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CARL F. BUCHERER
TRADICIÓN CON TOQUES DE COLOR
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LA COLECCIÓN ADAMAVI AUTODATE DE CARL F. BUCHERER SE AMPLÍA CON SEIS NUEVAS PIEZAS Y EN DOS DIÁMETROS DIFERENTES. PARA ELLA Y PARA ÉL.
VENCER AL TIEMPO es algo más que un anhelo cuando lo que se trata es de medir precisamente su paso horario. En Carl F. Bucherer hay una especial pericia para convertir sus productos en reflejo de esa máxima. Algo que se ve plasmado también en el Adamavi AutoDate. Lo hace con una paleta de colores, correas de malla y una óptima mecánica que dan vida a seis nuevas variantes que se declinan en dos tamaños. Se trata de tres modelos de 39 mm y otros tantos de 31 mm de diámetro, acabados en acero y dotados de un cristal de zafiro. Sus largos y esbeltos índices y agujas proporcionan una pureza absoluta. A las esferas de colores —en un elegante y discreto nude, tonos azules o antracita— un satinado vertical aporta tanto el carácter como la modernidad. El juego entre diferentes texturas y formas se convierte prácticamente en el auténtico tema central de estas incorporaciones a una línea que ha hecho del clasicismo su realidad. Así, encontramos partes pulidas en la caja que contrastan con el brazalete de malla milanesa. En el interior, dos calibres automáticos que reflejan la tradición relojera de Carl F. Bucherer. En el de 39 mm, late el CFB 1950, mientras el movimiento CFB 1963 lo hace en los modelos de 31 mm, cada uno con una reserva de marcha de 38 horas. Ambos son calibres que impulsan de forma fiable y precisa estos modelos ‘tres agujas’ que muestra también la fecha a las 3 h. Un detalle más lo protagoniza el cierre desplegable patentado de la malla milanesa, que ha sido diseñado para que el usuario pueda ajustar la longitud del brazalete sin que se deslice a través de la hebilla. R.B.