Reconocer a Cristo en la enfermedad. Medicina antroposófica como arte de curar crístico. Peter Selg

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TÍTULO ORIGINAL EN ALEMÁN: KRANKHEIT UND CHRISTUS-ERKENNTNIS anthroposophische Medizin als christliche Heilkunst ©Verlag am Goetheanum

Autor: Selg, Peter - Reconocer a Cristo en la enfermedad Medicina antroposófica como arte de curar crístico

1° ed., Buenos Aires, Editorial Dorothea, 2013 150 p., 21 x 16 cm.

Traducción: Revisión: Corrección:

ISBN 978-987-27614-5-5

1. Antroposofía. I. Kreizer, Dora, ed. lit. II. Kreizer, Dora, trad. III. Título

Dora Kreizer Dra. Carina Vaca Zeller Cristina Marcenal

CDD299.935

Arte de tapa: ”La sanación del ciego”del Codes Egberti, alrededor del año 980.

© Reservados todos los derechos a favor de Editorial Dorothea www.editorialdorothea.com.ar Hecho el depósito que marca la ley 11.723 Impreso en la Argentina - Printed in Argentina. Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación o de fotocopia, sin la previa autorización escrita de los titulares del copyright.


Peter Selg

Reconocer a Cristo en la enfermedad Medicina antropos贸fica como arte de curar cr铆stico



Para la Dra. Helene von Grunelius 14.8.1897 – 17.12.1936



“Durante una enfermedad grave, un paciente tuvo la suerte de tener a la Dra. Helene von Grunelius como su médica. Estando el paciente más que semiinconsciente, ella se acercó muchas veces a su lecho. Se sentaba a su lado y lo observaba tranquila, sin preguntar, sin hablar. A él, su presencia lo confortaba profundamente. Nueva voluntad de vida atizaba su vaga conciencia. Se hacía una claridad luminosa en él y un profundo sosiego refrenaba la fiebre. En presencia de Helene von Grunelius, el paciente se sentía fortalecido en cuerpo y alma. Era como si ella le prodigara delicadísimos alimentos y bebidas que él podía vivenciar como una reanimación física. Aunque el estado del paciente parecía ser delicado, en su ser no había lugar para el miedo paralizante. Todo en ella era voluntad auxiliadora. Cómo podía vivenciar el paciente con cuánta voluntad de sacrificio ella asumía la enfermedad del hermano humano para superarla. Ella amaba de manera sobria, con plena fraternidad objetiva, al ser humano en el hombre en quien practicaba, perfundida de una luz crística, el arte de su profesión de curar. En Helene von Grunelius se manifestó el principio de una nueva ciencia médica que podía crear su fuerza de ayuda no sólo desde el adecuado conocimiento médico, sino que también se acompañaba de fuerzas espirituales que ella manejaba de manera consciente, en entrega cristiana. Como paciente, esto se percibía de una manera especialmente intensa. El dolor por su muerte es grande, pero saber que nos hemos encontrado con un ser humano del futuro, transforma el dolor en fuerza que afirma la vida”.

(Escrito de un paciente que le fue entregado a la familia de la Dra. von Grunelius, despues de su muerte.)



Índice Prefacio Michaela Glöckler ............................................................

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Introducción ...................................................................................

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Et incarnatus est Las curaciones en los Evangelios y la medicina de Rudolf Steiner .....................................................

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Desde el sentir del sufrimiento hacia el coraje para curar Niveles de una conciencia terapéutica .........................................

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La medicina sanadora Sobre la Última Cena (Eucaristía) y la medicina .........................

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Germina el alma en el seno del corazón El corazón humano, órgano del destino .......................................

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Notas y aclaraciones .....................................................................

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Acerca de las ilustraciones............................................................

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PREFACIO

Peter Selg dedicó sus estudios de medicina antroposófica a la Dra. Helene von Grunelius, quien había puesto su vida al servicio del arte de curar, a modo de impulso que parte de la búsqueda personal de Cristo y de su encuentro. Ella falleció inesperadamente a la edad de 39 años. Aunque la expresión “arte de curar crístico” suene exigente, se trata justamente del aspecto humano fraterno, elemental, que de alguna manera se corresponde con la medicina y la atención del paciente. La cualidad de calidez y de confianza que de allí emergen, llegan a ser vivenciales para el lector de este estudio, ya que vive en y entre las palabras que Selg cita y descubre por sí mismo para esbozar postura y sustancia, búsqueda de camino y disposición hacia la acción de una medicina crística. El estudio y la traza, con inmensa empatía espiritual, del camino de grandes personalidades médicas, llegó a ser para Peter Selg −de profesión psiquiatra para jóvenes− una aspiración especial1. En el presente tratado, su trazo señala hacia el “médico interior” del que habla Paracelso, hacia la fuerza divina del yo superior en el ser humano, hacia el sentido de las palabras de Pablo: “No yo, sino Cristo en mí”. Este libro se dirige, en primer lugar, a todas las personas que en su diaria labor le prodigan ayuda a sus prójimos enfermos y necesitados; a enfermeras y auxiliares, a trabajadores sociales y pedagogos curativos, terapeutas, curadores del alma y médicos. Encontrarán expuesto y editado aquí, lo que corresponde a la sustancia íntima, experimentable en forma meditativa en la búsqueda del camino interior, al que además puede estimular. Pero al lector habitual de Antroposofía, este libro también le ofrecerá valiosos aportes sobre las intenciones de una medicina que tiene en cuenta el 10


núcleo espiritual del ser humano, y que por ello en primer lugar es salutogénica (promueve la salud). Muchas de las palabras, meditaciones e imágenes aquí citadas, ya durante la lectura despliegan algo de sus efectos sanadores. El lector que no conoce la Antroposofía comprenderá lo esencial desde el contexto, ya que lo expuesto también se apoya en numerosas fuentes literarias y es comentado a partir de ellas. Después de que Peter Selg publicara su amplia obra fundamental Vom Logos menschlicher Physis, Dornach, 2000 (Acerca del Logos del cuerpo humano físico), seguido por los estudios históricobiográficos en la medicina antroposófica, su deseo es, justamente a comienzos de este nuevo siglo, exponer los trazos esenciales del arte crístico de curar como complemento necesario para la medicina científico-natural de nuestra época. Sección médica del Goetheanum Pascua, 2001 Michaela Glöckler

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Introducción “Wenn Sie den Geist der Antroposophie Wirklich aufnehmen, so werden Sie finden, dass die Antroposophie gerade das Menschenohr und das Menschenherz und die ganze Menschenseele wiederum für das Geheimnis Christi öffnen wird. Das Schicksal der Antroposophie möchte dasjenige des Christentums zugleich sein”. Rudolf Steiner1

“Si Ud. verdaderamente acoge el espíritu de la Antroposofía, encontrará que la Antroposofía le abrirá el oído y el corazón y toda el alma para el Misterio de Cristo. El destino de la Antroposofía a su vez quiere ser el del cristianismo”. Rudolf Steiner1

La medicina antroposófica, fundamentada por Rudolf Steiner (1861-1925) a comienzos del siglo XX, se comprendió y se comprende explícitamente como arte curativo crístico. Así se presentó en sus dos clínicas en 1921 y siguió desde entonces su camino terapéutico. Muchos de los enfermos tratados mediante esta medicina en los últimos ochenta años se sintieron tomados en serio en su individualidad, reconocidos en su propia situación de destino biográfico e impulsados terapéuticamente de manera humana, hecho que frecuentemente fue adjudicado a la aparente ética altruista de los “antropósofos”, sin haber sido cuestionado. En cambio, la relación inherente de estas experiencias positivas con la esfera espiritual del Evangelio se ha visto pocas veces, y ha sido también pasada por alto por razones confesionales. Por otra parte, la medicina antroposófica hasta la fecha ha omitido trabajar con claridad los genuinos fundamentos cristianos de su arte terapéutico, al menos en el marco de la literatura secundaria. El propio Rudolf Steiner no dio ningún curso de medicina que siguiese esta temática en primera instancia. En la actualidad, sin embargo, hay mucho que parece depender de que la medicina, ampliada por la ciencia espiritual, reflexione sobre sus propios fundamentos y logre hacerlos accesibles a los seres humanos cuya búsqueda −surgida a menudo de la necesidad existencial y a veces pobremente articulada− de otro modo se diluye en el vacío. Pues en el campo del “arte de curar” hay más confusión que nunca: a un paradigma científico-natural y técnico, que sigue trabajando la medicina

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