Carta a mi misma años después: flores secas II 2016 Cuando escribí este poema, me gustaban mucho “las flores secas”, las guardaba en los libros, entre las páginas para que se secasen, o de ramos o flores sueltas las colgaba del revés para que se secaran abiertas. Esto lo señalo porque cuando dice el poema “¡qué bonitas son las flores secas!” lo decía porque así lo sentía, porque me gustaban y estudiaba mucho, y para mi eran importantes no era un simple recurso recurrente de la poesía adolescente femenina, solamente. Este poema lo escribí a una amiga que estaba muy triste (creo que sus padres no estaban bien, estaban en proceso de separación) y nos había contado a mi y a una amiga (de la que se estaba enamorando, eso me dijo mi amiga que le había confesado) que se había intentado suicidar. No recuerdo bien el momento en que le dejé el poema, pero recuerdo la visita, estábamos en su cuarto y ella nos contaba como se sentía, recuerdo que no sabíamos muy bien qué decirle, sólo que se animara y fuera fuerte… Creo o ese es uno de mis recuerdos el más improbable que en un momento ella salió dAe su cuarto y yo escribí el poema y se lo dejé en sus mesa debajo de un libro pero se podía ver un poco la nota, nos fuimos y al día siguiente me dijo que muchas gracias y que le había gustado mucho y que lo tendría como talismán de fuerza para leerlo cuando la tristeza apremiara. Digo “recuerdo más improbable”, porque veo difícil que lo pudiera escribir en ese momento que salió ella de cuarto, y mi amiga la otra ¿que hacía mientras?, no sé, no me encaja, pero así es como lo recuerdo y queda muy bien (bueno, no tanto que a veces pienso si no quería robar protagonismo a mi amiga de la que se estaba enamorando), otra posibilidad es que se lo diera al día siguiente o en otra visita. Creo que le escribí ese poema como manera de decir sin decir cuando ya es tan difícil que no salen las palabras, era como un presente, mi regalo. Y creo que me sentí un poco identificada con ella y sus sufrimiento pues yo en aquella época sufría mucho (mi padre estaba enfermo de cáncer) y puede que encontrara en ella esa conexión. Pasaron los años y perdimos el contacto, hace poco vi a esta amiga en la televisión (me costó unos minutos reconocer aquellos rasgos que no había visto hace tantos años) es periodista y la vi transmitiendo las noticias de un canal autonómico. Me alegró verla espero que esté bien. Aquí el poema: ¡Qué bonitas son las flores secas! Yo quisiera ser como ellas bellas, frescas, libres, toda primavera viven con intensidad su corta vida luchan por su derecho de vivir y aún muertas queda en ellas belleza las miras y te dicen: -¡Mereció la pena vivir!