Viajes NG (Febrero 2019)

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M S UN EDÉN DE CORAL EN EL ÍNDICO M DESTINO DE ARTE, MODA Y DISEÑO C R CASTILLOS DEL SUR DE FRANCIA C S C VIAJE ENTRE SELVAS, PLAYAS Y VOLCANES

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SUMARIO

NÚMERO 227 / Año XX

c MALDIVAS. Pág. 124

GRANADA

AUTORES

JOSÉ LUIS DE JUAN La historia y la cultura de Granada y las Alpujarras siempre han atraido a este escritor y periodista.

VÍCTOR ANDRESCO Director del Instituto Cervantes en Dublín y anteriormente de Milán, una ciudad que lo enamoró.

SERGI RAMIS Periodista y escritor de viajes. Ha recorrido a pie y en coche todos los rincones del País Cátaro.

ALFONSO F. RECA Periodista leonés afincado en Panamá. Visitó la Isla de Pascua durante los años en que residió en Chile.

KRIS UBACH Por su riqueza natural y hospitalidad, Costa Rica es uno de los destinos favoritos de esta periodista.

GEORGINA HIGUERAS Experta en política y economía de Asia, viaja a China con frecuencia como reportera y profesora universitaria.

XAVIER MORET Reportero y escritor de viajes, nos guía por Maldivas. Acaba de publicar Tras los pasos de Livingstone.

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32

La cautivadora ciudad granadina y la deslumbrante Alhambra son el inicio de una ruta que incluye Sierra Nevada y la Alpujarra.

MILÁN

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50

Un paseo por la gran ciudad italiana para descubrir la vanguardia de la moda y el diseño junto a tesoros del arte universal.

RUTA CÁTARA

68

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Foix y Carcasona, en el sur de Francia, centran este recorrido por los castillos y ciudades fortificadas de los llamados «hombres buenos».

ISLA DE PASCUA

82

COSTA RICA

90

SHANGHAI

108

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Los gigantescos moáis son los misteriosos moradores de esta isla chilena anclada en medio del Pacífico y bordeada por fabulosos acantilados. ......................................................................................

El Mar Caribe y el Océano Pacífico enmarcan este país de volcanes y selvas lluviosas, un destino de naturaleza en mayúsculas. ......................................................................................

Bajo su colosal perfil de rascacielos, la gran metrópoli china preserva rincones tradicionales y museos con tesoros milenarios.

MALDIVAS

124

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Las islas de este país oceánico encarnan el viaje soñado en busca de playas de arena blanca y fondos coralinos rebosantes de vida.

EN PORTADA: Shanghai (China). Fotografía de Oscar Tarneberg / Fototeca 9x12.

SUMARIO Director

Josan Ruiz

Dirección de Arte Jefa de Redacción Redacción Maquetación Tratamiento de la imagen Coordinación editorial Editora adjunta a la Redacción

Joan Carles Magrià Sandra Martín Asun Luján Joan Seguí Sergi Gual Sandra Domènech Guiomar Huguet

REDACCIÓN

Av. Diagonal, 189. 08018 Barcelona (España) Tel. 934 157 374.

E-mail: viajesng@rba.es Colaboradores externos

Nuria Puentes, Inma Martín, Aida Etxeberria, Lys Moya (edición gráfica) Blauset, Eosgis (cartografía) WEB Y CONTENIDOS DIGITALES

www.nationalgeographic.com.es Director Javier Flores

26

www.rbapublicidad.com Director General José Luis Puigdengolas Directora de Marketing Publicitario Gloria Pont Director de Servicios Comerciales Serafín González Directora Comercial Digital Arantxa del Pozo Directora de Publicidad Digital Alicia Cortés Jefe de Publicidad Digital y Trafficking Iván Lorente MADRID

EXPERIENCIAS

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6

La fiesta de Theyyam (Kerala, India) • El parque de Suwanee (Florida, EE UU) • Puentes singulares del mundo •

BARDENAS REALES

Villa Regaleira (Sintra, Portugal).

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Senderos y cañadas milenarias atraviesan este parque de Navarra, donde singulares formaciones rocosas dibujan un paisaje de ficción.

WEIMAR

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La ciudad alemana donde nació el diseño Bauhaus celebra el centenario de este movimiento artístico con la apertura de un nuevo museo.

PONTEVEDRA

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14

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AYER Y HOY Ciudad antigua de Yakarta (Java)

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BARCELONA Y LEVANTE

Av. Diagonal, 189. 08018 Barcelona (España) Tel. 934 157 374. Fax: 932 380 730.

Directora Comercial Ana Gea Directora de Publicidad Levante Paloma Campos Directora Revistas de Divulgación Mónica Monge Coordinadora de Publicidad Gemma Reyes

20 Licenciataria de National Geographic Partners, LLC. National Geographic Television

26

Las plazas y callejuelas de esta acogedora ciudad, umbral de las Rías Baixas, han preservado el trazado medieval y la esencia marinera que la caracteriza.

LIBROS Y ARTE

Agustín de Foxá, 29. 28036 Madrid (España). Tel. 915 106 600. Fax: 915 194 813.

Director Comercial Ignacio Rodríguez-Borlado Directora Revistas de Divulgación Mª Luz Mañas Subdirectora de Publicidad Begoña Llorente Subdirector de Publicidad Adrián Garcia de Manuel Coordinadora de Publicidad Yolanda Trigueros

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Presidente RICARDO RODRIGO Consejero Delegado ENRIQUE IGLESIAS Directoras Generales ANA RODRIGO

y Mª CARMEN CORONAS Director General de Planificación y Control Ignacio López Directora Editorial Aurea Díaz Directora de Marketing Berta Castellet Directora Creativa Jordina Salvany Director de Circulación José Ortega Director de Producción Ricard Argilés

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Printed in Spain-Impreso en España. Edición 04/2019

14

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Kimberly Connaghan Publisher & Vicepresident, Global Media George W. Stone Editor in Chief Hannah Tak Design Director Anne Farrar Director of Photography Andrew Nelson Editorial Projects Director Amy Alipio Senior Editor Brooke Sabin Associate Editor Leigh V. Borghesani Deputy Art Director Starlight Williams Research Editor Amy Kolczak, Preeti Aroon, Cindy Leitner, Mary Beth Oelkers-Keegan Copydesk Copyright © 2019 National Geographic Partners, LLC. All rights reserved.

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DIETMAR TEMPS

EXPERIENCIAS

Un bailarín encarnando a una diosa.

C

TRADICIONES

LA FIESTA DE LOS DIOSES DE KERALA

GETTY IMAGES

El Theyyam es una danza ritual milenaria que se celebra cada invierno en el sur de la India.

uando en la región de Kerala llega el invierno dan inicio las representaciones del Theyyam, un ritual en el que se adora a varias deidades. Para muchos se remonta a la celebración de las cosechas por los dravídicos, los antiguos pobladores de la India meridional.

Este culto milenario va itinerando de diciembre a abril por multitud de lugares, aunque la escenificación del templo Parassini Kadava Sri Muthappan, al norte de Kannur, es la más celebrada.

Durante el Theyyam –deivam (dios), aattam (danza)–, los elegidos para dar vida a las deidades, los danzantes kolam, deben purificarse: no pueden trabajar, comer carne o pescado, ni tener sexo. Y

aunque pertenecen a la casta dalits de intocables, hasta los brahmanes más estrictos los veneran.

Los dioses traen bendiciones, disipan las energías negativas y son el vehículo para pedir consejo o mostrar gratitud. Al atardecer los kolam se reúnen para narrar cuentos de seres mitológicos y para danzar al ritmo frenético de tambores hasta alcanzar el trance, cuando se dice que el dios toma el cuerpo del bailarín, que puede llegar a caminar sobre brasas o atravesarse con espadas sin sufrir daño. Se distinguen hasta 450 caracterizaciones de theyyams, cada una con su maquillaje, baile y atuendo, que incluye sonoros adornos y tocados de hasta 6 m. ]

Nueve destinos nuevos para dejar volar tu imaginación Génova, Bari, Verona, Bastia, Corfú, Zadar, Bergen, Oslo y Vatry te están esperando. ¡Descúbrelos todos!

EXPERIENCIAS

NORTE DE FLORIDA (EE UU)

EL PARQUE FLUVIAL DEL SUWANNEE Un paraje donde la naturaleza se encuentra con la historia y las actividades al aire libre.

C

omo centinelas de un mundo secreto se erigen los árboles que pueblan las orillas del río Suwannee. Con su tronco ancho en la base para ganar estabilidad, estos cipreses de los pantanos hunden sus raíces en esta tierra, igual que hicieron los seminolas y los miccosukee, los indígenas que la poblaron hasta el siglo xix.

En contraste con las playas del sur, el norte de Florida preserva una naturaleza intacta y la mayor concentración de manantiales del país, como este río de aguas negras y riberas salpicadas de magnolias, hábitat de cocodrilos, manatíes del Caribe y multitud de aves como pájaros carpinteros, garzas y halcones de cola roja.

DAVID THOMPSON PHOTOGRAPHY GETTY IMAGES

El curso y las riberas del Suwannee, hoy un parque natural, se descubren a pie por senderos seĂąalizados, en canoa de remos o en lancha. Algunas excursiones llevan hasta miradores y enclaves con vestigios histĂłricos, como un aserradero del siglo xix. El parque cuenta con zonas de acampada, algunas solo accesibles en barca. ]

EXPERIENCIAS

GETTY IMAGES

Desde 2018, el Puente Dorado de Vietnam se alza a 1400 m sobre una colina cercana a Da Nang.

PUENTES DEL MUNDO

LAS PASARELAS MÁS ESPECTACULARES Viajar para descubrir puentes únicos por su historia y otros cuyo diseño deja sin aliento.

L

os puentes han servido desde antiguo para conectar puntos separados por el agua u otros accidentes naturales o para acortar distancias. Algunos se han convertido en visitas imprescindibles de muchos viajes, bien sea por su pasado, por sus líneas extravagantes, como miradores o por hacernos vivir experiencias únicas, como la de cruzar el destartalado puente colgante Hussaini de Pakistán, construido sobre el río Hunza en el Karakórum y considerado el más peligroso del mundo.

España posee un legado de puentes que por sí mismos son motivo de escapadas. Los hay de época romana como el de Córdoba o el medieval de Cangas de Onís, y también vanguardistas como el del Milenio sobre el Miño en Orense. Uno muy icónico es el de San Juan de Gaztelugatxe, con peldaños de roca que unen la costa de Bermeo y la ermita que corona este islote. ]

Nuestra selección...

EL PUENTE DORADO

UN CAMINO DE CRISTAL

Manos gigantes velan por este coloso de 150 m de longitud.

La estructura de vidrio más larga (488 m) abrió en 2018.

Colina de Ba Na, Vietnam

Valle de Hongyagu, China

CHARLES KUONEN

PUENTE DE LOS SUSPIROS

De 2017, es el puente colgante peatonal más largo (494 m).

Fue construido en el s. XVII con bloques de roca caliza en un escarpado cañón.

Cantón de Valais, Suiza

Shahara, Yemen

PASARELA VEGETAL

Cherrapunji, India

Desde antiguo, tejedores del pueblo Khasi trenzan con raíces vivas sus dos niveles.

EL VIADUCTO DE ZHUHAI

De Hong Kong a Macao

Con 55 km (7 km de túneles), es el más largo sobre el mar.

TOCANDO EL CIELO

PASARELA RODANTE

Su forma curvilínea sortea la jungla a 700 m de altura.

Estructura octogonal de 12 m que se despliega en 3 minutos.

P. N. Langkawi, Malasia

Canal Grand Union, Londres

EL PUENTE DE MOISÉS

EL ÚLTIMO PUENTE INCA

Un paso de madera hundido en el agua da acceso al lugar.

Su cordaje se renueva cada mes de junio con una fiesta.

Fuerte Roovere, Holanda

Queshuachaca, Perú

PUBLIRREPORTAJE

luz y arte

Simulación de una instalación lumínica en la plaza de la Virgen Blanca de Vitoria-Gasteiz

Vitoria-Gasteiz ‘brillará’ con un festival pionero de arte y luz.

UMBRA LIGHT FESTIVAL tendrá lugar los días 21, 22 y 23 de febrero Las noches de Vitoria-Gasteiz se llenarán de luz y arte el último fin de semana de febrero con la celebración del Umbra Light Festival.

La capital de Álava y Euskadi se sumará así a otras ciudades europeas que acogen este tipo de eventos culturales como Ámsterdam, Helsinki o Londres.

Umbra Light Festival llevará en su primera edición a plazas y espacios urbanos del centro histórico y ensanche de Vitoria-Gasteiz

espectaculares esculturas de luz y proyecciones diseñadas por artistas de todo el mundo. La luz será la principal protagonista de las obras, pero también habrá música, movimiento…

Este festival convertirá la ciudad en referente nacional e internacional de la cultural, la tecnología y el medioambiente, y ofrecerá a alaveses y visitantes la posibilidad de disfrutar de un evento de primer nivel abierto a todos los públicos.

Umbra Light Festival (www.umbrafestival.com) es una razón más para visitar Vitoria-Gasteiz. Una ciudad llena de interés con los palacios y murallas de su Almendra Medieval; la fauna y flora de su Anillo Verde; su rica actividad cultural; y su reconocida gastronomía.

“Simulación de una obra de Yelena Filipchuk y Serge Bealieu en la plaza del Machete de Vitoria-Gasteiz.

ALINE FORTUNA

EXPERIENCIAS

Escalinata del Pozo Iniciático.

PORTUGAL

LOS MISTERIOS DE LA VILLA REGALEIRA

AGE FOTOSTOCK

Salones suntuosos y pozos iniciáticos se funden en esta enigmática finca de Sintra.

L

a Quinta da Regaleira no solo posee salones lujosos y jardines con fuentes, lagos y paneles de azulejos. Además alberga túneles secretos, cascadas escondidas, grutas y perturbadoras construcciones repartidas por toda la villa.

En 1892, el magnate del café António Carvalho Monteiro adquirió esta finca de cuatro hectáreas para convertirla en un universo de astrología, alquimia y esoterismo.

Con la ayuda del arquitecto Luigi Manini recreó espacios de estilo románico, gótico, renacentista y manuelino, repletos de detalles mitológicos, templarios y de la masonería. En el interior sobresalen el Salón de Caza, con una magnífica chimenea esculpida, la

biblioteca y un laboratorio alquímico en la torre octogonal.

Sin embargo, lo más singular del recinto son sus enigmáticos pozos donde, en lugar de agua, fluyen misterios. Se cree que el llamado Pozo Iniciático servía para rituales de masones que representaban el tránsito desde la muerte –el fondo, donde hay una cruz templaria de mármol– a la reencarnación –la salida–. La galería tiene una escalera en espiral que desciende por 9 rellanos separados por 15 peldaños –numerología masónica–, con decoraciones que evocan el Cielo y el Infierno de Dante. El hueco se conecta por pasadizos ocultos con otras zonas de la villa, como la Puerta de los Guardianes. ]

LAS BARDENAS REALES

UN PAISAJE DE FICCIÓN

Senderos y cañadas milenarias cruzan este parque natural de Navarra poblado por curiosas formaciones rocosas.

T

ras los barrancos, balsas, campos, bosques, cabezos, matorrales o corralizas dispersas por el paraje inhóspito de las Bardenas Reales han encontrado espacio pastores trashumantes, labradores de parcelas imposibles,

cazadores e incluso bandidos al cobijo de la inmensidad de su horizonte fronterizo entre navarros y aragoneses. Hoy el ecosistema bardenero constituye un Parque Natural y Reserva de la Biosfera, de interés creciente para visitantes

de a pie y de dos o cuatro ruedas, de cualquier procedencia del planeta.

Las Bardenas Reales forman un paisaje de geología fantasmagórica, encajado entre los ríos Aragón y Ebro y la frontera aragonesa. En 1705, Felipe V concedió a los pueblos «congozantes» un permiso de explotación exento de tributos que aún sigue vigente. De ahí deriva el nombre de Bardenas Reales. El territorio por tanto no pertenece a ningún municipio. Se consideran bardeneros 19 pueblos colindantes, el monasterio de La Oliva y los valles pirenaicos de Roncal y Salazar. Cada septiembre, en uno de ellos se celebra el Día de la Bardena, con muestras de artesanía y

ITINERARIOS

La acción del viento y del agua ha modelado en las Bardenas un paisaje que alterna los estratos de arcilla, caliza, arenisca, margas y yesos. c LA CHIMENEA DE LAS HADAS. Tras la

La vida animal en las Bardenas

tormenta, un arcoíris señala la famosa formación de Castildetierra, también conocida como la Chimenea de las Hadas de las Bardenas de Navarra, rodeada por un horizonte de montañas tabulares.

Existen rutas específicas para avistar la fauna que puebla este terreno salvaje y despoblado. Destacan multitud de aves, especialmente ánades y rapaces, y hasta 28 especies de pequeños mamíferos: comadrejas, garduñas, ginetas, liebres o zorros, como el cachorro de la fotografía.

EDUARDO BLANCO

gastronomía típicas. Juntos toman de forma consensuada decisiones como, por ejemplo, la de albergar desde 1951 un polígono de tiro de aviación de 2000 ha, del que percibirán este año 14 millones de euros.

Afortunadamente, la notoriedad le llega a las Bardenas Reales por la singularidad de sus paisajes.

Si el director de cine John Ford hubiera rodado Centauros del desierto en las Bardenas de Navarra, estas serían quizá tan famosas como las montañas de Monument Valley. Otros rodajes sí que han hecho justicia a sus horizontes, como la serie Juego de Tronos, que halló en este desierto de 418 km2 sorprendentes escenarios naturales.

EDUARDO BLANCO

UNIVERSO MINERAL

EDUARDO BLANCO

RUTAS DE TRASHUMANCIA

EDUARDO BLANCO

EDUARDO BLANCO

Los rebaños del Roncal llegan a las Bardenas en septiembre y se van en mayo. Los chivos portan zumbas o cencerros gigantes.

c FANTASÍA GEOLÓGICA. Arriba, roca arenisca erosionada. Abajo, yeso desnudo por la erosión de arcillas y limos.

Se diferencian tres Bardenas: la del Plano, la Blanca y la Negra. La primera, en el norte, es una llanura dedicada a la agricultura de secano, una meseta que se eleva 130 m sobre los terrenos vecinos. Se llega a ella a través de cornisas y taludes yesíferos y por barrancos como el de Pisquerra, modelado por la erosión.

En el centro, la Bardena Blanca, la más desértica, regala los iconos más conocidos del parque, con malpaíses de aristas agudas o lomos de elefante, y los fantasiosos perfiles de Castildetierra, Rallón o el Bandido Sanchicorrota.

La abundancia de yesos y arcillas cubre el suelo de sales blanquecinas. Aquí se ubican el citado polígono de tiro y la zona de conservación del Vedado de Eguaras, con sus bosquecillos de pino alepo.

En el sur está la Bardena Negra, donde del grisáceo de yesos y salitres se pasa al azulado oscuro de las margas combinado con los rojizos y ocres arcillosos. La Negra, llamada así por su vegetación más densa, es la Bardena de los páramos, oteros y cabezos como El Balcón de Pilatos, bosques de pino carrasco y matorrales, coscojas, espartales… Aquí están las zonas de conservación del Rincón del Bu, con sabinas y otras especies adaptadas a condiciones extremas, y las Caídas de la Negra, con humedales y campos de cereal.

Para acceder a cualquiera de estos sectores hay infinidad de entradas, según la localidad de partida. De las cuatro más asequibles, tres parten de la monumental Tudela, la población con más opciones hoteleras y gastronómicas.

PARA NUEVAS RESERVAS HASTA EL 5 DE MARZO. Precios “desdeâ€? por persona y estancia en cabina doble interior en rĂŠgimen pensiĂłn completa (excepto indicado), vĂĄlidos para determinadas fechas de los periodos publicados. Tasas de embarque incluidas (salvo en producto Pullmantur Cruceros). Cuota de servicio a bordo y gastos de gestiĂłn (16â‚Ź por reserva) no incluidos (salvo indicado). ,QFOX\H YXHORV GRQGH VH LQGLFD GHVGH 0DGULG R %DUFHORQD HQ FODVH WXULVWD WUDVODGRV GHVGH_KDVWD HO SXHUWR GRQGH LQGLFDGR \ QRFKH GH KRWHO GRQGH LQGLFDGR HQ UpJLPHQ GH 6ROR $ORMDPLHQWR VDOYR LQGLFDFLyQ FRQWUDULD 1~PHUR GH QRFKHV D UHFRQžUPDU HQ IXQFLyQ DO KRUDULR GH ORV YXHORV +DVWD GH DKRUUR SRU YHQWD DQWLFLSDGD DSOLFDEOH VREUH ODV WDULIDV Pi[LPDV SXEOLFDGDV HQ ORV FDWiORJRV \ ZHEV GH ODV FRPSDxtDV QDYLHUDV HQ GHWHUPLQDGDV VDOLGDV EXTXHV \ FDWHJRUtDV \D DSOLFDGR HQ ORV SUHFLRV SXEOLFDGRV 'HVFXHQWR FDOFXODGR D IHFKD GH SXEOLFDFLyQ GH OD FDPSDxD \ FDWiORJR SXGLHQGR VXIULU YDULDFLRQHV R YHUVH UHGXFLGR GLFKR LPSRUWH +DVWD Âť GH GHVFXHQWR HQ WDUMHWD UHJDOR GH (O &RUWH ,QJOpV DSOLFDEOH VREUH HO YDORU GH VROR FUXFHUR D GHVFRQWDU GHO SUHFLR WRWDO GH VX UHVHUYD excluyendo vuelos, tasas de embarque, cuota de servicio y demĂĄs servicios adicionales. Consulta el valor de la tarjeta o descuento en cada compaùía naviera y sus condiciones ya que puede variar en funciĂłn de la salida, categorĂ­a, barco, itinerario o fecha de formalizaciĂłn de la reserva. Si el precio baja te lo igualamos, siempre que exista disponibilidad en el momento de efectuar la nueva reserva.

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EDUARDO BLANCO

EDUARDO BLANCO

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En la punta de Castildetierra, las rocas más resistentes se sostienen en equilibrio sobre las arcillas, erosionadas por el agua.

c UN REINO DE AVES. Arriba, una joven águila real ensaya sus primeros vuelos. Abajo, un alcaraván común.

Tomando por ejemplo la carretera NA 134, que conecta Tudela y Arguedas, una indicación a la derecha señala el Centro de Información Turística, donde facilitan datos y mapas de los itinerarios. Se ubica muy próximo al mirador de la ermita del Yugo y a la formación de Castildetierra, meta de una de las excursiones más populares.

Otra posibilidad es la conducción por la carretera NA 128 de Tudela hacia Carcastillo, que permite visitar el monasterio de Santa María la Real de la Oliva, joya del siglo xii, con monjes cistercienses.

Por esta vía se accede a la Bardena Blanca a través del cruce señalizado de El Paso, donde se erige el monumento al pastor y por el que en septiembre entran los rebaños trashumantes, procedentes de los valles de Roncal y Salazar para pasar el otoño y el invierno.

Otras opciones son la NA 125, de Tudela a Ejea de los Caballeros, que cruza el corazón de la Bardena Negra durante 12 km; mientras la NA 126, de Tudela a Tauste, bordea el extremo sur, por las Caídas de la Negra.

Este territorio único puede explorarse a través de 700 km de caminos. Solo para bicicleta de montaña hay una quincena de rutas, nueve señalizadas. También hay itinerarios para descubrir los diversos ecosistemas, donde habita una fauna compuesta por pequeños mamíferos y especialmente aves, con más de 20 especies de rapaces diurnas y nocturnas e infinidad de anátidas que nadan en el centenar de lagunas que quedan dispersas en el solar bardenero, la mitad de las que hubo. Y aunque el agua escasea, y más durante el verano, se han contabilizado hasta ocho especies de peces en las balsas de los barrancos.

EDUARDO BLANCO

Pero la parquedad de las precipitaciones no implica que no lleguen.

Las hay en invierno, donde el cierzo acentúa la sensación de frío y llega a barnizar el paisaje con escarcha, y se ausentan durante el estío. Por otro lado, desde el siglo pasado, la acequia del Canal de Bardenas mitiga la sensación de aridez.

En cambio, las Bardenas Reales sí pueden considerarse un desierto sin población permanente. Fue distinto en el pasado, cuando hubo asentamientos estables, sobre todo en época medieval de Reconquista, como atestiguan las ruinas del castillo de Peñaflor.

Hoy solo quedan unas trescientas cabañas al abrigo del cierzo que, según las ordenanzas, deberían mantener la puerta abierta para el cobijo del «congozante». Por lo

Colmenar encajado bajo una gran losa de roca en el barranco de Valfondo.

demás, la presencia del hombre se reduce a la agricultura, el pastoreo, la caza y a los visitantes, motorizados o no, y a las ruidosas maniobras militares. Aunque todo cambia con la «Extreme Bardenas», la competición anual de bicicleta de montaña, cuando hasta aquí se acercan cen-

tenares de personas. La próxima edición tendrá lugar el 23 de junio de 2019. ] José M. Esparza INFORMACIÓN. Desde Pamplona por la A 15 hasta Tudela, distante 94 km. Desde aquí se accede a las Bardenas Reales por la carretera N 134. www.bardenasreales.es

Plaza Vázquez de Molina, Jaén.

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Aquí no vas a ver museos, sentirás que cada rincón es una obra de arte.

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La Escuela de Diseño Bauhaus (1919) sigue siendo un escenario para las vanguardias.

AÑO CULTURAL

ESCAPADA A WEIMAR

Musa de artistas, esta ciudad celebra con un nuevo museo el centenario del nacimiento del movimiento Bauhaus.

E

l nuevo Museo Bauhaus, que tiene prevista su inauguración en abril, será un atractivo más a los que ya posee la encantadora Weimar, una ciudad de genios clásicos y nuevos estilos, emplazada en el centro de Alemania. Esta localidad universitaria, que en el pasado acogió a Bach, Goethe, Schiller o Liszt, que posee nada menos que dieciséis tesoros Patrimonio de la Unesco, y que vio nacer la corriente artística Bauhaus, sigue siendo, incomprensiblemente, desconocida para muchos fuera del país.

A Weimar hay que conocerla porque no defrauda. La que fue centro intelectual de Alemania durante los siglos xviii y xix es hoy una ciudad amable y manejable que se deja recorrer a pie y con cierta intimidad. Para entenderla puede ser útil situar nuestro punto de partida en la iglesia de San Pedro y San Pablo, en la Herderplatz, cuyos cimientos se colocaron al mismo tiempo que se fundaba la urbe entre 1245 y 1249. En el interior destaca el tríptico que decora el altar, obra del maestro medieval alemán Lucas

Cien años de diseño alemán En 2019 Alemania conmemora cien años de la corriente de diseño Bauhaus. La efeméride servirá para dar a conocer este estilo rompedor que nació en Weimar en 1919 y que floreció con la creación de la escuela de arquitectura, arte y diseño de la cercana Dessau. Además de nuevos museos, hay previstas exposiciones en ambas ciudades y también en Berlín, que este año celebra el 30 aniversario de la caída del Muro (1989).

■ www.bauhaus100.de

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ALEMANIA ARTÍSTICA

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PARQUE DEL Rร O ILM

La torre del Palacio de los Grandes Duques de Weimar (siglo XVIII) sobresale entre los lagos y jardines de este frondoso parque en el corazรณn de la ciudad.

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La Biblioteca de la Duquesa Ana Amelia.

c EL HOGAR DE GOETHE. La residencia situada en la Frauenplan 1 acoge la casa-museo del escritor alemán.

Cranach el Viejo, quien no dudó en representarse a sí mismo en la escena de la crucifixión junto a Martín Lutero, que había predicado en numerosas ocasiones en este lugar.

Hay poca distancia a pie entre la Herderplatz y el centro neurálgico de Weimar desde hace siglos, la Marktplatz. A su alrededor se admira una arquitectura diversa, y es que desde el Ayuntamiento gótico, con un carrillón de 32 campanas de porcelana de Meissen, a los sobrios perfiles del histórico Hotel Elephant, pasaron varios siglos, bombardeos y reformas no siempre acertadas. La más controvertida fue la del propio hotel, que abrió en 1696 para acoger a los artistas e intelectuales que gozaban de los favores de la corte, instalada en la ciudad desde el siglo xvi. Allí se alojaron desde Richard Wagner a Nietzsche

o Thomas Mann, quien por cierto donó el dinero de su premio Nobel de Literatura 1929 para reconstruir la iglesia de San Pedro y San Pablo, dañadaporlaSegundaGuerraMundial. Hitler, otro huésped habitual, mandó derribarelhistórico edificio para erigir otro de líneas nacionalsocialistas. La obra fue conducida por el arquitecto estrella de los nazis,HermannGiesler,quienincluso diseñó un balcón para que el führer pudiera lucirse ante las masas.

No es extraño coincidir con alguna de las ferias, mercados o festivales que tienen en la Marktplatz su escenario principal. El Mercado de la Cebolla, que se instala cada octubre desde hace 360 años, es muy popular. Por suerte, las tartas y sopas con la hortaliza como protagonista se pueden degustar todo el año en los restaurantes de

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LA BELLA HERDERPLATZ La plaza más antigua de Weimar era antes un camposanto. Reúne edificios góticos y renacentistas convertidos en restaurantes.

la ciudad. Y lo mismo sucede con otras especialidades de Turingia, a saber, los rostbratwurst, los thüringuer klösse (a base de patata) y la cerveza, cuyo método de elaboración viene perpetuándose en Weimar desde 1433.

Acerquémonos a otra plaza emblemática, Platz der Demokratie, donde entre residencias ducales se alza la espectacular Biblioteca de la Duquesa Ana Amalia, de estilo rococó. Gran mecenas del arte, durante su reinado logró que ilustrados y pensadores de Europa se instalasen en la ciudad. Fue la época del Clasicismo de Weimar, que duró 50 años y es también Patrimonio de la Unesco. Testigos de su paso son los lugares donde vivieron y crearon sus obras. Entre ellos Goethe, que llegó con 26 primaveras para no marcharse hasta morir a los 82 años.

El escritor era tan aficionado a la naturaleza que instaló su hogar en el corazón del Parque del río Ilm. En este vergel, que el artista rediseñaría más tarde, se conserva la Gartenhouse donde escribió obras como Ifigenia en Táuride o la tragedia Egmont. Sus restos reposan en el cementerio histórico de la ciudad, por cierto también Patrimonio de la Humanidad.

Desde el parque solo hay que cruzar la avenida Belvedere para llegar al siglo xx de esta historia. La Universidad de Diseño Bauhaus, fundada en 1919 y hoy visita fundamental, fue toda una declaración de intenciones desde la colocación de su primera piedra. La idea de su fundador Walter Gropius era establecer un «edificio del futuro» que combinara arquitectura, escultura y pintura; una «obra de arte total»

donde las sucesivas generaciones de artistas pudieran crear libremente. Aquella idea de Gropius supuso una revolución cultural y el movimiento Bauhaus se erigió como un nuevo modo de entender el diseño, cuyas influencias perduran hasta nuestros días. Hoy los propios estudiantes de la universidad realizan los Bauhaus Walks para enseñar a los visitantes los elementos más famosos de su escuela, como el despacho diseñado por Gropius o los murales pintados por Werner Claus en 1923. Los cien años de aquel movimiento que cambió los patrones de la estética se celebrarán por todo lo alto en Weimar a lo largo de 2019. ] Kris Ubach INFORMACIÓN: El aeropuerto más cercano es el de Erfurt, a 24 km de Weimar y conectado por autobús. www.weimar.de

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Fuente del mirador A Granxa.

UMBRAL DE LAS RÍAS BAIXAS

LA MAGICA PONTEVEDRA Las plazas y callejuelas de esta ciudad gallega han preservado la esencia marinera y el trazado medieval.

P

ontevedra fue construida sobre sus orígenes romanos, pero engrandecida y renovada durante la Edad Media. Con tradición de pescadores, peregrinos y comerciantes, la ciudad ha dejado atrás su pasado como breve parada del Camino de Santiago Portugués y como lugar de paso de un turismo de playa. No es casualidad que hoy la capital de las Rías Baixas aparezca como uno de los destinos favoritos de Galicia. La esmerada y respetuosa restauración de su casco histórico, el mejor de Galicia tras

el de Santiago de Compostela, ha puesto en valor las numerosas joyas que atesora, como los pazos de los Condes de Maceda –hoy Parador de Turismo–, el de Mugartegui o el de García Flórez, entre otros, que flanquean las hermosas plazas de la antigua Pontevedra y muestran el esplendor del renacimiento y del barroco civil gallego. Renovada por un proyecto de peatonalización que le ha valido numerosos premios internacionales, se ha convertido en una ciudad visiblemente amable y muy sugerente para el visitante.

Pontevedra luce azul en verano por sus costas y su ría, mientras las brumas del invierno y el ambiente otoñal nos descubren una ciudad aún más encantadora y auténtica.

La vida en ella discurre con calma.

En el centro las bicicletas han sustituido a los coches y las terrazas acogen incluso en invierno a multitud de visitantes, mostrando una ciudad volcada al exterior.

Se nota que es lugar de peregrinos, pero también de viajeros que buscan de Galicia algo más que sol y playas, así que los pontevedreses

GASTRONOMÍA

no desaprovechan la ocasión y exhiben ese suave clima de las Rías Baixas que permite llenar de vitalidad sus calles durante todo el año.

Las hermosas plazas de A Verdura, A Pedreira o A Leña, evocadoras de antiguos gremios y mercados, nos reciben con un despliegue de mesones donde disfrutar de la cocina gallega. La plaza de Curros Enríquez o la de Méndez Núñez –esta presidida por la estatua de Valle Inclán– resultan especialmente acogedoras. En la plaza de A Ferrería, el olor a castañas

El centro antiguo de Pontevedra, rehabilitado con mimo, está considerado el más rico de Galicia en construcciones civiles.

Una ciudad de tapas y dulces El tapeo es un clásico de la vida pontevedresa: pulpos a la gallega, pimientos de Patrón y mejillones conviven con otras tapas de elaboración más compleja.

Volcada al mar, también son famosas sus mariscadas, siempre regadas con vino albariño, pues Pontevedra es además tierra de vides. En la ciudad se preserva la tradición de la dulcería conventual, con galletas de cidra o de membrillo, y postres típicos como las filloas y la leche frita.

c PLAZA DE A LEÑA

Esta popular plazoleta, ejemplo de arquitectura tradicional pontevedresa, está presidida por un crucero de piedra y rodeada de casonas. Al caer la tarde, cuando abren las tabernas que la enmarcan, se convierte en un animado punto de encuentro.

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PASEO POR LA HISTORIA

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c SANTA MARÍA LA MAYOR. El templo

más notable de la ciudad, del siglo XVI y estilo gótico, guarda bellos detalles escultóricos. Arriba, la imagen de Santa María; abajo, San Jerónimo.

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LA VIRGEN PEREGRINA La capilla de A Peregrina, en la plaza homónima, fue edificada en el siglo XVIII sobre una singular planta en forma de vieira.

asadas y la piedra húmeda recuerdan que aún manda el invierno, pero que ni en días nublados pierde su encanto este rincón. Rodeada de edificios porticados, flanqueada por los jardines y la iglesia de San Francisco, atrae a pontevedreses y viajeros que se dan un respiro tomando una caña en alguna terraza.

Pontevedra también es arte: varias fuentes del siglo xix, hermosos cruceiros y bellas iglesias salpican el centro histórico. La Peregrina, con su peculiar planta de concha de vieira, es una muestra del barroco con tintes neoclásicos. San Bartolomé esconde su monumental fachada barroca entre las callejuelas del casco antiguo y acoge joyas del arte en su interior. También la iglesia de San Francisco, ejemplo del gótico mendicante, merece una visita por sus altares y sepulcros pétreos. Pero la perla de la arquitectura religiosa pontevedresa es

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PLAYA DE A LANZADA

la basílica de Santa María la Mayor: su hermosísima fachada plateresca y su grandeza interior muestran el poder del Gremio de Mareantes que en el siglo xvi la ordenó erigir.

Es interesante su museo, con orfebrería, artesanía y pintura, entre otras artes. Repartido en seis edificios monumentales, incluye las ruinas del convento de San Domingo, muestra del gótico del siglo xiii, de evocadora estampa.

Pero Pontevedra sobre todo hay que pasearla y recorrer con calma sus callejuelas con edificios blasonados que recuerdan su antiguo esplendor. Degustar un café observando la bruma que de buena mañana se cuela en la ciudad y envuelve el histórico Puente del Burgo. Atravesar sus arcos y acceder a sus plazas, hacer una parada en bares resguardados de la lluvia bajo soportales y acercarse al barrio de

Esta media luna de 3 km se abre a los pies de una ermita que fue erigida donde hubo un castro. Sus acantilados están bordeados por senderos.

A Moureira, que aún conserva algunas típicas casas de pescadores.

El centro goza además de espacios verdes como las Palmeras o Campolongo. Aunque el verdadero pulmón de la ciudad está solo a unos pasos, cruzando alguno de los puentes que salvan el río Lérez: las Marismas de Alba y la Illa das Esculturas son la muestra de que arte, cultura y naturaleza pueden convivir en armonía. La Illa permite un respiro a orillas del Lérez y su Playa Fluvial, toda una referencia del veraneo, invita al baño con el buen tiempo. La Marismas son uno de los mejores espacios naturales de la provincia: un humedal de gran valor ecológico donde podemos observar aves acuáticas, desde gaviotas o cormoranes hasta el escurridizo martín pescador y alguna que otra garceta.

Desde hace unos años la agenda cultural de Pontevedra es verdaderamente importante (Festival Internacional de Jazz en las fiestas patronales de A Peregrina, Campeonato Mundial de Triatlón...). Pero entre las citas más queridas sobresale la Feira Franca, única en Galicia. La fiesta conmemora el privilegio real concedido a la ciudad en su época de mayor prosperidad, cuando Enrique IV le otorgó el permiso de tener una feira franca, es decir libre de impuestos, de 30 días de duración.

Se celebraba en la Plaza da Ferrería, hoy una de las más apreciadas. Esta tradición se recuperó en el 2000 y desde entonces se viene realizando cada vez con mayor éxito y participación. Actualmente supera los 100.000 visitantes y se desarrolla el primer fin de semana de septiembre. Comienza el viernes con los

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pregoneros a caballo recorriendo el centro y con un vistoso espectáculo nocturno de fuego, luz y acrobacias en la plaza de A Ferrería. Al día siguiente se realiza la teatralización del Transporte del Vino en carros de bueyes y la apertura del Mercado Medieval, con puestos de artesanía, comida y actividades como cetrería, tiro con arco, torneos... Esos días, la ciudad casi entera y los mismos pontevedreses se visten como en tiempos medievales.

La visita a Pontevedra nos va a dejar un sabor dulce, pero no hay que olvidar que estamos en las Rías Baixas, y que a escasos minutos esperan decenas de arenales paradisiacos: Mogor, Aguete, Areas o la mítica A Lanzada nos reciben con el indómito Atlántico de fondo.

La carretera hacia esta espectacu-

el gran espectaculo de la floracion en Cieza.

Turismo Región de Murcia

La marinera Combarro conserva uno de los mejores conjuntos de hórreos de Galicia.

lar playa descubre rincones como el mirador de A Granxa, con una de las vistas más bellas de la ría, y encantadores pueblos como Combarro, marinero y de gran tipismo, con una treintena de hórreos frente al mar. Avanzando pocos kilómetros llegamos a Sanxenxo, lugar de

veraneo por excelencia, pero que en invierno ofrece su cara más tranquila, idónea para acompañarnos en la despedida. ] Marga Díaz INFORMACIÓN. El aeropuerto más cercano a Pontevedra es el de Vigo, a 30 km de distancia. www.visitpontevedra.com

AL NORTE DEL MULHACÉN

JUAN MANUEL FACAL

Sierra Nevada se interpone entre la ciudad de Granada y la cálida costa mediterránea.

En la fotografía se distingue el pico Veleta (en el centro) y el Mulhacén a su izquierda.

GRANADA LP

JOSÉ LUIS DE JUAN, ESCRITOR

RR

GONZALO AZUMENDI

Una cúpula de mocárabes cubre la Sala de los Abencerrajes.

E

l atractivo de Granada y sus montañas, valles y pueblos no deja de crecer. Si en cualquier época impresiona los sentidos y la imaginación, en invierno todo cobra una apariencia especial. La sierra se engalana de nieve, el agua corre por doquier y una luz prodigiosa revela en la fría quietud sus tesoros arquitectónicos y naturales.

Al corazón de Granada nos acercamos sin prisas, dejando que la atmósfera de la ciudad despierte nuestros sentidos y los prepare para la belleza creada siglos atrás por soñadores arquitectos y exquisitos jardineros. El frío seco y la brisa pura de Sierra Nevada nos acompañan mientras remontamos el Albaicín.

Las calles en cuesta, flanqueadas por casas encaladas, desembocan en recogidas plazas como la de la Victoria. Va cayendo la tarde tintando de rosa el cielo pálido.

En la calle Calderería Nueva nos parece estar en la medina de Fez o de Tánger. Quizá nos asomemos a una tienda de artesanía o tomemos un té a la menta en algún café

morisco, o nos perdamos por el acogedor laberinto de las callejuelas. Pero el mirador de San Nicolás nos reclama. Desde la terraza los muros ocres y rojos de la Alhambra reciben el resplandor de las cumbres. Las puntas de las almenas destacan gracias al telón de fondo de la sierra. El verde penacho de las palmeras, los cipreses y los pinos, a falta de los deshojados robles, arces y castaños, abrazan los palacios, las torres y sus sombras.

Ahora es el silencio de la nieve que arropa todo el conjunto.

No es la misma estampa que veríamos en primavera y verano pues la Alhambra tiene múltiples caras, más allá de las cuatro estaciones.

La mezquita nueva y el edificio

del Centro de Estudios Islámicos redondean un panorama que es difícil dejar de mirar. Tiene el aura de un pasado que nuestra imaginación apenas puede rozar, el brillo nostálgico de una cultura fascinante que aún hoy sigue irradiando su esplendor vivo, intacto.

El bar Kiki, al costado de la iglesia de San Nicolás, es un lugar acogedor donde tomar las primeras tapas, que aparecerán sin pedirlas, con los vinos. Granada es de las pocas ciudades donde aún se conserva la bendita tradición de ofrecer a los clientes comida mientras consumen alguna bebida. Incluso recientes locales con ínfulas de nouvelle cuisine se ven obligados a seguirla. Aunque probar una vez

LA ALHAMBRA

FRANCESCO CAROVILLANO / FOTOTECA 9X12

Vista desde el mirador de San Nicolรกs, uno de los seis balcones panorรกmicos de la ciudad de Granada.

UGO MELLONE / FOTOTECA 9X12

El pórtico del Partal, de cinco arcos, preside un jardín con una gran alberca central.

La Fábula, un restaurante con pedigrí, no defraudará a nadie, uno viene a Granada para sumirse en la belleza de sus monumentos tanto como para rendirse al fino paladar local. Y ese se encuentra en los bares de siempre: Los Diamantes, La Tana o el Cunini, que sirve buenas tapas de marisco.

Por mucho que uno vuelva, siempre es la primera vez que se entra en el recinto de la Alhambra. Si la consideramos una ciudad en sí misma es más fácil acercarse a los incontables estímulos visuales y olfativos que depara el conjunto.

Es mejor tomarlo con calma sin pretender verlo todo en un día. Por la mañana visitamos los palacios nazaríes con el inefable Patio de los Leones y tras una pausa dedicamos la tarde y la mañana siguiente

al Generalife y sus jardines. Ya que volveremos, conviene dejar partes y rincones para la próxima visita.

Así como leer algunos de Los cuentos de la Alhambra, de Washington Irving, que ayudan a entrar en esa atmósfera única y apreciarla mejor. «La poesía alienta en la alada arquitectura de sus muros», escribió el americano.

Iniciada como fortaleza militar dominando el río Darro, fue el rey conocido por el evocador nombre de Alhamar quien decidió convertirla en su residencia a mediados del siglo xiii. Las dos centurias posteriores vieron su expansión y embellecimiento: desde la alcazaba defensiva erigida en los primeros años hasta el palacio de Carlos V, construido tras la toma de la ciudad en 1492, pasando por la medina y la filigrana refinada de las residencias

nazaríes. Pero son quizá las huertas y jardines de los sultanes granadinos, esos cármenes sublimes que evocan una paz perpetua, donde se capta mejor lo que debió ser la vida aquí hace seis siglos. En el Generalife se respira una atmósfera de sosiego, acentuada en la escalera del agua, ahora muy fría. El agua, más aún que la piedra, el azulejo y el yeso pintado, es el alma de la Alhambra y de toda la provincia andaluza, en realidad. No parece haber pasado tanto tiempo desde aquellos días de caída y reconquista pues los visitantes ¿acaso no nos sentimos irrumpir por primera vez en un reino perdido a medida que tomamos por turístico asalto la noble ciudadela?

Una forma de reposar la magnificencia nazarí es hacer una visita al estudio art déco del pintor Rodríguez-Acosta, que alberga una

STEFANO BROZZI / FOTOTECA 9X12

EL PATIO DE LOS LEONES La fuente escultรณrica que da nombre al patio estรก rodeada de finas columnas que sostienen arcos polilobulados.

GONZALO AZUMENDI

TRAS LA EXPULSIÓN DE LOS ÁRABES, GRANADA SE LLENÓ DE BELLAS IGLESIAS REPLETAS DE TESOROS ARTÍSTICOS

SAN JERÓNIMO Este monasterio fue el primer templo cristiano que se construyó en Granada después de la conquista de la ciudad por los Reyes Católicos.

buena colección de arqueología y arte impresionista, con cuadros de Sorolla. Muy cerca está la casa del músico Manuel de Falla, otro icono cultural de la ciudad, que debió inspirarse en las florestas granadinas cuando compuso Noches en los jardines de España.

Una estancia en Granada no puede acabar sin entrar en la luminosa catedral ni sin ver la Huerta de San Vicente, donde García Lorca escribió tantos versos y que hoy alberga recuerdos suyos y obras de sus amigos. En invierno el río Darro va crecido y apetece pasear por sus márgenes escuchando el baile del agua. Una vez en la plaza Nueva nos dirigimos a la carrera del Darro que termina en el llamado Paseo de los Tristes, cuyo nombre recuerda que por él pasaba tiempo atrás el cortejo fúnebre. Hay dos bonitos puentes de origen árabe que jalonan el paseo y en ellos siempre me gusta detenerme: el de las Chirimías y el del Aljibillo. Allí mismo está la iglesia de Santa Ana, con su esbelta torre mudéjar, pues fue utilizada para su construcción la mezquita que mandó erigir el rey Badis.

Por fin, viendo ahora desde abajo la iluminada Alhambra, acabamos el día en uno cualquiera de los bares de tapas cercanos planeando la excursión del día siguiente.

Rodeados de una nieve de intensa blancura, ascendemos la carretera del monte Veleta (3398 m), la más alta de Europa aunque su último tramo está cerrado al tráfico desde 1989 y ahora es obligado dejar el coche a 2500 m. La segunda mayor cumbre de Sierra Nevada está envuelta por un manto de nubes que resaltan la pureza del cielo despejado. Desde el Balcón de Canales,

EL ALBAICÍN

ANDRÉS UREÑA G.

Durante la etapa andalusí, agrupaba varios núcleos al nordeste de la Alcazaba Cadima o Vieja. La Unesco lo declaró Patrimonio de la Humanidad en 1984.

GONZALO AZUMENDI

Plaza de San Bartolomé.

SABORES Y AROMAS DE AL-ANDALUS

GONZALO AZUMENDI

Este moderno hamam recuerda los baños de la época árabe. El único vestigio que queda es El Bañuelo (siglo XI), en la Carrera del Darro.

Las calles y cuestas del antiguo barrio árabe reúnen innumerables rincones donde dejar pasar el día, de la mañana a la noche. Desde las plazas soleadas, las iglesias y los palacetes renacentistas con patios ajardinados, a los miradores y las cuevas del Sacromonte.

GONZALO AZUMENDI GONZALO AZUMENDI

Tetería decorada al estilo árabe.

Tablao flamenco en una cueva del Sacromonte.

ESQUÍ NOCTURNO La iluminación de las pistas de El Río y Maribel, entre el área de Borreguiles (2700 m) y Pradollano (2100 m), reverbera en medio de la noche.

el río Genil serpentea oscuro en el valle blanco. En el pueblo GüejarSierra paramos a tomar algo caliente, un buen chocolate con churros jugosos y lisos, quizá.

De nuevo en ruta, un paisaje soberbio se despliega en todas direcciones. Granada, roja y ocre, es una miniatura velada por una fina bruma, en la que destaca la catedral.

Atravesamos bosques de abetos salpicados de nieve, valles que parecen iluminados, barrancos que no tienen fondo. Nos detenemos en el de las Víboras a disfrutar de vistas que escapan a la descripción.

El aire gélido suspende el aliento y

empezamos a notar la euforia de las montañas, el ímpetu de las alturas.

Al llegar a la laguna de las Yeguas, la arquitectura humana que nos ha fascinado los días anteriores queda relegada por la desnuda simplicidad de la naturaleza. Casi queremos zambullirnos en las heladas aguas, aunque deslizarse por las pistas de esquí es sin duda mejor opción. La cumbre del Veleta se ha despejado entretanto y acariciamos la amplitud del silencio por encima de los 3000 m. Con el aire en calma y el sol deslumbrando, la ladera nevada resulta

tan acogedora como un prado en primavera. Más allá saca la cabeza el Mulhacén (3478 m), techo de la Península Ibérica, donde la reina Zoraya enterró a su querido Muley Hacén cubriéndolo con la bandera roja de los nazarís.

«Océanos de aire, y las nubes, como ballenas o enormes barcos varados, pendían sobre la aldea ancladas por las corrientes de húmedo aire marino que ascendían hasta coronar Sierra Nevada». Así describía Gerald Brenan «su» Alpujarra, la del pueblo de Yegen, encaramado en la montaña, donde se estableció con dos mil libros y una

JUAN MANUEL FACAL AGE FOTOSTOCK

NIEVES DEL SUR Telón de fondo de Granada, el macizo de Sierra Nevada abarca una zona declarada parque nacional y otra parque natural, la famosa estación de esquí y, en la zona meridional, los pueblos de la Alpujarra.

En la zona baja abundan los árboles de hoja caduca y plantas autóctonas, como la manzanilla y la violeta de Sierra Nevada.

Con la altitud, los abetos ganan presencia hasta desaparecer en las cotas más altas.

Allí señorea el Mulhacén (3479 m), máxima cumbre de la Península Ibérica, y el Veleta (3398 m), dos objetivos míticos para los esquiadores de montaña en invierno.

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Alfarero de Órgiva, en la Alpujarra.

determinación de ermitaño hacia 1920. Cincuenta años después siguió sus pasos Bruce Chatwin, el renovador de la literatura viajera, y dijo que la sierra granadina le recordaba Afganistán. Imaginemos cómo serían estos lares a mediados del xix, cuando el escritor Pedro Ruiz de Alarcón vino atraído por «la privación, los obstáculos, la novedad y el peligro».

Los límites de la Alpujarra se extienden de Motril a Almería y de Sierra Nevada al mar. Aventurarse por sus valles, roquedales y cumbres desde las que los días claros se divisa la sierra del Rif sigue siendo una experiencia sin parangón en España.

Paradores, hoteles y todo tipo de alojamiento hacen hoy placentero el viaje, sea en coche, en bicicleta o pie, recompensado por un aire finísimo, una comida simple y deliciosa, y gentes de pegadiza humanidad.

El origen de su nombre puede provenir del bereber abuxarra, que significaría además de tierra de pastos y altura, indómita y pendenciera. En esa región se establecieron los árabes tras la derrota del reino nazarí y la evacuación de Granada.

Al parecer, las mujeres tuvieron en la sociedad alpujarreña un poder y una influencia desconocida en el resto de la Península.

En Yegen es 2 de febrero y fiesta mayor. Compartimos el tradicional puchero de garbanzos y unas rosetas de maíz bañadas en miel, todo regado por un vino recio, con sus varios centenares de vecinos, que bailan y cantan hasta medianoche.

El pueblo gris, hecho a los riscos ahora helados, es la puerta del sur de Granada, ese espacio que observó Brenan con una curiosidad sin fin. Desde allí iremos a Montenegro, Bérchules y Trévelez.

La Alpujarra es un largo y ancho brazo arrugado de tierra inestable sembrado de valles por donde discurren ríos apresurados. Uno de ellos es el Trévelez, cuyo pueblo es el más cercano al Mulhacén. Ahí se curan estupendos jamones, el pueblo entero huele a loncha recién cortada de serrano. Bajamos a Pitres, un trayecto de un par de horas pasando por Busquistar y su antigua zona minera. «Aquí estoy en Pitres, pueblo sin voz ni palomas de la sierra, crucificado en la “y” de un árbol», escribió García Lorca.

ARQUITECTURA ALPUJARREÑA Las calles empinadas y de suelo irregular, a veces bajo porches, suben encauzadas entre casas blancas de tejados planos.

MIGUEL ÁNGEL SÁNCHES-GUERRERO

Jaén A-44

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GRANADA

A-92 Aeropuerto Granada-Jaén

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Sierra Nevada 2 0Pico Veleta 3398 m

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Embalse de Valle del Béznar río Lecrín

Cerro de los Canjorros

Nerja

Mulhacén 3479 m

Parque Nacional de Sierra Nevada

d a N e v a Alpujarra Granadina

Órgiva Berja Lújar

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5 0Trevélez Yegen Laroles Bubión Capileira Bérchules 4 0 Busquístar Montenegro 6 Pampaneira 0Ugíjar Lanjarón Pitres

Melegís Restábal

Málaga

La Calahorra

de Sástago. Las dos torres de su iglesia destacan entre el pueblo blanco, que se desparrama como un montón de papeles desgarrados en los que se ve, aquí y allá, la escritura negra de las lajas de pizarra de sus tejados.

Embalse de Canales

Barranco de las Víboras

Parque Natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama

Parque Natural Sierra de Baza

Guadix

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Sorvilán

Motril

Almeria

A-7

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Almuñecar

M a r

d e

r á n o b l A

De Granada a la Alpujarra 1 Granada. El recorrido por la ciudad debería empezar con la visita a los palacios y jardines de La Alhambra, y dedicar después un paseo (diurno y nocturno) por el barrio del Albaicín y sus miradores.

2 Estación de Sierra Nevada. Abarca las zonas altas del macizo, al norte del pico Veleta. Desde sus pistas se divisa el pico Mulhacén.

3 Lanjarón. Esta bonita localidad alpujarreña es famosa por su balneario, con aguas de seis manantiales mineromedicinales.

4 Capileira. Pura arquitectura alpujarreña de casas encaladas.

5 Trevélez. Famosa por sus jamones, se sitúa al pie del Mulhacén.

6 Ugíjar. Ciudad con buenos servicios y bellas casas históricas.

Techos planos y chimeneas cilíndricas, azulejos hechos a mano, la influencia morisca se aprecia en la grácil torre nazarí de Bubión, reino de geranios, donde hacemos noche, desafiando el viento gélido que recorre el pueblo pasmado. El próximo destino es Pampaneira, cuyos 340 habitantes parece que

solo se dediquen a tejer jarapas (alfombra alpujarreña) en los lentos días de invierno. Recorriendo el llamado Paseo de García Lorca apreciamos el pico del Veleta y las siluetas de Bubión y Capileira. Tras muchas curvas y cierto vértigo llegamos a Órgiva, población con barrio morisco y el castillo de los condes

En Lanjarón, a 45 km de Granada, el agua mana de muchas fuentes con sonido alegre y cantarín. Se puede pasar unos días en su célebre balneario de seis manantiales y hacer una caminata por el parque del Salado, entre perfumados eucaliptos. De nuestro paso por Melegís nos quedamos con las vistas hacia el valle del río Lecrín, con sus pueblos esparcidos al divino capricho y el azul del embalse de Béznar. Los ríos Saleres y Dúrcal se encuentran en un pequeño pueblo, Restábal. Caminamos hasta el barranco de Alas para ver las formaciones creadas por la erosión en la roca caliza y, después, admiramos la vista desde el cerro de los Canjorros. En la laguna del río Padul se hallaron restos prehistóricos y se acotó el agradable sendero del Mamut, que discurre entre humedales y un paisaje sugerente.

Al sur la Alpujarra se rinde al mar.

En un par de horas por carreteras secundarias que cruzan densas arboledas y arroyos, cañadas y torrentes, desembocamos en el azul. Higueras y almendros, algunos ya en flor, brincan en los barrancos cuando nos acercamos a Sorvilán. Aquí la luz es una desmesura, un don natural al que uno se abraza. Al sol de febrero sabe mejor el vino de esta tierra de dulces catadores y luego caminando por el bosque de alcornoques. La oscuridad de los árboles gruesos, el rojo alhambra de los campos, el mar allá abajo saludando y en el cielo nubes que, como decía Brenan, parecen ballenas; todo ello nos hace esbozar una sonrisa de felicidad. ]

KEN WELSH / AGE FOTOSTOCK

BAJO GIGANTES DE ROCA Y NIEVE Las altas cumbres de Sierra Nevada despuntan sobre el núcleo de Capileira, uno de los pueblos más típicos de la Alpujarra granadina.

MILÁN VÍCTOR ANDRESCO, ESCRITOR

EL GRAN MIRADOR

STEFANO GENCO

La azotea de la catedral, con sus arbotantes, 135 pinรกculos y mรกs de 2500 esculturas, es el mejor balcรณn al centro de Milรกn.

C

omo le sucede con sus parques y palacios, Milán es también generosa con sus cielos y su luz, y el invierno es ideal para disfrutar de la capital de la moda, el diseño y la cultura.

Bien abrigados tras el primer caffè –que en esta ciudad tiene carácter de disciplina olímpica cuando no de religión–, sea en la céntrica Via Dante o en cualquier bar, nada mejor que dejarse llevar por el dédalo de callejuelas y plazas del bohemio barrio de Brera. Y entrar en la Pinacoteca de Brera, una de las mejores del mundo, que reserva tesoros como la Lamentación sobre Cristo muerto del renacentista Andrea Mantegna o el mítico Beso del romanticista Francesco Hayez.

Continente y contenido, palacio y colección se armonizan de una manera ejemplar y generan una experiencia inolvidable. A ello se añade el inusual privilegio de visitar un espacio vivo gracias a los 3500 alumnos de Bellas Artes de más de 40 países que dibujan, pintan o modelan a la vista del paseante.

Artesanos, diseñadores, libreros y galeristas llenan de color y sorpresas una de las zonas más populares y sugerentes, vecina del imprescindible «cuadrilátero de la moda» donde se concentran los escaparates del lujo y las tendencias de cada temporada. Ropa, zapatos, bolsos, joyas: todos los caprichos a una sola vitrina de distancia… y con el aliciente de que durante dos largos meses las rebajas –son toda una institución y convocan a los visitantes más previsores y mejor informados del mundo– convierten Milán en una gran tentación

GIUSEPPE CILLIS / GETTY IMAGES

UN TEMPLO DE ARTE Esculturas, retablos y pinturas que cuelgan de columnas y muros decoran el grandioso interior de la catedral.

PARQUE SEMPIONE El pulmรณn verde de Milรกn estรก surcado de senderos y fuentes ornamentales.

El castillo Sforzesco, en uno de sus extremos, alberga varios museos de arte.

Motor comercial de Italia, la ciudad ofrece grandes áreas para mirar, soñar y comprar de todo. Para dejar volar la imaginación y la tentación resulta ideal el kilométrico, populoso a ratos y siempre elegante Corso Buenos Aires, con la Porta Venezia y sus Giardini Pubblici, acaso los más románticos de Milán y que hoy llevan el nombre del periodista Indro Montanelli (19092001). Y también los alrededores del Duomo, epicentro urbano y emblema local indiscutible con su refulgente madonnina de cobre dorado en lo más alto.

El Palazzo Reale, siempre con magníficas exposiciones y una portentosa museografía, y la Galería Vittorio Emanuele –un espacio que trasciende lo comercial para concentrar muchas de las esencias visuales y sentimentales de la ciudad– contrastan con la sutil ruta por la modernidad artística que propone el pequeño Museo del Novecento, en la plaza del Duomo.

Aquí, en el Palazzo dell’Arengario desde el que Mussolini proclamaba sus bravatas, se dan la mano, en una espiral real e imaginaria, la vanguardia más rabiosa y la pintura y la escultura italianas del siglo xx.

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hasta para el menos consumista de los mortales. Entre las calles de Montenapoleone, la Spiga, Manzoni y Sant’Andrea se encuentran las marcas más famosas, pero también espacios singulares en los que tomar un respiro. Es el caso del discreto bar del hotel Four Seasons o el coqueto Museo Bagatti Valsecchi, que invita a viajar en el tiempo y descubrir en pocos minutos cómo era la vida de las familias patricias en Lombardía desde el Renacimiento hasta el siglo xix.

El cuarto estado, la revuelta obrera que pintó Pellizza di Volpedo en 1901 y dio la vuelta al mundo como imagen de la película Novecento (1976) de Bernardo Bertolucci, abre el camino a momentos estelares del arte contemporáneo mundial, un derroche de voces tan radicales como Marinetti y Picasso, Balla y Kandinski, Klee y Carrà, Matisse y Lucio Fontana.

Continuamos el paseo con la tranquilidad de tener siempre a mano un segundo café –esta vez quizá macchiato (cortado; se añade el término caldo si se desea con leche caliente) o cappuccino– dentro de las portentosas librerías Mondadori o Feltrinelli, donde algunos pasan horas enteras leyendo y mirando morosamente desde sus amplios ventanales. Y después, disfrutar de las inmediaciones de La Scala, el teatro en que Rossini, Verdi y Puccini alcanzaron su fama mundial. Pionera en la inclusión en su página web de una fotografía específica para comprobar la visibilidad de cada butaca, La Scala vende con mucha anticipación la mayoría de sus localidades aunque no es imposible conseguir algunas en las taquillas incluso el mismo día de la representación.

Dos hoteles, radicalmente distintos y apenas separados por menos de un centenar de pasos, dan la idea del mundo plural que se concentra sobre la Via Manzoni. En el Grand Hotel et de Milan (de 1863) se alojaban Enrico Caruso, María Callas, Richard Burton o Vittorio de Sica, y allí vivió y murió Verdi un 21 de enero de 1901, dejando una huella imborrable para los milaneses, por lo que el hotel es también punto de peregrinación para melómanos. En el modernísimo Hotel Armani, inaugurado en 2011

LA CITY MILANESA La antigua zona ferial del oeste se ha transformado en una inmensa área peatonal, con zonas residenciales de lujo, parques y tres rascacielos diseñados por Isozaki, Libeskind y Hadid.

DAVIDE ERBETTA / FOTOTECA 9X12

MASSIMO PIGNATELLI / FOTOTECA 9X12

Elegantes tiendas de moda flanquean las avenidas en torno a la Piazza della Scala.

sobre un ejemplo perfecto de racionalismo de los años treinta y hermanado por el lujo y la búsqueda del confort, se hospedan hoy turistas sin agobios presupuestarios y rutilantes estrellas como Cate Blanchett, Pierce Brosnan o la mismísima Sofía Loren.

Cruzando la calle, se recomienda visitar las Gallerie d’Italia, nuevo polo museístico en la Piazza della Scala, cuyos tres palacios y jardines acogen la magnífica muestra antológica Romanticismo, hasta el 17 de marzo. Otra cita artística la ofrece el ya clásico Museo Poldi Pezzoli, subiendo un par de manzanas por la Via Manzoni. Este edificio del siglo xvii reúne una magnífica colección de obras maestras de la pintura, así como objetos decorativos y armaduras.

A pocos cientos de metros, el Castello Sforzesco y su abrumador Parque Sempione son otro horizonte de calma y luz en el corazón de la ciudad. Vale la pena dejarse llevar por los sinuosos caminos de este pulmón verde y quizá entregarse a la lujuriosa oferta de comida alpina que, con un buen vaso de vin brulé, caliente y especiado, devuelve la energía al paseante.

Si no, en cualquier trattoria u osteria es fácil dar con unos pizzocheri (pasta de trigo sarraceno típica de la Valtelina, en el norte de Lombardía), una receta ideal contra el frío y perfectos para justificar un rotundo barolo piamontés o un afrutado lugana blanco de Brescia y Verona. Porque ir de vinos por la contigua Chinatown, donde se mantienen algunos de los mejores establecimientos tra-

dicionales como Cantine Isola en la calle Paolo Sarpi, o dejarse maravillar por la apabullante innovación gastronómica del complejo Eataly en el antiguo teatro Smeraldo es otra etapa, casi obligatoria, de este sinuoso paseo bajo el sol de invierno milanés.

En la sobremesa lombarda hay otra opción cafetera: el corretto, versión local del carajillo que se suele hacer con el anís conocido como sambuca, por el saúco, y que tiene gran arraigo en la región. Es sin duda el mejor impulso para aventurarse en el espectral cementerio Monumentale, que en los días brumosos que anticipan la primavera subraya toda su potencia como paisaje de la memoria cultural milanesa, italiana y europea. Aquí descansan, junto a

MATTEO ROSSI / FOTOTECA 9X12

EL ÁRBOL DE LA VIDA Uno de los emblemas arquitectónicos de la Exposición Universal de 2015. Se llega fácilmente con la línea roja del metro (parada Rho Fiera).

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LOS MUSEOS MILANESES EXPONEN OBRAS DE ÉPOCAS ESENCIALES EN LA HISTORIA DE ITALIA Y EUROPA.

MILÁN, UNA ENCRUCIJADA ARTÍSTICA Lamentación sobre Cristo muerto, de Mantegna (finales del siglo XV), y El cuarto estado (1901), de Giuseppe Pellizza da Volpedo, representan dos épocas no solo artísticas sino históricas: por un lado, el Renacimiento con su humanización de las figuras bíblicas; por el otro, la lucha obrera a finales del siglo XIX e inicios del XX, pues Volpedo se inspiró en una huelga de braceros que había tenido lugar al norte del país y que se convirtió en símbolo del movimiento sindical en Italia.

Leonardo da Vinci pintó en 1496 el mural de La última cena en el refectorio de este convento diseñado por Bramante.

LYS MOYA-ANGELER

SANTA MARIA DELLE GRAZIE

STEFANO POLITI MARKOVINA / AWL IMAGES

LA ELEGANTE GALERÍA VITTORIO EMANUELE En el centro de este paseo comercial de 1865 hay un mosaico con un toro que representa el escudo de Turín.

Se dice que trae buena suerte dar un giro sobre el toro con el pie derecho y los ojos cerrados.

LA ARQUITECTURA DEL HIERRO Y EL CRISTAL DE FINALES DEL SIGLO XIX LEGÓ EDIFICIOS NOTABLES EN MILÁN.

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regalar la vista y los sentidos con balcones y frescos como los de la casa Galimberti, uno de los más bellos ejemplos del modernismo milanés –conocido en Italia como liberty– que incluso hoy asombra por su riqueza y audacia. Otra pieza singularísima de ese estilo arquitectónico es el Acuario municipal, primero de Europa con sus características didácticas y científicas y único edificio superviviente de la Exposición Universal de 1906, en pleno corazón verde del Parque Sempione.

Naviglio Grande, un vestigio de la red de canales medieval.

esculturas únicas que reproducen todos los monumentos imaginables, los restos de Alessandro Manzoni, Arturo Toscanini o de Carlo (Karl) Mozart, segundo hijo de Wolfgang Amadeus Mozart, «con quien se extinguió la estirpe, que no la gloria» del genio, según reza su lápida. Aquí también yacen miles de partisanos que lucharon en la liberación de Italia, así como grandes artistas y literatos nacidos o vinculados a la ciudad:

Salvatore Quasimodo, Giorgio Gaber, Dario Fo, Guido Crepax, Gae Aulenti, Alda Merini y tantos otros mitos de la cultura italiana de varias generaciones.

Cada portal, cada pasaje comercial y cada fachada es un mundo en esta ciudad ecléctica y orgullosa de su pasado. Por eso conviene caminar con tranquilidad, un poco a la contra de los siempre acelerados habitantes de Milán, y dejarse

La lógica y la experiencia aconsejan reservar con bastante antelación las entradas para ver La última cena que Leonardo da Vinci dejó en el refectorio de Santa Maria delle Grazie, pero a menudo hay cancelaciones que permiten sumarse a los grupos que entran cada 20 minutos. Además de esta iglesia y monasterio, Bramante, el gran genio de la perspectiva, legó maravillas como el vecino Palazzo delle Stelline, hoy hotel y restaurante y cuyo claustro es de visita casi obligada para entender la grandeza de su concepción espacial; y la capilla de Santa Maria presso San Satiro, cerca del Duomo, considerada uno de los secretos mejor guardados de la ciudad y donde puede contemplarse el más asombroso trampantojo del Renacimiento.

Tras contemplar la obra de Leonardo y las de Bramante, nada mejor que una incursión por el popular cogollito de las Cinque Vie, el corazón obrero del viejo Milán, que de algún modo ha sabido mantenerse ajeno a las modas y las metamorfosis de la especulación inmobiliaria.

Capital del mueble y del libro, Milán cuenta entre sus ventajas con muchas facilidades para ir caminando a casi todas partes.

Ensayo abierto al público de la orquesta Filarmónica de la Scala .

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El gran icono de la ópera mundial se convirtió en mito el mismo día de su inauguración, el 3 de agosto de 1778. Desde entonces ha acogido óperas, conciertos y ballets de los mejores intérpretes. En 2002, dentro de un proyecto de restauración, abrió el Museo del Teatro (foto superior).

GIUSEPPE PELETTI

TEATRO ALLA SCALA

VENTDUSUD / SHUTTERSTOCK

SIM S IM MONET MO NE ET TTA Cementerio Municipal

3 Brera. Este barrio de anticuarios y tiendas de moda y artesanía alberga la magnífica Pinacoteca de Brera.

4 Parque Sempione. Este jardín de estilo inglés constituye la mayor zona verde de la ciudad de Milán.

5 Santa Maria delle Grazie. Esta iglesia y convento alberga el mural La última cena, de Leonardo da Vinci.

6 Naviglio Grande. Los restaurantes con terraza animan las riberas de este canal navegable de 50 kilómetros.

BORGO DEGLI ORTOLANI

Estación Central

PORTA GARIBALDI

Porta Nuova

Arena Civica Gianni Brera Cuadrilátero de la Moda Acuario Giardini Pinacoteca Pubblici Parque di Brera Sempione PAC Galeria de BRERA Castillo Arte Moderno Teatro Sforzesco alla Scala Museo Poldi Pezzoli Museo Santa Maria Palacio Marino Sa Bagatti delle de le Grazie Piccolo Valsecchi Galería Co orrrsso so V Ve era era alli llli Teatro Grassi Vittorio Conservatorio Piazza Mercanti Emanuele II de Música Duomo G. Verdi Ba asílica de Palacio Real Sa S a an n Ambrosio Bar Parque Camparino Arengario Vittorio Sta Maria Universidad Formentano preso San Satiro degli studi Parrq rq qu ue di Milano Sola So ari Porta Genova Co rs Porta o TICINESA Piazzale di Ticinese Po MU M UD U DE EC C C--Mu Muse useo Libia rta Darsena de d e la aC Cu u ulltura Ro m e an rand a lio G g i v Na 250 m Universidad Bocconi Arc Arc rco d de ella a Pace

4 0

3 0

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Naviglio Pavese

2 Galería Vittorio Emanuele. Este pasaje comercial del siglo XIX comunica las plazas del Duomo y La Scala.

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1 Duomo. De estilo gótico tardío, fachada de mármol y un magnífica terraza desde la que se contempla la ciudad.

Plaza Gae Aulenti

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Milán, capital del libro, el diseño y la moda

ISOLA

PIAZZA DEL DUOMO La catedral milanesa está flanqueada por el Palacio Real y por el arco de entrada a la Galería Vittorio Emanuele.

Si a pesar de ello, el tiempo o la fatiga apremian, siempre se puede echar mano del metro y los tranvías, muchos con el traqueteo evocador de inicios del siglo xx.

Más allá de la Porta Ticinese, los Navigli recuerdan hoy que desde la Edad Media toda la ciudad era navegable. Gracias a este sistema de canales llegaron, por ejemplo, los mármoles para construir el Duomo. Ahora es un privilegio sentarse a sus orillas para disfrutar de la charla y de los helados, que en invierno cobran un nuevo senti-

do y parecen perfilar aún más sus muchos sabores. Se trata, además, de un buen lugar para disfrutar del mítico aperitivo vespertino que anticipa la cena, que en muchas ocasiones acaba por sustituirla.

De día y de noche, a la ida o a la vuelta, resulta imposible no quedar fascinado con la mole de la estación Centrale; más que un edificio, parece un ente con vida propia. No solo es uno de los principales nudos ferroviarios europeos, sino un delirio arquitectónico de tiempos mussolinianos, lleno de historia y de historias, muchas de amor y algunas de

horror, pues de aquí salían convoyes hacia los campos de exterminio nazis. Hoy conviven miles de viajeros, comerciantes y lectores, puesto que alberga una de las mayores y más hermosas librerías de Italia.

Y a un paso de aquí, la cara más visible de la Exposición Universal de 2015, un urbanismo que sigue creciendo sobre los terrenos industriales del centro pero que respeta la identidad milanesa. Como si el siciliano Lampedusa estuviera presente con su famoso adagio: «cambiarlo todo para que nada cambie» y Milán siga siendo, como siempre, Milán. ]

CONJUNTO MEDIEVAL DEL SUR DE FRANCIA El de Puylarens es uno de los 11 castillos, 5 abadías y 3 ciudades fortificadas del histórico País Cátaro.

LA RUTA CASTILLOS AL FILO DEL PIRINEO

PHILIPPE LE BRAS

SERGI RAMIS, ESCRITOR Y PERIODISTA DE VIAJES

NADIA ISAKOVA / GETTY IMAGES

La ciudadela de Carcasona, reconstruida durante el siglo XIX, incluye un castillo y una basílica milenarios.

A

llí donde los Pirineos se rinden a la llanura occitana, se recoge uno de los pasajes históricos más interesantes de la Edad Media, cuando una secta religiosa que se hacían llamar «hombres buenos» se enfrentó a la jerarquía de la Iglesia católica.

Seguir sus pasos permite descubrir algunos de los lugares más bellos del Mediodía francés.

Cincuenta y dos centinelas de piedra tocados con un cucurucho esperan al visitante que se acerca a la ciudad amurallada de Carcasona, la villa medieval que resulta perfecta desde cualquier punto que se la mire. Desde las colinas meridionales, donde ruge próxima la autopista A-61, el crepúsculo es sensacional, y transporta a tiempos de caballeros armados, damas de vestidos vaporosos y pérfidos nobles feudales enfundados en mallas y con flequillos cortados como un precipicio.

Lo bueno de Carcasona es que no pierde la magia cuando uno se aproxima. La villa medieval es una porción ínfima de la moderna ciudad que se abre a sus espaldas

y se expande hacia el norte, el este y el oeste. Pero tiene tanto carácter, es tan hermosa –aun cuando su restauración extrema levante las suspicacias de algunos críticos puristas– que al atravesar la Puerta Narbonesa la pátina solemne que transmiten los enormes muros de piedra, las barbacanas vigilantes y los ingenios defensivos suelen maravillar al viajero.

Antes de penetrar definitivamente en el pequeño laberinto, vale la pena recorrer el foso exterior.

Carcasona cuenta con una doble muralla. Entre ambas hay un espacio ajardinado que los residentes aprovechan para todo tipo de actividades deportivas, encuentros

culturales y eventos. Las paredes empequeñecen al paseante, que puede entretenerse en ver las torres libres de cubierta y compararlas con las de tejado negro pizarra o las rojizas de teja que lucen en el perímetro interior. Una vez cerrado el círculo, lo mejor es entrar en la ciudad medieval y caminar sin rumbo.

Vista desde el aire, la ciudadela medieval de Carcasona recuerda vagamente la forma de un riñón.

En su lado sur se sitúa la basílica de Saint-Nazaire, un templo del que ya se tenían referencias a principios del siglo x. Tardó tres siglos en construirse, pero en su primera centuria, concretamente en el año 1096, el papa Urbano II quiso ir a visitarla para bendecir sus piedras.

RENÉ MATTES / GTRES

EL CASTILLO DE CARCASONA Después de recorrer sus murallas, se aconseja visitar el museo lapidario, con piezas medievales únicas.

ARNAUD SPANI / AGE FOTOSTOCK

MIREPOIX La plaza porticada de esta localidad es uno de los mejores ejemplos de arquitectura civil medieval en Francia.

GTRES

Muy cerca, encajado en el extremo sur de la muralla, se halla el anfiteatro construido en el siglo xx que se asienta sobre lo que había sido el claustro de la basílica. Su escenario semicircular acoge, desde hace más de cien años, representaciones teatrales y musicales.

Pegado a la muralla occidental pero ya casi en el extremo norte de la ciudadela topamos con el castillo condal de los Trencavel, familia noble que se puso del lado de los cátaros, lo que les supuso grandes calamidades. La fortaleza es una triple defensa dentro del doble muro medieval. Muy cerca está el Museo de la Inquisición, un catálogo de instrumentos de tortura difícilmente imaginable si no conociéramos de antemano la naturaleza humana.

Esta exposición es el lugar ideal para recordar la relación de Carcasona con los cátaros. Los así llamados –un tanto despectivamente, pues ellos preferían la denominación de «hombres buenos», «puros» o «albigenses» por su ligazón con Albi– fueron un movimiento cristiano que denunció desde finales del siglo xii los excesos de la jerarquía católica. Sus divisas fueron el pacifismo, la eliminación de

ARNAUD SPANI / GTRES

CASTILLO DE FOIX Mencionado por primera vez en el siglo XI, fue la sede del poderoso condado de Foix, fundador de Andorra en el siglo XIII junto al obispo de Urgell.

la carne en la dieta, la renuncia a la vida sexual y una existencia que rechazaba los bienes materiales.

Podría parecer con ello que solo las clases bajas alimentaban el movimiento. Pero también muchos nobles se unieron a ellos o fueron sus protectores. En ocasiones, con firme convicción. En otras, molestos con el poder de la Iglesia, que se convertía en un rival antipático. Por ejemplo, los Trencavel acogieron dentro de las murallas de Carcasona a muchos cátaros que huían de las razias de Simón de Montfort en la llamada Cruzada Albigense, cuando Roma se dio cuenta de que la única manera de erradicar el catarismo era acabar con sus miembros. Pasó a cuchillo y envió al fuego purificador a más de 20.000 de ellos en la llamada Matanza de Béziers. Los que consiguieron escapar se refugiaron tras los muros de Carcasona.

El paseo por el interior de la muralla es más relajado que en otras grandes estrellas del turismo medieval francés. Si bien se han afincado entre sus históricas paredes restaurantes, hoteles, bares, tiendas de golosinas, de artesanía o pastelerías, la presión resulta menor que en otros enclaves y la caminata, exceptuando momentos puntuales en el pico del verano, es placentera. Por eso cuesta tanto abandonar Carcasona. Pero para seguir las huellas del mundo cátaro en este rincón occitano hay que dirigirse hacia el sudoeste y detenerse en el triple cruce donde se encuentran las carreteras locales D119, D625 y D626. Aparque el vehículo e introdúzcase en la magia de Mirepoix, una villa de apenas 3000 habitantes adormecida

BERTRAND RIEGER / AGE FOTOSTOCK

vuelve al silencio hasta siete días después. Libres de tenderetes y griterío, los vetustos edificios aprovechan para exhibir sus fachadas, revitalizadas con pintura de colores pastel y con las traviesas a la vista, enseñando sus hechuras.

La plaza –un cuadrado perfecto– es toda porticada, con esbeltas columnas de madera en forma de Y que sostienen las casas donde no extrañaría a nadie que a las ventanas se asomara un recatado cátaro.

Peyrepertuse es el mayor castillo de la región. Su nombre significa «piedra tallada» en occitano.

y casi silenciosa menos los lunes, cuando su plaza porticada –Place du Maréchal Leclerc– acoge el mercado de la comarca. Entonces, el magnífico espacio cuadrado de casas con entramado de madera a la vista, callejones y vigas labradas bulle a baja intensidad con los agricultores y artesanos llegados desde cualquier lugar de las cercanías.

Las efigies talladas en madera representando a personajes siniestros y algunos monstruos de la Casa

de los Cónsules queda casi tapada por el movimiento que se produce a ras de tierra. Se pone de manifiesto en este encuentro semanal el especial acierto que los franceses tienen para vender sus productos de la granja, para hacer que cualquier café resulte encantador, que una forja en hierro o un taraceado de cuero lancen cantos de sirena a las carteras de los paseantes.

Hacia las dos del mediodía el mercado se desmonta y Mirepoix

Tras media hora de carretera rumbo sudoeste aparece Foix, una roca coronada por un castillo de estampa impecable en la confluencia de los ríos Arget y Ariège. Configura una de las imágenes más bellas de las localidades situadas en la cara norte de los Pirineos. Los nobles que habitaron esa fortaleza fueron grandes benefactores de los cátaros. La condesa Esclarmonde de Foix (1151-1215), conocida como la Dama Blanca, fue una de las mujeres sacerdotisas de la secta y protectora de la comunidad hasta sus últimas consecuencias. Llegó a recibir el Consolamentum, una especie de conjunción de todos los sacramentos que distinguía a los cátaros.

Ahora el castillo toma todo el protagonismo de la pequeña villa.

Se llega hasta su puerta venciendo una fatigosa rampa, dejando junto a los ríos el entramado urbano.

Dentro, uno conoce a los miembros más ilustres de la aristocracia feudal que lo habitaron en la Edad Media. Destaca sobre todos Gastón Febo (1331-1391), conde y poeta que mató a su hermano y su hijo por intrigas políticas.

Culebreando por carreteras tranquilas rumbo sudeste se llega al auténtico núcleo del mundo cátaro, el que mejor se recuerda: Montségur.

MONTSÉGUR

BERTRAND RIEGER / GTRES

Los restos del castillo sitiado y vencido en 1244 coronan la cima de una colina. Se accede por una empinada senda.

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Abadía de Saint Hilaire

Montségur es un pueblecito armónico afincado en una hondonada. Las casas de piedra desprenden el frío de los cientos de inviernos pirenaicos acumulados, de tantas nevadas y ventiscas. El pueblo se esfuerza en recordar su pasado cátaro con un pequeño museo y tanta ambientación comercial como le es posible. Pero el viajero sabe lo que busca: el castillo que fue el último foco de resistencia de aquel movimiento frente al ejército papista.

Hay que emprender una caminata en cuesta por un bosque que hace las veces de barba de una montaña con forma de chepa de camello. Está coronada, como un pezón pétreo, por los restos de la fortaleza que acogió el dramático acto final de los «hombres buenos». Allí fueron sitiados en el año 1244 los últimos cátaros. El asedio por parte de los papistas fue largo, pero llegó un momento en que ya no se podía resistir más. La oferta de los vencedores: renunciar públicamente a la fe hereje o morir en la pira. Ni uno de los 205 resistentes dudó y prefirió desfilar ordenadamente hacia el prado que se halla bajo el castillo,

a medio camino del pueblo para aceptar la hoguera. Desde entonces se conoce al lugar como Pla dels Cremats (Llano de los Quemados, en occitano). Una estela recuerda aquel trágico hecho.

El castillo de Montségur domina uno de los lugares más cerrados y umbríos de los Pirineos septentrionales, con las montañas del Tabe vigilando por el sur y muy cerca las imponentes Gargantas de la Frau, convertidas ahora en un atractivo turístico de la región.

La fortaleza tiene forma de punta de flecha y, aunque quedan poco más que los muros exteriores, se respira el dramatismo de lo vivido allí hace casi ocho siglos.

Hoy son muchos los que siguen los pasos de los cátaros –no tanto en lo espiritual como en lo histórico–, y Montségur es núcleo central de dos sendas de gran calado para recorrer a pie. El llamado Camí dels Bons Homes (Camino de los Hombres Buenos) parte de la localidad barcelonesa de Berga, cruza la cordillera pirenaica y se planta a las puertas del castillo. Se necesitan entre ocho y diez jornadas de

NURIA PUENTES

EL ÚLTIMO BASTIÓN CÁTARO Quéribus resistió el asedio de los papistas 11 años más que Montségur.

Corona una cresta al noroeste de Perpiñán.

enérgica caminata para alcanzar el objetivo. Por su parte, tomando Foix como referencia, la Senda Cátara avanza en sentido oesteeste pasando por la mayor parte de castillos en ruinas relacionados –vagamente o no– con los cátaros hasta alcanzar el Mediterráneo en Port la Nouvelle. El paseo reclama entre diez y doce días.

Pero si no se es un andarín impenitente, lo mejor es incorporarse a la carretera D117 e ir siguiendo con el vehículo la plétora de curvas que van dejando al pie de los castillos que, en un momento u otro de la historia del siglo xii, se han relacionado con los cátaros. Gran protagonismo para el de Peyrepertuse, la que tal vez sea la fortaleza más impresionante de toda la ruta, casi orgánicamente agarrada a la roca.

También estaría bien pasar por las de Roquefixade, Puivert o Puilaurens para culminar el trayecto en la fortaleza de Quéribus, ya muy cerca del Mediterráneo.

Se puede cerrar el círculo viajero por el denominado País Cátaro con una visita a la abadía de SaintHilaire, de bello claustro gótico y situada cerca de la bonita Limoux, capital del Aude. La comunidad de monjes benedictinos de SaintHilaire fue acusada de simpatizar con los herejes cátaros y despojada de la titularidad del cenobio. Más tarde, en 1531 –para los aficionados al vino–, allí se produjo el que se considera primer espumoso de la historia, el blanquette de Limoux.

Tras dejar el convento se garantiza que el regreso a la amurallada Carcasona se realiza desde el sur, donde la villa medieval muestra su silueta más hermosa. Con sus torreones apuntando al cielo, esperando para acoger al viajero entre sus fríos pero cálidos muros. ]

QUÉRIBUS La subida que accede al castillo requiere superar hasta tres murallas escalonadas.

Ruta por la memoria cátara 1 Carcasona. Es recomendable pasear por las murallas de la Cité y visitar el Castillo.

2 Saint-Hilaire. La abadía benedictina fue un referente en el movimiento cátaro.

3 Mirepoix. Pueblo medieval con una plaza rodeada de casas de entramado.

4 Foix. Última etapa del GR-107, que cruza el Pirineo, e inicio del Sentier Cathare, que llega al Mediterráneo.

5 Montségur. Icono del catarismo destruido en 1244. Subir hasta él se ha convertido en una especie de peregrinación.

6 Arques. De forma cuadrangular, es uno de los castillos mejor conservados.

7 Peyrepertuse. Es el castillo de mayor tamaño. Sus ruinas siguen siendo magníficas.

8 Quéribus. Del siglo XIII. Se erige sobre una peña como un bloque compacto.

BERTRAND RIEGER / GTRES

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ARCHIVO FOTOGRAFICO HOTEL EXPLORA

Volcán Rano Kau, en la esquina sur de la isla.

Islas del Pacífico

RAPANUI, EL HOGAR DE LOS MOÁIS La chilena Isla de Pascua o Rapa Nui, con sus volcanes, playas y acantilados fabulosos, es un triángulo de tierra rodeado de océano y poblado por enigmáticas efigies y mitos polinésicos.

ALFONSO F. RECA, ESCRITOR Y PERIODISTA DE VIAJES

CARLOS GARCÍA-MUÑOZ

HOMENAJE PÉTREO A LOS ANTEPASADOS

Cada vez que moría un miembro importante del clan, se tallaba un moái.

Hay más de 800 dispersos por toda la isla.

RANO RARAKU

Las laderas de este volcán albergan cientos de bustos desperdigados.

M

ucho antes de que Jakob Roggeveen descubriera en la Semana Santa de 1722 la que bautizó como Isla de Pascua, para los polinésicos que la habitaban era Te pito o te henua, «el ombligo del mundo». Considerarse el centro del universo dio origen a una cultura rica en tradiciones que aún perviven.

Antes de volar desde Santiago de Chile, pensar en Pascua ya equivale a evocar sus esbeltos y vetustos moái, pétreos e inmortales guardianes de la isla. Un halo de enigma rodea a estos gigantes que el pueblo rapa nui talló para ganarse la protección de sus ancestros desde su llegada en torno al siglo vii. A partir del siglo xi, una sucesión de guerras y colonizaciones los condenó al ostracismo,

perdiéndose en el tiempo muchos de los secretos de la cultura original.

Alineados mirando tierra adentro, solitarios junto al mar, en pie, tumbados o simplemente esbozados en la toba volcánica, estos isleños imperturbables destacan por su robustez y tamaño, entre los 3 y los 10 metros de alto. Salir a su encuentro en bicicleta, moto o coche constituye una emocionante aventura.

Uno de los enclaves más sorprendentes se halla en la ladera del volcán Rano Raraku, la gran fábrica de moáis, donde eran moldeados en la piedra volcánica, tallados y decorados con petroglifos en el torso.

Cuatro centenares de moáis –hay una talla inacabada que supera los 22 m– se esparcen anárquicamente, como olvidados, por las praderas del volcán. Se cuenta que estos gi-

FOTOLIA

viii desembarcó el rey Hotu Matu’a proveniente de la mítica isla Hiva, posiblemente en las Marquesas.

En Anakena el palmeral y las praderas donde pastan caballos salvajes se convierte en un blanco y fino arenal bañado por aguas turquesas que vigilan imponentes moáis.

Sin dejar de pisar la O C arena se encuentra É A N Ahu Nau Nau, una de las plataformas más estudiadas de la isla. Cuenta con Isla de 8 figuras alineadas, Pascua O

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gantes de piedra «caminaban» desde aquí hasta los ahu, plataformas ceremoniales que se suceden en la línea de costa o con orientaciones astronómicas. Allí eran levantados y alineados, las cuencas de sus ojos se rellenaban con coral y se les imponía un tocado de piedra rojiza llamado pukao. Al pie del volcán se halla el Ahu Tongariki, que sostiene 15 moáis en sus casi 200 m de largo.

A unos 11 km, en la costa norte, la paradisiaca playa de Anakena rompe la monotonía de los acantilados y las rocas. La tradición oral cuenta que aquí empezó la colonización de la isla, cuando entre los siglos vi y

A los pies del volcán Maunga Eo, más conocido como Rano Raraku, los rapa nui tenían su «fábrica» de moáis. Se tallaban in situ aprovechando la roca volcánica de las laderas, tanto en el exterior como en el interior del cráter, en un proceso que podía durar meses y que requería la dedicación de varios artesanos. En la zona se encuentran hoy cientos de cabezas dispersas en diferentes estados de construcción: en pie, enterradas, a medio esculpir o directamente abandonadas tras romperse. El traslado de las estatuas hasta distintos puntos de la isla aún es un misterio. Thor Heyerdahl en los años 50 logró hacer «andar» un moái arrastrándolo con cuerdas.

7 erguidas y una en el suelo. Pero sin duda son los petroglifos de su base, en la que algunos investigadores encuentran reminiscencias incaicas, quienes se llevan todas las miradas, especialmente el del curioso «hombre lagarto» o Tangata Moko.

Ahu Ature Huki es el otro conjunto escultórico de Anakena. Su moái de casi 7 m fue puesto en pie cuando se iniciaron los trabajos arqueológicos impulsados por el antropólogo noruego Thor Heyerdahl entre 1955 y 1956.

C H I L E

SEAN CAFFREY / FOTOTECA 9X12

UNA CANTERA Y UN TALLER DE MOÁIS A CIELO ABIERTO

ELHOMBRE PÁJARO LA LUCHA POR EL PODER EN LA ISLA

Cada primavera, entre los siglos XVI y XIX, la aldea ceremonial de Orongo reunía a los diferentes clanes para iniciar la peligrosa competición por el control de la isla. Solo los más fuertes podían participar y muchos perdían la vida en el intento. Desde lo alto del volcán Rano Kau los jóvenes hopu manu debían descender un acantilado de 300 m, alcanzar a nado y entre tiburones los islotes Motu Kao Kao, Motu Iti y Motu Nui, y esperar a que los gaviotines manutara anidaran.

Aquel que lograra regresar con el primer huevo daría a su clan el control de la isla hasta el año siguiente.

Esta batalla por el poder y la supervivencia quedó reflejada en los múltiples petroglifos de Orongo.

El último Tangata Manu (hombre pájaro) registrado se llamaba Rokunga, ganador en 1866 o en 1867.

Vista desde el volcán Rano Kau de los islotes que debían alcanzar los aspirantes a Tangata Manu, «hombre pájaro».

Piedra grabada con un hombre pájaro portando un huevo.

British Museum.

STOCKSY

SCALA

Playa de Anakena

PLAYAS DE CORAL

THOMAS LUSTH / SHUTTERSTOCK

La peculiar forma triangular de Pascua se explica por la presencia de los volcanes Terevaka, Poike y Rano Kau –hoy inactivos– en sus vértices.

Con 324 m de altitud, casi circular y asomado al mar por uno de sus costados, Rano Kau es el más espectacular. El cráter alberga multitud de plantas endémicas y una laguna de un kilómetro y medio de diámetro que en el pasado fue una reserva de agua dulce. En el punto más estrecho del borde del cráter se ubica la aldea de Orongo, del siglo xvi, que solo se habitaba en septiembre (primavera austral) para acoger la ceremonia del Hombre Pájaro, en el que las tribus competían por el poder.

La intensa comunión de los rapa nui con la naturaleza se hace también patente bajo tierra. Por toda la isla hay laberínticos pasadizos subterráneos, cuevas y galerías formadas por la acción de la lava y la erosión. Estas cuevas (ana) han servido como moradas, refugios o bodegas, pero también como aulas, cárceles o escondites para amores

Anakena. De arena coralina,

blanca y fina, es la más amplia de la isla. A 18 km de Hanga Roa. Ovahe. Rodeada de acantilados rojizos y accesible solo a pie.

Se halla a 1,5 km de Anakena.

Pea. En las afueras de Hanga

Roa. Ideal para practicar el surf.

Tiene un ahu con moáis.

furtivos. Algunas eran usadas hasta no hace mucho tiempo para dar a luz, mientras que de otras se cuentan inquietantes historias. Es el caso de Ana o Keke, donde se recluía a muchachas vírgenes para mantener blanca su piel, o Ana Kai Tangata, relacionada con ritos de canibalismo.

La coqueta Hanga Roa, de unos 8000 habitantes, es la única población de la isla. En su pequeño entramado de calles y plazas destacan los coloristas reclamos de comercios, cafeterías, hospedajes y restaurantes. Las casas de madera cuentan con exuberantes jardines copados de tipanie (Plumeria rubra), la fragante flor blanca con las que las mujeres tejen hermosos collares.

TAPATI, LA GRAN FIESTA RAPA NUI

JAY DICKMAN

Los isleños se preparan todo el año para esta festividad que, la primera quincena de febrero, rinde homenaje a las tradiciones rapa nui. Dos clanes se enfrentan en un sinfín de pruebas que acabarán con la coronación de la reina de la fiesta. Luchas, cantos tradicionales, pesca con lanza, pinturas corporales, canoas, carreras a caballo.... Las actividades más emocionantes son el deslizamiento en tronco ladera abajo y el «triatlón rapanui» en el volcán Rano Raraku, que consta de 3 pruebas: cruzar el lago en canoa de juncos, correr con 20 kg de plátanos y atravesar a nado el lago.

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Volcán Terevaka 509 m

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Playa de Anakena

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Orongo Cabo Sur

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LA ENIGMÁTICA ISLA DE PASCUA Hanga Roa. El colorido caracteri-

Rano Raraku. En las laderas de

za la única población de la isla.

este volcán hay multitud de moáis.

Cerca se halla el Ahu Tongariki.

Tahai. Desde aquí se visitan el

Museo Sebastián Englert, varias cuevas ceremoniales y ahus.

Anakena. Una playa preciosa con

Rano Kau. La excursión por este

Ahu Akivi. La particularidad de

volcán incluye el lago del cráter y la aldea ceremonial de Orongo.

esta plataforma es que está en el interior y sus moáis miran al mar.

varias plataformas o ahus.

Junto con el turismo, la pesca es hoy la principal fuente de recursos de los pascuences, quienes cuentan con un autogobierno especial que es asesorado por el consejo de ancianos de Rapa Nui. El mar es el gran mercado al que se acude para surtir la mesa. El atún de cola amarilla o el mahi mahi comparten mantel con mariscos de todo tipo. El plato rey de la gastronomía isleña es el tradicional curanto, en el que carnes y pescados se cocinan sobre piedras calientes cubiertas por hojas de plátano en improvisados hornos naturales.

El primer o el último día en Hanga Roa –inicio y fin de todos los caminos– puede dedicarse a probar estas exquisiteces y dirigirse después a Tahai para visitar el Museo Antropológico Padre Sebastián Englert, que conserva la esencia de la cultura rapa nui en miles de documentos y fotografías. Y caminar luego junto a la costa y sus pequeñas barcas de pesca, para terminar la jornada disfrutando de una puesta de sol en compañía de los impertérritos y misteriosos moáis. ]

SHUTTERSTOCK

OJOS DE CORAL Y TOCADO VOLCÁNICO

El moái reconstruido del Ahu Ko Te Riku, en Tahai, es el único con ojos y pukao, un tocado de escoria del cráter del Puna Pau.

NICOYA

ROB FRANCIS / AGE FOTOSTOCK

La playa Carrillo traza una media luna de arena blanca bordeada de palmeras en esta península asomada al Océano Pacífico.

COSTA RICA KRID UBACH, PERIODISTA DE VIAJES

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n 1502, Cristóbal Colón fondeaba en isla Uvita para reparar su navío. Durante su inesperada escala, se sorprendió al descubrir allí más oro que en los cuatro años transcurridos en La Española.

El navegante bautizó aquellas tierras con el nombre de Costa Rica, que acabaría imponiéndose como topónimo para toda la región. Tras casi 60 años de disputas con los indígenas, los castellanos lograron establecerse tierra adentro, en la meseta central. Allí levantaron Cartago, la primera capital del país, una perfecta urbe hecha a medida que contaba con iglesias, residencias y haciendas agrícolas. Los españoles nunca encontraron oro en aquella «costa rica», pero sí campos extremadamente fértiles donde los cultivos crecían casi sin esfuerzo.

Los nativos primero y los colonos después tapizaron estos valles con maíz, hortalizas y árboles frutales. Y si bien los labrantíos se han mantenido hasta hoy, no sucedió lo mismo con aquella lustrosa capital, Cartago, que sería devastada por dos terremotos en 1841 y 1910.

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ONDREJ PROSICKY / SHUTTERSTOCK

VOLCÁN POÁS El cráter, de 1,5 km de diámetro y 300 m de profundidad, es uno de los más grandes y activos del mundo.

EN PLENA NATURALEZA

GONZALO AZUMENDI

La belleza del entorno natural es el mayor lujo al que intentan amoldarse numerosos establecimientos hoteleros del país, más allá de su categoría.

Situada a escasos 30 km de San José, la actual capital, Cartago conserva las heridas de aquellos seísmos en la iglesia de Santiago Apóstol, más conocida como Las Ruinas, y en la basílica de Nuestra Señora de Los Ángeles, que perdió sus formas –fue reconstruida en estilo bizantino–, pero no su devoción por La Negrita, la Virgen patrona de Costa Rica.

A Cartago se peregrina por fe y también porque la ciudad ejerce de puerta de entrada al Parque Nacional del Volcán Irazú. Este cerro «del temblor y el trueno», como lo bautizaron los indígenas, es con sus 3432 m la máxima altitud del país. Dentro de su área protegida nacen los ríos y quebradas que dan origen a las cuencas fluviales del Reventazón, del Sarapiquí, del Sucio y del Toro Amarillo. El sendero que lleva a la cumbre asciende primero entre sembradíos y haciendas cafeteras, y después junto a árboles carbonizados por la última erupción. Una vez en la cima se abre ante nosotros un paisaje lunar compuesto por cuatro cráteres, uno de ellos inundado por una laguna esmeralda. En un día despejado, es posible contemplar desde la cumbre el océano Atlántico y el Pacífico, separados por tan solo 120 km.

Desde Irazú y Cartago nos desplazamos hacia el oeste por la carretera Panamericana, dejando atrás las ciudades de Heredia, Alajuela y sus laderas tapizadas de cafetales. Llegamos así a Sarchí, situada en las inmediaciones del magnífico volcán Poás. La modesta población de Sarchí se ha hecho un hueco en la historia del país gracias a la destreza de sus artesanos,

JUDD PATTERSON / GETTY IMAGES

El esquivo quetzal, con su larga cola verde iridiscente, era un ave sagrada para mayas y aztecas.

que en el siglo xix diseñaron unas carretas cuyas ruedas se concibieron sin radios para evitar que encallaran en el barro de los caminos. Estos carros, pintados de vivos colores y tirados por bueyes, se utilizaban para transportar el café desde el Valle Central hasta la costa del Pacífico. Hoy, convertidos en todo un símbolo nacional, forman parte del Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad.

Desde Sarchí hasta el Parque Nacional Volcán Poás solo nos separan 50 km a través de una sucesión de carreteras sinuosas rodeadas de verdor. En un país que cuenta con 290 focos volcánicos, el Poás siempre se ha considerado entre los más icónicos. De hecho, mucho antes de que Cristóbal Colón pusiera el primer pie en América, el pueblo indígena de los Botos ya había levantado todo un reino en sus faldas. Los nativos, que lo consideraban una montaña sagrada, supieron sacar rendimiento del gigante cultivando cacao en sus fértiles laderas y recogiendo azufre de su cráter.

Los dominios de fuego del Poás están protegidos por el Parque Nacional Braulio Carrillo, que forma parte, junto con los volcanes Irazú y Turrialba, del Área de Conservación Cordillera Volcánica Central, declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco. Aparte de la historia y de los títulos que pueda tener el Poás, el hecho de que sea posible acceder en coche casi hasta la cima (2708 m) también contribuye en gran medida a su popularidad. De todos modos, este volcán también se deja caminar y desde el centro de visitantes parten varios senderos que conducen a un pequeño bosque nuboso y a sus cráteres extintos.

Los paseos guiados por el bosque nuboso discurren bajo un dosel de verdor sostenido por mรกs de 700 especies de รกrboles.

GONZALO AZUMENDI

SANTUARIO VEGETAL

GETTY IMAGES

GONZALO AZUMENDI

CON EL 25% DE SU TERRITORIO PROTEGIDO, COSTA RICA ES UNA INMENSA ÁREA NATURAL.

EL GRAN PARAÍSO DE LA BIODIVERSIDAD Hasta 27 parques nacionales, 58 refugios de vida salvaje, 32 zonas protegidas, 15 áreas de humedales pantanosos, 11 reservas forestales y 8 reservas biológicas. Costa Rica posee uno de los territorios con mayor biodiversidad del planeta y, por suerte, también es uno de los países que más protegen su patrimonio natural. Los senderos por el bosque, las instalaciones que sobrevuelan las copas de los árboles o los circuitos en lancha permiten adentrarse en un fantástico mundo de flora y fauna.

Los teleféricos permiten admirar los diferentes ambientes que presenta el bosque nuboso desde las copas de los árboles hasta el nivel del suelo.

DANITA DELIMONT / AWL IMAGES

PARQUE NACIONAL BRAULIO CARRILLO

Las distancias desde el Poás hacia el oeste ya no conviene contarlas en kilómetros sino en horas de conducción. Las carreteras que llevan hasta la cordillera de Tilarán son arduas, sinuosas y en algunos casos sin pavimentar; y es que parte del esfuerzo por conservar vírgenes estos territorios siempre ha consistido en una defensa muy activa en contra del asfaltado de los caminos. La recompensa llega en forma de dos gigantes de la naturaleza «tica» (el familiar diminutivo de costarricense): el volcán Arenal y el bosque nuboso Monteverde.

ALDO PAVAN / FOTOTECA 9X12

El imponente cono del Arenal no solo preside el paisaje sino también las vidas en toda la región de las llanuras del norte. Durante años se lo consideró extinto, pero explotó repentina y violentamente el 29 de julio de 1968, cubriendo de cenizas más de 200 km a la redonda. Las siguientes cuatro décadas el Arenal deleitó a sus visitantes con fuegos artificiales, fumarolas y centelleantes ríos de fuego antes de volver a entrar en un periodo de descanso. Y aunque en 2012 ofreció su última función, hoy nadie subestima su potencial.

El volcán ya no escupe lava, pero su legado geológico, su majestuosa presencia y la incógnita sobre su próxima explosión lo han situado entre los enclaves imprescindibles del país.

En la otra vertiente de la cordillera de Tilarán, la Reserva Biológica Bosque Nuboso Monteverde protege 105 km2 de selva. En este vergel cuyas partes elevadas están cubiertas de niebla casi de modo permanente, habitan unas 400 especies de aves, incluidos el quetzal (Pharomachrus mocinno),

LAS TERMAS DE TABACร N Las aguas calientes que fluyen bajo el volcรกn Arenal alimentan un conjunto de fuentes termales.

el saltarín toledo o saltarín colilargo (Chiroxiphia linearis) y el campanero tricarunculado o rojo (Procnias tricarunculatus), cuyo potente canto puede oírse hasta 500 metros de distancia.

Las aves atraen a ornitólogos de todo el mundo, pero si esta reserva destaca por algo es por su exuberante reino vegetal. Las cifras hablan por sí solas: Monteverde es el hogar del 2,5% de la biodiversidad del planeta y aproximadamente el 10% de su flora es endémica. En él crecen 3021 variedades de plantas, entre las que se han catalogado 420 especies de orquídeas o 200 de helechos que viven agazapados bajo la panoplia natural del bosque nuboso. Para conocerlo en profundidad conviene madrugar y recorrer alguno de sus senderos –Roble, Pantanoso, Chomogo, Bosque Eterno o Bosque Nuboso– y dejar tiempo para realizar una visita guiada nocturna, la única forma de contemplar al más famoso de los anfibios ticos, la rana verde de ojos rojos (Agalychnis callidryas), que aquí se conoce como rana calzonuda.

STEPHEN AUSTIN

A los viajeros que van en busca de paisajes muy diversos, Costa Rica se lo pone fácil. En este país resulta bastante sencillo despertarse en un bosque nuboso para después caminar sobre la ceniza que cubre la falda de un volcán y despedir el día en una playa, ya sea caribeña o bien del Pacífico. Nosotros optamos por acabar el viaje en la península de Nicoya y así contemplar el sol hundiéndose en aguas del Pacífico.

Este apéndice que da carácter al mapa costarricense no solo destaca en el perfil topográfico de Costa Rica, sino que también ofrece un contraste paisajístico y humano.

EL VOLCร N ARENAL Con 1670 m de altitud, tiene cuatro crรกteres humeantes. La mejor perspectiva se consigue desde La Fortuna, aunque suele permanecer oculto bajo una cortina de nubes.

PARQUE NACIONAL TORTUGUERO

GONZALO AZUMENDI

Puerto Limรณn es la base para navegar por los canales que se adentran en el bosque lluvioso de este parque, que abarca mรกs de 31.000 hectรกreas terrestres y hasta 52.000 marinas.

AGE FOTOSTOCK

Tortugas a la vista en la costa del Caribe En el mundo existen ocho especies de tortugas marinas, seis anidan en Costa Rica y, de esas seis, cuatro ponen y entierran sus huevos en las playas del Parque Nacional Tortuguero, situado en el extremo norte de la costa caribeña. Son la tortuga laúd (Dermochelys coriacea), la mayor de las tortugas marinas; la verde (Chelonia mydas), la segunda en tamaño y la más abundante en el parque; la caguama o boba (Caretta caretta), con su típico caparazón rojizo; y la carey (Eretmochelys imbricata), que se encuentra en la Lista Roja de la UICN por su estado crítico de extinción.

La observación de tortugas es sin duda la actividad estrella del parque Tortuguero, pero hay muchas más opciones para disfrutar de la fauna. Se han documentado más de 400 especies de aves y, además, su densa selva es el hogar de numerosos mamíferos: monos aulladores, capuchinos y araña; o felinos tan esquivos como el ocelote o el jaguar.

En un parque surcado por una gran maraña de ríos, lagunas y canales interconectados, existen numerosos recorridos en barca para observar la fauna de cerca. Los circuitos más populares navegan por el Caño Palma, río Tortuguero, Caño Chiquero, Caño Harold y Caño Mora. También hay caminos transitables a pie. El Sendero Gavilán, de 2 km de longitud, discurre por un área habitada por colibrís y monos aulladores. El Sendero Jaguar, de 8 km, accede a las playas donde desovan las tortugas marinas y en las que a menudo se ven jaguares.

En la península de Nicoya, como sucede en todo el país, cuanto más al norte más salvaje se torna el paisaje. En el interior, cubierto de campos de cultivo, la población preserva una forma de vida anclada en las tradiciones. A pie de costa, donde el turismo es el principal motor económico, se imponen las espaciosas playas de arena blanca, flanqueadas por una densa selva tropical. Bajo el sol, iguanas y monos capuchinos comparten espacio con surfistas que esperan la llegada del Big One, la «gran ola». Playa Junquillal, Playa Nosara y Tamarindo son algunas de las preferidas por estos intrépidos deportistas que, venidos principalmente de Estados Unidos, tiñen de color estos lugares con su particular estética y estilo de vida.

BERTRAND GARDEL / GTRES

En el litoral más norteño de la península de Nicoya, el surf cede terreno al submarinismo. Las mejores inmersiones se realizan en las islas Santa Catalina y en Punta Gorda, donde se ven tortugas, mantas y ballenas jorobadas que están de paso por la zona entre enero y marzo.

En el extremo sur de la península se halla la Reserva Natural Absoluta Cabo Blanco, el primer parque nacional de Costa Rica, cuyos límites comprenden unas 1300 hectáreas terrestres y 1800 marinas. Entre sus habitantes oceánicos hay toda una miríada de peces que se mueven en bancos, como los bonitos, los róbalos, los pargos o las corvinas. También abundan el tiburón martillo y el tiburón gato, que hace tiempo descubrieron el edén en las aguas de Costa Rica. Los días en Nicoya transcurren a otro ritmo, difrutando de un mar pletórico de vida y de la exuberante vegetación con que la costa sale a su encuentro. ]

PLAYAS DE GUANACASTE Mรกs de 200 km de largos arenales bordeados de vegetaciรณn dibujan el litoral de esta provincia del noroeste. En la imagen, la playa de Samara.

TOCAR EL CIELO De izquierda a derecha: el Shanghai World Finantial Center (492 m), la Torre Shanghai (632 m), la Torre Jin Mao ( 420m) y la Perla Oriental (468 m).

SHANGHAI

ANSONMIAO / GETTY IMAGES

GEORGINA HIGUERAS, PERIODISTA Y ESCRITORA

OSCAR TARNEBERG / FOTOTECA 9X12

COMETAS EN EL BUND Los rascacielos del distrito de Pudong dominan todas las vistas desde el paseo marĂ­timo del Bund. Es un enclave habitual para los aficionados a las cometas.

N

o existe viajero que no haya soñado con Shanghai, la ciudad que nació amando su propia perversidad mientras generaba los mayores revulsivos contra ella. Si en los albores del siglo xx fue el símbolo de la perdición y el vicio, en los del xxi es la bandera de la transformación económica de China.

Sus rascacielos de acero y cristal conforman el horizonte arquitectónico más moderno e impresionante del planeta. Denominada la «Reina de Oriente» o el «París chino», Shanghai es la urbe más cosmopolita, elegante, divertida y dinámica de la República Popular.

Envuelve, fascina y muestra todas las dimensiones de la capacidad humana de reinventarse.

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Su nombre significa «Sobre el Mar», y esta mentira –nació entre dos ríos, el Huangpu, que la divide en dos, y su afluente el Suzhou– revela el espíritu aventurero, vividor e imaginativo que la acompaña desde la cuna. Es imposible resistirse a su embrujo, a su hospitalidad y al arte con que ha sabido casar el pasado y el futuro: el Bund o antiguo muelle de carga de la Concesión Internacional en el que se alinean los grandes edificios de los extranjeros que quisieron doblegar a China; y Pudong, la Orilla Este, el nuevo distrito financiero con su bosque de torres al asalto del cielo y al dominio económico del planeta. Este contraste atrae a millones de turistas, en su mayoría chinos llegados de todos los rincones del país que pasean embelesados por el espectáculo junto a extranjeros de los cinco continentes.

Ya en la década de 1930, el esplendor y la fama de la ciudad, en la que libertad y libertinaje marchaban de la mano, había traspa-

sado las fronteras más lejanas, como nos cuenta Michèle Kahn en su novela El amante de Shanghai: «¡Shanghai! Estaba en Shanghai.

Walter observó estupefacto los elevados edificios que perforaban el cielo. ¡Bancos, casas comerciales, palacios!

Guarnecidos con pilastras y columnatas, algunos exhibían con orgullo su frente de cíclope en la que, sobre enormes relojes, las agujas doradas percutían a cada segundo la llamada urgente del hermanamiento sagrado: el tiempo y el dinero».

Visité por primera vez la ciudad en 1980, 50 años después que el héroe de la ficción de Kahn, pero sentí el mismo asombro. La República Popular no había cambiado su fisonomía –que mantenía bajo una pátina soviética el hechizo del pasado–, aunque se empeñó en industrializarla para limpiarla de la humillación extranjera y reconvirtió a sus prostitutas, drogadictos, gánsteres y siervos en afanados obreros. En esa época, Pudong era todavía un extenso campo de arroz con alguna chabola, que ni en sueños imaginaba que en la década

Mar de la China Meridional

FILIPINAS

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siguiente empezaría en su suelo la mayor competición arquitectónica del mundo. Toda ambición es poca para este espejo del poder chino, que no dudó en encarrilar sus prisas en el Maglev, el tren más rápido del planeta –alcanza los 431 km/h–, que realiza el trayecto entre el aeropuerto internacional de Pudong y la estación de su corazón financiero.

Pudong se desafía año tras año con un nuevo gigante que empequeñece a sus congéneres. La Torre de Shanghai, con 632 m, es ahora el edificio más alto, tras destronar al World Finantial Center, que a su vez había superado a la torre de la televisión, conocida como la Perla Oriental. Este ensamblaje de tubos de hormigón y tres esferas rojizas es el rascacielos más emblemático de la ciudad. Su principal mirador situado en la segunda esfera, a 263 m de altura, ofrece dos plantas panorámicas con una vista de 360º sobre la urbe, aunque lo más impresionante es caminar sobre la inferior que tiene el suelo de cristal y no es apta para quienes padecen vértigo.

Pudong exige visitarlo de día, encaramarse a sus edificios, disfrutar de una cerveza o un té en las alturas, pero de noche hay que contemplarlo desde la orilla opuesta, Puxi. El Bund es un hervidero de gentes que ríen y se fotografían sin parar en posturas y gestos distintos con la Perla Oriental a sus espaldas y millones de luces de colores y carteles de neón que se reflejan en las aguas del Huangpu. Hay que recorrer el amplio paseo hasta llegar al Suzhou, para cruzarlo por el puente metálico de 1907 y dejarse atrapar por la magia de la noche en alguno de los concurridos bares y clubes de la zona. Enamorada irredenta de Shanghai, en mis viajes siempre procuro dedicar un atardecer a un crucero por el río.

Historia y modernidad confluyen con furia en este puerto. El tratado de Nanjing, firmado por los imperios británico y chino tras la derrota de este último en la primera Guerra del Opio (1839-1842) forzó, entre otras cesiones, la apertura de Shanghai al comercio internacional. La ciudad era entonces un pequeño embarcadero en el que

RENÈ MATTES / AGE FOTOSTOCK

El pabellón de China y las columnas del Eje Expo, erigidos para la Exposición Universal Shanghai 2010.

MUSEO DE SHANGHAI Emplazado en la plaza del Pueblo, alberga una colección de más de 120.000 bronces, cerámicas, lacas, jades, barro y piedra milenarios. En la fotografía, relieve de Buda del siglo VI.

EL METRO Un túnel psicodélico pasa bajo las aguas del río Huangpu. La red de metro de Shanghai, con 588 km, es la más extensa del mundo.

Se inauguró en 1995.

La antigua concesión francesa es el núcleo de la ciudad. Se extiende desde el Bund hacia el oeste, por un entramado de calles arboladas que humanizan la gigantesca urbe de 24 millones de habitantes, que, según una ordenanza municipal de 2017, no podrá sobrepasar los 25 millones. Parece una orden imposible de cumplir, pero en Shanghai todo es posible. Una de sus curiosidades es el Museo de Urbanismo, situado en una esquina del antiguo hipódromo, convertido tras el triunfo comunista en la Plaza del Pueblo. Se construyó en 1990 para exponer la enorme maqueta de los cambios que experimentaría la ciudad. Los vecinos contemplaban atónitos la transformación de los barrios en que vivían y cómo serían los nuevos a los que se iban a trasladar cuando la piqueta derribara sus viviendas. Con precisión matemática se han ido cumpliendo los plazos. La planificación urbana se hizo hasta 2020.

Muy cerca, en el mismo parque se alza el Museo de Shanghai, el mejor y más completo de China después de la Ciudad Prohibida de Pekín.

La visita es obligada porque guarda la mejor colección de bronces,

CLAUDIO CASSARO / FOTOTECA 9X12

vivían 50.000 habitantes, cuya situación en el delta del Yangtze, la principal arteria fluvial de China, era una golosina para los avezados mercaderes británicos. A principios del siglo xx, unos 60.000 extranjeros controlaban las distintas concesiones –francesa, inglesa, rusa, japonesa, española…– y un millón de chinos había acudido a la llamada del dinero, el trabajo y el enorme mercado formado en torno al comercio de las nuevas máquinas, el petróleo, el opio y la prostitución.

NANJING DONG El corazĂłn comercial de Shanghai se sitĂşa en esta avenida peatonal, llena de grandes almacenes y boutiques de moda.

SEAN PAVONE / SHUTTERSTOCK

EN SHANGHAI SE APRECIA EL ANSIA DEL CONSUMO DE UN PAÍS QUE SOLO TIENE DE COMUNISTA EL NOMBRE DEL PARTIDO GOBERNANTE.

SHUTTERSTOCK

desde hace 4000 años, una de esas maravillas difíciles de olvidar por su armonía, su belleza y la precisión de las decoraciones de los objetos.

También hay magníficas colecciones de pintura y cerámica.

La calle más importante de la concesión es Nanjing, la «milla dorada» que se disputan las firmas nacionales e internacionales, desde la perfumería a la informática, pasando por deportes o comida orgánica. En algunas tiendas, los clientes, casi todos chinos venidos de provincias, hacen largas colas para entrar. En Shanghai, más que

en ningún otro lugar de China, se aprecia el ansia de consumo de un país que solo tiene de comunista el nombre del partido gobernante.

En las calles adyacentes, habitadas principalmente por profesionales liberales y familias de un alto poder adquisitivo, se encuentran algunos edificios antiguos de estilo art déco europeo, además de los restaurantes más selectos y tiendas de moda y diseño.

Cuna del Partido Comunista Chino (PCCh) en 1921, la casa donde se reunieron sus 13 fundadores, incluido Mao Zedong, convertida en museo en 1962, ha facilitado la

conservación de una de las primeras comunidades vecinales (lilong) construidas con ladrillos y dos o tres pisos de altura (shikumen), a principios del pasado siglo. Reconstruida a todo lujo y rebautizada como Xin Tiandi (Nuevo Bajo el Cielo) es una de las zonas más visitadas de la ciudad, repleta de modernos bares, restaurantes y tiendas. El museo del PCCh es muy interesante y dentro hay mucha menos gente que en el resto de Xin Tiandi.

En 1980 la mayoría de la gente vivía en lilong, que eran largas hileras de habitaciones comunales de una o dos alturas que daban a calles internas

PASEOS POR EL BUND Esta avenida junto al río era el gran bulevar de la Concesión francesa a principios del siglo xx.

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El Maglev es el tren más rápido del planeta.

Alcanza los 431 km/h.

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El Templo de Confucio, de 1294, se trasladó a su ubicación actual en 1855.

ENCLAVES PARA REENCONTRAR LA PAZ

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La Revolución Cultural no tuvo piedad de la religión. Los templos fueron cerrados o destruidos y se persiguió el pensamiento de Confucio, identificado con la sociedad feudal. En la actualidad muchos de esos enclaves se han reconstruido y la población los frecuenta recuperando rituales de antaño.

Buda dorado en el templo de Longhua, uno de los más antiguos, grandes y mejor conservados de Shanghai.

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El Templo del Buda de Jade alberga dos grandes estatuas.

En una, Buda aparece sentado; en otra, reclinado antes de morir.

Los jardines de Yuyuan son un magnĂ­fico ejemplo del paisajismo de la dinastĂ­a Ming.

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El primer rascacielos de Shanghai data de 1995.

Su mirador más alto se halla a 350 m. La base aloja el Museo de Historia de la Ciudad.

Puerto de transbordadores

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LA PERLA ORIENTAL

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La gran metrópoli china 1 Nanjing Road. La gran avenida comercial es un hervidero de gente todos los días.

2 The Bund. Este elegante paseo fluvial reúne edificios de los años 1910 y 1920.

3 Pudong Promenade. Desde aquí se divisa The Bund, al otro lado del río. A poca distancia se eleva la Torre Shanghai y la Torre Perla Oriental.

4 Museo de Shanghai. Posee la mayor colección de arte antiguo de China.

5 MoCA. Expone lo mejor en arte contemporáneo.

6 Templo del Buda de Jade.

De 1882, exhibe dos grandes estatuas de Buda.

7 Templo Jing’an. El templo de la Paz y la Tranquilidad se fundó en el siglo III.

o a patios en los que sus habitantes cocinaban; los servicios también eran comunes. Hoy, con la excepción de Xin Tiandi –que tiene poco de auténtico– apenas se han conservado algunos en la parte norte del río Suzhou.

El casco antiguo de Shanghai, que se atrincheraba como otras muchas ciudades chinas tras unas murallas actualmente desaparecidas, ha sido reestructurado en torno al jardín Yu, donde destaca una enorme construcción

del siglo xvi, formada por numerosos edificios de tejados curvos y patios unidos entre sí por accesos de diversas formas. Un riachuelo unifica el conjunto, en el que se ha instalado en gran mercado de artesanías de la ciudad donde orfebres, calígrafos, escultores, pintores, cortadores de papel y tantos otros hacen las delicias de los turistas.

El principal edificio es la casa de té Huxinting situada sobre el estanque de la zona preservada del jardín. Se sigue sirviendo té y pequeñas viandas para acompañarlo.

A su alrededor hay mercados de pájaros, insectos, plantas y telas.

Muy cerca se encuentra el Templo de la Literatura o Templo de Confucio, reconstruido en el siglo xix.

Un remanso de paz en medio de la algarabía de las estrechas callejas de comerciantes y puestos de comida, instalados en casas tradicionales rehabilitadas, que lo rodean.

El salón de los Grandes Logros está dedicado al culto al maestro y conserva una de sus tablillas.

Shanghai, igual que las ciudades europeas, es para pasearla y topar-

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se de pronto, en medio de sus rascacielos, con hermosos templos taoístas o budistas como el del Buda de Jade, que guarda dos espléndidas imágenes esculpidas en jade blanco birmano. O el parque Fuxing, donde es fácil encontrar grupos de vecinos practicando taichí, o quizá jugando al popular go, que en China se conoce como weiqi y es uno de los juegos de estrategia más antiguos.

Fuxing está rodeado de edificios emblemáticos de la concesión francesa, como el antiguo Colegio

Francés y las residencias de Sun Yat-sen, el político que promovió la caída de la dinastía Qing, y de Zhou Enlai, el primer ministro más apreciado de la República Popular.

Si seguimos andando, llegaremos hasta Tianzifang, un nuevo laberinto de callejones estrechísimos repleto de comercios, bares y restaurantes. Resistirse a la furia del consumo es lo más difícil que se puede hacer en esta maravillosa ciudad que es mucho más de lo que uno espera encontrar en la extensa y siempre desconcertante China. ]

CUADERNO DE VIAJE Documentos. Pasaporte y un visado que se tramita a través de una agencia o de la embajada.

Llegar. Hay vuelos directos desde Madrid y Barcelona. Metro y autobús conectan con los dos aeropuertos internacionales.

Moverse. La extensa red de metro llega a todos los rincones.

Moneda. Yuan.

Horario. 7 horas más.

■ www.meet-in-shanghai.net ■ www.travelchina.gov.cn

SUSANA Y JULIÁN GUISADO

MALDIVAS XAVIER MORET, PERIODISTA DE VIAJES

UN PAÍS ACUÁTICO La república de Maldivas abarca 90.000 km2, de los cuales solo 298 son superficie terrestre.

Bajo estas líneas, la isla Meerufenfushi, en el atolón Norte de Malé.

ISLAS CORALINAS Atolón deriva de la palabra maldiva atholhu. Los atolones de las Maldivas son de los más grandes del mundo. Se forman a medida que un arrecife de coral crece en torno a una isla volcánica y esta se va hundiendo en el océano.

U

na de las cosas buenas que tienen las islas Maldivas es que puedes empezar a disfrutar de su belleza antes incluso de aterrizar en el aeropuerto de Malé, la capital de este archipiélago con más de mil islas de coral.

Cuando el avión inicia el descenso se divisan una serie de islotes esparcidos en el océano como al azar. Algunos son atolones bien definidos, con una corona de palmeras y largas playas de arena blanca que se extienden alrededor de la laguna, mientras que otros son solo brazos de arena con unas pocas palmeras agolpadas en un extremo. En algunas de las islas

se distinguen los bungalós de los hoteles, montados sobre pilotes, mecidos por un mar azul turquesa. El paraíso no puede ser muy distinto a esta imagen aérea.

Si se trata de contar islas, Maldivas se lleva la palma. Este país desparramado por una extensión marina de 90.000 km2 –el tamaño de Portugal– y situado 450 km al sur de la India está formado por 26 ato-

lones y 1192 islas coralíferas, de las que 203 están habitadas por unos 400.000 maldivos. La insularidad es una de las características de esta república oceánica, que logró su independencia del Reino Unido en 1965; la otra es que ostenta el récord de ser el país más bajo del mundo, con un promedio de altura de 1,5 m.

El monte Villingili, de 2,4 m, es su máxima cumbre.

A la vista de estos datos, resulta comprensible que una de las grandes preocupaciones de sus habitantes sea el cambio climático y el riesgo que supondría un aumento del nivel de las aguas del Índico. El tsu-

SUSANA Y JULIÁN GUISADO

nami de 2004 afectó a las islas más orientales, hizo desaparecer una veintena de islas, hasta 14 tuvieron que ser evacuadas y fallecieron 82 personas. Los cartógrafos se vieron obligados a trazar de nuevo el perfil del archipiélago. Por fortuna, las islas se recuperaron con rapidez.

para un grupo de italianos. El gran cambio llegó cuando se amplió el aeropuerto de Malé para que pudieran aterrizar grandes aviones y se construyeron varios hoteles.

Los primeros turistas acudían a practicar la pesca submarina, pero cuando las autoridades la INDIA

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Desde el aeropuerto internacional de Malé, los hidroaviones de Maldivian Air Taxis reparten a los viajeros entre el centenar de hoteles que hay en el país. Desde el primer momento queda claro que las Maldivas miman a sus visitantes, ya que la industria turística

aporta un 28% del Producto Interior Bruto, por encima de la pesca, la segunda fuente de ingresos. Sin embargo, la historia del turismo en las islas se inició en una fecha relativamente reciente, ya que no despegó hasta los años 80.

A finales de los 60 unos expertos de la ONU realizaron estudios, redactaron informes de muchas páginas y concluyeron que veían pocas posibilidades turísticas en este rincón del Índico. Me lo cuenta uno de los pioneros en la promoción de las Maldivas, Ravi DiasJayasinha, quien en 1972 preparó el primer viaje organizado a las islas

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Islas Maldivas

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SUSANA Y JULIÁN GUISADO

Isla de Dhigufinolhu, en el atolón Malé Sur.

prohibieron el submarinismo tomó el relevo y se convirtió, junto a las playas, en el principal reclamo natural del país.

Las Maldivas se sitúan entre los primeros destinos subacuáticos del planeta por la variedad y cantidad de especies animales (más de 2000), además de corales, que pueden llegar a observarse en una sola inmersión. Entre los «trofeos» más apreciados destacan rarezas como el pez cocodrilo, el pez vela, el pez trompeta y el pez flauta, cuyos nombres ya revelan mucho de su singularidad. Los submarinistas se zambullen sobre todo en busca de los Big Three: el tiburón ballena, la mantarraya o manta gigante y el tiburón gris.

Los dos primeros son, a pesar de sus dimensiones, especies totalmente inofensivas pues se alimen-

tan de plancton, pequeños peces y calamares. Los enclaves más profundos son el hogar de escualos difíciles de hallar en otros mares, como el tiburón de puntas negras, el de puntas blancas y el martillo.

Las empresas que ofrecen inmersiones en el archipiélago conocen los enclaves donde observarlos e incluso nadar con ellos.

Tras amerizar junto a la isla de Kuramathi –en el atolón Alif Alif, 56 km al oeste de Malé y a 20 minutos de vuelo de esta–, una lancha del hotel nos desembarca en una preciosa playa de arena blanca ribeteada por palmeras. Un calor tropical nos da la bienvenida. Es algo característico de las Maldivas, donde el termómetro rara vez baja de los 25 oC. Si bien la temperatura se mantiene estable todo el año, a la hora de planificar el viaje sí se deben tener en cuenta los monzo-

nes y las lluvias que estos acarrean, sobre todo entre los meses de mayo y noviembre.

El agua de la laguna que rodea la isla es tan clara que, sobre el fondo de arena blanca, se distinguen perfectamente los pececillos de colores y unos pequeños e inofensivos tiburones. Al atardecer, unas mantas enormes se acercan nadando perezosamente a la playa que se extiende junto al Sand Bar, donde un empleado del hotel les echa de comer mientras los clientes hacen fotos o toman relajadamente un cóctel en la terraza. Por cierto, el hecho de que en las Maldivas domine la religión musulmana se nota incluso en los cócteles, ya que al llamado Sex on the Beach a base de vodka y frutas se le ha cambiado el nombre por Fun on the Beach.

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Las mujeres de Ukulhas fundaron una asociación de agricultura sostenible.

LA CARA MÁS VERDE DE UN MUNDO ACUÁTICO

Baniano o higuera de Bengala en la isla de Kuramathi, en el atolón de Rasdu.

GONZALO AZUMENDI

El océano es la fuente de vida y leyendas de los maldivos, pero el interior de muchas islas alberga una vegetación que les proporciona alimento y material para sus casas. Además de cocoteros y banianos, se cultiva papaya, pimientos, berenjenas, melones, limones, fruta de pan y plátanos.

La isla de Kuramathi, que mide casi 2 km de punta a punta, se cuenta entre las de mayor tamaño del archipiélago, lo que permite pasear entre una exuberante vegetación tropical, largas playas, varios restaurantes y bares montados en la arena. Los bungalós quedan camuflados entre la vegetación, aunque hay algunos que se sostienen sobre pilotes, como si flotaran fuera del mundo. El propietario del hotel pactó hace 40 años quedarse toda la isla y trasladar a los pescadores que vivían en ella a la isla del lado, Rasdhoo, donde se construyeron casas con electricidad, agua corriente, red de alcantarillado y otros servicios.

Ahora toda la isla pertenece al hotel, cuyos 800 empleados proceden mayoritariamente de Sri Lanka, India, Malasia o Indonesia.

Territorios más o menos cercanos que, a pesar de la penetración cada vez mayor de China, también proveen de productos y alimentos a las islas, como por ejemplo los mangos, que vienen de Sri Lanka o Tailandia, o el vino y el champán, importados de Europa.

Una de las características de las Maldivas es que turistas y locales raramente se mezclan. Hay islas hoteleras e islas de maldivos, y estos últimos tienen prohibido acceder sin permiso a los hoteles. Por otra parte, los pescadores no pueden faenar en las aguas próximas a los hoteles, ya que la morralla que arrojan al agua podría atraer a los tiburones y provocar más de un susto. Dada esta separación entre islas hoteleras y locales, para conocer a los maldivos conviene visitar Malé, la capital. Situada en una isla tan saturada de edificios que parece que no quepa ni uno más, alberga a más de cien mil habitantes.

MIL MANERAS DE DISFRUTAR DEL MAR El windsurf, el snorkel, el buceo y el kayak son las actividades más populares entre los visitantes de Maldivas.

MUHA PHOTOS

SUSANA Y JULIÁN GUISADO

SUSANA Y JULIÁN GUISADO

LA TRANSPARENCIA DE LAS AGUAS MALDIVAS PERMITE VER NUMEROSAS ESPECIES EN UNA SOLA INMERSIÓN.

UN EXTRAORDINARIO CALEIDOSCOPIO SUBMARINO Los arrecifes de coral contienen una increíble vida animal. Sumergirse con bombonas de oxígeno o con un sencillo equipo de snorkel permite acercarse y disfrutar de sus formas y colores. Consciente del valor de este patrimonio natural, el gobierno maldivo es muy estricto con la protección de sus fondos marinos. En las fotografías se ve una pareja de peces payaso (Amphiprion percula) y un pez león soldado, pez fuego diablo o pez escorpión (Pterois miles).

RESERVA DE AVES

MATVEEV ALEKSANDR / SHUTTERSTOCK

Alrededor de 160 especies de aves habitan en las islas. En la foto, una garza real levantando el vuelo.

WILLYAM BRADBERRY / SHUTTERSTOCK

LOS «BIG THREE» DE MALDIVAS SON LA MANTARRAYA, EL TIBURÓN BALLENA Y, EN AGUAS PROFUNDAS, EL TIBURÓN GRIS.

MĂ S QUE UN BAĂ‘O En las Maldivas, para encontrarse cara a cara con una mantarraya solo se necesitan gafas de buceo, tubo y aletas.

REFUGIOS DE LUJO Dormir en cabañas rodeadas de agua y zambullirse entre peces de colores es uno de los mayores placeres que ofrecen las Maldivas.

En Malé vale la pena situarse en la Plaza de la República, su centro neurálgico, e ir en busca de su mercado de pescado, comprar alguna artesanía, descansar un rato en el Parque del Sultán y deambular entre las tiendas de recuerdos y los restaurantes de comida picante.

Los minaretes de más de 30 mezquitas dispersas por esta maraña de edificios dibujan el perfil de la ciudad, con la cúpula dorada de la Gran Mezquita como principal referencia islámica.

En contraste con el silencio de las otras islas, el ruido ambiental de la capital suelen ponerlo la

multitud de motos que circulan a todas horas y por doquier. Con este panorama, no es extraño que tras pasar unos minutos en esta superpoblada ciudad, uno llegue a la conclusión de que se trata de un mundo aparte que poco tiene que ver con el resto de las Maldivas.

A escasa distancia, por cierto, se encuentra la isla artificial de Hulhumalé, inaugurada en 2004 para acoger instalaciones industriales, naves comerciales y viviendas que alivien la densidad de la capital.

Antes de convertirse en república independiente, en 1965, las Maldivas fueron colonia portuguesa (a

partir de 1558), holandesa (1654) y británica (1887). El islam, claramente mayoritario en las islas, se impuso en el siglo xii, tal como contó el viajero Ibn Battuta, nacido en Tánger en 1304.

El llamado «Marco Polo árabe» visitó estas islas en el transcurso de los dos largos viajes que hizo por África, Oriente Medio y Asia entre 1325 y 1354. Ibn Battuta se quedó a vivir nueve meses en las Maldivas, donde fue nombrado cadí y ejerció de supervisor de la moralidad islámica. Entre las cosas curiosas que narra, Ibn Battu-

SUSANA Y JULIÁN GUISADO

Masaje tradicional tailandés en la isla Dhigufinolhu.

SUSANA Y JULIÁN GUISADO

ta explica que las islas estaban por aquellos tiempos bajo el mando de una sultana, que seguían una dieta a base de cocos y pescado, y que vio mujeres con un solo pecho.

En las Maldivas, cada isla es un mundo, por lo que merece la pena visitar más de una. Al norte y al sur de la capital hay dos atolones que suelen acaparar las primeras visitas: Malé Norte y Malé Sur. Ambos preservan todavía tradiciones isleñas, como las tallas de madera y la confección de tambores. Pero mi propósito es alcanzar islas más apartadas, así que subo a un taxi aéreo que en 15 minutos me lleva a

la isla de Maafushivaaru, en el atolón de Alifu Dhaalu. Durante el vuelo puedo divisar multitud de islas, como si se tratara de un catálogo en el que cada uno puede elegir la que más le convenga.

En mi caso, un mar alterado complica el amerizaje y el piloto tarda algo en descender. Sus palabras buscan tranquilizarnos: «Tengo dos noticias, una buena y una no tan buena. La buena es que, a pesar de las olas, hemos conseguido amerizar. La no tan buena es que lo hemos hecho en una isla distinta, más protegida del viento». Hay que esperar pacientemente a que nos rescate la lancha del hotel.

Maafushivaaru es una isla tan pequeña que puedes darle la vuelta en diez minutos. El breve paseo queda compensado por la belleza de las playas, la vegetación y los

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El inofensivo tiburón ballena se alimenta de plancton.

fondos marinos. Me lanzo a nadar con gafas, tubo y aletas fascinado por los peces, mientras otros prefieren navegar por la plácida laguna en windsurf o remando en kayak. Dejo para la tarde la salida en lancha tras la estela de delfines.

El islote de Lonubo, muy cerca de Maafushivaaru, pertenece también al hotel y cuenta con tan solo dos habitaciones. Su precio por noche se eleva por encima de los mil dólares y, a pesar de su soledad, las habitaciones cuentan con nevera, aire acondicionado e incluso wifi. El servicio de restaurante llega cada día en lancha desde la isla principal. Quienes sueñan con jugar a ser un Robinson Crusoe de lujo lo tienen fácil en las Maldivas. El escenario de islas desiertas con largas playas bordeadas de palmeras no suele fallar, y tampoco el de un mar de

un apetecible color turquesa que invita a una zambullida tras otra.

Vivir rodeados de agua les ha dado a los maldivos una oportunidad de oro para ofrecer a los viajeros un increíble abanico de actividades relacionadas con el mar.

Los cruceros en velero o en el tradicional dhoni garantizan el contacto más íntimo con las islas.

Recorren varios atolones durante una semana, pero también se pueden contratar para menos días.

Volar en hidroavión (taxi o ruta a medida) o en helicóptero constituye otra manera inolvidable de disfrutar del archipiélago.

Una de las sorpresas que se lleva el viajero es la calidad de la artesanía y la cultura musical maldiva.

Bajo una aparente sencillez, las esteras de tejidos vegetales, los colgantes de madera y piedra tallada

AVISTAR DELFINES Y BALLENAS

STOCKSY

Se organizan salidas en barca y a bordo de submarinos de poca profundidad por los pasos entre atolones que frecuentan los cetรกceos.

y las cajitas lacadas de colores revelan un gusto por el detalle. La música tiene también un gran protagonismo en las islas, con una rica tradición de danza y música que en los últimos años ha adoptado ritmos occidentales.

La siguiente etapa en mi viaje por Maldivas es Velassaru, otra de las islas con hotel, donde diría que el mar es todavía más azul y la arena más blanca. Y es que todo en las Maldivas parece ideado para evocar el paraíso, incluso el mapa de un país que no se parece a ningún otro, con las islas esparcidas sobre un gran lienzo azul.

Kurumba, nombre que significa coco en maldivés, es otra de las islas hoteleras. Los bungalós son aquí más antiguos, pero siguen teniendo el toque Maldivas, con piscina privada, una envolvente vegetación tropical, restaurantes junto al mar y la playa a un paso. Por poco que bucees unos metros, el increíble fondo marino y una multitud de peces vienen a confirmar, una vez más, que las Maldivas se encuentran muy cerca del concepto de edén que tenemos hoy los occidentales. ]

CUADERNO DE VIAJE Documentación. Pasaporte.

Llegar. Los vuelos desde España realizan al menos una escala en Europa o los Emiratos árabes.

Moverse. En hidroaviones-taxi, transbordadores y lanchas.

Alojarse. En hoteles, resorts, casas de huéspedes y barcos que navegan entre los atolones.

Moneda: rufiyaa.

Idioma. Maldivo o dhivehi.

Hora. 4 horas más que en España.

Mejor época. De diciembre a abril para evitar el monzón estival.

■ www.visitmaldives.com

UN UNIVERSO DE AGUA Y ARENA Como la altura media de las islas e islotes es de apenas un metro, las mareas o el oleaje modifican fácilmente su contorno.

QUINN MARTIN / SHUTTERSTOCK

EXPOSICIONES

LIVERPOOL Y SU OFERTA ARTÍSTICA

Entre las propuestas de sus museos destacan varias muestras monográficas.

FOTOGRAFÍAS: GETTY IMAGES

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a Tate Liverpool acapara con sus exposiciones el protagonismo cultural en la ciudad inglesa hasta la primavera. Frank Bowling es la primera exhibición en el país sobre la trayectoria de este pintor británico nacido en Guyana (1934), cuyo trabajo abstracto destaca por el color. Fernand Léger, nuevos tiempos, nuevos placeres reúne más de 40 obras del cubista francés.

Pierre Bonnard, el color de la memoria es una retrospectiva de este pintor (1867-1947) miembro del grupo Nabis. Y en Van Gogh y Gran Bretaña, 45 obras del holandés plasman la influencia que este recibió de artistas locales mientras vivió en Inglaterra.

Cambiando de escenario, la Walker Art Gallery acoge la monográfica Mackintosh (1890-1920), dedicada al precursor de la Escuela

de Glasgow, el art nouveau británico. En el World Museum, Taki Katei (18301901) muestra 300 dibujos de este artista japonés, en vida el favorito del emperador.

Otras citas son Titanic, la historia nunca contada, en el Museo Marítimo Merseyside, y The Beatles Story, el museo de la mítica banda de Liverpool.

MODERNOS DEL SIGLO XX Mujer con flor, del pintor francés Fernand Léger, puede verse hasta el 17 de marzo en la Tate Liverpool.

■ www.visitliverpool.com

NARRATIVA

ÁFRICA

EN BUSCA DE LAS AURORAS

UNA ODA A LA VIDA AFRICANA

60 grados norte, un viaje en busca de mi hogar es un relato íntimo con las auroras boreales como telón de fondo. El escritor, editor y músico Malachy Tallack (1980) narra su particular vuelta al mundo siguiendo el Paralelo 60, con salida y regreso en las islas Shetland (Escocia), donde vivió su infancia y juventud.

Buscando diferencias y similitudes en el paisaje y la cultura, Tallack viaja por Groenlandia, Canadá, Alaska, Rusia, Finlandia, Suecia y Noruega.

LaperiodistaLolaHierro(Madrid, 1983) ha vivido el día a día en Áfricaalolargodesusmuchos viajes. En esta recopilación de sus crónicas aparecen, entre otros temas y destinos, los padres para niños perdidos de Etiopía, las campesinas del mar de Tanzania que al atardecer recolectan algas en el fondo marino, los gorilas de Uganda que observó viviendo entre bosques y cascadas, o los hipopótamos junto a los que acampó en Kenia.

■ 60 grados

■ El tiempo detenido.

Lola Hierro.

Editorial Kailas.

221 págs.

16,90 €

norte.

Malachy Tallack.

Volcano Libros.

268 págs.

20 €

AUSTRALIA

LA REMOTA KIMBERLEY El médico y viajero Rafael Manrique (Santander, 1955) nos habla de la cultura, la naturaleza y los mitos que descubrió en Kimberley, una región conocida como el Far West australiano, situada en el norte de la islacontinente. Partiendo de Darwin, y con final en Broome, el autor narra su recorrido por la pista de tierra Gibb River, flanqueada por baobabs y termiteros; la visita a reservas donde se narran leyendas de aborígenes y se vende arte actual nativo; o su sorpresa cuando, en este territorio árido, alcanzó el lago Argyle, de cuyas aguas azules afloran islasdeunrojointenso.

■ La memoria de la tierra.

Rafael Manrique.

La Línea del Horizonte.

VIENA

Tesoros de la antigua Éfeso El Museo de Éfeso de la capital austriaca acaba de reabrir sus puertas después de remodelar su estructura y exposición. Alojado desde 1978 en el Neue Burg, el ala del Palacio Imperial que da a la Heldenplatz, exhibe de forma permanente vestigios de esta antigua ciudad griega y romana en la costa turca.

■ www.khm.at Atleta, W

obra en bronce del siglo I a.C.

LIBROS Y ARTE

IDEAS DE VIAJES

PAÍS VASCO

DESTINOS PARA TODOS

GARGANTAS Y DESFILADEROS

«Para cada circunstancia vital, hay un viaje perfecto». Así lo afirma Paco Nadal, veterano escritor de viajes, fotógrafo, director de documentales y bloguero, que para su último libro ha seleccionado más de 3o0 destinos ordenados por perfil viajero. Por sus páginas desfilan ideas de lo más variopintas, desde propuestas para viajeros solitarios a otras para ir en grupo, santuarios de la naturaleza o rincones donde superar una ruptura amorosa.

Cuando las montañas de roca caliza se interponen en el curso de los ríos, el agua se abre paso a través de gargantas, foces, cañones y desfiladeros. Todos son paisajes de singular belleza y a menudo con microclimas que los hacen poseer una fauna y flora propias. Juan Carlos Muñoz y Mar Ramírez han escrito una guía con 30 rutas para asomarse o caminar por algunos de los cañones más espectaculares del País Vasco.

■ El viaje

perfecto.

Paco Nadal.

Ed. GeoPlaneta.

336 págs.

22,90 €

■ Gargantas y desfiladeros.

J. C. Muñoz y Mar Ramírez.

Edizioak SUA. 157 págs.

17,95 €

TRADICIONES

MARRUECOS

EN BUSCA DE LA MUERTE

RECORRIDO DE PUNTA A PUNTA

Caitlin Dough se propuso conocer en primera persona las tradiciones funerarias de medio mundo. El resultado es este curioso libro que recopila rituales de diferentes culturas.

Algunos sontanllamativoscomo la prácticaindonesiadelimpiar y vestir la momia del fallecido, que permanecedosañosenla casa familiar; el ritual japonés del kotsuage,enelquelosallegados usanpalillosparaextraer los huesosdesusseresqueridos de las cenizas de la cremación; o el Día deDifuntosenMéxico, cuando sepasalanocheenlos cementerios,llevandoofrendas como comida,bebidaotabaco.

De las montañas del Rift a la bella Fez, y de allí a los pueblos bereberes del Atlas; desde la costa atlántica a la bulliciosa Marrakech, para alcanzar los oasis del sur, las montañas del Anti Atlas o las puertas del Gran Sáhara...

Este manual actualizado de la colección Routard ofrece más fotografías y, sobre todo, más datos prácticos y sugerencias para comer, dormir y comprar.

Resultan interesantes las recomendaciones para disfrutar de las ciudades y los consejos sobre los transportes. También incluye mapas orientativos de las principales localidades y un plano de Marrakech.

■ De aquí a

la eternidad.

Caitlin Doughty.

Editorial Capitán Swing.

199 págs.

18,50 €

■ Marruecos.

Trotamundos Varios autores Anaya Touring.

758 págs.

22,90 €

FOTOGRAFÍA

National Geographic: 125 años en imágenes La vuelta al mundo en 125 años es el título de la colección de libros de gran formato con la que National Geographic conmemora su siglo y cuarto de vida. Cada continente tiene su libro con 250 imágenes de los archivos de la prestigiosa entidad.

Desde las fotografías en blanco y negro y coloreadas de la primera década del siglo xx, cada uno de los retratos, paisajes y escenas captan la atención de forma inmediata. En ocasiones, es la expresividad de los rostros lo que cautiva, en otras, la belleza de un instante o un lugar. Asia, Oceanía está organizado por áreas geográficas que abarcan desde Oriente Medio hasta las

c Papúa y Nueva Guinea.

Jodi Cobb, 2000.

f Afganistán. Thomas

Abercrombie, 1971.

d Isla Olosega de Samoa,

Randy Olson, 1999.

islas del Pacífico Sur. El último apartado contiene las biografías del centenar largo de fotógrafos cuya obra aparece en el libro.

■ Asia, Oceanía. Varios autores. Taschen. 392 págs. 50 €.

RITMO GLOBAL EVENTOS, MARCAS Y PUBLICIDAD Promoción de Nueva York Un año más, Viajes El Corte Inglés es la elegida por Iberia y NYC & Company para promocionar Nueva York entre los españoles. Juntos han creado programas especiales, a la venta a través de agencias, web y call center de El Corte Inglés. Colaboran varias cadenas hoteleras. www.viajeselcorteingles.es

Cardhu, un whisky para celebrar La campaña lanzada por Cardhu «Made to Last» (hecho para durar) propone disfrutar de este malta escocés de 12 años en reuniones importantes y celebraciones con amigos. Sus notas a pera y frutos secos le confieren un sabor suave y dulce, y su cuerpo equilibrado es idóneo para maridar con algunos platos. La perdurabilidad es uno de los pilares de la bicentenaria destilería Cardhu donde se elabora este scotch, en la región escocesa de Speyside, cuna del whisky. www.amazon.es/dp/B001159U2M

Nueva edición limitada del reloj Grand Seiko Sport

Utópica y la Sociedad Geográfica Española ofrecen viajes con expertos

El modelo Grand Seiko Sport Spring Drive ha sido creado para los aficionados al mar. Con una resistencia a la presión de 20 bares y un calibre especial, se ajusta mejor a cambios de temperatura y profundidad. La esfera tiene un bisel giratorio con marcadores de 24 horas y un color que recuerda la cubierta de caoba de un yate. La edición limitada se presenta en pulsera de acero y doble cierre de seguridad. www.relojesseiko.es

La SGE, asociación dedicada al conocimiento geográfico, social y cultural del mundo, ha firmado un acuerdo con Viajes Utópica para realizar salidas en grupo lideradas por geógrafos, alpinistas, arqueólogos... Los destinos previstos para 2019 son: Patagonia argentina (marzo), Egipto (abril), Nueva Zelanda (octubre) y Madagascar (noviembre). www.utopica.travel

León, cruce de culturas y caminos

Las puertas al mar Mediterráneo de la Comunitat Valenciana

Esta monumental ciudad guarda entre sus calles mucha historia, tesoros artísticos, una rica gastronomía y rincones de paso obligado para los peregrinos a Santiago. La etapa principal es la Catedral, obra cumbre del gótico, que posee el conjunto de vidrieras medievales mejor conservadas del mundo junto a las de la catedral de Chartres. www.turismoleon.org

Los puertos de las provincias de Alicante, Castellón y Valencia son puertas abiertas al Mediterráneo. Con una oferta de 40 instalaciones náuticas –22.000 amarres– repartidas en casi 600 km de costa, la Comunitat Valenciana se presenta como un destino idóneo para sentir la calma y la brisa marinas, en un litoral con temperaturas suaves que invitan a navegar casi todos los meses del año. www.valenciaturisme.org

AYER Y HOY

KOTA TUA YAKARTA, ISLA DE JAVA

EN EL EMPLAZAMIENTO DE LA ALDEA DE PESCADORES QUE DIO ORIGEN A YAKARTA SE ASIENTA KOTA TUA, LA ANTIGUA CIUDAD AMURALLADA CREADA HACE SIGLOS POR LOS HOLANDESES PARA CONTROLAR LA PRODUCCIÓN Y EL COMERCIO DE ESPECIAS.

1890

AGE FOTOSTOCK

A finales del siglo XIX, Batavia –hoy Yakarta– vivía asolada por la malaria provocada por el agua estancada de sus canales. La ciudad había sido diseñada en el XVII por los holandeses, con canales como el Kali Besar (1619) que acogía el trasiego de mercancías y reparación de los navíos, y mercados, almacenes e iglesias en las orillas. Los colonos apreciaron este enclave del mar de Java, entonces una aldea rodeada por volcanes y arrozales, pero con un puerto estratégico que convirtieron en la sede de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, el monopolio que dominó el comercio de las especias hasta el siglo XIX. En 1901 la ciudad inició un período de mejoras en salud, educación, comunicaciones... Cuando en 1945 se declaró la independencia del país la gente se mudó a barrios más modernos, y Batavia –hoy Kota Tua– quedó anticuado.

IAN TROWER

Canal Kali Besar

2019

La rehabilitación iniciada hace cinco años en Kota Tua, el centro histórico de Yakarta, sigue recuperando edificios coloniales y canales, con riberas arboladas y goletas que ofrecen paseos fluviales. En el canal Kali Besar se conserva el último puente levadizo de época holandesa. Las calles del barrio convergen en la peatonal plaza Taman Fatahillah. A su alrededor se pueden visitar el ayuntamiento de 1627, hoy Museo de Historia de Yakarta; la iglesia Gereja Sion, la más antigua de la ciudad (1695); el Palacio de Justicia (1870), convertido en Museo de Bellas Artes; el colonial Café Batavia; Correos, un centro de arte moderno; y el Museo de Wayang, de títeres javaneses. En el puerto, cerca de donde se instala el mercado de pescado Pasar Ikan, se halla el Museo Marítimo, en un almacén de la Compañía de las Indias Orientales, cuya torre vigía es un mirador.

PRÓXIMO NÚMERO

ATENAS

KUMANO KODO Santuarios sintoístas y

MADEIRA La gran isla portuguesa emerge como

FLANDES Brujas, Gante y Amberes trazan este

JERUSALÉN La ciudad de las tres religiones

ISLAS GALÁPAGOS Este archipiélago

La imponente y bella Acrópolis inaugura este paseo por la capital de Grecia. El viaje se completa con una escapada a las cercanas islas de Poros y Egina.

un jardín montañoso y aromático en medio del Atlántico.

Este viaje descubre sus caminos y pueblos pescadores.

monoteístas reúne sus enclaves más sagrados dentro de la Ciudad Vieja, donde cada piedra habla de historia y fe.

pueblos termales jalonan esta ancestral ruta de peregrinaje por una de las áreas más fascinantes de Japón.

recorrido por la historia, el arte y el paisaje de esta región de canales que conectan con el mar del Norte.

volcánico anclado en aguas del Pacífico se considera uno de los grandes destinos para ver fauna del planeta.

Y TAMBIÉN...

COREA DEL SUR Descubrimos uno de los destinos más desconocidos de Asia, rebosante de templos, palacios, montañas y fondos marinos asombrosos.

La sección Experiencias sorprende con destinos insólitos. Las Escapadas proponen pasear por la bella CUENCA, descubrir el fantástico ecosistema del parque de DOÑANA y recorrer la costa oriental de la LIGURIA italiana. Y además, la indispensable sección LIBROS Y ARTE.

PAQUETES

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