Boletín Ceres No 6

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ISSN 2027 - 1018

BOLETร N

| Del Dicho al Hecho |

Nยบ 06


BOLETÍN CERES

Colectivo Estudiantil de Responsabilidad Socio-Ecológica CERES Boletín Nº 6/ ISSN 2027 - 1018 UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA Facultad de Ciencias Económicas

El Boletín recopila las diferentes experiencias y actividades de CERES a partir de su evolución como Colectivo Ambiental, a lo largo del año 2015. Cada texto permite apreciar los aprendizajes, percepciones y retos que nutren nuestra formación, alrededor del trabajo en equipo. RECTOR

Ignacio Mantilla Prada

VICERRECTOR, SEDE BOGOTÁ Diego Fernando Hernández

DIRECTOR BIENESTAR SEDE BOGOTÁ Oscar Oliveros Garay

COORDINADORA PROGRAMA GESTIÓN DE PROYECTOS Elizabeth Moreno Dominguez

ASESOR DIRECCIÓN BIENESTAR FACULTAD CIENCIAS ECONÓMICAS

CORRECCIÓN DE ESTILO Diana Consuelo Luque Villegas (PGP) DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN Diana Londoño Aguilera (PGP) IMPRESIÓN Gracom, Gráficas Comerciales

Contacto del grupo ceres_fce@yahoo.es Ceres: Del Dicho Al Hecho Yosoyceres.wix.com/ceres issuu.com/gestiondeproyectos Universidad Nacional de Colombia Cra 45 No 26-85 Edificio Uriel Gutiérrez Sede Bogotá www.unal.edu.co proyectoug_bog@unal.edu.co proyectougbog@gmail.com ugp.unal.edu.co /gestiondeproyectosUN issuu.com/gestiondeproyectos

Bethoveen Herrera

DECANO FACULTAD CIENCIAS ECONÓMICAS José Guillermo García Isaza

DIRECTORA INSTITUTO DE ESTUDIOS AMBIENTALES Carmenza Castiblanco Rozo

DIRECCIÓN GRUPO DE INVESTIGACIÓN PREVIO Carmenza Castiblanco Rozo

COMITÉ EDITORIAL Dirección

Prof. Director de Proyecto Rosario Rojas Robles

Atribución – No Comercial. El material creado puede ser distribuido, copiado y exhibido por terceros si se muestra en los créditos. No se puede obtener ningún beneficio comercial.

El Boletín CERES es una publicación de carácter ambiental de la Universidad Nacional de Colombia y de los estudiantes vinculados al Colectivo CERES. Los textos presentados en la siguiente publicación expresan la opinión de sus respectivos autores y la Universidad Nacional no se compromete directamente con la opinión que estos pueden suscitar.

Edición

Giselle Español Arturo Palero David Nuñez Natalia Pacheco Andrés Plaza

Equipo de Colaboradores

Jorge Eliecer Rojas Naranjo Diana Delgado Santiago Castañeda Valbuena Alexandra Rodríguez Mariana Pinzón William Díaz Santamaría

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS DIRECCIÓN DE BIENESTAR DIRECCIÓN DE BIENESTAR UNIVERSITARIO ÁREA DE ACOMPAÑAMIENTO INTEGRAL PROGRAMA GESTIÓN DE PROYECTOS



EDITORIAL:

03 Ideas que retumban.

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DEL DICHO AL HECHO: La NACHO sin desechos.

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DE RETORNOS Y ENTORNOS:

Estrategias de Re-Naturalización.

DEL DICHO AL HECHO: Acciones con Idea.

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JARDÍN DE LA BIODIVERSIDAD DE LA ABUELA BAGUE Proyecto de sueño

Contenido. LA FALACIA DE LA DOMINACIÓN: El poder de la demanda

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RETUMBAN

IDEAS QUE

Editorial.

E

s inevitable enamorarse de la Universidad Nacional con solo conocerla. Parte de su magia consiste en generar el entorno apropiado para el diálogo y la construcción de ideas conjuntas. Entre filas para eventos, conversaciones entre clases, almuerzos comunales y tertulias entre amigos, se moldea la idea de relanzar el Colectivo Estudiantil de Responsabilidad Socio-ecológica (CERES), existente desde el año 2007. Ceres se replantea como un colectivo de acciones; un pretexto, por medio del cual, un grupo de estudiantes de la maestría en Medio Ambiente y Desarrollo decide dejar de discutir y pasar a la práctica. De ahí nace nuestro proyecto CERES: del dicho al hecho. La interdisciplinariedad, la solidaridad y el interés por cuidar nuestro entorno consolidan a CERES y lo impulsan como un colectivo que trabaja de manera independiente; que no se enreda con la burocracia; que no se frena porque parezca difícil; que busca alternativas, y que promueve el diálogo de saberes y el respeto por el otro.

CERES se incorpora en una lucha difícil, atravesar las masas para intentar desviar a algunos individuos del camino; sin embargo, no es una tarea fácil, porque empiezan a escucharse voces de desesperanza y desánimo; voces pesimistas hacia lo que nos depara el futuro. A pesar de ello, retumban luminosas ideas, suaves impulsos por el cambio, siluetas que empiezan a acercarse y a crecer, y, lo más importante, a aportar desde lo pequeño, desde lo cotidiano; a transformarse para transformar. Cuando hablamos del ambiente, vale la pena nadar contra la corriente y confiar en que no nos hundiremos solos; sino que, por el contrario, muchas manos nos sostendrán en la superficie, y nos unirán con un gran lazo de solidaridad y consciencia, para mantenernos firmes y sostener a quien, a su vez, quiera tomar nuestra mano y evitar dejarse llevar hacia una catarata segura.

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CERES:

del dicho al hecho se consolida como un proyecto de acciones, de esperanza. Y, dado que no hay una sola forma de pasar al hecho, sino que hay muchas, CERES desarrolló la primera etapa del proyecto por medio de tres actividades concretas: la primera, actividades de sensibilización que buscan reconectar a los seres con su entorno, por medio de caminatas a diferentes puntos ambientales vitales para la ciudad; experiencia reflejada en nuestro primer artículo De retornos y entornos: estrategias de re-naturalización; el cual nos llevó a crecer y comprender mejor el impacto de nuestras acciones, desde lo urbano, sobre lo ecológico. Esta primera actividad se extendió a lo largo de la ciudad, ya que las caminatas fueron abiertas al público, contando con la asistencia de padres de familia, niños, compañeros, familiares y amigos, quienes se involucraron y disfrutaron del maravilloso paisaje, además de comprender que el cambio sí es posible.

La segunda actividad se dirigió específicamente a la comunidad universitaria, con el concurso Del dicho al hecho: sin desechos, este quiere involucrar a la comunidad en los procesos de reflexión acerca del uso de material desechable PET e icopor. Experiencia reflejada en el segundo artículo, y que demuestra la gran creatividad de nuestros compañeros y amigos, quienes se sumaron con sus campañas; nos apoyaroncon la divulgación del concurso, con su tiempo, con su interés, con sus grandes cualidades musicales y con su emoción por los resultados de la actividad.

La tercera actividad, plasmada en el artículo Del dicho al hecho: acciones con IDEA, dirigida, específicamente, a la comunidad del Instituto de Estudios Ambientales (IDEA) de la Universidad Nacional, con quienes tenemos especial acercamiento, puesto que la maestría en Medio Ambiente y Desarrollo hace parte del Instituto. Allí se buscó caracterizar los residuos generados por el IDEA y su actual manejo, pensando, con ello, una estrategia de gestión ambiental que parta desde el consumo, y se refleje en la reducción de residuos y en cambios tangibles de parte del IDEA. Vale la pena resaltar que, además de estas tres actividades, CERES aprendió y creció al participar en otras iniciativas que, aunque no nacen desde el Colectivo, son un claro ejemplo de cómo pasar a los hechos. Como ejemplos, están las actividades de agricultura urbana con la Fundación sin Fronteras, en San Cristóbal, y el Jardín de la Biodiversidad de la Abuela Bague, ubicado en las afueras de la Universidad Nacional, por la salida del estadio. Los integrantes, de este último, aportaron el artículo “Jardín de la Biodiversidad de la Abuela Bague” proyecto de sueño para este boletín. Nuestro último artículo, La falacia de la dominación: el poder de la demanda, escrito con un toque personal y crítico, nos invita a reflexionar acerca de la dirección que toma el mundo, las consecuencias de nuestro consumo excesivo y la necesidad de ser más conscientes de nuestros actos. Pone sobre la mesa comportamientos a los que estamos acostumbrados, pero que tienen impactos reales y ninguna justificación.


Finalmente, quisimos abrir un espacio para agradecer a todos aquellos que nos apoyaron haciendo posible las actividades, nos impulsaron a continuar y nos acompañaron dentro y fuera de la Universidad. A todos ellos: ¡GRACIAS por ser un ejemplo de solidaridad, diálogo y paz! Así como el trabajo realizado en las actividades es grupal, la sexta versión del boletín CERES se escribió en conjunto; reflejando la experiencia del trabajo en equipo. Es por ello que, no se encontrará el nombre de un autor determinado para cada título; sino que se percibirá la esencia de CERES en cada actividad, en cada opinión y en cada invitación. En esta versión, CERES intenta recoger su trabajo a lo largo del 2015, señalando las acciones concretas, más allá de la teoría que las justifica. El cual, si bien es un resumen del recorrido vivido, nos invita a pensar de qué lado queremos estar. Estos son algunos ejemplos de lo mucho que se puede hacer partiendo de iniciativas pequeñas. De corazón, te invitamos a convertirte en un reflejo del cambio y, con nosotros o de tu lado, sumarte a esta iniciativa, llevando tus ideas del DICHO AL HECHO.

todas yo de n o p a l e ro ción y aporta rticipa ciones que erentes tos a n e p i a m l i f di ec te, iza Agrad amen organ de las rofund ndencias y on ejemplo te: p , e c e s pe en agrad des, y cialm os, de CERES onas, grup as activida CHO. Espe E l rs H las pe alización de DICHO AL EL re D a l r a n (IDEA) s e e pa tales P) d n e s CE) i a b form s Am yecto (PG onómicas (F o i d u t Ec e Es ión de Pro encias tuto d t - Insti ma de Ges ultad de Ci ra ac - Prog tar de la F s e n e s i i -B Bic NELIA - COR tas 180° a (SGA) le n - Bicic IDAD Huma Ambiental n L I ó - MOV a de Gesti a m n - Siste urante Vega Bogotá e a t d s o e c -R áni ue taña ín Bot eras - Jard s de la Mon r Sin Front Abuela Bag a o a t l g c i e e y - Am ción Pro ad d a versid - Fund de la Biodi ín - Jard

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DE RETORNOS Y ENTORNOS:

ESTRATEGIAS DE RE-NATURALIZACIÓN

Dinero, poder, dios, ciencia y moda son algunos de los factores que han incidido en la concepción del ser humano separado de la naturaleza. La re-naturalización busca recuperar aquellas conexiones presentes entre los seres humanos y los ecosistemas, las cuales hacen de ambos uno solo para conformar la naturaleza. En este sentido, CERES ha trabajado a través de recorridos por algunos de los ecosistemas, que se encuentran alrededor de la ciudad de Bogotá, en actividades de plantación, control de especies fuera de lugar, jardinería y agricultura urbana; todo esto, con el ánimo de comprender, de una manera más cercana, la interdependencia entre los seres humanos, no humanos y todo lo que nos rodea.

Humanidad versus naturaleza Entender al ser humano y a la naturaleza como entidades separadas y organizadas, de modo que el hombre sea quien dispone de la naturaleza, según su criterio, ha conducido a la degradación e incluso la destrucción de las condiciones necesarias para la vida de muchas especies, incluida la humana. Así mismo ha conducido a numerosos y variados conflictos entre los humanos (Martínez, 2004). Distintas corrientes filosóficas y religiosas, así como procesos históricos concretos han contribuido a construir la concepción del ser humano separado de y superior a la naturaleza. El ser humano se ha visto, a sí mismo, como un ser más cercano a dios, con mayor capacidad de entendimiento y de transformación de la naturaleza, lo cual lo ha alejado de las dinámicas de esta; de comprender su funcionamiento y de integrarse a ella (Noguera, 2004). La naturaleza ha sido entendida como un espacio infinito y una fuente ilimitada de recursos al servicio exclusivo del ser humano (Ayres y Kneese, 1989). Satisfacer deseos de algunos seres humanos ha conducido a la apropiación de elementos de los ecosistemas, degradándolos y destruyéndolos en su composición, su estructura y sus funciones; además, excluyendo a otros seres humanos del acceso a elementos de los ecosistemas para la satisfacción de sus necesidades más básicas (Mesa, 2013). Imagen 1. Zona Baja, quebrada Las Delicias. Fuente: Archivo CERES.

Re-naturalización


La re-naturalización busca la reconcepatualización de la naturaleza; la reconstrucción de los vínculos entre el ser humano y los ecosistemas, y la restauración ecológica mediante el entendimiento, el sentimiento y el accionar humano. La construcción de territorio, desde el pensamiento y el sentimiento que el ser humano puede generar para con los ecosistemas que habita, a través de la acción humana para la recuperación de elementos, estructuras y funciones ecológicas que son fundamentales para la vida humana y no humana. Así, más allá de un proceso técnico científico eficaz, de restauración ecológica, la re-naturalización pone énfasis en la participación social y en la generación de espacios comunitarios que logren apropiarse de este proceso (Vargas, 2015).

Desde el reconocimiento del territorio, de sus características ecológicas y sociales, pasando por la generación de pensamientos, sentimientos y sensaciones frente a este, se busca generar acciones que permitan transformar las relaciones entre los humanos y los ecosistemas, hacia formas más amigables y respetuosas. En otras palabras, más justas con la vida humana y no humana, con la vida pasada, presente y futura; con la vida en todas sus dimensiones. Imagen 2. Salida al Páramo Cruz Verde Fuente: Archivo CERES.

¡Camina el trecho! En lo que va corrido del año 2015, CERES ha emprendido una serie de acciones que apuntan a la re-naturalización. Con la participación de estudiantes, egresados, amigos y familiares, y con el apoyo de la Universidad Nacional, de otras instituciones, fundaciones y organizaciones comunitarias, se han logrado recorrer ecosistemas de la ciudad de Bogotá, y participar en actividades que permiten su reconocimiento y aportan a su recuperación.

Reserva Thomas van der Hammen Gracias a un vínculo con el Jardín Botánico de Bogotá (JBB) y para celebrar el día de la Tierra, se participó en una jornada de plantación de árboles en la reserva Thomas van der Hammen. Esta reserva está ubicada al norte de Bogotá, en los límites con los municipios de Chía y Cota; cuenta con

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una extensión de más de 1400 hectáreas (Proyecto de Acuerdo No. 246 de 2014), y constituye una parte fundamental de la estructura ecológica principal de la ciudad, dado que genera conectividad entre los cerros orientales, el humedal Torca Guaymaral, el humedal La Conejera y el río Bogotá. La actividad consistió en la plantación de 1200 árboles y la aspersión de semillas en el predio de Las Mercedes, que conecta el humedal La Conejera con un relicto de bosque alto andino inundable, único en la región. Se contó con la participación de funcionarios del JBB, miembros de CERES e invitados del Colectivo.

Imagen 3. Jornada de plantación día de la Tierra, Reserva Thomas van der Hammen. Fuente: Archivo CERES.

Quebradas de Chapinero El sábado 25 de abril se realizó un recorrido desde la quebrada La Vieja hasta la quebrada Las Delicias, por el cerro de La Cruz, en la localidad de Chapinero. Este recorrido fue acompañado por Benedicto Galindo, líder comunitario en el barrio Bosque Calderón Tejada y pionero en la recuperación y protección de la quebrada Las Delicias. Para la realización de la actividad se convocó a algunos participantes a través de medios electrónicos; a lo largo del recorrido, se fueron sumando más participantes espontáneamente. Este recorrido permitió contrastar los ecosistemas y la relación de los habitantes con ellos. La quebrada La Vieja, ubicada en los Rosales, uno de los barrios más costosos de la ciudad, tiene, en su parte baja, jardines que reciben mantenimiento con dinero de los habitantes del sector; un sendero diseñado por Rogelio Salmona, y una puerta que restringe el paso más arriba de la avenida Circunvalar. Al camino acuden cientos de visitantes que la recorren a diario, principalmente, los fines de semana. Por su parte, la quebrada Las Delicias es habitada por viviendas de estratos 1 y 2, algunas en zona de riesgo. En su parte baja, ha sido recuperada como consecuencia de una lucha emprendida por los habitantes del barrio, tras la construcción de puentes y vías en la avenida Circunvalar con calle 62; convirtiéndola en un caño, fuente de inseguridad, receptora de aguas residuales y demás desechos. Allí, se han plantado cientos de árboles y se ha construido un sendero que atraviesa el barrio, y conduce hasta pozos y cascadas ubicadas en la parte alta de la quebrada.


Imagen 4. Salida con los Amigos de la Montaña a las quebradas La Vieja y Las Delicias. Fuente: Archivo CERES.

Durante el recorrido se identificaron, de acuerdo con la narración de nuestro guía, distintos factores que han transformado y deteriorado estos ecosistemas. La construcción de la ciudad y su consecuente pérdida de cobertura vegetal ha incidido en el cambio climático local, afectando la dinámica de lluvias en la zona de los cerros. Así mismo, se ha demandado gran cantidad de material que, en un tiempo, fue extraído de los cerros; este es el caso del barrio Bosque Calderón Tejada, una cantera, inicialmente, habitada por algunos de sus trabajadores que recibían predios en forma de pago. Habitar en estos espacios generó, a su vez, la demanda de madera como combustible y material de construcción, produciendo deforestación y siembra de pinos y eucaliptos. Estas especies han ocupado gran parte del ecosistema y han afectado profundamente la biodiversidad; ya que, por lo general, impiden el crecimiento de otras especies; esto mismo ha ocurrido con especies como el chusque y el retamo espinoso1.

Al finalizar el recorrido, se realizó una actividad de control de brotes de eucalipto en una zona aledaña a la quebrada. Esta especie no es apropiada para zonas en las que se pretende conservar una fuente hídrica, debido a que, a parte de ser exótica y tener gran altura, es una gran consumidora de agua, se reproduce fácilmente y crece muy rápido, impidiendo el desarrollo de otras especies. La actividad requería la remoción de varias decenas de ejemplares de esta especie desde la raíz. Si se pretende generar un efecto real en esta zona, se debe dar continuidad a este proceso, por medio del control del eucalipto y la plantación de especies más apropiadas para esta zona.

Para mayor información al respecto se recomienda consultar el artículo: “Caracterización de invasiones de Ulex europaeus L. de diferentes edades como herramienta para la restauración ecológica de bosques altoandinos, Colombia de Héctor Beltrán y José Barrera

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Imagen 6. Cerros Orientales de Bogotá. Fuente: Archivo CERES.

Imagen 5. Quebrada Las Delicias. Fuente: Archivo CERES.

Entrenubes Posteriormente, se desarrolló un recorrido por el parque Entrenubes, en la localidad de San Cristóbal. Este parque está ubicado en el extremo oriental de la zona urbana, desde el mirador de Juan Rey; el parque conecta los cerros orientales con el río Tunjuelo; constituyendo una parte importante de la estructura ecológica principal de la ciudad. El parque emerge en medio de la ciudad; separa la localidad de San Cristóbal de la de Usme y desciende hasta Ciudad Bolívar.

Desde el mirador, se observa una panorámica de gran parte de la ciudad, de los ecosistemas presentes en la zona sur y de los efectos de la urbanización sobre estos. Fenómenos como la minería y la construcción de ‘viviendas de invasión’ se observan dentro del parque y a su alrededor. En la zona alta, hay viviendas que ascienden sobre los cerros; mientras que en la zona baja, hay canteras que los destruyen y viviendas al borde de las quebradas. Todos estos son fenómenos, desde la altura, dan una idea de cómo se conjuga la urbanización, la industrialización, el desplazamiento forzado, la depredación, etc.

Páramo Cruz Verde Para cerrar el semestre, CERES, con el acompañamiento de la clase de Arte y Medio Ambiente, realizó un recorrido al páramo Cruz Verde. Aquí se ascendió por la cuenca del río Fucha, a través de un camino empedrado, de construcción colonial, que conduce al departamento del Meta.


El camino deja ver los ecosistemas de bosque alto andino y de páramo, caracterizados por la presencia de abundante agua superficial. A pesar de que han sido intervenidos y cuentan con especies exóticas, estos ecosistemas se encuentran bastante bien conservados y cumplen una función esencial en la regulación del agua, pues, a pesar de las pocas lluvias de la temporada, el flujo de agua es constante, abundante y siempre presente a lo largo del recorrido.

Imagen 7. Camino colonial en el páramo Cruz Verde y la ciudad de Bogotá. Fuente: Archivo CERES.

Jardinería y agricultura urbana Paralelo a estos recorridos, CERES ha participado en actividades que, también, aportan al enfoque de la re-naturalización. Estas son: el Jardín de la Biodiversidad de la Abuela Bague y las huertas urbanas de Proyectar Sin Fronteras. El Jardín de la Biodiversidad de la Abuela Bague es una iniciativa de Santiago Castañeda, estudiante de la maestría en Medio Ambiente y Desarrollo, la cual busca reunir estudiantes y comunidad en general para la recuperación de un espacio aledaño a la Universidad, usualmente ocupado por vehículos de servicio público o empresarial, y destino de desechos de habitantes y transeúntes.

Al principio, este espacio contaba con algunos árboles y cobertura de pasto; ahora, cuenta con varias especies vegetales, sembradas y cultivadas por estudiantes y amigos que han decidido participar en este espacio, con el ánimo de embellecerlo, apropiarlo y aportar un granito de arena a la biodiversidad y al crecimiento de la vida propia y común.

Imagen 8. Adecuación de huerta en Puente Colorado. Fuente: Archivo CERES.

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Proyectar Sin Fronteras (PSF) es una organización no gubernamental colombo-francesa, el cual busca fortalecer la capacidad productiva de familias desplazadas, desmovilizadas o, en general, de escasos recursos en la ciudad de Bogotá. Uno de los proyectos que se ha desarrollado, con mayor fuerza, en este sentido es la agricultura urbana como fuente de alimentación y de productividad para las familias. CERES se vinculó a la actividad de adecuación de un invernadero en el barrio Puente Colorado en la localidad de San Cristóbal. En esta participaron voluntarios de PSF, de CERES y miembros de la comunidad. La terraza de una casa abandonada fue el escenario en el que la tierra improductiva se empezó a transformar en una posibilidad de creación, unidad comunitaria y autonomía. Con estas actividades, CERES ha encontrado un espacio de reflexión individual; una oportunidad para compartir con los demás, descubrir las mejores actitudes y la buena voluntad de las personas; para conocer nuevos lugares, hermosos paisajes y complejas problemáticas; para experimentar sensaciones, sentimientos, diversas conexiones con personas, animales, plantas, agua, rocas, tierra, aire; la vida de la que hacemos parte. Todo esto conduce a oportunidades, nuevas esperanzas, maneras de transformarnos y transformar nuestras realidades.

¡Del Dicho al Hecho, Camina el Trecho!

Imagen 9. Camino colonial en el páramo Cruz Verde. Fuente: Archivo CERES.

Imagen 10. Vegetación páramo Cruz Verde. Fuente: Archivo CERES.


Bibliografía

AYRES, R. y KNEESE, A. [1989] “Externalities: economics and thermodynamics”. En: Archibugi, F. y Nijkamp P. (Eds.) [1989] Economy and Ecology: Towards Sustainable Development. Dordrecht: Kluwer Academic Publishers, pp. 89 a 118. MARTÍNEZ, J. [2004] El ecologísmo de lo pobres. Barcelona: Icaria Editorial. MESA, G. [2013] Derechos ambientales en perspectiva de integralidad: concepto y fundamento de nuevas demandas y resistencias actuales hacia el “Estado ambiental de derecho”. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia. NOGUERA, A. [2004] El reencantamiento del mundo. Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente - PNUMA - Oficina Regional para América Latina y el Caribe. Universidad Nacional de Colombia. IDEA VARGAS, D. [2015] Red de huertas Altos de la Estancia. Consulta en la Web agosto 31 de 2015 http://renaturalizacion.blogspot.com/2015/01/red-de-huertas-altos-de-laestancia.html

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DEL DICHO AL HECHO:

LA NACHO

SIN DESECHOS

Bogotá es una ciudad hermosa, rodeada de majestuosas montañas, bañada por mágicos cuerpos de agua y poblada por una diversidad de toda clase. Tan única y amorosa que se lleva diariamente más de 6 mil toneladas de residuos2, sin contar la carga sobre el río Bogotá.

Al recorrer la ciudad, por cualquiera de sus particulares lugares, a cualquier hora y bajo el clima que sea, es inevitable pasar por alto la falta de cultura ambiental de sus habitantes. Personas de todas las edades, géneros, etnias, clases sociales, profesiones y lugares de origen devuelven, a la ciudad que los acoge, toneladas de basura consumida, sin la menor consciencia e interés. Un panorama lamentable, cuando se recorren los cuerpos de agua superficiales que la atraviesan, taponados de desechos y escombros, y, aún así, dispuestos a librar a esta ciudad de la responsabilidad por un consumo innecesario y de un colapso ambiental por el exceso de desechos. Según la Agencia de Noticias UN, para 2013 “la Ciudad Universitaria de Bogotá generaba 22 toneladas de residuos cada semana” (julio de 2013). Después de un proceso de separación y tratamiento específicos, estas se reducen a 5,5 toneladas semanales para disposición en el relleno Doña Juana. Diariamente, estudiantes, profesores, trabajadores y visitantes consumen numerosos alimentos en vasos de icopor y cartón; botellas y vasos de plástico; bolsas, empaques, cubiertos, pitillos desechables, etc., en cantidades considerables; todos fabricados con polímeros, metales, los cuales se suman a la problemática ambiental local y global.

Uno de los más grandes y graves problemas es que, dentro de nuestra cultura de consumo, no se considera todo el ciclo de vida de los productos utilizados, porque ignoramos las formas de producción, cuánto tiempo puede durar su descomposición y los conflictos que se generan tras su uso y desecho. Esto, aunado al aumento de población y al arraigo de la cultura de consumo compulsivo, cada día nos lleva, más, a saturar nuestros mares, ahogar nuestros ríos, estallar nuestras montañas, arrasar con nuestras selvas y pisotear formas de vida diferentes y necesarias para el equilibrio ecológico.

2 Según el Proyecto de Acuerdo 113 de 2011 de la Alcaldía de Bogotá, D.C., la ciudad producía aprox. 6.500 toneladas de residuos sólidos diariamente, de los cuales alrededor de un 70% son de carácter aprovechable, es decir, con potencial de reciclaje, reuso y otros tipos de aprovechamiento. (Concejo de Bogotá, marzo de 2011).


Adicionalmente, las falencias en educación ambiental son evidentes; los que deviene en una sociedad sin información, sin conocimiento sobre el manejo de residuos domésticos, que actúa bajo ideas confusas de separación y con poco interés al respecto. Si bien, muchos de los residuos separados dentro de la Ciudad Universitaria pasan por procesos de reciclaje, gran parte de la energía utilizada en dicho proceso podría ahorrarse, adquiriendo comportamientos de consumo más conscientes y responsables.

Hagamos un concurso Las campañas ambientales se han hecho más evidentes cuanto más indudable es el deterioro ambiental. Infinidad de carteles invitándonos a no desperdiciar agua, a botar los desechos en su lugar, a apagar luces y a reciclar, así como, infinidad de ojos ignorando los letreros que cuelgan desapercibidos en baños, canecas de basura, centros comerciales y oficinas. Como colectivo, CERES es consciente de la necesidad de motivar cambios reales, de explorar nuevas estrategias para llegarle a la comunidad universitaria y sembrar semillas de cambio. Partiendo de esto, el Colectivo decidió desarrollar uno de sus objetivos principales, a través del concurso Del dicho al hecho: ¡sin desechos! Este concurso quería aportar al cambio en los hábitos de consumo. Para ello, incluyó actividades de sensibilización, las cuales motivaron la adopción de comportamientos responsables y respetuosos con nuestro entorno y los distintos seres que interactúan en él.

¿De qué se trató? El concurso estuvo dirigido a la comunidad universitaria en general, profesionales y aficionados, interesados en fomentar el cuidado y la conciencia ambiental; esto, gracias a la creación de una campaña de libre difusión, que sensibilizó a la comunidad universitaria, sobre los problemas generados por el uso de desechables. Y, a la vez, estimuló e involucró la creatividad y disposición de la comunidad universitaria en el desarrollo de las campañas que ellos mismos adoptarían posteriormente.

El objetivo del concurso era motivar la reducción del consumo de desechables dentro del campus universitario.

La temática del concurso era la conciencia ambiental, enfocada, específicamente, hacia los conflictos generados por el uso descontrolado de materiales desechables.

La sensibilización hacia la reducción del consumo de desechables se eligió debido a la necesidad de reemplazo de dichos materiales y su alto consumo dentro del Campus. Una vez decididos los objetivos y la temática del Concurso, se elaboraron unas bases y condiciones que estructuraron la actividad, haciéndola más sólida y dinámica; además, se definieron los criterios de selección para los tres primeros lugares.

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Uniendo Fuerzas Una vez se estructuró el concurso, la atención se centró en la premiación, como oportunidad para dejar claro el mensaje que, como Colectivo, queremos reflejar. Por ello, CERES aprovechó la oportunidad para estimular el uso de medios de transporte alternativos y atraer propuestas de calidad. Para llevar esto a cabo, se entregó, al primer lugar, una bicicleta. Posteriormente, se buscaron patrocinadores dispuestos a apoyar una actividad, que no prometía beneficios a cambio, al menos no medibles en términos económicos. Tras varias reuniones con empresarios bicicleteros, contactos por redes sociales y visitas a lo largo de la ciudad, llegó una tarde fresca y luminosa en la que una mujer joven le dio el último empujón al concurso, apoyándonos con una bicicleta propia de su negocio: una Cornelia Torbellina.

Cornelia Bicis

Bicicletas 180°

patrocinó el primer lugar, con una bicicleta de diseño propio: La Cornelia Torbellina

patrocinó el segundo lugar, con un Bono de 50% de descuento para una bicicleta personalizada.

Movilidad Humana patrocinó el tercer lugar, con un kit ciclista completo.

El apoyo no se hizo esperar, detrás de Cornelia empezamos a comprender que cada día somos más las personas que queremos cambiar nuestra realidad; en consecuencia, empezaron a sumarse manos, corazones, ganas e ideas. Logramos no solo el apoyo de un segundo lugar por parte de Bicicletas 180° y un tercer lugar desde Movilidad Humana, sino el apoyo de grupos musicales, el apoyo financiero desde la dirección de bienestar y el interés de otros Colectivos y grupos estudiantiles. Gracias a todo esto, el Concurso empezó a rodar. El lanzamiento del concurso se realizó el 15 de abril del 2015, con gran acogida. Sin embargo, el paro de trabajadores, llevado a cabo en el primer semestre de 2015, tuvo como consecuencia la desconexión de muchos estudiantes hacia las actividades realizadas aún con las aulas cerradas. Como una estrategia para avanzar, aún con el campus desolado, se hizo toda clase de publicidad por redes sociales y correo electrónico; así mismo, se modificaron las fechas para la recepción de propuestas, con la esperanza de que los participantes aprovecharan el tiempo para sacar a relucir su creatividad. Después de estas dinámicas, propias de la Universidad Nacional, y la modificación del calendario académico, la recepción de propuestas se cerró el 31 de mayo de 2015. Se colgaron 15 afiches en puntos estratégicos de la Universidad, con poco impacto dentro del contexto señalado para los potenciales concursantes. Se inscribieron, en total, 29 participantes, de los cuales 9 hicieron llegar su propuesta en las fechas y condiciones establecidas en las bases del concurso.


Las 9 campañas: diversidad de orígenes hacia un mismo fin Al revisar las propuestas nos dio gusto ver que se hacían análisis profundos acerca del consumo de desechables. Los participantes buscaron datos e idearon formas de llegarle a la comunidad de manera creativa. Una vez analizadas las propuestas, nos motivó cómo todas las propuestas buscan cambios profundos en los comportamientos, las percepciones, los imaginarios y las costumbres Si bien, los participantes no se conocían, eran de carreras diferentes y entregaron propuestas distintas, las campañas tenían cosas en común, reflejando una misma dirección de actuar. Así, cuatro de las campañas proponían una confrontación entre la ‘Nacho’ y su propia basura, sensibilizando, a la comunidad, acerca de cuál es la disposición final de nuestros desechos cotidianos. Dos de las propuestas motivaban a la reutilización de materiales y la sensibilización, para dejar de verlos como desechos. Dos de las campañas buscaban eliminar, por completo, el consumo de desechables, reemplazando estos productos por elementos más duraderos y amigables con el ambiente, acompañados de la sensibilización para adoptar este comportamiento como costumbre. Finalmente, una campaña recogió estos tres objetivos, entregando, en una sola propuesta, la sensibilización por disposición de residuos, la reutilización y el reemplazo en el uso de desechables.

Imagen 12. Propuestas participantes. Fuente: Archivo CERES, 2015.

Imagen 11. Afiche concurso “Del dicho al Hecho”. Fuente: Arturo Palero, 2015.

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Campañas bien pensadas, creativas y acordes a las necesidades del campus son el resultado de un semestre de trabajo en equipo; una clara muestra de que organizarse es posible, de que dos piensan mejor que uno, y de que poco a poco el movimiento social se va convirtiendo en una bola de nieve que absorbe fuerzas de la solidaridad y crece cada día con la paciencia y la persistencia.

¿Qué Sigue? El 20 de agosto se realizó el evento de premiación del Concurso, una tarde amena en la que CERES contó con la compañía de los concursantes, patrocinadores, grupos musicales, Colectivos ambientales, el apoyo del Programa de Gestión de Proyectos de la Sede Bogotá y del Sistema de Gestión Ambiental. La Universidad Nacional, especialmente, la Sede Bogotá, como el Campus más grande del país, debe empezar a realizar acciones concretas para aportar a la problemática ambiental, que llega al punto de no retorno y comienza a reflejarse gravemente en el bienestar social de Colombia.

Bibliografía

Gracias al apoyo y la dinámica de trabajo, CERES se posiciona como referente del trabajo ambiental al que le apunta el campus; empero, el concurso representa solo la puerta de entrada hacia cambios culturales concretos, que requieren de educación ambiental, de la implementación de las campañas y su posterior seguimiento, de actividades de sensibilización que sigan motivando la apropiación de las diferentes estrategias ambientales propuestas y que convenzan, cada día, a más personas a pasar del Dicho al Hecho, y a dejar atrás la generación de desechos.

Concejo de Bogotá. (Marzo de 2011). Proyecto de Acuerdo 113 de 2011. Por medio del cual se establecen los centros de disposición de residuos domiciliarios peligrosos para Bogotá, D.C. Recuperado de: http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/ Norma1.jsp?i=41936. Agencia de Noticias UN. (Julio 24 de 2013). Sistema de Gestión Ambiental de la UN es ejemplo para mexicanos. En: Unimedios. Recuperado de: http://agenciadenoticias. unal.edu.co/detalle/article/sistema-de-gestion-ambiental-de-la-un-es-ejemplo-paramexicanos.html.


del

al

Dicho

Hecho: ACCIONES CON IDEA La humanidad se caracteriza por ser una especie que ha generado diferentes culturas y, con base en éstas, instaura patrones de comportamiento y de relaciones de poder. En occidente hemos aprendido a establecer nuestras relaciones con la naturaleza mediante instrumentos de gestión y ordenación de los territorios y sus elementos, por ende, de la vida. La naturaleza ‘como un objeto’, la humanidad es ‘el sujeto’. Un ‘sujeto’ que somete lo desconocido a estructuras conocidas; implanta reglas y lineamientos de la razón a elementos que no siguen estas representaciones simbólicas. La idea es el control, extracción, aprovechamiento, en sí, la confianza de poder dominar lo desconocido. Esta forma de convivencia, establecida, con esquemas que resultan poco amigables con el ambiente, con las sociedades y con nosotros/as mismos/as, ha generado graves conflictos ambientales, los cuales, cada día, son más evidentes. Los esquemas de comodidad han modificado nuestra forma de consumir. La generación de materiales que se desechan se ha incrementado considerablemente en las últimas cuatro décadas, en Colombia se generan 1.2 kg de residuos al día por habitante, lo que deviene en espacio y problemas postconsumo. Para el colectivo CERES, preguntarse cómo se puede influir en las formas de consumo desde la adopción de una consciencia holística e integrada, es el punto de partida para generar cambios considerables. Es, desde ahí, que CERES propone, como una de sus líneas de acción, la creación de un mecanismo para que la comunidad del Instituto de Estudios Ambientales (IDEA), conozca, identifique y regule, conscientemente, el impacto que generan sus actividades cotidianas; e, igualmente, para la toma de acciones concretas que lleven a procesos mediante los cuales, se logre una mejora continua y una coherencia ética con la misión del Instituto3.

La misión del IDEA es contribuir al conocimiento del ambiente, entendido como las relaciones sociedad-naturaleza, a la conservación y aprovechamiento sostenible de sus potencialidades y a la solución de los problemas ambientales del país, con el fin de mejorar la calidad ambiental y la calidad de vida, mediante la investigación, la docencia y la extensión, en el marco del trabajo interdisciplinario e interinstitucional de la Universidad. (IDEA, 2015)

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Durante el periodo de abril a junio de 2015 se realizaron tres actividades que se enfocan en la obtención de información y en una acción concreta. La primera consistió en un ejercicio de caracterización de los residuos que se generan en el IDEA. La segunda, fue realizar encuestas de percepción a las personas que trabajan y estudian en el Instituto, con el fin de identificar los problemas ambientales de este, vistos desde su experiencia cotidiana. La tercera, la sustitución de vasos desechables de poliestireno expandido (icopor o EPS) por tazas térmicas de aluminio. Por un lado, la caracterización de los residuos se hizo mediante un ejercicio de colección de basura semanal, un cuarteo y la identificación de los componentes. En este ejercicio, se apreció la existencia de una gran cantidad de residuos que pueden ser aprovechados; y que, otro tanto de ellos, como empaques y envases, son utilizados por un corto periodo de tiempo debido a, por su composición, su disposición final es casi su única opción de manejo.

Imagen 13. Composición del muestreo de basura del IDEA. Fuente: Archivo CERES.

Se realizaron 25 entrevistas, 25 personales, a las personas que trabajan en el IDEA y, 29 virtuales, a lo(s) (a) (as) estudiantes activos de la maestría en Medio Ambiente y Desarrollo. Se logró el 100% de las entrevistas personales y 40% de las virtuales –estas últimas representan el mismo porcentaje de los/as estudiantes activos para el periodo académico–. Como resultado se observó que, a pesar de que las personas se interesan por clasificar sus residuos, no cuentan con los contenedores necesarios para ello; lo que deviene en la mezcla de todo tipo de residuos en la misma caneca. Asimismo, hay una percepción generalizada de que el principal problema ambiental del Instituto es la falta de coherencia entre el pensamiento ambiental y sus acciones.


Imagen 14. Entrevistas a los administrativos del IDEA. Fuente: Archivo CERES.

Por último, como uno de los objetivos planteados era reducir el 50% del icopor que se consumía en el IDEA –por ser un producto extraído de materias primas no renovables, con altos costos y conflictos ambientales–, se tenía que brindar una opción viable en la sustitución de los vasos de EPS que se utilizaban para el consumo de tinto y aromática. CERES pensó que, proveer de un pocillo a los estudiantes, disminuiría considerablemente su consumo; no solo en el Instituto, sino en los lugares donde las personas realizan estos consumos. Por ello, se solicitó el apoyo presupuestal del Bienestar Universitario; se adquirieron los productos y se sustituyeron los vasos. Esto, a su vez, constituiría un factor de pertenencia entre los estudiantes. La entrega la realizó el Colectivo, en el mes de agosto, gracias a una actividad celebrada al inicio del semestre 2015-II. Este ejercicio sirvió, por un lado, como una evaluación de los logros alcanzados y, por el otro, para incentivar, a más personas, a pasar del Dicho al Hecho y a materializar sus proyectos dentro de este espacio que conforma CERES.

Imagen 15. Pocillo de aluminio que se utilizó como sustito de vasos de icopor. Fuente: Archivo CERES.

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Las actividades que realiza CERES contribuyen, de forma proactiva, a la construcción de una comunidad universitaria responsable con su entorno y con las sociedades colombianas; integrando el enfoque del pensamiento ambiental a las actividades diarias y creando espacios en los que, a través de la reflexión, la participación, el diálogo de saberes y acciones concretas, se implementen nuevas propuestas de relación con el entorno. Las actividades de gestión, propuestas por CERES, buscan cambios culturales que se reflejen en comportamientos más conscientes, de manera que se respete y se proteja el entorno, sin esperar a adopción de acciones de mitigación de los efectos e impactos negativos, generados por este modelo de comportamiento.

Bibliografía

Es interesante que, varias de las campañas recibidas en el concurso Del dicho al hecho: sin desechos, presentan propuestas muy afines a las actividades de gestión presentadas. Una clara señal de que somos muchas personas las que trabajamos por llevar a la práctica acciones que permitan cambios reales, acciones con IDEA.

IDEA. (2015). Instituto de Estudios Ambientales (IDEA). Recuperado de: http://www.idea.unal.edu. co/quien_somos/q_funciones.htm


“JARDÍN DE LA BIODIVERSIDAD DE LA ABUELA BAGUE” PROYECTO DE SUEÑO

Imagen 16. “El arte de Chalo”. Fuente: Santiago Castañeda.

Debemos sanar las heridas de la tierra, así sanaremos nuestras propias heridas. Debemos abrazar la creación en toda su diversidad, belleza y maravilla. Wangari


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De casa a la U. y de la U. a la casa. Todos los días pasaba por aquel lugar abandonado; lugar público, lugar de nadie, lugar de escombros, y basurero para taxistas y otros; lugar para el excremento de perro y el del humano; carrera destapada donde convergen algunas expresiones de la porquería de la ciudad; justo frente al conjunto residencial donde yo habito. Todos los días, al pasar por ahí, me repugnaba por el aspecto y el olor que permanecía en ese lugar y que aún se encuentra en algunas partes de la transversal. De repente, un día decidí colgar un par de pecuecos4 en un poste de luz. Unos días después, colgué otros, luego otros... Los regaba cada 3 o 4 días, excepto cuando me iba a vacacionar, hasta que se robaron los más lindos. A pesar de haber colgado los zapatos, de empezar a re-significar aquella carrera, sentía tristeza por el territorio donde vivo; pues dista mucho de ser un paisaje agradable por el que de gusto pasear. Fue así como decidí sembrar un chachafruto que germiné desde semilla en Arbeláez. Pasaron un par de meses y noté, con sorpresa, que lo respetaron; y aún está ahí,… creciendo. Después de unas pocas semanas de tristeza, por intentar asumir, con fortaleza y coraje, el final de un amor; del tremendo desgaste por contener el impulso de perseguir a una maravillosa mujer… Me di cuenta de que necesitaba sanar la herida de la pérdida, del abandono, de una muerte simbólica –que también es muerte–; del desvanecimiento de una relación corta, fugaz, deslumbrante y apasionada. Entonces, una tarde de abril, sin pensarlo más, ¡aconteció!

Sin tomar la decisión de hacerlo, me encontré, en una esquina del barrio La Esmeralda, dos plantas abandonadas a la suerte del camión de la basura. Sin vacilar, las recogí; subí una en el canasto de mi bicicleta y la otra la llevé en mi mano izquierda; las dejé donde sería el jardín y las sembré con ayuda de Lina y Chalo. Así sucedió; y cuando menos me di cuenta, ya estaba sembrando, sembrando plantas que recogí de la calle. No sabía cómo lo iba a llamar; no sabía quiénes me iban a ayudar; no sabía y no sé qué alcances pueda tener; No sé si será una intervención permanente o si será acabada por el abandono, o por alguna obra de adecuación pública; ¿quién sabe?..., ¿Y qué más da? El espacio empezó a tomar color y su aspecto mejoró. Poco a poco, con el trabajo diario, se ha transformado y con él, la gente, que también se lo piensa y que reconfigura su significado. Gracias al apoyo de Lina María Bedoya y Juan Sebastián Gómez; gracias al colectivo CERES y al grupo de montañismo y medio ambiente El Monte en Humanas de la Universidad Nacional de Colombia; gracias a la empresa de vigilancia que trabaja en la universidad y, también al compromiso de muchas otras personas que, poco a poco, se van vinculando. Hoy el proceso es visible, el jardín se está llenando de vida y ahora tiene nombre… El “Jardín de la Biodiversidad de la Abuela Bague5”, así se llama. Es un proyecto de jardín; es pensamiento e ideas; es un esquema de revitalización urbana; es visión de un espacio-tiempo cuyo propósito es albergar una inmensa diversidad de flora y aves; es

Zapatos viejos utilizados como materas. Ella no era cosa, ni persona, ni árbol ni piedra, ni algo que se pudiera ver y tocar. Ella era el pensamiento, la imaginación y la fuerza de lo que iba a venir. Era la luz antes de la luz, Era el movimiento antes del movimiento, Era el espacio sin límites, era el tiempo antes de su existencia (…) La Madre Abuela Bague tenía las cosas del mundo en su pensamiento y tenía la memoria llena de lo que iba a venir. Era el esquema, la idea, la imagen y la palabra de lo que iba a venir(…) En la Madre Abuela estaba la vida oculta aún sin manifestarse, era el azul del arco del cielo, el verde de las plantas, el gris de las nubes, la sangre de los animales y la gente. En un comienzo ella era todo, era el ser-espíritu de las cosas, el principio de todo lo que se iba a crear, era como proyecto de cosmos y de mundo. También era proyecto de muisca, la gente que somos nosotros (Rozo Gauta, 1998, pp. 143). 4 5


sanación de la tierra, del barrio Rafael Núñez, de la localidad de Teusaquillo, de la ciudad de Bogotá y de la sagrada Bacatá. ¡Es sanación de nosotros mismos!

Datos de contacto: Santiago Castañeda Valbuena - Coordinador 3002202223 jardindelaabuelabague@gmail.com Jardín de la Biodiversidad de la Abuela Bague.

Bibliografía

Imagen 17. Plantas “6 de Julio”. Fuente: Santiago Castañeda

Este proyecto, a su vez, pretende generar redes entre la comunidad universitaria y los habitantes del barrio, en torno al cuidado, protección y embellecimiento del territorio. Es la oportunidad de hacer campo en la ciudad, a través de la agricultura orgánica biodiversa, de la jardinería ornamental y el paisajismo; es, también, la oportunidad de diseñar, sembrar y construir el jardín del espacio público más grande y diverso de la ciudad de Bogotá.

Puedes vincularte al proyecto, pues entre más seamos, más tangible y fuerte se hace el jardín. Se ubica entre la calle 44 y la 44c, sobre la transversal 38 (destapada que bordea el costado occidental del campus de la Universidad Nacional).

Rozo Gauta, J. (1998). La Madre Abuela Bague. Relatos de la antigua Bacatá (pp. 143). Bogotá, Colombia: Ediciones Naidi Ltda.

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LA FALACIA DE LA DOMINACIÓN:

El Poder de la

DEMANDA

Los grandes generadores de problemáticas ambientales son las empresas y los gobiernos; el gobierno corporativo transnacional; el modelo de desarrollo; el neoliberalismo; el mercado que todo lo compra y lo vende, que todo lo destruye por la codicia de los grandes magnates: se escucha en las universidades y se grita en las calles. Muy cierto, en parte. Las empresas extractivistas destruyen ecosistemas y acumulan grandes riquezas. Las industrias compran materiales extraídos para fabricar artefactos y acumular grandes riquezas. Los emporios comerciales compran al por mayor, transportan y distribuyen obteniendo ganancias colosales. Millones de personas compran artilugios todos los días. El carbón que oscurece las playas de Santa Marta, el petróleo que se derrama en el Putumayo, la coca que deforesta el Amazonas, el ganado que erosiona los bosques, están ahí para enriquecer a pocos.

El carbón fabrica bicicletas, el petróleo mueve autobuses, la cocaína se inhala en fiestas, el ganado se come en almuerzos. Todo está ahí para ser consumido. Y, aunque miles de personas hablan de las problemáticas ambientales de nuestra era y se formulan profundas críticas al modelo de desarrollo, a los símbolos que enmarcan los paradigmas, a las teorías que definen las actuaciones de dominación, poco se avanza en la transformación efectiva de nuestro comportamiento, en replantear nuestra ética.


Estamos dominados por nosotros mismos, por nuestra mentalidad, por nuestra pereza mental. Culpamos a magnates paramilitares, de quienes nos convertimos en cómplices, pues no es el petróleo lo que enriquece al magnate, sino quien paga por él. Seguimos culpándolos mientras pensamos en nuestro próximo viaje; pero que no sea en bus, mejor en avión que ahora es más barato; y ¡es que no hay nada como viajar! Lástima que las petroleras estén destruyendo los lugares más hermosos de nuestro país, ya llegaron a La Macarena; ¡Terrible! Hay que ir a conocerla antes de que no quede nada. Las críticas son válidas y muy necesarias, y a pesar de que tal vez nunca dejemos de ser contradictorios, es mejor empezar a buscar alguna coherencia con nuestros actos. ¡Del dicho al hecho!

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Se terminó de imprimir el mes de Diciembre de 2015, en las instalaciones de GRACOM Gráficas Comerciales, Ubicada en la Carrera 69K N° 70-76. Bogotá, Colombia. El tiraje fue de 500 ejemplares en papel Propalcote de 90 gramos. Las fuentes utilizadas, Trade Gothic LT Std y Meta Pro en sus distintos pesos.


También cuenta con estas publicaciones:

ISSN 2027-1018 Boletín Nº 5 ISSN 2027-1018

Boletín No. 4

Colectivo Estudiantil de Responsabilidad Social


BOLETĂ?N | CERES | Del dicho al hecho


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