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GONZALO RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ-DÍEZ
GONZALO RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ-DÍEZ
DIRECTOR GENERAL DE PUENTE ROMANO BEACH RESORT
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Abrien do pu ertas
Responsable de la apertura de algunos de los hoteles más ambiciosos del mundo, el madrileño transforma los principios del lujo desde su nuevo cargo al frente del complejo marbellí.
TEXTO PAULA POLIZZOTTO
AUNQUE LA DE CHEF FUE SU VOCACIÓN más temprana –fantaseó con abrir un restaurante español en Atlanta (EE. UU.) mientras estudiaba la secundaria–, los azares del destino llevaron a Gonzalo Rodríguez Fernández-Díez (Madrid, 1973) a especializarse en la dirección hotelera. Tras liderar la apertura de algunos de los establecimientos más exclusivos del mundo, como el Ra es Dubái o el Six Senses Ibiza, su reciente nombramiento como director general de Puente Romano Beach Resort rea rma que su decisión fue la acertada. El resort es en realidad un complejo en el que conviven el hotel Puente Romano y el Nobu Hotel Marbella, dos abanderados del lujo turístico de la Costa del Sol. El primero, construido en un pintoresco estilo andaluz, cuenta con 180 suites, 16 restaurantes de cocinas internacionales y aloja el único Six Senses Spa de la península. El segundo, propiedad de la cadena hotelera de Robert De Niro, se presenta como un resort urbano que incluye la posibilidad de disfrutar de la gastronomía oriental del chef Nobu Matsuhisa en el restaurante Nobu Marbella.
Tras haber dirigido los hoteles que la familia real de Abu Dhabi posee en todo el mundo, el concepto del lujo no le es en absoluto ajeno a Rodríguez Fernández-Díez. “Ya no se asocia con grandes candelabros en el lobby de un hotel. Tras la pandemia, el huésped de un cinco estrellas busca más experiencia en menos tiempo”.
A Puente Romano Beach Resort llegan sobre todo viajeros procedentes de Reino Unido, países escandinavos y también turismo nacional. “El secreto del éxito está en adelantarse a lo que el cliente busca, que es bienestar, sostenibilidad y vida activa, pues no acepta en un hotel lo que no acepta en su propia casa. Los hoteles de lujo se han convertido en un destino en sí mismo, más allá de la ciudad donde se encuentren”.
De cara al futuro, el madrileño está dispuesto a demostrar, por demanda social y por convicción propia, que el turismo de lujo y la sostenibilidad son compatibles. “Este año hemos empezado a embotellar nuestra propia agua producida en casa, y prevemos eliminar los plásticos de un solo uso”.