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Explorar el Mediterraneo

EL HOTEL MÁS ROMÁNTICO DEL MUNDO

SUS CANALES RESGUARDAN UNO DE LOS MEJORES ESPACIOS PARA LOS VIAJEROS EXIGENTES Y CORONAN A VENECIA COMO UNO DE LOS RINCONES MÁS ATRACTIVOS DE LA TIERRA.

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TEXTO IGNACIO VARA DE REY FOTOS JAVIER SALAS

LLEGAR A VENECIA ya es un placer, una sensación que invita al romanticismo, al paseo, a la calma, a disfrutar del arte y de esta ciudad milagrosa llena de leyendas y de piedras cargadas de historia. Llegamos en góndola hasta la puerta de nuestro hotel, el Ca Maria Adele, considerado por las revistas de viajes, como el más romántico de Europa y para muchos del mundo.

Está en la zona de Dorsoduro, el distrito de arte moderno de Venecia, al lado de la Basílica de Santa María della Salute, una ubicación espectacular para ver el gran canal y la silueta de una Venecia que se disfraza de sí misma y nos ofrece sus mejores galas de día, al atardecer o en cualquier hora.

Estamos a solo una parada en vaporetto -barco veneciano- de Piazza San Marco, en una de las vistas más fotografiadas del mundo y en una ubicación excepcional. Solo doce habitaciones de Ca Maria Adele, mismas que están consagradas a los locos románticos que celebran el amor.

La exclusividad de este hotel, con su estilo rico y ecléctico, elegante y sofisticado, es reflejo de la estética veneciana. Desde las columnas romanas de la recepción, sus paredes de damasco, los decorados de bronces y mármoles, nos recuerdan a cada instante que estamos en Venecia y no en un sueño. El ambiente es exquisito y hay una empatía entre Ca Maria Adele y Venecia. Oriente y Occidente se fusionan en los interiores de este idílico hotel. Ha diario llegan para decorar sus rincones, flores frescas en góndola que perfuman las mesas, los baños y los dormitorios. Rosas de Bulgaria y pétalos por todas partes.

Al amanecer, de una granja cercana, llegan los huevos frescos para hacer el omelette más famoso de Venecia, dentro de un desayuno con más de 70 propuestas. Una inmejorable manera de empezar el día. La terraza, de inspiración bereber y el salón del desayuno, ya nos asoma a lo mejor de Venecia.

El hotel Ca Maria Adele se ubica muy cerca del gran canal veneciano y al lado de la Basílica de Santa María de la Salute.

Los cuartos venecianos están llenos de detalles, adornos y ventanales que reflejan tras sus cortinas la luz de los canales de Venecia. La suite de lujo ofrece floridas paredes de damasco, una cama king size, propia de un duque veneciano, tonos beige que contrastan con las maderas de los muebles caoba. El toque de color de los cristales de Murano, bronces, mármoles y marcos de madera completan este escenario. Como el de la habitación de colores rojo y dorado, dicen que es el dormitorio más romántico de Venecia.

Almohadas y edredones rellenos con pluma de ganso, algodón italiano en las sábanas y una tierna iluminación que se controla en cada esquina para crear una atmósfera íntima.

Detrás de todo está el gusto exquisito de Alessio y Nicola Campa, dueños e interioristas creadores de esta burbuja veneciana, que han hecho de este palacio veneciano del siglo XV un hotel único. Los Campa proceden de una familia de artesanos del cristal de Murano, y la estética de la más esplendorosa Venecia corre por sus venas. Crecieron entre lámparas, candelabros majestuosos, y ahora crearán un estudio de interiorismo. Este es el primero de una cadena de hoteles boutique y su conocimiento del barroco veneciano, del estilo ecléctico, les convierte en un pareja estrella del interiorismo. Desde el hotel reservamos nuestro paseo en góndola, tenemos yate privado o podemos ir en limosina acuática. El hotel ofrece servicio de personal shopper para recorrer las tiendas de Venecia, sus artesanías, joyas, máscaras, moda, copas de cristal de murano, de antigüedades.

En la tarde nos espera el descanso, un cóctel, un Bellini que nació junto a esta agua y canales, y en la cena una mesa profusamente decorada que recuerda a la edad de oro de Venecia, con sus velas, sus telas de oriente, sus dorados, sus mármoles, que enmarcan una cena romántica. La lámpara de murano pone el resto. Desde la habitación uno se siente como un príncipe veneciano entre palacios góticos y renacentistas, disfrutando la esencia de una ciudad que convierte cada minuto en un sueño.

Su atmósfera veneciana se extiende desde sus terrazas hasta cada una de sus habitaciones.

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