La recluta forzosa y su transición al servicio militar obligatorio
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LA RECLUTA FORZOSA Y SU TRANSICIÓN AL SERVICIO MILITAR OBLIGATORIO (1908-1933)
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Germán Guía
Colección Monografías El pueblo es la historia
A 200 AÑOS DE LA INDEPENDENCIA, LA REVOLUCIÓN CONTINÚA
La recluta forzosa y su transición al servicio militar obligatorio
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Germán Guia
LA RECLUTA FORZOSA Y SU TRANSICIÓN AL SERVICIO MILITAR OBLIGATORIO (1908-1933)
Caracas, 2009
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Germán Guía
Colección Monografías El pueblo es la historia Comisión Editorial Arístides Medina Rubio Pedro Enrique Calzadilla Luis Felipe Pellicer Asistente Editorial Joselin Gómez Corrector Eduardo Cobos Diagramación Virginia Rodríguez Diseño de portada Aarón Lares Imagen de la portada Impresión Printanet, C.A. La recluta forzosa y su transición al servicio militar obligatorio Primera edición: Fundación Centro Nacional de Historia, Caracas, 2009 Fundación Centro Nacional de Historia Final Av. Panteón, Foro Libertador, Edificio Archivo General de la Nación P.B. Caracas – Venezuela centronacionaldehistoria@gmail.com Depósito Legal: lf22820093554031 ISBN: 978-980-7248-15-0 Impreso en la República Bolivariana de Venezuela
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Índice General
Introducción ....................................................................................................... 7 Capítulo I Antecedentes del servicio militar: La recluta al servicio del Rey y el caudillo 1768-1910. Una visión general ....................................... 11 1.1. La milicia del Rey (1768-1810) .............................................................. 15 1.2. La guerra de ruptura colonial (1811-1821) .......................................... 19 1.3. En tiempos de la Colombia Grande (1821-1830) ............................. 22 1.4. La República del caudillo (1830-1908) ................................................. 25 Capítulo II El servicio militar dentro del contexto mundial de los ejércitos modernos .................................................................................................. 37 2.1. Europa ....................................................................................................... 40 2.2. América ...................................................................................................... 48 Capítulo III Evolución jurídico - militar del servicio militar obligatorio en tiempos del gomecismo ........................................................................ 53 3.1. Ley de Formación y Reemplazo, 1919 ................................................ 57 3.2. Ley del Servicio Militar Obligatorio de 1926 ..................................... 74 3.3. Ley del Servicio Militar, 1933 ................................................................ 80
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Capítulo IV Condiciones de vida del soldado durante el gomecismo ................ 85 4.1. La tropa ..................................................................................................... 86 4.2. Los castigos ............................................................................................... 93 4.3. Uso y abuso del soldado ........................................................................ 96 Conclusiones ............................................................................................... 103 Fuentes ......................................................................................................... 113
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Introducción
La presente investigación estará orientada a estudiar la transición de la recluta forzosa a un moderno servicio militar obligatorio durante el gobierno dictatorial del general Juan Vicente Gómez (1908-1935). El desarrollo del Ejército Nacional vino a tomar forma real durante el predominio del castro-gomecismo (1899-1935). Cada uno de estos gobiernos desarrolló en invariable línea de continuidad el empeño de levantar una verdadera institución militar en el país. Para ello, la recluta forzosa siguió cumpliendo su cometido, pero regulándose su aplicación, a través de la puesta en práctica de una serie de legislaciones, entre ellas la obligatoria incorporación de los hombres venezolanos entre 18 y 35 años a cumplir con el denominado servicio militar obligatorio. Debido a la creciente necesidad de configurar el llamado Ejército Nacional, el gomecismo se inspira en el modelo europeo para legislar, particularmente en materia de la conscripción militar obligatoria. El servicio militar obligatorio será el elemento dinámico que inyecta vitalidad a la renovación militar llevada a cabo por la reforma militar iniciada en 1910. La Ley de Formación y Reemplazo de las Fuerzas de Tierra y Mar de 1919 representa un parangón significativo en la evolución del aparato armado venezolano: esta tenía por objetivos esenciales el llamado a llenar las filas del ejército activo y/o reserva, el establecimiento de un registro militar fijo, la formación de contingentes, los sorteos, exceptuados, voluntarios y penas aplicadas a los infractores de la ley. A través de este instrumento jurídico - militar se rompe con las ordenanzas de recluta y los
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ambiguos códigos militares de 1863, 1883 y 1904, que trataban generalmente el problema de la conscripción militar para el llenado de las filas de los batallones del ejército activo. Por las razones expresadas en estas líneas, esta investigación la iniciamos con los antecedentes del servicio militar obligatorio ejecutado en 1919. Se historiarán el sistema de milicias y su consecuente recluta forzosa heredada de la colonia, aplicada como instrumento durante la Guerra de Independencia (1811-1823) para la configuración del Ejército Libertador. Finalizada la gesta libertadora, el nuevo Estado no solo mantuvo intacto el viejo orden de relaciones de producción, sino la otrora recluta forzada para formar un aparato armado que hiciera frente a los brotes insurreccionales de carácter caudillista que pudieran trastocar el nuevo orden político. Así transcurre la Venezuela decimonónica, entre los contrastes del caudillismo disgregador que conserva su predominio basado en las relaciones del patrón y el cliente. En este caso, el hombre del campo sigue vertiendo su sangre para llevar al ápice de la pirámide de poder a vanagloriados jefes de las llamadas revoluciones de turno, que constantemente azotaban al país. Siendo el servicio militar obligatorio en tiempos del general Juan Vicente Gómez una pieza fundamental para el sostenimiento del Ejército Nacional, en esos momentos este servicio de conscripción militar confrontaba serios problemas para alistar el personal de tropa requerido por los contingentes anuales, debido a que el servicio militar no ofrecía a la población la satisfacción de sus expectativas como individuos. Lo antes expuesto hace plantear una hipótesis de trabajo que demanda respectivas respuestas: ¿Las leyes de servicio militar obligatorio implementadas por el gomecismo hubieran podido lograr una mayor aceptación de la población? ¿Después de aplicada la Ley de Formación y Reemplazo de 1919 el gobierno gomecista tenía necesidad de aplicar la temible recluta forzosa? Gran parte de la historiografía militar venezolana ha centrado su atención en los grandes hechos armados que abarrotan el trajinar de la Venezuela decimonónica, teniendo en la Guerra de Independencia y en los próceres su máxima expresión para inspirar o rendir culto a través de la escritura de voluminosas cuartillas. Poco se ha escrito sobre el
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reclutamiento militar forzoso padecido por la población venezolana en el pasado. En este sentido, se procedió a recopilar informaciones de carácter documental en los principales archivos públicos y bibliotecas ubicadas en la ciudad de Caracas. Se analizaron críticamente las distintas fuentes de orden bibliográfico que sirvieron de referencia para reconstruir la evolución histórica del servicio militar en Venezuela. Además, se entrevistó a una persona que poseía un testimonio indirecto de aquel brutal servicio militar. Por otro lado, cuando se enfoca el estudio historiográfico de lo militar, un amasijo de suspicacias rodean el ambiente de investigación: hacer un trabajo de reconstrucción histórica de muy poca data trae consigo un bloqueo por parte de los militares, aduciendo el argumento de la llamada "seguridad documental". Además, ni el Ministerio de la Defensa ni cierta dependencia vinculada al servicio militar obligatorio poseen un archivo completo. Solo se ubican las órdenes generales, promociones, bajas y otras particularidades ajenas a la Institución. No obstante, se espera que el resultado de nuestra investigación sirva de aporte a la historia militar venezolana para ampliar su ámbito de estudio. Nuestro trabajo se organizará de la siguiente manera: En el primer capítulo se presentará una visión general de los antecedentes más remotos que configuraron la aparición del mecanismo de reclutamiento en el mundo, haciendo hincapié en la descripción de las formas de servir bajo las armas, según el modo de pensar y actuar de los sistemas políticos imperantes. El segundo capítulo será un estudio general del servicio militar a nivel mundial, tomando como premisa la formación de los ejércitos nacionales europeos y su similitud o diferencia con el caso venezolano. En el tercer capítulo se abordará lo referente a las diferentes disposiciones legales que rigieron la implementación de mecanismos aparentemente modernos para la captación de tropas alistadas durante el período castro-gomecista (1899-1935). El cuarto capítulo se orientará a realizar una descripción de las condiciones de vida del soldado venezolano alistado bajo las órdenes del régimen gomecista. Finalmente, se expondrán las conclusiones y las fuentes consultadas para el desarrollo sistemático de la investiga-
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Capítulo I Antecedentes del servicio militar: La recluta al servicio del rey y el caudillo 1768-1910. Una visión general.
Desde la antigüedad los primeros cuerpos armados han sido organizados y adiestrados bajo el patrón institucional. Los egipcios, mesopotámicos y griegos aplicaron lo planteado a sus aparatos militares; más tarde los macedonios y romanos perfeccionaron sus unidades acopladas al compás de las grandes batallas. El fundamento de servir con las armas varía según la época tanto en su forma y rigor, tanto en los territorios como en los sistemas políticos imperantes. La antigua Roma, citada como ejemplo, responde a la necesidad de la carencia de fuentes que apoyen lo expuesto. Recurriendo a los clásicos greco-romanos por simplemente ellos han sido los más trabajados por la historiografía tradicional. Prestar el servicio armado en las unidades romanas responde a la originaria milicia ciudadana que impone que todo ciudadano es soldado, todo soldado es ciudadano. En la España romana el principio binominal del soldado-ciudadano es obligatorio, y sirven en las legiones como auxiliar o extranjeros al servicio armado. Esto genera al soldado-ciudadano deberes y derechos, obteniendo un sueldo con el cual sufragar, además de sus gastos personales, el armamento, el vestuario y el equipo. Con el pasar de los siglos, el sistema armado romano experimenta diversos cambios, reformas en sus armamentos y tácticas, en sus variantes de reclutamiento. Esto se traduce por el establecimiento de levas1 o Leva: Razia o reclutamiento a la fuerza de vagos, maleantes o sujetos de mal vivir para servir a un Rey o a un Estado. La citada conceptualización está basada en Guillermo Cabanellas de Torres, Diccionario Militar: Aeronáutico, Naval y Terrestre, Tomo IV, p. 230. 1
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enganche, la formación de un ejército permanente a la defensa de las continuas invasiones de los pueblos (llamados por los romanos bárbaros). Conformar un ejército permanente llevaba consigo la condición sine qua non de hacer una conscripción: llamamientos con su posterior licenciamiento por sus servicios prestados o los años en actividad militar cumplidos. En la llamada España visigoda (pasando por la musulmana de siete siglos de ocupación en la península ibérica), se forman los exercitus, imponiendo matrícula basada en el Fuero Juzgo, relativo al prestar el servicio por tierras temporales a un señor de la nobleza nobiliaria-territorial. No obstante existían, ciertas excepciones basadas en la Ley de Wanba, que aparta del servicio a los hombres con defectos y enfermedades. La España dominada por los árabes musulmanes (711 a 1480 D.C.) impone a sus fieles devotos el ser soldados para defender los principios dogmáticos del Corán y enfrentar a los infieles en la "Guerra Santa" (yehad). Su sistema de reclutamiento basado en la leva tiene una "perfecta consonancia con la doctrina árabe y arreglado a los preceptos del Corán"2. Pasados los años, el poder de dominación árabe-musulmán comienza a debilitarse. La toma de Granada marca el hito de recuperación de la templanza latina de España, en plena fase de la reconquista aupada por el factor cristiano, romano y apostólico de la España dominada en gran parte por los musulmanes. La retoma de territorios en nombre de la cruz cristiana comienza en los montes cantábricos y en las comarcas pirenaicas, en un lento proceso de recuperación de espacios territoriales en manos árabes a finales del siglo XV. Este proceso trae como consecuencia la formación de una España Nacional a la manera de otras naciones europeas (como Francia e Inglaterra). La España moderna arranca plenamente en el siglo XV, a pesar de los últimos brotes de carácter musulmán que resisten en la península ibérica. No obstante, para acabar de con esta amenaza y, por ende, unificar de una vez por todos los reinos deslazados del hilo conductor modernista, y los estados cristianos llegan a constituir un ejército basado en huestes al servicio del Rey. En relación a lo planteado, y en sintonía con la creación de un cuerpo armado que respondiera a los parámetros nacionales, y que de Santiago Gerardo Suárez, El servicio militar: prolegómenos, p. 239. El autor interpreta al español Sotto y Montes en su Síntesis Histórica de la Caballería Española, p.87. 2
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paso, repeliera las amenazas foráneas, expone Santiago Gerardo-Suárez lo siguiente: En los estados hispanocristianos de la Edad Media, el ejército no constituye un cuerpo armado permanente. Se recluta y organiza cuando lo exige la guerra. Al principio solamente tienen carácter permanente, la milicia real (militia regis, mesnada) los grupos guerreros o vasallos al servicio de los señores y desde el siglo XI, las guarniciones de los castillos y fortalezas fronterizas. Después, durante la baja Edad Media se acentúa la tendencia a emplear tropas mercenarias, reclutadas no solamente entre los naturales del país sino entre los extranjeros, al punto que esas huestes mercenarias pasan a constituir el núcleo del ejército real (...) constituido por las huestes del Rey, por las huestes señoriales, por las milicias concejiles –desde el momento en que las poblaciones se organizan en municipios– y a partir del siglo XI, por las órdenes militares3.
Las huestes del rey estaban constituidas por los vasallos nobles (que son su componente armado), los caballeros y las tropas movilizadas (formada por los peones, villanos y ciudadanos del feudo) siendo el servicio militar un deber público que esta en obligación de todos los pobladores de los reinos cristianos. Los Reyes Católicos que ejercen su gobierno en una España en plena ebullición modernista, caracterizada por notables avances en materia política, económica, militar, científica, etc. La monarquía católica apoya los viajes de exploración (1492) en un primer momento, y más adelante los de expansión ultramarina. La última empresa trae buenos usufructos a la corona española, traducidos en nuevos territorios anexados, asiento de nuevas estructuras que servirán de base a la conquista y la colonización de las Indias. Para fortalecer esa expansión ultramarina, los Reyes Católicos deciden institucionalizar el ejército. La base estructural del cuerpo armado de la España nacional es extrapolada a las Indias mediante el fiero sistema de conquista y colonización forzada, impuesto por la corona de Castilla, y llevado a cabo por el factor motriz del capitán conquistador y su clientela. A este servicio ar mado estaban obligados los súbditos, y "comprendían la participación de grandes expediciones guerreras o servicio de huestes, en correrías o rápidas campañas de devastación por un territorio 3
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enemigo"4. Estas expediciones guerreras fueron formando una estructura no definida en el área militar, es decir, el binomio capitán-conquistador se confundía con la función militar. Al solidificarse el proceso colonizador la encomienda pasa a ser una estructura agraria-explotadora usufructuaria del originario. Esto genera la necesidad de crear mecanismo de defensa y protección al territorio ocupado (forzadamente) mediante la creación y organización de pequeñas milicias o grupos armados a cargo del capitánconquistador. Sin embargo, el vocablo "capitán" es aplicado a cualquier jefe o cabeza visible de la mesnada o hueste. El capitán es la máxima autoridad de las expediciones de conquista a las Indias, por ende, las huestes indianas que se forman a través de la reunión de gentes o reclutamiento de los mismos para la empresa que acaudilla. En conclusión, "el título de capitán no presupone capacidad y experiencia militar. Se obtiene por vía de gracia a merced, según la normativa aplicable al ejército peninsular o por capitulación, conforme a la normativa indiana"5. Basadas en la normativa real indiana, las autoridades coloniales imponen la obligación de llevar las armas de sus vecinos y en el caso particular del encomendero, de cumplir con las razias del servicio de reclutamiento. Esta necesidad de formar individuos armados tiene por objetivo la defensa costera de piratas y corsarios, y a su vez enfrentar las rivalidades imperialistas de España ante el avance voraz de los Estado Nacionales de Inglaterra, Francia y Holanda o de los originarios indelebles a la colonización y al auxilio militar de punto neurálgico de los siglos XVI y XVII. Las necesidades económicas de la Venezuela colonial traen como consecuencia la política defensiva impuesta por la corona, mediante la construcción de varias fortificaciones militares en las principales ciudades costeras (como Maracaibo, Puerto Cabello, La Guaira, Cumaná, etc.) impulsadas muchas de ellas por la Compañía Guipuzcoana para controlar el monopolio de exportación y contrabando, y las funciones de protección costera. En los mencionados puertos, se edificaron fortificaciones, artillería defensiva y compañías de infantería. Héctor José Tanzi, "El Fuero Militar en el Derecho Indiano", en Boletín Histórico, Fundación John Boulton, Nº 42, p. 397. 5 Gerardo Suárez, Ob. Cit., p. 271. 4
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Para cerrar este preámbulo relacionado con la evolución histórica del servicio militar, tanto en la España romana hasta la colonialista del siglo XVIII, entraremos a los antecedentes propiamente del servicio militar en Venezuela de 1768 a 1910. Debido a la periodización tan abultada de ciento cuarenta y dos años, trataremos el citado capítulo con elemento del análisis histórico generales para así tratar con dinamismo el citado punto sobre la recluta al servicio del Rey y el caudillo. 1.1. La Milicia del Rey (1768-1810) Ante la necesidad de reclutar nuevos milicianos para la defensa de las posesiones coloniales de España, frente a los apetitos imperialistas de Inglaterra (y Francia en mayor grado), las autoridades coloniales iniciaron un proceso de apertura en las tropas al introducir individuos de distintas castas. Los citados individuos pertenecen a los renglones sociales de mayor jerarquía y proporción de la sociedad de castas, dominada por los blancos de minoritario número, procedentes de la metrópoli, y sus descendientes inmediatos, los criollos. En otro orden se ubicaban los pardos, cuarterones, mulatos, morenos y negros que formaron batallones o compañías de milicias, para así aumentar progresivamente el número de individuos armados y defender los intereses coloniales de la corona española. La citada "apertura" imponía ciertas restricciones y prohibiciones a los individuos de tropa: pardos, mulatos, zambos, etc. El temor a formar con integridad militar a los mencionados residía en que los mismos podían eventualmente rebelarse contra aquellas autoridades que las formaron militarmente. En el siglo XVIII venezolano, el aparato militar colonial funcionó de la siguiente manera: Se les reconocerá como milicias urbanas reguladas o disciplinadas. Las urbanas las formaban los vecinos y no contemplaban reglamento alguno. Las milicias regladas se estructuraban y regían conforme a los reglamentos elaborados expresamente para ello. Y por milicias disciplinadas se distinguían aquellas que siguiendo un reglamento, recibían cierto adiestramiento militar, el cual se fue haciendo más consistente, incluido al disfrute de beneficios económicos como el prest y la masita al ser movilizado. En la reorganización de mediados del XVIII, se estableció la institución tres días cada tres meses, y el resto del tiempo, como es
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Germán Guía lógico realizaban su actividad civil normal (...) su proceso de organización, las unidades mayores eran: compañías sueltas y compañías para la infantería; escuadrones para la caballería y compañía de artillería. Cada compañía variaba entre 60 a 100 hombres y cada batallón de 9 a 11 compañías.6
Sin embargo, resultan evidentes los intentos de transformación introducidos por el Rey de España, Carlos III (1759-1788) en su aparato militar colonial, a través de los diferentes reglamentos, cédulas y demás instrumentos de carácter jurídico-militar. En ese orden destaca la Ordenanza del Ejército para su Régimen, Subordinación y Servicio, dictada el 22 de octubre de 1768. La Ordenanza Militar de 1768 estaba dividida en ocho tratados que regulaban la organización interna, las obligaciones de los soldados hasta el capitán general, el reclutamiento, el ceremonial, la justicia militar, y fuero militar, entre otros aspectos7. La misma entró en vigencia en los dominios de ultramar por Real Orden del 20 de septiembre de 17698. En relación al reclutamiento de los regimientos de infantería, y de acuerdo a lo dispuesto en la ordenanza militar de 1768, se establecía la existencia de una Junta de Recluta, encargada de organizar el servicio en el cuerpo. En ese sentido establecía lo siguiente: Será lícito el reclutar por el tiempo de siete años en infantería y de ocho en la caballería, que les valdrá por los diez que deben servir en las milicias, sin que los coroneles de ellas puedan negarle la licencia...9
En el texto se observa la existencia de ciertas garantías para con el recluta, que debía: Ser gente voluntaria, sin mediar violencia ni engaño para hacerla, no menor de dieciséis años en tiempo de paz y dieciocho en el de guerra, ni mayor de cuarenta; su religión católica, apostólica y romana...10 6 Carmen Brunilde de Liendo, El Cuartel San Carlos y el Ejército de Caracas 1771- 1884, p. 50. 7 Manuel Pérez Vila y Pedro Grases (Compiladores), Las Fuerzas Armadas de Venezuela en el siglo XIX (textos para su estudio), Tomo VIII. Esas ordenanzas conservaron su vigencia hasta 1904. 8 Héctor José Tanzi, Ob. Cit., p. 401. 9 Manuel Pérez Vila y Pedro Grases (Comp.) Ob. Cit., p. 13. 10 Idem.
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El soldado miliciano gozaba de ciertas ventajas, pero en la práctica el regimiento de veteranos creado en 1768, formado por batallones "no se contaba con un sistema de reclutamiento, ni con reserva para sus efectivos y el tiempo de servicio era ilimitado"11. Mencionadas las causas que originaro la deserción del soldado o miliciano de las filas del débil aparato militar colonial, distribuidas éstas en dos milicias, la de los blancos y la de los pardos. El tiempo de servicio en las armas podía excederse a más de veinte años. En consecuencia, esta falta de motivación o falta de espíritu por las armas llevaba al activo a adoptar la vía de la deserción. Por tal razón, la Ordenanza Militar castigaba con dureza o inclusive con la muerte al desertor. Para reforzar lo planteado, el artículo 91, vinculado al castigo por deserción, expone lo siguiente: Los que desertaren en campaña, saliendo de los límites que para consumar la deserción prescribieren los bandos del ejército, sufrirán la pena de muerte, en cualquier número que sean...12
La creación de las Milicias Regladas de 1771 buscaba cubrir el vacío que generaba la poca presencia en el territorio colonizado del Ejército Permanente Colonial. Esta situación era provocada por los exorbitantes impuestos aplicados a los pobladores por parte de las autoridades para sostener los gastos militares, como por ejemplo: vestuario, paga, armamento, etc. Dice Ziems que esto trae como consecuencias "...problemas en algunas provincias, el descuido de tropa y el debilitamiento de la preparación militar por falta de recursos económicos"13. También existía la incorporación de hombres para engrosar las filas del ejército permanente, los cuales provenían de las capas sociales más bajas del período colonial, y que eran obligados a través del reclutamiento forzado, imponiendo el hecho de la división de casta, en este punto Santiago Gerardo Suárez, sostiene lo siguiente: "la separación de hecho y derecho de blancos y pardos..."14. Esta situación determinó que las milicias coloniales José Antero Núñez, Imagen del servicio militar en la población venezolana, p. 16. Trabajo de Grado manuscrito de los postgrados en Instituto de Altos Estudios de la Defensa Nacional. El autor realiza un análisis de la situación del servicio militar obligatorio en la década de 1980, exponiendo los antecedentes del servicio militar en Venezuela. 12 Manuel Pérez Vila y Pedro Grases (Comp.) Ob. Cit., p. 367. 13 Angel Ziems, El Gomecisno y la Formación del Ejército Nacional, p. 52. 14 Santiago Gerardo Suárez, Marina, Milicia y Ejército en la Colonia, p. 42. 11
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se organizaran de acuerdo con el color de piel, posición y status, cultivando el odio de casta entre los grupos sociales existentes. A medida que el tiempo transcurría, las milicias fueron aumentando en número en toda la provincia de Venezuela, influida por el proceso de integración y centralización de las dispersas fuerzas militares, sobre todo a partir de las reformas borbónicas introducidas por el rey Carlos III (17591788). En ese sentido, se regularizó la práctica y el adiestramiento militar, organizando sus integrantes según la profesión u oficio que ejercían. De esta forma se establecieron varias compañías, entre ellas: la compañía de abogados, de agricultores, de ancianos respetables, de estudiantes y colegiales15. En el año de 1810 tiene su génesis el batallón de veteranos de Caracas, el cual da origen a otros cuerpos similares en Aragua y Valencia. Este hecho coincide con el estallido del movimiento del 19 de abril de 1810, que derrocó las autoridades españolas en Caracas, dando paso a la instauración provisoria de la Junta Conservadora de los derechos de Fernando VII, que hizo las veces de gobierno interino en la provincia de Caracas. Este organismo procedió a la creación de cuerpos militares para sostener las bases de la naciente Primera República, naciendo así la Junta de Guerra y Defensa, la cual determina establecer el reclutamiento en la población. Se dispuso además que el tiempo de servicio fuera de tres años para los voluntarios y cuatro para el resto, incluyéndose en este último componente a los vagos16. Haciendo un balance, tenemos que el aparato militar existente para inicios del siglo XIX era regularizado y centralizado, a pesar de las vicisitudes y aciertos del régimen colonial. En el aspecto referido al reclutamiento, su práctica forzosa se mantuvo como orden prioritario como "método fijo y seguro, asignándole una cuota por cada distrito de la provincia proporcional a la población. Los voluntarios eran sometidos a una selección visual para asegurar su robustez y buena disposición"17. Rosmely Guerra y Dailys Millán, Nueva Proyección del Servicio Militar Obligatorio, como alternativa de vida para los jóvenes excluidos del sistema laboral frente a la crisis económica y social que atraviesa nuestro país en la actualidad, p. 21. Trabajo de Grado de Sociología (2001), donde expone un marco histórico que aporta muchos datos sobre el reclutamiento en Venezuela de los siglos XVIII y XIX. 16 José Núñez Antero, Ob. Cit., p. 16. 17 Rosmely Guerra y Dailys Millán, Ob. Cit., p. 21. 15
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1.2. La Guerra de Ruptura Colonial (1811-1821) Al declararse la independencia en Venezuela en 1811 y constituirse el primer ensayo de Estado republicano de carácter liberal, surgen las primeras iniciativas para organizar una fuerza militar que sostuviera la defensa de la emergente República. El Licenciado Miguel José Sanz planteó la necesidad de formar una milicia constituida por ciudadanos, excluyendo a los jornaleros y no propietarios, a fin de adquirir una instrucción militar donde "todos sirviesen hasta estar perfectamente instruidos en la táctica militar para mandar y ejecutar como jefes o soldados"18. Esta necesidad de crear la fuerza militar republicana se debía al interés de contar con un cuerpo castrense obediente al nuevo orden político. De esta forma se instituyó una primera organización militar que dependía de la recién creada Junta de Guerra, conformada por los oficiales veteranos de las milicias de blancos existentes para ese momento. La base de este aparato militar iba a estar sustentado por un sistema de milicias que en conjunto integrarían una fuerza pública republicana, a la manera de la convención francesa19. A medida que el desarrollo de los acontecimientos impuso el establecimiento de un mayor contingente armado, comenzó a surgir una interrogante: ¿Cómo involucrar a las clases bajas de la población en la defensa del estamento republicano dominado por las elites criollas? La reacción española contra la emancipación política no se hizo esperar, obligando al Supremo Poder Ejecutivo (compuesto por Baltazar Padrón, Presidente, Cristóbal de Mendoza y Juan de Escalona, entre otros) creado por el Congreso de 1811, a dictar un decreto para el 18 de julio relacionado al alistamiento general, disponiendo lo siguiente: ...ordena y manda que dentro de tres días se presenten, todos y cada uno de los ciudadanos, desde la edad de quince años hasta los cincuenta, a alistarse indistintamente con las que tengan en su respectivo cuerpo (...) y a instruirse cuanto sea posible en el manejo de ellas, bajo la pena de tenérselas y considerárseles sospechosos de traición20.
20 Manuel Pérez Vila y Pedro Grases (Comp.), Las Fuerzas Armadas..., Tomo I, La Independencia 1810-1813, pp. 106-107.
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La capacitación de las improvisadas milicias consistía en preparar al sujeto en el manejo de las armas y el orden cerrado. Esta instrucción estaría a cargo de oficiales, sargentos o cabos de conocida instrucción para la enseñanza y la disciplina; la misma debía realizarse dos veces por semana en unidades de tipo compañía, constituida por 50 o 60 hombres21. Sin embargo, el orden interno de las milicias republicanas se caracterizó por una serie de fracasos tácticos durante las batallas, desobediencias a las órdenes superiores, anarquía y deserciones de tropa y (muchos hacia el bando contrario). Para evitar mayores deserciones, el triunvirato ejecutivo integrado por Francisco Espejo, Francisco Xavier Ustáriz y Francisco de Mayz, dictó en 1812 un decreto para castigar a los desertores. El mencionado decreto establecía entre sus disposiciones "...que el desertor sin distinción de circunstancias, lugares y tiempos, del ejército, cuartel, guarnición, piquete, en marcha o comisión a que fuese destinado, sufrirá irremisiblemente la pena de ser pasado por las armas"22, esto sin considerar inmunidad de tipo eclesiástico a los incursos en el delito de deserción. Otro decreto, emanado el 5 de septiembre de 1811 por el gobierno republicano, reglamentaba la incorporación de los estudiantes en la fuerza militar: según su articulado, los jefes de batallones debían exigir a los jóvenes voluntarios presentar por escrito un documento de licencia y aprobación de los padres. Autorizada la incorporación, la instrucción militar se realizaba todos los domingos en el patio de la escuela o la universidad. En un primer momento, los estudiantes en servicio eran destinados a cumplir guardias y patrullas, pero posteriormente se decidió relevarlos de estas funciones y sólo en casos de urgencia militar debían reincorporase a la tropa23. A medida que la guerra se fue recrudeciendo, producto del conflicto entre las castas, muchos jefes realistas toman como punta de lanza las aspiraciones de nivelación socio-económico de los pardos, negros e indios. Cada bando en conflicto utilizó su mecanismo particular de reclutamiento. Luis Arcángel Pulido Hernández, Las Fuerzas Armadas Nacionales y el Servicio Militar, p. 70. Trabajo de Grado del XI Curso Superior de la Defensa Nacional en el Instituto de Altos Estudios de la Defensa Nacional. 22 Manuel Pérez Vila y Pedro Grases, Ob. Cit., p. 153. 23 Ibídem, p. 111. 21
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Por otro lado, el bando realista aplicaba su mecanismo de recluta. Por citar un ejemplo, el asturiano José Tomas Boves (uno de los más enconados caudillos realistas) formó una poderosa caballería de hombres provenientes de los estratos más bajos, gracias a su promesa de reparto de bienes de los blancos criollos, el fomento del pillaje y de la destrucción indiscriminada. La incorporación de los excluidos fortaleció la capacidad operativa de las fuerzas realistas, causando severos estragos a los contingentes republicanos. A partir de 1816, la situación de la guerra comienza a ser relativamente favorable para los republicanos debido a varias circunstancias: entre ellas destaca la reformulación de la política militar seguida hasta entonces. La concentración de los recursos militares estratégicos y tácticos marcaría la diferencia frente a la dispersión y el caos reinante. Un ejemplo del nuevo proceder lo representó la creación del Ejército de Apure, dirigido por José Antonio Páez. Este describe los pormenores de su organización de la siguiente manera: Para mantener el orden y la disciplina en dicho ejército, había yo tomado las más severas disposiciones desde que me hice cargo del mando, como fue el decreto castigando con la pena capital á los que fuesen aprendidos cometiendo cualquier acto de violencia (...) Entre las propiedades que los habitantes de Apure pusieron á mi disposición entraron sus esclavos, á quienes declaré libres cuando liberté el territorio (...) nunca perdí de vista como punto de interés vital para el país, la conservación de las crías de ganados: contraje todo mi celo y dicté además ordenes eficaces para que no se extinguieran (...) Llevé, pues mil lanceros montados en caballos rucios con otros mil caballos de reserva (...) porque el caballo rucio es más nadador que cualquiera de otro pelo (...) me proveí de muchos cueros secos (...) para hacer botes y pasar el río Apure con el cargamento.24
El esfuerzo unificador y centralizador estuvo acompañado de un mayor adiestramiento y trato disciplinario, así como por el ofrecimiento de compensaciones a quienes se unieran al Ejército Libertador. En ese sentido, los decretos de Carúpano y Ocumare emitidos en 1816 por Simón Bolívar (ofreciendo libertad a los esclavos) así como la Ley de Repartición de Bienes Nacionales a los Oficiales y Soldados de 1817, comenzó a rendir los frutos esperados luego de unos pocos años. 24
José Antonio Páez, Autobiografía, Tomo I, pp. 120, 130, 132 y 133.
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El propósito de estas medidas era lograr la incorporación al bando republicano de todos aquellos que habían desertado para unirse a las bandas realistas que hicieron sucumbir la Iº y IIº república en 1812 y 1814, respectivamente. Paralelamente, se dictaron otros arbitrios que buscaban consolidar el aparato militar en ciernes, como la Ley Marcial de 1817 que ordenaba el alistamiento obligatorio de todos los hombres mayores de 14 años, so pena de ser considerado desertor y pasado por las armas25. La coherencia alcanzada por el Ejército Libertador permitió llevar con éxito las campañas militares de Boyacá (1819), Carabobo (1821), Pichincha (1822), Junín y Ayacucho (1824), sellando en parte el dominio colonial español en América. 1.3. En tiempos de la Colombia Grande (1821-1830). En 1819 arranca el proyecto de unificación geopolítica entre Venezuela y Nueva Granada. Desde allí Bolívar comenzó a dar forma a una estructura republicana que le permitiera alcanzar el reconocimiento de las potencias mundiales del momento, en especial de Inglaterra, para obtener préstamos y formar contingentes de voluntarios militares, desocupados después de la caída del imperio napoleónico. De esta forma el Ejército Libertador se nutre de la experiencia aportada por estos oficiales extranjeros, ofreciéndole un mayor grado de organización y logística así como un mayor número de hombres en armas. En efecto, para 1823 el Ejército contaba con 32.446 hombres, de ese número 2.520 formaban el cuerpo de artillería, 4.296 el de caballería y 25.750 el de infantería26. Para garantizar la estabilidad de la fuerza militar colombiana, el Congreso dictó en 1821 una ley que organizaba el sistema de conscripción para el servicio militar, siendo este "el primer instrumento legal que regularizaba el sistema de reclutamiento"27.
Manuel Pérez Vila y Pedro Grases (Comp.), Las Fuerzas Armadas..., Tomo II, La Independencia 1814-1819, pp. 329-330. 26 Náime Burgos, "Intentos de Reorganización Militar 1820-1830", en Resumen de las II Jornadas de Investigación Histórica, p. 385. 27 Rosmely Guerra y Dailys Millán, Nueva Proyección del Servicio Militar..., p. 22. 25
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En mayo de 1824, el General Francisco de Paula Santander, Vicepresidente de la República de Colombia y encargado del Poder Ejecutivo, emite un decreto de reclutamiento general para aumentar el número de hombres en las filas del ejército, utilizando para ello la temible leva como método de captación de alistados. Entre sus aspectos resalta: Artículo 5. No será reclutado ningún hombre mayor de cuarenta años ni menor de 18, y se tomarán siempre de preferencia los solteros, guardando entre estos, el orden preferente que establece el decreto del 25 de agosto del año 11 sobre conscripción. Tampoco se tomará ningún lisiado, enfermo o estropeado con defecto que lo haga inútil o poco apto para el servicio militar.28
Entre los variados decretos sobre alistamiento militar durante el período 1821-1830 se destacan: Alistamiento y Equipo de la Marina Nacional del 22 de julio de 1822; Llamado a Alistamiento de Marinero del 11 de septiembre de 1823; Alistamiento General del 31 de agosto de 1824; Medidas para Aumentar el Enganche de la Marina del 21 de abril de 1826; Reglamento Provisional para la Guardia Cívica de Infantería del 1 de junio de 1826. No obstante, el gran Ejército Libertador que alcanzó a emancipar a los territorios suramericanos, comenzó a resultar enorme y costoso, en virtud de las deficiencias económicas de la novel República, las enormes distancias en las que se encontraban apostados sus contingentes y las tensiones separatistas que comenzaron a aflorar entre las nacionalidades. En cuanto a la situación económica de los soldados republicanos, David Bushnell resalta lo siguiente: ...Un soldado casi nunca recibía su sueldo completo (...) muchas veces no se pagó nada: cuando un soldado recibía la mitad de pago, podía considerarse afortunado (...) Los pagos inadecuados eran por supuesto una consecuencia de la difícil situación financiera del gobierno colombiano (...) las raciones solo eran distribuidas parcialmente y cuando no existían ni fondos ni provisiones disponibles, los suministros cesaban por completo. En tales casos el tenía que pasar hambre o arreglársela por su cuenta y riesgo (...) las enfermedades, especialmente en las tierras bajas del trópico donde las condiciones de salubridad eran siempre Manuel Pérez Vila y Pedro Grases (Comp.), Las Fuerzas Armadas..., Tomo IV, La Independencia 1822-1824, p. 349.
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Germán Guía extremadamente eficiente (...) las dificultades ocasionadas por los accidentes geográficos constituían así otro factor disuasivo del enrolamiento en el ejército colombiano29.
Este panorama originaba entre los soldados continuas rebeliones y deserciones, en especial de los jóvenes peones que optaban por escapar a la hora de activarse los procesos de alistamiento dirigidos por los forzosos reclutadores. En vista de los hechos, el Libertador Simón Bolívar dicta un indulto a los desertores del Ejército del Sur, donde quedaban eximidos de castigo por abandono de sus plazas30. La mayoría de los soldados eran oriundos de los departamentos y cantones de Nueva Granada y Ecuador. Los provenientes de Venezuela eran minoría, en contraste con una notoria presencia venezolana a nivel de la oficialidad. Los soldados enviados desde Venezuela morían en el trayecto o desertaban, siendo reemplazados por labriegos del sur de Colombia. Bushnell analiza las condiciones del reclutamiento del Ejército Libertador: Teóricamente, todos los hombres físicamente capacitados estaban obligados a prestar el servicio militar, pero las clases más altas podían siempre escapar al servicio pagando un sustituto y el mismo congreso acordó a los jóvenes inscritos ‘en la carrera de las letras’ el mismo estatuto preferencial de que gozaban ‘hijos únicos de viuda’ (...) A veces el reclutamiento tomó la forma de una conscripción arbitraria, como la utilización de la técnica tradicional de reclutamiento consistente en poner celadas a los devotos en capacidad de prestar el servicio en su camino de ida y vuelta a la iglesia (...) El servicio militar era igualmente un castigo para los prisioneros de guerra realistas y este castigo era especialmente recomendado para los vagos...31
Todos estos aspectos resumen como era el reclutamiento en tiempos de la Colombia Grande. Uno de los últimos sucesos relacionados con el sistema de alistamiento militar, y muy relacionado con el movimiento separatista que culminó con el fin del proyecto bolivariano, lo representó la Orden de Alistamiento General ejecutada por el General José Antonio Páez en 1826, que fue denunciado por la municipalidad de Caracas por David Bushnell, El Régimen de Santander en la Gran Colombia, pp. 280-281. Ibídem, p. 280. 31 Ibídem, p. 281. El autor se basa en J.C. Mejías, Nueva Contribución al Clero de Pasto y el informe de Manuel Manrique elaborado en 1823. 29 30
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los serios abusos cometidos contra varios ciudadanos sin distinción de edad ni empleo32. Aun cuando no negaban el deber del alistamiento militar, consideraban que éste debía realizarse sin menoscabo de los derechos ciudadanos establecidos en el marco de las instituciones de carácter liberal. 1.4 La República del Caudillo (1830-1908) Al finalizar la Guerra de Independencia gran parte del ejército libertador regresa a sus cuarteles originarios. Al formarse la nueva República (1830), el citado Ejército ve disminuido su presupuesto y sus efectivos ya que disminuyen los conflictos fuera de su frontera territorial. Este paradigma se constituyó en la referencia política, económica y social de las nacientes Repúblicas americanas a lo largo del siglo XIX. El Liberalismo fue asumido por la clase dirigente la cual asumió el dominio de los Estados emancipados, aun cuando su aplicación generó resultados contradictorios, puesto que la minoría que conformaba el patriciado criollo pretendió desplazar al segmento militar que condujo briosamente la Guerra de Independencia. En 1830 se consumó la separación de Venezuela de la República de Colombia, dando paso a un Estado independiente de corte liberal según se desprende de las disposiciones contenidas en la Constitución elaborada por el Congreso de Valencia ese mismo año. Esta norma suprema derogó el Fuero Militar del que hasta entonces habían disfrutado los altos oficiales republicanos, buscándose con ello neutralizar políticamente a los hombres de armas, quienes no dudaban en hacer efectivo los haberes de sus lanzas. El artículo 180 de la Constitución establecía como principio fundamental que la "la fuerza armada es esencialmente obediente y jamás puede deliberar"33. Otra disposición constitucional estableció el control del Poder Legislativo sobre la organización y número de los integrantes de la Fuerza Armada. El artículo 87, numeral siete establecía: Decretar en cada año la fuerza de mar y tierra, determinando la que debe haber en tiempo de paz y arreglar por leyes particulares el modo de levantar y reclutar la fuerza del ejército permanente y de la milicia nacional y su organización34. "Protesta de la Municipalidad de Caracas contra el procedimiento empleado para el alistamiento" en Acta de la Municipalidad de Caracas, 1826, p. 6. 33 "Constitución del Estado de Venezuela 1830", en Recopilación de Leyes y Decretos de Venezuela, Tomo I, p. 16. 34 Ibídem, p. 8. 32
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Por otro lado, el Congreso Constituyente de Valencia dispuso además la reducción a su más mínima expresión del Ejército Permanente. En efecto, la Fuerza Armada quedó organizada en tres componentes básicos: el Ejército Permanente, la Milicia Nacional y la Marina. Siguiendo este esquema, el Congreso aprueba el 2 de octubre de 1830 la Ley de Milicia Nacional, que estableció la obligatoriedad de servir en este cuerpo a todos los venezolanos entre 18 y 40 años cumplidos, y hasta 60 años de edad en la milicia local35. La citada ley establecía el procedimiento para los alistamientos, asignándoles a los gobernadores provinciales la competencia de reunir anualmente un listado de hombres por cada cantón de la correspondiente provincia, exceptuando a los empleados públicos y religiosos. Cabe destacar que este régimen de excepción era compensado a través de la cancelación de medio peso de moneda por cada mes al servicio de la milicia. El establecimiento de la Milicia Nacional en detrimento del Ejército Permanente fue el mecanismo ideado por la elite civil para procurar asumir un predominio absoluto del poder político, aun cuando en la práctica no pudo alcanzar sus objetivos. Entre los diversos modos de ejercer control sobre la fuerza militar de la naciente República y, a su vez, como un aspecto novedoso cónsono con la conformación de los Ejércitos Nacionales a la europea, se creó la Academia Militar de Matemática, dependiente de los estudios de esa ciencia exacta en la Universidad de Caracas. En ella cursarán estudios los descendientes de la vieja oligarquía criolla, mientras los caudillos, en su condición de propietarios de grandes haciendas proporcionarán los soldados para las guerras intestinas36. Las condiciones de dispersión geográfica en que se encontraba Venezuela dificultaba el mantenimiento del orden en todo el territorio, este escenario era propicio para el fomento de rebeliones aisladas que requerían la acción de la fuerza militar al servicio del poder nacional. Para ello era necesario proceder a continuos llamados a alistamiento, a fin de sofocar los movimientos contrarios al poder. Esta situación de continuas emergencias militares no hizo variar los mecanismos de reclutamiento heredados de la colonia. Pérez Vila y Pedro Grases (Comp.), Las Fuerzas Armadas…, Tomo VI, La República: 1830-1835, p.61. 36 Angel Ziems, El Gomecismo y la formación del ejército nacional, p. 57. 35
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El estallido del alzamiento de las Reformas que derrocaron al Presidente José María Vargas en 1835, determinó la introducción de modificaciones en la Ley de Milicia Nacional, a fin de contrarrestar a futuro movimientos de esa naturaleza. Es así como el 14 de mayo de 1836 el Congreso aprueba una nueva Ley de Milicia, donde elimina del servicio a los mayores de 40 años y crea la reserva con interés constitucional. Las excepciones son clasificadas como temporales y perpetuas; se impone una multa de 50 pesos para el juez o el oficial que no cumpla con las obligaciones de llamamiento al servicio de las armas, y por último, aparece por primera vez el sorteo que se debería hacer entre los obligados comprendidos entre los 18 y 25 años y estado civil soltero, en primer lugar para los reemplazos que debe producirse de los que están en el ejército permanente37. La fracasada insurrección de las Reformas (1835) que enfrentó a los caudillos, oficiales profesionales, veteranos de la Independencia y la tropa desorientada que buscaba mejores condiciones de vida, arrojó como resultado una derrota por parte de los insurrectos por parte del aparato militar dirigido por el General Páez. Páez aplicó "inteligentemente" una política de conciliación con los derrotados, basada en el respeto a la vida, la propiedad y las jerarquías militares a los oficiales incursos. Sin embargo, entre las mejoras que introduce Páez al aparato armado bajo su tutela en los periodos 1837 a 1845, están las siguientes: Ley de Enganche de 1837; decretos de Reestablecimiento de Grados y Títulos de 1845; reapertura de la Academia Militar y la Ley de Montepío Militar de 1845, la cual otorgaría a los familiares una pensión de sobrevivencia. Con el sistema o ley de Enganche del 14 de mayo de 1837 para la fuerza permanente y premio de constancia a la clase y la tropa, a fin de mantener su adhesión y reincorporar a los insurrectos reformistas al aparato militar paecista. González Guinan describe como fue la aplicación del programa de enganche y premio a la constancia: Era un nuevo sistema que se establecía. El enganche sería de cuatro años, abonándose $ 12 al individuo que se enganchara; se admiten reenganches; se prohibía destinar criminales al ejército;se creaban cinco premios para recompensar la constancia de la tropa, consistentes en sobresueldos. 37
Luis Pulido Hernández, Ob. Cit., p. 76.
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Germán Guía Los individuos enganchados gozaban de la siguiente paga mensual: los sargentos primeros $21, los sargentos segundos $16, los cabos primeros $15, los cabos segundos, tambores, cornetas y pífanos $13 y los soldados $12.38
Sin embargo, en la práctica diaria el sistema de enganche implementado por Páez no tuvo buena resonancia, "fueron muy pocos los que se engancharon y continuó formándose el ejército permanente por el bárbaro reclutamiento"39. La permeabilidad del pensamiento oposicionista liberal en el modo de pensar del colectivo común, comienza a tener efecto doctrinario en los grupos sociales más bajos que empiezan a digerirlo. Este pensamiento es llevado a la práctica con la insurrección campesina de 1846 – 47 con el alzamiento liderizado por Ezequiel Zamora, Francisco Rangel, Pedro V. Aguado y otros, al grito de "tierra y hombres libres". Este movimiento, aunque fracasado, pone en tensión al próximo proceso eleccionario donde los liberales–liberales buscaban una salida a la gobernabilidad en detrimento de los tradicionales godos–liberales desde 183040. En el proceso eleccionario de 1847 resulta elegido Presidente de la República el general José Tadeo Monagas, candidato aupado por Páez. Pero este cambia de planes con los godos–liberales y comienza abrirse al bando de los liberales–liberales de Antonio Leocadio Guzmán. Esta ruptura genera un conflicto armado, iniciado a raíz del atentado contra el Congreso el 24 de enero de 1848. Tal hecho a Páez a tomar las armas y combatir a Monagas durante los años 1848-49, donde aquel es derrotado y enviado al exilio. Entre las medidas de tendencia liberal-liberal tomadas por José Tadeo Monagas (1847-1851) que trastocaron los intereses de Páez y la elite civil que lo acompañaba, estuvo la reforma de la Ley de Libertad de Contratos y de "espera y quita", si bien las condiciones socio-económicas eran las mismas.
Ibídem, p. 470. Los términos liberal-liberal y godo-liberal sirven para definir la tendencia política de la Venezuela de mitad del siglo XIX., en contraposición a la clasificación historiográfica tradicional que impone la conceptualización de godos vs liberales. Sin embargo, los bandos en conflicto se manejaban bajo los postulados de liberalismo, unos en el poder y otro en la oposición reivindicadora. 39 40
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En el área militar donde el reclutamiento es el eje principal de la investigación, los indultos ofrecidos a los desertores de la milicia del 7 de julio de 1847, firmado por Monagas. El citado indulto ofrecía como garantía amnistía a los incursos en rebeliones o facciones41, y a su vez a la tropa que: ...por ignorancia, por amor a su familia, por cobardía o por sus males desertaron de las tropas sostenedoras del gobierno (...) una medida de clemencia a favor de los desertores milicianos (...) han sido engañados con noticias alarmantes propaladas por los enemigos del orden público (...) dichos individuos son padres de familias pobres y sin recursos que son su personal trabajo.42
Pasan los años y los hermanos Monagas se turnan en el poder. Entre la reorganización de los cuerpos del ejército (1847), resulto sobre la excepción del servicio a los alumnos de la escuela de artesanos (1852), medida para evitar que los jefes maltraten al soldado (1853), reglamento de ley concesión de tierras a viudas, huérfanos y padres de soldados y clases (1853), el decreto de amplia amnistía a los milicianos que hayan desertado (1853), decreto para designar y reglamentar la parte de la milicia que debe destinarse a la marina (1854) y por último para consolidarse en el poder, se dicta una nueva ley de milicia nacional (1854). La nueva Ley de Milicia exponía que se incorporan a las armas todos los venezolanos desde los 18 años de edad hasta un máximo de cincuenta, dispuestos a gusto por el Poder Ejecutivo Nacional para repeler los brotes armados en la desarticulada República. Expone entre sus artículos, la disposición de excepcionales, absolutas del llamamiento y las temporales a empleados civiles, pero no los excluye del alistamiento43. Como es costumbre, la Ley de 1854 no varía mucho de la derogada de 1836: figuran en iguales términos la sustitución, el sorteo, la obligación de una lista elaborada, sanciones, renuentes al llamado, etc. Sin embargo, por ínfimo que sea, aparece algo novedoso en relación a la de 1836: el
Indulto concedido a las facciones incursas en la rebelión campesina de 1846-47. Esta política de perdón molesta a Páez, propiciada por Monagas, perdonó la vida a sus principales cabecillas. 42 Manuel Pérez Vila y Pedro Grases (Comp.), Las Fuerzas Armadas..., Tomo XI, La República-Los Monagas: 1847-1848, pp. 52-53. 43 Ibídem, pp. 226-227. 41
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carácter de excepción temporal a los "mayordomos y dueños de principales haciendas, así agrícolas como pecuarias; los boticarios y los preceptores de las primeras letras"44. Por otro lado, Monagas adopta otras medidas para fortalecer su hegemonía militar, como la expulsión de los oficiales opuestos a su persona, la recluta e incorporación al ejército y milicia de hombres fieles y la disminución del número de efectivos de las fuerzas permanentes o de línea45. Durante la Guerra Federal (1859-1863) los bandos en conflicto se ven en la necesidad de implementar el reclutamiento forzoso, siendo el método más efectivo para captar conscriptos en las circunstancia de guerra. Aquí, el atributo o la categoría de voluntario pasa desapercibida por los organizadores del alistamiento. El abusivo reclutamiento es descrito por H.E. Stanford: Un grupo de soldados hace una razzia por los campos y pone la mano a cuanto hombre halla que no tenga amigos o que carezcan de recursos para pagar su exención, y los traen a las ciudades, a menudo acompañados por lamentos familiares46.
Finalizada la Guerra de los Cinco Años 66 como también fue conocida 66 en 1863, con la firma del Tratado de Coche que materializó el triunfo de los liberales dirigidos por el Mariscal Juan Crisóstomo Falcón, en medio de vítores y alabanzas, éste comienza a ejercer un gobierno sumido en la ineptitud. Hacia 1869, cuando el régimen de Falcón se encontraba en su mayor crisis, uno de los principales impulsores de la gesta Federal, Antonio Leocadio Guzmán, expresa sus críticas al régimen de reclutamiento practicado por el gobierno: ¿Cómo es que podéis estar acusando al régimen anterior de una violación de la ley, al tiempo mismo en que estáis cometiendo igual atentado? Cazáis los hombres por los poblados y los campos con furor satánicos. A muchos infelices habéis matado ya, como se matan fieras, porque han
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Idem. Domingo Irwin, Relaciones Civiles-Militares en Venezuela 1830-1910, p. 61. Santiago Gerardo Suárez, Temas Militares, p. 16.
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huido o pretendido huir de vuestras sogas y cabestros. Cazados que son, emparedáis a los que cogéis vivos, cual prisioneros de la inquisición...47
La llegada al poder del General Antonio Guzmán Blanco, en 1870, determinó la aplicación de una fórmula política denomina por el historiador Ramón J. Velásquez como Partido-Ejército. El partido como primer orden era la clientela política personal de Antonio Guzmán Blanco o del caudillo en el ejercicio del poder; el ejército no era otra cosa que las huestes de los caudillos provinciales, con las cuales podía contar el caudillo nacional para hacer frente a cualquier situación que amenazara su poder.48
Inaugurado el septenio de Guzmán (1870-77), también suben a la palestra pública los caudillos regionales, quienes luchaban entre sí por cuotas de poder o el control de áreas de influencia, estableciendo la relación patrón-cliente, lo cual quiere decir que el patrón o el caudillo terrateniente es propietario de la tierra y donde los clientes son la peonada con un arsenal a su disposición para hacer la guerra a otros caudillos que trastocaran sus intereses. Los parciales aires de renovación en tiempos de Guzmán Blanco, buscaban fortalecer el disminuido Ejército Permanente ante las montoneras armadas de los caudillos regionales. La gestión de renovación de Guzmán estuvo basada en la Promulgación de los Códigos Militares de 1873 y Ibídem, p. 16. En relación a la descripción de la práctica desagradable del reclutamiento forzado, el historiador González Guinan narra un hecho de reclutamiento en un poblado distante para el mes de febrero de 1870. "Los reclutadores conducían a unos jóvenes no mayores de 30 años y un recluta negro y alto de avanzados años. Este sujeto expresaba en su subconsciente: << ¿quién tiene el poder de hacerme esclavo? ¡Ah, patria, maldita patria!>>. Entre golpe y vejaciones el hombre cansado pide una audiencia con el gobernador. En vista de su condición social se le negaba dicha audiencia. Pero de tanto insistir el gobernador lo atiende en plena audiencia el pobre hombre saca de una pequeña bolsa un papel amarillento, donde el gobernador lee con sus propios ojos la participación del reclutado en la Batalla de Carabobo (1821), diciendo en voz alta: <<¡Un fundador de la independencia americana, víctima del odioso reclutamiento!>>. En vista al mal trato pasado por este hombre, el gobernador le manifiesta que se hubiera ahorrado el contratiempo, si hubiera presentado el licenciamiento como capitán firmado por el mismo Bolívar. Respondiendo el infortunado hombre: <<Si le entrego el papel, me lo hubieran roto; ninguno de ellos saben leer>>. González Guinan, "Un Recluta", en Tradiciones Venezolanas, pp. 145-148. 48 Domingo Irwin, Relaciones Civiles..., p. 81 47
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1882: cambios en el uniforme reglamentario de la tropa, siguiendo el estilo francés, compra de armamento, municiones, fornituras y aumento del número de vapores para transportar y movilizar la tropa. El primer paso crucial hacia la elaboración del primer marco jurídico en el área militar, dentro la Venezuela decimonónica, lo representó el Código Militar de 1873, que sustituyó a las disposiciones conservadas desde los tiempos de la colonia. El nuevo ordenamiento legal establecía la práctica del servicio militar, el establecimiento de la auditoria militar y los tribunales militares49. En relación con el servicio militar, el código de 1873, hace mención a la Fuerza Armada y la Marina que estarán formadas por "todos los ciudadanos desde la edad de 18 años hasta la de 60 años"50. El Ejecutivo Federal quedaba facultado para formar el número de individuos llamados al servicio para el ejército permanente, y la milicia nacional dispondrá de cada estado de la unión llamar a sus alistados. El tiempo de servicio de impuesto para los soldados fue de cuatro años, pero además se estableció que al finalizar ese lapso no podía retirarse hasta que hubiera llegado su reemplazo. Por otra parte, en el servicio de los voluntarios, no debían admitirse procesados por causas criminales. En cuanto a los desertores, el Código Militar imponía el castigo de cuatro años de reclusión, igual sanción recaería para todo aquel que favoreciera, ocultase o influyera en la comisión de ese delito51. Durante el segundo período presidencial de Guzmán (1879-1884), el panorama militar del país había mejorado relativamente. Sin embargo, el ejército permanente había disminuido su número de personal, puesto que si para 1882 estaba conformado por 3.230 hombres, en 1886 contaba con 1842 efectivos, distribuidos en 5 batallones del arma de infantería, 1 de artillería y caballería, emplazados en sitios claves del país: Valencia, Puerto Cabello, frontera del Táchira y el Zulia, además de batallones fraccionados en Barquisimeto, Barcelona, Ciudad Bolívar y Coro52.
"Código Militar 1873", en Recopilación de Leyes y Decretos de Venezuela, Tomo V, p. 493. 50 Idem. 51 Ibídem, p. 594. Libro tercero, sección VIII. 52 Domingo Irwin, Relaciones Civiles..., p. 97. 49
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La conducción de estos contingentes seguía sujeta a un caudillo nacional y sus relaciones con los caudillos regionales que movilizan a sus hombres para defender los intereses del gobierno ante cualquier amenaza interna. Durante este segundo gobierno de Guzmán Blanco se reformó el Código Militar en 1882, y se dividió el ejército permanente en dos tipos: el activo y la reserva. Entre las modificaciones introducidas en la nueva legislación estaba la duración del tiempo de servicio activo (que se redujo a dos años), además se facultó al Congreso para determinar el número de alistados por año, basándose para ello en los datos del censo poblacional a realizarse en cada estado de la unión. En materia de excepciones, el nuevo código excluía del cumplimiento del servicio activo a los que poseían grados militares, empleados públicos, ministros de los cultos religiosos, casados y viudos con hijos, hijos únicos de padres ancianos, a los médicos, los directores, profesores, alumnos de instrucción pública, los reemplazos del ejército o de la armada mayores de 45 años, individuos con impedimentos físicos o enfermedad y, por último, agregaba a los empleados y obreros ocupados en las obras de construcción de ferrocarriles53. La política de atracción de inversiones extranjeras ejecutada por Guzmán Blanco para la construcción de obras de ferrocarril en Venezuela, no solo trajo consigo el aire de modernidad en materia de comunicaciones, sino también la introducción de una expectativa de mejoras socioeconómicas para los que lograsen emplearse en las labores ferrocarrileras, sobre todo para evitar ser reclutado. De esta forma una masa importante de jornaleros y peones se volcaron hacia los lugares donde se llevaban a cabo las construcciones, a fin de obtener un empleo. Entre las ventajas económicas que ofrecía el trabajo en las empresas ferrocarrileras, según un artículo publicado en el diario El Economista en 1889, destacaba el pago de un salario de 10 a 12 reales, comparativamente muy superior al que podían sufragar los hacendados. Además, "el peón trabajaba poco, lo hace no por tarea sino por horas y flojea, y desde el sábado hasta el lunes se entrega al juego. Por otra parte encuentra en el trabajo una garantía contra el reclutamiento"54. "Código Militar 1882", Caracas, Imprenta de la Opinión Nacional, pp. 5-8. Citado por María Elena González Deluca, Negocios y Políticas en tiempos de Guzmán Blanco, p.35.
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En 1892, durante el segundo gobierno del General Joaquín Crespo (quien había gobernado anteriormente bajo la tutela de Guzmán Blanco), se procedió a implementar una reestructuración del aparato militar, teniendo como punta de lanza la profesionalización. Para esto contrató la venida a Venezuela de una misión alemana, dirigida por el General Von Arhemberg y el Coronel Von Carlowitz, quienes ofrecieron asesoría en el manejo de la renovada artillería militar (al fundarse en 1895 la Escuela de Artillería para formar a los oficiales del ejército)55. Otras de las medidas tomadas por el General Crespo fue el recoger las armas dispersas en la República, ejercer el control sobre la importación de las mismas, reordenar el ejército permanente y renovar el parque militar. Entre las armas adquiridas en el extranjero se menciona la compra de unos cañones de campaña y de montaña de la firma alemana Krupp, además de fusiles Máuser 1871 y 71/84 para reemplazar a los Remington Rolling Block que se usaban desde 1879, así como los viejos "chopos cubanos" Enfrel 1853 y los rifles Musket-Springfield y el Winchester (aún cuando el máuser ya estaba obsoleto para el momento en que fueron comprados)56. La adquisición de los citados armamentos responde a la necesidad del General Crespo de cambio del parque militar para adaptarlo a la necesidad futura de supervivir políticamente dentro del escenario nacional de fines del siglo XIX. Para 1892, el ilustre Rafael Seijas, citado por Gerardo Suárez, propone el establecimiento "a imitación de Estados Unidos e Inglaterra de un servicio militar voluntario, publicándose las ventajas que se ofrecen a los que quieran dedicarse al servicio de las armas"57. En materia de reclutamiento, el crespismo lleva a cabo en 1895 la unificación de las milicias, ahora conocidas como milicias ciudadanas. No obstante, la muerte de Crespo en 1898 detiene la renovación militar que se venía llevando a cabo. Durante el gobierno del General Ignacio Andrade (1898-1899) se dicta una resolución que organiza el ejército en armas y servicios, estableciendo que el sistema de reclutamiento deberá realizarse mediante la inscripción (en primer lugar) y luego a través de la selección por sorteo58. Robert L. Gilmore, Caudillism and Militarism in Venezuela, 1810-1910, p. 153. Carlos Pérez Jurado, El General Vicente Mestre (síntesis biográfica), pp. 11-12. 57 Santiago Gerardo Suárez, Temas..., p. 17. 58 José Antero Núñez, Ob. Cit., p. 17. 55 56
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La llegada de los andinos al poder de la mano del General Cipriano Castro, al frente de la revolución restauradora en 1899, inicia un proceso de centralización del poder político y militar que se verá reforzado por los efectos internos y externos del movimiento opositor, dirigido por Manuel Antonio Matos en 1902, y por sus conexiones internacionales (que derivaron en el bloqueo de las costas venezolanas a finales de ese mismo año). Castro ordena la recolección de armas, la organización, el incremento y la modernización de la fuerza regular, así como el fortalecimiento de la Armada Nacional59. Este último aspecto había quedado muy mal parado durante el bloqueo anglo-alemán de 1902-1903. En efecto, el Gobierno Restaurador procuró corregir los entuertos dejados por la agresión internacional: Los años que restaron a Castro como gobernante de Venezuela después de 1903 se vieron marcados por un esfuerzo decidido por modernizar sus defensas de los puertos marítimos y poner al día y reconstruir la marina venezolana. Esto incluía la instalación de nuevos cañones antisitio y la construcción de astilleros navales en Puerto Cabello.60
El ejército regular activo (conocido como La Nacional), que encuentra Castro a su llegada a Caracas se halla en precarias condiciones; a él se unirán las huestes andinas que lo acompañaron desde el Táchira. Las tropas se encontraban sin uniformes y con graves problemas de salud que las diezmaban. Para corroborar la lamentable situación que se vivía en el seno de la fuerza militar para principios del siglo XX, cabe mencionar el diagnóstico ofrecido por el Dr. Pino Pou en 1902. Entre los males citados se encontraban la falta de un reclutamiento adaptado a la realidad socioeconómica del país, la fijación de edad para el servicio militar, talla y robustez, las condiciones de vida del soldado, la existencia del rancho deficiente, y la falta de una política relacionada con lo sanitario-militar que
59 Recopilación de Leyes y Decretos de Venezuela, Tomo V, "La Reforma Militar Restauradora" en Boletín de la Academia Nacional de la Historia, Nº 288, p. 141. 60 Holger H. Herwig y León Helguera, Alemania y el Bloqueo Internacional de Venezuela 1902-1903, p. 117.
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controlara las enfermedades endémicas que afectaban al grueso del ejército61. El Código Militar de 1904 ejerció pocas modificaciones al régimen de reclutamiento que se venía aplicando desde hacía tiempo, por lo que el reclutamiento forzoso o de leva seguía efectuándose a la luz pública. En vista de esta situación, algunas personalidades emitieron su opinión sobre este aspecto de la vida militar: uno de ellos fue Don José Valery, vecino de Táriba (Estado Táchira), quien expuso al General Castro las vicisitudes del servicio militar, y le recomienda la adopción de una ley que organizara las quintas62 entre todos los ciudadanos que debían servir en el ejército, sin distinción de clases. En ese mismo orden de ideas, el intelectual César Zumeta se refirió en 1902 al sistema de reclutamiento afirmando que el mismo "perpetúa el feudalismo grotesco de una minoría privilegiada que obligaba a pagar el tributo de sangre de nuestros cuartelazos a la clase popular"63. Más adelante agregaba la necesidad de formular un moderno método o procedimiento en materia de reclutamiento que diera paso al servicio militar obligatorio.
R. Pino Pou, Higiene Militar (adaptación al ejército de Venezuela) 1907. Tesis de Doctorado Nº 69 en medicina presentada entre 1902-1903, publicada en 1907 por la tipografía Herrera Irigoyen. 62 Quintas: Es un sistema de sorteo para el servicio o reemplazo anual de un ejército. 63 Ibídem, pp. 17-18. 61
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Capítulo II
El servicio militar dentro del contexto mundial de los ejércitos modernos
El origen del servicio militar en el mundo es tan antiguo como la guerra misma. El servicio militar mundial en el caso de Europa ha sido un tema tratado por historiadores y/o académicos, de quienes han invertido su tiempo de investigación en desarrollar o relatar cómo han evolucionado las formas indiscriminadas o no de reclutar, en la mayoría de la literatura analizada. El factor común de análisis son los maltratos ocasionado a la familia, donde el sostén del núcleo familiar era arrancado bruscamente del entorno social en el que se desenvolvía. Sin embargo, el factor decisivo para sostener un aparato armado o simplemente una guerra, es el hombre común y corriente, el cual vino a ser su componente esencial. Los primeros formadores de grupos armados organizados y perfeccionados fueron los griegos; sus prácticas fueron mejoradas y aumentadas por los macedonios y por el imperio romano, hasta la culminación de la llamada Edad Media. Con el devenir del período histórico modernista, el auge de crear unidades armadas estaba vinculado con el proceso de formación de los Estados Nacionales, el avance del capitalismo, los nuevos mercados de expansión y el control imperialista de los nuevos territorios. El desarrollo de las armas de fuego y la creación de sistemas o instituciones militares aunado con la formación de los Estados Nacionales, traen como consecuencia directa a las estructuras convergentes ya mencionadas, la creación de un ejército profesional organizado y bien armado, logrando la fusión en unidad del ejército y el Estado como motor
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de desarrollo de las potencias europeas ante el panorama de inestabilidad de la época. El Estado moderno siempre ha necesitado el apoyo de un aparato militar sólido y fuerte. Con el avanzar de las décadas esta concepción había acumulado bastante preponderancia, por esas circunstancias a fines de los siglos XVIII y XIX los Ejércitos tienden a la necesidad de fundar escuelas de formación de oficiales para crear los cuadros organizativos y jerárquicos de los mandos altos, medios y bajos. Como dice Ziems (para reforzar lo expuesto): "la profesionalización militar va pareja al desarrollo del Estado moderno capitalista"64. Ahora el ejército no es un arte sino una ciencia. Los estudios de la profesionalización del aparato armado, realizado por Karl Von Clausewitz, generan un enfoque renovador de la concepción clásica de los ejércitos o las milicias en Europa. El ejército moderno se desarrolla a la par de la ciencia y la tecnología. El orden militar adquiere fuerza estatal, cuenta con el apoyo presupuestario para su mantenimiento por parte del Estado e incorpora nuevas facetas de control organizativo piramidal65. Expone Ziems en relación a la compleja relación simbiótica entre Estado-Ejército y/o viceversa: "…el ejército dentro del Estado adquiere una condición jurídica que la diferencia de otras instituciones. Viene a ser la institución soporte de toda la estructura estatal. Esta función tiene dos variables, la primera relativa a la defensa del orden interno establecido constitucionalmente por vía de derecho u otras vías y la segunda, defender la titularidad nacional contra elementos externos".66
Ziems, Ob. Cit., p. 32. El modo de producción capitalista europeo basado por su formula manejada en el siglo XIX donde la industria, el comercio internacional, el capital, una banca fuerte y dinámica hacen el caldo de cultivo del capitalismo. Ejemplo de ello, Gran Bretaña potencia capitalista del siglo XIX basada en los factores expuestos sirven para formar por razones de carácter histórico e institucionales para consolidar la supremacía británica hasta por lo menos a la Primera Guerra imperialista (1914-18). Otra nación que saborea el manjar del capitalismo fue Francia a partir de 1850. Por último se incorpora a finales del siglo XIX la antigua Prusia, ahora Alemania, se añade al concierto de naciones o estados modernos sustentados en la industrialización, la exportación de capitales y desarrollo de un ejército fuerte, cohesionado y moderno. 65 Ibídem, p. 40. 64
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Ídem.
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En parte, el Ejército definido por la mayoría como el brazo armado, violento y legítimo del Estado, viene a ser principal sostén de dicho Estado moderno. Para darle una definición académica al asunto de la conceptualización del ejército, proponemos la definición empleada por Domingo Irwin que define al ejército de la siguiente manera: "cuerpo armado, institucional que ejerza directamente la gerencia de la violencia organizada y legítima a lo largo y ancho del territorio" 67 . De paso, el Ejército moderno tiende a tener unas particularidades que lo diferencia de las demás instituciones apegadas al Estado, por ejemplo: simbología, jerarquías, status, legitimidad, tecnología bélica y un personal especializado para el manejo organizativo, técnico y funcional. Para no desviarnos del objetivo inicial vinculado al servicio militar en el contexto mundial, era importante referirnos al manejo de la categoría Ejército moderno y su evolución paralela con la creación de los Estados modernos y el ámbito económico que sirve de coyuntura, representado por el modo de producción capitalista. Sin embargo, para que un Ejército moderno sea un Ejército en el sentido estricto del término, a pesar de agrupar las particularidades expresadas anteriormente, necesita de la aplicación correcta de un efectivo, único y plural servicio de reclutamiento. Esto para así cimentar la idea de prestancia del servicio militar como institución normal del Estado, creada con base de llenar los cuadros de efectivos a las Fuerzas Armadas militares. No hacer de la prestación del servicio militar un instrumento coercitivo, terrorífico y dañino al colectivo común que por desgracia lo había golpeado con mayor vehemencia. El propósito fundamental del servicio militar de tendencia moderna se orientaba a captar en la población civil a los hombres aptos físicamente para el cumplimiento legal y constitucional del servicio en armas en un período de tiempo prudencial, generando así la oportunidad de ser remplazados y cumplir con este requisito impuesto por el Estado. En síntesis, como sostienen la mayoría de los teóricos y sin entrar más en discusiones de fondo, concluimos que las premisas primordiales manejadas por la mayoría sobre la función de los ejércitos modernos a lo
67 Domingo Irwin, «Ejército y Caudillismo en el siglo XIX. El caso venezolano», en Revista Montalbán, Nº 23, pp. 311-312.
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largo del siglo XIX y parte del XX era defender los principios constitucionales de la Nación y la soberanía nacional. 2.1. Europa A continuación analizaremos de manera general las variables que remiten al contexto mundial del servicio militar siendo Europa condicionada por las fuentes trabajadas, punto de desarrollo de la concepción del servicio militar y la formación de los Ejércitos nacionales de tendencia a lo liberal. Tomaremos los casos de Francia, Inglaterra, Alemania y España (que hemos tocado parcialmente en la investigación). 2.1.1. Francia. Muchos autores remiten el origen del servicio militar68 obligatorio en gran magnitud a los franceses revolucionarios, tipificados como un acto de gran trascendencia en los logros reivindicativos de carácter revolucionario de los ideólogos de 1789. Pero el español Juan HerreroBrasas sostiene una dicotomía en la concepción teórica planteada. Propone el autor que la instauración de la conscripción fue más bien consecuencia de la degradación de los ideales revolucionarios69. Adara más adelante el citado autor que las "raíces de tal institución hay que buscarlas no en Francia sino en la militarista Prusia"70. Por otro lado, sostiene que el aporte al proceso moderno del servicio militar auspiciado por la Francia revolucionaria (1789-1799) fue la abolición
Servicio Militar: Definido por M.S. Naymork y Adan Cañadas, con las siguientes palabras: "Prestación a que están obligados los ciudadanos de un Estado y que se refiere al cumplimiento de las leyes militares destinada a la defensa de la constitución y las leyes", en Diccionario Jurídico, vols. 3, p. 571. Sin embargo, esta cita es muy general en comparación a la elaborada por el jurista militar argentino Guillermo Cabanella, quien define el servicio militar como la "obligación que se impone a todos los varones aptos físicamente, al alcanzar la edad determinada por la Ley, para formar parte transitoria de las fuerzas armadas de la nación", en Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual, Tomo VII, p. 395. 69 Juan Herrera Brasas, Informe Crítico sobre el Servicio Militar, p. 15. 70 Idem. 68
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de la recluta forzosa71. El nuevo ideal revolucionario transforma las levas dirigidas a recoger a los vagos, sin oficios y presos comunes, entra en transición al reclutamiento forzoso que es organizado por circunscripciones militares o civiles. La propuesta revolucionaria de reclutamiento origina el llamado alistamiento voluntario, que logró "engrosar más de ciento cincuenta mil hombres, aumentando posteriormente en gran escala ante la situación internacional que le tocó en su devenir la nación francesa"72. Aunque algunos ideólogos franceses discrepan sobre la voluntariedad del servicio militar. Citamos el caso de Delapierre, quien expone que el servicio de las armas era un honor, pero a la vez, lo condena considerándole como una obligación que nadie podía evadir. En sintonía, el célebre Rousseau propuso que todo ciudadano debía ser soldado, pero ninguno por obligación o ser parte de su vida73. Esta filosofía revolucionaria buscaba la igualdad social o igualitaria del servicio militar y romper con la imperante recluta, basada en alistar a los hombres por el pago de una deuda y atropellar forzadamente a los mendigos. A finales del proceso revolucionario francés, específicamente en 1798, el segundo Directorio aprueba la Ley Joudan que consagra el vapuleado sistema de reclutamiento, la cual sirve "definitivamente instaurada y regulada la conscripción como sistema de reclutamiento. Todos los jóvenes solteros entre 20 y 25 años pasan a ser soldados potenciales, si bien no todos son reclutados, la duración del servicio será de seis años"74. Sin embargo, la citada Ley Joudan sería difícil de aplicar en la realidad, debido a las constantes rebeliones de los territorios alejados de la capital y los de ocupación. En suma, el proceso de conscripción viene a ser
Recluta Forzosa: el argentino Guillermo Cabanellas propone la siguiente definición del término "recluta": "...obtención de tropas o soldados para la guerra o para integrar las unidades en tiempo de paz. Soldado voluntario (...) soldado desde su incorporación a filas hasta el término de su período de instrucción. El reclutamiento a través de los siglos ha pasado por ciertos procesos de transición. El modo tradicional de reclutamiento forzoso dependía de la necesidad anual, número de contingentes y eran personalmente dirigidos por la autoridad militar", en Diccionario Militar, Aeronáutico y Naval, Tomo VII, pp. 463-464. 72 Luis Arcangel Pulido Hernández, Las Fuerzas Armadas Nacionales..., p. 68. 73 Ibídem, pp. 68-69. 74 Herrera Brasas, Ob. Cit., p. 23. 71
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teóricamente un instrumento de igualdad social entre todos los comunes, traducidos en campesinos, artesanos, comerciantes, etc. Durante el período napoleónico (1800-1815) Francia vive un intenso proceso de guerra de expansión por Europa. Todas las instituciones se debilitan y el Estado acoge al estamento militar con mayor solidez. El mismo Napoleón Bonaparte refuerza las medidas de recluta forzosa y represiva para quienes se resistan al servicio armado de la Grande Armée. En refuerzo a lo planteado presentamos la siguiente cita, que evidencia el maltrato ocasionado por la recluta forzosa napoleónica y las consecuencias derivadas al ciudadano común francés: Napoleón refuerza las medidas represivas contra quienes se resisten al servicio militar obligatorio. Se organizan constantemente batidas en busca de prófugos y desertores. Ahora, además, se solicita la colaboración del Clero – eximido del servicio militar por el Concordato – para convencer a los refractarios. Para dar caza a las bandas de insumisos, Napoleón llega a utilizar dieciséis columnas de sus mejores tropas, en total más de cuarenta mil hombres. Para 1812, 100.000 franceses entre regulares y refractarios se encuentran luchando en una autentica guerra de guerrillas en el interior de Francia. La conscripción se ha convertido en el terror del pueblo. Cada vez son más los que se resisten a incorporarse a filas (...) Muchos jóvenes para no ser reclutados se mutilan voluntariamente, unos cortándose el pulgar o incluso la mano, o arrancándose los dientes [que necesitan para preparar el cartucho]. Otros se lavan las heridas con fluidos putrefactos (...) Napoleón enfurecido, acusándoles de mutilación voluntaria quería fusilarlos a todos, lo que no llevó a cabo gracias a la intercesión de algunos generales.75
Entre la disyuntiva ocasionada por el vacío de poder en Francia en 1814 con el retorno de los Borbones, éstos eliminan la conscripción, pero Napoleón durante su breve regreso al poder, reestablece nuevamente esta práctica para reunificar su Grande Armée que lo llevaría a su posterior y definitiva derrota en Waterloo (1815), hecho que llevará a la abolición de la conscripción por orden del Rey Luis XVIII. A partir de 1818 se aprueba una nueva Ley de Llamada a las Armas, basada en el llamado a las filas del ejército de un número mínimo de individuos para cubrir el contingente anual, mediante sorteos. Sin embargo, este tipo de reclutamiento generará descontento y resistencia76. 75 76
Herrera Brasas, Ob. Cit., pp. 24-25. Ibídem, p. 26.
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No obstante, el Ejército francés (lleno de conscriptos), ahora es utilizado en guerras coloniales de expansión ejecutadas en Argelia, México y Crimea. En muchos de los casos son utilizados para reprimir a las manifestaciones efervescentes de 1848, cuando el gobierno para dar solución al problema de desempleo en París, decreta que todos los obreros de menos de 25 años sean reclutados para el Ejército, cuestión que provocó el rechazo contundente de la población, causando graves protestas77. Años después (durante el reinado de Napoleón III) se propone en 1868 la reforma a la Ley de 1818, como paso previo a la guerra que se tenía prevista con Prusia, "...queriendo a instaurar el servicio militar universal, siguiendo el modelo pruso de ese momento"78. A pesar de la derrota sufrida por Francia, el pueblo francés en medio del desorden posterior proclama la Comuna de 1871, y entre sus principales disposiciones establecía la abolición del servicio militar. En adelante los ciudadanos libres llevarían las armas para defender la Comuna, eliminándose el Ejército Permanente. En 1871 se aplica una reforma que resultará aprobada, reduciendo a cinco años la prestación al servicio, y quedando eliminada la posibilidad de sustitución por paga. También quedaban exentos del servicio los ministros del culto, ordenes religiosas y funcionarios públicos. Otro nuevo estatuto que regulaba el servicio militar obligatorio es lanzado en julio de 1889: la Ley Freycinet, que eliminó una serie de excepciones, siendo su aplicación la más rigurosa del principio igualitario del servicio militar en la Europa de finales del siglo XIX y comienzos del XX. Años más tarde, una nueva Ley (1905) abolirá en la práctica los motivos de excepciones, incluyendo al intocable clero, a los individuos con incapacidades físicas, reduciendo el tiempo de servicio a 2 años. En el primer cuarto del siglo XX, Francia participa en la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y las campañas coloniales, generando ondas secuelas en entre los conscriptos y su núcleo familiar. Al transcurrir el siglo XX no se practicaron más reformas al marco jurídico-militar francés. No obstante, se producirán ciertos movimientos reivindicativos que protesta el militarismo y daba apoyo por la libertad de objeción de conciencia79.
77 78 79
Ibídem, p. 27. Idem. Ibídem, p. 31.
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2.1.2. Gran Bretaña. En el devenir del siglo XIX, Gran Bretaña resultó ser el gran taller industrial del mundo, más adelante sería el paraíso o el centro financiero del globo. Ciertos elementos de la dinámica económica contribuyen con el poderío británico a nivel mundial. Sin embargo, para sostener en el tiempo esa supremacía hacia falta estimular el desarrollo de un poderoso aparato militar y naval. Gran Bretaña tenía como premisa el mantenimiento de un ejército voluntario: para el soldado británico "su oficio es un modo de ganarse la vida (...) sus relaciones con sus superiores, son muy parecidas a la de cualquier trabajador ordinario (...) los soldados no forman una casta, sino una rama especial de la administración enteramente al servicio de las autoridades civiles"80. Esta nación estableció temporalmente el servicio militar obligatorio en el desarrollo de la Primera Gran Guerra. Sin embargo, el sistema en cuestión no gozó de popularidad, siendo visto con recelo por la clase dirigente del país, a pesar de los prolongados debates y de la presión de los países aliados (Francia y Estados Unidos) para la aplicación en Inglaterra del servicio militar obligatorio. Sería el desencadenamiento de la Primera Guerra Mundial en 1914 la que llevaría al establecimiento del sistema de conscripción en 1916, que fue suprimido al término de la confrontación bélica. Más adelante, en 1939 se aplicaría de nuevo el sistema de conscripción, ante el avance de la amenaza nazi de Alemania. Alcanzado el triunfo de las potencias aliadas en 1945, resurgió el debate sobre la aplicación del servicio militar obligatorio en Inglaterra, al ser considerada un franco atentado contra los derechos de los ciudadanos81. 2.1.3. España El servicio militar en su versión de las llamadas quintas fue aplicado en España en 1704, tras la llegada del absolutismo de los Borbones. Paralelamente aplicaban la leva general basada en el secuestro de
80 81
Herrera Brasas, Informe Crítico..., p. 44. Ibídem, p. 48.
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vagabundos, mendigos y aquellos cuya moralidad era sospechosa por cualquier motivo. Los ayuntamientos (sin que mediara trámite alguno) los metían en prisión y los alistaban directamente en el ejército82. Pero el establecimiento de dicha obligación de servir en el ejército del Rey tuvo lugar el 13 de noviembre de 1770, durante el reinado de Carlos III, con la promulgación de la Real Ordenanza de Reemplazo Anual del ejército con el servicio obligatorio83. La Real Ordenanza establecía una quinta anual pero bajo la condición de que solo necesitaría un número de hombres determinados por los regimientos para mantener sus activos, a pesar de las continuas resoluciones de excepción del servicio (1771, 1772, 1779 y 1783) apoyadas por el rey Carlos III que buscaba beneficiar a quienes ejercían ciertos oficios y actividades. No obstante, se realizaron quintas extraordinarias para 1783 y 1795 por motivo de la Guerra Imperial contra la Francia expansionista. Para 1800, se procedió a publicar en España una ordenanza sobre reemplazo, cuyo objeto era, en lo primordial, disminuir las excepciones, prohibiendo también la sustitución por paga. La invasión francesa de Napoleón a España (1808-1814) supuso la participación masiva de la totalidad de los españoles por su liberación, esa incorporación del viejo ejército de los Borbones, formados por voluntarios, levas y el ingreso de facciones guerrilleras. Todos los hombres entre la edad de 16 a los 40 años tomaron parte en el conflicto de independencia contra el invasor francés. Las cortes de Cádiz intentaron crear un modelo de Ejército Nacional acorde con la exigencia organizativa de la época, sin embargo permitieron viejos vicios como la exención por donativo, llamado más adelante redención en metálico. A pesar del aire de renovación y patriotismo irradiado por la expulsión del invasor francés, devuelto Fernando VII a su trono en España se publicaron entre 1817 y 1819 dos elementos a la ordenanza de reemplazo (1800): en sí lo que provocaron fue aumentar o prolongar el sistema de reemplazo anual de 1770. Entre 1820 y 1823 se intentó recuperar del olvido el modelo de Ejército Nacional formulado por las cortes de Cádiz: el trienio liberal retoma la formación original pero en referencia al reclutamiento se mantuvo 82 83
Idem. "Historia del Servicio Militar Obligatorio" en www.mde.es.com, entrada servicio militar.
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vigente el modelo existente. Para 1821 el servicio militar se redujo a seis años, se admitió la fórmula de la sustitución y se suprimió la redención en metálico, privilegio del que disfrutaban la nobleza y algunos profesionales con fuero especial84. En la Guerra Carlista (1833-1840) el Estado español atravesaba una fuerte crisis ocasionadas por una serie de factores negativos ocasionados por la guerra contra el invasor francés: necesidad de circulantes, las finanzas del Estado estaban débil, las deudas y por último la perdida de las posesiones ultramarinas en América. Anexo a esto se elabora una ordenanza de 1837 que ponía fin al viejo sistema de reclutamiento militar cuyos orígenes se remontaban al siglo XVIII y establecía las bases del sistema que duraría hasta 191285. En 1867 se redujo el servicio activo a cuatro años y se dio apertura a las situaciones de reserva. Pero, a pesar del avance novedoso, las críticas eran fuertes como el caso del diputado Cabello ante la Corte en 1870, donde lanzó públicamente su clamor: "abajo las quintas, abajo los consumos y abajo los Borbones"86. Durante el llamado sexenio democrático (1868-1874), se trató de responder positivamente ante la crítica de las quintas. El primer paso fue abolir el reclutamiento obligatorio, y sólo se forma orgánicamente el ejército con voluntarios. Al avanzar del siglo XIX (específicamente en 1873 con la proclamación de la I República) se practicó un segundo intento más radical, pero su aplicación fue infructuosa: teóricamente se abolían las quintas, el ejército permanente sería sólo de voluntarios y habría una reserva con todos los mozos sorteables. Pero las tres guerras continuaban su curso y hubo que recurrir inmediatamente a una quinta de 80.000 hombres. La restauración de 1875 elaboró, una tras otra, cuatro leyes de reclutamiento y el reemplazo (1878, 1882, 1885, 1896), con un principio básico de sustentabilidad: el desarrollo del principio de la reserva (1867) pero conservando el excedente de cupo, sustitución y la redención del metálico, entre otras variantes vinculadas a fijación del tiempo de servicio tanto para el activo y como para la reserva. La España decimonónica
Idem. Nuria Sales de Bohigas, Sobre Esclavos, Reclutas y Mercaderes de Quintas, p. 210. 86 Herrera Brasas, Ob. Cit., p. 49. 84 85
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vivió una situación perenne de guerra y los diferentes gobiernos de liberales y absolutistas recurrieron a la conscripción como el método más rápido de nutrir al ejército y ahorrarse dinero al mismo tiempo87. Es en 1912 cuando aparece sobre el tapete la nueva Ley de Reclutamiento que estableció la duración del servicio en 3 años, otros 5 años de servicio activo fuera de las filas, 6 en la reserva y 4 en la reserva territorial. Entre la novedad adoptada por dicha Ley está la desaparición del sistema de sustitución y de la redención en metálico, pero se creó la figura del soldado de cuota, el cual era una figura que permitía al ciudadano civil su reducción al servicio con el pago de una cuota de 1000 a 2000 pesetas. No obstante, la ley de 1912 fue reemplazada en 1924 por un decreto Ley que establecía entre sus argumentos la rebaja del servicio a dos años, seguido de 4 en servicio fuera de ella, y que prolongaba la disponibilidad militar durante 18 años siguientes. Sin embargo, el citado decreto Ley, tuvo sus problemas teóricos-prácticos, y para solucionar tales imperfecciones se elaboró otro decreto en 1930. Para ese momento otras naciones de Europa habían reducido el servicio activo en un año y habían incorporado nuevos métodos de formación militar de reclutas. España, para no quedarse atrás en la citada materia, aplica el mencionado decreto de 1930 basado en limitar el tiempo a 12 meses interrumpidos y apoyado por 5 años de servicio activo fuera de fila y 12 años de reserva territorial. 2.1.4. Alemania Guillermo I de Hohenzollern (1713-1740) considerado por los teóricos como uno de los principales artífices de la maquinaria militar prusiana. Este monarca consiguió una fuerte oposición a la idea de armar un poderoso estado militar, para ello puso en práctica la recluta forzosa, basada en los oficiales que llevaban a cabo autenticas prácticas de caza de hombres por distritos elegidos al azar. El rey sabía que en muchos distritos fronterizos la conscripción estaba produciendo una inmigración en masa. La llegada de Federico el Grande (1740-1786) trajo consigo un mejoramiento del reclutamiento forzoso, mejorando así, también el tratamiento a la tropa. Pero fue en 1813 cuando realmente se estableció en 87
Ibídem, p. 51.
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Prusia el servicio militar universal: el reclutamiento forzoso llevado a gran escala con motivo de la guerra contra Napoleón. El servicio militar universal daría lugar inmediatamente a una filosofía ad hoc entre los círculos más reaccionarios88. Bajo los gobiernos militares de facto (1870-1916) llevado a cabo por el canciller de hierro, Bismarck hasta los años de la derrota del imperio Alemán a finales de la Gran Guerra. Alemania al entrar en la primera guerra imperialista de 1914, pone en práctica el principio de la nación en armas de Ludendorff y Hinderburg. Alemania, derrotada por los aliados en 1918, vive momentos de tensión interna causada por el debilitamiento de la figura del Káiser. El país se enfrentaba a una nueva coyuntura, debatiéndose, entre la adopción de una dictadura militar o una reforma democrática liberal. La maquinaria militar alemana había quedado en parte destruida por los estatutos del Tratado de Versalles que prohibían la conscripción. Posteriormente el partido nazi, en su programa doctrinario de 1920 planteaba y exigía la abolición de los ejércitos de mercenarios pagados, y la creación de un verdadero Ejército Nacional, basado en un ejército formado por conscriptos89. La creación de los frei korps puede ser vista como un antecedente del nacionalismo nazi. Exasperado por las condiciones humillantes impuestas por el Tratado de Versalles, los nazis se dedican a rehacer la maquinaria militar alemana. En definitiva, tenemos a los conscriptos de la Primera Guerra (19141917) rebelados contra la contra la conscripción impuesta por la maquinaria militar nacional del imperio que lograron abolir con la derrota militar de Alemania. Para inicio de la Segunda Guerra (1939-1945) los conscriptos son atraídos por la influencia nazi para someterse pasivamente a los designios de Adolf Hitler. El nazismo emergente se apropió del ejército valiéndose del principio estratégico de la conscripción militar. 2.2. América No solamente Europa y su contexto sirvieron de inspiración a la formación de los Ejércitos Permanentes (en transición a lo nacional) acaecida Herrera Brasas, Ob. Cit., pp. 32 – 33. Conscriptos: Individuos sometidos al proceso de selección y que aun no han sido alistados. 88 89
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en el siglo XIX y parte del siglo XX. Por lo tanto, estudiaremos el caso de Estados Unidos de América y de algunos países de habla hispana que tienen concordancia en la creación de los Ejércitos Nacionales en la primera década del siglo XX. 2.2.1. Los Estados Unidos Los Estados Unidos de América inicia a finales del siglo XIX, su predominio como potencia capitalista mundial. Antes de 1860 los Estados Unidos se mantenía agrícola, deudor, desplazado y con parcialidades antagonistas del norte industrializado y el sur con tendencia esclavista, vinculado al cultivo de algodón. Hacia 1880 el vapor llegó para quedarse en el uso industrial estadounidense, la Revolución Industrial trae consigo el progreso a Estados Unidos, permitiéndole incorporarse al capitalismo. Mantener una condición de potencia industrializada necesitaba de la formación de un Ejército Nacional que defendiera sus intereses frente a las demás potencias. El reclutamiento en los Estados Unidos se hacía por voluntad propia del individuo y por el término de tres años en servicio activo. Para ser admitido como soldado se requería poseer la ciudadanía americana, ser mayor de 18 años y no superar los treinta y cinco de edad90. Las disposiciones que regulaban el alistamiento militar en aquel país establecían que el reclutamiento se practicaría en oficinas creadas para tal fin a lo largo del territorio estadounidense. Dichas oficinas estarían a cargo de oficiales del Ejército con amplias funciones designadas por el Ministerio de Guerra. Entre otros aspectos, se destacaba la posibilidad que poseía el conscripto de elegir el arma y hasta el cuerpo al que deseaba servir, siempre que no se opusiera a las necesidades del ejército91. En 1917, el Congreso norteamericano aprobó una Ley de Servicio Militar Obligatorio que no permitía ni el pago de bonos por el reclutamiento ni tampoco la sustitución de los reclutados por voluntarios, como lo establecieron las leyes anteriores, especialmente durante la Guerra Civil (1860-63).
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"El Reclutamiento de los EEUU de América" en Boletín Militar, Nº 2, pp. 60–61. Ibídem, pp. 62-63.
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Dicha Ley, aprobada durante la última fase de la Primera Gran Guerra, permitió enviar numerosos contingentes de tropas a combatir en los campos de batalla de la vieja Europa. Durante la Segunda Gran Guerra, los Estados Unidos aplicaron la política del servicio selectivo que imponía a todos los jóvenes al cumplir sus 18 años la obligación de inscribirse en el citado sistema. 2.2.2. Otros países de Latinoamérica Iniciamos el tema con el caso de Colombia. Para el año de 1911 el gobierno de ese país organizó y reglamentó el servicio militar en el territorio que tendía al abandono del sistema de enganches, y se estableció el pago para eximirse del servicio activo que beneficiaba a las clases pudientes92. Simétricamente en estos años tenemos el caso del Perú, que promulga una Ley de Servicio Militar en 1912 que en opinión de varios críticos de la época, era un extracto integro del modelo francés que no se ajustaba a las características de la sociedad peruana93. La Ley establecía en la práctica el ingreso a las filas del ejército peruano de la población indígena y analfabeta (durante tres años), en contraste con una masa de hombres blancos y mestizos que rehuían a sus deberes alegando la dedicación a sus trabajos o estudios94. Esta cuestión era legalmente permitida en el reglamento de excepciones aprobado en 1913, que dispensaba a los alumnos de la escuela granja y de la Universidad Católica del Perú de cumplir con el servicio militar obligatorio. En el caso de Argentina, la aplicación del sistema de reclutamiento forzoso durante el período republicano data de sus mismos inicios. La Junta de Gobierno de 1810 ordena su ejecución en vista de la reacción Realista. En ese entonces salen pequeñas comisiones a reclutar con violencia a los peones encontrados en su camino. En tales levas, fueron los vagos reclutados como soldados del los ejércitos de la Independencia y también los que lucharon en la guerra contra los indios95.
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Néstor Puerta Castro, El Servicio Militar Obligatorio, p. 19. Ibídem, p. 23. R. Rodríguez Molas, El Servicio Militar Obligatorio, p. 8.
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A raíz de la guerra contra el Paraguay en 1864 se organiza el ejército Permanente de Línea, estableciendo el reclutamiento de tropas compuesta por voluntarios que firmaban contratos de 2 a 8 años los cuales eran destinados a la frontera en conflicto. En 1872 se introduce una variante con la aparición del proyecto de reemplazar a los vagos por presos condenados a no más a 3 años de pena. En ese tiempo los casos de deserción fueron constantes, situación que contribuyó a empeorar las condiciones de vida del recluta y la aplicación de rigurosos castigos corporales. A pesar de la evolución y reforma vivida por el ejército y la Armada Argentina de los finales del siglo XIX, todavía se mantenía dentro de los cuadros bajos o tropas el castigo corporal. También se destaca la particularidad de ofrecer excepciones temporales a los empleados y obreros del ferrocarril construidos en tierras argentinas. En suma, el sistema de reclutamiento forzoso puesto en práctica en las naciones latinoamericanas generó un profundo rechazo por parte de la población perteneciente a los estratos más bajos del orden social imperante. Como pudimos apreciar de manera general en los modelos de reclutamiento presentados (casos: colombiano, peruano y argentino), estos mantenían una sintonía muy particular donde el abuso era interminable, los maltratos físicos y por último la influencia de los modelos a seguir propuestos de la dinámica militar europeo que predominaba en el modo de edificar los Ejércitos Nacionales de fines del siglo XIX y el XX de las naciones del resto del mundo.
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Capítulo III Evolución jurídico-militar del servicio militar obligatorio en tiempos del gomecismo
Desde los tiempos del Rey Carlos III quien dictó una serie de ordenanzas (1743-1770-1786) destinadas a controlar el aparato militar de la Corona Española, tanto en la península como en las colonias de Ultramar, ubicadas éstas predominantemente en América. Haciendo énfasis en el llamamiento, conscripción y reemplazo del efectivo de tropa. La revisión del panorama militar europeo (Francia Inglaterra, Alemania) y americano (EEUU, Colombia, Argentina, Perú) denota la marcada influencia o similitud de la legislación venezolana en materia de servicio militar con el andamiaje jurídico de otras importantes latitudes durante el siglo XIX e inicios del XX. Las Leyes, Decretos y Códigos militares aprobados durante el guzmancismo entre los años 1873 y 1882, procuraron crear en teoría un servicio militar obligatorio racional que involucrara a todos por igual sin distinciones socioeconómicas, y evitar así que la temible recluta siguiera arrancando violentamente los brazos productivos de la Venezuela agropecuaria. La llegada del llamado Ejército Restaurador en 1899, bajo la jefatura del General Cipriano Castro, a la ciudad de Caracas, inaugurará una nueva política en ese sentido de cara al nuevo siglo XX. El marcado regionalismo predominante a lo largo del siglo XIX fue producto entre otras razones, de la falta de una plena integración del territorio nacional. Los estados andinos (Táchira, Mérida y Trujillo) permanecieron apartados del poder político durante casi todo el siglo XIX venezolano.
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Las circunstancias que contribuyeron al aislamiento de la región andina en relación al ejercicio gubernamental estuvo influida por la topografía irregular de las cordilleras, la falta de vías de comunicación expeditas con el centro del país y el mutuo recelo entre la población andina y los habitantes del resto del país. El nuevo gobierno dirigido por el General Cipriano Castro buscó fortalecer su poder frente a los demás aspirantes al solio presidencial, a través de una serie de cambios constitucionales, y de la inmediata necesidad de solidificar su edificio político mediante la conformación de un Ejército Nacional moderno que ahogarse los focos de alzamientos protagonizados por los caudillos regionales. Esta pretensión se hizo más acentuada después del bloqueo angloalemán de 1902-1903 y de la derrota de la conspiración de los capitales extranjeros de la New York and Bermúdez Company, bajo la conducción interna del general Manuel Antonio Matos al frente de la Revolución Libertadora. Castro propuso la creación de la Escuela Militar en 1903 para la formación profesional y académica de los oficiales. En esta escuela egresarían los futuros componentes del Ejército Nacional, cursando asignaturas vinculadas a las armas de infantería, artillería y caballería, además de formarse en ingeniería aplicada a la guerra, entre otros aspectos vinculados a la constitución de un Estado Mayor 96. La consolidación académica de los estudios militares traería a largo plazo la desaparición sistemática de los llamados oficiales "Chopo e´ Piedra", surgidos en el fragor de los enfrentamientos armados, y carentes, en consecuencia, del Esprit de Corps97, inculcado a los oficiales formados en modernas academias militares.
Aunque Cipriano Castro decreta para el 05 de Julio de 1903 la creación de la Academia Militar Venezolana e inicia los trabajos de construcción del edificio en la Planicie (Caracas). Pero durante el inicio de Gobierno de Juan Vicente Gómez es cuando se construye definitivamente la infraestructura militar de la Academia, en 1910. 97 Esprit de Corps: Término militar vinculado a la vida castrense que se traduce al honor, destrezas, tácticas y sobre todo su neutralidad en asuntos políticos concernientes a los civiles. 96
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El Ejército Restaurador98 que llega con Castro a partir de 1899 sufre una vigorizante transformación al ser equipado con armamento moderno, en parte adquirido durante el gobierno del general Joaquín Crespo (1893-1997), acompañado con la creación de una Academia Militar y/o Náutica destinada a formar la naciente y moderna estructura militar. Castro, a medida que avanza su régimen, comete varios errores o malas prácticas políticas que conducen al desmoronamiento del Gobierno Restaurador en diciembre de 1908, siendo sustituido por su compadre el general Juan Vicente Gómez, quien se instaló por espacio de 27 años en la Primera Magistratura (1908-1935). El hombre fuerte que sustituye a Castro hereda una fuerza de carácter armado "que había hecho sus primeros pinitos hacia una verdadera organización institucional, desde el punto de vista técnico y humano"99. A partir de 1910 el General Gómez hará fuerte reforma al edificio militar, fortaleciéndola en cuanto a la dotación de armamentos, equipos e instrucción castrense. Gómez se preocupa por acentuar el carácter del ejército moderno, invirtiendo todos sus esfuerzos organizadores en la creación: … de un organismo llamado inspectoría del Ejército, mediante el cual se contrataron los servicios de un profesional chileno, quien se dedicó, con tenacidad y algún riego, a la instrucción de grupos de oficiales, quienes, a su vez servirán de instructores del resto de la tropa.100
Las premisas expuestas sirven de fundamento a un verdadero Ejército Nacional, tecnificado y equipado. El Estado Mayor y la Escuela
Ejército Restaurador: el tachirense incorporado por Castro a las filas restauradoras era un guerrero con ideales liberales y armado con un fusil Smith-Werson (calibre 44) que poco a poco se disciplina, organiza y moderniza. Los soldados restauradores en su cruzada para llegar a Caracas (1899) "se las arreglaban para hacer de las suyas y solucionarse las necesidades perentorias: camisas, alpargatas, pantalones, machetes, cuchillos, taparas de aguardientes, cachicamo, cebo, sal, panela, constituían los blancos preciados de la tropa. También la Revolcada de cualquier muchacha que se aventurara en el camino". Véase: Carlos Quintero Gamboa, Cipriano Castro y la Revolución Liberal Restauradora, p.127. En resumen la campaña del 23 de Mayo de 1899 partió con 60 hombres y llegó a la ciudad capital de Caracas con siete batallones de infantería, artillería y un estado mayor conjunto. 99 Vida Luz Azuaje, Anales Históricos del Círculo Militar de la Fuerza Armada de Venezuela, p. 89. 100 Tomás Pérez Tenreiro, Los Presidentes de Venezuela y su Actuación Militar, p. 188 98
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de Oficiales pasan a ser la columna vertebral del naciente Ejército Nacional, dirigido por el coronel chileno Samuel Mc Gill, traído por el gobierno gomecista para armar la organización castrense. El coronel Mc Gill, entre otros, influenciados por la estructura marcial prusiana, organizan al heterogéneo aparato militar como un moderno Ejército Nacional. Mc Gill recibió la influencia directa de la llamada Escuela Prusiana, que impactó notablemente a la reorganización del ejército chileno. Sin embargo, la etapa reformadora (1910-1913) del Ejército Nacional estuvo signada por la influencia militar alemana y la experiencia del Ejército Chileno. Más adelante, La clave de la reforma militar era la creación de la Inspectoría del Ejército, que cumplirá dos funciones esenciales: la de Estado Mayor que dirige, coordina y supervisa, y la de organismo de planteamiento para estudiar los cambios que haya que introducir en el futuro con vista a las nuevas necesidades"101. La citada inspectoría sería el vaso comunicante entre su máximo jefe (el general Juan Vicente Gómez) y el Ministro de Guerra y Marina de turno. También se limitará a una función central guiadora y de control para las demás guarniciones (Táchira, Barquisimeto, Maracaibo, Maracay, etc.). El Ejército Nacional representaba para el gomecismo gobernante (1909-1935) su máxima prerrogativa para garantizar su consolidación en la primera magistratura, arremeter contra sus opositores y generar una condición sine qua non de seguridad y protección a los intereses extranjeros establecidos el país. Mantener la paz era una condición impuesta por el imperialismo mundial que penetró al país con más fuerza después del fin de la Gran Guerra de 1914-1917. Sin embargo, todos los avances en materia militar vinculado a la organización, articulación y tecnificación del Ejército Nacional aupado por Gómez, no podían trascender si no se mejoraba la condición de la tropa, es decir, el soldado común, arrancado de su terruño originario y conducido violentamente a los cuarteles a servir activamente por largos años bajo el inflexible trato del oficial con la tropa. En vista de ello, el gomecismo elaboró una serie de estatutos particulares en materia jurídicomilitar para el Ejército Nacional que se detallarán a continuación.
101
Domingo Alberto Rangel, Gómez El Amo del Poder, p.198.
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3.1. Ley de Formación y Reemplazo, 1919 La Reforma Militar de 1910-1935 fue un elemento clave a favor de Gómez. Muchos pensaban que el hombre de "La Mulera" duraría poco en el poder, siendo considerada su estadía presidencial como una simple transición. Obviamente, varios de los viejos caudillos regionales comenzaron a rodear nuevo magistrado en virtud de la convocatoria rehabilitadora emitida por éste, sin embargo, veremos después que esto fue una táctica conciliatoria mientras se ocupaba de crear mecanismos de poder político y militar para su consolidación, y uno de ellos fue la puesta en práctica de la Reforma Militar. Dicha Reforma Militar, es definida, por Ziems, de la siguiente manera: Este proceso reformador tuvo tres columnas fundamentales: una política de progreso institucional (concepción doctrinaria), la organizativa y la material, siendo este movimiento de carácter simultáneo y total. El objetivo era convertir aquella fuerza heterogénea en una fuerza más homogénea, tecnificada y moderna. La presencia de escuelas y cursos militares, (…) permitió a nivel conceptual darle otro sentido a los propósitos que la institución militar tenía en Venezuela hasta esa fecha. (…) se comienza a inculcar a los efectivos militares numerosos conceptos que van desde el objetivo central de defender las fronteras y la integridad nacional.102
El revuelo causado por las reformas al aparato militar, generó varias reprensiones por parte de algunas figuras que pronto se incorporarían a las filas de la oposición antigomecista. Entre ellas, tenemos a José Rafael Pocaterra, quien satirizó las reformas afirmando lo siguiente: "…cabalgando ahora en robustos percherones alquilados a una empresa de pompas fúnebres, en aguantados, afeitados, acicalados, haciendo retemblar los viejos adoquines de la ciudad que vio entrar a Boves y salir a Bolívar..."103. La reforma militar siguió su camino y en un lapso menor de tres años (1910-1913) de intenso trabajo, entran en funcionamiento las siguientes entidades educativas militares: 102 103
Ángel Ziems, "Un Ejército…, p. 146 José Rafael Pocaterra, Memoria de un venezolano de la decadencia, Tomo II p.154.
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Escuela Naval de Venezuela, que pasa a sustituir a la Escuela Náutica, siendo trasladada a Puerto Cabello para complementar la instrucción teórica con la práctica. Escuela de Ingenieros de la Armada, anexa a la Escuela Naval de Venezuela. Escuela de Cabos del Mar, Cabos Cañoneros y Timoneles, para la formación de los cuadros medios (Sub-Oficiales). Escuela de Aplicación Militar, para la nivelación académica de la oficialidad montonera. Escuela de Clases para la Formación de Sargentos y Cabos de las distintas Armas. Escuela de Oficiales de Tropa, para complementar la instrucción militar con oficios de utilidad en la vida civil.104
Se activó el sistema de ordenamiento de la Unidad Superior Táctica del Ejército (entiéndase de la Fuerza Militar Terrestre105), sostenida en tres (03) Brigadas combinadas, con el General Félix Galavis a la cabeza como Inspector General del Ejército, el Coronel Mc Gill como Sub-Jefe y Antonio Pimentel, como Comisario General. Estas tres (03) Brigadas Combinadas106 estaban dirigidas por los Comandantes Emilio Fernández (Nº 1), el General David Gimón (Nº 2)
Yolanda Segnini, La Consolidación del RÉGIMEN de Juan Vicente Gómez, pp. 67-68. Sostiene Domingo Irwin, Relaciones Civiles-Militares en el Siglo XX, p. 37 que el avance arrollador del ejército en detrimento de la marina de guerra o armada, (recibió aires renovadores con el castrismo), donde el gomecismo ponía mayor acento en modernización como arma importante para mantener el orden y la paz. 106 Brigadas Combinadas: Unidad Superior del Ejército, constituye el escalón inferior de la Gran Unidad de Combate. Es el intermediario entre el Comando de la División y sus subordinados, siendo responsable de la instrucción, disciplina y administración de la Unidad a su mando. Una brigada puede estar compuesta por 3 y 4 batallones (+/- 2600 individuos de tropa); un Batallón por 3, 4 y 5 compañías (+/- 640) individuos de tropas); una compañía por 3, 4 y 5 pelotones (hasta 164 individuos) y hasta llegar a un pelotón formado por 26 a 44 hombres. 104 105
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y el General Diógenes T. Urquiola (Nº 3). A su vez, dirigían a siete (07) Regimientos de Infantería y un (1) Regimiento de Artillería107. No obstante, la preocupación del gomecismo no sólo descansa en el perfeccionamiento de la calidad organizativa del Ejército Nacional (específicamente: la Infantería); aunado a esto, figura la mejora progresiva de la calidad de vida del soldado común de infantería. Sostiene Abraham Lezama que el General Gómez no escatimó esfuerzos por mejorar la calidad de vida de la tropa. Plantea que el mismo Gómez, "días después de asumir el Poder, se dirigió por conducto del Ministerio de Guerra y Marina a los jefes de Unidades, recomendándoles mejoras en la calidad de vida material del soldado y haciéndoles especial mención de la dignidad y la conducta ejemplar de los jefes…"108. La mejora de la calidad de vida del soldado activo se hizo evidente en algunos aspectos. Un ejemplo de lo planteado fue la elaboración de la Ley de Formación y Reemplazo de las Fuerzas de Tierra y Mar de 1919, elaborada en plena ebullición del pensamiento jurídico venezolano. A pesar de lo acostumbrado por la historiografía tradicional de catalogar al régimen de escasos avances, inculto y terrorífico, resulta paradójico pensar que durante el gomecismo el régimen derecho sufrió una moderna reforma,
107 El desarrollo de la arma tradicional del ejército (infantería, caballería), la artillería, donde el gomecismo gobernante (1910-1913) planteó una estructura ajustada a la importancia de la mencionada arma, dice Arturo Omaña, que "el gobierno no escatimó dentro de su austero presupuesto, un toque de cariño a las Fuerzas Armadas; (…) recibió con beneplácito la sugerencia indicada por la Inspectoría General de Artillería (cargo del Coronel Eduardo Baptista) y procedió a confirmar organizando la plaza artillada de la República". Pedro Arturo Omaña, Historia de la Artillería, p. 320. En sintonía con lo planteado, el 22 de octubre de 1910, el Castillo de San Carlos recibió un cañón SCHNEIDER-CANNET (150mm) y dos piezas KRUPP de campaña de cal. 8 cm. La fortaleza de la Guaira recibió la misma batería de pieza de artillería, por igual recibieron su cantidad mínima la Fortaleza del Castillo Libertador, (Puerto Cabello), Fortín Solano, Castillo de Guayana y además se organizaron unidades dependientes a la Inspectoría (Artillería), distribuida entre Maracay, Caracas y Maracaibo u otro punto estratégico. Armadas con siete (7) baterías de Ametralladoras HOTCHKISS (7mm) y un cuerpo de artillería a pie (1912). 108 Abraham Lezama, Los Progresos de Venezuela, p. 19. Pequeño folleto editado en Colombia (Bogotá) para el año 1931. El citado autor, describe los progresos materiales alcanzados en materia del ejército, la aviación, iluminación de costas, carreteras, instrucción pública y el pago de la deuda externa. El autor se basa para redactar los párrafos vinculados a las mejoras del ejército nacional gomecista (1920-1930) a la Memoria y Guerra y Marina de los años planteados.
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solamente comparada a los avances jurídicos introducidos por el guzmancismo. Sostiene el jurista venezolano, Julio César Fernández, lo siguiente: Después del gobierno de Guzmán Blanco, que en el siglo XIX dejó los Código Civil, Penal y Mercantil, durante la dictadura de Gómez se desarrolló un ordenamiento jurídico importante, fundamentado en el centralismo legislativo en el Poder Nacional, como por ejemplo: i) la Ley Orgánica de la Hacienda Pública de 1918, que estableció el principio de unidad del tesoro. ii) La extensa Legislación especial sobre el sistema financiero, educación, sanidad, recursos naturales y comunicaciones, entre otras. iii) El Código Civil de 1916 y reformado en 1922. iv) El Código Penal de 1904 y reformado en 1912, 1915 y 1926. v) El Código de Comercio de 1904 y reformado en 1919. (…) vi) El Código de Enjuiciamiento Criminal de 1904 y reformado en 1911, 1915 y 1926.109
Durante el gomecismo se generó un floreciente desarrollo del pensamiento jurídico, este avance tuvo su motor de impulso por la autoría de eminentes juristas, tales como Pedro Manuel Arcaya, Tomás Liscano, Juan Bautista Bance, Pablo Godoy Fonseca, Gustavo E. Pacanins, entre otros, quienes desarrollaron grandes ideas y divulgaron variadas tendencias del pensamiento humano, fundamentalmente en el positivismo110. Estos intelectuales guardan una estrecha relación con el régimen. La minoría que acompaña al dictador lo "integran un excepcional puñado de cerebros cuya función es retocar el semblante de la dictadura, apuntalar sus bases y sugerir los planes para la creación de un nuevo Estado Nacional"111. Sin embargo, a finales del siglo XIX y a comienzos del XX la prestación del servicio militar en el Ejército permanente no tenía carácter voluntario. El miedo a servir en la población estaba generalizando, acrecentado por la estela de terror que ensombrecía el servicio de armas. El llamado Servicio Militar era visto "más como un castigo que como una
109 Julio César Fernández, "Los Desafíos del Estado y el Derecho para alcanzar el Siglo XX" en: Visiones del siglo XX venezolano, p.12. 110 Idem. 111 Elías Pino Iturrieta, Positivismo y Gomecismo, pp. 62-63
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obligación ciudadana, los hombres le huían, lo que a su vez, exageraba la acción punitiva de la recluta"112. Expresa emotivamente Virginia Gil de Hermoso, en relación al terrible reclutamiento: ¡Oh!, ese espantoso reclutamiento, que ha venido a ser una epidemia reinante, un azote de muerte al pobre, (…) que parece un arsenal de almas vivas, del cual sacan los gobiernos las que necesitan para levantar ejército, reforzar fortaleza, resguardar fronteras. Este reclutamiento acarrea ya grandes desgracias y sin número calamidades, que hieren mortalmente al país, porque hiere en el seno de las sociedades, que se resienten de sus deplorables consecuencias, y en el alma, a los hogares, a las familias, que después de un desgarramiento de estos…113
No obstante, el llamado al servicio de las armas era un punto tratado en los Códigos Militares (1873-1882-1904), pero en la práctica se cometían abusos, con el infrahumano reclutamiento114. Entre otras cosas mencionadas, el General Gómez al asumir el poder a finales de 1908, solicitó a los Presidentes de Estado el envío de contingentes de milicianos para organizar las filas de un verdadero Ejército Nacional115. Estos ejecutaron la orden emanada de Caracas de acuerdo con los contingentes señalados en la cuota estadal, pero continuamente empleaban la brutal recluta para forzar al servicio activo a brazos trabajadores, vagos, delincuentes y exceptuados según el Código Militar de 1903116. 112 Antonio García Ponce, "Algunos Aspectos de la vida de los Soldados Caraqueños, 1873-1907", en Revista Tierra Firme, Caracas, año 13, Nº 52, Octubre – Diciembre de 1995, p.504. 113 Virginia Gil de Hermoso, El Recluta, p. 93. Novela de carácter histórico que denuncia al régimen autocrático de Cipriano Castro en su ciudad natal de Coro. 114 Dice un olvidado pasaje folklórico venezolano de la época: "¡Ahí le mando los voluntarios y me devuelven el mecate!", en Santiago Gerardo Suárez, Temas Militares, p.19. 115 Rafael Del Valle Díaz Requena. Documentos para el estudio de la Historia de las Fuerzas Armadas de Venezuela, 1910-1946, pp.13-14. Trabajo credencial para culminar un curso de ampliación del conocimiento en Historia de Venezuela. Otorgado por la Facultad de Humanidades de la Universidad Central de Venezuela en 1973. 116 Según el Código Militar de 1903 en su artículo Nº 31. El Congreso Nacional determinaba el número de tropas a componer el Ejército por cada año. Según el censo de población el Gobierno Federal pedirá a los Presidentes de Estado el número de hombres para reemplazo del anterior contingente. Por otro lado, entre los excepcionados (Art. 38) se encontraban: los que poseían grados militares, empleados públicos, ministro de cultos religiosos, casados con hijos, hijos únicos, médicos, profesores y alumnos. Estados Unidos de Venezuela, Código Militar, Caracas, Imprenta Bolívar, 1903.
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Sin embargo, el aparente interés legalista del gobierno gomecista por mejorar el trato a los alistados se puso de manifiesto a través de un telegrama circular emitido por el Ministro de Guerra y Marina, Régulo Olivares, el 4 de febrero de 1910, a los Presidentes de los estados Aragua, Táchira, Lara, Falcón y Portuguesa, señalando lo siguiente: "Sólo se sabe que contra la ley y contra todo principio de justicia, han venido formando contingentes por medio del reclutamiento forzoso, haciendo éste la clase más infeliz de los pobladores"117. Las directrices del Ministro Olivares sobre la prohibición del reclutamiento se apoyan en el artículo 23, numeral 5º, de la Constitución de 1909 que establecía lo siguiente: "Queda abolido el reclutamiento forzoso para el servicio de las armas, servicio que ha de prestarse conforme lo disponga la Ley"118. Poco después el nuevo ministro de Guerra y Marina, Castro Zavala, a través de la Dirección de Guerra emite otra serie de comunicados a los presidentes de estado para hacer respetar el llamamiento de contingentes. En dicho llamado se solicita el estricto cumplimiento de las excepciones contempladas en el Código Militar (1903). Convenía Castro Zavala sobre la creación de un reglamento "concerniente al trascendental asunto de reemplazos del ejército"119. Más exhortaciones a cumplir el Código Militar se encuentran en otros telegramas contenidos en la Memoria de Guerra y Marina de 1911, entre ellos se destaca el no envío de hijos únicos, casados, mayores de 50 años e impedidos físicamente, menores de edad, hombres que tenían propiedades agrícolas y la no permanencia más allá del tiempo del servicio activo de los individuos alistados. No obstante, la falta de cumplimiento de los contingentes anuales por parte de los presidentes de estado, llevó a prorrogar el tiempo de servicio de los soldados activos. Así se desprende de los telegramas recopilados por la Memoria de Guerra y Marina de los años siguientes a
Memoria del Ministerio de Guerra y Marina, Caracas, Imprenta Bolívar, 1910, pp. 136 – 137. 118 Rodolfo F. Vilches (Comp.) Ob. Cit., pp. 281 – 282. 119 Ministerio de Guerra y Marina, Memoria. Caracas, Imprenta Bolívar, 1911, p XI. Extraído de las exposiciones presentadas por el Ministro Castro Zavala sobre el reemplazo del Ejército activo. 117
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1919. Continuos eran los llamados para solicitar reemplazo de la tropa, por cuanto la mayoría había cumplido su tiempo de servicio o porque varios de ellos se encontraban incapacitados para seguir activos. También eran continuas las cartas enviadas al General Juan Vicente Gómez por madres en desgracia, solicitando la baja o retiro de sus hijos del servicio activo. Una de esas cartas fue la enviada al Benemérito por la señora Lorenza Gómez en enero de 1911, apuntando al respecto: …Estuve en Maracay esperanzada con la idea de poder hablarle, para explicarle mi situación, lo que quería, i no habiendo podido lograrlo le escribí suplicándole encarecidamente, como hago hoy (sic) de nuevo, la baja de mi hijo, aunque fuera temporal, de mi hijo Juan Gómez, quien hace seis años esta sirviendo. Actualmente se halla en la gente que está en "La Guamita". A mi me da mucha pena hacerle esta súplica, General, pero la necesidad me obliga: soi una pobre vieja, pobre de toda la pobreza; ya no puedo ganarme la vida con mis brazos; enferma. El único apoyo que me queda es ese hijo que le pido. Démelo, General, que Dios le pagará con largueza ese favor (…) de tres años para acá he perdido tres hijo. El último fue el año pasado…120
Estas líneas recogen el clamor de una madre por la situación de desesperanza al no poder ver a su hijo que prestaba el servicio militar en un lugar desconocido, y además excedido de su tiempo de servicio de dos años (según el Código de 1903) a seis años y sin la esperanza de un reemplazo. La falta de reemplazo desalentaba a los individuos de tropas que prestaban servicio activo, puesto que no tenían esperanza de volver a la vida civil, cuestión que llevó a varios soldados a desertar de las filas del ejército. La deserción tenía sus causas, en los siguientes casos: tiempo ilimitado del servicio activo (más de cuatro años), castigos, y el no derecho a conceder una licencia de permiso al soldado por temor a la deserción absoluta. Tales circunstancias originaban un dilema que afectaba al hombre común a comienzos del gomecismo: ¿escapar a los montes o sufrir vejaciones infrahumanas del mal llamado Servicio Militar? Continuamente eran enviados al Ministerio de Guerra y Marina comunicados telegráficos que hacían mención a las constantes deserciones 120 Archivo Histórico de Miraflores (en adelante AHM), Cartas del 20 al 30 de Enero de 1919. Caja 362-C.
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del servicio activo. Las situaciones de deserciones eran variadas, se toma como ejemplo las órdenes generales que alertaban a los oficiales para no movilizar a las tropas en grupos numerosos para evitar deserciones121. Otro elemento que causaba el alarma dentro de las filas del ejército activo, era el envío de sujetos detenidos por razones de oposición política al régimen, robos y vagos, muchos de ellos atrapados por las razias reclutadoras ejecutadas en diversos poblados 122. En vista a la situación planteada, varios comandantes de fortalezas militares, donde se concentraban en mayor parte la tropa, enviaban comunicados al Ministro de Guerra y Marina, Dr. Jiménez Rebolledo, en 1918 solicitando que los nuevos reclutados de las detenciones "no obedezca a causa política, robos o raterías"123. En ese sentido, destaca la decisión del General José Farias, comandante del Castillo Libertador, que excluyó del servicio de las armas a los exceptuados, siendo remitidos a los "lugares de procedencias por pendencieros, vagos y bebedores de cucuy"124. Las razones expuestas por los comandantes militares de fortalezas y cuarteles de no aceptar la presencia de tales individuos, eran que estos sujetos generaban dentro de las filas pequeños motines e incitaban a desertar a sus compañeros de armas. Vida Luz Azuaje y Rosa La Marca. El Acontecer histórico del servicio de Proveeduría de la Fuerzas Armadas, p.194. 122 A continuación se relata un episodio de cómo se practicaba la recluta en El Sombrero (Guárico) en tiempos de Gómez. Apunta el testimonio lo siguiente: "Una tarde se dieron cuenta de que algo pasaba en la plaza. Le hacían una limpieza desacostumbrada y luego colocaron en el centro atriles y sillas. Todo esto dirigido por el Jefe Civil en persona y látigo en mano. De dichas medidas sacaron en claro que se trataba de una retreta extraordinaria, ya que no era día de fiesta, aunque no se les alcanzaban la razón. Al anochecer llegaron muchos campesinos atraídos por el espectáculo nuevo para ellos. Llegaron los músicos y comenzó la retreta. La pobre gente escucha en silencio la música. A un vals seguía un joropo y otro y otro, todos los músicos de la tierra que sólo los estudiantes gustaban sino los mismos rústicos. Cuando súbitamente se sintió un murmullo y uno de los hombres echó a correr, cundió el pánico y cuando los demás se dieron cuenta y trataron de salir de la plaza, todas las entradas estaban guardadas por soldados, fusil en mano, que les interceptaban el paso amenazándolos. Luego los cercaron, los maniataron. De haber sido en estos tiempos, se hubiera dicho: "La operación Recluta". Cecilia Pimentel, Bajo la tiranía, 1919-1935, pp.179-180. 123 "Documentos varios", Archivo General de la Nación (en adelante, AGN), sección del Ministerio de Guerra y Marina, paquete Noviembre – Diciembre 1918, Nº 540. 124 Idem. 121
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Así lo refleja un telegrama enviado por el comandante del Castillo de Guayana al Ministro de Guerra y Marina, donde informa la fuga de cuatro milicianos, en especial uno llamado Eulogio Vargas, detenido por orden del Presidente del Estado Bolívar. Dicho sujeto "que estaba en la cárcel por robos, lo sacaron como soldado y que fue que sedujo a los otros a separarse del servicio…"125. En parte, podemos resaltar a través de los casos expuestos de reclutamiento forzoso, las continuas deserciones del personal de tropa destacado en las instalaciones militares, motivados por los malos tratos, castigos y un menosprecio a la vida por parte de los jefes militares gomecistas. Ante esta situación surgió la necesidad de crear una Ley de Servicio Militar obligatorio. La experiencia de la llamada 1era Guerra Mundial (19141918) surgida en los escenarios de batalla de Europa, donde las potencias imperialistas europeas (Alemania, Francia, Inglaterra, entre otras naciones) participaron en una guerra total, empleando todo tipo de armas novedosas (aviones, acorazados, tanques, gases legales, etc.) producido por los centros industriales de los países beligerantes en conflicto por la hegemonía mundial. Después de la Gran Guerra, los países que resultaron vencedores de la contienda tendrán un "especial interés en todos aquellos asuntos inherentes al Ejército de los países de la periferia (…) porque allí estaban los mercados potenciales para colocar toda la chatarra militar que había quedado de la guerra"126. Antes de la guerra, notoria fue la marcada influencia prusiana en el proceso modernizador del ejército nacional gomecista. Acota Silvio Villegas, que "ante la derrota de Alemania, Gómez, que se encontraba dentro de la tendencia pro-germana, se vio obligado a apartarse completamente del lado alemán y acercarse más a los triunfadores, es decir, a Inglaterra, Francia y los Estados Unidos…"127. De ahí que Francia, en alianza estratégica con otros países, comenzó una carrera por ejercer influencia sobre los ejércitos de Latinoamérica y desplazar a Alemania de ese sitial que poseía en tiempos anteriores. Ante el 125 "Documentos varios", AGN, sección del Ministerio de Guerra y Marina, paquete Noviembre – Diciembre 1915, Nº 80. Menciona el telegrama el nombre de Félix Cordero, Andrés Figuera, José Isidoro Serrano y Eulogio Vargas. 126 Silvio Villegas, La Política exterior de Juan Vicente Gómez, p.381 127 Ibídem, p.383
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avance estadounidense hacia sur de América, Francia no podía ocupar el último lugar de la carrera armamentista. En ese sentido, Francia envió a la América Latina misiones militares, numerosos delegados y funcionarios en calidad de instructores o asesores, además de ofrecer becas a oficiales latinoamericanos para cursar estudios en el país galo. En suma, tenemos que la influencia de la llamada 1era Guerra Mundial (1914-1918) fue determinante para darle orientación al naciente Ejército Nacional a fin de cumplir una función eminentemente doméstica, de protección, seguridad y sostén del régimen imperante y de los intereses económicos de las potencias mundiales128. En el año de 1919 se produce un avance moderno y notorio en materia militar que atañe al Ejército Nacional gomecista con la creación de la Ley Nacional de Formación y Reemplazo de las Fuerzas de Tierra y Mar. Sostiene Silvio Villegas, que a partir del año 1919 esta Ley estableció el Servicio Militar Obligatorio y la reorganización del ejército con criterios modernizante claramente definidos129. La comisión redactora y permanente designada por el Ministerio de Guerra y Marina para elaborar la citada Ley de Formación, estuvo formada por el coronel Adam Hernán Tellería, el General Epifanio Entrena, el Doctor J. M. Augusto Méndez, el General Santiago Briceño, el Coronel Estatio Crespo, el Coronel Ignacio Andrade (hijo), el Coronel Joaquín Gabaldón, el General Guillermo Willest, entre otros oficiales superiores130. Al poner en vigencia dicha Ley de Formación y Reemplazo entra en juego nuevos elementos que favorecen al gomecismo, tales como: no afectar el presupuesto del Estado y no afectar la fuerza laboral joven del país. Recordemos que para el año de 1919, no encontramos una legislación militar específica y particular vinculada al Servicio Militar. Solo las disposiciones de los Códigos Militares de los años de 1873, 1882 y 1904 en referencia a la Fuerza Activa. El sistema de conscriptos adoptados por el ejército gomecista era un patrón aceptado por muchos países del mundo a diferencia del Alfonso Littuma Arizaga y Gregoria C. Guzmán. Historia Comparada de la Aviación Militar Venezolana, 1920 – 1947, p.79 129 Ibídem, p.385. 130 Cámara de Diputados del Congreso Nacional, Archivo Histórico de la Asamblea Nacional (en adelante, AHAN). Diario de Debates, Caracas, Imprenta Nueva Nº 19, 1919, p. s/n. 128
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voluntario, por ser práctico y menos costoso que la última forma de reclutar. En este orden, el general Eleazar López Contreras señala que: …entre las naciones que mantienen el primero (conscripción), en una forma parcial o general, podemos contar a Francia, Alemania (hasta la pasada guerra), Italia, Austria, Hungría, (hasta la pasada guerra), Japón, España, Turquía, Rusia (hasta la pasada guerra), China, Serbia, Grecia, Bulgaria, Rumania, Bélgica, Bolivia, Chile, Perú, Cuba (durante la
pasada guerra), Portugal, Países Bajos, Colombia y otras. (…)
Inglaterra y sus colonias, y los Estados Unidos de Norte América, pudieron apreciar en la pasada guerra lo poco práctico y muy costoso del sistema de reclutamiento por voluntariado. 131
Entre los aspectos novedosos de la Ley de Formación y Reemplazo de 1919, tenemos: el llamado a llenar las filas del ejército activo y de reserva, el establecimiento de un registro militar, la formación de los contingentes, sorteo e inscripción, exceptuados, voluntarios y penas a los infractores. La Ley de Formación y Reemplazo tenía por objetivo el "llenar a las filas del Ejército, según sus necesidades de paz y en la guerra, constituyendo reservas que permitan aumentar sus efectivos y preparar una pronta y ordenada movilización"132. Establecía además que cada venezolano deberá contribuir con la defensa de la patria, prestar servicios en el Ejército activo por un período de dos años y en tiempo de guerra por tiempo indefinido a juicio del Ejecutivo Federal, y pertenecer a la reserva del Ejército hasta la edad de 45 años133. Para el registro militar se establecieron las Juntas de Inscripción, encargadas de determinar las excepciones (defecto físico, miembro del Clero, condena a presidio) en el servicio activo y la situación del inscrito en la Fuerza de Tierra y Mar. La inscripción debería realizarse desde el 1ero de enero del año hasta el 20 de febrero en que el inscrito cumplía 20 años de edad. Los lugares
Eleazar López Contreras, Páginas para la historia militar de Venezuela, p. 379 Congreso de los Estados Unidos de Venezuela, Ley de Formación y Reemplazo de las Fuerzas de tierra y mar. Barquisimeto: Venezuela, tipografía Barquisimeto, 1919, p.1. Dicho ejemplar fue reimpreso por orden del General David Gimón, presidente del Estado Lara. Para distribuirlo a la población del citado estado de la unión. 133 Idem. 131 132
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de inscripción serían las capitales de los estados, los Distritos y los Municipios ante una Junta de Inscripción. Dicha Junta de Conscripción, en el caso del Distrito Federal, estaría compuesta por "el Presidente del Consejo Municipal quién la presidirá, dos vecinos designados por el Gobernador del Distrito Federal, un médico designado por el mismo funcionario y un Secretario sin voto designado por la Junta"134. Asimismo, todos los ciudadanos deberían inscribirse en la Junta desde 21 años hasta los 45 de edad. Los inscriptos obtendrían una boleta provisional otorgada por La Junta. No obstante, para alegar una excepción los ciudadanos debían inscribirse, en caso contrario sufrirían penas de castigo135. Las excepciones podrían clasificarse en dos tipos: los que estaban excepto totalmente y los exceptuados temporales, pero que pertenecían a la reserva en caso de una movilización o conflicto armado. Entre los exceptuados totales se tenía a los individuos con defectos físicos, enfermedades incurables, los miembros del Clero regular-secular y los que sufrían una condena penal. Mientras que en los temporales, teníamos: a los que contrajeran nupcias antes de la inscripción, profesores y alumnos de universidades y escuelas especiales, los doctores y bachilleres, docentes titulares de escuelas nacionales, viudos en decadencia, empleados públicos, hijos únicos de padres en vida, único sostén de hogar, hijo de padres que tengan un hijo en las filas del servicio activo y hermano sostén de hogar con ausencia de padres136. Inscritos todos los ciudadanos elegibles, se practicaría un sorteo en la capital de cada Estado, Distrito y Municipio. El acto se realizaría el primer domingo del mes de agosto en la plaza principal. La Junta que Ibidem, p 3. El citado párrafo corresponde al titulo II con relación a la inscripción. La junta variará el número de miembros según la unidad político – territorial (Estado, Distrito y Municipio) 135 Ibidem, pp. 15-16. Véase el Titulo XI, titulado De las penas. Aquí se señalan las penas ocasionadas a no cumplir con el llamado a las armas, entre los cuales, tenemos: a los ciudadanos y los representantes no inscritos en la fecha terminada por la junta, serán reclutado a la fuerza. A los que no acudan al llamamiento en el lapso, se consideran desertores (cf. con el Código Militar de 1904). A los ciudadanos que cambien de residencia, de estado o que salgan del país y no notifiquen su situación a la Junta de Inscripción, serán arrestado según sus circunstancias (5, 10,15 días) y por ultimo al funcionario o médico de la Junta que falsee datos con una excepción, será procesado por una jurisdicción ordinaria. 136 Ibidem, p. 8. 134
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procedía a efectuar el sorteo estaría conformada por el Presidente del Concejo Municipal, Jefe Civil, un Juez en lo civil, un representante militar y un secretario (preferiblemente de la Jefatura Civil). El sorteo se realizaría entre los inscritos, no participando los exceptuados de forma absoluta. Depositando en un "ánfora el número de papeletas numeradas igual a los inscriptos que entran en el sorteo. A cada uno se le iría llamando por su nombre y apellido y por el número que tenía en la lista de inscripción…"137. Terminado el proceso se clasificarían al contingente según conforme al artículo 4 de la citada Ley de Formación con sus respectivos incisos138. Otro elemento innovador señalado por la Ley de Formación y Reemplazo, era el aporte de una libreta de conscripción por parte del Ministerio de Guerra y Marina. Remitida a los presidentes de las Juntas de Inscripción estadales. Anteriormente, los individuos que cumplían servicio activo no recibían ningún soporte escrito que avalara su prestación pasada al servicio de las armas. Continuamente eran enrolados por la recluta forzosa a pesar de haber cumplido oficialmente su servicio militar. Esta libreta de conscripción proporcionaba datos relativos al ciudadano, por ende, servía de constancia física de sus obligaciones, derechos y comprobación de su presentación al servicio activo. Para obtener la libreta, el ciudadano previamente debería tener en su poder la boleta provisional de inscripción en la Junta. La libreta tenía por objetivo mostrarla para poder desempeñar un cargo otorgado por el gobierno gomecista. Simultáneamente podría ser utilizada cuando era exigida por las autoridades policiales y militares, según el caso y circunstancia139. Por último, el llamado a los contingentes140respondía al llamado a las armas por parte del Presidente de la República. No obstante, si un estado excedía el número del contingente, estos formarían parte de los movilizables por años, utilizados para cubrir las bajas por causa de fallecimiento, inutilización y deserciones por parte de la tropa activa.
Ibidem, p. 11. Idem. Dicho articulo Nº 4 a manera global expresa la relación de las fuerzas del Ejercito Activo con los elegidos por sorteo, con preferencias: a los renuentes, los analfabetas, con los venezolanos de 18 a 20 años y los excepcionados por los artículos 36 y 37. 139 Ibidem, pp. 12-13. 140 Contingentes: Grupo de individuos alistados en la misma fecha. 137 138
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En caso de no cumplir la cuota requerida por los estados y el Distrito Federal se procedería al llamado de la clase del año inmediato, siguiendo con el número del sorteo141. Esta ley permitió derogar reglamentaciones transitorias en materia de milicias del siglo XIX y los códigos militares pasados. Ahora, según la misma, los estados de la unión formarían milicias armadas en caso de alzamientos provocados por viejos caudillos. Comentarios positivos y negativos se suscitaron en torno a la Ley de Formación y Reemplazo. Unos jóvenes fieles a la causa de Gómez enviaron una carta exponiendo lo siguiente: "Gran entusiasmo despierta en la juventud capitalina la Ley de Reemplazo de las Fuerzas de Mar y Tierra pues cree firmemente en que llegó la hora de que la patria tenga un verdadero Ejército moderno"142. En este orden de ideas, hacen observaciones a los viejos maltratos ocasionados en el pasado por la recluta y los buenos efectos que deparará la nueva ley para la tropa143. Por otro lado, los diarios de la época hacen alabanzas a la nueva Ley de Formación y la muestran como una evidencia de las bondades del General Gómez. Destaca un titular la siguiente afirmación: …Ley que viene impregnada del espíritu de democracia que nos rige a libertarnos de la injusta servidumbre, hija natural de aquellos tiempos y a felizmente lejanos [siglo XIX], en que nuestros ejércitos eran una montonera deleznable indigna en su alta función.144
En sintonía con lo planteado, un ciudadano emite un comunicado al General Gómez, y a su vez, felicitando al Doctor Márquez Bustillo por haber "avanzado el primer paso con el decreto del servicio militar; procedimiento acertadísimo porque hace a todos los ciudadanos hombres prácticos y ponderosos dueños de sus actos corrigiendo (sic) además el analfabetismo…"145. Ibidem, pp. 14-15. Boletín del Archivo Histórico de Miraflores (en lo sucesivo BAHM), Nº 130-131-132, 1990, p. 151. Selección de comunicado enviado al general Gómez con motivo a la aceptación y rechazo del servicio militar obligatorio en 1920. 143 Ídem. 144 El Nuevo Diario de Caracas, Nº 2644, 14 de Mayo de 1920, p 1. 145 BAHM, Ibidem, p. 154. Epígrafe enviado por el Sr. José Maria León al Benemérito para el 1 de Mayo de 1920. La carta elogia la obra de gobierno, la paz y la garantía generada por el régimen. 141 142
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Precisa que con el servicio militar los hombres con escasa o ninguna formación recibieran una enseñanza gratuita y obligante para lograr no sólo un ejército bien armado y organizado, sino también instruido. Por ende, atacará los vicios de la población, basados en el latrocinio y la vagancia, mediante el uso efectivo de los ciudadanos en el servicio activo. En ese orden de idea positivas a favor de la implementación de la Ley de Formación, expresa Abraham de Lezama el siguiente párrafo: …Ley importante, que en todos los países del mundo civilizado constituye la base de la moderna organización militar, han venido siendo objeto de especial cuidado por parte del gobierno nacional, pues es bajo la influencia de sus principios de justicia y equidad que se forman soldados con verdadera noción de patria.146
Los comentarios expuestos se hacían en virtud al notable avance de la Ley de Formación. Pero en la práctica, la Ley generaba una serie de infortunios a la población, en especial a los hombres candidatos al servicio activo en el Ejército Nacional. En efecto, el General Edilio Febres Cordero, Presidente del Estado Zamora, denuncia en mayo de 1920 mediante un telegrama enviado al General Gómez, la ausencia de los vecinos que emigraban con sus familias hacia la República de Colombia para evitar el Servicio Militar Obligatorio, por lo tanto, el Presidente de la entidad buscaba darle un correctivo a la peculiar situación. En su opinión, la causa de aquella emigración respondía "a la propaganda insidiosa y desmovilizadora que algunos enemigos, (…) se han dado a la tarea de propagar entre las clases sencillas del pueblo…"147. Más adelante, agrega que la Ley de Formación y Reemplazo "no va de ninguna manera a herirlas en sus personas e intereses, sino que antes bien, las favorece, puesto que nivela todas las clases sociales en el servicio de las armas"148. En respuesta, el Doctor Urdaneta Maya, Secretario del General Gómez, dirige un comunicado exhortando a los Presidentes de Estado evitar posibles migraciones de población, e informa la actitud asumida
Abraham de Lezama, Ob. Cit., p. 21. BAHM, Ibidem, p. 156. 148 Ídem. 146 147
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por unas familias que emigraron a Colombia en el Estado Zamora. Para evitar posibles migraciones y por orden del General Gómez, ordena a los Presidentes y Jefes Civiles tomar las acciones correctivas a tal situación. Dicho problema de emigración tenía su causa en la mala interpretación de la Ley de Formación, ocasionada por varios elementos, como por ejemplo: los comentarios contra la Ley por parte de los bandos caudillistas alzado en armas contra el régimen gomecista que tenían como territorio de operaciones la frontera con Colombia149; y la ignorancia de la población, porque creían que automáticamente entraba en servicio activo. Por último, la no utilización de canales efectivos de información. El general Vicencio Pérez Soto, envía un telegrama al Dr. Urdaneta Maya el 05 de Mayo de 1920, remitido desde San Fernando de Apure a Maracay, explicando las aclaratorias hechas a la población ante la aplicación de la nueva ley: … a los habitantes de esa jurisdicción comprendidos dentro de los términos de dicha Ley y les haga saber la verdad, diciéndoles que la inscripción es obligatoria para todos los venezolanos pobres y ricos. Sin distingos de ninguna clase, pero que por eso no van a entrar en el servicio militar, porque además de que hay muchos excepcionados como los casados, los padres de familia, el hijo único, etc., etc., esta Ley ahora es que empieza a adaptarse a nuestro País y no tendrá su efectividad sino más tarde, dígales también que ya en todos los estados se han las inscripciones sin ningún inconveniente y trate usted, de atraérselos de la mejor manera sin chocar con ellos, sino por el contrario, aconsejándolos y desvirtuando cualquier perjuicio o temor que tengan.150
Como se ha visto, la desinformación generaba una opinión negativa por parte de la población a la implementación de la novedosa Ley de Formación y Reemplazo, sobre todo durante el período de inscripción
La frontera Territorial entre Venezuela y Colombia, a "través de sus miles de millas, esta saturada de exiliados venezolanos…". Rafael de Nogales Méndez, Memorias, Biblioteca Ayacucho, Tomo II, p. 51. Obra que narra las aventuras por el mundo del venezolano Rafael Nogales Méndez (1877-1937), publicada originalmente en inglés para el año de 1932. En esta memoria relata las singulares aventuras políticas contra la dictadura de Gómez en Cuba, Centroamérica, México, África y participa en la primera Guerra Mundial bajo la bandera del Ejército Turco. 150 Ibidem, p. 158. 149
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anual, que comprendía desde el 1 de Enero hasta el 20 de Febrero. En ese lapso, los ciudadanos podían presentar su excepción absoluta o temporal. En muchos de los casos el periodo de inscripción podía alargarse, hasta finales del mes de Marzo. Durante ese lapso los ciudadanos se volcaban a las Juntas para formalizar su inscripción en el registro, entre ellos los candidatos a ser exceptuados del servicio activo. Según los papeles sueltos del Ministerio de Guerra y Marina del año de 1920, se ubicaron cantidades innumerables de solicitudes para la excepción del servicio militar, la mayoría basada en las disposiciones de excepción establecidas en la ley. En tal sentido, tenemos la solicitud de excepción del servicio activo del ciudadano José Félix Lobo, campesino y analfabeta, que alegaba su excepción en el Artículo 37, inciso (g), referido al hijo único que tenga sus padres en vida. Dicho documento fue dirigido a la Junta de Inscripción del Estado Mérida. Alegaba el remitente: Como consta en la voleta (sic) provisional de Inscripción que me fue entregada, me presentó ante esa Junta en tiempo hábil para ser inscrito, quedando anotado bajo el numero 88 del respectivo Registro. En el mismo acto ofrecí presentar oportunamente el comprobante de mi excepción suplicándole me declare exceptuado de servicio activo como comprendido que estoy en el inciso (g) del articulo 37 (…) Es justicia que pido a Ud. dentro del Terminal de Ley. (…) Agrego de José Félix Lobo por no saber escribir.151
El mencionado hombre solicito su excepción a Junta de Inscripción, pero no ubicamos fuente primaria que nos dieran razón de su solicitud de excepción por ser hijo único de padres en vida. No obstante, para la gran mayoría de los venezolanos en edad militar de obtener la anhelada excepción (hijos de padres ancianos, ni casados, miembros del clero, defectos físicos, viudos con hijo, etc.), era un proceso que debía ser tamizado por el sorteo que debía realizarse el primer domingo del mes de Agosto en la plaza principal de la capital del Estado.
151 AGN, "Documentos Varios", Sección del Ministerio de Guerra y Marina, paquete Enero a Diciembre, 1920, Nº 119.
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En este caso, tenemos el ejemplo del sorteo militar realizado en Caracas el 7 de Agosto de 1921 en la Plaza Bermúdez 152 para obtener el contingente establecido por el Presidente Provisional al Distrito Federal153. Dicho sorteo arrojó un número de 200 conscriptos, número estipulado inicialmente por el Presidente Provisional de la República para el Distrito Federal para el año de 1921. La mayoría de los sorteados eran procedentes de Caracas, La Guaira, Maiquetía, Macuto, Naiguatá, La Sabana, El Recreo, Macarao y otros núcleos poblados 154.Se infiere que los sorteos militares se realizarían al pie de la letra, pese a algunos retrasos explicados, en todo los Estados del Territorio Nacional. La Ley de Formación y Reemplazo de las Fuerzas de Tierra y Mar de 1919, poseía un novedoso sistema de conscripción, que rompía abiertamente con las añejas leyes transitorias a la formación de milicias del pasado siglo XIX. 3.2. Ley de Servicio Militar Obligatorio de 1926 En 1922, se elige nuevamente al General Gómez como Presidente de la República y se sanciona una nueva Constitución, inaugurado otro período gubernamental que se extendería hasta 1929. Durante el período mencionado (1922-1929) ocurren otros sucesos que afectan positivamente y/o negativamente al gomecismo, como por ejemplo: la ruptura diplomática con México (1923), la muerte de Cipriano Castro en Puerto Rico (1924); el temible Eustoquio Gómez es remplazado de la Presidencia del Táchira; la liberación de numerosos de presos políticos. Como se ha visto, el gobierno gomecista endurece su consolidación política, a pesar de los eventos de trastorno mencionados con anterioridad.
152 Según el Plano de Caracas de 1929. La Plaza Bermúdez se ubica entre Puerto Escondido, Parroquia Santa Teresa, cercano al Teatro Municipal. 153 Según el Estatuto Constitucional Provisional de los Estados Unidos de Venezuela del 19 de Abril de 1914. Define al Distrito Federal como una unidad geoterritorial donde reside los poderes públicos del gobierno. Compuesto por la ciudad de Caracas junto con sus parroquias foráneas: El Recreo, El Valle, La Vega, Antímano, Macarao y el Departamento Vargas. Rodolfo Vilches (Comp.) Ob. Cit. p. 299. Sin embargo, con el pasar de los años, de gobiernos de turnos y cambios constitucionales, el Distrito Federal cambia su configuración político-territorial. 154 Ídem
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En el plano militar el Ejército Nacional también fortalece sus bases y comienza a funcionar como una verdadera maquinaria militar bien aceitada. Según Domingo Irwin, el gomecismo se consolida mediante …reestructuración de la organización de los cuerpos de infantería del Ejército en varias Brigadas, formadas cada una por cuatro (4) Batallones, para 1929, existían nueve (9) Brigadas; la Ley de Servicio Militar Obligatorio de 1926, con antecedentes en leyes de la década anterior; cursos de perfeccionismos, como el Primer Curso Superior de 1921, donde asisten 15 oficiales superiores, dictado por un grupo de Oficiales franceses, quienes también impartieron un curso elemental para 45 oficiales subalternos; o el Curso Especial de Artillería de dos años iniciado en 1924.155
En este sentido, la Ley de Formación y Reemplazo de las Fuerzas de Tierra y Mar de 1919 es reemplazada, ahora, por la Ley de Servicio Militar Obligatorio de 1926, instrumento jurídico fundamental para seguir fortaleciendo a la institución militar gomecista. Entre los objetivos planteados por la Ley del Servicio Militar, encontramos el "llenar las filas del Ejército Activo y de la Armada, según sus necesidades en la paz y en la guerra" y el "Preparar una pronta y ordenada movilización"156. Según esta Ley el deber de prestar el servicio militar obligatorio era para todo venezolano de 21 a 45 años en capacidad de cargar un arma. El tiempo de servicio sería por dos años en tiempo de paz, y en guerra sería indefinido. El número de contingentes por año lo fijaba el Presidente de la República. El Ejército formaría proporcionalmente sus contingentes con la población que era llamada al servicio activo de los Estados, Territorios, Distrito Federales y las Dependencias Federales157. Inmediatamente el General Juan Vicente Gómez hizo un llamado al servicio activo de "dos mil trescientos setenta (2.370) conscriptos correspondientes al contingente del año 1926" teniendo el Distrito Federal 200 conscriptos; Carabobo con 200; Lara 240; Miranda 200 y Zulia 240. Los Estados de la Unión con el mayo número de conscriptos a diferencias del resto158. Según el Censo Oficial de 1926 la totalidad de la población venezolana rondaba Domingo Irwin, Relaciones civiles-militares en el siglo XX, p. 60. Ibídem, p.3. 157 Rodolfo Vilchez (comp), Ob. Cit., p.699. 158 Memoria del Ministerio de Guerra y Marina 1928, Caracas, Empresa Guttemberg, p. 143. 155 156
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los 3.026.878 individuos, distribuidos en veinte (20) estados, dos (2) territorios federales y un (1) Distrito Federal159. En relación al sorteo, se mantenía la misma tónica de la Ley de Formación y Reemplazo, es decir, continuaba el sorteo del primer domingo del mes de agosto de cada año en la plaza pública de mayor importancia. En este sentido, nos ubicamos en lista de contingentes por sorteo del Distrito Federal para agosto de 1926. Para el mencionado año se llamaron 200 conscriptos que reemplazaron a las fuerzas activas en tierra y mar. Las excepciones contempladas en la Ley de Servicio Militar Obligatorio de 1926 no difieren de las de la Ley de Formación y Reemplazo anterior. Se contemplaban las excepciones absolutas y las temporales. En el caso de las excepciones, el conscripto obtenía un documento escrito que se titulaba "Boleta de Excepción Absoluta emitida por la Junta Principal de Inscripción Militar". En dicha boleta aparecían datos como nombres y apellidos, lugar de nacimiento, lugar de residencia, estado civil, profesión u oficio, edad, estatura, color, contextura, lugar de inscripción, clase, motivo de la excepción, entre otros datos vinculados a su fisonomía160. Un aspecto muy particular vinculado a las excepciones fueron aquellas otorgadas a los empleados y obreros venezolanos que laboraban en los ferrocarriles extranjeros. La Ley de Concesiones Ferrocarrileras de Junio de 1918, tomada de la Memoria de Guerra y Marina de 1928, en su Artículo 43, letra e, señala lo siguiente: Los empleados y obreros venezolanos ocupados en las empresas ferrocarrileras no podrán ser llamados por ningún medio al servicio de las armas, salvo en el caso de guerra internacional; pero si tienen el deber de ejercer en los términos de la Ley, la policía armada en las demarcaciones
Estados Unidos de Venezuela. Quinto Censo Nacional. Caracas, tipografía Universal, Tomo IV, 1926, p. 91. El resumen compara el último censo elaborado en 1926 con el pasado del año de 1920. Para este último año la población estaba rondando los 2.411.952 habitantes, y para 1926 estaba con 3.026.878 al más, con una gran diferencia positiva entre los dos años en cuestión de 614.926, en esa Venezuela en plena transición de lo agrario a lo petrolero. 160 Memoria del Ministerio de Guerra y Marina 1928, p. 165. En dicha memoria se anexa una serie de formatos vinculados a la inscripción militar, entre ellos tenemos: Boleta de Inscripción, Aviso Oficial a los Renuentes, Boleta de Excepción Absoluta, Acta de Sorteo, Libreta Militar. 159
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de sus respectivas obras, cuantas veces lo requiera el orden público y de acuerdo con lo que al efecto disponga el Gobierno.161
Esta medida, instaurada desde los tiempos del guzmancismo, obedecía a los intereses de las empresas extranjeras (inglesas, alemanas y francesas) en materia de ferrocarriles, que perdían sus manos de obra por la temible recluta forzosa. Sin embargo, se obligaba a los empleados y obreros venezolanos dependientes de los ferrocarriles extranjeros a cumplir con las pautas de inscripción señaladas con la Ley de Servicio Militar Obligatorio de 1926162, en vista que la mayoría de los venezolanos residentes en las áreas de influencia de los ferrocarriles volcaban sus intereses laborales a participar en las mismas, para resultar favorecidos por la prebenda generada por las empresas ferrocarrileras y, por ende, resultar exceptuados del servicio activo. Pese a las modificaciones introducidas en los mecanismos de recluta, el tratamiento no mostró variaciones significativas. Así lo refleja el poeta Andrés Eloy Blanco en su obra Palabreo del Recluta: Dice la historia que en el mes de Julio de 1924, visitaba Andrés Eloy Blanco la hacienda de un amigo suyo, cerca de Arichuna, Estado Apure. Él observó con extrañeza una columna de hombres que el ‘Gobierno’ había reclutado. Los llevaban maniatados como caballos de carreras (…) exaltado preguntó la causa de aquel procedimiento, contestando el amigo: "se trata de campesinos para nutrir los cuarteles del General", refiriéndose a Juan Vicente Gómez. Entre la peonada de la hacienda se encontraba la madre de uno de los reclutados, quien llorando amargamente contó que su hijo había sido cazado como tigre de montaña cuando huía de la recluta… y no se sabe cuando volverá a su hogar… de ahí el temor y el dolor… ahora la Ley de Conscripción y Alistamiento es obligatoria mas no compulsiva, mucho menos coercitiva… 163
En apoyo a este testimonio, tenemos una entrevista realizada al Ingeniero Luis Longart: él nos refiere la experiencia relatada por su padre Gerónimo Longart, víctima de las temibles "comisiones" de reclutamiento. El hecho ocurrió en el caserío La Soledad, cercano al poblado de San Antonio del Golfo, Estado Sucre. Ibídem, p.160. Idem 163 Fabiola Jiménez, Palabra poética en el Ejército venezolano, 1931-1983, Trabajo de Grado de Licenciatura en Letras, Universidad Central de Venezuela, 1983, p. 46. 161 162
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Señala el testimonio que las "comisiones" estaban constituidas por un grupo de hombres armados, dirigidos por un comisario que subía a los poblados a cazar a los jóvenes en edad militar para cumplir el servicio activo. En relación a lo planteado, acota lo siguiente: … era una cacería humana, las comisiones se llevaban al que agarraban, amarrados con cuerdas, me recuerda las descripciones de las cazas de negros esclavos en las costas de África, no había manera de oponerse so pena de ser maltratado y golpeado, mi abuela Marcelina Salazar me contaba haber visto hombres amarrados por las comisiones bajando por el camino real en dirección a San Antonio del Golfo, para el servicio militar.164
A través de los testimonios recogidos, se puede entrever que la temible recluta y su medio de accionar práctico, llamado "comisiones", ejercieron sus métodos de captura violenta de los venezolanos en edades militares, aptos o no al servicio activo, tanto para el Ejército o la Marina, en los poblados alejados de los centros urbanos de mayor importancia geográfica. En los poblados rurales, la temerosa recluta cumplió su sombría función a fin de llenar los cupos de contingentes faltantes, generando como consecuencia un rechazo por parte de la población venezolana de ese momento a la recluta forzosa. Ángel Ziems asevera lo siguiente: Las unidades militares eran alimentadas por el método de la recluta forzosa que originaba rechazo de la población la cual era reprimida cuando las autoridades no complementaban el ‘cupo’ de la circunscripción respectiva. Ya en el Ejército, se imponía el terror, para ‘disciplinarlos’. En varias oportunidades, los jóvenes aptos huían a las montañas cercanas, o en los casos del Táchira, Falcón, Portuguesa, (…) las fuerzas sublevadas contra Gómez (Peñaloza, Arévalo, Gabaldón, Urbina, etc.), encontraban en estos renuentes sus principales hombres para integrar sus mal preparadas tropas.165
En relación al último punto planteado por Ziems (sobre la incorporación de renuentes o desertores del Ejército que eran enrolados Entrevista al ingeniero Luis Armando Longart, Caracas, 20 Junio de 2004. Solicitando información sobre la práctica del servicio militar en tiempo, del régimen del General Juan Vicente Gómez. 165 Ángel Ziems, El Gomecismo … , p.226. 164
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por las bandas caudillescas alzados en armas contra el régimen gomecista), tenemos otro testimonio de un testigo que vivió las acciones guerrilleras posteriores a la invasión del vapor Falke, en 1929. La señora Marcelina Salazar, abuela del Ingeniero Luis Longart, relata que la "recluta forzada no sólo era práctica usual del gobierno, sino también de los ‘revolucionarios’ contra Gómez"166. Más adelante agrega que los "revolucionarios" carecían de un poder de convencimiento propio, para engrosar sus filas debían reclutar a la fuerza167. La citada práctica era muy común por parte de las bandas caudillescas, generado a lo largo de la Venezuela decimonónica. Agrega: Mi abuela relataba que en 1929 hubo mucho temor a ser reclutado, ya que en ese año Cumaná fue invadida por mar por el buque Falke comandado por Román Delgado Chalbaud, allí murió Armando Zuluaga Blanco, la operación contaba con un apoyo por tierra dirigido por el cumanés Pedro Elías Aristigueta. Esta operación fue un total fracaso, de ella hay muchas referencias bibliográficas. (…) mi abuela llamaba a esta acción "la Guerra de Pedro Elías", la gente se escondía para evitar ser reclutado por las guerrillas de Pedro Elías que enfrentaban al gobierno que les perseguía por las montañas de Sucre, al final Pedro Elías murió, en Cumaná, había un pequeño busto en su honor cercano al árbol de tamarindo de la Plaza Miranda.168
Este relato evidencia el temor de los pobladores tanto a las reclutas gubernamentales como a las realizadas por los desafectos al régimen. La Ley de Servicio Militar Obligatorio de 1926 tuvo su ámbito de aplicación en las capitales de los estados o donde había una importante concentración poblacional (Caracas, Maracay, Valencia, Maracaibo, Barquisimeto). Sin embargo, en los pueblos y caseríos rurales, esta legislación no llegó a cumplirse a cabalidad, debido a que los canales de información no funcionaban. En mucho de los casos no existía una máquina de escribir o una cámara fotográfica para captar el retrato personal de la persona que solicitaba su posterior libreta militar. En definitiva, se tiene que la Ley de Servicio Militar Obligatorio de 1926 trajo consigo ciertos elementos innovadores en materia de Entrevista a Luis Longart, ídem Idem. 168 Idem. 166 167
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reclutamiento. Como ejemplo más determinante, tenemos: el canje de la libreta de conscripción por la Boleta que sería entregada al ciudadano al inscribirse, llamándose libreta militar. Se establecieron también las formas de comprobar las excepciones y otros aspectos muy idénticos a lo conforme en la Ley de Formación y Reemplazo anterior. No obstante, se puede decir que la mencionada ley de 1926, no representaba mayores variaciones en su articulado con respecto a la Ley de Formación de 1919. 3.3 Ley de Servicio Militar, 1933 El Ejército Nacional, a principios de la tercera década del siglo XX, tenía presencia en todo el territorio nacional A pesar de ciertos factores que generaban distorsión, el Ejército "constituía un aparato eficiente dentro de aquel cuadro político dictatorial"169. El Ejército ya no era como en 1914, ahora en 1931 y durante los últimos años del gomecismo se fortalece, a pesar de ciertos altibajos. Dice Alberto Domingo Rangel que "entre 1910 y 1930 egresan de la Escuela Militar 305 alumnos. El Ejército y la Armada tienen un pie de fuerza de 10.000 hombres. La proporción entre oficiales y soldados es de uno de los primeros por doce de los otros"170. El Ejército mejora cuantitativamente a pesar que el número de efectivos no se precisa en la Memoria de Guerra y Marina de aquellos años. Señala Angel Ziems que para precisar el número de exactos de efectivos era bien dificultoso. Dice que dicha imprecisión numérica reside en prácticas corruptivas por parte de los oficiales que así conseguían ganarse algo más del sueldo proporcionado171. Por otro lado, se crea en 1930 el Estado Mayor General, que sirve de vaso comunicante entre el Alto Mando Militar y los Comandos Superiores. Su primer Jefe fue el General Eleazar López Contreras. Notoriamente se innova en la creación de la Inspectoría de Armas y Servicios, se reactiva el Servicio de Ingenieros y se fusionan en una sola las Escuelas Militar y Naval. En 1930 aparece un nuevo Código Militar que deroga al de 1923. Dicho código no se diferenciaban del anterior en el sentido de organización, funcionalidad y alcance del aparato miliar gomecista. Idem. Domingo Alberto Rangel, Gómez, el amo del poder, p. 348. 171 Ibídem, p.229. 169 170
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En relación a nuestro tema de estudio, el Código Militar de 1930 hace mención en varios artículos al servicio militar obligatorio. Por ejemplo: el deber del venezolano a servir con las armas, duración del servicio (2 años), fijación por parte del Presidente de la República del número de contingentes, excepciones, voluntarios, gastos de los conscriptos, renuentes y multas ocasionadas a los que violen las disposiciones del servicio militar172. En 1933 surgen otros elementos jurídicos-militares como la Ley Orgánica del Ejército y Marina, el Código de Justicia Militar y la nueva Ley de Servicio Militar que deroga a la de 1926173. En cuanto a las variaciones con respecto a las leyes de 1919 y 1926, se establece un aumento de un año en el tiempo del servicio militar, alcanzado un total de tres años continuos. Evidentemente, la referida Ley de Servicio Militar de 1933, no varía con respecto a la anteriormente derogada. A pesar de sus similitudes aparece un aspecto que es resaltado en su articulado: los clérigos eclesiásticos serán exceptuados temporalmente, si bien anteriormente tenían condición de excepción absoluta. En el texto de la Ley de Servicio Militar de 1926 se menciona que los empleados y obreros ferrocarrileros gozarán de una excepción temporal en caso de paz. Ahora, el artículo Nº 55, letra i, refiere a la Ley de Concesiones Ferrocarrileras que data de 1918174. Por lo demás, la nueva Ley de 1933, básicamente, es idéntica en gran parte a la de 1926, salvando las variaciones desglosadas.
Véase "Código Militar de 21 de julio de 1930", en Leyes y Decretos reglamentarios de los Estados Unidos de Venezuela. Caracas, Editorial Sudaméricana, v. VIII, 1943, pp. 231-232. 173 En relación a la Ley Orgánica del Ejército y Marina y al Código de Justicia Militar y Naval. El primero resultó ser un estudio teórico. Mientras que el Código de Justicia Militar fue promulgado para el 21 de Julio de 1933. Resultó ser una innovación particular, anteriormente estaban signado legislativamente a los Códigos militares (1873-1882-19041923). Este nuevo código "representa un nuevo paso hacia la instrumentación jurídica – militar". Capitán de Navío Pablo Bonilla Chacón, "Introducción a la historia de la Justicia Militar en Venezuela", en Revista de Derecho Militar, Caracas, Dirección del Servicio de Justicia Militar, Nº 1, 1969 p. 76. 174 Ibídem, p.26. Según el artículo Nº 43, inciso e, "los empleados y obreros venezolanos, ocupados en las empresas ferrocarrileras no podrán ser llamados por ningún medio al servicio de las armas, salvo en el caso de Guerra internacional; pero si tienen el deber de ejercer, en los términos de la Ley, la policía armada en las demarcaciones de sus respectivas obras, cuantas veces lo requiera el orden público y de acuerdo con lo que afecto disponga el gobierno, Ministerio de Obras Públicas, Ley de concesiones Ferrocarrileras. Caracas, Litografía Comercio, 1918, p.20. 172
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Conforme a esto se fortalece la citada Ley con un Reglamento ofreciendo un soporte más fuerte en lo que respecta a las leyes anteriores. Este reglamento de la Ley de Servicio Militar dispone que el Servicio Activo de las Armas será cumplido por todo venezolano mayor de 21 a 45 años de edad en capacidad de llevar un arma a cuestas, durante tres años en tiempo de paz. En el mismo se reglamentan la inscripción, mostrando un modelo a copiar, la clasificación de la clase, las excepciones, detallando las absolutas por defecto físico (raquitismo, obesidad, enanismo, gigantismo, carencia de extremidad, cojera, desviación notable de la columna vertebral, carencia de dos o más dedos de la mano, etc.) y las absolutas por enfermedades incurables (ceguera total, sordera, mudez, lesiones cardíacas, ulceraciones, bocio voluminoso, hipertrofias, arteriosclerosis, hipertensión, parálisis general, lepra, epilepsia, corea, tumores, tuberculosis, asma crónica, carare, hernias, etc.), y el sorteo con detalle de un modelo de acta a levantar por la Junta y los registros militares175. Por otra parte, la Ley de Servicio Militar (1933) permitió que quedase abolido el sistema en práctica desde los primeros tiempos de la república, por medio del cual los Estados podían formar milicias armadas en caso de alteración del orden público176. En efecto, Emilio Fuente La Torraque afirma que "la nueva Ley dejó definitivamente establecido cuáles eran las autoridades militares, políticas y civiles que debían intervenir en el sorteo, llamamiento a fila, licenciamiento y paso a la reserva de los ciudadanos, dentro de las diversas situaciones que señalaba la Ley"177. En sí, las tres leyes (1919, 1926 y 1933) dejaron un legado al adaptar el fiero sistema de recluta forzosa a un moderno servicio militar obligatorio; a pesar de presentar sus dificultades, atrasos e inconvenientes generados en la población por parte de las autoridades, que aplicaban dicho llamado a servir a la patria. Este cuadro que describe el citado autor recoge la cosecha generada en materia de servicio militar sembrada por el gomecismo en los últimos años del régimen. Evidentemente el Ejército "fuerte" creado por su artífice
Ministerio de Relaciones Exteriores, Leyes y Decretos… pp. .227–230. Emilio Fuente La Torraque, Síntesis de la evolución histórica de las FF. AA. Venezolanas, p. 98. 177 Idem. 175 176
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principal, el General Gómez, sufre un proceso paulatino de debilitamiento: está basado directamente en la función de reprimir y aplacar brotes insurreccionales, favorecer a los grandes jefes del régimen, excluir a los oficiales profesionales de las altas jerarquías y satisfacer los intereses personales de los interesados en acumular grandes hectáreas de tierras, negocios y empresas.
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Capítulo IV Condiciones de vida del soldado durante el gomecismo
Notorios fueron los esfuerzos por mejorar la calidad del Ejercito Nacional, basado en las asignaciones de presupuesto destinadas al Ministerio de Guerra y Marina de 1908 a 1920. Paulatinamente este ministerio un aumento en sus asignaciones, en detrimento de los otros ministerios. El aporte monetario fortalece aún más los planes de llevar a una pequeña montonera mal armada a constituir poderoso ejército moderno con presencia nacional. Asevera Tomás Polanco Alcántara que el General Gómez "mantuvo un presupuesto de gasto para Guerra y Marina de cierta consideración con respecto al de otros ramos de la Administración: oscilaban entre diez y doce millones de bolívares, salvo en el año de 1914 cuando llegó a veinte millones"178. No sólo se mejora la calidad cuantitativa y cualitativa del Ejercito Nacional, traducido en la creación de un Academia Militar Naval, organización, armamento y mejores presupuestos. También mejora la condición paulatina del soldado común en comparación con sus similares del siglo XIX venezolano. Existía un cuadro de hombres de los soldados del llamado Ejercito Permanente: famélico, mal armado y carente de ciertos beneficios socioeconómico (paga sueldo, pensión) inherente a sus oficios de las armas. Ahora, en tiempos de Gómez, el soldado común mejorará paulatinamente su calidad de vida (tiempo se servicio, cuarteles, uniformes, sueldos y alimentación). 178
Tomás Polanco Alcántara, Juan Vicente Gómez: una aproximación a una biografía, p. 447.
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En este sentido, expresaba Victorino Márquez Bustillo que "la vida del soldado redimido de la precaria condición en que ante se hallaba, hasta llegar a constituir lo que es hoy: un elemento inteligente y culto de la existencia nacional"179. 4.1 La Tropa Un elemento primordial, esencial y de vital importancia en la conformación de un verdadero Ejército Nacional era la Tropa. Este recurso humano, según los Códigos Militares de 1923-1933, estaba conformado genéricamente por el soldado raso, el distinguido, los cabos (segundo y primero) y el último de mayor rango de las tropas, el sargento (segundoprimero). Este personal de tropa estaba distribuido en las fuerzas del Ejercito Activo Terrestre. Sus principales armas eran: La Infantería, Caballería, Artillería, y sus correspondientes servicios (Estado Mayor, Ingenieros, Tren, Aviación, Intendencia, Justicia, Militar, Sanidad, entre otros). En este sentido, unas de las armas que gozaba de mayor predilección por parte de General Gómez era la Infantería terrestre, en detrimento de otras armas o fuerzas, como el caso de la Marina de Guerra, que no recibió la dotación idónea. Tan sólo resalta la compra de un crucero procedente de la Guerra Hispano-norteamericano de 1898, llamado "Isla de Cuba", rebautizado después con el nombre de "Mariscal Sucre", y que quedó incorporado como buque insignia de la Armada gomecista180. Este detrimento es analizado por Angel Ziems de la forma siguiente: Dentro de la concepción del gomecismo es lógico que hombres de montaña y formado militarmente en la infantería, no confiaran en las otras armas, más modernas y efectivas en aquel momento. Rehusaron prepararse y preparar hombres de Caballería y Artillería. No desconocían a estas, la utilización eficientemente en la lucha contra los caudillos regionales pero ya consolidados los dejaron de un lado. Por tales razones, el grupo del poder de fuego y la organización militar gomecista descanso sobre la infantería. Las Brigadas y sus batallones correspondían a éstas.181 Victorino Márquez Bustillos, La Reforma Militar Venezolana, p. 2. José Giacopini Zárraga, "Juan Vicente Gómez militar" en Revista Resumen. Caracas, Volumen IX, No.100, Octubre 1975, pp. 46-51. 181 Angel Ziems, El Gomecismo…, p. 232. 179 180
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De ahí el interés primordial por fortalecer la infantería: el poder combatir los alzamientos o invasiones del viejo caudillaje que azotaron en gran medida al régimen gomecista. Al iniciarse los primeros años del gobierno gomecista, uno de los principales objetivos, expuestos con anterioridad, era el de mejorar la fuerza militar heterogénea heredada de Castro. Entre los objetivos estaba la conformación, configuración y puesta en marcha de Organismos Educativos Militares, para así formar a los cuadros de oficiales (generales, superiores y subalternos) y a las tropas en funciones inherentes a las armas. Consecuentemente, son creadas a partir de 1910, la Escuela Militar y Naval, la Escuela de Ingenieros de la Armada, la Escuela de Cabos de Mar, la de Cabos Cañoneros y Timoneles, la Aplicación Militar, de Clase y la de Oficiales de Tropa. En los mensajes que el General Gómez presentaba al Congreso Nacional en 1910, exponía su preocupación por "una adecuada organización del ejército en el territorio nacional, conforme a las circunstancias del país y las prescripciones legales, y de la eficiencia con que se atiende a la disciplina y al bienestar del soldado182. No obstante, los personajes del régimen establecían duplas antinómicas comparando las viejas montoneras del nuevo Ejercito Nacional creado por Gómez y otros artífices. En relación al soldado, decía el coronel Mc. Gill lo siguiente: … una simple horda de desalmado degradados por la servidumbre, ignorantes de todo otro deber que no fuese el obedecer a la consigna brutal de macheteros profesionales. ¡Cuánta diferencia entre aquel paria y el soldado de hoy, elevado a la dignidad de ciudadano armado, poseedor de todas las fuerzas que le constituyen en unidad consciente de un ejercito cuya organización técnica y cuya brillante disciplina son orgullo de las armas de la República y es guarda positiva del orden social y de las instituciones patrias!183
En el mismo orden de idea, acota Carlos Siso, funcionario público del régimen gomecista, lo siguiente: 182 Juan Vicente Gómez, "Mensaje que el General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República presenta al Congreso Nacional", en Historia de Venezuela narrada por sus altos Magistrados, 1907-1910, Caracas, Archivo Histórico de la Academia Nacional de la Historia, Tomo VIII, Volumen 30, p. 28. 183 Samuel Mc. Gill, Poliantea: memoria del coronel Mc. Gill, p. 88.
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Germán Guía La creación del Ejercito Nacional constituye una de las reformas más transcendentales del Gral. J. V. Gómez para garantizar la estabilidad de las instituciones patrias. La noble carrera de las armadas esta desprestigiada en Venezuela (siglo XIX), la condición del soldado era verdaderamente lastimosa, (…) cierto que aquel ejercito desorganizado, mal alimentado y peor vestido, sin instrucción militar ni estimulo de gloria,(…). Pero llego el General Juan Vicente Gómez al poder y al punto y por la amplitud de su criterio cambia la suerte del soldado y el espíritu del ejército.184
Esto es reflejado en la construcción de nuevos cuarteles, específicamente en la ciudad de Maracay, en el adiestramiento, la disciplina, la higiene, la alimentación, formación en las primeras letras, el vestuario, armamento, etc.185. Por consiguiente, hubo una preocupación de la oficialidad por crear manuales de instrucción, adiestramiento y formación del reciente recluta al nuevo soldado perteneciente a un cuerpo armado obediente y efectivo en sus funciones de defensa del gomecismo. Ahora el soldado gomecista era el ciudadano que serviría en las filas del Ejercito Activo, y por consiguiente requería preparación para la guerra, la defensa de la Nación y las instituciones del régimen186. El soldado raso, desde su llegada al servicio activo, se juramentaba bajo la "Promesa de La Fidelidad" ante La Bandera de La República, bajo la mirada sigilosa del jefe de Cuerpo, oficiales y clases. En dicho acto empleaban el siguiente juramento: "Soldado! ¿Prometéis a Dios y a la Patria, en presencia de la Bandera, defender las instituciones de la República hasta perder la vida y no marchar con delito de traición las armas que os confía?"187.
184 Carlos Siso, Discurso pronunciado el 19 de diciembre de 1934 por el Dr. Carlos Siso, Secretario General de Gobierno, en el acto de la inauguración del Cuartel Nacional de Barquisimeto, pp. 3-6. 185 Durante el régimen gomecista se elaboraron y, por ende, se editaron variados manuales de instrucción militar, específicamente de la Armada de la Infantería terrestre. Entre las predicciones de literatura militar, tenemos al Coronel Arturo Santana y su Manual del Soldado, publicado en 1916; al Coronel León Valles y la Ordenanza Militar ajustada a la prescripciones del código militar, editado para 1908 y por último al coronel Luís Bermúdez Bruzual con sus Nociones sobre Servicio Interno al Alcances de los Oficiales Sub-alternos y de las Tropas de infantería, lanzada para 1927. 186 Luís Bermúdez Bruzual, Nociones sobre servicios internos al alcance de los oficiales sub-alternos y de las tropas de infantería, p. 7. 187 Ibídem, p. 4.
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Llegado al cuartel, guarnición, fortaleza o unidades flotantes los primeros conscriptos o reclutas, los oficiales orientaran a sus subalternosen el arreglo personal, higiene y vestuario. También, en la adquisición de los principios de la subordinación ante una jerarquía inmediata o superior. Recibían una instrucción primordial, basada en la presentación al superior, el manejo diario en el cuartel, la conducta en el comedor, el dormitorio y un poco de jurisprudencia enfocada en el Código Militar Vigente. En este mismo orden, el soldado efectuaba marchas (viajes o de guerra) con una serie de indicaciones y prohibiciones. El manejo, cuidado y uso del fusil era un elemento muy importante en la instrucción militar del soldado. "Tu fusil es tu compañero inseparable, tu amigo, tu hermano; en la guerra es el fiel defensor de tu vida y el más firme instrumento de victoria."188. Este mencionado recetario pensamos que era de utilidad práctica en cada individuo armado. El modelo de fusil utilizado con mayor preponderancia en el seno del Ejercito Nacional gomecista, fue el Máuser, fabricación alemana, tipo 71/84. La crítica sostiene que era un viejo fusil, pasado de moda para la época, a finales de 1914189. Entre los defectos del fusil estaban: el uso de municiones dañadas, el entrabado de su mecanismo de disparo, la facilidad con que se dañaban, además del uso una bayoneta (varios modelos) de mala calidad. Aparte del fusil individual, los soldados recibían una dotación de uniformes. En tiempos pasados no existían como tal los uniformes, aunque los códigos militares anteriores hacían mención a este aspecto en la infantería. Afirma Márquez Bustillos "que antes no existía el uniforme sino en los documentos oficiales pues sólo la oficialidad recibía alguna atención, dejando a la tropa en el estado de abandono más absoluto"190. No obstante, el Ministerio de Guerra y Marina, a través de la Dirección de Guerra, crea la Sección de Vestuario y Equipos del Ejército, con el objetivo principal de mantener y proveer de uniformes y equipos.
Arturo Santana, Manual del Soldado, p. 49. Carlos Pérez Jurado, Gómez gomecismo y Ejercito Nacional, p. 22. Refiere el autor que el viejo Máuser 71/84 fue adquirido en 1884 y su uso se prolongaría hasta el año 1935. Tenía una capacidad de tiro de 6 a 7 disparos, una llave de cerrojo y se parecía a una caña de pescar. 190 Victorino Márquez Bustillos, Ob.Cit., p. 47. 188 189
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Inclusive se elaboran Reglamentos de Uniformes que varían según las circunstancias de la época gomecista. Por lo tanto, al soldado raso se dotaba inicialmente de un fusil Máuser, 30 capsulas, una bayoneta, una cartuchera, un correaje, unos tahalíes, un vericues, un porta fusil, un tapa boca, dos gorras, tres cobijas, 2 a 3 vestuarios tipo kaky, un plato, una cuchara y una taza. También se dotó al personal de tropa de un uniforme de faena, de color gris verdoso y alpargatas que más tarde serán sustituidas por las botas militares para mejorar la marcha del soldado en combate191. En relación a las mejoras socio-económicas y educativas de las tropas, el General Juan Vicente Gómez hizo grandes esfuerzos por mejorar la paga de sueldo, la alimentación y la formación educativa básica de los innumerables soldados analfabetas que prestaban servicio activo. Los Códigos Militares de 1873 y 1903, establecieron una escala salarial a la tropa, basada en un primer momento (1873) en un sobre sueldo de seis (6) pesos al soldado raso y de nueve con sesenta y cinco céntimos para el Sargento Primero que permaneciera los cuatro (4) años de servicios activo, y los voluntarios dos años más. En segundo lugar (1903), el soldado recibía dos (2) bolívares diarios y el sargento primero tres con cincuenta céntimos Bs. (3,50). De la ración expuesta, la tropa pagaba su alimentación. Por ultimo, la ración diaria era gratuita en tiempo de campaña192. En parte el soldado recibía un pago diario de dos bolívares, además recibía el alojamiento, equipo individual, vestuario y asistencia médica en los pocos hospitales militares. En una comunicación escrita enviada por el Ministro de Guerra y Marina, Jiménez Rebolledo, al general Gómez, éste le aporta datos sobre la paga que recibía el soldado, siendo de dos bolívares193. A partir de 1913 se publicó el Reglamento Nº 9, referido a la alimentación del personal militar de tropa. Pérez Tenreiro describe en qué consistía la dieta del soldado: "El almuerzo se puede componer de hervido,
Tomas Pérez Tenreiro, Los Presidentes de Venezuela y su actuación Militar, p. 189. Antonio García Ponce, Ob. Cit., pp. 510-511. 193 Héctor Acosta, "Carlos Jiménez Rebolledo", en Los Hombre del Benemérito, Tomo II, p. 55. Dicha carta explica las acciones diagnosticas del Departamento de Guerra de los Estados Unidos para sincerar datos relativos al funcionamiento del Ejercito Nacional para 1921. 191 192
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mondongo, hoyeta, sopas de verduras, caraotas, plátanos arroz, macarrones, café o guarapo, pan, etc."194. La comida diaria en las instalaciones militares del régimen era dosificada, según la orden general para cada individuo de tropa. La orden general para la Inspectoría General del Ejército, imponía el menú del desayuno y el almuerzo, compuesto de la siguiente manera: café, caraotas y un pan isleño grande (desayuno), hervido, carne, papa guisada, arroz, pan, arepa y guarapo, (almuerzo)195. No obstante, la realidad se distanciaba de los propuestos en las Órdenes Generales. La falta de pago o la insuficiencia del mismo generaba en la tropa continuo malestar. Esta anomalía se manifestaba con acto de insubordinación, fuga, y arresto por parte de la tropa a la oficialidad, muchas de ellas solventada por la mano dura de la oficialidad que imponían fuertes castigos por las malas acciones mencionadas. Más adelante, critica el coronel Mc. Gill (uno de los principales artífices del Ejercito Nacional gomecista) que "vuestra tropa, hambreada por lo escaso y lo malo de la ración que os da, macilenta por la mala alimentación y la falta de asistencia sanitaria oportuna…"196. En relación a las instalaciones militares, en especial a los cuarteles, mejoran la calidad y funcionalidad adoptada a un ejército moderno. Se mejoran los dormitorios (cama-literas, lencería, ventilación) y baños colectivos, dejando atrás las viejas casas fortificaciones, a pesar de que los cambios fueron muy lentos, pero lograron desplazar a los viejos cuarteles. La vida en los cuarteles antes de la llegada de Gómez era extremadamente pavorosa, afirma Márquez Bustillos: "quién osara vivir cerca de un cuartel, se exponía a oír a todas horas las groseras expresiones de la soldadesca que merodeaba en los contornos, o bien a ser víctimas de atropellos muy naturales en gentes no dadas a la disciplina, desprovista de buenas maneras, pero en cambio entregadas a la licencia y propensas a las sublevaciones"197. Tomás Pérez Terneiro, El general López Contreras y las fuerzas armadas, s/p. Archivo del Ministerio de la Defensa, Orden General de la Inspectoría General del Ejercito, Caracas, 1914. 196 Samuel Mc. Gill. "Manifiesto contra la dictadura gomecista. Dirigido a los comerciantes, a los obreros y los campesinos y al ejercito 1928", en Colección del Pensamiento Político Venezolano del siglo XX. La oposición a la dictadura gomecista, Nº. 10, p.164. 197 Victorino Márquez Bustillos, Ob. Cit., p. 44. 194 195
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Sin embargo, los intereses del general Gómez por mejorar la calidad y de crear instalaciones militares tuvieron el objetivo de fortalecer el centralismo militar, traducido esto como la posibilidad de fortalecer militarmente a Caracas y a Maracay, con un especial énfasis en la última ciudad. Maracay se convierte durante el gomecismo en una ciudad militar. La mayoría de las armas (especial; infantería con tres o cuatro Brigadas) y servicio. Evidentemente, Maracay representa el "corazón" geográfico y estratégico de Venezuela, a pesar de la importancia relativa de Barquisimeto, Maracaibo, Cumaná y San Cristóbal, que sólo fueron utilizadas con cierta relevancia. Siendo, Maracay la de mayor importancia, por ende, la red de telegráfica estaba situada en la misma para reforzar el control efectivo de Venezuela198. Otro aspecto que no se escapó al general Gómez en su interés peculiar por mejorar, (no sólo en el armamento, paga, vestuarios, cuarteles y alimentación de la tropa), fue la creación de una escuela elemental en cada batallón, para formar al soldado analfabeta y de gran proporción en el ejercito gomecista, en aspectos relacionados en la lectura y la escritura básica. De acuerdo a la Revista del Ejército. Marina y Aeronáutica, "en 1920 fue creada una escuela primaria en cada batallón a cargo de un preceptor para que los conscriptos que salieron de las filas supieran leer y escribir"199. Era su objetivo el instruir con una formación básica, comprendiendo nociones de lectura, escritura y operaciones aritméticas a los soldados, clases y oficiales analfabetos, cónsono con la noción conceptual de un verdadero Ejército moderno, fortaleciendo no solo al soldado con una instrucción militar, sino también con una herramienta elemental de la vida para poder defenderse cuando retornara de nuevo al mundo civil. Con el pasar del tiempo el servicio de preceptores fue eliminado por disposición del régimen. Eliminados por un decreto para el año 1932 los batallones o regimientos no contarían con preceptores civiles dedicados a la dedicación básica de la tropa200.
Ziems, El Gomecismo …, p. 159. Coronel M. H. López Méndez, Revista del Ejercito, Marina y Aeronáutica, Año III, Nº32, 1933, p. 776. 200 Ziems, El Gomecismo…, p. 198. 198 199
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En sumatoria, se destacan (al menos en teoría) los intentos del General Juan Vicente Gómez por mejorar la calidad del Ejército Nacional. Eso es patente en su interés tangible por robustecer el armamento (las ametralladoras que aparecen tardíamente, Hotckiss 14-18, entre otras armas de repetición rápida, que serán alojadas como objeto de museo en los parques de armamento del régimen), el equipo individual y la verdadera instrucción militar; para así, romper con la usanza tradicional de un aparato militar mal armado característico de la Venezuela decimonónica. De ahí, el interés en sus primeros años de gobierno por mejorar cabalmente el Ejército Nacional Rehabilitador en ciertos aspectos (Armas y Servicios), para mantenerse en el poder central y edificar la figura de un caudillo fuerte, a pesar de la crítica por parte de la oposición al régimen que menospreciaba los alcances modernizadores de Gómez al Ejército venezolano. Podemos decir, a través de las fuentes analizadas, que el gobierno dictatorial mejoró en cierto modo el pasaje de vida que hacía el conscripto hasta que era reemplazado. Esas mejoras, se traducían en una mejor instrucción, armamento individual, uniformes (sólo utilizados en Parada Militar), sueldo, alimentación y formación rudimentaria en las primeras letras y aritmética. 4.2. Los Castigos Los castigos corporales eran el instrumento de obediencia manejado con soltura por la oficialidad de los cuadros militares del pasado siglo XIX. El pasar del tiempo suaviza los castigos que inclusive van desapareciendo. El Código Militar de 1873 establece los castigos corporales, pero bajo ciertas condiciones: prohibía los tormentos aplicados a la tropa. Entre los castigos más comunes estaban: la mordaza, el tramojo, el cepo, el látigo, las carreras de baquetas y otros sometimientos corporales201. Este tipo de correctivos eran comunes en los cuarteles caraqueños del Mamey, el Hoyo, el Cuño, Palo Grande, la Quebradita, San Carlos, Miraflores, la Planta, Villa Zoila, y otras viejas fortificaciones coloniales. También se aplicó en las unidades flotantes de la Marina de Guerra, que eran vistos como centros de corrección de conducta humana, inclusive se 201
Antonio García Ponce, Ob. Cit., p.518
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amedrentaba a los individuos de mal comportamiento o de mal vivir, llevándolos a los temibles cuarteles para que amoldaran su conducta ante la sociedad del momento. El castigo podía ser aplicado por todos los superiores inmediatos a su subalterno, sea cual fuese el arma o jerarquía. Señala Bruzual Bermúdez que los castigos son "muy frecuentes en nuestros cuarteles imponer castigos por leves faltas"202. Anota más adelante, que "la cuestión no es castigar sino corregir la mala conducta o falta de obediencia. Debe estimularse con mayor arraigo en el ejército los consejos a los que comentar falta y recompensar a los de buena conducta dentro y fuera del cuartel".203 Por lo tanto, los intentos de humanizar el trato del oficial con la tropa son manifestados en el citado Manual de Nociones de Servicio Interno. En contraste a lo planteado, la concepción común con respecto al servicio activo era de otra consideración. La gente tenía pavor al ser reclutado, los que volvían, después de cumplir el servicio activo, morían en casa. Al parecer, el trato que se le daba al conscripto o al soldado era muy bárbaro: recibían castigos corporales bestiales. A causa de las graves lesiones orgánicas, muchos regresaban enfermos o malogrados por la oficialidad. De ahí, expandían como eco difusor los malos tratos recibidos, traducidos en paliza, limitación en la ración alimenticia y demás desmanes contra la tropa204. Los castigos se aplicaban por la comisión de faltas graves, entre las más mencionadas estaban la indisciplina, incumplimiento de los deberes en el cuartel, intentos de deserción, extralimitación de la licencia, no obediencia, abandono de guardia y el consumo deliberado de alcohol fuera o dentro del servicio. Las mencionadas faltas recibían un castigo para sentar en el servicio activo la disciplina y la obediencia. Estas debían ser aprobadas por el jefe de cuerpo y asentarlo por escrito en el llamado libro de castigos. Estos castigos podían ser disciplinarios o arrestos (simple, medio y severo). Los casos de deserciones del servicio activo eran muy frecuentes, debido a las consecuencias generadas por los malos tratos de la oficialidad a la tropa. Como se dijo anteriormente, los abusos en el tiempo de servicio Ob. Cit, p. 57. Idem. 204 Entrevista citada al Ingeniero Armando Longart. 202 203
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(malos tratos y condiciones inhumanas) propiciaban las fugas del servicio activo. Para evitar las continuas deserciones había que evitarlo o por lo menos, reducir los intentos. Las autoridades militares hacían efectivos los castigos ejemplares a la tropa, en especial al soldado que intentaba desertar. Aunado a esto, el abandono del servicio o la guardia serían castigados con prisión de 1 a 5 años y los desertores serían castigados por 2 a 6 años205. Por consiguiente, muchos hombres fueron dados de baja por mostrar la mala conducta. Una orden general dice textualmente: "ha sido dado de baja en el Batallón 13 de Abril, el Alférez Juan Mayor, que pertenece a la 4ª compañía del expresado Batallón, porque además de observar mala conducta y reincidente en faltas que le han sido castigadas, es inepto para servicio"206. Otra falta frecuente que generaba un castigo, era el consumo de alcohol por parte de la tropa. La embriaguez ocasional sería castigada por los superiores de una manera correccional. Si reincidían en varias ocasiones sería catalogado como delito militar y castigado con prisión en un año en el calabozo del cuartel o fortaleza207. El alcohol en los cuarteles era el perfecto vehículo para que la tropa (o inclusive la oficialidad) cometiera actos delictivos y destruya la moral y los buenos hábitos del soldado. De ahí, los principios morales emanados por el Coronel Santana para blindar al soldado de una voluntad férrea ante el pecaminoso licor. En este orden de ideas, muchos del personal militar fueron degradados de su jerarquía por el consumo deliberado del alcohol. Tenemos el caso particular del Sargento Primero Andrés González, que fue degradado a Soldado Raso, por la falta grave, de embriaguez continuada. Inclusive fue pasado del Batallón Urdaneta al Victoria en su degradado rango208.
205 Código Militar de 1923, pp. 118-119. Muchos de los casos de deserciones fueron ventiladas en el capítulo anterior de este trabajo monográfico. 206 Archivo del Ministerio de la Defensa, Orden General del 10 de Noviembre de 1909, p. 269. 207 Arturo Santana, Ob. Cit., p. 70. Inclusive hace una apología del consumo desmedido de alcohol (sea ron, brandi o cucuy) en la tropa y la oficialidad. Basado en los prejuicios sociales de un hombre de familia alcohólico, pérdida de la dignidad y otros aforismos relacionados a la higiene y la moral. 208 Ministerio de la Defensa, Orden General, 1909, p. 266.
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Por consiguiente, tenemos que los castigos no desaparecieron durante la formación del Ejército Nacional gomecista. No obstante, lo visto por las fuentes consultadas hacen detallar que el castigo corporal, utilizado con anterioridad para tranquilizar o suavizar a la tropa, comienza, paso a paso, a desecharse como castigo infamante a la humanidad del soldado209. Es decir, los castigos corpóreos a la tropa del Ejército Nacional se suavizan como aliciente modernizador impuesto por las directrices conceptuales de un verdadero Ejército moderno. Se mantienen los castigos disciplinarios y los arrestos en la cuadra, cuartel o calabozo. Mantener la disciplina, obediencia y marcialidad eran objetivos de espíritu innovador llevados a cabo por el General Gómez para dejar en el pasado las viejas montoneras indisciplinadas, e instaurar un Ejército de presencia nacional obediente y disciplinado a su designio dictatorial. 4.3. Uso y abuso del soldado Al momento de ser reclutado o presentarse voluntariamente el conscripto recibía una instrucción y adiestramiento militar adaptado al momento vivido. El soldado como tal recibía una formación para el servicio exclusivo de las armas, la obediencia y la no deliberancia. En mucho de los casos la tropa era destinada a labores no pertinentes a las armas. No obstante, el uso del soldado en labores con correspondiente al servicio activo era muy corriente y cotidiano, por parte, de la oficialidad hacia a la tropa. Un ejemplo de ello se tiene en el General Alejandro Ibarra, Comandante de Armas de Caracas y figura principal del Ministerio de Guerra y Marina, el cual tenía por costumbre, en su casa de Conde a Piñango, utilizar a los "soldados como sirvientes: José del Carmen Martínez, que se convirtió en cochero de la familia, (…) Félix Solórzano, Sargento 1ero, que era portero y mensajero; Raimundo, un soldado raso, que hacia de todo"210. Sin embargo, el soldado podía percibir una mejor remuneración, además de un oficio útil que no aprendía en el cuartel, más adelante utilizado en la vida ordinaria cuando algún día tuviera su baja del servicio activo211. Mario Martínez Polanco, Apuntes para la historia del Ejército venezolano, p. 56. Antonio García Ponce, "Algunos aspectos… , p. 512. 211 Ibídem, p. 513 209
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Sostienen la mayoría de fuentes consultadas, que gran parte de los soldados en tiempos de Gómez eran utilizados en labores no inherentes al oficio de las armas. Muchos eran empleados en la construcción de carreteras o en las faenas agrícolas de haciendas y hatos de los personeros de la dictadura. 4.3.1 Las Carreteras La política de carretera implementada por el régimen gomecista, respondía a los fundamentos históricos de la doctrina positivista y los postulados de orden y progreso. Las carreteras (tipo macadán, concreto y asfalto) son parte del proceso centralista llevado a cabo por el General Gómez, para así facilitar la movilización del ejército y acercar las regiones (Los Andes y el Centro) del país. El desarrollo de la vialidad terrestre por parte del gobierno respondía a los parámetros impuestos por el capitalismo mundial en plena ebullición.212 En refuerzo a lo planteado, José Alberto Olivar sostiene lo siguiente: Efectivamente la red de carreteras inauguradas en el contexto de las regiones del Centro y Occidente del país, permitió ampliar los nexos comunicacionales de hasta entonces recónditos espacios geográficos que por su trayectoria estratégica desde el punto de vista político y militar, constituían el entorno medular alrededor del cual giraban las actividades fundamentales del gomecismo. De manera particular el eje MaracayCaracas, el cual se constituyó en el punto nodal de las vías carreteras en ejecución.213
La política de carretera ejecutada por el gomecismo fue ejecutada gracias al flujo de los tributos internos en un primer momento, luego gracias al impacto económico generado por la explotación petrolera. A medida que el régimen gomecista se consolida en el poder central, el Ejército Nacional Rehabilitador pasaba en parte a cumplir funciones de fuerza de trabajo en las construcciones de tramos carreteros patrocinados por el régimen.
Egla J. Delgado, "Gómez: construcción de carreteras en Venezuela, 1908-1935", en 1ra Jornada de Investigación histórica, p. 95. 213 José Alberto Olivar, Caminos y Carreteras en Venezuela, p. 124. 212
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De este planteamiento surge la necesidad de emplear a la tropa como contingente laboral, junto a los presos en las obras públicas como carreteras, calles, edificios públicos y otros. El uso de tropa en tareas no pertinentes al servicio militar, correspondía a la estrategia de darle obligaciones en las obras públicas, para no mantener ociosos en los cuarteles o fortalezas214. De esta manera se evitaron las sublevaciones o el estallido de insurrecciones armadas provenientes del mismo seno del Ejército gomecista. Asimismo, su puesta en práctica data de la época de Cipriano Castro, donde los militares eran incluidos en los trabajos de construcción, control y supervisión de obras. De allí, surge la expresión popular "coroneles de carreteras". Estos hombres abandonaban las labores propias del campo para obtener un empleo y no regresar a su antiguo oficio, y se hacían denominar coroneles. Durante el gomecismo, este proceso se acentúa con mayor fuerza, para así darle una ocupación al Ejército en un oficio útil215. La función de los llamados "coroneles de carreteras" era la supervisión de carreteras en su jurisdicción militar, correspondiéndole la ejecución, administración y vigilancia de los trabajadores, bajo la supervisión de un ingeniero, aún cuando la mayoría de ellos desconocían "el nivel técnico" en la construcción de carreteras216. El soldado en alpargata era utilizado como mano de obra en la tarea de construcción de carreteras en los primeros años del gomecismo. Entre oficiales y la tropa no recibían un pago digno por el jornal cumplido, pues este trabajo era considerado cumplir con el servicio militar activo. Esta situación propició que la mayoría de los llamados coroneles aumentaran progresivamente su propio peculio a través de los presupuestos asignados por el Ministerio de Obras Públicas y otros entes217. Más adelante, cuando el gobierno dictatorial recrudeció sus acciones contra la oposición política, empezó a utilizar a los presos políticos y comunes en estas faenas. En este caso los soldados se dedicarían a vigilar tajantemente a los nuevos obreros. Eduardo Arcila Farías, Centenario del Ministerio de Obras Públicas, 1874-1974. p. 188. Henry Walg Grunberg, Ejército, Armas, Carreteras y autos como elementos para la consolidación del gomecismo, pp. 6-7. 216 Ziems, "Un ejército de …", p. 162. 217 Ziems, Ob. Cit., p. 162. 214 215
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Mediante la utilización de un basamento jurídico218, la construcción de carreteras comienza a tener una institucionalización. Comienza a aplicarse la Ley de Tareas, para obligar a los individuos a contribuir en el desarrollo de carreteras. Dicha Ley de Tarea fue criticada por establecer la obligación a los trabajadores del campo a contribuir con el producto de su trabajo, sin remuneración alguna, durante dos días de la semana. Cada entidad federal tenía la facultad de elaborar su particular Ley de Servicio de Tarea. Un ejemplo de este tipo de legislaciones se tiene en la Ley que organiza el Servicio de Tareas para caminos vecinales y conservación de carreteras aprobada por la Asamblea Legislativa del Estado Aragua. Dicha Ley obligaba a todo hombre mayor de 21 años y residente de la entidad a cumplir con el trabajo en las tareas de mejora en calles, carreteras u otras obras de interés público, aquellos que se negasen serían castigados con multas219. De acuerdo con lo planteado, tenemos que el sistema de articulación vial llevado a cabo por el gobierno gomecista, respondía al interés de robustecerse en el poder central, edificar el aparato político-militar y acercar las regiones para sentar las verdaderas bases de un proyecto nacional. El soldado gomecista fue utilizado como mano de obra no remunerada por el régimen en la construcción de tramos carreteros. Su uso como objeto de trabajo correspondía con el pago de servicio militar activo. Así se evitaba que soldados y oficiales ociosos en cuarteles fueran causantes de motines y sublevaciones que podían alterar el orden establecido por el régimen. 4.3.2. Haciendas y Hatos El régimen gomecista se caracterizó a lo largo de sus 27 años por el uso latifundista de la tierra. La propiedad territorial ha pasado de mano 218 La construcción de carreteras estuvo signada por ciertos instrumentos normativos que el gomecismo aplicó Tiene su génesis en el Decreto del 24 de Junio de 1910 vinculado a la construcción de carreteras centrales del país. Ver Egla J. Delgado, Ob. Cit., p. 105. Más adelante, se agrega: Decreto Reglamentario de obras públicas (1909); Resolución de la Sala Técnica del M.O.P (1909); Regla para la Ejecución y conservación de Carreteras (1913); Decreto Reglamentario del Tráfico de Carretera (1915) y la Ley de Régimen Penitenciario (1915). 219 Asamblea Legislativa del Estado Aragua, "Ley que organiza el servicio de tareas para caminos vecinales y conservación de carreteras". Maracay, Imprenta del Estado, 1922, pp. 3-5
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en mano desde la administración colonial española. Primero fueron de la minoría agraria dominante, después pasaron a la tenencia gran latifundista de José Antonio Páez, hasta llegar al General Gómez. Cuando Gómez asume el poder central, ya era un hombre que poseía una considerable fortuna. Su pasión como hombre de campo era la adquisición legal o no de la tierra. Agregan José Pareja y Paz Soldán, que la "mayor parte de su riqueza estaba en la tierra, tenían la pasión incontrolada y morbosa de poseer haciendas, muchas, todas las que pudiera, extendidas en todas las regiones del país"220. Los bienes de Gómez, distribuidos mayormente en casas, haciendas, potreros y hatos, se encontraban distribuidos geográficamente en el Distrito Federal, Apure, Bolívar, Carabobo, Cojedes, Monagas, Miranda, Táchira, Sucre, Yaracuy. Y una de su mayor predilección y dónde se encontraba la mayor parte de sus bienes eran el Estado Aragua221. Entre las ventajas estratégica-militar que poseía el estado Aragua se consideraba la destacada fertilidad de los suelo de la región. Es decir, una capacidad incomparable para el cultivo agrícola y la cría de ganado. Tanto fue la fijación de Gómez por Aragua que pasó a ser su lugar de residencia. En apoyo al planteamiento, dice Moisés Morón que a pesar de su compulsiva terrofagía, él no manifestó interés por obtener unidades de producción de larga data (Marqués Casa de León, Páez, Guzmán Blanco), el dictador "selecciona y se apropia de aquellas tierras que por su ubicación geográfica, que se traduce en importancia geo-económica dentro de su marco-circuito económico"222. Entre las haciendas de mayor resonancia que poseía el dictador, estaban: la hacienda "Santa Rosa", "Guayabita", "El Limón", "El Trompillo", entre otras no mencionadas. Mientras que los hatos más sonados son: "La Candelaria", "La Guanota", "Arauquita", "El Caimán", "Santa Rosa", "Flor Amarilla", "Corocito", "Flores Moradas", "El Arbolito", etc223. Como puede apreciarse, el General Gómez se concentró en acumular tierras y propiedades. También era dueño de concesiones José Pareja y Paz Soldán, Juan Vicente Gómez: un fenómeno telúrico, p. 51. Crisalida Dupuy, Propiedades del General Juan Vicente Gómez, 1901-1935, p. 9. 222 Moisés Morón, Gomecismo: Tierra, Petróleo y Clase obrera sus expresiones en el Estado Monagas, p. 36. 223 Crisalida Dupuy, Ob. Cit, p. 8. 220 221
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petroleras, ingenio de azúcar, fábricas de papel, aceites, telares, mataderos, lactuarios, salinas, etc. Su fortuna personal superaba los Cien Millones de Bolívares (Bs. 100.000.000,00), una cantidad fabulosa para la época. Para poner en marcha productiva la gran cantidad de haciendas, hatos y potreros que poseía el General Gómez, debió emplearse a la tropa y a la oficialidad del Ejército Nacional activo utilizado como mano de obra gratuita, sin ninguna remuneración, y parte de este trabajo cumplía con los deberes del servicio militar obligatorio. Por otra parte, no sólo se empleó a la tropa en las labores agrícolas, también utilizaron a los oficiales para dirigir la plena ejecución de las labores del campo. Así, se fomentó la rentabilidad y productividad de hacienda, hatos y potreros de Gómez y su camarilla. En refuerzo, sostiene Gerardo Suárez, que "los oficiales se les confiaban la realización de faenas agrícolas"224. No sólo el soldado sufría con alejarse forzadamente de su entorno social por la temible recluta, sino que también era sometido a absurdos regimenes de trabajo: mitad soldado, mitad agricultor, obligado a trabajar en las haciendas de Gómez 225. Debido a esto surgió un testimonio relacionado con la recluta forzosa: A mi reclutó una comisión… y me llevaron a jalá escardilla pa´l trompillo…por allá por Aragua o Carabobo… no recuerdo… a otros se los llevaron de aquí pa´ uniformarlos al ejército… te lo juro por es cruz…era un gobierno bien arbitrario.226
La vida de un soldado en haciendas, hatos y potreros no era de excelentes condiciones. La tropa era sometida a una alimentación precaria, basada en un plato escaso de caraotas negras, casabe y un vaso de guarapo de papelón. Además, no se ofrecía una atención médica idónea, ni mucho menos sanitaria para evitar el avance de la disentería y el paludismo que diezmaba a los hombres del campo227. Santiago Gerardo Suárez, El Régimen de López Contreras, p. 67. José Fabiani Ruiz, Latifundio, p. 164. 226 "27 opiniones sobre el General Gómez" en Revista Resumen, Caracas, Vol. IX, Nº 100, octubre 1975, pp. 62-63; p. 62. son variados testimonios hechos a hombres comunes que vivieron el gomecismo. Entre ellos un policía, soldado, un funcionario, un oficial militar, etc. 227 "Manifiesto contra la dictadura gomecista dirigido a los comerciantes, a los obreros y campesinos y al ejército en 1928" en Colección del pensamiento político venezolano del siglo XX. La oposición a la dictadura gomecista, Nº 10, p. 164. 224 225
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La explotación petrolera viene a ser la estocada final al modelo agro-exportador implantado desde el período de dominio colonial. La nación cambia su dinámica económica condicionada por los agentes externos de lo agrícola a lo petrolero. Bajo esta gran condicionante, el campesino comienza su éxodo a las ciudades articuladas en crecimiento, fomentando: por la recluta forzosa, el petróleo y su atractivo, obras públicas y el trabajo generado en las incipientes ciudades228. El General Gómez utilizó el componente militar para su enriquecimiento personal, por ende, de su camarilla acompañante: hermanos, primos y amigos políticos.
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Luis Cordero Velásquez, Gómez y las Fuerzas Vivas, p. 118.
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Conclusiones
Desde la antigüedad, las culturas occidentales (egipcios, mesopotámicos, griegos, macedonios, etc) han planteado la idea de formar a partos militares para conquistar, expandir y colonizar nuevos territorios. De ahí, perfeccionar y constantemente adiestrar sus unidades militares al comprar de la batalla. Ese perfeccionamiento deriva en la necesidad de crear verdadera unidades de guerreo, basadas en la captación, selección y adiestramiento del reclutado para convertirlo en una verdadera máquina articulada de guerra. La Antigua Roma mejora aún más la prestancia del servicio militar armado, basado en su originaria milicia ciudadana, donde "todo ciudadano es soldado, todo soldado es ciudadano". Estableciendo los parámetros básicos del binomio soldadociudadano, que servirán de baje a la reglamentación de deberes y derechos del soldado. Esto se traduce: en la paga de un sueldo, sufragio de gastos personales, armamento, vestuario, equipo por parte de la institución armada que lo ampara. El pasar del tiempo no es en vano, los aparatos militares occidentales evolucionan, mejorando su funcionalidad, operatividad, armamento y sus variantes de reclutamiento. Se establecen las levas o el sistema de enganche a la población común que viene a ser la resultante de captación principal de hombres para engrosar las filas activas del aparato militar. España, dueña del nuevo mundo avistado por los expedicionarios de finales del siglo XV, transitaba hacia la formación de un Estado Nacional,
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unificado en su geografía, gobierno y costumbres. La expansión ultramarina genera usufructos a la reciente Corona de Castilla. Para robustecer la expansión allende sus fronteras tradicionales, la Corona Española decide institucionalizar a su ejército. Este aparato militar es extrapolado a las Indias con la implementación de la figura del capitán-conquistador y su suerte guerrera afanadora de beneficios socio-económicos en las nuevas tierras conquistadas. Consolidada la conquista violenta en nombre de la Cruz Católica y los Reyes de España, comienza a forjarse el proceso colonizador de las nuevas tierras arrebatadas al originario. Las autoridades coloniales imponen la obligación de llevar armas a todos los vecinos, y al encomendero las labores de aplicar la razia de reclutamiento. Esta causa es generada por el efecto de formar individuo armados para la defensa costera de piratas y corsarios al servicio de coronas beligerantes con España. Por ende frenar los avances imperialistas de Inglaterra, Francia y Holanda ante las posesiones coloniales vulnerables ante precisiones armadas de las mencionadas naciones. Ante los avances económicos de finales del siglo XVIII en Venezuela, se impone la necesidad de edificar numerosas fortificaciones, artillería de costa y compañías supernumerarias de infantería. En relación al último aspecto se inicia un proceso de aperturas a pesar de las restricciones de Leyes de Casta. La formación de compañía de infantería tiene su origen en la mezcla forzada de casta. Los blancos proceden de la península y sus descendientes inmediatos, los criollos, manejan la formación, captación y adiestramiento de batallones o compañías de milicias (compuestos por pardos, cuarterones, mulatos, morenos y negros). Así, progresivamente, aumentaba el número de individuos y la defensa colonial se robustecía. Sin embargo, la apertura de la mezcla de casta tenía ciertas restricciones para evitar que ese número de efectivos formados militarmente se rebelasen contra la autoridad colonial. El aparato militar colonial poco a poco fortalecía su presencia en el territorio. Ese fortalecimiento militar descasaba por los intentos de transformación incorporada por Carlos III (1759-1788), mediante diferentes reglamentos, cédulas y otros instrumentos de carácter jurídicomilitar. En este sentido, destaca la Ordenanza de Ejército para su Régimen, Subordinación y Servicio emanada el 22 de octubre de 1768.
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Con el correr del tiempo, las milicias fueron aumentando en la provincia de Venezuela, organizadas según el color de la piel, posición y el status social, lo cual trae como consecuencia lamentable el odio de castas entre los grupos sociales existentes en la colonia. El reclutamiento de individuos de tropa y de los milicianos a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX estaba basado en un método fijo, asignando una cuota fija por provincia. Estos eran sometidos a una selección visual para asegurar su disponibilidad y robustez al duro servicio de las armas. Venezuela, al declararse independiente del dominio colonial español necesitaba contar con un cuerpo militar obediente al nuevo orden político. Este aparato estaría formado por un sistema de milicia con ciertos rasgos coloniales. En 1811 se dicta un decreto relacionado con el alistamiento general de la población. La Guerra Independentista desploma la ejecución del reclutamiento para la formación de batallones de infantería, en ellos muchos desertaba por los conflictos raciales de casta, situación lamentable, retomada por el bando realista. Las reivindicaciones son utilizadas como principal atractivo para engrosar filas realistas con pardos, negros e indios. Cada bando en conflicto tenía su forma de reclutar. La inclusión de los excluidos de la colonia fortaleció a los realistas, ocasionando grandes estragos en los republicanos. La formación del Ejército Libertador produjo cambios favorables a los republicanos a partir de 1816, debido a variadas circunstancias. Estado mayor, adiestrado y disciplinado. Los éxitos acumulado por el Ejército Libertador culmina con los laureles de la Independencia definitiva de Venezuela en Carabobo (1821). Este Ejército traspasa sus fronteras originarias y participa en campaña militares en Boyacá (1819), Pichincha (1822), Junín y Ayacucho (1824). A partir de la conformación geo-territorial de la Colombia Grande de Bolívar, el Ejército Expedicionario Libertador comienza paulatinamente a ser desmantelado en su funcionalidad. Finalizadas las Guerras Independentistas el grueso del ejecito es desmantelado en parte debido a su costo de operatividad y mantenimiento dentro de las grandes distancias de la Unión Grancolombina. A pesar de esto, se emite un decreto de reclutamiento general, utilizando la temible leva para elevar la cuota de conscriptos. Las condiciones de decadencia del glosario ejército, hace acrecentar, las deserciones del personal de tropa arreciada por la falta de pago, no había provisiones,
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enfermedades entre otros aspectos negativos del servicio activo grancolombiano. Al producirse la desintegración de Colombia en 1830, muchas de las tropas y oficiales regresan a su patria de origen. El poder civil dominante, apoyado en principios liberales de sumisión de lo militar al tutelaje civil, produce una reducción del ejército. En efecto, la Fuerza armada quedo organizada así: Ejécito Permanente no numeroso, la Milicia Nacional y una desmantelada Marina de Guerra. El llamado Ejército Permanente es precario en su constitución. La elite civil dominante utiliza el mecanismo de recluta para fortalecer a la Milicia Nacional. El modelo liberal que inspiraba a los nuevos gobiernos de republicanos, imponía la creación de la Escuela Militar para formar oficiales imbuidos netamente en las funciones inherentes a las armas, proteger las fronteras, y defender a la constitución. De la misma manera, tenía el objetivo de superar a los oficiales ex independentista comprometido por los haberes de sus lanzas. Las dificultades geográficas y la falta de integración entre las provincias favorecían la implementación de la milicia nacional, tanto activa como de reserva. Estas condicionantes serían propicias para alimentar las constantes rebeliones armadas por parte de los caudillos, que armaban sus monteras con los peones y campesinos de su área de influencia socio-económica. El estallido de las Reformas (1835-36) hizo evidente la necesidad de fomentar a la milicia para enfrentar con mayor efectividad los brotes caudillescos. De ahí, surge una Reforma de Ley de Milicia Nacional para 1836. El aparato militar dominado por Páez utiliza la política de conciliación con los derrotados de las insurrecciones vencidas por las fuerzas gubernamentales. Por tales motivos es generada la Ley de Enganche de 1837. Durante el dominio paecista (entre 1837 a 1845) se introducen mejoras parciales en la Fuerza Armada del momento: la Ley de Enganche y constancia de la tropa en 1837; al reestablecimiento de grados y títulos de 1845; la reapertura de la academia militar, y por último, la Ley de Montepío Militar de 1845. La hegemonía de los Monagas conoce de continuos alzamientos, el principal fue el caudillo nacional José Antonio Páez, descontento con la nueva tendencia política patrocinada por José Tadeo Monagas. Éste firma una serie de indultos a los incursos en rebeliones o facciones en armas. En
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el transitar de cambio de poder entre los hermanos Monagas, produce cierta mejoras, por lo menos en el papel escrito: Reorganización de los cuerpos de los ejércitos (1847); excepción del servicio a los alumnos de la escuela Artesanal; medidas para evitar el maltrato al soldado (1853); Reglamento de Ley de Concesión Tierras a Viudas, Huérfanos y Padres de Soldado y Clases (1853); Decreto para reglamentar una parte de la milicia a la Marina de Guerra (1854); y por último, una nueva Ley de Milicia Nacional (1854). Durante la vorágine federal (1859-63) se rompen los esquemas militares, las bandos en conflictos se dan a la tarea de reclutar forzadamente en el campesinado sus fuerzas en beligerancia. Terminado el cruento enfrentamiento federal, se abre un nuevo horizonte para los liberales, dirigidos por Juan C. Falcón. Este gobierno es acusado constantemente de ineptitud, inclusive la crítica al reclutamiento es constante, pero no llegan a una solución verdadera. El ascenso del poder de Guzmán Blanco en 1870 le permite organizar una estrategia de alianzas entre caudillos regionales y gamonales, porque él que ocupaba la máxima expresión nacional del caudillaje basado en uno sólo a la vez. Durante el Guzmancismo se respira cierto aire de renovación en materia militar. Imprime mejoras al debilitado Ejército Permanente para controlarlas con las montoneras de los caudillos regionales, promulga los Códigos Militares de 1823 y 1882, que rompen con viejas ordenanzas coloniales. Genera otros cambios en el uniforme de la tropa al estilo francés, adquiere armamento, municiones y aumenta el número de vapores para movilizar la tropa a su mando. Finalizado el Guzmancismo en 1886, el Ejército Permanente sufre modificaciones en el número de individuo de tropa, reducido a 1842 efectivos de 3.230 hombres distribuidos en sitios claves del país (Valencia, Puerto Cabello, frontera del Táchira y el Zulia). Posteriormente en 1892, durante el gobierno de Joaquín Crespo, se procede a reestructurar el estamento militar, basado en la profesionalización. Se contrata una misión alemana para ofrecer asesoría en artillería, y de paso, cimienta la fundación de una Escuela de Artillería (1895) para formar oficiales profesionales. Además, el General Crespo recoge las armas dispersas en la República, ejerce un control aduanal en materia de armamento, reordena el Ejército Permanente y renueva el parque militar, compuesto por fusiles máuser 71/84, artillería de campaña Krupp, entre otros. Crespo detalla la
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necesidad de reformar el armamento para que sirva de soporte a sus aspiraciones de permanencia en el poder. Con la muerte de Crespo en 1898 se detiene abruptamente la renovación militar llevada a cabo por el caudillo. El general Ignacio Andrade no continuó el legado militar de Crespo, pero dicta una resolución que organiza el Ejército en armas y el servicio, establece el sistema de reclutamiento que deberá practicarse con una inscripción previa y luego un sorteo seleccionador. Los nuevos hombres procedentes de los Andes que toman el poder en 1899 comienzan una labor centralizadora del poder político y militar. Los conflictos internos y el externos hacen que el General Cipriano Castro ordene la recolección de armas, modernas, fuerza regular permanente y fortalecimiento de la Marina de Guerra. El General Castro aumentó la tropa de 5100 hombres a 17.820. Aumenta también la ración de tropa, incrementa el presupuesto militar y aprueba un nuevo Código Militar en 1704 y también un Uso Particular de la Marina en 1903. A través de este ejercicio de investigación documental reconstruimos el proceso histórico de la recluta forzosa y su transición al moderno Servicio Militar Obligatorio en la Venezuela dominada por el Gomecismo (19081935), mediante la creación del dispositivo llamado Ejército Nacional Rehabilitado, apoyado por la Marina de Guerra y la incipiente Aviación (que nace como un anexo del Ejército Nacional), para consolidarse como régimen dictatorial a partir de 1913 y que finaliza con su muerte en diciembre de 1935. El régimen gomecista apuesta por la formación de un verdadero Ejército moderno de presentación nacional, que eliminara los focos de insurrección e invasión del viejo caudillismo regional y la nueva oposición política generada en los claustros universitarios a finales de la dictadura. Un Ejército Nacional que defendiera las fronteras frente a las amenazas, tanto externas como internas. Defender las instituciones políticas y salvaguardar los preceptos constitucionales son elementos primordiales de un Ejército Nacional para salvaguardar sus intereses particulares de poder, proteger los vínculos de los capitales foráneos en materia petrolera y repeler con eficacia cualquier trastorno armado que afectara la supervivencia del régimen gomecista. A partir de 1910 el General Gómez hará una fuerte reforma al aparato militar heredado del pasado. La base de la reforma está en la
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adquisición de armamento, equipo y una efectiva instrucción castrense. Invierte tiempo, dinero y optimismo en la creación de un verdadero Ejército. En esa labor inicial e impulsora es creada la Inspectoría del Ejército y se contrata la asesoría militar de un profesional chileno, Coronel Samuel Mc. Gill, influenciado notoriamente por el modelo prusiano. La renovación militar venezolana (1910-1913) respira la marcialidad alemana. En consecuencia, Gómez sentía una admiración por la aceitada maquinaria militar del ejército prusiano. El dictador quería un Ejército a la europea, en especial, como el alemán, para consolidarse y después satisfacer las necesidades prioritarias de protección de los capitales extranjeros. Mantener la paz en el país era un requisito impuesto por el imperialismo penetrante. Los capitales foráneos exigían condiciones mínimas para implantarse en las naciones de economía de enclave. Es decir, los gobiernos que reciben a los capitales deben ofrecer garantías de estabilidad, vialidades conectivas y un moderno Ejército que protegiera sus intereses económicos invertidos. Empero, todos los avances en materia militar vinculados a la organización, articulación y tecnificación del Ejército Nacional no serían nada, ni mucho menos transcendería de esos cambios, si no mejoraba la condición de la tropa. A lo largo del siglo XIX y parte del XX venezolano las condiciones de la tropa del llamado Ejército Permanente eras deplorables. El soldado carecía de beneficios inherentes a su condición de servir bajo la bandera de la patria. Esta carencia era sostenida por la falta de paga y de reemplazo eficaz, trato inhumano y castigos que en mucho de los casos ocasionaban la muerte o inutilización del soldado. En este sentido, el régimen gomecista se esfuerza por mejorar cualitativamente y cuantitativamente las condiciones del soldado raso, desde su llegada al cuartel hasta su baja del servicio activo. La reforma militar de 1910-1913 lleva a cabo mejoras que benefician al soldado, basadas en un mejor sueldo, alimentación, uniformes, beneficios y tecnificación. Esta última es palpable con la creación de la Escuela de Clases para complementar la instrucción militar y un oficio de utilidad, y por último la Escuela de Cabos de Mar, Cabos Cañoneros y Timoneles. En consecuencia, el gomecismo significa un cambio verdadero que rompe, de una vez, por todas con las montoneras heterogéneas características del aparato militar decimonónico para pasar a un Ejército
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compacto y tecnificado. Era notoria y necesaria la creación de una tangible Ley de Servicio Militar Obligatorio. En 1919 son palpables los frutos producidos por la reforma militar llevadas a cabo por Gómez y otros colaboradores. Es producida por el Congreso Nacional la Ley Nacional de Formación y Reemplazo de las Fuerzas de Tierras y Mar. El citado instrumento jurídico produce un avance moderno y notorio en materia militar, orientado en regular particularmente al servicio militar obligatorio y clarifica la re-organización del Ejército Nacional con criterios de modernización claramente definidos. En 1920 es puesta en marcha la Ley de Formación y Reemplazo, el objetivo era no afectar el presupuesto del Estado y no afectar la fuerza laboral joven del país, que vivía un proceso transición entre lo agrario a lo petrolero. Como se ha visto, este instrumento jurídico-militar de 1919 fue primerizo en materia de servicio militar. Es la primera legislación específica referida al servicio activo obligatorio. Anteriormente estas disposiciones estaban circunscritas a los códigos militares de 1873, 1882 y 1904. Esta ley de conscripción militar incorpora nuevos elementos al universo militar, como la utilización de medios modernos destinados a llenar las filas del Ejército activo y de reserva, el establecimiento de un registro militar, la formación de contingentes, el sorteo de inscripción, las excepciones (absolutas-temporales), voluntarias y penas a los infractores de la ley. La aplicabilidad de la Ley de Formación y Reemplazo de 1919 en la población de hombres en edad militar (18 a los 45 años), trajo consigo secuelas en el pensamiento colectivo. Por un lado una minoría hizo alabanza a Gómez por la aplicación de la misma. Por otro lado la mayoría mostraba miedo e incertidumbre en torno a la misma. Entre las consecuencias propiciadas se encuentra la emigración de los brazos laborables cuando hacían el llamado a participar en el proceso de inscripción. Muchos hombres elegibles no formalizaban su inscripción en la Junta de Conscripción por miedo a las condiciones temible del servicio activo, de por sí, ya presente en la mente del hombre común de la época. Al mismo tiempo muchos solicitaban la ansiada excepción, tanto absoluta como temporal. La mayoría de la documentación del Archivo de Guerra y Marina vinculada a las excepciones notariadas se circunscribía a ser casado y con hijo a la hora de la inscripción, hijo único sostén de hogar, profesionales, padres ancianos, etc.
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En parte la Ley de Formación y Reemplazo de 1919 sería un novedoso sistema de conscripción que rompía abiertamente con las Leyes, Decretos y Ordenanzas transitorias de milicia del aplicabilidad de dicha ley generaba incongruencias (falta de material, retardos, falta de transporte, etc.) con la inscripción, excepciones, sorteo, excedencia del tiempo en servicio seguía en vilo. Con el pasar de los años el régimen gomecista se consolida fortaleciendo su base en la Venezuela política de comienzos de siglo XX. A raíz de la supuesta "invasión" de Cipriano Castro en el año de 1913 se produce una maniobra de movilización del reciente Ejército Nacional. Gómez estaba en la ciudad de Maracay. Desde este punto estratégicogeográfico, el dictador controlaba con eficacia y contundencia cualquier alteración que pudiera trastornar su gobernabilidad. El Gomecismo se consolida mediante la estructuración de las Brigadas de Infantería, formada por cuatros Batallones. Estas brigadas aumentaban su número con el pasado del tiempo siendo la Infantería el arma del Ejército predilecta por Gómez para combatir eficazmente a los viejos caudillos regionales y las invasiones patrocinadas por la oposición en el exterior. En vista a lo expuesto surge una nueva Ley de Servicio Militar aprobada en 1926. Dicha Ley tiene el objetivo de llevar las filas del Ejército activo y de la Armada para movilizarlos con pronta ordenación contra cualquier brote externo e interno, en este caso será más interno, con el viejo caudillaje alzado en armas.
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