PDF-Extracto del capítulo: El culto mariano

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La Rehabilitación del Cristo de Dios Hijos e hijas de Dios, en misión de Dios, en unión con la tercera fuerza básica de Dios, la Sabiduría divina, rehabilitan al Cristo de Dios.

Ha llegado el tiempo: El Cristo de Dios, que fue Jesús de Nazaret, quien trajo a la humanidad las enseñanzas de los Cielos, la enseñanza de la Paz, de la Unidad, la Ley del amor que es omniabarcante e irrevocable, va a ser rehabilitado en la Tierra, porque las estructuras de poder institucionales han abusado del Cristo de Dios y lo han desacreditado de la forma más infame y aún lo siguen haciendo.

Prueba de lectura del capítulo:

El culto mariano, un acto de la Iglesia de Roma que denigra a María


Del libro:

La Rehabilitación del Cristo de Dios Hijos e hijas de Dios, en misión de Dios, en unión con la tercera fuerza básica de Dios, la Sabiduría divina, rehabilitan al Cristo de Dios. Prueba de lectura del capítulo: El culto mariano, un acto de la Iglesia de Roma que denigra a María

Febrero 2016 © Gabriele-Verlag Das Wort GmbH Max-Braun-Str. 2, 97828 Marktheidenfeld, Alemania www.editorialgabriele.com

En todas las cuestiones relativas al sentido, la edición original en alemán tiene validez última. Todos los derechos reservados.

La Rehabilitación del Cristo de Dios

En la amplia documentación «La rehabilitación del Cristo de Dios» conocerá usted la dimensión del engaño cometido con la enseñanza de Jesús, el Cristo –y lo que Él, el Espíritu Libre, trajo verdaderamente a los seres humanos y trae hoy de nuevo: la enseñanza del amor a Dios y al prójimo, a los hombres, la naturaleza y los animales, el camino de regreso al Reino de Dios, a nuestro Padre eterno. Más de 700 págs, tapa dura, ISBN 978-84-8251-114-6 PVP: 19,90 € Si quiere le enviamos otros cuadernos gratuitos con otros temas del libro «La Rehabilitación del Cristo de Dios».

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El culto mariano, un acto de parte de la Iglesia de Roma que denigra a María

También se abusa de María, la madre de Jesús de Nazaret, para las doctrinas de culto de las Iglesias institucionales. María, la mujer piadosa y sencilla, llevó a cabo con modestia y humildad una gran obra. Fue una de las pocas personas que acompañaron fielmente a Jesús de Nazaret, el Cristo, hasta las últimas horas. ¡Cuán grande fue el sufrimiento de María, cuando Jesús de Nazaret tuvo que recorrer el amargo y doloroso camino del calvario! Ella, que había llevado a Jesús bajo su corazón y a quien siempre siguió llevando en su corazón, tuvo que ver cómo se torturaba y crucificaba a su querido hijo inocente. Es inimaginable la carga que Jesús de Nazaret tomó sobre sí; e inimaginablemente grandes tienen que haber sido los dolores de María al ver sufrir indeciblemente en la cruz a su amado hijo. A esta mujer noble y entregada a Dios, que tanto tuvo que sufrir y padecer, la Iglesia vati-

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cana la arrastra a las bajezas de su culto mariano, de un culto violento de diosas-madre que corresponde al antiguo mundo imaginativo de fantasías sacerdotales masculinas. El papa Juan Pablo II (1920-2005), cuyo mandato tenía por lema «totus tuus», «totalmente tuyos», dedicado a María, repitió en 1987, en su encíclica «Redemptoris mater», una importante declaración doctrinal del Segundo Concilio Vaticano. El concilio interpretaba a María como una madre que «se asoció con corazón maternal a su sacrificio, consintiendo con amor en la inmolación de la víctima engendrada por Ella misma» (Punto 18, cita según vatican.va).

¡Qué modo tan increíble de burlarse de Jesús, el Cristo, y de Su madre María! Fueron los hombres sacerdote de aquel tiempo quienes quisieron que se Le ejecutara y el pueblo soliviantado estuvo de acuerdo.

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Jesús de Nazaret no enseñó que hubiera que «venerar a María» Jesús de Nazaret nos enseñó a orar en el aposento tranquilo, en el que nos podemos dirigir confiados a Dios, nuestro Padre celestial. Para ello no necesitamos intermediarios ni intercesores para conversar con Dios. Tampoco es necesario invocar a la madre de Jesús de Nazaret, María. En las mismas Biblias de las Iglesias se ha transmitido lo siguiente: Después de que una mujer de entre la multitud alzara la voz y Le dijera: «Bienaventurada la mujer cuyo vientre te llevó y cuyo pecho te alimentó», Jesús de Nazaret le respondió: «Bienaventurados más bien los que oyen la palabra de Dios y la guardan» (Lc 11, 27-28). Más claramente no se pudo pronunciar Jesús de Nazaret contra el culto a cualquier persona, también en lo que respecta a Su madre terrenal María. Pero la Iglesia vaticana, en contraposición a Sus enseñanzas, practica un verdadero culto mariano. En una «carta apostólica» del papa Pablo VI del año 1974 se lee:

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«Desde que Nos fuimos alzados a la silla de Pedro, Nos hemos esforzado constantemente en avivar el culto mariano» (vatican.va). Por eso hay que aclarar una vez más: monopolizar a María como «Reina de los Cielos», «Madre de Dios» y «Engendradora de Dios», que es con lo que los hombres de Iglesia quieren encerrar a María en su culto religioso, corresponde a ritos paganos, y no tiene nada que ver ni con Jesús, el Cristo, ni con María.

Con «María» a la guerra El abuso que la Iglesia hace de María no tiene límites. María ha sido incluso degradada por la Iglesia vaticana a diosa de sangre y de guerra. En conmemoración a las sangrientas matanzas de la historia en Europa se construyeron las llamadas «iglesias de nuestra señora de la victoria». Por así decirlo, el asesinar con María se convirtió en una tradición católica. Los dos expertos alemanes en la historia de la Iglesia, Karlheinz Deschner y Horst Herrmann, escriben en su libro «El anticatecismo»:

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«Numerosos grandes batalladores católicos eran profundos devotos de María. El emperador Justiniano I, que con el apoyo papal exterminó a dos pueblos germanos, atribuyó a María su sangrienta victoria. (...) Carlomagno, que siempre llevaba la imagen de María en el pecho, en casi cincuenta batallas diezmó pueblos enteros durante sus 46 años de reinado (...) El culto a María y el culto a la guerra fue ampliado: (...) El grito de guerra era “¡María, ayuda!”. Los cruzados invocaban a la virgen antes de matar, y después alababan a la virgen vencedora. (...) La terrible masacre de los «herejes» albigenses fue «un triunfo de Nuestra Amada Señora de la Victoria», y la guerra contra el Islam durante toda la Edad Media, una victoria de la «Madre de Dios». También el primer baño de sangre en la Guerra de los Treinta años, la batalla de la Montaña Blanca en 1620, fue una victoria de María. El comandante Tilly, un ferviente devoto de la virgen, ganó luchando «sus 32 victorias bajo el signo de Nuestra Amada Señora de Altötting [en Alemania]».

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Así se ha continuado hasta nuestros días: las tropas de aviación de Mussolini tenían a María como patrona protectora, y hasta la Guerra Civil Española, al parecer de Franco, estaba coronada por la victoria mariana final» (págs. 168 y siguientes, edición en alemán).

¿De qué espíritu diabólico deben haber estado poseídos estos belicistas católicos al atribuir todos estos asesinatos, todo este sufrimiento, todas estas torturas a la madre del Príncipe de la Paz, Jesús de Nazaret? Los hombres de Iglesia no se arredran ante ningún abuso, por muy terrible que este sea.

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El supuesto nacimiento virginal Quien no crea en el culto a María y en la supuesta «Madre de Dios», sino que solo vea a María como madre carnal de Jesús y la aprecie de corazón, ya está condenado eternamente según la doctrina católica. Esto se puede leer en el libro «La fe de la Iglesia en los documentos de la promulgación de la enseñanza»: «Quien en el sentido auténtico y verdadero no reconozca con los Santos Padres a la siempre virgen e inmaculada María como a la que dio a luz a Dios, dado que ella, hablando con propiedad verdaderamente concibió al verbo divino, engendrado por el Padre antes de todos los tiempos, concibió sin semen en los últimos tiempos por obra del Espíritu Santo y dio a luz sin ser herida, quedando su cuerpo virginal incólume también después del alumbramiento, que sea excluido» (Neuner y Roos, Nº 195). Dicho con otras palabras: todo el que crea que María concibió a su hijo de forma natural

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es «condenado eternamente». Igualmente es «condenado eternamente» quien no crea que María siguió siendo virgen después del nacimiento de Jesús de Nazaret. El Evangelio según Mateo comienza con los antecedentes en los que se encuentra el árbol genealógico de Jesús de Nazaret. Y dice: «Así que el total de las generaciones desde Abrahán hasta David es de catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, otras catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, otras catorce» (1, 17). ¿Por qué este árbol genealógico terrenal del Cristo de Dios si supuestamente fue concebido por el Espíritu Santo? ¡Entonces este árbol genealógico terrenal estaría de más! La Iglesia ha tomado el mito del nacimiento virginal simplemente de los cultos antiguos, lo mismo que la idea de una «diosa-madre», de las cuales había un gran número en la antigüedad. Pero según la doctrina católica a María no solo se le atribuye un nacimiento virginal, sino que es la única persona, aparte de Jesús, el Cristo, que fue supuestamente concebida sin pecado original, según un dogma del año 1854.

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Isis y Horus

Semiramis con Tammuz

Indrani con el niño

Devaki con Krishna

El culto mariano católico está relacionado con la veneración cultual de «diosas-madre» en diferentes religiones de la antigüedad. 9


La supuesta asunción física Además, María habría sido acogida en el Cielo con su cuerpo físico. ¡Este dogma lo inventó Pío XII ya en el año 1950! Y dice: «Es una verdad de la fe manifestada por Dios, que la inmaculada y siempre virgen Madre de Dios, María, después del término de su vida terrenal fue acogida en cuerpo y alma en la gloria celestial» (Neuner y Roos, Nº 487).

¿Qué habría de hacer María con su cuerpo físico en el Reino de Dios, que es de materia sutil? Ahora hay que reflexionar con qué cuerpo físico ha debido ascender María a los Cielos. ¿Con el cuerpo que había estado durante años en la tumba? ¿Subió entonces este a los Cielos? ¿Y cómo sucedió esto? ¿O fue la misma María quién salió de su tumba con su cuerpo que después de todos los años, decenios, es más, siglos, no se había descompuesto en absoluto? La Iglesia vaticana exige realmente hasta el día de hoy que se crea que María como «corona de gloria por todas sus honrosas virtudes» habría

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recibido el privilegio de quedar «libre de que su cuerpo se corrompiera en la tumba» (Neuner y Roos, Nº 485).

Tales oscuridades son la expresión de lo absurdo que es el culto católico. Y que para ello la Iglesia vaticana se base en supuestas revelaciones de Dios, es una arrogancia absurda ante el Espíritu de la vida, que se manifiesta como Yo Soy el que Soy a través de los verdaderos profetas de Dios y que es la Vida y la Verdad misma. Ha llegado el tiempo, no solo de rehabilitar al Cristo de Dios, sino también a María, la madre de Jesús, de quien la Iglesia vaticana ha abusado y sigue abusando igualmente de la forma más vergonzosa con este culto mariano. Por la palabra profética dada a través de Gabriele, sabemos que en María estaba encarnado el elevado ser espiritual, el serafín de la Misericordia divina. Ella cumplió su gran misión celestial. Con gran humildad y profunda confianza en Dios, preparó el camino al Cristo de Dios, que encarnó en Jesús de Nazaret, para traer a los seres humanos la verdad del Reino de Dios y la Redención.

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Sobre el libro La rehabilitación del Cristo de Dios El Cristo de Dios, encarnado antaño en Jesús de Nazaret, que trajo a la humanidad la enseñanza de los Cielos, la enseñanza de la Paz, de la Unidad, la omniabarcante e inalterable ley del Amor, será rehabilitado en la Tierra, porque de parte de las estructuras de poder institucionales o confesionales se abusa del Cristo de Dios y se Le desacredita de la forma más ignominiosa». Los autores esclarecen detenidamente en este libro las diversas facetas del abuso del nombre de Jesús, el Cristo, sobre todo la tergiversación y la falsificación de Su enseñanza originaria con las devastadoras consecuencias para la humanidad y para toda la Tierra. Infórmese más sobre - La lucha de las religiones de culto mundano externo contra la corriente del cristianismo originario - Violencia, guerras, crímenes bajo el manto de «cristiano»

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Dogmas y preceptos eclesiásticos El reto continuado contra Cristo La huella sangrienta de la Iglesia Los abismos de la enseñanza de Lutero Menosprecio y opresión de la mujer Los crímenes de miembros de la Iglesia contra los niños La guerra contra los animales y los crímenes contra la Creación

Por medio de Su palabra profética dada a través de Gabriele, la profeta y enviada de Dios para nuestra época, Él conduce a todos los seres humanos de buena voluntad a toda la verdad, en la medida en la que la podamos comprender Más informaciones al respecto las encuentra en los más de 100 libros y escritos que Gabriele ha escrito y dado a conocer para personas de todas las culturas y naciones.

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Del libro:

La Rehabilitación del Cristo de Dios Hijos e hijas de Dios, en misión de Dios, en unión con la tercera fuerza básica de Dios, la Sabiduría divina, rehabilitan al Cristo de Dios. Prueba de lectura del capítulo: El culto mariano, un acto de la Iglesia de Roma que denigra a María

Febrero 2016 © Gabriele-Verlag Das Wort GmbH Max-Braun-Str. 2, 97828 Marktheidenfeld, Alemania www.editorialgabriele.com

En todas las cuestiones relativas al sentido, la edición original en alemán tiene validez última. Todos los derechos reservados.

La Rehabilitación del Cristo de Dios

En la amplia documentación «La rehabilitación del Cristo de Dios» conocerá usted la dimensión del engaño cometido con la enseñanza de Jesús, el Cristo –y lo que Él, el Espíritu Libre, trajo verdaderamente a los seres humanos y trae hoy de nuevo: la enseñanza del amor a Dios y al prójimo, a los hombres, la naturaleza y los animales, el camino de regreso al Reino de Dios, a nuestro Padre eterno. Más de 700 págs, tapa dura, ISBN 978-84-8251-114-6 PVP: 19,90 € Si quiere le enviamos otros cuadernos gratuitos con otros temas del libro «La Rehabilitación del Cristo de Dios».

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La Rehabilitación del Cristo de Dios Hijos e hijas de Dios, en misión de Dios, en unión con la tercera fuerza básica de Dios, la Sabiduría divina, rehabilitan al Cristo de Dios.

Ha llegado el tiempo: El Cristo de Dios, que fue Jesús de Nazaret, quien trajo a la humanidad las enseñanzas de los Cielos, la enseñanza de la Paz, de la Unidad, la Ley del amor que es omniabarcante e irrevocable, va a ser rehabilitado en la Tierra, porque las estructuras de poder institucionales han abusado del Cristo de Dios y lo han desacreditado de la forma más infame y aún lo siguen haciendo.

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El culto mariano, un acto de la Iglesia de Roma que denigra a María


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