Caroline ha perdido su O, como ella lo llama; tú y yo lo llamaríamos "orgasmo". Vamos, que hace meses que Caroline no tiene uno de esos. Ella echa la culpa a un mal polvo que tuvo con el dueño de una pizzería, dice que se llevó su O. Y para colmo, su nuevo vecino no para de golpear las paredes por las noches, y no precisamente porque se dé cabezazos. Los golpes van acompañados de gemidos y... maullidos! No creo que Caroline pueda aguantar mucho más esta situación.