ Forschung. El Nachlab HVWi FRQIRUPDGR SRU FXDGHUQRV \ libretas, escritos en 8 idiomas. De lo anterior se desprenden varias conclusiones:
Marx pensamiento crĂtico o Marx constructor de un sistema. Como hemos mencionado, en la primera ĂŠpoca, se presentĂł una transiciĂłn del sentido original de las tesis de Marx: de la forma crĂtica original como se presentĂł su obra a la extracciĂłn de una weltanschauung. Este hecho no era, en mi opiniĂłn grave, a condiciĂłn de que se mantuviera la apertura crĂtica y autocrĂtica del sistema subyacente \ TXH (QJHOV EXVFy SHUĂ€ODU HQ VX Anti-DĂźhring, obra que contĂł con la colaboraciĂłn de Marx en algĂşn capĂtulo12. Lo grave fue la posterior esquematizaciĂłn e ideologizaciĂłn de su obra en el proceso de construcciĂłn inicial del socialismo. AquĂ VXUJH XQ SUREOHPD HVSHFtĂ€FR ¢OD REUD GH 0DU[ pretendĂa desarrollar un sistema completo como el que nos legĂł Hegel en su Enciclopedia de las ciencias filosĂłficas? La respuesta es no.
¿Pretendía que las respuestas sobre la sociedad y la historia se hicieran exclusivamente desde la ÀORVRItD" 0L UHVSXHVWD WDPELpQ HV QHJDWLYD SHUR HOOR QR VLJQLÀFD TXH QR SODQWHDUD XQD QXHYD Àlosofía y sus tesis no produjeran durante el siglo ;; XQD H[WUDRUGLQDULD UHYROXFLyQ ÀORVyÀFD /D obra de Marx se presentó en su forma original como un proceso de investigación abierto e interdisciplinario pero, con el paso del tiempo, seguidores como Karl Kautsky, Friedrich Engels en el Anti-Dühring (en el que, por cierto, partiFLSy 0DU[ *HRUJ\ 3OHMDQRY \ *HRUJ\ /XNiFV buscaron extraer un sistema subyacente.
La obra de Marx, justamente por su carácter inacabado y no doctrinario, suscitó en este siglo y medio, una serie de polémicas en todos los ámbitos y entre sus seguidores o sus enemigos. Con frecuencia estas polémicas han tendido una espesa y obscura nube, de tal forma que muchas veces se ha perdido el sentido original de sus planteamientos. Se requiere un verdadero ejercicio de honestidad intelectual para descubrir el o los sentidos auténticos de su pensamiento, para poder destacar sus aciertos; para señalar sus HTXLYRFDFLRQHV R SUHFLVDU VXV LQVXÀFLHQFLDV
Concepción acrítica y esquemática durante el stalinismo y después de él El desarrollo de una vía dogmática de la interpretación de Marx y Engels, fue producto del stalinismo. Las causas del surgimiento del estalinismo son históricas, políticas e ideológicas pero no hay duda de que introdujeron una interpretación falsa de la obra de Marx y Engels. Aquí observamos un fenómeno que ha ocurrido en la historia: la conversión de una teoría crítica en una doctrina de legitimación de un poder establecido. Sucedió con el cristianismo y el tomismo al convertirse en religión de Estado; con el liberalismo; con el positivismo y con el marxismo.
Karl Marx
29
ÂżEn quĂŠ consistiĂł la falsificaciĂłn del pensamiento de Marx? 1. De pensamiento crĂtico lo convirtieron en un sistema de dominaciĂłn. 6H FRGLĂ€Fy D WUDYpV GH QXPHURVRV PDQXDOHV de Konstantinov, en dos disciplinas: materialismo histĂłrico y materialismo dialĂŠctico13; se convirtiĂł el materialismo dialĂŠctico en ciencia de las ciencias; se desarrollĂł un determinismo economicista; una teleologĂa de la historia; se hizo de la superestructura un efecto mecĂĄnico de la infraestructura; no se profundizĂł en el concepto de “dictadura del proletariadoâ€?; se impuso como HVWpWLFD RĂ€FLDO XQ UHDOLVPR VRFLDOLVWD SDUD HO DUWH y literatura como Ăşnica vĂa e inclusive hasta una biologĂa proletaria frente a una revolucionaria con el famoso Lysenko. Pero ademĂĄs, se impidiĂł que se conociera el auWpQWLFR VLJQLĂ€FDGR GHO SHQVDPLHQWR GH 0DU[ \ Engels, al no publicar una ediciĂłn crĂtica de su obra completa.
30
3. Tercer gran problema: el carĂĄcter inacabado del pensamiento de Marx. Esta caracterĂstica fue planteada por Marcelo Musto en su prĂłlogo a Tras las huellas de un fantasma. Por mi lado, dirĂa que: Marx formulĂł en no mĂĄs de tres pĂĄginas tituladas Tesis sobre Feuerbach toda una serie de planteamientos epistemolĂłgicos; sociolĂłgicos y Ă€ORVyĂ€FRV \ OR KL]R PHGLDQWH IUDVHV VLQWpWLFDV que denotaban toda una concepciĂłn nueva, sin embargo, esta obra requerĂa un tratado explicativo que nunca fue publicado por su autor. Su Ăşltima tesis XI dice: “Die philosophen haben die Welt nur verschieden interpretiert, es kĂśmmt drauf an, sie zu verändernâ€?; en inglĂŠs “To changeâ€?; en francĂŠs “le changerÂľ HQ HVSDxRO ´PRGLĂ€FDUÂľ ´FDPELDUÂľ “transformarâ€? . AquĂ se concentraba una nueva IRUPD GH HQWHQGHU D OD Ă€ORVRItD FRPR OR KD H[puesto y desarrollado Adolfo SĂĄnchez VĂĄzquez en su FilosofĂa de la praxis15. Marx y Engels plantearon en La ideologĂa alemana que habĂa varios modos de producciĂłn y luego el primero agregĂł en los Formen, el modo de producciĂłn antiguo y el asiĂĄtico pero nunca desarrollaron y obviamente no podĂan hacerlo, una teorĂa acabada de dichos modos.
Marx planteĂł en pĂĄgina y media, en el PrĂłlogo a la ContribuciĂłn a la crĂtica de la economĂa polĂtica de 1859 su idea global de sociedad pero esta nunca tuvo un desarrollo completo. Marx publicĂł sĂłlo el primer volumen de El Capital y Engels los otros dos pero su idea del capitalismo no quedĂł desarrollada. Esta es la clave de la extraordinaria riqueza de su pensamiento pero tambiĂŠn de su carĂĄcter incompleto. Pero ademĂĄs, en la evoluciĂłn de las LGHDV LPSOLFy QXHYDV TXH PRGLĂ€FDURQ VX IRUPXlaciĂłn original. Un ejemplo de ello fue el tema de la economĂa que quedĂł establecida como el principio explicativo de los social e histĂłrico pero en los anĂĄlisis posteriores, Marx descubre que la religiĂłn cumple en el feudalismo un papel dominante ademĂĄs de explicar la interrelaciĂłn compleja de lo econĂłmico; lo jurĂdico polĂtico y lo ideolĂłgico. En el caso de la ideologĂa, Marx y Engels, originalmente, la concibieron como una conciencia invertida de la realidad que tenĂa tambiĂŠn una funciĂłn polĂtica al pasar lo particular como general. Pero Marx en el famoso PrĂłlogo de 59 habla de las “formas de conciencia ideolĂłgicaâ€? y FLWD DO DUWH OD UHOLJLyQ OD Ă€ORVRItD $TXt WHQHPRV tambiĂŠn un concepto en movimiento que da lugar a una contradicciĂłn en las interpretaciones: los que se quedan con la tesis original de que lo ideolĂłgico es opuesto a la teorĂa crĂtica y los que consideran que hay que asumir el desarrollo semĂĄntico del concepto y hablan, como en Lenin, de dos ideologĂas: las basadas en la ciencia (auWpQWLFDV \ ODV QR EDVDGDV IDODFHV (VWH KHFKR OHjos de ser negativo es positivo porque posibilitĂł el desarrollo de polĂŠmicas enriquecedoras.
La concepciĂłn de la historia La segunda causa de que se presentaran fuertes polĂŠmicas en el interior del paradigma marxista fue la aplicaciĂłn de la teorĂa a otros ĂĄmbitos no pensados en forma central por Marx y que nos lleva a un tema central en la explicaciĂłn de la historia. Me explicarĂŠ: Durante mucho tiempo, una vertiente interpretativa del marxismo no entendiĂł que Marx habĂa llegado a la conclusiĂłn, en la fase Ăşltima de su pensamiento, de que en el mundo no sĂłlo habĂa
una vía de desarrollo que pasaba del comunismo primitivo al esclavismo, al feudalismo y al capitalismo sino varias historias complejas, desiguales y combinadas. Una ideología eurocéntrica privilegió el devenir europeo. Por ejemplo, Marx pensaba que el socialismo surgiría en las sociedades en que el capitalismo había alcanzado su máximo desarrollo como en Inglaterra. Como sabemos, el socialismo fue proclamado en sociedades que no habían alcanzado dicho desarrollo económico y político. Aquí el punto clave era cómo se podría desarrollar la teoría marxista en otras sociedades que, a pesar de que estaban dominadas (o en proceso de GRPLQDFLyQ SRU HO FDSLWDOLVPR WHQtDQ XQD EDVH cultural e histórica diferente. Este hecho ocurría en África, en Asia y en América Latina. En Rusia lo planteó Lenin en su libro El desarrollo del capitalismo en Rusia. En nuestro continente lo entendió claramente José Carlos Mariátegui, quien escribió su libro Siete ensayos sobre la realidad peruana pero no lo hicieron muchos otros que pretendieron aplicar el marxismo en forma mecánica y tratar, por ejemplo, de encontrar en el período pre-hispánico, forzosamente un Modo de producción asiático para reducir, a fuerza, una realidad compleja a las categorías que había descubierto Marx en un proceso de investigación abierta. La interpretación de Marx fue aquí profundamente mecanicista y contraria a su espíritu original. De ello dio cuenta Marx en los Grudrisse, que fueron conocidos en los años treinta del siglo pasado en alemán y hasta la década de los sesenta del siglo pasado, en otros idiomas. Pero aún más, la estimación de Marx en el sentido de que la evolución de las sociedades no podía ser entendida en forma unilateral surge en la carta a la revolucionaria Vera Sazulich a la que Marx, después de muchas redacciones, responde positivamente a la pregunta de si la comuna rusa podía pasar al socialismo sin tener que construir el capitalismo en forma plena y por tanto, se podría dar un salto. Aquí Marx, por un lado, muestra que no creía que las sociedades evolucionarían de una forma mecánica pero que había una incógnita que sólo el tiempo podría resolver: las consecuencias que tendría un salto de esta naturaleza. Pero tanto preocupó a Marx el asunto que en el prólogo a la edición rusa del Manifiesto del Partido Comunista agregó que no podría darse dicho salto al socialismo en
Rusia, si no se acompañaba con el cambio revolucionario en Occidente. Nosotros ya sabemos que ocurrió: el capitalismo, mediante el nazismo y el fascismo impidieron dicha revolución a sangre y fuego y aislaron a la revolución en la Unión Soviética. Stalin entonces proclamó contra Trotsky, la tesis de “el socialismo en un solo país”.
Primeras conclusiones 1. La primera es que la obra de Marx ha sufrido una enorme tergiversación por propios y extraños. 2. Para entender al marxismo tiene que hacerse toda una cartografía y una valoración correcta de su rica aportación. En mi opinión, se tiene que ser abierto, crítico y autocrítico. % La obra de Marx se presentó como una amplia y compleja investigación y no como un corpus sistemático constituido. % Muchas de sus obras no fueron conocidas o vaORUDGDV VXÀFLHQWHPHQWH VLQR KDVWD DKRUD % Dejó una serie de problemas para su desarrollo posterior, lo cual podría implicar una serie de PRGLÀFDFLRQHV D OR DQWHULRU % Dejó algunos textos que como el prólogo a la Contribución a la crítica de la economía política de 1959 son esquemáticos y contrastan fuertemente con obras como El Capital. % 0DU[ \ (QJHOV WXYLHURQ TXH DÀUPDU VXV GHVFXbrimientos polémicamente y el propio Engels lo reconoce y abre otras vías interpretativas. % /D SURSLD UHDOLGDG SROtWLFR VRFLDO LQÁX\H HQ la comprensión de sus textos. Hoy se han eliminado las grandes hipotecas ideológicas que pendían sobre su obra. Labriola dijo a principios del siglo XX: “No hay elección que hacer: hay que poner al DOFDQFH GH ORV OHFWRUHV WRGD OD REUD FLHQWtÀFD y política, toda la producción literaria de los dos fundadores… incluso la ocasional. Y no se trata tampoco de reunir un Corpus iuris, ni de redactar un Testamentum juxta canonem receptum, sino de recoger los escritos con cuidado y para que ellos mismos hablen directamente a quien tenga ganas de leerlos”. Simplemente que Marx pueda hablar directamente…
31
Aportaciones de Marx para hoy. Problemas abiertos Dicho lo anterior, se requiere ahora destacar las mĂĄs importantes aportaciones de Marx pero anticipando algo: no se trata de volver a Marx sin el legado de todo lo que se ha hecho en un marxismo creativo, sino leerlo a partir de todo lo anterior para responder a los grandes problemas que tenemos hoy enfrente. Solo asĂ puede servirnos un clĂĄsico: para leer y transformar el presente. TratarĂŠ de resumir en forma sintĂŠtica sus grandes aportaciones que son vigentes hoy: A partir de los Manuscritos econĂłmico-filosĂłficos de 1844 SODQWHy HO WHPD GH OD FRVLĂ€FDFLyQ \ enajenaciĂłn del obrero que estĂĄ estrechamente vinculado a la formulaciĂłn de un nuevo humaQLVPR /D FRVLĂ€FDFLyQ GHO VHU KXPDQR \ OD HQDMHnaciĂłn se han profundizado extraordinariamente en el capitalismo actual.
32
En La IdeologĂa Alemana GH HQ TXH MXQWR a Engels, establecieron las bases de un nuevo mĂŠtodo de la historia: el materialismo histĂłrico. Las aportaciones de Hobsbawm; Thompson; Vilar, Wallerstein; Anderson y muchos otros prueban la potencia epistemolĂłgica de dicho mĂŠtodo a condiciĂłn de que se entienda en forma creativa. En las Tesis sobre Feuerbach, se plantea toda una serie de tesis epistemolĂłgicas, las sociolĂłgicas y HO QXHYR SDSHO GH OD Ă€ORVRItD $TXt PHQFLRQR que considero central las aportaciones de Antonio Gramsci; Georgy LukĂĄcs y Adolfo SĂĄnchez VĂĄzquez como centrales aunque se tiene que hacer una nueva formulaciĂłn de ellas. El Manifiesto del Partido Comunista que constituye la primera visiĂłn global del sistema capitalista y de la lucha de clases. El Capital GH SULPHUD SDUWH GH OD H[SRVLciĂłn crĂtica del sistema y de sus crisis16. Finalmente, en la CrĂtica al programa de Gotha, se esboza la concepciĂłn del socialismo que, a la luz del desarrollo de diversos modelos que se reclamaron marxistas, durante el siglo XX requiere un profundo re-pensamiento que considere aciertos y fallas17.
A travĂŠs de sus obras, Marx, con la colaboraciĂłn activa y permanente de Engels, fundĂł una compleja teorĂa que tenĂa dos objetivos: primero, H[SOLFDU HQ IRUPD REMHWLYD R FLHQWtĂ&#x20AC;FD HQ XQD manera especial de entender a la ciencia como wissenschaft; science y kritik como lo expusiera 0DQXHO 6DFULVWiQ HQ XQR GH VXV EULOODQWHV WH[WRV al sistema capitalista; hacer su crĂtica sobre su carĂĄcter deshumanizador y depredador y propiciar su transformaciĂłn radical para la constituciĂłn de una sociedad en donde predominara la justicia y un desarrollo humano pleno. Nada mĂĄs y nada menos. Estos tres objetivos dieron lugar a una serie de nuevas proposiciones para las ciencias sociales, OD Ă&#x20AC;ORVRItD HO DUWH OD FXOWXUD \ OD SROtWLFD TXH VH convirtieron en motivo de debate desde el momento mismo en que se conocieron. Sin embargo, la extraordinaria evoluciĂłn de la FLHQFLD OD Ă&#x20AC;ORVRItD \ OD KLVWRULD GXUDQWH HVWRV aĂąos transcurridos desde el nacimiento de Marx, ha mostrado que existen muchos aspectos que tienen que ser profundizados con Marx y mĂĄs allĂĄ de Marx, como lo hicieron otros clĂĄsicos del marxismo: DestacarĂa, entre otros, los siguientes aspectos: a) La dimensiĂłn ecolĂłgica James Oâ&#x20AC;&#x2122;Connor18 en Ecological Marxism, (GuilIRUG 3UHVV (8$ 1< R -RDQ 0DUWtnez Alier en su EconomĂa ecolĂłgica, dicen que Marx estaba preocupado por la contradicciĂłn entre trabajo y capital pero logrĂł una comprensiĂłn parcial de la segunda contradicciĂłn del capitalismo â&#x20AC;&#x153;entre las precondiciones naturales y sociales para el capital y el propio funcionamiento del capitalâ&#x20AC;?. En las actuales condiciones en que nos encontramos en el planeta no es posible evitar la temĂĄtica de las relaciones con el hombre y la naturaleza. Marx expuso las condiciones de explotaciĂłn del hombre y la mujer pero en el caso de los sistemas ecolĂłgicos solo tuvo algunos â&#x20AC;&#x153;atisbosâ&#x20AC;? como llama SacristĂĄn a su crĂtica a la contaminaciĂłn ambiental producida por las fĂĄbricas. La temĂĄtica nos conduce a lo que se llamĂł â&#x20AC;&#x153;los lĂmites del desarrolloâ&#x20AC;? cuyos efectos estamos padeciendo hoy
en el campo y en las ciudades, en donde vivimos en condiciones irracionales. La Ăşnica soluciĂłn que se le ha ocurrido a la izquierda en MĂŠxico es construir mĂĄs segundos pisos, tĂşneles y vĂas rĂĄpidas mientras los rĂos y los mares se contaminan; las ciudades se llenan de basura y el biĂłxido de carbono llena nuestros pulmones. b) LĂmites del capitalismo IztvĂĄn MĂŠszĂĄros, en Beyond Capital: towards a Theory of Transition, Merlin Press 1995, nos dice que el â&#x20AC;&#x153;sistema capitalâ&#x20AC;? es incapaz de resolver cuatro contradicciones: /D OyJLFD FRQWUDGLFWRULD GHO FDSLWDO LPSLGH OD integraciĂłn de una polĂtica pĂşblica o econĂłmica. (VWi FRQGHQDGR DO FRQĂ LFWR JXHUUD FRQWLQXD Implica una ineludible relaciĂłn destructiva de la QDWXUDOH]D 1R SXHGH UHVROYHU OD LJXDOGDG VLQR al contrario, se profundiza la desigualdad entre ricos y pobres, no puede resolver la tendencia al GHVHPSOHR FUyQLFR 'HFOLYH GHO FDPSHVLQDGR aumento acelerado de la urbanizaciĂłn. c) la concepciĂłn de la ĂŠtica Otro tema central que el marxismo dejĂł a las concepciones idealistas es el de la ĂŠtica y en forma HVSHFtĂ&#x20AC;FD HO GH OD UHODFLyQ HQWUH pWLFD \ SROtWLFD En Marx, la moral es estudiada como: % objeto de conocimiento % crĂtica a la inmoralidad del capitalismo. En este Ăşltimo aspecto habla de tres niveles: % la crĂtica al capitalismo % el proyecto de una sociedad socialista % la prĂĄctica polĂtica revolucionaria. La pregunta que plantea SĂĄnchez VĂĄzquez en su libro mĂĄs reciente, Ă&#x2030;tica y polĂtica19 es la siguiente: Âżhay o no hay lugar para la moral en el interior del paradigma marxista? En el propio marxismo se ha expresado un desacuerdo ya que, para algunos, hay solo una FRQFHSFLyQ FLHQWtĂ&#x20AC;FD TXH QR LQYROXFUD QHFHVDriamente a la moral aunque tenga dichas consecuencias; para otros, en cambio, se trata de una
DFWLWXG D OD YH] FLHQWtĂ&#x20AC;FD \ PRUDO (O SXQWR clave aquĂ es, ÂżcĂłmo se entiende la concepciĂłn teĂłrica de Marx? Si se entiende como un determinismo, la moral es un elemento exterior. Si en cambio, la concepciĂłn de Marx no se entiende ni como un determinismo, objetivismo o estructuralismo sino desde el punto de vista de la praxis o la transformaciĂłn, la dimensiĂłn ĂŠtica no sĂłlo resulta necesaria sino indispensable para el cambio histĂłrico. 6iQFKH] 9i]TXH] GLFH TXH VL HO PDU[LVPR es crĂtica de lo existente, ello implica valores GH WRGR WLSR VL HV SUR\HFWR LGHD R XWRStD OD emancipaciĂłn social es necesaria, deseable, posiEOH VH WUDWD GH XQD SUHWHQVLyQ R YROXQWDG GH conocer que implica valores morales y polĂticos \ LPSOLFD XQ YtQFXOR FRQ OD SUD[LV 6L VH WUDWD de acabar con la desigualdad y la explotaciĂłn, FRQ OD HQDMHQDFLyQ \ OD FRVLĂ&#x20AC;FDFLyQ GHO VHU KXPDno, no basta explicar la forma en que estos fenĂłmenos se presentan sino requieren la acciĂłn de LQGLYLGXRV \ JUXSRV VRFLDOHV FRQIRUPH D Ă&#x20AC;QHV Ahora bien, si esto es asĂ Âżpor quĂŠ hemos presenciado que en su nombre se han cometido todo tipo de crĂmenes? AquĂ podrĂamos decir que esto ha ocurrido en todas las concepciones humanas: por ejemplo, a nombre del cristianismo (recordemos a GinĂŠs de SepĂşlveda considerando que los indĂgenas no GHEHUtDQ VHU FRQVLGHUDGRV KXPDQRV D QRPEUH del liberalismo y la democracia se han cometido terribles crĂmenes para no mencionar a aquellas doctrinas que deliberadamente han predicado la destrucciĂłn de la humanidad como fue el caso del nazismo. ÂżQuĂŠ ocurre con las teorĂas, aĂşn las mĂĄs bondadosas que llevan a la destrucciĂłn y a la muerte LQMXVWLĂ&#x20AC;FDGD" AquĂ encontramos la necesidad y la importancia del planteamiento ĂŠtico que implica una elevaciĂłn de la conciencia de los hombres frente a todos estos problemas que suscita el poder pero se requiere tambiĂŠn establecer una serie de formas e instituciones radicalmente democrĂĄticas que frenen o impidan la conversiĂłn de una teorĂa potencialmente justa en una forma de dominio de quienes ostentan el poder. Solo una concepciĂłn
33
ética y democrática del poder puede permitirnos establecer un equilibrio entre lo instrumental y lo ideológico de la política. d) la dimensión de la democracia radical Hablamos de democracia pero no se trata del “elitismo competitivo”20 que representa la corrupción de la democracia y es la que está imperando en el mundo. La izquierda mexicana abandonó indebidamente al marxismo crítico para cambiarlo por los teóricos de la democracia liberal debido al cambio de paradigma que se dio en la década de los ochenta al abandonar el paradigma de la revolución.
34
Desde mi punto de vista, el marxismo tiene los HOHPHQWRV VXÀFLHQWHV SDUD DQDOL]DU OR TXH OODPDba Norberto Bobbio en El futuro de la democracia, los poderes “tras las urnas”, sin embargo, Bobbio no estableció una relación de necesidad entre capitalismo y democracia. El capitalismo no puede aceptar una auténtica democracia debido a que se ponen en peligro sus intereses como lo expone Ellen Meksins Wood. El capitalismo solo puede convivir con una democracia limitada y
acotada y una ciudadanía conducida y enajenada por los medios de comunicación. Pero el marxismo tradicional no profundizó, a pesar de que tenía los medios para hacerlo, en la democracia en sentido auténtico y contrapuso la democracia burguesa a la revolución. Aquí habría que distinguir entre democracia FRPR SURFHGLPLHQWR \ GHPRFUDFLD FRPR ÀQ /D democracia como procedimiento es fundamental para que los dirigentes expresen realmente las posiciones de los ciudadanos y la democracia FRPR ÀQ HV HO DVSHFWR SROtWLFR GH XQD QXHYD IRUma de entender el socialismo. En este sentido, Marx consideraba que los cambios históricos se han realizado, hasta ahora, mediante formas revolucionarias pero tenía una concepción radical de la democracia procedente de Rousseau y Spinoza y que se expresa en sus concepciones sobre La Comuna de París, en donde los dirigentes eran elegidos por voto universal; podían ser depuestos en cualquier momento y recibían un salario obrero. Este concepto de democracia no es VXÀFLHQWH SDUD ODV VRFLHGDGHV PRGHUQDV \ HV SRU ello que el marxismo debe trabajar en una alterna-
Rosmery Mamani “kallawaya”
tiva democrĂĄtica profunda. Esta concepciĂłn teĂłrico-prĂĄctica serĂa en antĂdoto del apoderamiento que un grupo dirigente quisiera hacer de la revoluciĂłn, como ha ocurrido21. e) Finalmente, una nueva formulaciĂłn del socialismo f) Marx consideraba que la sociedad alternativa al capitalismo serĂa inmediatamente el socialismo y luego el comunismo. DejĂł algunas indicaciones en su â&#x20AC;&#x153;CrĂWLFD DO 3URJUDPD GH *RWKDÂľ SHUR HVWDV HUDQ LQVXĂ&#x20AC;FLHQtes Hoy hemos tenido una enorme experiencia histĂłrica en el proceso de construcciĂłn del socialismo y tenemos que aprender de ella. Explicar cuĂĄles fueron sus alcances y sus lĂmites en la URSS; en China; en Yugoslavia; en Cuba y en otros lugares. El tema del socialismo debe ser debatido ampliamente. Sobre todo ahora que se habla del â&#x20AC;&#x153;socialismo del siglo XXIâ&#x20AC;? o del â&#x20AC;&#x153;nuevo socialismoâ&#x20AC;?. Para algunos el tĂŠrmino tiene que ser eliminado por las corrupciones que se han cometido en su nombre. Mi respuesta es que el tĂŠrmino, bien entendido, conserva su riqueza a pesar de todo. Lo mismo ocurre con el concepto â&#x20AC;&#x153;democraciaâ&#x20AC;? que ha sido utilizado en forma terrible para masacrar pueblos en su nombre o como forma ideolĂłgica para subordinar a millones de habitantes pero no OH KD TXLWDGR D OD SDODEUD XQ VLJQLĂ&#x20AC;FDGR HVHQFLDO la posibilidad de que el pueblo ejerza el poder sobre su propio destino. En el caso del socialismo el concepto que permanece es el de equidad. Se requiere una sociedad justa y no tan desigual como la que tenemos. Ello requiere una operaciĂłn teĂłrica y polĂtica que elimine la carga negativa que tienen esos dos conceptos. Una manera posible serĂa examinar todo lo que se ha llamado socialismo y democracia para colocar lo que sĂ puede merecer tal nombre y profundizarla. Recientemente un grupo de Ă&#x20AC;OyVRIRV GH OD ´5DGLFDO 3KLORSK\ $VRFLDWLRQÂľ HQ los Estados Unidos, han publicado un nuevo libro titulado Taking Socialism Seriously editado por Anatole Anton y Richard Schmitt (Lexington %RRNV 86$ HQ HO FXDO VRVWLHQHQ XQD VHrie de propuestas que vale la pena discutir. Ellos hablan de la inmensa y rica tradiciĂłn del sociaOLVPR \ EXVFDQ XQLĂ&#x20AC;FDU EDMR HO FRQFHSWR GH ´QXHvo socialismoâ&#x20AC;? a los movimientos anti-racistas;
IHPLQLVWDV DQWL FDSLWDOLVWDV SDFLĂ&#x20AC;VWDV HFRORJLVWDV HWF 'H LJXDO PDQHUD EXVFDQ SUHĂ&#x20AC;JXUDU TXp LQVWLtuciones pueden ser las adecuadas para sustituir a las ya caducas para el inicio de su construcciĂłn sin esperar a un derrumbe del capitalismo pero con la conciencia de que este ya ha llegado a un grave declive. Los temas y los problemas no se limitan a los mencionados ya que hoy, a diferencia de MĂŠxico y otros paĂses latinoamericanos, existe un intenso debate sobre el marxismo en el ĂĄmbito anglosajĂłn. Una muestra de ello es el voluminoso libro compilado por Jacques Bidet y Stathis Kouvelakis para Brill Academic Publishers, Leiden, 2006 y que constituye una exposiciĂłn muy rica sobre problemas como: el desarrollo del marxismo en el ĂĄmbito DQJORVDMyQ HO Ă RUHFLPLHQWR GH PLO PDU[LVPRV HQ Europa; la situaciĂłn actual del capitalismo; el marxismo analĂtico; el legado de LukĂĄcs; las teorĂas del sistema-mundo; el socialismo de mercado; el marxismo y el lenguaje; la nueva dialĂŠctica; el tema de la modernidad y del posmodenismo; la teorĂa crĂtica de la sociedad; las posiciones de Althusser; Badiou; Jacques Bidet; Fredric Jameson; Henry Lefebvre; Raymond Williams, las relaciones del marxismo con Bourdieu; Deleuze; DerridĂĄ; Foucault, Habermas, etc22.
ConclusiĂłn A mi juicio, ni el conocimiento ni la transformaciĂłn de la sociedad capitalista podrĂĄ hacerse sin la teorĂa marxista pero mediante un marxismo renovado y acorde a las condiciones por las que atraviesa la humanidad. Ya no se trata (y creo que QXQFD VH WUDWy GH UHSURGXFLU DO SLH GH OD OHWUD ODV obras de los clĂĄsicos sino de recrearlos y profundizarlos de acuerdo a las nuevas condiciones de OD WHRUtD \ GH OD SUiFWLFD \D TXH HO REMHWLYR Ă&#x20AC;QDO HV la superaciĂłn de la injusticia, la explotaciĂłn y la enajenaciĂłn.
(VWH WH[WR WXYR VX RULJHQ HQ XQD FRQIHUHQFLD LPSDUWLGD HQ HO DXGLWRULR $OIRQVR &DVR GH &LXGDG 8QLYHUVLWDULD 81$0 0p[LFR HO GH PD\R GH RUJDQL]DGD SRU ODV )DFXOWDGHV GH )LORVRItD \ /HWUDV \ (FRQRPtD GH OD 81$0 FRQ PRWLYR GHO DQLYHUVDULR GHO QDFLPLHQWR GH 0DU[ (QYLDGR SRU HO DXWRU SDUD OD SXEOLFDFLyQ HQ /D 0LJUDxD (VWR KD RFXUULGR FRQ IUHFXHQFLD FXDQGR XQD WHRUtD HV WRPDGD SRU XQ JUXSR HQ HO SRGHU SDUD VX OHJLWLPDFLyQ 3 Es cierto que en la dĂŠcada de los ochenta, diversos teĂłricos marxistas mexicanos como Adolfo SĂĄnchez VĂĄzquez, Enrique Semo, Enrique GonzĂĄlez Rojo, Carlos Pereyra, Juan Brom
35
36
\ RWURV GHEDWLHURQ VREUH HO WHPD SHUR GHVSXpV GHO GHUUXPEH SUiFWLFDPHQWH VH WHUPLQy OD GLVFXVLyQ 3RU PL ODGR SXEOLTXp XQ OLEUR WLWXODGR 0DV DOOi GHO GHUUXPEH Siglo XXI Editores, MĂŠxico, 1994) HQ HO TXH RIUHFtD PL LQWHUSUHWDFLyQ \ XQD SRVLEOH VDOLGD VLQ HPEDUJR QR IXH VXÂżFLHQWHPHQWH GHEDWLGR )XH PX\ HPRFLRQDQWH HVFXFKDU GtDV PiV WDUGH HQ HO SDVLOOR GH OD )DFXOWDG GH )LORVRItD \ /HWUDV FRQRFLGRV FRORTXLDOPHQWH FRPR ÂłHO DHURSXHUWR´ GH OD 81$0 XQD FUtWLFD EULOODQWH GH Henry Lefebvre D HVD LPSRVWXUD 5 En contra de esta concepciĂłn determinista puede leerse proGXFWLYDPHQWH HO OLEUR GH $GROIR 6iQFKH] 9i]TXH] (QVD\RV PDU[LVWDV VREUH ÂżORVRItD H LGHRORJtD Ed. Oceano, Barcelona, 1988. (Q HIHFWR ORV HVWXGLRVRV GHO WHPD KDQ KDEODGR GH YDULRV PRdelos de democracia: la democracia griega clĂĄsica; la democracia directa de J.J. Rousseau; la procedimental de Norberto Bobbio; la participativa de C.B. Macpherson; la autonomĂa democrĂĄtica de David Held; el elitismo competitivo de Schumpeter y Weber OD GHPRFUDFLD QHROLEHUDO GH Hayek; la llamada democracia radical de Laclau y Chantal Mouffe, la democracia radical de Markovic HWFpWHUD (V LQFUHtEOH TXH HQ QXHVWUR SDtV VROR VH KXELHUD KDEODGR GH XQD VROD IRUPD GH OD GHPRFUDFLD \ HQ XQ H[WUHPR Enrique Krauze KL]R IDPRVR HO FRQFHSWR HTXLYRFDGR GH ÂłGHPRFUDFLD VLQ DGMHWLYRV´ $ SHVDU GH TXH HVWD WHVLV HV FLHUWD 0DU[ QR DEDQGRQy VX LQWHUpV en las ciencias naturales, como se muestra en los resĂşmenes de OLEURV VREUH ItVLFD ELRORJtD TXtPLFD \ PDWHPiWLFDV TXH HVWiQ VLHQGR SXEOLFDGRV HQ OD 0(*$ HV GHFLU HQ OD REUD FRPSOHta de Marx y Engels que se iniciĂł en 1975 y se ha retomado por la Internationale Marx-Engels Stiftung en 1990 y que contempla 114 volĂşmenes DUURMDQGR LPSRUWDQWHV QRYHGDGHV & 0DU[ \ ) (QJHOV 2EUDV HVFRJLGDV HQ GRV WRPRV 7 ,, S Ed. Progreso, MoscĂş, 1955 (Q HIHFWR HO SULPHU SUREOHPD IXH VL KDEtD FRQGLFLRQHV HQ 5XVLD SDUD DFFHGHU DO VRFLDOLVPR \ HO VHJXQGR SUREOHPD IXH HO GH OD GHPRFUDFLD FRPR IRUPD GH DFFHGHU DO VRFLDOLVPR /RV GRV WH[WRV IXHURQ SXEOLFDGRV SRU OD Editorial Grijalbo, MĂŠxico, 1975, contando con una introducciĂłn de Fernando ClaudĂn. (Q 0DUFHOOR 0XVWR HG Sulle tracce di un fantasma. Lâ&#x20AC;&#x2122;opera GL .DUO 0DU[ WUD ÂżORORJLD H ÂżORVRÂżD 0DQLIHVWROLEUL 5RPD 2005 3XEOLFDGD HQ HVSDxRO EDMR HO WtWXOR GH 7UDV ODV KXHOODV GH XQ IDQWDVPD SRU 6LJOR ;;, (GLWRUHV 0p[LFR FRQ XQ SUyORJR PtR 0XVWR WDPELpQ KD SXEOLFDGR XQ OLEUR VREUH OD recepciĂłn Grundrisse en la editorial Routledge (EUA, 2008) y Ripensare Marx e i marxismi.Studi e saggi. Corocci editore. Roma, 2011. *XVWDYR 9DUJDV 0DUWtQH] TXLHQ D WUDYpV GH VX OLEUR BolĂvar y Marx 2WUR GHEDWH VREUH OD LGHRORJtD GHO OLEHUWDGRU Ed. DomĂŠs, MĂŠxico, 1983 (O WHPD GH ODV RSLQLRQHV GH 0DU[ VREUH $PpULFD /DWLQD IXH DERUGDGR WDPELpQ SRU JosĂŠ AricĂł J. AricĂł, Marx y AmĂŠrica Latina, Centro de estudios para el desarrollo y la participaciĂłn. Lima, PerĂş, 1980; Ernesto Che Guevara, Âł1RWDV SDUD HO HVWXGLR GH OD LGHRORJtD GH OD 5HYROXFLyQ &XEDQD´ 2EUD UHYROXFLRQDULD 3UyORJR \ VHOHFFLyQ GH 5REHUWR )HUQiQGH] 5HWDPDU Ed. Era, MĂŠxico, 1967. y Sergio BagĂş, en VX WUDEDMR â&#x20AC;&#x153;Valor interpretativo de la obra de Marx y Engels aplicable a la realidad de AmĂŠrica Latinaâ&#x20AC;? 5HYLVWD 'LDOpFWLFD AĂąo XIII. NĂşm. 19. Julio de 1988 (puede consultarse en www. FHÂżOLEH RUJ 9pDVH HO FpOHEUH SUyORJR GH Manuel SacristĂĄn al AntiDĂźhring. 6REUH HO FRQFHSWR GH ÂłPDWHULDOLVPR GLDOpFWLFR´ GLUtDPRV TXH HO PDU[LVPR OR XWLOL]y HQ YDULRV VHQWLGRV D FRPR FLHQFLD GH ODV FLHQFLDV HQ HO PDU[LVPR VRYLpWLFR GHULYDGR GH XQD WHVLV
interesante de Engels en el Ludwig Feuerbach \ HO ÂżQ GH OD ÂżORVRItD FOiVLFD DOHPDQD HQ OD TXH GLFH TXH GDGR HO GHVDUUROOR GHO FRQRFLPLHQWR KXPDQR \D QR SRGUtD KDEHU XQ VROR KRPEUH como Hegel TXH SXGLHUD FRQFHQWUDU HQ XQD ÂżORVRItD OD QXHYD concepciĂłn del mundo sin que tendrĂa que surgir de un colecWLYR LQWHUGLVFLSOLQDULR VLQ HPEDUJR QR IXH HVWD OD FRQFHSFLyQ TXH VLJXLy DTXHOOD YHUVLyQ E HO PDWHULDOLVPR GLDOpFWLFR HQ el sentido de Ludovico Geymonat como una concepciĂłn maWHULDOLVWD GH OD ÂżORVRItD \ GH OD FLHQFLD \ F HO PDWHULDOLVPR dialĂŠctico como lo interpretĂł Louis Althusser como teorĂa de OD SUiFWLFD WHyULFD +DEUtD TXH KDFHU QRWDU TXH Marx era materialista en un sentido muy preciso, como el reconocimiento GH XQD REMHWLYLGDG QDWXUDO \ XQD REMHWLYLGDG VRFLDO SURGXFLGD SRU OD WUDQVIRUPDFLyQ SUiFWLFD GH OD QDWXUDOH]D SRU HO KRPEUH y que utilizĂł la dialĂŠctica como un mĂŠtodo y una concepciĂłn FX\DV FDUDFWHUtVWLFDV VH GHEDWHQ D~Q KR\ \ D ODV TXH DOXGLUHPRV PiV DGHODQWH 8Q H[FHOHQWH DQiOLVLV H LQWHUSUHWDFLyQ GH ODV WHVLV OD HQFRQtramos en Georges Labica, Karl Marx. Les Thèses sur Feuerbach.PUF, Paris, 1987. 1R LJQRUDPRV DTXt WRGR HO GHEDWH RFXUULGR GXUDQWH HO VLJOR ;; \ TXH LQYROXFUD D DXWRUHV WDQ SUHVWLJLRVRV FRPR LukĂĄcs, Kosik, Lefebvre, Labica, Althusser, Schaff, Fromm, Bloch HWF Se pueden distinguir corrientes de interpretaciĂłn: a) el mateULDOLVPR GLDOpFWLFR LQVLVWLy HQ OD ÂżORVRItD FRPR FLHQFLD GH ODV FLHQFLDV E HQ RWURV DXWRUHV VH KDEOD GH XQ QXHYR KXPDQLVPR F OD FRUULHQWH DOWKXVVHULDQD GHÂżQLy D OD ÂżORVRItD FRPR HSLVtemologĂa y como posiciĂłn de la lucha de clases y d) como ÂżORVRItD GH OD SUD[LV +R\ OD FULVLV GHO FDSLWDOLVPR QRUWHDPHULFDQR KD JHQHUDGR LQWHUpV SRU UH OHHU ORV DQiOLVLV GH 0DU[ VREUH ODV FULVLV UHFXUUHQWHV GHO FDSLWDOLVPR /D FULVLV GHO VH LQWHUSUHWy FRPR HO LQLFLR GHO FRODSVR ÂżQDO SHUR HQFRQWUy HQ ODV WHRUtDV GH Keynes, una soluFLyQ GXUDGHUD +R\ HO FDSLWDOLVPR VH HQFXHQWUD HQ FULVLV SHUR QR VH SXHGH SUHYHU VX GHVHQODFH Vid. Anatole Anton y Richard Schmitt (edts.) Toward a new socialism. Edited by Anatole Anton and Richard Schmitt. Lexington Books, Lanham, Maryland, USA. 2007. VersiĂłn en espaĂąol titulada Hacia un Nuevo socialismo, El Viejo topo, Barcelona, 2011. PrĂłlogo de GVL 'LUHFWRU GH OD UHYLVWD Capitalism, Socialism and Nature. FCE, MĂŠxico, 2007 (VWH SURFHGLPLHQWR VH EDVD HQ HO DFXHUGR HQWUH ODV pOLWHV HFRQyPLFDV \ SROtWLFDV VREUH TXLHQ WRPDUi HO SRGHU SURFHGLHQGR al convencimiento de los ciudadanos mediante la utilizaciĂłn GH ORV PHGLRV PDVLYRV GH FRPXQLFDFLyQ 6H WUDWD GH WUDQVIHULU ODV WpFQLFDV GH VHGXFFLyQ HPSOHDGDV HQ HO PHUFDGR DO iPELWR SROtWLFR $TXt HV LPSRUWDQWH FRQVLGHUDU TXH OD WHVLV GH OD â&#x20AC;&#x153;dictadura del proletariadoâ&#x20AC;? no era la instauraciĂłn de un rĂŠgimen DXWRULWDULR WDPSRFR GH XQ SDUWLGR \ PHQRV GH XQ LQGLYLGXR 0DU[ XWLOL]y HVWH FRQFHSWR LQVSLUDGR HQ OD WUDGLFLyQ URPDQD (O SUREOHPD HV TXH HO FRQFHSWR GLFWDGXUD KD FDPELDGR HQ IRUPD QHJDWLYD VX VLJQLÂżFDGR \ SRU HOOR SURSRQJR TXH VH XWLOLFH el concepto gramsciano de hegemonĂa. Vid. Hal Draper, Karl Marxâ&#x20AC;&#x2122;s Theory of Revolution. (http://marxists.org/archive/draper.html) (Q XQD UHFHQVLyQ FUtWLFD TXH SXEOLTXp HQ OD UHYLVWD El Viejo Topo, n. 279 de abril de 2011 FRPHQWDED TXH D SHVDU GH VX ULTXH]D IDOWDED XQ DQiOLVLV GH ORV DXWRUHV ODWLQRDPHULFDQRV \ HVSDxROHV TXH KDQ VLGR WDPELpQ VLJQLÂżFDWLYRV HQ HVWRV DxRV SHUR HVR GHEHPRV KDFHUOR QRVRWURV
EcologĂa y costes de producciĂłn capitalistas: 1 No hay salida ...la necesidad imperiosa de expansiĂłn del capital en tĂŠrminos de producciĂłn total y en WpUPLQRV JHRJUiÂżFRV D ÂżQ GH PDQWHQHU VX REMHWLYR SULQFLSDO OD DFXPXODFLyQ LQFHVDQWH Para los capitalistas, sobre todo para los grandes capitalistas, un elemento esencial en la acumulaciĂłn de capital es dejar sin pagar sus cuentas.
Immanuel Wallerstein Casi todo el mundo acepta hoy que durante los Ăşltimos 30 aĂąos se ha producido una grave degradaciĂłn del entorno natural en que vivimos, mĂĄs aĂşn si hablamos de los Ăşltimos cien o quinientos aĂąos. AsĂ es, a pesar de los frecuentes e importantes inventos tecnolĂłgicos y de una H[SDQVLyQ GHO FRQRFLPLHQWR FLHQWtĂ&#x20AC;FR TXH podrĂan habernos hecho creer que conducirĂan hacia una consecuencia totalmente opuesta. Uno de los resultados de esto es que actualmente, a diferencia de lo que ocurrĂa hace 30, 100 o 500 aĂąos, la ecologĂa se ha convertido en un problema
polĂtico importante en muchas partes del mundo. Incluso, existen movimientos polĂticos UD]RQDEOHPHQWH VLJQLĂ&#x20AC;FDWLYRV RUJDQL]DGRV esencialmente en torno a la defensa del medio ambiente para impedir una mayor degradaciĂłn e intentar revertir la situaciĂłn en la medida en que sea posible. Evidentemente, la gravedad atribuida a este problema contemporĂĄneo oscila entre la opiniĂłn de aquellos que creen inminente el dĂa del juicio Ă&#x20AC;QDO \ OD GH TXLHQHV FRQVLGHUDQ TXH SXHGH HVWDU
37
Immanuel Wallerstein
38
cercana una soluciĂłn tĂŠcnica. Creo que la mayorĂa de las personas tienen una postura situada entre esas dos opiniones extremas. Yo no estoy en posiciĂłn adecuada para hablar de este tema desde XQ SXQWR GH YLVWD FLHQWtĂ&#x20AC;FR SHUR DFHSWDUp FRPR plausible esa apreciaciĂłn intermedia y me dedicarĂŠ a analizar la relevancia de este asunto para la economĂa polĂtica del sistema-mundo. Por supuesto, el universo se encuentra en un incesante cambio, por lo que el mero hecho de que las cosas ya no sean como eran antes es tan banal que no merece que se le preste ninguna atenciĂłn. AdemĂĄs, dentro de esta constante turbulencia hay modelos de renovaciĂłn estructural, a los que llamamos vida. Los fenĂłmenos vivos, u RUJiQLFRV WLHQHQ FRPLHQ]R \ Ă&#x20AC;Q SDUD FDGD H[LVtencia individual, pero en el proceso se produce procreaciĂłn, de forma que las especies tienden a conservarse. Pero esta renovaciĂłn cĂclica nunca es perfecta, y, por lo tanto, la ecologĂa global nunca se mantiene estĂĄtica. Por otra parte, todos los fenĂłmenos vivos ingieren de alguna forma productos procedentes del exterior, entre los que se encuentran la mayorĂa de las veces otros fenĂłmenos vivos, y la proporciĂłn predador/presa no es nunca perfecta, por lo que el medio biolĂłgico estĂĄ en constante evoluciĂłn.
6RFLyORJR \ FLHQWtĂ&#x20AC;FR VRFLDO 1DFLy en New York el 28 de septiembre de 1930, realizĂł sus estudios en Humanidades en la Universidad de Columbia, donde se graduĂł en 1951, obtuvo su maestrĂa HQ \ HO GRFWRUDGR HQ (Departamento de SociologĂa de OD 8QLYHUVLGDG GH 1HZ <RUN TrabajĂł como conferencista hasta 1971, aĂąo en que se hizo profesor de sociologĂa de la Universidad de McGill. En 1976 fue profesor de sociologĂa de la Universidad GH %LQJKDPWRQ 681< KDVWD que se retiro en 1999. Fue director del Centro Fernand Fraudel para los estudios econĂłmicos, sistemas histĂłricos y civilizaciĂłn.
Rosmery Mamani
MĂĄs aĂşn, los venenos tambiĂŠn son fenĂłmenos naturales y juegan un papel en el equilibrio ecolĂłgico desde mucho antes de que los seres humanos entraran en juego. El que hoy sepamos mucha mĂĄs quĂmica y biologĂa que nuestros antepasados quizĂĄ nos haga mĂĄs conscientes de la presencia de toxinas en nuestro medio ambiente, aunque tambiĂŠn podrĂa no ser asĂ, ya que acWXDOPHQWH HVWDPRV HQWHUiQGRQRV GH FXDQ VRĂ&#x20AC;Vticados eran los pueblos pre-alfabetizados en lo que se referĂa a toxinas y antitoxinas. Nosotros aprendemos todas estas cosas en la escuela y en la enseĂąanza secundaria, asĂ como en la simple observaciĂłn de la vida cotidiana. No obstante, frecuentemente tendemos a despreciar estas obvias limitaciones cuando hablamos de la polĂtica relacionada con los temas ecolĂłgicos. Plantearse estos problemas sĂłlo tiene sentido si creemos que en los Ăşltimos aĂąos ha ocurrido algo especial o adicional, aumentando el peligro, y si, al mismo tiempo, creemos que es posible hacer algo frente a ese peligro incrementado. Generalmente, el planteamiento de los verdes y de otros movimientos ecologistas incluye ambos aspectos: nivel creciente de peligro (por ejemplo, agujeros en la capa de ozono, efecto invernadeUR IXVLRQHV DWyPLFDV \ VROXFLRQHV SRWHQFLDOHV
Como dije, estoy dispuesto a tomar como punto de partida la suposiciĂłn de que resulta razonable plantearse que estamos ante una amenaza creciente, que requiere alguna reacciĂłn urgenWH 6LQ HPEDUJR D Ă&#x20AC;Q GH UHDFFLRQDU FRQ LQWHOLgencia frente a esa amenaza, debemos hacernos dos preguntas: ÂżquiĂŠn estĂĄ en peligro?, Âżpor quĂŠ existe esta mayor amenaza? A su vez, la pregunta â&#x20AC;&#x153;peligro para quiĂŠnâ&#x20AC;? tiene dos componentes: quiĂŠn entre los seres humanos y quiĂŠn entre los seres vivos. La primera pregunta saca a relucir la comparaciĂłn entre las actitudes del Norte y del Sur frente a los problemas ecolĂłgicos. La segunda afecta a la ecologĂa profunda. Pero ambas preguntas implican, de hecho, aspectos relativos a la naturaleza de la civilizaciĂłn capitalista y al funcionamiento de la economĂa-mundo capitaOLVWD OR TXH VLJQLĂ&#x20AC;FD TXH DQWHV GH SRGHU GDU UHVpuesta al â&#x20AC;&#x153;quiĂŠn estĂĄ en peligroâ&#x20AC;? debemos analizar mejor cuĂĄl es la fuente del peligro. Comencemos recordando dos aspectos elementales del capitalismo histĂłrico. Uno es bien conocido: el capitalismo es un sistema que tiene una necesidad imperiosa de expansiĂłn en tĂŠrminos de producciĂłn total y en tĂŠrminos geogrĂĄĂ&#x20AC;FRV D Ă&#x20AC;Q GH PDQWHQHU VX REMHWLYR SULQFLSDO OD
39
acumulaciĂłn incesante. El segundo aspecto se toma en cuenta menos frecuentemente. Para los capitalistas, sobre todo para los grandes capitalistas, un elemento esencial en la acumulaciĂłn de capital es dejar sin pagar sus cuentas. Esto es lo que yo llamo los trapos sucios (dirty secret del capitalismo.
40
PermĂtanme desarrollar estos dos aspectos. El primero, la expansiĂłn constante de la economĂamundo capitalista, es admitido por todos. Los defensores del capitalismo venden esto como una de sus grandes virtudes. Sin embargo, las personas comprometidas con los problemas ecolĂłgicos lo presentan como uno de sus grandes vicios, y, en particular, frecuentemente cuestionan uno de los puntales ideolĂłgicos de esta H[SDQVLyQ OD DĂ&#x20AC;UPDFLyQ GHO GHUHFKR HQ UHDOLGDG GHEHU GH ORV VHUHV KXPDQRV ´D FRQTXLVWDU la naturaleza.â&#x20AC;? Ahora bien, ciertamente, ni la expansiĂłn ni la conquista de la naturaleza eran desconocidas antes de los inicios de la economĂamundo capitalista durante el siglo XVI. Pero, al igual que muchos otros fenĂłmenos sociales anteriores a esta ĂŠpoca, en los sistemas histĂłricos precedentes no tenĂan prioridad existencial. Lo que el capitalismo histĂłrico hizo fue poner en primer plano ambos temas (la expansiĂłn real y VX MXVWLĂ&#x20AC;FDFLyQ LGHROyJLFD SHUPLWLHQGR D ORV FDpitalistas pasar por alto las objeciones sociales a este terrible dĂşo. Ă&#x2030;sta es la verdadera diferencia entre el capitalismo histĂłrico y los sistemas histĂłricos previos. Todos los valores de la civilizaciĂłn capitalista son milenarios, pero tambiĂŠn lo son otros valores contradictorios. Como capitalismo histĂłrico entendemos un sistema en el que las instituciones que se construyeron posibilitan que los valores capitalistas tomen prioridad, de forma que la economĂa-mundo en su conjunto tomĂł el camino de la mercantilizaciĂłn de todas las cosas haciendo de la acumulaciĂłn incesante de capital su objeto propio. Evidentemente, el efecto de esto no se experimenta en un dĂa o incluso en un siglo. La expansiĂłn tiene un efecto acumulativo. Lleva tiempo derribar los ĂĄrboles. Los ĂĄrboles de Irlanda fueron cortados todos durante el Siglo XVII. Pero habĂa otros ĂĄrboles en otros lugares. Hoy, hablamos de la selva amazĂłnica como de la Ăşltima extensiĂłn realmente poblada de ĂĄrboles, y parece que
estĂĄ desapareciendo rĂĄpidamente. Lleva tiempo verter toxinas en los rĂos o en la atmĂłsfera. Hace sĂłlo 50 aĂąos, el smog era una palabra reciente, inventada para describir las inusitadas condiciones de Los Ă ngeles. Estaba pensada para describir la vida en una localidad que mostrĂł una cruel desatenciĂłn hacia la calidad de vida y la cultura. Hoy, el smog estĂĄ en todos los lados, e infecta Atenas y ParĂs. Y la economĂa-mundo capitalista sigue expandiĂŠndose con una imprudente velocidad. Incluso en la actual onda descendente .RQGUDWLHII % RtPRV KDEODU GH QRWDEOHV WDVDV de crecimiento en el Este y el Sudeste de Asia. ÂżQuĂŠ podemos esperar de la siguiente onda ascendente Kondratieff-A? AdemĂĄs, la democratizaciĂłn del mundo, y ha habido una democratizaciĂłn, ha implicado que esta expansiĂłn siga siendo increĂblemente popular en muchas partes del mundo. Probablemente, es mĂĄs popular que nunca lo haya sido. Hay mĂĄs personas reclamando sus derechos, y ĂŠstos incluyen, muy destacadamente, el derecho a un trozo del pastel. Pero un trozo del pastel para un porcentaje grande de la poblaciĂłn mundial exige necesariamente mĂĄs producciĂłn, sin mencionar el hecho de que esa poblaciĂłn mundial sigue creciendo todavĂa. AsĂ que no son solamente los capitalistas quienes quieren la expansiĂłn, sino tambiĂŠn mucha gente corriente. Esto no impide que mucha de esta misma gente quiera tambiĂŠn detener la degradaciĂłn del medio ambiente en el mundo. Pero esto simplemente prueba que estamos metidos en otra contradicciĂłn de este sistema histĂłrico. Mucha gente quiere tener mĂĄs ĂĄrboles y mĂĄs bienes materiales, y gran parte de ella se limita a separar en sus mentes ambas demandas. Desde el punto de vista de los capitalistas, como sabemos, el objetivo de la producciĂłn creciente es obtener ganancias. Haciendo una distinciĂłn que no creo que estĂŠ anticuada, esto implica una producciĂłn para el cambio y no una producciĂłn para el uso. Las ganancias obtenidas en una Ăşnica operaciĂłn son iguales al margen existente entre el precio de venta y el coste total de producciĂłn, es decir, el coste de todo aquello que es necesario para colocar ese producto en el punto de venta. Por supuesto, las ganancias reales sobre la totalidad de las operaciones realizadas por un capitalista se
calculan multiplicando este margen por la cantidad de operaciones de venta realizadas. Por tanto, el “mercado” limita los precios de venta, en cierta medida, porque si el precio aumenta demasiado puede ocurrir que las ganancias totales obtenidas al vender sean menores que con precios más bajos. ¿Pero qué cosas limitan los costes totales? En esto, juega un papel importante el precio del trabajo, que, evidentemente, incluye el precio del trabajo incorporado en los diferentes inputs. Sin embargo, el precio establecido en el mercado de trabajo no depende exclusivamente de la relación entre oferta y demanda, sino también del poder negociador del movimiento obrero. Éste es un tema complicado, pues son muchos los factores TXH LQÁX\HQ VREUH OD IXHU]D GH HVH SRGHU QHJRciador. Lo que puede decirse es que, a lo largo de la historia de la economía-mundo capitalista, ese poder de negociación ha aumentado como tendencia secular, a pesar de las subidas y bajadas propias de sus ritmos cíclicos. Hoy, a la entrada del Siglo XXI, esta fuerza está a punto de iniciar un movimiento singular ascendente, a causa de la desruralización del mundo. La desruralización es crucial para el precio del trabajo. En términos de poder negociador, hay diferentes tipos de ejército laboral de reserva. El grupo más débil ha sido siempre el formado por personas residentes en áreas rurales y que se trasladan por primera vez a áreas urbanas para buscar un trabajo asalariado. En general, para estas personas el salario urbano, incluso si es extremadamente bajo respecto a los estándares mundiales o locales, suele ser económicamente más ventajoso que la permanencia en las áreas rurales. Probablemente, harán falta veinte o WUHLQWD DxRV SDUD TXH HVWDV SHUVRQDV PRGLÀTXHQ su sistema económico de referencia y lleguen a ser totalmente conscientes de su poder potencial en un puesto de trabajo urbano, comenzando a comprometerse en algún tipo de acción sindical para tratar de obtener salarios más altos. Las personas residentes desde hace largo tiempo en áreas urbanas reclaman, en líneas generales, niveles salariales más altos para aceptar un trabajo asalariado, incluso si carecen de empleo en la economía formal y viven en terribles condiciones insalubres. Esto se debe a que ya han aprendido a obtener, a través de fuentes alternativas propias del centro urbano, un nivel mínimo de ingresos
que es más alto que el ofrecido a los inmigrantes rurales recién llegados. Así, aunque queda todavía un enorme ejército laboral de reserva en el sistema-mundo, la rápida desruralización del sistema provoca un rápido aumento del precio medio del trabajo, lo que, a su vez, implica que tasa media de ganancia debe ir bajando necesariamente. Esta disminución de la tasa de ganancia hace mucho más importante la reducción de otros costes no laborales. Pero, por supuesto, todos los inputs que intervienen en la producción son afectados por el incremento de los costes laborales. Aunque las innovaciones técnicas pueden continuar reduciendo el coste de algunos inputs y los gobiernos pueden continuar instituyendo y defendiendo posiciones monopolísticas de algunas empresas, facilitando así el mantenimiento de precios de venta elevados, no por ello deja de ser absolutamente crucial para los capitalistas seguir descargando sobre otras partes de sus costes. Evidentemente, esos “otros” son el Estado o, si no es éste directamente, la “sociedad”. Permítanme investigar cómo se hace eso y cómo se paga la factura. Hay dos vías distintas para que los Estados paguen los costes. Los gobiernos pueden aceptar formalmente ese papel, a través de subvenciones de algún tipo. Sin embargo, las subvenciones son cada vez más visibles e impopulares, provocando fuertes protestas de las empresas competidoras y de los contribuyentes. Las subvenciones plantean problemas políticos. Pero hay otro camino, más LPSRUWDQWH \ SROtWLFDPHQWH PHQRV GLÀFXOWRVR SDUD los gobiernos, porque todo lo que requiere es una no-acción. A lo largo de la historia del capitalismo histórico, los gobiernos han permitido que las empresas no asuman muchos de sus costes, renunciando a requerirles que lo hagan. Los gobiernos hacen esto, en parte, poniendo infraestructuras a su disposición, y, posiblemente en mayor parte, no insistiendo en que una operación productiva debe incluir el coste de restaurar el medio ambiente para que éste sea “preservado”. Hay dos tipos diferentes de operaciones para la preservación del medio ambiente. El primero consiste en limpiar los efectos negativos de una actividad productiva (por ejemplo, combatiendo las toxinas químicas subproducto de la producción, R HOLPLQDQGR ORV UHVLGXRV QR ELRGHJUDGDEOHV (O segundo tipo consiste en invertir en la renovación
41
de los recursos naturales que han sido utilizados SRU HMHPSOR UHSODQWDQGR iUEROHV /RV PRYLmientos ecologistas han planteado una larga seULH GH SURSXHVWDV HVSHFtĂ&#x20AC;FDV GLULJLGDV KDFLD HVRV objetivos. En general, estas propuestas encuentran una resistencia considerable por parte de las empresas que podrĂan ser afectadas por ellas, porque estas medidas son muy costosas y, por tanto, llevarĂan a una reducciĂłn de producciĂłn. La verdad es que las empresas tienen esencialmente razĂłn. Estas medidas son, desde luego, demasiado costosas, si se plantea el problema en tĂŠrminos de mantener la actual tasa media de ganancia a nivel mundial. SĂ, son extremadamente costosas. Dada la desruralizaciĂłn del mundo y sus ya importantes efectos sobre la acumulaciĂłn de capital, la puesta en prĂĄctica de medidas HFROyJLFDV VLJQLĂ&#x20AC;FDWLYDV \ VHULDPHQWH OOHYDGDV D cabo, podrĂa ser el golpe de gracia a la viabilidad de la economĂa-mundo capitalista. Por lo tanto, con independencia de las posiciones que sobre estos temas expresen los departamentos de relaciones pĂşblicas de determinadas empresas, lo Ăşnico que podemos esperar de los capitalistas en general es un constante hacerse el remolĂłn.
42
De hecho, estamos ante tres alternativas: % Una, los gobiernos pueden insistir en que todas las empresas deben internalizar todos los costes, y nos encontrarĂamos de inmediato con XQD DJXGD GLVPLQXFLyQ GH EHQHĂ&#x20AC;FLRV % Dos, los gobiernos pueden pagar la factura de las medidas ecolĂłgicas (limpieza y restauraFLyQ PiV SUHYHQFLyQ XWLOL]DQGR LPSXHVWRV para ello. Pero si se aumentan los impuestos, entonces, o bien se aumentan sobre las empresas, lo que conducirĂa a la misma reducciĂłn de las ganancias, o bien se aumentan sobre el resto de la gente, lo que posiblemente conducirĂa D XQD LQWHQVD UHEHOLyQ Ă&#x20AC;VFDO % Tres, podemos no hacer prĂĄcticamente nada, lo que conducirĂa a las diversas catĂĄstrofes ecolĂłgicas de las que los movimientos ecologistas nos han alertado. Hasta ahora, la tercera alternativa es la que ha predominado. En cualquier caso, esto explica por quĂŠ digo que â&#x20AC;&#x153;no hay salidaâ&#x20AC;?, queriendo decir que no hay salida dentro del entramado del sistema histĂłrico existente.
Por supuesto, si bien los gobiernos rechazan la primera alternativa -requerir la internalizaciĂłn de costes-, pueden intentar comprar tiempo, que es, precisamente, lo que muchos han hecho. Una de las maneras principales de â&#x20AC;&#x153;comprar tiempoâ&#x20AC;? es intentar desplazar el problema desde los polĂticamente fuertes hacia los polĂticamente dĂŠbiles, esto es, del Norte hacia el Sur, lo que puede hacerse de dos formas. La primera de ellas es descargar todos los residuos en el Sur, comprando un poco de tiempo para el Norte sin afectar a la acumulaciĂłn mundial. La otra consiste en tratar de imponer al Sur la posposiciĂłn de su â&#x20AC;&#x153;desarrolloâ&#x20AC;?, forzĂĄndole a aceptar severas limitaciones a la producciĂłn industrial o la utilizaciĂłn de formas de producciĂłn ecolĂłgicamente mĂĄs saludables, pero tambiĂŠn mĂĄs caras. Esto plantea inmediatamente la pregunta de quiĂŠn paga el precio de las restricciones globales y la de si, en cualquier caso, podrĂĄn funcionar. Por ejemplo, si China aceptase reducir el uso de combustibles fĂłsiles, ÂżcĂłmo afectarĂa esto a las perspectivas de China como parte en expansiĂłn del mercado mundial, y, por tanto, tambiĂŠn a las perspectivas de la acumulaciĂłn de capital? Terminamos volviendo al mismo punto. Francamente, probablemente sea una suerte que el descargar los problemas sobre el Sur no sea ya una soluciĂłn real a largo plazo para estos dilemas. PodrĂa decirse que durante los Ăşltimos 500 aĂąos eso formaba parte del procedimiento establecido. Pero la expansiĂłn de la economĂa-mundo ha sido tan grande, y el consiguiente nivel de degradaciĂłn tan grave, que no TXHGD HVSDFLR SDUD DUUHJODU VLJQLĂ&#x20AC;FDWLYDPHQWH la situaciĂłn exportĂĄndola a la periferia. Estamos obligados a volver a los fundamentos. Es un asunto de economĂa polĂtica, en primer lugar, y, por tanto, de opciones morales y polĂticas. Los dilemas ambientales que encaramos hoy son resultado directo de la economĂa-mundo capitalista. Mientras que todos los sistemas histĂłricos anteriores transformaron la ecologĂa, y algunos de ellos llegaron a destruir la posibilidad de mantener en ĂĄreas determinadas un equilibrio viable que asegurase la supervivencia del sistema histĂłrico localmente existente, solamente el capitalismo histĂłrico ha llegado a ser una amenaza para la posibilidad de una existencia futura viable de la humanidad, por haber sido el primer sistema histĂłrico que ha englobado toda la Tierra y que ha expandido la producciĂłn y la poblaciĂłn mĂĄs allĂĄ de todo lo previamente imaginable.
Hemos llegado a esta situaciĂłn porque en este sistema los capitalistas han conseguido hacer inHĂ&#x20AC;FD] OD FDSDFLGDG GH RWUDV IXHU]DV SDUD LPSRner lĂmites a la actividad de los capitalistas en nombre de valores diferentes al de la acumulaciĂłn incesante de capital. El problema ha sido, precisamente, Prometeo desencadenado. Pero Prometeo desencadenado no es algo inherente a la sociedad humana. Este desencadenamiento, del que alardean los defensores del actual sistema, fue ĂŠl mismo un difĂcil logro, cuyas ventajas a medio plazo estĂĄn siendo ahora superadas abrumadoramente por sus desventajas a largo plazo. La economĂa polĂtica de la actual situaciĂłn consiste en que el capitalismo histĂłrico estĂĄ, de hecho, en crisis precisamente porque no puede encontrar soluciones razonables a sus dilemas actuales, entre los que la incapacidad para contener la destrucciĂłn ecolĂłgica es uno de los mayores, aunque no el Ăşnico. De este anĂĄlisis, saco varias conclusiones. La primera es que la legislaciĂłn reformista tiene lĂmites inherentes. Si la medida del ĂŠxito de esa legislaciĂłn es el grado en que logre disminuir apreciablemente la degradaciĂłn ambiental mundial en los prĂłximos 10-20 aĂąos, yo predecirĂa que serĂĄ muy pequeĂąo, pues la oposiciĂłn polĂtica serĂĄ feroz, dado el impacto que tal legislaciĂłn tiene sobre la acumulaciĂłn de capital. Sin embargo, eso no quiere decir que sea inĂştil realizar esos esfuerzos. Todo lo contrario, muy probablemente. La presiĂłn polĂtica en favor de tal legislaciĂłn puede aumentar los dilemas del sistema capitalista. Puede facilitar la cristalizaciĂłn de los verdaderos problemas polĂticos que estĂĄn en juego, a condiciĂłn de que esos problemas se planteen correctamente. Los empresarios han argumentado esencialmente que la opciĂłn es empleos versus romanticismo, o humanos versus naturaleza. En gran medida, muchas de las personas comprometidas con la problemĂĄtica ecologista han caĂdo en la trampa, respondiendo de dos maneras diferentes que, a mi entender, son ambas incorrectas. Unos han dicho que â&#x20AC;&#x153;una puntada a tiempo ahorra nueveâ&#x20AC;?, sugiriendo que, dentro de la estructura del sistema actual, es formalmente racional para los gobiernos gastar una cantidad x ahora para no gastar, despuĂŠs, cantidades mucho mayores.
Esta es una lĂnea argumental que tiene sentido dentro de la estructura de un sistema determinado. Pero acabo de argumentar que, desde el punto de vista de los capitalistas, tal â&#x20AC;&#x153;dar puntaGDV D WLHPSR Âľ VL VRQ OR VXĂ&#x20AC;FLHQWHPHQWH DPSOLDV para detener el daĂąo, no resultan racionales, ya que amenazarĂa de manera fundamental la posibilidad de una continua acumulaciĂłn de capital. TambiĂŠn considero polĂticamente impracticable la segunda respuesta dada a los empresarios, basada en las virtudes de la naturaleza y las maldades de la ciencia. En la prĂĄctica, esto se traduce en la defensa de una obscura fauna de la que la mayorĂa de la gente no ha oĂdo hablar nunca y respecto a la cual se siente indiferente, lo que conduce a que responsabilice de la destrucciĂłn de empleo a unos intelectuales de clase media urbana. AsĂ, la atenciĂłn queda desplazada de los problemas principales, que son y deben seguir siendo dos. El primero es que los capitalistas no pagan su cuenta. El segundo es que la incesante acumulaciĂłn de capital es un objetivo materialmente irracional, ante el que existe una alternativa bĂĄsica consistente en sopesar y comparar las ventajas de los diversos factores (incluyendo las GH OD SURGXFFLyQ HQ WpUPLQRV GH UDFLRQDOLGDG material colectiva. Ha habido una desafortunada tendencia a hacer de la ciencia y de la tecnologĂa el enemigo, cuando la verdadera raĂz genĂŠrica del problema es el capitalismo. Ciertamente, el capitalismo ha utilizado el esplendor del interminable avance tecQROyJLFR FRPR XQD GH VXV MXVWLĂ&#x20AC;FDFLRQHV < KD respaldado una determinada visiĂłn de la ciencia -ciencia newtoniana, determinista-, utilizada como mortaja cultural y aval del argumento polĂtico que pretende que los seres humanos deben â&#x20AC;&#x153;conquistarâ&#x20AC;? la naturaleza, que pueden hacerlo y que todos los efectos negativos de la expansiĂłn econĂłmica podrĂan ser contrarrestados por el inHYLWDEOH SURJUHVR FLHQWtĂ&#x20AC;FR Sabemos hoy que esta visiĂłn y esta versiĂłn de ciencia tienen una aplicabilidad limitada y universal. Esta versiĂłn de la ciencia se enfrenta al desafĂo fundamental planteado desde la propia FRPXQLGDG FLHQWtĂ&#x20AC;FD HQ SDUWLFXODU GHVGH HO DPplio grupo dedicado a lo que denominan como â&#x20AC;&#x153;estudios sobre la complejidadâ&#x20AC;?. Las ciencias de la complejidad son muy diferentes de la ciencia newtoniana en muy diversos aspectos: rechazo
43
44
Galarza - â&#x20AC;&#x153;Andesâ&#x20AC;?
de la posibilidad intrĂnseca de predicibilidad; DĂ&#x20AC;UPDFLyQ GH OD QRUPDOLGDG GH ORV VLVWHPDV DOHjados del equilibrio, con sus inevitables bifurcaFLRQHV FHQWUDOLGDG GH OD Ă HFKD GHO WLHPSR 3HUR lo que quizĂĄ sea mĂĄs relevante para el tema que estamos tratando es el ĂŠnfasis puesto en la creatividad autoconstituyente de los procesos naturales y en la inseparabilidad entre seres humanos y QDWXUDOH]D OR TXH FRQGXFH D DĂ&#x20AC;UPDU TXH OD FLHQcia es parte integrante de la cultura. Desaparece la idea de una actividad intelectual desarraigada que aspire a una verdad eterna subyacente a todo lo existente. En su lugar, surge la visiĂłn de un mundo de realidad descubrible, pero en el que no puede descubrirse el futuro, porque el futuro estĂĄ todavĂa sin crear. El futuro no estĂĄ inscrito en el presente, aunque pueda estar circunscrito por el pasado. Me parecen muy claras las implicaciones polĂticas de esta visiĂłn de la ciencia. El presente es siempre toma de decisiones, pero, cĂłmo alguien
dijo una vez, aunque nosotros hagamos nuestra propia historia, no la hacemos tal y como la hemos escogido. Pero la hacemos. El presente es siempre toma de decisiones, pero la gama de opciones se expande considerablemente en los perĂodos que preceden inmediatamente a una bifurcaciĂłn, cuando el sistema estĂĄ mĂĄs alejado del equilibrio, porque en ese momento inputs pequeĂąos provocan grandes outputs (a diferencia de lo que ocurre cerca del equilibrio, cuando grandes inputs producen pequeĂąos outputs Volvamos ahora al tema de la ecologĂa, al que he situado dentro de la estructura de la economĂa polĂtica del sistema-mundo. He explicado que la fuente de la destrucciĂłn ecolĂłgica es la necesidad de externalizar costos que sienten los empresarios y, por tanto, la ausencia de incentivos para tomar decisiones ecolĂłgicamente sensibles. He explicado tambiĂŠn, sin embargo, que este problema es mĂĄs grave que nunca a causa de la crisis sistĂŠmica en que hemos entrado, ya que ĂŠsta
ha limitado de varias formas las posibilidades de acumulaciĂłn de capital, quedando la externalizaciĂłn de costes como uno de los principales y mĂĄs accesibles remedios paliativos. De ahĂ he deducido que hoy es mĂĄs difĂcil que nunca obtener un asentimiento serio de los grupos empresariales a la adopciĂłn de medidas para luchar contra la degradaciĂłn ecolĂłgica. Todo esto puede traducirse en el lenguaje de la complejidad muy fĂĄcilmente. Estamos en el perĂodo inmediatamente precedente a una bifurcaciĂłn. El sistema histĂłrico actual estĂĄ, de hecho, en crisis terminal. El problema que se nos plantea es quĂŠ es lo que lo reemplazarĂĄ. Esta es la discusiĂłn polĂtica central de los prĂłximos 25-50 aĂąos. El tema de la degradaciĂłn ecolĂłgica es un escenario central para esta discusiĂłn, aunque no el Ăşnico. Pienso que todo lo que tenemos que decir es que el debate es sobre la racionalidad material, y que estamos luchando por una soluciĂłn o por un sistema que sea materialmente racional. El concepto de racionalidad material presupone TXH HQ WRGDV ODV GHFLVLRQHV VRFLDOHV KD\ FRQĂ LFtos entre valores diferentes y entre grupos diferentes que, frecuentemente, hablan en nombre de valores opuestos. Presupone tambiĂŠn que
no existe ningĂşn sistema que pueda satisfacer simultĂĄneamente todos esos conjuntos de valores, incluso aunque creyĂŠsemos que todos ellos se lo merecen. Para ser materialmente racional hay que hacer elecciones que den como resultaGR XQD FRPELQDFLyQ ySWLPD ¢3HUR TXp VLJQLĂ&#x20AC;FD ySWLPR" (Q SDUWH SRGUtDPRV GHĂ&#x20AC;QLUOR FRQ HO viejo lema de Jeremy Bentham, lo mejor para la mayorĂa. El problema es que este lema, aunque QRV FRORFD HQ HO FDPLQR DGHFXDGR HO UHVXOWDGR tiene muchos puntos dĂŠbiles. Por ejemplo, ÂżquiĂŠnes son la mayorĂa? El problema ecolĂłgico nos hace muy sensibles ante esta pregunta. EstĂĄ claro que, cuando hablamos de degradaciĂłn ecolĂłgica, no podemos hablar de un Ăşnico paĂs. Ni siquiera podemos limitarnos a nuestro planeta. TambiĂŠn hay que tomar en cuenta la cuestiĂłn generacional. Lo mejor para la actual generaciĂłn podrĂa ser muy nocivo para los intereses de las generaciones futuras. Por otra parte, la generaciĂłn actual tambiĂŠn tiene sus derechos. En realidad, estamos ya en medio de este debate que afecta a personas realmente existentes: ÂżquĂŠ porcentaje de los gastos sociales dedicar a los niĂąos, a los trabajadores adultos y a las personas mayores? Si aĂąadimos a los aĂşn no naci-
Rosmery Mamani
45
dos, no resulta en absoluto fĂĄcil llegar a una distribuciĂłn justa. Pero precisamente este es el tipo de sistema social alternativo que debemos tratar de construir, un sistema que discuta, sopese y decida colectivamente este tipo de asuntos fundamentales. La producciĂłn es importante. Necesitamos usar los ĂĄrboles como madera y como combustible, tambiĂŠn los necesitamos para que den sombra y belleza estĂŠtica. Y necesitamos seguir teniendo ĂĄrboles en el futuro para todos estos usos. El argumento tradicional de los empresarios es que esas decisiones sociales se toman mejor por acumulaciĂłn de decisiones individuales, pues, en su opiniĂłn, no existe un mecanismo mejor que permita alcanzar decisiones colectivas. Sin embargo, por plausible que esa OtQHD GH UD]RQDPLHQWR SXHGD VHU QR MXVWLĂ&#x20AC;FD XQD situaciĂłn en la que una persona toma una decisiĂłn que es lucrativa para ella al precio de hacer caer impresionantes costes sobre otros que carecen de la posibilidad de conseguir que sus opiniones, preferencias o intereses sean tomados en cuenta al tomar la decisiĂłn. Pero esto es, precisamente, lo que la externalizaciĂłn de costes hace.
46
ÂżNo hay salida? No hay salida dentro de la estructura del sistema histĂłrico existente. Pero re-
sulta que estamos en el proceso de salir de este sistema. La verdadera pregunta que se nos plantea es la de Âża dĂłnde llegaremos como resultado de este proceso?. AquĂ y ahora debemos levantar el estandarte de la racionalidad material, en torno al cual debemos agruparnos. Una vez que aceptemos la importancia de recorrer el camino de la racionalidad material, debemos ser conscientes de que es un camino largo y arduo. Involucra no solamente un nuevo sistema social, sino tambiĂŠn nuevas estructuras de conocimiento, en ODV TXH OD Ă&#x20AC;ORVRItD \ ODV FLHQFLDV QR SRGUiQ VHJXLU divorciadas, y retornaremos a la epistemologĂa singular en pos del conocimiento utilizada con anterioridad a la creaciĂłn de la economĂa-mundo capitalista. Si comenzamos a recorrer este caPLQR WDQWR HQ OR TXH VH UHĂ&#x20AC;HUH DO VLVWHPD VRFLDO en que vivimos como en cuanto a las estructuras de conocimiento que usamos para interpretarlo, necesitamos ser muy conscientes de que estamos ante un comienzo, no, de ninguna manera, ante XQ Ă&#x20AC;QDO 1 ArtĂculo extraĂdo del sitio http://nogreeneconomy.org/es/ecologia-y-costes-de-produccion-capitalistas-no-hay-salida-por-immanuel-wallerstein/
Rosmery Mamani
47
Rosmery Mamani
48
Pintura de Gil Imana “El Hombre y su tierra 1966” Rosmery Mamani “El llamado”
El Indianismo de Fausto Reinaga â&#x20AC;&#x153;Al hombre segregado, racializado, viviseccionado, despedazado, amputado de sĂ mismo, HV GHFLU DOLHQDGR KD\ TXH XQLĂ&#x20AC;FDU FRPSOHWDU WRWDOL]DU DO KRPEUH KD\ TXH DUUDQFDU GH su esclavitud, de su temor y de su hambre, para enseĂąorearlo en la libertad. El hombre enajenado, esclavo; no. El hombre pleno, siâ&#x20AC;?. Fausto Reinaga, La RevoluciĂłn India
Carlos Macusaya Cruz
L
a obra de Fausto Reinaga1 es de las mĂĄs LQĂ X\HQWHV HQWUH ORV ´PRYLPLHQWRV LQGtJHQDVÂľ HPSHUR HVD LQĂ XHQFLD QR KD KHcho que se trabaje sobre su pensamiento en los espacios acadĂŠmicos, como las universidades2. De hecho, es curioso notar que las universidades no han tenido protagonismo en los procesos de lucha que se dieron entre los aĂąos 2000 y 2005, mientras en los lugares â&#x20AC;&#x153;no acadĂŠmicosâ&#x20AC;? la discusiĂłn y el debate eran alimentados con ideas de Fausto Reinaga. Puede decirse que DKt GRQGH QR LQĂ XtDQ ORV ´DFDGpPLFRVÂľ 5HLQDJD HQFRQWUDED XQ ´WHUUHQR IpUWLOÂľ \ VX LQĂ XHQFLD HV aun hoy muy grande. No debe extraĂąar, pues, que los libros de Reinaga no se tomen en cuenta en los materiales de lectura y discusiĂłn en las universidades3, como no debe extraĂąar encontrar a personas en laderas de las ciudades y en pueblos que enarbolan sus ideas . En este pequeĂąo trabajo abordarĂŠ el pensamien-
to indianista de Reinaga, centrĂĄndome en aspectos no muy considerados de su trabajo y que me parecen ser muy ricos en la interpretaciĂłn que nos ofrece el autor, ademĂĄs de anticipar (si es TXH QR SURSLFLDU DQiOLVLV PX\ DFWXDOHV \ VXSHrar viejas lecturas que aun hoy son parte de la enseĂąanza en ciencias sociales. Ciertamente hay quienes ensalzan a Reinaga casi a ciegas y hay, D OD YH] TXLHQHV OR GHVFDOLĂ&#x20AC;FDQ GH LJXDO PDQHUD casi a ciegas; estas actitudes han contribuido a dejar de lado una tarea fundamental en la lucha por rebasar las condiciones coloniales: construir una interpretaciĂłn totalizadora de los hechos pasados para dar sentido histĂłrico al presente; \ HQ HVWD WDUHD QR VH SXHGH GHMDU ´VXHOWDÂľ \ ´à RWDQGRÂľ WDQWR OD LQĂ XHQFLD FRPR LPSRUWDQFLD TXH Fausto Reinaga ha tenido y aĂşn tiene. Cabe mencionar que por lo general â&#x20AC;&#x153;se mete en un sĂłlo sacoâ&#x20AC;? tanto indigenismo, indianismo, como katarismo, esta indiferenciaciĂłn3 parece
49
Carlos Macusaya Cruz Es estudiante de Comunicación Social en la UMSA y es parte del MINKA (Movimiento Indianista .DWDULVWD
50 responder a un prejuicio racista básico: “todos los indios son iguales” por tanto todo lo que se UHÀHUH D HOORV HV LJXDO \ WRGR OR TXH KDFHQ WDPbién lo es; se llega fácilmente a la idea de que no hay necesidad de esforzarse por entender “el problema del indio” ni sus múltiples implicaciones. Yo parto de la idea de que el indigenismo es la forma en que se expresan los prejuicios, taras y temores de los colonizadores con respecto de los colonizados; en tanto que el indianismo es la reacción de los colonizados frente a la dominación colonial y el katarismo lo entiendo como el intento de ir más allá de la reacción y de la identidad impuesta por la dominación colonial, aunque en sus incios no pasaba de ser campesinista. Ciertamente que estas corrientes tienen “desnudas entre sí” y problemas en sus planteamientos. Vale la pena apuntar un par de cosas más antes de “entrar en materia”. El “problema del indio”
no es particular a la etapa indianista de la obra de Reinaga, sino que hace parte de toda su producciĂłn, aunque de diferentes modos; ademĂĄs es OODPDWLYR TXH HO DXWRU VH LGHQWLĂ&#x20AC;TXH FRPR LQGLR ya antes de plantear sus ideas indianistas; por ejemplo, en su libro â&#x20AC;&#x153;Tierra y Libertadâ&#x20AC;? Reinaga dice â&#x20AC;&#x153;la causa del indio es sagrada para mĂ, porque ella es mi propia causaâ&#x20AC;? . De hecho, ya en su primer libro, JosĂŠ FĂŠlix Reinaga5 expresa su interĂŠs por la condiciĂłn colonial en estas tierras y por la capacidad de movilizaciĂłn que tenĂan los sujetos racializados: los indios6; es llamativo que en un capĂtulo de ese libro se llame â&#x20AC;&#x153;La RevoluciĂłn Indiaâ&#x20AC;?7. Otra cuestiĂłn a considerar es la diferencia que hace el mismo autor de su pensamiento antes de viajar a Rusia8 y despuĂŠs, al retornar de su viaje. Un otro momento clave en los rumbos de su pensamiento, tambiĂŠn lo establece el propio Reinaga con respecto al indianismo y al pensamiento amaĂştico9.
cionalidad, es el lugar desde donde impone el ´RUGHQÂľ OD KLVWRULD RĂ&#x20AC;FLDO ORV VtPERORV \ PRnumentos , la educaciĂłn15, la religiĂłn etc., todo esto visibilizado en un ordenamiento racializado de lo social. Esto el autor lo expresa en la idea de â&#x20AC;&#x153;dos boliviasâ&#x20AC;? cuyo fondo conceptual es el de â&#x20AC;&#x153;sociedades yuxtapuestasâ&#x20AC;?16 La relaciĂłn de yuxtaposiciĂłn entre la Bolivia â&#x20AC;&#x153;blanco mestizaâ&#x20AC;? y la â&#x20AC;&#x153;Bolivia indiaâ&#x20AC;? se caracteriza por la diferenciaciĂłn histĂłrica de recorridos, la diferenciaciĂłn polĂtica establecida como resultado de la conquista y la tensiĂłn de tal relaciĂłn que en determinados momentos adquiere niveles explosivos17. Cabe aclarar que no habla de una Bolivia fracturada, pues de ser asĂ se presupondrĂa que debiĂł haber un momento en que estaba unida. Habla de dos trayectorias histĂłricas que se sobreponen una sobre otra, como consecuencia de la conquista, afectĂĄndose mutuamente pero que en Ăşltima instancia una se yuxtapone a la otra.
Como ya dije, este trabajo se centrarĂĄ en el pensamiento indianista de Reinaga haciendo ĂŠnfasis en aquellos aspectos no muy considerados. El libro que mejor condensa la interpretaciĂłn indianista de Reinaga es sin duda alguna â&#x20AC;&#x153;La RevoluciĂłn Indiaâ&#x20AC;?, que fue publicado en 1970. Su difusiĂłn no se ha hecho por â&#x20AC;&#x153;conducto regularâ&#x20AC;?10, sino por el esfuerzo de activistas quienes llevaban los libros de Reinaga a eventos, ferias y plazas.
Esta relaciĂłn que preexiste a la constituciĂłn del estado boliviano es central en el anĂĄlisis de Reinaga, pues la yuxtaposiciĂłn social entre las dos bolivias tiene como fondo histĂłrico y principio factual a la conquista y la colonizaciĂłn18. Es a partir de este hecho y su extensiĂłn temporal que las contradicciones sociales en este paĂs se hacen entendibles. Entonces la relaciĂłn entre los â&#x20AC;&#x153;blancosâ&#x20AC;? y los que no lo son, es una relaciĂłn fundada en la violencia de la conquista, en la violencia de la invasiĂłn colonial y esta institucionalizada se expresa como estado colonial, que se persoQLĂ&#x20AC;FD HQ OD %ROLYLD ´EODQFR PHVWL]DÂľ FRPR FDVWD dominante. La violencia de la conquista y la colonizaciĂłn se extiende en el tiempo asumiendo forma institucional. Este es el punto nodal en el anĂĄlisis del autor, pues busca comprender â&#x20AC;&#x153;el problema nacionalâ&#x20AC;? pensando Bolivia como una la comtemporanizaciĂłn de â&#x20AC;&#x153;viejasâ&#x20AC;? contradicciones.
Hablamos de un libro que se moviĂł en la â&#x20AC;&#x153;clandestinidadâ&#x20AC;? y que tal vez esa sea una mĂĄs de las razones para que no se la tome en cuenta. Una Ăşltima consideraciĂłn, es a aquella que se reĂ&#x20AC;HUH D TXLHQHV GLULJH VX WUDEDMR11. Nuestro autor escribe para aquel sujeto que estaba siendo â&#x20AC;&#x153;incluidoâ&#x20AC;? como â&#x20AC;&#x153;campesinoâ&#x20AC;? en la sociedad boliviana dejando de lado su condiciĂłn histĂłrica de ser â&#x20AC;&#x153;una raza, un pueblo, una naciĂłn, una civilizaciĂłn y una cultura.â&#x20AC;?12 Esta â&#x20AC;&#x153;inclusiĂłnâ&#x20AC;?, motiva, en QXHVWUR DXWRU XQD UHĂ H[LyQ IXQGDPHQWDOPHQWH polĂtica y esto da sentido al contenido del libro. En sĂntesis a nuestro autor no le motiva ningĂşn afĂĄn â&#x20AC;&#x153;academicistaâ&#x20AC;?, pues su preocupaciĂłn se dirige a que el sujeto dominado, â&#x20AC;&#x153;racialmente segregadoâ&#x20AC;?, el â&#x20AC;&#x153;ser negado y dudadoâ&#x20AC;?13 se constituya en sujeto polĂtico. Reinaga nos reta a pensar, en sus planteamientos indianistas, una correlaciĂłn de fuerzas que como tal se cristaliza en el estado-colonial. La violencia de la conquista metamorfoseada en institu-
Las clases sociales no estĂĄn al margen de esta interpretaciĂłn (aunque se hace mĂĄs ĂŠnfasis en las castas19 SHUR D GLIHUHQFLD GH OD OHFWXUD GH PDnual que hace parte Ăntima de muchos profesores universitarios, Reinaga plantea que al reproducirse el orden social, se reproduce las diferenciaciones polĂticas establecidas en la colonia casi como un â&#x20AC;&#x153;axioma socialâ&#x20AC;?. Es decir que el papel que se juega en los procesos de producciĂłn ha estado determinado por el estatus polĂtico que VLJQLĂ&#x20AC;FD HO VHU LQGLR (Q ODV OHFWXUDV GH PDQXDO
51
52
Rosmery Mamani â&#x20AC;&#x153;El caminanteâ&#x20AC;?
no se toma en cuenta la constituciĂłn histĂłrica de las diferencias sociales, de las clases sociales, y en consecuencia, no se toma en cuenta la importancia de la colonizaciĂłn en la estructura social. Las categorĂas â&#x20AC;&#x153;BurguesĂa, proletariado y campesinado se ha vulgarizado de tal manera que , en mĂĄs de una ocasiĂłn y en mĂĄs de un lugar llega a ser una monstruosa aberraciĂłn, un error y una causa de tremendas injusticias socialesâ&#x20AC;?20. Reinaga abre la posibilidad de pensar no la constituciĂłn de las clases sociales en Europa, sino en estas tierras. Las clases en este paĂs no se pueden entender al margen de la colonizaciĂłn que han sufrido determinados grupos humanos y ĂŠsta, la colonizaciĂłn, solo es entendible como extensiĂłn en el tiempo en su institucionalizaciĂłn, en la forma en que la violencia de la conquista se transforma en â&#x20AC;&#x153;ordenâ&#x20AC;?. Es en esta perspectiva que el indianismo de Reinaga nos pone frente al reto de â&#x20AC;&#x153;retornarâ&#x20AC;?,
PHGLDQWH XQD RSHUDFLyQ UHĂ H[LYD DO SDVDGR \ rastrear la â&#x20AC;&#x153;colisiĂłnâ&#x20AC;? de dos trayectorias histĂłricas y sus tensionamientos, asumiendo que se PDQLĂ&#x20AC;HVWDQ HQ XQ RUGHQ UDGLFDOL]DGR TXH SRQH al sujeto ante un â&#x20AC;&#x153;asuntoâ&#x20AC;? irresuelto. Se piensa el pasado asumiendo los retos del presente21 en un JHVWR TXH SHUĂ&#x20AC;OD DO VXMHWR SROtWLFR AcĂĄ el tema de la historia se presenta explĂcitamente en su sentido polĂtico, pues al ser objeto de las reverberaciones del estado colonial, el sujeto racializado ha perdido el sentido que el pasado tiene en el presente y por lo mismo reinterpretar la historia, hacer una â&#x20AC;&#x153;contra historiaâ&#x20AC;?, es una rasgo fundamental en el indianismo de Reinaga. Su esfuerzo apunta a enfrentar y rehacer las representaciones que sobre el â&#x20AC;&#x153;ser negado y dudadoâ&#x20AC;? se han hecho, en funciĂłn de dar sentido a la acciĂłn polĂtica que se proyecta22. El pasado pre-colonial se representa de manera inspirado-
sujetos, Reinaga dice: â&#x20AC;&#x153;no nos queda otro camino que ir a la violencia organizadaâ&#x20AC;?25. AcĂĄ la cosa adquiere ya plenamente su sentido. No se trata de recordar el pasado para hacer homenajes o para lamentarse, ciertamente estas expresiones son las mĂĄs comunes; de lo que se trata es de re-hacer la historia, culminar una lucha pendiente de manera exitosa; â&#x20AC;&#x153;verâ&#x20AC;? lo que se fue, el recorrido histĂłrico que se transitĂł y como esta â&#x20AC;&#x153;preteritudâ&#x20AC;? adquiere â&#x20AC;&#x153;condensaciĂłn corporalâ&#x20AC;? en el presente. El pasado tiene sentido en el presente y en este se nos presenta como retos. Se debe pasar necesariamente por la organizaciĂłn de un partido polĂtico para realizar el â&#x20AC;&#x153;imperativo histĂłricoâ&#x20AC;? que se nos presenta. Lo histĂłrico, lo simbĂłlico y hasta lo mĂtico se condensan en la organizaciĂłn y en las acciones polĂticas que se proyectan.
Rosmery Mamani â&#x20AC;&#x153;Silencioâ&#x20AC;?
ra, del mismo modo que las luchas anticoloniales23. Se trata de â&#x20AC;&#x153;catalizarâ&#x20AC;? en el sujeto la acciĂłn polĂtica, vinculando las vivencias de los mismos con la â&#x20AC;&#x153;historia del indioâ&#x20AC;?, la reinterpretaciĂłn de la historia, que el autor plantea, y esto es una condiciĂłn fundamental en la constituciĂłn del sujeto polĂtico. El sujeto de la historia es el indio que al ser tal sujeto deja ser indio, algo que parece ser contradictorio. El indio expresa una condiciĂłn histĂłrica que el sujeto debe superar; ir mĂĄs allĂĄ asumiendo de donde se parte. Y este punto de partida, la condiciĂłn de ser un sujeto racializado, se hace una â&#x20AC;&#x153;ubicaciĂłnâ&#x20AC;? estratĂŠgica obligada en la interpretaciĂłn de Reinaga, o mejor dicho, el autor hace que tal â&#x20AC;&#x153;ubicaciĂłnâ&#x20AC;? sea estratĂŠgica: moverse en el terreno dado aprovechando los elementos mĂĄs disponibles, buscando la ventajas que se pueden obtener. Asumiendo el carĂĄcter colonial en las relaciones VRFLDOHV HQ HVWDV WLHUUDV \ FRPR HVWH LQĂ X\H HQ ORV
Reinaga ve que en las condiciones coloniales que caracterizan a Bolivia, el sujeto que se perĂ&#x20AC;OD HQ WpUPLQRV SROtWLFRV HV DTXHO TXH HVWi PDUcado racialmente y que este debe proyectarse a travĂŠs de una organizaciĂłn polĂtica. Debe darse un reconocimiento de la condiciĂłn racializaciĂłn de la que el sujeto es objeto, pues se debe partir no de lo que se desea ser, sino de lo que se es. No es raro por lo tanto que el tĂŠrmino indio sea UHVLJQLĂ&#x20AC;FDGR SROtWLFDPHQWH SRU 5HLQDJD R PHMRU dicho, que haga una operaciĂłn mediante la cual lo polĂtico que la palabra indio conlleva quede explicitado de entre el error de ColĂłn y el uso habitual como insulto. He tratado de mostrar el carĂĄcter fundamentalmente polĂtico que se contiene en el libro La RevoluciĂłn India de Fausto Reinaga, asumiendo que es en ese libro en el que mejor se expresa el pensamiento indianista del autor. De seguro habrĂĄ quienes no comparten lo que acĂĄ expongo, pero mi intenciĂłn no es â&#x20AC;&#x153;entrar en sintonĂaâ&#x20AC;? con quienes se asumen seguidores de Reinaga o con quienes lo refutan. Lo que he hecho es tratar de resaltar aspectos que me parecen como dejados de lado por visiones que abundan en el elogio o HQ OD GHVFDOLĂ&#x20AC;FDFLyQ &UHR TXH HV QHFHVDULR ´VHparar el trigo de la pajaâ&#x20AC;? en cualquier trabajo y en este caso en la obra de Fausto Reinaga, aunque yo solo me detuve, de manera breve y escueta en su pensamiento indianista. No esta demĂĄs UHVDOWDU TXH PXFKRV KDQ VLGR LQĂ XHQFLDGRV SRU Reinaga y sin embargo no lo admiten y lo esconden25. Hay quienes citan sus frases, pero no lo nombran. Pero mĂĄs allĂĄ de esos personajes hay
53
que destacar que Fausto Reinaga nos puso frente al reto de pensar la condiciĂłn colonial que se YLYHQ HQ HVWDV WLHUUDV 6LHQGR TXH OD LQĂ XHQFLD HV grande, aunque no se lo reconozca, es necesario revisar su obra, â&#x20AC;&#x153;separar el trigo de la pajaâ&#x20AC;?. MĂĄs aun en estos tiempos en que la estrategia colonial ha cambiado y ahora se presenta como alago.
54
1 Sobre la vida de Reinaga pueden consultarse los siguientes trabajos: â&#x20AC;&#x153;Fausto Reinaga Kaymari Jatunk´aâ&#x20AC;? de Humberto Mata (escritor ecuatoriano quien hace XQD ELRJUDItD GH 5HLQDJD KDVWD Ă&#x20AC;QDOHV GH ORV DxRV â&#x20AC;&#x153;Fausto Reinaga su vida y sus obrasâ&#x20AC;? de Hilda Reinaga y â&#x20AC;&#x153;El Indio Fausto Reinagaâ&#x20AC;? de RenĂŠ Ticona (en revista 0,1.$ 2 Gustavo Cruz, Kolla del norte argentino y doctorado HQ Ă&#x20AC;ORVRItD HQ OD 8QLYHUVLGDG $XWyQRPD GH 0p[LFR 81$0 KL]R VX WHVLV GRFWRUDO VREUH OD REUD GH 5HLQDga. Quiero resaltar que este estudio sobre la obra de Reinaga lo hace una persona nacida en argentina y lo hace en una universidad mexicana. 3 La universidad ha sido uno de los espacios en los que se reprodujo y aun se reproduce la â&#x20AC;&#x153;infame muralla de â&#x20AC;&#x2DC;silencio organizadoâ&#x20AC;&#x2122;...â&#x20AC;?. Fausto Reinaga, La RevoluciĂłn ,QGLD (G 3,% S (QWUH HO \ HO KH SUHVHQFLDGR \ SDUWLFLSDGR HQ varios debates en vĂa pĂşblica (Plaza de los HĂŠroes, La &HMD GH (O $OWR IHULDV GH SXHEORV FHUFDQRV D /D 3D] HQ los que era comĂşn oĂr hablar de Reinaga. 5 En sentido cronolĂłgico el indigenismo aparece primeUR OH VLJXH HO LQGLDQLVPR \ Ă&#x20AC;QDOPHQWH HO .DWDULVPR 1R hablo de corrientes alejadas unas de otras, sino que en diferentes momentos y de diferentes maneras se han LGR LQĂ XHQFLDQGR \ KDQ WHQLGR UHODFLRQHV PX\ WHQVDV no solo entre sĂ, sino tambiĂŠn con los autodenominados â&#x20AC;&#x153;revolucionariosâ&#x20AC;?. Por ejemplo, Felipe Quispe cuenta: â&#x20AC;&#x153;los militantes del MITKA por izar mĂĄs alto la sagrada Wiphala (desenterrada de gruesas capas de tierra de siJORV \ VLJORV VXIULPRV HO DFRVR \ OD DJUHVLYD UHSUHVLyQ de los pseudo-kataristas y de la izquierda seĂąorial por el aĂąo de 1979. Ellos hermanados nos rompĂan las wiphalas, nos escupĂan a nuestra cara, acusĂĄndonos de â&#x20AC;&#x2DC;indios arcaicos y racistasâ&#x20AC;&#x2122;. TambiĂŠn el querer restaurar nuestra cultura polĂtica india era un delito gravĂsimo, nos consideraba como a tribus herejesâ&#x20AC;?. Felipe Quispe Huanca, El Indio En Escena, Ed. â&#x20AC;&#x153;Pachakutiâ&#x20AC;?, La Paz-Bolivia, p 6 Fausto Reinaga, Tierra y Libertad, Ed. â&#x20AC;&#x153;Rumbo Sindicalâ&#x20AC;?, La Paz-Bolivia, p. 13, 1953. 7 JosĂŠ y FĂŠlix son los nombres con los que fue bautizado 5HLQDJD TXLHQ ORV FDPELR SRU HO GH )DXVWR LQĂ XLGR SRU Goethe y su obra â&#x20AC;&#x153;Faustoâ&#x20AC;?. 8 Sobre el nombre genĂŠrico indio, Reinaga dice â&#x20AC;&#x153;Nuestro nombre debe anunciar nuestra propia presencia, nuestra historia, nuestra carne y nuestra alma. En suma, nuestro nombre debe ser la expresiĂłn de nuestra condiciĂłn histĂłricaâ&#x20AC;?, Fausto Reinaga, La RevoluciĂłn India, Ed. PIB, p. ODV FXUVLYDV VRQ PtDV 9pDVH 0LWD\RV \ <DQDFRQDV HQ HVSHFLDO GHVGH OD SiJLQD D OD 9 En 1957 viaja al cuarenta aniversario de la revoluciĂłn
rusa. 10 VĂŠase La RevoluciĂłn AmaĂştica del mismo autor, en esSHFLDO GH OD SiJLQD D OD SULPHUD HGLFLyQ (G &RPXQLGDG $PD~WLFD 0XQGLDO /D 3D] %ROLYLD 0H UHĂ&#x20AC;HUR D OLEUHUtDV H LQVWLWXFLRQHV HGXFDWLYDV &RPR efecto de las movilizaciones del 2000 y 2003, el interĂŠs por conseguir las obras de Reinaga ha obligado a algunas librerĂas a obtener los libros para venderlos. Desde la segunda mitad del 2005 han salido versiones piratas del libro lo que ha contribuido a su difusiĂłn. 12 â&#x20AC;&#x153;No escribo para los oĂdos hipĂłcritas del cholaje. Yo escribo para los indios.â&#x20AC;?, Fausto Reinaga, La RevoluciĂłn ,QGLD (G 3,% S 13 Ă?dem. p.136. Ă&#x152;GHP S 15 â&#x20AC;&#x153;Las estatuas que se empinan en las plazas y las calles tienen una suprema funciĂłn social: son el paradigma, el HMHPSOR HO PRGHOR VDFURVDQWR HQ Ă&#x20AC;Q HO HVSHMR GRQGH deben mirarse los hombres de una sociedad, pueblo NaciĂłn o Estadoâ&#x20AC;?, op.cit, p. 32. 16 â&#x20AC;&#x153;Instrumento de colonizaciĂłn mentalâ&#x20AC;?, op. cit , p. 185. 17 Ă?dem, p. 172. 18 A estas tenciones le dedica un capĂtulo titulado en â&#x20AC;&#x153;La RevoluciĂłn Indiaâ&#x20AC;? titulado â&#x20AC;&#x153;Epopeya Indiaâ&#x20AC;?. 19 â&#x20AC;&#x153;El occidente en su conquista de los pueblos del mundo ha seguido una norma: el despojo de las riquezas materiales y espirituales y la destrucciĂłn de los dioses de la raza conquistadaâ&#x20AC;? 36, â&#x20AC;&#x153;Desde la conquista hasta el siglo XX aquĂ no hubo si no la expansiĂłn de un sistema socioeconĂłmico occidentalâ&#x20AC;?, op.cit, p. 353. 20 Al indio â&#x20AC;&#x153;no le oprime una burguesĂa; lo explota una castaâ&#x20AC;? Ă?dem, p. 122. AdemĂĄs hace notar algo que es una observaciĂłn bĂĄsica en forma de pregunta y muy importante con respecto a la dinĂĄmica de las relaciones sociales racializadas en este paĂs: â&#x20AC;&#x153;ÂżCuĂĄndo y dĂłnde un BalliviĂĄn se ha casado con una Juana Apaza; o un Mamani con una Paz Estenssoro?â&#x20AC;?. Op.cit. p 53. 21 Reinaga, Fausto, op.cit, p. 115. ´TXHUHPRV TXH HOOD QXHVWUD FXOWXUD VHD FRQMXJDGD FRQ los mejores valores del pensamiento y la tecnologĂa que ha alcanzado la humanidadâ&#x20AC;?. Op. cit. 95. 23 â&#x20AC;&#x153;El indio para ser sujeto de la historia tiene que saber, por sobre todo, su historiaâ&#x20AC;? op.cit p 183 9DOH OD SHQD WUDHU DFi XQDV SDODEUDV GH 0DU[ TXH VRQ muy pertinentes al caso: â&#x20AC;&#x153;la resurrecciĂłn de los muertos, VHUYtD SXHV SDUD JORULĂ&#x20AC;FDU ODV QXHYDV OXFKDV \ QR SDUD parodiar las antiguas, para exagerar en la fantasĂa la misiĂłn trazada y no para retroceder en la realidad ante su cumplimientoâ&#x20AC;? Carlos Marx, El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, Latinas Editores, Oruro-Bolivia, p 16, 1999. 25 â&#x20AC;&#x153;Para el cholaje, hoy como ayer, no somos otra cosa que â&#x20AC;&#x153;indio brutoâ&#x20AC;?, indio cerdoâ&#x20AC;?, â&#x20AC;&#x153;indio de mierdaâ&#x20AC;?. ÂżPero acaso no vemos, no sufrimos en carne propia lo que hacen con nosotros?â&#x20AC;? op.cit p 52. 26 Ă?dem, p. 86. 27 Felipe Quispe dice al respecto â&#x20AC;&#x153;Los que se autodenominan ideĂłlogos no son mĂĄs que se han alzado ese INDIANISMO masticado como la coca sagrada. Es decir, ese bagazo lo han vuelto a recoger (como si fuera el vĂłmito GH 5HLQDJD SDUD PHWHUVH D OD ERFD \ UXPLDU XQ SRFRÂľ Felipe Quispe, p 35.
Gestos para repensar una crítica
Fetichismo del capital El tema del fetichismo supone principalmente el análisis de la distinción entre el cómo funciona y el cómo se representa en la percepción de los individuos un sistema social fundado en la universalización del intercambio mercantil.
C Sol M. Chávez León
on el mundo moderno, hallamos una imagen de la realidad que ofrece un movimiento dinámico y a la vez vertiginoso de alteración, cambio y posibilidades sin precedentes hacia nuevas formas de conocimiento, disfrute y crecimiento, aunque, como diría el historiador Adolfo Gilly, vista más bien como un horizonte y espejismo en contraste a las realidades y experiencias desgarradas de subordinación y dominación. (Q PHGLR GH pVWD pSRFD GH UHFRQÀJXUDFLRQHV bajo el signo inequívoco de un mercado global VLHPSUH HQ H[SDQVLyQ \ GUiVWLFDPHQWH ÁXFWXDQte, donde la relación del capital aparece como en ningún otro momento, incursionando los intersticios más profundos de la vida económica y social, volvemos la vista a la categoría del fetichismo y la descripción hecha por Marx de la PLVPD FRPR DTXHOOD LPDJHQ PDQLÀHVWD GHO VLVtema mercantil del capital en el cual las relacio-
55
Sol MarĂa ChĂĄvez Estudio EconomĂa en la Universidad 0D\RU GH 6DQ $QGUpV 806$ \ es Maestrante en Desarrollo Rural y Sostenible del CIDES â&#x20AC;&#x201C; UMSA. Actualmente es investigadora en temas de desarrollo econĂłmico y economĂas comunitarias. TambiĂŠn ha escrito numerosos artĂculos en el semanario La Ă&#x2030;poca.
56 nes entre humanos se presentan como relaciones entre cosas, donde los que se relacionan entre sĂ no son los trabajos y los seres humanos, sino sus productos, es decir, las diversas mercancĂas meGLDGDV SRU HO GLQHUR DOJR TXH 0DU[ GHĂ&#x20AC;QLUtD DOguna vez como aquel mundo fantasmagĂłrico de la intermediaciĂłn y el encubrimiento. El tema del fetichismo supone principalmente el anĂĄlisis de la distinciĂłn entre el cĂłmo funciona y el cĂłmo se representa en la percepciĂłn de los individuos un sistema social fundado en la universalizaciĂłn del intercambio mercantil. En este sentido, como fenĂłmeno ideolĂłgico, el fetichismo actĂşa sobre todo como un mecanismo de autoreproducciĂłn y a la vez de autolegitimaciĂłn llevando consigo aquella ilusiĂłn aparente de igualdad, transparencia y bienestar, que se apoya a la vez en toda esa representaciĂłn prĂłspera de la sociedad, como una sociedad industrial de aceleraciĂłn en la producciĂłn y cambio tecnolĂł-
“Los rostros del altiplano”
gico que pone a disposición un sinfín de bienes y servicios para el consumo, los cuales se introducen como parte del patrón de desarrollo del sistema del capital.
es precisamente su carácter fetichista, constituido a la vez, a través de aquella imagen tan impetuosa del desarrollo y el progreso propios de la modernidad.
El planteamiento de una lucha frente al capitalismo y sus respectivos esquemas ha sido el paradigma de la izquierda durante el último siglo, y sin embargo, luego de haber experimentado TXLHEUHV WDQ SURIXQGRV TXH YDQ GHVGH HO ÀQ GH la Guerra Fría con la caída de la Unión Soviética, llegando hasta los mismos procesos actuales de aparente desarticulación y progresiva adaptación y apertura hacia el sistema global de mercado de los países todavía denominados “socialistas”, nos preguntamos en qué sentido realmente éstas experiencias se plantearon la conformación de un sistema alternativo frente al sistema económico del capitalismo y si efectivamente pudieron proponerse en algún momento, a profundidad, una crítica hacia a uno de los núcleos fundantes de la expansión y reproducción del capital como
Precisamente, la revolución rusa de principios del siglo XX, dramatizó un tanto los dilemas de este escenario, en la medida en que la gran tarea de la transición y superación del sistema capitaOLVWD UHGXMR SRGUtD GHFLUVH DVt SDXODWLQDPHQWH sus prácticas hasta convertirse en un curso inédito de modernidad dirigida más bien a un emparejamiento de los ritmos productivos, sociales y hasta culturales medidos en los mismo términos que en el de las economías capitalistas vecinas, FRQ OR FXDO VH FRQVLGHUy VXÀFLHQWH OD H[SDQVLyQ de la propiedad pública y su concentración a través del Estado, dejando intocado en el fondo aquel eje tan absorbente del capital donde la producción, el consumo, el ámbito de los deseos y las demandas humanas se sumergen dentro de la esfera fetichizada de las relaciones econóPLFDV \ VRFLDOHV TXH KDOODQ VX GHÀQLFLyQ SOHQD
57
58
â&#x20AC;&#x153;Los rostros del altiplanoâ&#x20AC;?
dentro de los hitos del discurso del progreso, los mercados y el dinero. Otro tanto podrĂa decirse de las experiencias posteriores en diversas partes del mundo, que pese a mostrarse como proyectos emancipadores no pudieron romper y reconstruir ĂŠstos objetivos de desarrollo y crecimiento planteados dentro del sistema del capiWDO DVt Ă&#x20AC;QDOPHQWH WHUPLQDURQ SRU DGDSWDUVH D esta dinĂĄmica. A primera vista, pareciĂł relativamente claro plantearse una salida a los procesos de suborGLQDFLyQ GHO FDSLWDO SRQLHQGR HQ PDQLĂ&#x20AC;HVWR VX carĂĄcter de fetiche, y no obstante, en las formas mĂĄs concretas desaparece ĂŠsta sencillez y continuamos una vez mĂĄs frente un campo de disputa y un desafĂo dirigido a desmontar uno de los fundamentos de dominio mĂĄs profundos a travĂŠs de los cuĂĄles el capital histĂłricamente aĂşn no ha cesado de vencer. Sin embargo, si bien la condensaciĂłn de la historia del siglo XX e inicios del nuevo siglo fue una
etapa marcada por el continuo despliegue de la relaciĂłn del capital que aparentemente culmina en un escenario de implacable colonizaciĂłn coPHUFLDO Ă&#x20AC;QDQFLHUD \ GH DFHOHUDFLyQ GH ORV SURFHsos de transformaciĂłn del trabajo y de la naturaleza misma en mercancĂas como una especie de conversiĂłn universal que reestructura y disuelve los antiguos lazos econĂłmicos y sociales, no podrĂan ser desechadas todas estas y otras experiencias de lucha que representaron tambiĂŠn a la vez una ĂŠpoca de resistencia y confrontaciĂłn tanto de individuos, comunidades, pueblos o naciones en este campo de disputa permanente que crea nuevos horizontes, nuevas necesidades y un conjunto de prĂĄcticas alternativas, asĂ pues, la organizaciĂłn econĂłmica, las bases materiales del trabajo universal necesitan ser nuevamente proyectadas a partir de este punto donde se encuentran y combinan nuevas formas y potencialidades de crear, organizar, las cuales se condensan y desenvuelven en su misma cotidianidad de enfrentamiento con el capital.
Sergio Salazar Aliaga Es estudiante de la carrera de Derecho. Actualmente escribe para el Diario Chileno El Ciudadano. Recibió el reconocimiento de la Asamblea Legislativa Plurinacional por su participación activa en la “Ley de la Juventud”.
59 Sergio Salazar Aliaga
E
n las últimas décadas de la historia de Bolivia Evo Morales y el sector cocalero siguieron una lucha en contra de la erradicación de la hoja sagrada de la coca, llevada a cabo por políticas exportadas desde el imperio Yankee, Estados Unidos. A partir de la presidencia del primer indígena, Evo Morales en su mandato como presidente y llevada la aprobación de la Nueva Constitución Política del Estado Plurinacional en diciembre del año 2009, Bolivia ha establecido proteger a la hoja de Coca
Una mercancĂa:
Coca y cocaĂna en Bolivia
60
AsĂ llevaron el proyecto de la cocaĂna, dado que ha demostrado una habilidad extraordinaria para acumular capital y para reprimir las PDQLIHVWDFLRQHV GHO SUR\HFWR SRSXODU HO ~OWLPR \ GHĂ&#x20AC;QLWLYR HQHPLJR del imperialismo y sus intermediarios.
originaria y ancestral como patrimonio cultural, recurso natural renovable de la biodiversidad de Bolivia, y como factor de cohesiĂłn social reiterando que en su estado natural no es estupefaciente. (O WHPD GHO QDUFRWUiĂ&#x20AC;FR HV XQR GH ORV PD\RUHV problemas que sufren los Estados, por la cual Bolivia no se salva de la misma. Este es un intento de profundizar cĂłmo la hoja de coca pasa a convertirse en una mercancĂa para que muchos
aĂąos despuĂŠs sea objeto de valor de cambio para obtener otras ganancias. â&#x20AC;&#x153;Lenin y Marx nos recuerdan que el capitalismo es planetario, y que la Ăşnica manera de superarlo es tambiĂŠn planetariamenteâ&#x20AC;?, â&#x20AC;&#x153;no es la conciencia lo que determina la vida, sino la vida la que GHWHUPLQD OD FRQFLHQFLDÂľ 0DU[ La mercancĂa como tal son todas las cosas producidas para la venta. En el capitalismo todas las
cosas son producidas para vender, la mercancĂa es un objeto Ăştil y que tiene un valor, si no fuera Ăştil no se producirĂa. Esa mercancĂa tiene un valor, sirve para obtener otras cosas, como ser ganancia.
la calidad. Los capitalistas, cada vez que pueden alterar el peso de lo que venden, lo hacen; cada vez que pueden alterar la calidad de la materia prima, lo hacen; si pueden engaĂąar sobre la calidad y la cantidad del producto, lo hacen.
Por eso se dice que las mercancĂas tienen valor de FDPELR SDUD FXDQGR ODV FODVHV GRPLQDQWHV HVSDxRODV LQLFLDQ XQ FLFOR HFRQyPLFR TXH GHĂ&#x20AC;QH el modo y la organizaciĂłn de la producciĂłn por casi tres siglos y medio mediante la Mita, la hoja de coca toma un valor de cambio, la coca boliviana se convierte en un excelente negocio para un grupo de terratenientes de origen espaĂąol.
AsĂ llevaron el proyecto de la cocaĂna, dado que ha demostrado una habilidad extraordinaria para acumular capital y para reprimir las manifestaciones del proyecto popular, el Ăşltimo y GHĂ&#x20AC;QLWLYR HQHPLJR GHO LPSHULDOLVPR \ VXV LQWHUmediarios.
Antes de que comenzara el capitalismo, las cosas no se producĂan para vender; por eso no tenĂan un valor de cambio. Solo eran objetos Ăştiles. Los productos en su mayor parte estaban relacionados a la agricultura y a la ganaderĂa y se consumĂan sin necesidad de comprarlos, la hoja de coca entra en contacto con la humanidad hace mĂĄs de DxRV HQ OD SUHKLVWRULD DQGLQD GRQGH HUD HO sĂmbolo de lo religioso, de lo social, base medicinal y nutricional de los andes. En el capitalismo es distinto. Si una cosa no se puede vender, no se produce. No importa cuanta necesidad tenga la poblaciĂłn de esa mercancĂa. Ya que la condiciĂłn para que el capitalista obtenga su ganancia es la venta del producto, lo que prevalece es el valor de cambio. Si no hay ganancia, no hay producciĂłn, aunque la gente se muera de hambre, aunque existan fĂĄbricas sin funcionar, aunque existan desocupados buscando trabajo, aunque se tenga que erradicar la hoja milenaria por supuestas satanizaciones. En Bolivia el ciclo de la cocaĂna pudo acumular un capital sorprendentemente grande, una parte de ĂŠste sirviĂł de soporte de la economĂa del Estado, y la otra parte ingresĂł al sistema bancario Ă&#x20AC;VFDO \ SULYDGR D PHGLDGRV GH HPSH]y D emigrar del paĂs para â&#x20AC;&#x153;esperarâ&#x20AC;? en mĂĄs de cincuenta bancos de Europa y Estados Unidos. Que una cosa sea Ăştil es condiciĂłn necesaria para que sea producida y pueda ser vendida. Por eso los capitalistas estĂĄn obligados a hacer cosas Ăştiles o demandadas, no importa el costo social o las repercusiones que puedan pasar, lo esencial es la utilidad de las cosas depende de la cantidad y de
Por eso es necesario hacer hincapiĂŠ a las reseĂąas histĂłricas, para tener un mejor entendimiento y un referente de la genealogĂa y procedimiento TXH OOHYy D OD KRMD GH FRFD D SDVDU DO QDUFRWUiĂ&#x20AC;co, Bolivia desde la segunda mitad del siglo XVI, cuando un indĂgena llamado Huallpa corrĂa tras las huellas de una llama fugitiva cuando se vio obligado a pasar la noche en un cerro y, para no morirse de frĂo hizo fuego, con su fogata alumbrĂł una hebra blanca y brillante. DescubriĂł que estaba forrada de plata pura, ÂĄhabĂa descubierto el Cerro Rico de PotosĂ! Se desencadenĂł la avalancha espaĂąola, con la implementaciĂłn de la Mita, y se da una exageraciĂłn a la esclavitud en la explotaciĂłn a la mano de obra, es por eso que en ese momento el cultivo y el consumo de la hoja de coca crecen aceleradamente a un proceso expansivo. Este aumento en el cultivo y consumo de la coca tuvo que ver con el hecho de que la invasiĂłn europea habĂa producido una grave crisis de alimentos, causando privaciones nutricionales en la poblaciĂłn indĂgena. Para comienzos del siglo XIX en Bolivia se diseĂąa como modo de producciĂłn una estructura latifundista1. Al imponerse el latifundio en Bolivia como un â&#x20AC;&#x153;modo de producciĂłn y mientras las tierras de las comunidades indĂgenas pasaban gradualmente a una condiciĂłn de â&#x20AC;&#x153;cautiverioâ&#x20AC;?, bajo una tuiciĂłn de los hacendados, se consolidaban tambiĂŠn otras formas de sĂşper-explotaciĂłn al indĂgena agricultor. Entre ellas la exigencia de trabajar gratuitamente las tierras del â&#x20AC;&#x153;patrĂłnâ&#x20AC;?, y el pongueaje, que era una forma grotesca de servidumbre obligada. Con ese nuevo giro dentro de la secuencia de la explotaciĂłn del indĂgena,
61
62
Rosmery Mamani “El lugar de los sueños”
Iclepopup - â&#x20AC;&#x153;Haja de cocaâ&#x20AC;? la producciĂłn de la hoja coca se vio notoriamente favorecida, en Coripata2, se consolidando una red de relaciones comerciales con los magnates mineros, los hacendados yungueĂąos lograron estructurar una organizaciĂłn empresarial dinĂĄmica, institucionalizada con el nombre de Propietarios de los Yungas, esto a partir de 1922, bajo la direcciĂłn del hacendado Abel SolĂs y el asesoramiento del magnate JosĂŠ MarĂa Gamarra, cobrĂł verdaderamente importancia.
tĂmulos a travĂŠs de prĂŠstamos desde el Estado a sectores de la burguesĂa cruceĂąa que se dedicaURQ DO QDUFRWUiĂ&#x20AC;FR GH PDQHUD HQFXELHUWD 8QD constante fue la permisividad y la complicidad de los organismos de control con el desarrollo GHO QDUFRWUiĂ&#x20AC;FR
JosĂŠ MarĂa Gamarra conocido como â&#x20AC;&#x153;El Rey de la cocaâ&#x20AC;? hasta la reforma agraria de 1953, fue en UHDOLGDG TXLHQ GLR LPSXOVR GHĂ&#x20AC;QLWLYR D OD VRFLHdad de Propietarios de los Yungas, instituciĂłn que si bien no presidiĂł, siempre fue considerada como propiedad suya.
Tres. Un cĂŠlebre narco-video en el cual quedan probadas las estrechĂsimas relaciones entre el â&#x20AC;&#x153;Rey de la CocaĂnaâ&#x20AC;? Roberto SuĂĄrez y ADN, y mĂĄs el proyecto de crear una economĂa, en la fase democrĂĄtica de Banzer, en base a la cocaĂna y su ingreso al circuito legal. Blanquearlaâ&#x20AC;?, (SiYDN
´$ Ă&#x20AC;QHV GH (UQHVWR &KH *XHYDUD UHODWD TXH FXDQGR ORV JXHUULOOHURV VH LQVWDODURQ HQ XQD Ă&#x20AC;QFD en el sudeste del paĂs, para iniciar la campaĂąa de Ă&#x2018;ancahuazĂş, un hacendado de los alrededores SHQVy TXH VH WUDWDED GH XQ JUXSR GH QDUFRWUDĂ&#x20AC;cantes de cocaĂna. Este hombre apellidado ArgaUDxD] LQVLVWtD HQ SDUWLFLSDU HQ ORV EHQHĂ&#x20AC;FLRV GH la supuesta producciĂłn de estupefacientesâ&#x20AC;?3. (O QDUFRWUiĂ&#x20AC;FR FRPLHQ]D D FUHFHU GH PDQHUD agigantada, en la dictadura del General Hugo Banzer Suarez, su relaciĂłn la veremos en tres niveles, â&#x20AC;&#x153;Primero que su responsabilidad como gobernante en la inauguraciĂłn de la veta blanca HQ %ROLYLD OD FHUWLĂ&#x20AC;FD HO TXLHEUH KLVWyULFR GH la producciĂłn. Hay que aĂąadir los distintos es-
Segundo que el propio Banzer y sus familiares fueron descubiertos en actividades ilĂcitas vinFXODGDV DO WUiĂ&#x20AC;FR \ SURGXFFLyQ GH FRFDtQD
â&#x20AC;&#x153;El 17 de julio de 1980, Luis GarcĂa Mesa, comandante del ejĂŠrcito, daba un cruento golpe que interrumpiĂł ese caĂłtico proceso democrĂĄtico. Apoyado por la dictadura militar Argentina, contaban con el asesoramiento de los expertos de la guerra sucia de ese paĂs vecino, sustentando econĂłmicamente por una amplia organizaciĂłn GH QDUFRWUDĂ&#x20AC;FDQWHV GH OD TXH IRUPDEDQ SDUWH varios de sus ministros, GarcĂa Meza se apodero del poder de una forma sangrientaâ&#x20AC;?. â&#x20AC;&#x153;Visto desde la corta perspectiva del ĂĄmbito nacional, el golpe de los narco-dĂłlares como se lo conociĂł desde el primer momento, aparecĂa
63
como una tozuda resistencia de la cĂşpula militar LQGXGDEOHPHQWH GH VX VHFWRU PiV UHWURJUDGR a permitir la restauraciĂłn de un rĂŠgimen civil que, por lo demĂĄs podĂa considerarse demasiado agresivo, habida cuenta de la participaciĂłn, en su esquema de partidos como el Comunista y otros grupos mal vistos por el militarismoâ&#x20AC;?, (PeUHGR El Gobierno de GarcĂa Mesa fue el del NarcotrĂĄĂ&#x20AC;FR FRQRFLGD WDPELpQ FRPR OD 1DUFR GLFWDGXUD (O QDUFRWUiĂ&#x20AC;FR FRPHQ]y HQ PRGR VLJQLĂ&#x20AC;FDWLYR HQ la dĂŠcada de los aĂąos â&#x20AC;&#x2DC;70 y la institucionalizaciĂłn GH VX SURFHVDPLHQWR FRQ SURWHFFLyQ RĂ&#x20AC;FLDO VH GLR precisamente al comienzo de la dĂŠcada de los aĂąos â&#x20AC;&#x2DC;80. Su mayor exponente Luis Arce GĂłmez. El 1ro de marzo de 1981, mĂĄs de 80 millones de norteamericanos fueron conmovidos por el programa televisivo 60 Minutos de la cadena CBS, conducido por el periodista Mike Wallace, que llevaba el tĂtulo de El Ministro de la CocaĂna.
64
La emisiĂłn, en la que participaron miembros de OD 'UXJ (QIRUFHPHQW $GPLQLVWUDWLRQ '($ HO Senador estadounidense Dennis DeConcini, el Fiscal de la Corte de Miami â&#x20AC;&#x201C; Florida Scott Miller y otras autoridades judiciales de NorteamĂŠrica, se referĂan a la cocaĂna de Bolivia y estaba dedicado al Coronel Luis Arce GĂłmez, entonces Ministro del Interior del gobierno encabezado por el General Luis GarcĂa Mesa. A travĂŠs del programa se fue articulando un resumen de las actividades desarrolladas por el ejĂŠrcito boliviano y por los miembros mĂĄs destacados GH OD EXUJXHVtD EROLYLDQD HQ WRUQR DO QDUFRWUiĂ&#x20AC;FR y tanto DeConcini como el jefe de la DEA, el Fiscal del Estado de Florida, Scott Miller, y el propio Mike Wallace llegaron a la conclusiĂłn de era evidente la participaciĂłn activa del coronel Luis Arce GĂłmez en la actividad ilĂcita. En 1997, Banzer habĂa cambiado las chaquetas militares por los trajes grises. Pero continuaba en la misma senda que los Estados Unidos. TomĂł como propia una idea-fuerza de Washington: PXHUWR HO FRPXQLVPR HO QDUFRWUiĂ&#x20AC;FR FRQVWLWXtD la gran amenaza para Bolivia y para el mundo occidental. Puso en prĂĄctica el â&#x20AC;&#x153;El Plan Dignidadâ&#x20AC;?, el pro\HFWR RĂ&#x20AC;FLDO GH HUUDGLFDFLyQ GH OD KRMD GH FRFD
excedentaria, fue la forma en la que Banzer buscĂł y consiguiĂł estabilizar su relaciĂłn con los Estados Unidos. Como el plan dignidad hecho en Estados Unidos buscaba erradicar a los campesinos, y no sĂłlo los cultivos de coca, Evo Morales encabezĂł en 1998 una nueva marcha a pie que durante veintitrĂŠs dĂas uniĂł El Chapare con La Paz. De esta manera se puede hacer una pequeĂąa historia breve de lo que paso en Bolivia con respecto a la coca y cocaĂna ahora en el periodo del Presidente Evo Morales hay una polĂtica especial para la protecciĂłn de la coca, con la aprobaciĂłn de la nueva ConstituciĂłn PolĂtica del Estado Plurinacional el aĂąo 2009, Bolivia ha establecido proteger a la Coca originaria y ancestral como patrimonio cultural, recurso natural renovable de la biodiversidad de Bolivia, y como factor de cohesiĂłn social reiterando que en su estado natural no es estupefaciente. En este contexto, la nueva PolĂtica Nacional de /XFKD DO 1DUFRWUiĂ&#x20AC;FR \ 5HYDORUL]DFLyQ GH OD Hoja de Coca se basa en cuatro pilares de acciĂłn el Desarrollo Integral con Coca, el Control Social, la PrevenciĂłn y la InterdicciĂłn.
BibliografĂa 1 K. Marx, F. Engels: â&#x20AC;&#x153;La IdeologĂa Alemanaâ&#x20AC;?, 0p[LFR 2 Antonio Peredo Leigue: â&#x20AC;&#x153;Historia de Incapacidades, un intento por entender mi paĂsâ&#x20AC;?, Bolivia, 2008 3 MartĂn Sivak: â&#x20AC;&#x153;El dictador Elegido, BiografĂa no autorizada de Hugo Banzer SuĂĄrezâ&#x20AC;?, Bolivia, 2001 Marx QRV HQVHxR TXH FDGD VRFLHGDG HVWDEOHFH VX SURSLD PDQHUD de organizaciĂłn, es lo que nos caracteriza y al mismo tiempo QRV GLIHUHQFLD GH RWUDV VRFLHGDGHV OD SURGXFFLyQ OD GLVWULEXFLyQ GH ULTXH]DV WDQWR PDWHULDOHV FRPR VLPEyOLFDV /R TXH YHQGUtD D VHU HO PRGR GH SURGXFFLyQ /DV VRFLHGDGHV FDSLWDOLVWDV HVWiQ RUJDQL]DGDV SDUD OD Pi[LPD REWHQFLyQ GH JDQDQFLDV \ QR SDUD VDWLVIDFFLyQ GH ODV QHFHVLGDGHV GH WRGD OD SREODFLyQ &RULSDWD HQ OHQJXD DLPDUD VLJQLÂżFD â&#x20AC;&#x153;altura del oroâ&#x20AC;? FDOLÂżFDFLyQ QR GHVSURYLVWD GH XQD EXHQD GRVLV GH SDUDGRMD GHELGR D TXH HVWD UHJLyQ QXQFD GHVFROOy SRU VX SURGXFFLyQ DXUtIHUD SHUR MXVWLÂżFDGD SRU VX SHUPDQHQWH HQULTXHFLPLHQWR JUDFLDV DO FXOWLYR cocalero (O 'LDULR GHO &KH HQ %ROLYLD 9HU WDPELpQ /D 3HOtFXOD CHE el Revolucionario de Steven Soderbergh
65
Rosmery Mamani
66
Rosmery Mamani “Aparapita”
El Leviatรกn:
Una percepciรณn desde la imagen โ Una imagen dice mรกs que mil palabrasโ (TUCHOLSKY citado por BURKE, 2005: 12) โ Son relativamente pocas las revistas que contienen ilustraciones, y cuando las tienen, son relativamente pocos los autores que aprovechan la oportunidad que se les brinda. Cuando utilizan imรกgenes, los historiadores suelen tratarlas como simples ilustraciones, reproduciรฉndolas en sus libros sin el menor comentarioโ (BURKE, 2005: 12)
Valeria Silva
Introducciรณn 3DUD OD WHRUtD SROtWLFD FOiVLFD 7KRPDV +REEHV HV XQR de autores mรกs revisados, lo cual remite inmediataPHQWH D VX REUD PiV WUDVFHQGHQWDO \ IDPRVD Leviatรกn. GUDQ SDUWH GH ORV GHEDWHV SROtWLFRV GHVGH HO VLJOR ;9,, KDVWD QXHVWURV GtDV LQFOXVR VH VLHQWHQ LQYLWDdos a pensar y re-pensar lo planteado teรณricamente SRU DTXHO HVFULWRU LQJOpV 3HUR HQ XQ JUDGR VXPDPHQWH PLQ~VFXOR ยฑR LQVLJQLยฟFDQWHยฑ VH KD SRU OR PHQRV KDEODGR GH OD LPSRUWDQWH FDUJD GH HQWHQGLPLHQWR TXH WLHQH OD RULJLQDO SRUWDGD GH HVWD H[WHQVD REUD GLEXMDGD SRU $EUDKDP %RVVH +D VLGR PX\ FRP~Q entre las autoras y los autores de ciencias sociales \ R SROtWLFDV VXEYDORUDU D ODV LPiJHQHV FRPR IXHQWHV FHUWHUDV DVt IXH FRQ HO IURQWLVSLFLR GHO Leviatรกn (VWH EUHYH WH[WR SUHWHQGH DSRUWDU DO URPSLPLHQWR GH este positivismo que ha dominado el estudio del penVDPLHQWR SROtWLFR
([LVWH D[LRPiWLFDPHQWH XQ ยณDQDOIDEHWLVPR YLVXDOยด HQ ORV WUD]RV SDUD OD UHYLVLyQ GH OD WHRUtD SROtWLFD Las concepciones en primera instancia positivistas y SRVWHULRUPHQWH FLHQWLยฟFLVWDV IXHURQ ODV TXH GH FLHUWR PRGR OHV QHJDURQ D ODV PXMHUHV \ D ORV KRPEUHV OD YLVLyQ GHVGH HVWD ULTXtVLPD SHUVSHFWLYD 'H FXDOTXLHU PRGR QR UHVXOWD WDUHD IiFLO SODQWHDU XQ DQiOLVLV GHVGH las imรกgenes; por un lado por la categรณrica โ mudezโ GH pVWDV \ SRU RWUR ODGR SRU OD GLยฟFXOWDG TXH UHSUHVHQWD WUDGXFLU D SDODEUDV HO WHVWLPRQLR TXH RIUHFHQ (Q HVWRV SiUUDIRV VH KDUi HO LQWHQWR GH SODVPDU XQD SRVLEOH SHUFHSFLyQ GHO SHQVDPLHQWR GH +REEHV HQ VX Leviatรกn GHVGH OD PHWDIyULFD SRUWDGD RULJLQDO HVFRJLGD SRU pO PLVPR 'RV VHUiQ ORV HMHV WHPiWLFRV TXH HVWUXFWXUDUiQ HO SUHVHQWH WUDEDMR DOXPEUDGRV SRU ORV SRVWXODGRV GH 3HWHU %XUNH HQ VX OLEUR Visto no visto, acerca del uso de la imagen como documento histรณULFR 6H FRPHQ]DUi HQWRQFHV FRQ XQD EUHYH SUHPL-
67
Valeria Silva
68 VD DFHUFD GHO SRU TXp GH HVWH HQIRTXH (Q VHJXQGR OXJDU GHVSXpV GH RIUHFHU GDWRV DFHUFD GH %RVVH VH harĂĄ un anĂĄlisis descriptivo de dicha imagen el cual GHYLHQH HQ HO UHFRQRFLPLHQWR GH ORV SRVWXODGRV H[SOtFLWRV GH +REEHV WDOHV FRPR HO Contrato, la guerra de todos contra todos, el Estado sin lĂmites \ ÂżQDOPHQWH OD UHODFLyQ GH pVWH FRQ OD ,JOHVLD (QJOREDQGR lo anterior se plantearĂĄn conclusiones en tanto opiQLRQHV SHUVRQDOHV
1. El porquĂŠ de la perspectiva Es importantĂsimo reconocer que en los Ăşltimos aĂąos VH KDQ YLVWR LQWHQWRV SRU UHIRU]DU HO XVR GH ODV LPigenes como documentos histĂłricos; en este mismo sentido, este ensayo pretende hacer uso de la imagen, esta vez como mecanismo interpretativo de la teorĂa SROtWLFD KREEHVLDQD (Q HVWH PDUFR GH OD QXHYD YDORUDFLyQ GH ODV LPiJHQHV OD REUD Visto no visto de Pe-
Marxista feminista. Es estudiante de Historia de Universidad Mayor de San AndrĂŠs y de Ciencias PolĂticas de la Universidad CatĂłlica Boliviana â&#x20AC;&#x153;San Pabloâ&#x20AC;?. Investiga la teorĂa del Estado en Bolivia. Es representante para Bolivia de la ConfederaciĂłn Latinoamericana de Estudiantes de Historia. Ha participado en conferencias, encuentros y seminarios en ciudades como BerlĂn, Viena y Santiago de Chile, entre otras. Su Ăşltima publicaciĂłn fue Historiche Chronologie Boliviens (CronologĂa KLVWyULFD GH %ROLYLD HQ ´Plurinationale Demokratie in Bolivienâ&#x20AC;? (Democracia 3OXULQDFLRQDO HQ %ROLYLD Westfälisches Dampfboot, BerlĂn 2012.
ter Burke FREUD YLWDO LPSRUWDQFLD PLVPD TXH VLUYH D HVWRV SiUUDIRV FRPR SULQFLSDO UHIHUHQFLD ELEOLRJUiÂżFD PHWRGROyJLFDPHQWH KDEODQGR &LHUWDPHQWH OD PDJQLtud de valor que se asigna hoy a las imĂĄgenes como IXHQWHV HV DVFHQGHQWH HQ HO WLHPSR %85.( $O LJXDO TXH OD RUDOLGDG OR YLVXDO QR WH[WXDO HVWi JDnando mucho espacio y aceptaciĂłn en el campo de las ciencias sociales y polĂticas, en el marco de la descoORQL]DFLyQ GH OD FLHQFLD 5,9(5$ 3RU HVWR HQ HVWH WUDEDMR VH VLHQWH OD QHFHVLGDG GH SHUFLELU OD WHRUtD y el pensamiento polĂtico histĂłrico desde lo alternativo, intentando ademĂĄs desmarcarse de las torneadas SHUVSHFWLYDV WH[WXDOLVWDV â&#x20AC;&#x153;SegĂşn dice un especialista en historia del arte, â&#x20AC;&#x2DC;[â&#x20AC;Ś] SUHÂżHUHQ RFXparse de textos y de hechos polĂticos o econĂłmicos y no de los niveles mĂĄs profundos de la experiencia que las imĂĄgenes se encargan de sondearâ&#x20AC;&#x2122;â&#x20AC;? %85.(
(V PHQHVWHU SRU WDQWR UHIHULUVH D ODV FLWDV LQWURGXFWRULDV D HVWH WUDEDMR $XQTXH VXHQH WULOODGR XQR GH ORV SLODUHV ÂąTXL]iV HO IXQGDPHQWDOÂą TXH VRVWLHQH D HVWH DQiOLVLV HV DTXHO TXH DÂżUPD HO YDORU PD\RU GH ODV LPiJHQHV IUHQWH D ODV SDODEUDV 8QR GH ORV REMHWLYRV es no utilizar la imagen para ilustrar conclusiones que GHYLHQHQ GH RWURV PHGLRV %85.( VL QR SODQWHDUODV GHVGH pVWD PLVPD 6H LQYLWD DGHPiV D GHjarse impactar por la imagen, a imaginar la historia y el pasado de modo mucho mĂĄs vivo que por medio de ODV OHWUDV %85.( /DV LPiJHQHV SXHden ser utilizadas con cierta garantĂa para reconstruir XQR GH ORV HVFHQDULRV GH PD\RU GLÂżFXOWDG GH DFFHVR QRV UHIHULPRV D OD KLVWRULD GH ODV PHQWDOLGDGHV D ODV HVWUXFWXUDV \ DFWLWXGHV SHUGLGDV ÂąR QR 6H SODQWHD UHFRQRFHU DVLPLVPR HO GREOH p[LWR GHO LeviatĂĄn. 3RU XQ ODGR SRU OD IXHU]D GH VX WHRUtD SROtWLFD FRPR FLPLHQWR GHO (VWDGR 0RGHUQR \ SRU RWUR ODGR SRU OD IXHU]D LFRQRJUiÂżFD ÂąGRQGH VH HQIRFDQ HVWRV SiUUDIRVÂą \ VX LQQHJDEOH IXQFLyQ UHWyULFD YLVXDO &58=
69
Rosmery Mamani â&#x20AC;&#x153;Gssgsâ&#x20AC;?
&RQ HVWRV DQWHFHGHQWHV MXVWLยฟFDWLYRV VH SDVDUi D FRQWLQXDFLyQ D DQDOL]DU H[DPLQDQGR HO IURQWLVSLFLR GHO Leviatรกn.
2. Analizando la imagen 1.1. Presentaciรณn del Leviatรกn portada2
(Q VHJXQGR OXJDU VH GHEH WRPDU HQ FXHQWD TXH HO JUDEDGR IXH KHFKR D SHGLGR DTXt HV GRQGH +REEHV LQJUHVD HQ OD HVFHQD GH OD FUHDFLyQ 3RU XQ ODGR VH SXHGH decir que Bosse tuvo dos opciones para conocer tan ยฟQDPHQWH ORV SODQWHDPLHQWRV GH +REEHV TXL]iV KD\D OHtGR OD REUD HQ FRQGLFLyQ LQpGLWD R TXL]iV KD\D WHQLGR ODUJDV FRQYHUVDFLRQHV FRQ +REEHV HQ ODV TXH HO LQJOpV H[SOLFy VXV SRVWXODGRV GHWDOODGDPHQWH 3RU RWUR ODGR VH GHEH FRQVLGHUDU TXH HYLGHQWHPHQWH +REEHV HVFRJLy OD ยฟJXUD3 conocida entre otras varias que planWHy %RVVH $TXt FDEH PHQFLRQDU TXH LQFOXVR +REEHV SXGR GHVFULELU ODV FDUDFWHUtVWLFDV TXH pO GHVHDED SDUD su portada; entonces tendrรญa un papel aรบn mรกs intenso HQ OD FUHDFLyQ GHO SUR\HFWR Non est potestas super terrum qua comparetur ei iob TXH WUDGXFLGR GHO ODWtQ DO FDVWHOODQR VLJQLยฟFD No hay poder sobre la tierra que se le compare, HQFDEH]D OD ยฟJXUD HQ FXHVWLyQ HVWD IUDVH D GLIHUHQFLD GHO WH[WR UHVWDQWH HVWD PDQXVFULWD &RPR VH H[SOLFDUi PiV DGHlante, este sector de la imagen es el que estรก encargado GH WUDQVPLWLU HO VLJQLยฟFDGR GH OD PLVPD LPSOtFLWDPHQWH LEVIATHAN or the Matter, Forme and Power of a Common Wealth Ecclesiasticall and Civil. By Thomas Hobbes of Malvesbvry. London, printed for Andrew Crooke.1651 que traducido del inglรฉs al castellano VLJQLยฟFD Leviatรกn o la Materia, Forma y Poder de un Bien Comรบn Eclesiรกstico Y Civil -traducciรณn propiaUHSUHVHQWD XQ EUHYtVLPR UHVXPHQ GH ORV WySLFRV TXH DERUGD OD H[WHQVD REUD
70
2.2. El individuo como encarnaciรณn de los ideales y principios
3DUD HPSH]DU FXDQGR VH KDEOD GH LPiJHQHV FRPR documentos es necesario asumir a los autores como ยฟOyVRIRV HQ HVWH FDVR ยฟOyVRIRV SROtWLFRV %85.( $KRUD ELHQ HVWD DยฟUPDFLyQ WLHQH GRV FRPSRQHQWHV SDUD OD SHUFHSFLyQ HVSHFtยฟFD TXH VH HVWi KDFLHQGR HQ HVWD RFDVLyQ /D SULPHUD ยฑIXQGDPHQWDOยฑ HV TXH OD PDQR TXH WUD]y OD LPDJHQ HQ FXHVWLyQ IXH GH $EUDKDP %RVVH 1DFLGR HQ HO DxR y GH DVFHQGHQFLD DOHPDQD IXH XQR GH ORV GLEXMDQWHV PiV SRSXODUHV HQ 3DUtV SRU OD HODERUDFLyQ GH IURQWLVSLFLRV H LOXVWUDFLRQHV GH OLEURV PX\ LPSRUWDQWHV HQ HO VLJOR ;9,, KWWS H[SRVLWLRQV EQI IU ERVVH H[SR VDOOH LQGH[ KWP 7UDGXFFLyQ SURSLD HQWUH HOORV SRU VXSXHVWR el Leviatรกn GH 7KRPDV +REEHV
8QD SULPHUD LPSUHVLyQ TXH SXHGH SURYRFDU HVWD ยฟJXUD HV VLQ OXJDU D GXGDV PLHGR < SDUD +REEHV HO PLHGR es el principal cimiento del Estado en tanto ente reJLGR SRU XQD OyJLFD DEVROXWLVWD ยณDel miedo provenimos [โ ฆ] y a รฉl arribamos como a nuestras mรกs รญntima moradaยด +2%%(6 FLWDGR SRU (6326,72 Se ve, evidentemente, que los seres humanos se estรกn SUHVWDQGR D OD FRQIRUPDFLyQ GH XQD XQLGDG OD FXDO GHYLHQH HQ XQ JUDQ FXHUSR KXPDQR TXH IXQFLRQD FRQjunta y autรณnomamente, gracias a la voluntad de aqueOORV SHTXHxRV (V XQ PRGHOR GH DGLFLyQ PDWHPiWLFD (O LGHDO GH +REEHV GH YLYLU HQ XQ UpJLPHQ DEVROXWLVWD %27(//$ HW DO HV LPSRVLEOH GH QR SHUFLELU (VWD LPDJHQ GH JREHUQDQWH FLHUWDPHQWH WLHQH ยฑLQFOXVRยฑ FDUiFWHU WULXQIDOLVWD %85.( Juan Cruz dice que โ (O YtQFXOR HQWUH OR VXEOLPH \ OD ยฟgura del leviatรกn salta a la vista, pues ambos parecen
Arturo Borda â&#x20AC;&#x153;Illimaniâ&#x20AC;?
indicar lo mismo: si el gigante LeviatĂĄn [â&#x20AC;Ś] es un ser ante el cual â&#x20AC;&#x2DC;no hay poder sobre la tierra que sea comparableâ&#x20AC;&#x2122;, lo sublime es aquello [â&#x20AC;Ś] que es absolutamente grandeâ&#x20AC;? &58= 4 1XHYDPHQWH VH WUDWD GH XQD VHQVDFLyQ TXH SURYRFD WHPRU Por otra parte, este enorme individuo proyectando los principios de la ĂŠpoca, no estĂĄ compuesto en ninguna SDUWH SRU ÂżJXUDV FDWHJyULFDPHQWH IHPHQLQDV 2 VHD que, como era normal en aquel loccus VH H[FOX\H D ODV PXMHUHV GH OD HVIHUD GHO SHQVDPLHQWR SROtWLFR SURSLDPHQWH GLFKR 3HUR FDEH GHFLU TXH &UX] KDFH UHIHUHQFLD D XQD VHJXQGD YHUVLyQ GH HVWD LPDJHQ KHFKD WDPELpQ SRU $EUDKDP %RVVH TXH LQFOX\H D ÂżJXUDV GH PXMHUHV HQ DFWLWXG PDWHUQDO SRU H[FHOHQFLD &58= OR DQWHULRU FRQÂżUPD TXH DO KDEHU HVFRJLGR HO PLVPR +REEHV OD LPDJHQ D XVDU DTXHO JLJDQWH LQGLYLGXR HV HO depositario de uno de los principios del autor: la polĂWLFD FRPR HVFHQDULR GH \ SDUD ORV KRPEUHV $GHPiV %XUNH DÂżUPD TXH OD SUHVHQFLD GH PXMHUHV HQ ODV HVFHQDV SROtWLFDV GLEXMDGDV SLQWDGDV R HVFXOSLGDV VRQ VHxDV HVSHFLDOPHQWH GH OLEHUWDG %85.( 5 &RPR EDVH GHO (VWDGR 0RGHUQR HQ OD ÂżJXUD ÂąD SDUWLU de los parĂĄmetros de Peter Burke que plantean que el QDFLRQDOLVPR VH SXHGH UHFRQRFHU IiFLOPHQWH DO REVHUYDU PDQLIHVWDFLRQHV FRPR OD DUTXLWHFWXUD SRU HMHPSOR %85.( Âą HYLGHQWHPHQWH VH SXHGH SHUFLELU HO QDFLRQDOLVPR (O REVHUYDGRU GHEH UHPLWLUVH DO WLSR GH DUTXLWHFWXUD TXH SUHVHQWD HO GLEXMR OD FXDO HV GH WtSLFR HVWLOR LQJOpV
%XUNH DGHPiV PDQLÂżHVWD TXH XQR GH ORV UDVJRV GH ODV LPiJHQHV TXH TXLHUHQ H[SUHVDU SRGHU OHJtWLPR HV TXH HO JREHUQDQWH OOHYD HQ VX LQGXPHQWDULD DUWHIDFWRV que remitan a los receptores al momento en que ĂŠste DGTXLULy GLFKR SRGHU HQ EXVFD GH XQD DSDULHQFLD PiV GLJQD %85.( 3DUD HVWH UDVJR VRQ YDULRV HOHPHQWRV ORV TXH QR KD\ TXH SHUGHU GH YLVWD Primero, que el enorme rey lleva puesta una corona, la cual lo distingue del resto y lo hace Ăşnico; ademĂĄs KDFH UHIHUHQFLD DO PRPHQWR GH VX FRURQDFLyQ 6HJXQGR TXH HVWH VREHUDQR ÂąTXH UHSUHVHQWD DO LQYHQFLEOH (VWDGRÂą QR OOHYD URSD SXHVWD SDUD TXH VH SHUFLED TXH VX H[LVWHQFLD HVWi FRPSXHVWD SRU SHTXHxRV FXHUSHFLOORV TXH FRPR \D GLMR OH FHGHQ D pVWH VX YROXQWDG 7HUFHUR HQ OD PDQR GHUHFKD HO JLJDQWH SRVHH ÂżUPHmente una espada la cual representa al poder civilâ&#x20AC;&#x201C; VHFXODU FRHUFLWLYR TXH RVWHQWD FHGLGR REYLDPHQWH SRU OD VRFLHGDG FLYLO )LQDOPHQWH HQ FXDUWR OXJDU OD PDQR L]TXLHUGD VRVWLHQH GH LJXDO PDQHUD HO EiFXOR HFOHVLiVWLFR RELVSDO HO FXDO PDQLÂżHVWD HO SRVWXODGR GH +REEHV TXH SRU XQ ODGR DÂżUPD TXH HO UH\ HV HO ~QLFR TXH SRVHH OD OLEHUWDG GH LQWHUSUHWDU OD ELEOLD %27(//$ HW DO \ SRU RWUR ODGR HVWH WDPELpQ representa un mecanismo coercitivo al ser la religiĂłn GRPLQDQWH HQ HVHQFLD Âł>3DUD +REEHV@ en el Estado o sociedad polĂtica, el miedo, incluso el terror, debe permanecer tal y como lo indica la espada, espada que es al mismo tiempo sĂmbolo â&#x20AC;&#x2DC;de
71
la guerra y la justiciaâ&#x20AC;&#x2122; (Hobbes, 1999: 58), ÂżUPHPHQWH EODQGLGD SRU HO EUD]R GHUHFKR Pero, en el grabado, esta espada es compenVDGD R HTXLOLEUDGD HQ WpUPLQRV JUiÂżFR SRU el bĂĄculo eclesiĂĄsticoâ&#x20AC;? &58=
$KRUD ELHQ HQ ORV SHTXHxRV FXDGURV TXH VH HQFXHQWUDQ HQ OD SDUWH LQIHULRU GH OD LPDJHQ UHLWHUDQ PXFKRV GH ORV DVSHFWRV \D H[SOLFDGRV DQWHULRUPHQWH 3HUR YDOH OD SHQD UHFDOFDU TXH H[SUHVDQ TXH WRGDV HVDV LQVWDQFLDV GH OD YLGD S~EOLFD \ WHROyJLFD VRQ GH WRWDO GRPLQLR GHO VREHUDQR ÂąSRU HVWR HVWiQ DGHPiV GHEDMR GH pO \ URGHDQGR D OD SDODEUD LeviathanÂą /D LJOHVLD \ HO SRGHU TXH pVWD LUUDGLD HVWiQ EDMR OD FXVWRGLD GHO VREHUDQR /D SURGXFFLyQ DJURSHFXDULD UHSUHVHQWDGD SRU ORV DUWHIDFWRV TXH SHUPLWHQ ODEUDU OD WLHUUD GH LJXDO PDQHUD HVWi EDMR WXLFLyQ GHO JLJDQWH (O VHQDGR OD JXHUUD \ OD FRURQD WDPELpQ GHSHQGHQ GHO UH\ 7RGR OR DQWHULRU GHYLHQH SXHV GHO FRQWUDWR TXH VH HIHFW~D HQWUH ORV V~EGLWRV HQ HO TXH DFHSWDQ VRPHWHUVH DO VREHUDQR EDVDGRV HQ HO WLWiQLFR PLHGR que tienen, a decir de Botella, CaĂąeque y Gonzalo, en HO KLSRWpWLFR (VWDGR GH 1DWXUDOH]D HO FXDO HV DGHPiV XQLGLUHFFLRQDO SXHV HO UH\ QR GHEH UHVSRQGHU D ODV UHJODV LPSODQWDGDV
72
3. Conclusiones La portada del LeviatĂĄn UHVXOWD SRU OR DQWHULRU H[puesto, un arquetipo para la percepciĂłn de las teorĂas SROtWLFDV GHVGH ODV LPiJHQHV 6LOYLD 5LYHUD DÂżUPD GH manera muy inteligente que las palabras se convirtieURQ HQ XQ UHJLVWUR ÂżFFLRQDO SODJDGR GH HXIHPLVPRV que velan la realidad en lugar de designarla 5,9(5$ /RV HOHPHQWRV GH DQiOLVLV TXH XWLOL]D +REEHV VRQ YLVLEOHV VLQ PXFKR HVIXHU]R HO FRQĂ&#x20AC;LFWR estĂĄ en hacer vĂĄlidas estas interpretaciones ya que el SRVLWLYLVPR \ HO FLHQWLÂżFLVPR ODV KDQ UHOHJDGR /D esencia del contrato que es la renuncia por parte de ORV V~EGLWRV D VX VREHUDQtD HV HYLGHQWH HQ OD LPDJHQ al igual que la potestad de coerciĂłn que adquiere el (VWDGR FRQ pVWH Vale la pena lograr este cometido; si, incluso, en el espectro jurĂdico las imĂĄgenes tienen importante vaORU ÂąJUDEDFLRQHV GH FiPDUDV GH VHJXULGDG SRU HMHPplo, han servido para inculpar a delincuentesâ&#x20AC;&#x201C; por quĂŠ no â&#x20AC;&#x153;elevarlas de rangoâ&#x20AC;? en las ciencias sociales \ SROtWLFDV 8QD H[SHFWDWLYD UHFXUUHQWH HQ ORV KLVWRULDGRUHV ÂłSURJUHVLVWDV´ VH HVER]D DOUHGHGRU GH ODV nuevas generaciones, quienes han vivido, desde sus QDFLPLHQWRV URGHDGRV GH EDVWD LQIRUPDFLyQ YLVXDO
y han desarrollado mayor percepciĂłn por las imĂĄgeQHV TXH VXV DVFHQGHQWHV 3RU WDQWR VH HVSHUD PD\RU LQWHUDFFLyQ HQWUH ORV GLIHUHQWHV WLSRV GH GRFXPHQWRV KLVWyULFRV (VWH EUHYH WH[WR DEUH ODV SXHUWDV D RWUR WLSR GH SHUFHSFLyQ GH ORV FRQWHQLGRV GH ORV OLEURV HVWD YH] GHVGH VXV IURQWLVSLFLRV SRU HMHPSOR HQ ORV cuales -pienso- los autores se concentran de manera HVSHFLDO \ GHWDOODGD
BibliografĂa BOTELLA, Juan; CAĂ&#x2018;EQUE, Carlos; GONZALO, Eduardo 1998 El pensamiento polĂtico en sus textos. Tecnos: Madrid BURKE, Peter 2005 Visto no visto. CrĂtica: Barcelona CRUZ, Juan 2008 â&#x20AC;&#x153;La imagen del Estado Moderno: del gran hombre a lo sublime y lo monstruosoâ&#x20AC;? En: 6LJQRV )LORVyĂ&#x20AC;FRV, Vol. X, NĂşm. 20 julio-diciembre, 3S GLVSRQLEOH HQ ZZZ UHGDO\F RUJ ESPOSITO, Roberto 2003 Communitas. Amorrortu: Buenos Aires HOBBES, Thomas 1980 LeviatĂĄn. Editora Nacional: Madrid KANT, Immanuel 1991 CrĂtica de juicio. PorrĂşa: MĂŠxico RIVERA, Silvia 20120 SociologĂa de la imagen. En: http://chixinakax.wordpress.com/2010/07/23/sociologiade-laimagen Fuentes word wide web: http://expositions.bnf.fr/bosse/expo/salle1/index.htm http://redalyc.org 1 El tĂtulo original de este libro es Eyewitnessing. The Uses of Images as Historical Evidence, publicado en 1995 en la colecciĂłn â&#x20AC;&#x153;Picturing Historyâ&#x20AC;?. 2 En el marco de lo planteado, es menester insertar la imagen al cuerpo central del cuerpo ya que ĂŠsta constituye el sujeto de lo que se va a expresar 3 Apuntes recogidos de: ROJAS, Farit impartiendo cĂĄtedra de Derecho Constitucional 1. En: Universidad CatĂłlica Boliviana, 2-2010 &UX] KDFH HVWD UHODFLyQ WRPDQGR HQ FXHQWD ODV FRQFHStualizaciones kantianas. Para Kant sublime es lo que estĂĄ sobre cualquier comparaciĂłn, es algo absolutamente JUDQGH
3HWHU %XUNH HMHPSOLĂ&#x20AC;FD VX DĂ&#x20AC;UPDFLyQ FRQ HO FXDGUR GH Eugène Delacroix La libertad conduciendo al pueblo y con la Estatua de la Libertad, diseĂąada por FrĂŠdĂŠric AuJXVWH %DUWKROGL
La utilizaciĂłn de los medios de comunicaciĂłn
La propaganda nazi â&#x20AC;&#x153;El papel del intelectual no es el de situarse un poco en avance o un poco al margen para decir la muda verdad de todos; es ante todo luchar contra las formas de poder allĂ donde ĂŠste es a la vez el objeto y el instrumentoâ&#x20AC;Śâ&#x20AC;? Foucault-Deleuze 1972
Juan JosĂŠ Cabrera Rivero
E
XQD KHUUDPLHQWD HQ OD SURSDJDQGD TXH MXVWLĂ&#x20AC;Fy el accionar del gobierno de Adolfo Hitler, lo cual derivarĂa en la Segunda Guerra mundial y el exterminio de millones de personas.
Al cumplirse 80 aĂąos de la instauraciĂłn del rĂŠgimen nazi uno de los mĂĄs totalitarios que pudo ver la humanidad en el siglo pasado el siguiente trabajo pretende hacer una revisiĂłn de cĂłmo los medios de comunicaciĂłn fueron utilizados como
Pero, para comenzar debemos entender quĂŠ es la propaganda como tal, asĂ pues si la vemos como fenĂłmeno comunicativo tenemos que partir de que los procesos comunicativos podemos dividirlos sustancialmente en dos: informaciĂłn y persuasiĂłn. El concepto de informaciĂłn es deĂ&#x20AC;QLGR FRPR XQ SURFHVR GH FRPXQLFDFLyQ GRQGH el emisor comparte determinados datos o conocimientos con el receptor. Debemos recordar que la informaciĂłn como fenĂłmeno de la comunicaciĂłn de forma pura y aislada no existe en el medio social pues parte siempre de una inten-
O SDVDGR VLJOR ;; VLJQLĂ&#x20AC;Fy HO WULXQIR GH ORV medios de comunicaciĂłn que impregnan todos los aspectos de la vida tanto en campo personal como en el social. Lo cierto es que los medios de comunicaciĂłn estĂĄn demostrando una y otra vez su enorme poder de persuasiĂłn. El mundo que nosotros y nuestros hijos conocemos es el que los medios nos muestran (lo que no sale en televisiĂłn no existe, lo que publica el LQWHUQHW HV FUHtEOH \ DVt VH PDQLSXODQ FRQĂ LFWRV VH HQVDO]DQ Ă&#x20AC;JXUDV VH PRGLĂ&#x20AC;FDQ YROXQWDGHV
73
Juan JosĂŠ Cabrera Rivero Es comunicador titulado en la Universidad 0D\RU GH 6DQ $QGUpV 806$ \ 'RFHQWH GH numerosas universidades. Ha escrito en las revistas digitales: Profesionales de ComunicaciĂłn, Man of Steel Fanzine de EspaĂąa y Googleando.
74 cionalidad y en ese caso tendrĂamos que hablar de persuasiĂłn, pero ello no quiere indicar que toda comunicaciĂłn es persuasiva. Sino que el sujeto que informa pretende en el fondo siempre una respuesta del receptor y todo proceso comuQLFDWLYR FX\R REMHWLYR HV OD UHVSXHVWD VH GHĂ&#x20AC;QH como persuasiĂłn. La persuasiĂłn es un proceso comunicativo que pretende crear una dependencia interactiva entre emisor y receptor mediante la formaciĂłn, UHIRU]DPLHQWR R PRGLĂ&#x20AC;FDFLyQ GH OD UHVSXHVWD del receptor. En palabras simples la persuasiĂłn WUDWD GH LQĂ XLU 8Q PHQVDMH SHUVXDVLYR VH FRQforma segĂşn una conducta deseada por el emisor para que sea adoptada voluntariamente por el receptor.
75 Rosmery Mamani “Base del poder economico”
La propaganda vista desde el área de la comunicación social, consiste en un proceso que disemina ideas a través de múltiples canales con OD ÀQDOLGDG GH SURPRYHU HQ HO JUXSR DO TXH VH dirige los objetivos del emisor no necesariamente favorables al receptor, entonces implicaría un fenómeno de información y persuasión que permitiría crear modelos de conducta.
8QD GHÀQLFLyQ TXH SDUHFH DGHFXDGD \ SUHFLVD HV la de Violet Edwards quien señala “Propaganda es la expresión de una opinión o una acción por individuos o grupos, deliberadamente orientada D LQÁXLU RSLQLRQHV R DFFLRQHV GH RWURV LQGLYLGXRV R JUXSRV SDUD XQRV ÀQHV SUHGHWHUPLQDGRV \ SRU medio de manipulaciones psicológicas”. Otra GHÀQLFLyQ GH ,JQDFLR 2FKRD GLFH TXH HV ´&RPX-
nicaciĂłn orientada a convencer a las masas sobre creencias o doctrinasâ&#x20AC;?. AsĂ se entiende que la propaganda busca aumentar el apoyo o el rechazo sobre una posiciĂłn, su objetivo no es hablar de la verdad, sino convencer a la gente: pretende inclinar la opiniĂłn general, no informarla. Debido a esto, la informaciĂłn transmitida es a menudo presentada con una alta carga emocional, apelando comĂşnmente a la afectividad, en especial a sentimientos patriĂłticos, y apela a argumentos emocionales mĂĄs que racionales.
76
Los medios de comunicaciĂłn fueron una herramienta vital para que el rĂŠgimen de Adolfo +LWOHU GLIXQGLHUD VXV LGHDOHV \ JDQDVH DVt Ă&#x20AC;GHOLGDG \ GHYRFLyQ (O ) KUHU FRPR HUD FRQRFLGR escribiĂł en su libro Mein Kampf (Mi lucha ´/D propaganda intenta forzar una doctrina sobre la genteâ&#x20AC;Ś La propaganda opera sobre el pĂşblico general desde el punto de vista de una idea y los prepara para la victoria de esta idea.â&#x20AC;? Hitler, en este pĂĄrrafo aboga por el uso de la propaganda para difundir los ideales del nacionalsocialismo, entre ellos racismo, antisemitismo y anti-bolchevismo. La propaganda nazi proporcionĂł un instrumento crucial para adquirir y mantener el poder, asĂ como para la implementaciĂłn de sus polĂticas, incluyendo la prosecuciĂłn de la gurra total y la exterminaciĂłn de millones de personas en el Holacausto.
La propaganda nazi antes de la guerra En la dĂŠcada de 1920, los propagandistas nazis querĂan atraer apoyo para su maquinaria polĂtica y generar una nueva actitud en el pueblo alemĂĄn, para ello crearon enemigos externos (los paĂses que supuestamente impusieron el Tratado de 9HUVDOOHV VREUH $OHPDQLD \ HQHPLJRV LQWHUQRV (los judĂos +LWOHU \ ORV SURSDJDQGLVWDV QD]LV VH valieron del antisemitismo y del resentimiento por el Tratado, ya presentes en Alemania. En toda Alemania se veĂan carteles, pelĂculas, historietas y folletos, en los cuales se atacaba a la comunidad JudĂa, como en la pelĂcula El judĂo eterno (una versiĂłn sobre la leyenda del judĂo errante
Los alemanes en otros paĂses como Checoslovaquia, Francia, Polonia, UniĂłn Sovietica y los PaĂses balticos fueron otro blanco de la propaganda GHO SDUWLGR QD]L +LWOHU DĂ&#x20AC;UPDED HQ Mein Kampf (Mi Lucha TXH ORV DOHPDQHV VXIUtDQ GRORU \ PLseria estando fuera de Alemania, y que soĂąaban con la patria comĂşn. A lo largo de Mein Kampf, Hitler invoca a los alemanes en todo el mundo para que tuvieran como objetivo central la lucha por el poder polĂtico y la independencia. La llegada al poder del partido nazi (Partido NaFLRQDO 6RFLDOLVWD 2EUHUR $OHPiQ HQ GLR inicio a una estrategia de comunicaciĂłn, para lo cual fundĂł el ministerio de ilustraciĂłn pĂşblica y propaganda, dirigida por Joseph Goebbels, quien habĂa sido el director de la tarea comunicativa del Partido Nazi y el gran arquitecto del ascenso al poder. Una vez en el Gobierno y con las manos libres para monopolizar el aparato mediĂĄtico estatal, Goebbels prohibiĂł todas las publicaciones y medios de comunicaciĂłn fuera de su control, y orquestĂł un sistema de consignas para ser transmitido mediante un poder centralizado del cine, la radio, el teatro, la literatura y la prensa. UsĂł mucho lo que hoy en dĂa se conoce como el marketing social, ensalzando muchos sentimientos de orgullo, promoviendo muchos odios y en muchas ocasiones mintiendo y convenciendo de cosas muy alejadas de la realidad. Para ello utilizĂł y elaborĂł los siguientes 11 principios de la propaganda nazi. Los cuales son: % 3ULQFLSLR GH VLPSOLĂ&#x20AC;FDFLyQ \ GHO HQHPLJR Ăşnico. Adoptar una Ăşnica idea, un Ăşnico sĂmbolo: Individualizar al adversario en un Ăşnico enemigo. % Principio del mĂŠtodo de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categorĂa o individuo: Los adversarios han de constituirse en suma individualizada. % Principio de la transposiciĂłn. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. â&#x20AC;&#x153;Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraiganâ&#x20AC;?. % 3ULQFLSLR GH OD H[DJHUDFLyQ \ GHVĂ&#x20AC;JXUDFLyQ Convertir cualquier anĂŠcdota, por pequeĂąa que sea, en amenaza grave. % Principio de la vulgarizaciĂłn. â&#x20AC;&#x153;Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel
%
%
%
%
%
%
al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto mĂĄs grande sea la masa a convencer, mĂĄs pequeĂąo ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensiĂłn escasa; ademĂĄs, tienen gran facilidad para olvidarâ&#x20AC;?. Principio de orquestaciĂłn. â&#x20AC;&#x153;La propaganda debe limitarse a un nĂşmero pequeĂąo de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo FRQFHSWR VLQ Ă&#x20AC;VXUDV QL GXGDVÂľ 'H DTXt YLHne tambiĂŠn la famosa frase: â&#x20AC;&#x153;Si una mentira se repite mil veces, acaba por convertirse en verdadâ&#x20AC;?. Principio de renovaciĂłn. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el pĂşblico estĂŠ ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones. Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a travĂŠs de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias. Principio de la silenciaciĂłn. Callar sobre las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen al adversario, asĂ como invertir ese argumento con la ayuda de medios de comunicaciĂłn DĂ&#x20AC;QHV Principio de la transfusiĂłn. Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea un mito nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas. Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que se piensa â&#x20AC;&#x153;como todo el mundoâ&#x20AC;?, creando una impresiĂłn de unanimidad.
Estos 11 principios fueron cruciales para convencer, engaĂąar y mentir tanto a los gobiernos europeos como al mismo pueblo alemĂĄn. HabĂa varios pĂşblicos para la propaganda nazi. A los alemanes se les recordaba la lucha contra los enemigos extranjeros y la subversiĂłn judĂa. Durante periodos que precedĂan la adopciĂłn de legislaciĂłn o medidas ejecutivas contra los ju-
dĂos, las campaĂąas de propaganda creaban un ambiente tolerante de la violencia contra judĂos, en particular en 1935 (antes de las leyes raciales GH 1XUHPEHUJ GH VHSWLHPEUH \ HQ DQWHV del aluviĂłn de legislaciĂłn econĂłmica antisemiWD TXH VLJXLy OD QRFKH GH ORV FULVWDOHV URWRV /D propaganda tambiĂŠn fomentaba la pasividad y la aceptaciĂłn de las medidas propuestas contra los judĂos, porque ĂŠstas aparecĂan representando al gobierno nazi como interviniendo y â&#x20AC;&#x153;restaurando el ordenâ&#x20AC;?. La discriminaciĂłn â&#x20AC;&#x201C;real y percibidaâ&#x20AC;&#x201C; contra la poblaciĂłn alemana en paĂses de la Europa oriental que como Checoslovaquia y Polonia habĂan ganado territorio a costa de Alemania despuĂŠs de la primera guerra mundial, fue un tema de la propaganda nazi. Esta propaganda intentĂł obtener la lealtad polĂtica y la llamada conciencia racial entre las poblaciones ĂŠtnicamente alemanas. TambiĂŠn intentĂł engaĂąar los gobiernos extranjeros â&#x20AC;&#x201C;incluyendo las potencias Europeasâ&#x20AC;&#x201C; y convencerlos de que la Alemania nazi sĂłlo estaba haciendo demandas razonables de concesiones y anexos.
Durante la Segunda Guerra Mundial Durante los meses anteriores a la invasiĂłn a Polonia en 1939, los periĂłdicos y polĂticos alemanes, llevaron a cabo una campaĂąa propagandĂstica a nivel nacional e internacional, por la cual acusaban a las autoridades polacas de organizar o tolerar la limpieza ĂŠtnica de los alemanes ĂŠtniFRV XQD SREODFLyQ PLQRULWDULD HQ 3RORQLD TXH vivĂan en Polonia. El 22 de agosto, Adolfo Hitler dijo a sus generales: â&#x20AC;&#x153;ProporcionarĂŠ un casus belli propagandĂstico. Su credibilidad no importa. El vencedor no serĂĄ cuestionado por si dijo la verdad.â&#x20AC;? A lo largo de guerra la propaganda del Tercer Reich enfatizaba la capacidad de las armas alemanas y la humanidad que los soldados alemanes demostraban en los territorios ocupados. /RV SLORWRV GH ODV Ă RWDV GH ERPEDUGHR DOLDGDV fueron representados como asesinos cobardes y, en particular, los norteamericanos como gĂĄngsters al estilo de Al Capone. Al mismo tiempo, la propaganda alemana procurĂł distanciar a norteamericanos y britĂĄnicos el uno del otro, y a ambas naciones de los soviĂŠticos.
77
78
Después de la invasión alemana de la Unión Soviética, la propaganda nazi dirigida a los civiles en Alemania y a los soldados, policías y auxiliares no alemanes sirviendo en los territorios ocupados enfatizó los temas que unían al comunismo soviético con el judaísmo europeo, presentando a Alemania como defensora de la cultura “occidental” contra la amenaza “judeo-bolchevique”, y pintando una imagen apocalíptica de lo que ocurriría si los soviéticos ganaran la guerra. Esto fue el caso en particular después de la derrota FDWDVWUyÀFD GH ORV DOHPDQHV HQ 6WDOLQJUDGR HQ IHEUHUR GH (VWRV WHPDV SXHGHQ KDEHU VLGR útiles para persuadir a los alemanes nazis y no nazis, como así a colaboradores locales a seguir OXFKDQGR KDVWD HO ÀQ
Medios propagandísticos utilizados por el nazismo Si bien los nacional socialistas no fueron los primeros en servirse de las formas de comunicación, fueron los primeros en montar un aparato de comunicación que fue un precedente para que otros países utilicen sus sistema orientado a los
Rosmery Mamani
medios de comunicación de masas para contar y mostrar “la verdad” que quieren, se crea.
Películas Pero bien si el Tercer Reich no contaba con la televisión se sirvió del cine para dar a conocer el mensaje en cierta esfera social a través de las películas, por lo que se creó en 1933, un Departamento de Cine, con el objetivo de difundir el punto de vista nacional socialista a todo el pueblo alemán. /XLV (VSLQDO VHxDOD TXH HVWH FLQH ´«UHÁHMD OD ideología de los que están en el poder. Y así se
impone un cine nacionalista y grandilocuente que exalta las hazaĂąas del pasado que apunta hacia el imperialismo o del presente que prepara un detonante belicista.â&#x20AC;? Los nazis produjeron varias pelĂculas para promover su visiĂłn. Los temas incluyeron las virtudes del tipo nĂłrdico o ario, la fuerza militar e industrial alemana, diseminaron el antisemitismo y la maldad de los enemigos del pueblo alemĂĄn. De las muchas pelĂculas producidas las mĂĄs difundidas fueron: El triunfo de la voluntad, por la cineasta Leni Riefenstahl, hace la crĂłnica del Congreso del Partido Nazi en en NĂşremberg. Muestra miembros de partido uniformados (aunque relaWLYDPHQWH SRFRV VROGDGRV DOHPDQHV PDUFKDQGR y entonando melodĂas clĂĄsicas. La pelĂcula contiene extractos de discursos dados por varios lĂderes nazis en el Congreso, incluyendo partes de discursos por Adolf Hitler. El judĂo eterno (o El judĂo errante GLULJLGD SRU Fritz Hippler, la pelĂcula estĂĄ hecha en el estilo de un documental, siendo la tesis central el rasgo de personalidad racial inmutable que caracteriza a los judĂos como un parĂĄsito cultural errante. A travĂŠs de la pelĂcula, este rasgo es contrastado con el ideal del Estado nazi: mientras los hombres arios encuentran satisfacciĂłn en el trabajo fĂsico y la creaciĂłn de valores, los judĂos solo encuentra placer en el dinero y en una forma de vida hedonista.
Radio La radiodifusiĂłn fue reconocida por los nazis como una de las herramientas propagandĂsticas mĂĄs importantes en sus campaĂąas. En 1933, el Ministro de Propaganda nombrĂł a la radio como la octava potencia y predijo que superarĂa en importancia a la prensa. Un plan del gobierno alemĂĄn, subvencionĂł la producciĂłn y la venta de aparatos de radio a bajo costo. Conocido como el Volksempfänger (RecepWRU GHO SXHEOR WHQtD XQ DOFDQFH OLPLWDGR D ODV estaciones locales de Alemania y Austria. Gracias a esto, la voz del partido llegĂł a todos los hogares del paĂs. Al inicio de la guerra, casi toda la naciĂłn habĂa caĂdo bajo el hechizo de la radio
y fue bombardeado con discursos y noticias diseĂąadas para dar el mensaje nazi.
Carteles El arte de cartel fue un pilar del esfuerzo de propaganda Nazi, por lo cual fue dirigido tanto hacia Alemania como a los territorios ocupados. /RV WHPDV XVDGRV UHĂ HMDQ PXFKD LQYHVWLJDFLyQ en el poder de las imĂĄgenes y de las ideas para motivar a la gente, para ello usaban imĂĄgenes VLPSOLĂ&#x20AC;FDGDV y metafĂłricas. Mientras en territorios alemanes los carteles se enfocaban en reforzar la moral de los trabajadores, emitiendo mensajes como â&#x20AC;&#x153;ÂĄTĂş eres el frente!â&#x20AC;?; en el extranjero los carteles transmitĂan un mensaje romĂĄntico del partido nazi, como una fuerza del bien, en los que utilizaban frecuentemente imĂĄgenes de estilo religioso que presentaban a Hitler como un hĂŠroe libertador.
Prensa El periodismo escrito siempre ha sido un medio poderoso en el pensamiento y opiniĂłn de las masas. El periĂłdico nazi mĂĄs importante, fue el Der StĂźrmer (O $WDFDQWH TXH D SHVDU GH HQFRQWUDUVH VHSDUDGR GHO UpJLPHQ GHO SDUWLGR RĂ&#x20AC;FLDO HUD una parte crucial de la guerra de propaganda. La publicaciĂłn de Julius Streicher, con su estilo sensacionalista, de contenido colĂŠrico antisemita y obsceno, se ganĂł la preferencia de funcionaULRV GHO SDUWLGR HO PLVPR +LWOHU DODEy VX HĂ&#x20AC;FDFLD en tĂŠrminos de â&#x20AC;&#x153;hablarle al hombre de la calleâ&#x20AC;? y tambiĂŠn declarĂł haberlo leĂdo con placer desde la primera hasta la Ăşltima pĂĄgina. El Tercer Reich instauro un marco legal para la prensa que pretendĂa controlar que se publicaba. Entre los aspectos mĂĄs relevantes de las reglas de comportamiento de la prensa sobresalen: % La obligatoriedad de los editores de revistas alemanas de exponer ante las autoridades del Estado sus relaciones econĂłmicas, la suma de su capital social en la editorial y el porcentaje de participaciĂłn de estos en la editorial respectiva. % La obligaciĂłn de los editores y de sus esposas GH PRVWUDU XQ FHUWLĂ&#x20AC;FDGR GH GHVFHQGHQFLD DULD
79
80
que debĂa datar a partir de 1800. % En caso de recibir subvenciones o prĂŠstamos de terceros debĂan indicarlos y seĂąalar la cantidad. % El artĂculo II prohibĂa a las siguientes personas jurĂdicas, ejercer la funciĂłn de editor: corporaciones de derecho pĂşblico, sociedades anĂłnimas, sociedades comanditas, sociedades limitadas, cooperativas, fundaciones, industrias y bancos. % A personas o grupos de personas que pertenecieran a las iglesias y a otras organizaciones gremiales le estaba prohibido editar periĂłdicos y revistas. % En el caso que personas privadas desearan editar una revista o periĂłdico, debĂan contar con una autorizaciĂłn especial del Presidente de la CĂĄmara de Prensa del Reich.
Un vistazo a la propaganda en la actualidad
Libros
Debido al perfeccionamiento de las tĂŠcnicas de propaganda, resulta difĂcil distinguir lo que es informaciĂłn de lo que es propaganda en los FRQĂ LFWRV TXH YLYH HO PXQGR KR\ HQ GtD 6L ELHQ EEUU y sus aliados cuentan con medios masivos globales para difundir su propaganda, los grupos que en AmĂŠrica Latina y Europa son atacados mediĂĄticamente y los que se oponen a las guerras se valen de los medios alternativos y de Internet, principalmente.
Los nazis publicaron libros en los que plasmaron sus ideas sobre el nacionalismo, el antisemitismo o la eugenesia. El mĂĄs conocido es sin duda Mein Kampf 0L OXFKD GH $GROIR +LWOHU TXH GHWDOOD VXV FUHHQFLDV (O OLEUR SHUĂ&#x20AC;OD ODV LGHDV SULQFLSDles que mĂĄs tarde culminarĂan en la Segunda Guerra Mundial. Un dato anecdĂłtico que queda para la historia es que uno de los mĂĄs cercanos aliados polĂticos extranjeros de Hitler, Benito 0XVVROLQL FDOLĂ&#x20AC;Fy Mein Kampf como â&#x20AC;&#x153;Un libro aburrido que nunca he sido capaz de leer.â&#x20AC;? En la actualidad Mein Kampf puede ser comprado en cualquier librerĂa o puesto de libros de Bolivia y el mundo, pues se ha convertido en uno de los materiales de lectura indispensable para cualquier estudioso de la Segunda Guerra mundial y el rĂŠgimen nazi; asĂ como una especie de Biblia para sectores neonazis de la actualidad. Otros ejemplos son Rassenkunde des deutschen Volkes ´(WQRORJtD GHO SXHEOR DOHPiQÂľ GH +DQV ) . * QWKHU R Rasse und Seele (â&#x20AC;&#x153;Raza y $OPDÂľ GH /XGZLJ )HUGLQDQG LQWHQWDURQ LGHQWLĂ&#x20AC;FDU \ FODVLĂ&#x20AC;FDU ODV GLIHUHQFLDV HQWUH HO WLSR alemĂĄn nĂłrdico o ario y otros pueblos supuestamente inferiores. Algunos de estos textos fueron usados en las escuelas alemanas durante este periodo. AdemĂĄs, se realizaron quemas de libros considerados â&#x20AC;&#x153;perniciososâ&#x20AC;?.
En la actualidad el fenĂłmeno de la propaganda VH KD GLYHUVLĂ&#x20AC;FDGR \ WHFQLĂ&#x20AC;FDGR HQ XQ DOWR JUDdo, al mismo tiempo que los medios de comunicaciĂłn han evolucionado. DespuĂŠs de los atentados del 11de septiembre de 2001 el gobierno de los EEUU iniciĂł lo que denomina â&#x20AC;&#x153;Guerra contra el terrorismoâ&#x20AC;?, donde se puede apreciar una guerra de cuarta generaciĂłn, en la que se hace uso de los medios masivos, especialmente de los medios televisivos; sin excluir Internet, para propagar el supuesto â&#x20AC;&#x153;choque de civilizacionesâ&#x20AC;? y la supuesta â&#x20AC;&#x153;maldad intrĂnsecaâ&#x20AC;? de lo que denomina â&#x20AC;&#x153;Eje del malâ&#x20AC;? y bajo dicha propaganda promoviĂł y logrĂł el respaldo popular necesario SDUD LQYDGLU ,UDN R MXVWLĂ&#x20AC;FDU HO DVHVLQDWR GH 2VDma Bin Laden.
Si bien estos medios alternativos como el Internet no podrĂan ser considerados como forma tĂŠcnica de propaganda pues su difusiĂłn no es de forma masiva en la actualidad, es una de las formas mĂĄs libres para expresar nuestras ideas. Para concluir podemos decir que el rĂŠgimen nazi usĂł la propaganda de una manera exitosa que dio paso a la evoluciĂłn de esta de tal forma que hoy 58 aĂąos despuĂŠs sirve para expresar los interĂŠs de los gobierno de turno que rigen el destino del mundo.
BibliografĂa Alejandro Pizarroso Quintero. La Historia de la Propaganda de Georges Weill. El PeriĂłdico Luis Espinal. Historia del Cine Tomo I Ignacio Ochoa. Diccionario de Publicidad de Documental de la BBC de Londres. El mundo en Guerra
81
Rosmery Mamani
82
Rosmery Mamani “La Paz”
Las 15 novelas fundamentales U
na iniciativa muy importante para impulsar la difusiĂłn y reconocimiento de la producciĂłn literaria boliviana, ha sido la publicaciĂłn de las 15 Novelas Fundamentales de la literatura boliviana a cargo del Ministerio de Culturas y Turismo. Fueron 30 especialistas vinculados al mundo de la literatura quienes realizaron la selecciĂłn de las siguientes obras: Historia de la Villa Imperial de PotosĂ, de BartolomĂŠ ArzĂĄns de OrsĂşa y Vela; Juan de la Rosa, de Nataniel Aguirre; Ă?ntimas, de Adela Zamudio; Raza de bronce, de Alcides Arguedas; AluviĂłn de fuego, de Ă&#x201C;scar Cerruto; La Virgen de las Siete Calles, de Alfredo Flores; La ChaskaĂąawi, de Carlos Medinaceli; Los deshabitados, de Marcelo Quiroga Santa Cruz; El Loco, de Arturo Borda; Tirinea, de JesĂşs Urzagasti; MatĂas, el apĂłstol suplente, de Julio de la Vega; Felipe Delgado, de Jaime Saenz; El otro gallo, de Jorge SuĂĄrez; El run run de la calavera, de RamĂłn Rocha Monroy, y JonĂĄs y la ballena rosada, de Wolfango Montes. Algunas de estas obras tienen cierta circulaciĂłn y difusiĂłn, pero otras serĂĄn para muchas personas, la oportunidad de conocer las novelas y a sus autores por primera vez. Se pueden leer las 15 Novelas Fundamentales en bibliotecas, centros culturales \ XQLYHUVLGDGHV 1RVRWURV SDUWLFXODUPHQWH ORV DV LQYLWDPRV a la lectura de este importante patrimonio, asĂ como de otro material disponible, en la Biblioteca de la Vicepresidencia del Estado ubicada en la calle Mercado esquina Ayacucho.
83
Historia de la Vil a Imperial de PotosĂ (BartolomĂŠ ArzĂĄns de OrsĂşa y Velela) Cuando en 1965, Gunnar Mendoza y Lewis Hanke editaron la Historia de la Villa Imperial de PotosĂ (1737) de BartolomĂŠ AzĂĄns, obra hasta entonces inĂŠdita, estaban poniendo una piedra fundamental al servicio del entendimiento de la sociedad boliviana. Nada mĂĄs elocuente de cuĂĄn esencial es esta obra para Bolivia que el que se considera a principio de este siglo una obra clave del canon literario nacional. La Historia de ArzĂĄns, de la que aquĂ ofrecemos una antologĂa de los relatos, es un libro rico y complejo. Escrito durante prĂĄcticamente toda la vida de este criollo potosino, es la construcciĂłn verbal e imaginaria de una ciudad fabulosa. No es fĂĄcil asignar este texto a la categorĂa de historia como la entendemos hoy HQ GtD FRPR WDPSRFR OR HV HO LQWHQWDU UHGXFLUOR D XQ WH[WR Ă&#x20AC;FFLRQDO /R TXH Vt VH SXHGH DĂ&#x20AC;UPDU HV TXH HO SUR\HFWR GH $U]iQV HV HQ VX DPELFLRVR DOFDQFH un texto moderno. La Historia se emparenta con los Comentarios reales del Inca Garcilazo de la Vega en su intento de empalmar la historia de Occidente con la de Nuestro Mundo, con CivilizaciĂłn y barbarie de Fausto Sarmiento en su bĂşsqueda de un equilibrio entre mundos encontrados, con Cien aĂąos de soledad de Gabriel GarcĂa MĂĄrquez en su capacidad de contar â&#x20AC;&#x201C;por medio del nacimiento, vida y muerte de una ciudadâ&#x20AC;&#x201C; la historia de un paĂs, de un continente, de una cultura. abĂłn Leonardo GarcĂa PabĂłn
84
Juan de la Rosa (Nataniel Aguirre) e) En Bolivia, pocas son las novelas que desde el momento de su publicaciĂłn hayan alcanzado prestigio y reconocimiento. Juan de la Rosa. Memorias GHO ~OWLPR VROGDGR GH OD LQGHSHQGHQFLD GH 1DWDQLHO $JXLUUH HV precisamente una de ellas. MĂĄs aĂşn, es la Ăşnica que el paĂs reconoce como â&#x20AC;&#x153;novela nacionalâ&#x20AC;? por excelencia. Con un tema particularmente inspirador â&#x20AC;&#x201C;la constituciĂłn de la naciĂłn a partir de los heroicos movimientos independistas-, Juan de la Rosa logra despertar en el lector sentimientos de entraĂąado patriotismo, de apego DO WHUULWRULR \ DO ´VHPEODQWH GH OD SDWULDÂľ 6DQWLDJR 9DFD *X]PiQ HQWUH otras cosas, a travĂŠs de la naturalidad con que actualiza formas tĂpicas de expresiĂłn regional, costumbres regionales y el ambiente caracterĂstico del valle cochabambino, cuyas admirativas y encariĂąadas descripciones territoriales buscan cultivar al lector. Consigue, ademĂĄs, el efecto de abarcar el interĂŠs de cada uno de los sectores del paĂs en su propuesta de conformaciĂłn de una patria independiente del poder colonial espaĂąol. En sus pĂĄginas se debate uno de los temas de mayor actualidad y polĂŠmica: la formaciĂłn de la naciĂłn boliviana y la inclusiĂłn, en ella, de todos los ciudadanos. En relaciĂłn con ello, cabrĂa decir que la novela trata de mostrar al lector ilustrado que el proyecto de naciĂłn que propugna â&#x20AC;&#x201C;y que se expone como el ideal de Estado republicano democrĂĄtico- es el greso. Ăşnico coherencia y patriĂłtico si se lo piensa desde los modernos intereses del bienestar y del progreso. ompleEn lo que la obra fracasa es en resolver ĂŠticamente aquello que habĂa logrado captar en toda su compleMLGDG /D FRH[LVWHQFLD FRQĂ LFWLYD GH GRV FXOWXUDV KLVWyULFDPHQWH DQWDJyQLFDV uez M. Elizabeth Monasterios P. y Rosario RodrĂguez
Ă?ntimas (Adela Zamudio) Ă?ntimas HV XQD QRYHOD HSLVWRODU RUJDQL]DGD HQ GRV SDUWHV /D SULPHUD de cartas intercambiadas entre hombre y, la segunda, de cartas intercambiadas por entre mujeres. En su texto, Adela Zamudio no se sugiere una mera defensora de los derechos de la mujer. No, en todo caso, una defensora al estilo de ODV ´IHPLQLVWDV SHUIXPDGDVÂľ FRPR DOJXQD YH] FDOLĂ&#x20AC;FD OD DUJHQWLQD $OIRQVLQD Storni a cierta oligarquĂa femenina que, aunque defendĂa los derechos de la mujer, no dudaba en disfrutar los privilegios de su clase, muchos de los cuales suponĂa violar los derechos de otras, particularmente pobres, preferentemente indĂgenas. Desde su concepciĂłn humanista, Zamudio es clara, en cambio, al retratar todo el sistema social desigual e injusto del que son victimas. En esto dirigirĂĄ un signo hacia MarĂa Virginia Estenssoro e Hilda Mundy, que, usando magistralmente la ironĂa, no dudaran en denunciar a las mujeres que participan del sistema que las humilla. La crĂtica literaria que acompaĂąo Ă?ntimas desde su publicaciĂłn, en 1913, hasta 1997 es un conjunto de repuestas perplejas ante un texto â&#x20AC;&#x153;raroâ&#x20AC;?. Es tan diverso y desigual este conglomerado de opiniones que, si se lo asumiera como una lectura de la obra, el resultado serĂa igual a cero: encontramos desde el dislate casi procaz hasta el dictamen laudatorio. Y es que Ă?ntimas es, en verdad, una QRYHOD UDUD QR HQFDMD QL HQ HO SHUĂ&#x20AC;O GH OD HVFULWRUD FRQRFLGD SRU VX SRHVtD QL tampoco los parĂĄmetros que producĂa en Bolivia a principios de siglo XX. Virginia AyllĂłn
Raza de bronce (Alcides Arguedas) (Q OD KLVWRULRJUiĂ&#x20AC;FD GH OD OLWHUDWXUD ODWLQRDPHULFDQD Raza de bronce de Alcides Arguedas establece el paradigma en que se moverĂĄ el indigenismo literario de principios de siglo XX: vocaciĂłn realista, denuncia social, Ă&#x20AC;FFLRQDOL]DFLyQ GH OD SUREOHPiWLFD LQGtJHQD GHVGH XQD SHUVSHFWLYD FULROOD R mestiza, y valoraciĂłn del acerbo cultural indĂgena Ăşnicamente en cuanto reliquia del pasado. AsĂ, tradicionalmente, Raza de bronce se ha leĂdo como la gran ĂŠpica boliviana del indio y el modelo de la novela indigenista, gĂŠnero que esta de la novela, sin embargo, expone las asombrosas contradicciones y deslealtades con el indio en que incurre Arguedas y que las lecturas canonizadas de Raza de bronce encubrieron durante casi la totalidad del siglo XX. 3HVH D HVWDV DPELJÂ HGDGHV \ FRQWUDGLFFLRQHV LQWHUQDV HQ HO PRPHQWR GH VX publicaciĂłn Raza de bronce sirviĂł para que un sector del liberalismo boliviaQR HQFRQWUDUD MXVWLĂ&#x20AC;FDFLyQ SROtWLFD SDUD UHIRUPXODU ORV SODQHV GH HGXFDFLyQ para el indio y limitar los excesos de la castas terratenientes; y para que el paĂs en su conjunto tomara conciencia acerca de la existencia de una gran mayorĂa nacional marginada y explotada desde la Colonia. En contraste, otros autores ni siquiera nombran la cuestiĂłn indĂgena, pues para ellos los indios â&#x20AC;&#x153;no existĂanâ&#x20AC;? ni como elemento de preocupaciĂłn social o polĂtica y menos como tema de motivaciĂłn escritural. Elizabeth Monasterios P. y Rosario RodrĂguez M.
85
AluviĂłn de fuego (Ă&#x201C;scar Cerruto) La manera mĂĄs inmediata de localizar AluviĂłn de fuego GH Ă?VFDU &HUUXto es recordar el contexto de su escritura y publicaciĂłn: la Guerra del Chaco HQWUH %ROLYLD \ 3DUDJXD\ (Q HVWH FDVR DGHPiV HVH FRQĂ LFWR QR solo indica la redacciĂłn y apariciĂłn del libro sino que esa guerra es uno de los hilos temĂĄticos de la novela. AhĂ, entonces, AluviĂłn de fuego es como una voz que habla desde lejos; mĂĄs un eco del combate, se dirĂa, que el grito de una herida. En Aluvion de fuego convergen prĂĄcticamente todos los tipos narrativos de la primera mitad del siglo XX: el costumbrismo, el indigenismo, la narrativa de la Guerra del Chaco, la narrativa minera y la del encholamiento y, mĂĄs â&#x20AC;&#x153;estilĂsticamenteâ&#x20AC;?, hasta podrĂamos aĂąadirle la forma epistolar. Lo importante de este tratamiento multigenĂŠrico es su directa utilizaciĂłn en cada una de las partes de esta novela, la que, asĂ, no sĂłlo avanza narrando los sucesos de la novela y sus personajes sino, bien visto, tambiĂŠn avanza por toda la narrativa boliviana de su ĂŠpoca. En cierta forma, Cerruto no sĂłlo escribe su novela sino tambiĂŠn lee las formas de novela boliviana que la preceden. Como en un arreglo de cuentas, parece que Cerruto intentĂł asumir el pasado literario boliviano y, despuĂŠs, lanzar su novela mĂĄs allĂĄ de las costumbres narrativas de su ĂŠpoca. ÂżLo logrĂł? Quien esto escribe, cree que sĂ. Luis H. antezana
86
La Virgen de Las Siete Calles (Alfredo Flores) La Virgen de Las Siete Calles HV OD REUD GH PDGXUH] GH $OIUHGR )ORUHV SuĂĄrez. Esta Ăşnica novela escrita por el narrador y articulista cruceĂąos sintetiza los asuntos sociales, ĂŠticos, histĂłricos y literarios que fueron motivo de su interĂŠs y preocupaciĂłn como intelectual. En ella aglutina, siguiendo el hilo conductor de una sencilla trama amorosa, todos los temas sobre los que \D KDEtD UHĂ H[LRQDGR HQ VXV DQWHULRUHV HVFULWRV SXEOLFDGRV HQ HO SHULyGLFRV o en sus libros de relatos y costumbres. AsĂ, la novela pretende ser una pintura totalizadora de la vida del hombre cruceĂąo de principios del siglo XX. En tanto parte constitutiva de la serie de obras de ĂŠpocas, La Virgen de Las Siete Calles es la obra epigonal de la narrativa costumbrista del oriente boliviano: a la vez que cierra un periodo literario, se constituye la obra de mayor solidez. Ninguna otra novela recoge de manera tan emblemĂĄtica la idiosincrasia y la cultura de un pueblo. Su estructura equilibrada, el lenguaje de correcciĂłn acadĂŠmica (apenas matizado por la apariciĂłn de usos UHJLRQDOHV R ORFDOLVPRV \ OD YDULHGDG GH SHUVRQDMHV FRQ ORV TXH FRQIRUPD XQ JUDQ IUHVFR VRFLDO OD KDQ FRQYHUWLGR HQ OD QRYHOD PiV VLJQLĂ&#x20AC;FDWLYD GH la narrativa regional de la ĂŠpoca. Con ella se consolida el estilo del autor y del mismo movimiento. Al descubrir la realidad cotidiana con un dejo de aĂąoranza ante el presentimiento de las irreversibles transformaciones del progreso, buscan retener en la perennidad de las palabras una visiĂłn de la Santa Cruz de antaĂąo. Claudia Bowles Olhagaray
La ChaskaĂąawi (Carlos Medinaceli) La ChaskaĂąawi IXH HVFULWD GHVGH \ SXEOLFDGD HQ GRV DxRV DQWHV GH la muerte de Carlos Medinaceli. Durante este tiempo de escritura novelesca, Medinaceli tambiĂŠn fue fundando un espacio literario a partir de la convivencia de un antagonismo que momentos le lleva a la experiencia de la literatura y, en otros, lo empuja a una preocupaciĂłn referencial, social y realista. En ese marco experiencial cabe ubicar su extensa productiva. Si se trata de comprender La ChaskaĂąawi dentro de la obra de Medinaceli, por tanto desde la convivencia antagĂłnica y complementaria del monje que hace de la literatura un espacio ĂŠtico del lenguaje y del guerrero que hace de la lucha cultural la posibilidad de una ĂŠtica entendida como responsabilidad social, es posible hacer un deslinde para leer La ChaskaĂąawi y la propia literatura boliviana desde el monje esencialmente literario. En todo caso se tratarĂa, en ella, de â&#x20AC;&#x153;comunicar a la realidad la verdad del arteâ&#x20AC;?. Desde este punto de vista, La ChaskaĂąawi se distancia de la literatura que â&#x20AC;&#x153;registra simplemente lo realâ&#x20AC;?. Si esa literatura se caracteriza por el uso instrumental del lenguaje y una moral adscrita a bloques sociales, polĂticos o raciales, La ChaskaĂąawi, aun en si costumbrismo social, da las primeras pautas de una narrativa que se libera de semejante determinaciĂłn desde la poĂŠtica del pasaje andino y el humor satĂĄnico. Ramiro Huanca Soto
Los deshabitados (Marcelo Quiroga SantaCruz) Los deshabitados GH 0DUFHOR 4XLURJD 6DQWD &UX] HV WDPELpQ XQ VtQWRma: sus personajes, incapaces de restablecer las racionalidad comunicativa y habiendo perdido tambiĂŠn la capacidad para reproducir el mundo, vagan SRU DOOt VLQ Ă&#x20AC;QDOLGDG GH YLGD DOJXQD FRVLĂ&#x20AC;FDGRV \ GLVSHUVRV DXVHQWHV GH LQtencionalidades ciertas. El de esta novela fue un intento mĂĄs coherente de su ĂŠpoca por solucionar un problema ĂŠtico: ante el divorcio social y el asalto a OR QDFLRQDO D OD IXHU]D ORV SUR\HFWRV Ă&#x20AC;FFLyQDOHV UHDFFLRQDQ LQVWDXUDQGR HVpacios, visiones y formas de convivencia despojadas ya de la vieja lĂłgica de conciencias que devoran conciencias, e instauran la excentricidad y los mĂĄrgenes. QuizĂĄs por eso, en la novela, es abundante la mirada diaria de lo que vemos siempre y que pasamos por alto la mayorĂa de las veces. Es en esos detalles, en su frucion con lo nimio, que Quiroga Santa Cruz postula la vĂa del inventario de la cotidianidad como respuesta, digamos personal, a la invasiĂłn de las ideologĂas. Los deshabitados, por tanto, es la vĂa de la subjetividad como respuesta a la arremetida de la vida pĂşblica en la privada. Se recupera asĂ el sentido de conjunto, el sentido de pertenencia, el sentido de identidad que se encuentra en la mirada diaria. Javier Velasco y Guillermo Mariaca
87
El Loco (Arturo Borda) El misterio marcĂł la obra literaria de Arturo Borda antes de su publicaciĂłn. Muchos habĂan palpado los cartapacios o incluso habĂan escuchado fragmentos que el autor mismo les leĂa fervientemente la cara al Illimani, algunos sĂłlo habĂan oĂdo algo de ella por terceros y otros conocĂan fragmentos publicados en periĂłdicos. Los nĂşmeros tambiĂŠn portaban misterio: unos dijeron que eran QXHYH FDUWDSDFLRV PHFDQRJUDĂ&#x20AC;DGRV RWURV GHFtDQ TXH HUDQ GRFH RWURV WUHLQWD El caso es que la primera ediciĂłn de El Loco, publicada pĂłstumamente en 1966, tiene 1658 pĂĄginas, divididas en tres tomos. Los responsables de la ediciĂłn dijeron que lo Ăşnico que habĂan hecho fue publicar lo que se les habĂa dado, sin mucho tiempo para â&#x20AC;&#x153;ordenarâ&#x20AC;? o â&#x20AC;&#x153;cambiarâ&#x20AC;? los originales. Sea como fuere, El loco no tuvo, por muchos aĂąos, un lugar importante en la literatura boliviana. Su incorporaciĂłn a nuestra â&#x20AC;&#x153;tradiciĂłn literariaâ&#x20AC;? reciĂŠn se GD FRQ OD FUtWLFD OLWHUDULD GH Ă&#x20AC;QDOHV GHO VLJOR ;; TXH GLULJH VX PLUDGD KDFLD esta obra, descubriendo, de a poco, su riqueza y sus aportes a la literatura contemporĂĄnea.
88
La escritura de El Loco no buscĂł la entrega de un texto acabado, en un gĂŠnero establecido y segĂşn formas conocidas y predeterminadas. En esta obra, al contrario, se vislumbra algo inacabado e independiente de todo gĂŠnero literario y que se sostiene en una bĂşsqueda particular e inauguradora. Toda la obra es una constante negaciĂłn, un â&#x20AC;&#x153;noâ&#x20AC;?, un rechazo, una negatividad absolutamente crĂtica que no sĂłlo cuestiona lo que se habĂa producido y lo que se estaba produciendo en la literatura boliviana, por lo menos durante la primera mitad de siglo, sino que llega al extremo de negarse a sĂ misma. Claudia Pardo y Omar Rocha
Tirinea (JesĂşs Urzagasti) Tirinea HV OD QRYHOD TXH LQLFLD OD REUD QDUUDWLYD GH -HV~V 8U]DJDVWL Procedente de la zona del Chaco Boliviano, Urzagasti la escribe en 1967, algunos aĂąos despuĂŠs de instalarse en La Paz, y la publica en 1969. Se trata de una novela construida a partir de una muy singular integraciĂłn de las poesia en prosa, de una lĂłgica del fragmento y de los saltos constantes en el tiempo, de un quiebre con la lĂłgica tradicional del relato novelesco al abrir los mecanismo de la creaciĂłn literaria y hacer de ello la verdadera trama de la novela. Se instala en la narrativa boliviana de la segunda mitad del siglo XX como una de las propuestas mĂĄs complejas del diĂĄlogo entre el origen rural y la realidad urbana, y del despliegue de la memoria con fuerza creaGRUD \ YLWDO HQ HO PXQGR GH OD Ă&#x20AC;FFLyQ En Tirinea y otras novelas, Urzagasti no sĂłlo ha construido una de las crĂłnicas mĂĄs complejas y sobrecogedoras del viaje â&#x20AC;&#x201C;y entre las diversas formas de viaje, de la migraciĂłn- para el imaginario literario nacional, sino que lo ha hecho a partir de la nociĂłn de puente entre realidades (culturales, histĂłULFDV JHRJUiĂ&#x20AC;FDV DSDUHQWHPHQWH LQFRQH[DV H LUUHPHGLDEOHV GLIHUHQWHV TXH son marradas como posibilidades de encuentro y conversaciĂłn.
Ana Rebeca Prada
MatĂas, el apĂłstol suplente (Julio de la Vega) MatĂas HO DSyVWRO VXSOHQWH GH -XOLR GH OD 9HJD VH WHMH IXQGDPHQWDOPHQWH D SDUWLU GH GRV GLDULRV TXH Ă X\HQ SDUDOHORV \ HQ SHUPDQHQWH FRQWDFto a lo largo de la obra: el del apĂłstol MatĂas y el del guerrillero; uno oral y otro escrito; uno que es enunciado, dicho, dos mil aĂąos antes que aquĂŠl escrito en las selvas del oriente boliviano. Y todo ello contextualizado en un espacio de contacto entre dos ĂŠpocas diferentes aunque determinadas por situaciones paralelas y comunes que las aproximan: por un lado, un pueblo sometido al poder hegemĂłnico de Roma y contra el que se rebela el cristianismo como doctrina liberadora; por otro, un grupo guerrillero que pretende irradiar la revoluciĂłn desde un paĂs, Bolivia, tambiĂŠn sometido a un poder imperialista. Obra escasamente difundida y leĂda durante prĂĄcticamente las dos dĂŠcadas TXH VLJXLHURQ D VX SULPHUD HGLFLyQ MatĂas, el apĂłstol simplemente es una de las mĂĄs importantes novelas bolivianas escritas en el siglo XX, logrando muestra de un discurso altamente transgresor que apuesta, ante todo, al tratamiento de la palabra cĂĄustica y ambigua del humor. Juan Carlos Orihuela
Felipe Delgado (Jaime Saenz) Publicada en 1979, Felipe Delgado fue rĂĄpidamente destacada en el contexto de la narrativa boliviana. A pesar de sus seiscientas y pico pĂĄginas y sus cuatro partes, el argumento de la novela es simple: alguien deambula por la noche paceĂąa durante un par de aĂąos, acosado por un viejo, y queda solo. Mientras, sus dilemas existenciales de encuentran en tal situaciĂłn que su bĂşsqueda se focaliza en las inmediaciones de una bodega, donde vive un par de encuentros reveladores. Con todo y lo simple de un argumento narrado segĂşn las tradicionales formas de la â&#x20AC;&#x153;novela de formaciĂłnâ&#x20AC;? (la que dice de un crecimiento esencial del KRPEUH PHGLDQWH OD XQLGDG GLQiPLFD GH OD LPDJHQ GHO SURWDJRQLVWD Felipe Delgado tambiĂŠn pudo llegar a ser leĂda como â&#x20AC;&#x153;la novela mĂĄs compleja y GLYHUVD GH OD OLWHUDWXUD EROLYLDQDÂľ $QWH]DQD < HV TXH DGHPiV GHO UHFRUULGR ²PtVWLFR Ă&#x20AC;ORVyĂ&#x20AC;FR KLVWyULFR R FXOWXUDO TXH HO SURWDJRQLVWD UHDOL]D HQ su descubrimiento de la ciudad de La Paz, en Felipe Delgado trabaja ese ´GHPRQLR GH OD IRUPDÂľ HO TXH KDFH GH HVWD QRYHOD XQD QRYHOD GH GREOH Ă&#x20AC;OR podrĂa decirse, novela formativa y novela experimental, novela nacional y novela de los mĂĄrgenes, novela pre-dantesca y novela novelesca. Felipe Delgado no es uno de esos libros que se puedan leer sin necesidad de abrirlos. No, Felipe Delgado no es una novela mĂĄs. No responde al ideal de novela mercancĂa impuesto por la globalizaciĂłn de la narraciĂłn, ĂŠsa que supone la uniformizaciĂłn acelerada de sus lenguajes. No, junto al demonio de la forma, en Felipe Delgado trabajan tambiĂŠn otros, como se notarĂĄ en ese hombre, Felipe Delgado, que busca reintegrarse a la Unidad y a la PerfecciĂłn diciendo adiĂłs a la Potencia y al Amor. Marcelo Villena Alvarado
89
El otro gallo (Jorge SuĂĄrez) El otro gallo VH GLVWDQFLD GHO FRUSXV WUDGLFLRQDO GH OD OLWHUDWXUD EROLYLDQD en la medida en que marca una ruptura con el realismo y el tratamiento de sus referentes sociales, polĂticos e histĂłricos, y en cambio dialoga con varias obras y personajes de la literatura universal. Con ĂŠsta y con algunos autores bolivianos, comparte una poĂŠtica que, lejos de buscar la univocidad de la lectura, propone efectos que multiplican las posibilidades de sentido. Comparte ademĂĄs con la literatura del Ăşltimo tercio del siglo XX el tratamiento del humor de forma mucho mĂĄs evidente y cuidadosa, la importancia concedida a los registros de la oralidad y, sobre todo, el ejercicio de la libertad creadora bajo una consigna esencialmente estĂŠtica. SuĂĄrez, en El otro gallo, opta por una esFULWXUD TXH GHVGH HO LQLFLR FRQĂ&#x20AC;JXUD XQ HIHFWR GH LQJHQXLGDG HVSRQWDQHLGDG y antiintelectualismo, rasgos que implican una postura â&#x20AC;&#x153;teĂłricaâ&#x20AC;? y una prĂĄctiFD TXH OHMRV GH VHU VLPSOHV VXSRQHQ XQ WUDQVIRQGR FRPSOHMR \ VRĂ&#x20AC;VWLFDGR Se ha discutido si El otro gallo es un cuento o una novela. Tal vez, como parte GH HVD UHĂ H[LyQ LPSOtFLWD DFHUFD GHO KHFKR OLWHUDULR 6XiUH] SXHGR FRQFOXLU como lo hizo en su momento Juan JosĂŠ Saer: â&#x20AC;&#x153;La novela es sĂłlo un gĂŠnero literario; la narraciĂłn, un modo de relaciĂłn del hombre con el mundoâ&#x20AC;? Dora CajĂas de VillagĂłmez
90
El run run de la calavera (RamĂłn Rocha Monroy) El run run GH OD FDODYHUD HV XQD QRYHOD TXH KDEOD GH OD UHODFLyQ HQWUH YLYRV \ ORV PXHUWRV SHUR WDPELpQ KDEOD GH VL PLVPD \ GHO DFWR GH FUHDU Ă&#x20AC;FFLRQHV $Vt GLFH GH OD GHOJDGD OtQHD TXH GLYLGH UHDOLGDG \ Ă&#x20AC;FFLyQ UHĂ HMRV \ FUHDFLyQ UHODWRV \ DUWLĂ&#x20AC;FLR 'LVWLQWRV PXQGRV FRPXOJDQ HQWUH Vt HQ OD QRYHla. Pero no sĂłlo el choque y el dialogo de extremos marcan el libro: varios RWURV HOHPHQWRV FRQVWUX\HQ XQ PXQGR Ă&#x20AC;FFLRQDO FRPSOHMR TXH SHUPLWH OD lectura de una escritura en el mĂĄs extenso de sus sentidos. El tono seductor y lĂşdico de El run run de la calavera nos plantea una estructura que se agita hacia la risa en movimientos pendulares; de lo extraĂąo a lo cĂłmico; de lo trĂĄgico a lo delirante. El run run de la calavera se publico por primera vez en 1986. El auge de la nueva narrativa latinoamericana ya habĂan pasado, el realismo maravilloso era algo lejano y mucho mĂĄs los movimientos cerrados de principios de VLJOR LQGLJHQLVPR QDWXUDOLVPR FRVWXPEULVPR (Q HVH PRPHQWR OD OLWHratura boliviana no encontraba un rumbo, o mejor dicho, no existĂa una colectividad de novelas que se unieran para crear algo. Felipe Delgado se publica en 1979 y la novela boliviana cambia para siempre. Cinco aĂąos despuĂŠs aparece esta novela de Rocha Monroy para crearse un nuevo lugar en la narrativa boliviana. Mauricio Murillo Aliaga
JonĂĄs y la ballena rosada (Wolfango Montes Vannuci) Wolfango Montes Vannuci forma parte de una generaciĂłn de escritores cruceĂąos que han inscrito ya claramente su obra dentro del panorama literario boliviano. JonĂĄs y la ballena rosada HV VX QRYHOD PiV IDPRVD QR VyOR SRU obtener con ella el Premio Casa de las AmĂŠricas, sino tambiĂŠn por si exitosa adaptaciĂłn al cine. Su inclusiĂłn en esta colecciĂłn de obras fundamentales de la literatura boliviana podrĂa obedecer, entre otras razones, a la resonancia de una ĂŠpoca histĂłrica ubicada en los aĂąos ochenta, a la incorporaciĂłn de temas erĂłticos que reciĂŠn en esa dĂŠcada empezaron a hacerse visibles en la narrativa boliviana y a su polĂŠmica inscripciĂłn dentro de una escasa tradiciĂłn del humor en nuestras letras. Comparte este Ăşltimo rasgo con Julio de la Vega, JesĂşs Urzagasti, Jorge SuĂĄrez y Adolfo Cardenas, entre otros; aunque evidentemente cada uno desarrolle a su manera. No se trata acĂĄ, en JonĂĄs y la ballena rosada, de un humor celebratorio o vital, de un humor desde el lenguaje mismo y sus arbitrariedades, ni tampoco proveniente de una sabidurĂa popular, como en sus antecesores, sino probablemente de algo mĂĄs cercano a la cotidiana ocurrencia, a la irreverencia con que nos queda mirar el desmoronamiento de los grandes ideales. Entre los crĂticos que se han ocupado de la obra, tres caracterĂsticas aparecen reiteradas como valores de su escritura: el humor, el erotismo y la ambientaFLyQ GXUDQWH ORV DxRV GH PiV SHVR GHO QDUFRWUiĂ&#x20AC;FR HQ QXHVWUR SDtV 3HUR HV HQ VX DOHMDPLHQWR GH OD solemnidad en lo que todos los crĂticos coinciden.
MĂłnica VelĂĄsquez GuzmĂĄn
91
92