G aceta tijera tijeradigital.wordpress.com
Coordinadora coordinadora General General del proyecto: del Proyecto: Ingrid Ingrid FugellieFugellie Diseño: comité de diseño: Arturo Cruz led ramirez Ingrid Menocal Cynthia Mileva Editorial: Comité
Ingrid Fugellie comité editorialGrandini : Cynthia Alejandra Aguilar
A quienes han colaborado, al público lector: Debido a situaciones que han escapado a nuestro control, Tijera digital Nº 6 “El sueño” llega con retraso. Por ello ofrecemos una disculpa, al mismo tiempo que invitamos a explorar sus contenidos.
Deseamos a ustedes un venturoso año 2015
Ingrid Fugellie
Comité de difusión:
Cynthia Grandini
Gabriel Sánchez Gabriel Sánchez Isaac Gómez Jorge ALBERTO Manero
¿Con qué sueñan las mujeres? A propósito de un texto de Virginia Woolf Cynthia Grandini Dibujo intervenido digitalmente 21.5 x 28 cm. 2013
2 | Gaceta Tijera Versión Digital | Enero - Junio 2014 el sueño
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Índice
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Tijuana Amalia Ortiz
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Máquina de ensueño Daniel Ortega
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Hembra sola Isaac Gómez
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La cuestión genética Ingrid Fugellie
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Los sueños: sujeto e incertidumbre
Reflexión de un desvelo no muy anhelado
Rugiero Rizzo
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Los sueños y los signos del Zodiaco Rugiero Rizzo
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Embajada mejicana Walter Benjamin
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Aparece siempre el sueño Eda Sofía correa
Javier Uribe
Luis Antonio Rivera
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Pesadillas y Magia negra
Sueños Edgar Allan Poe
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Eda Sofía correa
Editorial Ingrid Fugellie
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Reunión de sueños de mi sueño
El corazón de las tinieblas (fragmento)
Premociones Ingrid Fugellie
La interpretación de los sueños (fragmento)
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Sigmund Freud
Joseph Conrad
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Óleo sobre tela 70 x 50 cm. 2013
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Bibliografía
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Semblanzas autorales
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Colaboraciones
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Ximena Santaolalla
Rosa Lavecchia
Extraños (fragmento) Kail Lara
El mensaje
La isla
La Astrología en Egipto y los sueños
Sueño y alucinación en el mundo náhuatl y maya
Rugiero Rizzo
Mercedes De la Garza
el sueño
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EDITORIAL
J
unto al persistente interés por el conocimiento de la vida humana y sus vicisitudes, el sueño, ese misterioso episodio sumido en la penumbra del dormir, aparece con insistencia en la pantalla abierta de sus asombrosas imágenes, el extraordinario verismo de los sucesos que allí se desarrollan y el placer inocultable por la realización de deseos no siempre autorizados. Soñamos para despertar nuevamente a la vida de la consciencia, de alguna manera conectados con ese mundo interno que acontece en nosotros y no obstante en ausencia del control permanente que suponemos acompaña nuestros actos. El sueño se nos revela enigmático, aparece como acontecimiento súbito, veloz y escurridizo, apela a nuestra capacidad de experimentar sorpresa y extrañamiento ante lo inédito. Así como la invención disloca el pensamiento, el sueño nos muestra posibilidades tan
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el sueño
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absurdas como maravillosas, conflictos tan irremediables como angustiosos, escenarios poblados de presencias fantasmagóricas, alusiones irreconocibles, espacios incongruentes y tramas que apelan al intelecto y la imaginación. No se trata de llevar al olvido su peculiar manera de narrar historias, los sueños imponen amnesia al relato textual, presentan barreras al recuerdo eficaz, obligan a forzar la memoria que permita traerlos a la consciencia generalmente en forma de retazos. Acompañan nuestra irreductible soledad y nos confirman el carácter paradójico de la mente. Advierten acerca de cuán ilusorios e inalcanzables pueden llegar a ser nuestros más anhelados proyectos, nuestros “sueños” de perfección, armonía y belleza, las añoranzas ocultas de una consciencia sometida a los afanes de un mundo administrado. No obstante su carácter alucinatorio el sueño nutre la imaginación, revela realidades ajenas a la experiencia, anuncia posibilidades. Nos muestra que la vida de la mente es continua e irrenunciable no importa cuán absurda pueda aparecer ante la razón, trae a la experiencia sonidos, aromas y visiones nuevas, asegurando con ello el pozo inagotable de donde surgen los designios de un arte capaz de inaugurar la diferencia en medio de la repetición. Zzzz
Ajandra Aguilar Lápiz sobre papel 15 x 10 cm. 2014
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Ingrid Fugellie México DF., 20 de julio de 2014. el sueño
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«Todo el arte estriba en aproximar la realidad al sueño» André Maurois
Grylla Marlitt Almodóvar Pluma sobre cartulina 20 x 17 cm. 2014
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Edgar Allan Poe
¡Oh, fuera mi joven vida un sueño perdurable, sin que mi espíritu despertara hasta que el rayo de una eternidad trajese el mañana! ¡Sí!, aunque ese largo sueño fuese de aflicción sin esperanza, sería mejor que la realidad fría de la vida despierta para aquél cuyo corazón debe ser, y ha sido siempre, en la tierra encantadora, un caos de intensa pasión, desde su nacimiento. Pero si fuese –ese sueño que eternamente prosigue− como fueron los sueños para mí en mi niñez, si así me fuese dado, necio fuera seguir esperando más alto cielo. Pues disfruté cuando brillaba el sol en el sueño estival, con sueños de luz viva y de belleza, y dejé mi mismo corazón en climas que yo había imaginado, lejos de mi propio hogar, con seres que eran de mi propio pensamiento: ¿qué más podría haber visto? 10
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Fue una vez, una sola vez, y esa hora delirante de mi recuerdo no se borrará; algún poder o hechizo me amarró: fue el viento helado que vino a mí en la noche y dejó tras de sí su imagen en mi espíritu; o la luna que brilló en mis ensueños, en su excelso cenit, con demasiado frío; o las estrellas; fuese lo que fuese, aquel sueño fue como este viento nocturno: que pase. He sido feliz, aunque sólo en un sueño. He sido feliz, y adoro este tema: ¡sueños!, en su vívida imitación de la vida, igual que en esa fugaz, vaga y nebulosa lucha de la apariencia con la realidad que acerca a los ojos que deliran más cosas bellas de paraíso y amor, ¡y todas nuestras!, que cuantas conoció la joven esperanza en su hora más risueña.
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Contemplación Jesús Portillo Acrílico sobre papel 60 x 80 cm. 2012
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Los
sueños:
Luis Antonio Rivera
sujeto e incertidumbre
H
Personaje Patricio O’Hea Acrílico y cera sobre papel 53 x 59 cm. 2014
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acia el final de su obra y vida, Freud reflexiona y escribe acerca de las dificultades que ha enfrentado el psicoanálisis para lograr su aceptación; primero, en los círculos intelectuales y luego, en la sociedad en general. El propio Freud ha sido rechazado, la Iglesia lo excomulga y los médicos vieneses lo desprecian y excluyen. El gran judío vienés se pregunta por qué han generado fobias sus argumentos, y en su texto responde: el psicoanálisis ha ofendido por tercera vez el narcicismo de la humanidad. Primero fue Copérnico quien demostró que no éramos más el centro del universo y, ante tal afrenta, la humanidad se refugió en la idea de que, sin embargo, sí éramos una especie única; pero fue Darwin, precisamente al analizar el origen de las el sueño
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especies, quien atestó un nuevo golpe al narcisismo humanoide argumentando que, como todos los seres vivos, hemos estado sujetos a las leyes de la evolución. ¿Qué quedaba de nuestro narcicismo vapuleado? La razón. Es decir, somos seres únicos porque poseemos una razón que acompaña nuestra voluntad y, por ende, tenemos la capacidad de actuar con conocimiento de causa controlando nuestras acciones. Es precisamente en este momento de reivindicación de nuestro narcisismo cuando aparece Freud investigando y escribiendo sobre los actos fallidos, los lapsus, los sueños y, postulando radicalmente que existe una dimensión de nuestra personalidad, el inconsciente, que suele irrumpir sin pedir permiso ni pagar peaje obligándonos a pensar y actuar al margen de nuestra razón y voluntad. En el diván de Freud desfilan sujetos que pronuncian discursos tan absurdos como reales y cuyo análisis permite a Freud bosquejar su primera propuesta de aparato psíquico, mismo que deriva del estudio concienzudo de los sueños relatados por los pacientes: histéricas, fóbicos, obsesivos, perversos, etcétera, relatan su vida onírica y, al hacerlo, tropiezan, olvidan y, sobre todo, condensan y desplazan; en este contexto, el del diván y los relatos de los que sufren del alma, se subvierte la linealidad de la razón y, en el mismo giro, aparece la paradoja freudiana: la ´verdad´ sobre el sujeto radica en el absurdo. El sueño, Freud dixit, es la vía regia para el conocimiento de la vida anímica. La interpretación de los sueños es publicada en 1899, pero el editor posteriormente decide fechar la edición en 1900. Cambio de 16
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siglo, crisis de la razón, aparición de las vanguardias artísticas y literarias, narraciones que son presentadas en estructuras metafóricas, así como los dos mecanismos del sueño, condensación y desplazamiento, metáfora y metonimia. Gregorio Samsa es como una cucaracha, no es una cucaracha, es como una cucaracha; cambio de siglo, irrupción de las vanguardias que paulatinamente van creando su iconografía: “El Grito” de Munch, Schiele se retrata masturbándose, el sujeto volteando hacia su interior porque niega el exterior o porque no comprende las trampas de su supuesta razón. Como los sueños, el arte está ahí no para ser visto sino para ser interpretado. La tercera ofensa, la freudiana, pone contra la pared el narcisismo de los humanos, resumo: -No somos sujetos, estamos sujetos. Sujeción cultural, sujeción social, sujeción familiar. Somos el deseo del deseo de otros y no hay, por ende, algo a lo que podamos llamar individuo. La triada edípica instala en el sujeto la prohibición y con ésta el deseo, paradoja de la libertad: deseamos porque nos lo prohíben. Se instala la represión y con ello se gesta el inconsciente, ese que ya dijimos que ante el relajamiento onírico de los mecanismos represivos busca una salida aunque esto implique la transfiguración de la mal llamada realidad porque, en efecto, la vida es sueño. -Nadie nace, todos somos nacidos. -Lo propio del ser humano es la contradicción, fin del razonamiento dicotómico, no más separación entre realidad y apariencia, entre subjetividad y objetividad, entre placer y sufrimiento, entre amor y odio. el sueño
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“No hay comprensión sin interpretación y ésta se realiza a partir de recursos cognitivos que nos han sido dados o impuestos.” “Te odio y te quiero” dice el bolero, “….ódiame por piedad yo te lo pido, ódiame sin ternura ni clemencia odio quiero más que indiferencia porque el rencor duele menos que el olvido…” -No hay comprensión sin interpretación y ésta se realiza a partir de recursos cognitivos que nos han sido dados o impuestos. La mal llamada realidad no es tal porque no se nos ofrece desnuda sino sólo dispuesta a ser desvelada. La realidad sólo se anuncia, muestra sólo los ojos, el resto hay que (des)cubrirlo. El discurso, no sólo el onírico, es el contenido manifiesto, la interpretación nos lleva al contenido latente y, con ello, a su comprensión. Así pues, lo subversivo del psicoanálisis está en su anuncio lúcido y penetrante del fin de la noción de individuo; está también en el tropiezo que le propina al aparente poder de la razón que permite comprender todo de una vez y para siempre; todo lo contrario, nuestra razón situada sólo es capaz de llevar a cabo razonables intezrpretaciones situadas. Dice Paz “….sin entender comprendo”. 18
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Toro Patricio O’Hea Acrílico y cera sobre papel 59 x 59 cm. 2014
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El
corazón de las tinieblas Joseph Conrad
“ […] porque la narración de un sueño no puede comunicar la sensación del sueño, esa mezcla de absurdo, sorpresa y azoramiento en un temblor de forcejeante rebelión, esa impresión de haber sido capturado por lo increíble que es la esencia misma de los sueños…” Marlow permaneció en silencio unos momentos.
El sueño de Zotz Rurru Mipanochia Acrílico y bolígrafo sobre papel 50 X 70 cm. 2014
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“…No, es imposible; es imposible comunicar la sensación vivida de ninguna época determinada de la propia existencia, aquello que configura su verdad, su significación, su esencia sutil y penetrante. Es imposible. Vivimos solos, igual que soñamos…”
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el sue帽o
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Rosa Lavecchia
N
o estaba sola. Sentía que había alguien en la habitación. Acostada en la cama del dormitorio de su nueva casa, inundada por un ambiente muy luminoso, miraba sin entender qué le pasaba. La ventana abierta dejaba entrar un halo de luz tan fuerte que la obligaba a entrecerrar los ojos. No podía distinguir nítidamente los objetos a su alrededor, bolsas llenas de su ropa, cajas con libros y revistas, cuadros y adornos que pondría en las paredes, caballetes y algunos paquetes conteniendo los pinceles, acrílicos y óleos. Los colores eran brillantes. La copa de un árbol de magnolia con sus flores blancas asomaba por afuera de la ventana, y parecía alumbrar aún 24
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más la habitación. Un aroma primaveral impregnaba el lugar. Sentía una paz interior muy grande, como si flotara en un paraíso. En medio del silencio, escuchó un sonido continuo y suave, era un colibrí entrando por la ventana. Dio varias vueltas a su alrededor y aleteando rápidamente, como si estuviera sostenido por un delgado hilo, se posó en su mano. Se estremeció frente a lo que sintió como una caricia. De repente, despertó al sonar el teléfono. Abrió los ojos y corrió a atender. –Hola, soy Fer –dijo una voz masculina. –¿Quién? –preguntó sorprendida. ¿Habría escuchado bien? Pensó en Fernando, Fer como lo llamaba, su compañero,
muerto un tiempo atrás. –Fer, ¿quien habla? – le respondieron del otro lado. –¿Con qué número quiere hablar?— preguntó ella, dudando del nombre que había escuchado. No era su número y cortó. Volvió a su cuarto, aturdida. Nada en la habitación le hacía suponer que lo sucedido era real, la ventana cerrada, la poca luz, el amanecer que dejaba pasar una tenue claridad. Todo estaba en su lugar, tal como lo había dejado el día anterior. Un pequeño y agradable lugar donde vivir y poner su taller de pintura. Estaba impresionada con esa llamada, la muerte le había arrebatado a Fernando y su recuerdo permanecía intacto.
La partida inesperada de su compañero dejó un profundo vacío en su vida. A pesar del dolor y la ausencia, decidió vender su casa, viajar y a su regreso comprar una nueva. También quería volver a pintar, siguiendo los consejos de Fernando, quien la alentó permanentemente a escuchar su vocación. Se vistió y se puso a ordenar sus cosas. La pieza que había destinado para usar como estudio estaba vacía. Tomó la decisión de comenzar por ese espacio. Abrió la ventana. Armó su caballete y sintió enormes deseos de pintar. En un impulso tomó los pinceles y fue creando un fondo celeste, sobre el cual diferentes colores iban dando brillo a la tela mientras una pequeña figura se asomaba en ese escenario, sin forma definida. Una fuerza interior la empujaba. En los meses siguientes, pasó largas horas trabajando sobre esa pintura. Cuando sintió que había terminado, una emoción muy intensa la invadió. Cielo y tierra se confundían en un paisaje donde los verdes, los rojizos y los amarillos de la vegetación, se mezclaban con los celestes y azulados del horizonte, creando el lugar para la figura de un colibrí, único personaje. Le gustó tanto que decidió enmarcarel sueño
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lo y colgarlo en la pared de su taller, lo firmó pero no le puso título. Un tiempo después tenía algunos alumnos y el deseo de pintar iba creciendo. Poco a poco comenzó a darse cuenta que podía, podía pintar, podía dar clases y disfrutar lo que hacía. Había convertido el espacio del taller en su lugar. Placer y creación estaban de la mano, como iluminados por esa figura de su cuadro. Cuando le llegó el ofrecimiento de hacer una muestra de sus trabajos y la de sus alumnos aceptó de inmediato, era el momento de dar a conocer lo que había logrado producir. Llegó, por fin, el día de la inauguración, y ella estaba muy nerviosa. La gente transitaba por la sala, mirando, casi sin detenerse, las obras. Llamó su atención un alumno que estaba frente al cuadro del colibrí acompañado de un señor canoso, que observaba detenidamente la pintura. Al acercarse escuchó que decía: –Estoy conmovido por esta imagen. Me recuerda una experiencia vivida hace mucho tiempo. Intrigada por los sentimientos que su pintura despertaba en este hombre, y
con una profunda emoción ante lo que escuchó, se presentó ante su alumno y su acompañante. –No pude dejar de escuchar su comentario. Me sorprendió porque es mi primera obra después de un largo tiempo sin producir. Y tiene un fuerte significado para mí. –Cuando lo observé me trajo a la memoria una vivencia inolvidable que tuve con un colibrí— comentó el acompañante de su alumno. Como si se tratara de un relato anunciado, siguió escuchando cómo el hombre le contaba que apenas llegado a México, país donde vivía hacía muchos años, le sucedió algo muy singular, que comprendió tiempo después. Estaba atravesando un difícil momento en su vida, en un lugar que le era extraño y ajeno. Un atardecer, sentado en su casa, vio aparecer y desaparecer casi al instante un colibrí, entrando por la ventana. Le sorprendió la repentina presencia, porque había escuchado que estos pájaros se asocian a fuerzas y causas misteriosas. En ese momento, ella sintió que su corazón latía con más fuerza. Sin
detenerse, él siguió su historia, casi con la certeza de que su interlocutora estaba ávida de saber más. Por alguna razón comenzó a sentir que su vida cambiaba, encontrando esa paz que necesitaba y reencontrándose con sus ganas de hacer. Cuando decidió estudiar sobre la cultura azteca, sobre sus raíces, descubrió que esa visita del colibrí no había sido casual. Esa pequeña ave fue portadora de un mensaje especial. Un amigo, conocedor de las culturas andinas, le contó que en el imaginario de esos pueblos, el colibrí se relaciona con el valor, el coraje y el orgullo interior para librar la batalla contra uno mismo y lograr salir victorioso. Ella no podía controlar su emoción, recordaba los momentos de su propio encuentro con el colibrí y, aunque dudaba del significado de esas apariciones, quería saber más. Se estremeció cuando escuchó además que, para los aztecas, ese pájaro representa a un joven guerrero, muerto en una fría noche, cuya alma regresa al llegar la primavera, simbolizando un mensaje de esperanza.En ese momento, una paz interior la inundó. Supo que su cuadro ya tenía título.
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Vi el futuro y pude continuar la mĂşsica Eugenia Arvelo Acuarela y acrĂlico sobre papel 29 x 22.5 cm. 2014.
«La realidad y la miseria me oprimen y, sin embargo, sueño todavía» Émile Zola
Anatomía secreta Marlitt Almodóvar Tinta sobre papel 20 x 17 cm. 2013
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La
Astrología en Egipto Rugiero Rizzo
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y los sueños
E
n el antiguo Egipto, la Astrología estuvo estrechamente relacionada con la oniromancia. Si los sacerdotes-astrólogos estaban plenamente convencidos de la influencia de los signos zodiacales y de los planetas en los destinos humanos, también creían que los astros dejaban sentir su ascendencia en los sueños, y que éstos eran el sistema de comunicación preferido por los dioses y los espíritus para entrar en contacto con los hombres.Estas tradiciones han perdurado hasta nuestros tiempos, aunque no siempre son fáciles de interpretar los sueños considerados como premonitorios e inducidos por los astros. Según el mes o el signo solar y de acuerdo con la posición de los planetas en el cielo (aspectos), los astrólogos,
magos, médicos y onirópolos egipcios establecían las fechas más idóneas para los denominados sueños de incubación. Hacia el siglo IV antes de J.C., existía en Egipto un culto dedicado al dios Serapis, análogo al de Esculapio en Grecia; sus practicantes se encerraban en el templo para dormir, a fin de que el dios les inspirara durante el sueño la manera más adecuada de actuar en los asuntos relacionados con la suerte, la salud y el futuro. La incubación para conseguir revelaciones que permitieran curar las enfermedades era tal vez la práctica más extendida, cosa que no debe sorprender dado el atraso en que la medicina se hallaba a la sazón.
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En una capilla del templo de Deir-el-Bahari, del tiempo de Ptolomeo VII, se han descubierto numerosas señales de esa incubación de sueños, con fines terapéuticos. El Serapeum de Menfis gozaba de gran prestigio por sus revelaciones oníricas de tipo clínico y profesional. En ese templo, igual que en los demás, había intérpretes oficiales con unos carteles que decían: “Interpreto sueños para lo que poseo el mandato de Osiris, Ra, etc.” Estrabón, el célebre geógrafo griego nacido en el 50 a. J.C., refiere que en el Serapeum de Canope, cerca de Abukir, acudían personas por cuenta de otras imposibilitadas, para que vieran en sueños los remedios más adecuados. Basándose en tales experiencias, los egipcios establecieron un calendario que indicaba los días más adecuados para tener los sueños. Este calendario o guía [era] llamado “llave de oro de los egipcios” […]
Atrapada en un sueño Gabriel Sánchez Grafito, tinta y barra conté sobre papel 70 x 50 cm. 1992
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TIJUANA (En memoria de los que se Amalia Ortiz fueron y jamás regresaron)
Somos inertes a las olas que golpean las orillas, somos tierra, agua y viento, somos iguales en cuanto cruzamos, pero diferentes cuando abdicamos por el miedo a ser encontrados. Paralelos, ejes terrestres y vías de desarrollo. Un camino y una frontera. Donde todo rebota, donde hay una vuelta, donde existe una esquina ahí, justo en ese lugar, es en donde la capital desaparece y nos volvemos humanos.
Retrato de un sueño Eugenia Arvelo Mixta 22 x 31 cm. 2014
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Sueños de grandeza Selma Sánchez Ilustración digital 21 x 27 cm. 2014
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Máquina
DE ENSUEÑO Dnakane
−¿Controlar el universo por medio de los sueños? ¡No me haga reír! ¿Cómo piensa hacer eso?−. −Bueno, decía el Dr. Microv, antes de empezar me gustaría aclararle que citaré algunos autores para ejemplificar mi exposición−. Hay algunos que viven en un mundo de ensueño, y hay algunos que se enfrentan a la realidad, y luego están los que se vuelven uno en el otro. Desiderius Erasmus 1 Al dormir todos se conectan en una gran red psíquica de ensueños, se vuelven algo así como internet espiritual, cerebros en serie. En este proceso una de esas personas, la de la mente más fuerte, puede acceder y dirigir a otros en sueños, volviéndose así el servidor de los mismos. Esto quiere decir que él puede entrar y controlar los sucesos, lugares, imágenes, ambientes, todo lo que puedas soñar. ¿Pero qué pasa al simular esto con alta tecnología? El servidor puede ser un ordenador (computadora) y puede controlar las mentes dormidas, e incluso inducir las imágenes y sensaciones que quiera sin algún otro servidor.
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Todos los seres humanos son también seres de ensueño. El soñar vincula a toda la humanidad en su conjunto. Jack Kerouac 2 Y precisamente ese es el plan, inducir a todos al ensueño y dirigir sus subconscientes, los cuales son capaces de atravesar lo etéreo y lograr la unificación de esa totalidad del espacio y del tiempo. Enlazar todas las formas de la materia, la energía y el impulso; esto significa que la mente humana puede alterar la realidad y fusionar los universos. El Dr. comenzaba a mostrar material visual, investigando a Cazadores y Arquitectos de sueños, a Detectives y Extractores. Con alta tecnología (biotecnología) han creado “dogos”
llamados Canis Hipnos, que son capaces de oler los estados y fases del sueño humano, tienen la capacidad de atravesar la realidad y dirigirla al ensueño, y fueron creados para cazar a estos hombres con capacidades extraordinarias. Pero su principal capacidad es crear enlaces temporales en las redes MOR ¡Una mascota que te da acceso a cualquier mente! El desarrollo sostenible, las máquinas complejas con instrumentación
¹ Frases go: http://www.frasesgo.com/frase/frasede-desiderius_erasmus-77253.html (Recuperado 24 de julio de 2014) 2 Aforismos, citas y frases célebres: http://www. aforismos.net/autor/jack_kerouac/1.html (Recuperado 24 de julio de 2014)
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electrónica y de medición, se logró gracias a la inversión privada y a nuestros proyectos Fobetor y Fantaso, responsables de los animales, los objetos inanimados, y las apariciones de los sueños. Pero el proyecto Morfeo se centraba en los elementos humanos, el objetivo de nuestra institución va más allá de lo posible y de lo real. Los platónicos olvidan excesivamente que el amor es una física antes de ser ensueño. Remy de Gourmont 3
3 Sabidurías.com. Citas y frases célebres: www.sabidurias.com/cita/es/3743/remy-degourmont/los-platonicos-olvidan-excesivamente-que-el-amor-es-una-fisicaantes-de-ser-un-ensueno (Recuperado 24 de julio de 2014).
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La misión es sencilla: la mente del humano tiene la capacidad de transportarse de un plano a otro: investigar, manipular, estructurar La Visión: mezclar la realidad con los sueños. (¿La réplica paprika?). No sólo pretendemos tener un control más estricto sobre la humanidad, buscamos un fin mayor: tener el control de todo el universo. El mundo ya es demasiado pequeño. Al mezclarse la realidad con los sueños, las dimensiones empiezan a unirse y se harán una sola. Cambiaría todo. Pero para lograr este objetivo se tienen que suprimir las deficiencias (el humano), controlar y proyectar sus conciencias a nuestro fin, que los universos se vuelvan uno. Así la conciencia del hombre no será erradicada
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por completo, servirá de puente y se volverá el medio; sólo es necesario dividir la conciencia en dos partes: 80% vs. 20%; en el mayor porcentaje se induce la programación MOR, que no es más que nuestra plataforma de control; en el porcentaje sobrante se aplica el efecto placebo. Un ensueño base para mantener la mente dormida. El resultado, el dominio total. Esta programación también puede ser inducida sobre cualquier mente, hemos hecho pruebas en algunos supraterrestres, sólo falta su autorización para hacer de esto un proyecto global.
Y la respuesta del doctor fue: El ensueño es la difusión sublime, pues no tiene finales, siempre en estado de infinito, es la metafísica de la esperanza y la belleza. José María Eguren 5 Estrechó su mano, y se dirigió a su escritorio, Microv agradeció la atención, y poco a poco su sonrisa iba creciendo mientras miraba que la rúbrica presidencial se plasmaba sobre la aprobación de su proyecto. Era un hecho que todo iba a cambiar radicalmente. 2014.
El presidente lo miró y sólo dijo: El amor es un intento de cambiar un pedazo de un mundo de ensueño por una realidad Theodor Reik 4
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4 Frases y pensamientos: http://www.frasesypensamientos.com.ar/autor/theodor-reik.html (Recuperado 24 de julio de 2014). 5 Aki frases: http://akifrases.com/frase/190585 (Recuperado 24 de julio de 2014).
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Ruta de viaje I
Inasible
Jesús Portillo Mixta sobre tela 90 x 110 cm. 2013
Jesús Portillo Mixta sobre madera 80 x 122 cm. 2009
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Hembra Isaac gÓmez
sola
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iajamos por la carretera hasta que la madrugada penetró en el auto, decidimos orillarnos antes de que alguno de los dos se quedara dormido al volante, preferíamos llegar al funeral de mi madre vivos que de anfitriones. A menos de un kilómetro una gasolinera, manejé despacio para no perder rumbo, al poco tiempo llegamos, me sentía más cansado de lo que pensaba, estacioné frente a una abarrotera en medio de la gas y un motel, dejé dormir a Luisa mientras preguntaba por un cuarto, caminé lento, hacía frío y los pies me pesaban. No hay nadie. Toco la campanilla del recibidor pero nadie aparece. Mediocres. Camino hacia la tienda, una mujer me atiende, sus manos parecen un par de mazos y tiene cara de perro, me da asco su mirada. Tengo hambre pero sólo le compro un ciga48
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rro, − ¿Sabe del cuarto?− le pregunto – ¡Carla!− grita la vieja, escucho un carraspeo y por detrás de una cortina floreada la tal Carla aparece, mujer pálida y delgada, sus pezones chorreantes de leche se marcan en su vestido ligero. −Ciento cincuenta sin oral− no da más explicación. Pendeja. Le doy doscientos y le negocio la noche para que nos deje en paz a Luisa y a mí hasta que amanezca, la mujer acepta con una rabieta como si prefiriera que me la coja, tomo la llave del cuarto y me voy. Saco las cosas de la cajuela y despierto a Luisa, ella apenas reacciona, camina como sonámbula, se muere de sueño, yo también, abro la puerta del cuarto, un leve olor a sudor invade la habitación, recuesto a Luisa en la cama pero sólo le quito los zapatos y los lentes, no quiero que toque nada, pareciera que con sólo mirar el cuarto te puede dar una infección. Pasa una hora. Tengo migraña, no puedo dormir, el olor se ha vuelto insoportable, salgo del cuarto, enciendo el tabaco para quitarme de encima esta sucia sensación, me recargo sobre la puerta y me siento, sólo me queda mirar el horizonte. Una hora más. Dan las tres y media, la noche sigue siendo noche. Un camión cargado con decenas de marranos semimuertos se aparca junto a la gas, de la cabina baja un chaparro barbón y mugroso que camina hasta la abarrotera se rasca la panza y luego entra, a los pocos segundos la flaca horrible y el enano el sueño
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salen de la tienda dirigiéndose al cuarto contiguo al nuestro, cuando se acercan ella me ignora y él me lanza una mirada de orgullo, se va a coger a la más bonita que se ha visto en medio de la nada. Qué asco. De tan sólo imaginar a esos dos monstruos masturbando su soledad se me quita el dolor de cabeza, par de abandonados que gimen entre sudor y cucarachas, no puedo evitar escuchar los resoplidos del enano, perro sarnoso teniendo sexo con una embramada. Quiero vomitar, es el sueño. Amanece. Las primeras líneas de sol se hacen notar, me quiero largar de aquí, escucho un pequeño grito, es Luisa, me levanto asustado y entro al cuarto, me mira espantada, no sabe dónde está. −Tú manejas−, le digo mientras tomo la maleta y salgo de la habitación, ella corre atrás de mí, el camionero está afuera de su cuarto sin camisa, no veo a la pálida, escupe en el suelo y se me queda viendo, yo sólo abro la puerta del auto y me recuesto en el asiento del copiloto, Luisa no dice nada, nota mi enojo y cansancio, enciende el auto, el hombre la voltea a ver, ya nunca se va a saborear a la puta de la abarrotera de la misma forma. Me quedo dormido.
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Destino Camilo Pérez Dibujo a lápiz intervenido digitalmente 16 x 20.50 cm. 2014
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«¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son» Pedro Calderón De la Barca
sin titulo Serie amorosa Ingrid Fugellie Monotipia. 18 x 13 cm 1994.
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La cuestión
GENÉTICA SUEÑO DE LA MADRUGADA DEL 21 DE ABRIL DE 2014
P
Ingrid Fugellie
Sueños recurrentes
aulina estaba sentada a nivel del suelo. Me mira entonces y comenta: “no entiendo por qué es tan determinante la apariencia, el origen genético”. “Efectivamente es así en todo orden de cosas”, asiento no sin una expresión de desagrado. Paulina da un giro a la charla y me cuenta que una amiga suya está casada con un escocés con quien se lleva muy mal, que seguramente pronto terminarán la relación. Con expresión de complicidad agrega que le gustaría presentarme al hombre pero que no sabe cómo hacerlo. “Es sencillo” −respondo− “sólo háblale de mí y la invitación a conocernos saldrá naturalmente”. El escocés, un hombre de mediana edad de cabellos rojizos y rizados, está ahora de espaldas mirando al horizonte. De pronto se da vuelta y dirige la vista hacia donde me encuentro. Yo pienso que se parece al amante de esa amiga centroamericana que imitó mi personalidad en todo.
Ingrid Menocal Tinta/ilustración 25.5 x 18 cm 2014
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Reflexión DE UN DESVELO
no muy anhelado
Javier Uribe
A Esperando Jesús Portillo Acrílico sobre papel 80 x 60 cm. 2011
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la distancia podemos ver los deseos pasados, los sueños perdidos, la taza de té rota de la cual bebimos en innumerables reuniones con la nostalgia vivida. Distinto al ocaso de invierno, la primavera me inspira una singular melancolía por lo que pasó en aquellos años de adolescencia tardía. Me he cuestionado por lo que ha sido mi vida: ¿Dónde quedó todo por lo que luchamos en aquellos días? Al abrir los ojos pareciera encontrarme en un sueño posterior al tiempo pasado, en el que transcurre todo lo soñado. De repente en las mañanas de desvelo, cuando los parpados me pesan, intento reflexionar: ¿Qué es lo suficientemente fuerte para vencer mis ganas de dormir un rato más? Quisiera desarrollar todos mis sueños dentro de un sueño ¿Por qué esta combinación con la misma palabra en un mismo deseo? A veces quisiera que todo lo que veo fuera menos sólido, más dúctil y amorfo que la mesa donde escribo un texto en relación a los sueños perdidos y olvidados en el naufragio de la memoria constante y real.
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Sin título 1 Cecilia Pompa Estilógrafo sobre papel 3 x 5 cm. 2010
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Sin título 2 Cecilia Pompa Estilógrafo sobre papel 3 x 5 cm. 2010
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Premoniciones
Ingrid Fugellie
E
Pesadilla Ingrid Fugellie tinta sobre papel 21 x 13 cm. 2014
l sueño de esa noche recuperó un memorable episodio de la infancia. Caminaba al liceo cuando un enorme y desconocido estruendo que venía del cielo me hizo volver la cabeza. Allí estaba, por primera vez para mí, esa extraña nave, el gigantesco insecto de metal llamado helicóptero. Permanecí largo rato observando sus movimientos, su forma errática de merodear las casas metiéndose casi en los patios, su novedoso aletear de bicho mecánico. Proseguí mi camino a la escuela no sin un raro estremecimiento. La ciudad era pequeña, no sucedían demasiadas cosas allí. Me inquieta pensar cómo ahora ese lugar lo ocupan los drones, esos macabros insectos creados por la tecnología al servicio de la muerte que subrepticiamente logran introducirse en el interior de nuestra cada vez más disminuida privacidad. México DF., julio de 2014.
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La Isla Ximena Santaolalla
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H
abía una isla flotante sobre mi cama, que sólo yo podía ver. Era enorme, y ahí corrían unicornios, princesas, conejos, ardillas y pegasos. Yo volaba hasta la isla mientras estabas en mi cuarto. Animales fantásticos y hadas me recibían con música y aplausos, y jugábamos a las escondidillas o a explorar el bosque bajo la luz de la luna. Mientras tanto, tú seguías ahí. ¿Cómo te atreviste a aterrorizarme cada noche durante tantos años? Yo sabía que vendrías, no cabía duda. Pero aún así, en mi mente de niña, dejaba un espacio de esperanza de que cesaras. Sabías que yo te adoraba, que eras como el papá que no tuve. Por fin te había encontrado, un padre sustituto y perfecto, pero pronto me di cuenta de que más me valía cuidarme de ti. ¿Te acuerdas cuando puse mis juguetes en la puerta de mi cuarto para que sonaran cuando abrieras, y así se despertara mi mamá y te descubriera? No sonaron muy fuerte, y nadie se despertó, nadie te descubrió. Mi madre soñaba y soñaba, y tú abriste con sumo el sueño
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Dimensión Mariana Lecanda 30 x 20 cm. Collage 2014
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cuidado; todo se desarrolló igual que cada noche: una tras otra, idéntica a la anterior. Yo te esperaba, pero con la esperanza de un cambio, de una protección: mi mamá dejando atrás sus sueños, despertando, o alguna milagrosa salvación. Recuerdo tener los ojos cerrados y a veces abrirlos para mirar la puerta, siempre cerrada, imaginando que se abría y alguien más entraba. Nunca nadie entró. Sólo tú. Me da asco recordar tus dedos feos y chatos sobre mi vulva y penetrando mi vagina de niña de cinco, seis, siete, ocho y hasta catorce años. Repugnante y ridículo en mi cuarto con tu camiseta corta, mostrando tu pene de manera grotesca entre mis peluches, mis coronas y varitas de hada y mis pitufos. Y después yo bañándome en silencio, tratando de limpiar tu semen de entre mis piernas, que ni siquiera entendía lo que era, mientras rodaban lágrimas borradas para siempre por el agua fría que salía a chorros. Y nadie se daba cuenta. Había una isla flotante arriba de mi cama, que sólo yo podía ver. Era enorme, y ahí corrían unicornios, princesas, conejos, ardillas y pegasos. Yo volaba hasta la isla mientras estabas en mi cuarto. Animales fantásticos y hadas me recibían con música y aplausos, y jugábamos a las escondidillas o a explorar el bosque bajo la luz de la luna. el sueño
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No sé por qué no quisiste escuchar cuando te dije que no me gustaba que me tocaras. Me prometiste que pararías, pero esa misma noche volviste. Quiero que sepas que me hiciste mucho daño, y que el daño sigue ahí. Me enfurece pensar en las veces que he pasado avergonzándome de mi presencia, como si el solo hecho de existir fuera una molestia, un pecado. Tratando de ocultar mi cuerpo, de no dejar ver ninguna necesidad ni deseo. Y todo por la culpa y pena que siento de haber sido tocada por ti. Estoy cansada de sentir esta vergüenza de hablar, de que se escuche mi voz, mi respiración, mis pasos al caminar y hacer el más mínimo ruido, de ocupar espacio en el mundo, como si no mereciera existir. Quisiera que todo hubiera sido un sueño.
Etéreo Mariana Lecanda Dibujo con moras silvestres 20 x 15 cm. 2013
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Sueño 1. De la serie Braille (Aseveraciones de un país) Amalia Ortiz Papel albanene con viñeta sobre impresión cromógena 28 x 35.5 cm. 2014
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Sueño 2. De la serie Braille (Aseveraciones de un país) Amalia Ortiz Papel albanene con viñeta sobre impresión cromógena 35.5 x 28 cm. 2014
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Mercedes de la Garza
Sueño yenAlucinación el mundo náhuatl y maya El sueño Sueños premonitorios
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ay […] sueños que anuncian el futuro, lo cual implica varias creencias: que el destino de cada quien ya está escrito; que el alma puede ver los acontecimientos futuros cuando se sale del cuerpo durante el sueño, y que la temporalidad parece no concebirse sólo como la sucesión del pasado, presente y futuro, sino como la simultaneidad de los tres momentos, la cual puede captarse precisamente cuando el espíritu se separa del cuerpo. Es decir, que no se trata de que el espíritu “viaje” al futuro, sino de que éste existe en el presente, con el pasado. Esta idea que nos parece sustancial, proviene de la concepción prehispánica de una temporalidad cíclica, en la que el pasado y el futuro se confunden. Por eso dice MacLean: “Para el soñador, presente y 70
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futuro fluyen en el reino de un tiempo y un espacio indeterminados”.1 Para los quichés, ese reino es el de la noche. En estos sueños, los acontecimientos aparecen generalmente representados metafóricamente, y muchas veces simbolizados por lo contrario; por ejemplo, soñar con una milpa estéril significa que la milpa florecerá, la cosecha será buena; estar enfermo, significa que no se va a enfermar o que va a sanar; estar sano, anuncia la enfermedad y la muerte. Hay otros de significación distinta, pero también metafóricos; por ejemplo, comer miel expresa enfermarse; perder dientes, morir; vender maíz, que morirá un hijo, etc. A veces son anuncios ¹ MacLean Erle, Duncan, “Night Time and Dream space for a Quiche Maya Family”, en Investigaciones recientes en el área maya, Vol. III, Sociedad Mexicana de Antropología, México, 1984, pág. 399.
Eugenia Arvelo Acrílico, gesso, tinta china y pastel sobre papel 23 x 37 cm. 2014
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Reunión
de sueños
de mi sueño
Eda Sofía Correa
21 de enero de 2013 Soñé con la censura
Soñé con la censura. Puertas abiertas como todas mis noches, y él, cerrándolas. Soñé con la casa que aún no tengo; llena, colmada de humedad y de agujeros. Y ahí, en medio de paredes que se caen a desgajo, lámparas de colores y banderas tibetanas iluminan las palabras y el silencio que traspasa mi insomnio. Un permiso no dado, un miedo infundado, una traición sin convención: imposible. Infidelidad de sombras. Deseo de futuro. Soñé con el que viene y el que se va. Ambos ligados por un hilo transparente y delicado de incertidumbre. Respuestas fragmentadas y diseminadas por los recodos de mi casa rota que cuando despierte me pondré a armar.
28 de enero de 2013 Soñé con caballos
Soñé con caballos que se adentraban en un mar árido; un mar eterno y calmo. Barcos veloces y sangre. Soñé con ventanas cerradas, con el miedo y con un viaje que no puede concluirse. Estaba ahí Asia, entre esquina y esquina. Un escape continuó y mis pies siempre desnudos. Una cuesta de mar bañada con agua. Dos cuerdas gruesas atadas a sus cuellos y yo jalándolos: caballos huidizos. Pesados, porque ya no querían ir hacia arriba. Se adentran lentamente hasta que la platea se convierte en fosa y los pierdo. Para siempre, o ¿Para siempre? No, decido cargar con ellos, salvarlos y así los cargo a ambos, porque no puedo montarlos al mismo tiempo. Después cargo mis zapatos sucios por todo el mundo, sin poder ponérmelos. No encuentro mi itinerario. Pies que se llenan de agua y de sangre intermitentemente; camino por parajes agrestes y desconocidos; voy cargando ansiedades de cuestas y de días; de horarios. Decisiones de vuelo.
30 de enero de 2013 Soñé con el cambio
Soñé con el cambio; con el miedo al viaje no emprendido. Mi miedo de estancia, de asentamiento saltó y el sueño
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surgió a flote claro como el agua que lo rodeaba. Soñé con el viaje obligado, con la retirada, con el miedo a ti y a tus piernas blancas. ¡Alto! Estática, sin un boleto de avión, hacia ningún sitio, en las manos. Soñé con el cariño, con la honestidad y entonces, por primera vez, dudé en el vuelo: por el tiempo, por los libros, por mis letras, por tus manos. ¡Alto! Yo no dudo nunca en irme: vivo una retirada continua. Continuada hasta el futuro de mí misma. Por primera vez Vietnam parecía un sitio oscuro; tenía entre mis manos un boleto y la imposibilidad de gastar dinero como un destino. El llanto; las maletas vacías y mis manos llenas, llenas de tierra. Tiempo ilimitado en un sitio impensable. ¿Por qué, entonces, sigo soñando acometida por un ansia de fuga que ya no es?
14 de febrero de 2013 Soñé con la huída, derrotada
Soñé contigo. Con la huída. Con el miedo. Edificio de pisos interminables, marcados por colores distintivos y números en las columnas y paredes. Escaleras en caracol que asemejan los ascensos y descensos de estacionamientos de hospitales: ascensos y descensos. En ese caso yo corría hacia arriba, o eso quiero creer. Pisos azules amarillos verdes y anaranjados; piso tres y cuatro y cinco. Huía desesperada de un coche negro; una camioneta que me perseguía y un ser todo armado con cuchillos. Huía pasando entre carnavales y fiestas paganas; pisos colmados de personas que gritan y corren. 74
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Pisos abarrotados de niños que no me ven. Tropiezo con sus risas y sé que no escuchan mis alaridos. Estoy huyendo en off, y mis ruidos y sus ruidos no cohabitan el mismo espacio. Su fiesta tiñe de farsa mi miedo. Tengo entre mis manos un teléfono, que asemejando el propio no tiene crédito, pila o señal: incomunicación constante. Y tú, que no contestas. Te llamo y no contestas; no contestas. Sin entenderme me dices que lo que quieres es tocar mis piernas. Estamos sobre el pasto. El edificio atrás y no hay miedo ni fiesta de carnaval. Tomas mis piernas entre tus manos y trazas una línea de tinta a lo largo, en la parte posterior de mis muslos. Puedo sentir la punta de pluma en tus manos. Sigo llamándote. Sigo corriendo entre gente que está en una profunda calma y no contestas, Señor, aún no contestas… después ya no contestaste más. Sabías quizá que yo te metería en apuros ¿Verdad? Un cura que no es cura pasa frente a mí con prisa e ignora mi agarre desesperado de su toga negra, mis ruegos, la súplica ansiosa y desesperada de quien me he convertido, previendo mi muerte como una premonición certera. Él, avienta mi puño, ignora mi llanto y camina pensando en gaviotas de playas distantes. Después, un cuarto en silencio, la ilusión de la calma, ventanas grandes hacia cielos azules con nubes celestes. Habitación gris pardo y tres personas que se acercan lentamente, con alevosía de mi rictus, ríen mientras me toman de las piernas y cortan lentamente la parte de atrás de mis talones: así ya no podré correr. Vencida, derrotada mi huída, la navaja pasa sobre mi piel pintando vetas color carmín el sueño
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y siento el ardor subir a lo largo de mis piernas. Sobre las muñecas con las cuales también juegan. Ruego, como nunca creí poder hacerlo, sentir el frío del metal traspasar mi pecho. Siento duda en sus ojos; no es lo que están buscando. Entiendo que no se trata de complacencias y que mi opinión en este caso vale poco, si no es que nada. No es en esta circunstancia que se me permite decidir y ellos, no buscan un fin total. Sólo pequeños cortes en los cuales puedo sentir el dolor del llanto eterno. Llorar por estos pies que han sido derrotados; llorar toda la vida. Siento cómo el puñal se astilla y cae a pedazos sin alcanzar perforar mi tórax. Puedo entonces, finalmente, volver a ver a los niños que ríen y corren en la distancia, al otro lado de la puerta. El camión que nunca llegó a tiempo cuando lo esperaba contigo, tirada sobre el pasto y la soledad de todos; esta asquerosa soledad en masa.
Mayo de 2014 Soñé que estaba soñando y así cuando amanecí pude quedarme a vivir en el sueño primero dónde aún estaba sola. En lagunas coronadas por mangles enredados hacia los lados unos con otros. Estaba ovillada, acuclillada entre las ramas que se estiraban eternas hacia el cielo invitándome a comenzar la ascensión.
Junio de 2014 Soñé con caballos de tres cabezas dijo la niña; soñé que era una mujer que soñaba que era una niña que era un caballo. Soñé con el mar y con ballenas que cantando me llamaban para que fuera a sumergirme y nadar con ellas; soñé que si me lanzaba al mar a media noche y nadaba sin pensar en la distancia, sin pensar en la muerte, podría entonces volver a casa. Pero sólo una duda, sólo una idea de imposibilidad me harían ahondar en el instante preciso. Soñé que el barco que me llevaba a descubrir el mundo estaba hecho de mi propia piel, y así ésta estirada sobre un armazón de huesos, contenía al resto de mi cuerpo en su historia; los mástiles y los remos: huesos; el telescopio tenía como cristal mi ojo derecho. Yo estaba al centro muy calladita, iba sentada con lo que quedaba de mi cuerpo entre las manos, y sonreía preguntándome a dónde llegaríamos a naufragar esta vez y si tendría tiempo de recomponer mi cuerpo antes de saltar de borda a descubrir otras tierras. Quizá el viaje comenzó hace más tiempo del que recuerdo y eso explicaría la resistencia de esta piel curtida, de estos órganos sanos; los cuales a su vez se encuentran incompletos, habiendo dejado partes de sí en otros sitios; en otros cuerpos.
el sueño
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Julio de 2014 Soñé que soñaba que soñaba contigo y amanecí en cama sola y destrozada. Pensé que habías sido tú, mi pequeño Rey Macaco, quien había arrancado mis miembros y los había dispuesto a voluntad sobre estas sábanas, pero pronto identifiqué el sabor de la sangre en mi boca y pude ver mis manos que yacían tiradas al lado de mi cuerpo. Intentando calmar el dolor de haber cercenado mi ser permanezco en cama: un muñón en llanto. Comienza a amanecer; si por cada vez que he caído se hubieran roto mis huesos estaría extendiéndote una mano llena de ceniza.
Personaje aislado Ingrid Fugellie Acrílico sobre madera. 24 x 24 cm 20o4
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Personajes en la niebla II
Personajes en la niebla I
Serie amorosa Ingrid Fugellie Mixta sobre tabla 17 x 12 cm. 2009
Serie amorosa Ingrid Fugellie Mixta sobre tabla 17 x 12 cm. 2009
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Pesadillas Y
MAGIA NEGRA Rugiero Rizzo
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os científicos niegan de todo punto que la magia negra pueda influir a distancia sobre un individuo, perjudicándolo de una u otra forma. La ciencia oficial ignora la existencia de fuerzas astrales que puedan ser movilizadas por la Magia negra a fin de satisfacer el afán de venganza de cualquier persona. Sin embargo, los brujos y los hechiceros que practican esta clase de magia están convencidos de sus poderes y de que su magia puede poner en movimiento fuerzas ocultas y canalizarlas hacia el objetivo deseado. Cuando se producen hechos extraordinarios relacionados con la actuación de uno de esos magos, la ciencia oficial se encoge de hombros y se limita a responder que se trata de una casualidad. Sin embargo, existen millones de seres humanos que no creen en tales casualidades, cuyas vivencias les han 82
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El sueño de Ío Balam Itzcóatl Barniz blando, aguafuerte, aguatinta y azúcar 25 x 17 cm. 2013
convencido de que existe algo más aparte de lo que se ve, toca y mide; personas que en los países africanos, y también en Francia, Inglaterra, Estados Unidos, América del Sur y en Oriente, acuden regularmente al hechicero para librarse de un hechizo o enviar una maldición contra alguien. Por consiguiente, es un hecho comprobado, analizado y demostrado que esos hechiceros pueden provocar espantosas pesadillas a voluntad. Se entiende aquí por pesadilla el sueño caracterizado por una extraordinaria sensación de pánico, angustia, opresión, ahogo e incapacidad de movimiento que se apodera del durmiente, en ocasiones incomprensibles. Descartados estos sueños pavorosos y fantásticos que provocan algunas enfermedades, como la esquizofrenia, hay que considerar la posibilidad de que un hombre pueda influir en otro a distancia mediante un sueño. La investigación parapsicológica se ocupa de estos hechos, buscando una explicación racional a los mismos, o sea, que admite que el ser humano puede generar determinadas energías u ondas que actúen sobre los demás y sobre los objetos que les rodean. De todos modos, por ahora, la ciencia oficial niega que los demás puedan influir en las pesadillas de un durmiente, afirmando que solamente la mente propia es capaz inconscientemente de crear los terrores en el mismo durmiente por alguna causa aún desconocida. el sueño
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Superposiciones Jorge Alberto Manero AcrĂlico sobre cartulina 40 x 54 cm. 2014
Los sueños y los signos del
Zodiaco Rugiero Rizzo
L
os que deseen aprender todo lo referente a los sueños deben tener en cuenta el signo al que pertenece el soñador y el planeta que lo gobierna, pues todo el mundo tiende a matizar o dramatizar sus sueños y ensueños según el carácter propio. Según el signo zodiacal al que pertenece el que sueña (Aries, Tauro, Geminis…), las figuras oníricas aparecen bajo un aspecto u otro, con colores particulares, en ocasiones con símbolos complementarios que matizan el tema central del sueño. Así, por ejemplo, los sueños que tenga un Sagitario de orden superior, que está gobernado por el planeta Júpiter, con tendencia intelectual o espíritu muy cultivado, destilarán cierta delicadeza e idealismo que para el Sagitario mal aspectado, o sea al que los astros han otorgado más defecto que virtudes, estarán impregnados de materialismo, sensualidad y lo que la sociedad denomina malas pasiones. 86
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Respecto de un nativo de Tauro, signo gobernado por Venus, posee cierta inclinación a intensificar o destacar los signos de felicidad y gozo que se le presentan en sueños, de forma que vea satisfacciones amorosas y goces sexuales. Generalmente, si un Sagitario sueña con monstruos tiene cierta tendencia a verlos como animales con cara humana, y cuerpos alados muy estilizados. Por el contrario, un Capricornio, gobernado por el planeta Saturno, suele ver el mismo sueño con monstruos espantosos, deformes, repulsivos y que, por supuesto, presagian males y calamidades sin cuento. En los sueños de los Aries y los Escorpios, gobernados por Marte, el color rojo y las heridas oníricas tienen un significado mucho más profundo que para los nacidos bajo otros signos. Para los de Cáncer y Piscis, los sueños relacionados con el agua poseen un significado especial y tienen un sentido profético mucho más amplio que, por ejemplo, para un Leo o un Aries. Sin embargo, no siempre es fácil interpretar esos tipos de sueños que, a veces, se transforman en horrendas pesadillas, mientras que en ocasiones quedan suavizados por otras imágenes posteriores o secundarias, sin que hasta el momento se haya descubierto una explicación totalmente satisfactoria a los mismos. Tanto en estado de vigilia como en sueños, el ser humano sigue siendo el mayor de los enigmas de este mundo. el sueño
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El pedregal Balam Itzc贸atl Aguafuerte y aguatinta 17 x 51.5 cm. 2013
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Embajada Mejicana Walter Benjamin
Je ne passé jamais devant un fétiche de bois, un Bouddha doré, une idole mexicaine sans me dire: C’est peut-etre le vrai dieu.
S En algún lugar Kail Lara Óleo sobre tela 70 x 50 cm. 2013
Charles Baudelaire
oñé que estaba en Méjico, participando en una expedición científica. Después de atravesar una selva virgen de árboles muy altos, desembocamos en un sistema de cuevas excavado al pie de una montaña, donde, desde la época de los primeros misioneros, se había mantenido una orden cuyos hermanos proseguían su labor de conversión entre los indígenas. En una inmensa gruta central, rematada por una bóveda gótica, se estaba celebrando un oficio divino según un rito antiquísimo. Al acercarnos, pudimos presenciar su momento culminante: un sacerdote elevaba un fetiche mejicano ante un busto de madera de Dios Padre, colocado muy alto, en una de las paredes de la gruta. En ese instante, la cabeza del dios se movió negando tres veces de derecha a izquierda. el sueño
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Smooth trip Kail Lara Óleo sobre cartón 76 x 31 cm. 2013
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Emociones Kail Lara Óleo sobre tela 90 x 60 cm. 2014
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«Nunca estropearía un sueño perfecto manchando su aura, más bien ajustaría mi rutina diaria para poder volver a soñar» Emily Dickinson
If I Could fly Led Ramirez Ilustración vectorial 2012
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APARECE siempre
el sueño Eda Sofía Correa
Soñé con Isabel ¿En qué momento de mi vida y con qué grado de consciencia fue que terminé aquí, en Asía, tan lejos de todos mis referentes, con tanto ímpetu y tan poco preparada para volver? A veces siento que antes de tornar a casa, lo cual aquí es un hecho tan específico que tiene nombre propio –pulang–, tengo que haberlo entendido todo, tengo que haberlo probado, vivido, experimentado; aún me falta tanto que se nota en mi andar sin prisa. Pero la distancia me genera culpa y constantemente, entre media risa y un descorazonamiento completo, siento que debiera estar en mi país, más cerca de la cultura que intentó de alguna forma crearme. Más cerca honestamente de los caramelos que recuerdan mi infancia; de mi idioma. Por momentos me parece un atentado contra la naturaleza insertarme en sitios que por mí misma no podría jamás haber alcanzado; 96
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parada frente a este templo naranja con negro que parece coronar el cielo y que de no ser por estas piernas ansiosas no habría nunca conocido. Rezando a una Diosa que se parió a miles de kilómetros de mí y que en sus milagros no me reconoce. ¡Veme! le pido, veme y ayúdame a derrumbarme hasta el polvo para poder comenzar de nuevo. Rezando a Shiva: destrúyelo todo, quiero ver la luz que mi propio cuerpo está bloqueando. Aquí estás Isabel, con un nombre que no has ganado y que probablemente no merezcas; tú, ser de silencio que no atraes a peregrinos, que no reflejas luz sobre sus frentes. Aquí estás buscando tu casa entre templos antiguos que siguen en uso, entre campos de un arroz que de no haber venido, nunca habrías probado. Recuerdo estar naciendo y no querer salir del vientre de mi madre, recuerdo el mar y el calor; el ser arrancada de él sin preguntas. Ellos, los médicos, tuvieron que rajarlo con cuchillos, porque yo me había prendido ya de su interior, de su estómago, de su hígado, y prometía no moverme, no hacerle daño pero crecer ahí dentro. Sé, por historias que se han deformado al ser contadas tantas veces, que mi madre tiró mi cordón umbilical al mar, impulsada por mi abuela 98
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Isabel, la verdadera, y la creencia de que esa acción me haría conocer el mundo. Únicamente eso conservo, imperecederamente, de mi abuela: el deseo de conocer los colores del mundo. Convencidas de que hacían de mí la mujer que no habían sido ellas, en ese acto de magia ella me bendijo, mas una bendición nunca viene sin costo, y yo ahora no puedo parar de moverme, mis piernas desean reconocer en la lejanía el pasado que me formó y aún no clamo. Sólo entendiendo qué hay en estas tierras de mis deseos, podré volver a casa. Reconozco en Indonesia el dolor de la separación del vientre de mi madre, mi violenta e inconsciente llegada al mundo: batín, reconozco que me muevo en búsqueda de un hermano invisible que perdí al nacer, mi cordón umbilical, es por eso que recorreré el mundo buscándolo. Mi abuela, sin saberlo, invocó en mí mitología ancestral de una tierra que ni siquiera imaginaba posible, y yo ahora recorro Bali intentando recuperarla. Soñé con la verdadera Isabel, con mi abuela cauta, y no puedo ahora en este amanecer recordar sus palabras. Maldito despertar violento.
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Soñé con Ballenas Estoy a tu lado esperando hace horas que llegue la mañana y apenas logro ver un atisbo de luz que se cuela por debajo de la puerta de madera, iluminando el inicio del piso de azulejos; qué maldito es el tiempo y cómo hace con nuestra angustia aquello que más le apetezca, alejándonos o acercándonos de la muerte a su antojo. Sé que no son ni siquiera las cinco de la mañana, pero ya pronto podré irme sin que parezca un abandono; me gustaría despertar en otro sitio, hallar qué parte de tu cuerpo se prolonga aún en mis deseos, tener por ejemplo un campo de arroz afuera del cuarto, uno o dos patos: estar en un paraíso y que éste comprendiera imágenes que se han creado en mi infancia; escribir sobre tu piel. Pero a cambio de todo eso estoy aquí, en este pequeño oscuro cuarto que asemeja una bodega, esperando hace horas que despierte el día, incómoda, alejando mi cabeza de tu cuerpo para no aspirar tu olor, y después, cuando lo he logrado, acercándola de nuevo súbitamente, sumisa, para recordarme a lo que hueles y así alejarla de nuevo, asqueada. Estoy batallando por sacar mi brazo de debajo de tu cabeza sin despertarte; no deseo verte más. Dormido no hablas, te me antojas muerto y por primera vez estoy cómoda a tu lado. El amor no existe como en la tele, ni como en las historias que cuentan aquellos que ya no están enamorados. Ahora, de nuevo agradezco que éste tampoco sea mi cuarto y que no te tenga entre mis 100
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cosas, así puedo largarme de prisa con la desilusión de que una vez más despierto sola a pesar de haber llegado acompañada, a medias. Mientras me visto en silencio y de prisa, sin el menor reparo en mi apariencia, escucho tu respirar entrecortado, ahora, después de esta espera interminable no puedo entender cómo ni por qué he venido a parar a tu lado, pero se me olvidará, y mañana estaré buscándote en otro hombre. No sé qué te he dado de mí sin percatarme, pero me siento en carencia de algo y no te encuentro más pleno: te odio. Abro la puerta y la luz que aún no es entera ilumina tu cuerpo flácido entre las sábanas amarillas, la pequeñez de tus miembros, tu cabello negro y desordenado, tu nariz aguileña, tu vientre abultado y viejo; estás bañado en un sudor pegajoso y las esquinas han sido conquistadas por telas de araña. No guardas resquicios de la espera que planté anoche, no hay señales de salvación en este antro. Estoy, me doy cuenta. Estás, Isabel, buscando a dios entre los basureros, y tu cuerpo los contiene todos; cubierta de sus brebajes pasaste las pocas horas que fueron la noche soñando que te extraías alambres finos y largos del interior del sexo para purificar tus entrañas, tendida en una tina blanca y sucia de una casa cualquiera que pensabas era la de tu madre, y después, cuando te olvidaste de su presencia tendido junto a ti, al otro lado del sueño, fue cuando caminaste hacia un muelle oscuro. Depositabas el artilugio en el sueño
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una piedra y te olvidabas de él y de tu nombre: un hombre viejo, de pie a tu lado te explicaba que con sólo cruzar el mar estarías en casa, pero que muchos habían perecido en esa travesía; sólo tenías que nadar doce horas. Hacía falta arrojarse al mar pensando que ya se estaba alcanzando la otra orilla, que casa comenzaba en ese preciso instante porque de cualquier otro modo el cansancio y la espera sería tanta, que la desesperación te abatiría apenas comenzada la carrera, sin razón alguna. Del mar surgían inmensas colas de ballenas, de un color casi negro, abatían el agua invitándote a sumergirte sin esconder el riesgo que ello supondría. No salté al mar, me quedé mirándolo desde las rocas: las ballenas y su danza frente a mí; al viejo que estaba a mi lado. No salté al mar, al contrario, abrí los ojos aquí a tu lado. Ahora pienso que si hubiese saltado habría recordado que seguía sobre esta cama y entonces, a un metro de la costa, a la primera brazada de intento de vuelta a casa, habría muerto ahogada de la desesperación. Por eso en estos momentos me alejo del muelle y de este mar de ballenas que invocan mi vuelta, mi nado furioso. Hoy tampoco he logrado zambullirme y como consecuencia, como por error, estás tú vivo en este cuarto con mi olor entre tus piernas. Necesito lavarme: salgo de prisa azotando la puerta, poco me importa ahora que despiertes desorientado. Tengo que llegar a casa y a falta de océano, pararme bajo el chorro de agua helada hasta que no encuentre sobre mi cuerpo ningún recuerdo de la noche a tu lado. 102
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El adiós (pagina 96) Ana I. Becerril Fotografía digital 2011
Azul (pagina 103) Ana I. Becerril Fotografía digital 2011
La tormenta Ana I. Becerril Fotografía digital 2011
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El sueño es una realización DE DESEOS Sigmund Freud
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uando por una angosta garganta desembocamos de repente en una altura de la que parten diversos caminos y desde la que se nos ofrece un variado panorama en distintas direcciones, habremos de detenernos un momento y meditar hacia dónde debemos volver primero nuestros ojos. Análogamente nos sucede ahora, después de llevar a término la primera interpretación onírica. Nos hallamos envueltos en la luminosidad de un súbito descubrimiento: el sueño no es comparable a los sonidos irregulares producidos por un instrumento musical bajo el ciego impulso de una fuerza exterior y no bajo la mano del músico. No es desatinado, ni absurdo, ni presu106
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pone que una parte de nuestro acervo de representaciones duerme, en tanto que otra comienza a despertar. Es un acabado fenómeno psíquico, y precisamente una realización de deseos; debe ser incluido en el conjunto de actos comprensibles de nuestra vida despierta y constituye el resultado de una actividad intelectual altamente complicada. Pero en el mismo instante en que comenzamos a regocijarnos de nuestro descubrimiento nos vemos agobiados por un cúmulo de interrogaciones. Si, como la interpretación onírica lo demuestra, nos presenta el sueño un deseo cumplido, ¿de dónde procede la forma singular y desorientadora en la que tal realización de deseos queda expresada? ¿Qué transformación han sufrido las
ideas oníricas hasta constituir el sueño manifiesto, tal y como al despertar lo recordamos? ¿En qué forma y por qué caminos se ha llevado a cabo esta transformación? ¿De dónde procede el material cuya elaboración ha dado cuerpo al sueño? […]. ¿Puede el sueño revelarnos algo sobre nuestros procesos psíquicos internos, y puede su contenido rectificar opiniones que durante el día mantenemos? Creo conveniente prescindir por el momento de todas estas interrogaciones y seguir un único camino. Nuestro primer análisis nos ha revelado que el sueño nos presenta el cumplimiento de un deseo, y ante todo habremos de investigar si es éste un carácter general del fenómeno onírico o, por el contrario, única y casualmente del contenido del sueño con el que hemos iniciado nuestra labor analítica (el de la inyección de Irma); pues aun sosteniendo que todo sueño posee un sentido y un valor psíquico, no podemos negar a priori la posibilidad de que tal sentido no sea el mismo en todos los sueños. El primero que analizamos era
una realización de deseos; otro podrá, quizá, presentarse como la realización de un temor; el contenido de un tercero pudiera ser una reflexión, y otros, por último, limitarse sencillamente a reproducir un recuerdo. Nuestra labor se dirigirá, pues, en primer lugar, a averiguar si existen o no sueños distintos de los realizados de deseos. Fácilmente puede demostrarse que los sueños evidencian frecuentemente, sin disfraz alguno, el carácter de realización de deseos, hasta el punto de que nos asombra cómo el lenguaje onírico no ha encontrado comprensión hace ya mucho tiempo. Hay, por ejemplo, un sueño, que puedo provocar siempre en mí, a voluntad y como experimentalmente. Cuando en la cena tomo algún plato muy salado, siento por la noche intensa sed, que llega a hacerme despertar. Pero antes que esto suceda tengo siempre un sueño de idéntico contenido: el de que bebo agua a grandes tragos y con todo el placer del sediento. Sin embargo, despierto después y me veo en la necesidad de beber el sueño
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realmente. El estímulo de este sencillo sueño ha sido la sed, que al despertar continúo sintiendo; sensación de la que emana el deseo de beber. El sueño me presenta realizado este deseo, cumpliendo, al hacerlo así, una función que se me revela en seguida. Mi reposo es, generalmente, profundo y tranquilo, y ninguna necesidad física suele interrumpirlo. Si soñando que bebo logro engañar mi sed, me habré evitado tener que despertar para satisfacerla. Se trata, por tanto, de un «sueño de comodidad» […]. Obsérvese con qué minucioso cuidado lo dispone todo el sueño para la mayor comodidad del sujeto. Siendo su exclusivo propósito el de realizar un deseo, puede mostrarse absolutamente egoísta. El amor a la comodidad propia es inconciliable con el respeto a la de otras personas […]. Estos sueños de comodidad eran en mí muy frecuentes durante mis años juveniles. Acostumbrado desde siempre a trabajar hasta altas horas de la noche, me era luego muy penoso tener que despertarme temprano, y solía soñar que me había levantado ya y estaba lavándome. Al cabo de un rato, no podía menos de reconocer que aún me 108
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hallaba en el lecho; pero, entre tanto, había logrado continuar durmiendo unos minutos más. Un análogo sueño de pereza, especialmente chistoso, me ha sido comunicado por uno de mis colegas que, por lo visto, comparte mi afición al reposo matinal. La dueña de la pensión en que vivía tenía el encargo severísimo de despertarle con tiempo para llegar al hospital a la hora marcada, encargo cuyo cumplimiento no dejaba de entrañar graves dificultades. Una mañana dormía mi colega con especial delectación, cuando la patrona le gritó desde la puerta: «¡Levántese usted, don José, que es ya la hora de ir al hospital!» A continuación soñó que ocupaba una de las salas del hospital, un lecho sobre el cual colgaba un tarjetón con las palabras: «José H., cand., méd., veintidós años.» Viendo esto, se dijo en sueños: «Si estoy ya en el hospital, no tengo por qué levantarme para ir.» Y dándose la vuelta continuó durmiendo. Con su razonamiento se había confesado sin disfraz alguno el motivo de su sueño […]. Bastará quizá esta selección para demostrar cómo con gran frecuencia y en las más diversas circunstancias hallamos sueños que se nos muestran comprensi-
bles a título de realizaciones de deseos y evidencian sin disfraz alguno su contenido. Son éstos, en su mayor parte, sueños sencillos y cortos, que se apartan, para descanso del investigador, de las embrolladas y exuberantes composiciones oníricas, que han atraído casi exclusivamente la atención de los autores. A pesar de su sencillez, merecen ser examinados con detención, pues nos proporcionan inestimables datos sobre la vida onírica. Los sueños de forma más sencilla habrán de ser, indudablemente, los de los niños, cuyos rendimientos psíquicos son, con seguridad, menos complicados que los de personas adultas […]. Los sueños de los niños pequeños son con frecuencia simples realizaciones de deseos, y al contrario de los de personas adultas, muy poco interesantes. No presentan enigma ninguno que resolver, pero poseen un valor inestimable para la demostración de que por su última esencia significa el sueño una realización de deseos. Los sueños de mis propios hijos me han proporcionado material suficiente de este género. A una excursión desde Aussee a Hallstatt, realizada durante el verano de 1896, debo dos ejemplos de estos sueños: uno, de mi hija, que tenía por entonces ocho años y medio, y otro de uno de mis hijos, niño de cinco años y tres meses […]. Antes de emprender la excursión, de la que se prometían maravillas, les había dicho yo que Hallstatt se hallaba al pie de la Dachstein. Desde Hallstatt nos dirigimos al valle de Escher, cuyos variados panoramas entusiasmaron a los chicos. Sólo uno de ellos -el de cinco años- parecía disgustado. Cada vez que aparecía a su vista una nueva montaña
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me preguntaba si era la Dachstein, y a medida que recibía respuestas negativas se fue desanimando, y terminó por enmudecer y rehusar tomar parte en una pequeña ascensión que los demás hicieron para ver una cascada. Le creí fatigado; pero a la mañana siguiente vino a contarme, rebosando alegría, que aquella noche había subido en sueños a la Simonyhuette, y entonces comprendí que al oírme hablar de la Dachstein, antes de la excursión, había creído que subiríamos a esta montaña y visitaríamos la cabaña de que tanto hablaban los que miraban por el anteojo. Luego, cuando se dio cuenta de que nuestro itinerario era distinto, quedó defraudado y se puso de mal humor. El sueño le compensó de su descanso. Los detalles que de él pudo darme eran, sin embargo, muy pobres: «Para llegar a la cabaña hay que subir escaleras durante seis horas», circunstancia de la que, sin duda, había oído hablar en alguna ocasión […]. Admitiendo que las palabras que los niños suelen pronunciar dormidos pertenecen también al círculo de los sueños, comunicaré aquí uno de los primeros sueños de la colección por mí reunida. Teniendo mi hija menor diecinueve meses, hubo que someterla 110
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a dieta durante todo un día, pues había vomitado repetidamente por la mañana. A la noche se le oyó exclamar enérgicamente en sueños: «Ana F(r)eud, f(r)esas, f(r)ambuesas, bollos, papilla.» La pequeña utilizaba su nombre para expresar posesión, y el menú que a continuación detalla contiene todo lo que podía parecerle una comida deseable. El que la fruta aparezca en él repetida constituye una rebelión contra nuestra policía sanitaria casera, y tenía su motivo en la circunstancia, advertida seguramente por la niña, de que la niñera había achacado su indisposición a un excesivo consumo de fresas. Contra esta observación y sus naturales consecuencias toma ya en sueños su desquite1. Si consideramos dichosa a la infancia por no conocer aún al deseo sexual, tenemos, en cambio, que reconocer cuán rica fuente de desencanto y renunciamiento, y con ello de génesis de sueños, constituye para ella el otro de los dos grandes instintos vitales2. Expondré aquí un segundo ejemplo de este género. Un sobrino mío, de veintidós meses, recibió el encargo de felicitarme el día de mi cumpleaños y entregarme como regalo un cestillo de cerezas, fruta rara aún en esta época. Su
cometido le debió de parecer harto penoso de cumplir, pues, señalado el cestillo, se limitaba a repetir: «Dent(r)o hay cerezas», sin que por nada del mundo se decidiese a entregármelo. Obligado a ello, supo después hallar una compensación. Hasta aquel día solía contar todas las mañanas que había soñado con el «soldado blanco», un oficial de la Guardia imperial que le inspiró una gran admiración un día que le vio por la calle; pero al día siguiente a mi cumpleaños se despertó diciendo alegremente: «Ge(r) mán, comido todas las cerezas», afirmación que no podía hallarse fundada sino en un sueño3 […]. Observamos ahora que hubiéramos llegado a nuestra teoría del sentido oculto de los sueños por el camino más corto con sólo consultar el uso vulgar del lenguaje. La sabiduría popular habla a veces con bastante desprecio de los sueños, parece querer dar la razón a la Ciencia cuando juzga en un proverbio que «los sueños son vana espuma»; mas para el lenguaje corriente es predominantemente el sueño el benéfico realizador de deseos. «Esto no me lo hubiera figurado ni en sueños», exclama encantado aquel que encuentra superada por la realidad sus esperanzas.
1 Idéntica función que en esta niña realizó el sueño poco tiempo después en su anciana abuela, que contaba cerca de setenta años. Después de un día de dieta que sus trastornos renales le impusieron, soñó, trasladándose seguramente a los felices días de su juventud, que era invitada a comer y a cenar en casa de unos amigos y que en ambas comidas le eran servidos los más exquisitos platos. 2 Un más penetrante y detenido estudio de la vida anímica de los niños nos muestra, sin embargo, que en su actividad psíquica desempeñan un papel importantísimo inadvertido durante mucho tiempo por los investigadores, fuerzas instintivas de conformación infantil, y, por tanto, habremos de dudar de la felicidad que a esta edad atribuyen luego los adultos. (Véase mi obra Una teoría sexual.) 3 No debo dejar de advertir que los niños suelen también tener sueños más complicados y menos transparentes, y que, por otro lado, también en los adultos se presentan, bajo determinadas circunstancias, sueños de sencillo carácter infantil. […]. Por otra parte, parece que los sueños infantiles vuelven a presentarse con singular frecuencia en los adultos colocados en condiciones de vida alejadas de lo corriente. […]. Citaré aquí también unas palabras de Du Prel: “Mungo Park, llegado, en su viaje a través de África, a un estado de extrema extenuación, soñaba todas las noches con los fructíferos valles de su país natal. Asimismo, Trenck, atormentado por el hambre, se veía sentado en una cervecería de Magdeburgo, ante una mesa colmada de los más suculentos manjares, y Jorge Back, que tomó parte en la primera expedición de Franklin, soñaba siempre con grandes comidas durante los días en que estuvo próximo a la muerte por inanición.”
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Sueño 2 Alfonso Santiago Yuxtaposición digital de imágenes 2014
Bibliografía 114
Benjamin, Walter. “Embajada mejicana”, en Dirección única. Altea-Taurus-Alfaguara, Barcelona, 1987, pág. 23. Conrad, Joseph. El corazón de las tinieblas. Fontamara, México, 1999, pág. 40. De la Garza, Mercedes. “El sueño. Sueños Premonitorios”, en Sueño y alucinación en el mundo náhualt y maya. Instituto de Investigaciones Filológicas, UNAM, México, 1990, págs. 210 y 211. Freud, Sigmund. “El sueño es una realización de deseos” (fragmento), en Obras completas. Editorial Biblioteca Nueva, Madrid, 1973, págs. 422-428. Poe, Edgar Allan. “Sueños”. Trad. Manrique Sánchez Soto. Publicado originalmente en Tamerlane and Other Poems, Calvin F. S. Thomas, Boston, 1827. Rizzo, Rugiero. “La Astrología en Egipto y los sueños”, en Interpretación de los sueños. Reditar libros, Barcelona, 2007, págs. 79-80. ___________. “Los sueños y los signos del Zodiaco”, en Interpretación de los sueños. Reditar libros, Barcelona, 2007, págs. 83-84. ___________. “Pesadillas y Magia negra”, en Interpretación de los sueños. Reditar libros, Barcelona, 2007, págs. 77-78.
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El sueño de la razón produce monstruos (estampa No 43). De la serie: Los Caprichos Francisco de Goya Aguafuerte y aguatinta 30.6 x 20.1 cm. 1797 a 1799
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Walter Benjamin (Berlín, 1892 - Port Bou, 1940)
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Filósofo, sociólogo, crítico literario, ensayista y traductor cercano a la Escuela de Frankfurt. Estudió filosofía en Berlín y siguió formándose en Friburgo, Munich y Berna. De vuelta a Alemania colaboró en diarios y revistas. Su filiación marxista de izquierda y su origen judío lo llevaron a emigrar a París tras el advenimiento de Hitler al poder. Entre sus textos destacan: El origen del drama barroco alemán (1928), Pequeña historia de la fotografía (1931), El autor como productor (1934), La obra de arte en la era de la reproducción técnica (1936), Tesis de filosofía de la historia (1940), El libro de los pasajes (1927-1940), e Iluminaciones (que reune sus textos escritos entre 1920 y 1940).
Joseph Conrad (Berdiczew, 1857- Bishopsbourne, 1924) Novelista británico de origen polaco, se traslada a Londres en 1878 y obtiene la condición de súbdito del Reino Unido. Navega los mares del Sur, el Archipiélago malayo, las costas de África y el río Congo, lo cual se reflejaría en sus obras entre las que destacan: Lord Jim (1900), El corazón de las tinieblas (1902), Nostromo (1904), El agente secreto (1907), Bajo la mirada de Occidente (1911), Chance (1912), Victoria (1915), y La línea de sombra (1917). El tema de su literatura es la lucha interior de los individuos, sus obsesiones, soledad, escisión y desarraigo. Aunque sostuvo relaciones con escritores de su tiempo como Henry James, H. G. Wells o Ford Madox Ford, se mantuvo al margen de la vida literaria.
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Francisco José de Goya y Lucientes (Fuendetodos, 1746 - Burdeos, 1828) Pintor y grabador español. Uno de los artistas europeos más influyentes de su tiempo, cuyas últimas obras se han considerado precursoras del impresionismo. Fue nombrado pintor de la corte de Carlos IV. Trabajó como retratista de la familia real y la aristocracia madrileña. Es autor de La maja vestida y La maja desnuda. Plasmó los horrores de la guerra en la obra Los fusilamientos del 3 de mayo y en los sesenta y seis grabados de Los desastres de la guerra (1810-1814). Hacia 1799 concluyó una de sus grandes series de grabados, Los caprichos: ochenta y dos aguafuertes que constituyen una crítica feroz de la sociedad civil y religiosa de la época.
Edgar Allan Poe (Boston, 1809 – Baltimore, 1849) Escritor, poeta, crítico y periodista estadounidense. Reconocido como uno de los maestros del relato corto renovó la novela gótica y destacó especialmente por sus cuentos de terror. Es considerado inventor del relato detectivesco contribuyendo con varias obras al género emergente de la ciencia ficción. Intentó sin éxito hacer de la escritura su forma de vida enfrentando grandes dificultades. Destacan obras como: Manuscrito hallado en una botella (1833), La caída de la Casa Usher (1839), Los crímenes de la calle Morgue (1841), El gato negro (1843), El cuervo (1845), Annabel Lee (1849) y Marginalia (1844-49), entre otros.
Sigmund Freud (Freiberg, 1856 - Londres, 1939) Neurólogo austríaco graduado de la Universidad de Viena. Se interesó por la fisiología del sistema nervioso y la anatomía cerebral. Se le considera padre del Psicoanálisis y uno de los intelectuales más importantes del siglo XX. En 1930 fue galardonado con el Premio Goethe por su actividad literaria. Sus teorías e hipótesis siguen siendo discutidas y criticadas en la actualidad, debido al enorme aporte de éstas a campos de pensamiento como la filosofía, el arte y la ciencia. Algunos de sus libros son: La interpretación de los sueños (1900), El malestar en la cultura (1903), Psicopatología de la vida cotidiana (1904), Tres ensayos para una teoría sexual (1905), Tótem y Tabú (1913-14) y Moisés y el monoteísmo (1939).
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Ruggiero Rizzo Profesor argentino interesado en la interpretación de los sueños. Ha publicado varios libros sobre el tema.
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Émile Édouard Charles Antoine Zola (2 de abril de 1840 – 29 de septiembre de 1902) Novelista y periodista francés. Autor de la serie de veinte novelas Les Rougon-Macquart y autoproclamado líder del naturalismo, postuló las bases de la migración de dicho género literario al teatro. Fue nominado al primer y segundo Premio Nobel de Literatura en 1901 y 1902.
André Maurois (nacido Émile Salomon Wilhelm Herzog; 26 de julio de 1885 - 9 de octubre de 1967) Autor francés de particular popularidad entre las naciones anglosajonas. En sus obras más conocidas, Les silences du colonel Bramble y Tragédie en France, relata sus experiencias durante la Primera y Segunda guerras mundiales. En 1938 fue elegido para formar parte de la Académie Française, máxima autoridad en asuntos pertinentes a la lengua francesa.
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Pedro Calderón de la Barca y Barreda (17 de enero de 1600 – 25 de mayo de 1681) Dramaturgo, poeta y escritor del Siglo de Oro de España. De su amplio repertorio sobresale su obra más famosa, La vida es sueño, por tratar temas sumamente transgresores en su época. Su trabajo es considerado culminación del desarrollo del teatro barroco español y se le estima uno de los mejores escritores del universo literario.
Emily Elizabeth Dickinson (10 de diciembre de 1830 – 15 de mayo de 1886) Poeta norteamericana. En vida publicó poco menos de una docena de sus más de 1800 poemas, usualmente con alteraciones de sus editores. Su trabajo fue recopilado sólo tras su muerte y aún con omisiones y censura. A pesar de una recepción inicial poco favorable, en la actualidad Dickinson es considerada una de las poetisas estadounidenses más importantes de su generación.
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Colaboraciones 122
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Amalia Ortiz (Ciudad de México, 1985). Obrera cultural. Viajera de mochilazo. Docente. Diseñadora y fotógrafa por la UNAM. Ha diseñado, gestionado, trabajado y difundido proyectos de arte emergente en ferias internacionales. En 2010 obtuvo el premio “Barrio Joven Chandón” en la 20ª edición de ArteBA, Bueno Aires, a la mejor propuesta de arte emergente con “Brummell México”. En julio de 2014 fue reconocida con el premio Art Consultant of Cultural Management, sección de Arte Emergente: Promoción y Difusión de Davos Art Institut, Suiza. amaliaortizcortez.wordpress.com
Alejandra Aguilar Estudiante de octavo semestre en la licenciatura de Artes Visuales. Escuela Nacional de Artes Plásticas, UNAM. Ha participado en diversas exposiciones de dibujo, pintura e instalación, en Casa de la Cultura “ Jesús Reyes Heroles”, Museo de la Acuarela y Alianza Francesa de San Ángel. Alfonso Santiago (Ciudad de México). Diseñador especializado en soportes editoriales, desarrolla proyectos educativos y coordina la propuesta Ediciones Transversales.
Arturo Cruz (Artúur). Diseñador gráfico, ilustrador y animador que sueña con desarrollar videojuegos y viajar al futuro. Amante de la música, la literatura y los cómics, con ayuda de sus amigos y su espada mágica, Excalibur, detiene ahora y siempre los terribles planes de su malvada media hermana Morgan le Fay y su archirival, Mordred. Balam Itzcoatl Celedón Dibujante y grabador. Pasante de la licenciatura en Artes Visuales (ENAP/UNAM). Cuenta con varias exposiciones colectivas destacándose la exposición “Animales Impuros” (mayo de 2013), donde su obra comparte espacio con la de José Luis
Cuevas y Rafael Coronel. Ha publicado sus trabajos en Gaceta Rio Arriba, ediciones digital e impresa (abril y mayo de 2013). Ganador del Premio UABJO de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca y seleccionado de la Bienal Nacional de Artes Gráficas: Shinzaburo Takeda (2014). Camilo Pérez (Argentina, 1974). Vive en México desde el año 1977. Por circunstancias aleatorias, regresó a Buenos Aires en 1993, donde cursó los estudios equivalentes al nivel de licenciatura en Artes Plásticas hasta su regreso al Distrito Federal en el año 1999. Mantuvo infinidad de participaciones en emprendimientos de diversa índole artística y se capacitó con diferentes maestros. Expuso individualmente y de forma colectiva. Se ha desarrollado laboralmente en distintas áreas, tales como ilustración, restauración, asesor de locaciones fílmicas, caricaturista, etc. http://camiloprezaguad.blogspot.com/ Ana I. Becerril Comunicadora Gráfica por la ENAP/ UNAM. Maestra en Diseño Digital. Docente del Centro Universitario de Comunicación desde 1997 y de la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP), actual Facultad de Artes y Diseño (FAD) desde 1998.
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Cecilia Pompa Egresada de la licenciatura en Artes Visuales por la ENAP-UNAM. Ha desarrollado gran parte de su trabajo visual y teórico en una investigación sobre la relación entre lenguaje visual y escrito. Algunas veces dibuja con palabras y escribe con dibujos, recuerda cosas simples en dibujos y en las frases encuentra formas particulares. Cynthia Grandini (Ciudad de México, 1974). Estudió la Licenciatura y la Maestría en Artes Visuales, en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM especializándose en fotografía. Formó parte del Seminario de Investigación en Fotografía: “Imágenes y Palabras” del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM. Actual miembro del Colectivo Tijera y alumna del Taller de Exploración, Análisis y Desarrollo de Proyectos Visuales. Cuenta con exposiciones individuales y colectivas en México, Cuba, Bolivia y España. Parte de su obra puede verse en el sitio del Museo de Mujeres Artistas Mexicanas: http://www.museodemujeres.com/artistas/ index/97-grandini-cynthia Daniel Ortega (Dnakane) (Ciudad de México). Escribe desde que tiene uso de razón (él ya no se acuerda). Artista policromático amateur. Escribe como empedernido y fuma de la misma 124
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manera. Quiere cambiar al mundo por medio del arte, pero los medios y las crisis existenciales (sobre todo eso) le han creado trabas. Crónico en lo práctico, cronista en lo didáctico, caótico, retórico, torcido y catastrófico. Eda Sofía Correa Diseñadora gráfica, fotógrafa, comunicadora, carnívora de closet y escritora; especial e impostergablemente, escritora. Mexicana de nacimiento y también italiana, holandesa, lituana e indonesia de vida: todas mis casas. Comprometida hasta el extremo con la aventura, la búsqueda y la conquista de aquello que por fascinante y hermoso podría parecer imposible. Constante enamorada, cazadora de instantes, coleccionista de palabras. Gabriel Sánchez Artista plástico interesado en el dibujo, el grabado, la pintura y la fotografía. Desde 1977 cuenta con exposiciones colectivas e individuales. En 1988 y 1990 obtuvo los premios de adquisición del Concurso Nacional de Estampa sobre una Interpretación Moderna de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha. Actual miembro del Colectivo Tijera.
Ingrid Fugellie Psicóloga y artista visual. Académica de la FAD/UNAM en las asignaturas de Teoría del Arte, Historia del Arte y Dibujo. Es autora de Las complejidades de la imagen (Fontamara, 2009), Imagen visual de las adicciones (UNAM/Fontamara, 2011), Origen y fundación del diseño moderno. Siglos XIX y XX (Fontamara, en proceso) y Estado del tiempo. Relatos mínimos (en proceso de edición). Fundadora y miembro del Colectivo Tijera. ingridfugelliegezan.wordpress.com Ingrid Menocal. Estudiante de la licenciatura en Diseño y Comunicación Visual, con orientación en audiovisual, multimedia e ilustración, en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM. Ha incursionado en diversas áreas del diseño. Es co-fundadora y directora creativa de Ombligo, empresa productora de diversos artículos de diseño. Isaac Gómez Pasante de la licenciatura en Diseño y Comunicación Visual, Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP-UNAM). Sus principales actividades de producción son la fotografía y la narración literaria. Actual miembro del Colectivo Tijera. http://bitacoraisa.blogspot.mx/
Javier Alejandro Uribe (Ciudad de México, 1990). Estudia la Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Autónoma Metropolitana con especialidad en Narración Fílmica y Escritura. Es becario por parte del Dr. Lauro Zavala en el diplomado en Teoría y Análisis Cinematográfico de la Cineteca Nacional. Su artículo titulado: “¿Se puede hablar de ciudadanía en México?” fue publicado en la revista Radiografía Política de la Asociación Mexicana de Ciencias Políticas. Jesús Portillo (Chilapa de Álvarez, 1973). Estudia Filosofía en la UNAM, Diseño Gráfico y Talleres de Artes Plásticas en la Universidad de las Américas, Puebla. Ha realizado diversas exposiciones individuales y colectivas en México y el extranjero. Fue seleccionado en la 3ª Bienal Internacional de Arte Beijing 2008, 7ª Bienal Nacional Alfredo Zalce, VI Bienal Nacional de Artes Visuales Yucatán 2013 y VI Euroamericana de Artes Visuales. Becario del FONCA-Categoría Jóvenes Creadores y 1er premio de dibujo “Punto de Partida”. Su obra se encuentra en colecciones públicas como: Museo Nacional de China, Museo de Arte Contemporáneo de Cusco, Poliforum Cultural Siqueiros, Museo Postal y Fundación Cultural Pascual.
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Jorge Alberto Manero (Ciudad de México, 1987). Desde la infancia ha tenido una sólida formación en el ámbito de las artes visuales. A la edad de cuatro años participa por primera vez en una exposición colectiva, actualmente cuenta con más de una docena. En 2005 se constituye en uno de los fundadores del Colectivo Tijera y en el mismo año comienza sus estudios en Física. Posteriormente realiza una maestría en Fundamentos de la Física en los Países Bajos, regresando a México en 2013 para llevar a cabo el doctorado en Filosofía de la Física.
para el desarrollo de la composición de su obra.
Juliana Alvarado Fotógrafa y Artista Visual por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos y por la Escuela Nacional de Artes Plásticas. Su trabajo se ha centrado en la investigación visual del tiempo, la memoria, el espacio y el aislamiento, con un creciente enfoque en la exploración del medio fotográfico y sus posibilidades.
Mariana Lecanda (Ciudad de México, 1990). Estudiante de la licenciatura en Artes Visuales en la Escuela Nacional de Artes Plásticas (actual Facultad de Artes y Diseño FAD) UNAM. Recibió formación artística en el área de pintura mural y como adjunta en el curso de aerografía de La Escuela de Arte Secuencial y Taller del Maestro Ramón Valdiosera Berman (2009-2010). Estudió dibujo con los Maestros Romy Villamil y Jorge Hernández en la Escuela de Arte y Doblaje Art Studio (2006-2009). Ha participado en diversas exposiciones colectivas entre 2011 y 2014.
Kail Rubén Lara (Ciudad de México, 1987). Artista autodidacta. La tendencia de su obra está encaminada al arte fantástico relacionado con los procesos de la naturaleza, los mundos interiores, la mente consciente, el espacio onírico, y las emociones. Ha buscado utilizar la simpleza como instrumento 126
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Luis Antonio RiverA Pedagogo egresado de la UNAM y Maestro en Gestión del Diseño Gráfico por la Universidad Intercontinental. Estudió psicoanálisis en el Centro de Investigaciones y Estudios Psicoanalíticos y desde hace más de veinte años se dedica a la investigación educativa en el campo del diseño, explorando el campo epistemológico de la retórica. Actualmente es profesor e investigador en la UAM Xochimilco.
Marlitt Almodovar Egresada de la Licenciatura en Artes Vi-
suales por la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM, así como de la Licenciatura en Psicología por la UNAM. Becada por el Instituto Sueco para estudiar arte textil en Borås, Suecia (2012). Seleccionada en la Primera Bienal de Artes y Diseño de la UNAM, categoría Libro de artista (2014). Invitada a la Feria Internacional de Arte organizada por el grupo IKUS. Ha expuesto individualmente en Borås Suecia y participado en exposiciones colectivas tanto en México como en el país escandinavo. María Eugenia Arvelo Técnica en Artes Visuales y activista por los derechos de los animales. Actualmente ayudante y alumna del Taller de Exploración, Análisis y Desarrollo de Proyectos Visuales impartido por la artista visual, escritora y académica Ingrid Fugellie Gezan, quien ha vuelto a encauzar su gusto por la belleza, el arte y el aprendizaje. Mercedes De la Garza (México, 1939). Escritora, historiadora, investigadora y académica especializada en culturas maya y nahua. Licenciada en Letras Españolas e Historia por la UNAM. Maestra en Historia de México y Doctora en Historia, ha realizado diplomados y cursos de posgrado en las universidades: Rey Juan Carlos y Complutense de Madrid, Toulouse de Barcelona, Estatal de
Pensilvania, y en la UNAM. Docente de la Facultad de Filosofía y Letras (UNAM), FES Acatlán, Antiguo Colegio de San Ildefonso, Museo Nacional de Antropología, Universidad Iberoamericana, Casa América de Madrid, y El Escorial, entre otros. Fundadora de la maestría y el doctorado en Estudios Mesoamericanos de la UNAM. Patricio O’Hea (Ciudad de México, 1987). Desde temprana edad incursiona en la pintura. Realiza sus estudios profesionales en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM. Paralelamente acude a talleres impartidos por los maestros Tomás Gómez Robledo, Gilberto Aceves Navarro y Germán Venegas, viéndose influenciado por esta veta de la pintura mexicana contemporánea. Ha participado en diversas exposiciones colectivas. Rosa Lavecchia (Buenos Aires, República Argentina). Psicóloga egresada por la Universidad Católica de Chile con estudios de post grado en Psicología Social. Representante Regional para América del Sur del Servicio Mundial de Iglesias de EEUU. Actualmente realiza consultorías para organismos internacionales de cooperación en programas para la niñez en riesgo y temáticas de género. Cursa talleres de escritura y cumple un sueel sueño
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ño postergado: escribir relatos y cuentos. En diciembre de 2013, uno de sus cuentos fue seleccionado y publicado por el Grupo Editor de Escritores Argentinos. Rurru Mipanochia Ilustrador que radica en la ciudad de México, egresadx de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM. Desde 2008 ha participado tanto en exposiciones nacionales como extranjeras: Museum of Mexican Art (2012). Ha publicado su trabajo en varias revistas británicas y estadounidenses: Zero Magazine (http://www.zero-magazine. co.uk/an-ode-to-sexual-dissidence) y Don’t Panic Magazine (http://dontpaniconline. com/magazine/arts/rurru-mipanochiassmutty-drawings). Ha colaborado con ilustraciones para el Centro para los adolescentes en San Miguel de Allende (CASA) en la promoción de derechos sexuales entre jóvenes de Guanajuato. Selma Sánchez (Ciudad de México). Ilustradora, egresada de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM. En su trabajo utiliza técnicas tanto tradicionales como digitales. En 2013 ganó el primer lugar en el concurso de pintura “Arropa tu Corazón” de la Fundación Mexicana del Corazón.
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Gaceta Tijera versión digital julio - diciembre 2014
Ximena Santaolalla. Abogada y psicoterapeuta especializada en trastornos de la alimentación, ha trabajado en el CIDE en proyectos relacionados con transparencia y derecho a la información, así como con mediación y resolución alterna de conflictos. Además de realizar talleres y terapias grupales en su consultorio privado, está involucrada en la protección de los derechos de los animales en una ONG dedicada principalmente a gatos callejeros. Ha escrito artículos sobre derechos de la infancia y acceso a la información. Actualmente escribe una novela en torno a la violencia y los sobrevivientes de la guerra civil en Guatemala.
Convocatoria Para colaborar
en Gaceta tijera versión diGital.
Se podrá colaborar con imágenes (dibujos, fotografías, ilustraciones) o textos (poemas, ensayos, aforismos) sobre el tema:
Geografías El sueño Las colaboraciones deberán cumplir obligatoriamente con las siguientes características: • Imágenes en formato TIFF o JPEG, a 300 ppi. Incluir ficha técnica con los datos: autor(a), título, técnicas, medidas y año. • Textos en formato Word. En el caso de textos que no sean de autoría propia deberá incluirse la fuente bibliográfica. • Todas las colaboraciones deberán incluir una breve semblanza del colaborador(a) y/o autor(a), redactado en forma discursiva y no mayor a 100 palabras de extensión. Los trabajos se recibirán en el correo electrónico: gacetatijera@gmail.com La fecha límite de recepción será el día
15 de 2015 30septiembre de junio de de 2014 Gaceta Tijera se reserva el derecho de publicación.
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Publicación semestral del Colectivo Tijera Año 8 N° 34 octubre 2014 - abril 2015 Distribución gratuita
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Gaceta Tijera versión digital julio - diciembre 2014
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Gaceta Tijera versión digital año 2 Nº 6 se terminó de editar en diciembre de 2014. para su composición se utilizaron las fuentes: Novecento wide, Adobe garamond pro y calisto
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