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FIDEL SENDAGORTA
EL FUTURO DEL MUNDO SE PERFILA CON TECNOLOGÍA
CHINA, ESTADOS UNIDOS Y EUROPA SON LOS PROTAGONISTAS DE LA GRAN RIVALIDAD QUE ESTÁ DECIDIENDO EL MAPA DEL MUNDO FUTURO. SUS ACTIVOS, SUS CAPACIDADES, SUS CARENCIAS Y ESTRATEGIAS SON EL ARGUMENTO DE UN APASIONANTE Y ESCLARECEDOR ENSAYO.
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TEXTO FERNANDO RIMBLAS ILUSTRACIÓN JACOBO PÉREZ-ENCISO
FIDEL SENDAGORTA ES DIPLOMÁTICO DE LARGA Y BRILLANTE trayectoria profesional, en cuyo transcurso ha ocupado importantes embajadas, y altos cargos en la Unión Europea y en el Ministerio de Asuntos Exteriores, primero como director general para el Mediterráneo, Magreb y Oriente Próximo (2008-2010), después para América del Norte, Asia y Pacífi co (20152018), y en la actualidad como director general de Política Exterior y de Seguridad. Es, además, un personaje singular que atesora virtudes inusuales: inteligencia, un conocimiento de las relaciones internacionales lindante con la sabiduría y una extraordinaria capacidad didáctica que ha volcado en un revelador análisis, Estrategias de poder, que la Editorial Deusto acaba de publicar.
¿Cuándo comienza la era que usted llama ‘de la gran rivalidad’? La mayor parte de los analistas considera que con el mandato del presidente Xi Jinping empieza una nueva era que deja atrás el lema acuñado en la de Den Xiaoping: ocultar las capacidades y ganar tiempo. Con Xi Jinping China ya no siente la necesidad de esconder la visión de su expansión por el mundo y su poder real. ¿Ha existido una cierta inacción de Occidente mientras China desarrollaba ese plan silencioso? En 20 años China ha conseguido pasar de tener una economía del tamaño de la italiana a otra que ya empieza a acercarse a la de Estados Unidos. Y ni Europa ni Estados Unidos han tenido tiempo para asimilar este cambio realmente rápido. Tanto Europa como EE UU participaban de la idea de que China era un buen socio para hacer negocios, pero no lo veían como un competidor capaz de utilizar su poder para ganar infl uencia en el mundo. ¿Han estado Europa y Estados Unidos dormidos? En todo caso, han despertado cuando han visto que el poder de China les empezaba a afectar decisivamente, y tenían que posicionarse ante esta nueva realidad en las relaciones internacionales. El antiguo ministro alemán de Asuntos Exteriores, Sigmar Gabriel, se pregunta si es China el único país que persigue un objetivo político a largo plazo. Creo que Gabriel tenía razón en el sentido de que China tiene una idea de lo que
quiere conseguir, mientras que quizás Occi- mente legítimos, pero a diferencia de la Unión dente la ha perdido, porque China se ha reno- Soviética, no pretende hacer proselitismo vado, sufriendo el que ellos llaman ‘Siglo de la activo en favor de su sistema. Humillación’, el del colonialismo europeo y ¿Cómo se compadece esta posición de Chiluego japonés, y superada ya esa fase que ellos na, entre el aislacionismo y la expansión? consideran excepcional en una historia muy Es una buena pregunta, porque efectivamente gloriosa, China sabe dónde quiere llegar, quie- existe esa paradoja. China pretende preservar re recuperar su estatus perdido, lo que ellos su sistema sin influencias externas, y por eso consideran el estado natural de las cosas, ser crea una gran muralla en torno a su Internet, el gran imperio de Asia. Pero claro, hoy quien para que su sistema de Internet sea un sistema domina Asia domina el mundo, porque Asia controlado, sin influencias indeseadas exteres la zona del mundo con el mayor desarrollo nas; pero al mismo tiempo es un sistema en económico. Occidente, después de varios expansión, porque China necesita el mundo siglos de ocupar una posición de hegemonía para su desarrollo económico, necesita el comundial, está perdiendo el sentido de lo que mercio, las inversiones, y por lo tanto necesita quería, mientras que China está recuperando estar presente globalmente, y para preservar esa posición que tuvo y que había perdido. “ES PROBABLE QUE LA COMPETENCIA ENTRE LAS ¿Se está ultimando POTENCIAS DESEMBOQUE EN UN CONFLICTO GLOBAL. el dibujo de un nue- ASÍ OCURRIÓ ANTES, Y ASÍ PUEDE VOLVER A OCURRIR” vo mundo bipolar repartido entre el autoritarismo chino y el liberalismo occi- esas inversiones, ese comercio, utiliza esa dental? visión geopolítica que le da su nuevo poder La bipolaridad –y la unipolaridad– se mide económico. Así, efectivamente, se da esa pasobre todo en términos de poder agregado, y radoja entre una potencia que se expande por por eso muchos piensan que nos dirigimos a todo el mundo, pero que al mismo tiempo una situación de bipolaridad. Otros prefieren quiere limitar al máximo la influencia exterior pensar que estamos en un mundo multipolar sobre su sistema político y social. con varias potencias compitiendo. Pero lo El mandato de Trump ha supuesto un cierto es que las dos primeras potencias tienen cambio radical de la posición estadouniuna economía mucho mayor que la siguiente, dense frente a China. ¿Qué habría pasado si y unos recursos de defensa muchos mayores Trump no hubiera sido presidente? que el siguiente, en este caso Rusia. Por eso yo Hubiera sucedido antes o después cualquiera creo que es un sistema emergente. Tuvimos que hubiera sido presidente de los Estados un sistema bipolar durante la Guerra Fría, la Unidos. El presidente Trump concentra su Unión Soviética y Estados Unidos, y ahora rivalidad con China en el ámbito comercial, parece que apunta esa nueva bipolaridad. Sin considera que las reglas del comercio internaembargo, ahora el factor ideológico, siendo cional estaban beneficiando a China, que poimportante, no lo es tanto como lo fue en la día absorber las inversiones americanas y luego Guerra Fría. Ahora influye el factor ideológi- producir más barato, y con ello llevarse milloco, pero China no intenta imponer su sistema nes de puestos de trabajo que antes estaban en en el mundo. Lo que quiere, desde el punto de Estados Unidos. Su obsesión era esa, pero su vista ideológico, es preservar su sistema, y que Administración muy pronto fue añadiendo no sea socavado por el sistema liberal occiden- otros criterios para la rivalidad con China, tal. Tampoco quiere que el sistema occidental sobre todo la rivalidad en el plano tecnológico. liberal sea la única referencia internacional Esa es una de las claves de la actual compeaceptable. China quiere que su sistema pre- tencia entre ambas potencias. Las dos saben valezca, aunque existan otros sistemas igual- que quien domine las tecnologías del futuro
El libro Estrategias de poder. China, Estados Unidos y Europa en la era de la gran rivalidad, escrito por el diplomático Fidel Sendagorta, ha sido editado por Deusto. controlará no sólo la economía del futuro, sino también la defensa del futuro. Todas las nuevas tecnologías tienen una dimensión de seguridad. Es decir, el 5G puede utilizarse para aplicaciones civiles, pero también militares, como tantas otras nuevas tecnologías. Por eso creo que, a la larga, cualquier presidente hubiera acabado en una situación parecida. Y de hecho, ahora hay un consenso bipartidista en Washington sobre la competencia con China, pero lo cierto es que Trump fue el primero. Menciona la tecnología, el transporte y la energía como los terrenos donde van a definirse las influencias. ¿En cuál ha ganado China más espacio frente a Occidente? En lo que se refiere a la energía, China está en una situación de inferioridad, porque, a diferencia de Estados Unidos, produce muy poca de la energía que consume: tiene que importarla. Por eso está haciendo una apuesta muy grande por las energías renovables, y mañana puede estar a la cabeza, por ejemplo, de la industria del automóvil eléctrico. Eso supondría un liderazgo importante desde el punto de vista industrial. En transporte, China ha querido preservar sus vías de comunicación marítimas con todo el mundo para proteger también la exportación de bienes, que es una de sus grandes fuentes de riqueza, y la importación de productos fundamentales, como la energía, el petróleo. Y así, para proteger estas líneas de comunicación marítimas, se ha dedicado a adquirir puertos en lugares estratégicos, y empresas que controlan esos puertos. Y en cuanto a otras tecnologías, señalaría desde luego las telecomunicaciones, porque China ha identificado el 5G como un sector cuyo liderazgo se transformará también en influencia política por todo el mundo, porque quien controle las redes 5G estará controlando también el Internet del futuro y toda la economía que cuelga de Internet. En su libro distingue entre los “geniecillos de Silicon Valley” y los “gigantes tecnológicos chinos”. ¿Es una caracterización retórica? Es una cita con un componente humorístico, pero lo cierto es que China está teniendo un enorme éxito en innovación, pero también una gran capacidad para trasponer esa innovación en aplicaciones que tienen un uso del negocio, por ejemplo en pagos por móvil: se han saltado la etapa de las tarjetas de crédito. En China todo el mundo paga con su móvil, nadie utiliza tarjeta de crédito. ¿Y eso procede de innovaciones producto del sistema tecnológico y de innovación chino? Posiblemente no, pero ellos han sido los primeros en convertirlo en un gran sector de la economía, y por tanto lo han integrado en el sistema económico. Y en eso los chinos sí tienen la ventaja de saber trasladar mejor los saltos tecnológicos en modelos de negocio. ¿Determinará el desarrollo militar tecnológico el nuevo mundo? Una de las cuestiones en que Estados Unidos ha reaccionado es que en todo aquello que tenga que ver con la producción de elementos o equipos de defensa, no quieren que pase por cadenas de montaje con un eslabón en China, porque piensan que serían vulnerables a caer en la dependencia de China. Por eso están intentando que todas las tecnologías que tienen un uso militar presentes en esas cadenas de montaje muy globalizadas, que discurren por muchos países y por muchos itinerarios, queden en países de confianza política. Esa es una política muy clara del Pentágono, de Estados Unidos, pero también China, en su plan ‘Made in China 20-25’, aspira a tener autonomía en tecnologías clave que tienen a veces –o siempre–, un uso militar, para no ser dependientes de la tecnología americana. De esta manera, se va creando una bifurcación de la economía, al menos en sectores de alta tecnología, entre un mundo que utiliza la tecnología china y otro mundo que utiliza la americana, europea, japonesa o surcoreana. Pero sí se adivina que esa segregación de la economía puede haber comenzado a producirse, y que puede ir a más. ¿Provocará esto un conflicto inevitable entre EE UU y Europa? Europa ha tenido una visión muy pegada a los negocios y a las oportunidades económicas, como ocurrió con China: de repente tenía que despertar a la realidad de que en determinadas tecnologías hay un componente de seguridad a tener en cuenta, sobre todo si se quiere preservar la relación transatlántica, si se quiere preservar la libertad o la independencia de
Fidel Sendagorta ha ocupado diversos puestos en las embajadas de España en Tokio, La Habana, Rabat y en la Representación Permanente de España ante la Unión Europea. Ha sido director general para el Mediterráneo, Magreb y Oriente Próximo (2008-2010), embajador de España en Egipto (2010-2014) y director general para América del Norte, Asia y Pacífico (20152018). En 2019 fue investigador invitado en el Belfer Center for Science and International Affairs de la Universidad de Harvard. Es autor del ensayo Europa entre dos luces. ¿Declive o resurgimiento? (Biblioteca Nueva, 2007) y miembro del Consejo Científico del Real Instituto Elcano. Actualmente es director general de Política Exterior y de Seguridad.
decisión europea frente a Pekín. Esto ya lo estamos viendo, y lo veremos más en el futuro, porque cada vez más las empresas van a tener que incorporar un cálculo geopolítico a sus modelos de negocio, porque lo contrario será entrar en un terreno de incertidumbre, en el que elegir determinada tecnología, puede provocar reacciones en contra de unos o de otros, y por tanto la pérdida de mercado. ¿Y esa es una ecuación resoluble? No es una ecuación fácil. De momento, hay un cierto dilema europeo. Por ejemplo, Europa tiene una gran industria del automóvil, pero si no tiene una gran capacidad en baterías eléctricas va a perder el tren del automóvil eléctrico del futuro. Y si esa capacidad de baterías eléctricas la tiene China en Europa, la relación comercial va quedar desequilibrada del lado chino, porque el valor añadido está en las baterías. Para Europa empieza un periodo de reflexión que pasa por desarrollar una política industrial y tecnológica propia, más clara que en el pasado. Por parte europea empieza a surgir un elemento de reflexión sobre la soberanía digital, o sobre la economía estratégica, como la llaman en Bruselas. Para Europa, la independencia de EE UU y de China no implica equidistancia, porque Europa, por cultura y por valores, siempre va a estar más cerca de Estados Unidos. ¿Es Europa actor u objeto? Es una pregunta muy importante. Creo que en estos momentos había un despertar europeo, desde luego de Francia y Alemania, pero que empieza a ser de Europa en su conjunto, porque ese riesgo de que Europa fuera simplemente un objeto del deseo de las grandes potencias era un escenario posible. Entonces, ¿qué hacer para que Europa sea sujeto, para que tome sus propias decisiones? Ese es el gran debate ahora en Europa, sobre lo que algunos denominan “la autonomía estratégica”. En definitiva se trata de que Europa desarrolle sus propias capacidades, también en el terreno tecnológico, con las que pueda negociar con otros desde una posición de fuerza, y también que utilice los activos que ya tiene, como el mercado único, que es el mayor del mundo en valor, para conseguir condiciones de equilibrio y reciprocidad en sus relaciones comerciales con Estados Unidos o con China. En un mundo de conflictos regionales, ¿puede esta competencia llevar a un conflicto armado? Probablemente sí, porque así ha sido históricamente, a veces incluso a pesar de la voluntad de los países. Así pasó antes de la primera guerra mundial, y así puede suceder mañana. Puede haber un choque por accidente entre Estados Unidos y China, puede haber un choque limitado, pero que inicie una escalada y que ascienda hasta niveles de conflicto armado, y hoy además entra en juego una cuestión muy explosiva, el nacionalismo, la ideología de nuestra época, altamente combustible, que puede contribuir a inflamar a la opinión pública en favor de un enfrentamiento que los gobiernos pueden no desear pero verse arrastrados a él. En el cruce entre tecnología, seguridad y valores, ¿qué predominará? Al fin, la seguridad no es más que un sistema para proteger un modo de vida, unos valores. La única respuesta es que hay que competir para que nuestro modelo sea atractivo y por lo tanto sea un modelo capaz de persuadir a terceros países de que es deseable.