6 minute read

LA CIUDAD ROJA Marrakech Express

MARRAKECH EXPRESS

LA CIUDAD ROJA NO PARA NUNCA Y SE HA VUELTO UNO DE LOS DESTINOS MÁS DESEADOS ENTRE LOS APASIONADOS DE LA CULTURA, EL SHOPPING, EL RELAX Y LA COMIDA.

Advertisement

TEXTO GIADA BARBARANI Y MELANIA GUARDA CECCOLI

MÁS ALLÁ DE MARRAKECH son pocos los lugares en el mundo que logran cautivar a los visitantes desde la llegada al aeropuerto y los que transmiten la misma sensación de autenticidad a lo largo de toda su estancia. Desde la terminal de Merana, diseñada por el arquitecto Abdou Lahlou, se percibe que la Ciudad Roja —así llamada por la típica piedra arenisca usada para las murallas y los edificios— es una Babel de culturas, sonidos, colores y perfumes, donde conviven tradiciones locales (que aquí coexisten en las tramas y en los arabescos islámicos que decoran las grandes vidrieras) e innovación (en los paneles romboidales de aluminio blanco). Una unión entre pasado y futuro que se renueva y consolida de año en año y que se prepara para grandes celebraciones en 2020, año en el que Marrakech es protagonista absoluta del país como Capital Africana de la Cultura.

La elección no nos sorprende: en lugar de detenerse en su historia milenaria, la ciudad imperial ha decidido seguir renovándose y recibiendo influencias de todo el mundo, volviéndose cada vez más dinámica y lista para recibir un turismo tan variado como la oferta de la ciudad. Uno puede decidir perderse entre las callecitas de

la Medina, la parte antigua circundada por las murallas imperiales, entre tejidos, tapetes, joyas, babuchas y pashminas que los comerciantes del souk ofrecen, y regatear con ellos hasta no poder más; probar comida callejera en el corazón de la ciudad; visitar la plaza Jemaa El Fna, que inunda al viajero con sus perfumes de especias; escuchar los cantos de los músicos Gnawa y las cantinelas de los muezzin que, desde el alto de los minaretes, llaman a los fieles a la oración; pasear en los oasis verdes que se encuentran dentro y fuera de la ciudad (imperdible el Jardín Majorelle, conocido como el jardín YSL, y los jardines La Mamounia, muy amados por Churchill, que aquí se dedicaba a la pintura).

Sin embargo, uno puede decidir también dedicarse al arte y a la cultura: desde el Musée de la Femme, dedicado a las mujeres marroquíes, hasta l’Art Culinaire, estrenado en octubre en un palacio del siglo XV; desde el Woven History Museum, donde se pueden admirar tapetes y kilims que recorren todas las épocas —de la beréber hasta la árabe, desde la mediterránea hasta a la judaica y la africana— hasta la Voice Gallery, fundada en 2011 por el italiano Rocco Orlacchio para dar voz a los artistas La terraza de El Fenn, hotel boutique de Marrakech, de la emprendedora y coleccionista Vanessa Branson.

UN OASIS DE PAZ PAR A DISFRUTAR LOS ANTIGUOS RITUALES DE BELLEZA Y WELLNESS, REFINADOS MOTIVOS ÁR ABES DIALOGAN CON DECOR ACIONES CONTEMPORÁNEAS.

emergentes locales e internacionales mediante un palimpsesto de muestras y presentaciones. Además, el 22 y 23 de febrero, en el icónico Hotel La Mamounia, se lleva a cabo la más importante reseña de arte contemporáneo africano del mundo, 1-54 Contemporary African Art Fair (donde el 54 representa los países que conforman el continente africano), presente también en Londres (en octubre pasado) y en Nueva York (del 8 al 10 de mayo de 2020). Siempre en ámbito internacional, otra cita importante que llama visitantes de todo el mundo y huéspedes desde Hollywood es el Festival International du Film de Marrakech (del 29 de noviembre al 7 de diciembre): en su edición número 18, este año cuenta con Tilda Swinton como presidenta del jurado y Martin Scorsese entre los huéspedes.

La ciudad en continuo movimiento también tiene un ojo green: es la primera en el continente en instalar un servicio de bicicletas compartidas y, el 29 de febrero, por cuarta vez, recibió el E-Prix, el Gran Premio de autos eléctricos que verá correr a toda velocidad los coches silenciosos entre las centenarias murallas de la ciudad, en el barrio de Agdal, a pocos minutos de la Medi

na y de los suok. Imposible no quedar fascinados por las mil almas de Marrakech. Muchas personas han decidido invertir en esta tierra, adquiriendo y reestructurando antiguos riads (la típica arquitectura marroquí), transformándolos en resorts. Entre ellos, un nombre de relevo en el mundo del arte y de la hospitalidad: Vanessa Branson, hermana de Richard (fundador de Virgin Group), coleccionista, fundadora de la Marrakech Biennale y dueña también de Eilean Shona, resort ubicado en una isla privada en la costa occidental escocesa. En 2002, la emprendedora inglesa se enamoró de un riad de 1815, propiedad de un rico comerciante y, junto a su amigo y socio Howell James, decidió reestructurarlo y crear un hotel boutique que se ha vuelto, en muy poco tiempo, el refugio favorito de la elite europea y alguna que otra celebridad (Madonna festejó aquí sus 60 años). Hablamos de El Fenn, ubicado a pocos minutos de la Medina, cerca del Marrakech Museum, un oasis de paz y lujo realizado por el arquitecto marroquí Amine Kabbaj, quien quiso mantener muchas de las características originales de la estructura, como las puertas, las ventanas y los pórticos que se abren sobre los jardines Arriba Una de las suites con piezas retro y sillones de colores vivos.

Siguiente página Hotel boutique El Fenn, con obras de arte, parte de la colección personal de Vanessa Branson.

secretos del patio. Para devolverle vida al riad, el arquitecto ha encargado a artesanos locales la fabricación de muebles a la medida con un estilo local y tradicional, mezclándolos con piezas retro compradas en los mercados marroquíes y obras de arte de Vanessa para decorar los espacios. Con los años, a la construcción original se le han agregado otros riads cercanos. ¿El resultado? 23 cuartos, de los cuales dos son suites, una residencia de cinco cuartos, esquinas relax, una terraza de 650 metros cuadrados con una vista espectacular sobre la ciudad y la mezquita Koutoubia, tres albercas donde refrescarse después de un día de paseo por la Medina o en el desierto a bordo de un todoterreno y —no podía faltar— un spa para relajarse y probar los tratamientos locales y los masajes de estilo marroquí para recuperarse y alcanzar la paz de todos los sentidos. Para satisfacer el paladar está la terraza para una sugestiva cena bajo las estrellas con una vista sobre las montañas del Atlante, y el cocktail bar y restaurante El Fenn, para disfrutar de platos de la tradición con toques europeos a la sombra de las palmeras. Un hotel boutique que es una pequeña obra de arte en una ciudad que cada vez tiene más.

Arriba Uno de los 23 cuartos del hotel, caracterizado por una gran chimenea. Al lado, desde la izquierda: La dueña, Vanessa Branson, en la terraza del riad; la bañera de uno de los cuartos más grandes.

DISTRIBUCIÓN

EL VALOR DE LA ELEGANCIA

GENTLEMAN SE DISTRIBUYE A NIVEL NACIONAL: EN LOS PRINCIPALES PUNTOS DE VENTA GRACIAS A NUESTRA ALIANZA CON EL DIARIO EXCELSIOR. ENCUÉNTRANOS EN LOCALES CERRADOS, AEROPUERTOS, QUIOSCOS, ÁREAS VIP Y ZONAS DE ALTO NIVEL ADQUISITIVO.

This article is from: