Jorge Sifuentes Cañas, La Jornada Morelos, 28 de Noviembre de 2009, Cuernavaca El pintor Conrado Domínguez irá a la Bienal de Florencia Sin encasillarse en alguna corriente plástica específica y definido por él mismo como un “obrero del arte”, el pintor Conrado Domínguez se nutre de cuanta temática o herramienta le plazca para emprender una pieza, dejando de lado el gusto del mercado o de los compradores de arte; puesto que, en palabras del propio artista, aprendió el arte como un oficio, no como pretensión. Días antes de viajar como invitado a la Bienal de Florencia, Conrado Domínguez concede una charla a La Jornada Morelos en la que afirma sin cortapisas: “Me gusta el concepto de obrero del arte, porque aprendí el arte como un oficio, no como una pretensión; hay gente que no pinta, no dibuja, pero si hace muchas monerías, muchos shows y muchos openings que comercialmente hablando les deja algo. En mi caso, me voy a la materia, a los colores, a las tierras, a los polvos, al manejo de maderas, metales, hilos o cosas que requiero para llegar a mi objetivo, que es trabajar para crear una obra; esa es mi línea de trabajo”. -¿No te consideras dentro de alguna corriente plástica?-“Las definiciones yo no las otorgo, que me definan los demás, no me interesa; pinto con un conocimiento que me ha permitido tener un estilo que me define, que me otorga distinción en este mundo; ves una obra desde lejos en un lugar y dices este es Conrado Domínguez. Pero que diga soy hiperrealista o soy esto, no me interesa; me considero un artista contemporáneo moderno, eso sí, pero no me interesan las definiciones. Existen como 500 definiciones, diferentes líneas y estilos. ¿Y quién te dice dónde empieza la posmodernidad? ¿Cuándo terminó el modernismo? No hay una valoración adecuada ni un parámetro para definir o medir las cosas, ni cuando empiezan ni cuando terminan”. -¿Esto no le pone límites a tu obra?-“No, no estoy pensando ni en el mercado ni en la gente, en ese sentido es un gozo totalmente personal y egoísta; me gusta a mi y después ya busco si hay un comprador para lo que a mi me gusta, no hago obras para que le gusten a los compradores. En ese sentido he sido muy especial con mi trabajo. Pero también he pasado momentos muy difíciles; ese ha sido el costo”. Ese estilo personal de Conrado Domínguez no está exento de influencias. “Si alguien dice que no las tiene es una aberración total; finalmente, cuando se habla del deja vú, es todo lo que estamos transmitiendo, que ya lo hemos visto y que podemos proyectarlo de otra forma. Una marina o un paisaje de mar no es igual en este minuto que en el siguiente; eso hace que la tierra y el mundo permitan que, aunque existan mil pintores 1
viendo el mismo horizonte y se ponen a pintar un paisaje, esos mil paisajes van a ser diferentes, no necesariamente van a coincidir en formas ni en colores. Eso es lo maravilloso, que nunca van a coincidir. Hay gente que le gusta copiar y plagiarse obra porque no tienen mucho de donde sacar; pues que lo hagan, soy de los que si me van a copiar no me molesta”, considera. Para el artista, la experimentación es una búsqueda que le permite posibilidades infinitas en cuanto a la creación. En la época de Luis Echeverría como presidente, hubo un cierre de fronteras en el país -cuenta Domínguez- por lo que dejaron de llegar muchos materiales y pinceles. “Nos vimos en la maravillosa oportunidad de fabricar nuestras propias cosas y eso me permitió entrar en un esquema de experimentación y de búsqueda. No me considero un artista que pinta únicamente sobre tela preparada y con pinceles; muchas cosas las aplico con técnicas diversas o con espátulas; también uso formones, gubias y otras herramientas que las implemento para poder desarrollarme. Me gusta trabajar con madera, vidrio, metal, latón, aluminio, telas, papel; y en general con todo lo que se pueda utilizar, hago además cerámica a alta temperatura. No utilizo semillas y ciertas cosas porque son materiales que se terminan deteriorando con el tiempo y creo que si es importante responder técnicamente. Hay (gran) variedad de materiales y riqueza. Son infinitas las posibilidades que estoy encontrando para trabajar; es como abrir muchas otras puertas”. La experiencia de muchos años de trabajo, le permite a Conrado Domínguez ver que el arte es menos problemático que los conceptos y normas que le han otorgado. “Decía Picasso que él encontraba, no buscaba; me sigo por esa línea, me gusta más encontrar que buscar. La parte creativa creo que es un derecho que todos tenemos, que no lo ejercemos es otra cosa; pero de que tenemos el derecho y tenemos la posibilidad, es algo maravilloso. Para eso se tiene que trabajar con mucha sencillez y con muy poca pretensión; dejar una serie de barreras y de pretensiones que han encasillado la creatividad. En ese sentido no comparto las opiniones de muchos colegas que lo ven como un privilegio para un grupo de consentidos del señor; eso es una hipocresía y una falsedad”. Hace poco, el artista leía un artículo escrito en España, donde se habla de la muerte del arte moderno. Explica que “se está llegando a un momento en que se cuestiona el arte de instalación que hacen los jóvenes. ¿Qué futuro tienen? Si están hechos en tarjetitas que están pegadas en un muro con un color hecho a computadora y que se va colocando y que luego se prende una televisión con una serie de nombres que van apareciendo (pues) está bien, es una manifestación, pero ¿qué futuro tienen? ¿Esta gente va a trascender? Hay un pintor inglés, Demian Hirsch, que ha tenido mucho éxito y su obra tiene ventas de 2 millones de dólares, en este momento de crisis, en una sola noche; ¿y eso cómo se puede dimensionar o valorar? No es más que un suceso; es como el éxito o el no éxito de la obra de Frida Kahlo, que también ha sido empujada por el mercado. No estoy diciendo que no valga, que quede claro, pero el mercado está empujando a mucha gente”. En cuanto a su presencia en la Bienal de Florencia, Conrado Domínguez explica la importancia de salir del país y refrescar la memoria. “Te das cuenta de que no todo en México, ni está bien ni esta tampoco muy mal; la crisis económica y los errores políticos de nuestros gobernantes no tienen nada que ver con 2
nuestra crisis mental. Es muy importante saber que tenemos todavía salvación en ciertas áreas; creo que en el arte tenemos grandes pintores viejos y gente joven, emergentes que están haciendo bien su trabajo, pero que van a tener que regresar a los orígenes, aprender a preparar telas, a preparar colores, a manejar la química del color y una serie de cosas que se han olvidado, porque la gente es muy floja. Es como la comida rápida, también la pintura rápida y las cosas rápidas; esto está llevando al carajo al mundo. ¿Qué tenemos que hacer? Darle una verdadera seriedad y dimensión a los compromisos, no le podemos vender mierda a la gente, tenemos que ofrecer un respaldo. Eso es a lo que estamos obligados”. De igual manera hay que viajar para darse cuenta de lo que se está moviendo en otros lados y comparar lo que se hace en México. “Es como darse cuenta de que estamos bien, mal o estamos en el camino; es una retroalimentación. Es importante saber a dónde va uno y qué quiere en la vida; a mis años sé qué es lo que quiero, sé dónde quiero ir y sé lo que no me gusta. También tengo esa mala costumbre de decirlo; pero esa parte de esta intención de asistir es un esfuerzo muy grande porque es una exposición que requiere de mucho esfuerzo desde el punto de vista personal. Finalmente vas representando a tu país, aunque van muchos otros compañeros pintores, es importante hacerlo con dignidad”. En Florencia, presentará dos piezas de gran formato en un muro de más de 2 metros, talladas en madera policromada con un relieve de casi diez centímetros; “es casi tercera dimensión; la diferencia con el arte óptico es que se usan lentes, pero acá prefiero que se vea la tercera dimensión en vivo y a todo color. Yo mismo la trabajo, esa es la diferencia y la parte que a mi me interesa transmitir”, explica. El proyecto de ambas obras lo inició desde marzo de este año, al recibir la invitación para este encuentro, que se llevará a cabo del 5 al 15 de diciembre, en aquella ciudad italiana. Una de las piezas se llama Homenaje a Ulises; “un homenaje que le debemos a la persistencia. Ulises decide regresar a Ítaca después de haber pasado una serie de luchas para regresar con su amada, pero sobre todo a su tierra. Es como dar el testimonio de lo que él vio y luchó”. El otro cuadro lo titula Alegoría al sol. “Cuando estuve becado estudiando en Francia, hace como 30 años, un maestro nos dijo: ¿Y ustedes porqué pintan con esos colores? Porque nosotros somos dueños del sol, le repliqué. Ustedes no pueden decir eso porque están ocho meses sin sol, nosotros somos dueños del sol y el color lo vemos tal y como es. No sólo representa la luz, sino la igualdad y la justicia; el sol es lo único que no han podido meter en botellas para venderla, ya embotellaron el agua, el gas, ya embotellaron hasta la ilusión. El sol aún no lo logran vender a nadie y nos sigue perteneciendo a todos”, refiere. Antes de concluir la entrevista, Conrado Domínguez deja una reflexión: “Cuando la gente es grande y tienen ya una dimensión, esa misma dimensión los hace ser humildes. Ahí está un José Emilio Pacheco, al recibir el Premio Reina Sofía de España, que dijo: No pretendo ser el mejor de mi tierra, no soy ni el mejor de mi colonia. Es ahí cuando verdaderamente se da uno cuenta que los seres grandes no necesitan tener pretensiones. La obra es la que habla por ti, no se tiene que hacer alharaca para tener tu lugar. Así se queme demasiado incienso para algunas cosas con demasiada pretensión, cada uno vamos a tener el lugar que nos corresponde, y es muy importante que el respaldo 3
esté sustentado en trabajo no en mamarrachadas (…) que no nos van a llevar a ningún lado, sino ser muy serio, concreto y muy trabajador (…) y si hay algo de humildad, mejor”.
Cuernavaca
Fernando Silva, La Jornada, Morelos, 9 de Mayo de 2009,
Conrado Domínguez, un afanoso creador rumbo a la vanguardia Conrado Domínguez Rodríguez nace en el estado libre y soberano de San Luis Potosí en 1950. Ha conquistado vastos campos de la creación artística en la pintura mural y de caballete, así como en la escultura, grabado y cerámica. A los nueve años ganó el primer lugar en un concurso de dibujo en su ciudad natal, obteniendo con ello una beca del Instituto Potosino de Bellas Artes. Ha realizado más de 38 exposiciones individuales y 240 colectivas en México y en el extranjero. Su trabajo mural se encuentra exhibido en las ciudades de México; San Sperate, Cagliari Sardeña (Italia); San Juan de Puerto Rico y en Miami, Florida. Su trabajo mural más reciente se encuentra en exhibición permanente en el World Trade Center México. –Es interesante saber que a los nueve años ganas un concurso de dibujo. Descríbenos un poco tu infancia y cómo fue esa experiencia. –En mi casa no había mucha abundancia, pero sí lo necesario para mi desarrollo humano y el de mis ocho hermanos. Vivía con alegría porque tenía mucha libertad, me movía y hacía lo que quería, no porque mi mamá me permitiera demasiado, sino porque fui de un espíritu y carácter fuerte; prefería que me nalguearan a que no hiciera algo que se me antojaba hacer, entonces… me brincaba las trancas. Cuando eres niño, si realizas lo que quieres hacer te sientes contento. “En aquel entonces llegó la compañía Gillette y realizaron un concurso de dibujo en el cual participé. Recuerdo que había que hacer un Pegaso, que lo tenían como un símbolo. Mi hermana Eugenia me prestó sus “Prismacolor”, que era algo así como el lujo en lo que se refiere a lápices de color, y con esa oportunidad me puse a dibujar. Estaba entusiasmado y muy entretenido haciendo el dibujo”. –A los 15 años ingresas a la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP). ¿Qué significó para tu familia anunciarles que te dedicarías a la pintura? –Creo que para mis padres resultó un trauma, porque cuando un hijo les dice a sus papás que se quiere dedicar a esto, es como si les dijeras que te quieres 4
dedicar a vago, a algo ilegal o indebido. De hecho, mi papá no me quiso proteger (en el sentido de darme apoyo económico), me obligó a trabajar y me puse a repartir revistas en una camioneta. De ahí sacaba dinero para ir en la tarde a la ENAP, en el antiguo edificio ubicado en Academia 22, lo que se conoce como la Antigua Academia de San Carlos. “A la distancia, agradezco la actitud de mi padre, porque en esa etapa me volví independiente. Dejé la casa de mis padres y armé la mía, eso me permitió luchar para sacar adelante la vida. Ahora con mis hijos me doy cuenta de que uno los protege demasiado y que no debe ser así, a los hijos hay que aventarlos al aire y que comiencen a volar, porque si no, se parten su mandarina en gajos”. –¿Qué les dirías a los padres que cuentan con un hijo con capacidades artísticas? –Se han acercado amigos en los últimos meses pidiéndome consejo en este aspecto. Sé que el mercado del arte está muy difícil y, en lo primero que pienso, es en cómo se puede incrementar el ejército de desocupados. Ahora que si la gente tiene recursos para apoyarlos, pues adelante. “En el mundo del arte hay un pastel para 500 o mil artistas, el problema es que hay 100 mil que quieren un pedazo de ese pastel. A la par, no hay quien regule la competencia desleal hacia esta actividad, hay gente que por hobby pinta y, sin gran preparación, se atreve a exponer y/o vender sus cuadros. Estas personas perjudican a los profesionales que nos dedicamos los 365 días del año a crear. Eso no se me hace justo, entre otras cosas, porque engañan y confunden a la gente sobre lo que es arte”. –¿Los creadores deberían contar con mejores estrategias comerciales para la difusión y venta de sus piezas? –Por supuesto. Actualmente estoy muy interesado por la mecánica de la mercadotecnia y el estudio de una serie de fenómenos en este campo. El mercado está muy manoseado y hay una hiperinflación en los precios. Hay que sustentar objetivamente el valor del arte, en esto va incluida la técnica, la trayectoria del creador y, principalmente, el respeto al comprador. “A partir de las crisis económicas como la que ahora nos presentan, los artistas nos hemos visto en la necesidad de hacer de ‘marchantes’. En una ocasión platicando con Rodolfo Sanabria, gran pintor, decía que tenía 10 ó 15 años sin tratar con galerías y pudo sobrevivir, entonces qué está sucediendo, que los artistas hacen las conexiones directamente. Creo que las galerías deberían de fungir como las notarías, dando fe de que lo que muestran cumple con los requisitos necesarios para convertirse en una pieza con valor artístico, y con ello, darle confianza al coleccionista y garantía de lo que adquiere”. –Cuando inicias una obra, ¿te planteas el tema de la técnica o das rienda suelta a la libertad creadora? –Siempre parto de un boceto cuando es talla en madera, es parte del proceso natural de la técnica que realizo últimamente, trato de subir niveles y hacerlo en varias dimensiones. En el caso de los cuadros elaborados unidimensionalmente, lo hago sobre la pieza como dicen los italianos a piacere (a placer), eso me ha permitido hacer más cálida la obra en el sentido de que está realizada con libertad, pero la parte que más me ha inquietado y que domina mi propuesta plástica es la de transmitir una emoción; no me interesa ni el mensaje, ni la 5
composición, ni una bola de tarugadas que han enfriado el trabajo de mucha gente. No doy discursos, simplemente procuro transmitir una sensación, en ese sentido creo que soy más cercano a Tamayo que a gente de la escuela mexicana de pintura, como Orozco, Rivera o Siqueiros. –¿Cómo definirías tu línea plástica? –Entre figurativo moderno y abstracto. No me considero un innovador, pero sí un creador que va hacia la vanguardia, hacia el lenguaje de lo no escrito. No es que yo esté descubriendo el hilo negro, ni que esté aportando los grandes mensajes, pero sí crear algo que sea más allá de que lo que ya hemos visto. Si nos vamos hacia la historia del arte y vemos de dónde sacaron sus conocimientos o sus influencias gente como Picasso y miramos hacia el arte africano, nos damos cuenta de que no hay nada nuevo bajo el sol. –¿Cómo vas resolviendo tus piezas?, y ¿en qué momento decides que están terminadas? –Hay una expresión popular propia de Morelos que a mí me gusta mucho, cuando un jardinero ve un jardín seco, voltea y dice: “Este jardín quiere agua”. Entonces, cuando yo veo las piezas que estoy trabajando me van diciendo lo que quieren. Aunque a veces cometo el error de no saber parar o no saber escuchar la voz de mi pieza. Expresaba Octavio Paz: “Cuando miro las cosas, siento que las cosas me miran”, y a mí me pasa lo mismo, siento que mis piezas me miran y me dicen, no, no, no, vas bien por ahí, bájale un poco más. Me divierto mucho al pintar y cuando el cuadro me dice ¡basta! Ahí le paro. –En 1975 recibes una beca por tres años del gobierno francés para estudiar en la École Supérieur des Arts Décoratifs. ¿Qué representó para ti? –Fue una experiencia muy interesante. Uno piensa que el desarrollo allá es superior al que tenemos acá, pero para nada, entre otras cosas descubrí que en términos de arte, tenemos un desarrollo mucho más alto que ellos, en el sentido de que contamos con buenas escuelas, contrariamente a lo que siempre se ha pensado. Reconocieron el nivel de la escuela mexicana de pintura y me dijeron que ellos no estaban capacitados para preparar a un artista mexicano, que más bien me iban a colocar en los talleres de artistas que estaban en Francia y que ellos me iban a justificar la beca. Entonces tuve la oportunidad de estar en el taller de William Stanley Hayter, que es uno de los talleres de grabadores más importantes del mundo, además de que fue el maestro en grabado de gente como Miró y Picasso, nada más ni nada menos. Lo que más me enriqueció fue el recorrido que hice por Europa para conocer galerías y museos, teniendo la oportunidad de observar de cerca la obra de los grandes de la pintura y la escultura. –Recientemente te llegó la invitación para participar en la Bienal de Florencia. ¿Cómo recibiste la noticia? –Es una de esas cosas que no me preocupaban mucho por saber, pero esto de Florencia me inquietó, quería saber cómo habían invitado. Sé que la gente de las principales galerías de la ciudad de México me conocen (Misrachi, Lourdes Chumacero, Jana Nankin, Lourdes Sosa…), pero no me imaginé que esto sucedería a nivel mundial, eso me sorprendió y me di cuenta de lo importante que es promocionarse en internet. Es una buena vitrina para que la gente sepa 6
de tu obra, descubres que te comienzan a ver en Hong Kong, en Japón, en Costa Rica y hasta Nueva Zelanda. La invitación a Florencia creo que pudo haber llegado de esa forma. “Esta circunstancia me provoca un reto y una emoción especial, tengo que ir bien preparado, porque si mi trabajo responde en ese mercado te pueden jalar a las ligas mayores. Es una oportunidad para confrontarme. Vamos a ver qué pasa el tres de diciembre de este año”. –En perspectiva, ¿Cuernavaca podría ser un buen proyecto de ciudad cultural? –Cuernavaca es el lugar ideal para hacer de ella una capital cultural. Decían los franceses: “Nosotros no tenemos petróleo pero tenemos ideas”, y aquí, por ideas no paramos. Francia aparte de hacer de París una ciudad museo, ha creado una de las infraestructuras culturales más grandes de la tierra, y la gente va a esa ciudad a disfrutar de su belleza. Otro ejemplo está en la pequeña ciudad de Carmen by the Sea, en el oeste de la costa de California (Estados Unidos). Es un pequeño pueblo que tiene 20 calles por un lado y 20 para el otro y no pasa de ahí, es casi del tamaño de Ocotepec para hacerlo grande, pero cuenta con una poderosa infraestructura de galerías, más que la ciudad de México, Cuernavaca, Guadalajara y Monterrey juntos. “Cuernavaca es la segunda ciudad (en todo el país) con más artistas e investigadores de primer nivel. Aquí ha vivido gente muy importante como: García Márquez, Manuel Puig, Vlady, Tamara Lempicka, Malcolm Lowry, Juan Gelman y Roger Von Guten, entre muchos más. Las preguntas obligadas son: ¿Por qué el gobierno no le da la dimensión y la importancia que debería a esta ciudad? ¿Será que no tienen ojos para ver? ¿Por qué no existe una política gubernamental en este sentido? ¿Por qué no promueven y se organizan con la iniciativa privada para aprovechar este potencial? La comunidad artística (toda) no queremos que Cuernavaca sea sólo albercas y cervezas de fin de semana. En concreto, no es más que el resultado de una mala política cultural”. –En este aspecto, ¿tiene algún grado de responsabilidad la comunidad intelectual y artística de Cuernavaca? –Pareciera que tenemos el síndrome de la selección nacional de fútbol, hay gente importante que se entrega como pocos, pero perdemos como siempre por no saber jugar en equipo. La mayoría de los artistas están encerrados en su estudio lamiéndose sus amarguras, dando la impresión de que adquirieron una educación para ser empleados y obedecer. “Es común observar que las cuestiones culturales son atendidas por una o dos personas con vocación artística, pero el resto no la tiene y éstos son lo que frenan la actividad cultural. Esa es la triste realidad. Es probable que esto no le guste a más de uno, pero no me importa. Sé que no soy ‘monedita de oro’, simplemente soy Conrado Domínguez y no ando encapuchado. Estoy en contra de muchas cosas que están haciendo los gobiernos panistas y priístas en lo que se refiere a cultura. Como creador tenemos que ennoblecer nuestra labor y lograr que la gente que ostenta el poder nos escuche”.
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CDInforma, México, 9 de mayo de 2004 Exposición de Conrado Domínguez El próximo 20 de mayo se inaugurará en la galería Pedro Gerson la exposición de Conrado Domínguez a quien se le hizo la siguiente entrevista: ¿Qué técnicas manejas en tu obra? En esta muestra presento pintura, escultura, talla en madera, talla en huevos de avestruz y dibujos a pincel seco y técnicas mixtas, como en aerógrafo. ¿Desarrollas algún tema en especial o te gusta expresar diferentes temas en una exposición? Los temas dominantes son el hombre, el sol en sus diferentes tiempos y los cortes geológicos de la tierra donde el manejo de texturas y relieves es muy importante. ¿Cómo es que te empezó a interesar el arte? Cuando tenía 12 años decidí vivir completamente para la pintura aunque mi acercamiento había sido a muy corta edad asistiendo a exposiciones con mi padre. ¿Sientes que tienes influencia de algún artista en tu obra, si así es quién o quiénes te han influenciado? Mis maestros iniciales y definitivos son los pintores rupestres de Altamira, Lascaux (Francia), Tasili en África y el arte africano por sí mismo. ¿Qué estilo tiene tu obra? Yo lo he definido como figurativo moderno, aunque muchas veces navego por lo abstracto y lo hago con mucha satisfacción. ¿Puedes contar alguna experiencia interesante que hayas tenido con respecto a tu trabajo? La pintura y mi quehacer artístico me han permitido conocer a grandes personalidades del mundo del arte, la literatura, la política y la ciencia. Estar cerca del ser humano, me alimenta y me obliga a ser congruente con mi trabajo y sobre todo más humano. El pensador Terencio dijo: "Hombre soy y nada de lo humano me es ajeno". ¿Qué quieres trasmitir con tu obra? El respeto a la dignidad humana y el reconocimiento al ser humano que lucha por dejarle un mundo mejor a nuestros hijos.
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Nadia Piemonte El Financiero, México, 5 de febrero de 1995, p. 44 Conrado Domínguez, pintor de luz Como Conrado Domínguez nació en zona desértica, el paisaje que enfrenta desde su estudio le recuerda su San Luis Potosí de origen: una barranca, parda en invierno, que milagrosamente en Cuernavaca ha permanecido fuera de la ya normal explotación urbana. Con una disciplina casi espartana, baja a temprana hora -"a las ocho de la mañana ya estoy en mi estudio"- la escalera que lo lleva al encuentro con su material de trabajo que implica colores, resinas, paletas, tablas, papel, telas, pinceles, cinceles, raspadores, escobillas, un aparato de sonido con música de cámara, la pared con las inscripciones de algunos versos de poetas, platones de cerámica grabados por él, un termo con café, cuadros suyos de algunos ayeres, junto a otros de reciente hechura. Aquí, a diferencia del estudio que tuvo en París, no necesita del cuadro con el sol que hizo allá, harto de la grisura parisense. Aquí, abre la ventana que da a la barranca de enfrente y deja que se cuele el sol, junto con otros elementos de la naturaleza que Conrado Domínguez dice es su maestra: "La naturaleza es un compendio maravilloso que aunado a la luz, que es el tiempo, son una gran enseñanza para mí". Estudió dibujo al tiempo que aprendió a leer y a escribir. Ganó su primera beca a los nueve años e ingresó a la Escuela de Bellas Artes de San Luis Potosí, y a partir de una primera exposición, siendo adolescente, trabajó y estudió aprendiendo grabado en metal y en vidrio; se sumergió en la técnica de los murales, del tapiz, de la cerámica. Domínguez no paró de estudiar, ni de trabajar, ni de investigar. Cuenta que tuvo que plantearse qué buscaba y qué estaba dispuesto a pagar por ello: "Decides dedicarte al arte y te preguntas que vas a dar a cambio, comienzas a trabajar y se te presentan problemas. Uno de ellos es la mercantilización en la que puedes caer. Ves que a mucha gente no le importa la creación, sino el mercado del arte, y te va llevando hacia donde quiere, sin respetar tu idea, ni tu vertiente expresiva". Si bien todo lo que se vende es comercial, "hay diferencias de forma y de fondo". El resolvió hacer lo que lo deja satisfecho y a gusto consigo mismo. Dice: "Hay quien piensa que ser feliz es la suma de cosas materiales. Eso es relativamente 9
fácil de obtener también a través del arte, pero quizá te lleve al conflicto de poder defender tus principios". Explica el pintor las dificultades que entrañan las relaciones con las galerías. "Si no tienes bases sólidas, son organismos que, con sus excepciones, pueden enfocarte hacia la perversión del arte". Especialmente en los comienzos, puntualiza Conrado, debe tenerse cuidado: "Las relaciones comerciales tienen que ser tan escrupulosas como las que se dan con los hijos". Dice que en el medio cultural mexicano existen grupos, capillas, que marcan tendencias y dirigen sectores, han formado sus mafias entre las que se reparten canonjías y privilegios: "Esto es producto de una política cultural errónea, y de una falta de proyecto cultural nacional. Cada quien jala tratando de sacar provecho personal, lo que propicia injusticias". Sucede entonces que en "los concursos ya sabes que te van a entregar el segundo lugar porque el primero se lo distribuirán entre sí los propios organizadores". Protegiendo su coto de poder, esa mafia impide cualquier intento por prestigiar el arte mexicano no sólo aquí, sino en el exterior. ¿Qué han hecho nuestras representaciones diplomáticas en pro del arte mexicano? -se pregunta. "Yo tuve una beca del gobierno francés para estudiar arte en París y estuve más solo que un ostión. Sobreviví vendiendo lo que llevaba bajo el brazo a Italia y luego pinté un mural en Cerdeña". "He luchado por entrar en el mercado norteamericano, no por ambición de dólares -dice-, sino para tener una confrontación artística. Me consta que los artistas mexicanos tenemos capacidad para confrontarnos con los norteamericanos. Pero estamos tan sumergidos en el mercado nacional, por ese paternalismo castrante de las autoridades culturales, que nos aterra la confrontación". "Llevarte y regresar obra a México te hunde en laberintos aduanales... Ante las dificultades de todo orden, especialmente fiscales, que enfrentas en tu país, renuncias a salir. Entonces no te queda nada más que gastarte haciendo relaciones públicas para venderle a algún funcionario... Estoy en contra de todo eso porque el arte no puede limitarse, tiene que surgir, fomentarse y dejarse en libertad". Señala que hay mecánicas que deben conocerse para ejercer el arte: "Debemos buscar mayor calidad, establecer controles, lograr modificaciones en nuestra actitud. Nos acostumbramos a hacer todo sobre las rodillas, a no exigirnos a nosotros mismos. Yo he tratado de organizarme y trabajo de sol a sol en la producción, en la investigación, en la experimentación". Domínguez explica que hay artistas que no toman en cuenta que el arte debe ser perfección: "Hay a quien no le importa que un producto llegue a manos del consumidor sin una calidad total. Es lo que deberían enseñarnos quienes se sustentan como autoridades de la cultura: a respetar el consumidor del arte. Si alguien hace mal las cosas, cuadros que se degradan ante la resolana de una habitación, ese no es artista ni su trabajo de arte". "La plástica debe provocar un sentimiento placentero. Una sensación tan agradable como la de una música hermosa, o una comida agradable. Por tanto no 10
puedes presenta algo que no resistirá el paso del tiempo, que en vez de seguirte provocando esa sensación maravillosa, acabes buscándole defectos que irremediablemente le surgirán". La mano deja el pincel, para acomodar el rebelde y negro mechón que le resbala en la frente. Va mostrándome algunas piezas artísticas, todas con relieves, bajo relieves y tonalidades que surgen de mezclar arenas y resinas de colores. "Cuando estudiaba pintura, un maestro me dijo: "Tú eres escultor". Y sí, porque en las pinturas hay tallado", dice en tanto pasa su mano sobre las figuras que aparecen superpuestas en el papel, la tela, la tabla en que las trabajó. -¿Cómo te describes a ti mismo? -Diría que hago lo que yo quiero como artista, que con mi trabajo puedo mantener a mi familia... Sin sufrimiento, en la felicidad.
Verónica Espinosa El Universal Morelos, 19 de mayo de 1993 Es Conrado Domínguez un innovador de la técnica Eterno investigador de materiales, transformador de las prácticas tradicionales de la plástica en el terreno de la técnica, Conrado Domínguez ofrece al público morelense una muestra de los diferentes mundos que ha logrado dar al cartón, los acrílicos y las resinas; expone desde el pasado viernes en la galería "El Colibrí" de esta capital. Si bien admite no haber logrado todavía revolucionar el uso de ciertos materiales, Domínguez reconoce innovaciones alcanzadas por él en su constante experimentar: "Es principalmente en los que se refiere a los procedimientos y a los terminados donde considero que he trascendido las formas tradicionales de la técnica. Los tipos de texturas que he encontrado, los relieves, permiten un control de calidad sobre la obra misma. Y aún en obra gráfica, el pintar pieza por pieza la hace diferente". Practica dos corrientes gráficas básicas: el grabado "intaglio" término italiano que habla de formas entalladas, que emergen bajo presión; sobre papel hecho a mano, el autor graba sus trazos con un peso de hasta 60 toneladas. Por otro lado, elabora relieves modulares con resinas, en ediciones hasta de 25 piezas y trabaja asimismo la pintura, cerámica y el tapiz, siempre alrededor de una temática; para él sólo existen dos cosas "el tiempo y el universo interno del ser humano". Prepara una cama de arena que al absorber el material forma texturas, éstas son aprovechadas por el artistas de muy diversas formas para finalmente ser coloreadas en sus superficies con pinturas acrílicas. El proceso creativo de Domínguez sugiere un camino natural entre segundas y terceras dimensiones. De la pintura al relieve, y del relieve a la escultura, con similares soluciones figurativas. Es "La relación del hombre con su paisaje" lo que aborda en su obra plástica. "No coloco al hombre sobre el horizonte, sino en relación con él, tal como si 11
hiciéramos un corte geológico y descubriéramos que sólo se trata de capas superpuestas". Conrado Domínguez confiesa su gozo durante el proceso de creación; en su opinión se trata nada más de dar un orden armónico a los elementos que ya existen, como si fuera un gran rompecabezas. "Cuando miro las cosas, siento que las cosas me miran; los elementos están ahí, esperando a que los acomodes, en una compenetración total y ausente de conflictos". Su propuesta plástica en resumen, dice, "no es buscar, sino encontrar".
Wayne McLeod Vallarta Today, december 18 de 1989 Conrado Domínguez: painter, sculptor and more showing at Galería Uno trought December There are many shows planed overal the next several months at the major galleries of Vallarta; other than a collective and off-site-exhibition earlier in the fall, Friday night's Conrado Domínguez Exhibition at Galería Uno kicks-off the art season here. On hand were many of the region's more recognized art-supporter's and collector's; a crew from Guadalajara's Channel 4 interviewed the artist and filmed the crowd (showing this Tuesday), and many artists, both friends and admires of the showing artist. But the night belonged principally to Señor Domínguez. Earlier in the day before the arrival of the television crew, the well-wishers, and the family of Conrado, I had the pleasure of spending some time with the talented 43 years-old artist. There amid major works of his last few months and before, comprising in total one of strongest mounting of exhibited-paintings in recent memory, we talked about his back-ground. One notices of sun, often portrayed by Conrado as a golden orb dominating the whole, throughout his paintings, and I asked the artist why this particular shape, this particular symbol was important to him. "The sun is a universal symbol of light, of fredoom", he replied. Conrado quoted the philosopher Diogenes, making reference to the fact that from light comes shadow, necessary elements both for the all visual arts. Conrado Domínguez has enjoyed an illustrious career, showing in Paris as far 12
back as 1976, Italy in '77, Beverly Hills Proteus Galery at the start of the 80's, and lastly Cuernavaca in 1990. Now his home, Cuernavaca also allows him proximity to the world's largest city, Mexico city. Scattered over the last 20-years of his life have been solo and collective shows in many parts of Europe, Mexico and the United States. Carlos Fuentes, perhaps this country's most well-know and respected writers, and now lecturing at Harvard University, wrote the forward for Conrado's catalogue related to his '76 show, in wich the great novelist stated: "Conrado's world is that allows a man to imagine the duration of man of earth, even more than the possesion of earth by man". Conrado Domínguez delivers his ideas verbally with much verve; strong accentuated gestures pointedly emphasize the subject -his work reflects the same passion, thought often muted. Color transposes a particular subject into the general, like waves cresting and dissipating into the whole; the ocean of thought, subconcious, symbol. For a man with five disciplines -tapestry, ceramics, sculpture, painting and etching- Conrado Domínguez has found a style, personal and unique. Having begun painting at the edge of twelve, and having his first exhibition at sixteen, Señor Domínguez has had the luxury of time to develop his ideas. The public has the luxury of enjoying his throught the 18th of December at Galería Uno, 561 Morelos, 10 a.m. to 8 p.m.
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