ENRIQUECIMIENTO ILÍCITO EL TABÚ DE LOS CORRUPTOS Por: Gerson Sotomayor
En Guatemala es de conocimiento público que la impunidad y la corrupción bailan de la mano la danza de los millones, a tal grado que ambos fenómenos se han convertido en problemas estructurales que atraviesan al Estado especialmente tocando a aquellos que ostentan el poder real en el país, rebasando fronteras ideológicas, religiosas y económicas. Hoy, el sistema está diseñado para que los funcionarios que roban millones puedan salir en tres años de prisión o bien puedan pagar una multa risible. Sin duda alguna, la corrupción es un fenómeno criminal complejo que constituye los cimientos de la ineficiencia, mediocridad e inoperancia del aparato estatal, debido a esto la estrategia para el combate a esta práctica endémica, en cualquiera de sus formas, debe organizarse de manera sistémica e integral, de allí que la creación del delito de enriquecimiento ilícito es de vital trascendencia
para dar un paso muy importante en la
consolidación de la democracia del país. Hoy el Congreso de la República se encuentra en un impase del que difícilmente podrá salir bien librado, al haber retardado por tanto tiempo la aprobación de la LEY CONTRA LA CORRUPCIÓN, y esto solo puede tener una explicación razonable, y es que estamos frente a los funcionarios que temen que la justicia se pueda acercar a ellos, que operan para sus propios intereses y que denigran al país a todo nivel. Esto hace cada día más evidente que los políticos corruptos y tradicionales han hecho del erario público un festín para su familia y amigos, y ahora gracias al voto de muchos guatemaltecos y guatemaltecas les corresponde jugar el papel de juez y parte en la aprobación de una ley tan importante. En este sentido, no debemos de olvidar que para cada corrupto hay un corruptor, de allí la necesidad de poder perseguir a los dos bandos, tanto a los funcionarios como a los particulares que se enriquecen ilícitamente a la sobra del Estado, utilizando el dinero de la educación y la salud para el cumplimiento de sus perversos sueños de riqueza y avaricia. ¡ES HORA DE CAMBIAR LAS REGLAS DEL JUEGO!